pautas psicoeducativas
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Aplicación de Primeros Auxilios Psicológicos
GUÍA DE PAUTAS PSICOEDUCATIVAS PARA UNA POBLACIÓN DIANA
AFECTADA
NOVIEMBRE 2015
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ÍNDICE
1. Identificar la población diana afectada por un incidente crítico . . . . . p. 3
2. Detectar los distintos grados de afectación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 3
3. Reconocer las necesidades de los afectados . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 4
4. Prever la posible evolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 5
5. Objetivos de las Pautas Psicoeducativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 5
6. Pautas Psicoeducativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 6
6.1. Posible sintomatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 6
6.2. Evolución de la sintomatología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 7
6.3. Qué hacer si ésta no desaparece o si aumenta en
intensidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
p. 8
6.4. Pautas de Afrontamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 8
6.5. Pautas de Autocuidado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . p. 9
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Tras varios días de lluvia ininterrumpidos, el agua empieza a deslizarse
por la ladera de la montaña llevándose todo a su paso y dejando el pueblo
estancado con una altura máxima de 2.5 m de agua. El balance es de 12
muertos, muchas casas destruidas y arrastradas por el agua y aquellas
que siguen en pie han quedado anegadas y destrozadas por dentro.
1. Identificar la población diana afectada por la situación descrita.
Se trata de un desastre natural que ha provocado pérdidas de vidas humanas,
afectando así a un elevado número de familias y a sus propiedades, así como a
los recursos estructurales y profesionales del pueblo, por lo que acceder al
pueblo para llevar a cabo las tareas de rescate y para ofrecerles la ayuda
necesaria, ha sido muy complicado.
Teniendo en cuenta lo anterior, se extrae que la población diana afectada no
solo son los familiares directos de los 12 fallecidos sino que también están los
habitantes del pueblo, ya que también han sufrido este desastre natural. Se
trata de niños adolescentes y adultos pudiendo ser alguno de ellos con algún
tipo de discapacidad.
2. Detectar los distintos grados de afectación.
Se podría calcular el grado de afectación de dicho desastre natural teniendo en
cuenta los factores de protección y de riesgo del incidente, crítico en si mismo.
Dado que el derrumbamiento fue durante el día, se considera éste el único
factor de protección y, por otro lado, los factores de riesgo fueron:
- algunas personas resultaron heridas y su asistencia médica se ha visto
retrasada por la dificultad del acceso.
- algunos de los afectados han perdido a miembros de su familia.
- las condiciones atmosféricas de lluvia se mantuvieron en el lugar del desastre.
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- los recursos estructurales y profesionales del pueblo no se encuentran
operativos y las inundaciones no permiten acceder al pueblo para llevar a cabo
las tareas de rescate y para ofrecerles la ayuda necesaria.
- la destrucción total o parcial de las viviendas y otras infraestructuras.
Teniendo en cuenta los factores anteriores, el grado de afectación de dicho
desastre es muy alto, por lo que la calidad de vida de todas las personas que lo
han sufrido se ha visto seriamente perjudicada.
3. Reconocer las necesidades de los afectados.
Es importante, como primera acción, que las necesidades de la población diana
afectada sean reconocidas por las personas que apliquen los Primeros Auxilios
Psicológicos (PAP).
Acondicionar un espacio seguro (alejado un mínimo de 200 o 300 metros del
desastre) y lo suficientemente amplio y confortable para proporcionarles la
seguridad física a todos los afectados. Se agruparán a las familias, intentando
mantener a los niños con sus padres o familiares más cercanos,
proporcionándoles la debida separación necesaria que pueda garantizar cierto
nivel de intimidad. Entre las necesidades básicas a cubrir estarán la
alimentación, prendas de abrigo y mantas para todos los afectados. También
es importante respetar la intimidad de los afectados impidiendo a tal efecto la
entrada en el área de medios de comunicación.
En nuestro primer contacto con los afectados nos presentaremos y les
informaremos de nuestra labor, a la vez que intentaremos estabilizar a todas
aquellas personas que se encuentren afectadas por dicha situación.
Crear un clima de seguridad y calma en los afectados por parte de los
intervinientes es fundamental ya que la mayoría de estas personas deberán
pasar, posiblemente durante varios meses o semanas, en diferentes lugares
dado que sus viviendas han sido destruidas.
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En la medida de lo posible, se les facilitará un espacio tranquilo a disposición
de aquellos afectados con creencias religiosas.
Se realizará un listado de todas las personas que allí se encuentren, con el
propósito de poder acreditar su presencia. A su vez, se les pedirá un
representante por grupo familiar para ponerse en contacto con el exterior en el
momento que sea posible.
En caso de haber algún afectado discapacitado, se le informará de forma
calmada a él o a sus allegados, utilizando un lenguaje claro y sencillo de lo que
ha ocurrido, lo que se va a hacer y que estarán acompañados en todo
momento pudiendo solicitar ayuda cuando lo necesiten.
4. Prever la posible evolución.
Se les suministrará información clara y sencilla de los recursos sociales y
asistenciales disponibles, así cómo y dónde obtener la ayuda necesaria,
facilitándoles todas sus vías de contacto. En caso de no existir una red de
salud pública, contactaremos con la Cruz Roja de su zona.
Los intervinientes mostrarán en todo momento su plena disposición para
ayudarles durante y tras el desastre, si así lo necesitaran y, con el fin de
conocer la evolución de los afectados, y para poder detectar sus posibles
síntomas (o cambios en ellos) y necesidades, los intervinientes se acercarán
cada cierto tiempo.
En cualquier caso, se les facilitarán a todos los afectados y a sus familiares o
allegados los recursos profesionales necesarios.
5. Objetivos de las pautas psicoeducativas.
El principal objetivo es ofrecer ayuda y orientación a toda la población que ha
resultado afectada por el desastre natural.
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6. Pautas Psicoeducativas.
A continuación se exponen una serie de pautas psicoeducativas:
6.1. Posible sintomatología:
Primeramente les explicaremos a los afectados que su reacción ante un estrés
excepcional como puede ser en este caso el desastre natural vivido es una
respuesta normal.
Asimismo, se les informará de que es normal que sufran reacciones de estrés
tanto físicas como psicológicas.
Es importante diferenciar las posibles sintomatologías que se puedan presentar
en niños, adolescentes y adultos. En el caso de los niños diferenciaremos las
posibles sintomatologías dependiendo de su franja de edad. Así, por ejemplo:
- en el caso de los niños de 0 a 3 años, podrían presentar síntomas como:
rabietas y malhumor.
retroceso en los aprendizajes adquiridos.
dificultad para conciliar el sueño.
aparenta no tener ningún sentimiento.
- en el caso de los niños de 3 a 6 años, no comprenden como irreversible el
concepto de la muerte, pudiendo presentar síntomas como:
aparecen diferentes tipos de miedo.
pérdida de la autonomía adquirida hasta el momento del desastre.
se muestra más callado.
- en el caso de los niños de 6 a 10 años, pueden mostrar miedo ante posibles
pérdidas familiares al comprender que la muerte es irreversible, presentar
síntomas como:
muestra varias inseguridades.
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pide constantemente información sobre lo ocurrido, o por el contrario se
muestra más callado.
comportamientos más inquietos de lo habitual.
pérdida de la autonomía adquirida hasta el momento del desastre.
- en el caso de los adolescentes, parte de la sintomatología coincide con la de
los adultos, destacando a continuación algunos de los síntomas que no se
suelen presentar en los adultos como, por ejemplo:
aparecen posibles conductas de riesgo.
manifiestan conductas opuestas hacia los adultos próximos.
dificultades para manejar sus emociones.
ante la tristeza que experimentan responden con mal humor.
- en el caso de los adultos podrían presentar síntomas a diferentes niveles:
emocionalmente: agobio, angustia, temor intenso, parálisis emocional, temor
exagerado.
conductualmente: evitación de lugares, personas y acciones, habla sin
parar, furia descontrolada.
cognitivamente: incapacidad para rememorar momentos puntuales del
incidente, dificultades para focalizar su atención, pensamientos
recurrentes.
físicamente: taquicardia, hiperventilación, cefaleas, mareos, naúseas.
- en el caso de tratarse de discapacitados, y teniendo en cuenta su edad y tipo
de discapacidad, su sintomatología será mayor que las anteriormente descritas.
6.2. Evolución de la sintomatología.
Aun teniendo en cuenta que cada persona puede reaccionar de forma diferente
ante un mismo incidente crítico, en el apartado anterior se ha intentado recoger
una serie de síntomas como respuestas esperables y adaptativas ante un
incidente crítico como el ocurrido.
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Dado que ciertas personas poseen un alto riesgo para que se cronifiquen
ciertos síntomas, los profesionales deberán estar preparados para detectar a
las posibles personas y se les ofrecerá ayuda eficaz desde el primer momento.
6.3. Qué hacer si la sintomatología no desaparece o si aumenta en
intensidad.
Los aspectos psicológicos, físicos e intelectuales, se van recuperando una vez
que el afectado acepta lo sucedido y se prepara para continuar con su vida
anterior, volviendo a sus rutinas diarias. Esto suele ocurrir en torno a las cuatro
semanas disminuyendo la sintomatología de forma gradual.
Sin embargo, se recomendará acudir a un psicólogo especialista en adultos o
infanto-juvenil en caso de que se prolonguen en el tiempo los síntomas y el
afectado no sea capaz de continuar con su vida anterior para prevenir que
dichos síntomas desemboquen en un trastorno psicológico.
6.4. Pautas de Afrontamiento.
Cuando los afectados son los niños, una de las cosas que les ayudará a
gestionar un poco mejor el incidente ocurrido y a superarlo es que puedan ser
partícipes de los rituales funerarios que se vayan a llevar a cabo.
En el caso de los adolescentes, además de recordarles que los adultos estarán
ahí en el momento en que necesiten hablar con ellos, las familias deberían
respetar la decisión del adolescente si prefiere compartir sus emociones con
otros de su edad, permitiéndoles un espacio para tal fin y sin presionarles a que
hablen si ellos no quieren, ya que es el modo en que ellos mejor puedan
afrontarlo.
En el caso de los adultos, para gestionar mejor este incidente crítico, se
recomienda que mantenga contacto con otros afectados para así poder
apoyarse mutuamente, saber que hay otras personas que están pasando por la
misma situación, les hará sentir que no están solos y que pueden
comprenderles mejor que nadie.
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En cualquier caso de los anteriores es fundamental que puedan expresar las
diferentes emociones vividas intentando normalizarlo en la medida de lo
posible, pero para ello es importante hablar de lo sucedido.
6.5. Pautas de Autocuidado.
Se recomiendan entre las pautas de autocuidado para los afectados las
siguientes, si bien éstas son recomendables sin que se haya producido ningún
incidente crítico:
Llevar a cabo actividades que le relajen.
Realizar algo de deporte.
No aislarse ya que el contacto con familiares y amigos le serán de
ayuda.
Volver a la rutina y adquirir un hobby que le permita distraerse.
Se recomienda entregar una guía simplificada a los afectados por incidentes
críticos que les ayude a comprender y a gestionar mejor sus emociones, sus
reacciones y las posibles consecuencias. Y que es fundamental que intenten
retomar, en la medida de lo posible, las rutinas que tenían hasta antes del IC, y
que puedan retomar el control de sus vida. Y que unos y otros pueden
ayudarse mutuamente a superarlo, y saber que pedir ayuda a tiempo es
fundamental.