Conversatorio Biblioteca Regional Santiago

Kolectivo Porotos (Devanir da Silva Concha)

¿Qué hacer con el quehacer masculino?

Se refiere tanto a la esfera simbólica como la praxis social de los varones. (lamina) Sentimos que nacimos (hombres insertos en temas de género) de una mujer, de manera simbólica, por Simone de Beavouir cuando dice “no se nace mujer sino se hace” porque se aplica ciertamente para los varones también y el insight a que esta afirmación nos lleva. Entonces hay una cuestión sobre cuál es la visibilidad de lo/s masculino/s en la sociedad (de ahí surge necesidad de Nombrar) –informacional - que reproduce exponencialmente las imágenes de género (metrosexual, ubersexual, etc) La primera pregunta en este escenario de relativismo de género queda la pregunta para los varones (lamina) si es momento de ser bajado o bajarse voluntariamente del pedestal de los privilegios. Ciertamente muchos varones dicen que no son sujetos de privilegio pero eso es porque también están inserto en estructuras de poder que jerarquiza y de ahí creo que más bien – más allá del discurso victimizador de ciertos varones – hay acciones de reacomodo, asumir la crisis y de auge (lamina) que han producido y producen masculinidades diversas, otra cosas es la visibilidad de estas. Y aquí la apuesta es que la El modelo masculino hegemónico lo omite. Para este último basta ver el sitio que se llama La marcha masculina. Y en este sentido hay preguntas, desde la práctica, qué es lo que queremos mantener – un continuismo – y cuáles son las cosas que queremos cambiar – discontinuidad-. (lamina) El futbol es uno de los espacios públicos en donde se debate de cierta manera elementos o nuevos formatos de masculinidad/es. Y esto produce una tensión porque se obedercerá el principio liberal de la autonomía individual, así algo como un laizzes-faire a la francesa o promoción de una cultura de la equidad? Y aquí podemos insertar espacios de deliberación como la parentalidad, espacio laboral, etc

Entonces lo que nos enfrentamos es constituir, como dice Scott Lash a propósito de las condiciones de del postmodernismo y la reflexividad de los sujetos, criticando a A. Giddens, es generar un “nosotros” desde una reflexividad, pero condicionada por clase social. Y ahí reside la dificultad porque lo masculino se constituye en la competencia (véase Quino, libro Potentes, prepotentes e impotentes), de distintos tipos masculinos, cuando en realidad debiera fomentarse la otra C, la de la colaboración.

(Lamina) Entonces lo que se plantea, como Kolectivo, que tenemos que revisar la configuración y formato del disco duro, para hablar en términos de la época, de los varones y así se llega a un acto absurdo, a la de A Camus, de cierta manera. Sin ser fatalista ni negativo, que es el peligro con cualquier perspectiva existencialista, aquí se está proponiendo entonces lo absurdo a medida que desde el locus hetero se pretende cuestionar y revisar el tutelaje (como ordenamiento forzado mediante por ejemplo la coerción) heteronormativo del cuerpo, tanto masculino como femenino. Y este tutelaje participamos todos/as y no hay un “enemigo” pero si encontramos la necesidad de generar nuevas potencialidades. Y ciertamente hay maneras más lúdicas de hacer esto pero de eso se encarga el exponente que versa sobre la sátira.

Gracias.