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1 Cuaderno de organización 1 _ Alberto Altesor El plan leninista: herramienta de la revolución. Introducción Llegar a la reunión del organismo; oír al camarada que habla sobre el plan, sobre las metas, cifras, cotizaciones, entrevistas, etc., etc. Discutir y regatear, llegando finalmente a aceptar como propias un cierto número de tareas, a veces sin tener muy claro que significan. ¿Quién de nosotros no ha pasado, y pasa reiteradamente por esta situación? Y luego, la reunión de control o el control individual en que un camarada cuidadosamente pregunta y anota todos los detalles de nuestra actividad durante la última semana 15 días, o mes. Tenemos seguramente algunas nociones acerca de estos temas. Pero, ¿sabemos realmente que es un plan? ¿y un control? ¿Cuál es su razón de ser, y qué utilidad representa para nosotros? ¿Existe alguna relación entre ellos? ¿Y por qué? ¿Tiene importancia aprender a elaborar un plan? ¿Y realizar controles? De ser afirmativa la respuesta, ¿cuáles serían los elementos claves de un buen plan? El esclarecimiento de estas cuestiones permitirá elevar la actividad, apoyándola en una comprensión superior de los fundamentos básicos del estilo Leninista de trabajo. El plan es el partido comunista vivo y actuando entre las masas Los comunistas queremos cambiar el mundo haciendo la Revolución Social con las grandes masas del Pueblo. Para ello, la tarea esencial es forjar la fuerza social de la revolución. Desarrollar en las masas y a través de su propia práctica la conciencia de la necesidad, de la ineluctabilidad del triunfo de la Revolución, y la determinación de llevar a cabo el trastocamiento de las estructuras económico-sociales y políticas que entrañan esa Revolución. ¿Cómo pensamos lograr estos objetivos? ¿Cuáles son los caminos de acción que unen la persecución del objetivo final con la gradual aproximación a éste? Nuestra acción debe basarse en las leyes generales del desarrollo de la sociedad y en las formas concretas de su manifestación en cada situación. Ello es condición para en cada instancia- trazar con acierto el derrotero estratégico-táctico. Para decirlo con más claridad, la aplicación creadora del marismo leninismo a la realidad, ha permitido y permite a nuestro Partido la elaboración de las orientaciones

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Page 1: Plan Leninist A

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Cuaderno de organización 1 _ Alberto Altesor

El plan leninista: herramienta de la revolución.

Introducción

Llegar a la reunión del organismo; oír al camarada que habla sobre el plan,

sobre las metas, cifras, cotizaciones, entrevistas, etc., etc. Discutir y regatear, llegando

finalmente a aceptar como propias un cierto número de tareas, a veces sin tener muy

claro que significan. ¿Quién de nosotros no ha pasado, y pasa reiteradamente por esta

situación?

Y luego, la reunión de control o el control individual en que un camarada

cuidadosamente pregunta y anota todos los detalles de nuestra actividad durante la

última semana 15 días, o mes.

Tenemos seguramente algunas nociones acerca de estos temas. Pero, ¿sabemos

realmente que es un plan? ¿y un control? ¿Cuál es su razón de ser, y qué utilidad

representa para nosotros? ¿Existe alguna relación entre ellos? ¿Y por qué? ¿Tiene

importancia aprender a elaborar un plan? ¿Y realizar controles?

De ser afirmativa la respuesta, ¿cuáles serían los elementos claves de un buen

plan?

El esclarecimiento de estas cuestiones permitirá elevar la actividad,

apoyándola en una comprensión superior de los fundamentos básicos del estilo

Leninista de trabajo.

El plan es el partido comunista vivo y actuando entre las masas

Los comunistas queremos cambiar el mundo haciendo la Revolución Social con

las grandes masas del Pueblo. Para ello, la tarea esencial es forjar la fuerza social de la

revolución. Desarrollar en las masas y a través de su propia práctica la conciencia de la

necesidad, de la ineluctabilidad del triunfo de la Revolución, y la determinación de

llevar a cabo el trastocamiento de las estructuras económico-sociales y políticas que

entrañan esa Revolución.

¿Cómo pensamos lograr estos objetivos? ¿Cuáles son los caminos de acción que

unen la persecución del objetivo final con la gradual aproximación a éste?

Nuestra acción debe basarse en las leyes generales del desarrollo de la sociedad

y en las formas concretas de su manifestación en cada situación. Ello es condición para

– en cada instancia- trazar con acierto el derrotero estratégico-táctico.

Para decirlo con más claridad, la aplicación creadora del marismo leninismo a la

realidad, ha permitido y permite a nuestro Partido la elaboración de las orientaciones

Page 2: Plan Leninist A

2

para la acción política contenidas en el Programa de la Revolución Uruguaya, los

diferentes Documentos de los Congresos y los documentos que establecen la línea para

períodos más breves del aconteces nacional. Estas orientaciones constatan para períodos

dados, las condiciones y grandes líneas del desarrollo de la sociedad; a la vez marcan

los objetivos a alcanzar por el Partido y las masas en la etapa dada, indicando los

caminos de acción para lograrlos.

Las cosas se van aclarando. Sin embargo, aun no hemos pasado a la acción para

lograrlos. ¿Cómo damos ese paso? ¿En qué consiste?

ESE PASO ES EL PLAN

Ubicación general del plan: Intento de definición.

El plan de acción es la organización de los comunistas y cada comunista

aplicando la línea, viviendo y trabajando diariamente por la revolución.

El plan de acción es la materialización del estilo propio, de la madurez, de la

fuerza y de la capacidad de incidencia del partido.

El plan convierte la línea en el camino de acción que permite avanzar un paso

concreto hacia la meta final, planteándose objetivos específicos para ese paso y

la manera de lograrlos para –afirmando ese paso- preparar el siguiente. El se

objetiva en metas y cifras, en reactivación de la vida orgánica del partido, en

movilización de medios materiales, cuadros de la organización y otros recursos

y reservas humanos; y en la definición y creación de los instrumentos que

ayuden a los comunistas en su accionar diario para cumplirlo.

Luego, todo plan es consecuencia de la línea y por lo tanto debe basarse en una

fundamentación política que fije los objetivos a lograr. Tanto la línea como los

objetivos, deben ser sencillos, claros, positivos y reflejarse en metas concretas,

específicas para el período y lugar dados. La fácil comprensión y la

visualización de perspectivas positivas estimulan el compromiso de los

comunistas con su cumplimientos y facilitan la acción para lograr que nuestra

línea sea patrimonio entrañable de las grandes masa e impulso movilizador.

EL PLAN ES CONCIENCIA Y

COMPROMISO EN ACCIÓN

EL PLAN ES LA LINEA HECHA

TAREAS

UBICACIÓN CONCEPTUAL DEL PLAN

A) El plan es la aplicación de la ciencia y el arte de la dirección política. Es el

instrumento superior de ejercicio de la Dirección partidaria.

Como ciencia: Es el reflejo del conocimiento de la realidad objetiva y plantea a

punto de partida de los objetivos fijados, la cantidad, el tipo, la calidad y la

dirección de las acciones a desarrollar para transformar esa realidad.

Como arte: Incluye también un alto grado de sensibilidad, conocimiento de la

gente, de sus intereses y aspiraciones, de la historia y las mejores tradiciones,

etc., sumados a la iniciativa creadora, imaginación y audacia, para mostrar

caminos de transformación a través de la práctica de masas.

Page 3: Plan Leninist A

3

Y si el problema cardinal de la Revolución Uruguaya es al construcción de un

grande y fuerte Partido Comunista, garantía última del destino socialista y

comunista de la Revolución (porque el Partido es la expresión más elevada de la

Fuerza Social de la Revolución), entonces:

B) El plan es el instrumento máximo de autoconstrucción del Partido. Al convertir

la línea en lucha, en tareas concretas y direcciones de trabajo dirigidas a los

afiliados y a las masas, él es el vehículo para la elevación del prestigio y la

capacidad de incidencia del Partido. Reafirma a los comunistas en la alta

responsabilidad. El aumento del prestigio es también aumento de las

posibilidades reclutando nuevos afiliados.

C) La lucha por el plan es el estilo de vida y de actuación leninista del Partido

Comunista. El plan es motor de desarrollo de la vida orgánica, de la capacidad

del Partido para incidir con su línea entre las masas y ser una fuerza política real

capaz de definir en el acontecer nacional, haciendo avanzar la Revolución. En

este sentido, es también instrumento de aprendizaje y de maduración

revolucionaria del Partido.

¿Cómo afecta el plan en acción a la organización partidaria?

1) La puesta en marcha y la lucha por el cumplimiento del plan

exigen poner en tensión las fuerzas orgánicas como paso previo al

despliegue hacia la “conquista de las masas”. El arranque depende

del funcionamiento orgánico – fundamentalmente la reunión – que

expresa de manera viva el principio rector de organización y de vida

del Partido, el centralismo democrático. En la reunión se ejercita la

democracia partidaria, con la más amplia discusión de todos los

aspectos del plan para su mejor realización y adaptación a la realidad; luego, con la

toma de los acuerdos expresos, que significan la aprobación del plan y la distribución

de las tareas. Los acuerdos expresan el ejercicio de la dirección colectiva; obligan a

todos los afiliados del organismo a luchar por cumplirlos y se complementa con la

distribución de responsabilidades individuales, cuyo conjunto es el plan. Y por lo

tanto su realización es también responsabilidad colectiva.

2) Es la batalla por el plan. Batalla por ganar a todos los afiliados

para la fundamentación, orientaciones y objetivos de éste plan, de

manera que cada uno ponga lo mejor de sí para alcanzar las metas

concretas.

Aquí vemos nuevamente la importancia de los acuerdos que

expresan la unidad de voluntad y el compromiso de la unidad de

acción. Nos referimos a la adecuada correlación entre disciplina

consciente y dirección colectiva. El ejercicio de la democracia, de la dirección

colectiva, educa a los militantes en que la persuasión, (capacidad de convicción –

comprensión), fortifica la disciplina consciente partidaria. Luego, la batalla por el plan,

no es fría transmisión de orientaciones, metas y cifras, sino un

desafío a nuestra capacidad para convencer, contagiar y

entusiasmar, primero a los camaradas, para que lo adopten como

propio y den la batalla por la conquista de las masas, verdadera

llave maestra para su cumplimiento. Los avances logrados a través

de este camino estarán firmemente basados en la experiencia

El plan es

ejercicio de vida

orgánica

El plan es

batalla

política interna

El plan es

batalla hacia las masas

Page 4: Plan Leninist A

4

directa, tanto de la vanguardia en su capacidad de dirección, como de las masas en

conciencia, etc. Así el acuerdo debe reflejar la comprensión de

las orientaciones generales y particulares que fundamentan el

plan, el estudio y aceptación de las metas y cifras propuestas,

luego de encontrar formas de concretarlas, la distribución de las

responsabilidades en forma individual y el compromiso

individual y colectivo de hacer los máximos esfuerzos por el

cumplimiento del plan. Entonces el plan cuando realimente

resultado de acuerdos, materializa el compromiso de ser vanguardia política en el

sentido leninista.

El plan y el control: Instrumentos para la lucha por la línea.

La línea política partidaria es arte y ciencia en la dirección de

la Revolución y refleja el talento en la aplicación del

principio de “Saber vencer paso a paso, de manera

juiciosa”. Ella se basa en la correcta aplicación de las leyes

objetivas para definir por un período dado, en una situación

dada, para un lugar dado y hombres dados, los objetivos

concretos más adecuados.

El plan adapta y traslada estas formulaciones, de manera de

transformarlas en metas, cifras, direcciones de trabajo,

acciones concretas de masas, tareas de los comunistas

(individuales y colectivas), y a la vez crea los instrumentos

necesarios para cumplir con esto y establecer también los

mecanismos de contralor o de verificación para poder medir los resultados de la

actividad partidaria.

El plan es también medida de la capacidad de la organización. Esta medida surge de

correlacionar: por un lado las necesidades (planteadas por la línea del Partido), con las

posibilidades como capacidad de modificar la realidad. A la vez, la sucesión de planes

es proceso de adiciones cuantitativas y saltos cualitativos, alternándose al superarse los

límites de la medida y llegar a un nuevo punto nodular del desarrollo, que define otra

calidad.

Dos acepciones de la medida del plan:

1) El enfoque dialéctico. En este sentido la medida del plan es un

desafío a la capacidad del Partido para transforma realidades. La

determinación de las posibilidades (metas, tareas, etc.) debe ser

hecha considerando el período dado como proceso en el que la

acción de los comunistas se ejercerá a favor de la tendencia del

desarrollo y modificará, hará crecer y multiplicará las

posibilidades que existían al comienzo de dicho período. O sea,

deberá “medirse” no sólo las posibilidades “objetivas” que hoy tiene la organización, ni

las necesidades “frías” que plantea la situación política. La medida justa correlaciona

dialécticamente ambos aspectos; tiene en cuenta también el estado de ánimo de la

El plan es

compromiso

de acción comunista

El plan es aplicación

concreta de la

táctica y la estrategia

El plan debe

ser concreto y simple

Mide la

capacidad

de asumir el desafío

Page 5: Plan Leninist A

5

vanguardia y de las masas, y las urgencias o no del momento

político. Esta medida será también medida de la responsabilidad

que le toca a la vanguardia y a las masas no partidarias en el

momento político dado; y por lo tanto, del desafío que la realidad

nos impone para ganarnos el alto título de vanguardia. El desafío

mide entonces nuestra capacidad de desarrollar la energía, la

iniciativa y la creación revolucionaria de las masas partidarias, lo

que se manifiesta en la tenacidad para perseguir los objetivos

fijados. Aquí se nos vuelve a presentar el plan como batalla

política, donde lo que define es la capacidad para “ganar” y

“contagiar” a las más amplias masas para incorporarse activamente a la lucha por el

plan.

Mide si somos capaces de encontrar los caminos de aproximación

dialéctica de “aprender enseñando” y viceversa, alejada de todo

elitismo y “colas de paja” o estrecheces que pagan precio a la

desconfianza, subestimando las posibilidades, dispuestos entonces a

aprender, a incorporar aquellas iniciativas y tácticas nuevas que

surgen en el curso de la lucha. Mide también nuestra capacidad para

“agrandarnos” por encima de las dificultades. Esta medida es parte del estilo propio de

un Partido Comunista, y producto de su historia de su experiencia y de sus hombres.

El estilo de la planificación define a un Partido Comunista. En nuestro Partido un

estilo modesto pero realizador, que mide la realidad por las necesidades y no por

nuestros problemas; que antepone la necesidad de resolver apelando a las masas a la

fácil justificación de imposibilidades a causa de problemas (fundamentalmente

nuestros); por lo tanto con la audacia en la determinación y concreción de los

objetivos y metas. A la vez, que cuida su capital estratégico, que no sacrifica sus

hombres en por de exitismos vacíos que hagan peligrar su continuidad.

2) El aspecto objetivo, medible, verificable, a posteriori de la acción. Es el que permite

medir y verificar si los objetivos, las metas y caminos tomados correlacionan

adecuadamente necesidad, posibilidad y realidad.

Esto es un control:

Simplificando, podemos decir que un buen control objetivo (cifras, datos,

resultados concretos verificados) mide que resultó de las metas

y cifras que resumían los objetivos y orientaciones del plan;

mide la capacidad de desarrollo (modificación de la realidad),

de la organización para asumir los desafíos planteados; mide

también la capacidad de dirección en cada lugar, para aplicar

creadoramente la línea adaptándola a sus particularidades, para

“ganar” a todos para la lucha por él, para “convencer” de la

importancia de su cumplimiento; mide en fin, la correcta o

incorrecta planificación, aportando al conocimiento de la

realidad. Esto permite la correlación o modificación en futuras

planificaciones utilizando los datos y cifras del control objetivo

del período dado para el que se establecieron los objetivos

también dados.

Y en toda ciencia, el error no debe ser factor de desaliento, sino

fuente de aprendizaje, de corrección, motor de investigaciones y

Mide la

ubicación

justa de

la línea y el grado de desafío

Mide el

estilo

propio de cada P.C.

El control es

medición y

valoración del plan

El control es

instrumento

para el conocimiento

objetivo

Page 6: Plan Leninist A

6

búsquedas nuevas que permitan aproximar – en instancias futuras – los logros a los

objetivos planificados, haciendo más certero y consciente nuestro accionar.

De aquí la importancia de los controles objetivos y la necesidad de ser sumamente

rigurosos en su elaboración y valoración.

Elementos esenciales para la realización de un buen control

A) Un conjunto de cifras y datos objetivos que valoran

cuantitativamente los avances logrados en el cumplimiento de los

objetivos fijados por el plan. Estos datos están contenidos en lo que

denominamos planilla de control.

Esta planilla, objetivamente “fría” no debe ser un instrumento

rutinario. Su división por rubros o indicadores deberá reflejar

jerarquizadamente aquellos elementos cuyo estudio nos indicará los

avances o retrocesos con respecto a los objetivos específicos de este plan y que variarán

entre uno y otro plan.

Contendrá también aquellos rubros o indicadores permanentes que a la organización le

interesa conocer en su desarrollo a largo plazo (en general indicadores de fuerza y

prestigio, funcionamiento y vida orgánica, nivel de madurez, autoconstrucción,

crecimiento, capacidad de convocatoria para acciones de masa, etc.)

B) Una valoración de la ejecución del plan – logros, avances,

retrasos, errores, dificultades, inarmonías en el desarrollo de las

líneas de trabajo, y tendencias que muestran las cifras del control

en su desarrollo a lo largo del período.

Hay que “aprender a leer en las cifras”, e incorporarles la

experiencia extraída de la puesta en práctica del plan. La

valoración jamás deberá ser de carácter general, sino concreta y

apoyada en las cifras objetivas, única garantía de seriedad y

disminución de las posibilidades de error.

En cuanto a hombre y a planes, no es aceptable ninguna valoración subjetiva. Ellos

deben sustentarse en una fundamentación objetiva, con pruebas o cifras concretas y

verificables de lo hecho o de su ausencia.

Los hechos o su ausencia son la única medida posible en la que puede apoyarse una

valoración verdaderamente objetiva.

Resumiendo

El plan y el control son dos aspectos instrumentales – inseparablemente

interrelacionados de la metodología de vida y acción de la organización comunista – de

la aplicación en concreto de la ciencia del marxismo-leninismo y del arte de la dirección

política. Aplica con sentido creador la teoría del conocimiento marxista, adaptándola a

las circunstancias concretas dadas, transformándola en una “guía para la acción”. Miden

el nivel de conocimiento objetivo de la realidad y la realidad y la capacidad verificable

de la organización para modificarla.

Un buen plan, debe ir acompañado de bueno controles; a su vez un buen sistema de

controles, asegura la detección precoz de errores, dificultades, inarmonías, desajustes,

retrasos, etc., que permiten hacer los ajustes necesarios a nuestra acción para corregirlos

a tiempo.

La

valoración apoyada en

los hechos y su

realización o no

La planilla

o

cuadrícula objetiva

Page 7: Plan Leninist A

7

En este sentido son instrumentos inseparables para aportar al cumplimiento del plan.

Y un buen plan, es el que se cumple con esfuerzo. Lo es porque educa a la

organización en un estilo de trabajo responsable, audaz, porque apuesta a la iniciativa y

a la energía creadora de las masas, realizador por sobre todo y justo por sus objetivos;

verificable y ajeno a la rutina.

Los tres círculos de la táctica: Enfoque básico para que el éxito del plan signifique

avances reales Un buen plan es el que se discute, se acepta, y se desarrolla como un “todo

armónico”; es decir un plan único y coordinado, que enfoque lograr avances en las

tras direcciones fundamentales de nuestra táctica:

1) Movimiento de masas

2) Unidad política

3) Partido : crecimiento

Un buen plan debe elevar la lucha, “si no hay lucha no hay comunismo” (porque

no existe ese elemento coagulador, madurador por excelencia de la conciencia

de las masas)

En un buen plan la lucha debe acompañarse del combate por la unidad de las

grandes masas, que se ve favorecida por esa misma lucha.

Finalmente, un buen plan, debe encontrar la manera de entrelazar con espíritu de

ofensiva, la lucha de las masas y los esfuerzos para avanzar en la unidad

política, con la gran batalla por preservas, construir y engrandecer el

partido.

Los avances son maduración de la fuerza social de la Revolución hacia el frente democrático de liberación

nacional.

Es necesaria una política comunista - Desde el Sindicato y el Gremio

- Desde el Frente Amplio

- Desde el propio Partido

Es decir, una política dirigida a ganar “desde abajo” a las masas para la ideología y

la política comunista y para el Partido Comunista, que además ubique el tema de

la vigilancia revolucionaria y de la preservación de la organización como condición

y garantía fundamental para llevar adelante el proceso revolucionario en todas sus

etapas.

Un buen plan debe definir metas de crecimiento, las que son resumen de

conciencia política y engrosan el ejército de los que luchan por el

comunismo, teniendo en cuenta que el partido crece en medio de las

luchas, pero lo hace si luchamos y nos organizamos para crece en medio de

todas y cada una de las luchas sociales y políticas, es decir si la

En un proceso

contradictorio de unidad

y lucha en ascenso

Page 8: Plan Leninist A

8

organización y cada comunista “detectan”, “estudian” y “ganan” par el

comunismo a los luchadores mas destacados de la vanguardia, que

surgen y se desarrollan en el curso de esta luchas.

Tres cuestiones adicionales a tener en cuenta en la planificación

1) Un buen plan debe incluir también una correcta jerarquización de sus objetivos,

de acuerdo con el grado de desarrollo de los afiliados a los que va dirigido, a la

vez simplificando las tareas y su comprensión para no “atorar” a los militantes

con él.

2) Tiene que ser un plan de masas; dirigido a ellas y capaz que contagiarlas y

movilizarlas. Y nosotros los comunistas, sabemos cuál es la llave maestra – aun

a pesar de nuestros problemas – para resolver a las masas: Hay que saber

definir correctamente los puntos o lugares principales de concentración de

masas que – una vez ganados- definen, “colorean” y arrastran a la lucha al

resto.

La lucha se da permanentemente en todos los terrenos: económico, político e

ideológico. Vencer paso a paso, significa resolver los planes que permitan

organizar y movilizar a las masas en cada una de estos terrenos, para quebrar una

a una las maniobras y medidas del enemigo. Definir correctamente y alcanzar a

cualquier precio los objetivos realizables en cada período, en cada combate,

creando condiciones para hacer avanzar en sentido ascendente el proceso.

3) De aquí se concluye la importancia de lograr éxitos concretos. Estos éxitos

estarán indisolublemente unidos a una planificación también exitosa por lo justa

y acertada. Y cada éxito genera otros. Y un éxito en un campo refuerza y

estimula la lucha en otros terrenos.

Sin embargo, el la planificación del trabajo de los comunistas, se suele oscilar entre dos

extremos que nos inducen a error:

f) El exitismo – Que todo lo sacrifica en función de los resultados, incluso

perdiendo de vista el objetivo final y poniendo en peligro a la organización. Es

una forma de voluntarismo, que confunde peligrosamente querer con poder,

perdiendo contacto con la realidad.

f) El administrativísimo o burocratismo – Que analiza todo en función de las

“condiciones objetivas” consideradas mecánicamente. Pierde de vista la

ubicación de la realidad como proceso de desarrollo y las potencialidades de la

creación y la energía revolucionaria de las masas. Es una forma de

oportunismo, que rebajo los objetivos realizables para cada período y que – de

ser generalizado – retrasa el proceso revolucionario. Que elabora planes fríos,

rutinarios, incapaces de generar ni siquiera a la propia organización, y que luego

se limita a hacer una administración oficinesca, burocrática, y adocenada del

plan. Que se dedica a “llenar planillas” en forma eficiente y a lo ratón de

biblioteca. Que confunde responsabilidad y seriedad con un absoluto

esquematismo y falta de audacia en la fijación de objetivos, medios,

instrumentos, movilización de hombres y mecanismos de contralor.

Page 9: Plan Leninist A

9

EN SUMA: Un buen plan es aquel que está enfocado a lograr avances en las tres direcciones de

la táctica; por lo tanto es un todo armónico y se desarrolla coordinadamente. Un

buen plan es aquel cuyo cumplimiento significa avances reales y concretos,

medibles por la organización, en el sentido de hacer madurar la conciencia política

de las masas.

Un buen plan es el que combina armoniosamente, el más estricto rigor científico en

la evaluación y conocimiento de la realidad, sus posibilidades y tendencias, con una

buena dosis de audacia en la fijación de los objetivos alcanzables para el período

dado, dotándose de los instrumentos necesarios para verificar objetivamente su

cumplimiento. Y a la vez que fundamenta su realización en la capacidad de la

organización para ganar a las mas amplias masas, cuya energía, creatividad,

capacidad de sacrificio e iniciativa revolucionarias, son condición esencial para el

éxito del plan. Esto debe traducirse en crecimiento de la organización y elevación

de su prestigio.

Intentando esquematizar todo lo visto anteriormente,

los elementos que hemos considerado claves para el desarrollo exitoso de un plan son:

a) Fundamentación clara y simple que ubique el plan como aplicación

de la línea y que determine una correcta fijación de objetivos, metas,

cifras y direcciones de trabajo. (Determinación y movilización de

medios materiales y humanos, determinación y creación de los

instrumentos fundamentales con los que los comunistas van a actuar).

b) Conquista de la organización para la lucha por el mismo. Adentro de

filas es la garantía de la capacidad de la organización de volcarse hacia

fuera, a la conquista de las grandes masas. Todos los afiliados y

militantes de las organizaciones de base son el aparato de masas, el

efector de la organización, de propaganda y de finanzas. El vehículo

y el corazón de la capacidad de incidencia del partido y su línea

política. Por esto, su vida orgánica, su funcionamiento,

fundamentalmente en la reunión, es condición fundamental para

poder desarrollar con éxito la lucha por el plan.

c) El desarrollo de la lucha de masas, como elemento clave del proceso

madurador de la conciencia de las masas, que favorece el trabajo unitario

y aclara la necesidad del Partido para la Revolución, ayudando en los

temas de reclutamiento. Este tema es la llave maestra de todo Proceso

Revolucionario.

d) Correcta determinación de los lugares de concentración o de la

dirección del esfuerzo principal. Por lo tanto jerarquización adecuada

y simplificación de acuerdo con los niveles de desarrollo y la capacidad

de trabajo de los militantes de cada lugar específico. Concentración de

los principales – incluso desde afuera – si es necesario o si las fuerzas de

adentro no alcanzan para resolver.

e) Que culmine con una síntesis o resumen comunista – “La cosecha” –

Tanto en la preservación y en la reafirmación ideológica de los

comunistas, como en la ampliación y profundización de sus vínculos

de mas y resumida en crecimiento numérico y orgánico del Partido y

en elevación de su prestigio e incidencia.

Page 10: Plan Leninist A

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Las afiliaciones son la forma superior de expresión de la conciencia

revolucionaria y cada una es un triunfo concreto sobre el enemigo de

clase: significa que hemos ganado un revolucionario que va a luchar de

aquí en más por el socialismo y el comunismo.

Las afiliaciones son además ocasión de júbilo para toda la organización,

por la incorporación en sí y por la multiplicación de fuerzas que cada una

significa y además porque esa multiplicación de fuerzas que cada una

significa y además porque esa multiplicación la hemos logrado restando

y dividiendo del caudal del enemigo de clase.

f) Que el plan establezca los instrumentos de control que permitan

verificar y ajustar el desarrollo armónico y el cumplimiento de los

objetivos trazados.

Por supuesto, lo anterior, no es más que una simplificación esquemática. Los militantes

en la elaboración de un plan en concreto, deberán interrelacionar, jerarquizar, encontrar

la medida de definir los acentos adecuados.

Habrá planes cuyos acentos sean orgánicos, otros movilizadotes de masas, otros de

unidad política, reivindicativos, programáticos, etc.

Finalmente, en la marcha y sobre la marcha se va aprendiendo a resolver estos

problemas, con la creatividad y la dosis de flexibilidad que sólo el tiempo y la propia

experiencia de los errores cometidos nos van enseñando.

Y la elaboración de buenos planes muestra la fibra y la capacidad de dirección de los

cuadros que lo han concebido. Por esto el cumplimiento de un buen plan está

íntimamente relacionado con el talento de los organizadores que lo ponen en marcha.

Una vez trazada la línea, lo que se decide es la organización. ¿Qué quiere decir esto?

El arte de organizar consiste en “utilizar a todos y a todo”.

Algo sobre los organizadores

El organizador: podríamos decir que es el hombre de las 6 respuestas; debe solucionar

los: ¿Qué?; los ¿Cuándo?; los ¿Dónde?; los ¿Cómo?; los ¿Con que?; y los ¿A quién?

Veamos esto más detenidamente:

1) ¿Qué hacer o plantear? – Para una circunstancia dada, ubicada espacial y

temporalmente. Por lo tanto:

2) ¿Cuándo hacerlo o plantearlo? – Es la oportunidad, el momento político

adecuado; y

3) ¿Dónde hacerlo o plantearlo? – Es el entorno geográfico productivo o de

concentración de masas (país, fábrica, facultad, club deportivo, etc.)

4) ¿Cómo hacerlo o plantearlo? – Es encontrar la forma o manera simple y clara

que se adecue a las particularidades del lugar, masas o personas.

5) ¿Con que hacerlo o plantearlo? – Es definir y desarrollar los instrumentos de

apoyo a la militancia (entrevistas, materiales, etc.)

6) ¿A quién plantearlo? – Dentro de filas es distribución de responsabilidades;

fuera de ellas se expresa fundamentalmente a través de entrevista y trabajo con

materiales, tarea que requiere sensibilidad y conocimiento de la gente.

El organizador no debe sólo “administrar” tareas o el plan. Debe poner creatividad,

energía y esfuerzo inteligente al servicio de su responsabilidad.

Page 11: Plan Leninist A

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El organizador debe instrumentar las medidas, las direcciones de trabajo y las tareas

concretas, individuales y colectivas que “bajan a tierra” de manera simple y

jerarquizada, adaptadas a la realidad de su lugar, las orientaciones generales de la línea,

para su mejor comprensión y el mejor cumplimiento de los objetivos señalados.

El organizador debe saber encontrar tareas para todos los afiliados y el mejor uso a

todos los medios materiales de que disponemos; incluso crear o encontrar otros nuevos.

Es decir, debe ser capaz de movilizar todos los recursos materiales y humanos de la

organización partidaria y también de las masas aliadas, para ponerlos al servicio del

cumplimiento del plan.

El organizador debe ser además, el primero y màs consecuente luchador por el

cumplimiento de ese plan.

En síntesis: El organizador debe estar ubicado en el centro de la lucha partidaria,

por su construcción, funcionamiento y nivel de organización. Y luego, ser clave en

volcarse hacia fuera de los comunistas en pos de la conquista de las grandes masas.

Cuanto mejor trabajado y cubierto este el plan, tanto mejor será este el

instrumento clave puesto al servicio de la transformación de la línea política en

acción de masa; con la organización comunista alma y eje de esta acción de las

masas, dando pasos concretos adelante y arriba en la forja de la fuerza social de la

revolución; y acelerando el triunfo del socialismo y del comunismo.