¿pasa por el centro? número 001

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Fanzine dedicado a la travesía que representa viajar en el transporte público de Mexicali. Elaborado en el taller de fanzines impartido por Héctor Herrera, para la muestra de fanzines Junta de Mejoras 2015.

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¿PASA POR EL CENTRO?Vivir en Palaco te aleja de muchas cosas, viajar en camión a casi cual-quier destino significa más de media hora sentado admirando el paisaje mexicalense. Escuchar música que tú no elegiste ó platicas ajenas; disfrutar cientos de olores, largas sesiones de ejercicio de pie; ver un sinfín de caras desconocidas, conversaciones ocasionales y uno que otro discurso que comienza con un “buenas tardes estimados pasajeros...”.

La primera vez que viajé solo en camión fue en el 2002, nadie me podía llevar a terapia por lo que mandarme en la ruta Constitución fue la única opción. También viajaba en el Palaco-Justo Sierra, pero me gustaba más el Amarillo y Blanco.

Después, por burro me dejaron de llevar a la escuela y se agregó al menú: Viajar en camión antes de las 7:00 am, una travesía diaría.

Por años fui fiel a esas rutas, llegué a desarrollar cierto odio a rutas como Valle Dorado, por pasar más seguido que el que yo esperaba.

Al entrar a la universidad, eran los primeros días del Ruta 09, ruta que luego se convertiría en una de mis favoritas. Meses viajando en él, hasta que tuve carro. Al tiempo lo choqué y de nuevo, a esperar el camión.

Ahorré y seguí viajando en La Bu-rra hasta de nuevo tener un vehículo propio. Duró poco el gustó, pues me robaron el carro y regresé al Ruta 09, viajando de Palaco al Centro Cívico casi a diario.

Ahora ando en carro y recuerdo con nostalgía mis primeros viajes en el Constitución, y los más recientes en el Ruta 09. Pero sobre todo extraño ese contacto con la realidad, con la ciudad y su gente, de la manera en que la brinda el transporte público.

En camiones he perdido mucho tiempo, he aprendido a ser pacien-te y admirar la diversidad.

Lo anterior me lleva a dos con-clusiones; el transporte público en Mexicali es triste y deplorable, sin embargo, hay belleza en detalles que podemos encontrar en cualquiera que sea la ruta que nos lleve a nues-tro destino; por otra parte, andar en camión es la realidad de muchos, el día a día y la única opción para llegar al trabajo, acudir a la escuela o ir a visitar a ese amor que vive del otro lado de la ciudad.

Sin más antelación presento este fanzine dedicado a los camiones que me llevaron, a las ventanas que me sirvieron de almohada, a los choferes que no me bajaron donde hice la parada, a todas las rutas que ya no existen, al peor asiento para viajar y a todas las veces que gracias a mi filosofía de no correr trás el camión, lo vi pasar frente a mis ojos y tuve que esperar hasta que llegara el siguiente.

Espero sirva la información aquí recopilada y que la próxima vez que necesites ir, no detengas al chófer de un Eje en hora pico, tan solo para preguntarle: ¿Pasa por el Centro?

Mario TorresPalaco, B.C. México

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CÓMO SUBIR AL CAMIÓN Y NO SUFRIR EN EL INTENTO

Sube, paga y sientate, a la velocidad de la luz

Deberían impartir cla-ses en la primaria sobre cosas básicas como comprar aguacates, prender el boyler o subir al camión.

Mientras la SEP no muestre interés en el tema, esto puede servir de guía para el antes, durante y después de subir a La Burra.

1.- Casharpa.Antes de hacer la parada, cuenta

el dinero con el que pagarás, prefiere mo-nedas sobre billetes.

2.- La parada.Es sencillo, colócate en un

lugar visible, de prefe-rencia una parada de camión, una esquina con alto, o la banque-ta después de un se-máforo. Asegurate de poder hacer un ángulo de 90° con el brazo derecho. Levantar ligeramente el índice acentúa el gesto.

3.- Suben.Una vez que el camión se pare

y las puertas se abran, tienes 10 segundos para subir, aprovecha, sube los escalones, agarrate de dónde puedas y cuida tu cabeza. No te detengas en las barras con sensores.

4.- Pagar.Saluda al chófer, dale el

dinero ó pasa tu tarje-ta por el léctor hasta que suene un beep. Recibe tu boleto, guardalo, es tu seguro de viajero.

5.- Pasamanos.Apóyate en el pasamanos para

caminar por el pasillo, si llevas mochila úsala al frente para sentarte más rápido.

6.- Please sit down.Si tuviste la

fortuna de encontrar lugar, disfrútalo. En el caso contrario, agarrate al tubo y no te sueltes.

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¡HÁGANSE PARA ATRÁS POR FAVOR!

Elije el mejor asiento para ti, según tus necesidades

Siempre me ha pareci-do absurdo que cueste lo mismo el pasaje por viajar de pie que sentado. Tomando en cuenta que los choferes llenan el camión como si les pagaran doble el boleto de cada persona que va de pie, es muy importante elegir un buen asiento (siempre que se pueda) para tener un viaje llevadero.

Hay lugares que aunque no lo digan, es obvio que no son para cualquier pasajero; los primeros 4 y/o 8 asien-tos, son para abuelitos, mujeres embarazadas, y generalmente mujeres. No tiene caso sentarte ahí si no cumples con esas caracteristicas,

terminarás cediendo el lugar.

Después sigue una serie de asientos simi-lares, usados por todo el espectro de usuarios de camión, variado. Posterior a estas 4 o 5 filas se encuentran los

asientos más cercanos a la salida y dos filas con la trampa incomo-da que representa el desnivel provocado por la llanta del autobus. Por último se encuentra la última fila de asientos, está cerca de la salida pero suelen ser asientos muy descuidados. Se pueden sacar buenas fotos de interiores des-de aquí.

El lugar más práctico está en la fila anterior a la puerta trasera, del lado izquierdo. Esos asientos suelen tener más espacio para las piernas, te permiten hacer la parada con solo estirar el brazo y la salida está justo atrás de tu asiento por lo que te evitas el viacrusis de pasar entre la fila india de personas que no alcanzaron lugar y les tocó viajar de pie.

FACTORES PARA ELEGIR UN ASIENTO

Cuando se puede

elegir, hay que

considerar los si-

guientes puntos:

•Duración del viaje

•Ruta que recorre

•Posición del sol

•Estación del año

•Hora del día

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TODOS LOS CAMIONES LLEVAN AL CENTRO

De 37 rutas de camión que hay en Mexicali, al menos 30 pasan por el Centro Histórico

Amarillo y Blanco

1 Pro-Hogar

2 Ej Puebla-Sinaloa

3 Constitución

4 Valle Dorado

5 Venustiano carranza

ATUSA

6 Palaco-Justo Sierra

7 Robledo

8 Hidalgo

9 Portales

10 Naranjos

11 Wisteria

12 Sta Cecilia

13 Ruta 09 Express

Azul y Blanco

14 Calle G

CACHANILLA

15 Villa Verde

16 Bella Vista-Calle I

ESTRELLA

DEL NORTE

17 Progreso

18 Orizaba

19 Wisteria

20 Sta isabel

Fernando Amilpa

21 Flores Magón

Fausto Marquez

22 Calle E

23 Comandancia

Microbuses

24 Lago

25 Lucio Blanco

Misioneros de la Baja

26 Sta Isabel

TRAMO

27 Ruta 04

28 Ruta 05

29 Ruta 08

30 Ruta 12

Fuente: mexicali.gob.mx

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BAJAR DEL CAMIÓN Y NO CAER EN EL INTENTO

Haga su parada con tiempo y baje por atrás.

Si ya te vas a bajar es importante que se lo hagas saber al chófer, la mayoría de los camiones tienen botones para marcar la bajada en el pasamanos a la mitad del pasillo y junto a la puerta trasera. En ocasiones no funcionan, pero también funciona un grito de “¡Bajan!“ o unos cuantos golpes al techo del autobus.

El camionero siempre va en chinga, así que entre más margen tengas para presionar el botón más de una vez (en caso de no detenerse), mejor.

Es útil hacer la parada una cua-dra (unos 100 m) antes del destino deseado. Y tratar de bajar siempre por atrás, esto agiliza el flujo de

pasajeros en paradas en las que suben y bajan.

BAJAN Una vez que hayas escuchado

el pitido del botón, el camión des-acelere y las puertas se abran, baja con cuidado y rápido. Ayúdate del pasamanos y cuida tu paso.

No es recomendable saltar desde la unidad en movimiento, te puede ir peor.

Si viajas con menores ayúda-los a bajar, siempre volteando al lado derecho antes de bajar. En ocasiones los camiones no se orillan completamente para bajar a los pasajeros, es ahí cuando los accidentes pueden ocurrir.

Y recuerda que a menos que estés gestando o pertenezcas a la 3era edad, nadie se ha muerto por caminar algunos metros.

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ANÉCDOTAS SOBRE RUEDASTenía como ocho o nueve años, a mi papá se le olvidó recogernos a mi hermano y a mí de la escuela. A dos cuadras de ahí, pasaba una ruta de camión que nos dejaba en la esqui-na de mi casa. Recuerdo que en ese tiempo el pasaje costaba $3.50, así que entre los dos juntamos la suma y caminamos a la parada. Espera-mos más de una hora que el dichoso camión pasara, hacía mucho calor y nunca se nos prendió el foco de que los camiones van y vienen, el caso es que nos subimos al primero que pasó y obviamente no era el que iba a nuestra casa. El chófer se dio cuenta que nos equivocamos, le platicamos que ya no teníamos dinero y dijo que él ya nos había visto, que nos quedá-ramos ahí en lo que salía de regreso, esperamos un rato y el señor muy buena onda se paró en una Michoa-cana y nos compró unas aguas. A las mil horas llegamos sanos y salvos a la casa.

Fernanda Reneé, Desempleada,

Pasó en un Calle 3era (extinto)

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Mi anécdota en el camión no fue des-agradable para mi. No tenía la capa-cidad de comprender que podía ser penoso o no; mi madre sí, por lo tanto la de la vergüenza fue ella. Tenía es-casos 4 años (con peculiar caracterís-tica hasta la fecha de hablar o platicar mucho, dependiendo del ánimo de mi oyente) y mi madre 24 (contrario a mi era callada y penosa) ella no sabía manejar, ni tenía auto entonces te-níamos que tomar dos camiones para llegar a donde vivía mi abuela. Uno de mi casa hacia el centro y de ahí hacia la colonia de mi abuela, el camino era algo largo y me daba tiempo suficien-te para entablar conversaciones de mi alcance mental, claro.

Un día como cualquier otro al tomar el transporte nos sentamos al

lado de un hombre, que en ese tiem-po para mi era como un viejito, pero para mi madre era no muy mayor a ella. Recuerdo que iba preguntándo-me mi nombre, que “los amiguitos de la escuela”, mi edad y decía que era muy inteligente (según él), mi mamá no decía nada por que ya sabía que era imposible poner en práctica eso de “no hablar con extraños”. No cabía en mi.

Como han de saber todos aquellos simples mortales que nos hemos subido a un camión, siempre suenan estaciones con música de banda, norteña y chistes pícaros, en doble sentido, burlas que un adulto o menor con grandes alcances comprende-ría. Ese día iba sonando una canción (que hasta la fecha suena en la radio) decía: “sé que tu quieres a otra y a mi me quieres para mmm” (ese “mmm” léase en tono sensual), yo escuchaba la canción y trataba de comprender todo lo que decía la canción, pero me frenaba ese “mmm”, ¿Qué era ese “mmm”? Gracias a ello ya no estaba poniendo total atención a mi platica con aquel señor, pero pensé que seguramente él sabría qué significa aquello que me tenía tan consterna-da y entonces le pregunté “oiga, esa canción dice “mmm”, ¿Qué significa que solo la quiere para “mmm”? De pronto mi madre volteó y dijo : “¡Ay, niña! Disculpe señor, esta niña es muy imprudente y testaruda” con la cara más colorada que un tomate. El señor se sacó de onda porque no contestó rápidamente y después sonrió. Mi ma-dre le pidió una disculpa, pero era una niña, yo qué iba a saber que a la de la canción nomas se la querían “echar al plato”. Mi madre me dijo que por favor dejara de hablar con extraños y si quería saber algo que no entendiera se lo preguntara a ella. Hasta la fecha no lo he comprendido del todo.

Karen MirelesDiseñadora gráfica

No mencionó la ruta.

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Transcurría el año 2006. Después de que salía de la prepa tenía que caminar una serie de cuadras para tomar el transporte urbano (a la altura del Cobach Mexicali). Siempre se me dio el de caminar después de la escuela, y distraer-me con el paisaje urbano de la colonia Cuauhtémoc, en esa oca-sión caminaba solo y realmente no tenía la intención de platicar o relacionarme con alguna persona durante el trayecto en el camión.

Llegué a la parada y como siempre no había un lugar donde sentarte, rodeado de estudiantes de Cobach, era el único que por-taba un uniforme raro y estúpido (porque llevaba corbata, y za-patos, lo cual te hacía ver como fanático de la novela ¨RBD¨). Eso sí, era la época donde todavía había camiones sin aire acondi-cionado, ¨esas famosas sardinas con sus complicadas ventanas para bajar y dejar entrar un poco de aire¨.

Recargado en la pared de un local miraba si se aproximaba un camión lo antes posible para llegar a casa y conectarme al messenger. De pronto sentí una mirada a mi izquierda, a unos me-tros estaba una chica mirándome recargada en una cabina telefó-nica con una amiga, realmente no sabía qué hacer ni qué decir, “Total soy de otra escuela, creo que simplemente me observa por mi raro uniforme”, pensé.

Llegó el camión, me senté en la parte de enmedio, por fortuna las ventanas estaban abiertas, de pronto sin imaginarlo sube la misma chica con su amiga al camión y chocamos las miradas cuando le entregaban el boleto, se acercó y sonrió, yo me estre-mecí y pensé -¨Me va pedir el lugar, y yo le diré que sí.¨

Pasó de largo y se sentó al fondo, me quedé congelado, no me moví, pero sabía que tenía que hacer algo. Volteé hacia

atrás, “no sé tal vez se salió por la puerta trasera y escapó”, pensé. Ahí estaba sentada platicando con su amiga. De pronto levantó la mirada y nos volvimos a ver, fue cuando dije ¡Hagámoslo! Tomé el boleto del camión y rá-pido busqué una pluma entre mi mochila, escribí mi correo electró-nico y… me acobardé, no sabía si pararme en un semáforo y llegar como el que vende chocolates de La Cachanilla y ponerle mi boleto en la pierna para después huir a mi lugar, decidí esperar. Sonó la chicharra, las 2 jóvenes se bajan, pero antes de bajar ella volteó, nos vimos y ¡me sonrió de nuevo!, intenté sonreír pero tuvo que bajar. Saqué la cabeza por la ventana y le grité ¡ten! a unos centímetros de tomarlo el camión arranca y lo único que me queda es soltarlo. El movimiento del camión hace que el boleto vuele y caiga por el aire. No alcancé a ver si lo agarró. El chófer me dice -¡mete la cabeza wey!

Llegué a casa, entusiasmado, esperando saber si me agregó al Messenger. Me agregó 4 me-ses después.

Eduardo Cruz, Diseñador Gráfico,

Pasó en un Naranjos.

----------

Iba en la primaria; mi mamá, hermano y yo rumbo al centro, en el Palaco. Me quedé dormida, y en una vuelta muy brusca que dió el camión me caí y obvio me desperté, recuerdo que un señor me ayudó y mi hermano se burló de mi, jaja aún lo recuerdo.

Ma. Fernanda Salazar, Maestra,

Pasó en un Palaco-Justo Sierra

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Era el año del 2002, ruta Valle Dorado, iba del Cóndor al Cbtis21

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Transcurría el año 2006. Después de que salía de la prepa tenía que caminar una serie de cuadras para tomar el transporte urbano (a la altura del Cobach Mexicali). Siempre se me dio el de caminar después de la escuela, y distraer-me con el paisaje urbano de la colonia Cuauhtémoc, en esa oca-sión caminaba solo y realmente no tenía la intención de platicar o relacionarme con alguna persona durante el trayecto en el camión.

Llegué a la parada y como siempre no había un lugar donde sentarte, rodeado de estudiantes de Cobach, era el único que por-taba un uniforme raro y estúpido (porque llevaba corbata, y za-patos, lo cual te hacía ver como fanático de la novela ¨RBD¨). Eso sí, era la época donde todavía había camiones sin aire acondi-cionado, ¨esas famosas sardinas con sus complicadas ventanas para bajar y dejar entrar un poco de aire¨.

Recargado en la pared de un local miraba si se aproximaba un camión lo antes posible para llegar a casa y conectarme al messenger. De pronto sentí una mirada a mi izquierda, a unos me-tros estaba una chica mirándome recargada en una cabina telefó-nica con una amiga, realmente no sabía qué hacer ni qué decir, “Total soy de otra escuela, creo que simplemente me observa por mi raro uniforme”, pensé.

Llegó el camión, me senté en la parte de enmedio, por fortuna las ventanas estaban abiertas, de pronto sin imaginarlo sube la misma chica con su amiga al camión y chocamos las miradas cuando le entregaban el boleto, se acercó y sonrió, yo me estre-mecí y pensé -¨Me va pedir el lugar, y yo le diré que sí.¨

Pasó de largo y se sentó al fondo, me quedé congelado, no me moví, pero sabía que tenía que hacer algo. Volteé hacia

atrás, “no sé tal vez se salió por la puerta trasera y escapó”, pensé. Ahí estaba sentada platicando con su amiga. De pronto levantó la mirada y nos volvimos a ver, fue cuando dije ¡Hagámoslo! Tomé el boleto del camión y rá-pido busqué una pluma entre mi mochila, escribí mi correo electró-nico y… me acobardé, no sabía si pararme en un semáforo y llegar como el que vende chocolates de La Cachanilla y ponerle mi boleto en la pierna para después huir a mi lugar, decidí esperar. Sonó la chicharra, las 2 jóvenes se bajan, pero antes de bajar ella volteó, nos vimos y ¡me sonrió de nuevo!, intenté sonreír pero tuvo que bajar. Saqué la cabeza por la ventana y le grité ¡ten! a unos centímetros de tomarlo el camión arranca y lo único que me queda es soltarlo. El movimiento del camión hace que el boleto vuele y caiga por el aire. No alcancé a ver si lo agarró. El chófer me dice -¡mete la cabeza wey!

Llegué a casa, entusiasmado, esperando saber si me agregó al Messenger. Me agregó 4 me-ses después.

Eduardo Cruz, Diseñador Gráfico,

Pasó en un Naranjos.

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Iba en la primaria; mi mamá, hermano y yo rumbo al centro, en el Palaco. Me quedé dormida, y en una vuelta muy brusca que dió el camión me caí y obvio me desperté, recuerdo que un señor me ayudó y mi hermano se burló de mi, jaja aún lo recuerdo.

Ma. Fernanda Salazar, Maestra,

Pasó en un Palaco-Justo Sierra

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Era el año del 2002, ruta Valle Dorado, iba del Cóndor al Cbtis21

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y ahí por el periférico, a la altura de la Ley Independencia se orilla el camión en una entrada a un fraccionamiento pero quedó casi medio camión en el carril.

Pasa un primer trailer super pegado al camión y le tumba el retrovisor, después viene un segundo trailer y se estampó contra nosotros e hizo que el ca-mión chocara con un árbol, por lo que no nos caíamos al dren. Salí con un chipote porque me pegué en el techo, y ligeras cor-tadas en el cuello por los vidrios que salieron volando pero de ahí en fuera todo bien.

Duilio Benedith, Chef,

Pasó en un Valle Dorado.

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Cuando estudiaba la prepa, mi mejor amiga y yo tomabamos el camión Sonora. Un día el camio-nero no dejó bajar a mi amiga porque dijo que yo nunca pagaba el pasaje, y la bajó varias cuadras después de su casa.

Edith Cabrera, Analista de crédito,

Pasó en un Sonora (extinto).

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Una vez me contaron que a una morra que rayaba, compa mia, la torcieron pegando unos tags machín, el bato no la quería dejar bajarse y la puso a limpiar el tag hasta que lo quitase.

Marcos ArellanoArtista plástico

No mencionó la ruta.

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Era una rutina, salíamos a cierta hora (de la prepa) y siempre nos quedá-bamos esperando a que el camión estuviera algo vacío o sin tanta gente del Cobach. Por fín pasó, pero cuando el camión giró para tomar la calle Río Presidio comenzó a fallar.

Casi llegando a la Pro-hogar (toda esa zona es Pro-hogar para mi) se paró y nos bajaron, obviamente re-cordando que tuviéramos el boleto en mano.

Esperamos poco y llegó un camión que parecía carnaval, jajaja, recuerdo que tenía demasiadas chingaderitas de adornos; cuando íbamos subiendo, el señor camio-nero te daba la bienvenida con una gran sonrisa gritando “este es el camión feliz”, creo que sí nos hizo felices, ese camión era fiesta; lo malo es que terminamos viajando parados y con el camión lleno.

Aracely Felix, Diseñadora Industrial,

Pasó en un Constitución.

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Un “wey” de mi salón en la Prepa, a la salida, estaba esperando el camión. Cuando pasó, le hizo la parada como 15 metros antes de que llegará a la esquina, abajo de la banqueta, mientras platicaba con sus compas. El camionero no lo miró, ni bajó la velocidad; confiado y distraído pensó que el camion se pararía a media calle, y el camione-ro se fue de largo pegandole en la muñeca, rompiendo el brazo.

El “wey” pensó que solo fue un vergazo y no se dio cuenta hasta que miró que su brazo se doblaba raro, hahaha.

No hicieron nada respecto al ca-mión, porque ya estaba medio lejos para cuando dejaron de reirse y se dieron cuenta de que necesitaba ir a un doctor o algo.

Ricardo GonzálezEstudiante

Pasó en un Sonora (extinto).

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Un señor bien apestoso se puso a un lado de mi y como estoy de chaparra, mi hombro quedó en su axila. Cuando me bajé del camión tuve que tirar mi camiseta que olía al demonio :(

Rosario RuízDiseñadora

Pasó en un Libertad (extinto)

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Page 14: ¿Pasa por el centro? Número 001

“¿Pasa por el centro?” #1 se imprimió en

Noviembre del 2015. Textos por Mario

Ph y colaboradores. Fotos por Mario Ph y

fotolog.com/camionesdemexicali/

Diseño editorial e ilustración por Mario Ph.

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