pericles el primer abogado de la historia casi listo
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PERICLES EL PRIMER ABOGADO DE LA HISTORIA
1. VIDA DE PERICLES
Pericles nació alrededor del 495 adC, en la demarcación de
Cholargos, justo al norte de Atenas. Era hijo del político Jantipo,
quien, si bien había sido condenado al ostracismo durante los años
485 ó 484 adC, volvió a Atenas para dirigir el contingente ateniense
en la victoria griega de la Batalla de Micala sólo cinco años después.
La madre de Pericles, Agariste, era parte de la poderosa familia de los
Alcmeónidas, y sus conexiones familiares jugaron un rol crucial en el
comienzo de la carrera política de Jantipo. Agariste era la bisnieta del
tirano de Sición, Clístenes, y la sobrina del reformista ateniense
Clístenes, otro alcmeónida.
De acuerdo a Heródoto y Plutarco, Agariste soñó, algunas noches
antes del nacimiento de Pericles, que ella daba a luz a un león. Una
interpretación a esta anécdota es que el león es el símbolo tradicional
de la grandeza, aunque la historia también puede estar haciendo
alusión al tamaño inusual del cráneo de Pericles, que se convirtió en
el objetivo habitual de los comediantes contemporáneos, llegando a
recibir el apelativo de "cabeza de pera". Si bien Plutarco asegura que
esta deformación era el motivo por el que Pericles siempre era
representado con casco, este no era exactamente el motivo, sino que
el casco era el símbolo de su rango oficial como estratego (general).
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Pericles pertenecía a la tribu local de Acamantis (Ἀκαμαντὶς φυλὴ) y
sus primeros años fueron silenciosos. Un joven introvertido que huía
de apariciones en público y prefería dedicar su tiempo a sus estudios.
La nobleza de su familia y su nivel económico le permitió perseguir su
inclinación hacia los estudios. Aprendió música de los maestros de su
tiempo (Damón o Pitocleides podrían haber sido sus profesores) y se
considera que fue el primer político en atribuir una gran importancia a
la filosofía. Disfrutó de la compañía de los filósofos Protágoras, Zenón
de Elea y Anaxágoras. Anaxágoras particularmente llegó a convertirse
en un buen amigo y le influenció enormemente. La forma de pensar
de Pericles, así como el carisma que tenía en su retórica podrían
haber sido en parte una consecuencia del énfasis filosófico en la
calma emocional al enfrentarse a los problemas, y del escepticismo
sobre el fenómeno divino. Su calma y autocontrol proverbial también
se contemplan como parte de la influencia de Anaxágoras.
2. PERICLES EL INVENTOR DE LA DEMOCRACIA
Pericles fue el “primer ciudadano” de Atenas durante escasas tres
décadas (cuarenta años, redondea Plutarco). Entró en la escena
política a mediados del siglo V a.C. y en ella se mantuvo hasta su
muerte, el 429 a.C... Como estratego de Atenas lideró sus destinos
durante la segunda mitad de la llamada por Tucídides pentecontecia,
el lapso de tiempo que transcurrió entre las guerras médicas y las del
Peloponeso; al iniciarse este último conflicto ofreció al pueblo
ateniense una táctica que quién sabe si no les habría llevado a la
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victoria final, de no haber muerto él a los dos años de comenzada la
guerra. Quizá pueda pensarse que el hecho de ocupar la magistratura
de estratego le puso en bandeja el liderazgo de Atenas, pero tal idea
se viene abajo en cuanto uno repara en que los estrategos atenienses
no ocupaban el cargo de manera vitalicia sino que se elegían
anualmente; que no era un único individuo el elegido sino diez cada
año; que en principio era un cargo de carácter militar supeditado a
otra magistratura más importante, el arconte polemarco. Habiendo
escogido ya a Pericles como estratego alguna que otra vez en los
años 50, la Asamblea de Atenas (que es como decir el pueblo, la
ciudadanía) lo mantuvo en el cargo durante quince años
consecutivos, del 445 a.C. al 429 a.C. (y sin embargo parecen pocos
comparados con los cuarenta y cinco –si hemos de creer a Plutarco–
de Foción, que vivió un siglo después), y en ese periodo dispuso
siempre a los atenienses a favor de sus propuestas tanto en política
interior como exterior, convirtió su polis en “la más grande de su
tiempo” y la puso en la cabeza de un imperio marítimo basado en la
tributación a cambio de protección, que dominó el mar Egeo hasta
que fue desmantelado en el 404 a.C. con la derrota en la guerra
contra los espartanos.
En efecto: el vencedor olímpico Cilón se propuso en el 632 a.C., en
pleno auge de las tiranías griegas, convertirse en el tirano de la
oligárquica Atenas. La tentativa fracasó y el arconte (algo así como el
primer magistrado de la polis) Megacles, de la familia de los
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alcmeónidas, cometió el sacrilegio de matar a los golpistas, que se
habían refugiado en la Acrópolis, habiéndoles dado palabra de que no
lo haría. Tal crimen pesó sobre la ciudad como una losa: Atenas se
había vuelto impura, el miasma causado por su primer magistrado
debía ser limpiado como fuera. Se llamó a un chamán cretense,
Epiménides de Cnossos, de quien se contaban extravagancias tales
como que había dormido en una cueva durante cuarenta años (o
cincuenta y siete, según la fuente que se consulte), que toda su piel
estaba cubierta de tatuajes, que siempre se alimentaba del mismo
alimento o que era capaz de separar su alma de su cuerpo. Y
Epiménides descontaminó Atenas pero la familia alcmeónida siguió
arrastrando la impureza del sacrilegio durante generaciones. A lo
largo del tiempo los alcmeónidas fueron desterrados de la polis y sus
muertos desenterrados y expulsados de Atenas. Doscientos años
después del sacrilegio incluso los espartanos, en una absurda
petición que ocultaba una excusa para iniciar la guerra, exigían a los
atenienses que expulsaran de la ciudad por impuro al tras tataranieto
de aquel sacrílego Megacles alcmeónida; era el año 431 a.C. y el
individuo en cuestión era Pericles.
Los alcmeónidas no gozaron de la simpatía general la aristocracia
ática. Tuvieron enfrentamientos con los pisistrátidas, el clan que logró
hacerse con la tiranía durante buena parte del siglo VI a.C. Fueron los
alcmeónidas quienes pidieron al rey espartano Cleómenes que
expulsara de Atenas al tirano Hipias, hijo de Pisístrato; y fue el
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alcmeónida Clístenes quien introdujo los cambios legislativos
necesarios para hacer al pueblo ateniense dueño de su destino, por
encima de tiranías o de aristocracias con ansias de oligarquía. El clan
alcmeónida también tuvo rivales políticos entre la familia eupátrida de
los filaidas: el vencedor de Maratón, el estratego Milcíades, tuvo sus
más y sus menos con el alcmeónida Jantipo, y si el maratonomaco
fue encarcelado y condenado a pagar una multa descomunal que
después heredaría su hijo, pocos años después Jantipo fue víctima
del ostracismo y tuvo que abandonar Atenas. También entre
pisistrátidas y filaidas hubo roces: Pisístrato y Milcíades el Viejo,
padre del de Maratón, rivalizaron en poder y por ello este prefirió
alejarse de la polis durante la tiranía de aquel. Pero volviendo a lo que
nos interesa, el enfrentamiento entre los clanes alcmeónida y filaida:
los hijos de Milcíades y Jantipo sostuvieron una dura pugna política
en los años centrales de la pentecontecia. Estos hijos fueron,
respectivamente, Cimón y Pericles.
Pericles fue en su época un personaje controvertido. Siendo de
familia aristocrática, ya desde sus inicios en política se decantó por
favorecer al pueblo y apoyar y proponer medidas que restringían
fuerza e influencia a las clases acomodadas. Las reformas
tradicionalmente atribuidas a Efialtes, líder del bando democrático en
los años 60 del siglo V a.C., tal vez fueran sugeridas por el propio
Pericles, quien a menudo se retiraba del escenario político y actuaba
a través de sus amigos, como revela Plutarco. En cualquier caso, la
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prematura muerte de Efialtes en el 461 a.C. le dejó solo al frente y
enfrentado con el bando aristócrata cuya cabeza más visible era,
precisamente, Cimón hijo de Milcíades. ¿Fue Pericles el promotor del
descrédito de su rival ante los atenienses y de su consiguiente
ostracismo pocos años después? Es posible pero poco probable.
¿Propuso el alcmeónida el polémico decreto de limitación de la
ciudadanía a los nacidos de padre y madre atenienses, para así alejar
de la política a Cimón, cuya madre era tracia? Es probable pero poco
posible. De todos modos, pese a su aura de moderación, templanza y
justicia, Pericles sabía jugar duro cuando convenía. Plutarco también
se hace eco de la opinión crítica que algunos tenían de Pericles, de
quien contaban que el salario que instituyó para los ciudadanos que
ocuparan algún cargo público, salario que obviamente salía del erario
de la polis, fue solo un intento de contrarrestar la buena fama que su
rival Cimón se había ganado al hacer siempre un uso desprendido de
su inmensa fortuna personal favoreciendo a quien le pidiera ayuda.
Los enemigos de Pericles fueron muchos. Cimón habría sido el
primero, pero tras la muerte de este el liderazgo del partido
aristocrático recayó en un pariente suyo, Tucídides (no el historiador).
Este era un hábil y mesurado orador, pero Pericles lo era más: cuenta
de nuevo Plutarco que, preguntado Tucídides por el rey Arquidamo de
Esparta sobre quién era mejor luchador, si Pericles o él mismo, éste
respondió sin alterarse que su enemigo ya que, aunque fuera
derrotado, se las arreglaría para convencer al público que había sido
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él quien venció. En efecto, las dotes oratorias de Pericles “vencieron”
sobre las de Tucídides y este fue condenado al ostracismo hacia el
442 a.C... Ya sin oposición, Pericles pudo por fin consolidar su
posición al frente de los destinos de Atenas en los años 30 del siglo V
a.C. y hacer buena la frase de Tucídides
Durante el tiempo que brilló en Atenas el pueblo se convirtió en el
verdadero ostentador del poder decisorio de la política ateniense
(inciso: entiéndase por “pueblo”, como es bien sabido, la población
masculina que tenía la ciudadanía ateniense, es decir: ni nacidos de
padre o madre no ateniense, ni mujeres, ni metecos –no atenienses
residentes en Atenas- ni esclavos. Con suerte las asambleas podían
reunir unas 6000 personas. ¿Cómo puede ser que eso fuera llamado
“democracia”, que los atenienses se conformaran con tan poca cosa
para llamar a esa forma de gobierno “el gobierno del pueblo”? Antes
de hacer estas preguntas convendría que pensáramos qué es lo que
en la actualidad llaman “democracia” todos los países del mundo, y si
es realmente “el pueblo” el que ejerce el poder. Fin del inciso). El
Consejo del Areópago, formado por arcontes salientes (es decir, por
eupátridas que habían ejercido las magistraturas más importantes de
Atenas), había quedado relegado a un papel secundario; cualquier
ciudadano podía ejercer su derecho a hablar en las asambleas; podía
formar parte de la Boulé (el consejo de 500 personas que preparaba
los temas a debatir en las asambleas); podía formar parte del sistema
judicial siendo juez en la Heliea; podía incluso llegar a ser durante un
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día prítano epístates, algo así como el jefe del estado ateniense
(como lo fue Sócrates). Recordando el discurso que Tucídides pone
en boca de Pericles:
3. SIGLO DE PERICLES
Es habitual referirse al siglo V A.C. como el siglo de Pericles, político
decisivo para la democracia ateniense en los tiempos de su máximo
esplendor y el gobernante más genial de la Grecia clásica.
Pericles no fue el inventor de la democracia, sino que fue el que llevo
este sistema de gobierno del pueblo y para el pueblo a su perfección
y consolidación histórica. A la llegada de Pericles, la democracia ya
estaba asentada en Atenas y gozaba de un amplio respaldo popular
gracias a las reformas de Clisteres y las de Efialtes, que limitaron el
poder del Areópago y lo dividieron entre la asamblea del pueblo
(consejo de los quinientos) y los tribunales populares.
Las resonantes victorias sobre los persas, en Maratón, Salamina y
Platea convirtieron a Atenas en el centro neurálgico de un nuevo
imperio marítimo, y los atenienses se arrogaban el título de
defensores de la libertad de toda Grecia. Atenas pasó a tomar el
mando de la liga de Delos, una confederación marítima de las polis
griegas creada en el 477 A.C. con el fin de defenderse de nuevos
ataques persas.
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La liga de Delos había sido diseñada por el ateniense Temistocles, el
artífice de la victoria en Salamina,y por Cimon, hijo de Milciades,
héroe de Marathon.
Cimon había conquistado para la liga de delos la práctica totalidad
del mar Egeo y sus costas, venciendo a la flota persa, asegurando las
comunicaciones y el comercio con el mar Negro.
Pericles había nacido alrededor del 495, era hijo del político
Jantipo,que había sido condenado al ostracismo en el año 483 y que
había vuelto a Atenas para dirigir el contingente ateniense en la
batalla de Micala contra los persas, que había tenido lugar el mismo
día que la batalla de platea y con el mismo resultado victorioso para
los griegos.
La primera aparición pública de Pericles fue como corego
(organizador y mecenas) de las tragedias que el dramaturgo Esquilo
presento en las fiestas dionisias del año 472 A.C.
A los 30 años entro decididamente en política. Hacia el año 463 acuso
a Cimon de mostrarse demasiado favorable a Esparta, al mismo
tiempo que colaboraba con Efialtes para limitar los poderes del
Areópago.
En ambos casos obtuvo éxito, ya que las competencias del areópago
quedaron cercenadas y en 461 se votó afirmativamente el ostracismo
de Cimon, que tuvo que exiliarse.
Pero Efialtes fue asesinado y Pericles pasó a primera línea de la
política ateniense. Su política favorable al pueblo (demos) y su
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elocuencia hicieron de Pericles el líder con mayor predicamento en la
asamblea ateniense.
Pericles mantuvo desde el primer momento una política muy firme.
Afianzo la hegemonía de Atenas en la liga de Delos, convirtiendo esta
confederación defensiva en una organización dirigida a extender la
influencia ateniense en el Helesponto, sin permitir ningún intento de
retirada de la liga de ninguna otra polis.
Cuando la isla de Samos intento rebelarse, ataco la ciudad y la asedio
por espacio de dos años, hasta que logro conquistarla. Se enfrentó en
duras batallas contra Esparta, Corinto, Egina y Beocia, hasta lograr un
acuerdo de paz en 446, un acuerdo previsto para 30 años pero que se
rompió en 431, con la guerra del Peloponeso.
Trato de organizar una asamblea panhelénica para tratar de unir a
todas las ciudades griegas, pero fracaso ante la negativa de los
espartanos a acudir.
Pericles favoreció la participación de todos los ciudadanos en la
asamblea y otros cargos mediante una paga diaria de dos óbolos a
los trabajadores como compensación por el trabajo perdido al asistir a
las asambleas. También se pagaba un salario público a todo aquel
que desempañaba un cargo público, a fin de que nadie quedara
excluido de la política por ser pobre. Esta medida fue utilizada por sus
críticos para atacarle. Decían que Pericles actuaba así para ganarse
el apoyo del pueblo, al que corrompía. Platón escribió “Pericles ha
hecho a los atenienses perezosos, cobardes, charlatanes y ávidos de
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dinero debido al establecimiento de un salario para los cargos
públicos".
Emprendió un ambicioso plan de embellecimiento de Atenas, con la
reconstrucción de templos y estatuas de la Acrópolis, destruida por
los persas en 480 A.C. Reparo las fortificaciones de los muros largos
de Atenas, que iban desde la misma Atenas hasta el puerto del Pireo.
Atenas se convirtió en un centro cultural y de progreso de primer
orden. Allí disertaban famosos sofistas y trabajaban los mejores
arquitectos y escultores del mundo conocido, como Fidias, amigo de
Pericles y a quien encargo la dirección de las obras de la Acrópolis.
El pueblo acudía al teatro de Dioniso y ascendía en procesión festiva
a la Acrópolis durante las sagradas fiestas de las panateneas, en
honor a la diosa atenea. La gran escalinata de los propileos, el Odeón
a los pies de la Acrópolis y la enorme estatua de atenea revestida de
oro eran un emblema que indica la grandeza de la ciudad.
En el año 444, la facción populista de Pericles y la facción
conservadora de Tucidides se enfrentaron en una feroz lucha.
Tucidides acuso a Pericles de malversación de fondos públicos,
criticando la forma en que Pericles gastaba el dinero para la
reconstrucción de la acropolis. Pericles respondió avalando con su
propiedad privada los gastos de la reconstrucción. Este artificio
dialectico convenció a la asamblea general. Recibio un gran aplauso
de la asamblea y Tucidides y el partido conservador sufrieron una
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fuerte derrota. Tucidides fue condenado al ostracismo durante 10
años y Pericles quedo como líder político sin oposición.
Los enemigos de Pericles no cesaron en su intento de sacarle del
poder, intentando socavar su prestigio entre el pueblo con ataques
personales y atacando a sus más cercanos amigos, como el filósofo
Anaxagoras, que tuvo que dejar Atenas acusado de ateísmo; al
escultor Fidias se le acuso de robo, aunque al final fue absuelto; y
Aspasia, su amante, acusándola de dirigir un prostíbulo.
En el 431 A.C. comenzó la guerra del Peloponeso, y al año siguiente
le volvieron a acusar de derrochador y gastar excesivamente. Esta
vez no pudo salvarse y la asamblea le condeno a pagar una fuerte
multa y la no elección como estratego durante ese año.
En el año 429 Pericles moría en Atenas, víctima de la peste que se
había extendido debido al asedio de la ciudad por los espartanos.
Eso le ahorro asistir a la triste agonía y derrota final de Atenas ante
los espartanos, y el final de su arriesgada apuesta democrática.
3.1. EL GOBIERNO
En este siglo, Atenas estaba gobernada por 10 estrategas (o
generales) que eran elegidos cada año por las 10 tribus
ciudadanas. Estos estrategas tenían a su cargo preparar las
expediciones guerreras, recibir a los enviados de los demás
pueblos y dirigir la política. Durante el mandato del estratega
Efialtes como jefe del partido demócrata, Pericles fue su
ayudante. A Efialtes lo asesinaron sus enemigos personales y fue
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entonces cuando lo sustituyó Pericles a quien nombraron
estratega en el año 445 A.C, cargo en el que se mantuvo hasta su
muerte en el 429 A.C siempre por elección popular de la
Asamblea.
Pericles fue un gran orador, cualidad ésta que le permitió tener
grandes éxitos con su palabra en la Asamblea, en la que exponía
su visión de la política. Uno de sus mayores aciertos fue
conseguir que se permitiera el acceso a los cargos de funcionario
público a los ciudadanos atenienses llamados tetes (o thetes), que
eran aquellos que carecían de riquezas. Otro gran acierto de su
gobierno fue la institución de la mistoforia (μισθoφoρια, que
significa literalmente función asalariada), es decir un salario
especial para los ciudadanos funcionarios que asistieran a la
Asamblea. De esta manera estos ciudadanos no perdían nada
aunque se tuvieran que dedicar por completo a estos cargos
públicos. Con este sistema consiguió Pericles que la Asamblea
estuviera siempre llena de asistentes. Como gobernador de
Atenas consiguió que esta ciudad llegara a ser la primera y la más
importante del mundo griego, lo que le permitió adquirir una
cultura resplandeciente y unas instituciones democráticas.
El pueblo soberano se gobernaba a sí mismo, sin intermediarios,
decidiendo los asuntos de Estado en la Asamblea. Los
ciudadanos atenienses eran libres y sólo debían obediencia a sus
leyes y respeto a sus dioses. Consiguieron la igualdad de palabra
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en la Asamblea; lo mismo valía la de un pobre que la de un rico.
No desaparecieron las clases censoriales pero su poder fue más
limitado; repartían los cargos fiscales y militares pero ya no tenían
el poder de distribuir los privilegios.
El principio de igualdad otorgado a todos los ciudadanos tenía el
peligro de constituir un fraude ya que muchos de ellos eran
incapaces de ejercer los derechos políticos debido a su extrema
pobreza o a su ignorancia. Para evitar esto, la democracia
ateniense se aplicó la tarea de ayudar a los más pobres
adoptando las siguientes medidas:
Concesión de salarios a los funcionarios públicos.
Buscar y proporcionar trabajo a los pobres.
Otorgar tierras a los campesinos desposeídos.
Asistencia pública para los inválidos, huérfanos e
indigentes.
Hubo otras ayudas sociales más.
Estas normas debieron cumplirse en gran medida pues nos ha
llegado el testimonio (entre otros) del historiador griego
Tucídides (c. 460-c. 400 A.C), que comenta: Todo aquel que es
capaz de servir a la ciudad no encuentra impedimento alguno,
ni la pobreza, ni la condición ciudadana.
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3.2. LAS INSTITUCIONES
3.2.1. Los magistrados
Los magistrados eran aquellas personas que ocupaban un
cargo público, aquellos que formaban la Administración del
Estado; estaban sometidos a un riguroso control popular.
Los magistrados eran elegidos a suerte, por el sistema de
las habas. Se disponía de unas habas blancas y otras
negras y según el haba que la persona sacase de la caja
así obtenía o no el cargo. Era una forma de eliminar toda
influencia de las personas ricas y las posibles intrigas. Sólo
había dos cargos que no eran elegidos por este sistema
sino que los elegía la Asamblea del pueblo: el de estratega
(general) y el de magistrado de las finanzas. Se suponía
que para ejercer estos dos cargos había que tener unas
determinadas e importantes cualidades. Los cargos de los
magistrados no duraban más de un año en la misma
persona, incluidos los estrategas, por eso el nombramiento
de Pericles año tras año constituye una excepción. Al cabo
del año cada magistrado tenía que dar cuentas de su
administración y en qué estado quedaba el patrimonio.
Los magistrados más honorables eran los antiguos
arcontes, que en el pasado fueron los jefes de la ciudad
ateniense y que en el siglo de Pericles perdieron su gran
influencia y poder. Eran quienes presidían los tribunales.
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Los estrategas (generales) fueron los magistrados más
importantes por su labor como militares, marinos y
diplomáticos. Los elegía siempre la Asamblea del pueblo en
número de 10.
Había también más de 40 funcionarios de la hacienda, y
más de 60 policías, encargados de la vigilancia de las
calles, del mercado, de los pesos y medidas y de verificar
los arrestos y las ejecuciones.
3.2.2. La Asamblea
La Asamblea (en griego decían εκκλησια, es decir,
asamblea por convocación), fue el primer órgano de la
democracia. En teoría se debían reunir en asamblea todos
los ciudadanos de Atenas, pero el número máximo que se
llegó a congregar se estima que fue de 6.000 participantes.
El lugar de reunión era en un espacio situado en la colina
llamada Pnyx, frente a la acrópolis. Las sesiones duraban a
veces desde el amanecer al atardecer. Se reunían con una
frecuencia de 40 veces al año.
La Asamblea decidía las leyes y los decretos que eran
propuestos pero siempre debían apoyarse en las leyes
antiguas que llevaban un buen tiempo en vigor. Los
proyectos de ley se votaban en dos etapas; primero decidía
la propia Asamblea y después el Consejo o Bulé, que era
quien definitivamente daba el visto bueno.
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3.2.3. El Consejo o Bulé
El Consejo o Bulé estaba formado por 500 miembros, 50
por cada una de las tribus. Estas personas eran elegidas
sacando sus nombres a suerte, por el sistema de las habas
descrito anteriormente, de ahí que se les diera
familiarmente el nombre de consejeros del haba;
oficialmente eran conocidos como prytanes (πρυτανις, que
significa jefe o maestro).
Los consejeros examinaban y estudiaban los proyectos de
ley y además vigilaban a los magistrados y se ocupaban de
que los detalles de la administración cotidiana fueran por el
buen camino, así como de los asuntos exteriores. Este
organismo era como una prolongación de la
3.2.4. Asamblea.
Se reunían también en la colina Pnyx, en un lugar
expresamente preparado para el evento. Los 50 prytanes
en ejercicio se colocaban en unas gradas talladas en la
roca. Había dos plataformas de piedra a las que se accedía
por medio de una pequeña escalinata de tres peldaños. En
la primera plataforma se situaban los secretarios y
amanuenses. En la segunda se encaramaba el orador.
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3.2.5. Las finanzas
Los recursos económicos del Estado ateniense no eran
demasiado holgados. Toda la grandeza de Atenas en el
siglo de Pericles, sus construcciones, obras públicas,
edificios religiosos, esculturas etc. no habría podido llevarse
a cabo sin el gran recurso del tesoro de la Confederación
de Delos.
Otros ingresos menores provenían de los derechos de
aduana y de las multas. En tiempo de guerra se agregaba
un impuesto especial que debían pagar los ciudadanos
ricos. Estos ciudadanos tenían a su cargo de manera
permanente otros impuestos que beneficiaban a la ciudad;
era el llamado sistema de liturgias. Debían pagar para llevar
a cabo la construcción y mantenimiento de las naves
trirremes que tanto poder naval dieron a Atenas, y pagar y
mantener un coro necesario para las grandes fiestas
religiosas.
3.3. LA VIDA DE LOS ATENIENSES EN EL SIGLO DE PERICLES
Los atenienses vivían modestamente y sin grandes lujos. Eran
muy pocas las grandes fortunas. La economía se basaba sobre
todo en el comercio marítimo. También era importante la
agricultura pero la producción era insuficiente para el consumo de
la población y había que importar género alimentario. Existía
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además una industria artesanal de productos de calidad y muy
solicitada por los propios habitantes y por los extranjeros.
El Estado se ocupaba de ofrecer al pueblo las grandes fiestas
religiosas. La más importante era la fiesta de las Panateneas
ofrecida a la diosa Atenea, una procesión de ritual que se
celebraba en mayo cada año y en julio cada cuatro años, en la
que el pueblo presentaba a los dioses el nuevo velo (llamado
peplum) que sería ofrecido a la antigua estatua de Atenea
Poliade, hecha en madera. Fidias inmortalizó en el friso del
Partenón esta procesión de las panateneas. En la actualidad
(siglo XXI) se conservan en el Museo Británico. En las
panateneas de julio celebradas cada cuatro años (Magnas
Panateneas) se organizaban grandes competiciones con pruebas
gimnásticas e hípicas y los vencedores recibían como premio
unas ánforas llenas de aceite obtenido de olivos sagrados. La otra
fiesta importante era la que se celebraba en honor del dios
Dioniso.
La educación del niño comenzaba en la propia casa hasta los
siete años en que tenían que acudir a la escuela. En la escuela
tenían varios maestros que enseñaban a leer y escribir, cálculo
matemático y música. Los niños tenían además obligación de
asistir a las clases de educación física donde se les iba
preparando para un futuro servicio militar por medio de la lucha,
las carreras, el salto y la gimnasia. A los 18 años servían en la
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armada y aprendían a manejar las armas. La educación física era
muy intensa y muchos de los muchachos acababan los estudios
siendo verdaderos atletas. Además de estas enseñanzas
obligatorias tenían la oportunidad de conversar y aprender de los
grandes filósofos, gramáticos y oradores.
La mujer ateniense se dedicaba únicamente al cuidado del hogar.
Las casas de las familias acomodadas tenían un lugar especial
para ellas llamado gineceo donde acostumbraban a pasar el día
junto con sus sirvientas y sus hijos pequeños. La sociedad
ateniense era un patriarcado en el que los hombres tenían todos
los derechos y todas las ventajas y sólo ellos se beneficiaban del
acceso a la educación y al poder. No obstante, coexistían en
Atenas mujeres libres e independientes que sobresalían por su
formación cultural y su influencia en los círculos intelectuales y
políticos a los que acudían de forma asidua en situación de
igualdad con los hombres. Mujeres que no desempeñaban el
papel de esposa, prostituta o concubina y que, por tanto,
suponían un peligro para las costumbres conservadoras de
Atenas. Estas mujeres eran consideradas despectivamente
heteras. A este grupo de mujeres perteneció Aspasia de Mileto,
esposa de Pericles desde ca. 450-445 hasta la muerte de éste en
429.
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3.4. LAS ARTES Y LAS LETRAS
Los historiadores consideran los siglos V y IV adC atenienses
como los siglos de Oro de la escultura y la arquitectura. Los
elementos decorativos y la técnica empleada no han variado nada
en este periodo respecto al tiempo anterior; lo que le caracteriza
es la cantidad de obras ejecutadas y el refinamiento y perfección
de los trabajos realizados. Se trata de obras de carácter religioso,
es decir santuarios y templos. He aquí algunos de los ejemplos
que más pueden representar este periodo:
Reconstrucción del templo de Zeus en Olimpia.
Reconstrucción del templo de Apolo en Delfos, que
había sido destruido por un terremoto.
Construcción de la Acrópolis, la ciudad de los mármoles
para gloria de los dioses. El lugar había sufrido un
incendio provocado por los persas y se encontraba en
ruinas desde hacía más de 30 años. Pericles impulsó su
reconstrucción a lo grandioso, con mármoles blancos
pentélicos traídos de la cercana y famosa cantera del
Pentelycón. Se formó un equipo con los mejores
arquitectos, escultores y obreros atenienses. Los
ciudadanos de Atenas tuvieron asegurado el trabajo
durante más de 20 años gracias a esta gran empresa.
Fue el conjunto monumental más vasto y perfecto de la
historia del arte griego y pudo llevarse a cabo gracias a
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la financiación de los tesoros de la Confederación de
Delos.
3.4.1. Los escultores
Se considera a Fidias como el más grande de todos ellos.
Es el autor de dos inmensas estatuas criselefantinas (se
llaman así por estar compuestas de marfil, generalmente
cara y manos, y de planchas de oro; de chrysós=oro) que
fueron muy celebradas y admiradas en su tiempo: Atenea,
situada en el interior del Partenón, cuyo resplandor llegaba
hasta los fieles a través de las puertas abiertas, y Zeus en
el Santuario de Olimpia, considerada en su época y en
épocas posteriores como una de las maravillas del mundo.
Los atenienses aseguraban que después de haber
contemplado esta estatua era imposible sentirse
desgraciado nunca más.
Los otros grandes escultores de este siglo fueron Mirón y
Policleto.
3.4.2. La cerámica
Durante este siglo, la producción de piezas de cerámica fue
muy abundante. Hasta nuestros días (siglo XXI) han llegado
muchas, todas de gran calidad, que son el testimonio de la
categoría del artista que trabajaba minuciosamente y
dedicaba el tiempo necesario a cada objeto. Son además el
testimonio de que existía una clientela dentro y fuera de
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Grecia muy exigente en cuanto a perfección y terminado de
la obra.
Se sabe así mismo que hubo muchos y muy buenos
pintores, pero sus obras se han perdido, tanto los frescos
como los cuadros.
3.4.3. El teatro
El teatro alcanzó su gran apogeo en el siglo V adC. Pericles
lo impulsó y favoreció con una serie de medidas prácticas y
económicas. Las familias más ricas tenían la obligación de
cuidar y sostener los coros y a los actores. De esta manera
Pericles se ocupaba de mantener la tradición según la cual
las piezas de teatro servían para educar moral e
intelectualmente al pueblo.
Atenas llegó a ser la gran ciudad del teatro griego. Hasta
ese siglo existían solamente teatros levantados en piedra,
pero en el siglo de Pericles se organizaban las
representaciones en unos teatros provisionales, hechos de
madera, que sólo se mantenían los diez días que duraban
las representaciones. Estas sesiones se daban durante
ocho horas seguidas y eran una especie de concurso que
tenía su jurado encargado de proclamar un vencedor. Los
mejores escritores dramáticos de la época acudían a estos
certámenes y estrenaban allí sus obras. El decorado de
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estos teatros era muy simple. Debían actuar como máximo
tres actores que llevaban la máscara que les identificaba
con el personaje que representaban, acompañaban a los
actores un coro que cantaba y los recitadores.
Los escritores dramáticos de esta época fueron:
Esquilo (525-456 adC), cuyos temas versaban sobre
mitología.
Sófocles, cuyas obras suponían una crítica acerba
sobre los problemas religiosos y políticos.
Aristófanes, que dominó el teatro cómico recurriendo
a las críticas y caricaturas.
3.4.4. Los grandes pensadores y escritores
Demócrito (c. 460 adC-370 adC), fue quizás el más
interesante de todos, con su teoría atómica del Universo
(imaginó el Universo como una inmensa combinación de
átomos).
En la segunda mitad del siglo V se dio el nombre de sofistas
(del griego sophi, experto, maestro, hombre de sabiduría) a
los maestros que daban una instrucción sobre diversas
ramas de la ciencia y el conocimiento a cambio de un
salario.
Atenas fue en este siglo la "escuela de Grecia". Pericles y
su esposa Aspasia se rodearon y tuvieron como huéspedes
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no sólo a grandes hombres atenienses sino a grandes
personajes forasteros, los más cultivados de Grecia y de
fuera de Grecia. Frecuentaron su casa el filósofo
Anaxágoras, el historiador Herodoto y el arquitecto
Hipódamo de Mileto, que fue quien reestructuró El Pireo.
Destacaron los historiadores Herodoto (484-425), que
describió las Guerras Médicas, Tucídices (460-395) que
dejó escrita la obra más grande de la Antigüedad: Guerra
del Peloponeso y Jenofonte (427-335), escritor parcial y mal
documentado pero que en opinión de los estudiosos, dejó
una obra útil para consulta sobre los primeros años del siglo
IV adC.
Atenas fue también la capital de la elocuencia. Desde
finales del siglo V la elocuencia se había elevado a la
categoría de arte. Existían los logógrafos que escribían los
discursos y que crearon una forma literaria nueva
caracterizada por la claridad y pureza del lenguaje. Llegó a
ser una profesión lucrativa. Se sabe que el logógrafo Lisias
(460-380 adC), hizo una gran fortuna gracias a su
profesión. Más tarde, ya en el siglo IV se hicieron famosos
los oradores Isócrates y Demóstenes.
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3.5. FIN DEL SIGLO DE PERICLES
Pericles había gobernado Atenas a lo largo del siglo V y la había
hecho alcanzar un esplendor y un nivel de vida nunca conocido.
En el régimen interno todo marchaba bien pero el descontento de
las ciudades de la Confederación de Delos iba en aumento. La
política exterior seguida por Atenas no dio los mejores resultados;
los miembros de la Liga o Confederación estaban bastante
descontentos. Atenas era la ciudad-estado que dominaba y
subyugaba al resto de Grecia y los ciudadanos sometidos querían
la independencia.
Anteriormente, en el 550 adC, se había fundado una liga similar
entre las ciudades del Peloponeso, dirigida y dominada por
Esparta. Aprovechando el descontento general de las ciudades
griegas, la Liga del Peloponeso empezó a enfrentarse a Atenas.
En el año 431 adC saltó la chispa que derivó en una serie de
guerras cruentas como no las había tenido Grecia en siglos
pasados. El motivo fue que la isla de Corcira (Corfú) andaba en
disputa con Corinto, ciudad aliada de Esparta y Atenas se metió
por medio ofreciendo ayuda a dicha isla. Así comenzó la guerra
del Peloponeso que duró 80 años. Las ciudades griegas entraron
en el conflicto aunque el peso de la guerra recayó sobre las dos
ciudades rivales: Atenas y Esparta. Atenas mostró su superioridad
por mar mientras que Esparta demostró que por tierra era casi
invencible. Los espartanos invadieron el Ática, territorio que
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pertenecía a Atenas. Pericles tuvo que proteger a su gente detrás
de las grandes murallas donde hacinados y con malas
condiciones higiénicas se desencadenó una epidemia de peste a
causa de la cual murieron miles de personas, entre ellas el propio
Pericles (año 429).
A Pericles no le sustituyó ningún gran estadista que hubiera podido
continuar su labor. Nicias y Cleón pasaron sin pena ni gloria y más
tarde el político y general Alcibíades (sobrino de Pericles), llevó una
política poco afortunada, entre guerras contra Esparta y traiciones a
Atenas, su ciudad. Fue ensalzado y destituido del mando varias veces
y finalmente se refugió en Frigia donde murió asesinado.
El período clásico de Atenas llegaba a su fin. La devastadora guerra
del Peloponeso que dio la victoria a Esparta, hizo estragos en la
ciudad ateniense que perdió definitivamente su independencia en el
338 adC, cuando el rey de Macedonia Filipo II venció a los griegos y
los sometió a su supremacía.