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10 HEARTBEAT MAYO/JUNIO 2017 La fibrilación auricular (FA), enfermedad que se manifiesta por la falta de sincronización del ritmo cardíaco, aumenta mucho el riesgo de coagulación y accidentes cerebrovasculares en pacientes. Lea a continuación cómo mantener el ritmo saludable de su corazón. Por Jessica Levco RITMO y RAZÓN 10 HEARTBEAT MAYO/JUNIO 2017 Peter y Cristina Nguyen han tenido que permanecer en su casa esta primavera esperando que los anticoagulantes diluyan un coágulo en el corazón de Peter, causado por la fibrilación auricular (FA). Residen en las afueras de Fort Worth, Texas, con sus tres hijos y sus dos perros. Foto: Marilynn Howe de House of Howe

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10 HEARTBEAT MAYO/JUNIO 2017

La fibrilación auricular (FA), enfermedad que se manifiesta por la falta de sincronización del ritmo cardíaco,

aumenta mucho el riesgo de coagulación y accidentes cerebrovasculares en pacientes. Lea a continuación cómo

mantener el ritmo saludable de su corazón. Por Jessica Levco

RITMO y RAZÓN

10 HEARTBEAT MAYO/JUNIO 2017

Peter y Cristina Nguyen han tenido que permanecer en su casa esta primavera esperando que los anticoagulantes diluyan un coágulo en el corazón de Peter, causado por la fibrilación auricular (FA). Residen en las afueras de Fort Worth, Texas, con sus tres hijos y sus dos perros.

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“Cuando un paciente es diagnosti-cado con FA, quiero que sepa que no es demasi-ado tarde.”

—David Schleinkofer, M.D.

Cada año, cerca de tres millones de personas son diagnosticadas con fibri-lación auricular, o FA, por sus

siglas en español, la más común y grave anomalía del ritmo cardíaco en personas mayores de 65 años (aunque también puede presentarse en personas jóvenes). La enfermedad se produce cuando las dos cavidades cardíacas superiores (aurículas) laten fuera de sincronización, y a veces con mucha rapidez, con las cavidades inferiores (ventrículos).

Las personas con FA tienen una prob-abilidad en tres de sufrir un accidente cerebrovascular. Aunque más de la mitad de estas personas no están conscientes de que corren un mayor riesgo, Peter Nguyen, paciente con FA, sí lo está.

Por esa razón, su esposa Cristina está parada frente a la isla de la cocina, ordenando en una hilera una docena de tazones de papel desechable y llenándolos con frutas y verduras que lava y corta todos los días para él. Es que a Peter, abogado y gerente de bienes raíces en Arlington, Texas, le encanta merendar, pero la condición de su corazón es frágil.

AF y los coágulos Hace poco, un virus y una crisis de cálcu-los renales desencadenaron un episodio de FA que lo dejó hospitalizado por una semana a principios de 2017. Mientras estuvo en el hospital, los médicos realiza-ron una ecocardiografía transesofágica (TEE), en la cual se inserta una diminuta cámara por la garganta para examinarle el corazón más detalladamente. En ese momento fue cuando descubrieron el coágulo potencialmente mortal. (Cuando el ritmo cardíaco no está sincronizado, como en el caso de los pacientes con FA, puede causar que la sangre se acumule y forme coágulos en las aurículas).

Antes de realizar alguno de los

procedimientos para tratar la FA, Nguyen fue enviado a casa con un desfi-brilador automático portátil y una receta de medicamentos anticoagulantes. Ahora convalece en la casa, espe-rando y rezando para que el coágulo en su corazón se disuelva. Hasta un viaje corto en auto al supermercado podría causar que el coágulo se desprenda y se desplace al cerebro de Nguyen, y le pro-voque un accidente cardiovascular.

La esperanza es que los anticoagulantes que le recetó su cardiólogo surtan efecto y lo diluyan, pero eso toma tiempo: sema-nas. Entretanto, si quiere una merienda, está deberá ser saludable, insiste Cristina, mientras continúa llenando los tazones con gajos de naranja, pedazos de pimien-tos rojos, mango y jícama.

Síntomas y tratamiento Nguyen, quien tiene 40 años, fue diag-nosticado con FA a los 32. Aunque algunas personas con la enfermedad no presentan ninguno de los síntomas, los episodios de Nguyen generalmente presentan los síntomas tradicionales: sensación de aleteo o palpitación en el pecho, respiración dificultosa, mareos y fatiga. También padece de miocardiopatía (corazón agrandado) y de insuficiencia cardíaca. Nguyen ha controlado sus enfermedades tomando medicamentos y manteniendo un peso saludable.

Cristina Nguyen corta frutas y verduras fres-cas para su esposo, Peter, quien convalece en la casa esperando a que se disuelva el coágulo sanguíneo.

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Según sus médicos, aunque tener niveles altos de colesterol es uno de los factores de riesgo de la FA, Nguyen man-tiene sus niveles dentro de un margen saludable. “Pese a lo que me está sucedi-endo ahora, en realidad creo que tengo regulada mi FA”, comenta Nguyen. “Es cuestión de sentido común: alimentarse correctamente, hacer ejercicios y evitar participar por demasiado tiempo en

actividades o ambientes de mucho estrés”. Su actitud respecto a la FA es beneficiosa, comenta el Dr. David Schleinkofer, M.D., cardiólogo de Parkview Physicians Group en Indiana. “Cuando un paciente es diagnosticado con FA, quiero que sepa que no es demasiado tarde”, expresa el Dr. Schleinkofer, quien no estuvo involu-crado en la atención de Nguyen. “No se rinda”.

Medicamentos y prevención de accidentes cardiovasculares Hasta las estadísticas que indican, que por ejemplo indican que alguien con FA tiene cinco veces más probabilidad de sufrir un accidente cardiovascular, no proveen toda la información, ya que tam-bién hay noticias positivas. La Asociación Nacional del Accidente Cardiovascular (National Stroke Association) afirma que de un 60% a un 80% de los accidentes cardiovasculares que sufren las personas con FA pueden evitarse. Hay varios métodos preventivos en la lucha contra la FA. Para evitar los accidentes cardio-vasculares, a menudo los cardiólogos recetan anticoagulantes (diluyentes de la sangre) a sus pacientes con FA. Uno de los anticoagulantes más comunes y más antiguos es la warfarina (Coumadin®). Los medicamentos más nuevos en el mercado para tratar ciertos tipos de FA incluyen Xarelto® (Rivaroxaban), Eli-quis® (Apixaban), Pradaxa® (Dabigratan etexilato) y Savaysa® (Edoxaban).

“[Los anticoagulantes] no cambian en lo absoluto cómo las personas se sienten” afirma el Dr. Geoffrey Barnes, cardiólogo de Centro Cardiovascular Frankel de la Universidad de Michigan. “No cambian nada acerca de la FA. Su único fin es diluir la sangre para que tenga menos probabilidad de formar un coágulo. Esto significa que usted tendrá menos propen-sión a sufrir un accidente cardiovascular”.

NO DEJE DE TOMAR A SECAS LOS ANTICOAGULANTES

En un estudio reciente, un 37 % de pacientes con FA dejó de tomar warfarina (Coumadin®) durante el primer año después de recibir el diagnóstico. Entre los pacientes con FA a quienes se les hizo una cardioversión o una ablación por radiofrecuencia, el 54 % dejó de tomar el medicamento, el cual es recetado para evitar la formación de coágulos.

“A primera vista, tiene sentido. Si me hicieron un proced-imiento y corregieron la FA, entonces tal vez no necesite tomar warfarina”, dice el autor de estudios Dr. Geoffrey Barnes, M.D., cardiólogo del Centro Cardiovascular Frankel de la Universidad de Michigan. “Lamentablemente, sabemos que estos proced-imientos no son perfectos, y que muchas veces la FA reaparece.

“Las personas que han sido sometidas a estos procedimientos dejan de tomarla [la warfarina] en mayor proporción; no obstante, desconocemos si el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular se les normalizó o si aún corren un mayor riesgo”, afirma el Dr. Barnes.

Además, incluso después de someterse a un procedimiento, los pacientes pueden presentar lo que se conoce como fibrilación auricular “silenciosa”, en la que no se sienten los síntomas. Por eso, el Dr. Barnes a menudo indica a sus pacientes ponerse aparatos que vigilan la frecuencia y el ritmo cardíaco. Los monitores pueden registrar los síntomas aunque el paciente no los sienta. Varios meses después de que el paciente se somete a un proced-imiento, por lo general el Dr. Barnes lo vigila por dos o tres meses para asegurar que la FA no reaparezca.

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Los pacientes con FA también tienen disponible una serie de medicamentos diseñados para controlar la frecuencia cardíaca o el ritmo cardíaco.

Procedimientos para corregir la FA Durante una cardioversión, el médico administra choques eléctricos al corazón por medio de electrodos colocados en el tórax, estimulando que recupere su ritmo normal.

En una ablación, un electrofisiólogo introduce un catéter en una vena mayor y lo lleva al corazón. Luego creará un patrón de tejido cicatricial en el corazón que bloqueará ciertos impulsos eléctricos e impedirá que se produzcan ritmos irregulares.

El procedimiento quirúrgico de laber-into (maze procedure) consiste en una cirugía torácica abierta que normalmente se hace en pacientes que requieren de cirugía torácica abierta por otros prob-lemas, como por ejemplo un implante de prótesis valvular. El cirujano crea un patrón de tejido cicatricial en el corazón para impedir que se produzcan ritmos irregulares.

No todos los pacientes con FA son candidatos para estos procedimientos. Los médicos tienen en cuenta muchos factores al considerar el tratamiento adec-uado para el paciente.

“A veces, si un paciente ha tenido pocos episodios y no tiene una frecuencia cardíaca demasiado rápida, puede aten-derlo cuando sea necesario”, expresa el Dr. Schleinkofer. “Pero si la frecuencia cardíaca pasa de 100, corren un mayor riesgo de sufrir un accidente cardiovascu-lar. También hay un riesgo mucho mayor de accidente cardiovascular si padecen de hipertensión arterial, apnea del sueño o diabetes”, comenta.

(En el caso de Nguyen, los médicos

recomiendan una cardioversión, pero únicamente después de haber tratado o diluido el coágulo.)

La vida después de una FA Donna Blevins fue diagnosticada con FA, y en el 2011 se sometió a una ablación con catéter. Aunque el proced-imiento no tuvo éxito, su puntuación CHADS2 (escala de riesgo de accidente cardiovascular en pacientes con FA) estaba dentro de los niveles saludables, por lo que no le recetaron anticoagulan-tes. Mirando en retrospectiva, Blevins cree que eso fue un error.

En el 2013, Blevins sufrió un accidente cardiovascular mayor en el hemisferio cerebral izquierdo. Los médicos dijeron que pasarían meses antes de que ella pudiera recobrar el habla, si acaso lo recuperaba.

Mientras convalecía en el hospital, Blevins se propuso volver a hablar. “Elaboré mentalmente una lista de palabras que a uno le gustaría aprender para viajar a otro país”, comenta Blevins. También se bebía una jarra de agua a cada hora, ya que sabía que el cerebro no funciona de manera óptima si el cuerpo está deshidratado.

FACTORES DE RIESGO

DE LA FA

Apnea del

sueño

Exceso de peso

u obesidad

Consumir alcohol en cantidades

moderadas o excesivas

Después del accidente cerebro-vascular, solamente podía pro-nunciar dos palabras: “Donna” y “crap”.

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Geoffrey Barnes, M.D.

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Recuperación del habla “Cuando en mi mente encontraba una palabra, empezaba a pronunciar las sílabas”, añade Blevins. “Obviamente, al personal médico les sonaba a incoheren-cias. Sin frustrarme, pero con dificultad, seguí perseverando y me imaginaba hablando con fluidez”.

Blevins dice que el accidente car-diovascular le salvó la vida. “Me recomendaron a un electrofisiólogo de la Universidad de Florida, quien me hizo la cirugía de laberinto, un procedimiento específico para pacientes con FA. “La

cirugía me curó la FA. Actualmente, no tomo ningún medicamento para la FA. A veces siento aleteos en el corazón que duran de 10 a 15 segundos, pero es todo”.

La experiencia de volver a aprender a hablar la motivaron a escribir un libro acerca del tema: MindShift on Demand: Quick Life Changing Tools.

Y a pesar del pronóstico de los médicos, Blevins recobró el habla completamente. Ahora, usa la voz que tanto esfuerzo le costó recuperar para hablar sobre la FA en conferencias de cardiología, incluso en eventos de Mended Heart.

Nota del editor: Al cierre de esta edición, el coágulo de Nguyen’s se había disuelto, permitiendo que sus médicos le hicieran una cardioversión. El procedimiento fue exitoso y ya no sufre de FA. La fracción de eyección de Nguyen (una manera de medir el grado de insuficiencia cardíaca) mejoró del 15 % al 30 % (entre 50% y 70% es lo normal).

“Es importante que la gente sepa que, aunque la FA es básicamente una molestia, puede causar enfermedades graves”, comentó Cristina Nguyen mientras su esposo se recuperaba de la cardioversión. “El médico espera que la enfermedad de Peter pueda ser un poco reversible, pero eso requerirá de un tratamiento continuo y a largo plazo”.

EL EJERCICIO Y LA FA Por regla general, a los pacientes con FA se les

recomienda hacer ejercicio, pero es importante ponerle mucha atención a la frecuencia cardíaca. “No queremos que la frecuen-cia cardíaca se acelere tanto que empiecen a sentirse aturdidos o mareados”, comenta el Dr. Barnes. También es importante que la frecuencia cardíaca no se mantenga muy acelerada por períodos largos de tiempo. Siempre que el paciente no tenga dolor de pecho, y mientras la frecuencia cardíaca vuelva a su nivel normal después de terminar de hacer ejercicio, el ejercicio puede ser beneficioso para mantener la salud cardiovascular en general. “Si usted tiene FA, hable con su médico antes de empezar un programa de ejercicios, ya que le puede dar instrucciones específicas”, añade el Dr. Barnes.

Donna Blevins se recuperó de un accidente cardiovascular mayor relacionado con la FA. Se recuperó totalmente y tuvo una cirugía de laberinto, que prácticamente eliminó los síntomas de FA.

Casi con 91 años de edad, la mamá de Blevins, Peggy Blevins (cariñosa-mente “Mama Peggy”), es miembro fundador de Mended Hearts Chap-ter 367. Pertenece al grupo sanguíneo O, y dona sangre frecuentemente. Mama Peggy recomienda que los demás también donen sangre.

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