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Segunda parte de la carpeta "Poemas", perteneciente al archivo del intelectual venezolano Jesús Sanoja Hernández.

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Esta serie de libros digitales es el resultado del proyecto

La poesía de Caracas:Rescate historiográfico de Jesús Sanoja Hernández

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Índice

La boca marmórea sin labios 8Mis paraísos artificiales 11Ciudad 14A los estudiantes en la carretera 30La encomienda 32Latir del estudiante 35Poemas civilistas 39Canto a la ciudad de todos 42Poesía al pie del Ávila 68Caracas 8110 de febrero de 1937 en la Universidad de Caracas. 85Romance del trabajador 9326 de septiembre de 1952 98Relato de un día muerto 105Marcha F.E.V. 114Nocturno 121A nuestro verdugo 125Azul y negro 128Mensaje 132Vindicación 134No duermas todavia 138Poeta nacional 143Madre, hermana, novia 145Contemplación 149

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Canción y Luna 151La crucifixión 153Alas inútiles 155La visión 157El madrigal de las lágrimas 159Palomita mensajera 161 El vuelo de Psiquis 16210 de junio 166A los ojos que perdí 171Brindis de año nuevo 176Capital Muerto 181Coloquio de perros 185Día del Carmen 190Cuando tú vienes 193El buen camino 196Envío 198Hierro dulce 200Pasa un avión 204Paz de mi celda 207Programa 210Radioamor 215Se está muriendo mi vecino 220Sursum 227Tercera época 232La Rotunda 2371917 248

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El bajito 250Mensaje 25313 de diciembre 257

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Gustavo Pereira

La boca marmórea sin labios

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Señora occipital permítame contar por ustedCuatrocientos mil cuatrocientos milCuatrocientos milLa mujer desnuda atravesada por mi fémur que sangraque se queja que se destila miserablementeDel espejo brotan mi cara y una enfermedad de fiebre de 40que se queja que se destila miserablementesobre mi cuatrocientas mil veces.Un hombre duerme sobre la cama roja una corbata ahor-cael peso de un hombre que duermes y su trajeocupado por un vacío en el rincón donde cuelgan los de-másCon ojos con aullidos largos y tiesos con la boca delgada

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Hasta reventar. Zulia: Editorial Universitaria, Universidad del Zulia. Facultad de Humanidades, 1966. 37-38

marmórea delirando Es espantosa la boca marmórea sin labiosDelgada como una enfermedad como el delirioCon todos los poros abiertosCon la cara entrecortada gesticulando llamándote.Señora occipital carne carna vida vital hueco encendidoYo el autor reclamo el párpado tal como lo dejé.

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Narciso Piruli

Mis paraísos artificiales

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1 Un intento de ironizar los “Paraísos Artificiales” llegados a nues-tra poesía un tanto tarde, y a nuestra vida.2 El tedio –el splin baudeleriano– había entrado en la poesía mo-dernista. Arvelo, Larriva y otros.

El hastío me mata, me mata Cómo quieres, poeta que trinesi del tedio la ruin garrapatala más dulce ilusión me arrebata?

Ni en las más suaves penumbras del cine ni en las canchas de tennis, poeta, hallé alivio a mi mal solitario;tengo un alma sensible de estetay me encanta escuchar la retreta, pasear en veloz bicicleta y soñar en la paz del Calvario cuando muere la tarde violeta

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3 La bicicleta –se paseaba en El Paraíso a comienzos del siglo– fue lo más raadi hasta la aparición del auto y la moto. Aquí apare-ce como evocación estetizante, al igual que El Calvario, frente a las imposibilidades del tennis y del cine, más reciente éste, más elegante aquél. 4 En la cuarta estrofa, empieza la ironía con introducción burlesca de la rata, proceso de sátira a través de animales repugnantes, ya insi-nuado en la garrapata del segundo verso. Caricaturas. Año II N° 54. 10 Septiembre de 1927

Pero, nada! el hastío me mata.con un gris ceniciento de rata–uy, qué hocico tan frío– me muerde…

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R.M Bayardo

Ciudad

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Como una Corte de navíos que encallaron con su fuego de San Telmo,como un Sobresalto,para asombro del hombre!como un demonio atado de concreto que echa bocanadas de humo intoxicado¡Basta alucinación de los Monarcas¡

Todo el follaje de un árbolque se ha dañado con un líquido de piedras,para la angustia de la multitud¡

¡Qué el Poeta se apiade de esta barbarie de hormigón!¿Nunca has caminado como un espantapájaros por la Ciudad,mientras la Armazón de metales duerme al arrullo de nuevas Constelaciones,

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entre caminos que se elevan como transitivos dedos del árbol haca el magma,cuando el viento va sobre patines de hielo, como si buscara papagayos que empujar?

Son pasos que recuerdan el resplandor del insomnio por las calles, acidas de curvas, y siento sus latidos casi convulsos y sus miradas enajenadas,entonces quisiera regalarles todas las buenas horas!

Sólo a estas partituras de la noche, la magia de las rayas de carbón y arcilla blanca, de los juegos infantiles en el pavimento,y el fetiche de los cráneos dolicocéfalosen la percusión de las monedas en el rincón de un calle-jón.

Solo a estas horas el dolor de las calzadas,por las cortaduras que le han causado los obreros;las calles son como las cintas de las maquinas de escribir,que van cosidas a la piel del vientre de la Tierra;(¿cuántos fósforos encendidos, cuántas mentiras en ellas consumidas¡)

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por las noches son como negros peces danzando al com-pás de un jazz,y las sombras agonizan en ellas como murciélago en un aljibe de petróleo, mientras llevo la cicatriz a la derecha del abdomen (tal vez por ello sé la repulsión por sus heridas).

El Viento sopla desde el fondo de los huesos,como los deseos, arrojando deseos que pasan redando por las manos.

Carezco de brillo, se lo llevó entre amenazas la ciudad;nunca me he podido entender con sus semáforos,debe ser porque me son inoportunos esos imperativos de sus luces,¡velámenes para ovillar los afanes!

Los poros, sin faltar un solo, ante el escándalo de luces.¡Llamas de Castro y Pólux, aquí la Constelación de los Gemelos¡Remolinos de cocuyos y luciérnagas en este noctámbulo verano de rascacielos,Que jamás desean descansar, sino alumbrar y vigilar como los ojos del búho.

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¡Oh! parto de ascensores, entrega de sexos sin que aún el lenguaje sea comprendido,hipódromos, ruidos sin importar su raza, brillo de apara-dores, cortes de justicia,notarias, registros y todas las Altas casas que viven de apolillar papeles a paso de quelonios, espectáculos en una multi-plicación de cavernas del promontorio de Laconia;catedrales, universidades y todos los grandes acueductosque van al río y del río al mar.

Y como nervios, las máquinas a bocanadas, neuróticas, esquizofrénicas, en estampida como saurios cayendo al mar.¡y esos suicidas desde los más altos altares hacia las fau-ces del Dios cemento!y esas colas de automóviles como si uno le pasara revista a todos los rostros y los vehículos en rebelión exigen desplazar-se como el agua de las lluvias;conducen mentes de corchos;estrategias en este tablero de ajedrez,

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multitud de peones diseminados como estiércol de ca-bras hacia lugares para vampiros.

¡que ninguna pieza salga de los cuadros¡

¡Liturgia de la Ciudad son los ritos al cemento¡

La Ciudad es sucia como un loco que no se baña, aquí no hay lugar para las flores, los asnos, las hierbas y sus olores,a quienes deberían poner rejas es a las ciudades para que no roben los campos!

Mirando huellas en el espejo del Circo que ensaya leja-nías,como quien empeña todo lo que hay en su interior,el pensamiento huye por los barrios,y aún hay amigos de las burbujas de jabónque modelan como nuevas botellas lo carrillos de los ni-ños,y sienten asco por las tuberías que tiemblan de pensar que entrarían en los suburbiosy al agua que se deja vender como ramera,pero aman la lluvía que despreciando nubes

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se precipita gozosa en las latas que la han esperado con sus vestidos oxidados,y forma charcas en las calzadas donde navega en cajitas de fósforosla risa descalza de los niños;son los niños que sobre sus cabezas llevan los periódicos como blancos pájaros volando entre calles,detrás de ese pregón hay un templelogrado en largas noches de itinerarios aleatoriosy enrollada una experiencia como un mapa de Catastro;pequeños chantajistas, cuidan los autos y limpian las bo-tas;cuando les miramos nuestras cuencas están vacías,al pagarles no da ira, están en todas partes como un virus,pero solo se recuerda que existen cuando se les ve.Y cada bulevar como una zona subconsciente en el cere-bro trasnochado de la urbe,el homosexual como un globo rojo, y como un revoloteo de taras,los artistas y estudiantes entre la gente que está allí sin saberpor qué y la mujere que hace brillar su sexo como un Sol y la drogaen un sobre más importante que una carta,

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y cada bulevar ancho en su calzada, como un Babel de breve mesa de café.

Y todo el mundo va por las calles como embestido por un toro y no hay lugar para sonrisas.

Ceremonial, edificios con los cirios, avenidas como al-fombras, para la comparsa de hombres en esta cal muy hidráulica,que se lo pasa en los bailes del buitre,hablando de sus camiones de fraudes mientras comen vísceras,y se lavan en las pantallas y las plazas con discursos¡

¡Cáncer y Ulceras de concreto que llevan el timón¡

Pero quien no siente el aliento de la Boa,así nos brille como zapatos de fiesta.

Que venga un fuego limpio a volver cenizas(que no lanzaremos al viento, porque el viento es bueno para insultarle tanto)a estos hombres con olor e vacas podridas,

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como odres llenos del licor de las tenerías.

Amo las hojas que caen sobre tus paredes grises como un otoño,y estas horas más calladas de la noche cuando el viento enfría las mejillas.y pregunto al ave que tuvo que dejar su olivo en los anun-cios,a los dolores de las madres encinta,a los cuerpos de las grúas, los taladros, las palas y los picosy a los cigarros de los niños que duermen en tus callessi seguiré siendo la ultima chicharra que gritacuando el verano ha terminado su canción.

¡Recuerdo, detente y comienza a desnudarte¡surgen rostros o son máscaras, no sé de quiénes ni por qué a mí vieneen delgadas sonrisas un mensaje:

‘’ Aquí es Loco el que lanza carcajadas contra los que no pueden saltar ni escombros;el que no pone en subasta su frente y el mentón le pone hacía los mástiles,sin descansar nunca en nuestros Foros,

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loco el que defiende su bajelcontra esta generación que mastica títulos y chicles,porque no es Edil sino Actor en las tragedias de estos Circosy avanzan sus piernas sudorosasy no son juncos que se doblan sus rodillasante Reyes consorte, Capitanes Generales en sus Torrres, Alfiles,

Caballos de la Banca y de la Bolsa,Oligarquía de Caballos que duermen sus linajes sobre empresasde Aceites, Aguardientes y Tornillos.

Loco el que prefiere irse al puente no pronunciado toda-vía!

Elevadas, muy estrechas casas, civilizadas hasta donde el aire fue medido,se busca con gran sed, largos espacios verdes, verdade-ramente vivos;se busca con gran fuga, el mar y las arenas nunca intoxi-cados;suspendidas, muy angostas casas, civilizadas, pro-indi-visas, comuneras.

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Desequilibrado. Caracas: Artegrafíca, C.A.,1965. 51-56

Prolongad a gran distancia de ellas los ojos, buscadles fuerzasa donde caen las tardes y se sosieguen los fuelles de estos pechosque soportan la Metrópoli, que hunde todo el cuerpo,aplastándolo contra el hierro aún no mancillado de la Tierra.

Libertad los tímpanos de los aullidos de hormigón,volad de sus laberintos con música antigua, de un antaño,que brota siempre grandiosa al interior del Hombre(aún siguen componiendo esta armonía de alto abolengo en las estancias),aquí se arruga y se comprime como un papel.Una misma Ciudad en todas partes,única crónica escrita de estos tiempos,una Muchedumbre en la más árida blasfemia.

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Alberto Ravell

A los estudiantes en la carretera

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Estampas. Caracas: Tipografía Garrido, 1938. 134

Hermanos:Yo no he paseado como vosotros, mis veinte años inquie-tospor el antiguo claustro de la Universidad, ni encendido en asombro mis pupilas tempranas, sobre los viejostextos del derecho romano, ni seguido en la sangre la ruta del microbio,ni escrutado las vísceras con un temblor arcano, ni buscado la esencia del libro pitagóricoen la recta que acorta las distancias geométricas.

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La encomienda

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El buzón es un grito cuando llega.los paquetes grises, los paquetes blancostienen alma.Le traen al preso la ciudad y el recuerdoy el querer de Venezuela que está naciendo ahora.trenzadas en plegarias frente a los Cristos vacíos de re-beliónpusieron dentro una esperanza y un libro,y un pedazo azul de nuestro Ávila.

Para el preso –dice la madre –y perfuma la ropa con sus lágrimas.Para el preso –dice la novia –y las manos se le encienden como cirios.Para el preso –dice la hermana –y piensa en Venezuela.

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Ibídem, 123-24

El dolor de nuestro pueblo está en sus labios,el recuerdo del preso está en sus ojos.Después vienen los grupos.Un libro de Chejov: Los campesinos…–y esta novela nueva …A ver, cómo se llama? Para ti camarada…

Los paquetes grises, los paquetes blancos ¡

Nos traen la ciudad y los crepúsculosy el fervor de las mujeres que rompe sus plegariassobre la piedra dura de los templosporque Dios no quiso oírlas.De los caminos de la tierra nuestra–mojados con sangre –Nos traen la afirmación en hombrede la lucha que comenzará mañana.

Los paquetes grises, los paquetes blancos ¡Cuando llegan es domingo en la cárcel ¡

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Latir del estudiante

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Latir del estudiante:claustro de las aulas vaciado en el claustro del penal,boina jaquetona de inquietud encaramada sobre un mástil veintea-ñerogrumete avizorando tierra en la confusa bruma amaneci-da.

Latir del estudiante:vocerío de rebelión sacudiendo párpados de madrugadassobre la ruta incorporada en inquietudes.

Latir del estudiante:palabras graves bajo el cielo cargado de yodos,frente al mar que se sorbe al sol por su poros ardienteses un espasmo sensual de carne cálida.

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Latir del estudiante: Grillo de sesenta libras-Inversión sexual de los arados-Con su reminiscencia de foxtroles y de charleston(La India, Tea Room, Chez Becker, en el andar torpe de la muchacha).

Latir del estudiante:barraca de feria en plaza de arrabal,las manos de nuestras mujeres brochazos rojos, brochazos negros, indumentos gitanos, piyamas japoneses, taparrabos aborigen, plebeya desnudez del sexoinsultando la vieja moral de los escribas.

Latir del estudiante:fuga de paisajes huraños, puentes de tercera, vocablos que son banderas, palabras que son palabras sin empeños.sangre de carnes nuevas aherrojadas.Vidas embriones,

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El tipo prosaico- político de RavellEl castillo de Puerto Cabello, con alusiones a CaracasLa música: fox y charleston (1928 -1930…Los barrios (la feria y el arrabal)Ibíd. Prólogo por el autor

vidas amaneceres, vidas auroras, vidas tempranamente maduras.

Latir del estudiante:voz confusa,voz inquietavoz que me ha gritado aún en su gargantala afirmativa palabra orientadora.

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Poemas civilistasA mis camaradas, lo que siembran carteles por las calles.

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Ciudadano de la ciudad futura, incorpórate,que los hombres están rompiendo las banderas de las pa-trias caducas, y están alzando stadiumsen los sitios que dejaron libres los templos.

Camarada civil, abre ancha la calle para el paso de las gentes, templa el músculo, ensancha el tóraxy limpia tu pupila estriada de fronteraspara el viaje de los pueblos que mataron el héroe.

Las latitudes y los pueblosse están dando en las antenas de los radios,y en el verbo andariego de las hélicesy en la explosión de los motores en marcha

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Ibíd., 121-22

que galopan mañanas pintadas de sol y de campiñas.

Ciudadano de las lenguas en fusiónyo te traigo el ritmo de las voces arbitrariasayuntadas en mi puño que floreció en la sombra.

Ciudadano de la ciudad futura, en marcha.

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Vladimir Rivas

Canto a la ciudad de todos

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Uno

Dentro de tu vientre me empantano,se describe con furia mi periódicode rutinas,mi revista alucinada sin nombres,el entusiasmo de todosse infla, y resplandece, y revientacomo un golpe de conjuras.

Dentro de tu nombre, Caracas, todos los pasosse asustan, se embriagan de pisadaspolíticas, buhoneras, revendedoras,invertidas, estudiantes, rateras,de chispas golosas y embusteras.

Canto al lado de tu lengua la desesperación

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de mi amigo, del río, de la búsqueda embriagada,de los nombres estrenados en la sombra,tu desesperación desesperadacon los años y los hombresque encienden papeles y fogatas de uniformesen el centro de tus ojos.

Dos

Protesto¡ Protesto¡ Protesto contra la raya verticalde esta hora plagada de moscas y orugas jardineras!Protesto contra el locutor de radio que ejerce en las es-quinas,contra la prostitución y el fósforo doliente de las aulas.Siembro mi protesta en el centro de Caracas!

Nada tenía que decir antes de los burdeles y las flautas,antes del sol contagiado de este año cuatrillizo,antes de tantos perros,y tantos sapos, y tantas sabandijas.

Antes, sólo hablaba de festejos y bailes con guitarras,y palabras marineras y juguetes,cintas mágicas, y cristales, y muchachas.

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Nada tenía que decir antes de que murieran las palomasde esta ribera enlutada. Nada distinto a las canciones,a los caminos sonrientes.Sólo retretas domingueras,noticias, periódicos nacientes.

Otra vez protestó contra tu nombre dividido,contra Javier, contra Francisco, contra Carlos,contra el dios envenenado que anuncian los Partidos,contra el festival del sexo y las iglesias.Protesto contra el 12 de abril de este año callejeroen que los revendedores y los ladronesno caben en las aceras brillantes y extremistas.

No dije una palabra antes de tantos mendigos,antes de las niñas nocturnas que alegran mi cerveza,antes de las noticias con títulos borrachos.Pero comienzo a protestar a favor de las muñecas,de los garrapatosos y de los inmigrantes,de las gavetas repletas de expedientes.Protesto contra tanta indecenciay tanta grosería enmascarada,y contra los cristianos

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que rompen con sus manos las camas semanales.

Nada tenía que decirpero ya dije mi abecedario de llaves,mi verbo dolido, ofensivo, analfabeto.

Tres

Estoy con ustedes, bajando del maíz, de los fusiles.en Caracas, la madre insumisa de las tempestades y el de las manías, y las paredes obesas.En la ciudad que me enseña a comer floristerías,dentro de las calles sembradas de anuncios comerciales,contra el cartel del analfabeto militante.Con ustedes formándome, pintando toronjas,deformándome, pisando chaquetas y personas,odiando, cocinando calendarios.

Bajo del monte, de la aldea inflorescente, del número dígito de mi madre lavandera,del obrero que se ahoga en los espejos.Con ustedes en Caracas, con perros, y sonrisas,y espejos, y protestas, y señales,y millones de riñones divididos

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en los almuerzos y los días.

En la Caracas que no acepta en la mañanala risa amarilla y democrática,qué naufraga en la derrota,y ofende oraciones, y a Cristoy muere en la inmersión de las cartas socialistas.

Vengo de las caraotas doradas de mi madre,de la insatisfacción de los limones vengo,de mí, de mis hermanos oscurosque esperan dormidos sobre el agua.

Me sumerjo una vez, y otra vez en las consignas,reposo al lado de los escaparatesy quemo coherentes y fragatas, y cebollascuando riego mi risa de niño futurista.

Ahora sí, ciudad monstruosa, quema rosas!Ahora sí, calle encinta, rompan barcas!Ahora sí, hermanos tristes, id al sol!

Alguna vez, detrás de los mítines enfermos,una vez de amor, anclados en Caracas,

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cuando nazcan los coros comunerosreconocerán la Palabra en los teléfonos,o en los periódicos, o en los telegramas.

Cuatro

A tus pies a la música de Brasil, y la lluvia, y el ociofiltran la miel que falta a la ciudades.Sin embargo me asusto. Ahí, más allá de las persianaslos zapatos se entusiasman y se embriagan,corren el vendedor de periódicos y el limpiabotas de alu-minio,corren las secretarías asustadas, los autobuses correndentro de las calles de nadie y de los que esperan, corren cascadas grises, todos corren…

Repito, Mariemma que cuando viajemos a los arco-irislos abanicos florecerán en las muselinas, los telares desenredarán el calor de la mano que trabajay nosotros entraremos en el alba que se anuncia.

¿Has visto sobre el lunes el hervor borracho del domingocuando cruzas las calles en tus ruedas con cornetas?¿Has revisado el lloro de los vanidososcuando escrutan tu falda de bella ciudadana,

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de mujer insectizadaen el temblor de la mañana que saluda?Los he mirado. Y me asusto de los muros, me asustopor no correr con más angustia autobusera que los otros,por no sentir con quienes recorren las callescon los ojos asustados, en sus jaulas de alambreMe asusto por no correr al galope de las sirenasde esta ciudad que me aprieta y acobarda.

Me quedo contigo y la música, y el ocio,sin la ciudad y sus fotógrafos de sombras.Contigo en la música de Brasil, si antesalas,sin infartos, sin cuotas quincenales, sin despertadores.

No es posible salir de esta rendija de sueños,de travesuras sin cortinas,de esta brusca estación entusiasmada.No deseo navegar en las aceras de Caracasla del río acomplejado,la del Guaire acicalado con cáncer y sortijas.

Amo a la ciudad! Sabemos que la amo en sus pestañas y que en su vientre resumo el dolor del que se siente solo¡Amo la ciudad, y la busco en sus vacas numeradas,en sus cicatrices y sus cuentos enlutados,

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en sus costureros de ayercon sus amos de fábricas remotas.Busco el amor de los hombres, la ilusión de los niñossobre la luz de los puentes.Y no es verdad que las casas de nadie los encuentre,o los presienta en los rojos vecindarios,o los palpe en las almohadas, en los suburbios o en los parques,o en los inmigrantes, o en las blusas compañeras.

Ahora, explícame si tienen razón los quincalleros,si tiene razón mi amigo el del viejo apartamentosin luz y sin calzones,y el talabartero de risas mentirosas¡

Vivo dentro de mí en la ciudad embarazada de larvas,en la ciudad que vive mi naufragio de números,dentro de la amante amorosa de cunas,dentro de la ciudad presidiariahechizada por los turistas y los transeúntes…

...

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Ocho

Con dolor en la cabezay sobre las paredes más gruesasde estas calles con fantasmasescribo con dolor lo que me duele.Con dirección a los saludos, a los abrazosescribo con tabacos encendidosa los regresos, a los esposo sin hijosque vuelan sobre lápices anti-conceptivos,al enfermo sin dolientesy al peregrino desahuciado.

Como yo, con dolor de cabeza está Jorgeen su cama numerada del hospital militar,a un aliento de su sepultura abierta ayercon los amigos de cerveza,durante los fines de semana en las camascon los dientes y los escapularios.En el hospital de la tropa está Jorgeel barbero, sobre su cama sin vocesni cenas, ni aguardiente concurrido,en el hospital del que se niega a morir. Cuando diga que los amigos enmudecenen la orilla final, el la otra cara

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de la ruta enemiga y de los bares,cuando repita que mastico este dolorporque me duele el brazo por escribireste mensaje de hospitales que me duelendirán que Jorge no se muere solo,que su muerte no puede caber en un bolsilloo en la soledad hospitalaria.Pero morirá, os aseguro, morirásin el último saludo, sin la última palabra,sin la despedida que esperan los viajeros.

Con dolor en la cabeza recojo los minutosde este día enemistado con el amor,de este día de tránsito infraternoque recorrió embajadas y conversaciones,y saludos con amigos y enemigos,y ascensores, y puentes y choferes,y manos, y médicos, y rostros complicados.

Las enfermeras del cabaret clandestinoy la soledad de los enfermos tienen a vecesiguales dimensiones.La muerte en los hospitales de tropano se exhibe con smoking a las doce de la nocheCuando diga que respira el dolor

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por la herida que más duele,entenderán que fue Jorge quien murió sin abanicos,sin dedos en los ojos, sin regalosen un hospital resplandeciente de Caracasentre dos millones de narices,y sin embargo en Caracas, en medio de los hombres¡

El que los amigos siempre faltan a la hora de las carretas,en el minuto de las despedidas faltancon sus brazos y sus floresCuando más nos reclaman las urgencias faltanen el restorán y en el mostrador de la farmacia,faltan en el Terminal de Pasajeros.¿Y tú, noche sirvienta¡ ¿y tú, cama que duermes al que muere¡¿y tú, niño inocente de ciudades¡¿Por qué no llevan búcaros o globos de coloresa la mesa de noche del hospital endrogado?¿Y tú, ciruela roja, piano con sueño,nave que sueñas rutas espaciales y galaxias¡¿Por qué no ponen el dulce sobre el labio,el viaje de regreso a la estación que espera,el vuelo de la aurora al hospital enfermo?¿Por qué no encienden la oración sobre el ruteroque al final esperó y lo que no llega?

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Cuando alguien muere solo, y cuando la soledadde las ciudades se pudre de hospitales,comienza entonces la Ciudad a mostrarnos sus milagros con el dolor de cabeza que nos duele…

Trece

Anduve buscándote ayer entre la gente que salía de los cines, a través de las puertas de las casas comercialeste anduve buscando, por sobre el hombrode los que reman sobre las aceras sin escobas,por sobre los cabellos del que vende chicha en las esqui-nas,te estuve buscando en las escuelas y en las librerías,y no encontré tu inquietud de insurreccionesen las palabras del ratero, ni en el cielo-rasode las agencias de viaje,ni en la tos del ascensor que no funciona.

Encontré al amigo de Manuel, al comerciante de palabrascuando cambiaba su lustrosa mercancíapor botones, y ñapas, y bombones:–Insatisfacción, imbacuabilidad , palurdo, freno:quiero bañarme con palabras

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por el dinero que no cobró los fines de semana,sólo quiero en la boca palabras misioneras.

Anduve buscándote en el ribazo del Guaire,entre el hedor de las ratas que pueblan las riberas,buscándote en las orillas uniformes del agua imperfuma-da. Fue cuando resplandeció el cajón del limpiabotas,el de la bicicleta de ruedas ambulantes,y escuché sus ladridos sobre el río:–Queremos, escondernos de Caracas, trotardetrás de las pelotas y de las gallinas que sólo miramos en el cine.

Pronuncié tu nombre entre las pelucas amarillas,más acá de El Avila te nombré a boca llena de naranjas,pregunté por tu insatisfacción aventurera,porque mi soledad de gelatina colgabay saltaba en el televisor encendido en la mañana.Y no me respondió el tahúr de libros diagramados,no me respondieron ni el caballericero,ni el que juega loterías, ni el que juega los domingos, ni el que espera las noticias con los dientes.Encontré al vendedor de flores en su mercado de frutas,al estudiante distraído con sus tesis y sus novias,

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Canto la ciudad de todos. Caracas: Talleres de Gráfica Americana, C.A., 1967. 25-93

a la mujer de los demás, al farsante,encontré el semáforo despierto en verde verdadero,y nadie respondió por tus pisadas.Me dediqué a los dados, al ron, a los tabacos,a las comadres, al bochinche de las callesque amo y que detesto en las tijeras.

-¿Qué quieres decir cuando preguntas por el segregado,cuando preguntas por el del salario angosto,por el que se perdió en Caracas cuando todas las esquinastenían un nombre para el recuerdo?En la hora de la búsqueda, después de los tropiezos,después de las respuestas y los panes,regresé hasta el fondo de mis cansadas caminatas.

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Pablo Rojas Guardia

Poesía al pie del Ávila(Oda a Caracas en una fecha de esperanzas)

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Escrito está:Lo dijo Pedro Lhaya en verso de cacaoespeso de ritmos y de afectos.Lo dijo Palomares en cuyo vuelo gentiliciotúrnanse olas, espumas y guanábanas.Escrito está.Lo dijo Andrés Bellocuando iniciaba el ritmo de las frutasY echaba volar sobre la Américalos campaniles del Anaucoy el tintineo del Catuche.Lo repitió Pérez Bonaldede cuyo coche de lamentacionesel verso salta de paloma en tejadoshasta posarse en atrios de ilusiones.Escrito está.Lo dijeron en voz de intimidad y lluvia

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o en pedrada de palabra y llantoParés Espino y Perera y Pardoy Pastori y Parra y MartínezBlanco Fombona y Fombona Pachanoy León y Benavides y Berroetay los Planchart y Ramos y Calcañosy Ros de Olano y Yépez y Sotillo y Tejeraalzaron de la sangre el pájaro del sueñopara poder volar con tus desvelosEscrito está.Lo dijo García de QuevedoAl pie de un monte que engalanaferaz verdura de perpetua abrilrendida estás, Caracas,nombre plantanombre verdenombre yerbanombre aguanombre himno nombre hombrenombre mujernombre ejemplo.Y con el grano fino de reluciente arenael más infantil

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el íngrimoel que rescato aun de la memoriadigo de tu prehistoria:cuando el Avila surgedel alba del privilegio del mary del sueño de su soñarcon sus barbas de algas–anclaje de su nacimiento atlántido–su cabellera de dormidos pecessu piel de incrustados moluscosdonde ya prefiguraba que atardeceresy ocasos y amaneceres y verdes y azules verdinegras lejaníaslo que es hoy mi ración de bellezay el caraqueño pan crepuscular de cada díay así canto la parte del canto que sube del mardigo la parte del sueño que tendió la olaque debió al arenaque inició el moluscoque subió al arbustoque trepó a la rocaque durmió la sombraque es sombreó el oteroqué gritó en colinas

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que ciñó neblinasque mató distanciasy que ahora es sueño de su propio sueño:El Avila:un cueto de piedra verde vegetal de agua de la ciudaden tanto que Caracas es el sueño repetido del Avila hecho Libertador¿Agregó más?Lo dijo Simón Bolívar:Por Caracas hice la libertad de América.¡Ay Padre de Prodigios!¡Ay, Madre de mi Pueblo!¡Ay, Padremadre del grito!cuyo eco de libertad no fatiga la historiano pervierte el dinerono debilita la miseriano asusta el átomo imperialdel oso soviéticoo del tigre norteamericano!Lo dijo Simón Bolívarcuando el agua cansada de saltar peñascosse arremansaba al pie del matapalo,cuando los pedazos de bosquesenseñaban geometría al cañaveral

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en la resignación de los remansosY cuando las befarías de Humboldtsuavizaban su colorado resplandoren la piel de tus bravas mujeres.Lo dijo Simón Bolívarcuando cumplía el servicio de la Patria impecableen el estupefacto Continente.Y el juglar irreverente agrega su voz de timideces y fervoresa la gran voz que dominó a los hombresque dominó a los montesque dominó al océanopara ofrecerte el tamaño de su esperanzaen tu jubiloso cumpleaños.Te amo, patria mía,Te amo, ciudad mía,que eres toda la Patriay eres toda la Américay eres el alma de Venezuelaporque el Libertador en ti sueña todavía.Y porque la leche que me nutre es de una vacacuya ubre abombó viento marinoy en Galipán del Avila pastabalas estéticas rosas

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y las fresas de sensibilidad de transistores, elte amo,por esa luz que en pleno mediodíadescargar su otoño apresuradoo que el verano pasional sorprendecon un invierno de melancolía,por esa luz que da razón a sinrazonesy al sinsabor le clava su donairey a lo grave es suma picardíaspara despojarlo de solemnidades,por ese olor a vuelos que nos baja del montey da asaltos de gracia en las faldas de tu mujerío,por los diez cielos que derrochasen un solo atardecery por ese olor azul que en tus diciembres vuelaasí te empolves la cara con cemento armado;y por esa última hora del ocasocuando el atardecer pierde el alientoante las oficinistas desbordadasy en vez de descansar en las torres de tus avenidasapresura su paso hacia la noche de Catia de la Mar;y esa luz que pinta ojeras a las novias sin noviosy viste de colores la pobreza del barriodonde el silencio es otro dolor

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y donde las aguas suciasarrastran desperdicios y quejas de desempleados.Te amo, Patria mía.Te amo, ciudad mía.en la esperanza de que cada amanecerAladino flote su lámpara de maravillassobre el estudiante, el hampón, el policíay sobre la muchacha que fue a la mancebíaa completar el pan de cada díabordando el turbio encaje de la vidaTe amo, Patria mía.Te amo ciudad mía. El ataque elCaracas del Himno Nacionaly del ejemplo continental.Te amo, Patria mía.en la esperanzade que en tu horizonte circular de ranchos–en tu cinturón de nacimientos –ilumine un nuevo redentoro que del Country Club–¿club de patriotas?surjacomo en 1810aristocrático

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Poeta al pie del Avila. Caracas: Ediciones de la Dirección de Impren-ta y Publicaciones del Congreso de la República, 1967

–pero de mono azul y thunderbird–otro libertador.

Caracas, julio de 1967

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[s/n]

Caracas

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Caracas,patria de -los libertadores, tierra de las bellas Flores, Caracas, donde tus dulces mujeresson las diosas del amor.

Te adoro,y cual mi mejor tesoro,te venero, te idolatro.Caracas, en mi ‘pecho tienes siempreun altar de adoración.

Caracas de mis quereresmi corazón por tí late,mí pecho por tí suspira

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y tienes todo mi amor.

Porque en, tí mi alma anhelantesintió la pasión’ vibrante, en el encanto del beso,aquél que me aprisionó.

Caracas, talismán de la dulzura,paraíso de bellezas, Caracas, donde el Ávila frondosoguarda el nido de mi amor.

Te quiero,que por tu amor yo muero.y al igual que tus guerreros,

Caracas,te defiendo y te recuerdocon mi trova de cantor,Caracas que me aprisionas, con tus., hechizos sin par,no consientas que yo muera

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El Mundo. Caracas, Lunes 7 de Mayo de 1928.

. sin tus perfumes aspirar,

.iOh! Caracas musa dulcede ensueños de juventud,darne amor, fuerza y bravura,para cantarte en mí. laúd.

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Antonio Spinetti Dini

10 de febrero de 1937 en la Universidad de Caracas.

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¡Juventud! ¡Estudiante!–Sed de horizonte ilímite , ansiedad de futuro–, se plasma en ellos la idea simienteque revienta en la flor y en el grano maduro.

Pero un 10 de febrerouna ráfaga de balas aventó la simiente, que cayó a un charco cálido de sangre.

¿Qué trágica fuerza, que fuerza malditapudo, de manera tan aleve y torpe, presionar los gatillos homicidas, que así cayeron sobre las baldosas universitariasjunto a las simientes que gestan la encinalas que gestan la rosa delicada?

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–El muchacho bizarro, cerebro y músculoen formación para la joven Patria,y esa que, con ideas de renuevo,le ha de dar sus renuevos a la Patria. –

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¡Quién sabe lo que hoy hemos perdido!Quién sabe lo que se nos fue esta mañana,cuando en los viejos claustros colonialesse oyó silbar las balas…Alguien huyó de allí sobresaltando.Alguien huyó de allí esta mañana.Nadie podrá decirnos lo que hemos perdido,ni lo que se nos fue esta mañana.

3

¡Es un chorro de savia!Es un chorro de savia lo que se ha escapadopor los huecos abiertos por las balasen nuestra carne vivay en la carne viva de la ilustre casa¡Un chorro de esta savia generosa,

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savia venezolana, savia nuestra! La mismaque fue capaz de florecer un díaen un Libertador,en los Sucres, los Bellos y los Vargas, y, para no citaros sino una, en la brava mujer neoespartana:¡aquella que sabía sonreírlehasta la misma muerte,si en la muerte veía sonreírleuna promesa de Libertad y de Patria!

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¿Cómo ha podido suceder, Dios mío,esta terrible tragedia que hace florecer la lágrimano sólo en los ojos de las mujeres sentimentalessino en las almas varoniles mejor templadas, y que únicamente pueden dejar impasibleslos ojos de las hienas y de los canallas?

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¡Pero no es la elegía!

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¡Ni es tampoco la lágrima!lo que hoy nos ataca a nosotrosen nombre de las madres, novias y hermanas.¡No es la lágrima ni la elegía, muchachos, hombres, mu-jeres,lo que nos está pidiendo a gritos, esa hora angustiosa que ha vivido la Patria!Lo que nos toca a nosotros, fuerzas conscientes, fuerzas vivas de la Patria,es trabajar para que en las generacionesque salen y saldrán de nuestras entrañassea, siempre, la consigna nueva –la consigna únicapor cuyo triunfo entablamos la lucha sobrehumanahasta vencer–, esta consigna pura:¡Por el triunfo de la Justicia sobre las fuerzas de los ca-ñones!¡Por el triunfo de las ideas sobre el filo de los sables!¡Por el triunfo del espíritu sobre la violencia y sobre las balas!

¡Así el instinto mellará sus dientes de lobo vorazy perderán sus uñas las tiránicas zarpasque agarrotan al hombre,y nos arropará a todos la gran bandera blanca!

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Antología poética. Caracas: Ediciones del Ministerio de Educación, Dirección de Cultura y Bellas Artes, 1957. 100-102

¡Y vendrán los días puros y alegres, al fin, Para la Humanidad y para la Patria!

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Romance del trabajador

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Tiéndeme tu mano, obrerode la ciudad y del campo.

Sin limpiarla, compañero, manchada toda de barro, que es así como la quiero.

Tiéndeme tu mano, obrerode la ciudad y del campo, no temas que me lastimenla piel cobarde sus callos.

Tiéndeme la mano obrerode la ciudad y del campo.Sin temor, sin timidez, con ese gesto espontáneocon que guías a tus bueyes

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cuando tiran del arado.Sin temor ni timidez.Con ese gesto espontáneoque tienes cuando, en la tardeal volver de tu trabajo,devoras, casi con rabia, la miseria de tu rancho.

Si crees sentirte chicoante mi exterior cuidado, más chico me siento yoante tus dolidos brazos.

Yo me siento más pequeñoante tu mano con callos.Más grande te miro al verte.Manchado todo de barro.

Tu barro es tierra fecunda.No, barro de inmundo charco.Y cuántas manos quisieran,en vez del suyo, tu barro.

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Igual que flores de luchatus manos lucen sus callos.Y cuántas manos he vistolucir vergonzosos callos.-Callo y barro son orgulloen las manos del trabajo, no en las manos manumisas que son no más barro, barro.-

Tiéndeme la mano, obrerode la ciudad y del campo.Sin limpiarla, compañero.¡Con su barro y con sus callos, que es así como la quiero!

Ibídem, 96

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Lucila Velásquez

26 de septiembre de 1952

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Esperaron el paso de este díajunto a un brusco recodo de látigos.En la huella quedaron las lágrimasde un aire descubierto bajo el frío.

Torturaron el ramo del secreto,le abrieron el color a sus mejillasuna dolencia azul como la sangrepor su forma más densa enrojecía.Todo el olor fue un perro sin caminos.

Resbalaban las caras cautelosas,nadie soñaba el agua de las nubes,se ocultaba el espacio en un cerrojo,las usinas del sol no se movían.

Estático el acuario de este asombro.

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Estático este nervio sangrías.Estático el quedarse en aquel rostro.Estatica la sien, en él, partida.

Tres mensajes envié bajo una hoja.El tiempo los borró con su saliva.

Subía el corazón por raudas bruces,fugaba la penumbra un paso afuera,llamaron a mi puerta cuatro cascos,cuatro golpes cayeron en mis manos,cuatro gritos lanzaron sus gargantastras mi muda memoria perseguida.

¿Quién holló con sus dedos en sangrela pared vaporosa del día?¿Quién de ellos rasgó la casa aquelladel tragaluz moviéndose en dos lámparas?

Anoche dispararon a sus dedosdesde la trampa llena de las rosas,

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más borraron apenas sus huellascon escéptica pólvora fría.Y se lanzaron solos a los filos,sin cielo en el fugaz paracaídas,se lanzaron a un mar de briznas sueltasy anclaron en el roce de una espina.Una estrella extendió su oleajey subieron al arca de la orilla.

Del lado de la noche quedaban los relámpagos,Alí y Cristóbal fueron al alba guarecida

Pero creció la pausa denunciada,apuró su escozor la cacería,por un hilo delgado de campanasquedó rota la hermética tranquilaCayó un trino de rígido plumaje.Cayó un rayo de súbitos olores.Un humo de continuas lamparillas.

Anduve en cada suelo de la escala,a cada piso até los inasidos, urdí el secreto suelto de las cáscaras,armé el silencio débil con los ruidos.

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Poesía resistente. México: Cuadernos Americanos, [s/f]. 61-64

Quebráronse hojalatas de rumbos,buscaban los espacios sus alturas,la noche a sus crepúsculos de brillo.

¿Hacia dónde marchábamos solos,Meléndez y yo misma, pensativos?

Descansemos la frente en un borde:era un día nuevo. En él caíamos.

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Relato de un día muerto

Aquel día la aurora fue un caballocon sienes adelante desatadas.Impacientes rumores sosteníansu cabalgar audaz en la mañana.En un campo de cívicas legionesel tiempo su silueta enarbolaba:una certeza fiel que descendíaa iluminar la fiesta de las caras.

Con su yelmo de polvo relucientela tierra – grito solo – se paraba.Daba espacios alzados de aventurapara alistar la acción de la palabra.Por los cuatro destinos de su campodaba gentes de manos enlazadas.Daba páramo, estero, costa, selva

(12 de octubre de 1951)

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donde poner trincheras libertarias.

En los silbos heráldicos las horaseran raudas estrellas que pasaban.Una señal de luz reconocidaabríales la puerta a las miradas.Por las calles marchaban los caminoscon una flor aguda por espada.Sumábanse las voces sometidasal ronco movimiento que esperaba.Que esperaba con lágrimas crecidaspara apagar el odio de las llamas.Que guardaba pañuelos de dolorespara amarrar la furia de las garras.Una directa vara de justiciapara medir la fuerza en retirada.

Y una estrella de llaves luminosas que abriera desde un cielo las murallas,para que de las sombras, altamente, la amada Libertad se levantara.

Por las calles los hombres eran robles.En los robles las calles eran alas.Se pasaban abiertos los peligros,

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la aventura sus piernas alargabaen la selva inclinada de los rastrosdonde dólo las fieras vigilaban.Una espera impaciente bajo el día,dejaba junto a un sol, flores quemadas.

De pronto los espacios se movieronen vidrios sollozantes que estallaban,y sangre de columnas descubiertasdel sólido orificio resbalaba.En sus brazos, el suelo recibíapalomas de una azul sacrificada.La muerte en las paredes conmovidascolgaba desde un pie su yedra rara!

Entonces un silencio presurosocorría dando un grito en retirada.Era un silencio turbio que cubríalas órdenes extensas que se daban.La suerte entre las manos impacientesechaba un solo dado en sus dos caras.Era un día, muy lento, que corría.Una noche de prisa que cruzaba.Eran gotas de sed entre los vientosde mínimas corrientes arenadas.

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Nadie sabía del sitio en que las horaslos nuevos campanarios agitaran.Ni el puesto convocado en que la luchafuese una quieta mano desarmada.Esa densa neblina iba creciendoen zumos de una pronta fogarada.

Ya las demarcaciones de las vocesentre zarzas oscuras se enredaban.Impasibles caían los dolores,poderosas caían las palabras,en un palo de heridos ruiseñoresafinadas caían las guitarras.Y hasta un paracaídas de banderas,ilesas en la tierra barrenada.

La noche con sus goznes herrumbrosostras una puerta dura se cerraba.Desde fuera el silencio, vaga alondra,era una mano ronca que tocaba.Eran metros abiertos las pupilasmidiendo sigilosos las pisadas.

Ya no daba la mano de la brisael húmedo laurel de su palmada.

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Ni altamares tranquilospara el sueñolas frentes accesibles recordaban

La espera era una lámina partida.Sin labios el silencio no era nada.Era la oscuridad ¡tan honda herida!,que en una tela negra se filtraba.

La noche era las doce en los relojes.Los relojes en punto se paraban.Y en perdidos caminos a la lunaaguardaban las tres de la mañana.

Ibíd., [s/p]

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Héctor Guillermo Villalobos

Marcha F.E.V.A los bravos muchachos del estudiantado –

caídos en la lucha, al lado de la justiciay del pueblo.

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Esta es la Marcha del Estudiantado,resonante de rebeldías.El ritmo libre de unas vocessimultáneas en el avance.La marcha de todos los hombresque tienen los músculos jóvenes. Este es el himno de la luchafraguado al fervor de las masas.¡suena a patria y a martiriosus notas profundas cálidas!

El grito unánime restalla en el vientosu bandera de juventud.Huele a fragua. Crepita de fe cada pecho.Y así se va forjando en carne recién hecha,

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en el calor ferviente de la sangre,con la música libre, vigorosa y moderna,un poema de hierro y de árbol,una canción de combate y de fiesta:estudiantina del heroísmo en el día del santo de Venezue-la.

Marcha de las boinas en escuadras cerradas,las boinas del gesto gravo y mozoque bautizó de Universidadel dolor del año veintiochoy ahora ha refrescado con sangre adolescenteen el dintel del aulasu promesa.Marcha del batallón – ¿quién ha nombrado a armas? –donde van los muchachos despreocupadoscomo si fueran a una clase, listos a respaldar con la vida serenalo que acusó en un grito violento la protesta.

Van la Universidad con ellos, de vanguardia.La universidad de los grados pobrescon paltó levita prestado, novia sufrida y discurso rebel-de.

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En el puño desnudo el guión de los nuevos caminosy en la cabeza sin peluca empolvadala conciencia integrar que germina en la entrañade los surcos recientes.

Va la Federación,La F.E.V viril de las tres iniciales enérgicas,bordada en la bandera de las manifestaciones,floreciendo la solapa civil con su sello de esmalte,rebosando en la boca del pueblosu entusiasmo su fe, su cariñoy su certeza buena de tener estudiantes.

La Federación que sale a la callecon sus cartelones voceando consignasy sus oradores que las ratificany con su rebeldía enarboladaen el aire de fiesta de las plazas,por sobre la pleamar de los aplausos.

La Federación de las alarmaspor la Democracia en peligro.La que levanta voces como banderasy cien banderas nuevas para cada jornada.

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Afluencia. Caracas: Edit. F.E.V., [s/f]. 129-32

La de Zuluaga Blanco y Jóvito Villalba,la de Jesús González, Mac Gill, Laguado Jaimes,y la de Eutimio Rivas, de quien dijo Carlos Augusto:“ ahora por nuestras venas está corriendo su sangre”y la del compañero Floresque enterró en la Misión de Bolívarsu vida recién estrenada.

La Universidad de la hombríacon su siembra de gestos y su legión de nombres,que tiene ya su tradiciónplantada como un árbol en el Patio de Vargas.

La Federación de Estudiantes,baluarte, avanzada, reducto, trinchera.Juvenil, popular,llenando con el pecho el riesgo de la brechaen el símbolo activo, como todos la vemos:¡la boina del gesto sobre la frentey el botón tricolor de la insigniacomo una condecoraciónsobre el seno izquierdo de Venezuela!

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Vicente Álamo Ibarra

NocturnoA la memoria del insigne

Presbítero Antonio Mendoza

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Gozo en esta noche divina de ensueños la paz envidiable da los cementerios.Escucho el silencio, se llenan de sombras las grandes angustias, los grandes recuerdos.Qué importa, qué importa , si soy el vidente que mira en lo oscuro, desgarra tinieblas y va galopando detrás de la Esfinge como van los vivos detrás de los muertos.

Las horas que pasan cantando, dolientes,se oyen en mí claustro como un miserere; son gotas de lluvia, son copos de nieve, ¡oh! dime, campana ¿sientes lo que siento?La brisa muy suave me canta, me besa;se filtran aromas de plantas silvestrespor entre los hierros que guardan ni celda. ¡Oh! divina noche de encanto, agorera!

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Maullidos siniestros retumben cercanos y fuertes.Formidables voces irrumpen e increpan.Un escalofrío de goce y de espanto, eriza mi pelo, me pasa ondulante y mimoso como una serpiente.Bandadas de espíritus, en la paz de la noche aletean.Una mariposa me pasa rozando sus alas muy negras.

La ciudad dormida . Descansa su bestia de las bacanales, de tantas miserias.Nadie escucha al alma que tiene el silencio,y en toda la clara visión del recuerdo,pasan en desfile, se acercan, se alejanmis muertos queridos, que nunca están muertos,y que en este noche divina de ensueños,porque estoy enfermo, porque los evoco, y porque los quiero, salen de sus tumbas y vienen a verme: Van de un cementerio a otro cementerio,Los miro con gusto, converso con ellosde cosas que guarda, que sabe el Misterio,de cosas profundas, tesoros secretos,purezas de antaño y dulces ternezas,pero al fin se esfuman y me voy al lecho,rabioso: no quieren... no quieren llevarme con ellos!

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Y queda mi noche divina de ensueños, mi noche de insomnio, perdida y deshecha.Es que el nuevo día ha roto el encanto con sus claridades monótonas, viejas.

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A nuestro verdugo

Una vez más te acercas a insultarme.Es tu mirada torva, y tu palabracomo siempre, mala.¿Por qué nos tienes tanta trabia?¿Qué mal te hacemos, qué mal te hago?Confórmese con estar vivo, me respondes.Siempre dices lo mismo, en tanto que yo piensoque esta frase, tu frase preferida,te pone de relieve, es tu vivo retrato.No me amedrenta tu fierezade tigre suelto dentro de su jaula.Verdugo: pierdes el tiempo miserablementeaun cuando intentas aterrorizarme Tú estás en tu guarida.Yo, en mi selva encantada.Con un solo zarpazo, lo sé, mas no lo temo,podrías hacer el bien de libertarme.

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Verdugo. Muchos de los que están aquí te tienen miedo, digo mao, pánicopero yo no, porque te compadezcome das profunda lástima!Tú has podido ser otro, servir de algoser un buen ciudadano,haber tomado otro caminoo bien, no ser tan malo.Hijo, tal vez de padres ignorantessurgiste a la vidade un medio ambiente insano,y en vez de reformarte y frenar tus impulsos,la sociedad inconsciente sólo afiló tus garras.No es solamente tuya la culpa,pero aún no lo sabes.Cúmplese en ti la ley atávica!

Hombrecito siniestrode rostro inalterable,de bigotes chinescosy espíritu malvado,una vez más te llegasa pasar la requisainquieto y temeroso

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seguido de tus guardias;con idéntico gestoy las mismas palabrasde tus labios infames Mas, de hoy en adelanteno extrañes que te mire meditativamentecon la tristeza mudade mi profunda lástima.

Selva encantadaLa RotundaEl autor se refiere a Santiago Maldonado Porra (alias Coronel Pur-gante), Jefe de la requisa de la Rotunda de Caracas, durante muchos años.

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Azul y negro

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El mago blanco de mi pensamiento descorre el velo azul del firmamento y teje con mi ensueño una ilusión; mas la campana del solar vecino, desliza lentamente su asesino puñal que me traspasa el corazón.

En la doliente paz del cautiverio, medito en el sarcasmo del Misterio, que abisma en las tinieblas mi ideal.Y sonrío piadoso ante el destino,que puso este martirio en mi camino, no sé si por mi bien o por mi mal

Descorro el cortinaje de mi vida, y el alma enferma pero no vencida, pulsando va en silen-cio mi laúd.

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Desfilan mis ensueños del pasado;y el corazón doliente, lacerado, mira como se va su juventud.

Emerge del arroyo la algazarade la inconsciente multitud ignara,que está muriendo sin saber morir: que gime, se envilece, se derrota, se agita y ríe con placer idiota, sufriendo la ignominia de vivir.

Por una ley fatal de lo Profundo, o es un eterno manicomio el mundo, o es la bíblica torre de Babel…Ciérranse mis oídos y mis ojos; aparto del camino los abrojos, y contemplo, de nuevo mi vergel.

El mago blanco de mi pensamiento, descorre el velo azul del firmamento y teje con mi ensueño una ilusión;mas la campana del solar vecino, desliza lentamente su asesino

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puñal que me traspasa el corazón.

Bendita poesía, dolencia de lo Arcano, prendida en mis tristezas, por la divina mano del Padre de las Sombras, del Padre de la Luz!Tú apagas las tiniebla que cubren el Abismo, disipas la amargura, cantando el fatalismo, y al fin de mi camino me muestras una cruz.

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Mensaje

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Madre mía adorada, ¿cuándo volveré a verte?Esto que llaman vida, no es vida sino muerte.

Mi corazón es firme como inviolable roca y sólo por tu ausencia se entristece y apoca.

Con la misma sonrisa que contemplo el pasadome miro en el futuro comp el Crucificado.Con tu recuerdo entonces, tan blanco como un lirio, escalaré resuelto las gradas del martirio.

Madre: sobre tu frente, que es una rosa mustia, deposito mi beso de tristeza y angustia;

y siento que agonizo, pero me engaño, vivo:con todas las lágrimas del corazón te escribo.

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Esclavo de la vida, inútilmente espero.Mil años ha que vivo creyéndome que muero:

sereno he contemplado la esfinge del misterioy me encanta el paisaje de un viejo cementerio.

Llora todas tus lágrimas sobre le tumba mía,que esas lágrimas tuyas florecerán un día.

Fui tras el espejismo de grandes ideales, sembrando el bien doquiera y cosechando males

Y de todas las fuerzas que me dio el cristianismo,no me quedó siquiera, ni al amor a mí mismoMadre mía adorada, ¿cuándo volveré a verte?Por ti sufro la vida. Sin ti ... quiero la muerte!

La Rotunda 11 de nov, 1916

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Vindicación

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Me da tristeza verte; para tu desventura, los locos inventaron el mal de tu locura.

Y a fuerza de ignominias, a fuerza de rudeza, el alma te enfermaron del mal de la tristeza.

Y fuiste el peregrino que erró por los senderos, en las noches silentes, bajo de los luceros;

bajo el mágico influjo de las noches de luna, sin esperar en nadie, si esperanza alguna,

con el solo bagaje de tu melancolía...Quien entonces te viera, hoy te conocería,

con la sed en los labios y el corazón ya muerto,con la caravana que va a por el desierto.

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Te conocí muy joven, eras noble y sincero,Por eso yo te quise, por eso yo te quiero;

Porque sé que en tu alma se anida la dulzura, comprendo que mereces el don de la ventura.

Aquí tienes mis brazos, por si acaso vacilas;yo he mirado tu alma, mirando tus pupilas.

Ya de tantos tropiezos llegaría la caída;más ¿qué importa la muerte, siendo estéril la vida?

¿Tu nombre de bautizo no fue, José Dolores,presagio de tristezas, de llantos y de horrores?Parece que la estrella que iluminó tu cuna,fue la estrella agorera de la mala fortuna.

Me contaste tus penas, me dijiste que historia, los bagajes de ensueño, y tus sueños de gloria.

Los castigos que emplearon con crueldad y torpeza;Y hoy miro con soberbia que por tu desventura,

el alma te enfermaron del mal de la tristezalos locos que inventaron el mal de tu locura

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Agoniza la tarde. Los árboles escuetos de mi Jardín interno, semejan esqueletos.

Una lluvia tediosa, melancólicamente, desgrana su rosario sobre la seca fuente.

¡Qué triste está el paisaje, qué solo está y qué yermo!Vierte la moribunda mirada de un enfermo!

La luz entorpecida por un crespón de duelo,esconde la arrogancia magnifica del cielo.

Un ruido no se escucha, ningún pájaro cantaestá la brisa quieta, no se mueve una planta;

el fúnebre silencio nos habla del Misterio, y conmovida el ánima invoca... un cementerio.

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No duermas todavia“Dormir es morir”. -Shakespeare

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Registro entre las tumbas hasta encontrar la mía. La lluvia sobre el mármol reza su letanía.

Y en actitud extática, como el Crucificado, escucho en lo profundo las voces del pasado.

De entre las hierbecillas que circundan la losa, palpitante de vida, surge una mariposa.

Hace giros y gritos, y al fin en mi cabeza se posa levemente, minando mi tristeza.

Yo pienso en lo posible de las trasmigraciones: vuelvo a ser el creyente de las reencarnaciones.

Y quiero aprisionarla, pero, mi brazo frío, se queda sin oriente, buscando en el vacío.

---Las brumas del recuerdo decoran el paisaje, los frutos amarillos , que cuelgan del ramaje,

se inquietan, poseídos del ansia de la tierra...Otoño me sonríe... Mi espíritu se aterra.

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Me miro en ultratumba. Razono con los muertos.Los miro pensativos, con los ojos abiertos,sus órbitas profundas mostrando, como abismo,Me siento descarnado, me asusto de mí mismo;

el cuerpo estremecido, y el corazón helado; me encuentro en un desierto, solo y acompañado:

conmigo están los muertos, que abandonan los vivos que olvidan sus miserias, despóticos y altivos,Agoniza la tarde. Los árboles escuetosde mi jardín interno, semejan esqueletos.

Arróbame el encanto que cierra el cautiverio,en la hora sacrosanta, que convida el Misterio.

Y surge milagrosa, como una epifanía,la maga de mis sueños, la augusta poesía,tendiéndome los brazos, arrullándome en su seno,y me dice al oído, escúchame, sé bueno:

de espaldas al pasado, resuena tu alegría;vendrá tu primavera… No duermas todavía!

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Alarico Gómez

Poeta nacional

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Obras completas. Caracas: Imprenta Nacional, 1963. 312

Cuando pienso en Andrés me lo imagino con su libro de versos como guía: joven él -estudiante-y todavía amigo de las coplas y del vino.

Otra imagen que tengo es un camino y Andrés en medio, bajo el medio día.(La cárcel y unos grillos: tiranía.Y Juan Vicente Gómez: asesino).

Andrés Eloy -cantor de Venezuela.Por ella cristo y por la cruz espuela: gallo de la cosecha generosa.

Es nuestro gran poeta popularque siempre canta como canta el marporque tiene el secreto de la rosa.

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Antonio Arráiz

Madre, hermana, novia

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No consumas las manos,madre, hermana, novia .No consumas las manos bajo la luz insomne.

Raras estrellas pueblan la noche venezolana. Tendidos en la noche espaciosa escuchamos el rastro de las agujas.Las agujas inhábiles escarnecen tus dedos, tus dedos circunspectos que besaremos.

No consumas las manos.¿Cómo las besaríamos entonces? ¿Cómo haríamos, madre , hermana, novia,si no ahorrases belleza para la bienvenida?

Tendidos en la noche intentamos en vano reproducir tu voz,

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tu alada charla efímera.

¿Quién silenció tus charlas, madre, hermana, novia? .¿Quién modeló tus dedos tenues y transparentes al dolor de la máquina?¿Y te peinó la loca melena gravemente y te orló la mansa frente de majestad?

Cuando se rinde el día, el nuevo día de prueba, los hombres reparamos los ánimos.Cansados, hombres rudos, gigantescos y débiles que a veces se sienten desmayar.Una boca abstraída entonces gime su nombre.Una mano implorante, como buscando apoyo se extiende en el vacío.En las noches espesas, madre, hermana , novia,adelanta a la sombra tus manos apostólicas, broches de voluntad,

Anoche, mirando el cielo, un compañero dijo:— Sí, pero yo no tengo….- Madre, hermana, novia,

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Comparar con AEB, Pocatorra, Arvelo Larriva, etcétera

¿verdad que no he hecho mal?Ahora serás de dos; te he compartido con él.

Raras luces tranquilas pueblan de advenimientoslas noches venezolanas.

Madre, hermana, novia, no consumas las manos….Del cuenco de tus manos, que sabremos besar, es que los hombres rudos echan a caminar.

La Rotunda, 1930

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Rufino Blanco Fombona

Contemplacióna Pietri Daudet

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Cese el bullir. A su camastro corra la caterva de fieras enjauladas: retiñeron las nueve campanas...El silencio ya impera en la mazmorraEl guarda en la garita se amodorra; Selene, muselinas argentadastiende, y se trueca en camarín de hadas el antro de embriaguez y de camorra.

Salgo, entre receloso y taciturno, y en tanto evoco, al clarear nocturno, visiones caras ó memorias tiernas,

grita el guardián, despótico o sañudo; y parto, humilde, cabizbajo, mudo,mísero can, el rabo entre las piernas

Cantos de la prisión y del destierro. París: Librería Paul Ollendorff, 1911

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Canción y LunaA J. Fabio Garnier

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Ibídem, 49-50

Diana su blanca lluvia de azucenasllueve sobre la tétrica Rotunda,y de añoranza el corazón inunda, pérfida más que canto de sirenas.Un presidiario entona cantinelas al son de la guitarra gemebunda.Una lírica lágrima errabunda,falsa quizás, traduce fiel mis penas.(sigue) Después, la noche su quietud opiadaBrinda al recluso de morriña opreso,Y al influjo magnético del hadacándida sueña el saturnino preso, ceñir el brazo á la cintura amaday en los corales de miel gusta el beso.

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La crucifixión

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Ibíd., 85-86

En la celda blancor y calmaen cuadro de dos y medio metroshay algo en sombra y pena: el almadel mártir y sus ojos tetros

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Alas inútiles

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Ibíd., 87-88

Caído en la nasa devoro sin tasa amargura.

Mi alma ¿qué pasa? Alumbra tu casa, oscuraMe privan de cielo.Me espían. Recelo.Y en tanto...!Sentir este anhelo de vuelo, de canto!

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La visión

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Olor de rosas y batir de alasme despertaron en la celda umbría.Me despertaron no; que no dormíaPésima noche entre mis noches malas.

Quién eres, dí, le pregunté, que exhalastal fragancia y frescor, Epifanía?Tomo en sus manos la cabeza míade pelo en greñas y de barbas ralas.

Giró la vista en torno al calabozo;creí escuchar mi intimo sollozo,y nada… La visión desaparecía.

Algo llevóse y algo me dejabaNo incorporé sobre el jergón ¿Soñaba?

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Ibíd., 55-56

Era … la que era. ¡Y no la conocía!

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El madrigal de las lágrimas

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¡Qué días tan largos!¡Qué noche tan lentas!El tiempo no corre¡y dicen que vuela!

Sábanas mordidas,violáceas ojeras,lapicero rotocales de la celda

pedid á los pájarosde antiguas leyendas,la voz encantada,las alas de flecha.…que sin sus amoresy en cárcel, comprenda

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Ibíd, 61-64

¡cuántas penas cabenen tan chica celda!

La hallaréis, si es de día,regando macetas,ó al piano, ó que bordapetunias de seda;

Si la prima noche,junto a la canela,en torno á la madre,la vista al poema.…

No quiero que el llantomoje su poema,ó la partitura,ó la flor de seda.

Aunque preso, triste,sus lágrimas fueran,bálsamo á mis úlceras,y á mi noche, estrellas.

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Palomita mensajera

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Ibíd, 75-76

Sobre un arco en la prisión,cayó un copito de nieve:es una paloma breve,blanca como una ilusión

Viene del cielo turquí,abre su pico de rosay me dice, cariñosa:-Está bueno, y piensen ti

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El vuelo de PsiquisA Alfredo Arteaga

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Me abruma el calabozo. Cruzan mi alma inquieta pensa-mientos oscuros;y rómpense, al abrirse, mis alas de poetas, contra los cua-tro muros

En sepulcro ¡viviente! Son eternos los días! y las noches eternas!Las Penas me acompañan. En mi torno hay espías y gri-llos en mis piernas. Pero al cerrar los ojos: (luz, campo, cielo) miro romperse las cadenas;y al brazo de mi novia en el jardín respiro magnolias y verbenas

Gozo el aire, las nubes, y el chorro del estanque, frescor

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1 Buscar en Planchart y Semprum la versificación de RFB 2 Encaminar el Vuelo de Psiquis y lo de Déspota. El 3 Notar que Némesis son dos.

como mi amadaAlguna cosa es bueno que el Déspota no arranque ni ten-ga encadenada.

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Francisco Pimentel

10 de junio

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Hoy es el santo de mamá; tiene tres hijos en prisión;¡cómo estará su corazón; yo sólo sé cómo estará¡

Esta mañana al templo fue y allí estará desde la aurora:¿a qué santo le ruega ahora?¿tendrá siempre la misma fe?

La iglesia está cerca de aquí.Ruega por nuestra libertad:¿el Dios de amor y de piedad la oirá esta vez? Puede que sí...

La miro: ruega y llora al par,

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de hinojos ante la Señora:¡Oh, la Madre que ya no llora mirando a las madres llorar¡

La triple cruz de su dolor con mansedumbre heroica lleva: piensa que es una ruda prueba a que la somete el Señor…

¿Qué ha de probarte Dios a ti, si te conoce a perfección?Tu heroísmo, tu abnegaciónsabe: ¿El no fue quién te hizo así?

Hoy es su santo. Fue a pedir por sus tres hijos. Como antaño brilla hoy su fe. ¿Tampoco este año el buen Jesús la habrá de oír?

Y hacía el lúgubre torreóncuando salga se voltearápara enviarnos su bendición¡Aquí estamos los tres, mamá!

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¡Cómo estará tu corazón!

La Rotunda, junio 10 de 1921.

Obras completas. México. D.F. Editorial América Nueva, 1959. 42

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A los ojos que perdí

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Pupilas de mi embeleso que irradian suave fulgor, como un recuerdo de amor en mi celda de preso.

Ojos color de horizonte, verdes y azules al par os copia en la tarde el mar, y al amanecer el monte.

¿Cuál paleta de pintor tan raro matiz contiene?El cielo es cielo y no tiene en su gama ese color.

Son de ese verde marino los ojos embrujadores

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que miran los bebedores cuando tienen triste el vino.

Y en ellos un vago añil pone esas tintas discretas de las primeras violetas que abren al sol de Abril.

Honda mirada cordial, lago de eterna bonanza, verde, como la esperanza, azul, como el ideal.

Yo pude, cuando era mía, sortear espinas y abrojos, ¡ya no os tengo, claros ojos, para iluminar mi vía¡

-2-Mientras que por ese cristalmiró la vida mi amor, todo era de aquel colorde esperanza y de ideal.

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Ibídem, 53-54

Hoy que su luz no me guía,monótono gris me abruma:hoy todo es color de brumapara mi melancolía

Mirada de mi embeleso,horizonte de mi amor,quien me diera tu colorpara mi celda de preso

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Brindis de año nuevoThe year is dying in the night:

ring out wild bells and let him dieTennyson.

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Mozo que en esta noche de Año Nuevo por la plaza pletórica circulas, y la fuga del año te divierte, sin ver que algo de ti también se fuga; tú que auguras el año veniderode placer y fortuna, y cuando dan las doce campanadas y el cañonazo clásico retumba, sientes un raro anhelo de expansiones, de fraterna ternura,y en medio de los seres de tu afecto alzas la copa embriagadora, escucha:Muy cerca de tu dicha, a pocos pasos,en ese antro dantesco, La Rotunda,allí en esa anacrónica Bastilla

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donde el buitre feudal los tiempos burla,hay hombres que se arrastran esta nocheentre un chocar de hierros que espeluzna;segregados del mundo sin derecho,sin sentencia ni culpa;muertos para el bullicio de la vida,vivos para el silencio de la tumba.Hombres de cuyos ojos apagados,en esa hora hará brotar la angustiael manantial de lágrimasque no logró arrancarles la tortura.Que están pensando en un hogar en sombras, y en una anciana de pupilas turbias que alza las flacas manos suplicantes hacia un Dios de piedad que no la escucha.Mira un momento las humanas larvas que desde sus covachas se saludan:-¡Otro Año Nuevo hermano¡

-2-

-Dios nos saque con vida de esta tumba!que ni siquiera pueden abrazarse,

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Ibíd., 37

confundir su amargura, ni decirse la mágica palabra, ni mirar cómo rasga la penumbrala generosa chispa que se enciendecuando dos pechos de varón se juntan!Piensa en esas gargantasque una mano fantástica estrangula;en esas frentes donde sopla el hálito que las almas arruga:en esos hombres que esta noche lloranen la torre feudal de una república,en el trágico pozodonde una sátrapa bárbaro sepultaa los que haciendo un masculino gestodieron la espalda a la ralea eunuca…Piensa un instante, y luego,bebe tu copa y tu festín reanuda

La Rotunda, Diciembre 13, 1919

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Capital Muerto

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Es una caja de caudales hermética, mi corazón: tú solamente, por mis males, conoces la combinación.

Bien sé que allí tengo un tesoro, mi gran capital de pasión, más ¿de qué me sirve ese oro si ya no está en circulación?

Cuando formamos compañía yo derrochaba a discreción, pero mi fortuna crecía siempre en la misma proporción.

Tú me mostrabas la factura después de cada operación:

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¡cientos de miles en ternura, en caricias, más de un millón.

Más sobrevino al fin la baja, entramos en liquidación; te fuiste, cerrando la caja, y olvidé la combinación.

¡Cuántas veces se me ha frustrado una excelente transacción i Con mi capital estancado, me arruinaré sin remisión.

Y pues no has de volver, y estriba en ti mi mala situación, dame esa clave que me priva de mis tesoros de pasión.

-2-No me obligues a tal extremoque, cediendo a la tentación, apele al recurso supremo:descerrajarme el corazón.

Ibíd., 54

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Coloquio de perros

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Perro sarnoso y viejo,famélico mastín de las ciudades,de miserias espejo,trasunto de ruindades,paria fatal de todas las edades.Regocíjate, hermano,no eres ya el miserable sin segundo; te igualó un ser humano; pobre can vagabundo,ya tienes quien te envidie en este mundo.Lamentable es tu fachay vagas al azar porque carecesde la menor covacha:más, tal como pareces,mayor es mi miseria muchas veces.A la cueva en que vivo le hallarías innúmeros defectos;

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yo en ella estoy cautivo y por muchos respectosmás que a ti me destrozan mil insectos.Te escuece y te descarnasucio mal, pero en zaga no me quedo:yo también tengo sarna,y en un punto te excedo,que pudiera curármela y no puedo.Arrastro cadenasy no me es dable alzar protesta alguna y tú, en cambio, tus penas –si el hambre te importuna– desahogas ladrándole a la luna.

-2-

Si no comes un día,Dios realiza al siguiente tu esperanza;hambre peor es la mía:la ración no me alcanzay la tuya es mejor que mi pitanza.

Para mí no se ha hecho

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Ibíd., 39-40

la luz bendita que del sol dinama;tú tienes el derechoque nadie te rebanaa tu rayo de sol por la mañana.

Y en fin, y sobre todo, tú de morales penas te dispensas,porque ignoras un modode torturas inmensas:yo pienso, hermano can, y tú no piensas.

La Rotunda, 1920

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Día del Carmen

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Hoy es día del Carmen: ya no rezo, medito.Ya no tengo, a Dios gracias, tanta credulidad; pienso, por el contrario, que ese nombre bendito es dos veces fatídico para mi libertad.

Carmelo es el alcaide de esta cárcel que expresa lo que vale la letra de la Constitución; y Carmen es el nombre de la rubia alcaidesa que en cadena perpetua me puso el corazón.

Es él un bandolero, cojo, una hiena vieja; ella, flor del linaje que perfumó el Edén; con todo, a más del nombre, algo los asemeja: ambos son carceleros y no me quieren bien.

Junto las dos imágenes un rato en mi retina:¿quién al lado de un lirio ha visto un escorpión?

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Ibíd., 40

Tal el feroz sicario que mi salud arruina, junto al dulce verdugo de mi eterna ilusión.

El alcaide, maestro de torturología, diariamente me prueba su persistencia hostil, más también riega un lauro para el hombre que un día, ante él oprobio unánime, tuvo un gesto viril.

Ella, que hirióme el alma, la llaga no restaña; pero evoco su rostro de nieve y arrebol, y como en la lanzada que dio Artús de Bretaña, a través de la herida pasa un rayo de sol.

Paralelo imposible, semejanza monstruosa que yo atribuyo, escéptico, a la casualidad...Y quizás me castiga la virgen milagrosa de ese nombre, fatídico para mi libertad.

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Cuando tú vienes

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Inédito

Cuando tú vienes, Luisa, me perfumas el día, día inodoro, insípido, de este hostil hospital donde la gran desgracia es la monotonía y el dolor mismo tiene un aspecto trivial.

Cuando tú vienes, Luisa, mi espíritu se enfiesta; ni mi dolencia existe ni existe mi prisión: alfombra amor de césped la pedregosa cuesta y la habitual blasfemia se convierte en canción.

¡Oh, tú mi novia última! ¿No serás la primera?Jamás ardió en mis venas sangre tan juvenil: no es el octubre lánguido: voces de primavera entonan la aleluya de un resurrecto abril.

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Ibíd., 59

¡Cuán pobre era la influencia de la rubia anodina que creyó decisiva mi ingenua mocedad¡ En tus ojos oscuros que el amor ilumina al fin hallé la fuente de la dulce verdad.

¡Oh! caricia dulcísima de tus ojos oscuros, que estremece mis vértebras con temblor de emoción¡Besos de luz, heraldo de los besos futuros con que tus labios castos premiarán mi pasión.

Preso y enamorado: doble prisión la mía y el gran mal de los presos es la melancolía que satura el ambiente de este hospital hostil...

Luisa, cuando tú vienes me perfumas el día porque junto contigo llega el alma de Abril.

Mayo, 1931, en el Hospital Militar.

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El buen camino

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Cuando el oro de ley de tu cabello comience a trechos a cambiarse en plata, y el sol que en tus pupilas arrebata ceda su sitio al vesperal destello.

Y en la tersura de tu rostro bello inicie el tiempo su labor ingrata, y diluya en tu boca el escarlata y afrente el mármol rosa de tu cuello.

Entonces un sutil remordimiento invadirá tu espíritu un momento con amargo sabor de acedo vino;

y al añorar tu ausente primavera, con dolor pensarás que acaso fuera el de mi corazón el buen camino.Ibíd., 52

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Envío

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Ibíd., 43

Y bien, ¡Oh mandarín! ¿quién es más fuerte?tú, magnate, que ansías darme muertey me la has azuzado en varias formas,pero que no te atreves a atreverte, y a guardarme con vida te conformas, o yo, que estoy y seguiré cautivomientras no te despojen del gobierno, y estas como escriboen medio de llamas del infierno?

La Rotunda, abril 19 de 1921.

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Hierro dulceA D. Rafael Arévalo González.

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Amo los pesados grillos que me dieron por tormento: son recios como mi aliento, como mis versos , sencillos.

Bendito el yugo que es castigo de un gesto bello: antes que sufrirlo al cuello quiero llevarlo en los pies.

Y bendita la crueldad que me da, a más del encierro, por cada libra de hierro un quintal de dignidad.

Que hoy en nuestro patrio lar cadenas y grillos son

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el más preciado blasón que puede un libre ostentar.

Por estos hierros, mi historia cobra relieve imprevisto:son como la cruz de Cristo, suplicio y ejecutoria.

Y si su acción permanente callos formó en mis tobillos, tengo, gracias a mis grillos, limpia de callos la frente.

Mis grillos son mi tesoro pues realizan a mi vista la ilusión del alquimista: el hierro trocado en oro.

Y con amarlos me vengodel mal que se procura:¡me los dieron por torturay yo por gloria los tengo!

La Rotunda, 1919Ibíd., 37

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Pasa un avión

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Los que están en el patio “desincomunicados” –pobres gentes que llevan ocho años de prisión–corren –si esto es posible con los píes entrabados por un grueso grillete– para ver el avión.

Sobre un nutrido estrépito de hierros y de gritos cruza el ave fantástica con rauda majestad, y los presos aplauden, sin saber, pobrecitos, que aquello es un sarcasmo contra su libertad.

Los incomunicados, que no vemos el cielo hace veintiocho meses, oímos el motor: en todos los espíritus hay un ansia de vuelo y en todos los tobillos un peso abrumador.

Después los comentarios más o menos sapientes; Guynemer y Vedrines salen a relucir;

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Ibíd., 37

se desatan las lenguas, se iluminan las frentes, hasta que la campana nos ordena dormir.

Y sueña el triste preso sobre su tabla dura con un biplano mágico, y un piadoso aviador que lo lleva muy lejos, a un país de ventura donde no haya tiranos, ni grillos, ni dolor…

La Rotunda, 1921

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Paz de mi celda

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Cuando las nueve da la campana y un gran silencio la torre gana de la prisión,sobre mi tabla pienso muy hondo, mi pensamiento llega hasta el fondo de mi razón.

Nunca mi joven, mi indócil alma gustó una calma como esta calma, ni al meditar.

fue tan sereno mi pensamiento, cielo sin nubes, lago sin viento, noche polar.

Ya ni la muerte me causa espanto; mi fe es coraza donde el quebranto

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Ibíd., 40-41

mella su afán; y mi cabeza de sueños llena es un escudo contra la pena y un talismán.

Si me persiguen hados adversos, tengo mis sueños, tengo mis versos:doble placer.

Mientras mi musa no me desaire y mis castillos sostenga el aire,¿qué he de temer?

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Programa

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Si alguna vez me encuentro afuera de esta insoportable prisión, buscaré también la manera de libertar mi corazón.

Si, no me quiere la que llena de lirismo mi juventud, yo he de quebrantar la cadena que me tiene en esclavitud.

Basta ya de martirio interno; también el amor tiene fin: no quiero ser el novio eterno, el amante de folletín.

Me casaré con una niña que tenga un fuerte capital:

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es un género de rapiña que elude el código penal.

¿Y qué no es cosa muy frecuente hacer negocio del amor?Yo vendo cara mi simiente, como de cepa superior.

Tendré casa muy bien montada, mesa, automóvil y chauffeur, y una mu ejercita educada a la que al fin he de querer.

Seré accionista de los Bancos, de negocios entenderé y sabré a cómo están los francos y cuándo hay alza de café.-2-

Mi chaleco de fantasía, mi corbata sensacional, han de ser la nota del día,el clou de la “Vida Social”

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Ibíd., 50-51

Y cuando encuentre a la que tantome ha hecho soñar y sufrir,daré al olvido mi quebrantoy procuraré sonreír.

Golpearé distraídamentemi pantalón con el sticky ella dirá, como la gente:-¡Qué bien vestido está, qué chic!

Y no sospechará, de fijoque bajo aquella afectaciónse esconde, arrugadoodre sin vino, mi corazón

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Radioamor

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Yo de mis sueños soy un grande avaro, pues sólo por su gracia recupero tu amor, que todas mis heridas sanay dulcifica todos mis tormentos.

No he perdido tu imagen: tu retrato está fotografiado en mi cerebro tan bien, que no hay un ácido en el mundo capaz de disolverlo.

Y por la noche a mi interior me asomo, anima tu figura mi deseo, y vienes a mi lado y eres mía, tal Como en otros tiempos.

¿No has sentido tus labios ciertas noches en otros labios invisibles presos?

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Es que el éter, el fluido imponderable, el compasivo y mágico elemento, aliado fiel de los que amor consume sin alcanzar el adorado objeto, trasmite de mí boca hasta la tuya el mensaje inalámbrico de un beso.

No he perdido tu amor: estás cautiva en la tela de araña de mis sueños; de ahí esas rachas de tristeza súbita, de imposibles, recónditos anhelos que, en veces cuando al piano, distraída, arrancas al azar truncos arpegios, o cuando por la tarde, en la ventana, vaga tu vista por el libro abierto, anudan un momento tu garganta y sacuden tu cuerpo.

- 2 -

Tienes otro vivir que no imaginas y en el cual eres mía sin saberlo, y recobro tu amor, del mismo modo

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que en anteriores y felices tiempos.

Y si también alguna vez me engañas, no será mi sufrir ya tan acerbo,que en despertando, al entreabrir los ojos, sonriendo me diré: ¡todo fue un sueño!

Y quedaré de nuevo sosegado porque sé que estás fija en mi cerebro y que no hay ningún ácido en el mundo, que te pueda borrar de mi recuerdo.

A falta de tu amor real y cercano, me conformo con esto, con este amor químicamente puro que a mí te junta cuando estás tan lejos.

¿Qué soy un loco lírico? ¿Y qué importa, si soy feliz con serlo?“Sueño es la vida” predicaba el bardo, y ¿qué es amor sino soñar despierto?

La Rotunda

Ibíd., 54-55

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Se está muriendo mi vecinoOyendo agonizar a D. Pedro Manuel Ruiz

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Se está muriendo mi vecino, desde aquí escucho su estertor, será otra cruz en el camino de este larguísimo dolor.

Un terrible mal le asesina; úlceras tiene a discreción; no le han dado una medicina ni una vedija de algodón.

Quizás no llegue a la mañana ni oiga la música marcial a las cinco cuando la diana sacuda el sueño del penal.

Y cuando el “ronda” se presente “¿Cómo amaneció por aquí?”

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obtendrá un silencio elocuente que equivale a “No amanecí”.

Pasará después la requisa, sabrá el jefe la novedad; luego sin darse mucha prisa, procederá en conformidad.

Vendrá el cabo con el martillo golpeará muy fuerte, y después de la gruesa barra del grillo desuncirá los yertos pies.

En la cobija sucia y vieja lo coserán; luego entre dos lo cargarán hasta la reja y desde allí...¡Sábelo Dios!

-2-(Ni ha de ser muy arduo tampoco trasportar el cuerpo hasta allá: los muertos de aquí pesan poco es cosa comprobada ya).

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Y se acabó...Hasta el roes que viene, que otro saldrá de modo igual, veremos qué nombre contienela próxima rifa mensual.

El corazón se me amilana, me invada súbito terror; es muy probable que mañana oigan los otros mi estertor...

Y tengo treinta años apenas, ¡cómo no he de desesperarsi en la vida hay cosas tan buenas tanto que ver, tanto que amar!

No, que la muerte no te aflija, bello es también morir así; para nosotros la cobija es de brocado carmesí...

¿Qué más da morir en lo oscuro o perecer a plena luz?La muerte nuestra, de seguro siempre ha de ser muerte de cruz.

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Ibíd., 38-39

Y si el martirio nos reclama digno a la empresa será el fin:Don Quijote murió en su cama porque ya no era paladín.

-3-Y me resigno a mi destinosin cobardía y sin dolor...se está muriendo mi vecino,ya no se escucha su estertor...

La Rotunda, 1921

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Sursum

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Hermano, compañero de cadena que en los ladrillos de ruín covacha extenuado, famélico, sarnoso, maldiciendo te arrastras:

Si aún tienes una chispa en el cerebro y un blancor en el alma, recógete un momento, y de rodillas dale al Eterno gracias.

¿No oyes en el silencio de tu celda el rumor de la gesta cómo avanza?¿No perciben tus ojos en la sombra el fulgor inicial que anuncia el alba? También la luz en la tiniebla existe cuando es una potencia la mirada; en las profundidades del abismo,

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como en la cumbre el corazón se exalta, y es más radioso el nimbo del profeta cuando al cubil de los leones baja.

Tú eres de los ungidos; tu destino te preserva y te salva; te hace factor de la asombrosa empresa y en torre ebúrnea tu guarida cambia.Tu madriguera es útil: el camello que presiente el simún en el Sahara, bajo la arena tórrida se entierra mientras la tromba de la muerte pasa. Afuera ruge desbordado el río, pestilente raudal de negras aguas que ha recogido el cúmulo de todos los detritus de la charca.Y el fango es traicionero, el pie que al deslizarse no se aparta, pugna en vano después por desasirse; cuanto más se sacude, más se atasca.-2-

Por ti, por tu destino,no eleves a los cielos tu plegaria;

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Ibíd., 37-38

ruega por tus hermanos, lo de afuera, los que no saben que se incuba el águila,y en los festines de la satrapía,turba de siervos embriagados, danzaPor lo que sólo fango en las cabezashan de mostrar mañana,que en copa del árbol sólo hay lodocuando el nivel de las corrientes baja.

Deja que la corriente se depure, que se encauce otra vez el agua clara;y porque te libró del torbellinoque hasta tu torre de marfil no alcanzahermano, compañero de cadenadale al eterno gracias.

La Rotunda, 1920

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Tercera época

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Esta purísima mañana de muselina azul y grana -un poco tarjeta postal- en vez de causarme alegría aviva la melancolíaque en mí se está haciendo habitual.Aunque, en verdad, no es nada extraño que de jovial me torne huraño en esta tercera prisión; yo he visto presos, y no pocos, que con menos se vuelven locos o se mueren del corazón.

Siete años en tres ocasiones... ya soy un “doctor en prisiones”, como me dicen los demás; esta vez vine voluntario,

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y no sería extraordinario que volviese dos o tres más.

Mis huesos son duros, por suerte,y resisto como el más fuerte; sólo añoro mi humor jovial y la flor de mis años mozos que se quedó en los calabozos de esta Rotunda medioeval.

Gasto en ergástulas mi vida pero mi juventud vencida cumplió el biológico deber: deber de justa rebeldía que ya los jóvenes del día han empezado a comprender.

-2-

Quijote sin lanza ni espadacon sólo mi risa enristradame enfrentó al nefasto dragón;insumiso y desamparado,me siento a su soplo aventado

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Ibíd., 39

como una avispa en un ciclón.

Pero fue de los zapadoresque con su sangre y sus doloresabren el pasado al porvenir;juventud, divino tesoro,te perdí, pero no te lloro,ya el alma comienza a lucir.

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Miguel Otero Silva

La Rotunda

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IEscuchad las voces del hierro:el aullido de las puertas pesadas, el parloteo de las llaves, la queja larga de los grillos, el frito seco del remache.

Escuchad! Escuchad!

La vibración de un grito humanoentre los sonidos metálicos.La corneta y el tamborsonando desbocados para ahogar el grito.Escuchad las voces del mandoy cómo silba el látigoy cómo cae el látigo sobre la carne fresca.

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El grito humano es alaridoy luego murmulloy se torna alarido otra vezy después quejido y es llanto y es silencio al fin.Pero el látigo sigue cayendoy silbando isócronocual si fuera el péndulode un reloj dantesco.Y a sus fibras se adhieren piltrafasde la carne fresca.Y hay un hombre que cuenta los golpesy grita: Más fuerte!Y hay sangre en el patio.

Escuchad cómo tocan a diana.Ciento veinte y cinco!ciento veinte y seis!Lentamente se apagan los gritos.

En el corazón de Caracasestán matando un hombre a latigazos.

2

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Mirad, mirad ahora!Un poco más lejos han colgado a un hombre.

Al desatarlo de la sogase desmorona desarticuladocomo si estuvieses vacío.Vedle la cara intensamente pálida. los ojos teñidos de muerteque se asomaron a la muerte misma.Las manos crispadas de horrorQue buscaron apoyo en el vacío.Los pies alargados por la angustiade asirse a la tierra.

Como el latigueado del patioya tampoco grita.Ya no es un hombre. Es un guiñapo.La sangre corre por los muslos flácidos.Y lo abandonan en la tierra,para ver si lo acepta la muerte.

Abrid los ojos totalmente!

Mirad ese hombre que han colgado

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en el corazón de Caracas.

3

Aceraos a la rejade aquel calabozo siniestro!Calabozo estrecho y tenebrosocomo la tumba misma.Calabozo que guarda un hombre exhaustosembrado por los grillos.

Acercaos! Ese hombre agonizade hambre y de sed. Sus labios resecos murmuran aúnpalabras recias de combate. Sus ojos se aferran tenacesa un recuerdo de agua claray de pan blanco y tibio.

Los grillos! Los grillos!Siente cual si tuviera el mundoamarrado a los pies.

Se muere. Lo matan.

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Su vida se esfuma en silencio.Acercaos! Acercaos!

En el corazón de Caracasno hay agua ni pan para un hombreque muere de hambre y de sed.

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Son hombres! Son hombres!y son más que hombresporque ya conocenel dolor en todas sus fases tremendas.Y son más que hombresporque se lanzaron a romperse el pechocontra la muralla de horror y de muerte.

Son hombres barbudos y desencajadossin más horizontesque cuatro barrotes de hierroy sin más caminos que sus cicatrices.Anclado el impulso a los grillos, enmohecidos los músculos,pálidos rostros in sol.

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Y a los recuerdos no desencadenan aquel tropel de sensaciones tiernas:han recurrido tanto a los recuerdosque se han tornado inútilescomo las fuentes secas. Y hasta el pensamiento se estropea las alasy en las cuatro paredes oscurasse pone a dar tumboscomo un pájaro herido.Allí están compactados lo hombresesperando la muertey mirando morir a los otros.

En el corazón de Caracas…

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Pero id más adentroque en un calabozo del fondohay uno que habla y otros que escuchan.

Y en la propia palabra del hombre que hablaexplicaos la tiniebla que visteis.

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25 Poemas de Miguel Otero Silva. Caracas: Editorial Élite. Lit. y Tip. Vargas, 1942. 79-85

Oíd como diceque cárceles torvas y torvos verdugostienen un sentido de fusta negreraal caer sobre las espaldas esclavaspara extraer más frutos, más metales,del amargo sudor de los vencidos.

Oíd como anunciaque las manos rudas de los explotadoshan de hacer añicoscárceles, verdugos, grillos y torturas.Mirad su entusiasmoque lo torna ágil con los grillos puestosal hablar del glorioso estallidoque hará crujir el cielo como una tempestad.

Oíd como habla!Ved como lo escuchan los pálidos rostros!Y echaos a la callea buscar un puesto donde combatir!

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José Rafael Pocaterra

1917

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Despues de mí. Caracas: Imprenta Universitaria de Caracas, 1965. 35

Adiós año-viejo.ojalá te fueras más allá del día,más allá del tiempo, más allá de todo, más allá de Dios¡recoge la herencia: tu reloj, tu espejo,tu guadaña en mella ¡tanto cortaría!y los cien mil muerto, insaciable viejo, que llevas en pos.

Adiós año-viejo,llévate las horas crueles de agoníade tus doce espadas, de tus doce meses de crimen atroz¡llévatelo todo que yo no me quejó!déjame tan solo la última alegríade ser unos solos los ojos, los labios y los corazones de nosotros dos.

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El bajito

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¡Músicas de otros días, qué memorias remotas! icómo suena en el fondo de nuestros corazones.

de esos valses antiguos las apagadas notas y la música triste de las viejas canciones!

Músicas del pasado; compases de gavotas, rancia mazurka austríaca de rectilíneos sones, romanzas italianas para los acordeones,“pasillos” de las arpas empolvadas y rotas...Pianitos de manubrio, joropos y habaneras que hacían a los chicos bailar en las aceras

de aquel barrio tan pobre que fue toda una edad, violines destemplados, clarinetes dolientes,

recreo vespertino de las humildes gentes,

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Ibídem, 37

¡alma de la ciudad!

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Mensaje

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Como el persa doliente de la “eterna locura” que exprimió en esa página musical su amargura; como el pianista loco que extendiera a la joven ya muerta, sobre el piano, para tocar Beetboven; como Tonio, el payaso desfigurado y malo, que anuncia la tragedia brusca de Leoncavallo; como todos los tristes y los desengañados hasta ti van mis versos. Son ritmos olvidados, acordes de otro tiempo, vetustas melodías que arrastran el ropaje de sus melancolías hacía el ángulo oscuro del salón, donde el piano, bajo el doble castigo trémulo de tu mano gemirá, con pedales, una antigua sonata o las viejas angustias de la pobre Traviata.

Hasta tí van mis versos de soledad cautiva para que tu tristeza sea más pensativa.

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Ibíd., 49

Se va muriendo el año con la luz que fenece: tras la espesa cortina la hora palidece

y es una visión cruda de dolor y fastidio.Nada hay más desolado que la tarde en presidio.

Estos versos se riman en sólo un consonante como tú y yo rimábamos un corazón amante.

Estos versos tendrán ese supremo encanto: no lloran porque son ellos mismos el llanto.

Que tu memoria siempre su devoción les guarde, recítalos tú sola, al caer de la tarde cuando no haya más luz que la de tus pupilas.

Y así vendrá la noche a mi celda de preso como el rumor de un beso.

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J. C. Silva

13 de diciembre

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Oh, fecha redentora!... Parecíarendida a la barbarie Venezuela,y que siempre cerrada aquella escuelade civiles protestas, yacería.

El pueblo, en tumultuosa algarabía,con su dicterio al déspota flajela…como también su indignación revelacontra el cantor de la hosca tiranía…

Se estremecen los cínicos histrionesque forman coro al periodista insano…y al acechar los nobles corazonesque encarnan el honor venezolano

En los números anteriores sobre la Semana Magna. El mismo día pu-blicaron el discurso de Nemesio Arturo López

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El 26 publicaron recitación de Rafael Bruzna, López en entierro de Marcano, 14 de dic. 1919 N. del ed.: En el margen superior izquierdo se encuentran las siguien-tes anotaciones: “Sancho Panza”. Director: Manuel Flores Cabrera. 24 de diciembre

cae el vocero de inmundas ambiciones,quemado por la sangre de Marcano

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