para ser laico en el mundo hay que ser iglesia en la iglesia para ser laico en el mundo hay que ser...

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Entrevista Paraserlaicoenelmundohay queserIglesiaenlaIglesia E n 1991, la Asamblea Plena- ria de la Conferencia Epis- copal Española aprobaba el documento Loscristianoslai- cos, Iglesia en el mundo, donde se con- templaba la creaciónde un Foro de Laicos, órgano que se crearía un año después. Se trata, según señala su actual presi- dente, Juan José Rodrlguez Vicente, "de un cauce de encuentro de las diversas re- alidades eclesialescon la función de ani- mar la comunión entre los diversos movimientos que lo integran, poten- ciando la colaboración entre ellos y con la idea de impulsar la idea de corres- ponsabilidad de los laicos dentro de la vida de la Iglesia y en la sociedad". Cuando están a punto de celebrar su décimo aniversario, dan vida a ese "cau- ce" 54 movimientos, "las principales re- alidades eclesiales, salvo algunas muy concretas que por su propio estatuto no contemplan estar integrados, como el Opus Dei o los neocatecumenales". - Si ponemos cifras al conglomera- do de siglas del Foro, ¿de cuántas per- sonas estaríamos hablando? - Posiblemente de millones, porque sólo alguno de los movimientos inte- grados, como la Confederación de Fe- deraciones de Asociaciones de Viudas, tiene unas 300.000 asociadas. - Una importante masa social que tendría muchas cosas que decir... - ... si estuviera bien estructurado y hubiéramos llegado a niveles de diálo- go y comunión entre los movimientos. Pero no es así porque el Foro no es una superestructura, ni su presidente ni su Comisión Permanente tienen compe- tencias sobre los movimientos. Somos un espacio de comunión, de colabora- ción, y cada asociación tiene su recorri- do, su historia. Unos están más por la integración; otros, por ir más a su aire. - Si echa la vista atrás, después de es- tos diez primeros años de vida del Fo- ro, ¿qué es lo que ve? - Veo algunas sombras, porque qui- zá no hemos dado toda la importancia que el Foro tiene como espacio para esa colaboración mutua. Pero veo muchas luces, porque estamos haciendo un tra- bajo en común que nos ha permitido te- ner celebracionesde cierta entidad, como haber sido los anfitriones del Foro Eu- ropeo de Laicos. Ahora, unos mil res- ponsables y militantes de movimientos nos reuniremos en Madrid el día 26 pa- ra celebrar este aniversario, y esto es fru- to de un trabajo que se ha venido haciendo. Hay que partir de una reali- dad: cada movimiento va a lo que es lo suyo y, hasta hace poquito, no se daba espacio a las actividades de los otros. El ir haciendo hueco en nuestras agendas para las cosas de los demás es un avan- ce, lento, pero avance. Máspresenciapública - ¿En qué otras cuestiones le gusta- ría que el Foro hubiese avanzado cuan- do celebren el vigésimo aniversario? - En primer lugar, en que fuésemos capaces de convocar a más personas. Sig- nificaría que los movimientos habrían apostado más por el encuentro mutuo. y me gustaría que pudiésemos contem- plar una de las tres finalidades del Foro: la presencia pública en la sociedad. No se da porque no se vive a tope la corres- ponsabilidad de los laicos. A nivel doc- trinal, la corresponsabilidad está muy consolidada pero, en la práctica, segui- mos siendo laicos de segundo orden. Por eso hablamos de comunión, correspon- sabilidad y presencia pública como ob- jetivos, que no los ha inventado el Foro, sino que son encargo de los obispos. - ¿Esdifícil aunar en una sola voz las reflexiones que salen de tantos grupos? - Hay un interés creciente en los mo- vimientos. Nadie cuestiona que no de- ba existir el Foro para que podamos sentamos y colaborar juntos. Pero diñ- . cilmente podremos hacer la misión de la Iglesiasi no la vivimos en comunidad. si cada uno va por su lado. Hay una con- ciencia, y sobre todo a partir de la Car- ta Apostólica Novo Millennio Ineunte, que insiste tantísimo en la espiritualidad de comunión, en propiciar espacios pa- ra ella. Eso ha ayudado a crecer esta con- ciencia, pero ~o en igual medida por todos. ¿Por qué? Porque cada movimiento es una pequeña familia y el Foro quiere ser una gran familia dentro de otra fa- milia más grande, la Iglesia. Y cada fa- milia tiene sus cositas, su recorrido, sus orígenes.. . que los determina. Compar- timos realidadesdiversasy planteamientos muy diferentes, lo que a veces dificulta S-Vida Nueva I

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Entrevista

ParaserlaicoenelmundohayqueserIglesiaenla Iglesia

E n 1991, la Asamblea Plena-ria de la Conferencia Epis-copal Española aprobaba eldocumento Loscristianoslai-

cos, Iglesia en el mundo, donde se con-templaba la creaciónde un Foro deLaicos,órgano que se crearía un año después.Se trata, según señala su actual presi-dente, Juan José Rodrlguez Vicente, "deun caucede encuentro de lasdiversas re-alidades eclesialescon la función de ani-mar la comunión entre los diversosmovimientos que lo integran, poten-ciando la colaboración entre ellos y conla idea de impulsar la idea de corres-ponsabilidad de los laicos dentro de lavida de la Iglesia y en la sociedad".

Cuando están a punto de celebrar sudécimo aniversario, dan vida a ese "cau-ce" 54movimientos, "las principales re-alidades eclesiales, salvo algunas muyconcretas que por su propio estatuto nocontemplan estar integrados, como elOpus Dei o los neocatecumenales".

- Si ponemos cifras al conglomera-do de siglas del Foro, ¿de cuántas per-sonas estaríamos hablando?

- Posiblemente de millones, porquesólo alguno de los movimientos inte-

grados, como la Confederación de Fe-deraciones de Asociaciones de Viudas,tiene unas 300.000 asociadas.

- Una importante masa social quetendría muchas cosas que decir...

- ... si estuviera bien estructurado y

hubiéramos llegado a niveles de diálo-go y comunión entre los movimientos.Pero no es así porque el Foro no es unasuperestructura, ni su presidente ni suComisión Permanente tienen compe-tencias sobre los movimientos. Somosun espacio de comunión, de colabora-ción, y cada asociación tiene su recorri-do, su historia. Unos están más por laintegración; otros, por ir más a su aire.

- Si echa la vista atrás, después de es-tos diez primeros años de vida del Fo-ro, ¿qué es lo que ve?

- Veo algunas sombras, porque qui-zá no hemos dado toda la importanciaque el Foro tiene como espacio para esacolaboración mutua. Pero veo muchasluces, porque estamos haciendo un tra-bajo en común que nos ha permitido te-ner celebracionesdecierta entidad, comohaber sido los anfitriones del Foro Eu-ropeo de Laicos. Ahora, unos mil res-ponsables y militantes de movimientos

nos reuniremos en Madrid el día 26 pa-ra celebrar este aniversario, y esto es fru-to de un trabajo que se ha venidohaciendo. Hay que partir de una reali-dad: cada movimiento va a lo que es losuyo y, hasta hace poquito, no se dabaespacio a las actividades de los otros. Elir haciendo hueco en nuestras agendaspara las cosas de los demás es un avan-ce, lento, pero avance.

Máspresenciapública

- ¿En qué otras cuestiones le gusta-ría que el Foro hubiese avanzado cuan-do celebren el vigésimo aniversario?

- En primer lugar, en que fuésemoscapaces de convocar a más personas. Sig-nificaría que los movimientos habríanapostado más por el encuentro mutuo.y me gustaría que pudiésemos contem-plar una de las tres finalidades del Foro:la presencia pública en la sociedad. Nose da porque no se vive a tope la corres-ponsabilidad de los laicos. A nivel doc-trinal, la corresponsabilidad está muyconsolidada pero, en la práctica, segui-mos siendo laicosde segundo orden. Poreso hablamos de comunión, correspon-sabilidad y presencia pública como ob-jetivos, que no los ha inventado el Foro,sino que son encargo de los obispos.

- ¿Esdifícil aunar en una sola voz lasreflexiones que salen de tantos grupos?

- Hay un interés creciente en los mo-vimientos. Nadie cuestiona que no de-ba existir el Foro para que podamossentamos y colaborar juntos. Pero diñ- .cilmente podremos hacer la misión dela Iglesiasi no la vivimos en comunidad.si cada uno va por su lado. Hay una con-ciencia, y sobre todo a partir de la Car-ta Apostólica Novo Millennio Ineunte,que insiste tantísimo en la espiritualidadde comunión, en propiciar espacios pa-ra ella.Esoha ayudado a crecer esta con-ciencia, pero ~o en igual medida portodos. ¿Porqué?Porque cadamovimientoes una pequeña familia y el Foro quiereser una gran familia dentro de otra fa-milia más grande, la Iglesia. Y cada fa-milia tiene sus cositas, su recorrido, sus

orígenes.. . que los determina. Compar-timos realidadesdiversasy planteamientosmuy diferentes, lo que a veces dificulta

S-Vida Nueva

I

t

la colaboración mutua. Pero este mismoencuentro que vamos a celebrar en Ma-drid, posiblemente hubiera sido impen-sable hace unos pocos años porque nohabríamos sido capaces de movilizar alas personas que asistirán de toda Espa-ña. Seguramente, en el vigésimo aniver-sario seamos capacesde movilizar a otrasmil personas. Es un proceso lento, peroestamos en camino.

- ¿Cree que para entonces habrá enel Foro una única voz con la que puedadirigirse a la sociedad?

- Estaremos en mejores condiciones.Hay dificultades y muchos matices so-bre temas básicos de Iglesia, que algu-nos asumen y otros no. .. Por eso insistoen que hay que llegar a la comunión.

- ¿Ycómo se llega a esa comunión?- A través de la comunicación y el co-

nocimiento mutuo. La comunión, an-tes de ser efectiva, tiene que ser afectiva.Elprimer paso es sentamos, saber nues-

tros nombres y nuestros criterios res-pectivos. Entonces se inicia el diálogo y,ya después, podrá dar frutos o no, perono podemos comenzar sin ese diálogoprevio. Eso es lo que quiere posibilitarel Foro. No sé si en 20 años tendremosuna voz única, pero en este momento loque quiero es impulsar la comunión.Porque si nos ponemos alrededor de unamesa a decir qué pensamos sobre Ges-cartera o sobre lo que sea, pueden salirdieciocho comunicados diferentes. Ca-da vezhay más dese6sde que, en esta so-ciedad tan fragmentada, tengamos unaunidad de acción para expresar nuestravoz porque, desgraciadamente, los me-dios de comunicación, a no ser que se-an muy afines, no se hacen eco de estasrealidades, y si lo hacen es para sacarlepunta. Francamente, tenemos que em-pezar a tomar cartas en el asunto.

- Dentro de la riqueza que suponentantos carismas en el Foro, ¿una exce-

JUAN JOSÉ RODRíGUEZ

PRESIDENTEDELFORODE LAICOS

siva fragmentación no le resta fuerzaspara ser un espacio más consolidado?

- Sisólo lo integraran cinco o diez mo-vimientos, sería mucho más fácil.Cuan-do lo forman 54es más complicado pero,al mismo tiempo, la posibilidad en símisma de que haya este cauce, dondepodamos integramos, es una riqueza.Tendrá más o menos frutos palpables,pero es una riqueza. Nadie nos ha dichoque esto sea fácil, pero se debe conver-tir en oportunidad para ir viendo quépuntos tenemos en común. Sin duda, lomás esencial lo tenemos, porque todoslos movimientos y asociaciones son fru-to del Espíritu Santo; por tanto, su dise-ño constitucional es idéntico. Luegopodemos variar y ser diferentes en ma-tices, pero esencialmente todos tieneninfinitamente más en común... Estetra-

bajo de comunión, en definitiva, no esmalo para ningún movimiento sino quenos va a hacer caer más en la cuenta de

la gran diversidad y riqueza que hay.

- ¿Cómo es la relación del Foro deLaicos con la Conferencia Episcopal?

- Tendríamos que tener un mayorapoyo de la jerarquía. Los apoyos estánahí, sobre el papel, desde donde tambiénse considera importante la tarea del Fo-ro de Laicos, pero en la práctica no hayun apoyo decidido. Con ser esto impor-tante, no es lo que más, porque no te-nemos que estar continuamente aexpensasde que la jerarquía nos estédan-do el apoyo, el ánimo... Tenemos quetrabajar porque somos corresponsablesde la misión de la Iglesia.Así que lo quemás me preocupa no es esto, sino el quelos propios movimientos no tomen con-ciencia, a través de sus responsables, delrol que estamos llamados a jugar, y queen ese papel, si lo hacemos colaborandojuntos, con planteamientos de accionescomunes, con una unidad de acción, po-dríamos hacer mucho. La Iglesia, a tra-vésde losmovimientos,tiene un potencialhumano y de recursos muy grande, congente concienciada dispuesta a evange-lizar y transformar la sociedad. Ese po-tencialno lo acabamosde canalizarjuntos,hay fragmentación y, al final, se pierdenmuchas energías apostólicas. Las rela-ciones con los obispos son cordiales, pe-ro, quizá, no pasan de ahí. No voy a caeren el victimismo de que no nos hacencaso, pero tampoco siento que haya un

26 de octubre de 2002 . 9

Entrevistainterés grande, por ejemplo, en la ela-boración de documentos. Pero tampo-co se cuenta con muchos movimientos.A veces salen cuestiones en temas de fa-milia y, si preguntas a los responsablesde los movimientos que trabajan en esoscampos, parece que no se ha contadocon ellos. Se está intentando cambiar.Por ejemplo, va a haber una reunión pa-ra organizar un Congreso Nacional deApostolado Seglary, entre los convoca-dos, está el Foro. A nivel de estructuras,se contempla que el presidente del Foropueda estar en determinados ámbitos,pero nos queda mucho por hacer.

- ¿Sepuede decir que aún existe des-confianza ante el laico?

- En el trato personal, no. Pero sí a lahora de que tenga la función a la que es-tá llamado: que en cuestiones del laica-do, no en exclusiva, por supuesto, tengaun papel relevante. Hay reticencias que,a veces, pueden ser fruto de un excesivoclericalismo en nuestra Iglesia, que enalgunos ámbitos está empezando otraveza reverdecer.También esverdad que,en otros, se va dando más cancha allai-co. Otras veces, las reticencias puedendeberse a la propia dinámica. No es lomismo que dos se pongan a elaborar undocumento a que se tenga que contarcon diecisiete más. Seguro que el docu-mento será mucho más rico así, pero ha-brá conllevado muchas reuniones, nohabrá podido salir en el tiempo en quedos lo pueden hacer. . .

- ¿Qué pasos habría que dar para irhacia esa mayor corresponsabilidad?

-Lo primero, tomar conciencia del es-tatuto que el laico tiene en la vida y mi-sión de la Iglesia,y éste, por el bautismo,es de una importancia trascendental. Pa-ra anunciar a Jesucristo, yo no soy unmandado, no voy porque me lo mandemi obispo. Voy porque he descubiertoal Señor en mi vida, eso me ha hecho tre-mendamente feliz,es lo que la sostiene,y ese deseo me hace ir a transmitírselo alos demás, aunque lo haga también co-mo enviado por la Iglesia. Después, loque tenemos que hacer los laicos es for-mamos. No iremos avanzando en esa

corresponsabilidad sin una mayor for-mación. De esamanera, podremos apor-tar muchísimo más a estediálogoy trabajoen común. Luego, falta que nos den can-cha, pero ésta la tendremos que ir bus-cando, porque hay trabajo para aburrir.No veo la cuestión en términos de con-frontación. Cada uno tiene su misión enla Iglesia,y la nuestra está muy clara: es-tar ahí, en el corazón del mundo, en nues-tra profesión, en nuestra familia, con losamigos, en sitios donde el presbítero no

10- Vida Nueva

puede estar porque su misión y su fun-ción es otra. No debe de entenderse co-mo competencia, pero es verdad que paraque yo, laico, sea Iglesia en el mundo,tengo primero que ser Iglesia dentro dela Iglesia.Y a veces, la gente no lo perci-be así. Cuando preguntas a alguien queestá al margen de la Iglesia que quién laconforma, te dirá que los curas, los obis-pos, las monjas... No te hablará de losseglares, cuando son, ya no digo numé-ricamente, una realidad muy presenteen ella. La gente no lo percibe porquetiene una visión deformada de la Iglesia,pero también es porque los laicos no tie-nen esa voz. Y yo me siento parte de laIglesia.Cuando voy a trabajar y a anun-ciar a Jesucristo, me siento parte de laIglesia, no un francotirador por libre.

- Sin embargo, se habla de la "cleri-calización" de los laicos...

- A veces puede existir cierta confu-sión. Nuestra vocaciónesestar en el mun-

do, lo que no quiere decir que tambiénintraeclesialmente tengamos responsa-bilidades. Es posible que en algunos lu-gares, con escasez de sacerdotes, el laicoasuma funcionesmás propias de lospres-bíteros. En circunstancias normales, ésasería una tentación en la que el laico nodebe caer, pero tampoco en la de algu-nos que trabajan más a gusto en la sa-cristía,haciendo dejaciónde su verdaderaresponsabilidad como creyentesen la so-ciedad civil. Eso es así porque sufrimoslas consecuencias de esta sociedad que,de manera brutal, nos dice que la fe esalgo privativo, sin dimensión pública,algo para los domingos y en familia.Cuando te martillean continuamente, elcreyente cae en esa tentación, porque lootro no es políticamente correcto.

- ¿Tiene el laico un sentimiento ver-gonzante de pertenecer a la Iglesia?

- Por supuesto. Hay falta de concien-cia de que la fe tiene una dimensión pú-blica, incluso con implicacionespolíticas.La fe no es neutral, como no lo fue Je-sús ni lo es el Evangelio. Esto no quieredecir que no pueda haber criterios polí-ticos diferentes que manan del Evange-lio, pero no podemos ser impasibles anteuna realidad que puede estar atrope-llando losderechos de laspersonas. Aun-que a la sociedad y a los medios decomunicación que conforman la con-ciencia de la opinión pública sí le inte-resa que permanezcamos impasibles,porque insisten en que nuestra fe quedereducida a lo particular, a la concienciaindividual. Pero yo tengo esperanza.Nuestra voz podría calar en la sociedady cambiar su percepción de la Iglesia.

- ¿Dentro de esa percepción socialestá la de considerar que el laico es unmenor de edad dentro de la Iglesia?

- En la práctica, sí lo es.Y cuando unono es mayor de edad, puede ser porqueno se quiere serio -sería responsabilidaddel laico- o porque, como sucede conlos hijos, algunos padres no lesdejan sersuficientemente maduros por un exce-so de proteccionismo. ~fientras nos per-demos en cuitas sobre el lugar quedebemos ocupar unos y otros en la bar-ca que es la Iglesia, no nos damos cuen-ta de que alrededor de ellahay montonesde náufragos que se están ahogando yque necesitan que les echemos una ma-no. Eso es lo que ocurre en esta socie-dad, donde muchos se ahogan porquesu vida no tiene rumbo, son muertos vi-vientes. Aldar testimonio de unidad, "elmundo creerá", como dice Jesús.

José Lorenzo. Fotos: Luis Medlna