¿para qué sirve el y, a la inversa, una ciudad organizada

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Planificación Física Cuba 11 Concepción Álvarez - Gancedo Consultora del Instituto de Planificación Física ¿Para qué sirve el urbanismo? (Parte 1) Urbanism: what’s for? (Part 1) E n el libro Fundamentos de urbanismo, una perspecti- va sostenible 1 se expresa que: “Durante su ponen- cia en un congreso celebrado hace ya casi veinte años, un prestigioso catedrático se esforzaba en explicar a los asistentes el objeto de la ordenación del te- rritorio. En aquella época el concepto de desarrollo soste- nible aún no había alcanzado la difusión y popularidad que goza en la actualidad, pero disertó ilustradamente sobre la enorme capacidad de transformación del entorno que nues- tra sociedad había desarrollado, sin parangón con etapas históricas anteriores; la necesidad de introducir un cierto orden y racionalidad en la distribución de los distintos usos y actividades, y la conveniencia de evaluar los impactos eco- nómicos, sociales y ambientales, las actuaciones públicas y privadas con efecto territorial, entre otras muy intere- santes cuestiones. Al final de su discurso, y a medio cami- no entre la síntesis y la confidencia, reconoció que, cuando explicaba a alguien ajeno a su profesión a qué se dedicaba, normalmente su interlocutor, extrañado, le preguntaba para qué demonios servía eso de la ordenación del territorio. Y él, con cierto pudor, contestaba: para contribuir dentro de lo posible a que la gente sea un poco más feliz”. Y es que con mucha frecuencia, debajo de leyes, métodos, directrices, programas de inversiones, medidas, regulacio- nes y planes de cualquier clase y escala, queda olvidado e invisible ese propósito tan sencillo de ordenar el territorio, ya sea rural o urbano, que es servir a sus destinatarios: sus residentes. En el caso urbano está demostrado que la degradación de las áreas residenciales, la inadecuada organización del transporte o la falta de espacios de relación o esparcimiento tienen un efecto perjudicial sobre la gente, su participación activa en la sociedad, rendimiento y salud. 2 Y, a la inversa, una ciudad organizada armónica y equilibra- damente, donde la disposición de los usos en el territorio se corresponda con su capacidad para acogerlos, favorezca el contacto y la relación social y sea capaz de generar espa- cios útiles para el desarrollo de las personas, si bien no garan- tiza por sí sola su bienestar ni su felicidad, ciertamente ayuda a conseguirla. El ordenamiento territorial y el urbanismo se consideran disciplinas técnicas, no ciencias exactas; entonces, sus con- ceptos y términos no pueden ser precisados exactamente. Sin embargo, es necesario conocerlos y manejarlos con rigor. Ambos actúan sobre el espacio al planear la estruc- tura y la localización de actividades en determinado lugar, tomando en consideración las características físicas, sociales y medioambientales existentes, las que, a su vez, resultarán modificadas por dicha intervención. Su objetivo común es integrar, articular y compatibilizar, tanto en el espacio como en el tiempo, las acciones de los diversos actores en aras de lograr, a través del uso racional y sostenible de los recursos disponibles (en particular el sue- lo), ámbitos equilibrados y funcionales mediante la propues- ta de una organización física que permita una distribución de actividades socialmente equitativa, económicamente efi- ciente y ambientalmente sostenible, sin olvidar la creación de condiciones para la realización personal de los individuos que habitan ese territorio. Aunque trabajan a diferentes escalas, ambos examinan, proponen, gestionan y controlan la organización, estructura, funcionamiento y diseño del espacio, y son expresión física de las políticas económica, social, cultural y ambiental de la sociedad que las promueve. Múltiples definiciones: proceso de urbanización, urbanis- mo y urbanización La población urbana ha ido ocupando una proporción cada vez mayor, manifestación que se conoce como proceso de urbanización. El incremento de la población urbana so- bre la rural se considera como la transición de una sociedad rural a otra más concentrada en asentamientos urbanos, y es un fenómeno universal que conlleva cambios, tanto en el modo de vida como en la organización social. El incremento de la población urbana está motivado por di- ferentes factores, entre los que están: el crecimiento natu- ral de la población, es decir, la diferencia entre nacimientos y defunciones de los residentes de los asentamientos ur- banos; el crecimiento migratorio o saldo entre inmigrantes y emigrantes, que pueden ser nacionales o internacionales; el cambio del límite urbano, definido para cada censo; la co- nurbación con otros asentamientos no urbanos, que puede ser un caso particular de la anterior; el surgimiento o cambio de clasificación del asentamiento y el cambio de definición 1 Manuel Carrero de Roa. Fundamentos de urbanismo, una perspectiva sostenible, Ojoxhoja Editora, Oviedo, 2010. 2 Kristin Kerstein et al. Architecture and quality of life, Consejo Euro- peo de Arquitectos, Bruselas, 2004.

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Page 1: ¿Para qué sirve el Y, a la inversa, una ciudad organizada

Planificación Física Cuba 11

Concepción Álvarez - GancedoConsultora del Instituto de Planificación Física

¿Para qué sirve el urbanismo? (Parte 1)

Urbanism: what’s for? (Part 1)

En el libro Fundamentos de urbanismo, una perspecti-va sostenible1 se expresa que: “Durante su ponen-cia en un congreso celebrado hace ya casi veinte años, un prestigioso catedrático se esforzaba en

explicar a los asistentes el objeto de la ordenación del te-rritorio. En aquella época el concepto de desarrollo soste-nible aún no había alcanzado la difusión y popularidad que goza en la actualidad, pero disertó ilustradamente sobre la enorme capacidad de transformación del entorno que nues-tra sociedad había desarrollado, sin parangón con etapas históricas anteriores; la necesidad de introducir un cierto orden y racionalidad en la distribución de los distintos usos y actividades, y la conveniencia de evaluar los impactos eco-nómicos, sociales y ambientales, las actuaciones públicas y privadas con efecto territorial, entre otras muy intere-santes cuestiones. Al final de su discurso, y a medio cami-no entre la síntesis y la confidencia, reconoció que, cuando explicaba a alguien ajeno a su profesión a qué se dedicaba, normalmente su interlocutor, extrañado, le preguntaba para qué demonios servía eso de la ordenación del territorio. Y él, con cierto pudor, contestaba: para contribuir dentro de lo posible a que la gente sea un poco más feliz”.

Y es que con mucha frecuencia, debajo de leyes, métodos, directrices, programas de inversiones, medidas, regulacio-nes y planes de cualquier clase y escala, queda olvidado e invisible ese propósito tan sencillo de ordenar el territorio, ya sea rural o urbano, que es servir a sus destinatarios: sus residentes.

En el caso urbano está demostrado que la degradación de las áreas residenciales, la inadecuada organización del transporte o la falta de espacios de relación o esparcimiento tienen un efecto perjudicial sobre la gente, su participación activa en la sociedad, rendimiento y salud.2

Y, a la inversa, una ciudad organizada armónica y equilibra-damente, donde la disposición de los usos en el territorio se corresponda con su capacidad para acogerlos, favorezca el contacto y la relación social y sea capaz de generar espa-cios útiles para el desarrollo de las personas, si bien no garan-tiza por sí sola su bienestar ni su felicidad, ciertamente ayuda a conseguirla.

El ordenamiento territorial y el urbanismo se consideran disciplinas técnicas, no ciencias exactas; entonces, sus con-ceptos y términos no pueden ser precisados exactamente. Sin embargo, es necesario conocerlos y manejarlos con rigor. Ambos actúan sobre el espacio al planear la estruc-tura y la localización de actividades en determinado lugar, tomando en consideración las características físicas, sociales y medioambientales existentes, las que, a su vez, resultarán modificadas por dicha intervención.

Su objetivo común es integrar, articular y compatibilizar, tanto en el espacio como en el tiempo, las acciones de los diversos actores en aras de lograr, a través del uso racional y sostenible de los recursos disponibles (en particular el sue-lo), ámbitos equilibrados y funcionales mediante la propues-ta de una organización física que permita una distribución de actividades socialmente equitativa, económicamente efi-ciente y ambientalmente sostenible, sin olvidar la creación de condiciones para la realización personal de los individuos que habitan ese territorio.

Aunque trabajan a diferentes escalas, ambos examinan, proponen, gestionan y controlan la organización, estructura, funcionamiento y diseño del espacio, y son expresión física de las políticas económica, social, cultural y ambiental de la sociedad que las promueve.

Múltiples definiciones: proceso de urbanización, urbanis-mo y urbanización

La población urbana ha ido ocupando una proporción cada vez mayor, manifestación que se conoce como proceso de urbanización. El incremento de la población urbana so-bre la rural se considera como la transición de una sociedad rural a otra más concentrada en asentamientos urbanos, y es un fenómeno universal que conlleva cambios, tanto en el modo de vida como en la organización social.

El incremento de la población urbana está motivado por di-ferentes factores, entre los que están: el crecimiento natu-ral de la población, es decir, la diferencia entre nacimientos y defunciones de los residentes de los asentamientos ur-banos; el crecimiento migratorio o saldo entre inmigrantes y emigrantes, que pueden ser nacionales o internacionales; el cambio del límite urbano, definido para cada censo; la co-nurbación con otros asentamientos no urbanos, que puede ser un caso particular de la anterior; el surgimiento o cambio de clasificación del asentamiento y el cambio de definición

1Manuel Carrero de Roa. Fundamentos de urbanismo, una perspectiva sostenible, Ojoxhoja Editora, Oviedo, 2010.2Kristin Kerstein et al. Architecture and quality of life, Consejo Euro-peo de Arquitectos, Bruselas, 2004.

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C. Álvarez

de urbano. Se estima que las dos primeras formas de cre-cimiento son las más importantes, con pesos similares en el incremento demográfico.

Según el Estado de la población mundial: “La urbanización —el aumento de la proporción urbana respecto al total de la población— es inevitable, pero también puede ser un hecho positivo. La actual concentración de pobreza, con prolifera-ción de tugurios y disturbios sociales en las ciudades, crea, en verdad, un panorama amenazador. No obstante, en la era industrial ningún país ha logrado un crecimiento económico sustancial en ausencia de urbanización. Las ciudades con-centran pobreza, pero también representan la mejor espe-ranza de escapar de ella”.3

Se reconoce que la urbanización se ha revelado como un proceso creciente e irreversible y asociado al desarrollo. Se ha evidenciado que genera crecimiento económico, avance social y político, y progreso científico-técnico. No obstan-te, si se gestiona mal, la urbanización puede convertirse en un proceso caótico que genera exclusión social y pobreza. También debe tenerse en cuenta que el crecimiento urba-no incontrolado da lugar a la contaminación y al consumo insostenible de tierra, agua y otros recursos naturales que aceleran las consecuencias negativas en el medio ambiente. Entonces, ante este escenario de oportunidades y riesgos se puede refrendar que “la gestión del crecimiento urbano se ha convertido en uno de los desafíos más importantes del siglo xxi”.4

El vocablo urbanismo se utilizó por vez primera en el Con-greso Internacional de Planificación de Ciudades (Londres, 1910). Sus expresiones en español (urbanismo), francés (urbanisme) e italiano (urbanística) se corresponden con neologismos del vocablo latino urbe. En inglés, las nociones son un poco diferentes: town planning corresponde a planifi-cación de ciudades, siendo más próximas al concepto urba-nismo las acepciones city planning y town design.

Alfred Agache precisa que: “Si la ciencia bastase para re-solver el orden de las ciudades, el urbanismo se reduciría sin duda a cierto número de fórmulas. Pero no es así. El urbanismo constituye igualmente un arte, donde la intui-ción, la imaginación, la composición desempeñan un papel importante en su aplicación: el urbanismo debe traducir en proporciones, volúmenes, perspectivas, siluetas, las diferen-tes proposiciones sugeridas por los ingenieros, economis-tas, higienistas e inversionistas. Por otra parte, cada ciudad representa un problema nuevo. Es decir, que es necesario

3Human Settlements Basic Statistics 1997, UCHS (Habitat). Estado de la población mundial, UNFPA, 2007.4B. Cohen. “Urbanization in developing countries: current trends, future projections and key challenges for sustainability”, in Technology in Society.

que para cada nuevo estudio, el urbanista, partiendo de un conjunto de ideas generales, cree un proyecto original y bien adaptado a las necesidades del lugar, del tiempo presente y las necesidades futuras”.5

Carrero de Roa lo define más sucintamente como “un con-junto de técnicas y herramientas, cuyo objeto no es otro que conformar el escenario físico en el que se desarrolla la acti-vidad humana: la ciudad”.6

Para los racionalistas, las cuatro claves del urbanismo es-tán muy relacionadas con las funciones básicas enunciadas en la Carta de Atenas, pero solo se proponen transformar el efecto sin modificar las causas. Para ellos, los objetivos del urbanismo son:7

Asegurar a los hombres alojamiento sano, es decir, lugares con espacio, aire puro y sol, que estas tres condiciones de la naturaleza estén ampliamente garantizadas.

Organizar los lugares de trabajo, de modo que este, en vez de ser una penosa sujeción, recupere su carácter de activi-dad humana natural.

Prever las instalaciones necesarias para una buena utiliza-ción de las horas libres, haciéndolas beneficiosas y fecundas.

Establecer el vínculo entre estas diversas organizaciones por medio de una red de circulación que asegure los inter-cambios, sin dejar de respetar las prerrogativas de cada una de ellas.

Gina Rey8 distingue dos conceptos: urbanismo, precisa-do como la disciplina que estudia la historia, la sociedad, la geografía, la economía y la cultura de una ciudad como base para su conocimiento, análisis de su problemática y proyección futura. Para lograrlo aplica integradamente va-riables políticas, económicas, sociales y técnicas; concilia consideraciones científicas, económicas y técnicas con va-lores históricos, humanísticos y estéticos; utiliza disciplinas como Historia, Geografía, Economía, Sociología, Arquitectu-ra, Demografía, Cartografía, Ecología, Diseño, Informática, Derecho; y emplea instrumentos de actuación propios para el conocimiento y solución de los problemas urbanos, dis-tinguiéndose además sus componentes teórico y práctico. Y urbanización es la acción de urbanizar, de dotar a un asen-tamiento poblacional o lugar de condiciones urbanas.

5D. Alfred Agache, citado por Francisco Celis y Oleg Stanëk. Urbanismo. Departamento de Impresión Ligera, CUJAE, La Habana, 1969.6Manuel Carrero de Roa. Ob. cit.7Roberto Segre. Arquitectura y urbanismo modernos. Capitalismo y socialismo, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1988.8Gina Rey Rodríguez. Power Point: Presentación del urbanismo para el curso La ciudad, 2011.

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¿Para qué sirve el urbanismo?

En esto coincide con Derycke, quien clarifica que: “El urba-nismo puede definirse, en pocas palabras, como la ciencia de la ordenación urbana, lo que incluye tanto los trabajos de ingeniería civil como los planes urbanísticos de cada época”. Para él, la significación del término urbanismo es “bastante ambigua, ya que designa tanto una acción, que va desde la simple operación viaria a la ordenación completa de con-juntos urbanos, a la vez que una reflexión sobre su funcio-namiento y sobre la racionalidad de las decisiones a tomar respecto a su evolución, como también a una cierta concep-ción estética o arquitectónica de las ciudades”. Por su parte, “la urbanización tiene un sentido más preciso, al designar a la vez los diversos procesos por los cuales una población se estructura en conjuntos urbanos y el estudio científico de estos conjuntos y sus relaciones”.9

El geógrafo Phillippe Pinchemel marca bien el contraste entre los dos vocablos cuando escribe: “Mientras el urbanismo cla-sifica los diferentes tipos de ordenación del espacio urbano y deduce los principios de la organización urbana, la urbaniza-ción clasifica los tipos de ciudad y de crecimiento de estruc-turas urbanas y, por correlación, intenta precisar los mecanis-mos del fenómeno urbano”.10 A continuación define territorio urbano como “el marco físico donde se produce un asenta-miento estable y compacto de población humana, organizada socialmente alrededor de la producción de su vida material”.11

Mario Coyula12 opina que la descripción del término ha sido a menudo deformada por enfoques que sobrevaloran al-gunos aspectos de los varios que interactúan en la confor-mación de las ciudades. “Como muchos de estos factores se pueden englobar dentro de la actividad de ordenar, y es evidente que ese ordenamiento debe materializarse en el espacio y en el tiempo, consideramos conveniente definir el urbanismo, para los efectos prácticos de este texto, como el ordenamiento consciente y previsor del territorio urbano”.13

Por su parte, la Guía para la elaboración del Plan General de Ordenamiento Territorial y Urbanismo define al urbanismo

9Pierre Henri Derycke. Economía y planificación urbana, Colección Nuevo Urbanismo No. 38, Instituto de Estudios de Administración Local, Madrid, 1983.10Phillippe Pinchemel y Françoise Carrier. Le fait urbain en France, A. Colin, París, 1963.11Ídem. 12Mario Coyula (1935-2014), arquitecto, diseñador, profesor, crítico y urbanista cubano, autor de numerosos artículos y publicaciones. Fue decano de la Escuela de Arquitectura, director de Arquitectura y Urbanismo, y del Grupo para el Desarrollo Integral de la Capi-tal, ambos de la ciudad de La Habana. Reconocido con la Distin-ción Nacional de Hábitat, el Premio Nacional de Arquitectura y el Doctorado Honoris Causa del Instituto Superior Politécnico "José Antonio Echeverría”.13Mario Coyula y Julio César Séneca. Diseño urbano, Facultad de Arquitectura del Instituto Superior Politécnico “José Anto-nio Echeverría”, Ministerio de Educación Superior, Editorial MES, La Habana, 1985.

como “la disciplina que estudia el planeamiento y el diseño físico-espacial de los asentamientos urbanos, en correspon-dencia con los procesos económicos, sociales, culturales y ambientales que están asociados a la propia estructura-ción interna de los asentamientos”.14

Definiciones diversas se pueden encontrar en diferentes textos, pero todas coinciden en considerar al espacio como soporte de las relaciones socioeconómicas generadas por los seres humanos y, a la vez, producto transformado por ellas. Entonces, es evidente que la urbanización plantea desafíos al considerar factores ambientales, sociales, eco-nómicos, culturales, políticos, técnicos y jurídicos, así como sus interacciones. La conducción de procesos de cambio en las estructuras urbanas es una tarea compleja, para ello necesita integrar los saberes de varias disciplinas como la Economía, la Geografía, las ingenierías, la Arquitectura, la Sociología o la Ecología.

Para analizar, proponer y, sobre todo, gestionar los cambios que promuevan adecuadamente el desarrollo urbano es me-nester tomar decisiones oportunas, escoger soluciones via-bles y contar con recursos. Ello requiere de previsión, tiem-po y coordinación. La implementación, aún de soluciones planificadas, no está exenta de modificaciones surgidas por diversas causas que no han sido posible pronosticar.

Por su parte, Choay15 ha planteado la distinción entre las dos grandes corrientes del pensamiento urbanístico en el siglo xx: el urbanismo culturalista y el progresista; la esencia de la distinción entre ambos se puede resumir en los tér-minos siguientes: la ciudad considerada como un artilugio arquitectónico frente al énfasis en su concepción socioe-conómica y funcional. Según Rafael de Miguel González,16 la diferencia está en la dimensión temporal de la utopía de la sociedad, bien referida al pasado, bien al futuro, e incluso en las relaciones entre el presente y el pasado o el presente y el futuro. Considera entonces que la configuración de este par de modelos es antes ideológica que morfológica.

En su evolución, y fundamentalmente en los últimos años, ha sido una afirmación sistemática que el urbanismo está en crisis o no soluciona los problemas de las ciudades. El hecho de que —como disciplina de intervención— tenga un man-dato impreciso, ha provocado la idea de la debilidad en sus fundamentos y conocimiento científico. Pero frente a esta

14Colectivo de autores. Guía para la elaboración del Plan General de Ordenamiento Territorial y Urbanismo, Instituto de Planificación Física, La Habana, 2000.15F. Choay. La ciudad del artista. La ciudad del arquitecto, Electa CCCB, Madrid, 1994.16Rafael de Miguel González. Del péndulo y la rueda: a vuelta con los paradigmas de la urbanística, [email protected]

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negación de la urbanística, la enorme literatura especializa-da producida recientemente ha centrado una buena parte de su atención en la conveniencia y oportunidad del planea-miento, de su teoría y de su ejecución, admitiendo la nece-sidad de renovarlo de acuerdo con las nuevas condiciones.17

Un poco de historia

Para comprender los problemas actuales de la ciudad y el territorio es imprescindible conocer sus antecedentes, los que se sitúan en los procesos de transformación terri-torial y urbana que se derivan de los impactos provocados por la Revolución industrial. De ahí han derivado las expe-riencias de actuación urbana en el siglo xix, las propuestas urbanas en el cambio al siglo xx y la concepción de ciudad moderna apuntando todas hacia el planeamiento urbano.

El urbanismo moderno surge en las primeras décadas del siglo xix como intento de introducir elementos de racio-nalidad e higiene, cuando las ciudades habían crecido sin control por la migración campo-ciudad derivada de la Revo-lución Industrial, fenómeno que impulsó a los pioneros de esta disciplina (Fourier, Owen, Cerdá, Howard, Soria y Mata) a formular sus modelos ideales, ya fuesen ciudades nuevas o ensanches de ciudades existentes.

Se dice que las revoluciones de 1848-1850 fueron las parte-ras del urbanismo moderno. La burguesía tomó conciencia de la imperiosa necesidad de solucionar los problemas que el liberalismo económico permitió ocurrieran en las ciuda-des, dado por el enorme proceso de concentración de pobla-ción ocurrido en pocos años,18 por ello la situación sanitaria y la vialidad fueron sus objetivos primarios. A partir de ese momento el urbanismo se constituyó como una disciplina autónoma, encuadrando fundamentalmente las técnicas propias de la ingeniería que permitieron desarrollar un fuer-te conjunto de normas y ordenanzas con el que se esperaba dar respuesta a los conflictos productivos y sociales.

Es en la segunda mitad del siglo xix cuando las grandes capitales europeas, convertidas en símbolos de poder de las respectivas burguesías nacionales, trataron de adecuarse

C. Álvarez

17Ver UN-HABITAT Global Report on Human Settlements 2009, Revisiting urban planning.18Resulta evidente que la concentración industrial y obrera pro-dujeron una urbanización sin precedentes hasta esa fecha, en detrimento de la estructura de la ciudad y su calidad de vida. En Inglaterra, muchos pueblos crecieron entre el 30 y el 40 % en cada década. Baste solo un ejemplo: Manchester de 8 mil habitan-tes pasó a 353 mil en algo más de cien años (1720-1841). El conse-cuente hacinamiento y la total carencia de salubridad en los barrios obreros se sumaron a la escasa alimentación y al agotamiento de sus habitantes, produciendo epidemias cíclicas que incitaron a po-líticos y reformadores sociales a establecer normas mínimas de higiene que son las primeras acciones del urbanismo contempo-ráneo.

y reestructurar las ciudades históricamente conforma-das. Así se fue organizando la ciudad neoconservadora,19 que nace por obra y gracia de los nuevos regímenes auto-ritarios que surgen después de las luchas revolucionarias, acepta los instrumentos técnicos elaborados y los utiliza para organizar el desarrollo de las ciudades, tanto europeas como coloniales. Entonces, el elemento característico es la calle a lo largo de las cuales, especialmente las principales, se localizaron edificios de viviendas, oficinas, teatros, gran-des almacenes…

Los hitos más importantes en el último siglo y medio han sido:

El París de Haussmann

Paradigma de esta etapa es el conjunto de acciones de Georges Eugène Haussmann,20 responsable de la drás-tica remodelación de París; es el primer ejemplo de un programa urbanístico extendido a toda la ciudad ejecu-tado coherentemente y en un plazo de tiempo bastante breve (1853-1869). Los objetivos de esta transformación fueron complejos y aún son difíciles de analizar: desde la necesidad técnica de espacios regulares para implan-tar modernas instalaciones urbanas hasta la ventaja militar de los trazados rectilíneos, mover las tropas que contuvie-ran los movimientos revolucionarios, racionalizar el tráfi-co, construir nuevas viviendas y dar área verde a la ciudad (figura 1).

Haussmann21 propuso y ejecutó, desde su puesto, una nueva ciudad con nuevos edificios monumentales, pla-

zas y espacios públicos. Urbanizó la periferia, abrió nuevas calles anchas y rectilíneas, trasladó las estaciones de tren fue-ra del núcleo urbano, co-nectadas por una trama racional, organizó nuevos parques, construyó nu-merosos edificios públi-cos y planteó un nuevo sistema de alcantarillado

19 Ver Leonardo Benévolo. Historia de la Arquitectura moderna, Edito-rial Gustavo Gili S. A., Barcelona, 1977.20Georges Eugène Haussmann (1809-1891), político y urbanista francés, responsable de la drástica remodelación del trazado de Pa-rís durante el reinado de Napoleón III, nombrado prefecto del Sena en 1853. Se dice que el temor a las revoluciones de 1848 y la necesi-dad de obras públicas acordes con los cambios tecnológicos y las ne-cesidades sociales fueron la motivación para sus reformas de París.21El ministro del Interior de la época lo describe como: “…uno de los tipos más extraordinarios de nuestra época: grande, fuerte, ro-busto, enérgico y, al mismo tiempo, fino, astuto y fértil en recur-sos; este hombre audaz no tenía miedo de mostrarse abiertamente cómo era...”

Figura 1. Georges Eugène Haussmann.

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b. El trazado vial y la relación con el ferrocarril, ubicando las estaciones que vinculaban la ciudad con el resto del país (figura 5).

c. La renovación de las redes técnicas.

d. La organización administrativa anexando 11 municipalida-des alrededor de París y llegando a 20 distritos por debajo del nivel de ciudad.

Muchas de las obras se pudieron implementar gracias a la ley del 13 de abril de 1850, que permitía expropiar no so-lamente las áreas necesarias para calles, sino todos los in-muebles que caían en el perímetro de trabajo. Haussmann, en sus Memorias, ofrece un balance completo de los gastos en obras públicas que en diecisiete años llegaron a 2 mil mi-llones y medio de francos, cifra para nada despreciable para la época. Se construyeron unas 100 mil nuevas viviendas para dar respuesta al crecimiento poblacional, aunque cerca de 28 mil eran para reponer las demolidas.

El modelo de Haussmann se difundió por Europa. Así, la remodelación de Viena (1859-1872), donde se aprovechó

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y abastecimiento de agua. Para todo ello no dudó en derri-bar extensas áreas del París medieval, en especial aquellas que más se habían destacado en la resistencia revoluciona-ria (figuras 2 y 3).

Haussmann, apenas instalado, reorganizó sus fuerzas téc-nicas llamando para dirigirlas a ingenieros de primer orden, ya experimentados; se aseguró de un instrumento ejecutivo capaz y eficiente para enfrentarse a organismos y funcio-narios administrativos contrarios a sus ideas. Acometió al unísono cuatro categorías de tareas:

a. Los trabajos de construcción, incluyendo los nuevos edificios, los barrios en las afueras y los parques públicos (figura 4).

Figura 2. Plano de París de Haussmann.

Figura 3. Bulevar de París.

Figura 4. Ópera de París.

Figura 5. Estación del Norte de París.

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C. Álvarez

el espacio dejado por la demolición de la muralla para con-formar el llamado Ring de Viena, anillo que circunda el casco histórico y contiene avenidas, áreas verdes, viviendas de lujo y edificios públicos, inspirado en el trazado de París. En Bru-selas, el burgomaestre Anspach transforma completamente la parte baja de la ciudad, abre una avenida que une las dos estaciones de ferrocarril y consigue la incorporación a la ciudad del Bois de la Cambre, que se convierte en un parque suburbano. En Italia, pocas fueron las ciudades importantes donde no fue abierta una calle en línea abierta, desde el cen-tro hasta la estación del ferrocarril; la experiencia más impor-tante es el caso de Florencia, donde en su modernización se derribaron murallas y se construyó un anillo de barrios nue-vos, dejándose los trabajos en el centro para más adelante.

Con defensores y detractores, no se puede negar que esta intervención fue decisiva en la imagen del París que hoy se conoce, caracterizado por los bulevares largos y anchos, articulados mediante plazas circulares, y las perspectivas monumentales, como la de la Ópera o la del Arco de Triunfo de L'Étoile (figuras 6, 7 y 8).

El Ensanche de Barcelona de Idelfonso Cerdá

Dada la necesidad de creci-miento espacial de Barcelo-na, Idelfonso Cerdá22 presentó su proyecto conocido como El Ensanche, realizado entre finales del siglo xix y princi- pios del xx, que también se conoce como Plan Cerdá en recuerdo de quien fuera su crea-dor y es considerado un modelo progresista alternativo a la pro-puesta parisina (figura 9).

Presentado el proyecto en 1859, aporta dos versiones. En la primera propone un esquema de calles semejante a las ac-tuales, más otras flanqueadas por jardines que alternan con los costados de los bloques. La segunda es más innovadora, pues suprime la calle interior (la rue corridor defendida por Le Corbusier y otros urbanistas contemporáneos). El esque-ma viario es común a ambas soluciones. Cerdá, que atacó duramente la especulación en favor del bienestar individual, adoptó como pilares generadores de la ciudad el movimien-to y la comunicación.

Dos ejes (la Diagonal y la Meridiana) que se cruzan dieron las premisas de organización de este nuevo espacio ciuda-dano y en el cual propuso un trazado en cuadrículas con calles de 20 m de anchura, con amplios chaflanes en las in-tersecciones (figura 10). Las tipologías edificatorias generan

22Idelfonso Cerdá (1816-1876), urbanista español, considerado una de las grandes figuras de esta disciplina dentro del panorama es-pañol contemporáneo. Nació en Barcelona y estudió Arquitectura e Ingeniería en Madrid. Es el artífice de uno de los más innovadores proyectos de ensanche, el llamado Plan Cerdá, para Barcelona en el período de las grandes reordenaciones urbanas europeas de la segunda mitad del siglo xix. Figura 7. Vista aérea de París.

Figura 8. Campos Eliseos de París de Haussmann.

Figura 9. Idelfonso Cerdá.

Figura 6. Arco de Triunfo de París.

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Planificación Física Cuba 17

La solución urbanística aplicada por él en Madrid condiciona fuertemente la estructura urbana y la morfología de ciudad lineal: manzanas rectangulares de 100 x 200 m, vertebra-das por una amplia avenida por la cual circula un sistema de tranvías. Con ello se responde a uno de los diez principios fundamentales de la ciudad lineal: “la forma de una ciudad es, o debe ser, forma derivada de las necesidades de la loco-moción”. La organización de una banda continua, ilimitada, de anchura controlada a lo largo de su eje conformado por una o más líneas de comunicación es el esquema de ciudad lineal que con modificaciones se ha considerado como una estructura cómoda24 para ciudades de tamaño muy variado (figuras 12 y 13).

Figura 11. Arturo Soria y Mata. 24Según Soria y Mata, “la forma lineal es la más cómoda para las necesidades del tráfico que se hace a gran velocidad, alcanzada por medio de la utilización de la carretera y del tranvía, los cuales deben pasar a lo largo del eje de la calle mayor o única de la ciudad lineal, que tiene el ancho correspondiente para la ubicación de la cantidad necesaria de comunicaciones de transporte o ingenieras”.

gran variedad de espacios urbanos y multitud de zonas ajar-dinadas. Las manzanas se estructuran como núcleos vecina-les aglutinados alrededor de un pequeño centro cívico con iglesia y escuelas, al tiempo que huye de la centralización de edificios administrativos que genera zonas privilegiadas en la ciudad. El Ensanche hoy queda algo excéntrico, a su alrededor aparecen los barrios que correspondieron tiem-pos atrás a otros municipios, anexados a la ciudad como consecuencia de su expansión.

La ciudad lineal de Soria y Mata

A fines del siglo xix había diferentes tendencias que tra-taban de diseñar nuevos modelos de ciudad, adaptados a las necesidades de la industrialización y el ferrocarril. Con su ciudad lineal de 1882, Arturo Soria y Mata23 em-prende una cruzada sustentada en principios sociales

e higiénicos, enarbolando el cuasi utópico lema de: “Para cada familia una casa; en cada casa, una huerta y un jardín” (figura 11).

Se dice que la ciudad lineal constituyó una de las primeras iniciativas del ámbito privado que tenía el propósito de co-rregir los conflictos que arras-traban las ciudades europeas a lo largo del siglo xix, deri-vados de la alta concentra-ción poblacional en las áreas centrales de la ciudad y de la circulación de los incipientes transportes públicos.

Figura 10. Ensanche de Barcelona de Idelfonso Cerdá.

23Arturo Soria y Mata (1844-1920), empresario, publicista, filóso-fo y arquitecto español. Tuvo la anticipada visión de la influencia de los medios de transporte en el desarrollo de la ciudad.

Figura 12. Ciudad lineal de Soria y Mata.

¿Para qué sirve el urbanismo?

Figura 13. Ciudad lineal, perfil de vía.

En sentido estricto, y a diferencia de las propuestas casi simultáneas en el tiempo de Ebenezer Howard y Tony Garnier, no existe un documento que recopile el cuerpo con-ceptual utilizado por Arturo Soria para identificar las teo-rías sobre las que se fundan las propuestas lineales. Mas los planteamientos contenidos en diversos escritos perio-dísticos de la época sustentan un segmento importante del discurso lineal que posteriormente van a esgrimir las van-guardias europeas y norteamericanas surgidas en el período de entreguerras del siglo xx para avalar sus producciones urbanísticas.

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18 Planificación Física Cuba

La ciudad industrial de Tony Garnier

Dada la incidencia de la industrialización en el desarrollo urbano, Tony Garnier25 presentó en el concurso del Grand Prix de Rome (1901) el plan general de un gigantesco proyec-to urbanístico y social para unas 35 mil personas, cuya base

económica consiste en un centro de industria pesada para la produc-ción de vehículos, cons-truida toda ella con ace-ro, hormigón armado, hierro y vidrio. También contempló soluciones nuevas como circulacio-nes separadas, el plano libre, el techo-jardín, los muros de vidrio y los pilotis que Le Corbusier utilizó posteriormente (figura 14).

La importancia de esta propuesta (figura 15) radica en su minuciosi-

dad, desde el planeamiento hasta los temas arquitectóni-cos, intentando lograr un equilibrio entre los componentes tradicionales y las nuevas tipologías constructivas, forma-les y funcionales. La vivienda es individual, rodeada de área verde; el centro es una estructura monumental de ejes per-pendiculares ubicados en un promontorio con una concep-ción clásica, mientras que las construcciones industriales e infraestructurales están claramente influidas por las tec-nologías.

25Tony Garnier (1869-1948), arquitecto francés, hijo de un dibujan-te textil, nacido en Lyon, ciudad en la que realizó lo más destacado de su obra como arquitecto de importantes edificios directamente inspirados en su ciudad industrial, como el matadero de la Mou-che, para el que ideó una gran nave de estructura metálica (hoy lonja Tony Garnier), y el estadio olímpico (1913-1916). Entre 1915 y 1935 construyó el hospital de Grange-Blanche (hoy Édouard Herriot).

En relación con la planificación, sobresale el carácter abier-to de la estructura urbana (figura 16), que da posibilidades de crecimiento, la clara definición y separación de las fun-ciones, la importancia otorgada al sistema vial, la adecua-ción del conjunto a la topografía y la previsión de las áreas de recreación a nivel regional. (Continúa en el próximo número.)

Figura 15. Ciudad industrial de Tony Garnier.

Figura 16. Ciudad industrial de Tony Garnier.

Figura 14. Tony Garnier.

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C. Álvarez