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L A A R I S T O C R A C I A D E L C A M P OEl mundo del toro, entre las ganaderías, los toreros y las plazas, es una industria que mueve 5,500 millones de pesos al año en México, lo que ya supone más de la mitad de su valor en España.

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TEXTO: CARLOS CARVALLO

ILUSTRACIONES: DRAGONFLY STUDIO

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uando tenía apenas 20 años, el mexicano Pablo Álvarez se convirtió en el empresario más joven del mundo en organizar, por sí solo, una corrida de toros.

Fue el 12 de noviembre de 2010. Logró reunir en un mismo cartel de la plaza Santa María, en Que-rétaro, a matadores como Enrique Ponce, Eulalio López, ‘El Zotoluco’, y Octavio García, ‘El Payo’, con seis toros de la ganadería de Barralva. Aquella fría tarde de noviembre, Ponce cortó dos orejas. “Si no existiera el empresario taurino, no habría manera de que el espectáculo se llevara a cabo. Es el respon-sable de la contratación de cada uno de los toreros que van a participar en una corrida, negocia con los matadores, confecciona el cartel, promociona el evento con campañas en medios de comunicación, y luego, lleva a cabo la fiesta”, dice Álvarez.

Poco después, a los 26 años, este joven egre-sado de la Universidad Anáhuac de la carrera de

POLÉMICA. Mientras que en algunos estados, como

Coahuila o Baja California, las

corridas de toros están prohibidas, en

otros, representan una fructífera

industria.

Administración y Dirección de Em-presas organizó la Temporada Gran-de en la Plaza de Toros México bajo la dirección de los empresarios Miguel Alemán Magnani, presidente de In-terjet, y Rafael Herrerías, quien se re-tiró en 2016 tras administrar la Plaza México durante más de dos décadas.

Además, Álvarez fue representan-te del torero ‘El Payo’ y ha adminis-trado la plaza de toros de Querétaro, la de Moroleón, en Guanajuato, y las de San Miguel de Allende, Tlaxcala y San Luis Potosí.

Él es uno de los principales em-prendedores de una industria, la tau-romaquia, que en México tiene un va-lor anual de 5,541 millones de pesos, según el estudio ‘Caracterización y

FOTOS: JESÚS ALMAZÁN96

262GANADERÍAS

DE TOROS HAY EN MÉXICO.

649HECTÁREAS,

EN PROMEDIO, TIENE UNA GANADERÍA.

EN

1522FUE FUNDADA

EN ATENCO, ESTADO DE MÉXICO, LA PRIMERA GANADERÍA DEDICADA A LA CRIANZA DE TOROS BRAVOS.

dimensionamiento del sector bovinos espectáculo en México’, elaborado por el Comité Nacional Sistema Producto Bovinos Espectáculo, con el apoyo de la Secretaría de Agricultura y Gana-dería (Sagarpa). Además, a lo largo de la cadena productiva del toro de lidia, se realizan pagos en sueldos y salarios por un monto de 217 MDP. Para orga-nizar una corrida, explica Álvarez, se requiere del trabajo directo de entre 80 y 120 personas, como acomoda-dores, vendedores, personal de segu-ridad, de limpieza, jueces, banda de música, picadores, banderilleros y mozos de espadas.

Los toros son una actividad polé-mica, incluso prohibida en algunos lugares por motivos de protección a los animales, como Cataluña y las is-las Baleares, en España, y en los esta-dos de Coahuila, Veracruz y Baja Ca-lifornia, en México. Sin embargo, en otros, como Aguascalientes, Hidalgo, Guanajuato, Zacatecas, Querétaro y Tlaxcala se declaró Patrimonio Cultu-ral Inmaterial, lo que obliga a los go-biernos a promover los espectáculos.

Los empresarios del sector defien-den que esta industria tiene un gran potencial para la generación de valor agregado. Según el estudio de la Sa-garpa, por cada peso invertido inicial-mente se generan otros 14 a lo largo de la cadena productiva. En 2015, de acuerdo con las últimas cifras, generó 14,280 empleos directos e indirectos, y más de 3.5 millones de aficionados asistieron a alguna de las 216 plazas del país.

UN MUNDO DE EMPRESARIOSActualmente, existen unos 25 em-presarios formales en México que se dedican, de manera profesional, a la industria de los toros, afirma Pablo Moreno, presidente de Casa Toreros, una compañía fundada hace siete años y que organiza 40 eventos tau-rinos al año.

“Los principales son la familia Baillères –dueños de Grupo Bal y propietarios de El Palacio de Hie-rro y la minera Peñoles, entre otras compañías—, que manejan algo así como siete plazas de toros”, destaca.

CRIANZA. En la región del semidesierto zacatecano está

la casa ganadera Boquilla

del Carmen, propiedad de

Manuel Sescosse.

Esta ganadería tiene una extensión de 3,600 hectáreas

e infraestructura para criar 700

toros bravos al año.

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“Luego está el arquitecto Javier Sordo Madaleno, que maneja la Plaza Mé-xico, junto con la familia Baillères. Y en el número de festejos taurinos está después Casa Toreros”.

Moreno se ha convertido en uno de los empresarios más importantes en México y Perú. El éxito de Casa Toreros, explica, se debe a que desde un principio decidió “darle seriedad” al negocio, que en este sector, gene-ralmente, está manejado de manera informal y por gente con poca expe-riencia o preparación. Él, en cambio, destaca que cuenta con personal en-cargado de la contabilidad, área jurí-dica, contratos, ventas comerciales, relaciones públicas, diseño y redes sociales. En total, emplea a 15 perso-nas de manera directa y contrata en-tre 40 y 50 eventuales para organizar una corrida en la que debe invertir aproximadamente 2 MDP.

Moreno añade que la industria compite con una cantidad importan-te de eventos y espectáculos, además de medios como la televisión, por lo cual busca despertar el interés en la gente para que asista a las plazas. “Es un espectáculo donde los dos prota-gonistas se están jugando la vida y sólo uno de los dos sale vivo, y, en ese mismo momento, se está generando arte”, asegura.

En una industria mayormente di-rigida por hombres, Vicky Lozano,

empresaria desde hace 40 años, es una de las pocas mujeres destacadas. Se dedica a la organi-zación de eventos taurinos con su empresa Algo de Toros, de la cual también es directora general.

“El principal reto, particularmente para mí como mujer, ha sido enfrentarme al rechazo en una fiesta dirigida originalmente por hom-bres, darme a respetar y que me dejen partici-par, cosa que he logrado con el paso del tiempo, demostrando que quiero y respeto a esta fiesta y a todos los que forman parte de ella”, comenta esta empresaria, que inició en la industria como redactora de notas sobre toros en medios de comunicación.

TAN VIEJO COMO MÉXICOEl elemento indispensable para esta actividad es, obviamente, el toro. En México, su crianza data del siglo XVI, cuando en 1522 se estableció la primera ganadería del país en Atenco, Estado

POR CADA PESO INVERTIDO SE GENERAN OTROS 14 A LO LARGO DE LA CADENA PRODUCTIVA DE LA INDUSTRIA DE LA TAUROMAQUIA.

VALOR AGREGADO. La tauromaquia es una industria que crea alrededor de 14,280 empleos directos e indirectos en México, y que genera 5,541 MDP al año.

FOTOS: JESÚS ALMAZÁN98

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UN ARTE CARO

EmpleoLos matadores tienen un equipo de trabajo que, en promedio, se compone de siete personas:

En promedio, los matadores de toros utilizan cada año:

Cifras en pesos

Precio aprox.

5,383Gasto anual

96,894

Precio aprox.

102,000Gasto anual

306,000

Precio aprox.

23,533Gasto anual

47,066

CAPOTES

TRAJES

ESPADAS

1832

FUENTE: ‘Caracterización y dimensionamiento del sector bovinos espectáculo en México’.

3 banderillerosSalario aprox. por corrida

3,200 pesos

2 picadoresSalario aprox. por corrida

3,300 pesos

1 mozo de espadasSalario aprox. por corrida

3,200 pesos

de México. 495 años después, sigue habiendo im-portantes áreas de oportunidad para explotar co-mercialmente la ganadería.

Julio Uribe es propietario de la ganadería To-rreón de Cañas, en Hidalgo, y de la empresa Pasión Ganadera. Pertenece a la familia Barroso, una de las más tradicionales del sector, que hoy tiene en activo nueve ganaderías en el país.

Por seis años, Uribe administró la plaza de toros Vicente Segura, en Pachuca, y ahora tiene a su cargo la Silverio Pérez, en Texcoco. Para este empresario, los retos son “conservar a los actuales aficionados y hacer nuevos. Además, incluir marcas globales dentro del espectáculo para que valoren que, entre la afición, hay poder adquisitivo suficiente para po-der consumir esos productos”.

Hoy existen en México 262 ganaderías dedica-das a la crianza del toro bravo, distribuidas en 19 estados. En 2015, el valor de sus ventas ascendió a 605.4 MDP, lo que incluye la venta de 3,025 cabezas de ganado que se destinaron al ruedo en distintos festejos, como ferias, corridas, jaripeos y rodeos, detalla el estudio de la Sagarpa.

“Más o menos la mitad de las ganaderías están en zonas de alta marginación, según el INEGI. Por lo tanto, están contribuyendo a paliar ese proble-ma del país, ayudando a la generación de empleos”, afirma Manuel Sescosse, expresidente de la Aso-ciación Nacional de Criadores de Toros de Lidia y empresario ganadero.

El valor de una hectárea en terreno propicio para desarrollar a los toros de lidia oscila entre 40,000 y 60,000 pesos, añade. Como, en promedio, los ganaderos ocupan una extensión de 650 hectáreas, la inversión requerida en terreno es de entre 26 y 39 MDP.

“Además, se necesitan instalacio-nes especiales, al tratarse de animales temperamentales: corrales de acopio, trampas, baños garrapaticidas y una plaza de toros o cortijo, que es don-de se prueba la bravura de los toros. También requieren agua, pozos o bordos con agua, sacos perimetrales y trampas para acopiar a los anima-les”, detalla Sescosse.

Al toro se le alimenta el doble que al resto de los bovinos. Las reses de engorda son enviadas al rastro a los dos años, y los toros de lidia son sacri-ficados en las plazas hasta los cuatro. “Los toros que se ven en las plazas, que al año son más o menos 4,000 o 4,500, representan 8% del total de cabezas que hay en el país”, destaca este experto.

Al término de la corrida, los gana-deros venden la carne del animal a los rastros. “Todo tiene un valor: la piel, las pezuñas, la sangre, los pitones y el colágeno de los huesos. Muerto el toro, tiene una comercialización”, explica Sescosse, quien ahora planea asociarse con un par de chefs para ofrecer la carne de toro de lidia en al-gunos restaurantes de México.

Moreno, de Casa Toreros, señala que criar a un toro de lidia cuesta cerca de 35,000 pesos, mientras que se puede vender hasta en 75,000.

EL TORERO, UNA MARCADiego Silveti es matador de toros desde hace ocho años. Nació en una familia que lleva un siglo dedicada a esta industria: su abuelo, su padre y su tío pasaron la mayor parte de su vida frente a los pitones de un toro.

Como él lo define, el apellido Sil-veti es “una marca”. “Diego Silveti es una empresa. Dependen de mí direc-tamente por lo menos 10 personas. Un apoderado, una persona que ve los toros, un mozo de espadas, dos

HERENCIA FAMILIAR. El torero Diego Silveti nació en una familia que lleva un siglo dedicada a esta actividad.

FOTO: MARCELO PALACIOS /CUARTOSCURO100

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banderilleros, dos picadores. Es gen-te que me acompaña y que viven di-rectamente de lo que yo les pago”, se-ñala Silveti, de 32 años y egresado de Relaciones Internacionales por el Tec de Monterrey.

“Recuerdo la primera vez que me pegaron una cornada. Estaba con mi papá. Todavía no toreaba ni era pro-fesional ni nada. Tenía 15 años. Fue en una ganadería. Me corneó una vaca. Mi papá me revisó y me dijo: ‘Diego, esto es lo que hacen los toros, para que también veas la parte dura del toreo, si tú quieres ser torero, tienes que ver esto’. Me marcó mucho para entender que el toreo, además de te-ner cosas muy bonitas, es muy duro”, cuenta.

El sueldo de un matador es varia-ble, explica, pues depende de la plaza en la que se presente y del cartel que conforma la corrida. Se encuentra en-tre 50,000 y 2 millones de pesos por evento. De esa cantidad, el matador debe pagar a su cuadrilla. Al año, este torero mexicano participa aproxima-damente en 45 corridas.

Si hay alguien que se arriesga con el matador, es el banderillero. Rafael Romero lo es desde hace 20 años, ade-más de haber estudiado Diseño Grá-fico. Participa en 70 corridas al año, en las que gana entre 2,500 y 5,800 pesos. “La fiesta brava es una filoso-fía de vida. Esto es lo que nos permi-te comer, vestir y tener un techo. Soy tercera generación. Mi abuelo y mi padre vivieron de esto. El toreo te da para vivir bien, sin lujos, pero se vive bien”, dice el reconocido en 2016 como Mejor Banderillero de la Temporada Grande de la Plaza México.

LA ECONOMÍA DE LAS PLAZASMás allá de lo que sucede, las corridas de la Plaza México también mantie-nen el negocio de cientos de comer-ciantes, que venden productos en los puestos cercanos al inmueble. En pro-medio, un asistente al festejo taurino gasta 30% del costo de su entrada en comida y bebida.

Alrededor de 200 comerciantes están empadronados y pagan a la

EL COLOSO DE INSURGENTES. El inmueble es propiedad de Antonio Cosío Ariño, presidente de Grupo Las Brisas.

delegación Benito Juárez 4,000 pesos al año para poder vender platillos, artesanías, cigarros o dulces.

Manolo Cruz, por ejemplo, vende en su puesto productos desde 100 pesos, como llaveros de capo-tes, hasta esculturas en bronce y objetos de colec-ción que valen cerca de 85,000 pesos. “En un mes malo gano 5,000 pesos. Pero cuando viene José To-más, llego a vender hasta 60,000 pesos en un día. Hay otro tipo de público cuando él viene”, dice Cruz, quien durante 35 años fue mozo de espadas de Gui-llermo Capetillo.

No todos venden productos de colección. Leonel Olicón encontró un área de oportunidad preparan-do paella. En un buen día, vende 600 órdenes, más 15 cartones de cervezas y 15 cajas de refrescos, para sumar más de 150,000 pesos por día.

Por último, en la órbita de este sector también están los patrocinadores. Entre éstos destacan GNP, Seguros Palacio de Hierro, Bodegas Nubori, Brandy Torres X, Puros Cuesta Rey, la marca de ropa D´Paul y Tequila Herradura.

A pesar de ser una actividad a la que mucha gen-te se opone, la afición a los toros es común en el sector empresarial. Alberto Baillères, por ejemplo, es el propietario de dos de las ganaderías mexica-nas más importantes, Begoña y Mimiahuápam, y en 2014 compró la ganadería Zalduendo al español Federico Domecq.

Desde 2016, Baillères, el poseedor de la terce-ra mayor fortuna del país, está al frente, junto con Sordo Madaleno, de la Plaza México. Su objetivo declarado: revitalizar el negocio.

ALBERTO BAILLÈRES ES EL PROPIETARIO DE TRES DE LAS GANADERÍAS MEXICANAS MÁS IMPORTANTES: BEGOÑA, MIMIAHUÁPAM Y ZALDUENDO, QUE COMPRÓ EN 2014.

FOTO: CLASOS/CON