poemas de nuestra vida

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Antología personal de poesía

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Page 1: Poemas de Nuestra Vida

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Poemas de nuestra Poemas de nuestra Poemas de nuestra Poemas de nuestra

vidavidavidavida

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POEMAS DE NUESTRA VIDAPOEMAS DE NUESTRA VIDAPOEMAS DE NUESTRA VIDAPOEMAS DE NUESTRA VIDA ÍNDICEÍNDICEÍNDICEÍNDICE * Poema 1Poema 1Poema 1Poema 1: : : : Pablo Neruda, poema número uno, 20 poemas de amor y una canción desesperada. * Poema 2:Poema 2:Poema 2:Poema 2: Pablo Neruda, poema número 14, 20 poemas de amor y una canción desesperada. * Poema Poema Poema Poema 3333:::: Pablo Neruda, poema número 15, 20 poemas de amor y una canción desesperada. * Poema Poema Poema Poema 4444:::: Pablo Neruda, poema número 2, 20 poemas de amor y una canción desesperada. * Poema Poema Poema Poema 5555:::: Pablo Neruda, poema número 20, 20 poemas de amor y una canción desesperada. * Poema Poema Poema Poema 6666:::: Pablo Neruda: Fragmento de Cien sonetos de amor. * Poema Poema Poema Poema 7777:::: Daniel Valdés. Báilame el agua. * Poema Poema Poema Poema 8888:::: Rocío Silva Rivera. Soledad total. * Poema Poema Poema Poema 9999:::: Patricio Manns. La vida en espiral. * Poema Poema Poema Poema 10101010:::: La vida es sueño. Calderón de la Barca. * Poema Poema Poema Poema 11111111:::: Vicente Aleixandre. Se querían, sabedlo. * Poema Poema Poema Poema 12121212:::: Mario Benedetti. Arco iris. * Poema 1Poema 1Poema 1Poema 13333:::: Lope de Vega. Desmayarse * Poema Poema Poema Poema 14141414:::: Lope de Vega. Ya No Quiero Más Bien Que Sólo Amaros * Poema Poema Poema Poema 15151515:::: José Cadalso y Vázquez. Injuria el poeta al amor. * Poema Poema Poema Poema 16161616:::: Gustavo Adolfo Bécquer. Volverán las oscuras golondrinas. * Poema Poema Poema Poema 17171717:::: Federico García Lorca. El poeta pide a su amor que le escriba. * Poema Poema Poema Poema 18181818:::: Pablo Neruda. Si tú me olvidas. * Poema Poema Poema Poema 19191919:::: Carta de esposa. * Poema Poema Poema Poema 20202020:::: Pablo Neruda. Tus manos.... * Poema Poema Poema Poema 22221:1:1:1: José Cadalso y Vázquez. Retráctase el poeta de las injurias que dijo del amor. * Poema Poema Poema Poema 22222:2:2:2: Mario Benedetti. Corazón coraza * Poema Poema Poema Poema 22223333:::: Juan Meléndez Valdés. A la paloma de Filis. * Poema Poema Poema Poema 22224444:::: Gustavo Adolfo Bécquer. Podrá nublarse el sol eternamente. * Poema Poema Poema Poema 25252525:::: Gustavo Adolfo Bécquer. Poema Rima XXIV. * Poema 2Poema 2Poema 2Poema 26666:::: Gustavo Adolfo Bécquer. Dos rojas lenguas de fuego.... * Poema Poema Poema Poema 27272727:::: Gustavo Adolfo Bécquer. Tu pupila es azul.... * Poema Poema Poema Poema 28282828:::: Gustavo Adolfo Bécquer. Tu aliento es el aliento de las flores. * Poema Poema Poema Poema 29292929:::: Adelardo López de Ayala. En el olvido. * Poema Poema Poema Poema 30303030:::: Gerardo Diego. Quisiera ser convexo. * Poema Poema Poema Poema 33331111:::: José Zorrilla. Fragmento de un recuerdo y un suspiro. * Poema Poema Poema Poema 32323232:::: Fernando Gutiérrez. Fragmento del libro “Elegías de tu ausencia”. * Poema Poema Poema Poema 33333333:::: Carlos Bousoño. Elegías desesperanzadas. * Poema Poema Poema Poema 33334444:::: Constantino P.Cavafis. Ithaca * Poema Poema Poema Poema 33335555:::: Francisco de Quevedo. Amor constante más allá de la muerte. * Poema Poema Poema Poema 33336666:::: Mario Benedetti. Te quiero. * Poema Poema Poema Poema 33337777:::: Mario Benedetti. Hagamos un pacto. * Poema Poema Poema Poema 33338888:::: Mario Benedetti. No te salves. * Poema Poema Poema Poema 33339999:::: Luis Cernuda. Donde habite el olvido. * Poema Poema Poema Poema 40404040:::: Alfonsina Storni. Alma desnuda. * Poema Poema Poema Poema 41414141:::: Alfonsina Storni. Dolor. * Poema Poema Poema Poema 42424242:::: Gracilaso de la Vega. Soneto I. CANCIONES:CANCIONES:CANCIONES:CANCIONES: * CanciCanciCanciCanción 1ón 1ón 1ón 1:::: Camila. Sólo para ti. * CanciCanciCanciCanción 2ón 2ón 2ón 2:::: Leonard Cohen. Hallelujah

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Poema 1Poema 1Poema 1Poema 1 Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega. Mi cuerpo de labriego salvaje te socava y hace saltar el hijo del fondo de la tierra. Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros y en mí la noche entraba su invasión poderosa. Para sobrevivirme te forjé como un arma, como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda. Pero cae la hora de la venganza, y te amo. Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme. Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia! Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste! Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia. Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso! Oscuros cauces donde la sed eterna sigue, y la fatiga sigue, y el dolor infinito. Pablo Neruda, poema número uno, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número uno, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número uno, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número uno, 20 poemas de amor y una canción desesperada.... Poema 2Poema 2Poema 2Poema 2 Juegas todos los días con la luz del universo. Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua. Eres más que esta blanca cabecita que aprieto como un racimo entre mis manos cada día. A nadie te pareces desde que yo te amo. Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas. Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las estrellas del sur? Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no existías. De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada. El cielo es una red cuajada de peces sombríos. Aquí vienen a dar todos los vientos, todos. Se desviste la lluvia. Pasan huyendo los pájaros. El viento. El viento. Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres. El temporal arremolina hojas oscuras y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.

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Tú estás aquí. Ah tú no huyes. Tú me responderás hasta el último grito. Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo. Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus ojos. Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas, y tienes hasta los senos perfumados. Mientras el viento triste galopa matando mariposas yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela. Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí, a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan. Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en abanicos girantes. Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote. Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado. Hasta te creo dueña del universo. Te traeré de las montañas flores alegres, copihues, avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos. Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos. Pablo Neruda, poema número 14, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 14, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 14, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 14, 20 poemas de amor y una canción desesperada.... Poema 3Poema 3Poema 3Poema 3 Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

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Pablo Neruda, poema número 15, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 15, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 15, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 15, 20 poemas de amor y una canción desesperada.... Poema 4Poema 4Poema 4Poema 4 En su llama mortal la luz te envuelve. Absorta, pálida doliente, así situada contra las viejas hélices del crepúsculo que en torno a ti da vueltas. Muda, mi amiga, sola en lo solitario de esta hora de muertes y llena de las vidas del fuego, pura heredera del día destruido. Del sol cae un racimo en tu vestido oscuro. De la noche las grandes raíces crecen de súbito desde tu alma, y a lo exterior regresan las cosas en ti ocultas, de modo que un pueblo pálido y azul de ti recién nacido se alimenta. Oh grandiosa y fecunda y magnética esclava del círculo que en negro y dorado sucede: erguida, trata y logra una creación tan viva que sucumben sus flores, y llena es de tristeza. Pablo Neruda, poema número 2, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 2, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 2, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 2, 20 poemas de amor y una canción desesperada.... Poema 5Poema 5Poema 5Poema 5 Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo.

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Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, Mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo. Pablo Neruda, poema número 20, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 20, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 20, 20 poemas de amor y una canción desesperadaPablo Neruda, poema número 20, 20 poemas de amor y una canción desesperada.... Poema 6Poema 6Poema 6Poema 6

No te quiero sino porque te quiero y de quererte a no quererte llego y de esperarte cuando no te espero pasa mi corazón del frío al fuego. Te quiero sólo porque a ti te quiero, te odio sin fin, y odiándote te ruego, y la medida de mi amor viajero es no verte y amarte como un ciego.

Tal vez consumirá la luz de enero, su rayo cruel, mi corazón entero, robándome la llave del sosiego.

En esta historia sólo yo me muero y moriré de amor porque te quiero, porque te quiero, amor, a sangre y fuego.

Pablo Neruda: Pablo Neruda: Pablo Neruda: Pablo Neruda: Fragmento deFragmento deFragmento deFragmento de Cien sonetos de amorCien sonetos de amorCien sonetos de amorCien sonetos de amor....

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Poema 7Poema 7Poema 7Poema 7

Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de su jardín secreto. Riégame de especias que dejen mi vida impregnada de tu olor. Sácame de quicio. Llévame a pasear atado con una correa que apriete demasiado. Hazme sufrir. Aviva las ascuas. Ponme a secar como un trapo mojado. No desates las cuerdas hasta que sea tarde. Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos. Líbrame de mi estigma. Llámame tonto. Sacrifica tu aureola. Perdóname. Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora. No me arrastres. No me asustes. Vete lejos. Pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo. Sangra mi labio con sanguijuelas de colores. Fuma un cigarro para mí. Traga el humo. Arréglalo y que no vuelva a estropearse. Échalo fuera. Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora. Sueña retorcido. Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos. Dame la llave de tus oídos. Toca mis ojos abiertos. Nota la textura del calor. Hasta reventar. Sé yo mismo y no te arrepentirás. ¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos. Yo te enviaré a los míos. Píllate los dedos. Los lameré hasta que no sepan a miel. Hasta que no dejen de ser miel. Sal, niega todo y después vuelve. Te invito a un café. Caliente claro. Y sin azúcar. Sin aliento.

Se querían de noche, cuando los perros hondos laten bajo la tierra y los valles se estiran como lomos arcaicos que se sienten repasados: caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Daniel Valdés. Báilame el aguaDaniel Valdés. Báilame el aguaDaniel Valdés. Báilame el aguaDaniel Valdés. Báilame el agua....

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Poema 8Poema 8Poema 8Poema 8

La vida es un espacio entre dos muertes La muerte es un silencio del amor El amor es un orgasmo entre dos lágrimas La lágrima es un lago sin su canto El canto es un misterio de la boca La boca es un abismo antes del pecho El pecho es otro abismo entre dos sangres La sangre es el motor que nutre el acto El acto es una danza contra el tiempo Y el tiempo es lo que mide los espacios hasta aquí enumerados.

La selva es el ancestro del desierto El desierto es un cuerpo ya bebido Beber no amaga el fuego en la conciencia La conciencia es un reloj de arena antiguo Lo antiguo nos modela como a un niño Un niño es el pasado de los cuerpos El cuerpo es un combate que se pierde Se pierde sin retorno a lo increíble Lo increíble será lo que no podemos Y lo que no podemos será lo que siempre queramos.

Rocío Silva Rivera. Soledad total.Rocío Silva Rivera. Soledad total.Rocío Silva Rivera. Soledad total.Rocío Silva Rivera. Soledad total. Poema 9Poema 9Poema 9Poema 9 El amor es un orgasmo entre dos lágrimas La lágrima es un lago rodeado de estertores El estertor es un volcán de viento El viento es el camino de los cantos El canto es un misterio de la boca La boca es un abismo antes del pecho El pecho es otro abismo entre dos sangres La sangre es el motor que nutre el acto Y el acto es lo que mide los espacios hasta aquí enumerados La cabeza es un nudo sobre el cuello El cuello es un largo istmo entre dos selvas La selva es el ancestro del desierto El desierto es un cuerpo ya bebido Beber no amaga el fuego en la conciencia La conciencia es otro reloj de arena

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La arena hace del cacto un rey antiguo Lo antiguo nos modela como a un niño Un niño es el pasado de los cuerpos Y el cuerpo es un combate que se pierde. Y así la vida es un espacio exacto entre dos muertes La muerte es un espacio exacto entre dos fuegos El fuego es un espacio exacto entre dos fríos El frío es una llama bajo cero El cero es el silencio antes del número El número es el verbo matemático Lo matemático es el cálculo de la realidad La realidad es lo único increíble Lo increíble es lo que no podemos Y lo que no podemos es lo que queremos Patricio Manns. La vida en espiral.Patricio Manns. La vida en espiral.Patricio Manns. La vida en espiral.Patricio Manns. La vida en espiral. Poema 10Poema 10Poema 10Poema 10 Es verdad; pues reprimamos esta fiera condición, esta furia, esta ambición, por si alguna vez soñamos: y sí haremos, pues estamos en mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta despertar. Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando; y este aplauso, que recibe prestado, en el viento escribe; y en cenizas le convierte la muerte (¡desdicha fuerte!): ¿que hay quien intente reinar, viendo que ha de despertar en el sueño de la muerte? Sueña el rico en su riqueza que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende,

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sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende. Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí, ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. La vida es sueño. Calderón de la Barca.La vida es sueño. Calderón de la Barca.La vida es sueño. Calderón de la Barca.La vida es sueño. Calderón de la Barca. Poema 11Poema 11Poema 11Poema 11

Se querían. Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada, labios saliendo de la noche dura, labios partidos, sangre, ¿sangre dónde? Se querían en un lecho navío, mitad noche, mitad luz.

Se querían como las flores a las espinas hondas, a esa amorosa gema del amarillo nuevo, cuando los rostros giran melancólicamente, giralunas que brillan recibiendo aquel beso.

Se querían de noche, cuando los perros hondos laten bajo la tierra y los valles se estiran como lomos arcaicos que se sienten repasados: caricia, seda, mano, luna que llega y toca.

Se querían de amor entre la madrugada, entre las duras piedras cerradas de la noche, duras como los cuerpos helados por las horas, duras como los besos de diente a diente sólo.

Se querían de día, playa que va creciendo, ondas que por los pies acarician los muslos, cuerpos que se levantan de la tierra y flotando... se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.

Mediodía perfecto, se querían tan íntimos, mar altísimo y joven, intimidad extensa, soledad de lo vivo, horizontes remotos ligados como cuerpos en soledad cantando.

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Amando. Se querían como la luna lúcida, como ese mar redondo que se aplica a ese rostro, dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida, donde los peces rojos van y vienen sin música.

Día, noche, ponientes, madrugadas, espacios, ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas, mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal, metal, música, labio, silencio, vegetal, mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo

Vicente AleixandreVicente AleixandreVicente AleixandreVicente Aleixandre. . . . Se querían, sabedloSe querían, sabedloSe querían, sabedloSe querían, sabedlo.... Poema 12Poema 12Poema 12Poema 12 A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea lo vieja o lo joven lo mucho o lo poco que usted realmente sea sonríe cual si fuese una revelación y su sonrisa anula todas las anteriores caducan al instante sus rostros como máscaras sus ojos duros frágiles como espejos en óvalo su boca de morder su mentón de capricho sus pómulos fragantes sus párpados su miedo sonríe y usted nace asume el mundo mira sin mirar indefensa desnuda transparente y a lo mejor si la sonrisa viene de muy

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de muy adentro usted puede llorar sencillamente sin desgarrarse sin desesperarse sin convocar la muerte ni sentirse vacía llorar sólo llorar entonces su sonrisa si todavía existe se vuelve un arco iris. Mario Benedetti. Arco iris.Mario Benedetti. Arco iris.Mario Benedetti. Arco iris.Mario Benedetti. Arco iris. Poema 13Poema 13Poema 13Poema 13 Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso: no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso: huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave, olvidar el provecho, amar el daño: creer que el cielo en un infierno cabe; dar la vida y el alma a un desengaño, ¡esto es amor! quien lo probó lo sabe. Lope de Vega. DesmayarseLope de Vega. DesmayarseLope de Vega. DesmayarseLope de Vega. Desmayarse Poema 1Poema 1Poema 1Poema 14444

Ya no quiero más bien que sólo amaros, ni más vida, Lucinda, que ofreceros la que me dáis, cuando merezco veros, ni ver más luz que vuestros ojos claros.

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Para vivir me basta desearos, para ser venturoso, conoceros, para admirar el mundo, engrandeceros, y para ser eróstrato, abrazaros.

La pluma y lengua, respondiendo a coros, quieren al cielo espléndido subiros, donde están los espíritus más puros;

que entre tales riquezas y tesoros, mis lágrimas, mis versos, mis suspiros, de olvido y tiempo vivirán seguros.

Lope de Vega.Lope de Vega.Lope de Vega.Lope de Vega. Ya No Quiero Más Bien Que Sólo AmarosYa No Quiero Más Bien Que Sólo AmarosYa No Quiero Más Bien Que Sólo AmarosYa No Quiero Más Bien Que Sólo Amaros Poema 1Poema 1Poema 1Poema 15555 Amor, con flores ligas nuestros brazos; los míos te ofrecí lleno de penas, me echaste tus guirnaldas más amenas, secáronse las flores, vi los lazos, y vi que eran cadenas. Nos guías por la senda placentera al templo del placer ciego y propicio; yo te seguí, mas viendo el artificio, el peligro y tropel de tu carrera, vi que era un precipicio. Con dulce copa al parecer sagrada, al hombre brindas, de artificio lleno; bebí; quemose con su ardor mi seno; con sed insana la dejé apurada y vi que era veneno. Tu mar ofrece, con fingida calma, bonanza sin escollo ni contagio; yo me embarqué con tal falaz presagio, vi cada rumbo que se ofrece al alma, y vi que era un naufragio. El carro de tu madre, ingrata diosa, vi que tiraban aves inocentes; besáronlas mis labios imprudentes, el pecho me rasgó la más hermosa y vi que eran serpientes. Huye Amor, de mi pecho ya sereno, tus alas mueve a climas diferentes, lleva a los corazones imprudentes cadenas, precipicios y veneno, naufragios y serpientes. José Cadalso y VázquezJosé Cadalso y VázquezJosé Cadalso y VázquezJosé Cadalso y Vázquez.... Injuria el poeta al amor.Injuria el poeta al amor.Injuria el poeta al amor.Injuria el poeta al amor.

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Poema 1Poema 1Poema 1Poema 16666

Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y otra vez con el ala a sus cristales jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo frenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar; aquellas que aprendieron nuestros nombres, ésas ... ¡no volverán!

Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aún más hermosas, sus flores se abrirán.

Pero aquellas cuajadas de rocío cuyas gotas mirábamos temblar y caer como lágrimas del día... ésas ... ¡no volverán!

Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de sus profundo sueño tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido... desengáñate así ... ¡no te querrán!

Gustavo Adolfo Bécquer. Volverán las oscuras golondrinas.Gustavo Adolfo Bécquer. Volverán las oscuras golondrinas.Gustavo Adolfo Bécquer. Volverán las oscuras golondrinas.Gustavo Adolfo Bécquer. Volverán las oscuras golondrinas. Poema 1Poema 1Poema 1Poema 17777

Amor de mis entrañas, viva muerte, en vano espero tu palabra escrita y pienso, con la flor que se marchita, que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte ni conoce la sombra ni la evita. Corazón interior no necesita la miel helada que la luna vierte.

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Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas, tigre y paloma, sobre tu cintura en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura o déjame vivir en mi serena noche del alma para siempre oscura.

Federico García Lorca. El poeta pide a su amor que le escriba.Federico García Lorca. El poeta pide a su amor que le escriba.Federico García Lorca. El poeta pide a su amor que le escriba.Federico García Lorca. El poeta pide a su amor que le escriba. Poema 1Poema 1Poema 1Poema 18888

Quiero que sepas una cosa.

Tú sabes cómo es esto: si miro la luna de cristal, la rama roja del lento otoño en mi ventana, si toco junto al fuego la impalpable ceniza o el arrugado cuerpo de la leña, todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien, si poco a poco dejas de quererme dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto me olvidas no me busques, que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco el viento de banderas que pasa por mi vida y te decides a dejarme a la orilla del corazón en que tengo raíces, piensa que en ese día, a esa hora levantaré los brazos y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.

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Pero si cada día, cada hora sientes que a mí estás destinada con dulzura implacable. Si cada día sube una flor a tus labios a buscarme, ay amor mío, ay mía, en mí todo ese fuego se repite, en mí nada se apaga ni se olvida, mi amor se nutre de tu amor, amada, y mientras vivas estará en tus brazos sin salir de los míos.

Pablo Neruda. Si tú me Pablo Neruda. Si tú me Pablo Neruda. Si tú me Pablo Neruda. Si tú me olvidas.olvidas.olvidas.olvidas. Poema Poema Poema Poema 19191919 Si alguna vez dos fueron uno, Sin duda fuimos nosotros. Si alguna vez un hombre Fue amado por una mujer, Ese fuiste tú. Si alguna mujer fue feliz En un hombre, Comparaos conmigo, vosotras Si podéis. Yo estimo este amor Más que a todas las minas de oro O todas las riquezas Que el Oriente alberga. Mi amor es tan que Los ríos no lo pueden Apagar, Y sólo tu amor Podría recompensarlo Este amor es tan que No puedo pagarte de ningún modo Y ruego a los cielos Te retribuyan multiplicado. Entonces mientras vivamos, Perseveremos tanto en el amor, Para que cuando ya no vivamos Podamos vivir para siempre. Carta de esposa.Carta de esposa.Carta de esposa.Carta de esposa.

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Poema 20Poema 20Poema 20Poema 20

Cuando tus manos salen, amor, hacia las mías, qué me traen volando? Por qué se detuvieron, en mi boca, de pronto, por qué las reconozco. Los años de mi vida, yo caminé buscándolas. crucé los arrecifes, subí las escaleras, me llevaron los trenes, las aguas me trajeron, y en la piel de las uvas, me pareció tocarte.

La madera de pronto, me trajo tu contacto, la almendra me anunciaba tu suavidad secreta, hasta que se cerraron tus manos en mi pecho y allí como dos alas, su viaje terminaron. Y cuando tú pusiste, tus manos en mi cuerpo, reconocí esa greda, y ese color de trigo, como si entonces, antes las hubiera tocado, y hubieran recorrido mi frente y mi cintura.

Reconocí esas manos, reconocí esas alas de paloma dorada, su suavidad venía, volando sobre el tiempo, sobre el mar, sobre el humo, y en la piel de las uvas, me pareció tocarte.

La madera de pronto, me trajo tu contacto, la almendra me anunciaba tu suavidad secreta, hasta que se cerraron tus manos en mi pecho y allí como dos alas, su viaje terminaron. Y cuando tú pusiste, tus manos en mi cuerpo, reconocí esa greda, y ese color de trigo, como si entonces, antes las hubiera tocado, y hubieran recorrido mi frente y mi cintura.

La madera…

Pablo Neruda. Tus manos.Pablo Neruda. Tus manos.Pablo Neruda. Tus manos.Pablo Neruda. Tus manos. Poema 21Poema 21Poema 21Poema 21 Amor, yo te injurié, lleno de penas,

cuando Filis me hirió con sus rigores; pero ha vuelto a mi pecho sus favores, vuélveme a echar tus lazos o cadenas

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hechas de suaves flores. El precipicio que pintó mi pena su peligro y tropel me ofrece en vano. Filis me vuelve a amar. Dame tu mano y llévame al placer; su senda amena es prado fresco y llano. Los vientos que en tu mar turban las aguas, y yo juzgué ser fieros septentriones, ya veo son ligeras mutaciones o soplos con que enciendes más tus fraguas y nuestros corazones. Las que llamó serpientes mi injusticia, y llevan la deidad de la hermosura, me han vuelto a deleitar con su blancura; palomas son sin hiel y sin malicia, y llenas de ternura. Vengan, amor, tu lazo y tu firmeza; llévame al templo, dame tu bebida. Tu soplo aliente mi alma enternecida, y pon de las palomas la terneza en mi Filis querida. José Cadalso y Vázquez. Retráctase el poeta de las injurias que dijo del amor.José Cadalso y Vázquez. Retráctase el poeta de las injurias que dijo del amor.José Cadalso y Vázquez. Retráctase el poeta de las injurias que dijo del amor.José Cadalso y Vázquez. Retráctase el poeta de las injurias que dijo del amor. Poema 22Poema 22Poema 22Poema 22

Porque te tengo y no porque te pienso porque la noche está de ojos abiertos porque la noche pasa y digo amor porque has venido a recoger tu imagen y eres mejor que todas tus imágenes porque eres linda desde el pie hasta el alma porque eres buena desde el alma a mí porque te escondes dulce en el orgullo pequeña y dulce corazón coraza porque eres mía porque no eres mía porque te miro y muero y peor que muero si no te miro amor si no te miro

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Porque tú siempre existes dondequiera pero existes mejor donde te quiero porque tu boca es sangre y tienes frío tengo que amarte amor tengo que amarte aunque esta herida duela como dos aunque te busqué y no te encuentre y aunque la noche pase y yo te tenga y no.

Mario Benedetti. Corazón corazaMario Benedetti. Corazón corazaMario Benedetti. Corazón corazaMario Benedetti. Corazón coraza

Poema 23Poema 23Poema 23Poema 23

Juan Meléndez Valdés. Juan Meléndez Valdés. Juan Meléndez Valdés. Juan Meléndez Valdés. A la paloma de Filis.A la paloma de Filis.A la paloma de Filis.A la paloma de Filis.

Poema 24Poema 24Poema 24Poema 24

Podrá secarse en un instante el mar, podrá romperse el eje de la tierra como un débil cristal.

Después que hubo gustado de Filis la paloma el regalado néctar de sus labios de rosa, la deja, y de un vuelito al hombro se me posa y de allí lo destila con su pico en mi boca. Yo apúrelo inocente; pero, ¡ay!, ella, traidora, me dio del Amor ciego mezclada tal ponzoña que el pecho se me abrasa en ansias y zozobras, después que hubo gustado de Filis la paloma.

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¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón, pero jamás en mí podrá apagarse la llama de tu amor.

Gustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo Bécquer. . . . Podrá nublarse el sol eternamentePodrá nublarse el sol eternamentePodrá nublarse el sol eternamentePodrá nublarse el sol eternamente....

Poema 25Poema 25Poema 25Poema 25

Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas se aproximan y, al besarse, forman una sola llama. Dos notas que del laúd a un tiempo la mano arranca, y en el espacio se encuentran y armoniosas se abrazan. Dos olas que vienen juntas a morir sobre una playa y que al romper se coronan con un penacho de plata. Dos jirones de vapor que del lago se levantan y, al juntarse allá en el cielo, forman una nube blanca. Dos ideas que al par brotan; dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden; eso son nuestras dos almas.

Gustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo Bécquer. . . . Poema Rima XPoema Rima XPoema Rima XPoema Rima XXIVXIVXIVXIV....

Poema 26Poema 26Poema 26Poema 26 Dos rojas lenguas de fuego que, a un mismo tronco enlazadas, se aproximan, y al besarse

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forman una sola llama; dos notas que del laúd a un tiempo la mano arranca, y en el espacio se encuentran y armoniosas se abrazan; dos olas que vienen juntas a morir sobre una playa y que al romper se coronan con un penacho de plata; dos jirones de vapor que del lago se levantan y al juntarse allá en el cielo forman una nube blanca; dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas.

Gustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo Bécquer. . . . Dos rojas lenguas de fuego...Dos rojas lenguas de fuego...Dos rojas lenguas de fuego...Dos rojas lenguas de fuego.......

Poema 27Poema 27Poema 27Poema 27 Tu pupila es azul y, cuando ríes, su claridad suave me recuerda el trémulo fulgor de la mañana que en el mar se refleja. Tu pupila es azul y, cuando lloras, las transparentes lágrimas en ella se me figuran gotas de rocío sobre una violeta. Tu pupila es azul, y si en su fondo como un punto de luz radia una idea, me parece en el cielo de la tarde una perdida estrella.

Gustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo Bécquer. . . . TuTuTuTu pupila es azul... pupila es azul... pupila es azul... pupila es azul.......

Poema 28Poema 28Poema 28Poema 28 Tu aliento es el aliento de las flores tu voz es de los cisnes la armonía; es tu mirada el esplendor del día y el color de la rosa es tu color.

Tú prestas nueva vida y esperanza a un corazón para el amor ya muerto,

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tú creces de mi vida en el desierto como crece en un páramo la flor.

Gustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo BécquerGustavo Adolfo Bécquer. . . . Tu aliento es el aliento de las flores.Tu aliento es el aliento de las flores.Tu aliento es el aliento de las flores.Tu aliento es el aliento de las flores.

Poema 29Poema 29Poema 29Poema 29 ¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué, ingrata, niegas tu corazón a mi gemido, y, afligiendo mi pecho comprimido, tu inhumano silencio se dilata? No le roba la muerte al que arrebata, ni el nombre ni el recuerdo agradecido...- ¡Tumba sin epitafio es el olvido, que traga al muerto y hasta el nombre mata!- ¡Háblame, por piedad; aunque al hablarme destruyas mi esperanza y sea mi suerte vivir llorando tu rigor eterno!... Acuérdate siquiera de matarme; que odio más el olvido que la muerte, y más temo la nada que el infierno. Adelardo López de AyalaAdelardo López de AyalaAdelardo López de AyalaAdelardo López de Ayala. . . . En el olvido.En el olvido.En el olvido.En el olvido. Poema 30Poema 30Poema 30Poema 30 Quisiera ser convexo para tu mano cóncava. Y como un tronco hueco para acogerte en mi regazo y darte sombra y sueño. Suave y horizontal e interminable para la huella alterna y presurosa de tu pie izquierdo y de tu pie derecho. Ser de todas las formas como agua siempre a gusto en cualquier vaso siempre abrazándote por dentro. Y también como vaso para abrazar por fuera al mismo tiempo.

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Como el agua hecha vaso tu confín - dentro y fuera - siempre exacto. Gerardo DiegoGerardo DiegoGerardo DiegoGerardo Diego. . . . Quisiera ser convexo.Quisiera ser convexo.Quisiera ser convexo.Quisiera ser convexo. Poema 31Poema 31Poema 31Poema 31 Corazón que no has amado,

Tú no sabes el dolor

De un corazón acosado,

Carcomido y desgarrado

Por amarguras de amor!

No sabes cómo se llora

Con ese llanto que quema,

Con la noche y con la aurora,

Con ese sol que colora

En la frente un anatema.

Se llora con el placer,

Se llora con el pesar,

Con el recuerdo de ayer,

Y mañana hay que llorar

Si nos ama una mujer.

Tú, velado a la tormenta

De borrascosa pasión,

No sabes cómo se aumenta,

Cómo inflamada revienta

La pena en el corazón.

Cómo le devora eterno

Ese esperar indeciso,

Cómo abrasa el fuego interno

De tener hoy un infierno

Donde estuvo un paraíso.

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¡Amar y no ser amado!

¡Sentir y no consentir!

¡Morir viviendo olvidado!

¡Ay! ¡Morir de enamorado

Y no poderlo decir!

¡Bullir en el pensamiento

El bello ser de otro ser.....

Y ese roedor tormento,

Que hemos bebido en el viento,

En la voz de una mujer!

Sí, mis oídos la oyeron,

Mis ojos la contemplaron;

Era hermosa y la creyeron.....

Mis oídos me mintieron

O sus ojos me engañaron.

Era un ángel tal vez; descendió al suelo

Para dejar sobre la tierra impía

Alguna oculta maldición del cielo,

Y un reguero de luz y de armonía.

La amé al pasar, y me dejó pasando,

Y por único alivio en mi honda pena,

«Canta», me dijo, y la visión flotando

Se deshizo en la atmósfera serena.

José ZorriJosé ZorriJosé ZorriJosé Zorrillallallalla. . . . Fragmento de un recuerdo y un suspiro.Fragmento de un recuerdo y un suspiro.Fragmento de un recuerdo y un suspiro.Fragmento de un recuerdo y un suspiro. Poema 3Poema 3Poema 3Poema 32222 He de volver a verte Y morirme de nuevo entre tus brazos. Me he de morir mejor que tantos días. Invadidos mis ojos por tu aliento,

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Por la cóncava luz de tu garganta, Anunciado de amor entre tus ojos, Me verteré en tus venas como un río. Qué celestial ternura He de encontrar brillando en tus mejillas, Mientras tus dulces dedos anochecen Y amortecida en el amor me sueñas Mucho mejor teniéndome a tu lado. El rumor de tu pelo, Que advierto sólo yo cuando me besas, Resbalará feliz a tus pestañas Por los dulces linares de tus sienes. Yo aguardaré el sonido tembloroso Para verlo brillar entre tus párpados Cuando tus ojos teman de mis besos El abierto paisaje de mis venas. El dulce simulacro de tu muerte Sobre tu cuerpo, ya sin fuerzas, mío Se curvará feliz sobre mi brazo Como una rosa lenta y pensativa. Cuando tu voz se niegue a ser tuya Y tus ojos me vean por al niebla Espumosa y mojada de tus párpados, Serás desnuda, doblemente mía. He de volver a verte Y morirme de nuevo entre tus manos. A morirme mejor que en esta ausencia Donde tu doble entrega es aire y nada. Fernando GutiérrezFernando GutiérrezFernando GutiérrezFernando Gutiérrez. . . . Fragmento del libro “Elegías de tu ausencia”Fragmento del libro “Elegías de tu ausencia”Fragmento del libro “Elegías de tu ausencia”Fragmento del libro “Elegías de tu ausencia”.... Poema 3Poema 3Poema 3Poema 33333

Muchacha dulce: no me amas. Tú no conoces mi figura, mi triste rostro que lejano vela tu faz borrosa entre la lluvia.

Muchacha dulce: aquí en mis ojos brilla un otoño que rezuma oro de amor, de amor por ti que tienes entre tus manos una aurora púrpura.

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Soy como tú. Soy como tú. ¿Me oyes? ¡Soy como tú! ¡Oh, no me escuchas! Mira, mira mi amor... ¡Cómo me brota del corazón este alba rubia!

Tómala para ti. Yo no la quiero. Es para ti. Tómala. Nunca. Hacia el azul sube amorosa y allí, tristísima, se alumbra.

CarlCarlCarlCarlos Bousoño. Elegías desesperanzadas.os Bousoño. Elegías desesperanzadas.os Bousoño. Elegías desesperanzadas.os Bousoño. Elegías desesperanzadas. Poema 3Poema 3Poema 3Poema 34444 Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca, Oro para que el camino es largo, lleno de aventuras, lleno de conocimiento. Los lestrigones y los cíclopes, al airado Poseidón - no les tememos: Usted nunca encontrará como estas en tu camino, si tu pensamiento es elevado, si una multa la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. Los lestrigones y los cíclopes, el feroz Poseidón no encontrarás, si no los llevas dentro de tu alma, si tu alma no los conjura ante ti. Pide que tu camino sea largo. Que las mañanas de verano son muchos, cuando, con tanto placer, con tanta alegría se entra a bahías nunca vistas por primera vez; parada en los emporios de Fenicia, y comprar unas bellas mercancías, la madre-de-perla y coral, ámbar y ébano, y perfumes sensuales de todo tipo, cuantos más abundantes perfumes sensuales que puedas; visitar muchas ciudades egipcias, para aprender y aprender de quienes saben. Ten siempre a Itaca en tu mente. Para llegar allí es tu meta. Mas no apresures el viaje en absoluto. Es mejor dejarlo durar por muchos años; y anclar en la isla cuando llegues a viejo, rico con cuanto ganaste en el camino, sin esperar que Itaca te enriquezca. Itaca te ha dado el bello viaje.

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Sin ella no hubieras emprendido el camino. Ella no tiene nada que darte. Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado. Sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, usted ya debe haber entendido lo que significan las Ítacas. Constantino P.Cavafis. IthacaConstantino P.Cavafis. IthacaConstantino P.Cavafis. IthacaConstantino P.Cavafis. Ithaca Poema 3Poema 3Poema 3Poema 35555 Cerrar podrá mis ojos la postrera Sombra que me llevare el blanco día, Y podrá desatar esta alma mía Hora, a su afán ansioso lisonjera; Mas no de esotra parte en la ribera Dejará la memoria, en donde ardía: Nadar sabe mi llama el agua fría, Y perder el respeto a ley severa. Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido, Venas, que humor a tanto fuego han dado, Médulas, que han gloriosamente ardido, Su cuerpo dejará, no su cuidado; Serán ceniza, mas tendrá sentido; Polvo serán, mas polvo enamorado Francisco de QuevedoFrancisco de QuevedoFrancisco de QuevedoFrancisco de Quevedo. . . . Amor constante mAmor constante mAmor constante mAmor constante más allás allás allás allá de la muerte.á de la muerte.á de la muerte.á de la muerte. Poema 3Poema 3Poema 3Poema 36666 Tus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo

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y en la calle codo a codo somos mucho más que dos tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro tu boca que es tuya y mía tu boca no se equivoca te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo y tu llanto por el mundo porque sos pueblo te quiero y porque amor no es aureola ni cándida moraleja y porque somos pareja que sabe que no está sola te quiero en mi paraíso es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos Mario BenedettiMario BenedettiMario BenedettiMario Benedetti. . . . Te quieroTe quieroTe quieroTe quiero.... Poema 3Poema 3Poema 3Poema 37777 Compañera usted sabe puede contar conmigo no hasta dos o hasta diez sino contar

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conmigo si alguna vez advierte que la miro a los ojos y una veta de amor reconoce en los míos no alerte sus fusiles ni piense qué delirio a pesar de la veta o tal vez porque existe usted puede contar conmigo si otras veces me encuentra huraño sin motivo no piense qué flojera igual puede contar conmigo pero hagamos un trato yo quisiera contar con usted es tan lindo saber que usted existe uno se siente vivo y cuando digo esto quiero decir contar aunque sea hasta dos aunque sea hasta cinco no ya para que acuda presurosa en mi auxilio sino para saber a ciencia cierta que usted sabe que puede contar conmigo. Mario BenedettiMario BenedettiMario BenedettiMario Benedetti. . . . Hagamos un pactoHagamos un pactoHagamos un pactoHagamos un pacto.... Poema 3Poema 3Poema 3Poema 38888 No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo

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no dejes caer los párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo. Mario BenedettiMario BenedettiMario BenedettiMario Benedetti. . . . No te salvesNo te salvesNo te salvesNo te salves.... Poema 3Poema 3Poema 3Poema 39999 Donde habite el olvido, En los vastos jardines sin aurora; Donde yo sólo sea Memoria de una piedra sepultada entre ortigas Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. Donde mi nombre deje Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, Donde el deseo no exista. En esa gran región donde el amor, ángel terrible, No esconda como acero En mi pecho su ala, Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento. Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, Sometiendo a otra vida su vida, Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

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Donde penas y dichas no sean más que nombres, Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, Disuelto en niebla, ausencia, Ausencia leve como carne de niño. Allá, allá lejos; Donde habite el olvido. Luis Cernuda. Donde habite el olvidoLuis Cernuda. Donde habite el olvidoLuis Cernuda. Donde habite el olvidoLuis Cernuda. Donde habite el olvido.... Poema Poema Poema Poema 40404040 Soy un alma desnuda en estos versos, Alma desnuda que angustiada y sola Va dejando sus pétalos dispersos. Alma que puede ser una amapola, Que puede ser un lirio, una violeta, Un peñasco, una selva y una ola. Alma que como el viento vaga inquieta Y ruge cuando está sobre los mares, Y duerme dulcemente en una grieta. Alma que adora sobre sus altares, Dioses que no se bajan a cegarla; Alma que no conoce valladares. Alma que fuera fácil dominarla Con sólo un corazón que se partiera Para en su sangre cálida regarla. Alma que cuando está en la primavera Dice al invierno que demora: vuelve, Caiga tu nieve sobre la pradera. Alma que cuando nieva se disuelve En tristezas, clamando por las rosas con que la primavera nos envuelve. Alma que a ratos suelta mariposas A campo abierto, sin fijar distancia, Y les dice: libad sobre las cosas. Alma que ha de morir de una fragancia De un suspiro, de un verso en que se ruega, Sin perder, a poderlo, su elegancia. Alma que nada sabe y todo niega Y negando lo bueno el bien propicia Porque es negando como más se entrega.

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Alma que suele haber como delicia Palpar las almas, despreciar la huella, Y sentir en la mano una caricia. Alma que siempre disconforme de ella, Como los vientos vaga, corre y gira; Alma que sangra y sin cesar delira Por ser el buque en marcha de la estrella. Alfonsina StornAlfonsina StornAlfonsina StornAlfonsina Storniiii. . . . Alma desnuda.Alma desnuda.Alma desnuda.Alma desnuda. Poema Poema Poema Poema 44441111 Quisiera esta tarde divina de octubre pasear por la orilla lejana del mar; que la arena de oro, y las aguas verdes, y los cielos puros me vieran pasar. Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera, como una romana, para concordar con las grandes olas, y las rocas muertas y las anchas playas que ciñen el mar. Con el paso lento, y los ojos fríos y la boca muda, dejarme llevar; ver cómo se rompen las olas azules contra los granitos y no parpadear; ver cómo las aves rapaces se comen los peces pequeños y no despertar; pensar que pudieran las frágiles barcas hundirse en las aguas y no suspirar; ver que se adelanta, la garganta al aire, el hombre más bello, no desear amar... Perder la mirada, distraídamente, perderla y que nunca la vuelva a encontrar: y, figura erguida, entre cielo y playa, sentirme el olvido perenne del mar. Alfonsina StornAlfonsina StornAlfonsina StornAlfonsina Storniiii. Dolor.. Dolor.. Dolor.. Dolor.

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Poema Poema Poema Poema 44442222 Cuando me paro a contemplar mi estado y a ver los pasos por dó me ha traído, hallo, según por do anduve perdido, que a mayor mal pudiera haber llegado; mas cuando del camino estoy olvidado, a tanto mal no sé por dó he venido: sé que me acabo, y mas he yo sentido ver acabar conmigo mi cuidado. Yo acabaré, que me entregué sin arte a quien sabrá perderme y acabarme, si quisiere, y aun sabrá querello: que pues mi voluntad puede matarme, la suya, que no es tanto de mi parte, pudiendo, ¿qué hará sino hacello? GracilaGracilaGracilaGracilassssoooo dededede la Vega la Vega la Vega la Vega. . . . Soneto ISoneto ISoneto ISoneto I.... CANCIONES CanciCanciCanciCanción 1:ón 1:ón 1:ón 1:

Eres todo lo que pedía Lo que mi alma vacía Queria sentir… Eres lo que tanto esperaba Lo que en sueños buscaba Y que en tí descubrí.

Tu has llegado a encender Cada parte de mi alma Cada espacio de mi ser Ya no tengo corazon Ni ojos para nadie Solo para ti…

Eres el amor de mi vida El destino lo sabía Y hoy te puso ante mí Y cada vez que miro al pasado

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Es que entiendo que a tu lado Siempre pertenecí…

Tu has llegado a encender Cada parte de mi alma Cada espacio de mi ser Ya no tengo corazon Ni ojos para nadie Solo para ti…(x3)

Esto es de verdad Lo puedo sentir Se que mi lugar Es junto a ti…

Eres todo lo que pedía Lo que no conocia y que en ti descubri…

Camila. SCamila. SCamila. SCamila. Sólo para ti.ólo para ti.ólo para ti.ólo para ti.

CanciCanciCanciCanción 2:ón 2:ón 2:ón 2: Now I've heard there was a secret chord That David played, and it pleased the Lord But you don't really care for music, do you? It goes like this The fourth, the fifth The minor fall, the major lift The baffled king composing Hallelujah Hallelujah Hallelujah Hallelujah Hallelujah Your faith was strong but you needed proof You saw her bathing on the roof Her beauty and the moonlight overthrew you She tied you To a kitchen chair She broke your throne, and she cut your hair And from your lips she drew the Hallelujah Baby I have been here before I know this room, I've walked this floor I used to live alone before I knew you. I've seen your flag on the marble arch Love is not a victory march It's a cold and it's a broken Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah

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There was a time you let me know What's really going on below But now you never show it to me, do you? And remember when I moved in you The holy dove was moving too And every breath we drew was Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah You say I took the name in vain I don't even know the name But if I did, well really, what's it to you? There's a blaze of light In every word It doesn't matter which you heard The holy or the broken Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah I did my best, it wasn't much I couldn't feel, so I tried to touch I've told the truth, I didn't come to fool you And even though It all went wrong I'll stand before the Lord of Song With nothing on my tongue but Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah, Hallelujah Hallelujah Leonard Cohen.Leonard Cohen.Leonard Cohen.Leonard Cohen. HallelujahHallelujahHallelujahHallelujah