par el blog

4
1 Las sociedades envejecen, los sistemas de Seguridad Social se adaptan”. El envejecimiento demográfico constituye uno de los desafíos más importantes a los que se enfrentan las instituciones de Seguridad Social en la actualidad. Se trata de una tendencia que se ha acentuado en las últimas décadas en todas las regiones del mundo y hace referencia a un cambio en la estructura demográfica, a partir del cual en la población aumenta la proporción de adultos mayores en relación a los grupos más jóvenes. Indica que las tasas de fecundidad se están reduciendo, en tanto permanece constante o mejora la esperanza de vida a edades más avanzadas. En ello han influido principalmente los progresos socioeconómicos y biomédicos, que han permitido mejorar la calidad de vida y aumentar la supervivencia generacional a partir de avances en alimentación, asistencia sanitaria y médica, en la cobertura de la seguridad social y en la distribución de ingresos. En este sentido, el envejecimiento demográfico representa un triunfo de las sociedades, poniendo de manifiesto los avances en materia de desarrollo social. Además de la disminución en las tasas de fecundidad y el incremento en la esperanza de vida, en los últimos años otros fenómenos comenzaron a contribuir en el envejecimiento poblacional. Principalmente influyeron los movimientos migratorios, produciendo un doble efecto sobre la estructura poblacional. Por un lado, un efecto directo dado que generalmente son las personas en edad activa las que emigran. Por otra parte, dado que los migrantes normalmente pertenecen a grupos poblacionales en edad fértil, se produce un efecto indirecto con un descenso de la natalidad si el saldo migratorio es negativo, o una caída en el envejecimiento poblacional si el saldo migratorio es positivo. Aunque con diferente intensidad, este fenómeno afecta actualmente a todos los países. De esta manera, mientras que en 1981 el promedio mundial de la esperanza de vida al nacer era de 64 años para las mujeres y 60 años para los varones, hacia 2009 este promedio se incrementó a 72 y 67 años, respectivamente.

Upload: pmagliotti

Post on 14-Jul-2015

83 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Par el blog

1

“Las sociedades envejecen, los sistemas de Seguridad Social se adaptan”.

El envejecimiento demográfico constituye uno de los desafíos más importantes a los que se enfrentan las instituciones de Seguridad Social en la actualidad. Se trata de una tendencia que se ha acentuado en las últimas décadas en todas las regiones del mundo y hace referencia a un cambio en la estructura demográfica, a partir del cual en la población aumenta la proporción de adultos mayores en relación a los grupos más jóvenes. Indica que las tasas de fecundidad se están reduciendo, en tanto permanece constante o mejora la esperanza de vida a edades más avanzadas.

En ello han influido principalmente los progresos socioeconómicos y biomédicos, que han permitido mejorar la calidad de vida y aumentar la supervivencia generacional a partir de avances en alimentación, asistencia sanitaria y médica, en la cobertura de la seguridad social y en la distribución de ingresos. En este sentido, el envejecimiento demográfico representa un triunfo de las sociedades, poniendo de manifiesto los avances en materia de desarrollo social.

Además de la disminución en las tasas de fecundidad y el incremento en la esperanza de vida, en los últimos años otros fenómenos comenzaron a contribuir en el envejecimiento poblacional. Principalmente influyeron los movimientos migratorios, produciendo un doble efecto sobre la estructura poblacional. Por un lado, un efecto directo dado que generalmente son las personas en edad activa las que emigran. Por otra parte, dado que los migrantes normalmente pertenecen a grupos poblacionales en edad fértil, se produce un efecto indirecto con un descenso de la natalidad si el saldo migratorio es negativo, o una caída en el envejecimiento poblacional si el saldo migratorio es positivo.

Aunque con diferente intensidad, este fenómeno afecta actualmente a todos los países. De esta manera, mientras que en 1981 el promedio mundial de la esperanza de vida al nacer era de 64 años para las mujeres y 60 años para los varones, hacia 2009 este promedio se incrementó a 72 y 67 años, respectivamente.

Page 2: Par el blog

2

Por otra parte, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en todo el mundo alrededor de 7 personas en el grupo de edad productiva por cada 100 adultos mayores. Asimismo, se prevé que en los países menos desarrollados, el porcentaje de la población mayor de 64 años se triplicará en los próximos 40 años, pasando del 5,8% al 15% de la población total; mientras que en los países más desarrollados esta cifra crecería del 16% al 26%.

Al respecto, cabe destacar que los países en desarrollo tienen una población más joven que los países desarrollados, sin embargo, el ritmo de envejecimiento de su población es mayor que en estos últimos.

Argentina no escapa a la tendencia y también cuenta con una sociedad más longeva. En este sentido, según INDEC, la dinámica poblacional argentina experimenta profundas transformaciones que afectan su crecimiento y determinan el envejecimiento de la población.

De acuerdo con los datos del último CENSO poblacional, en 2010 la proporción de adultos mayores superó 10% de la población, y la esperanza de vida alcanzó los 72 años para los varones y 79 años para las mujeres.

Page 3: Par el blog

3

Las repercusiones del envejecimiento demográfico en los sistemas de Seguridad Social son múltiples: el número de beneficiarios es cada vez más grande y las prestaciones sociales son requeridas durante un plazo cada vez más largo. Esto incrementa la tasa de dependencia entre la población pasiva y activa, exigiendo que la relación entre quienes están en condiciones de ser económicamente productivos y quienes son dependientes, sea cada vez más alta. De esta manera, el envejecimiento demográfico ejerce presión en materia de sostenibilidad de los regímenes de jubilación, exige cambios en las políticas de empleo, y plantea la necesidad de ampliar los programas de cuidado de los adultos mayores.

En este marco, países como España, Italia e Inglaterra entre otros, introdujeron recientemente reformas en sus sistemas de pensiones orientadas a aumentar la edad de retiro de varones y mujeres, frente al desafío que plantea el envejecimiento poblacional en la sostenibilidad de sus sistemas de Seguridad Social.

En suma, el desafío implica garantizar un adecuado nivel de ingresos y protección social para los adultos mayores de una sociedad mundial cada vez más longeva, sin crear una carga insostenible para los grupos más jóvenes y sin poner en peligro la sostenibilidad económica de los sistemas.

En los últimos tiempos, en el ámbito académico de la seguridad social se introdujo la idea de “seguridad social dinámica”, planteando un enfoque proactivo y preventivo para dar respuesta a los cambios demográficos y otros retos que enfrenta la seguridad social en la actualidad. Este enfoque se basa en 4 pilares: impulsar el empleo y la actividad económica, fomentar la responsabilidad y la capacidad de acción, promover la salud, y garantizar la sostenibilidad.

Page 4: Par el blog

4

Esto exige un abordaje integral por parte de cada Estado y la gestión conjunta de todos sus organismos en la atención de los adultos mayores, consolidando visiones y políticas desde una actitud proactiva, cooperativa y complementaria.

Particularmente, Argentina tiene un régimen de reparto asistido cuyo financiamiento adiciona recursos tributarios a las contribuciones salariales y a los aportes patronales, es decir que los trabajadores activos constituyen una fuente de financiamiento, pero no la única. Actualmente, las erogaciones previsionales se componen 56% por ingresos de trabajadores activos y 44% por impuestos que paga toda la sociedad.

Además, el SIPA cuenta con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad como una garantía de pago para actuales y futuros jubilados, constituyéndose como un fondo anti-cíclico, para responder ante eventuales contingencias del sistema y actuar frente al avance del envejecimiento poblacional.