perú ya tiene una futura figura del toreo, andrés roca rey
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El Comercio 21 setiembre 2015TRANSCRIPT
A22. el comercio lunes 21 de setiembre del 2015
Toros
e l sábado, Andrés Roca Rey –18 años aún, juventud y frescura reflejadas en el rostro–, con el
capote sobre el brazo, pisó el ruedo milenario de Nimes y se acercó parsimonio-samente adonde lo esperaban, a po-cos metros de la barrera, Enrique Ponce –43 años, 26 como mata-dor, mostrando en el rostro su lu-cha y triunfo en mil batallas– y el francés Juan Bautista. El valenciano, con la muleta plegada en la ma-no izquierda y el estoque atra-vesado encima del paño rojo, mirando de abajo hacia arriba al espigado peruano, le deseó la mejor de las suertes en su fu-
Perú ya tiene una futura figura del
toreo: Andrés Roca Rey
El sábado, en el coliseo romano de Nimes, Francia, el joven torero peruano, con solo 18 años, tomó la alternativa de manos de Enrique Ponce en una triunfal corrida.
turo como matador y le entre-gó muleta y espada, recibiendo sobre su brazo el capote de Ro-ca Rey. Un emocionado abrazo selló la ceremonia.
Se había repetido, una vez más, el rito centenario de la alternativa: el doctorado de
un nuevo matador de toros –joven y con una vida
taurina por delan-te– a cargo de un torero vetera-no. El trasla-do del testigo de la tradición taurina –en sen-
cilla pero emo-tiva ceremonia–,
para asegurar la con-tinuidad de una expresión
artística que exige jugarse la vida por la estética. El sacer-dote, experto en el oficio del rito taurino, transfiriendo la herencia no escrita de la tau-romaquia al nuevo oficiante.
fotos: JoËL BURAVAND
ALTERNATIVA TRIUNFAL. Andrés Roca Rey (der.) en hombros, junto a su padrino Enrique Ponce y al francés Juan Bautista, al culminar una corrida memorable en Nimes, en la que el peruano, a pesar de lidiar un lote poco propicio, logró estar a la altura del compromiso.
CAPOTE DE ARTE. El toreo de capa de Roca Rey, derrochando es-toico valor, emociona de particular manera a los aficionados.
-ORGULLO NACIONAL-
Roca Rey es actualmente el
principal exponente en el mundo de la savia nueva, del refresco generacional de la
tauromaquia.
PABLO J. GÓMEZ DEBARBIERI
En el ocaso de la corrida memorable, los muros roma-nos teñidos de rojo por el sol poniente, Ponce –dos gran-des faenas y tres orejas– salió en hombros por la monumen-tal ‘Puerta de los Cónsules’ del coso de Nimes. Junto a él, también en hombros, Juan Bautista, tres orejas y una gran estocada. Ambos invitaron al peruano a acompañarlos, que solo había cortado dos trofeos (uno tras cada faena), pues su segundo toro fue imposible. Alzaron también en hombros a Andrés, que habiendo podido salir de la plaza con ellos –a pe-sar de cortar solo dos orejas–,
Dos mil años grabados en los muros de piedra del circo ro-mano francés contemplaban la escena.
La corrida se había iniciado con una estruendosa ovación para el peruano –protagonis-ta de la tarde–, actualmente el principal exponente mundial de la savia nueva, del refresco generacional de la tauroma-quia. ¡Un orgullo para el Perú! Pero Roca Rey, respetando el rito y la veteranía, le pidió a Ponce y a Juan Bautista que se mostrasen ellos por delante a recibir la ovación, saliendo él fi-nalmente al ruedo a agradecer su ovación.