pequeño estudio de la verdad
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Libro de poesía que describe un camino personal en búsqueda de lo auténtico y de la posibilidad de expresarlo.TRANSCRIPT
P E Q U E Ñ O E S T U D I O D E L A V E R D A D .
J . M . C A S T I Ñ E I R A .
“Tu me llamas amor, yo cojo un taxi.”
(Luis García Montero.)
“Tu me llamas amor, yo voy a pie.”
(Miguel d´Ors.)
Tu me llamas amor....
Ya estoy contigo.
Í N D I C E :
Poética I
I. ............. La Verdad. (Poética II.)
II. ............A los que sienten. (Poética III.)
III. ...........Para Sandra.
IV............ Para Ana.
V..............Para mis amigos.
VI. ...........Para Vanesa.
VII............Para Erika.
VIII...........Para Maria.
IX............. Para Moncho y las buenas compañías.
X. .............A los tímidos.
XI. ............Para quien lo quiera.
XII. ...........Para Susana (Encuentro).
XIII. ..........Santiago I.
XIV. ..........Santiago II.
XV. ...........Santiago III.
XVI. ..........Grito I.
XVII. .........Grito II.
XVIII. ........Grito III.
XIX. ...........Grito IV.
XX. ............ Grito V.
XXI. ...........Despertar I.
XXII. ..........Despertar II.
XXIII. .........DespertarIII.
XXIV. .........Soneto I.
XXV. ..........Tu regalo.
XXVI. .........Lira.
XXVII. ........Serventesio.
XXVIII. .......Lira.
XXIX. .........Desde la ventana.
XXX. .......... Soneto II.
XXXI. ......... Soneto III.
XXXII. .........La inocencia.
XXXIII. ........Pareja de Serventesios.
XXXIV. ........Balada Sincera.
XXXV. .........Susana ausente.
XXXVI. ........Definiciones.
XXXVII. .......Historia de Narciso y Eco.
XXXVIII. ......Variaciones de un poema.
XXXIX. .........Soneto IV.
XL. .................Dedicatoria
XLI. ................Rima.
XLII.................Biblioteca, 24-XI-04
XLIII................Marea.
XLIV................Las Meninas.
XLV.................Si te vas.
XLVI................Confusión I.
XLVII...............Confusión II; Biblioteca.
XLVIII..............Confusión III; Sin embargo.
XLIX.................Dc fine; Hablando demasiado.
L........................El poeta.
LI.......................Lo que fuimos.
LII.....................Caminos.
LIII....................Silencio.
Poética última
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Poética I
“El caos debe resplandecer bajo en el poema
bajo el velo incondicional del orden”
(Novalis)
Este soneto amargo
Amargo lo requiero
Sin mar, sin vida, sin amor, ni soledad...
- ¡Ay! Mi dolor -
Cercenarlo en pedazos mi voluntad, insulto atroz
al formalismo fiero.
No quiero por favor... ¡Ay! No lo quiero
Este dolor... - Amargo en esta triste mi ciudad-
Quizás sí, tal vez no, mi soledad culpable es de mi dolor sincero.
Romperlo quiero con mis manos
Muertas... - ¡Este dolor seco! –
Luchando a muerte con mis propios versos ajados,
Muere mï alma desierta.
Soneto amargo donde estoy inmerso
Prisión verbal ¡Ay!
Guardiana despierta.
Dolor en fin de mi corazón terso.
(Poética I. Soneto quebrado.)
I
La verdad es sencilla
como un vaso vacío - al terminar el último trago de
güisqui -
cuando sólo queda
el hielo, sencilla y pequeña.
La verdad es tranquila como acostarse borracho en la cama
- Con la ropa puesta -
Y callada.
La verdad es tímida como la mano de la dama
Que arrastras a tu boca;
Y teme mostrarse
Desnuda
En la sombra de la lengua.
(La verdad)
II
A los que sienten.
Ruego me disculpen los que sienten
-Porque ya no siento
nada -
Ruego me perdonen los que aman
O han amado a alguien en su vida,
(Pues la mía no sabe de amores ni
delirios)
Ruego me comprendan cuando miento
Al hablar
En verso
Cuando finjo el dolor que siento
Cuando digo que muero sin morir realmente
ofendiendo seguramente lo que más quiero
si es que quiero algo en esta vida -
Quise tanto sin saber amar que perdí el sentido
Hice tantos versos sin hablar de mí
Quizás por opinar que no hay nada en mi
Que fuese de interés a nadie -
Ruego me perdonen por tanto verso preso que quiere ser libre
Me gusta tanto verlo luchar contra si mismo
Por eso no sé si amo o no - amo -
Por eso - quizás - yo sólo tengo alma
- aunque más quisiera tener
un guiño
en la oscuridad. -
(Poética II.)
III
Para Sandra.
Amiga mía:
Tú comprendes mis temores,
has visto lágrimas - tal vez amargas -
prendidas
en mis ojos,
risa en mis labios;
Conoces mis emociones como si hubieses penetrado
por los poros de mi piel tersa
estremecida de sabores.
Dolor amargo si nadie me comprende,
- por eso me faltas tú. -
Tus ojos claros, yo recuerdo todavía libres,
ligeros,
arropados de viveza.
Yo te conozco a ti también, amiga mía
y sé qué escondes tras esa blanca marea
que son tus ojos,
si un llanto
o una sonrisa.
Sé que sabes que te conozco
Y sé que tú también me aprecias
por ello. -
(Cuarteto de alejandrinos.)
IV
Para Ana.
No me obligues
al recuerdo de aquello que un día
olvidé por no morir
me
de amor.
El cariño que encontré me dejó
apagado el cuerpo
sin razón maldita de ser.
Olvidé tus ojos,
tu piel,
me arrancaste el dolor de ver el mundo
como una daga
y ahora tuve que perder tu recuerdo,
sin mirarte ya nada creo
saber.
Olvidé tu rostro dulce
y quizás por eso
encerré el dolor en una sombra de mi alma
sin poder quererte un poco tan sólo.
Oculté este amor que tanto me dolía
dolor de ser, ardor enamorado.
Rompes tú, con tu poder este estúpido velo
y me arrancas de perder este amor
mal contenido
yo ya no puedo creer nada
que no seas tú
¡Maldita la hora de ver tu sonrisa sin espinas!
¡Maldito el aire!
Perder el rumbo en las horas muertas
¡Maldito mi triste olvido!
¡Maldito tu extraño querer!
(Romance.)
V
Para mis amigos.
Imagínate sin manos sin piernas, sin sentidos,
Piensa qué serías sin voz,
Sin susurros, sin sueños,
¿Cómo te sentirías tú, si te faltaran las manos?
Pues imagínate yo
Si me faltaseis vosotros,
Sería, quizás,
como un violín ajado
al que le han quitado el alma.
VI
Para Vanesa.
Hoy es jueves 5:26
el sonido es inerte
un
sonsonete inútil de arrogantes palabras,
un adiós y un quizás luego
y el aullido de los vientos se hace escarcha.
Y ahora, al fin, -quizás nunca más-
sale el arco iris de los cientos
de recuerdos que has vivido
con un beso en la mejilla y un suspiro guardado
con un adiós aletargado
y un no quiero pero me tengo que ir.
Tú y yo sabemos
que somos dos estrellas sin ocaso
y que el rumor asqueado
de aquel cementerio de borrachos
se hizo hielo al romper a sonreír
tus ojos como un mar sobresaltado
tus manos como un cielo herido
tus labios como un murmullo de olvido...
y nunca más, -quizás- no.
tal vez nunca más
puedas tú volver a saludarme.
VII
Para Erika.
Salid de la prisión de los suspiros sin miedo,
Con valor y libertad, que tanto frío
Y tanta oscuridad, parecen
Pesadillas en el alma de los mirlos.
¡Vivid! ¡Vivid! Que todos sepan que estáis vivos,
mirad al viento con valor
mas humildad, por nadie
nunca
nos dejemos engañar, y hagamos briznas
de alegría nuestro siglo.
Esperad,
Y no lloremos sin pensar que el alba un día
Nos acaricie al caminar,
Y no hablar sin motivo pues el viento se aburre
A veces, de las palabras largas,
Con un “te quiero” basta, y poca cosa más, una sonrisa
Al cielo, y el corazón
Contento.
(Soneto.)
VIII
Para María.
Duerme tranquila y siente,
no temas al pasado
ni al futuro
porque esto es el presente.
Salta, ríe, juega... Llora (si acaso)
y canta – Sobre todo – hasta que te duela
la alegría.
IX
A Moncho y las buenas compañías.
Pobre mar cautiva
En Gijón,
Porque no le besa el cielo.
Pobre mar
Cautiva
Que dedica sus horas a buscar el horizonte.
Pobre cielo amante y no amado
Al querer y no
poder besar la mar, en un arrebato del viento.
Pobres suspiros guardados de los que quieren
Beber
el beso del aire.
Pobres deudores de sueños que no pueden soñar,
- Porque no hay sueños sin besos –
Y alegres – en fin – los que chillan al
descubrir ese beso,
- un poco más allá –
y escriben en el viento:
Este es el enojo del horizonte.
(El enojo del horizonte.)
X
A los tímidos
Así pues serás pasión oculta
por una noche de estrellas
Serás la diosa Amor,
la más bella doncella...
Mas no tendrás rostro – ni ojos, ni boca, - ni
Corazón -
Solo serás un sueño,
un adiós,
y un nunca más te vuelvo a ver...
Quimera sin empeño de vivir
que querer – es poder – y ningún cobarde
ha logrado nunca un beso.
(Serventesios.)
XI
Para quien lo quiera.
No tenia ganas de escribir
Este poema.
Sólo tenia ganas de escribir...
Escribir sin más, porque me apetece;
Yo,
yo sólo y ante mí la
nada,
La nada de un papel blanco simulado
Aquí en la pantalla de mi ordenador,
A lo mejor a ti te pasa que no tenías ganas de leer
Este poema,
Simplemente querías leer,
Leer tú, tú solo, ante una hoja manchada de tinta
Para desprenderte
- como yo -
de unas lágrimas pequeñas de melancolía…
quizás buscas una sonrisa,
sí,
a mí también me gustaría;
tendría que contarte un chiste,
un chiste sobre un mendigo que escribía poesía
mientras pedía limosna, en el Obradoiro, o en la plaza de
Platerías,
Y de cómo un policía al verlo, le dijo que no podía
Escribir poesía en la calle:
“No, señor guardia, yo no escribo poesía,
Sólo me disfrazo de poeta, como se disfraza un mimo de momia,
Como hace un payaso, como hace un gaiteiro.”
“¿Me estas tomando el pelo?”
“No, no tengo hambre,
ya he comido.”
XII
Para Susana
Salian del licor
café
lagrimas de música
(Como un suspiro Brasileño en los besos de una dama)
Salían
Del licor café
Lágrimas de sueños y recuerdos
De caricias.
Salieron ellos
Entonces
Abriendo las cortinas de la música
Sus dos ojos negros entreabiertos
Y unos labios suaves que dijeron
Hola.
(Encuentro.)
XIII
Regreso a casa
cansado
de tanto aguardar - Ya nadie me espera -
Ya nadie me busca entre la multitud.
- Silencio -
Voy a cenar y luego saldré un rato
en espera de encontrar una grata compañía...
- Licor
Café, y un blodymary rojo, sentado en ese oscuro pub
cerca de Porta do Camiño,
Con un travesti vestido de camarero. -
La soledad continúa y yo me meto en cama.
Dormiré, solo.
En Santiago llueve
La Catedral
Al cielo.
Mis párpados aún duermen, la mañana es tan triste...
Y un sonsonete metálico de una obra
eterna
despierta
mis oídos y exige mi derrota con el sueño.
Mis días son recuerdos de una grabación desafinada;
- Se repiten... se rayan. -
El frío que me arropa, sin cansarse nunca,
como una manta de humedad y sueño.
Me voy a clase y vuelvo,
la comida es tranquila;
Y estudio un poco Derecho Internacional
Privado;
Miradas curiosas entre los libros, pero
par in parem non habet imperium
Quizás haya que conformarse con mirar, pensar, soñar,
Elegir el foro del domicilio del demandado,
- Santiago llueve
siempre
hacia el cielo -
Buscar un pacto entre dos que prime
Para que nos amemos en la lucha, y veamos las nubes.
Para que sea ley nuestra voluntad,
ansiosa lex mercatoria,
Y nadie más nos juzgue
que nosotros no queramos.
(Santiago I.)
XIV
Hoy me encuentro tan solo,
- Es un heptasílabo –
Quisiera arrebatarle el viento al azar
Como un suspiro…
Y no buscarme más que en las respuestas, Y llorar a mares,
Y amar sin peros, Y reír… Y soñar…
y beberme un mar
de aguardiente negro
por culpa del café
sin emborracharme...
Pero hoy me encuentro solo...
Sólo con este papel que no contesta
Y estos accesorios que siempre me han molestado;
tanto...
Estos zapatos que
parecen muertos!!
Y estos pantalones!!
- Son unos pantalones oscuros de pana -
Y la ropa interior demasiado clásica, y los calcetines y los guantes
Y un jersey azul, aturdido del humo
de una discoteca...
Y las gafas... sin ellas todo sería bruma.
Está Irma en la otra habitación,
escucha música,
pero me encuentro demasiado solo como
para hacerle compañía;
Nada más…
Quizás deba ir hasta allí…
Quizás ella pueda
Arrancarme,
aunque sea con un ¿Qué tal?
Esta triste soledad
En la que hoy me encuentro.
(Santiago II.)
XV
Si no encuentro un ser
Como el mío,
que entienda los agujeros de mis calcetines,
que me bese los labios sucios todavía del último bocado,
- de un pastelito relleno de chocolate –
Si no es capaz de mirarme y saber
que me hace falta un beso, una caricia, un abrazo,
si no es capaz de maltratarme cuando me quedo en cama
vago
sin poderme levantar...
quizás será mejor quedarme solo.
Si no es capaz de decirme
sin voces lo que siente,
Y de aguantar mis cosquillas
y mis meteduras de pata...
Si no es capaz de soportar toda la poesía que le voy a
lanzar
– como si fuera un balón de sol gigante –
será mejor que no venga a buscarme
Y que se quede en casa,
o donde quiera,
Mientras yo seguiré amando
a la palabra.
(Santiago III.)
XVI
Con palabras de sal, dicen,
Que nos arrancan las mentiras.
Dicen que vienen negros lamentos
De ira perdida
Por no llorar lo suficiente.
¡Gritad! Gritad más alto
por que los mudos se mueren
de hambre,
de silencio y de dolor...
dolor como un calambre de saberse
cobardes
al callar.
Dolor,
dolor más grande que un acantilado de sangre
viva,
¿Por qué calláis en balde?
Vuestro silencio grita como un insulto
De dolor marchito.
(Grito I; Lira.)
XVII
Contra el rigor cobarde
de una bala,
el honor valiente
de una
palabra.
(Grito II.)
XVIII
- … Porque - En este juego,
sólo tengo negras;
bastaría con igualar la vida
y hacerle quizá tablas
a la muerte.
(Grito III; Endecasílabos.)
XIX
A Victor Jara
Negra suerte, negra suerte,
¡Que negra suerte la mía!
Justo al lado de la muerte yo grité:
¡¡Viva la vida!!
(Grito IV; Cuarteta.)
XX
No podría perdonarme si mi boca
cobarde
- yerma de hablar. -
y mi cabeza
Silenciasen este amor que me atraganta.
(Grito V.)
XXI
Si quisiera contaros lo que me pasa
Sencillamente diría que
me aburro.
Me aburre la vida, con sus ferias
Y sus triunfos
Me aburren los marcianos, y los quijotes me aburren también.
Los libros y los descansos, las palabras y los metros.
Me aburre todo lo que se pueda nombrar,
Quizás me bastara con un abrazo
Porque todo lo demás
Me aburre.
(Despertar I.)
XXII
Ya no me basta quererte – para amarte –
- Ahora –
Necesito que me quieras.
(Despertar II; Octosílabos)
XXIII
Y morderte los dientes con los labios
Para sajarte la soledad
- y abrazarte-
y arrancarte la ropa suavemente
para librarte también de la melancolía.
(Despertar III.)
XXIV
Concédeme un minuto más
de ti
o rómpeme sin ruido la mirada,
no quiero ver sin más tu piel
temprana, no tiene algún valor lo que viví.
Concédeme un aliento
de tú alma,
no seas tan lejana para mí
o déjame marchar lejos de aquí
con un sabor helado en la mirada.
Y no vengas luego a decirme
amarga, que me ves
triste, sin vida sin mar en los ojos
así es mi vida sin ti;
si no me amas ¿Qué quieres que haga?
¿Dónde quieres que meta mis lágrimas?
en ti me dejo, me abandono
en ti.
(Soneto.)
XXV
Entonces,
Lo recuerdo,
Sólo supiste regalarme
Un silencio
Y una ausencia.
(Tu regalo.)
XXVI
Si en esta vida mía faltase algo
de amor en este cuerpo
y por esta extraña herida, henchido
dolor y de lamento me faltase la vida, me doliese
hasta el viento, desgarrando
- así - en trizas,
este dolor de doler el aire al entrar tan - tan - dentro
Si en esta triste y lamentable estancia
en la que muere, con mi voz, mi cuerpo,
tu presencia falta
- sin más -
como esas tiernas - gotas - suaves del mediodía
y se lamenta mi alma nadando en mi dolor
Si muero
solo,
sin besar tus labios, si muero así
sin más,
sin probar las ondas frágiles de tus caricias
si me muero tan solo... de esta forma tan
vacía;
Quisiera que, al menos, en el lecho
de mi muerte; vinieses para verme…
¡Un solo día!
Y con tus labios suaves
me dijeses un adiós y un hasta siempre.
(Lira)
XXVII
Miradas
– como puñales ausentes –
miradas de alegría – con horizontes en la boca –
y de respeto;
revientan – y explosionan – mi desidia
y mi apatía – y mi
muerte –
Su ausencia me revienta
el alma mía...
Haciendo - así -
de mi vida
un duro reto.
(Serventesio.)
XXVIII
No merecemos esto,
este no,
este nunca,
esta soledad,
este susurro tenso, esta triste ansiedad,
este muro imposible de atravesar.
Locura de silencio suave,
tortura leve de maldad vacía,
dolor tenso,
malherida crueldad
que ya has visto mis lágrimas vagar
por mi cara marchita.
Quisiera visitar tus ojos
sabios,
maltratar mi desidia con estos - míos - brazos lacios
y beberme la risa de tus labios
con ese inquebrantable sabor a despedida.
(Lira.)
XXIX
Verás el otoño por la ventana
suave y limpio.
Sonreirás callada pensando en el lamento de la noche,
con la piel más tersa.
En la calle
un gato.
La lluvia del viento.
Verás el invierno mustio por la ventana
con una manta de flores
rosas.
Sonreirás eterna en el paisaje blanco
pensando en que algún día quizás regrese.
Verás la primavera por la ventana
con sus dulces flores estampadas.
Sonreirás
embelesada, impaciente, soñando en él,
con las piernas desnudas
y el cuello blanco.
Verás, con calor, el verano,
Sudando, por la ventana, con un abanico blanco.
Llorarás
porque no ha venido
y no se te habrá ocurrido salir
a buscarlo.
(Desde la ventana.)
XXX
Aquí
Que me traspasa tu mirada
- llorando estoy -
errando y con dolor
de mis - suaves - alientos
- creo saber que - vigilan
mi pasión tus ojos negros...
¿Sonríes cuando ves
que me maltratas?
No sé, no sé; no sé
Cuanto dolor
Me hiere como sables en mi espalda
Amor, amor
Amor... dime a quién amas
Quiero salir al alba de esta prisión.
(Soneto.)
XXXI
Siento tu regreso como un alivio
como un suspiro - tierno -
en una tempestad
¡Dolor de esta ansiedad!
- Dolor – Si tu no estás...
Que pareces ida al desierto Libio.
Siento tu mirada...
¡Suave delirio hermoso!
¡Niña!
aurora boreal,
Quisiera abrazar tus besos, mirar tu boca,
Tierno pétalo de lirio...
Y quisiera sentirte... tan cercana,
beber
del mismo aire que respiras
para poder besarte
la mirada.
Ya nada más por hoy quizás mañana
me ha dolido - tanto - tu ausencia...
- Al fin -
Esta herida
se queda conmigo.
(Soneto.)
XXXII
Finge ser lo que fuiste un día
- En la mañana, ayer
como esos días plácidos
se fue marchando-
Arrodíllate ante el sol
la luna y las estrellas
- Son estas cosas bellas,
sencillas
que suceden a veces -
Escribe tus palabras en forma de poema
- Con versos rítmicos -
Para que tengas la fuerza en el alma
de una sonrisa de mediodía.
y no quieras morir sin seguir viviendo
que la vida
- Aunque a veces es terca -
rima mejor con la palabra alegría.
Acude a tus vecinos que no tienen manos
- Sus manos han muerto en la noche
allá en las batallas ocultas de la tristeza-
y préstales las tuyas,
todo será sencillo como la mañana
o la noche
y no llores cuando no sepas que hacer
que para llorar
hacen falta razones de peso.
(La inocencia.)
XXXIII
¡No soporto este dolor
tan embustero!
ya lo sé mi amor
Tu sientes dolor
Ha marcado mil heridas en mi espalda
en mi espalda. - Aunque -
No ves que quiero
no puedo con él
si dices que de mi
tú estás prendada,
te quiero, amor
no vas a perder;
quizás pueda soportar
el sufrimiento.
no hay dolor mi amor
en el corazón.
(Poema para dos voces, la cursiva es susurro)
(Pareja de serventesios.)
XXXIV
Si no supiera que me quieres un poco sé
que me moriría.
Porque yo ya no sé lo qué es querer...
- qué es amar...-
Fui un poeta mentiroso que navegó
En una pluma de canciones cargada,
Que se inventó el amor en fantasía;
Y que se creyó enamorado - hasta - del viento.
Yo fui ün poeta terco y
Mentiroso
Que ahora ya no sabe lo que siente o quiere,
Que ya no sabe si ama o no ama.
Si quiere o no quiere
No sabe qué es “amor” ni a qué se parece;
Porque lo que hasta ähora ha vivido
se lo ha inventado
como inventa aquel niño solitario
amigos que no tiene.
Pero ahora llegas
Tú;
Con este amor real y enaltecido
que tiene un tacto suave y - un olor - envolvente.
Que tiene la mirada fija en la penumbra
Y una sonrisa grande anclada con dos
Lagunas negras.
Un amor que me roba lo que he sido
Que me insulta y que me llama mentiroso,
Que me llama niño y
Que me amedrenta (aunque tú no te lo acabes de creer.)
Me preguntas si te amo:
No lo sé, yo ya no sé qué es amar...
Si amar es estar pendiente de ti,
con el destino atado por tu ausencia,
Entonces sí
Te amo.
Si amar es necesitar tu abrazo
Para - poder - cerrar los ojos y estremecerme,
Para - poder - arrancarme la ansiedad de tu falta;
Entonces creo
que
Te amo.
Si amar es volver a ti cuando apareces,
Si es buscarte locamente cuando - te - vas,
Si es titiritar de frío por tu causa
Y pensar en ti acompañado del sol - y de la luna, -
Entonces
Supongo.
Creo
que te amo.
(balada sincera)
XXXV
Creo que el alma es elástica, ya sabes,
Y que alguien viene y la coge y te la estira,
Pero se queda enganchada de los pies y la cabeza
Y así permanece un rato, como si fuera un arco,
Entonces
Disparan
Y regresas,
Porque estabas ausente.
(Susana ausente)
XXXVI
Besar es dejar el alma en el otro
Un suspiro es la lágrima que se exhala por la boca
Un lamento es tu falta
Una risa es tu risa
Un dolor es estar prendido de tus ojos
Amar es no saber que siento cuando estás aquí
Amar es dolerme el vivir bajo tu ausencia
Mi cabeza es un caos de corazones mi corazón es hacer
Que siento sin pensar realmente
Tu querer es como un deber oculto
Tu deber es ser perfecta sin querer serlo, (yo no quiero que seas perfecta
Sólo quiero que te sientas bien tal como eres)
El viento es el mar, la luna es la risa, mi vida es la vida que busco contigo
(Aunque no sepa realmente si yo soy
yo contigo
si a ti te hace falta mi ser para vivir)
( Definiciones)
XXXVII
(Nadie comprendió a Narciso,
¿Te acuerdas? Un día te lo susurré al oído)
Narciso sabía, yo a ti ya te lo dije, que todos
y todas
se enamoraban de él perdidamente...
Pero era un amor falso y ridículo,
porque nadie le conocía y porque nadie sabía Amar,
según él amaba.
Se sintió muy solo en su vagar y un día,
- te acuerdas, ya lo sabes, -
Se fue al bosque a pensar tranquilo
Sobre si realmente era importante amar
Sobre si era mejor acceder y ya está
Pasar la vida entre laureles
(¡Oh tú! ¡Pobre Dama
de Eco!
¿Que desgracia hiciste al aparecer?
Ninfa preciosa que sabes amar, delicia hermosa y joya del cielo)
Enamorada de él, perdida, la dama hermosa, de Eco;
Quizás fue la única que lo comprendió, que entendió su soledad
Y sus tristezas, que lo amó por lo que era realmente,
Y no por lo que parecía ser.
Pero Narciso no la creyó, se equivocó pensando
Que era otra más, cualquier otra dama mentirosa,
O tuvo miedo de sentirse amado de verdad.
Pobre Narciso,
pobre dama de Eco,
- Eco se esfumó perdida en el aire
Dejando su voz burlona y desesperada, repitiendo
solamente lo que otros dicen, por eso sé que lo amó de verdad -
Y al pasar la tarde se miró en el río
Y su reflejo quedó prendido en su memoria,
Intentó tomarlo pero se esfumaba, intentó besarlo pero estaba frío,
y si se marchaba desaparecía la imagen
de la qué se enamoró.
Y allí quedó Narciso inmóvil, besando el agua, sin cerrar los ojos
Quizás escuchando el lamento de Eco,
Arrepentido de amar un sueño y no la realidad.
Y ahora quiero que sepas que yo no soy Narciso,
ni tu eres Eco
por eso, quizás podemos, amarnos
de verdad.
(Historia de Narciso y Eco.)
XXXVIII
Me mata ese suspiro anclado
En el recuerdo,
Cuando nuestros labios se tocaron
Sin besarse.
(Poema, 1ª variación.)
Me mata ese suspiro anclado
En el recuerdo
Cuando dos labios
- conteniendo un sueño -
se tocaron
sin besarse.
(2ª Variación.)
Recuerdo el caminar de tus dos manos
Recuerdo la sonrisa...
Cantar susurros
Y jugar al tango con los labios nuestros
- La música de un sueño -
sin llegar a besarnos.
(3ª Variación.)
(Variaciones de un poema.)
XXXIX
Si es que este mundo no fuera tan ...
Si no nos dolieran tanto los cielos
Si no hubiera más frase que un...
que sé yo,
y todo esto que tu viviste
no fuera nada más que un largo sueño.
Pero ahora dime, dime qué cuando
te quedaste muda y tan triste,
cuando
viste que todo esto era tan...
Si no existiera la palabra triste
y no nos dolieran
tanto los sueños,
no tuvieras que hablar
pues
lo
dijiste
todo con el viento de tus ojos.
Si no existiera tanto color negro
Y si todas las frases que hubiera
contuvieran un “te quiero”.
(Soneto.)
XL
Hoy por la mañana
el olor del café
me trajo tu recuerdo,
No sé por qué...
A ti no te gusta el café ni la mañana,
Quizás es que hoy
Todo me recuerda a ti.
(Dedicatoria.)
XLI
¿Qué es amar?
- Dices
mientras aman tus ojos -
¿Qué es amar?
Amar es sentirte
Tan cercana
Como besar un poema.
(Rima.)
XLII
Y aquí me tienes estudiando
y sin poder
Dejar de pensar
En ti.
De esperar
Tu nombre entre los textos, vacíos, de Díez Picazo,
Aguardando las 10 porque quedé contigo,
Y leyendo, sin entender, las causas del divorcio
Artículo 46 Cc. Reforma del 81.
(Biblioteca de derecho 24-XI.04.)
XLIII
Este mundo nos une y nos
separa.
Somos como la marea
que se aleja de la arena,
que se acerca,
que la besa
- Y que se marcha. -
(Marea.)
XLIV
A veces me canso de cómo eres,
Todo lo sabes
y todo lo consigues,
sin que yo logre entender muy bien cómo lo haces,
Todo lo controlas porque crees que ser feliz
consiste en evitar sorpresas
y manejar perfectamente los hilos de las vidas.
Todo lo organizas, porque detestas el caos.
No sé muy bien,
Todavía,
Cómo eres, y me cansa.
Quisiera comprenderte, saber por qué haces lo que haces
Por qué la gente te sirve constantemente
Como si fueras una reina, una princesa, o una rosa en un jardín cuidado.
A veces me canso y me siento ridículo a tu lado,
Me siento como un bufón más
de la corte que intenta
desesperadamente hacer gracia
Sacrificando, las más veces,
Su propio honor.
A ti te gusta que los bufones tropiecen y se tiren por el suelo,
Que se desprendan la sangre con carcajadas ajenas,
Como si fueras la princesita de las Meninas de Velázquez,
Como si todos los demás fueran la enana fea que está a su lado.
Yo no soy bufón y no hago gracias,
Y no creo que para ser feliz haya que controlarlo todo,
- Más bien creo que hay que saber aceptar lo que uno no puede controlar -
Me gusta el desorden porque significa libertad,
y porque lo interpreto como una forma natural
de orden
que el ser humano no puede comprender.
Y no me gustan las princesas porque no son libres
Y no me gustan los bufones si sacrifican
La libertad por la seguridad.
Y no me gusta que se controle la lluvia
Porque las lágrimas
- Del cielo -
No se pueden,
Ni deben
Controlar.
(Las Meninas.)
XLV
Cada vez que te separas de mí
te amo menos...
Cada vez menos.
Pienso...
Tu cara no me siente
ni tus labios,
ni tus ojos me enamoran,
Pero entonces vuelves
Regresas siempre con ese
sonido fuerte de remolino –
me tocas...
con tu dedo meñique,
Siento...
Tu cara se enarbola como cientos de alondras
y de armonías,
Tus ojos me hieren,
Tus labios me faltan
y tus ojos me parecen el recuerdo de la noche-
(Si te vas.)
XLVI
Confusión contigo
sin ti
Ansiedad de ti y de tu ausencia.
Porque me dueles como un cigarro
Encendido.
Al que no quiero
Pero... no puedo
dejar/besar
(Confusión I)
XLVII
Aquí me tienes ¡Yo!
Yo mismo aquí sentado
- cansado -
estudiando el divorcio, otra vez,
sin ganas de escribir este poema,
sin ganas de vivir, - ni de morir –
sin ganas de llorar
- ni de reír –
quizás sólo con ganas de amar
quizás sin ganas
ni de amar siquiera.
(Confusión II; Biblioteca II)
XLVIII
También es bello decirle a alguien
Que no,
Que no le quieres,
Sobre todo
cuando le estás diciendo:
La verdad.
(Confusión III; Sin embargo.)
XLIX
Un día me dijiste
Que yo te gustaba
Y fue sin duda extraño porque
Yo no te quería - entonces -.
Después te quise
Sin quererlo, y el viento
De tus labios se esfumó
Sin mí.
Y ahora que no importa ya
Ni el viento de tus labios
Ni el amor perdido
Supongo
Que ya estoy
Hablando demasiado.
(dc fine: Hablando demasiado.)
L “El poeta es un fingidor
finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que en verdad siente”
F. Pessoa
Siento haberme confundido tanto
Decirte que sí,
Que sí te amaba
Cuando no era cierto,
Quizás fui un poco mentiroso...
...Aunque no lo creo.
La verdad es que fingí sentir el dolor tan grande que sentía.
Fui, como Pessoa, un poeta
Mentiroso.
No fui un hombre mentiroso... ¡No!
Fui...
Un poeta.
(El poeta.)
LI
Fuimos una ilusión,
Un sueño,
Un cariño sincero y una amistad.
Fuimos un “Te quiero” escapado.
Un beso soñado...
Fuimos, la verdad,
Un cúmulo de circunstancias,
Un amigo equivocado,
Un discurso falso
Y un enfado sin fin.
Esto es todo
Lo que fuimos.
(Lo que fuimos.)
LII
No te preocupes por mí
Yo no estoy triste
Quizás es que no pudiste comprenderme,
Quizás es que yo no te comprendí a ti.
Té queda un camino largo
Y supongo que te será difícil caminar
Después de todo.
Pero siempre has hecho lo que has querido
Aunque a veces no sepas muy bien qué quieres.
A mí
Me queda otro camino
distinto al tuyo;
Y ya no tengo miedo ¿Te acuerdas?
No tengo miedo a la vida
Ni a las respuestas
Ni a las preguntas tampoco!!!
No me gusta la soledad
Aunque no la temo
Y supongo que los guiños en la noche
Tendrán que esperar
Un poco.
(Caminos.)
LIII
Quiero dejar de escribirte
Versos,
Porque todo verso es una pequeña mentira,
Quiero, mejor,
Decir qué siento cerca de ti,
Susurrando...
Casi besándote con las palabras.
Así que ahora me quedo
En silencio.
(Silencio.)
Poética última.
L
l
u
e
v
e,
Llueve como si hubiera caído una sartén caliente
En un lago de cisnes
Desde aquí,
por la ventana,
se ven pasar los gruñidos de los coches
Acolchados por una tela de agua.
Hay silencio,
Sólo se escucha la lluvia,
a veces pequeña, como un grifo mal cerrado;
A veces diluvia
Y se me encoge el calor y el cariño del ambiente me
abraza.
Entonces suspiro
Un suspiro hondo como el del que escupe un alma
Y si me duermo un poco,
Tu recuerdo travieso y sonriente
Regresa a mi memoria, como un beso.