participación electoral y pobreza

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Una iniciativa Observatorio Político Dominicano INCIDENCIA DE LA POBREZA MONETARIA EN LA VARIABILIDAD DE LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL EN LAS ELECCIONES CONGRESUALES DE 2002 Y 2010 Elaborado por Julián Valdés Santo Domingo Noviembre 2010

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Participación electoral y pobreza

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Page 1: Participación electoral y pobreza

Una iniciativa

Observatorio Político Dominicano

INCIDENCIA DE LA POBREZA MONETARIA EN LA VARIABILIDAD DE LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL

EN LAS ELECCIONES CONGRESUALES DE 2002 Y 2010

Elaborado por

Julián Valdés

Santo Domingo

Noviembre 2010

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Observatorio Político Dominicano

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Observatorio Político Dominicano

Julián Valdés Director

Diana Pérez

Coordinadora Unidad de Poder Judicial

Dilenia Medina Coordinadora Unidad de Sociedad Civil

Iván López

Coordinador Unidad de Sistema Electoral

José Martínez Coordinador Unidad de Poder Legislativo

Leopoldo Artiles

Coordinadora Unidad de Políticas Públicas

Serafino de la Cruz Coordinador Unidad de Gobierno Local

Shatterson Félix

Coordinador Unidad de Partidos Políticos

Las opiniones expresadas en este documento son responsabilidad exclusiva del autor y pueden no coincidir con las del OPD. Para comunicarse con el autor escribir al e-mail [email protected] Observatorio Político Dominicano (OPD) César Nicolás Penson 127, La Esperilla, Santo Domingo República Dominicana Tel. (809) 685-9966 E-mail [email protected]

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INTRODUCCIÓN

El presente estudio explora la relación entre participación electoral y pobreza en las elecciones congresuales celebradas en República Dominicana, los años 2002 y 2010. En primer lugar, se busca comparar el nivel de pobreza provincial con el nivel de participación electoral durante los dos procesos, y descubrir tendencias. En segundo lugar, se examina el tipo y nivel de relación entre ambos fenómenos.

Muchas interrogantes quedan abiertas a la hora de abordar la relación participación electoral y pobreza: ¿En qué porcentaje votaron las provincias más pobres del país, en comparación con las menos pobres?; ¿los niveles de pobreza influyeron positiva o negativamente en el nivel de votación provincial?; ¿se verifica algún tipo de relación estadística entre pobreza monetaria y nivel de participación electoral en República Dominicana?... A todas ellas pretende responder este ensayo.

De lo dicho hasta el momento se colige que las variables objeto de análisis de este estudio son: a) La participación electoral y b) el nivel de pobreza monetaria; ambas variables desagregadas al nivel provincial.

La hipótesis que se pretende dilucidar es la existencia de una correlación entre pobreza monetaria y nivel de participación electoral, según la cual la participación electoral del potencial de votantes provinciales aumenta a medida que las condiciones de pobreza monetaria son mayores.

El estudio es de corte cuantitativo. Para medir la magnitud de relación entre las variables a analizar se utiliza el coeficiente de correlación lineal de Pearson.

1. MARCO CONCEPTUAL

1.1. La participación electoral

Tal como afirma Dieter Nohlen (2004), es necesario distinguir participación política de participación electoral. La participación electoral constituye una de las formas del fenómeno más amplio que es la participación política. La participación electoral se refiere al nivel de votación de la población apta para votar en un certamen electoral. Se calcula como el cociente del número de votos entre el número de votantes, multiplicado por cien.

Coinciden los estudiosos de los fenómenos políticos en que dentro del sistema democrático, la participación electoral se constituye en la más importante forma de participación política, debido a su amplitud y al vínculo que establece entre la ciudadanía y los resultados de las políticas públicas. La participación electoral es el mecanismo para conferir legitimidad a los gobernantes y sus programas de políticas públicas.

La participación electoral expresada en el voto es un derecho adquirido por los ciudadanos, a través del cual participan en forma igualitaria en la sección de las autoridades representativas del gobierno.

Este estudio analiza la participación electoral en los procesos congresuales de los años 2002 y 2010, celebrados en República Dominicana. Se abstiene de considerar las elecciones congresuales celebradas en el año 2006. Para ese proceso no existen datos sobre pobreza que permitan la comparabilidad.

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1.2. Pobreza

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en su Informe de Desarrollo Humano 2001, definió la pobreza como una situación de privación, impotencia y vulnerabilidad de determinados sectores de la población.

Privación: Los individuos no disponen de recursos e ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades elementales. Impotencia: No poseen la organización, la representación, el acceso o la influencia directa al poder político para cambiar intrínsecamente la situación. Vulnerabilidad: No cuentan con los recursos o las capacidades para superar o aminorar los impactos negativos ante crisis de diferente naturaleza (citado en Gabinete Social, 2002, p. 32).

Esta concepción compleja y multidimensional se impone actualmente a la hora de analizar integralmente el fenómeno de la pobreza.

Pese a ello, este estudio utiliza la pobreza monetaria como variable para el análisis. La razón fundamental es la disponibilidad de datos. República Dominicana no cuenta con cálculos de pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI) para los años objeto de estudio. Tampoco cuenta el país con datos sobre el Índice de Desarrollo Humano a nivel provincial para los períodos objeto de este análisis.

La pobreza monetaria continúa siendo considerada un indicador sumamente relevante al momento de reflejar la condición de bienestar de una población. Los niveles de ingreso del hogar tienen un impacto determinante en el grado de privación, impotencia y vulnerabilidad de los individuos.

La pobreza monetaria es concebida como

“La insuficiencia de ingresos en los hogares para adquirir una canasta de consumo aceptable socialmente, que permita satisfacer las necesidades mínimas de alimentación, expresadas en términos de requerimientos calóricos mínimos, y del disfrute de otros bienes y servicios básicos” (Morillo 2010).

1.3. Participación electoral y pobreza

La participación electoral ha sido objeto permanente de análisis de la Ciencia Política. En la actualidad, muchos estudiosos se concentran en el análisis de la creciente abstención que se registra en los procesos electorales y hasta discuten sobre el grado de legitimidad de los gobiernos resultantes.

Se ha determinado que múltiples factores inciden positiva o negativamente en la participación de los votantes. Se citan entre los mismos: la edad, el sexo, el grado de democracia, la competitividad, el diseño de las instituciones electorales y, por supuesto, el estatus socioeconómico.

Los estudios sobre la influencia del estatus socioeconómico en la participación electoral concluyen en el postulado general de que “las personas de estatus socioeconómico más alto tienden a votar más que las de estatus socioeconómico más bajo”. La razón principal para explicar el fenómeno es que niveles educativos, de ingreso, salud, etc. más altos, decrecen el costo de votar y elevan el valor intrínseco del acto de votación.

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En América Latina se han realizado diversos estudios al respecto. En el subcontinente los estudiosos están cada vez más convencidos de que “Los procesos electorales no son ajenos tampoco al marco de pobreza de la población que concurre a las urnas” (Horbath 2004).

En el año 2004, Fornos, Power y Garand realizaron un estudio comparativo en el que analizan la participación electoral en América Latina durante el período 1980-2000. Los autores concluyen que el entorno socioeconómico tiene un impacto prácticamente nulo en la participación electoral en América Latina, en comparación con las democracias industrializadas avanzadas. Su conclusión desdice el postulado comúnmente aceptado sobre la tendencia a mayor participación entre las personas de estatus socioeconómico más alto.

Ese mismo año (2004), J. E. Horbath realiza un trabajo sobre pobreza y elecciones en Colombia. El autor llega a la conclusión que en Colombia la participación electoral se incrementa en las zonas de mayor pobreza, en comparación con los promedios nacionales y la votación en zonas no pobres. Su conclusión, por supuesto, colide frontalmente con el postulado que espera mayor participación de las clases media y alta.

En 2005, los académicos Petrovsky y Taylor-Robinson, utilizando datos desagregados, emprenden el estudio comparativo de la participación electoral de los pobres en doce países latinoamericanos. Los autores descubren que en siete de los países estudiados, la participación electoral se incrementa según el nivel de bienestar de la provincia; mientras en los otros cinco países, la participación electoral se incrementa en proporción con el crecimiento de la pobreza.

A partir de estos datos, Petrovsky y Taylor-Robinson arguyen que:

a) Sí existe en América Latina una fuerte relación entre entorno socioeconómico y participación política. La conclusión de Fornos, Power y Garand en la que niegan dicha relación se debe al uso de datos agregados. Una vez los datos de cada país se desagregan por provincias o Estados, se evidencia el impacto.

b) Se confirma en América Latina el postulado que sostiene una mayor tendencia a votar en los estratos altos y medios de la población.

c) La tendencia general a una mayor participación de los estratos socioeconómicos más altos queda neutralizada en entornos clientelistas, donde la participación de los pobres será mayor. Este incremento en la participación de los pobres se explica por el incentivo al voto que crea el clientelismo.

2. PARTICIPACIÓN ELECTORAL Y POBREZA REPÚBLICA DOMINICANA

2.1. Elecciones congresuales

A partir de la reforma constitucional del año 1994, las elecciones presidenciales y congresuales en República Dominicana dejaron de ser concurrentes. La primera elección presidencial bajo el nuevo esquema se realizó en 1996, mientras la primera elección congresual y municipal no concurrente tuvo lugar en 1998. Desde entonces hasta hoy se han realizado cuatro elecciones congresuales no concurrentes: 1998, 2002, 2006 y 2010.

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La participación electoral en el nivel congresual en las cuatro elecciones no concurrentes ha promediado 56.7%, lográndose el más alto nivel de participación en las elecciones del año 2002, con 59.4%.

Tabla No. 1 Elecciones congresuales 1998-2010

Participación electoral AÑO PARTICIPACIÓN 1998 51.90 2002 59.40 2006 59.16 2010 56.43

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la Junta Central Electoral.

El análisis de la relación participación electoral y pobreza en este estudio se limitará a las elecciones congresuales de los años 2002 y 2010, omitiendo las de 1998 y 2006, debido a la inexistencia de datos sobre pobreza desagregados a nivel provincial y a problemas de comparabilidad entre los datos.1

Para el nivel de pobreza correspondiente a las elecciones del año 2002 se utilizarán los datos del Informe sobre la pobreza en República Dominicana (Banco Mundial, 2005). El Informe calcula la pobreza monetaria a nivel provincial a partir de los datos del Censo Nacional 2002 y ENCOVI 2004, con una línea de pobreza construida con datos de la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo y ENCOVI 2004.

Para el nivel de pobreza correspondiente a las elecciones del año 2010 se utilizarán los datos del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (Morillo, 2010), que utiliza la misma metodología del Banco Mundial.

Según datos de la Junta Central Electoral, la participación electoral a nivel congresual en el proceso electoral del 16 de mayo de 2002 promedia 59.4% para todo el país. Para las elecciones del año 2010, la participación descendió tres puntos porcentuales y se situó en 56.4%.

Las provincias que reportaron mayor crecimiento relativo de la abstención electoral entre 2002 y 2010 fueron precisamente dos de las más pobres del país: Pedernales, con un descenso en la participación de cinco puntos porcentuales y Elías Piña con cuatro. El dato pudiera llevar a creer que en República Dominicana las regiones de más alto estatus socioeconómico tienden a votar más. Pero la realidad es mucho más compleja.

Un análisis más detenido de la participación electoral revela que las provincias más pobres del país tienen niveles de participación muy por encima de la media nacional. En el año 2002, en que la media fue 59.4%, la provincia más pobre del país (Elías Piña) tuvo participación de 73.7%. En ese mismo proceso electoral, el más alto nivel de participación (76.0%) correspondió a la sexta provincia más pobre, Independencia. Por el contrario, las provincias de mayores ingresos figuran con los

1 Aun los datos utilizados sobre pobreza para los años 2002 y 2010 pudieran ser puestos en duda y cuestionada su

comparabilidad. De todos modos, se opta por correr el riesgo, teniendo en cuenta en todo caso que los resultados

aquí presentados tienen un valor aproximativo y el análisis un carácter exploratorio.

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menores niveles de participación: Santo Domingo (38.9%), Distrito Nacional (41.1%) y La Romana (42.6%).

Mapa No. 1 Porcentaje de personas pobres por provincia, 2002-2004

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Banco Mundial (2005).

Mapa No. 2 Participación electoral. Elecciones congresuales 2002

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Junta Central Electoral.

En el año 2010, con participación media de 56.4%, de las diez provincias con niveles de participación por encima de 68%, ocho se encuentran entre las más pobres del país. Entre éstas destacan: Independencia, la quinta provincia más pobre, con el mayor nivel de participación (73.7%) y Azua, la cuarta provincia más pobre, con la segunda mayor participación (70.8%). La provincia con más alto nivel de pobreza monetaria, Elías Piña, se situó en el octavo lugar, con una participación de 69.5%.

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Para el proceso electoral del año 2010, las tres provincias con mayores niveles de ingreso del país muestran los más bajos niveles de participación, todos ellos muy por debajo de la media nacional: Distrito Nacional (45.3%), Santo Domingo (46.7%) y Santiago (51.5%).

Mapa No. 3 Porcentaje de personas pobres por provincia, 2009

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Morillo (2010).

Mapa No. 4 Participación electoral, elecciones congresuales 2010

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Junta Central Electoral.

Los datos anteriores establecen de forma irrefutable que en República Dominicana se verifica una relación entre nivel socioeconómico y tendencia a la participación

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electoral. Los datos tienden a favorecer la hipótesis de que las provincias con mayores niveles de pobreza tienden a votar más. Cabe, por lo tanto, explorar la posibilidad de una relación lineal entre nivel de pobreza y participación electoral en los procesos electorales de los años 2002 y 2010.

Cuando se grafican los datos provinciales en un diagrama de dispersión, relacionando el nivel de pobreza como variable independiente, con el nivel de votación, como variable dependiente, se verifica una correlación positiva entre ambas variables (ver gráficos No. 1 y No. 2).

Gráfico No. 1 Elecciones 2002

Pobreza monetaria y participación electoral en el nivel congresual, según provincia

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Junta Central Electoral y Banco Mundial (2005).

El diagrama de dispersión muestra claramente la existencia de una tendencia lineal en la relación pobreza-participación electoral en ambos procesos electorales. En consecuencia, los procesos son susceptibles para el cálculo del coeficiente de correlación de Pearson, a fin de verificar el grado en que están asociadas ambas variables (ver Anexo 1).

Gráfico No. 2 Elecciones 2010

Pobreza monetaria y participación electoral en el nivel congresual, según provincia

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Junta Central Electoral y Morillo (2010).

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Para las elecciones del año 2002, el valor del coeficiente de Pearson entre pobreza-participación electoral es 0.61; para el año 2010, el valor es de 0.76. Ambos valores pueden ser interpretados como una relación positiva y fuerte, debido a que la muestra utilizada (32 provincias) se corresponde con el universo.

Si se interpreta el coeficiente 0.61 en términos de proporción de variabilidad compartida o explicada2, se tiene que la proporción de varianza compartida entre ambas variables es 37% para las elecciones de 2002. Esto quiere decir que la pobreza da cuenta del 37% de la variabilidad en la participación electoral de 2002, o sea que la pobreza monetaria explica el 37% de la votación en el año 2002 y otros factores explican el restante 63%.

Para las elecciones del año 2010 la proporción de variabilidad compartida o explicada se sitúa en 58%, lo que significa que la pobreza da razón del 58% de la participación electoral; el 42% restante sería explicado por otras variables.

Según estos datos, entre las elecciones de 2002 y 2010, la relación pobreza/participación electoral se hizo más fuerte. El peso de la pobreza en la explicación de la participación electoral creció 21 puntos porcentuales, para una tasa de 57% en ocho años.

Se verifica entonces que en República Dominicana existe la tendencia a una mayor participación electoral de los estratos socioeconómicos bajos. De acuerdo con la lectura que hacen Petrovsky y Taylor-Robinson (2005), el fenómeno significa que el entorno clientelista incentiva el voto de los más pobres, por encima de los otros grupos socioeconómicos. Los datos comparados de las elecciones congresuales de los años 2002 y 2010 reflejarían, entonces, un significativo crecimiento de las prácticas clientelistas, evidenciado en el robustecimiento de la relación pobreza-participación electoral.

CONCLUSIÓN

El ejercicio estadístico muestra el peso determinante que ha tenido el nivel de pobreza monetaria en la participación electoral en las elecciones congresuales de República Dominicana, correspondientes a los años 2002 y 2010. Según se ha mostrado, la participación electoral del potencial de votantes provinciales aumenta a medida que las condiciones de pobreza monetaria son mayores.

Esta fuerte correlación puede ser interpreta como una amenaza a la calidad de la democracia dominicana. La democracia electoral supone como condición la autonomía de los ciudadanos. El nivel de autonomía de los ciudadanos en el ejercicio democrático está íntimamente relacionado con el nivel económico, social y cultural de la población. De modo que, un pobre ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales se convierte en caldo de cultivo para un entorno clientelista. Las propuestas programáticas y el interés público dejan de ser el incentivo al voto -y hasta el “carisma” de los líderes políticos (en términos weberianos) pasa a segundo plano-, para ser suplantados por favoritismos personales.

2 La variabilidad compartida o explicada se calcula como el cuadrado del coeficiente de Pearson.

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REFERENCIAS

Binghamton University. Election Results Archive. Disponible en http://cdp.binghamton.edu/era/countries/dom.html.

De Luca, T. & Tien, C. (2008, August). Political Inequi Political Inequality and de Class Voting Gap: A Persistent and Growing Problem. Presentation to the American Political Science Annual Meeting, Boston, Massachusetts.

Dietz, Henry (2001). Pobreza Urbana, participación política y política estatal 1970-1990, Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica de Perú.

El Universal (septiembre 26, 2007). Mayores índices de votos en comunidades pobres y marginadas. El Siglo de Torreón. Disponible en http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/300020.mayores-indices-de-voto-en-comunidades-pobres.html.

Gabinete Social (2002). Política Social del Gobierno Dominicano, 1 vol, Santo Domingo.

Horbath, Jorge Enrique (2004). Pobreza y elecciones en Colombia. Algunos hallazgos para reflexionar. Espiral, 10, 212-213.

Junta Central Electoral. Disponible en http://www.jce.gov.do/.

Morillo, Antonio (2010). Evolución y determinantes de la pobreza monetaria en la República Dominicana: actualización abril del 2010 [presentación PDF]. Santo Domingo: Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo.

Nohlen, Dieter (2004). La participación electoral como objeto de estudio. Elecciones 3, 137-157.

Petrovsky, N. & Taylor-Robinson, M. (2005, April). Do the Poor Vote in Latin America? Paper prepared for presentation at the annual meeting of the Midwest Political Science Association, Palmer House Hilton, Chicago.

Fornos, Carolina A. et alt. (2004). Explaining Voter Turnout in Latin America, 1980 to 2000. Comparative Political Studies 37 (8) 909-940.

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ANEXO

Anexo No. 1

Elecciones 2002 Matriz para el cálculo del coeficiente de correlación de Pearson

PROVINCIA POBREZA 2002 (X) PARTICIPACIÓN 2002 (Y) X2 Y2 XY

1 Elías Piña 70.00 73.75 4900.00 5439.06 5162.50

2 Azua 63.70 58.58 4057.69 3431.62 3731.55

3 Baoruco 60.40 66.15 3648.16 4375.82 3995.46

4 San Juan 60.30 61.69 3636.09 3805.66 3719.91

5 Pedernales 57.50 71.68 3306.25 5138.02 4121.60

6 Independencia 57.20 76.00 3271.84 5776.00 4347.20

7 San José de Ocoa 55.00 57.33 3025.00 3286.73 3153.15

8 Barahona 52.50 62.04 2756.25 3848.96 3257.10

9 Monte Plata 51.70 65.30 2672.89 4264.09 3376.01

10 Dajabón 51.60 68.98 2662.56 4758.24 3559.37

11 Santiago Rodríguez 49.60 69.09 2460.16 4773.43 3426.86

12 Peravia 48.20 50.24 2323.24 2524.06 2421.57

13 Sánchez Ramírez 43.10 66.74 1857.61 4454.23 2876.49

14 El Seibo 42.80 62.27 1831.84 3877.55 2665.16

15 San Cristóbal 41.50 55.40 1722.25 3069.16 2299.10

16 Mons. Nouel 40.10 53.40 1608.01 2851.56 2141.34

17 Montecristi 40.10 67.38 1608.01 4540.06 2701.94

18 Hato Mayor 39.30 64.32 1544.49 4137.06 2527.78

19 La Vega 39.30 54.84 1544.49 3007.43 2155.21

20 Valverde 36.60 57.84 1339.56 3345.47 2116.94

21 Samaná 35.20 61.95 1239.04 3837.80 2180.64

22 Duarte 34.00 54.13 1156.00 2930.06 1840.42

23 María Trinidad Sánchez 33.40 61.82 1115.56 3821.71 2064.79

24 San Pedro de Macorís 33.30 43.74 1108.89 1913.19 1456.54

25 La Altagracia 32.70 61.80 1069.29 3819.24 2020.86

26 Santo Domingo 32.50 38.93 1056.25 1515.54 1265.23

27 Puerto Plata 31.10 60.91 967.21 3710.03 1894.30

28 Espaillat 30.90 58.29 954.81 3397.72 1801.16

29 Santiago 30.60 47.36 936.36 2242.97 1449.22

30 La Romana 30.20 42.61 912.04 1815.61 1286.82

31 Salcedo 29.50 64.25 870.25 4128.06 1895.38

32 Distrito Nacional 21.50 41.11 462.25 1690.03 883.87

1375.40 1899.92 63624.34 115526.18 83795.45

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Junta Central Electoral y Banco Mundial (2010).

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Anexo No. 2 Elecciones 2010

Matriz para el cálculo del coeficiente de correlación de Pearson

PROVINCIA POBREZA 2010 (X) PARTICIPACIÓN 2010 (Y) X2 Y2 XY

1 Elías Piña 69.70 69.49 4858.09 4828.86 4843.45

2 Baoruco 63.00 69.96 3969.00 4894.40 4407.48

3 Pedernales 60.40 66.16 3648.16 4377.15 3996.06

4 Azua 56.40 70.85 3180.96 5019.72 3995.94

5 Independencia 54.90 73.76 3014.01 5440.54 4049.42

6 Santiago Rodríguez 54.40 70.27 2959.36 4937.87 3822.69

7 San Juan 54.40 66.17 2959.36 4378.47 3599.65

8 Dajabón 52.80 70.78 2787.84 5009.81 3737.18

9 Barahona 51.80 67.10 2683.24 4502.41 3475.78

10 San José de Ocoa 49.50 70.54 2450.25 4975.89 3491.73

11 Monte Plata 49.10 69.65 2410.81 4851.12 3419.82

12 Hato Mayor 45.60 66.81 2079.36 4463.58 3046.54

13 El Seibo 44.90 64.73 2016.01 4189.97 2906.38

14 Peravia 44.80 57.70 2007.04 3329.29 2584.96

15 Valverde 44.70 64.35 1998.09 4140.92 2876.45

16 Montecristi 43.30 69.28 1874.89 4799.72 2999.82

17 Salcedo 41.10 63.96 1689.21 4090.88 2628.76

18 San Cristóbal 41.10 65.23 1689.21 4254.95 2680.95

19 San Pedro de Macorís 40.10 52.55 1608.01 2761.50 2107.26

20 Sánchez Ramírez 40.00 67.62 1600.00 4572.46 2704.80

21 Samaná 37.50 68.32 1406.25 4667.62 2562.00

22 María Trinidad Sánchez 37.20 64.99 1383.84 4223.70 2417.63

23 Espaillat 36.80 65.80 1354.24 4329.64 2421.44

24 Duarte 35.50 57.76 1260.25 3336.22 2050.48

25 La Romana 34.00 53.27 1156.00 2837.69 1811.18

26 La Vega 33.20 61.74 1102.24 3811.83 2049.77

27 Mons. Nouel 30.40 58.04 924.16 3368.64 1764.42

28 Puerto Plata 30.30 63.84 918.09 4075.55 1934.35

29 La Altagracia 28.20 60.65 795.24 3678.42 1710.33

30 Santiago 27.50 51.47 756.25 2649.16 1415.43

31 Santo Domingo 25.30 46.68 640.09 2179.02 1181.00

32 Distrito Nacional 16.80 45.31 282.24 2053.00 761.21

1374.70 2034.83 63461.79 131030.01 89454.34

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Junta Central Electoral y Banco Mundial (2010).