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Plaza de San Marcelo en la actualidad, uno de los pocos rincones que no se han visto sometidos a la remodelación.

León fue creada como campamento del Imperio Romano, en el siglo 1 de nuestra era, con elnombre de Legio VII Gémina Pia Felix. Conquistada por Muza en su campaña noroeste, no seráreconquistada hasta el siglo IX por Alfonso 1. Sobreviene una centuria de decadencia hasta eltraslado de la capital del reino astur a León. La ciudad se repuebla con mozárabes, se restaurala muralla y el plano romano desaparece; el nuevo rey edificó su palacio sobre las antiguas ter-mas, inaugurando un curioso proceso de demolición periódica sobre ese mismo solar.

A partir de aquí el artesanado se afianza como actividad urbana, y monjes, clérigos, infanzo-nes y labradores completaban entonces la estratificación social. Se trataba de una ciudad-merca-do, artesanal, agrícola y ganadera, con transacciones realizadas extramuros. Así, surge el burgonuevo, al sur de la ciudad, canalizando la actividad de ésta.

La decadencia de la vida económica entre los siglos XV y XVIII determinaría la involucióndel plano, inalterable en la práctica desde el siglo XIII al XIX (salvo la creación de la Plaza Ma-yor en el XVII). A finales del XIX la ciudad, aletargada durante siglos, acelera su ritmo. Si hastaaquí todo el crecimiento se había canalizado hacia la ocupación de solares interiores vacíos, apartir de ahora el nuevo impulso económico permitirá la expansión extramuros.

La centralización administrativa en las capitales de provincia y un esbozo de desarrollo indus-trial, ligado físicamente al área ferroviaria, son la base del desbordamiento espacial del primitivonúcleo. Sin embargo, hasta la primera década del siglo XX la ocupación exterior fue tímida. Apartir de entonces, el crecimiento se canaliza hacia el río, plasmándose en el ensanche (proyecta-do en 1897 por Ruiz de Salazar). Así, el principal síntoma en la aceleración del desarrollo es eltraslado definitivo del centro de la ciudad (San Martín) alrededor de 1940 a la plaza de SantoDomingo, Ordoño II y adyacentes. Esto lleva como consecuencia la conversión del suelo rústicoen urbano (mediante el mecanismo de las parcelaciones) y la expansión de las distintas barriadasal unísono de la ocupación del Ensanche.

362 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS

Plaza de San Martín. Antiguo centro comercial y en la actualidad el popular«Barrio Húmedo».

Origen y evolución de la ciudad de León

1. DEL CAMPAMENTOROMANO A LA CIUDADPREINDUSTRIAL

Decía Manuel de Terán que«la historia de la ciudad no ad-quiere categoría de hecho geo-gráfico hasta que directa o indi-rectamente se expresa en el sue-lo y contribuye a la creación delpaisaje urbano». La ciudad deLeón está marcada por una lar-ga historia que imprime su hue-lla en la ciudad actual de mane-ra desigual.

La ciudad nació como campa-mento militar de la Legio VIIfundada en el año 68 de nuestraera y se instaló permanentemen-te en el interfluvio de los ríosBernesga y Torío en el año 74 ó75. Herencia romana son loslienzos de la muralla de la zonanorte y la actual calle Ancha secorrespondería con el decuma-no. Durante las campañas mu-sulmanas sufrió sucesivas devas-taciones y sólo el traslado de lasede real desde Oviedo por Or-doño II a comienzos del siglo Xconsolidó el asentamiento urba-no. A las construcciones reales yciviles se unieron numerososmonasterios, más de una veinte-na, que fueron dotados con nu-merosas casas y solares. La vidade la mayoría de ellos fue corta,pero su presencia se tradujo enuna paulatina e irreversible den-sificación de la ciudad y en la fi-jación del trazado viario.

Entre el siglo VI y el XIII laciudad sufrió una profundatransformación al calor de lasperegrinaciones jacobeas y deldesplazamiento de la fronterahacia el sur. Florecieron en ellaun nuevo artesanado y el comer-cio que se localizó en el Burgonuevo, a extramuros del lienzo

sur de la muralla, en torno a laactual iglesia de San Martín. Laciudad pasó por un periodo deflorecimiento repoblador, co-mercial y artesanal. La dualidadentre la vieja ciudad monacaldonde proliferaban las «cortes»definidas por Martín Galindocomo un conjunto de casas,huertas, herreñales, hornos ybodegas cercadas por una tapia,cuya yuxtaposición se ha trasla-dado a un trazado viario irregu-lar, y el Burgo nuevo con callesque confluyen en el mercado enuna disposición concéntrica ycon una división en parcelas másregular ha llegado a la actua-lidad.

A finales del siglo XIII la ciu-dad había alcanzado las 40 Has.de superficie duplicando la quetenía el primer recinto murado.La configuración como núcleoúnico y próspero quedaría rubri-

cada por la construcción en pie-dra de una cerca en 1324. Ade-más, a la entrada y salida del ca-mino francés, que recorría laciudad por el Oeste, se formaronlos arrabales del Santo Sepulcro,Santa Ana y Renueva, y otrosarrabales donde vivían los labra-dores al oriente. Con ello, la ciu-dad recorrió en su formación elmismo camino que otros núcleosde la Europa occidental (núcleoromano, burgo nuevo y arraba-les), adquirió diversidad funcio-nal en un espacio reducido (no-bles y monjes, comerciantes yartesanos y labradores) y, lo quees más importante, había adqui-rido una superficie que no seampliaría hasta varios siglos des-pués.

Entre los siglos XV y XVIII laciudad entra en un período deestancamiento económico, pueslas rutas comerciales y los cen-

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LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 363

Antigua Plaza de San Marcelo

tros económicos se han traslada-do hacia el sur, y, en consecuen-cia, también demográfico y es-pacial. Sólo la formación de pe-queños arrabales de labradores(San Pedro, San Lorenzo y SanSalvador) y el crecimiento de losantiguos dan dinamismo al pla-no. En el interior, la ciudad seembelleció con la construcciónde palacios, conventos y de laPlaza Mayor, la reconstrucciónsimultánea de las viejas cortes deacuerdo con un modelo arqui-tectónico propiamente urbanosobre un trazado viario más re-gular.

La formación del espacio ur-bano cobra nuevo impulso a me-diados del siglo XIX. La llegadadel ferrocarril en 1863, así comola configuración de la ciudad co-mo capital de la provincia, seránlos factores emblemáticos de laactividad económica y del creci-miento urbano.

La ciudad finisecular estabacompuesta por el casco antiguoy un conjunto de arrabales inte-grado por San Lorenzo, San Pe-dro y La Serna, San Salvador delNido, los dos Ejidos, Sta. Ana,La Corredera, Renueva y SanMamés y el barrio de la Esta-ción. Su valor residencial eramuy desigual. Los arrabales per-dieron el carácter agrícola tradi-cional al que se unió una com-ponente obrera en la medida enque aparecieron algunas indus-trias y el ferrocarril con su enla-

que se desarrolla con anteriori-dad y que condiciona el creci-miento futuro de la ciudad: ladesamortización de los bieneseclesiásticos. Con la desamorti-zación de fincas rústicas y urba-nas iniciada en 1835 el clero per-dió la mayor parte de su patri-monio inmobiliario en favor dela burguesía local. No llegó a de-saparecer como integrante delgrupo de los grandes propieta-rios pero los grandes patrimo-nios se distribuyeron entre ungran número de nuevos propie-tarios.

Si cuando se realizó el Catas-tro de Ensenada en 1751 el cleroen sus diversas manifestacionesjurídicas (cabildo, cofradías,conventos, fábricas, memorias,obras pías y beneficencia) erapropietario del 53 010 de las 1.131casas catastradas, si la Catedralera propietaria del 43 07o de lascasas desamortizadas, que he-mos podido documentar, y lossiete poseedores de más de diezcasas acumulaban un 82% de lasmismas, en cambio los 24 com-pradores de más de una casa só-lo reúnen el 25% y ninguno ad-quiere más de cinco.

Con la desamortización se ini-cia un proceso de liberalizaciónde la propiedad urbana y rústicaque facilitará las transformacio-nes posteriores. Pues ni las múl-tiples alineaciones de calles ni laremodelación del caserío hubie-ran sido posibles sin el acceso de

ce de las vías de Asturias y Ga-licia proporcionaba numerososempleos y los servicios deman-daban empleados. Unicamenteel casco antiguo albergaba a laexigua burguesía leonesa, que seconcentraba en su zona central,en torno a la calle Ancha, y con-vivía con la población obrera enel resto.

La formación de la ciudad ensu configuración actual tieneuna fecha clave, cuando elAyuntamiento convocó en 1896un concurso de proyectos de en-sanche para la zona situada aloeste de la «vieja población»,entre la carretera de Adanero aGijón y el Bernesga y la actualcalle de Suero de Quiñones y elpaseo de Lancia.

No obstante, hay un proceso

La calle Ordeño 11 en los años 40, donde se traslada el centro comercial y deservicios.

la burguesía a la propiedad in-mobiliaria. Igualmente, los nue-vos propietarios de fincas rústi-cas en las proximidades de laciudad habrían de dar un sesgomercantil a sus predios de mane-ra que podrían canalizar el cre-cimiento urbano y obtener unasrentas superiores a las que pro-porcionaba el uso agrario de lasfincas.

2. LA CONSTRUCCIONDEL ENSANCHE

El Ensanche se planificó poruna doble razón, sin que poda-mos establecer prioridades entrelos dos factores porque ambosestán imbricados: crear un nue-vo marco de residencia para laburguesía donde fuera posibleaplicar los nuevos conceptos ur-banísticos (calles amplias y rec-tilíneas, abastecimiento de aguasy alcantarillado, grandes parce-las donde construir chalets conjardín o casas de vecinos) y de-sarrollar las actividades comer-ciales y de servicios a otra escala(despachos, consultas, comer-cios, almacenes y talleres) y, almismo tiempo, racionalizar yapropiarse de las plusvalías ge-neradas por el crecimiento ur-bano.

El ensanche se proyectó parala zona comprendida entre lacarretera de Adanero-Gijón (ac-

tuales Independencia-Ramón yCajal) y la ribera del Bernesga yentre Suero de Quiñones y el Pa-seo de Lancia.

El único proyecto se presentóen 1897 y fue aprobado en 1904.Con el fin de facilitar la comu-nicación con la «población vie-ja», tenía como ejes principalesla Gran Vía de San Marcos, yVilla Benavente, que confluíanen la plaza de Sto. Domingo y,en el extremo opuesto, la Plazade Guzmán El Bueno distribuíapor el ensanche el tráfico proce-dente de la estación por las ca-lles de Roma y República Argen-tina, siendo Ordoño II la diago-nal que unía ambas plazas. Apartir de estos grandes ejes orto-gonales se trazaron calles para-lelas que delimitaban manzanascuadradas de 100 m. de lado yuna Ha. de superficie. Sólo en elángulo NE se variaba el trazadopara enlazar las calles del Ensan-che con las del Casco Antiguo.

El trazado en torno a OrdoñoII exigía demasiada superficiepara calles y las manzanas resul-tantes eran de forma triangular,poco apropiadas para construir,precisamente allí donde el suelotenía más valor. Por ello, al mis-mo tiempo que se aprobó el pro-yecto se solicitó la primera refor-ma del mismo. Su resultado fuela apertura de calles perpendicu-

lares a Ordoño II (Alfonso V,Alcázar de Toledo, Juan Loren-zo Segura que finalizaban en lade San Agustín, y las de Gil yCarrasco y Villafranca, en la deFuero).

En años posteriores el planosufrió nuevas modificacionesque alteraron la regularidad ori-ginal. Las callejas rurales de Fa-jeros y Burgo Nuevo se convir-tieron en trazados urbanos, lasgrandes manzanas cuadradasfueron dividas en dos con el finde dar la línea de fachada a unmayor número de solares, el pa-seo de Invierno quedó reducidoa una calle con doble vía de cir-culación y arbolado en la media-na. Estas modificaciones resta-ron calidad al trazado original:las perspectivas desde la calleOrdoño II se perdieron, aumen-tó el número de intersecciones,desapareció el único jardín pro-yectado, se incrementaron lasdensidades de edificación.

La ocupación de este espaciofue inmediata. De hecho, en1902, cuando se tramita el pro-yecto, ya vivían en Ordoño II276 personas y 440 en Indepen-dencia, Burgo Nuevo y Don Ca-yo. La densificación de la zonacomprendida entre Roma y Re-pública Argentina se realizó pa-ra 1930, alcanzando los 4.450habitantes. Quedaban fuera del


Antigua Glorieta de Guzmán el Bueno.

Asturias y Carbajal. El barrio de'San Esteban se formó a partir desiete fincas de reducido tamañocuyos solares fueron ocupadosde inmediato. La parcelación deE. Ramos (1923) y la de la callede las Fuentes, detrás de las ca-sas de la Caja de Ahorros, y lade N. Fernández (1926) en LaMaderada, fueron el germen delbarrio de Las Ventas. De esta

primera fase son también la deP. Peña en San Claudio (1923),sobre una finca segregada delCoto desamortizado, y la de E.Picón (1923) al pie del puente deSan Marcos.

En la década siguiente los pro-pietarios de predios parcelaronotras ocho fincas de tamaño de-sigual. Unas estaban de las ante-riores, con lo cual se confirmó la

Glorieta deGuzmán elBueno y.renovación delasconstruccionesdel paseo de laCondesa deSagasta.

prado del Calvario (pertenecien-te al desamortizado Coto de SanClaudio), cuyos solares puso a laventa la Sociedad González Rol-dán después de comprarlo en1933 a Marcelina Carballo, y losde la margen derecha de la pre-sa de San Isidro, propiedad deEmilio Hurtado, Catalina Fer-nández Llamazares y ManuelCampo, y oros predios de menortamaño. Estas fincas serían ur-banizadas, parceladas y edifica-das en los treinta años siguien-tes.

En el primer tercio del presen-te siglo la ciudad rebasó el perí-metro de la época preindustrial.No sólo a través del Ensanche,signo inequívoco de una nuevaetapa en la historia de la ciudad,sino también por el crecimientoque experimentaron los arraba-les históricos situados en tornoal recinto amurallado. Las carre-teras, caminos y callejas ruralesguiaron la edificación dando alcontorno urbano un aspecto es-trellado. Y, sobre todo, a travésde las parcelaciones, elementoclave en la configuración del es-pacio urbano actual.

3. EL MECANISMO DELAS PARCELACIONES

A diferencia de lo que ocurrióen otras ciudades donde ensan-che y parcelaciones son contem-poráneos, el movimiento parce-lador de fincas rústicas se desen-cadenó en León veinte años des-pués de la aprobación del Ensan-che. Ambas formas de produc-ción de suelo tienen el mismoobjetivo, captar las plusvalíasorientando el crecimiento urba-no; pero la parcelación está des-tinada a unos habitantes de po-co poder adquisitivo, mientras elEnsanche será el solar de la bur-guesía. Por ello, la situación res-pecto a la ciudad consolidada yel grado de equipamiento serámuy diferente.

Las primeras parcelaciones serealizaron a partir de 1922 en lazona norte de la ciudad, a lo lar-go de las carreteras de Collanzo,


El barrio de El Crucero, aquejado de multitud de problemas urbanísticos.

zona norte como área de creci-miento urbano, otras fueronparceladas en puntos tan aleja-dos como la carretera de Zamo-ra (C. Rodríguez, 1933 y J.

Eguiagaray, 1934), donde seránla referencia del crecimiento ur-bano al otro lado de la estaciónde ferrocarril.

Con la ocupación paulatina

de este suelo, la ciudad fue per-diendo el aspecto compacto deépocas pasadas. Los prados yeriales se convirtieron en lugarde paso hacia los nuevos barrioscuyo carácter obrero se manifes-taba no sólo en la profesión desus moradores, sino también enla estrechez y modesta arquitec-tura de sus viviendas y en la au-sencia de los servicios más ele-mentales.

Hasta entonces, burguesía,clases medias y obreros habíanvivido en proximidad geográficay la diferenciación social se ma-nifestaba principalmente en lacalidad de la vivienda pues tan-to el recinto amurallado comolos arrabales tenían una infraes-tructura insuficiente: la red deabastecimiento de aguas y alcan-tarillado sólo recorría algunascalles, por citar un ejemplo. Apartir de ahora, las diferenciaseconómicas entre los grupos so-ciales se trasladan al plano. Los


nuevos barrios son exclusiva-mente obreros, mientras el En-sanche es netamente burgués.Aquí la urbanización va parale-la a la edificación, en cambio,según un informe realizado has-ta 1954, en 27 parcelacionesaprobadas hasta entonces falta-

ban los bordillos, aceras, calza-das y la red de aguas limpias ysucias. Los propietarios se limi-taron a vender los solares sinrealizar las obras de urbaniza-ción, en una operación típica-mente especulativa con suelo debaja calidad.

Vista aérea de la ciudad.


Entre 1943 y 1959 hay unanueva fase de incorporación ma-siva de suelo urbano a través delas parcelaciones. Pero ahora seintroducen dos elementos desco-nocidos hasta entonces en la ciu-dad. Por un lado, hay un ciertointerés en planificar la expansiónde la ciudad que se plasma en laredacción de planos de conjun-to. Es el caso de los barrios deSan Mamés, El Egido, La Chan-tria y San Claudio donde se pre-tende que las parcelacionescorrespondientes a las distintasfincas se articulen entre sí. Porotro, estas parcelaciones seránocupadas por viviendas cons-truidas en régimen de cooperati-va y la urbanización se realizócon mayor prontitud que en lasparcelaciones de la época prece-dente. Además, se han modifica-do las estructuras en la promo-ción inmobiliaria, la autocons-trucción y las pequeñas promo-ciones dejaron su lugar a promo-tores y constructores.

A mediados de la década de

centro. Por su parte, la carrete-ra de Collanzo, ahora Avda.Mariano Andrés, estaba flan-queda por las construcciones le-vantadas sobre las sucesivas par-celaciones, quedando grandesdescampados entre ellas, espa-cios intersticiales que serán ocu-

Puente de San Marcossobre el río Bernesga.

Antiguo puente romanoy ruta jacobea.

pados en época posterior. Alotro lado de la vía férrea citada,ya estaban levantadas las prime-ras construcciones del barrio de

Aparentemente, el casco Antiguo, presidido por la Catedral, sigue ofreciendo elmismo aspecto que antaño.

los cincuenta la ciudad había re-basado los sesenta mil habitan-tes y tenía un espacio urbanocomplejo. En el Ensanche que-daba un reducido número de so-lares sin edificar y ya era clara-mente el nuevo centro de la vidaeconómica y social de la ciudad,mientras el casco antiguo entra-ba en una fase de decadencia sinla parte más dinámica del co-mercio y siendo cada vez másminoritario el grupo social quele había dado prestigio. Losarrabales de Levante, desde SanLorenzo hasta Sta. Ana, consti-tuían un apéndice del recintoamurallado sin posibilidades deexpansión por carecer de vías ur-banas adecuadas a las nuevas ne-cesidades de edificación y cir-culación.

En los años anteriores la ciu-dad había crecido hacia el nor-te, donde el barrio del Canario,entre la estación del FC. de Ma-tallana y la carretera de Asturiasy el de San Esteban constituíanel área obrera más próxima al


Barrio del Ejido. Cooperativas unifamiliares que a veces han sido sustituidas por la edificación horizontal.

San Mamés-Nocedo sobre sen-das parcelaciones. Igualmente,en las proximidades de las insta-laciones de RENFE el barrio delCrucero se ampliaba merced a laventa de solares por los Srs.González, Tascón y Fernández.Además, en la margen derechadel Bernesga se había consolida-do la zona industrial de la ciu-dad, entre cuyos establecimien-tos cabe destacar las fábricas de«Abelló», «Elosúa» y la Azu-carera.

Hacia el sur, la nota caracte-rística es la discontinuidad delespacio construido. En el barriode San Claudio la parcelación deP. Peña ya estaba ocupada en sumayor parte y había algunos edi-ficios a lo largo de la Correderay en las proximidades de la pla-za de toros. En medio quedabanlas fincas de A. Miñambres, A.de Celis y del Ayuntamiento.

El barrio de la Chantría, cu-

yas vías principales son la deCircunvalación y la Avda. de Jo-sé Aguado, ya contaba a media-dos de los cincuenta con los ele-mentos que le caracterizaránposteriormente: el mercado deganados, matadero y estadio defútbol, las viviendas de la parce-lación de F. del Río a las que seunirán otras posteriormente, sinque, en ningún caso, el conjun-to de fincas situadas al pie de lacalle de las Fuentes se incorporeal espacio urbano.

Finalmente, el Ejido era unconjunto de prados a punto deser ocupado, pues en 1964 ya es-taban construidas las viviendasde «Jesús Divino Obrero» y F.Valladares, entre otras. De nue-vo nos encontramos aquí con losespacios intersticiales, entre lasáreas recién edificadas y los edi-ficios situados a lo largo de SanPedro-Miguel Zaera-Avda.Real.

Desde el otoño de 1959 la ciu-

dad contó con un Plan Generalredactado de acuerdo con la Leydel Suelo de 1956. Pero este planapenas introdujo novedades enla situación que se había conso-lidado en los años precedentes.El ayuntamiento renunció a sus-pender las licencias de parcela-ción y de construcción mientrasel Colegio de Arquitectos redac-taba el plan. La presión de lospropietarios era tal que en 1958y 1959 se dio licencia a seis nue-vas parcelaciones, precisamenteen aquellos barrios (Ejido y SanMamés) por donde había de cre-cer la unidad en las dos décadasposteriores.

Por ello, este plan vino a con-solidar la situación de hechoexistente basada en un conjuntode planes parciales que tratabande articular las parcelaciones decada barrio. Tales eran las deSan Mamés-Nocedo, El Ejido,La Chantría, La Lastra, SanClaudio y Carretera de Zamora.


Edificaciones que aún no han sufrido la remodelación en el Ensanche.

Esta misma reactivación se ex-tiende también al barrio de LasVentas, en el que la calle Maria-no Andrés y sus transversalesson el apoyo para la construc-ción de un barrio completamen-te diferente al que se había con-figurado hasta entonces. Así, laspobres edificaciones de una odos plantas son sustituidas poredificios de hasta una decena deplantas.

En la actualidad la construc-ción afecta a casi todos losbarrios de la ciudad, pues ésta seextiende ahora regularmente enmancha de aceite. La falta de in-corporaciones masivas de nuevosuelo urbano, (las últimas son definales de los cincuenta), explicaun desarrollo urbano sin grandessaltos. La construcción se reali-za en los espacios vacíos quequedaron cercados, en las már-genes de lo construido o donde

el derribo de viejos edificios esposible. Por tanto, ya no hayejes o núcleos que polarizan elcrecimiento en una zona deter-minada y éste se realiza por to-das partes.

En realidad, el ritmo de cons-trucción no decrece en la perife-ria, aunque no cesa la remodela-ción del centro, y esta onda apa-recerá tantas veces cuantas el po-tencial económico de la ciudad,determinado por su tamaño pe-ro también por su área de in-fluencia, haga obsoletos los edi-ficios del centro.

2. LOS PLANES DEORDENACION

El primer plan de ordenaciónde León, que fue aprobado en1960, intentó dar una normativaque regulase y controlase la ex-pansión urbana. A partir de es-

La consolidación de la ciudad burguesa y de losbarrios periféricos

1. EL PROCESO URBANO

En la década de los sesenta escuando cristalizan las tendenciasapuntadas en los años anterio-res. La población experimentaun importante crecimiento entre1940 y 1960 sin que ello tuvierauna contrapartida lineal en laproducción de viviendas. En es-te contexto de crecimiento gene-ral todos los barrios tienen en es-tos años su punto álgido en loque a expansión se refiere. Aho-ra bien, no todos los barrios par-ticiparon por igual en este de-sarrollo ni tampoco para cadauno de ellos significa su mayorritmo de incremento.

La construcción se concentra,sobre todo, en Ejido Norte, laChantría, Ejido Sur, EnsancheNorte y La Vega. En este mo-mento hay dos hechos que mar-can un hito en el proceso deconstrucción de la ciudad. Estosson el salto que dan las barria-das del lado Este y la caída en pi-cado que afecta a los barrios pri-meramente consolidados.

La construcción de los prime-ros realizada en las etapas ante-riores había consistido funda-mentalmente en edificios de me-nos de cuatro plantas, por tan-to, es ahora cuando se macizanestos barrios.

En la década del setenta al-canza su valor máximo el Ensan-che. Esta reactivación se debe ala remodelación del caserío y ala ocupación de los últimos so-lares que quedaban vacantes. Laonda de crecimiento que partióde aquí en los años cincuenta ha-cia la periferia vuelve a mostrar-se activa a través de la remode-lación, que también afecta alcasco antiguo, aunque en muchamenor medida.


Evolución de la población

Población Incrementoanual

Indice % sobrela provincia

1900 15.580 100 4,041910 18.117 1,53 116,28 4,581920 21.399 1,68 137,34 5,191930 29.337 3,20 188,29 6,641940 44.755 4,30 287,25 9,071950 59.549 2,90 382,21 10,931960 73.483 2,12 471,64 12,571970 105.235 3,66 675,44 19,181981 131.134 2,02 841,68 25,311986 134.040 0,94 881,98 25,99

Fuente: Censos y padrones municipales. Elaboración propia.

Barrio de SanLorenzo.Cooperativasuniiamiliares.

ta fecha la ciudad crece en todaslas direcciones y con una grananarquía, pues el plan de orde-nación no es capaz de orientar elproceso sino que tiene lugar unsistema de parcelaciones. El in-cremento espacial es más débilque el demográfico y la escasezde suelo ha dado lugar a una re-novación urbana en altura queadquirió gran fuerza en SantaAna, Ensanche, San Pedro ySan Lorenzo.

El crecimiento desordenadoha roto el esquema tradicionalde la ciudad y ha provocado ungrave problema de congestión.Este desarrollo urbano es conse-cuencia de un terciario fuerte-mente inflado debido funda-mentalmente a la acumulaciónde servicios por su capitalidad.Por tanto, la economía urbanaes muy débil con un sector se-cundario escasamente desarro-llado.

La aplicación del mecanismode las parcelaciones particulareshizo posible que el suelo rústicose transformase en urbano, ali mplantar una trama de calles,dividirlo en manzanas y éstas ensolares. Se realizan, por tanto,en un contexto de vacío legisla-tivo. Así, en el espacio extramu-ros que rodeaba la ciudad, pocodespués y al unísono de la ocu-pación del Ensanche aparecensectores de pequeñas o grandes

parcelaciones. La configuraciónadquirida con estos mecanis-mos, libres de cualquier tipo dereglamentación, es a lo que estásometido León durante el actualsiglo.

Las bases de la planificaciónurbana desde 1956 hasta finalesde los años setenta fueron trans-gredidas e incapaces de pararuno de los mayores problemas:la especulación.

La arbitrariedad, inoperanciay falta de rigor de nuestros pla-nes generales hay que buscarlaen el divorcio que existe entre elplaneamiento y las decisionesentre los medios y los fines. Así,aunque es obligatorio en los mu-nicipios hacer planes, no tuvie-ron ninguna vigencia debido alos intereses particulares. Portanto, sus estudios económico-

financieros y los programas deactuación, cuando existen, sondocumentos de puro trámite quenada tiene que ver ni con el pla-neamiento físico propuesto, nicon las posibilidades económicasreales de la comunidad que ha deejecutarlo.

Se aprueba un plan en 1960que en lugar de servir para di-mensionar la ciudad futura y so-lucionar los problemas de in-fraestructura ya planteados, seutiliza para dar amparo legal aintereses especulativos, como lodemuestra el hecho de que semantengan las ordenanzas de1954. Con lo que se produce undesajuste entre el aumento espa-cial y el demográfico.

Los agentes urbanos vincula-dos directamente con la adminis-tración municipal impondrán un


Vista aérea del barrio de Pinilla y de las Eras de Renueva, ambos de promociónoficial. El primero de la Obra Sindical del Hogar y el segundo del MOPU (aún

sin construir).

crecimiento especulativo tantoen la expansión espacial como enla construcción en altura. Losresultados de este modelo de de-sarrollo urbano nos han legadouna ciudad en la cual los déficitsde infraestructuras se han idoacumulando y los equipamientosse limitan a los mínimos.

Se edifican nuevas viviendascuando se carece de servicios pa-ra las que ya existen, se sustitu-ye un edificio por otro de muchomayor volumen e intensidad deuso cuando el área donde se en-cuentra el primero ya está con-gestionada, y tienen prioridadlos derechos privados de un pro-pietario a edificar sobre la basede un planteamiento en desuso,sobre el derecho del habitante aque se atiendan sus primeras ne-cesidades urbanísticas.

El régimen urbanístico delsuelo tiene que dar un giro me-diante una política que haga po-sible llevar a la práctica el pla-neamiento y comenzar a hacerfrente a los déficits. Esto exige

determinar las áreas de posibleedificación sobre la base de suaptitud para ello, con preferen-cia hacia aquellos terrenos libresurbanizados y con planes parcia-les aprobados.

En los últimos veinte añosLeón ha visto reducido a más dela mitad el número de edificiosdel siglo pasado y principios deéste con valor arquitectónico.En una ciudad de pequeño tama-ño, la ley universal de articula-ción del espacio urbano determi-na que el grado de capacidad ad-quisitiva de cada grupo social semanifieste en una mayor o me-nor cercanía al centro comercial,y coincide con el área residencialde alta calidad. Este expolio ar-quitectónico se produce debido aque las mayores plusvalías delsuelo se consiguen en el centrodel casco urbano, espacio que seremodela permitido por la Ad-ministración Local mediante laconcesión de las licencias deconstrucción.

La reforma de la Ley del Sue-

lo de 1975 estableció la obliga-ción de adaptación a la mismade los Planes Generales de Orde-nación. Dado que se había sen-tido la necesidad de contar conuna normativa urbana adecuadaa las modernas condiciones de laciudad, superando las imperfec-ciones y contradicciones delPlan del sesenta se acordó la re-dacción de un nuevo Plan.

La elaboración del Plan co-menzó en 1977, pero después devarios meses de estudio y de pro-puestas (en colaboración con va-rias asociaciones de vecinos,agrupaciones ciudadanas, etc.)el Ayuntamiento ofreció un planen que para nada tenía en cuen-ta las opiniones y sugerencias delos vecinos de León. La nuevaCorporación Local elegida revi-sa lo anterior en 1980. Pero seseguirán introduciendo sucesivasmodificaciones después en la se-gunda Corporación (1983-87).

Por tanto, las opciones políti-cas se han dirigido prioritaria-menta a favorecer la apropia-ción de plusvalías derivadas delincremento de las rentas urba-nas, y subsidiariamente, la crea-ción de los más indispensablesórganos y a la adecuación de laciudad a las necesidades deriva-das del proceso de cambio eco-nómico. La segregación socialen el espacio es efecto principalde la supeditación de lo urbano,entendido como soporte de laproducción y circulación de bie-nes y de la reproducción de lafuerza de trabajo, a lo urbanocomo objeto directo de acumu-lación y apropiación de capital.

3. LA URBANIZACIONDE LOS POLIGONOS

Los planes parciales de la ma-yor parte de los polígonos hansido elaborados, y algunos apro-bados, antes de iniciarse la ela-boración del nuevo plan. Hayque señalar que la urbanizaciónde los polígonos (58, 10, LaChantría) fue el motivo princi-pal de las sucesivas modificacio-nes y rectificaciones del Plan.

La historia del polígono 58


(en Pinilla) y del 10 (Las Labia-das) se remonta a 1975 y actual-mente se han construido por elsistema de compensación (poracuerdo de los propietarios delterreno). El primero surgió poriniciativa del Ayuntamiento, es-te le calificó de suelo urbano yle fue impuesta una nueva orde-nación en 1980, por la necesidadde destinar a parque público elantiguo vivero de Obras Públi-cas y por la masificación del tra-zado de la vía de penetraciónnorte, lo que supuso una reduc-ción del 20% aproximadamenteen el número de viviendas pre-vistas para el polígono. El se-gundo nació por iniciativa de lospropietarios de los solares y es elúnico que se está construyendocon todos los equipamientos enla actualidad.

El polígono de las Eras de Re-nueva, promovido por el Institu-to Nacional de la Vivienda, lle-va más de veinte años paraliza-do. Este hubiese proporcionadoviviendas económicas de las quecarece la ciudad y hubiese repre-sentando un lanzamiento urba-nístico. Se hizo la urbanizaciónque se ha quedado obsoleta. Laoposición de varios propietariosen negociar la cesión de susterrenos a la Administración hacongelado la inmensa mayoríade suelo edificable, permane-ciendo aún sin construir como elpolígono de La Chantría en elque no se ponen de acuerdo lospropietarios del suelo.

Así, la creación de espacio deconsumo colectivo se supeditadurante las últimas décadas a losintereses de los nuevos promoto-res que actúan, ya no realizandoun valor de uso y subsidiaria-mente obteniendo unas ganan-cias de la venta del espacio cons-truido, sino actuando de formaprioritaria en el mercado de lavivienda, lo que da lugar a mer-cados socialmente diferenciadosdel suelo y la vivienda.

Por último, señalar que el po-lígono industrial no ha atendidolas necesidades de las industrias,ya que prácticamente se encuen-


tra vacío de contenido por faltade estructuras apropiadas y dedinamismo. La mayor parte delas pequeñas y medianas indus-trias se localizan por toda la ciu-dad y el polígono de Villacedréde iniciativa privada. El escasodesarrollo de éste y la falta denuevas implantaciones indus-triales se debe a la obsoleta dis-tribución y al escaso suministrode agua a la ciudad, que serámás acuciante y grave en un cor-to período de años.

4. LOS PROCESOSDEMOGRAFICOS

A lo largo del siglo XIX tan-to las tasas de natalidad comolas de mortalidad son elevadas(superiores al 40%). El creci-miento demográfico se apoya,por tanto, en la inmigración, loque supone que ésta compensalas pérdidas de un crecimientonatural negativo.

La ciudad mantiene un ritmode crecimiento similar hasta1920 y la base de éste seguirásiendo la inmigración hasta ladécada de los cuarenta que escuando las tasas de mortalidadse alejan de las de natalidad y elcrecimiento natural adquiere un

volumen apreciable, pero tam-bién es cuando la estructura de-mográfica inicia su proceso deenvejecimiento.

El movimiento natural de lapoblación adquiere un papelprotagonista en la década delcincuenta, sin embargo, estecomportamiento se invierte enlos años sesenta como conse-cuencia del éxodo rural que tras-vasa el contingente poblacionaldel campo a la ciudad.

Por tanto, entre 1940 y 1960se conoce el primer gran impul-so demográfico que se plasma enla ciudad con un crecimiento decarácter radial hacia el norte enlos barrios de Las Ventas, Inma-culada y San Esteban y hacia eloeste estimulada por la actua-ción oficial en Pinilla.

La población de León, debidoa lo anteriormente expuesto, secompone casi a partes iguales denacidos en la ciudad y poblacióninmigrante que procede funda-mentalmente de la provincia ysecundariamente del resto delpaís.

En los primeros cuarenta añosdel presente siglo la estructurade la población evoluciona len-tamente. Al disminuir la morta-lidad infantil se produce un en-

sanchamiento de la base de laspirámides en la primera parte deeste siglo.

La participación cada vez másimportante del crecimiento natu-ral en el aumento de la pobla-ción es debido a que el descensode la natalidad coincide con el dela mortalidad. No obstante, lajuventud que caracteriza al con-tingente demográfico hasta ladécada de los cuarenta comien-za a declinar de forma cada vezmás rápida desde los años de laguerra civil; sobre todo el des-censo de la natalidad (en tornoal 20%) es el responsable del pe-so cada vez menor de los jóve-nes en la estructura piramidal. Aesto se une la disminución de in-migrantes en los últimos años,ya que la ciudad no puede ab-sorber la mano de obra exceden-te del campo, lo que nos lleva auna pirámide en la actualidadbastante envejecida.

Hay que señalar, por tanto,que el crecimiento demográfico,vegetativo y la inmigración estánestrechamente unidos. Así, a lolargo de este siglo hay dos perío-dos en los que la migración al-canza un volumen grande, en losaños treinta y en los años sesen-ta, que es cuando León sufre unmayor incremento de la pobla-ción.

En cuanto a la población ac-tiva se puede decir que siempreha tenido un excesivo peso elsector servicios, dado que la ciu-dad crece corno consecuencia deser un centro administrativo yterciario que abastece a la pro-vincia, quedando muy relegadoel sector industrial en el que des-taca la construcción. Esto se de-be a que las implantaciones in-dustriales llegan con mucho re-traso y nunca con la fuerza su-ficiente para transformar su es-tructura económica.

La población activa es madu-ra y con escasa participación dela mujer. Todos estos hechosnos revelan un terciario excesi-vamente inflado, que la caracte-riza como ciudad de servicios, yde un cierto anquilosamiento enla economía urbana.


Fotos: Sergio Tomé. Diputación de León (Marina Riesco, Francisco Díez, Alfredo Rodríguez. Ayuntamiento deLeón. Departamento de Geografía. Vicente Tascón.

Dibujo: Francisco Pelayo Somoano. Tomás Cortizo. Jesús Bayón.

Vista aérea de parte de los barrios situados en la margen derecha del río Bernesga.

Población activa 1986

Varones Mujeres Total

Energía y agua 2,67 0,12 2,79Extraccion y transformación de minerales 4,84 0,90 5,74Industrias transformadoras de los metales 4,52 0,38 4,90Otras industrias manufactureras 6,40 2,07 8,47Construcción 5,72 0,21 5,93Total Industria 24,15 3,68 27,83

Comercio, restaurantes y hostelería 11,04 5,61 16,65Transportes y comunicaciones 9,12 1,30 10,42Instituciones financieras, seguros 4,53 1,38 5,91Enseñanza, Sanidad, otros servicios 16,12 15,78 31,90Total Servicios 40,81 24,07 64,88Agricultura 4,70 2,49 7,19

TOTAL 69,66 30,24 100

Fuente: Padrón Municipal. Elaboración propia.


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