periÓdico artÍstico y t'iterario, · – ¿a qué llama>,•émos juicio final? r.—al...

8
EPOCA VII. HABANA 23 DE ENERO DE 1870. NUMEA ?ERIO^^ o .e piJOta r. DOMINGOS. 1'IIKI'(U8 DL LA SUSCRICION: UN PESO AL MFS EN LA HABANA y 30 rn. ño:. P03 ï W I EST=S 9DBLÁITárCC K KI. 1NTk101111 FRANCO DE PORTL A CC, 0,^• vp , Adminkl..DIAL •r RI c, LTM. 88 A 11011K DIRICIRAN TODAS LAS COMUNICACIONES y :oc1 AC4otoo. LL H41ISII0 =ELTO SL VENDE 11\ LA ADMINISTItACION k Das DI%IZ enES. PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, CARICATURISTA: BAYACETO. D1RECTO1^ : J. M. V ILLE1FGAS. CARICATURISTA: LANDALUZE. UN PERFECTO NOVELISTA 1'(.it Una de las cosas que deben tenerse pre- sentes al emprender una novela es el título de la obra, el cual suele fijarse actes de em- prenderse esta. Debe en lo posible excitar la ateneion y facilitar la venta del libro, que es el único objeto cou que este se escribe. Autores antiguos hay que sobre esto dati quince y falta á los modernos, y entre ellos descuella uno que tuvo la suerte de hallar el siguiente título, que cuanto mas lo leo mas q ue admira, rinde y entusiasma., y dice: «Rumbos peligrosos por donde navega con título de Novela la zozobrante nave de la Te- nieridad, *.emiendo los peligrosos escollos de la Censura.» Surca este tempestuoso inar D. Joseph de la Vega. Posteriormente y en tiempo del imperio, en la vecina Francia fué general costumbre el titular las novelas con el nombre de la heroina, y el mundo literario se vió inun- (lado de Claras, Adelas, Athalas, Juaiias, Enmelinas, Margaritas etc. Siguió en boga este género por algun tiempo, y el dia que se publicaron Las once mil vírgenes, quedó completamente exliáusto. Sustituyéronle las memorias de todas las personas altas y bajas. IIubo memorias de una mujer del gran mundo, de un lacayo, de -un. general, de un picapedrero, y aun memorias de algunos -. quienes sus contem -por^íneos acusaban de carecer de ella: este género lla venido á concluir con unas me- morias que no pueden llevarse mas allá: las de Ultra-tumba. En la actualidad el sistema numérico es el favorecido: hay Veinte años despues Treinta años despees, Cuarenta años des- pues, á los que le seguirán. Ciii cuenta años despees, Sesenta años despees; hay los siete pecados capitales, los siete hijos de Aynion, la Sociedad de los Trece y los Ctiarenta y cinco. En punto á títulos interesantes, nadie puede, sin embargo, disputar la palma al nunca bien pondejado vizconde de Arliti- court. Ademas de El Cervecero Rey, lia titu- lado uno de sus libros Los desolladores, ó la usurpacion y la peste. Este título supera al Cazador de espectros y su familia, al Jefe tle los penitentes negros y :í todos Los castillos y tor- reones ¿lel Norte, y sus voces misteriosas. Despues del título, que no necesita tener couexion alguna con la obra, entra el prólo- go. De estos decia un amigo que la mayor parte son tontos: para el lector filósofo hay pocas cosas mas divertidas. Hay prólogos altivos, humildes, pedantes, en prosa y ver- so. En el prólogo de la obra de un princi- piante se lée irremisiblemente que su traba- jo es detestable, en cuyo caso no sería yo quien le aconsejase que lo publicara. En algunos prólogos, por el contrario, el autor se dedica a ejecutar .numerosas varia- ciones sobre el couoeido tema Exegi monu- mentum rere pereitnius. Y su profecía queda realizada; porque la edieion intacta va á pa- rar A uu almacen de pimienta, que es pre- servativo eficaz contra la roedora accion de la polilla. En algunos otros el autor entabla una po- lémica y se defiende antes de ser atacado, lo cual es pésimo precedente para la obra que le sigue. Por último, no podemos resistir al deseo de favorecer á nuestros discípulos con una muestra de un prólogo, cuyo lenguaje casti- zo y llano arrebata y. embarga los sentidos de cualquiera que nb sea profano al arte. Pertenece este trozo lí la ya citarla novela Rumbos peligrosos, y dice: «Buscar las luces, aunque se encuentren en ellas incendios, es bizarría de mariposas que, por mas que se lloren no quieren dejar de campear lucidas» Y mas adelante prosigue. «Fué vuestra car -ta niapa de pesares para quien se precia do cándido en sus fir mezas, sirviéndome sus ra- yas de rayos, y sus puntos de puntas para mi alma. Pasemos ahora á tratar del modo, de dar principio á una novela. Algunas van al grano; por ejemplo: —«¿Me amas, Teresa?» —((Eduardo, ten compasion de mí.» Otras, y son las mas comunes, por la des- cripcion de un camino, por el cual van dos viajeros á caballo; el novelista se pone á la grupa de uno de ellos, escucha sus conver- saciones y les sigue en sus peregrinaciones y aventuras, que vienen á formar la novela. En algunas el principio es una tormeuta, lo cual promete una accion borrascosa, y en otras juega una aurora boreal y el estrehode Berhing. Las horas para pintar el campo sou: el ra- yar el alba, el medio dia, el anochecer y la media noche; las horas intermedias solo existen en la vida real: en la novela lian sido abolidas. Los meses son: Enero para las novelas frias, donde hay cacerias, nevadas y raptos sobre el agua congelada de un estanque; Agosto para las novelas ardorosas de seduc- cion, amores incestuosos y otros, y Octubre

Upload: others

Post on 21-Aug-2020

0 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, · – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final? R.—Al que espera á los incendiarios en esta vida. P.—¿Cómo serán juzgados? R.—Segun sus

EPOCA VII. HABANA 23 DE ENERO DE 1870. NUMEA

?ERIO^^

o.e piJOta

r. DOMINGOS.

1'IIKI'(U8

DL LA

SUSCRICION:

UN PESO AL MFS EN LA HABANA

y 30 rn. ño:.

P03 ï WI EST=S 9DBLÁITárCC

K KI. 1NTk101111

FRANCO DE PORTL

A CC,0,^•

vp, Adminkl..DIAL •r

RI c, LTM. 88

A 11011K

DIRICIRAN

TODAS LAS COMUNICACIONES

y :oc1 AC4otoo.

LL H41ISII0 =ELTO SL VENDE

11\ LA ADMINISTItACION

k Das DI%IZ enES.

PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO,

CARICATURISTA: BAYACETO.D1RECTO1^ : J. M. V ILLE1FGAS. CARICATURISTA: LANDALUZE.

UN PERFECTO NOVELISTA

1'(.it

Una de las cosas que deben tenerse pre-sentes al emprender una novela es el títulode la obra, el cual suele fijarse actes de em-prenderse esta. Debe en lo posible excitarla ateneion y facilitar la venta del libro, quees el único objeto cou que este se escribe.Autores antiguos hay que sobre esto datiquince y falta á los modernos, y entre ellosdescuella uno que tuvo la suerte de hallarel siguiente título, que cuanto mas lo leomas que admira, rinde y entusiasma., y dice:«Rumbos peligrosos por donde navega contítulo de Novela la zozobrante nave de la Te-nieridad, *.emiendo los peligrosos escollos dela Censura.» Surca este tempestuoso inar D.Joseph de la Vega.

Posteriormente y en tiempo del imperio,en la vecina Francia fué general costumbreel titular las novelas con el nombre de laheroina, y el mundo literario se vió inun-(lado de Claras, Adelas, Athalas, Juaiias,Enmelinas, Margaritas etc. Siguió en bogaeste género por algun tiempo, y el dia quese publicaron Las once mil vírgenes, quedócompletamente exliáusto.

Sustituyéronle las memorias de todas laspersonas altas y bajas. IIubo memorias deuna mujer del gran mundo, de un lacayo,de -un. general, de un picapedrero, y aunmemorias de algunos -. quienes sus contem

-por^íneos acusaban de carecer de ella: estegénero lla venido á concluir con unas me-morias que no pueden llevarse mas allá: lasde Ultra-tumba.

En la actualidad el sistema numérico esel favorecido: hay Veinte años despues

Treinta años despees, Cuarenta años des-pues, á los que le seguirán. Ciii cuenta añosdespees, Sesenta años despees; hay los sietepecados capitales, los siete hijos de Aynion, laSociedad de los Trece y los Ctiarenta y cinco.

En punto á títulos interesantes, nadiepuede, sin embargo, disputar la palma alnunca bien pondejado vizconde de Arliti-court. Ademas de El Cervecero Rey, lia titu-lado uno de sus libros Los desolladores, ó lausurpacion y la peste. Este título supera alCazador de espectros y su familia, al Jefe tle lospenitentes negros y :í todos Los castillos y tor-reones ¿lel Norte, y sus voces misteriosas.

Despues del título, que no necesita tenercouexion alguna con la obra, entra el prólo-go. De estos decia un amigo que la mayorparte son tontos: para el lector filósofo haypocas cosas mas divertidas. Hay prólogosaltivos, humildes, pedantes, en prosa y ver-so. En el prólogo de la obra de un princi-piante se lée irremisiblemente que su traba-jo es detestable, en cuyo caso no sería yoquien le aconsejase que lo publicara.

En algunos prólogos, por el contrario, elautor se dedica a ejecutar .numerosas varia-ciones sobre el couoeido tema Exegi monu-mentum rere pereitnius. Y su profecía quedarealizada; porque la edieion intacta va á pa-rar A uu almacen de pimienta, que es pre-servativo eficaz contra la roedora accion dela polilla.

En algunos otros el autor entabla una po-lémica y se defiende antes de ser atacado,lo cual es pésimo precedente para la obraque le sigue.

Por último, no podemos resistir al deseode favorecer á nuestros discípulos con una

muestra de un prólogo, cuyo lenguaje casti-zo y llano arrebata y. embarga los sentidosde cualquiera que nb sea profano al arte.Pertenece este trozo lí la ya citarla novelaRumbos peligrosos, y dice: «Buscar las luces,aunque se encuentren en ellas incendios, esbizarría de mariposas que, por mas que selloren no quieren dejar de campear lucidas»Y mas adelante prosigue. «Fué vuestra car

-ta niapa de pesares para quien se precia docándido en sus firmezas, sirviéndome sus ra-yas de rayos, y sus puntos de puntas parami alma.

Pasemos ahora á tratar del modo, de darprincipio á una novela.

Algunas van al grano; por ejemplo:—«¿Me amas, Teresa?»—((Eduardo, ten compasion de mí.»Otras, y son las mas comunes, por la des-

cripcion de un camino, por el cual van dosviajeros á caballo; el novelista se pone á lagrupa de uno de ellos, escucha sus conver-saciones y les sigue en sus peregrinacionesy aventuras, que vienen á formar la novela.

En algunas el principio es una tormeuta,lo cual promete una accion borrascosa, y enotras juega una aurora boreal y el estrehodeBerhing.

Las horas para pintar el campo sou: el ra-yar el alba, el medio dia, el anochecer y lamedia noche; las horas intermedias soloexisten en la vida real: en la novela lian sidoabolidas.

Los meses son: Enero para las novelasfrias, donde hay cacerias, nevadas y raptossobre el agua congelada de un estanque;Agosto para las novelas ardorosas de seduc-cion, amores incestuosos y otros, y Octubre

Page 2: PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, · – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final? R.—Al que espera á los incendiarios en esta vida. P.—¿Cómo serán juzgados? R.—Segun sus

EL MORO MUZA

ara las tercianarias, donde se presentanreumatismos, enfermos ancianos y tísicos•que salen al jardin á ver caer la hoja y á la-mentar su suerte: estas últimas novelas ne

-cesitan, para poderse leer con fruto, un cur-so preparatorio de patología interna y ex-terna.

Si en la novela hay una heroina (le amor,que se está siete veranos y ' siete inviernosaguardando á su novio, es indispensable queno coma, y todo lo mas que se tolera quetome es un caramelo, una oblea y un vasode agua destilada.

Los verdaderos amantes han de estar ne-cesariamente muy flacos y pálidos, porqueestá probado que un hombre gordo y çolora-do es incapaz de sentimiento. Si hay en ellaun rico avariento, es oportunísimo el favo-recerle con una hija para que. se le pongaen la situacion excesivamente dramática deó la bolsa o la Lija, advirtiendo que de ordi- 1

nario el avaro guarda la bolsa y se despren-de de su hija.

Si hay alguna escena trágica, ha de veri-ficarse á las doce en punto (le la noche; detal modo que, si es posible, la matanza em-piece á la primera campanada y termine ála duodécima.

En las novelas conviene que haya. mitraidor, el cual ha de ser forzosamente alto,seco, delgado, y ha de torcer un poco la vis-ta. Un bizco es, por decirlo así, un traidorde nacimiento.

Por último, uno de los resortes mas po-derosos para hacer marchar desembarazada-mente la accion de una novela, es una so-ciedad secreta. Mas como los Carbonarios,los Trece, los Jesuitas, los Angeles, mas óménos exterminadores, están ya gastados,me atrevo á proponer, como de_grande efec-to, una diabólica sociedad secreta quesetitu-lará: La extirpadora de callos, en la cual losafiliados callistas, con el pretexto lucrativode exterminar los callos y ojos de gallo,adivinarían durante la operacion los secre-tos de los pacientes.

Despues de apuntados estos aforismos dela nueva ciencia, vamos á dar una idea noménos sucinta de los diversos géneros y es-tilos que comprende la novela en el siguiente:

OAPITU LO III.

Innumerables son las subdivisiones que-admite la novela, y los distintos géneros queabraza. Son los principales:—la novela pas

-toril; la oriental, la novela por cartas, lasubterránea, la social, la marítima, la dialó-gica, la económica, la gimnástica, la expre-siva, la suspensiva, la novela sin una vocal,•la histórica y la típica.

La novela pastoril es una ele las mas anti-guas, y estuvo muy en moda en otros tiem-pos. En ella las pastoras visten de raso ylos pastores de terciopelo; las zagalas calzanajustarlo y hablan culto y los zagales se an-dan siempre por las copas de los árboles,• buscando nulos que ofrecer puestos de lii-nojos á sus pastoras.

El que quiera estudiar este género 1ta dedecidirse á hojear la Astrea de Scudery, laEstela de Florian y la Galatea de Cervantes.

(Concluirá.)

MINUSCULO.CATECISMO 111sT(ORICO DEL SACRISTÁN CLARINETE.

UNICA PART:,quo cos:ioao b-a loaosaonto 1a aist:I Cala•i.-Pccaaa.

LECCION xv.P.—;Qué sucedió pocos dias despues ele

la Páscua?R.—Que el espíritu español envió á Cuba

las treinta caftoneras.P.—¿Qué efecto produjo esto en los labo-

rantes?R.—Como se habian figurado que no

ven(lrian, se quedaron Alas asustados queAguilera cuando llueve.

P.—¿Qué cosa sintieron?R.—Calambres en el cuerpo, y en el alma

una desconsoladora desesperacion.P.—¿Qué dijo á esto Doña Emilia C. de

Villaverde?R.—Que no habia de gastar mas pañuelos

de nipis, por no recordar la bahía de Nipe,donde nuestros soldados atraparon su ban

-dera.I'.—¿Qué cosa es el símbolo de los mambi-

ses, calasimbos y laborantes?R..—Ellos no mas lo entienden, como que,

por ódio al idioma español, lo han escrito enuna mezcolanza de africano y siboney, queal mismo Piñeiro, con ser tan pedante comoes, le parece oscura.

P.—Quién es el Papa entre ellos?R.—Papa no tienen, pero sí Papá, y es elmismo Padre Eterno Goicuría, quien comoSaturno, se los chupa uno á uno sin distin

-cion de clases, edades ni sexos.P.—;Qué cosa es su Biblia?R.—Los Cantos del Siboney.

LNCCION XVI.

P.—¿Quiénes fueron los escribas?R: Algunvs escribanos y abogados que

laboraban, y de quienes l)uede dar cuenta elGobernador de Fernando Póo.

I'.—¿Y los íitriseos?11.—Todos los facinerosos de la manigua,

sin excepcion alguna.P.—¿Quién fui. Judas Iscariote?R.—El demonio conocido b^,jo el nombre

de Morales Lénlus:P.---¿Dónde se efectuó la última cena, en

que se juró la independencia, sirviendo deguía despues para el can-can de las borras-cas de Villanueva?

R.—La casa-quinta de Fesser.P.—¿Quó cosa es la pasion (le los liber-

tadores?R.—Tiénese por indefinible, aun entrando

en la definicion el definido.P. – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final?R.—Al que espera á los incendiarios en

esta vida.P.—¿Cómo serán juzgados?R.—Segun sus obras.P.—¿Y adónde irá la naambisería? -R.—A los infiernos.P.—¿Cómo se conseguirá todo esto?R.—Esperando .con calma y prudencia pa-

ra evitar un die.s.irce que es el ma,ptum. deside-ratum de los laborantes.

FexPor el Sueristan Clarinete.

• MEFISTÓFELES.

ESTO, COMO SE LLAMA.(CONTI N U. 1(10 N.)

Queda sentado que si los mambises no ha-cen la guerra propiamente dicha, no es por-que no quieren, sino porque ni pueden ni sa-ben Hacerla; pero la dan ellos y los laboran-tes, y no guerra de muchachos traviesos, sinoele salvajes feroces, capaces de asustar It losaraucanos y á los apaches, si ,bien es ciertoque, para cohonestar el incendio y el asesina-to, han tomado el humanitario lema de lamoderna democracia, que se compone de es-tas tres seductoras palabras: libertad, igual-dad, fraternidad.

¿Qué consideraciones merecen, pues, losque hacen eso, como se llama, pero que yasabemos que no es guerra civil, porque na

-die ha llamado nunca guerra civil á la quecontra ciertas naciones americanas sostienenlas cuadrillas de bandoleros ó las tribus desalvttjes? Las mismas que la mas adelantadade dichas naciones, la de los Estados Unidos,suele guardar á los indios de la piel roja,cuando sorprenden las guaridas de esos bár-baros que llevan siempre que pueden la de=solacion á las poblaciones civilizadas. Si sonhabidos y fusiladlos, todavia defraudan á lasociedad, porque solo tienen una vida parapurgar crímenes que merecerian cien penasde muerte. Si poseen bienes de fortuna, de-ben perderlos tambien, pues digan lo quequieran ciertos innovadores visionarios con-tra la pena de la confiscacion, yo no sé porqué cuando un malvado pierde lo mas, quees la vida, no ha de perder lo menos, que esla fortuna.

Verdad es que el señor Montesquieu em-pezó á declamar contra la confiscacion, di-ciendo que era el arma del despotiíy mo, cosaque me parece un desatino, dicho senti estosin ánimo de negar las grandes cualidadesque adornaron al célebre autor del Espíritude las Leyes, porque no solo errare humanuwnest, sino que, corno dije yo una vez, hablandode un señor Sarmiento, Mos disparates de losgrandes hombres nunca son flojos.»

Pues qué, ¿no ha sido la confiscacion prac-ticada en todas las edades, bajo todas las for-mas ele gobierno? Ac hab, que si en su juven-tud tuvo defectos, llevó mas tarde su espíri-tu ,justiciero hasta el- iunto de restablecer ensu trono al rey Adacl, á quien en buena lid

• habia vencido, confiscó la viña á Nabot, co-mo antes David habla confiscado los bienesde Miphibozet. ¿Y qué sucedió en Roma,tanto en tiempo de la República con g o bajoel Imperio?

En Roma, no solo había la confiscacionpara los que clebian morir ó emigrar por la-borantes, sino que, aplicándose además á loscielitos comunes, alcanzaba muchas veces álos que no habian pensado en infringir lasleyes.

Por ejemplo: un inquilino acuñaba mone-da falsa, ó permitia que en su habitacionhubiese sacrificios ó juegos prohibidos, y eldueño de la casa, que ignoraba esto, era cas

-tigado como silo supieray lo aprobara, pues-to que en el número de los bienes confisca-dos se comprendia todo, hasta la casa en que

Page 3: PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, · – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final? R.—Al que espera á los incendiarios en esta vida. P.—¿Cómo serán juzgados? R.—Segun sus

EL MORO MITZ A 131

se había perpetrado el delito. Un hombre co-metia un crímen, y la confiscacion llegabahasta al patrimonio de la mujer del criminal.Valentiniano, Teodosio y sobre todo, Justi-uiano, fueron suavizando la legislacion eneste punto; pero aun el último de los citadosemperadores, que es el mas famoso en losfastos del derecho, como deben tenerlo en-tendido Mestre, Morales Lémus y Bramosio,conservó la confiscacion para el delito de lesa-majestad, delito atroz siempre, y mas atrozen aquellos tiempos; pero que no iguala ennuestro concepto á cualquiera de los de lesa-nacion y lesa-humanidad y lesa-consanguini-dad y lesa-civilizacion y lesa-decencia qaehan cometido los hijos de España que semetieron á mambises ó laborantes.

En todas las naciones modernas se hapracticado luego la confiscacion, principal-mente por causas políticas ó religiosas, conla sola diferencia de que, mientras en los Es-tados católicos se confiscaban los bienes delos judíos y protestantes, en Inglaterra eranconfiscados los bienes de los católicos.

Al fin apareció el señor Montesquieu, ytronó tan fuertemente contra la confiscacionen nombre de los principios de libertad, queyo tiemblo al pensar lo que haría el señorMontesquieu si hoy levantase la cabeza. Ca-paz sería de aplicar la pena ele que vamoshablando á los que bailan el can-can, quees una de las mas leves faltas en que incur-ren los hombres y las mujeres de la sociedadmoderna.

Dígolo porque, cuando los filántropos detomo y lomo se convencen de que las cosasque ellos hubieran querido abolir son nece-sarias, acaban por hacer de ellas lo que nointentara la célebre vecina que echó huevosá una gata pensando que era gallina. Sirvande ejemplo las terribles figuras de Neron yRobespierre, los dos hombres que mas horrorhan manifestado en su juventud á la pena demuerte, y los que mas sangre derramaroncuando desde las alturas del poder tuvieronque hacer el ensayo ele sus teorías guberna-mentales.

Pero hay un ejemplo que viene aquí masde molde,.y es el de aquellos , mismos discípu-los del señor Montesquieu que vivieron lobastante para tener participacion en la revo-lucion francesa. Esos filántropos pidieron.desde luego la abolicion de la confiscacion,y con tanto af tn trabajaron, que consiguie-ron lo que querian en 21 che Enero, (¡quéfecha!) de 1790. •-Sin embargo, ellos mismosresucitaron la ley de confiscacion poco masde dos años despues, en 30 de Agosto de1792, y aunque la pusieron mas clavijas quesi fuera una guitarra y las apretaron che fir-me, aun no quedaron .. satisfechos sin duda,puesto que en 19 de Marzo de 1793 apreta-ron por medio de un decreto convencionalotro poquito las expresadas clavijas. Pareciaque ya no podia ir mas adelante la; tirantezde la confiscacion, y no era verdad, porque sa-bido es que las clavijas sufrieron pronto dosseguidos y grandes apretones, uno el dia 19y otro el tercero de brunzario del año II dela indivisible. Aquí sí, la gente quedó con-

vencida de que la obra podia darse por aca-bada; pero todavía hubo quien gritó: ¡estánflojas las clavijas!, y la Convencion las dióotro par de buenos apretones en el intervalode cinco dias, el primero el 14 y el segundoel 19 de floral del año III. Entónces fuécuando se probó la razon con que siempre seha dicho que el que mucho abarca poco aprie-ta, pues la Convencion, por haber abarcadotanto, que quiso meter dentro de la ley deconfiscacion hasta á los fabricantes de nmone-da falsa, en .un tiempo en que no habia mo-neda propiamente dicha que falsificar, vióque aun distaban las consabidas clavijas deestar tan apretadas como ella quería, y les dióelapreton final, el;apreton mayúsculo en 22del referido prairial del susodicho año III. Yqué...... ¿cesó la Convencion en su sistema?Sí, porque dejó de existir la Convencion,que si no, puede que aun estuviese apretan-do aquellas clavijas que parecian hechas,áprueba de apretones. Hé aquí como se por-taron, en nombre de la libertad, aquellos dis-cípulos del señor Montesquieu, del sábio ju-risconsulto, autor del Esríu.ITU DE LAS LEYES,

que habia creido ver en la Confiscacion elarma del despotismo.

Respecto á nuestro pair, hay un sucesotau reciente, que está en la memoria de to-dos los que no son desmemoriados, y es aquelcon que se inauguró la era de la libertad ála muerte de Fernando VII.

El citado monarca tenia dos hermanos ydos hijas: el mayor de aquellos creia que lacorona de España le pertenecia, y sus preten-siones fueron apoyadas por los amantes delabsolutismo, mientras que los partidarios dela libertad se pusieron del lado de la mayorde las citadas hijas. ¿Y. qué fué lo primero

"que -se -hizo-al iniciarse la contienda-tie losprincipios que habian invocado la legitimi-dad como pretexto? Nadie lo ignora: los li-berales confiscaron los bienes del represen-tante del debpotisino,.y hastá los del infanteD. Sebastian, por haberse ido este santo va-ron al campo de dicho representante.

No digo esto, entiéndase bien, por burlar-me de la conducta de los liberales españoles,dando á entender que hubo en ellos contra-diccion alguna, porque la cuestion de que setrata no tiene que ver nada con la política,digan lo que dijeren los discípulos del señorMontesquieu, á no ser que se quiera dar esecarácter, á todas las cuestiones de derecho, encuyo caso, no faltaria tal vez quien pidiesela aplicacion del sufragio universal pala elnombramiento de los tutores y curadores,testamentarios y albaceas en los casos demuerte de cualquier individuo, aunque esteno muriese ab intestato.

La cuestion es de derecho, y á ese derechonunca debe renunciar el estado, en nuestraopinion, sea cual fuere su sistema de gobier-no. Dícese á esto que con la confiscacion su-cede algo de lo del pecado de Adan, queunos lo hicieron y otros lo pagarán, y yopregunto, ¿cuál es el castigo aplicado á loscriminales que no alcance á, sus hijos, sobretodo, cuando, lo que es mas frecuente, di-chos criminales carecen de fortuna?

Esto es claro: un hombre tiene cinco úseis hijos, de cuya subsistencia cuida. Esehombre comete un crimen, por el cual se leimpone la pena de muerte ó de presidio, loque es justo; pero el resultado de la ejecu-cion de la sentencia es que pidan limosna losniños que ni sabian ni tuvieron la culpa deque su padre fuese un malvado. ¿Dejará dehaber alcanzado el rigor de la ley á los ino-centes?

Lo que hay es que los políticos están ge-neralmente dominados por ideas materialis-tas que les impiden ver finas allá de sus-nari-ces, puesto que no ven que toda confiscacionde la vida ó de la libertad del hombre llevaconsigo la del capital que esa vida G esa li

-bertad représentan.Y basta por hoy. En el número próximo

terminaremos la cuestion pendiente, hacien-do la aplicacion de nuestro criterio jurídicoá esto, como se llama, es decir, á la guerraque á la sociedad han declarado los laboran-tes y los màmbises.

EL MORO MUZA.

La Moda Elegante ha repartido un almana-que ilustrado á sus numerosos suscritores; unverdadero almanaque, con la posicion geográ-fica de Madrid, épocas célebres, cómputoeclesiástico, fiestas movibles, estaciones, tém-poras, pronósticos meteorológicos, eclipses,fases de la luna, etc., y contiene, además, ar-tículos notables en prosa y verso, de los cua

-les bastará á dar una idea la siguiente lindacomposicion:

Edades del ardor..

A LOS QUINCE AÑOS.

Eres el aura suave,Grato delirio,

La luz que me ilumina,Mi aliento mismo.Vago deseo,

Realidad impalpable,Místico suelto.

A LOS VEINTE,

La luz de la alboradaSe desvanece,

Y el sol asoma loe ;oPor el Oriente:Y así en el alma,

Sol es el amor lujo,No luz del alba.

A LOS VEINTE Y CINCO,

Ni vivo, siempre ansiandoVerte y hablarte,

Ni muero, íI no tenerteSiempre ú mi lado.Sí, gozo al verte,

Mas no es muoha Ini pena,Si estas ausente.A LOS TREINTA,

No amores, no ilusionesMi pecho agitan;

La juvenil hogueraQuedó extinguida,Pavesas solo

Quedan, que aviva :L vecesFugaz un soplo.A LOS CUARENTA,

Es fuente sin cristales,Prado sin yerba,

Lucero sin fulgores,Cielo sin nieblas;Luz sin cambiantes,

Bosque sin pajarillosY sin follaje.

A LOS...............Pasan allos tras años,

Que el pecho enfririnY amorcillos alados

En él se anidan,Pues es sabido

Que amor, para ser grande,Quiere ser niño.

J. MONREAL,

Page 4: PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, · – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final? R.—Al que espera á los incendiarios en esta vida. P.—¿Cómo serán juzgados? R.—Segun sus

111 t

ti

U

I ' i

/ I^

iÃ-i'-__ /

t/'

_ __

Un cabecilla fugitivo.

f

P

Com-, ó ^ / ¡ ^ p//^^ f

(Th%M

lV'I

Por el hilo se saca el ovillo.

Litog. G Imp. del Comercio, Obispo 87.

Page 5: PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, · – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final? R.—Al que espera á los incendiarios en esta vida. P.—¿Cómo serán juzgados? R.—Segun sus

.Los voiunrarios ae la flat ana obsequian al honorable Mr. Seward con una serenata, en el hotel El Telégrafo. -

Page 6: PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, · – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final? R.—Al que espera á los incendiarios en esta vida. P.—¿Cómo serán juzgados? R.—Segun sus

134

EL MoRO MuzA

LA CASA DE LAS NUECES.

Cinco ó seis años hará que, pasando yo undia casualmente por la calle del Empedrado,me encontré con un amigo á quien no habiavisto en cerca de veinticuatro horas; y comoera natural, me detuve á conversar con él...para que él conversase conmigo.

Era aquel amigo un buen español, de locual estaba yo seguro, y él sabia muy bienque yo tambien lo era, sin embargo de locual disputábamos todos los días sobre unacuestion de circunstancias que los dos . mi-rábamos por distinto prisma. Esto nadie loextrañará, sabiendo cuan imposible es quelas personas mas identificadas en principiosé intereses vean y aprecien todas las -cosasde la misma manera. De ,qustibus et çoloriiusnon est disputandum, decían los escolásticos yno es verdad, porque de gustos y coloressuelen originarse disputas que, cuando lostemperamentos son un poco sanguíneos, sue-len parar en camorras, aun entre los mejoresamigos y correligionarios.

—¿Qué hay de nuevo? Pregunté á mi es-timado compatriota y camarada.

—Una buena noticia, me contestó el in-terpelado, estamos en grande, tanto que deesta no se levanta el gobierno de Mr. Lyu-coln, á pesar de los discursos de ese famosoMr. Seward, que no ha sido nunca santo(le mi devocion.

—Hombre, dije yo, pues no lo concibo,porque, presciucliendo de las altas cualida-des que adornan áese distinguidísimo hombre .de estado, tengo entendido que Mr. Sowardes, quizá, el hijo de todas las Américas queprofesa mas cariño á la nacion española, noolvidando nunca que esta nacion descubrióy civilizó el Nuevo Mundo.

Pero, en fin, está visto . que siempre quehablamos de ciertos hombres y sucesos, he-mos de acabar siendo antagonistas. Veamosqué noticia mala es la que usted quiere dar-me, pues para tenerla yo por mala, me bastasaber que usted la tiene por buena.

—Eso es casi poner en duda mi patriotis-mo, contestó mi amigo, mí si es no es amos-tazado.

—No, hombre no, me apresuré á replicar;eso es decir que vive usted equivocado, co-mo lo estoy yo en el concepto de usted, sinque haya razon para dudar de nuestras bue-nas intenciones. Usted tomó á pecho lascosas de Méjico y de los Estados Unidos,tanto que, por el voto de usted, ya nuestrogobierno hubiera intervenido en la primerade las naciones citadas y reconocido contobeligerantes á los del Sur de la * segunda, yyo no encuentro palabras con qué encareceral gobierno de nuestra patria, por la sabidu-ría con que se conduce, siguiendo la políticade neutralidad, que es la aconsejada por la

,justicia y la conveniencia.—Es q leyo soy conservador, dijo rni amigo.—Mas conservador soy yo que usted, le

contesté, y voy á convencerle á usted de queprecisamente por eso, por ser conservadores,en caso de optar por unos ó por otros, debe-ríamos los buenos españoles estar en favordel Norte mejor que con los confederarlos.

—1Qné barbaridad! exclamó mi amigo,que creia de buena fé ser conservador sim-patizando con los rebeldes del Sur, y servirá España fraternizando con Pierre Soulé yotros de los que quisieron comprar ó tornarla isla de Cuba.

Iba yo á contestar, cuando en la próximacasa se oyeron golpes y gritos capaces dehorrorizar á enalquii ra. Mi amigo y yo,igualmente conmovidos, esperamos á quepasase la tempestad para continuar nuestrainteresante discusion; pero el trueno fué unpoco largo y nos dejó medio aturdidos parano poder tomar el hilo de la cuestion en al-gun tiempo. Al fin nos serenamos y entón-ces dije yo:

—Pues bien, amigo, aunque á V. le pa-rezca barbaridad lo que he dicho, y aun pres

-cindiendo de la verdad de que las expedicio-nes fiiibusteras que en los Estados Unidos sehan armado contra Cuba, han salido del Sury no del Norte, me basta saber que el Nortedefiende la integridad de su territorio con-tra hombres que se han rebelado pidiendo laseparacion de una parte de ese mismo terri-torio, para creer que debemos estar mas áfavor del Norte que del Sur, y hablo así enmi calidad de hombre de órden y conserva-dor á macho y martillo. Yo no quiero dar larazon á los rebeldes de niugun pals, á fin deser lógico el dia que en el nuestro haya re-beldes y tenga que combatirlos, corno lo harésin tregua ni miramientos. Yo no quiero con-`ceder á ninguna provincia el derecho de se-pararse de la nacion de que fornia parte, loque seria admitir un principio disolvente deodiosos resultados, y seré consecuentecon mi resolacion eminentemente conserva-dora, atacando siempre sin piedad á los quecongpii,erï"pòr' lti iudépeiideï éivt dè cualquie-ra de nuestras provincias, como combato álos que trabajan por la desmembracion deotros Estados. Los que otra cosa hacen y sellaman conservadores, son los que tornan elrábano por las hojas.

Quedóse mi amigo suspenso con la re-flexion que le hice, porque hombre de buenafé, aunque ofuscado poi la-mismabondad desus deseos, acababa de ver un poco claro loque hasta entónces había estado para él unpoco turbio; pero como - una preocupaaionlargo tiempo alimentada no se desecha. fátcil-mente......

Iba el amigo á presentarme no sé qué ob-jecion, cuando en la casa vecina se renova

-ron los golpes furiosos y los lamentos des-garradores que antes nos habían dejado sinresuello, á lo cual se agregó que llegaron doscarros de mudadas, uno á la casa de mas arri-a y otro á la de mas abajo de aquella en

que menudeaban los alborotos. Procuramosinformarnos de lo que sucedia y supimos quela señora de la casa de las nueces, que así de-bia llamarse una casa donde se hacia tantoruido, aunque lo regular es que el ruido seamayor que las nueces, tenia tan malas pul-gas, que por la cosa mas insignificante haciadar cuarenta ó cincuenta azotes á sus escla-vos. Con este motivo, su vecindad se habíahecho insoportable, tanto que los habitantes

de las casas inmediatas no podían dormir niestudiar, por el guirigay continuo de los re-feridos boca-abgjos, y la prueba de ello esta-ba en que, real y verdaderamente, los (los maspróximos vecinos se mudaban, para poderentregarse al reposo ó consagrarseal estudiocuando lo tuvieran por conveniente, sin te-ner que dejar los libros ú sin despertar consobresalto á cada instante por los golpes delchucho y los lastimeros ayes de las personascastigadas.

Entónces nos alejamos un poco de aquelbullicioso lugar, que no era el mas á propó-sito para dilucidar una cuestion de impor-tancia, y mi amigo me preguntó admirarlo,si creia yo que los del Norte; por el hecho deno haber armado expediciones piráticas, eransinceramente adictos á la nacion española.

—Yo creo, le contesté, que tan buenos sonen esta parte Ios unos corno los otros, y melo prueba la injusticia con que unos y otrosnos han tratado en sus publicaciones. Por lomismo, no siento simpatías hácia ninguno deellos; solo creo que debemos mostrarnos neú-trales en sus cuestiones, para tener derechoá exigir que ellos sean neutrales en las nues

-tras, y que en caso de inclinarnos á un parti-do, lo prudente, lo hábil, lo político, lo con-servador es abrazar el del órden contra la re-belion armada. Por lo demas, el antagonismode las masas no excluye las simpatías de loshombres pensadores y honrados como Mr.Seward, quien me consta que mira con sin-gular-predileccion á nuestra querida España,siendo admirador entusiasta de nuestras glo-rias. Esto supuesto, sepamos la noticia.

—La noticia es......Mi amigo no pudo continuar. La distan-

cia en que nos hallábamos de la . casa de lasnueces, ó de los azotes, no nos libró de ver in-terrumpida nuestra conversacion por los gri-tos mas terribles que puedo dar un ser de-sesperado, y esta vez duró tanto e] jaleo, quelo menos debió recibir cien azotes el indivi-duo que se quejaba. De pronto vimos salirun hombre de la casa de las nueces y correrpor la calle arriba, cosa que nos llamó algola atencion; pero, en fin,-cnando le perdimosde vista, nii amigo yyo seguimos conversando.

—La noticia, dijo mi amigo, es la toma dePuebla por los franceses.

—¡Vaya una noticia! exclamé yo, ¿y quénos importa á nosotros que los franceses to-men G dejen de tomar una plaza de Méjico?

—Nos importa mucho, contestó mi amigo,porque así se fundará el imperio, y podré

-mos contar con las simpatías del gobiernomejicano.

—¡Qué disparate! dije yo. ¿No ve ustedque el imperio no podrá consolidarse, y quelo único que producirá esa tentativa será ladesgracia de muchos, entre. los cuales figu-rará de seguro el príncipe que acepte la co-rona? (1)

(1) Todos los que me tratan saben que predije la suertede Maximiliano desde ántes que este vial aconsejado Prín-eipe se embarcase para Méjico, como no dudé nunca un so-lo momento do la victoria del Norte contra el Sur en losEsta los Unidos. ¿Quiére esto decir que veo mas que otros?No, sino que fundo mis cálculos de probabilidades en me-jores datos que algunos hombres que dan por hecho lò im-posible, con tal que cuadre á sus deseos.—A'ota del .111.31.

Page 7: PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, · – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final? R.—Al que espera á los incendiarios en esta vida. P.—¿Cómo serán juzgados? R.—Segun sus

7

EL Moro MuzA 135

-Otra barbaridad! dijo lni amigo, que nohabia estado nunca en Méjico y que preten -dia saber mas que yo acerca del verdaderoestado de la opinion en aquella tierra.

Con este motivo nos acaloramos ull poco,y la cuestion, degenerada en disputa, lleva-ba trazas de hacernos llegar á las palabrasmayores, cuando vimos volver muy apresu-rado al hombre que habia salido de la casade las nueces, en compañía de otro que pare-cia médico. Esto nos hizo comprender queel último boca-abajo habia producido gravesefectos, y resolvimos enterarnos de lo quepasaba, para lo cual volvimos á ponernos en-tre carro y carro.

Habíase aglomerado alguna gente que co-mentaba la ocurrencia, y así, sin interrogará nadie, supimos que la señora de la casa delas nueces experimentaba una especie de frui-cion ó deleite en ver despellejar á sus escla-vos, por cuya razon les hacia dar fuertes azo-tes, muchas veces sin el menor motivo. Con-tábanse cosas inverosímiles acerca de la bue-na señora. Decia uno que en solo un dia hizodar ocho ó diez boca-abajos; refería otro elnúmero de criados que, por consecuencia detales tratamientos, llabian salido de aquellacasa para el hospital ó para el cementerio yotras gracias por el estilo. -

Tres criados se hallaban en cama en aquelinstante, dos mujeres y un hombre, y el úl-timo, que recibió una tollina extraordinaria,estaba mas muerto que vivo.

—Entremos, dije yo, á ver si servimospara algo.

—No hagan ustedes eso, dijo una vecina,porque á la legua se vé que son ustedes pe-ninsulares, y como esa señora es tan republi-cana......1 i t

—¿De veras? pregunté yo. ¿Conque es tanUleral esa señora, que tiene tantos esclavos ylos hace vapulear tan fuertemente para di-vertirse?

—Sí, señor, dijo con deliciosa candidez lavecina; pues por eso causan tanto efecto losazotes que esa señora hace dar á cada triqui-traque, por lo mismo que son azotes democrd-ticos y están basados en el humanitario prin-cipio: «quien bien te quiere te hará llorar.»

—¿Y cómo se llanca esa. señora tan liberal,

tan republicana, tau demócrata? preguntó. miamigo.

—Esa señora, dijo la vecina, nia sabido ad-quirir ya tal celebridad por la exaltacion desus ideas liberales, que seguramente la cono-cerán ustedes, siquiera de nombre. Se llamaDoña Emilia C. de Villaverde.

EPILOGO.Han pasado algunos años desde la ocurren-

cia que acabo de narrar, y apelo á los masíntimos amigos de D Emilia C. de Villaver-

.dé para que digan si es ó no cierto que esaMadama R.oland de los republicanos de Cu-ba .azotaba tan repetida y duramente ásus esclavos, que algunos de sus vecinos tu-vieron que mudarse de casa por no oir tancontinuamente la algarabía de los chuchazosy los gritos que no les consentian el estudioni el sueño.

Hace pocas noches encontré al amigo de

marras, y me dijo que acababan de asegurar-le que D Emilia C. de Villaverde ha logradoburlar el decreto de embargos, puesto queconserva esclavos en la Habana, y cobra losalquileres, mientras allá en Nueva York bor

-da banderas republicanas para que caigan enpoder de nuestros soldados.

—Hombre, dije yo, bueno seria hacer cons-tar el hecho y ponerlo en conocimiento denuestras dignas autoridades, para los efectosconsiguientes. ¿Quiere usted que nos dedi-quemos á ese trabajo?

—Con mucho gusto, contestó mi amigo;pero, por de pronto, voy á la serenata con quenuestros queridos Voluntarios, amantes siem-pre del mérito y de la justicia, obsequian alilustre huésped americano, á ese eminentehombre de estado de quien yo tenia una ideatan equivocada en otra época y á quien losbuenos españoles deben saludar con cariñoy respeto.

He aquí, lectores, la prueba de la honra-dez de mi amigo. Es un hombre de corazonque ha podido formar juicios equivocados alguna vez, graciás al poco acierto con que mu-chos otros han dirigido la opinion en laprensa periódica; pero que tiene un fondo ver-daderamente español, es decir, equitativo yhonrado. Yo quise acompañarle. Juntosaplaudimos el bells y lacónico discurso delSr. Zulueta; juntos elogiamos la hábil con-testacion del grandehombre que, en el hechode llamar á España «la aliada mas antiguade los Estados Unidos» y de hacer votos por-que esa buena aliada salga victoriosa de susdificultades presentes, manifestó sus noblessentimientos, indicando la política de recí-proca leal correspondencia que debe haberentre su nacion y la nuestra, y juntos nos serparamos deseando feliz viaje á Mr. Sewárd.

EL MORO MUZA.

ALMANAQUE,

Palabra arábiga como la goma., es decircomo la goma arábiga, porque otras gomashay que vienen de distintos lugares, los cua

-les, en. el hecho de producir, goma, no sonlugares comunes, y esa palabra sP coarponede dos, que son el artículo al, equivalente áel y el. vet bo manaeh, que corresponde á con-tar; de donde resulta que hubo casi tant, ra-zon para llamar al-manach G almanaque al li

-brito que lleva ese nombre, como la que tie-nen los ingleses liara -decir: «JIow do you do»(literahneitte: «cómo hace usted hacer») parapreguntarle á uno cómo le vis.

Por eso algunos, alalinanaquelel laman calen-dario, voz tomada del apelativo calendas con,que los romanos designaban elprimer dia decada nies, y entre paréntesis, para negar laposibilidad de un suceso sé dice: «ad calendasgrecas», porque así lo haciau los latinos, sa-biendo que no habia calendas entre los griegos.Podemos, pues, asegurar que para ver á losmambises demostrar valor en los combates,habremos de aguardar ad calendas grecas, quelos labòrantes dejaran de ser embusteros adcalendas grecas, y así sucesivamente.

Pero no tratándose solo del primer dia decada mes, sino de todos los del año, hay po-ca propiedad en llamar calendario al. calenda-rio, y por eso muchos le nombran almanaque,voz que va prevaleciendo hasta en las len-guas que menos relacion tienen con la de loscalifas.

Sea como fuère, llámese almanaque, ú nóm-brese calendario, el librito que bajo esa dobledenominacion conocemos es muy útil parasaber en qué dia del mes ú del año se vive,cuál .es el santo de - èse dia; cuándo habráeclipse del sol ú de luna, cuando esta seránueva ú llena, G entrará en sus cuartos cre-ciente ú menguante; qué probabilidades hayde lluvia ú de viento, de calor ó de frio, &c., ytanto alas útiles son esos libritos que llevanel título de calendarios G almanaques cuantoestán, unas clara y elegantemente impresos, co-nio los que en excelente papel y con esmera-da correccion dá por poco dinero todos losaños la casa de los Sres. May y Comp., callede la Obrapía núm. 11 en la Habana, calen-darios G almanaques que pueden rivalizar conlos mejores que ven la luz en las nacionesalas adelantadas de Europa.

El Almanaque Mercantil, 'además, contienenoticias de grande interés local, tales comolos sitios de los buzones públicos de la Ha-bana y Regla, de los Bancos, Sociedades yFerro-carriles, señas de los Consulados ex-tranjeros y de las casas de comercio, salida úllegada de los trenes y precio de los asien-tos, &c., &c., en fin, toda una guía mercantilbien ordenada. (1)

Natural es, por lo tanto, que EL MoRoMúZA, siempre justo apreciador de lo bueno,ya que habla de almanaques, aproveche estacircunstancia para elogiar como es debidolos de los Sres. B. May y Compañía.

Tan partidario es el MORO de los expresa-dos libritos,' que piensa dar la sustancia deuno de ellos en las columnas de su periódico,en parodia, se entiende, y con aplicacion álas circunstancias, sin que falten el juicio finalde los truchimanes que se metieron á liberta-dores, la relacion de las fiestas movibles de lassuripantas G zurripamplas, la de los eclipses delos valientes......cobardes de la manigua, la delos días en que se saca...... dinero de la casa deAldama, que fité purgatorio y vá pasando áinfierno; las lunas llenas de D Emilia C. deVillaverde; los cuartos menguantes del ya cita-do Aldama, que coinciden con los cuartos cre-cie ztes de i estor, Javier y Goieuría; el tiem-po frio de los ilusos y el caliente de losmentecatos, con la prediccion del trueno gordouniversal y otras no ménos curiosas e ins-tructivas materias.

Habrá quien diga: ¿por qué EL MoRoMuzA no nos regala un almanaque sérió enlugar de la parodia que nos brinda?

Contestacion. Por dos razones, siendo laprimera que, por bueno que fuera el alma-naque regalado por una empresa particular,nunca lo seria tanto como los que á módicoprecio venden los Sres. B. May y C^, y lasegunda, porque, teniendo estos Sres. el pri-vilegio de esa clase de publicaciones en estaIsla, privilegio que les cuesta mucho dinero,nadie mas que ellos puede dar aquí un al-manaque propiamente dicho.

Verdad es que, pidiéndolo por favor, lbsSres. B. May y C nos hubieran concedido,tal vez, permiso para dar un folletito, redu-cido á la noticia del nombre y santo de cadadia, es decir, una coleccion de esas hojassueltas que cualquiera puede recibir grdtis entodas las boticas: lo que merece llamarse unalmanaque de drogas ó un calendario pildorero,y para no dar mas que eso, mejor ca no darnada. ._.... .

Precisamente la importancia :pwyor delalmanaque está en los cálculos astronómicos

(1) Dos seman..s hace ya que EL Mono MezA teniapensado recomendar á sus favorecedores los citados alma-naques de los Sres. B. May y Compañía, y la abundanciade materiales se loba impedido. Hoy cumple con el mayorSusto su deber para con una casa que ú costa de grandessacrificios está sosteniendo la importante publicacion' deque se trata y cu yos precios son: El Almanaque Mercantil50'centavos,,e1 Almanaque comiln 15 centavos.

Page 8: PERIÓDICO ARTÍSTICO Y T'ITERARIO, · – ¿A qué llama>,•émos Juicio Final? R.—Al que espera á los incendiarios en esta vida. P.—¿Cómo serán juzgados? R.—Segun sus

W3

136 EL MOko MIZA

y en las observaciones meteorológicas: estoes, en la noticia anticipada de los eclipsesdel año y de las fases de la luna, y en , el ipronóstico de las variaciones atmosféricas.Suprímanse esos interesantes puntos, comotendrá que suprimirlos aquí cualquiera quepublique un almanaque, no siendo la casaqt goza el privilegio arriba mencionado, yel cuerpo quedará sin alma, porque lo últi-finamente dicho es el alma de ese cuerpo quelleva el nombre de almanaque. (1)

Ç Ahora bien: ¿qué sería un alma-vaque, su-primiendo el alma? Sería un naque, y comonaque y liada todo es uno, tanto valdría darun naque, ó sea un almanaque sin alma, comola carabina de Ambrosio.

Por otra parte, lo mas pronto que un,iepipresa, que no sea la de los Sres. B lfáx ,!

•:=^yy Compañía, puede dar, no ya tx}i`vèra$ ò'Falmanaque, sino un naque sin alma, sería enMarzo, es decir cuando todo el mundo esta-ría provisto de almanaque, porque en los pri-meros dias del año es cuando este librito sesuele despachar; tanto, que los que no lo ad-quieren en esos dias, es porque nunca lo ne-cesitan, y ¿había el MoRo de ir á regalar unnaque, es decir, una coleccion de hojas pildo-reras, cuyo valor es tan escaso que de baldelas dan en todas las boticas, y aguardar almes de Marzo para tan poca cosa?

¡No, voto '1 chápiro verde! Para ese via-je no htii 'scl,itor que necesite •alforjas, ypor eso LL MORO MUZA no ha ofrecido loque no podrís, cumplir, pues si habiendoofrecido un almanaque á principio de año, sa

-liese con la pata• de gallo de un naque sin al-,ma en primavera, los señores suscritorestendrian razon para llamarse it engaño ygritar:que se nos devuelva el dinero! ¡Quese nos devuelva!!!

Mejor es ofrecer lo que se puede cumplir,y lo repetimos, el MoRo dari, desde su pró-ximo número la . parodia política del almana-que con la relacion de los puntos indicados, 1fit que se agregarán los fenómenos celestialesque" clos han traido los hijos del Confucio, ylos m&-oros y saca-copas con -que •los. ••labo-rantes que pudieron hacer el gasto de la farsarevollici:onaria en extraños paises, han idoentreteniendo i, los puercos mambises, cuyoSan Martin está encima.

He aquí, lo que desde la semana que vie-ne dará

EL MORO MUZA.

LANZA EN RISTRE.

Soldados y voluntarios,Los que con noble constancia,IJè gloria os estais cubriendo,Bajo el pabellon de España;

¡Nada! No tengais cuidado,Lo digo yo y esto basta,Que no es decisivo el golpeQue á todos nos amenaza.

Despues de las fieras roncasY estupendas alharacasCon que en Nueva York lucirseQuiso la Junta Cubana;

El poderoso refuerzoQue al pobre Céspedes mandaEs una lanza tan solo,0 hablando mejor, un Lanza;

Pues la Lanza salió macho,Tan macho, se gun las trazas,Que no le iguaÏa en lo lerdofnguna bestia de carga.

Pero es Lanza tan obtusaComo el caletre de Aldama,El de la cabeza en bolaQue resultó calabaza;

(2) Digo que nadie podrá clar aquí un almanaque con lassusodichas materias astronómico-metereo!ógicas mas que lacasa D. May Compañía porque no es natural que esa casadeje explotar á otros lo que ella paga. Es claro, en estemundo al que algo quiere, algo le cuesta.

A.N1uRATES.

SOBREMESA.

EL MoRo MUZA. —En Muestra última se-sion de sobremesa, empezamos por victorearal entónces 'coronel Morales de los Rios, conmotivo de la terrible paliza que ese bizarrojefe acababa de sacudir á, los mambises y enla de hoy debemos entrar felicitando cordialy respetuosamente, tanto al Gobierno Supre-mo de la Nacioii, como á nuestro •dignísimoCapitan General el Excmo. Sr. D. AntonioCaballero de Modas. La razon de esto, cama-radas, es que dicho Sr. Capitan General, ba-jo cuya sábia direcciou están dando las ope-raciones militares tan brillantes resultados,queriendo premiar el mérito con la mismaloable diligencia con que sabe castigar el cri-men, propuso inmediatamente al gobiernode la Regencia el ascenso á brigadier delbravo coronel Morales de los 'Ríos, propues-ta que fué atendida en el acto, segun el Go-bierno Supremo lo comunicó en seguida pordespacho,telegráfico, al paso que hacia unahalagiieña manifèstacion de gratitud ' ni cio-nal en honor de nuestro valiente ejército deCuba.

AKURATES.—Todos, señor Moro; todos fe-licitamos de corazon al Gobierno de-Madridy a nuestro querido Capitan General por la

recompensa que han dado al ya brigadierMorales de los Rios, así como por el altoaprecio que hacen cle las virtudes de nues

-tros incomparables soldatlosy voluntarios, cu-yo valor en los combates y cuya constanciaenlas fatigas son el asombro del mundo. Y multi

-plicamos esafelicitacion al saber que el ilustreconde de Valmaseda, que tan incansable y va-leroso se ha mostrado en 15 meses de campaña,y los denodados jefes Cámara é Hidalgo, queapenas trascurre un dia sin que den una duraleceion al -enemigo, han recibido tambien elascenso que tan en justicia les corresponde,siendo ya estos, brigadieres y aquel, tenientegeneral del ejército español.• EL MòRO JIuzA.—Y bien, camaradas, to-

do lo qué esté pasando es muy consoladorparit mí: -Ved, en prueba de la rectitud queya dominando en los espíritus, la unanimidadcon que la prensa periódica reconoce la ele-vada inteligencia con que el Excmo. Sr. D.Antonio Caballero de Podas este, llenando ladifícil mision que en buen hora le confió elgobierno de la Metrópoli. Como Capitan Ge-neral ha empleado tan hábilmente, y sin per-der momento, los elementos de fuerza. de mary tierra de que dispone, que vá estrechandocada vez más el círculo de hierro en que sepropusò encerrarla insurreccionya espirante,de modo que hoy no alberga nadie la menorduda sobre la próxima muerte por asfixiaque espera h los enemigos de la patria, y co-mo Gobernador Superior, está colmando losdeseos de todo el mu gido. 'Llamo la atencionsobre esto, porque merece tenerse en cuenta.En efecto,. compañeros; aquí, aunque todossomos unos como españoles, poblemos disen-tir alguna vez en otras cuestiones; pero res-pecto á lá de la persona de nuestro actualGobernador Superior y Capitan General, hevisto con placer que todos convenimos enconsiderarle como el hombre llamado por •eldestino para dar á, Cuba la paz y consi guien-te ventura que tanto necesita. No hay lame-nor disidencia en este punto. El Diario de laHarina, lo mismo que La, Premsa, esta comoLci foz ¿'te coa, nosotros y con nosotros to-dos los demás periódicos, como los ya citados,convenimos y así lo hemos proclamado enalta voz y expontáneameute, en que el dignoGeneral que hoy nos gobierna tiene, así en lomilitar como en lo civil, la gran talla què tandificil era alcanzar para estar la altura delas circunstancias. Y de esto me congratulo,ele que nuestros hermanos, alls, en la Penin

-súla, sepan que aquí domina el espíritu de laequidad, puesto que si nuestro Jcfe Superiorhace justicia á los buenos servidores de lapatria, nosotros los periodistas se la hacemosfit él reconociendo sus grandes cualidades, yel público nos la hace fií nosotros protejiendolas publicaciones en que tan bien 'interpreta-dos van sus -nobles deseos. a

ALí BAJÁ.—Es verdad, señor MoRo, y yaque estamos en dia de fraternales salutacio-nes, quiero dedicar un brindis que alcance é,todos, desde el Gobierno de Madrid hastalos soldados y voluntarios de toda esta Isla;pero muy particularmente por nuestros ca-ros amigos los del tercer batallon de la Ha-bana que, á las órdenes de su distinguido co-ronel D. Miguel Antonio Herrera, acaban desalir para Vuelta-Abajo, en virtud del turnoestablecido para llepar aquel importante, ser-vicio.

EL MORO MUZA.—Todos correspondemosá ese brindis, deseando salud a los volunta-rios mandados por el ilustre ciudadano DonMiguel Antonio Herrera, de cuya bella pro-dama hablaremos la semana que viene.

IMPRENTA Et. Ixis, Osisro 20.

Quien solo :í Mestre y PiïleiroDar pudiera dos pinchadasCon Lanza tal, conquistando1)e pinchapéjaros fama.

Días volviendo é lo del dia,.El suceso de importanciaPepinera es, ciudadanos,Que viene é. darnos lanzadas.........

¿Quién? ¡Horror!!' ¡Lanza, el tremendo!-El fogoso tragaldabas,Que come los hombres crudosCuando tiene pocas ganas!

Solo que...... por mas que anuncienLos de allende su llegada,Ya vereis como no viene,Por si acaso van mal dadas;

Que aunque blasona esegua.poDe tener-malas' entraiias,•..No creo que é duras pruebasSometerá sus bravatas.

Solo sè:sabep-ae diceQue venir quiere con énsiaDe vengar los malo! tratosQue ha recibido en mi patria,

Y ¿sabeis lo que le han hechoPara mostrar ira tanta?Pues él era un presidiarioDe calasi,nba prosapia;

Un vándalo, que en justicia -Debió purgar sus infamias,Al garrote mas bien dado.Entregando la garganta,

Y solo sacó un grillete,Y hasta consiguió la graciaDe que, de lástima 6 asco,Por allá se lo quitaran,

• Y otor"gáranle el indulto,Para que con torpe saña,Ingrato, cuanto es cobardeCon insultos lo pagara.

Ese es el hombre que dicenQue vendrá, y aunque es bobadaPensar que venga ese pillo,Sabiendo lo que le aguarda;

Bueno es pensar, vive el cielo,En la conducta villanaQue obs' roan los indultadosPor la generosa España,

Para no mas atencionesTener .í la ruin canalla,Que con groseras injuriasA ' i uien la perdona, paga.

'Tengamos esto presente,¡Y duro al que peque y caiga!I',cra que otros no repitanLas villanías de Lanza.