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COMUNIDAD JESENIA DE ESTUDIOS DE LOS MISTERIOS ESPIRITUALES GNÓSTICOS

PUNTOS COMUNES ENTRE LA ENSEÑANZA DE LOS

JESENIOS, JACOB BOEHME, VON ECKHARTHAUSEN Y LOS ROSACRUCES DE LA EDAD MEDIA

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………...........………Pág.03 PARALELO 1

¿QUÉ ENSEÑAN LOS JESENIOS ACERCA DE LA ASTROLOGÍA?.......................Pág.07

PARALELO 2

¿QUÉ ENSEÑAN LOS JESENIOS ACERCA DE LA MAGIA?...................................Pág.10

PARALELO 3

¿PRACTICAN LOS JESENIOS ALGÚN TIPO DE MAGIA O YOGA SEXUAL?...............Pág. 15

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PARALELO 4

SI LOS ESENIOS DICEN ESTAR ORIENTADOS HACIA ACUARIO Y HACIA EL FUTURO ¿POR QUÉ SE APOYAN TANTO EN LOS ROSACRUCES DE LA EDAD MEDIA, EN BOEHME Y ECKHARTHAUSEN, DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII D.C., E INCLUSO EN OTRAS COMUNIDADES ESOTÉRICAS MÁS ANTIGUAS COMO LA DE LOS CRISTIANOS GNÓSTICOS DE NAG HAMMADI Y DE LOS ESENIOS? ¿NO ES ESTO UNA CONTRADICCIÓN?................................................................................................................Pág. 19

PARALELO 5

¿LOS JESENIOS PRACTICAN ALGÚN TIPO DE OCULTISMO? ¿LA CÁBALA NO SERÍA ACASO UNA FORMA DE OCULTISMO? ¿PRACTICAN LOS JESENIOS MANTRAS?.............................................................................................................................Pág. 24

PARALELO 6

¿TIENEN LOS JESENIOS LAZOS CON ALGÚN MOVIMIENTO ARMADO? ¿BUSCAN ELLOS ALGUNA FORMA DE PAZ ARMADA?....................................................................Pág 33

PARALELO 7

SE AFIRMA QUE BOEHME NO HIZO NINGÚN APORTE A LAS ARTES DE LA MAGIA NI AL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL, HABIENDO SIDO APENAS UN RELIGIOSO MÍSTICO DOTADO DE UNA ILUMINACIÓN NOTABLE PERO MUY PERSONAL. ¿QUÉ OPINIÓN LES MERECE A LOS JESENIOS ESTA AFIRMACIÓN?.....................................................Pág. 35

PARALELO 8

¿PODEMOS SABER, AL MENOS BÁSICAMENTE, CÓMO LOS GRUPOS DUODÉCUPLOS JESENIOS TRATAN EN SUS REUNIONES LA CUESTIÓN PRÁCTICA DE LA DEMOLICIÓN DEL YO?.................................................................................................................................. Pág. 41

PARALELO 9

¿PODEMOS SABER ALGO ACERCA DE LOS ORÍGENES DE LA COMUNIDAD JESENIA, Y DE CÓMO LLEGÓ HASTA OCCIDENTE? ¿LA COMUNIDAD JESENIA SURGIÓ DE ALGUNA DISIDENCIA DE OTRAS ÓRDENES?................................................................ Pág. 45

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INTRODUCCIÓN

Querido amigo buscador: Con el fin de brindar una mejor comprensión de lo que es nuestra Comunidad o Escuela de Misterios, hemos decidido publicar este artículo en el que abordaremos con profundidad nuestras ideas y enseñanzas, mostrando nuestros puntos de contacto con la Doctrina Universal y con la Sabiduría Clásica, indicando en qué consisten nuestras prácticas, cuál es su naturaleza y el origen de sus fundamentos, y también de qué manera las organizamos y ofrecemos dentro de nuestro camino espiritual iniciático. Para hacer esto hemos escogido, entre los muchos sabios, profetas y grandes iluminados que de tiempo en tiempo han sido enviados hacia nosotros por la Fraternidad de la Luz, como centro alrededor del cual gira nuestra instrucción iniciática a quien consideramos poseedor de una incomparable estatura espiritual: Jacob Boehme. Jacob Boehme nació en el año 1575 d.C. en una pequeña ciudad de la Alta-Luffacia, llamada Alt-Seidenburg, no muy distante de Goerlitz, antigua Alemania. De origen humilde, sus padres eran pobres pero de vida honesta. Al alcanzar cierta edad le fue encargado el cuidado de los animales, tarea comúnmente asignada a los niños en aquella región. Sus padres al descubrir en el muchacho aspiraciones más elevadas lo enviaron a la escuela, donde aprendió a leer y escribir. Después sería iniciado en el oficio de zapatero. Durante su aprendizaje le sucedió algo que nos parece su primer contacto con un miembro de la Gran Fraternidad de los Hierofantes manifestada en la tierra. Se narra que un día, en ausencia de sus maestros de oficio, un extraño, vestido de manera sencilla, de bella apariencia y aspecto venerable, entró en su zapatería para comprar un par de zapatos. Boehme no se atrevió a venderlos pues no tenía autorización para hacerlo y ni siquiera conocía el precio. Sin embargo, ante la insistencia del extraño, Jacob exigió un precio exorbitante buscando desestimular la compra y evitar la censura de sus maestros. A pesar de ello el extraño pagó el precio exigido, tomó los zapatos y salió. A algunos pasos del almacén, el extraño se detuvo y con voz alta y decidida dijo: ¡Jacob ven hasta aquí! En un comienzo, el joven se sorprendió ante el hecho de ser llamado por aquel hombre por su nombre de bautizo. El hombre, con aire serio pero amable, le dirigió una mirada chispeante de fuego y tomándole la mano derecha le dijo: “Jacob, eres poca cosa; sin embargo, te transformarás en otro hombre; serás tan grande que te tornarás motivo de espanto para el mundo. Por eso, sé piadoso y temeroso de Dios; reverencia Su palabra; lee cuidadosamente las Santas Escrituras, en ellas encontrarás consuelo e instrucción ya que te están destinadas muchas pruebas: sufrirás pobreza, miseria y persecuciones. Ten coraje y sé perseverante. Dios te ama y está a tu lado.” Después de esto, dirigiéndole una mirada penetrante, el extraño le apretó la mano y partió. No hay indicios de que hubieran vuelto a encontrarse. Boehme quedó asombrado con la predicción y la exhortación de aquel hombre desconocido. La fisionomía del extraño jamás abandonó su mente. A partir de entonces, Boehme, se volvió más austero y atento en sus acciones, de modo que transcurrió poco

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tiempo entre este llamado y su santo Sabath, el glorioso reposo del alma y la elevada contemplación divina. A partir de entonces Boehme comenzó a buscar, con mayor celo aún, la renuncia a los placeres de la juventud, y en el año 1600, con 25 años, fue de nuevo arrebatado por la Luz divina. A la súbita visión de un vaso de estaño pulido que reflejaba con un esplendor maravilloso la luz del sol, percibió que podía contemplar las cosas en toda la profundidad de sus fundamentos. Boehme buscó apartar de su corazón las dudas acerca de esta nueva iluminación, temiendo que se tratara de una ilusión o de una alucinación. Atravesó entonces el puente de Gorlitz, cerca de su casa, buscando tranquilidad en los pastos cubiertos de verdor. Sin embargo, el don de visión que acababa de recibir persistía y se volvía cada vez más claro, de modo que por medio de las signaturas –formas, tintas y colores– de las cosas Boehme pudo, a su regreso, penetrar, por así decirlo, en el corazón y la naturaleza más secreta de las cosas. Por medio de ese don Boehme pudo realizar diversas constataciones a lo largo de su vida, las cuales condensó en una extraordinaria obra denominada De Signatura Rerum – La Señal(Signatura) de las cosas –, escrito 21 años más tarde. En ese libro Boehme pudo desarrollar con profundidad la capacidad de su nuevo don, y el conocimiento que este le proporcionó. Toda la vida de Boehme fue un vivo testimonio de la forma en que las Tinieblas combaten violentamente a la Luz. Víctima de toda suerte de crueldades, maledicencias y golpes sutiles contra su vida personal y espiritual, este hombre iluminado, colmado de dones proféticos, triunfó utilizando siempre las armas de la Luz contra la maldad. En 1610, llamado por tercera vez por su don profético iluminativo, fue colmado de nuevas facultades espirituales, aún todavía más notables. Aquello que en sus anteriores visiones le había parecido multifacético se revelaba entonces como una misteriosa Unidad. Boehme reconoció, a través de esos nuevos dones, que toda separatividad es obra del mal y que se encuentra destinada a rendirse ante la Unidad. Él reconoció entonces el Orden divino de la Naturaleza Original, y cómo este Orden, en las manos del Mesías de Dios, quería vencer a la naturaleza corrompida por Lucifer. Boehme decidió, entonces, anotar todo cuanto sus nuevas facultades espirituales, poco a poco, le revelaban. En 1612 escribió el libro “La raíz de la Filosofía, de la Astrología y de la Teología” más conocido como Aurora Naciente. Boehme nunca tuvo la intención de divulgar o llevar al público este libro, pero un caballero llamado Karl von Endern, al saber de la existencia de esta obra, convenció a Boehme para que le dejara conocer mejor este tesoro oculto, persuadiéndolo de que se lo prestase. Luego dividió el cuaderno en varias partes, y junto con algunos amigos lo copió día y noche. Se difundió entonces un rumor sobre la existencia de esta obra que llegó a los oídos del primer pastor de Gorlitz, el pastor-primaz Gregor Richter, quien, sin siquiera haberlo leído o examinado, lo condenó desde el púlpito, tal como es habitual entre quienes se ciñen a su estrechez dogmática y fe ciega. Al unísono, los hombres religiosos de su ciudad y los alrededores, usaron también el púlpito de sus iglesias (lugar que para Boehme debería ser sagrado y usado únicamente para hacer resonar el santo Verbo de Dios) para inducir a la comunidad entera a ver en

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aquel santo hombre un agente del demonio y un peligroso perturbador del orden espiritual, el cual debería, según ellos, ser a toda costa desterrado por causa de sus escritos y enseñanzas heréticas. Estos detractores que jamás leyeron siquiera una de sus obras se apresuraron constantemente a condenarlas como funestas y venenosas para toda la cristiandad. Levantando todo tipo de calumnias y difamaciones, de falsas opiniones y falsos testimonios, estos enemigos de la Verdad acabaron arrancando una condenación por parte de las autoridades. Las lenguas de tigre, las lenguas de víbora, impregnadas de pura y venenosa habla infernal, obtuvieron de las autoridades locales la decisión de desterrar a Boehme. Sin embargo muchos de los que habían leído con sincera atención su obra, y se habían aproximado a sus enseñanzas, actuaron evitando la aplicación de esta condena. No obstante, el tribunal que había sido intimidado para condenar a Boehme, finalmente le prohibió escribir, recomendándole que siguiese el proverbio:“Sutor ne ultra crepidam” (zapatero a tus zapatos). Ese hombre pacífico y humilde se sometió a esta orden por siete largos años. Mas, sin poder resistir el fuego del Espíritu de Dios crepitando fuertemente en su interior, escribió en 1619 su segundo libro conocido como Los Tres Principios de la Esencia divina. Su don profético y su iluminación habían llegado entonces a su madurez. A cada rumor de una nueva obra, las autoridades y los religiosos se apresuraban a utilizar los lugares sagrados de las iglesias y todo tipo de lugares públicos para diseminar rumores falsos y calumniosos acerca de la persona de Boehme, acusándolo de ser un perturbador muy peligroso, disfrazado de profeta y maestro espiritual, capaz de causar división en el seno de las comunidades cristianas. Nuevos testigos se levantaban de todos lados para afirmar, movidos por el ardor de la fe ciega, que habían visto al pobre zapatero cometer los más absurdos actos libidinosos o acciones sospechosas y satánicas. Su zapatería quebró y decidió dedicarse al comercio de lanas. Sin duda Boehme, con su vida social y espiritual, tipificó muy bien a todos aquellos que, movidos por la misma llama interior y por el mismo don profético iluminativo, deciden entregarse a las santas letras (es decir, al acto de escribir las sagradas enseñanzas movidos por el Espíritu de Dios – según lo define el mismo Boehme en sus obras). Todos ellos fueron severamente perseguidos por las autoridades y jerarquías religiosas, por personas, comunidades y organizaciones dedicadas a explotar la fe ciega de quienes, sin las cualidades de un alma escrutadora e investigadora de la Verdad, se entregan fácilmente al servilismo. En cuanto a esa tipificación, no hay edad o tiempo que la modifique o suavice. En pleno siglo XXI nuestro mebaker el señor Jodachay Bilbakh sufre las mismas condenaciones (así como algunos de sus discípulos), y sólo porque osó revelar con su poder profético iluminativo, el contenido esotérico de las obras de Boehme, y de los documentos arqueológicos de Nag Hammadi y de Qumrán, así como de los esenios y de los cristianos gnósticos. Esta es la causa principal de su persecución y de la destrucción de sus obras y de su tienda de libros raros, así como de la persecución de su comunidad oriental de discípulos.

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Por demás, las obras del señor Jodachay Bilbakh tienen la misma señal de las obras de Boehme: frecuentemente son tachadas de contener la obscura Cábala antigua y de estar repletas de las más crasas herejías, y de las más diabólicas instrucciones mágicas. Y ese juicio proviene siempre de quienes no las han leído, o de quienes las leyeron tan superficialmente que ni siquiera saben de cuantos capítulos estas formadas ni cuáles son sus principales ideas. Una obra que contiene conocimientos de Cábala y de Gnosis, y que sustenta un trabajo realmente espiritual, una comunidad de discípulos, por más noble que sea, es odiada inevitablemente por quienes aman las tinieblas, la ignorancia y la ceguera. Ellos se apresuran a juzgar sin hacer la mínima verificación, y cuando son alertados por espíritus más sensibles acerca de de su deplorable inclinación por los juicios sumarios, llenos de fallas y malintencionados, pagan esa advertencia con toda suerte de falsos testimonios y con toda clase de interpretaciones intencionadamente dudosas y falaces, con odio y difamación. Y el resultado de esta obra de las Tinieblas nos hace creer con razón, que el siglo XXI trae consigo el mismo hombre salvaje y primitivo, rústico e ignorante, de las primeras edades y de los primeros siglos. Boehme fue muy odiado porque ya en su primera obra osaba escribir sobre FILOSOFIA, ASTROLOGÍA y TEOLOGÍA. Esta primera obra recibió el título de Aurora Naciente, en ella Boehme mezclaba de manera armónica e iluminada temas de Cábala, Astrología, Magia Alquímica y Filosofía hermética, y esto lo hacía en una ciudad ¡enteramente protestante! El odio no tardó en perseguirlo con gran intensidad. Pero, al mismo tiempo, hombres de talla espiritual y de índole totalmente animada por el Espíritu de la Luz divina se acercaron a Boehme, formando un círculo de admiradores y discípulos. Sabemos que él llegó a ser respetado por rosacruces, cabalistas cristianos, alquimistas, médicos herméticos y buscadores del camino espiritual. Los jesenios modernos son también profundos admiradores de Jacob Boehme. En esto se hacen hermanos de los rosacruces modernos y de muchos grupos alquímicos, de los martinistas, y de todos los que libre y sabiamente se orientan a la búsqueda de la Verdad. A partir de esta gran admiración que sentimos por Boehme, hemos resuelto añadir a nuestra Página Web un trabajo que ponga claramente de presente la gran medida en que nos inspiramos en este gran cristiano cabalista, cuyas ideas e instrucciones forman la base hermética y filosófica de nuestros grados internos, y que modela todo lo que enseñamos sobre el Camino de los Misterios Crísticos. Lo que pretendemos aquí es mostrar al buscador qué tipo de ASTROLOGÍA, de MAGIA alquímica y de CÁBALA CRISTIANA practican los jesenios, realizando para ello un paralelo entre lo que enseñan estos y lo que está presente en la obra de Jacob Boehme. Añadimos también algunos trechos de los escritos descubiertos en Nag Hammadi, en Qumrán y en otros sitios, y penetramos igualmente en el contenido de los escritos de los primeros rosacruces quienes también admiraban a Jacob Boehme y todo lo que su iluminación generó como enseñanza iniciática cristiana y hermética. En esta oportunidad queremos también, ante todo, dar a conocer la enseñanza de este gran heraldo de la Luz, rosacruz, cristiano convencido, cabalista iluminado y mostrar algunos extractos de su vasta biblioteca a un público que lo conoce muy poco.

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PARALELO 1 ¿QUÉ ENSEÑAN LOS JESENIOS ACERCA DE LA ASTROLOGÍA?

Observemos el siguiente extracto del Prefacio del libro Aurora Naciente de Jacob Boehme: "ítem 1: Benévolo lector, yo comparo toda la Filosofía, la Astrología, la Teología, así como la fuente de donde ellas surgen, con un bello árbol que crece en un soberbio jardín de delicias. "ítem 9: Ahora bien, la naturaleza tiene en sí [en ese árbol] dos cualidades, y ello hasta el día del Juicio; una es amable, enteramente celeste y santa; la otra áspera, infernal y devoradora. "ítem 10: Estas dos cosas [o especies de cualidades] están ahora en el árbol de la naturaleza; y los hombres son formados de este árbol, y viven en medio de una u otra cualidad en este mundo, en ese jardín, sometidos a grandes peligros, expuestos ya al ardor del sol, ya a la 'lluvia', al 'viento', a la 'nieve'. "ítem 17: Mas, como el hombre tiende hacia las dos cualidades [o sea que tiende tanto a la naturaleza mala como a la buena], él puede unirse a lo que le place; porque él vive entre una y otra en este mundo; y las dos cualidades, buena y mala, están en él. En aquella en la cual se mueve, de ella es inmediatamente revestido, o bien de la fuerza santa, o bien de la fuerza infernal. "ítem 84: Yo le he dado a este libro el siguiente nombre: La 'Raíz', o la 'Madre de la Filosofía', de la 'Astrología' y de la 'Teosofía'. Para saber de qué se trata, observad lo siguiente: Por Filosofía, entiendo el poder divino; qué es Dios; cómo la naturaleza, las estrellas y los elementos son creados de la esencia de Dios, origen de todo; cómo son creados los cielos, la tierra, y el infierno, así como los ángeles, el hombre y el demonio, y todo lo que existe como 'criatura'; además, se considera también qué son las dos cualidades [la buena y la mala] de la naturaleza; todo ello basado en un fundamento real del conocimiento del espíritu, según el impulso y el movimiento de Dios. "ítem 85: Por Astrología, entiendo las 'Virtudes' de la naturaleza, de las estrellas y de los elementos; cómo provienen de esta fuente todas las criaturas; cómo estas mismas 'virtudes' [pasan de las estrellas al mundo y] estimulan, gobiernan y operan en todas las cosas, actuando de tal manera que el bien y el mal se hallen en este mundo y en él dominen; y cómo los reinos del cielo y del infierno en él subsisten." He aquí, en las palabras de Boehme, lo que los Jesenios, entendemos por Astrología. Como él mismo afirma en el ítem 86 del Prefacio, "nuestro objetivo no es exponer el curso, el lugar y el nombre de todos los astros; ni hacer con ellos un horóscopo; ni tampoco mostrar cómo hacen anualmente sus conjunciones, u oposiciones, o cuadraturas, u otras cosas semejantes, que la astrología común acostumbra hacer y exponer, diciendo cómo circulan y operan cada año y en cada luna." Este no es de ninguna manera el objetivo de la Astrología Jesenia; a tal punto que, para evitar confusiones con el arte astrológico común, aquel que publica horóscopos en revistas y periódicos, y que predice el destino de los hombres según observaciones físicas a través

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de telescopios y mapas astrales, damos a nuestra ciencia el nombre de Astrosofía. Ese término, muy desconocido por el esoterismo en general, se presta por tanto, para nombrar a nuestra ciencia de observación de la forma en que el Poder Divino del Espíritu de la Luz, bajo la forma de cualidades buenas, lucha en el corazón de los astros con las cualidades malas, para hacer afluir hacia nuestro planeta de las sombras (ese es el nombre que el profeta Isaías le da en su libro, capítulo 9) esa naturaleza buena; y el modo en que la naturaleza mala actúa también en el seno de los planetas y de los astros, formando el flujo de la naturaleza infernal o Fatum (destino horoscópico), tal como lo denomina Hermes Trismegistos en su libro Poimandrés. En una gran y profunda exposición, en su libro De Signatura Rerum (la señal de las Cosas), capítulo XI, Boehme lleva al lector a una aproximación sin igual de los secretos de la Astrosofía. De todo cuanto allí se encuentra escrito, escogemos el siguiente apartado: "De Signatura Rerum – XI, ítem 65: También el filósofo puede tener su cuerpo en este valle de lágrimas y liberarlo de la enfermedad, hasta la constelación más alta de Saturno." Boehme está hablando de la operación alquímica, del proceso espiritual por medio del cual el discípulo o filósofo puede, estando aún bajo el dominio de las estrellas en sus cualidades astrales malas, liberar su cuerpo material de la enfermedad de la Caída, es decir de la enfermedad del error y de la vida surgida de las actitudes impías y marcada por la naturaleza mala (o Fatum), y pasar al estado que Boehme, en su libro Aurora Naciente, denomina árbol de la naturaleza de las cualidades buenas, haciéndole dar buenos frutos. Evidentemente, debe quedar claro que, en ese caso, el cuerpo material, incluso tras haber sido limpiado de las enfermedades y de los efectos de la Caída, no es apto para ser llevado al mundo futuro y espiritual, al Reino de Dios, puesto que, aún siendo puros, la carne y la sangre no pueden entrar en el Reino del Espíritu. Boehme sólo desea en este ítem de De Signatura Rerum aclarar que el cuerpo puede, por medio de un proceso alquímico, ser limpiado de las influencias infernales que bullen en el corazón de los astros y de las estrellas y, vaciado de estas fuerzas, adquirir la condición para liberarse de las enfermedades y sostener al alma en su búsqueda de la Verdad y de la liberación final. En esa liberación final, el alma, revestida con otro cuerpo, luminoso e imperecedero, abandona el de la materia terrestre y mortal, para entrar en los dominios de la Luz de Dios. Ese proceso u operación alquímica, Boehme, inspirado en la Cábala, lo llama 'Redención' y, apoyándose en la Alquimia, 'Transmutación'. Al referirse a ese arte de la transmutación, o proceso espiritual de Redención, Boehme profiere las siguientes palabras en el libro La Vida Suprasensible –Diálogos entre un Discípulo y su Maestro–: Cap. II – 16. DISCÍPULO: Ahora entiendo que la principal causa de la ceguera espiritual, de quien quiera que sea, es permitir que su voluntad entre en algo exterior o en su propia obra, de naturaleza buena o mala, y ponga su corazón o sus afectos en la obra de sus propias manos o de su propia mente. Comprendo que cuando el cuerpo terrestre perece, el alma queda prisionera de ese afecto en el que se permitió

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entrar. Entonces, en la muerte, cuando ya no habita en la luz de este mundo, si la Luz de Dios no está en el interior de esa alma, ella sólo podrá estar en una prisión oscura." Al respecto, los Jesenios han insistido mucho en el hecho que en esta Era de Acuario el mayor error del hombre que quiere buscar la verdad será el de implicarse en grandes obras, ya sean construcciones para bien o para mal, y dejar que en ellas se pierda su corazón, distrayendo sus fuerzas, entregándoles su afecto, y apegándose a sus propios proyectos personales, a sus grandes realizaciones. Sin duda, muchos están obrando maravillosamente en este momento, y construyendo bellas obras en la materia, buscando justificar toda esa construcción a través de nobles motivos espirituales e infinitas razones de modo que sus proyectos sean valorados como obras de un corazón inspirado en los ideales filosóficos más elevados; sin embargo, en lo que concierne a la Verdad, su corazón está enteramente perdido en esto, y su voluntad e intención enteramente orientados hacia la vanidad personal y la vanagloria, lo cual los arruina por completo para el proceso espiritual de la Redención. ¿Cuál es la razón de que este sea el mayor error del hombre moderno en su búsqueda de la Verdad? Los motivos son Astrosóficos. En Acuario el planeta Urano destruirá todo lo que ha sido construido con un corazón orientado hacia la vanagloria, envuelto por la vanidad, la ostentación y el lujo. Y las obras fastuosas serán la principal piedra de tropiezo de aquellos que no quieran buscar en la sencillez y la humildad el camino espiritual. El camino espiritual acuariano, dinamizado por la poderosa fuerza de Urano, se caracteriza por ser simple, práctico, muy humilde y poco dispendioso. Con relación a esto, la vida, los proyectos y las realizaciones de Jacob Boehme así como su pobreza social, en contraste con su gran riqueza espiritual y su vastísima iluminación profética, son una señal inequívoca de que ese gran instructor de la Verdad vivió bajo el dinamismo de la fuerza de Urano. Ese espíritu uraniano profético que se respira en Boehme y en sus obras, hace que su legado sea un precioso tesoro espiritual para esta Era Acuariana. Esto explica por qué nosotros, los Jesenios, nos apoyamos y nos inspiramos enteramente en su legado.

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PARALELO 2 ¿QUÉ ENSEÑAN LOS JESENIOS ACERCA DE LA MAGIA?

Leemos las siguientes palabras de Boehme en el libro De Signatura Rerum: "Capítulo VII, ítem 38: Ahora bien, deseamos penetrar en todo el proceso [de redención] de Cristo; [queremos] ir con él desde la eternidad hasta el tiempo y desde el tiempo hasta la eternidad. [Queremos] reintroducir los milagros del tiempo en la eternidad, y presentar abiertamente la perla, para gloria de Cristo y vergüenza del diablo: los que duermen son ciegos, mas los que velan verán las flores de mayo. “39 – Cristo decía: ‘Buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá’. Él también nos ha dado la parábola del Buen Samaritano. Esa parábola es una representación abierta de la corrupción humana y de la tierra, maldecida por Dios. “40 – Si quieres ser un mago, haz como este samaritano; de otra manera no sabrás curar lo que está herido. Pues el cuerpo del paciente está medio muerto, su verdadero vestido le ha sido arrebatado, de manera que no se le puede conocer sino difícilmente, a menos que poseas los ojos y la voluntad del Samaritano. “41– Esto es: la palabra eterna se manifiesta en Adán con la divina esencia viva por el Mercurio celeste; mas cuando el fuego de su alma infectó, por medio del diablo, al espíritu de su voluntad, y lo convirtió en sustancia terrestre mortal por la propiedad de la serpiente, el Mercurio celeste desapareció de la esencia celeste, el alma buscó al Mercurio frío, y el espíritu de Adán quiso poseer la ciencia del bien y del mal. “48 – Mas ¿qué se enseña aquí al mago? Él quiere hacer milagros con Cristo y regenerar el cuerpo corrupto, y para ello es necesario que sea bautizado primero ese cuerpo. El cuerpo tiene hambre del pan de Dios, y esta hambre contiene el Fiat de la nueva generación, el Mercurio. El artista debe comprender esto mágicamente: es preciso que Dios y el hombre se reúnan para ser bautizados, como ocurrió con Cristo.” Esta es la magia que el Jesenio quiere practicar: dar a su cuerpo material la semilla de la regeneración, de la transmutación, de tal forma que viva con su cuerpo en un estado en el cual por lo menos las tendencias hacia el mal sean erradicadas, y que la Perla enterrada en él pueda irradiar su fuerza y dirigir el proceso del Cristo, el proceso de la redención humana. Boehme compara el trabajo del Mago cristiano con el del Buen Samaritano, de la parábola de Jesús. Este mago encontrará a su cuerpo, como una masa material medio muerta y muy herida, en el descenso por las escaleras hacia Jericó, es decir, en su existencia en este mundo terrestre, en este valle de lágrimas. Este cuerpo es de hecho un depósito de deseos y tendencias hacia el mal, y cada una de las obras dinamizadas por él es como una herida mortal, sangrante, hedionda y llena de pus. La pus y el hedor son, por sí mismos, un veneno que a su vez causa aun más sufrimiento y dolor al alma, la cual, en medio de tales sufrimientos y tormentos, pierde toda posibilidad de poder contemplar su perla, es decir, su naturaleza más central, divina y luminosa, su corazón dentro del cual mora la Joya en el Loto.

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En este mundo terrestre (que Boehme llama “valle de lágrimas”), el alma toma un cuerpo material compuesto por los elementos caotizados a raíz del error cometido por la Caída de Lucifer. Ese caos es su constante fuente de vida dolorosa y corporalmente herida, llena de pus. Su propia caída es también fuente de dolor, y por ello el Rosacruz Karl von Eckhartshausen, en su libro La nube sobre el Santuario dice lo siguiente: “El estado de dolor de los hombres es un verdadero envenenamiento; el hombre comió del fruto del árbol en el cual el principio corruptible y material predominaba, y por ese gozo se envenenó. “El primer efecto de este veneno fue que el principio incorruptible, que podría ser llamado el cuerpo de vida, así como la materia del pecado es el cuerpo de muerte, cuya expansión constituía la perfección de Adán, se concentró en el interior y abandonó el exterior al dominio de los elementos. De este modo la materia mortal cubrió entonces a la esencia inmortal, y las consecuencias naturales de la pérdida de la luz fueron la ignorancia, las pasiones, el dolor y la muerte.” La Magia y la Alquimia que los Jesenios practican es únicamente esta: liberarse de la enfermedad de la Caída a través del Misterio redentor de Cristo, el cual es el mismo propósito de la Alquimia y de los Misterios antiguos, los cuales hablaban de la total transformación del hombre-materia, dotado de un cuerpo material corruptible, animal y medio muerto, en Hombre-Espíritu, poseedor de un cuerpo de vida inmortal e incorruptible. Al comienzo del discipulado Jesenio debemos tener en mente precisamente ese cuerpo que sangra muy dolorosamente, lo cual significa que deberemos combatir, en una primera etapa, nuestro estado elemental corpóreo y nuestra sangre arruinada, enferma. El hombre que es atendido por el buen Samaritano está, en ese primer momento, medio muerto y desmayado a la vera del camino de la vida terrestre impía. Boehme dice lo siguiente al respecto en su obra Mysterium Magnum, capítulo LXVIII: "ítem 4 – Pero como los elementos están privados de razón y, aparentemente no son más que una figura bestial, el espíritu astral sólo puede contemplarse en esa forma de criaturas terrestres [animalescas y destituidas de razón]. [En el caso del cuerpo material humano se da la misma configuración animalesca y sin razón] a menos que el espíritu del alma se actualice con el espíritu astral, porque entonces es modelado según los propósitos del alma y en la verdadera forma natural. Porque sólo el alma tiene los verdaderos ojos humanos; el espíritu astral [antes de ser remodelado por el alma] no tiene más que una apariencia bestial y ve a la manera de los animales. "ítem 5 – En efecto, hay una gran diferencia entre, por un lado, un alma pérfida, la que cotidianamente no asume otra forma que la bestial y no desea otra cosa, y, por otro lado, un alma divina, en la que el Espíritu de Dios se manifiesta: las imaginaciones [del alma divina] son mágicas y, por tanto, diferentes a las del espíritu astral. Por su parte, el animal sueña fantasías [irreales] (al igual que el cuerpo bestial humano sueña también irrealidades, cosas sin fundamento alguno), aunque ella también tiene en sí una constelación [en el espíritu astral, es decir, en su horóscopo o mapa astral], ya sea en el Bien o en el Mal, allí donde el espíritu astral reside en él; pero como allí sólo hay un

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animal, el modelo de imaginación [no se presenta de modo mágico verdadero sino que] hace de la alegría un sufrimiento, y del sufrimiento una alegría [dando configuración a una vida imaginativa bestial y desprovista de razón]. Quien conoce bien y extensamente la literatura y las instrucciones secretas de la Alquimia, así como la vasta literatura de Hermes Trismegistos, sabe que Boehme está, en estos dos ítems, revelando profundamente el "Arte o Magia de la Transmutación", y dejando un verdadero legado espiritual, formando entre la Biblia y la Tradición Hermética un lazo sin igual, mostrando incluso que Cábala, Alquimia y Astrosofía son ciencias complementarias, las que aparecen en los escritos de este sabio alemán a cada instante, algunas veces muy claramente, como en el texto arriba citado, y otras de manera simbólica y de difícil interpretación. El tema abordado por Boehme es de una actualidad sin igual proyectándose de un modo sin par hacia el futuro. Por ejemplo, muchos grupos esotéricos de la actualidad giran en torno al tema de los "sueños". Algunos le dan muchísima importancia a su análisis, influenciados incluso por la psicología de Jung, mientras otros rechazan con verdadero horror el tema, al punto de exigir a sus participantes que ni siquiera les presenten la más mínima atención, eliminando cualquier iniciativa que intente retomar tales temas o relacionarlos con la astrología. Boehme, no obstante, no sigue ninguna de estas tendencias, sino que revela tanto la verdad que subyace en los sueños del hombre bestial, mostrando cómo en él la agitada naturaleza de la mezcla d el bien y del mal en su cuerpo astral, donde mora su configuración horoscópica impía, como la verdad del discípulo cuya alma está recorriendo la senda iniciática hermética, el "Arte o Magia de la Transmutación". En este discípulo se presenta un remodelamiento del cuerpo astral y una reestructuración de los cuatro elementos, de tal forma que sus sueños se convierten en frutos de una verdadera "Magia Astral". Este es el estado de la primera etapa del proceso de Redención del hombre, durante la cual su cuerpo herido y su sangre son conducidos al estado Juan, al estado en que se realizará un bautismo y una muerte de su yo sanguíneo, el cual vive de los siete errores de los siete metales sanguíneos impíos, es decir del plomo de la ceguera y de la ignorancia, del estaño de la vanidad, del cobre del libertinaje y de la gula, del hierro de la cólera, del mercurio del pensamiento que premedita el mal, de la plata del orgullo y del egoísmo, y del oro de la lujuria y de la ostentación. En una segunda etapa, cuando ese yo juanista disminuye, al punto de perder la cabeza (es decir, habiendo alcanzado tal grado de curación y de bautismo sanguíneos de modo que el cerebro puede entonces recibir las fuerzas de la Joya en el Loto), el yo cerebral comienza a morir. Él muere así detrás de la frente, y en el sistema microcósmico aparecen Jesús y los doce discípulos, es decir, los doce pares de nervios craneanos inflamados por la fuerza del Zodíaco Apostólico del Logos, y el círculo de fuego, o anillo de luz, de la pineal se entrega por completo al proceso de la manifestación del estado crístico en nosotros. (Este es el estado que representa la plenitud del Misterio Sellativo de la Unción).

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Es durante esta segunda etapa que ocurren los procesos que Boehme describe como el soñar del alma que concibe y busca un camino espiritual. Este soñar es una Magia Astral positiva y liberadora, por oposición al soñar del alma común aprisionada enteramente en la inferioridad de su estado caído, la cual constituye una irrealidad y una fantasía total sin ningún fundamento. En tercer lugar, acontece la muerte de los siete sepultureros que viven a lo largo de la columna vertebral y a partir de las siete cámaras cerebrales. Esto significa que con el surgimiento de Jesús y de las doce fuerzas apostólicas en el sistema cerebral, los siete chakras son profundamente tocados para que giren de forma que ya no estén ligados al tiempo ni dentro del reino impío zodiacal de los eones, sino en la eternidad. Estos chakras se transforman pasando de ser serpientes a convertirse en siete diáconos cuidadores de las Viudas (Hechos, capítulo 6). Así pues, en esta tercera etapa nacen las siete rosas sobre la cruz del discípulo (Este estado es la plenitud del Misterio Sellativo de la Redención o Transfiguración). En la cuarta etapa, , mediante la muerte del yo de la columna vertebral, cuya sede es el hueso del cóccix y el santuario pélvico, surgen los treinta y tres diáconos cerebrales. Con esta muerte desaparece en el ser de discípulo todo el ser de la rueda del karma, toda su formación aural interna en la que se han asentado sus experiencias y legados de las otras vidas de las personalidades que habitaron anteriormente el ser microcósmico, y surge entonces, de las partes genitales, aquello que los hindúes conocen como kundalini, para subir e ir al encuentro en el cerebro de la otra fuerza que ha surgido del corazón, la fuerza de la Joya del Loto. (Este es el proceso que, junto con el resurgimiento de las funciones originales del hueso esternón con relación al corazón y las clavículas, los hombros, los brazos y las manos, se manifiesta en su como el renacimiento del estado andrógino primordial anterior a la Caída: el Misterio de la Cámara Nupcial). Esta es la Magia que los Jesenios practican, a la que Boehme denomina Magia del Buen Samaritano, y que revela a través de un lenguaje de misterios, el cual mezcla el lenguaje de la Cábala con el de la Alquimia y la Astrología. Y esta es la Cábala, la Alquimia y la Astrología que los Jesenios practican, las cuales intentan estudiar para comprender los procesos de los Misterios liberadores. Cuando Jacob Boehme recurre a la Cábala para tratar estos temas, se acerca mucho a los libros secretos de la Gnosis judía. Entre ellos, al Sepher haZohar, en el cual la cuestión de los sueños y la cuestión de la victoria sobre el espíritu astral de la irrealidad y de la fantasía son también tratadas y reveladas en relación con el proceso de transformación por el cual el hombre-materia, y toda su estructura bestial elemental y astral, toda su estructura mental configurada por la actividad impía del cosmos que se manifiesta en su agitada naturaleza en el bien y en el mal, en su actividad opuesta a la Luz, adquiere una estructura capaz de dejar surgir y desarrollarse al Hombre-Espíritu, al verdadero Hombre original, llamado en la Gnosis cabalística Adam Kadmon. El Sepher haZohar, como documento de la Gnosis judía, traza magníficas pinceladas no sólo sobre el tema de la actividad mágica de los sueños del hombre común, del hombre que se encuentra herido y desmayado al borde del estado de vida inferior y enferma de la

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humanidad caída, sino también del hombre que recorre la senda de los misterios liberadores, así como de muchos otros temas, siguiendo un hilo de instrucciones que sin duda alguna puede ser reconocido en los escritos de Boehme. Negar este hecho es demostrar una ignorancia tanto de los escritos de este alemán iluminado como de las cuestiones y temas de la Cábala. En relación a la Cábala, los Jesenios sólo se vinculan con los tres grandes tratados de esta Gnosis: el Sepher Yetsirah (obra del siglo II d.C.), el Sepher haBahir (siglo IX d.C.) y el Sepher haZohar (que son un conjunto de piezas literarias, algunas muy antiguas, que se remontan unos siglos antes de Cristo, o a los primeros siglos después de Cristo, y otras que son más tardías, correspondientes a los siglos XII y XIII d.C.). Más allá de este conjunto lo que aparezca bajo el título de "Cábala" no tiene interés para nosotros de cara al desarrollo de nuestro cuerpo de enseñanzas.

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PARALELO 3 ¿LOS JESENIOS PRACTICAN MAGIA O YOGA SEXUAL?

Después de lo que dijimos en el paralelo anterior podemos ahora centrarnos en nuestra descripción de la Cuarta y última etapa del proceso de los Misterios Gnósticos liberadores en la que surgen los treinta y tres diáconos vertebrales. Así podremos apreciar este extracto del capítulo LXVI del libro Mysterium Magnum de Jacob Boehme,:

“ítem 1– La Bellísima figura de José de Egipto; él es vendido a Putifar; lo que aconteció en seguida con José; su castidad y su temor a Dios.

“ítem 2 – La historia de José de Egipto nos prefigura la de un verdadero cristiano, mostrándonos cómo es y qué constituye su vida en este mundo...

“ítem 14 – Escucha ¿eres un cristiano? Entonces has muerto en Cristo y te has desatado de la pérfida voluntad de Adán y del orgullo del diablo...

“ítem 32 – Moisés continúa diciendo, a propósito de José: ‘Y después de esa historia, sucedió que la mujer de su señor puso sus ojos sobre José y le dijo: ¡Acuéstate conmigo! Pero él se rehusó y le dijo: Mira, mi señor no me esconde nada de lo que está en su casa; todo lo que él posee lo puso en mis manos, y nada es tan importante en la casa que él me lo haya ocultado, aparte de ti que eres su mujer. ¿Cómo podría yo ahora causarle mal tan grande y pecar contra Dios? Pero ella repetía todos los días estas palabras a José aunque él no le obedecía y no quería ni acostarse con ella ni permanecer con ella”. Esta es una imagen poderosa de la forma en que acontecen las cosas con los hijos de Dios cuando ellos obtienen a través del renacimiento [astral] el gobierno divino [y lo ejercen en el control de su cuerpo de carne y sus tendencias naturales], porque ellos deben de allí en adelante, en esta casa de carne y en esta prisión adámica, actuar con su gobierno santo y bendecido; y como el alma humana [en su Caída del Edén] tomó a esta mujer lujuriosa e impúdica [simbolizada por la mujer de Putifar] en el espíritu de este mundo y en un deseo bestial de la carne y de la sangre. Esta mujer lujuriosa se dirige ahora al púdico José y quiere, sin cesar, provocarlo y atraerlo a la lujuria, a fin de que el nuevo hijo de la Virgen se entregue de nuevo a la impudicia con la meretriz bestial, así como Adán lo hizo [en el Edén, desencadenando con esta acción su Caída]. Y de ese concubinato nació la Eva terrestre con la cual, de ahí en adelante, se prostituyó según la manera [sexual] de los demás animales.

“ítem 33 – Esta Eva lujuriosa se encuentra aún hundida en la carne y en la sangre de los hijos de Dios. Ella es el alma animal, es decir, el espíritu mortal, lleno de concupiscencia e impureza, en cuyo seno el diablo sembró su especie [o naturaleza] ofídica y por causa de ella el cuerpo debe morir [en sus tendencias negativas] y perecer. De la misma forma es preciso que este espíritu bestial sea destruido y entre de nuevo enteramente en su madre, de donde salió en el comienzo.

“ítem 38 – Tales son las palabras de la prostituta Putifar... Esta prostituta dice en la carne, sin cesar, al alma [que quiere regresar y permanecer en el estado varón-hembra

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del Paraíso, en el estado de Adán anterior a la Caída]: ‘Acuéstate, pues, conmigo’; y ella repite todo el día estas palabras, a fin de conseguir excitar la concupiscencia de José, es decir, del nuevo hijo, para que el alma muerda el anzuelo y el nuevo hijo, con su bella corona, sea mancillado.”

En esta cita de las palabras de Boehme escritas en este magnífico libro Mysterium Magnum tenemos una muy hermética enseñanza, muy similar a la de los cristianos gnósticos, acerca del verdadero proceso o Misterio de la Redención divina. José prefigura al discípulo que queriendo recuperar por completo el estado adámico paradisíaco, el estado del Hombre original, vive en el momento presente de su vida terrestre la triste realidad de poseer un alma atrapada en un cuerpo material lleno de tendencias negativas, de heridas y de sangre arruinada. El estado hominal paradisíaco, el estado que la Cábala denomina Adam Kadmon, daba al hombre de entonces una condición andrógina, un estado de varón-hembra. El cuerpo bestial o animal, no existía como realidad para la humanidad en ese estado. Cada ser humano era en aquella época varón-hembra o, en el lenguaje de Boehme, una virgen masculina. Esta virgen masculina no poseía órganos genitales animales para realizar la reproducción sexual tal como la conocemos en esta vida y existencia actual, terrestre y caída. Fue el deseo de ese tipo de actividad sexual de un macho separado de una hembra, y en forma animal, carnal, lo que llevó a la onda de vida humana en el Edén a sufrir su Caída.

Boehme dice que el hombre recibió sus órganos genitales en el momento lamentable de su Caída, y que para recuperarse de ella y regresar al antiguo estado humano paradisíaco, al estado varón-hembra, deberá abandonar el deseo de reproducirse por medio de estos órganos bestiales. En efecto, Boehme dice en el ítem 46 de este capítulo del Mysterium Magnum: “Cuando este nuevo y púdico hijo de la virgen que está en el espíritu del Cristo ve aproximarse a él a esta meretriz en la carne y en la sangre, y que el deseo [carnal] de ella se apodera de su castidad, él huye de la casa, lo que quiere decir que este hijo de la virgen se oculta en su principio y no puede, en absoluto, aproximarse al alma, porque el alma está manchada por el veneno de esta prostituta, la que ella emitió en su concupiscencia: es con este poder que la pureza divina se preserva de la vanidad diabólica ofídica.”

Jacob Boehme más adelante, en este mismo libro, en un tono bastante profético – y que se torna muy actual y adecuado para describir muchas acciones de los hombres impíos e hipócritas de este principio de nuevo siglo – , pasa a describir qué tipo de trampa prepara para el casto José la mujer de Putifar, y dice que estas trampas son propias de aquellos a quienes les disgusta ver surgir un noble cristiano emparentado con el casto José, que recibe de la Luz mayor el gobierno y la verdadera condición de fundar en la materia una verdadera comunidad cristiana, dedicada completamente a la realización de los Misterios de Cristo.

En los ítems 50 y 51 leemos:

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“50 – Y Moisés continúa: ‘Y la mujer de Putifar puso su vestido al lado de ella hasta que llegó su marido, y ella le dijo estas palabras.

“[Recordemos aquí que José, al ser sometido por la mujer de Putifar, y obligado a realizar con ella actos libidinosos, huyó desnudo, dejando su manto tras de sí]. En esta figura, nosotros vemos ahora la perfidia del mundo, que recompensa con mentiras a sus fieles siervos cristianos. José había dirigido fielmente toda la casa y todo el que pasaba por sus manos progresaba. Mas, al no querer prostituirse con esta meretriz ni pervertirse con ella, ésta pensó en atentar contra su cuerpo, su vida [así como contra su integridad moral y espiritual], y buscó manchar pérfidamente su honra, ya que no había podido atraparlo mediante astucia y deseo demoníaco.

“51 – Esto nos muestra por tanto de qué manera un verdadero cristiano tiene crueles enemigos [dentro de la propia casa donde antes gobernaba bien todas las cosas, y donde antes todo era realizado con espiritual voluntad y cuidadoso discipulado] viéndose por todas partes rodeado de adversarios; e incluso, si conociese un feliz poder temporal y gozase del favor y de la complacencia de muchos hombres, no debería, no obstante, confiar en ello, ya que la serpiente diabólica crea sin cesar trampas para hacerlos caer. En efecto, lo que ella misma no puede en la carne y en la sangre contra los hijos de Dios, lo logra mediante artimañas, de suerte que los hijos de Dios son pérfidamente traicionados, y esto precisamente por causa de su temor a Dios y su piedad.”

Estos dos ítems nos muestran muy bien el proceso de los Misterios de Redención profesados por todos aquellos que desean retornar al estado macho-hembra del Paraíso, y también hasta qué punto son, en su integridad espiritual y en su grandioso y diligente deseo de abandonar la voluntad animal del cuerpo material, acusados de todo tipo de perfidias.

Todo aquel que pone sus pies en el camino en dirección al Paraíso, en el camino hermético espiritual, sufre por parte de sus enemigos todo tipo de acusaciones que atentan contra su integridad moral y espiritual, y multitud de trampas son concebidas para que este pariente de José de Egipto, este hombre con capacidad hierofántica, es decir, con capacidad para ayudar a otros buscadores de la Verdad a encontrar el camino de vuelta al Edén, sean victimados por todo tipo de acusaciones y de difamaciones.

Pero él sigue firme en dirección al Misterio de la Androginia hermética. En este estado, como revela el Cristo en el Evangelio Gnóstico de Tomás, no existe la propuesta de ninguna actividad carnal bestial, ninguna abstinencia forzada por la voluntad, ningún acto que resulte del mundo psíquico del ego. ¡Por el contrario! Por efecto de la fe gnóstica y de la gracia del auxilio de Dios, de la misteriosa gracia de la Sabiduría divina, se desea la neutralización de toda acción deseosa de la carne, representada en la historia de José de Egipto, por la mujer de Putifar. AL respecto leemos en el Evangelio de Tomás:

“Dicho 114: Simón Pedro les dijo: ‘Que María sea alejada de nosotros, pues las mujeres no son dignas de la Vida’. Jesús, sin embargo, replicó: He aquí que la guiaré para convertirla en varón, para que ella se vuelva así espíritu vivo semejante a vosotros,

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hombres. Pues toda mujer que se convierta en una virgen masculina entrará en el reino de los cielos.”

¿Quién se dispone a auxiliar a María Madalena? ¿Su proprio ego? ¿O el principio-Jesús, su chispa gnóstica cardíaca? Este evangelio deja claro que el verdadero auxilio debe ser buscado en la semilla-Jesús escondida en el Loto del corazón. Es en este lugar, y en su actividad junto a la sangre y al hueso esternón, que reside el principio del proceso de transformación de María en una virgen masculina.

Y, complementando este tema, queremos mostrar el siguiente pasaje de Aurora Naciente de J. Boehme:

“cap. VI, ítem 12 – Mas no se debe entender esto de modo terrestre; pues un ángel no tiene intestinos. Además, tampoco tiene carne, ni huesos; sino que él es una aglomeración de la ‘virtud’ divina, de la misma forma y según el mismo modo que el hombre y todos los miembros del hombre, excepto aquellos de la generación [sexual] ni tampoco el orificio inferior que él, por lo demás, no necesita.

“13 – Porque el hombre recibió sus órganos de generación [sexual] así como el orificio inferior, en el mismo instante de su lamentable caída. Del ángel sale apenas la fuerza divina, que él recibe con la boca. Así, él enciende su corazón, y el corazón abrasa todos los miembros; y lo exhala enseguida, por la boca, cuando habla de Dios y lo alaba.”

Por consiguiente, los jesenios, inspirados en Boehme y en los antiguos cristianos gnósticos, no practican ninguna actividad sexual espiritualizada, pues consideran que, de este modo, estarían prostituyéndose con “la mujer de Putifar”. Al contrario, evitan forzar la naturaleza humana. Pero cuando sienten que en la carne y en la sangre se eleva con fuerza la voz de esta “mujer de Putifar”, no la recriminan, ni la someten a ningún tipo de ejercicio yóguico, sino que, conociendo bien el camino alquímico sugerido por Boehme, dejan a la naturaleza corporal en su propia forma de ser y se refugian en el principio oculto por encima del alma animal, indicado en las Escrituras como “cárcel del Faraón”.

De todo cuanto es muy hermético en este camino alquímico sugerido por Boehme y practicado por los jesenios, tenemos que decir que en él no existe ni actividad sexual espiritualizada ni abstinencia forzada y guiada por la naturaleza común de la voluntad humana, aunque en algunas ocasiones hayamos citado, en nuestra literatura, al Tantra Yoga y lo hayamos comparado con el libro de la Torah llamado Levítico. Hicimos esto con el fin de mostrarlo como un proceso del pasado, completamente obsoleto como vía espiritual liberadora en los actuales tiempos acuarianos.

En relación a esto no debemos olvidar que los jesenios sondean proféticamente toda la vasta literatura sagrada mundial, reteniendo aquello que es aplicable en Acuario. En su modo libre de guiar a los buscadores de la Verdad, ellos apuntan hacia Pablo como arquetipo del Hombre Espiritual, quien testimonió incomparablemente en este aspecto con las siguientes palabras: “Leí todo y retuve solamente lo que era bueno.”

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PARALELO 4 SI LOS ESENIOS DICEN ESTAR ORIENTADOS HACIA ACUARIO Y HACIA EL FUTURO ¿POR QUÉ SE APOYAN TANTO EN LOS ROSACRUCES DE LA EDAD MEDIA, EN BOEHME Y ECKHARTHAUSEN, QUE VIVIERON EN LOS SIGLOS XVII Y XVIII D.C., E INCLUSO EN OTRAS COMUNIDADES ESOTÉRICAS MÁS

ANTIGUAS COMO LA DE LOS CRISTIANOS GNÓSTICOS DE NAG HAMMADI Y DE LOS ESENIOS? ¿NO ES ESTO UNA CONTRADICCIÓN?

Leemos en el Evangelio Gnóstico de Tomás (hallado en Nag Hammadi): “Dicho 88: Jesús dijo: ‘Los Ángeles vendrán hacia vosotros, así como los profetas, y os darán lo que es vuestro. Y vosotros debéis darles lo que tuviereis en las manos, preguntándoles: ‘¿En qué día vosotros habréis de venir a buscar lo que es vuestro?’” Los profetas fueron los únicos hombres del pasado remoto que previeron el presente. Y esta antevisión puede ser entregada a nosotros, en el presente, como una joya que nos pertenece. Nosotros, no obstante, debemos reconocer, en el gran caudal de las enseñanzas antiguas, qué se presta a ser practicado en el presente y qué se ha vuelto obsoleto y no debe ser ya más practicado. Los esenios practicaban la circuncisión y el bautismo. La circuncisión, como una antigua Alianza con Dios, de la Divinidad con Abraham, y el bautismo, que se anticipaba a los días futuros que ellos esperaban como los días del Mesías manifestado en Israel y en el mundo. Los jesenios, al contemplarse en ellos, no practican la circuncisión pues saben que ya no constituye un método liberador moderno, pero practican el bautismo que los esenios observaron en sus visiones proféticas del futuro como el método mesiánico liberador de la Era de Piscis y de Acuario. Los esenios practicaban, por un lado, la Ley de Moisés, y por otro, los Cinco Sellamientos de los Misterios: el Bautismo, la Refección Sagrada, la Unción, la Redención (también llamado de Transfiguración o Transmutación) y la Cámara Nupcial (también llamado Bodas Alquímicas). Los cinco Misterios Sellativos eran practicados como una prefiguración de los días futuros en los que se manifestaría el Mesías y su Reino divino. Los jesenios, con relación a esto, no siguen la Ley de Moisés, la Ley del Antiguo Testamento, sino que practican los Cinco Sellamientos de los Misterios y, por ello, conducen a todos sus participantes y miembros al bautismo, a la unción, a un encuentro en grupos entre dos y doce personas para la reunión de Refección Sagrada, y estudian y practican el proceso de los Misterios de la Redención o Transfiguración y los Misterios de la Cámara Nupcial o de Bodas alquímicas. Los jesenios enseñan que los Misterios de la Cámara Nupcial, los Misterios que transforman al alma humana en virgen masculina, en varón-hembra o andrógina, se ocultan en el corazón, en la sangre y en el conjunto de huesos del esternón, de las clavículas — o pequeñas llaves — y del omoplato. Y afirman que allí se ocultaron, o encogieron, las alas del ángel adámico del comienzo, del Adán Paradisíaco, y que sobre este conjunto de huesos Isaías profetizó: “(IS 22:22) - Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro, y abrirá, y nadie cerrará; y cerrará, y nadie abrirá”. E Isaías también dice:

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“(IS 9:6) - Porque un pequeño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y el principado está sobre sus hombros, y se le llamará por su nombre: Maravilloso Consejero, Dios Fuerte, Padre de la Eternidad, Príncipe de la Paz.” Y finalmente, en el libro del Génesis, una aún más antigua y misteriosa profecía nos muestra cómo el hombre, en su error, cayó del Edén a un estado bestial, volviéndose como las bestias o los jumentos, como los animales divididos en dos cargas – es decir, en dos sexos –, quedando totalmente bajo el yugo y tributo de una existencia mortal y antidivina: “(GN 49:14) – Isacar es un asno de fuertes huesos, puesto entre dos fardos. (GN 49:15) - Y vio él que el descanso era bueno, y que la tierra era deliciosa, y bajó de su hombro la carga, y sirvió el tributo.” Los jesenios practican, por tanto, en este comienzo de la Era de Acuario, todo cuanto los profetas esenios vieron, en su época, que sería el proceso de liberación de esta época presente. En la literatura y en las prácticas de los esenios había, por tanto, mucho de lo que debería ser practicado en nuestro tiempo, y mucho de lo que constituía el proceso liberador válido solamente hasta el fin de la Era de Aries y el comienzo de la Era de Piscis. Cuando dirigimos nuestra mirada a sus escritos, a los descubrimientos de Qumrán, nuestro mebaker (hierofante) nos ayuda a descubrir aquello que es válido en la actualidad y aquello que ya no lo es. Este procedimiento también es aplicable a los legados de todos los demás grupos esotéricos, tales como los cátaros, los rosa-cruces primitivos, etc. En la literatura de Jacob Boehme, no obstante, tenemos un espíritu profético sin par, de tal forma que en sus obras encontramos las grandes señales reveladoras del proceso liberador acuariano. Y podemos ir a buscar allí en gran profusión los secretos de la práctica alquímica de liberación ideal para esta Era de Acuario. Es esta la razón por la que los jesenios aman tan profundamente a Jacob Boehme. En sus obras Boehme habla muy a menudo sobre el Bautismo como pieza fundamental del Misterio de la Redención del Mesías. Para él, nadie puede considerarse un verdadero buscador de la Verdad y seguidor del Mesías si no recibe este maravilloso Sello de Misterios como inicio de su camino espiritual. Por esta razón los jesenios no sólo quieren traducir, sino también leer y practicar cada una de las enseñanzas de los libros de Jacob Boehme. Allí ellos encuentran la más pura Gnosis y la más elevada Cábala cristiana, en cuyo cofre se ocultan las llaves del verdadero cristianismo esotérico liberador. Los jesenios estudian con celo el contenido hermético de la Biblia y aman en especial el Nuevo Testamento. Su interpretación, bajo la inspiración de la Cábala cristiana, no es nada literal y está completamente dedicada a investigar y profundizar la verdadera enseñanza del Cristo y de los primeros cristianos. Y, al buscar el contenido profundo de las Escrituras Sagradas, se admiran profundamente con el contenido evangélico de la enseñanza de Jacob Boehme y de los rosacruces clásicos. Tampoco pueden dejar de amar, en esta búsqueda del contenido verdaderamente esotérico de las Escrituras Sagradas, los escritos de Nag Hammadi y el Evangelio de la Pistis Sophia, donde encuentran la más elevada expresión acuariana del cristianismo gnóstico.

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De hecho, los jesenios aparecieron al comienzo de la Era de Acuario blandiendo en las manos esta poderosa literatura gnóstica del Evangelio de la Pistis Sophia, y no sólo este sino también otro evangelio, hasta entonces desconocido del público, denominado Evangelio Cátaro, un bellísimo texto gnóstico, lleno de elementos de Misterios apropiados para esta Era Acuariana. Allí el Cristo aparece como un poderoso hierofante enviado por la diestra misteriosa de la Divinidad, en primer lugar a los judíos palestinos, entre los que aparece viniendo de la “Comunidad de los Padres del Desierto” (expresión que se refiere, sin duda alguna, a los esenios) y luego al resto del mundo. Frente a estas diversas Escrituras Sagradas, los jesenios asumen una postura de indagación profética muy similar a la de Jacob Boehme, la cual podemos sondear en el siguiente texto: “Mysterium Magnum, cap. LXI, ítem 73 – Y el texto de Moisés continúa: ‘en seguida, Jacob se dirigió hacia Salem, la ciudad de Siquem, que está situada en tierra de Canaán (después de de dejar la Mesopotamia) e instaló su campo ante de la ciudad y compró un pedazo de campo de los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien monedas; y allí edificó sus tiendas y construyó un altar e invocó el nombre del Dios poderoso de Israel’. “En este texto, el Espíritu [profético divino] se aventura exactamente con la futura cristiandad; porque, tras su resurrección, Cristo condujo a sus hijos a Salem, es decir, a la salvación, a la unción del Espíritu, de la misma forma como Jacob condujo a los suyos a Salem y a la ciudad de Siquem, es decir, hacia los paganos. “ítem 74 – Y estableció su campo ante de la ciudad. Esto se comprende así: Cristo debía instalar su morada entre los paganos y establecer su ekklesia y su enseñanza fuera de los templos idólatras de los paganos, y comprar allí el lugar necesario para la edificación de su santa comunidad cristiana, ante los paganos, es decir que él debía comprar esta comunidad cristiana con la justicia de Dios al precio de su sangre, lo que efectivamente hizo [como Misterio de su crucifixión] delante de ellos; y edificar un altar en aquel lugar entre los paganos y anunciar el nombre de Dios de “Israel”, es decir, Cristo. “ítem 75 – Porque el nombre de ‘Siquem’ representa la comunidad cristiana [futura], y cómo ella debería permanecer en aflicción y miseria. De la misma forma que Jacob no estableció su morada sino a las puertas de la ciudad [pagana de Siquem], lo que indica nuestros días presentes y futuros, donde los hijos de Cristo no deben ser sino huéspedes extranjeros en este mundo y habitar como comensales de los paganos, de los poderosos y de los hijos de este mundo; mientras ellos tengan allí su morada, la comunidad de Cristo, que Cristo les compró al precio de su sangre, ellos no son sino extranjeros y peregrinos, y no habitan sino en el exterior de la ciudad de este mundo, en una tienda terrestre simple y transitoria, en la carne y en la sangre.” Los jesenios interpretan este texto de esta forma: aunque Boehme se está refiriendo a la historia de un patriarca que vivió cerca de doce siglos antes de la era cristiana, en el tiempo del Antiguo Testamento bíblico, su mente, inspirada e iluminada por el Espíritu de Dios, interpreta todo ello proféticamente, y él no ve allí sino una profecía de cómo, muchos siglos después, debería ser la comunidad cristiana. Esta historia se convierte así en un Nuevo Testamento que indica la forma en que los cristianos deberán proceder para

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organizar su comunidad, considerándola siempre como algo muy sencillo y pobre, extranjera entre las fuerzas, autoridades y hombres ricos de esta tierra, y cuan necesario es que esta sencillez habite fuera de los suntuosos templos paganos, como una tienda pobre de gitanos o de hombres sin patria y sin riquezas, sin llegar nunca a tener ricas posesiones, ni palacios ni construcciones lujosas, ni aparatos templarios extremadamente adornados con todo tipo de piedras, mármoles, vitrales, esculturas y formas arquitectónicas, luces, etc… Pues los cristianos deberían formar, con su unión, un campamento muy sencillo y humilde, como los que los nómadas, en su pobreza, levantan con el fin de pasar un tiempo en determinado lugar para luego desmontarlo y partir más lejos, sin apegarse a nada; ni a las columnas, ni a los arcos y tejados que constituyeron el lugar sagrado, ya que el mismo Cristo había profetizado en el evangelio: “habrá un tiempo en que los verdaderos adoradores adorarán en espíritu y en verdad, y no en templos de barro, piedra y madera”. Vemos en estas palabras de Boehme una orientación profética para que, en esta Era de Acuario, abandonemos toda y cualquier forma de cristianismo común o gnóstico templario y toda forma de organización que no sea la de campamentos de emergencia pobres y muy sencillos, para alinearnos directamente con la misma profecía del Cristo que señaló el tiempo en que los verdaderos adoradores adorarían en espíritu y en verdad, y no en templos suntuosos, confortables, con adornos magníficos y bellos vitrales, donde el espíritu de riqueza de los hombres de este mundo es el gobierno, y la suntuosidad un testimonio de su paganismo y de sus pérfidas intenciones comerciales. Por estos razón los jesenios rehúsan toda forma templaria de celebración de sus Misterios gnósticos, y buscan siempre un término medio entre lo práctico y lo simple velando día y noche para que las cuestiones financieras de sus grupos sean las más leves posibles de modo que nunca constituyan combustible para la suntuosidad, el lujo o la ostentación, que no sean fuente de discordia ni lleguen a ser un peso excesivo sobre los hombros de sus discípulos, sino, por el contrario, algo que no les impida alcanzar el estado de “gitanos o nómadas pobres en campamentos fuera de las ciudades-templos de este mundo”, alejados de los constructores de ciudades-templos y de los complejos edificios cimentados en el duro concreto de la materialidad. De esta manera, lo que Boehme leyó e interpretó proféticamente en la historia de Jacob, asentada en el Antiguo Testamento bíblico, constituye un evangelio actual, y se convierte, para los jesenios, en un Nuevo Testamento donde encuentran las directrices que le imprimen un carácter organizacional no templario a sus comunidades. Los jesenios no leen el Antiguo Testamento (ni ninguna escritura sagrada antigua), sino que, antes que todo, investigan exhaustivamente sus entrañas con un espíritu interpretativo profético, transformándolas todas en un Nuevo y vivo Testamento. En este don de escrutación de las escrituras habita aquella fuerza-Cristo de la que habla el Apocalipsis en los siguientes términos: “He aquí que hago nuevas todas las cosas” (Apocalipsis 21:5). Lo que hemos dicho en relación a las profecías de Jacob Boehme puede suscitar una pregunta: ¿en Acuario toda Orden esotérica que posee templos y rituales templarios

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debería ser considerada como una expresión pagana? ¿Debemos ver en estas Órdenes que utilizan el “templismo” ritual, una forma indebida de iniciación en la Nueva Era? Esto no es así, de ninguna manera. No debemos ver estas palabras proféticas como si estuviesen dirigidas a las nobles Ordenes templarias manifestadas en nuestro tiempo actual. La profecía que Boehme interpreta se dirige a toda aquella comunidad que quiera expresarse como una Escuela de Misterios gnóstico-cristiana, como organismo de la Fraternidad de Melquisedek manifestado bajo la protección del Gran Colegio de los Hierofantes de Cristo. Es a este tipo de Escuela de Misterios al que Boehme se dirige leyendo, con sus ojos videntes y proféticos, consejos muy acuarianos en el contenido del Antiguo Testamento. Las demás Ordenes son expresiones de los Misterios Egipcios, o del “templismo” salomónico (es decir, del “templismo” inspirado en el Templo de Salomón), o también expresiones de la tradición hindú, druida, griega, etc., que no se declaran como organismos afiliados a la Hierofanía de los Misterios de Cristo. Se trata también, en segundo lugar, de organizaciones bajo la égida del Corán islámico o de la Torah en su tradición cabalística puramente judía. Estos organismos no pretenden ser expresiones cristianas ni se inspiran directamente en Boehme, o en la Gnosis cristiana ni en la línea profética de Cristo, vinculando su noble arte de iniciación a otras ramas de la Sabiduría Universal. Por consiguiente, todo lo que los jesenios afirman en relación a una comunidad de Misterios cristiana no se aplica a ellos. No obstante, toda comunidad que declara ser una expresión comunitaria de Misterios de los Hierofantes de Cristo y que se vuelve hacia el pasado gnóstico-cristiano, hacia los Escritos de Nag Hammadi y hacia los Evangelios, así como hacia los profetas cristianos, tales como Pablo, los demás apóstoles y Boehme, procurando ser su espejo y representación moderna acuariana, precisa considerar seriamente los consejos anotados en el libro Mysterium Magnum, en especial los que aquí hemos citado. Todas las obras de Boehme son como un soplo profético del Espíritu Séptuple de Dios que se dirige a toda expresión acuariana de los Misterios gnósticos cristianos y contiene, clara e inequívocamente, recomendaciones y preciosas revelaciones que muestran a estos organismos el camino iniciático cristiano en Acuario. Es por esto que los jesenios se deleitan con las profecías de Boehme.

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PARALELO 5 ¿LOS JESENIOS PRACTICAN ALGÚN TIPO DE OCULTISMO?

¿LA CÁBALA NO SERÍA ACASO UNA FORMA DE OCULTISMO? ¿LOS JESENIOS PRACTICAN MANTRAS?

Es preciso que abordemos esta cuestión con gran cuidado y profundidad. Solo así podremos entender nuestra firme y clara afirmación de que NO PRACTICAMOS NINGUNA FORMA DE OCULTISMO. El camino iniciático propuesto por Cristo puede ser visto como una reforma profunda del camino iniciático de los esenios el cual, no obstante, podemos destacar con gran énfasis. ¿Qué proponían los esenios como camino iniciático? Ellos planteaban una obediencia radical e incondicional a las leyes enseñadas por Moisés y, sin embargo, al mismo tiempo, evadían el culto templario marcado por sacrificios de animales definidos por la misma ley de Moisés, substituyéndolo por otro en el que se reunían doce personas alrededor de una mesa en la que permanecía vacío un decimotercer lugar destinado “a ser ocupado por el Mesías cuando él viniese”. Antes de dirigirse a esta mesa, diez de ellos se sumergían ritualmente en una piscina, o tanque de agua limpia, hasta la cabeza, y realizaban allí una ablución higiénica, un bautismo, mientras que los otros dos, designados como sacerdotes, además de tomar este tipo de baño bautismal, se ungían. Una vez reunidos alrededor de la mesa, se alimentaban también ritualmente y estudiaban los Misterios de la Redención y los Misterios de las Bodas divinas, es decir, los misterios del regreso del hombre al estado hermético-paradisíaco de hombre-dios varón-hembra. Este mismo grupo duodécuple celebraba las demás fiestas estipuladas por la ley de Moisés, incluso el Sabat, el descanso del día sábado. Jesús reformó este camino iniciático, retirando de él todo cuanto se refería a la ley de Moisés y sus diversas fiestas y prescripciones, pero mantuvo el culto esenio del encuentro duodécuple destinado a la práctica de los Cinco Misterios Sellativos: el Bautismo, la Unción, la Refección Sagrada, la Redención y las Bodas o Misterio de la Cámara Nupcial. El camino ocultista es, sin embargo, un proceso de un tipo muy diferente al propuesto por Cristo y hace énfasis, por ejemplo, en los procesos de transformación psíquica mediante la meditación o la manipulación de las fuerzas naturales latentes del cuerpo humano y de la mente. Cristo, a pesar de apuntar hacia procesos profundos de transformación mental y haber hablado en sus parábolas, por ejemplo, de la Perla de inestimable valor – del punto de luz o Joya en el Loto cardíaco – e incluso del recto pensar, jamás propuso el método de meditación conocido como trascendental ni reveló en sus palabras alguna forma de yoga cristiano. Por el contrario, él señalaba a la cruz como el gran signo del Misterio redentor propuesto por él y, más allá de este Misterio, él indica, tanto en los Evangelios canónicos (los que hacen parte de la Biblia), como en los apócrifos (escritos sagrados que no constan en la Biblia), el Misterio del “donde estén dos o tres personas reunidas en mi nombre, allí estaré yo en el medio de ellas como campo de fuerzas gnósticas”.

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Jesús tampoco instruyó a sus discípulos en ninguna técnica especial de respiración sino que enseñó a sus seguidores a limpiar sus corazones de toda tendencia al mal, a ser sencillos, humildes, valientes buscadores de la Verdad y de la Justicia divinas y a descubrir con sinceridad en qué medida habita en la carne del hombre el espíritu sideral del deseo de los placeres, del apetito por el goce de los sentidos, del disfrute de cosas y formas materiales, el afecto a todo cuanto sea tiniebla e ilusión. En el Evangelio de la Pistis Sophia, por ejemplo, no vemos a Pistis, representación del alma humana aprisionada en el caos de los elementos materiales de su cuerpo físico, ensayando técnicas de control de estos cuatro elementos o técnicas de de equilibrio interior, pero sí realizando un reconocimiento de su debilidad y estado de caída, de que las fuerzas de la materia la han aprisionado firme y violentamente. Ante esta constatación ella gime y suplica confiadamente a la Luz para que ella la toque con la fuerza del auxilio divino y la ayude en su intento de liberarse de tan caótica situación. No discutimos aquí si en la actual era de Acuario (cuando la radiación de Urano da a toda naturaleza material y elemental un comportamiento cada vez más característico que difiere cada vez más del de las eras zodiacales anteriores) los diversos métodos utilizados como magia o como técnica ocultista pueden realmente proporcionar al alma humana, en medio del caos de los cuatro elementos que constituyen su vestido corpóreo, un escape seguro y permanente. Y guiados por los Evangelios, tanto canónicos como apócrifos, descubrimos una vía cristiana de Misterios redentores muy particular, en sintonía con esta Nueva Era Acuariana que despunta en nuestro horizonte existencial. Leemos, en Mateo: “(MT 17:5) - Y, estando Pedro aún hablando, he aquí que una nube luminosa los cubrió. Y de la nube salió una voz que decía: Este es mi amado Hijo, en quien me complazco; escuchadlo.” Y leemos en el documento 4Q403, de los hallazgos esenios del Mar Muerto: “Príncipes de la comunidad santa, alaben al Dios de los loores majestuosos, pues es en el esplendor de loores que está la gloria de su realeza. “Por medio de su nueva voluntad, y de su poderoso discernimiento, y al abrirse sus labios, todos los espíritus eternos realizan sus empresas, y los dioses angélicos llegan a existir.” Observemos ahora un extracto de las obras de Boehme ya citado en el Paralelo 3: “Aurora, cap. VI, ítem 12- Mas no se debe entender esto de modo terrestre; pues un ángel no tiene intestinos. Además, él no tiene carne, ni huesos, sino que él es una aglomeración de la ‘virtud’ divina, de la misma forma y según el mismo modo que el del hombre, y con todos los miembros del hombre, excepto aquellos de la generación [sexual], ni orificio inferior: él no tiene, por demás, necesidad de esto. “13 – Porque el hombre recibió sus órganos de generación [sexual] así como el orificio inferior, en el mismo instante de su lamentable Caída. Del ángel sale apenas la fuerza divina, que él toma con su boca. Así, él inflama su corazón, y el corazón inflama todos los miembros; él lo exhala enseguida, por la boca, cuando habla de Dios y lo alaba.” Y añadamos a este párrafo otro: “Mysterium Magnum, cap. LXIX, ítem 25: Cuando el alma se aproxima a Dios, y quiere hacer ayuno [de sus tendencias malignas, no alimentándolas sino dejándolas morir de hambre] pero tiene su corazón aún ligado al egoísmo, y sin embargo, no desea abandonar su ayuno, y que a pesar de todo no

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consigue desembarazarse de sus deseos terrestres [tendientes al mal], y persiste en su súplica, Dios-Padre deja salir las cualidades del alma afuera de la prisión de su Cólera, de modo que el corazón se halla con esto aliviado, tal como un hombre que es liberado de la prisión. Y como él, el corazón dice: ‘Fui felizmente atendido en mi plegaria y en mi ayuno’. “27 – Entonces, cuando la Cólera afloja la prisión del alma, ella recibe [en la sangre] la fuerza para suplicar y hacer ayuno.” Encontramos en estas palabras de Boehme un punto de la Doctrina de los Misterios Liberadores gnósticos cristianos muy sutil, hermético y difícil de ser comprendido por el hombre, a no ser que él sea un “portador de la Joya en el Loto cardíaco”, un hombre verdaderamente pneumático, en cuyo corazón nació algo de la Luz divina. Se trata del especial estado sanguíneo al que Hebreos 12:24 llama “la sangre de la aspersión, que habla mejor que la sangre de Abel”. El hombre pneumático, en la gran lucha contra sus defectos e imperfecciones y a través de sus sucesivos fracasos en el campo de batalla de esta lucha, acaba adquiriendo un estado sanguíneo especial del que Boehme afirma que proviene de “la fuerza para suplicar y hacer ayuno”. Precisamos aquí analizar cuidadosamente los conceptos herméticos de Boehme, pues estamos delante del grandioso y profundísimo secreto que él denomina Mysterium Magnum. Boehme quiere demostrar que el discípulo está condenado a fracasar muchísimas veces en la lucha contra sus errores y defectos, y contra su naturaleza humana tendiente al mal. Sin embargo, con una inquebrantable persistencia en levantarse de nuevo para continuar este combate, y aceptando que en él mismo no existe ninguna capacidad (sin importar cuán expandida y cultivada esté, y cuánto haya sido alterada por ejercicios ocultistas) que le pueda proporcionar la liberación de su estado de hombre-materia, de hombre del caos y de la tendencia al mal, él se confía, entonces, al auxilio divino, a la Gracia de la Divinidad. Y ocurre entonces algo dentro de él: el fundamento de su naturaleza de errores y de deseos tendientes al mal, se debilita de tal manera que el alma consigue, en su centro más divino, en su Joya en el Loto cardíaco, dejar escapar la fuerza de la verdadera súplica y del verdadero ayuno. A través de ellos el alma entra en un estado sanguíneo en el que se vuelve capaz de suplicar, de emitir un poderoso pedido de auxilio, al que se le da respuesta bajo la forma de una fuerza que le permite salir de la prisión que el mal ha construido en ella y, por este escape, alcanzar el fundamento macrocósmico de la Luz en la que habitan Dios, su santidad y su poder auxiliador. En este momento nace para el discípulo, abriéndose en su propia sangre, el Evangelio de la Pistis Sophia: Pistis puede, en la fuerza de este estado sanguíneo especial, elevar sus trece súplicas de arrepentimiento y, en la décimo tercera, recibir el rayo angélico de la liberación, el rayo de Miguel y Gabriel (es decir, la respuesta en la forma de la fuerza liberadora que acabamos de mencionar). En efecto, de acuerdo a la narración de este evangelio gnóstico, tras recibir esta fuerza sanguínea, Pistis comienza a entonar alabanzas a la Luz. Con cada una de ellas Pistis recibe un don aún más especial, de tal manera que, mediante el arte de dirigir su voz confiadamente hacia la Luz, obtiene las armas gnósticas que le brindan una mejor

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condición y las cualidades necesarias para ganar, en sí misma, el duro combate contra la naturaleza inferior. Este secreto es narrado de manera muy gnóstica en las obras de Jacob Boehme. Se trata, sin embargo, de un secreto que pertenece también a la Cábala, a la Gnosis judía, mencionado también abiertamente por el Maestro esenio de la Justicia, el Hierofante de la Comunidad Judío Esenia, en el documento 1QH. Allí, en un himno, dice a sus discípulos: “Se alargó mi lengua, la que tú hiciste maravillosamente poderosa dentro de mi boca. /Mi corazón no se deleita con riquezas; /el poder del guerrero reposa en delicias abundantes. /Brotaré como lirio/ y mi corazón se abrirá para la fuente eterna; /mi apoyo estará en el poder de lo alto.” En el mismo documento, el Maestro esenio expresa: “/Cantaré con Gnosis, y toda mi música/ será sólo para la gloria de Dios. /Mi lira y mi arpa serán tañidas / para su santa Orden / y armonizaré misteriosamente el canto de mis labios / con su preciso compás. / No mantendré a Satanás en mi corazón, /y de mi boca no se oirá/ necedad alguna ni engaño pecaminoso, /ninguna astucia ni mentira saldrán de mis labios. /El fruto de la santidad estará sobre mi lengua /y ninguna abominación se encontrará en ella.” Y no sólo los esenios, maestros de la Cábala esenia, sino también los maestros de la Cábala judía hablan de un estado especial del corazón: el estado en el que el “Punto de Luz con 613 Nimbos – o Nubes – (es decir, la Joya en el Loto cardíaco) comienza a vibrar y en el que el corazón es incendiado por un poder especial, llamado en hebreo Kavanah. Creemos que es este corazón en Kavanah el que el gran rosacruz Johann Valentin Andreae hizo representar en la iglesia protestante de Bad Teinach, próxima de la actual ciudad alemana de Calw, como el corazón ardiente de la Princesa Antonia von Württemberg. En este cuadro, totalmente inspirado en la figura principal de la Cábala judía, el Árbol de las Diez Sephiroth, se representa a la princesa atravesando la puerta de un jardín llevando en su mano derecha un corazón en llamas, y un ancla en la izquierda. El primer apóstol que la recibe, representado junto con otros once en un círculo zodiacal, es Pedro, quien lleva en una mano una pequeña barca y en la otra sostiene un ancla similar a la que lleva en su mano izquierda la joven, sólo que con una serpiente sibilante entrelazada. En el centro de este círculo apostólico zodiacal se encuentra el Cristo con una cruz en su mano izquierda, y una palma en la derecha, pisando una serpiente que nada en una fuente. Teniendo la certeza de que Johann Valentin Andreae está, en este cuadro, representando el verdadero proceso espiritual liberador de los misterios cabalísticos cristianos, podremos estudiar con mayor profundidad cada uno de los símbolos que el discípulo cuyo corazón arde en las llamas del estado de Kavanah recibe en el jardín de las almas cristianas, en la Comunidad apostólica cristiana. El discípulo debe aproximarse al Jardín, a la Comunidad de los Misterios crísticos, habiendo alcanzado un estado muy especial de su corazón y su sangre, descrito muy herméticamente por Jacob Boehme. En su mano izquierda debe llevar el ancla: su alma en un gran estado de confianza y esperanza en la Luz y en la misericordia divina (ver Hebreos 6, versículos 18 a 20). Pedro le enseña, entonces, esa

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misma ancla pero con una serpiente entrelazada en ella. Detrás de Pedro se encuentra una fuente en la que se representa a Jesús sobre las aguas pisando otra serpiente. El secreto de este proceso de los misterios cabalísticos cristianos se encuentra, por tanto, en la figura del ancla con y sin serpiente, y en el corazón en llamas, así como la acción del Cristo que, llevando cruz y palmas en las manos, pisa la serpiente de la tendencia al mal. No queremos, aquí, adentrarnos en interpretaciones extrañas, pues no queremos ver en esta serpiente la figura de la kundalini sexual; nuestra intención es mostrar la verdadera senda cristiana apartándonos de cualquier propuesta de ocultismo sexual y magia tántrica de modo que podamos encontrar el significado gnóstico de estos símbolos. Nuestra investigación, en este caso, es auxiliada por la de Boehme en el siguiente pasaje de su libro De Signatura Rerum: “ítem 9 – Adán y Eva han muerto de la siguiente manera: el Mercurio del alma salió de la esencia de la eternidad, imaginándose en la esencia del tiempo, fuente de la angustia; así, la esencia de la eternidad perdió su guía, Cristo, quien le devolvió, más tarde, el Sonido mediante el Verbo divino. Podemos notar que esta esencia [del Sonido, y de la capacidad de proferir súplicas] está enterrada como la muerte en el mercurio angustioso [del tiempo]. “10 – Enseñaré cómo el mercurio venenoso [del tiempo] puede cambiar su deseo [de la tendencia al mal] en esta esencia eterna y, sirviéndose de ella como de un cuerpo, unificar el mundo exterior e interior. Cuando esto se realiza, no hay sino una sola voluntad y un único espíritu animados por un deseo amoroso [es decir, de un deseo del corazón en llamas de amor]; cada espíritu se sustentará de su cuerpo particular y así toda voluntad mala será reducida a la impotencia.” Por consiguiente, los símbolos el proceso que indican de la entrada del Jardín en el cuadro de la Princesa Antonia corresponde al Mercurio divino, es decir, a la capacidad de fabricar, a partir de un corazón en Kavanah, en llamas de amor, una sangre que posea la fuerza del Sonido, de la súplica que llama de vuelta, al centro del alma donde habita la Luz-Cristo, al Verbo o Poder sonoro de Dios, al rayo gnóstico de la liberación. La presencia de este rayo crístico liberador que forma una luminiscencia alrededor del discípulo es denominado, en la Cábala, Schekinah y Merkabah. Mateo 17:5 se refiere a ella como “la nube de la que emana la Voz del Padre generador del Hijo”. Este proceso es lo que los jesenios llaman Mantrosofía. Por consiguiente: LOS JESENIOS NO PRACTICAN NINGÚN ROSARIO DE MANTRAS, TAL COMO LO HACEN ALGUNOS MOVIMIENTOS. POR EL CONTRARIO, APOYÁNDOSE EN JACOB BOEHME, HABLAN DEL MERCURIO DEL VERBO DE DIOS EN EL CENTRO DEL ALMA DESPERTADO POR EL CORAZÓN EN KAVANAH, O LLAMAS DE FE, Y DE LA CONFIANZA EN LA LUZ. ESTE PROCESO MERCURIAL DEL DESPERTAR CARDÍACO ES DENOMINADO “MANTROSOFÍA” PARA DIFERENCIARLO DEL ARTE MÁNTRICO HINDÚ O DEL DE OTROS MOVIMIENTOS. Es necesario también que el lector de este documento aparte su mente de las ideas ordinarias con las que se acostumbran a definir las palabras “súplica”, “alabanza” y “ayuno”. Ellas adquieren, en Boehme y en la literatura discipular jesenia, una connotación completamente diferente.

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En los documentos gnósticos la “súplica” gnóstica es concebida de forma completamente distinta a la que observamos en los medios religiosos. En el Evangelio de la Pistis Sophia, por ejemplo, la Pistis suplica porque percibe con tremenda agonía que está dividida entre dos estados: por un lado ella desea ardiente y vibrantemente ir al encuentro de la Luz y abrazarla con gran anhelo, y por otro, ella se siente completamente aprisionada en su materia corpórea, en el caos elemental de esta materia. Experimentando esta doble situación el alma gime y suplica al poder de la Luz para que la auxilie en su intento de escapar del estado de caos. Gemido y súplica, en este caso, no se refieren a ningún tipo de cantilena o rezo religioso, insistentemente repetido, como un texto que se memoriza y recita para agradar a Dios y atraer, de esta manera, su misericordia. Tampoco se trata de algún tipo de oración como la practicada por algunos místicos religiosos. No es tampoco un conjunto de sonidos mántricos entonados en otra lengua ni el alarido confuso y estridente practicado por algunos grupos protestantes. Los Cabalistas cristianos gustan dirigirse al significado de la palabra oración, haciendo con ella temurah (es decir, operaciones cabalísticas silábicas que buscan mostrar el significado más oculto de las palabras). Escriben esta palabra, de la siguiente manera: or-ación, donde O´r es una palabra hebrea que significa luz. Or-ación significa, por tanto, colocar fuerza-luz en acción. Otra palabra bastante próxima de oración es corazón. Mediante esta temurah cabalística de las palabras corazón y oración, queda claro, que ellas constituyen un único y mismo misterio: se trata de la súplica gnóstica, la cual se eleva de un especial estado sanguíneo y del corazón en llamas de kavanah. Para ilustrar en qué medida esta oración en kavanah, esta súplica del corazón en llamas de amor, diverge de la súplica religiosa ordinaria prestemos atención al siguiente texto del Evangelio de Lucas (24:13-32): “13 Dos de ellos iban el mismo día a una aldea llamada Emaús, que estaba a sesenta estadios de Jerusalén. 14 Hablaban entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido. 15 Y sucedió que, mientras hablaban y discutían entre sí, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos. 16 Pero los ojos de ellos estaban velados, para que no lo reconocieran. 17 Él les dijo: –Qué palabras son estas de las que habláis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes? 18 Respondiendo uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le dijo: – ¿Eres tú el único extranjero en Jerusalén que no has sabido las cosas que en ella han acontecido en estos días? 19 Entonces él les preguntó: – ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: – De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo lo entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernantes a sentencia de muerte, y lo crucificaron. 21 Pero nosotros esperábamos que él fuera el que había de redimir a Israel. Sin embargo, además de todo, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido. 22 Aunque también nos han asombrado unas mujeres de entre nosotros, las cuales antes del día fueron al sepulcro; 23 como no hallaron su cuerpo, volvieron diciendo que también habían visto una visión de ángeles, quienes les dijeron que él vive. 24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a él no lo vieron. 25 Entonces él les dijo:

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– ¡Insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! 26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y que entrara en su gloria? 27 Y comenzando desde Moisés y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. 28 Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos. 29 Pero ellos lo obligaron a quedarse, diciendo: – Quédate con nosotros, porque se hace tarde y el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos. 30 Y aconteció que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y les dio. 31 Entonces les fueron abiertos los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su vista. 32 Y se decían el uno al otro: – ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino y cuando nos abría las Escrituras?” Con toda certeza estos dos discípulos, aunque estuviesen apenas andando por el camino y conversando sobre los Misterios crísticos, acabaron realizando lo que Boehme y los jesenios llamamos súplica gnóstica, y durante todo el viaje sus corazones ardían en kavanah. Por esto el Cristo-Luz surgió entre ellos como una “Voz que abría la interpretación más profunda de las Escrituras Sagradas”. Otro fragmento de las Sagradas Escrituras que apunta hacia la kavanah, es el siguiente: “(SL 39: 1) – Yo dije: guardaré mis caminos para no pecar con a mi lengua; guardaré la boca con un freno, en cuanto el impío estuviere delante de mí. (SL 39:2) – Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno; pero se agravó mi dolor. (SL 39:3) – Se enardeció mi corazón dentro de mí; en mi meditación se encendió un fuego y así proferí con mi lengua.” Esta meditación del salmista no es ninguna técnica hindú o budista, ni ocultista, seguida por respiraciones yóguicas, posturas corporales, etc… Ella es un encuentro entre el alma (que gime en su presidio de carne y sangre y que, de esta manera, hace de su centro, de la Joya en el Loto cardíaco, un poderoso punto donde Sonido y Luz se convierten en mysterium magnum, produciendo la sangre de la aspersión que habla mejor que la de Abel) y la fuerza del socorro divino, el rayo angélico de la liberación. Esta meditación es, por lo tanto, la súplica de la que habló Jesús en Mateo 6 en los siguientes términos: “(MT 6:5) – Y, cuando oréis, no seáis como los hipócritas; que se complacen en orar de pie en las sinagogas, y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. (MT 6:6) – Mas tú, cuando oréis, entra en tu aposento y, cerrando tu puerta, ora a tu Padre que está en el secreto; y tu Padre, que ve en el secreto, te recompensará públicamente. (MT 6:7) – Y, orando, no uséis vanas repeticiones, como la muchedumbre, que piensan que por mucho hablar serán oídos. (MT 6:8) – No os asemejéis, pues, a ellos; porque vuestro Padre sabe lo que os es necesario, antes de que vosotros lo pidáis.” Es muy claro que el portal y su cámara oculta del Padre que está en el secreto se encuentran dentro del corazón y que junto a Él mora la verdadera alma del hombre. Sobre ello habla la Epístola de Pedro con estas palabras: “(1PE 3:3) – Que su adorno no sea el exterior, en el rizado de los cabellos, en el uso de joyas de oro, en la compostura de los vestidos; (1PE 3:4) – Sino el hombre oculto en el corazón; en el incorruptible traje de un espíritu manso y apacible, que es precioso delante de Dios.” También en el Sepher haZohar, la mayor obra de la Cábala judía que se conoce, leemos: “Cuando el Padre abraza a la Madre, la letra Yudh-y con la letra Hé-h, una lengua de

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fuego salta de en medio de su abrazo: esta lengua habla de cosas ocultas, y ella es la letra vav-O. Juntas, forman el poderoso nombre Yaho-Ohfy, y en el corazón del hombre ellas

encuentran la He-h humana, y forman el Nombre de los nombres: hOhfy-Jehovah.” ¿De qué habla aquí el Zohar? ¿De qué está hablando este poderoso antiguo tratado de la Cábala? Boehme, por un lado, y el Evangelio Cátaro por el otro, nos revelan algo al respecto. Investiguemos esto. Leemos en la Llave y Explicación de J. Boehme: “ítem 148 – La palabra Jehovah es el nombre más santo de Dios, es decir, la vida sensible divina, el bien único, en la que está incluida la Trinidad Santa con la gloria y la omnipotencia... ahí se halla el santo nombre Jesús como un soplo de la unidad de Dios, jugando con las letras I y E, a través del cual [el alma] puede contemplar el caos...” La letra “I” a la que se refiere Boehme, es la misma letra Yudh-y del nombre Jehovah-hOhfy, también mencionada en el texto cabalístico del Zohar, y la letra “E” es la misma letra Hé-h, también mencionada en aquel libro sagrado. Boehme habla de tres soplos, mientras que el libro cabalístico habla de lenguas que saltan del nombre Yaho-Ohfy. A su manera cada uno de estos textos, el Zohar y la Llave y Explicaciones están hablando de un solo y único misterio. Veamos ahora este texto del Evangelio Cátaro: “Jesús dijo: si aprendéis a sufrir con el alma, entonces estaréis cerca del Misterio al que me refiero. Pues un alma, cuando gime y busca desde su ser más íntimo, la Luz del Padre, el Padre-Madre, oculto en el corazón, en la cámara oculta, se mueve; y del abrazo del Padre y de la Madre saltan llamas, y el corazón en llamas sube hasta la fuente de la Luz, y abraza allí la fuerza de su propia liberación. Es por esto que, al enseñaros a orar, os mandé buscar al Padre-Madre oculto en vuestros corazones.” Después de detenernos en la explicación de lo que entendemos por las palabras “meditar”, “suplicar” u “orar” y “alabar” nos queda dar una pincelada en el significado gnóstico de la palabra “ayunar”, la que algunos traducen de los textos originales de Boehme como “hacer penitencia”. No podemos, de forma alguna, aceptar como definición o sinónimo de “penitencia” y de “ayuno”, la palabra “auto-flagelación”. Los jesenios no aceptamos ninguna forma de agresión, incluso aquella inflingida sobre uno mismo. La auto-flagelación es una violencia contra sí mismo y nace de un desequilibrio psicológico, pudiendo revestirse de un carácter pseudo-místico o religioso. Muchos siglos de cristianismo exotérico han dado a la cruz y al ayuno el significado de instrumento de auto-flagelación. Sin embargo, dentro de la concepción más hermética, el alma no precisa ser perturbada con ascetismos extremos pues ella ya vive una situación de gran flagelo y miseria, aprisionada en el caos de los elementos materiales que forman su cuerpo. El ayuno del que hablan los gnósticos es muy diferente: Es un proceso de vaciamiento de las fuerzas materiales en las que reside la causa del furioso caos de los cuatro elementos. Y sobre este proceso ya hablamos aquí. Se trata del alma que, queriendo purificarse de

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sus infames deseos pero que no tiene la fuerza para realizar esta purificación, ansía con fuerte ardor del corazón vencer su ignominia y logra de algún modo mover, en el centro de ella misma, algo de donde brota la fuerza de la purificación y de la liberación. Revestida con esta fuerza, el alma ayuna y se libera de sus tendencias malas.

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PARALELO 6: ¿LOS JESENIOS TIENEN LAZOS CON ALGÚN MOVIMIENTO ARMADO?

¿BUSCAN ALGUNA FORMA DE PAZ ARMADA? Los Jesenios traen consigo un adagio cátaro que toman muy en serio: “No queremos perturbar ni agredir al mundo ni siquiera con la bondad.” De este modo, observando tan profunda actitud filosófica, los jesenios se niegan a participar de cualquier forma de agresión, bien sea contra personas, animales, el medio ambiente, el planeta, o contra sí mismos. Por esta razón rechazan vehementemente participar en movimientos armados (excepto cuando se trata del servicio militar reglamentado por las leyes de los países civilizados) y cuando hablan de la lucha entre los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas no se debe entender esto como el intento de convencer o argumentar filosóficamente para empuñar las armas y lanzarse de forma brutal a la lucha por cualquier ideal. Como consecuencia de un entendimiento muy profundo de la naturaleza del alma humana, los jesenios no hacen diferencia entre negros, amarillos, blancos, orientales u occidentales, árabes, judíos, o cualquier otro. El alma no tiene piel, y no se colorea por el color del cuerpo humano. Lo que colorea el alma es el corazón en kavanah. Es por esto que, al hablar de corazón, usamos la santa Cábala para analizar bien el significado de esta palabra, y hallamos, por temurah cabalística, la palabra cor-azón (en portugés cor-ação, ver nota pág. 26). Esto significa que la tintura del alma, tantas veces mencionada por Boehme en sus escritos, nace de un estado cardíaco específico: el del corazón en llamas de amor y en santo deseo de paz. Boehme dice en su pequeño libro El Verdadero Arrepentimiento: “Cómo debe el alma encontrar a su Amado, cuándo él llame a la puerta, en el centro de su corazón donde está la cámara secreta interior. “Amada alma, si eres perseverantemente sincera, ciertamente serás favorecida con un beso de la noble Sophia (la Sabiduría divina) en el santo nombre Jesús; pues ella permanece siempre delante de la puerta del alma, llamando y alertando al pecador sobre sus peligrosos extravíos. Si alguna vez él desea su amor, ella está pronta para él, y lo besa con los rayos liberadores de su dulce amor, lo que da alegría al corazón. Pero ella no se une inmediatamente al alma, es decir, ella no despierta inmediatamente la extinta imagen [el hombre-ángel] celeste en el alma, imagen que desapareció de Adán en el error del Paraíso. No, porque esto puede ser muy peligroso para el hombre; pues si Adán y Lucifer han caído, manifestando esta caída en sí mismos, lo mismo puede acontecer fácilmente al hombre [en esta etapa de su discipulado] pues él aún se encuentra muy dominado por la vanidad. “El lazo de tu promesa debe ser firme e inmutable, antes que Sophia te corone; tú debes ser tentada y probada: ella retira de ti los rayos de su amor, una vez más, para ver si puedes probar que eres fiel; ella te deja, como si estuviese en la distancia, respondiéndote tan sólo con un mirar de amor. Pues antes de coronarte, debes ser juzgado, a fin de que puedas probar la poción amarga de los detritos con los cuales te

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llenaste a ti mismo con tus abominaciones. Tú debes llegar delante de los portones del infierno, primero, y allí mostrar tu victoria por ella en su amor, en esta fuerza de su amor ella te apoyará en contra de la influencia maligna del demonio.” Esta es la única lucha que debe trabar el discípulo. Cualquier otra lucha es, para él, un completo sinsentido sabiendo que todas ellas son alimentadas por razones manchadas por la ignorancia, la ceguera, la estupidez y por un deseo oscuro de guerra y desorden. Donde haya un verdadero agrupamiento de hombres inspirados por el amor y por la voluntad de establecer, desde los cuatro elementos, la pura paz, el amor universal y la armonía, allí reposará la consciencia, el corazón y el empeño del discípulo jesenio.

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PARALELO 7: HAY QUIENES ASEGURAN QUE BOEHME NO HIZO NINGÚN APORTE A LAS ARTES DE LA MAGIA NI AL CONOCIMIENTO ESPIRITUAL, HABIENDO SIDO

APENAS UN RELIGIOSO MÍSTICO DOTADO DE UNA ILUMINACIÓN NOTABLE PERO MUY PERSONAL ¿QUÉ OPINIÓN LES MERECE A LOS JESENIOS ESTA

AFIRMACIÓN? Consideramos tal opinión equivocada y lamentable. Generalmente quien la esgrime se ha radicalizado en una postura excesivamente monista, la cual no está presente, de forma radical, en los escritos de Boehme, ni ha sido asumida por ningún gran instructor clásico del camino iniciático. Precisamos, pues, abordar aquí, las dos grandes ideas espirituales acerca del camino iniciático, y la forma en que cada una elige sus argumentos filosóficos. El camino iniciático de todos los tiempos surgió sobre nuestro planeta en siete grandes corrientes o Escuelas de Misterios. Y cada 700 años estas escuelas pasan por el proceso de “renacimiento del Fénix”, es decir que ellas se encierran en el nido de la Verdad, desapareciendo en las llamas del gran Amor de Dios y renaciendo con nuevos vestidos, para manifestar, en un nuevo período de 700 años, la Verdad eterna en un ropaje más adecuado a la época en que van a actuar. Existe un punto en nuestro planeta que es el nido de los Siete Fénix de la Verdad. Allí, cada 700 años, las siete Escuelas de Misterios se entregan a las llamas de la renovación de las vestiduras de la Verdad. Este lugar misterioso y sagrado es conocido, en el Lenguaje de la Sabiduría Universal, como “los Siete Pasajes del desierto del Gobi”, o también, como los “Siete Portales de Shamballah”. Una de estas puertas se establece en el Portal de la Gran Fraternidad de Melquisedek, el cual fue destinado, desde los tiempos del surgimiento de la raza semita, al gran trabajo espiritual que dio origen a los escritos bíblicos. Todo trabajo espiritual manifestado en torno al legado bíblico constituye una manifestación sacerdotal de la Fraternidad de Melquisedek. (Es preciso, en relación a esto, no confundir el Portal en Shamballah de la Fraternidad de Melquisedek, con el propio tipo humano llamado Melquisedek. Aunque podamos hablar muy poco de esta diferencia, debemos mirar el Portal de Melquisedek como una Fraternidad de Reyes-Sacerdotes y elevados magos que no pertenecen a la humanidad común, sino que conforme a las descripciones de la Epístola a los Hebreos constituyen una raza humano-angélica). En la época de Abraham, aconteció algo muy especial que no podemos revelar en un escrito destinado al público, pero podemos decir que allí Abraham se encontró con Melquisedek y que la fraternidad de este poderoso hombre-espíritu sobre nuestro planeta se volvió Fraternidad del Santo Grial. Esto es lo que leemos en la Epístola a los Hebreos en las siguientes palabras:

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“(HB 7:1) – Porque este Melquisedek, que era rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, y que salió al encuentro de Abrahán... (HB 7:3) – Este Melquisedek, sin padre, sin madre, sin genealogía, no teniendo principio de días ni fin de vida, mas siendo hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre. (GN 14:18) – Y Melquisedek, rey de Salem, trajo pan y vino; y era este sacerdote del Dios Altísimo.” Este Grial, pan y vino, en las manos de Melquisedek, indica exactamente el acto de transformación de su fraternidad en Sacerdocio espiritual mundial. Y Abraham heredó algo de este sacerdocio, el cual se transformó en tradición semita. El último eslabón de este sacerdocio de Abraham fue la Comunidad de los Esenios, y hasta allí perduró la herencia semita de los Misterios de la Liberación. Sin embargo, con los esenios el Portal de Melquisedek se mezcló de forma incomparablemente bella y misteriosa primero con el Portal de Shamballah, que inauguró la tradición persa, después con el Portal que en Egipto inauguró, 700 años antes de Cristo, la Escuela de Misterios de Hermes Trismegistos. También hubo mezclas con la tradición hindú. A pesar de estas mezclas, los esenios se presentaban más fuertemente caracterizados por la tradición semita y por la tradición persa. Ellos, por esta mezcla, se volvieron Grandes Iniciados de la Doctrina Filosófica Dualista. Y como guardián de los Misterios Dualistas la Comunidad Esenia se convirtió en la “Gran Logia Blanca para la manifestación de la Hierofanía de Oriente y de Occidente”. Esta poderosa misión de este grupo semita está muy claramente demostrada en el contenido total de los Documentos del Mar Muerto. Los descubrimientos arqueológicos de Qumrán revisten, por tanto, un carácter muy importante, pues rescatan para la contemporaneidad la gran obra espiritual de Melquisedek y de los esenios que buscaba inaugurar un poderoso impulso espiritual liberador sobre la Tierra antes de la manifestación de Jesús. Por causa de esta misión, los esenios poseían núcleos comunitarios en Egipto, Damasco, Siria, Persia y la India. Después de ser recogida en las llamas del Fénix, la Comunidad Esenia dio origen a dos vertientes importantes: la de los Yosenios o esenios del grupo de Juan Bautista (también conocidos como Mandeanos), y el grupo de los esenios discípulos de Jesús de Nazaret, que habían llegado a ser denominados “los del Camino” (denominación también aplicada a los esenios) o Yesenios (Jesenios). Tanto los Yosenios o Mandeanos, como los primitivos Jesenios, eran dualistas. Precisamos, en este punto, explicar en qué consiste el Camino Filosófico Dualista. En nuestro libro 108 Preguntas sobre Gnosis, dimos la siguiente explicación acerca del Dualismo:

“En cuanto a las ideas de los filósofos con respecto a quién es Dios, a cómo él se volvió Creador y qué relación establece con la Creación, tenemos los siguientes grupos de pensadores: 1. Los que creen que no hay un Dios separado de la Creación, sino que Dios se emanó completamente en la Creación, de manera que la Creación es Dios y Dios es la Creación.

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Estos reciben el nombre de "panteístas" (del griego panta= fluir hacia el todo, y theos= dios); 2. Los que creen en un único Dios supremo, principio de toda la Creación, único Creador, que no tiene ascendientes ni descendientes, eterno, raíz de todo cuanto existe, dominador completo de todo cuanto existe en la Creación. Estos son denominados "monoteístas" (del griego monos= uno sólo, único; theos= dios); 3. Los que, a pesar de considerar que Dios es único, raíz de todo lo que existe (único Creador), dominador de todo, sin antecedentes, pero que afirman que tiene tres modos personales de manifestarse en la Creación Estos son denominados "trinitaristas", es decir, que creen en la Santa Trinidad. 4. Los que, a pesar de aceptar que Dios es único, eterno, Creador sin ascendientes, supremo, afirman que él en un momento dado de la eternidad vio cómo una parte de su creación huyó de su control transformándose, por la acción de la maldad y del error, en una segunda creación, una creación sobre la cual él no tiene completo dominio y de la cual él se mantiene distante y separado, sirviéndose de una jerarquía de Ángeles para hacer que sus actos y sus fuerzas lleguen hasta la materia y puedan influenciarla. Estos son denominados "dualistas", es decir, que profesan la idea de dos dioses creadores. A estos también se los considera "deístas", porque separan a Dios de su creación y dicen que él no actúa directamente en ella, resaltando sus aspectos trascendentales. El término "teísta" le es opuesto, y significa el modo de considerar a Dios como soberano controlador de toda la Creación, actuando directamente en ella sin necesidad de intermediarios (todos los teólogos ortodoxos, sean católicos o protestantes o de otras corrientes, se autocomplacen en definirse como "teístas"). 5. A los que, al contrario de los dualistas, niegan cualquier forma de poder creador que no sea el de Dios y que no aceptan la idea de que él no tiene control total sobre el Todo y sobre esta Creación mortal en la que vive hoy el hombre, y se oponen a la idea de que Dios, por ser de naturaleza muy diferente de aquella que es inherente a la materia, está absolutamente separado de ella, son denominados "monistas", es decir, que creen en un Poder único, supremo, que domina completamente el Todo sin importar si este Todo tiene o no naturalezas que no le son afines o armónicas.” Muchos grupos esotéricos actuales han sido moldeados por el pensamiento monista y, por ello, creen que pueden orientarse hacia la parte material del hombre para encontrar allí alguna fuerza capaz de hacerlo evolucionar o mejorar. Utilizan, por tanto, diversas técnicas para traer a la superficie estas fuerzas y, por medio de ellas, dar comienzo a esta mejoría. Los dualistas, sin embargo, creen que la materia, en su estado actual, no posee en sí misma ninguna fuerza capaz de mejorarla, y que en ella sólo hay sombras y tendencia al mal. Ellos buscan la fuerza de la transmutación fuera del mundo material y fuera de los diversos compuestos materiales que entran en la constitución del hombre-materia. Como dualistas, los esenios enseñaban que el cuerpo material del hombre es una “masa de barro, una casa de oscuridad, una fuente de impureza y una desnudez vergonzosa...”

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(palabras del Maestro esenio de la Justicia en el documento del Mar Muerto 1QH). Ellos decían abiertamente: “para el hombre hecho del polvo no hay esperanza alguna de redención” (palabras del Maestro esenio de la Justicia en el 1QH). De esta manera, los esenios, a pesar de intentar mantener lo más completamente limpio posible este cuerpo material mediante cuidados higiénicos extremos, no veían en estos cuidados nada más que una mínima condición de pureza, muy tenue, para que, en sus rituales sagrados, la “fuerza de la Misericordia de Dios, que viene del fundamento de la Luz y es extraña al fundamento de la materia y de la oscuridad los tocase como esperanza de Redención” (palabras del documento CD, de los Escritos del Mar Muerto). También los Yosenios o Mandeanos, nacidos de la misma raíz dualista, en el Ritual de los Muertos, se dirigen al alma del fallecido diciendo: “te liberaste de esta cobertura de carne, morada de los astros, llena de impiedad... (Ritual de la Masqtah).” Los primeros cristianos no siguieron otro camino que el del dualismo, hasta que, enfrentados con un movimiento muy fuerte dentro de sus comunidades, acabaron perdiendo terreno frente a la ortodoxia. Con todo, los cristianos gnósticos conservaron esta posición hasta el siglo IV d.C. y, después de ellos, los maniqueos la preservaron hasta el siglo XIV d. C. Jacob Boehme, no obstante tenga una posición muy hermética y bastante velada en relación al vínculo de Dios con su Creación, no deja sombra de duda en cuanto a su oposición al monismo. Por esta razón, a pesar de ser admirado por algunos grupos monistas, nunca es visto en su real calidad de gran hierofante y poderoso maestro de la senda espiritual, llamándolo místico y, a veces, “filósofo interesante”, pero negando su contribución al camino iniciático y afirmando que apenas manifestó una doctrina muy individual y nada universal. ¿Por qué los monistas asumen esta posición? Ellos actúan así porque no ven en la materia una naturaleza mala y opuesta al espíritu y guardan, por tanto, la esperanza de lograr, mediante ejercicios y técnicas, que el bien y el mal, inextricablemente mezclados en ella, se separen, y a través del polo del bien, hacer evolucionar al hombre-materia. De esta manera, al no encontrar en Boehme la revelación de ninguna de estas técnicas, estos monistas consideran que él no realizó ninguna contribución a la senda espiritual iniciática. El rosacruz Eckharthausen dice en su libro La Nube sobre el Santuario: “La materia grosera que envuelve la sensibilidad interior del hombre, es una catarata, un velo que cubre la visión intelectual, tornando inútil la visión externa para la visión del mundo espiritual. Esta misma naturaleza material ensordece nuestro oído interior, de manera que no oímos más los sonidos del mundo metafísico; ella paraliza nuestra lengua interior, de modo que no podemos ni siquiera balbucir las palabras de fuerza del espíritu que otrora pronunciábamos y por las cuales gobernábamos la naturaleza exterior y los elementos.” En otro lugar de esta obra Eckartshausen dice: “El hombre material más elevado, y más puro, guarda aún en sí siete principios del mal.” Vemos, por tanto, que para el rosacruz Eckharthausen no existe un modo de hacer que el hombre-materia evolucione o mejore,

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tanto que en otro fragmento, mostrando su posición dualista de forma más clara, dice: “La verdadera edificación del templo consiste únicamente en demoler la miserable cabaña adámica [es decir, este cuerpo y ego material] y construir el templo de la divinidad.” El camino iniciático concebido por la Sabiduría clásica bajo las manos de Melquisedek y que llegó a los esenios expresado por una Doctrina Dualista, y de esta forma pasó a los primitivos cristianos, y de éstos a los cristianos gnósticos, y luego a los cátaros y Templarios del Santo Grial, hasta llegar a la Rosa-Cruz de la Edad Media, consiste, por consiguiente, en esta demolición del hombre-materia y en la edificación del hombre-espíritu. En otro lugar, Eckartshausen se expresa de forma aún más significativa, mostrando cuál es el proceso de Redención que el Portal de Melquisedek, desde los tiempos primordiales, reveló a quienes anhelan vencer su condición de hombre-materia, y hacer que el hombre-espíritu renazca. Él dice: “Esta necesidad de la recuperación de la Redención de los hombres, determinó que la Sabiduría el Hijo de Dios se diera a conocer al hombre como la ‘substancia pura de la cual todo fuera hecho’. A esta substancia pura le está reservado vivificar todo lo que está muerto, y purificar todo lo que es impuro. “Pero para que esto se realizase y que lo más interior, lo divino en el hombre, encerrado en el envoltorio de la substancia de la mortalidad, fuese abierto nuevamente, y que el mundo entero pudiese ser regenerado, era necesario que esta substancia divina se humanizase y transmitiese la fuerza divina regeneradora al ser humano; era necesario también que esta forma divino-humana fuese muerta, a fin de que la substancia divina e incorruptible contenida en su sangre pudiese penetrar en lo más interior de la tierra y operar una disolución progresiva de la materia corruptible; para que, a su debido tiempo, la tierra pura y regenerada pueda ser recuperada por el hombre y en ella sea plantada el Árbol de la Vida; porque por el gozo de su fruto, que encierra en sí mismo el principio inmortal, lo mortal en nosotros será aniquilado y el hombre será curado por el fruto de el Árbol de la Vida así como él fue envenenado por el gozo del fruto del principio mortífero.” A los monistas les resulta extraña esta enseñanza, la de que el hombre-materia es un cuerpo muerto animado por una vida muy débil y completamente contaminada por el veneno mortífero de la materia, a la que le falta la substancia curadora que se escondía fuera de este mundo terrestre antes de la aparición de Jesús en este mundo, que reapareció por Él para ser derramada desde lo alto de la cruz, junto con su sangre, en el corazón planetario terrestre. Por esta razón cuando ellos observan esto en los escritos de rosacruces como Eckhartshausen y Jacob Boehme se admiran mucho de ello pero no consideran que se trate de una enseñanza espiritual y creen que no aporta ningún conocimiento a las técnicas iniciáticas monistas. Una postura monista menos radical, por el contrario, es capaz de concebir la grandiosa y muy bella filosofía dualista de los rosacruces clásicos y del cristianismo gnóstico de los primeros cuatro siglos de nuestra era, así como también la sublime enseñanza dualista de los esenios y mandeanos, redescubierta, para el caso de los esenios, a través de los Documentos del Mar Muerto y, para los mandeanos, a través de obras como el Ginza y los

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trabajos de investigación de la escritora Lady Drower (E. S. Drower, The Secret Adam, Oxford, 1960).

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PARALELO 8 ¿PODEMOS CONOCER, AL MENOS BÁSICAMENTE, ALGO DE LA FORMA EN

QUE LOS GRUPOS DUODÉCUPLOS JESENIOS TRATAN EN SUS REUNIONES LA CUESTIÓN PRÁCTICA DE LA DEMOLICIÓN DEL YO?

El grupo duodécuplo jesenio tiene como finalidad realizar lo que los gnósticos antiguos llamaban Ekklesia. En relación a esto es preciso decir que en nuestras reuniones no nos valemos, de manera alguna, de métodos de coacción de las manifestaciones del ego, ya sean estas espontáneas o planeadas. En nuestra muy deseada actitud de paz no escogemos ningún método de agresión o de coacción. Si así actuáramos, toda suerte de vientos malignos y de sombras instigarían a nuestros grupos hacia la tendencia al mal. La forma en que los jesenios se organizan surge de las revelaciones del señor Jodachay Bilbakh acerca del Evangelio de la Pistis Sophia. Esta obra consta de cuatro volúmenes, dos de los cuales son públicos y los otros dos de acceso exclusivo a los alumnos jesenios. En el cuarto volumen el mebaker deja entrever el método de conducción de los grupos duodécuplos y ofrece una explicación aun más profunda sobre los motivos que tenemos para reunirnos en grupos de doce. De todo lo allí expuesto podemos mencionar que cada una de las acciones y cada uno de los detalles de estas reuniones procura reflejar el método sacerdotal típico de la Fraternidad de Melquisedek, o Fraternidad del Santo Grial. Cada eslabón o Escuela de Misterios surgido del Portal de Melquisedek formó el “grupo apostólico duodécuplo” como expresión de la Hierofanía de los Misterios de Cristo. El último eslabón de esta hierofanía fue la Escuela de Misterios de los rosacruces, quienes por esta razón constituyen una referencia muy respetada y apreciada por los jesenios. Por ello buscamos intensamente en Eckartshausen, en Jacob Boehme y en Johann Valentin Andreae una referencia y un testimonio para nuestras formas de organización, de confraternización y de convivencia espiritual. Y estos nobles ejemplos nunca dieron cabida a ningún comportamiento agresivo dirigido a constreñir o incluso atacar a ningún hermano en razón de su vida natural de errores y de las dificultades en su camino espiritual. Por el contrario, su conducta constituye un grande y poderoso testimonio de verdadero amor, de ausencia de lucha contra quienes, por ignorancia u odio, los agredieron, y de espíritu verdaderamente fraternal. En el libro La Nube sobre el Santuario, Eckartshausen dice lo siguiente: “Todas las disputas, todas las controversias, todos los objetos de la falsa prudencia del mundo, todos los idiomas extranjeros, las vanas disertaciones, los gérmenes inútiles de las opiniones que propagan la simiente de la desunión, todos los errores, los cismas y los sistemas, están desterrados de ella [de la verdadera Escuela interior de los Misterios crísticos]. No se encuentran allí ni calumnias ni maledicencias; todo hombre es honrado. La sátira, el espíritu que gusta de divertirse a costa del prójimo, es allí desconocido y solamente se conoce el amor.

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“La calumnia, ¡ese monstruo!, no levanta jamás, entre los amigos de la Sabiduría, su cabeza de serpiente; el respeto mutuo es allí observado rigurosamente; allí no se señalan las faltas del prójimo ni se le hacen críticas sobre sus defectos. Con caridad, se conduce al viajero por el camino de la Verdad y se procura persuadir, tocar, el corazón que está en el error, dejando el castigo del pecado a la clarividencia del Maestro de la Luz. Allí se alivia la necesidad, se protege la flaqueza, y se manifiesta el regocijo por la elevación y la dignidad que el hombre adquiere. “La felicidad, que es el don del destino, no eleva a nadie más alto que el prójimo; solamente se considera feliz aquel a quien se ofrece o se le presenta la ocasión de hacer el bien a su hermano. Y todos estos hombres, unidos por un espíritu de verdad, forman la Ekklesia invisible, la sociedad del Reino interior, bajo un jefe único, que es Dios.” Y Jacob Boehme, en el Mysterium Magnum, al comentar la historia de Génesis, capítulo 34, ofrece un ejemplo muy nítido de lo que los jesenios practicamos como sagrada congregación comunitaria. Leemos en el capítulo LXII: “ítem 7 – Cuando la cristiandad aparece en medio de un pueblo, primero ella genera, en este lugar, a 12 patriarcas, es decir, el fundamento de la enseñanza apostólica. Sin embargo, cuando ellos se mezclan con los sabios paganos y su voluptuosidad carnal, generan Dina, es decir, la prostitución con Cristo, una falsa cristiandad, cuyo corazón no sueña sino con la prostitución, y esta prostituta vagabundea por fuera y visita las costumbres de los pueblos. “ítem 10 – Nosotros observamos aquí el poderoso símbolo de la cristiandad atormentada por la discordia, y vemos cómo la cristiandad se obstina en opiniones sectarias, sobre todo en una gran ceguera, sin saber ni siquiera por qué. Y, al no percibir lo que desencadenaría en su propia prostitución, y no por la fuerza de la cristiandad verdadera, es decir, no por la verdadera vida cristiana sino por sus opiniones personales, es decir, por una hermana Dina que fue a vagabundear lejos de la cristiandad verdadera, se apasionó tontamente por opiniones extrañas; acogiendo pues, la opinión de la prostituta, sin ver cómo podría socorrer el corazón de su hermana, en el cual reside toda la prostitución, de la misma forma que los hijos de Jacob no se preocuparon en modo alguno de mitigar el mal por el que su hermana fue deshonrada; y, aun cuando Hamor y Siquem estuviesen dispuesto a pagar la dote y esposar y amar a su hermana y dejarse circuncidar y formar un sólo pueblo con ellos proponiéndoles su amor, su fidelidad y su amistad, todo esto no les sirvió, sin embargo, de nada. “ítem 11 – Y a pesar de que ellos, Hamor y Siquem, les habían igualmente prometido hacerse circuncidar y no formar sino un sólo pueblo, ellos – los hijos de Jacob– no quisieron darles a su hermana y se volvieron como locos asesinos y posesos de muerte, lo que se interpreta de la siguiente manera: esto es una figura de lo que sería la cristiandad en el futuro, que debería surgir de esta raza [de Dina y de la naturaleza de furia de los 12 hijos de Jacob]. Y nosotros podemos ver, con nuestros propios ojos, que es efectivamente así que las cosas suceden y se cuestionan por opiniones indecentes, que es por ellas que se mata y se asesina, todo esto simplemente debido a una pérfida prostituta que tomó sobre sí

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misma un cristianismo de pura forma, en el que ella no hace nada más que enorgullecerse en la hipocresía y en la prostitución, no viendo cómo podrían venir en ayuda de su hermana, que acogió opiniones extrañas; ellos sin embargo llevan en la mano la espada y quieren matar la nueva opinión, y arrancar brutalmente fuera de la casa de Hamor a su hermana que está grávida de una opinión extraña, de su bastardo, matando a Hamor y a Siquem, así como a todos sus hombres.” En este fragmento Boehme escruta muy proféticamente la historia narrada en el Génesis, capítulo 34, y todo cuanto revela por el soplo de esta investigación iluminada es de vital importancia para delinear aquí el tema de nuestro método de conducción de los trabajos espirituales en nuestros grupos duodécuplos. En el ítem 7, Boehme hace, en primer lugar, una revelación que aparece de manera destacada en los Evangelios gnósticos, en especial en el Evangelio Cátaro y el Evangelio de la Pistis Sophia. Boehme dice allí que de las corrientes de discípulos del verdadero cristianismo surgen los grupos duodécuplos. Estos grupos, en el gnosticismo cristiano, son especialmente llamados ekklesia. Después el muestra cómo, en estos grupos duodécuplos generados por el cristianismo verdadero, debe evitarse a todo costa el espíritu de Dina, es decir, el gran gusto por la opinión personal, extraña a la verdad e importada de otras fuentes que no son la Verdad misma, opiniones que también se desea llevar al interior de los grupos, para mezclar con la buena enseñanza de los Grandes Instructores de la Verdad, y con las Sagradas Escrituras de toda la tierra, haciendo, con esta mezcla, surgir toda suerte de discordia y discusiones estériles y provocadoras de división y disensiones. De este modo, la única cosa que pedimos a los que participan en los grupos duodécuplos es que reciban la enseñanza secreta, tanto oral como escrita, con un espíritu alejado de lo que Boehme indica como Dina, constatando todo y llevando adelante su búsqueda, exteriorizando su opinión cuando tengan la certeza de que ella proviene del soplo del Espíritu de la Verdad y de la Sabiduría, y de que su intención, al exteriorizarla, sea sinceramente la de engrandecer y enriquecer su grupo con los efectos del don del Espíritu de la Sabiduría que se mueve en su ser interior. En una tercera observación, Boehme muestra cómo el hombre genera, en sus opiniones personales distantes de la Verdad, una prostitución con la verdadera y buena enseñanza, y, por efecto de esta prostitución, causa toda suerte de violencia y malas interpretaciones, gran consternación y espíritu de disputa, de acusación, de maledicencia y guerra, todo esto muy opuesto al espíritu que debe orientar una genuina comunidad gnóstico-cristiana. El espíritu genuino que quiere orientar la real comunidad cristiana de los misterios liberadores no engendra violencia, no concuerda con ella, guarda silencio respetuoso delante de la manifestación natural del ego de cualquier hermano, y guarda toda mala obra generada por él en el cofre de su amabilidad y de su convicción de que, finalmente, la Verdad triunfará y se elevará del pantano donde ella se encuentra sumergida, del alma cuyo ego aún no ha declinado. En relación a esto los Jesenios toman un especial cuidado para que su forma de reunirse no llegue a convertirse en un “pasatiempo” esotérico, en una especie de club de té o de

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encuentro de señoras (o señores) dedicado a repasar la lista de los asuntos cotidianos de su clase social y discurrir sobre la cotización del dólar, la política nacional, las noticias, los escándalos y las banalizaciones de los diversos medios esotéricos que conoce y con los que mantiene contacto. Un encuentro jesenio, a pesar de ocurrir de forma tranquila y bajo el manto del perdón y del amor, de la comprensión de las limitaciones que cada uno sufre por su condición de hombre limitado por el ego y su enfermedad de la Caída, debe mantener la más elevada atmósfera espiritual y el más alto espíritu de inspiración divina, atendiendo rigurosamente a su objetivo: formar una ekklesia y, así, practicar el cristianismo jesenio, aquel que Boehme y los gnósticos cristianos, así como los rosacruces clásicos, practicaban con todo el ardor de sus corazones llenos de fe y de sabiduría. El buscador que, contemplando la posibilidad de adherirse a la corriente discipular jesenia, desee participar de la formación duodécupla de nuestra comunidad debe saber, de antemano, que todos nuestros esfuerzos humanos y sobrehumanos se concentran en hacer de estos encuentros una referencia discipular única, un punto de partida muy serio y positivo de nuestra cotidiana vida discipular práctica. Esta práctica discipular surge de la observación, con una visión grupal más amplia, de las instrucciones escritas y orales de nuestra comunidad, las cuales pretenden conducir al hombre-materia al altar del sacrificio del ego. Allí él, consumido por las llamas de amor y del anhelo del corazón por unirse a la luz, podrá entregarse a una absoluta transformación, a la muerte sacrificial, en pro del surgimiento del hombre-espíritu.

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PARALELO 9 ¿PODEMOS SABER ALGO ACERCA DE LOS ORÍGENES DE LA COMUNIDAD

JESENIA Y DE LA FORMA COMO LLEGÓ HASTA OCCIDENTE? ¿LA COMUNIDAD JESENIA SURGIÓ DE ALGUNA DISIDENCIA DE OTRAS

ÓRDENES? Aunque señalemos el marco de inicio de la Comunidad Jesenia Oriental en 1970, momento en el que el rabí Jodachay Bilbakh se presenta ante al maestro cabalista Yalladay solicitando su iniciación en la Gnosis judaica, para ser fieles a la historia de los acontecimientos debemos considerar que al rabino Jodachay Bilbakh estaba pidiendo su ingreso en una comunidad ya muy desarrollada de judíos estudiosos de la Cábala. De hecho, la actuación del maestro cabalista Yalladay era ya evidente desde 1950, y algunos de sus discípulos surgieron entre 1955 y 1960. Sin embargo, en 1960, una serie de nuevos hechos, que se manifestaban en la atmósfera espiritual y cabalística judaica mundial, no pasaron desapercibidos al ojo hierofántico del señor Yalladay. Él divisó en el horizonte espiritual de la Tierra el surgimiento de los primeros rayos de la Era de Acuario, y como conocedor de los ciclos de las Escuelas de Misterios sobre la Tierra se preparó, desde entonces, para una renovación profunda del marco espiritual de la Gnosis judía. A comienzos del año de 1962, todos los grandes hierofantes que se encontraban en actividad en aquel tiempo entre los hombres pudieron observar en los cielos que rodean toda la Tierra algunas señales astrosóficas muy acuarianas. El señor Yalladay, como uno de estos hierofantes, constató que un amanecer acuariano, en el inicio del año mencionado, había alcanzado ya un elevado desarrollo en el seno del océano sideral alrededor de la Tierra. A partir de entonces él intensificó la preparación de su comunidad de discípulos para poder enfrentar positivamente al revolucionario planeta que regiría la nueva era: el planeta Urano. Con sede en Jerusalén, la comunidad del maestro Yalladay percibió, entre 1968 y 1970, como efecto de los nuevos dones que su preparación discipular les proporcionaba, señales claras de que la Cábala recibiría un impulso hierofántico sin par en toda su historia. El maestro Yalladay, observando la madurez, al menos de una parte del grupo de sus discípulos, y entreviendo que algo de esa hierofanía urano-acuariana habría de volverse en parte suya, invitó a su grupo a penetrar en el contenido esotérico de los descubrimientos de Qumrán. El grupo del maestro Yalladay era fundamentalmente judaico y rabínico, vivenciando una Gnosis judaica auténtica en torno de la Torah y de Moisés. Sin embargo, al encaminarse en dirección a los esenios y al contenido de los descubrimientos de Qumrán, tomaron una dirección osada y muy singular en la historia del rabinismo de todos los tiempos. Data de esa época, 1970, la llegada al grupo de un joven rabino lleno de preocupación por la espiritualidad hebraica y la seducción que la idea sionista provocaba entonces en todo el pueblo judío. Este joven se manifestó como un auténtico buscador de la Verdad y un alma indómita, colmada de sentimientos espirituales. No pasó mucho tiempo para que

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este joven, admitido en circunstancias especiales en aquel grupo, sobresaliera como un grandioso y dedicado hierofante. En 1975, muy consciente de su hierofanía, el ya entonces maestro Jodachay Bilbakh propuso una profundización aún más consciente e intensa en el tesoro espiritual de los escritos del Mar Muerto, en especial en el tipo de espiritualidad practicada por el Maestro esenio de la Justicia. Este Maestro había propuesto a sus discípulos una práctica espiritual basada en Cinco Sellamientos de Misterios: el Bautismo, la Unción, la Refección Sagrada, el Misterio de Redención o Transfiguración, y el Misterio de las Bodas Santas. Dicha propuesta causó incomodidad y una inquietud negativa en una parte de la comunidad de discípulos del maestro Yalladay que no se habían preparado para la asimilación de las fuerzas de Urano de manera tan intensa como lo habían hecho el resto de sus hermanos. Ellos querían permanecer en la línea estrictamente judaico-talmúdica de la Cábala, sin poner un pie fuera de la Gnosis de Moisés. Siguiendo esa línea, ellos deseaban continuar ligados al culto de la sinagoga y a la profesión de fe básica que los mantenía unidos como grupo al judaísmo ortodoxo. De esta manera, al aceptar la nueva idea gnóstico-judía del Maestro esenio de la Jusicia, el grupo debía salir conscientemente de la Alianza que Dios realizó con Moisés, la Alianza de la Circuncisión y de la Torah, para arrojarse a una Nueva Alianza, fundamentada en la visión esenia de la instrucción profética de Isaías, Jeremías, Habacuc, Daniel, Ezequiel y Malaquías. Además de esto, deberían aceptar la idea de que el Mesías debería considerado como alguien que vivió entre los últimos esenios, en una fecha que correspondía, en la cronología cristiana, con la existencia de Jesús de Nazaret entre los judíos. Tales ideas eran, para un grupo judío, muy temerarias y heterodoxas y, porque no decirlo, bastante próximas al cristianismo, lo que constituía una hipótesis imposible y absurda para algunos miembros de aquella comunidad de discípulos. Sin embargo, a lo largo de todo ese camino de indagación en el que se asumieron nuevas directrices el grupo permaneció unido y pacientemente orientado hacia una expectativa espiritual que fuese conciliable con su consciencia rabínica. Entre tanto, el maestro Yalladay y el señor Jodachay Bilbakh mantuvieron orientada su atención en la dirección de Acuario, y deseaban, a través de todo lo que descubrían en el contenido esotérico de Qumrán, formar una comunidad basada enteramente en la espiritualidad esenia y, en particular, buscaban activar los Cinco Misterios de los Sellamientos que los esenios practicaban. Ellos se sentían igualmente muy atraídos por el dualismo filosófico de aquellos misteriosos señores de Qumrán. Persistía, sin embargo, una cuestión difícil de resolver: ¿cómo reactivar la espiritualidad esenia y cómo activar un eslabón moderno y acuariano ligado a esa espiritualidad, si los esenios habían desaparecido hacía muchos siglos de la Tierra? ¿Cómo recibir aquel bautismo y aquella unción practicada por ellos? ¿Quién podría administrarles tales Sellamientos de Misterios? ¿Dónde podrían encontrar un remanente esenio? Meditando mucho sobre esa imposibilidad, el grupo atravesó los años siguientes hasta llegar a 1978.

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En ese año tuvieron noticia de que en el Cairo (Egipto) se encontraba disponible una traducción de los descubrimientos de Nag Hammadi. El grupo del señor Yalladay, víctima de una gran persecución debido a algunas conferencias públicas del señor Jodachay Bilbakh acerca de los esenios y del contenido esotérico de los descubrimientos de Qumrán, se encontraba muy vigilado como para poder realizar un viaje libre y seguro hasta Egipto. Sin embargo, uno de sus discípulos, de nombre Ibny Esra, proveyó un modo clandestino para efectuar el viaje, contactando un grupo de árabes nómades que, por no ser ni cristianos ni musulmanes, podían ser admitidos sin mayores problemas entre los países vecinos. Ellos tuvieron que mezclarse con esos árabes para efectuar su viaje hasta el destino deseado. El señor Jodachay, entre tanto, trabó amistad con el patriarca del grupo árabe, y descubrió que ellos eran mandeanos, es decir, los últimos sobrevivientes del grupo de esenios de Juan Bautista, y que practicaban los Cinco Sellamientos, aunque muy modificados. Esta noticia agradó profundamente al maestro Yalladay quien aguardó el regreso de su comitiva de Egipto para recibir la hierofanía quíntuple de los mandeanos. A su regreso, el patriarca llevó los discípulos del maestro Yalladay hasta el lugar del Jordán que identificaron astralmente como el sitio en el que Juan Bautista realizaba sus bautismos, y les administró allí el bautismo de Juan y les enseño el modo mandeano de reunirse para una Refección Sagrada, así como el sagrado y secretísimo ritual de Masqtah o Consolamentum, una especie de Ritual de los Muertos, que tiene por función guiar al hermano mandeano por los mundos del más allá de la muerte, hasta el lugar de su resurrección en la Luz infinita de los Ángeles divinos. Con este acto el grupo del maestro Yalladay se tornó judío-mandeano, y todos aquellos que no deseaban abandonar el rabinismo se apartaron de su comunidad. El patriarca mandeano, observando el tipo de hierofanía que despuntaba al lado del maestro Yalladay, de Ibny Esra y del señor Jodachay Bilbakh, los instruyó para que procuraran una forma de Nueva Alianza en el centro del esoterismo cristiano, en la Cábala cristiana, de manera que ampliasen su hierofanía a todo el Occidente. El grupo entró nuevamente en una difícil situación. ¿Dónde encontrar una unión con alguna fraternidad de Misterios cristianos? ¿Cómo recibir de un hierofante cristiano el Bautismo y los demás Sellamientos de los Misterios? Entregaron entonces sus expectativas y esperanzas a la Luz. El señor Jodachay Bilbakh poseía una librería con obras raras y secretas, todas manuscritas en hebreo, en la ciudad de Jerusalén. Cierto día, al cerrar temprano su tienda (que si bien era pública, era muy discreta), observó sobre el balcón un envoltorio de papel especial, atado con una cuerda. Imaginando que algún cliente lo había dejado allí, lo tocó con el fin de guardarlo, mas sintió inmediatamente que aquello había sido dejado ahí justamente para Él. Después de mucho dudarlo, abrió el volumen y observó su título en hebreo: “Sharrar”, que quiere decir Aurora. Pensando que era alguna de las obras raras que tanto había buscado, abrió el volumen descubriendo que se trataba de un autor alemán de nombre Jacob Boehme.

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Pasó la noche leyendo el volumen con gran alegría en su alma y, luego, de mañana lo llevó al maestro Yalladay, quien al observar la profundidad del escrito, reunió a los discípulos que aún quedaban para saborear tan magnífica lectura de aquel volumen. Todos fueron unánimes en reconocer que aquellas instrucciones eran del tipo de cristianismo hierofántico con el que trataban de establecer contacto. Pero, quedaba un problema por resolver: ¿quién había llevado el volumen hasta la tienda del señor Jodachay? ¿Era Él un representante de esa hierofanía cristiana? Si lo era, ¿cómo localizarlo? Observaron, sin embargo, al final del libro, una lista de las demás obras de Jacob Boehme, nutriendo la esperanza de que quien hubiera enviado el primer volumen de tan magnífica obra a las manos del señor Jodachay habría de volver para entregar el próximo volumen. De hecho, al mes de ocurrido el descubrimiento del primer volumen sobre el balcón de su tienda, en un día de mucho tumulto, al cerrar el establecimiento, ahí estaba el segundo volumen, titulado Los Tres Principios de la Esencia Divina. Después de leer ese volumen, el grupo lamentó profundamente no poder identificar al amigo que les estaba ofreciendo tan sublimes instrucciones cristianas. Después de seis meses sin ningún contacto con el extraño, en un día igualmente tumultuoso, estando el señor Jodachay en lo alto de la escalera que le daba acceso a los libros colocados en los estantes más altos, observó que un señor, vestido de un modo que lo caracterizaba como extranjero, entraba en su tienda con un envoltorio semejante a los dos anteriores. El señor Jodachay descendió inmediatamente y, sin reparar en los presentes, cerró las puertas de su establecimiento, las atrancó, y llamando por teléfono a Ibny Esra, le anunció la presencia del extraño. Hubo un tumulto a la puerta de la tienda, tanto de parte de los que estaban encerrados dentro, como de los que afuera querían entrar. Entonces, el caballero que portaba el nuevo volumen les garantizó que no huiría y, bajo esta promesa, las puertas fueron nuevamente abiertas. El caballero era un judío de procedencia alemana que, movido por inspiración divina, había venido de Europa para contactar justamente al grupo del maestro Yalladay y guiarlo, en su gran deseo de alma, al regazo de la hierofanía cristiana. Junto con Él había viajado también en barco toda una rarísima biblioteca de obras herméticas, alquímicas, rosacruces y gnósticas antiguas, todas traducidas al hebreo en forma manuscrita. Este hermano se identificó como un judío que había sido llevado al regazo del cristianismo rosacruz europeo en cuyo camino había surgido su hierofanía. Durante su estancia junto a la comunidad del maestro Yalladay no permitió que se conociese su nombre, sino que solamente se dirigiesen a Él como el “Hermano L.C.N.”. El hermano L.C.N. llevó a todo el grupo del maestro Yalladay los Cinco Sellamientos gnóstico-cristianos y a una legítima hierofanía cristiana. El era muy anciano, al igual que el maestro Yalladay, y ambos, en consenso, designaron al señor Jodachay Bilbakh como mebaker (líder e hierofante fundador de una Escuela de Misterios), pidiéndole que diese a esa Escuela el nombre de Comunidad o Fraternidad Jesenia, en homenaje a los antiguos Jesenios o esenios discípulos de Jesús de Nazaret.

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Los ojos del mebaker Jodachay Bilbakh, entretanto, avistaron una nueva adhesión al grupo de la Comunidad Jesenia Oriental en un joven muchacho de Occidente, con ciertas raras capacidades académicas y un alma completamente orientada a la búsqueda espiritual, que habría de llegar a ser el responsable de la rama occidental de la naciente comunidad. Al comunicar su visión espiritual a los maestros L.C.N. y Yalladay, ambos entendieron los rumbos que la Luz de la Sabiduría divina quería dar al grupo jesenio naciente y, desde entonces, comenzaron a esperar la llegada de ese muchacho con gran expectativa. El joven apareció ante de la Comunidad Jesenia en 1979, y en 1980 ya había sido admitido como discípulo, siendo antes un seminarista protestante que, como el propio mebaker, traía en su interior un gran descontento con la ortodoxia evangélica y con las religiones en general. El joven fue admitido con el nombre discipular de Ibny Joshai, recibiendo entre 1980 y 1984, tanto los Cinco Sellamientos como una iniciación gnóstico-cabalística. Después de esa iniciación, como era de esperarse, Ibny Joshai se desvinculó completamente de su creencia protestante y de su mundo de ideas basadas en el dogmatismo estrecho, entregándose totalmente a la nueva doctrina cristiana. De 1984 a 1993, Ibny Joshai se preparó interiormente para un discipulado mágico-sacerdotal, manteniendo en gran silencio y profunda reflexión aquello que la Gnosis le destinara en su camino espiritual. Su vida transcurrió, en ese periodo, entre sus actividades profesionales intercaladas con la grandiosa actividad de traducción de los escritos hebreos criptografiados de su mebaker (maestro hierofante), preparando para una publicación sus libros, entre ellos el Evangelio de la Pistis Sofía, Aurora Naciente, Cábala – Herencia Gnóstica de Israel o El Jardín Sellado de la Cábala, Los Setenta y Dos Ángeles de la Cábala, y otros. En Octubre de 1993, en un teatro Francisco Nunes en Belo Horizonte (Brasil), llevó a cabo una conferencia pública muy promocionada. Allí, a través de la divulgación del documento denominado Manifiesto Jesenio de 1993, presentó la Comunidad Jesenia como una especie de simiente aún enterrada en suelo profundo que aguardaba los días de su primer brote. Bajo el impulso de esta conferencia, tuvieron lugar muchas otras, solicitadas por grupos y Órdenes esotéricas, pero todas orientadas a mostrar el conjunto de obras cabalísticas y gnóstico-cristianas del señor Jodachay Bilbakh y sus revelaciones acerca de los documentos de la biblioteca gnóstica de Nag Hammadi y de los documentos del Mar Muerto. El contenido del Manifiesto Jesenio (que los interesados pueden obtener en forma de cuadernillo) estaba, también, muy enfocado en esas conferencias de 1993, procurando caracterizar la Comunidad Jesenia como una Escuela de Misterios Cabalísticos Cristianos, como una organización comunitaria gnóstica regida por una hierofanía oriental pero totalmente adaptada a Acuario y a la realidad espiritual occidental. Acuario está regido por el planeta Urano, lo que determina una nueva actividad de manifestación del Logos de Dios: en Piscis el Logos irradió su poderosa Luz liberadora,

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de tal modo que todos los discípulos eran invitados a dirigir su mirada hacia esa Luz y contemplar en ella la Verdad en su acción liberadora. En Acuario la Luz cambia de estado, pasando a un estado de Sonido, y de esta a un estado de Vida, de tal forma que en la era de Acuario son válidas las palabras de Pablo en su Epístola a los Hebreos: “ (HB 3:6) – Pero Cristo, como Hijo, es fiel sobre esta casa de Dios que somos nosotros mismos si mantenemos la seguridad y la alegría en la esperanza que poseemos. (HB 3:7) – Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, (HB 3:8) – No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto.” En relación al impacto de esta palabra evangélica altamente acuariana, inspiradora del texto del Manifiesto Jesenio de 1993, fueron revelados algunos de los secretos del Sonido de la Instrucción Espiritual (o Instrucción del Espíritu Divino) y también los secretos de cómo la boca del hierofante sirve como instrumento del Verbo en su cambiante transformación de fuerza-Luz y fuerza-Vida en fuerza-Sonido de la instrucción liberadora. Después de esa conferencia, y del conjunto de otras que le sucedieron, Ibny Joshai regresó a un total sigilo, dedicándose a la traducción del contenido de las obras escritas en hebreo criptográfico por el mebaker Jodachay entre 1980 y 1984, guardando todo el tesoro del mensaje jesenio hasta septiembre de 2001. En 1997, estando aún en el desenvolvimiento de su discipulado, él sintió que estaban amaneciendo los días de la gran preparación de la manifestación de la Comunidad Jesenia Occidental como una Escuela de Misterios Acuariana. Tomó entonces la decisión, bajo la entera orientación hierofántica del mebaker Jodachay Bilbakh, de colocar en Internet la primera Página Web jesenia. Un primer grupo de simpatizantes se presentó como voluntario para este servicio, el cual fue inmediatamente iniciado, de tal forma que en el marco de aquel año una página ya estaba al aire y muchos interesados se aproximaron por e-mail a fin de contactarnos. Los primeros contactos entre el público e Ibny Joshai a través de la Internet pasaron por dificultades muy grandes en aquella época, puesto que él mismo no tenía un computador con acceso, y ese servicio era ejecutado por simpatizantes que, si bien poseían toda la voluntad y un anhelo muy positivo por participar de esta comunidad, aguardaban todavía su manifestación definitiva. Los primeros grupos de jesenios occidentales se formaron en los primeros meses de 1998 (datan de 1995 los primeros contactos expositivos de la enseñanza jesenia dirigidos a los interesados y realizados semanalmente). Estos pudieron ver muy de cerca la gran dificultad de nuestros esfuerzos, ya que todo lo que necesitábamos para emprender nuestra tarea era conseguido con mucha lucha, y los interesados eran obreros muy pobres, de recursos financieros escasos y con mucha dificultad para abarcar una Gnosis Acuariana muy osada y profunda. En el 2000, mientras tanto, ya muy próximos a la fecha de manifestación pública definitiva de nuestra Comunidad, pudieron ser obtenidos algunos recursos, todavía muy básicos, provenientes de personas de muy buena voluntad y totalmente consagradas al camino espiritual. Esto nos permitió un primer desarrollo de nuestra gráfica artesanal y obtener un acceso propio a Internet, un cierto nivel razonable de informatización y una producción

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también razonable de material literario discipular y de libros. De esta forma pudimos comenzar a atender con recursos propios a quienes estaban interesados en ingresar al discipulado jesenio. Durante el 2000 también ocurrió una muy intensa actividad de intercambio de e-mails con los buscadores de todo Brasil, surgiendo la necesidad de intensificar aún más las traducciones. Comenzaron, entonces, a surgir grupos enteros de buscadores muy ligados entre sí, lo que exigió una nueva modalidad de trabajo, la de visitar esos grupos en sus ciudades y transmitirles oralmente la forma quíntuple del cristianismo gnóstico-jesenio basada en la Gnosis Quíntuple de Valentino: la Gnosis de los Cinco Sellamientos de los Misterios. Data de esa época el desarrollo de lo que conocemos hoy como ibnato, es decir, el desarrollo del segundo Sellamiento de los Misterios: el Ibny o Ungido. El Ibny no es una autoridad gnóstica, pues en Acuario las comunidades gnóstico-cristianas deben volver a la simplicidad de las primeras comunidades de discípulos de Jesús, carentes de jerarquías y muy fraternales, apreciando la igualdad de sus participantes. El Ibny es, pues, una especie de hermano más viejo y veterano, que puede brindar un auxilio a los demás hermanos sin, con todo, aprovecharse de su avance discipular para generar en torno de sí un aura de autoridad, ya que esa aura es propia de los que, estando en el estado psíquico-religioso, poseen una fe fundamentada en las autoridades dogmáticas. La fe gnóstica, por el contrario, tiene el sello de una independencia sin igual, naciendo de sí misma, y de la interioridad del alma, de su punto central y más profundo, en el que mora el principio activo de Dios, la Joya en el Lotus cardiaco. En el 2001, dando continuidad al desarrollo de nuestra área de informática, mejoramos nuestro sitio en Internet, dándole el carácter cabalístico-gnóstico deseado por nuestro hierofante, y también desarrollamos una serie de medios para atender, de modo más rápido y eficiente, las necesidades discipulares de quienes se encontraban geográficamente muy alejados. Un punto muy elevado del año 2001, fue nuestra conferencia pública en Río de Janeiro, con el tema “El Mesías y la Era de Acuario”, realizada el día 28 de octubre en la Casa del Estudiante, la cual contó con la presencia de investigadores y buscadores del área de la Cábala judía y también del Cristianismo gnóstico. Después de esa conferencia se dieron una serie de contactos, tanto personales como por e-mail, con personas de elevada búsqueda espiritual, lo que permitió mostrarles el contenido más interior y más gnóstico de la Comunidad. De este modo ellos alcanzaron un nivel de comprensión bastante profundo de la propuesta iniciática acuariana de los jesenios, la que les fue presentada como mucho más osada espiritualmente que todo aquello de lo que habían tomado conocimiento en Piscis. Motivados por sus descubrimientos espirituales junto a los jesenios (algunos de los cuales fueron expuestos en ese trabajo, siendo otros de carácter más secreto y todavía más profundo) sintieron la necesidad de adherirse a nuestra corriente de discípulos para poder, de una vez por todas, impulsar su iniciación espiritual, lo que, en lo más íntimo de sus corazones, deseaban con gran intensidad.

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A partir de la decisión de estos buscadores de Río de Janeiro, una verdadera oleada de otros buscadores, sus amigos de todo el Brasil, inducidos por una muy seria investigación del material de las enseñanzas de los jesenios y por una inquietud positiva de alma, siguieron el mismo ejemplo. Como ellos, muchos otros grupos de buscadores se han aproximado a nosotros, siendo necesario seguir, en estos casos, un muy cuidadoso método de aproximación y adhesión. Nuestra Comunidad goza, en muy elevado nivel, de una respetuosa amistad con las diversas Órdenes esotéricas que actúan en Brasil y en el mundo entero. Y para preservar ese afecto y ese respeto, tomamos todas las previsiones posibles para que esas adhesiones en masa no constituyan, de forma alguna, una disidencia. Para ello hemos insistido mucho en que los jesenios no solicitan y no incentivan, en ningún momento de su largo discipulado cabalístico-gnóstico, el rompimiento de sus membrecías en otras Órdenes a las que por ventura pudieran pertenecer. Por el contrario, decimos con mucho énfasis que los rompimientos no son necesarios y que, en muchos casos, se tornan perjudiciales. Precisamos, en esta jornada espiritual, sumar y nunca jamás ser motivo de divisiones o substracciones. Asumimos dos posturas acuarianas tomadas directamente del Nuevo Testamento bíblico. La primera, expresada por las palabras de Pablo: “Quien no está contra nosotros, está con nosotros”. Y la segunda, también expresada por él cuando dice: “Leí todo, retuve lo que era bueno”. Por la primera expresión entendemos que toda y cualquier Orden, o Comunidad gnóstica o esotérica, que tenga por misión mostrar al hombre su verdadero estado de hombre-materia, aquejado del mal de la Caída y, por tanto, necesitado de un proceso iniciático de cura espiritual que le permita recuperar o reconquistar su antigua dignidad angélica anterior al accidente de la Caída, es para nosotros, en verdad, una fraternidad hermana, digna de nuestro más alto respeto y admiración. En la segunda expresión bíblica se nos revela la condición del verdadero hombre pneumático (el hombre espiritual a quien los Misterios de Liberación son ofrecidos): su grandiosa y punzante inquietud interior y dinamismo de búsqueda, sin límites, de la Verdad. El hombre pneumático, al contrario del hylico (materialista, del griego hylé, materia) y del hombre psíquico (o religioso, que se guía en los asuntos espirituales apenas con el ojo de una fe común y poco reflexiva de la Verdad), tiene una fuerza interior proveniente de su Joya en el Lotus cardíaco, de tal manera que él se torna un alma indómita, siendo muchas veces confundido con un “traidor de los sistemas establecidos”, un “perturbador del orden” o un “discípulo en eterna crisis”. Es necesario tener en cuenta esto para que, sin desconocer que muchos hombres entran en las filas de las comunidades gnósticas ocultando una muy pérfida intención, y dejando que el ojo del hierofante los observe a todos con imparcialidad, ausencia de malas intenciones, con amor y gran compasión, evitemos que el hombre verdaderamente pneumático, con su actitud revolucionaria y altamente cuestionadora, sea confundido con un traidor verdadero y mal intencionado.

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En las comunidades psíquicas o esotéricas que no tienen un hierofante como orientador, es habitual que se prohíba leer otra literatura tejiendo alrededor de otros instructores de la humanidad o de autores de libros y literatura esotérica o religiosa todo un misticismo aterrorizador con el claro objetivo de mantener anestesiado el espíritu cuestionador de sus miembros o participantes para conducirlos ciegamente a través del miedo, cuando se les debería conducir muy libre e iluminadamente mediante la Verdad y su fuerza de Sabiduría divina. Tales organizaciones sienten la necesidad de crear permanentemente una opinión negativa en sus asociados en relación a otros grupos religiosos o esotéricos, utilizando toda suerte de medios y argumentos para afirmarse como “el único grupo preconizador de un método disponible para la salvación y liberación de la humanidad”. Esos grupos, tal como lo testimonia la Historia y lo documentan cada vez más los descubrimientos arqueológicos, fueron más comunes en el pasado. Ellos patrocinaban una oposición y una ola de maledicencia, así como una aversión de carácter obscuro y sin fundamento, en mentes que consideraba a la cuestión financiera como muy importante. Al advertir que las enseñanzas de las comunidades gnósticas producían una muy inexplicable atracción que tocaba sus comunidades con un fuego de la Verdad, despertando en sus asociados sentimientos de libertad y de búsqueda, buscaban entonces no incentivar sino anestesiar tales sentimientos, llegando al punto de tacharlos de perturbadores y muy indeseables. A pesar de que constatamos que tal tipo de asociaciones psíquicas del pasado han sobrevivido en número más reducido hasta el presente, al contrario de lo que se podría esperar, desde nuestra manifestación más pública en septiembre de 2001, hemos contado con una grande y maravillosa neutralidad y fraternidad de nobles Órdenes esotéricas, que observan el trabajo de nuestra comunidad con el espíritu de Pablo expresado en sus palabras “Quien no está contra nosotros, está con nosotros”. De este modo, la Comunidad Jesenia llega a Brasil con un espíritu acuariano de fraternidad semejante al de las Escuelas de Misterios de todos los tiempos y lugares, donde impera una total libertad de búsqueda. Y no sólo posee tal espíritu de libertad sino que él es pregonado como una de las principales características de una comunidad verdaderamente pneumática y marcada por el fuego de la Gnosis. El responsable en Occidente, Ibny Joshai, proveniente de medios protestantes en los que había observado toda suerte de estrechez dogmática, de jerarquización, así como de cristalización cada vez más frecuente de las interpretaciones del mensaje bíblico, y una sobrevalorización de las cuestiones financieras, donde un grupo evangélico intentaba demostrar su poderío financiero a los demás construyendo templos y estructuras organizacionales inmensas y muy complejas, de exagerada belleza y fastuosidad, interpretó con cuidadosa experiencia los mensajes acuarianos de su mebaker, que exhortaba a la sencillez, a la humildad práctica y a una forma de cristianismo apartado de la idea de establecerse bajo templos de piedra, cemento y mármol, aquella comunidad que deberá ser la Ekklesia santa del Logos. Este cristianismo gnóstico jesenio, como pueden observar todos aquellos que, por ser almas pneumáticas libres, estudian celosamente cualquier escritura sagrada y cualquier

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literatura que exprese o guarde el contenido de la Verdad, se parece mucho al que preconizaba en todo instante Jacob Boehme en sus muy gloriosas obras. Quienes, deseando profundizar en los secretos de los Misterios gnósticos Jesenios, quieran ir todavía más lejos en las explicaciones de lo que aquí hemos expuesto, esperamos nos contacten por e-mail, y tendremos el inmenso placer en auxiliarlos en su anhelo de saber.

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