Hola:

Yo quiero un portal que me lleve a través del tiempo para cambiar el pasado, también quiero un vale por  los días de mi vida atrasados. Quiero jugar “Quisiera ser millonario” para ver si el destino existe, o tal vez ganarme la lotería para apoyar la pobreza que persiste. Quiero probar con Zenón de Elea que el movimiento no existe para no preocuparme por el paso mal dado, también quiero escribir un libro donde diga lo que haría si fuera abogado. Quiero bailar con las sirenas o tal vez viajar con Dionisio por todo el mundo. Quiero intentar sumarle a la eternidad dos lustros. Quiero una computadora que me hable de amor y a cupido verlo sentado en una oficina de correos; quiero un viaje todo pagado en un crucero que me lleve a Burdeos. Quiero decirle a Sartre que tal vez se equivocó y sí hay vida después de la muerte, aunque para eso prefiero una moneda que lo eche a la suerte. Quiero un adoquín del muro de Berlín para burlarme de la Guerra Fría y conseguirle al Tío Sam una Tía. Quiero acompañar a Dante por el infierno para escribir una crónica en el Reforma o aprovechar todo aquello que ya no retorna. Quiero a Tres Mosqueteros en mi puerta y decirle a Doña Inés que Don Juan no es de confianza; también quiero arriar mi bandera junto a la de Sabina en el Cabo de Poca Esperanza. Quiero preguntarle a Neruda si hay un poema que no haya escrito para que me lo diga en sueños o comprarle un cachito de Luna a quien quiera que fuera su dueño. Te presentó a Simbad: el marino, que con él he volado por los siete mares y también a Superman que me enseñó a navegar por las nubes hacia otros lugares. Tengo un estante reservado para la manzana de Eva y una mesa para reproducir la Última Cena. Un alemán me enseño que debe lucharse por la vida y un cantante guatemalteco a escribir sobre mis heridas. Aprendiz de las letras de Borges y García Márquez, siempre buscando redactar un nuevo embarque. Quiero conocer la Academia de los Cisnes de la canción más hermosa del mundo y despertar mis pensamientos que han estado en un coma profundo. Quiero a Dido, Ana Karenina y a Santa para que me digan un nombre para mi musa, quiero enfrentar a mi Minotauro y completar mi idea de amor que está inconclusa. Quiero un mundo mejor para decirle a John Lennon que deje de imaginar o hallar en Internet una página que me venda libertad para aprisionarme un poco de esta realidad y dejar de soñar. Quiero contestar la pregunta de Sabina y decirle que si Adelita se fuera con un comisario yo la seguiría. Quiero todo lo que no tengo, pero sin embargo, sé que si lo tuviera no lo querría.

Quiero tantas cosas casi imposibles y rasgarle la piel a lo improbable es mi ilusión más creíble. Pero en realidad quiero algo más que todo lo mencionado. Te quiero a ti y quiero estar a tu lado. Quiero que si el destino existe sea porque estás en mi vida, que si el movimiento no existe sea porque nunca me iría de tu lado en tus más profundas heridas. Si bailo con sirenas es para pintarte un mundo en donde tú seas princesa. Que si me burlo de la Guerra Fría sea porque a tu lado mi corazón ya no se enfría. Que la Tía del Tío Sam se quedé sin sobrino y que pierda un seguidor el dios del vino. Que los Tres mosqueteros cuiden tu más profunda añoranza y cambiar mi bandera en el Cabo Esperanza. Quiero que mi embriaguez sea por tu amor y no por Dionisio, que la libertad no se vende en Internet pues junto a ti la realidad para soñar se hizo. Volar en tus mares en lugar de Simbad y navegar en tu cielo que es mejor que el de Superman. Quiero escribirte el poema que Neruda me ha dicho en sueños y que la crónica sea por ti en lugar de Dante y su infierno. Que mi musa lleve tu nombre y olvidarme de Adelita y su comisario. Que Creta se quedé con su laberinto y su Minotauro. Lo que no me enseño el alemán es amar la vida de alguien más y si estuvieras conmigo escribiría una canción de felicidad, contra el guatemalteco que sólo sabe llorar, con el título “Imagina un mundo conmigo” y que al éxito de John Lennon se asemeje para que te quedes cerca y nunca te alejes. Escribiría una novela sobre lo fantástico que es oír tu sonido y que los cisnes de la Academia te canten la canción más hermosa del mundo al oído, en donde más o menos el coro dice así: “Para la niña que me alegra en un instante la vida”  y es que sólo quiero que sepas que quiero todo pero nada seria especial si no quisiera estar contigo pero simplemente me conformo con verte cada día”.