¿pan para hoy? el extractivismo contra los indÍgenas. · 2019. 3. 18. · guillermo carnero hoke,...

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La Paz, abril de 2016 Página Periódico mensual Abril 2016 Qollasuyu Bolivia Año 10 Número 116 Edición electrónica ¿PAN PARA HOY? EL EXTRACTIVISMO CONTRA LOS INDÍGENAS. Los Pueblos Indígenas son los pueblos más extraídos. La historia de la humanidad puede resumirse en la lucha entre los indígenas y las sociedades envolventes: entre los marginados y los asimilados.

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  • La Paz, abril de 2016 Página

    Periódico mensualAbril 2016QollasuyuBoliviaAño 10Número 116

    Ediciónelectrónica

    ¿PAN PARA HOY? ELEXTRACTIVISMO CONTRALOS INDÍGENAS. Los Pueblos Indígenasson los pueblos más extraídos. La historia de lahumanidad puede resumirse en la lucha entre losindígenas y las sociedades envolventes: entre losmarginados y los asimilados.

  • La Paz, abril de 2016 Página 2

    Depósito legal 4-3-116-05

    e-mail:[email protected]

    www.periodicopukara.com

    Teléfonos: 7151904871280141

    Calle México Nº 1554, Of. 5La Paz, Bolivia

    Director:Pedro Portugal MollinedoComité de redacción:Nora Ramos SalazarDaniel Sirpa TamboCarlos Guillén

    Colaboran en este número:Mario Blacutt MendozaIván Apaza CalleJosé Luis SaavedraAntonio PérezCarlos MacusayaJuan Luís Gutiérrez DalencePablo Velásquez Mamani Lo

    s artí

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    Ilustración tapa: Composición a partir de elementos extraídos de: http://endepa.org.ar/?cat=52 y de http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Mineria/Extractivismo_y_neoextractivismo_dos_caras_de_la_misma_maldicion

    Las políticasreversibles y lasirreversibles

    Es común en Bolivia caracteri-zar la influencia de un determina-do régimen por la impronta de suspolíticas en la vida nacional. Así,será más importante aquel quehaya generado «medidas irrever-sibles» que posteriores gobiernosdeben asumir y, en base de ellas,moldear sus propias decisiones.

    A ese tipo de argumentaciónse remiten generalmente losapologistas y epígonos de cual-quier partido en función degobierno. Así, por ejemplo, semuestra al MNR como el partidopor excelencia que realizó medidastrascendentales e irreversibles enla vida social de Bolivia. Igualcriterio manejan actualmente otros para referirse al MAS.

    Sin embargo, si bien esos partidos ejecutaron medidas tras-cendentales, muchas de ellas están lejos de haber sido irreversibles.Así, el MNR, por ejemplo, que en su momento nacionalizó las minasde estaño, fue también el mismo que, luego, las privatizó.

    Respecto al MAS, que está ya diez años en la conducción delgobierno en Bolivia, también le aducen haber dictado medidastrascendentales e irreversibles en la configuración de la sociedadboliviana. Una de estas sería el haber instalado definitivamente alindígena como actor político en la vida nacional, haber consolidadosu autoestima e impugnado el racismo que caracterizaba antes aesta sociedad. El MAS habría moldeado, respecto al indígena,«irreversiblemente» la vida social y política en este país.

    Sin embargo, los mismos argumentistas señalan que ese partidodebe quedarse por mucho tiempo gobernando Bolivia, especialmentebajo la conducción de Evo Morales, pues de otra manera el indiosufriría las consecuencias de un cambio de gobierno. Si el MASdejara el poder, argumentan, el indio sería nuevamente desplazado,aplastado y oprimido.

    Ello, sin embargo, es una manera de confesar que las actualesmedidas en favor del indígena no serían nada irreversibles, pues noestarían asentadas en reformas estructurales sino que seríansolamente factores más ligados a las exterioridades de la propaganday de la movilización política.

    Es interés de la población indígena que se establezcan reformasradicales que sí hagan irreversibles los derechos que se van ganando.La actual coyuntura política debe poner en polémica si ese procesoserá posible manteniendo la actual política del partido de gobiernoo si, más bien, una alternancia crearía mejores condiciones paratales objetivos. Para definir esto es imperiosa una nueva clarificaciónde los proyectos del actual gobierno, una definición programáticade la oposición y —sobre todo— un proceso de reordenamiento delas fuerzas políticas, sindicales e intelectuales indígenas.

    Diez años despuésMario Blacutt Mendoza*

     En este artículo me referiré exclusivamente sobre el tema que paramí es el de mayor importancia en el país: la Consolidación de unaBolivia Integrada. Debo confesar que, cuando los resultados de laselecciones presidenciales del 2006 anunciaron la victoria de un líderindígena, yo fui uno de los optimistas. Creí que los pueblos originarioshabían establecido que Bolivia era el único escenario en el que podríanrealizarse como grupos culturales. Ante la separación tajante entre“indios” y “karas”, aposté que el nuevo gobierno lograría el Fundamentode la Gran Nación Consolidada Recordé las palabras de Abraham Lincoln,al inicio de la Guerra de Secesión de su país: “Una casa dividida nopuede subsistir”. Me di diez años de plazo para identificar lo que sehabía hecho en favor del Fundamento de la Nación Consolidada yevaluar los resultados. Pasados los diez años de prueba debo hacerotra confesión, no menos sincera que la anterior: descubrí que fui muyingenuo. De entrada, el gobierno del MAS puso muy en claro que elnuevo gobierno era de, por y para los indígenas; “los karas” no seríamostomados en cuenta. En vez de realizar acciones para unir el país, loseparó en 36 mininaciones

    El gobierno posesionó en los cargos más importantes del país aindígenas que nunca habían gobernado y que dieron ejemplos devergüenza nacional. El Canciller opinó que todos los embajadores delpaís tenían la obligación de aprender el quechua o/y el aimara, nadiesupo nunca cuál era la intención. Un alto dignatario de Justicia dijoque a él no le importaban las teorías, que le bastaba lanzar hojas decoca para saber cómo debía decidir.  Sabemos que la burocracia espesada y poco operativa, pero en Bolivia fue aún más ineficiente porquelos empleados públicos fueron reemplazados.  Lo fueron por indígenasque apenas sabían leer y escribir. El trato que los burócratas indígenasdan a los “karas” es despótico y feroz

     En síntesis, el MAS puso en el aparato gubernamental a indígenasimprovisados que nunca habían tenido experiencia alguna en asuntosde gestión y que el único mérito que tenían era ser masista deconvicción. Claro que hay excepciones que siempre deben ser tomadasen cuenta. Por otra parte, el año 2014, con el objeto de lograr unaprórroga “legal” el gobierno del MAS anuló el periodo anterior, alegandoque ahora Bolivia ya no era Bolivia En febrero del presente año, serealizó un nuevo intento de prorroguismo, por medio de un referéndumpara modificar o no la Constitución Política del Estado El gobiernoquedó verdaderamente sorprendido cuando los resultados delreferéndum dieron la victoria al NO.

    Lo primero que hicieron fue culpar a las redes sociales por las “mentiras”que se habrían propagado en cada una de ellas. No quisieron admitirque estaban equivocados en su forma de gobernar ni que la poblaciónboliviana les había mostrado cuál era su opinión sobre ellos. Oficialismoy oposición utilizaron los medios con los que estaban familiarizados.Podría decirse que si el gobierno tenía a los “movimientos sociales”como apoyo amedrentador, los de la oposición tenían sus “redessociales”.

    Los indígenas fueron utilizados con mayor descaro que en antiguosregímenes; bajo el concepto de que las “masas deben gobernar” y el“Presidente, obedecer”, se procedió a la formación de los llamados“Movimientos Sociales”.

    Desde entonces, las calles de las ciudades y los caminos intra einterdepartamentales fuero objeto de bloqueos arbitrarios y en extremoperjudiciales

    Las masas amorfas, en el sentido socialista del término, fueron usadascomo fichas eficientes en las movilizaciones de amenaza o deamedrentamiento

    Pero esta vez, la tecnología ganó, una vez más, a la masa amorfa.Se establecieron dos tipos de justicia: una de ellas, surgidas de las

    “tradiciones y costumbres” de los grupos comunitarios.  “La tradición y costumbres de los grupos comunitarios” permitían a

    los indígenas torturar y matar a un acusado sin seguir procedimientolegal alguno.

    La seguridad ciudadana se hizo mucho más frágil y la corrupción, unmodo natural de vivir para los indígenas privilegiados. Todo esto ymucho más etiquetaron a estos diez años últimos. En próximos artículosanalizaremos en detalle éstos y otros aspectos. Mientras tanto, estoyseguro de que muchas personas y familias de la clase media compartenconmigo la terrible sensación de que: 

    Han pasado diez años y, por ello, soy diez años más viejoHan pasado diez años y compruebo, que fui diez años más ingenuo.

    * Mario Blacutt Mendoza es Master of Science.

    Al MAS también leaducen haber

    instaladodefinitivamente al

    indígena como actorpolítico, haberconsolidado su

    autoestima eimpugnado el

    racismo quecatacterizaba a esta

    sociedad.

  • La Paz, abril de 2016 Página 3

    Homenaje a Ayar Quispe:

    Libros, saber y emancipación enel agricultor del indianismoIván Apaza Calle

    Me había sumergido en las obrasindianistas de Fausto Reinaga du-rante mí adolescencia, precisa-mente el 2004, cuando apenastenía 13 años; mi hermano MarcoAntonio Apaza Calle me concedióla obra “La revolución india”(1970); él, a partir de los movi-mientos acaecidos en 2000-2003dirigidos por Felipe Quispe “Mallku”fue directamente influenciado poraquel libro y aquellas prácticasindianistas en contra del sistemaq’ara.

    Cuando recorrí aquellas páginascombativas, mi perspectiva de mi-rar la existencia fue diferente, másaun cuando el Mallku discurseabaen las radios por aquellos años.Continué escudriñando otras obrasindianistas de Reinaga siendo estu-diante de secundaria. A partir deahí entendí la existencia: de indio.El año 2006 conocí a Felipe QuispeHuanca, en Cochabamba, en unaconferencia de prensa. Mi relacióncon este aymara descendiente delos valerosos Quispes de la gestade Tupak Katari comenzó en esemomento. El año siguiente, escribíun artículo en el mensual “Pukara”;celebré mis cumpleaños con dichotrabajo de principiante. En estemismo órgano de difusión india-nista por aquellos años, aparecíanlos escritos de un tal Ayar Quispe,con quien estaba de acuerdo res-pecto a sus ideas. Dos años anteshabía leído una obra suya, pues elaño 2005 mi padre compró en elmercado de libros viejos un libro,suyo cuyo título era: “Indioscontra indios” (2003). Cuandocontemplé sus páginas al azartenia sed de recorrerlo, ante

    aquella alegría mi progenitor sola-mente me sonreía.

    El 2008, conocí a Ayar Quispefrente al colegio Omasuyos, enAchacachi. Era una persona queno acostumbraba hablar. Rarasveces nos encontrábamos aquelaño, salvo cuando éste tenía laoportunidad de acompañar a supadre, Felipe Quispe Huanca.Cuando entablábamos una con-versación era netamente sobrelibros. Así, me prestó las obras deGuillermo Carnero Hoke, VirgilioRoel, Frantz Fanon, Guillermo BonfilBatalla, Albert Memmi, EldridgeCleaver y otros. Como ambos es-cribíamos en aquel mensual, nece-sitaba sus consejos para mejorredactar. Él me enseñó a escribir;aún recuerdo sus duras críticassobre las contradicciones quetenían mis escritos. El 2009 nospropusimos escribir un libro sobreel indianismo, objetivo que nuncase consolidó, pues me retrasé enescribir y él se adelantó en lapublicación el 2011, me refiero asu obra “Indianismo”; una vez quesalió a luz pública aquella obrapubliqué recién mi “Colonialismo ycontribución en el indianismo”,obra esta que tardó 6 meses ensalir de imprenta.

    Ayar tenía la naturaleza de serun indio rebelde, jamás gustó deaquellas ideas lisonjeras respectoal q’ara, fue enemigo a muerte delos escritores blanco-mestizos quetrafican con el indio, con lo indioy con su ideología de liberación,de ahí que no le temblaban lasmanos para sepultarlos en susobras; guerreaba contra laintelligentsia q’ara, contra lossecuaces indios sumisos, porqueestos, a diestra y siniestra con-funden al indio alejándolo delindianismo-tupakatarismo y, de esamanera, legitiman la opresióncolonial. Esta labor de Ayar eraincesante, no solamente en elescribir sino también en las mismasconversaciones que teníamos.

    El lazo de nuestra amistad loconstituyó, en primera instancia,la ideología de la liberación; pero,también hay que agregarle laafinidad por la lectura. No le gusta-ba que se maltraten las obras quetenía prestadas o que él prestaba,se enojaba a regañadientes cadavez que esto sucedía; sus librosde cabecera los poseía bien con-

    servados, estos eran tres: “Loscondenados de la tierra” de FrantzFanon, “Alma encadenada” deEldridge Cleaver y “La revoluciónindia” de Fausto Reinaga.

    ¿Qué significaban los libros paraAyar? Eran armas de lucha contrael sistema q’ara; además, undialogo constante con otros. Enfin: era amante de los libros. Lospocos momentos que fuimos acomprar algunos de estos, enlo-quecía por aquellos autores raros;asimismo, cuando íbamos de in-vestigación por las bibliotecasespecializadas de la UniversidadMayor de San Andrés indagandosobre un tema particular, primerocontemplaba el libro y su contenidopara poder sacar una copia; eracuerdo en el campo de recolectar

    bibliografía, así que no podía tenercualquier “libraco” en su bibliotecapersonal.

    Además, había algo más allá deestas actitudes: el amor al saber.Esa búsqueda constante estabaimpulsada por una inquietud de-moniaca; Ayar poseía el demoniodel saber, pero no del saber por elsaber, sino de aquel que le ayudabaa entender la realidad concreta:la condición de indio. Pero ¿paraqué entender lo concreto? Paratener las cosas claras, pues en lamedida que Ayar despejaba el caosque se presentan desde fuera, élpodía planteaba acciones paracambiar esa realidad desfavorablepara los indios, pues el sistemaq’ara ha sometido a los indios aun lavaje cerebral, a un no-enten-

    Semblanza yhomenaje a AyarQuispe Quispe:¿Qué significabanlos libros para Ayar?Eran armas de luchacontra el sistemaq’ara, además, undialogo constantecon otros.

    Ayar Quispe, en el centro de la foto, junto al Mallku y otros militantesindianistas, el año 2010 en Potosí. Foto: Pukara

  • La Paz, abril de 2016 Página 4

    dimiento de su existencia oprimida;consiguientemente, a la vivenciamecánica y no-reflexiva, en unapalabra: a la enajenación.

    Los libros y el zambullirse en suinterior, no era un fin para Ayar,no tenían sentido las lecturas porel puro placer de hacerlas. Teníaen claro que los libros solo eraninstrumentos que conducían a lasideas y posibilitar, a través de esalectura, el dialogo con los autoresque planteaban esas ideas. Estoevidentemente, conducía a pensara partir de lo abstracto y abstraí-do. Pero hay otro modo de llegara lo concreto, y es pensar a partirde lo que se nos presenta. Y loque se nos presenta son fenó-menos. Entonces, hacer reflexióna partir de esto, era —segúnAyar— ser creativo, en la medidaen que se establecen situacionesnuevas. En una ocasión, me dijo:“¿para qué vas a comprar máslibros?, tengo muchos libros sinleer. Es una mentira que uno leetoda su biblioteca, nadie terminade leer lo que uno tiene. Mejorhay que pensar y reflexionar sobrelo que está pasando”. Y teníamucha razón. Ahora me doycuenta que los juicios de otrasobras sobre el indianismo ennuestro medio, eran repetitivas,nada novedosas ni innovadoras,lo que en realidad estaba buscandoAyar era re-crear el indianismo apartir del tiempo actual.

    Teniendo estas dos fuentes deadquisición del saber, de nada sirvemantener el conocimiento alma-cenado en la mente, necesitamosescribir para comunicarlo a otros.En realidad, el acto de escribir nosconduce directamente a la refle-xión, es un dialogo con nosotrosmismos y es también una comu-nicación con nuestros pares. Ayarentendía que no podemos escribirabstracciones teóricas de larealidad colonial en el lenguajeacadémico, porque eso tieneresultado soporífero para losindios: eso es echar agua a laarena y no a la siembra, pues losindios necesitan verdades directasque tengan correspondencia consu vivencia. Parafraseando aMalcolm X: a los oprimidos hay quehablarles en su lenguaje.

    En los encuentros que teníamosen la ciudad, Ayar siempre llevabaun libro, “estoy leyendo estaobra”—decía—, o como cuando enotras ocasiones me mostraba elborrador de algún escrito suyo;tenía el papel y el bolígrafo enmano, sus hermanos (as) creíanen su oficio de escritor, porque, lamayor parte de su tiempo dedi-caba a la lectura, y a la par aescribir; en un cumpleaños suyo—me contó con esa alegría quetenía en el rostro— su madre leobsequió un guante, su hermanaun bolígrafo: este gesto, legitimómás ese trabajo de leer y escribir.

    El escribir para Ayar, era un acto

    de compromiso, no se escribe porescribir, sino que ésto tiene enprimera instancia una relacióníntima con uno, puesto que si unoes indio, más aun si se consideraindio, entonces, el escribir auto-máticamente se traduce en uncompromiso con la sociedad ahoracolonizada. Consiguientemente, elindianista escribe para liberar a supueblo, no puede ser de otraforma. Eso era el agricultor delindianismo: un escritor compro-metido. Entonces, escribía para símismo, pero esto, no se quedabaahí; por lógica a quienes estándirigidas esos escritos son direc-tamente los indios. de esa maneraAyar habla de ellos, pues, él tam-bién sufría lo que sus hermanossufren.

    Los escritos de Ayar son com-bativos, esta es una característicade sus acciones, de su modo deser. Su experiencia misma estáempapada de una lucha violentacontra el q’ara. Desde muy jovenparticipó de muchas acciones,como pintar paredes con la siglaMITKA; fue fundador y militantedel EGTK junto a su padre, accionóen el movimiento indio del 2000-2003 aun cuando estas accionesiban en contra de su salud. Des-cuidaba mucho su salud, pues loque le importaba era trazar ideasen el papel. Así terminó de escribirsu libro “Los tupakataristasrevolucionarios”, en medio defiebres y dolores, al borde de lamuerte.

    Hay una cosa en la que él coinci-de con Reinaga: fue un escritorque no gustaba hacer pasar ningúnerror de redacción en sus escritos.Cuidaba mucho esa parte, revi-saba una tras otra vez un párrafo,y aun así no estaba contento; enel acto de escribir era un verdaderoartesano. Creo que tuvo presentesiempre eso, y en todos los as-pectos. Cuando nos empapábamosde barro y tierra en la construc-ción, era un verdadero contra-maestro, que revisaba cada detalledel nivel, la plomada y la medida,cada vez que hacia esto, a vecesmostraba un error y salía diciendo:¡Qué Iván!

    Si revisamos los escritos de AyarQuispe hay una evolución en suforma de escribir, precisamente enla manera cómo lanza las ideas.Existe una profundización en ellenguaje en que está hablando alos indios en sus libros, y es esamanera combativa que mencionémás arriba; el escribir era guerrearcontra los opresores.

    A los indios hay que despertarlosdel sopor colonial, dándole verda-des que sean de fuego, que toquenla herida de más de 500 años deopresión, eso es lo que no quierennunca los opresores, porquecorren el peligro de que puedanser cercados nuevamente. Ayarera el escritor combativo, porquea través de las mismas letras

    plasmadas en el papel guerreabancon otras ideas; así, los indios enel momento de recorrer por esaspáginas pueden despertar y mirar-se como en el espejo y ponerseen dinámica arremetida contracolonial. Prueba clara de esteprocedimiento es su última obra“indianismo-katarismo” (2014)donde se constata, justamente,una característica del indianismo:la guerra contra colonial. Nodudamos ningún instante que estegran agricultor del indianismo,sembró en sus obras ideas que

    harán surgir a muchos otros comoél. Pero, sobre todo, inelucta-blemente, sus pensamientos seconvertirán en llama flameante, yconsiguientemente en movimientoindio.

    En la memoria del agricultor delindianismo, —a quien considerocomo mi hermano— nos tocaseguir venciéndonos. Más aun, ircontra el tiempo, pues ésto seráir contra la muerte. Así nos enseñóAyar Quispe, con el papel, lápiz yel libro en mano hasta la muerte.Que así sea pues.

    Foto: https://chaskiclandestino.wordpress.com/2015/06/10/ayar-quispe-quispe-en-la-memoria-rebelde/

    El 24 de mayo, a las 15:00, en la Plaza Germán Bush de Alto Lima(ciudad de El Alto), fue encontrado el cuerpo de Ayar Quispe Quispe,hijo del dirigente indianista y ex ejecutivo de la CSUTCB FelipeQuispe Huanca. Ese día y esa hora figuran en el documento dellevantamiento del cadáver, pero no es el de su muerte. El certificadode defunción, redactado en la morgue de La Paz el 1 de junio, unasemana después del levantamiento del cadáver, indica. “En horaaproximada de la muerte se registra la hora del levantamiento médicolegal, ésta se determinará por investigaciones…”.

    Hasta el día de hoy no se han aclarado las causas y circunstanciasde la muerte de Ayar Quispe Quispe. A la víctima sus agresores nole robaron ninguna pertenencia y su cadáver fue encontrado consus manos aferradas a su último libro: “Indianismo-katarismo”. Elcertificado de defunción indica que Ayar murió salvajementegolpeado; se señalan las causas de la muerte como: 1) Lesión decentros nerviosos superiores, 2) Hemorragia subaracnoidea y 3)Traumatismo encefalocraneano cerrado severo. Hay quienes,apoyados en esa evidencias, sugieren que previamente Ayar habríasido secuestrado y luego torturado.

    Ayar Quispe fue un intelectual del pensamiento indianista, pero nodesarrolló esa tarea ajeno y fuera de la militancia, fue en realidadun guerrero y un subvertor orgánico. Su libro «Indio contra indio»refleja las contradicciones internas cuando activaba junto a supadre en la CSUTCB. En “Los Tupakataristas Revolucionarios” relatade primera mano la organización y desarrolo del grupo guerrilleroEGTK, testimonio de quien estuvo en esa trinchera de combate. En«Indianismo» e «Indianismo-katarismo» trata de interpretar la vigenciade esta ideología en momentos en que la reflexión sobre lo indio secentraba en la experiencia de gobierno del MAS, siendo muy críticoa ese proceso y sentando las bases de discusiones que seguramenteanimarán la emergencia de un nuevo pensamiento, ante la parálisisque en el tema demuestra el actual partido en funciones de gobierno.

    ¡Jallalla Ayar Quispe! C. G.

  • La Paz, abril de 2016 Página 5

    Análisis:

    El asesinato de Berta Cáceres ysus reverberaciones en BoliviaJosé Luis Saavedra*

    Berta, una mujer que siempre ha sido una luz para su pueblo, sobre todo cuando pocos meses atrás logró parar laconstrucción de un proyecto enorme, de un mega-proyecto hidroeléctrico en el río sagrado, el Gualcarque. Fuente foto:http://www.theguardian.com/world/2016/mar/03/honduras-berta-caceres-murder-enivronment-activist-human-right

    Hoy vamos a cavilar acerca deuna noticia triste que nos genera,hoy como hace 500 años, unaprofunda indignación y al mismotiempo un impulso para continuarcon nuestras luchas por la vida yel territorio.

    Nos trasladamos a Honduras, aeste pequeño y entrañable país,que acaba de hacer noticia mundialcuando el día jueves 3 de marzonos enteramos, con íntima indig-nación, que ha sido asesinada lahermana, compañera y líderindígena del heroico pueblo lenca,el mayor pueblo indígena deHonduras.

    Berta ha sido asesinada en supropia casa por dos encapucha-dos, como siempre actúan lossicarios al servicio de las empresastransnacionales y los gobiernosque las prohíjan. Los sicariosentraron, furtivamente, en la casade Berta, donde hace poco sehabía trasladado. Ella tendría quetener la protección del gobierno,que —por mandado internacional—debería haberla resguardado. Pero,¡qué casualidad!, justo esa nocheno había protección alguna.

    En realidad, allá en Honduras oaquí, en Bolivia, la situación esexactamente la misma. Al parecermatar indios —hoy como 500años— no es delito alguno, ¿o esque hay justicia para el hermano

    quechua que ha sido asesinado enMallku Qhota o los dos jóvenes enCaranavi o las masacres enChaparina y Takovo Mora?

    Sin embargo, este asesinato,uno más en la larga y dolorosahistoria de asesinatos de nuestros/as líderes, “no puede quedar en laimpunidad, no queremos que secastigue a funcionarios de bajorango (como los choferes), que-remos que se sancione a los ver-daderos asesinos materiales eintelectuales, a los que la hanestado persiguiendo y hostigandopor años”.

    A escasas dos semanas antesdel asesinato de Berta, ella denun-ció —en una conferencia de pren-sa— el asesinato de cuatro líderesdel pueblo lenca. Al parecer es,ahí, en dicha conferencia, dondelos asesinos, pagados por las em-presas transnacionales, decidieronasesinar a Berta. En realidad, todala historia de los últimos 500 añosdel Abya Yala está cargada deasesinatos de nuestros héroes ylíderes, varones y mujeres y espor ello que se pide y se exigejusticia y reparación histórica.

    Aunque obviamente tanto enHonduras, como aquí, en Bolivia,

    no se puede confiar en la justicia“podrida” (Linera dixit), que nodeja de ser —tradicionalmente—encubridora de las empresas trans-nacionales. Pero, nos solidari-zamos militantemente con la luchadel pueblo lenca, porque vemostantos campos comunes en lasrebeliones indígenas de Bolivia,Perú y Ecuador, donde el sátrapade Correa ha recluido y confinadoa más de 200 —reitero, dos-cientos— líderes indígenas, cuyoúnico “delito” es luchar por la viday el territorio de los pueblos ycomunidades indígenas y activaren contra de las empresas trans-nacionales. El memo de Correa losacusa de terrorismo y de atentarcontra la seguridad y el progresode la nación, igual que los másatrabiliarios regímenes totalitariosdel gorilismo latinoamericano.

    Los pueblos y comunidadesindígenas de todo el Abya Yalaluchan heroicamente contra lasempresas transnacionales depre-dadoras, devastadoras y vandá-licas, igualmente contra las múlti-ples injusticias, abusos, arbitra-riedades, atropellos y violenciasque históricamente sufren en sustierras y por la consecuente de-

    fensa de la vida y el territorio. Noolvidemos, no debemos olvidar queaquí, en Bolivia, hemos tenido altata Cancio Rojas, autoridad origi-naria, quien ha estado un añoencarcelado por luchar contra laempresa minera Gold Mine deCanadá. En general, los gobiernoslatinoamericanos, sean derechis-tas y/o izquierdistas, son pues lamisma mierda, están en contra delos pueblos indígenas.

    Berta era una defensora de losderechos de los pueblos indígenasy de los recursos naturales, queen Honduras —igual que en Boli-via— están siendo violentamentevulnerados, depredados, saquea-dos, devastados y usurpados porla voracidad imperialista de lasempresas transnacionales, muybien aupadas por los gobiernosprogresistas, como el del hermanoEvo, con el pretexto de “atraer lainversión extranjera”.

    Aquí conviene leer una parte deltestimonio de una mujer del pueblolenca, quien, hace varios años, yahablaba de las múltiples amenazase intimidaciones provenientes delas empresas transnacionales y enparticular de la empresa chinaSinohydro, que hoy por hoy es

    El asesinato deBerta Cáceres estárelacionado con lalucha contra lasrepresashidroeléctricas y lasempresastransnacionaleschinas, en espacialla Sinohydro,empresa a la que elgobierno bolivianole da jugososcontratos.

    * Docente en la UMSA.

  • La Paz, abril de 2016 Página 6

    “cara conocida” en Bolivia, cuyoactuar ha sido y es pues mafioso,y que quería imponer en Hondurasun proyecto hidroeléctrico.

    “No tenemos miedo, perotenemos múltiples amenazas demuerte, nos quieren matar, nosofenden, nos dicen haraganes,que por qué no tenemos otracosa que hacer en la casa quemovilizarnos y bloquear caminosy nos hostigan continuamente.Hay gente del gobierno que estáa favor de las transnacionales,a favor de las represas y encontra de nosotros, los pueblosindígenas”1.No obstante, Berta nunca retro-

    cedió en su lucha. Leamos un frag-mento de su testimonio.

    “Durante toda mi vida heestado consciente de lo quepuede pasar estando en estalucha, como también estoyconsciente de que nos estamosenfrentando a un poderoligárquico, banquero, financieroy transnacional, así como alEstado mismo de Honduras y asus cuerpos represivos, quehistóricamente se han plegadoa los intereses de las grandesempresas transnacionales. Nome doblegarán”.Berta sabía, muy conscien-

    temente, que se enfrentabacontra esos poderosos enemigosde los pueblos: las empresasimperialistas y los gobiernos sir-vientes, y era plenamente cons-ciente de que la lucha es esen-cialmente en contra el capitalextractivista nacional e interna-cional.

    Berta, ambientalista y luchadorapor la justicia y los recursosnaturales, ha sido premiada, a nivelmundial, por su trabajo en y porla defensa del medio ambiente yel equilibrio de los ecosistemashumanos y naturales, con elpremio Goldman, el año pasado,2015. Leamos una parte de sudiscurso cuando recibió el premio.

    “El río Gualcarque nos hallamado, así como los demás,que están seriamente ame-nazados en todo el mundo,debemos acudir.

    “La Madre tierra militarizada,cercada, envenenada, donde seviolan sistemáticamente dere-chos elementales (¿no es estamisma la realidad doliente de lospueblos y comunidades guara-níes de y en Takovo Mora?), nosexige actuar”.Berta, una mujer que siempre ha

    sido una luz para su pueblo, sobretodo cuando pocos meses atráslogró parar la construcción de unproyecto enorme, de un mega-proyecto hidroeléctrico en el ríosagrado, el Gualcarque. Obvia-mente, la lucha de Berta estabaunida orgánicamente a las de milesde comunidades indígenas delpueblo lenca, una lucha tenaz eintensa, desde hace 500 años, queha sido victoriosa para los pueblosy comunidades indígenas.

    ¿Por qué resaltamos el caráctervictorioso de esta lucha de lospueblos indígenas de Honduras?Por varias razones, la primera esque es una muy importante ysignificativa enseñanza políticapara los pueblos andinos yamazónicos de Bolivia, en elsentido que se puede vencer yderrotar a las empresas trans-nacionales e imperialistas y a suslacayos nacionales, incluyendo alos gobiernos.

    La segunda, es que la luchaindígena hondureña ha sido nadamenos que contra la empresachina Sinohydro... Les suena,¿verdad?, ya es “cara conocida”para nosotros/as, los/as patriotasbolivianos/as. Sinohydro, que esuna compañía de construcciónchina, una de las más grandes,tuvo que empacar sus pilchas ymandarse a jalar, ya que,juntamente con su padrino, elBanco Mundial, fue ignominio-samente expulsada de Honduras,al igual que de Ecuador. A estaacción heroica de los pueblosindígenas habría que añadir queesta empresa imperialista no solodebió haber sido expulsada sinotambién expropiada. Con todo, loreal es que no va más la cons-trucción de la represa hidro-eléctrica.

    La lucha de Cáceres trascendiólas fronteras nacionales y es puesen contra de las empresas trans-nacionales, tanto que los pueblosindígenas u originarios han deci-dido parar los proyectos de lamega-minera a cielo abierto. Apropósito, aquí, en Bolivia, no hayque olvidar la heroica lucha de los/as hermanos/as de Mallku Qhota,que también lograron expulsar desu territorio —igualmente a costode al menos una vida humana— auna empresa transnacional: laimperialista South American Silver.

    ¿Por qué los pueblos indígenaslenca decidieron paralizar el pro-yecto hidroeléctrico?, esencial-mente porque iba a inundar lastierras cultivadas y cultivables demás de 111 comunidades. En esastierras se produce yuca, maíz,frutas, que son los alimentosprimordiales de los pueblos ycomunidades.Reverberaciones violentasen Bolivia

    La empresa constructora chinaSinohydro también hace noticia enBolivia, básicamente como partede una red transnacional, cada vezmás violenta, de la intromisión —cada vez más violenta— del capitalchino. Recordemos que actúa yopera en Bolivia la Sinohydrodesde hace varios años, se podríahablar muchísimo, pero por razonesde espacio vamos a limitarnos anombrar algunos datos.

    Uno, Linera ha conseguido uncrédito de siete mil millones dedólares del gobierno chino (elgobierno nos sigue endeudando,

    que después tendremos que pagarlos ciudadanos bolivianos), de estecrédito ya hay un primer desem-bolso de mil millones de dólaresque acaba de ser adjudicada —para variar— por invitaciones di-rectas del Ministerio de Obraspúblicas precisamente a la em-presa Sinohydro. ¿Qué se vahacer con este financiamiento?:construir la doble vía por el Sillar.

    Dos, una vez que la CAMC seadjudicó la construcción de laferrovía Bulo Bulo–Montero sub-contrató precisamente a la Sino-hydro, que durante los últimos dosaños no ha hecho nada, absolu-tamente nada, en dicho tramoferroviario. Sin embargo, y a pesarde este nefasto antecedente, elgobierno y el Ministerio acaban deadjudicarle precisamente a laSinohydro esta construcción de ladoble vía por el Sillar.

    Tres, Sinohydro maltrata a lostrabajadores y obreros de la em-presa. Como toda empresa china,propia del capitalismo salvaje ydelincuencial, no entiende nada dederechos laborales y no respeta(absolutamente para nada) lalegislación laboral vigente en elpaís y aplica el mismo sistemarepresivo, violento, autoritario,opresivo, abusivo y carcelario queen su país de origen, China.

    Los obreros bolivianos quetrabajan en la Sinohydro han idoprotestando y reclamando ejercersus derechos violentados enmúltiples ocasiones por los chinos.Previamente, hay que decir queen los últimos cinco años hemosestado viendo que la presencia delas empresas chinas en Bolivia, através de contratos millonariossuscritos con el Estado boliviano,ha abierto un escenario de irrup-ción e intrusión de estas empresasen diferentes lugares del país, porel que diferentes empresas chinasestán merodeando en el país. Yahí están los obreros bolivianosenfrentados a muchas dificultadesen el trabajo, a condiciones deextrema precariedad de y en lascondiciones en las que trabajan(los obreros) en las empresaschinas.

    Aquí el tema es ¿qué hace elgobierno, de qué beneficios gozala empresa china para desconocerla legislación laboral boliviana?, ¿nosirve la legislación laboral de Boliviaen las empresas chinas?, ¿por quéel Ministerio de Trabajo y elgobierno nacional no intervienensancionando a Sinohydro por in-fringir las leyes laborales nacio-nales?, ¿por qué la burocraciasindical de la COB no se ha pro-nunciado, ni una sola vez, enapoyo a las demandas de lostrabajadores de ésta y otrasempresas chinas?

    Los obreros que trabajan en lasempresas chinas han hecho suAmpliado, tienen varias resolu-ciones, las han presentado al

    Ministerio de trabajo, pero que aestos temas no les da la coberturanecesaria, ni menos oportuna. Lasempresas chinas son pues gene-radoras de dominación, explotacióny violencia. Es por eso que lostrabajadores continúan ya en eltercer o cuarto paro para decir“¡no queremos extranjerosexplotadores!, ni atropellos a lagente trabajadora, ¡basta dediscriminación!, esto es Bolivia yno China”.A modo de conclusiones

    El asesinato de la hermana BertaCáceres está directamente rela-cionado con la lucha contra lasrepresas hidroeléctricas, queestán proliferando en toda nuestraAmérica latina. Y es en estecontexto que hay que situar yentender el mensaje tenebroso delas empresas transnacionaleschinas y en espacial de laSinohydro, en el sentido deasesinar a los/as dirigentes quelideran las luchas en contra de losmega-proyectos.

    La idea cardinal del imperialismorojo es meter miedo, de maneraque nadie pueda oponerse a losmega-proyectos depredadores. Yes por y para ello que las empresastransnacionales y los gobiernosnacionales, hoy como ayer colu-didos en contra de los pueblosindígenas, se proponen, inicial-mente comprar y cooptar a loslíderes y dirigentes indígenas, ylamentablemente no faltan los quese prestan a este indignante juegocolonialista. Y cuando este meca-nismo de cooptación no funciona,básicamente por la lealtad y laconsecuencia de los líderes,entonces sencillamente losasesinan.

    ¿Qué hacer frente a estasamenazas? Históricamente, lospueblos indígenas se han movi-lizado y han luchado heroicamente,pero creo que ya no es suficiente.En primer lugar, hay necesidad deretomar y reactivar la agenda deoctubre: expropiar y expulsar denuestras tierras y territorios atodas y cada una de las empresastransnacionales, sin ningún tipo deindemnización. En segundo lugar,hay que pasar de la mera resis-tencia u oposición a la ofensiva,ya no es suficiente la sola protestao la pura indignación, hay unahistórica necesidad de reavivar lasagrada memoria de Tupak Katariy Túpac Amaru: la sublevación dela nación aymara quechua encontra de las empresas trans-nacionales y de los gobiernossirvientes.

    ¡El temblor viene de abajo,carajo!1 ¿Hay alguna diferencia, si quiera un

    tantito, con Bolivia?, ¡ninguna! Másaún, aquí hay ministrillos (como elinefable Ferreira) que hacen devoceros oficiosos y serviciales de lasempresas transnacionales, cuandonos dicen que hay oscuros interesesque “quieren frenar la inversiónchina”.

  • La Paz, abril de 2016 Página 7

    Análisis:

    ¿Pan para hoy? El extractivismocontra los indígenasAntonio Pérez*

    * [email protected]

    "No contaminación. El río es nuestro alimento", reza el cartel instalado el 2015 por la Comunidad Mapuche Paineo enla Ruta Nacional 40, a la altura del paraje La Amarga, en Argentina, que señala la oposicón de dicha comunidad alproyecto minero en la Sierra de Catán Líl. Fuente foto: http://endepa.org.ar/?cat=52

    El extractivismo o explotación delas materias primas sin valor aña-dido, es una política económicaque afecta sobre todo a los paísessubalternos y, de manera excesi-va, a los pueblos indígenas, quie-nes más dependen de sus territo-rios. Es la primera frontera paralos capitalistas; la primera y laúltima para los indígenas. Los pro-letarios que acuden en enjambreal efímero panal de las industriasextractivas son los más audaces,pero también los más desespe-rados, individualistas y amoralesde todo el proletariado. Por ello,el extractivismo es el paradigmade la regla de oro del capital:enfrentar a los desheredados.

    Los pueblos indígenas son lospueblos más extraídos. Al factorde ser los menos poderosos se hade sumar que la Historia de la Hu-manidad puede resumirse en la lu-cha entre los indígenas y las so-ciedades envolventes: entre losmarginados y los asimilados1. Losactuales indígenas padecen expo-lio pluri-milenario: los poderososhan tenido tiempo para mejorar susaqueo, de ahí que ahora se lesexplote material e inmaterialmente.En lo material, desde lo infini-tamente pequeño dentro de sucuerpo físico —el latrocinio de supatrimonio genético — hasta loinfinitamente grande de su cuerposocial —su territorio —.

    La apropiación piratesca de susgenes es la faceta más modernadel extractivismo material contralos pueblos indígenas. Comenzó aescala universal con el ProyectoGenoma Humano, PGH, desde 1985y 1987, un programa gringo conpresupuesto multimillonario al quese apuntaron multitud de Estados.Sus derivaciones indigenófobaspasaron desapercibidas hasta fina-les del siglo pasado, cuando laoposición de organizaciones indí-genas consiguió hacer pública laexistencia del subproyecto “Pue-blos de Interés Histórico” que con-sistía en secuenciar y comercializarel genoma de unos 700 pueblosindígenas. A partir de entonces,se hicieron más difíciles las (lite-ralmente) extracciones de sangreindígena destinada a ese ‘ProyectoVampiro’. El PGH hubo de reducir

    la lista de pueblos a esquilmar yderivó su extractivismo genéticoal National Geographic quien,desde 2005, publicitó el programaGenographic, ahora no con unperfil indígena sino universal2.

    Como el ejemplo más escanda-loso del extractivismo inmaterial,escogeríamos la apropiación inde-bida de su saber ecológico. Esteconocimiento indígena abarcadesde la domesticación de espe-cies vegetales y animales hastala predicción de las catástrofesmal llamada ‘naturales’. El meca-nismo de este extractivismo esclaro: las sociedades envolventesllegan a los últimos territorios indí-genas poseídas por el ansia deexplotar esas ‘tierras raras’. Antes,los conquistaban sin más pero hoysabemos que invadir sin conocerel entorno natural conlleva arra-sarlo desperdiciando así riquezasocultas cuyo valor, extracción ymétodo de utilización sólo conocenlos indígenas. Hoy, cuando el ex-tractivista llega a Indialandia, semuestra más cauto y busca elapoyo de mediadores antropólogospara absorber el ‘ecologismo’ indí-gena y facilitar el expolio hacia losvalores de mercado.

    Este extractivismo seudo indíge-no-ecologista, es la parte econó-

    micamente más jugosa del extrac-tivismo del patrimonio intangibleindígena. A su lado, tienen menosimportancia crematística otras ex-tracciones, como la tergiversaciónde la espiritualidad aborigen, es-pecialidad de las mesnadas esoté-ricas; la reducción de los mitosexóticos a la mazmorra de la reli-giosidad —tan querida por los mi-sioneros—; la comercializaciónespuria del arte indígena; inclusopodríamos calificar como extracti-vista el oficio académico de tra-ducción y codificación a la occi-dental por los antropólogos procli-ves a la mediación interesada.

    Es obvio que la expropiación delterritorio indígena representadirectamente el máximo grado alque llega el extractivismo de lotangible e, indirectamente, elextractivismo segmentario de lointangible. En estas notas, no va-mos a tocar los aspectos más co-nocidos del extractivismo general3y nos centraremos geográfica-mente en América Latina, salvo enun tópico no habitual en el discur-so anti-extractivista: en el análisisde los Parques Nacionales.

    Antes de pasar a esos acápites,señalaré el desastre más crudo delextractivismo que he presenciadoin situ. Me refiero a la mina de

    Panguna, donde se jugó la pésimasuerte de los indígenas de una isladel Pacífico quienes consiguieronexpulsar de su territorio a la mul-tinacional Rio Tinto Zinc pero alprecio de una guerra que les costó20.000 muertos… sin olvidar lostrabajos que les costará limpiar losmil setecientos (1.700) millones detoneladas tóxicas que les dejó laRTZ4. Panguna no está en Amé-rica Latina, pero su oro y su cobreson iguales a los que poseyeron ytodavía poseen los amerindios conel mismo destino —las arcas ajenas— y que fueron extraídos al mismoprecio —la sangre indígena.Las Yndias, ahora lasAméricas

    Las Yndias fueron vistas desdeel comienzo de la Invasión comola oportunidad de oro para extraersus riquezas, como una terranullius en la que el pecado no exis-tía, como un hemisferio a devas-tar. Elegimos las palabras de unprofesional del extrac-ivismo —uningeniero de minas — y no las deun administrador colonial o las deun religioso. Con ello subrayamosque, en contra de la imagen queha popularizado el Poder, a Lati-noamérica siempre han llegadoantes los geólogos que los misio-

  • La Paz, abril de 2016 Página 8

    neros, los milicos y los colonos5.Desde el punto de vista de los

    indígenas, en cinco siglos poco hacambiado el panorama general delextractivismo en América Latina,AL. Incluso ello se está aceleran-do. Por citar sólo el ejemplo delextractivismo material más duro:según el Atlas de Justicia Ambien-tal, en 1970, se extrajeron de AL2.400 millones de toneladas de mi-nerales y metales. En 2009, esacantidad ascendió a más del triple:8.300 millones de toneladas6.

    Aunque duele admitirlo, los go-biernos dizque de izquierdas quegobernaron o gobiernan en AL hanmantenido y mantienen la mismapolítica extractivista que los go-biernos de derechas. En lugar derecaudar para redistribuir apretan-do impositivamente a los ricos,controlando la evasión fiscal, refor-mando el agro, obligando a lasmultinacionales a que respeten lostérminos de sus contratos, etc.,esos gobiernos llenan las misérri-mas arcas estatales a costa de ladestrucción de la tierra y de losindígenas. La razón que esgrimenes siempre la misma: “no podemosseguir siendo pobres sentados enun saco de oro”.

    Ni siquiera los presidentes ‘indí-genas’ como Evo Morales escapande esta maldición. Para demostrar-lo, en Bolivia están desastres ma-yores como las explotaciones hi-drocarburíferas en tierras guara-níes, la mina de litio en el tandelicado sitio del Salar de Uyuni yla proliferación de la agroindustria—generalmente con organismosgenéticamente modificados, OGM— de soja y caña para biocom-bustibles; e infinidad de desastresllamados menores, como la mina acielo abierto de plata, zinc y plomode San Cristóbal (Potosí) queabastece a medio Japón mientrasse bebe todo el agua de la comar-ca; etcétera. Todo ello dibuja unpanorama de extractivismo ram-pante en el que la suma de expor-taciones extractivistas (agroin-dustriales, hidrocarburíferas, mine-ras) respecto de las totales hapasado del 82,74% en 2009 al89,35% en 2012. Para mayorconfusión, el extractivismo boli-viano camina parejo a la desindus-trialización de ese país7. Ejemplo:sobre el total exportador, las ex-portaciones industriales manufac-tureras descendieron del 17,26%en 2009 al 10,65% en 2012.

    Huelga añadir que estos desas-tres encuentran resistencias va-rias8. Por mencionar citar sólo lasprotagonizadas por los sectoresindígenas, hemos de citar al grupoque publica el mensual Pukara(www.periodicopukara.com),revista que recoge con rigor con-ceptual y valentía política las críti-cas más acerbas a la realidad im-puesta por el gobierno pachama-mista de Morales y García Linera.A este respecto, debemos añadiruna muestra de cómo la extrema

    izquierda europea —es un decir —continúa sin admitir la disparidadexistente entre las proclamas deMorales y la realidad de un paísabandonado en los brazos del ex-tractivismo multinacional. Ejemplo:en las 656 páginas de su tesis doc-toral, Íñigo Errejón sólo dedica unpequeño párrafo en una nota apie de página a la oposición indíge-na. La escamotea y la censura, almismo tiempo que reconoce la im-portancia de los «diferentes inte-lectuales y políticos que, desdeuna órbita cercana al indianismo—y a su variante katarista— y alas perspectivas descolonizadoras,evalúan críticamente los alcancesdel nuevo Estado Plurinacional deBolivia. Por su relevancia, no sepuede de-ar sin referenciar: http://periodicopukara.com/archivos/h i s t o r i a - c o y u n t u r a - y -descolonizacion.pdf»9. Quizáhubiera debido redactar: ‘Por surelevancia y aunque no me gustenesos indios, debo aludirlos peroserá en esta letra pequeña que,espero, nadie leerá’.Parques Nacionalesinhumanos: ¿extracciónabsoluta o conservaciónlimitada?

    En el discurso anti-extractivistano suele incluirse el tópico de laszonas protegidas por razones ex-clusivamente medioambientales.Opino que se trata de un modelopeligrosísimo. Desde el punto devista indígena, quizá es el más da-ñino puesto que induce a confu-sión, enfrenta a hipotéticos aliadosdel indigenismo —los ‘ecologistas’— y goza de un favor popular ge-neralmente ignorante de lascircunstancias en las que han sidocreados, vigilados y mantenidos.

    La creación del sistema de Par-ques Nacionales, joya del conser-vacionismo inhumano, se basódesde sus orígenes en la deporta-ción de los pueblos indígenas que,previamente, no solo habitabanesos territorios sino que tambiénlos habían conservado con míni-mas alteraciones. Por ello, deci-mos conservación limitada puestoque se quiere presentarlos comonaturaleza virgen cuando tal reali-dad no existe —salvo en los cas-quetes polares o en islas remotas— desde que el Homo sapienscomenzó su andadura sobre esteplaneta.

    En 1872, Yellowstone fue legali-zado como el primer Parque Nacio-nal en el mundo10. Para esa fechalos indígenas norteamericanos lle-vaban siglos perseguidos y depor-tados, pero por otras razones acual más obvia. Esta vez, losShoshone, Crow, Bannock, Black-feet y Nez Percé que habitabanesa comarca iban a verse envuel-tos en una guerra no sólo contrael ejército gringo, sino tambiéncontra un nuevo enemigo que novestía uniforme pero sí libros,filosofías, buena conciencia e

    incluso predicamento moral: losprimeros conservacionistas.

    Por una de esas modas ‘cien-tíficas’ que asuelan a Occidentecon frecuencia desesperadamenteperiódica, en los años de Yellows-tone y entre las élites occidentalesse puso de actualidad la Eugenesia—para los indígenas, transmutadaen tanatogenia a secas, en muerteimpuesta sin paliativos —. Dentrodel cajón de sastre eugenésico,entró la protección a la Naturalezacomo fuente de vida sana… parala minoría que pudiera disfrutarla.

    El conservacionismo nació conel prejuicio de que la Naturalezaera más importante que el Hombre,quizá por creerla más inteligible ymanejable. Craso error porque par-te del supuesto falso que la Natu-raleza es inteligible según los tér-minos humanos de cada momentocuando, en propiedad, Ella esininteligible y muda porque es unaentidad no sujeta al logos humano.Muchos se empeñan en fingir unainterlocución imposible culminandoen una supuesta “comunión-con-la-Naturaleza”, reducida ésta a unsucedáneo de diálogo esencial-mente vicario y mediado por lapalabra trabajada por los huma-nos. Deberíamos asumir que nopodemos traducir alegremente laexpresión ecolátrica que, contanto éxito popular formulan losindígenas: no quieren decir queestán comulgando con lo naturalsino que ‘comulgan’ entre ellosrecordando que encarnan a aque-llos pequeños dioses que, antaño,fueron naturales.

    Agarrando el rábano por lashojas, los más convencidos de esaposibilidad de diálogo se aplican apracticarlo y creen conseguirlo através de una mística personal eintransferible –léase, ajena a lacultura por ser intransmisible-. Queno se confundan estos ‘místicosnaturalistas’: es más difícil hablarcon la Naturaleza que con Diospuesto que, a fin de cuentas, eseSeñor es una mera invenciónhumana. Más aún, los susodichosmísticos se sienten indígenas.Quizá así entenderían porqué losindígenas no progresan material nipolíticamente. ¿Acaso lo hace laNaturaleza?: sólo el necio confun-diría evolución con progreso. Endefinitiva, sabremos poco o muchosobre la estructura y la funciónde la vida natural pero no sabemosnada sobre las finalidades de laNaturaleza y, si me apuran, tam-poco sobre sus orígenes.

    ¿Naturalistas versus humanis-tas? La interrogación tiene pocosentido, pero anteponer la Natu-raleza al Hombre ha tenido deriva-ciones nefastas. De la eugenesiase retrocedió hacia el ambienta-lismo sin indígenas. Desde finalesdel siglo XIX, cuando los pueblosaborígenes fueron obligados a pre-sentar sus últimas batallas mili-tares, el indígena fue visto comorareza próxima a la monstruosidad

    y, por tanto, susceptible de ex-plotación espectáculo mediante.También se le etiquetó bajo elestrambótico concepto de ‘ano-malía natural’ y, por ende, alimañaa exterminar en nombre de unaaún más estrambótica ‘mejora dela Naturaleza’.

    En aquellos barros se empanta-naron figuras tan respetables co-mo H.G. Wells, G.B. Shaw, M. Key-nes y muchos otros. Años antes,había contaminado a personajesnada autoritarios como Henry Da-vid Thoreau, para quien los indíge-nas estaban “más próximos a lapiedra y los animales de lo queestamos nosotros” (nearer of kinto the rocks and animals than we).Lo peor llegó cuando aquellos ba-rros se convirtieron en lodos delproto-nazismo. Muchos intelec-tuales conservacionistas cayeronen el racismo más explícito yagresivo. Para no hacer el cuentolargo, nombraré sólo a uno:

    Madison Grant es un personajeque Occidente quiere olvidar, pesea que fue sumamente poderoso.Racista y xenófobo hasta extre-mos que hoy interesa creer insu-perables, fue uno de los padresdel conservacionismo gringo. Entresus muchas fechorías, mencionaréuna, especialmente odiosa: en1906, apoyó la exhibición delpigmeo congoleño Ota Benga entrelos monos del Zoo del Bronx neo-yorkino, un caso más de racismoespectacular perpetrado en aque-llos años oscuros. Pero la maligni-dad de Grant no se detuvo en es-tas menudencias sino que llegó asu máximo ascendiente sobre lamentalidad occidental cuando pu-blicó un libro de gran éxito: La Caí-da de la Gran Raza. La base racialde la historia europea (The Passingof the Great Race, 1916), com-pendio de los lodos que anuncia-ban la tempestad del autoritarismoextremo. Al respecto, dice el di-rector de Survival International:

    “Treinta años después, eracitado por los Nazis quienes noalcanzaban a entender por qué seles atacaba cuando ellos selimitaban a emular a los EEUUdonde los científicos eugenésicoshabían sido utilizados paramoldear aquella sociedad. Grantenvió a Hitler una traducción desu libro quien lo agradecióllamándolo su Biblia”11.Las condiciones estaban dadas

    para que el proto-nazismo se ma-terializara en nazismo a secas yde ello se encargó el ala verde delhitlerismo, una fracción tan pococonocida como activa y hasta de-cisiva en la irresistible ascensióndel belicoso cabo austríaco. Bastacon examinar la siguiente cita:

    “Cuando el pueblo intentarebelarse contra la férrea lógicade la Naturaleza, entra enconflicto con los mismísimosprincipios a los que debe suexistencia como ser humano. Susacciones contra la Naturaleza lellevarán a su propia destrucción”(Mein Kampf, Hitler)

  • La Paz, abril de 2016 Página 9

    Esta alianza aparentemente con-tra natura entre eugenésicos, am-bientalistas elitistas de primerahora, demócratas imperialistas yredomados nazis, tuvo desde sueclosión nefastas repercusionessobre los indígenas, puesto que laignominia de Yellowstone se man-tiene corregida y aumentada has-ta nuestros días. Sería tediosa einacabable la enumeración deaquellos casos en los que lasáreas protegidas — sean ParquesNaturales, Nacionales, Reservas dela Biosfera, Forestales, etc. — hannacido a expensas de los derechosindígenas. Pero, para hacer notarque la otrora epidemia de los Par-ques Naturales se ha convertidoen una pandemia y por los distin-tos motivos que se detallan enObservaciones, nos limitaremos acitar catorce ejemplos, ninguno deellos amerindio: (ver Cuadro 1)

    El conflicto entre la conservaciónelitista y los pueblos primigeniossiempre se ha saldado con violen-cia. En la Edad Media europea, co-menzó con los harto manipuladosejemplos de los siervos de la glebacatalanes o de Robin Hood y losyeomen (= pequeños propietariosrurales) peleando por conservarsus territorios comunales contralos reyes y la nobleza normanda.Y continúa acercándose en eltiempo hasta llegar a casos tanactuales como el de los cientosde miles de adivasis (= indígenashindúes) deportados para hacersitio a los tigres, o los de los fur-tivos de la República Centroafri-cana, fusilados por el ejército fran-cés. En resumen: para los pueblosindígenas, los Parques inhumanossignifican la extracción absoluta.¿Cuándo terminará laInvasión?

    “Nuestras Federaciones Indíge-nas se encuentran amenazadas,y nuestros apóstoles sentencia-dos a muerte cruel, injustamentecalumniados, enjuiciados, daña-dos en su honor e inmaculadainocencia… Porque formamosnuestras Beneficencias Indígenas,como si fuera un grave delito elaspirar a la nueva vida del Pro-greso y la Civilización… No encon-tramos amparo ni justicia legales.Ya no podemos quejarnos más”(Ezequiel Urviola y otros; Lima, 1924)Razones de espacio no me permi-

    ten mencionar otras palabras cla-ve. Pongamos sólo seis ejemplos:el consentimiento libre, previo, in-formado — y vinculante, suelenolvidar algunos —, que es el granrequisito legal para que los indíge-nas contraten en sus territorioslas actividades extractivas; laamenaza patente y latente delextractivismo descaradamente ile-gal o narcotráfico; las semillas pa-tentadas OGM de Monsanto (27%de cuota del mercado mundial),Du Pont Pioneer (17%), Syngenta(9%) et al, inscribibles como el“otro tráfico”, no menos perniciosoque el anterior; la propiedad indus-

    trial e intelectual que se les adeu-da a los pueblos indígenas por lacreación y el mantenimiento de labiodiversidad, a menudo en versiónintra-específica —subvariedadesde las especies agrarias—; la insi-diosa ofensa contra el conceptoindígena del Buen Vivir; y la gra-vísima repercusión que el extrac-tivismo tiene en los pueblos indí-genas más vulnerables: los pueblosno contactados o en aislamientovoluntario.

    Finalmente, debo relatar el casode Chile, país adorado por los neoli-berales donde el 64% de sus ex-portaciones provienen de la mine-ría —donde están denunciadosmás de 30 conflictos mineros— poruna razón harto particular: por-que, en uno de los más famososatracos extractivistas que hansufrido los amerindios — la represade Ralco —, jugó un papel centralel delincuente neofranquistaRodolfo Martín Villa, RMV.

    Chile es el paraíso del extrac-tivismo y así lo entendieron los ti-burones extranjeros que en el lap-so 2009-2013 invirtieron más de100.000 millones de US$ de loscuales 45.000 fueron a parar alsector minero. No olvidemos queotra de las caras del extracti-vismo, la nefasta suplantación delbosque original por especiesmonetarizables, ha conseguidoque el 18% de los ‘bosques’chilenos sean en realidad suantítesis: plantaciones forestales.

    En este entorno, RMV entendióla llamada de Santiago Mataindiosy presidió la construcción de re-presas hidroeléctricas en territoriomapuche-pehuenche. Empujandola frontera colonial hacia el Sur, elneofranquista impune, quizá imbui-do por una misión histórica impe-rialista, llevó a su multinacionalEndesa hasta el río Biobío —laantigua frontera entre los Mapuchey los invasores españoles— y allíse empeñó en levantar la centralde Ralco (construida entre 1995-2004; 690 Mw).

    Antes de que se colocara la pri-mera piedra de Ralco, los Pehuen-che y sus aliados comenzaron aprotestar en 1995. Su resistenciademoró la inauguración de la re-presa y en aquella lucha tuvo unacierta importancia la presión inter-nacional. Pero pese a que la matrizde Endesa estaba en España y quesu presidente era un conocido de-lincuente —acusado, entre otroscrímenes de la matanza de Vitoria1976—, aquí no se movió casi na-die. El conflicto de Ralco fue unejemplo de que la impunidad delas multinacionales comienza porla de su presidente pero tambiénde que la opinión pública interna-cional tiene peso contra las raziasextractivistas12. Hoy, Ralco seañade a otros casos donde los in-tereses locales chocan contra lasdecisiones gubernamentales, asíéstas sean dizque de izquierdas.

    Los más candentes son el ductodeMehuin13 y la mina Pascua Lama.

    Aunque en Chile es constanteel asesinatos de indígenas, estegenocidio a cámara lenta es difícil-mente comparable al que se pro-duce de continuo en América Lati-na. El gobierno hondureño, here-dero del golpe de Estado con aro-ma narcotraficante que expulsó en2009 al legítimo presidente ManuelZelaya, ha perpetrado por activay por pasiva el reciente asesinato(03.III.2016) de la indígena lencaBerta Cáceres, fundadora del Con-sejo Cívico de Organizaciones Po-pulares e Indígenas de Honduras(COPINH, creado en 1993) Estalideresa se oponía al proyecto hi-droeléctrico Agua Zarca, una ca-dena de represas que pretendegenerar 21.3 MW mediante la con-cesión por 20 años del río Gualcar-que. El escándalo internacional hasido considerable pero es nece-sario recordar que Agua Zarca essólo una de las 17 represas queamenazan al territorio Lenca. 

    Es relativamente abundante laliteratura antiextractivista publica-da en castellano y disponible eninternet. Sus autores más conoci-dos: el antes citado Joan MartínezAlier, Eduardo Gudynas, AlbertoAcosta, Maristella Svampa, Emilia-no Teran Mantovani, etc. Frentea los estragos y excesos del ex-

    tractivismo rampante, además delas organizaciones indígenas, ¿conque organizaciones indigenistaspodemos contar? Seleccionaríados: Survival International (SI,Londres; especializada en pueblospoco o nada integrados) e Inter-national Work Group for IndigenousAffairs (IWGIA, Copenhague; másamplia en sus objetivos). Habríaque añadir GRAIN, una joya incrus-tada en Barcelona, que no es es-pecíficamente indigenista perocuya labor en defensa de la agri-cultura indígena, la biodiversidady la oposición a la Monsanto et alles tan indispensable como ignora-da en España14.

    Pese a la más rudimentaria delas experiencias, parece que triun-fa la idea de que la Tierra es infini-ta y auto-renovable. Este tipo deirracionalismo no siempre ha dis-frutado de tanta preponderanciani gozado de sus mieles en todolugar. Tan zafio prejuicio está an-clado en el concepto de Creación—“lo creado puede ser recreado”,viene a decirse—. Correlativamen-te, ni el acto ex novo ni la repe-tición ineluctable son conceptoscomunes a todas las culturas sinoque está ausente de muchas, co-menzando por infinidad de culturasindígenas. Además, al trasladartodo el Poder sobre la Tierra física

    Cuadro 1

    Continúa en la página 13

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    Debate:

    Pachamamadas:Apariencia y dominaciónCarlos Macusaya

    Desde hace un tiempo atrás seha hecho usual la utilización detérminos como pachamamismo,pachamamistas, pachamamomesy pachamamadas. En muchoscasos se da por sobrentendido loque se quiere decir o lo que sealude cuando se usa estas pala-bras. Ante la aparición y el cons-tante uso de estos términos hayquienes reaccionan muy emocio-nalmente y suelen sentirse suma-mente ofendidos por la forma enque la palabra pachamama es usa-da en tales expresiones; inclusoclaman por algún tipo de castigoporque creen que se trata de un“sacrilegio”, que denigra algo“sagrado”. En lo personal, soyalguien que usa mucho esaspalabras y por ello pienso que espertinente plantear algunas consi-deraciones sobre las mismas,aunque por esta ocasión he deconcentrarme en lo que entiendopor pachamamadas, para luegoterminar haciendo una sucintarelación con los otros términos.

    Las pachamamadas son expre-siones de un cuento, de una esta-fa hecha a partir de la dominación(justificándola y reforzándola) quese ejerce sobre poblaciones racia-lizadas (consideradas “indígenas”)y que es presentada como algopropio de los “indígenas”, siendosupuestamente la garantía de suser y por lo que luchan. Se tratade formas en las que la dominaciónblancoide se mimetiza y adquiereuna engañosa apariencia, pasandopor lo que no es: “indígena”, “an-cestral”, “nuestra cultura”, etc.Entonces, por un lado, las pacha-mamadas son como eso que enLa Paz se llama “el cuento del tío”y que sirve para estafar a la genteque cae en tal cuento; por otrolado, para ganar en efectividad sedisfraza de algo propio, envolvién-dose en tejidos o rituales, comosi fuera un colonizador que paralograr infiltrarse y sabotear nues-tra lucha se vistiese como inca ydijese: “¡Soy lo que ustedes hanperdido, lo que tienen que recupe-rar y a quien tienen que venerar!”.

    El cuento, la “mamada”, con esaapariencia encantadora ha logradoser identificado como aquello quelos “indígenas” deben y quierenrecuperar, lo que es “su identidad”,

    aquello que sería sagrado paraellos. Esto ha llegado a tal puntoque son los propios “indígenas” (notodos, claro) quienes se han tra-gado el cuento, acogiendo inge-nuamente y rindiendo culto al colo-nizador disfrazado de inca; hanactuado buscando dar validez auna mamada destinada a garan-tizar la dominación blancoide y quese disfraza de pachamama paraparecer algo propio de estas tie-rras, siendo solo una pachama-mada. Entonces, no estamos ha-blando de cómo se entiende lapachamama en las poblacionesagrarias en los Andes, sino de cómola dominación blancoide se renuevay afianza bajo una apariencia quele ha permitido hacerse pasarcomo algo “ancestral” y propio delos “indígenas”.

    Las pachamamadas, promovidaspor organismos internacionales,han logrado ser aceptadas en laacademia “occidental”, han logradoser políticas públicas, funcionantambién como inspiración paramuchos movimientos “indígenas” yactivistas. El elemento central enlas pachamamadas es la idea deque el “indígena”, a pesar de lacolonización, es un ser distinto y

    opuesto a los occidentales y a sucultura, lo que se expresaría en laforma de vida que supuestamente“conservan desde tiempos inme-moriales”. Se trataría de seres co-nectados con los “secretos” delcosmos, que tendrían una relaciónde armonía con la totalidad deluniverso y, claro, con el planetaTierra, con la “madre naturaleza”y todos sus hijos. Vivirían al mar-gen de los procesos de diferencia-ción y contradicciones sociales,desvinculados del resto del mun-do, sin “contaminación” de cultu-ras “foráneas”, desarrollando unaeconomía basada únicamente envalores de uso y sin relación algunacon la reproducción del capital. Laorganización de la justicia, las for-mas de crear, formar y compartirconocimientos, las relaciones degénero, etc., serían en el presentelas mismas que mucho antes de laconquista española y ello graciasa haberse mantenido por “usos ycostumbres”. Lo dicho se expresa-ría, por ejemplo, en “su” cosmovi-sión y justificaría la formación deguetos llamados “autonomíasindígenas”: el apartheid “bueno”.

    ¿Cómo pensarnos y pensarnuestra situación contemporánea

    con tales ideas? Pensemos, porejemplo, en eso de que los indíge-nas viven en armonía y se comple-mentan con la naturaleza. Sí al-guien dijese y procediese en unadisputa política o en un ámbitoacadémico poniendo como verdadeso de que “los gatos tienen sietevidas” o que se debe “tocar made-ra” para que algo dicho no se hagarealidad, seguro sería objeto deburla. Nadie en su sano juicio lotomaría con seriedad y al final todosu accionar terminaría en el másestrepitoso fracaso; pero las afir-maciones respecto a que “los indí-genas viven en armonía con lanaturaleza y todos los seres” hasido tomado como una verdadevidente por sí misma.

    Está claro que si un gato muere(ahogado en una bolsa, envene-nado o en las fauces de un can)no revive ni le quedan seis vidas.Pero cuando se dice que los “indí-genas viven en armonía con lanaturaleza” o que para ellos “estánprimero las hormiguitas”, hayquienes toman tales afirmacionescomo serias y reflejo de la vidamisma de los “indígenas”; sin em-bargo cuando se da una sequía oinundación en algún lugar habitado

    Los atuendos que utilizó Evo en sus diferentes poseciones, fueron pachamamadas: Ropajes inventados, salidos de laimaginación q’ara, para confundir al pueblo y amenizar al criollo y al extranjero y «probar» que se trata realmente deun presidente indígena. Fotos: http://pandebatallareturn.blogspot.com/2015/01/culturalizar-y-etnicizar-para-mantener.html

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    por “indígenas”, estos ni se com-plementan ni armonizan con esosfenómenos de la naturaleza. Nofaltarán quienes respondan que “esporque el hombre occidental y losoccidentalizados han roto con laequilibro entre los humanos y lamadre tierra”. Pero estos ingenuosomiten que a lo largo del desarrollode la vida en el planeta Tierra sehan dado grandes extinciones,catástrofes naturales en las quemuchos seres han perecido, comolos dinosaurios o los mamíferosgigantes. Han habido glaciaciones,sequías, inundaciones, terremotos,volcanes “ferozmente” activos,etc., que han condicionado lamuerte de muchos seres a la vezque han dado lugar a la formaciónde otras formas de vida.

    La naturaleza no es una señoradelicada, bondadosa e indefensa.No es algo que haya estado ni estáen equilibrio y armonía; esa no esla “naturaleza” de la naturaleza yel hombre, desde que apareció enla tierra, en lugar de complemen-tarse y vivir en armonía con ellaha sufrido su incontenible “incle-mencia” en todo el mundo, sea enÁfrica, Asia, Europa o América.Creer que la colonización europeaen el “nuevo mundo” rompió conla relación armoniosa de los “indí-genas” con la “madre tierra” caeen lo ridículo pues, por ejemplo,Estados como el de los Moche,Nazca o Tiahuanaco se desestruc-turaron a causa de fenómenos na-turales que hicieron insosteniblela vida. Los sacrificios de animalese incluso de seres humanos, des-tinados “solucionar” los cambiosclimáticos, no aplacaron el “malhumor” de la naturaleza.

    Las sequías e inundaciones nollegaron a este continente con losespañoles. Esos fenómenos, tanpropios de la “madre tierra”, estu-vieron antes de que los “indígenas”colonizaran lo que hoy se llamaAmérica; son fenómenos que ante-ceden la aparición del hombre. Asícomo no hay ni ha habido relaciónde armonía y complementariedadentre “indígenas” y “madre tierra”,tampoco hubo ni hay armonía en-tre quienes colonialmente son lla-mados indígenas. De hecho, laconquista española presentadacomo una gran hazaña de un grupominúsculo de españoles, fueposible porque entre los “indios”había diferencias y contradiccio-nes sociales a partir de las cualeslos colonizadores sacaron ventajaaliándose, en el caso del EstadoInca, con “indios” que buscabandescabezar al inca. Eso de quelos colonizadores fueron un grupoque en inferioridad numérica logróla hazaña de vencer a los ejércitosdel inca es una leyenda formuladapara engrandecer y glorificar a ungrupo que aprovechó en su favorlos conflictos “internos” entre los“indios”, pues la sociedad precolo-nial no fue un mundo de armonía

    y hermandad, sin ningún tipo decontradicciones sociales.

    Presentar el pasado “indígena”como una sociedad perfecta, sinconflictos, sin dominación y comoun paraíso religioso o socialista es,en el mejor de los casos, echarhumo sobre procesos históricos malcomprendidos. Esta falsificaciónequiparable a la que se hace pre-sentando las sociedades precolo-niales como “salvajes” e “inciviliza-das”, no se queda en lo que fue elpasado anterior a la colonizaciónsino que opera en cómo se “en-tiende” la vida de los “indígenas”en el presente. Así, se cree queviven complementándose con lanaturaleza aunque sufran inunda-ción o sequía; se cree que “vivenbien” aunque muchos niños porfalta de atención médica básicamueren al poco tiempo de nacer ysi sobreviven, sufren de desnutri-ción. No tendrían contradiccionesinternas; así , las diputas de poderpor las ventajas de ocupar un car-go, ganar el “cariño” de algún in-diólogo para obtener financiamien-to, la violencia dentro de las fami-lias, son cosas que no importanya que supuestamente no tienenque ver con los “verdaderos indí-genas”. Se hace evidente que estetipo de ideas es una forma de eva-dir enfrentar la vida real que vivenquienes son realmente “indígenas”.

    Pero, además y en “complemen-tariedad” con lo ya dicho, en laspachamamadas se presenta alindígena actual sin “contamina-ción” de culturas “foráneas”, comoun ser aislado y desconectado delmundo. Los hechos desmienten talcreencia: entre los aymaras nosolo hay sectores que viajan aChina por cuestiones de comercioo que hacen cumbia “chicha”, enbase a los huayños e instrumentos“occidentales”; se puede percibirla capacidad de traducir las expe-riencias con “otros” en danzas, lamorenada por ejemplo, o los“cholets”, lo que es la expresiónde que no son seres aislados ydesconectados del mundo, niestán empeñados en “preservar”focalizada su cultura. Más aún, noson grupos en los que el capitalno tenga nada que ver e inclusolas diferencias de clase entre éstoses algo que no se puede esconder.Uno puede tomar en la feria 16 deJulio una Coca-Cola personal cuyoprecio indicado es 1 bs., mientrasque quien lo vende lo hace en 1.50bs. Lo que importa no es el “vivirbien” sino “ganar bien”.

    No es diferente lo que pasa enotros ámbitos de la vida “indígena”como en las relaciones de género.Los ingenuos pueden creer queentre indígenas no hay relacionesde dominación de género; lo ciertoes que, por ejemplo, en herenciasde tierra los hijos son favorecidosen desmedro de las hijas. Los diri-gentes varones suelen hacer, conacoso sexual incluido, la vida impo-

    sible a las mujeres que se atrevena disputarles los espacios de po-der o que de hecho los despla-zaron. La “justicia comunitaria” esindiferente a estos problemas eincluso el vestir de pollera a algúndirigente es considerado unahumillación válida, lo que pone demanifiesto que la condición demujer es considerada inferior.

    A partir de esos supuestos, deestas pachamamadas, se creecorrecto y se justifica la formaciónde los guetos llamados “autono-mías indígenas”, el apartheid “bue-no” para preservar esa maravillosaforma de vida, lo que en el fondoes racismo: excluir a los indígenasy tenerlos lejos de los mecanismosde poder reservado a quienes “re-conocen” y humanitariamente lesdan un lugar para “preservar” sucultura. En los hechos es algo ra-cista, pero que parece ser un actode redención. Algo que parece serun deber ético, “respetar la culturaindígena”, es en realidad la consu-mación del racismo “amable”, peroefectivo. Mejor tener a los indí-genas en “su lugar”, cuidando lanaturaleza, comunicándose con elcosmos, así el lugar de quienesdetentan el poder está a salvo.

    La altisonante crítica “anti occi-dental” que acompaña las pacha-mamadas es un griterío contra elcolonialismo que logra hacer pasarcomo desapercibido, que nubla elefecto práctico que implica: anularpolíticamente a los “indios”. Entanto los “indígenas” no afectenlas relaciones de poder, son glori-ficados, se ensalza su cultura, sebusca preservarlos, se los colocacomo quienes “salvarán a la huma-nidad”. Muchos indígenas caen eneste juego y ello porque siendogrupos racializados, inferiorizados,pasan de la indiferencia ante susituación política, del despreciopor sí mismos y lo propio a ideali-zarse, a auto engañarse, como uninicio en la politización de su iden-tidad. Creen que en restableceruna supuesta armonía perdida, seimaginan un mundo sin el otro ysu maléfica cultura: un mundo sinoccidentales ni occidentalismo.

    A primera vista es una actitudmuy radical, pero es falsa, puesno logra dar cuenta de lo funda-mental respecto a ellos mismo (anosotros): que quienes imaginanun mundo donde no haya occiden-talismo ni occidentales lo hacen apartir de una realidad presente quecondicionan ese tipo de imagina-ción. Entonces proyectan el pasa-do desde el presente, desde lasrelaciones de dominación que vi-ven, un mundo donde uno de losfactores de esa relación estaríaausente. No pueden captar la rela-ción de determinación que hayentre la dominación blancoide y laformación de un mundo sin mal,sin occidentales. Nuestra propiasituación histórica en la que esta-mos relacionados con esos otros,

    es la condición desde la que seproyecta en el pasado un mundode armonía. Así, tratan de negaruna realidad que no pueden com-prender y de la que son parte.

    Pero esa forma de idealizar elpasado es apenas una fase en laformación de una conciencia polí-tica entre quienes han sufrido laracialización. Lo llamativo es quemuchas instituciones, organismosinternacionales, indiólogos y otros,se han empeñado en mantener alos “indígenas” en esa fase. Es es-clarecedor que quienes defiendenla comunidad “indígena”, teorizansobre ella, dan cursos y seminariosinternacionales, lo hacen desdeuna distancia “prudente” que lespermite hacer fama y dinero sintener que vivir la vida que dicendefender. Mientras estos persona-jes “viven bien” como defensoresde “indígenas”, lo hacen en tantocondenan a “salvar a la naturaleza”de sus defendidos a expensas desu propia existencia. Se regocijansintiendo que están cambiando elmundo: “yo respeto a los indíge-nas”, “amo la pachamama”, “meestoy indianizando”, etc.; en elfondo solo defienden sus privilegioscoloniales de casta dominante, en-cubriendo tal acto con las pacha-mamadas, que asumen ciegamen-te como certidumbre religiosa.

    En general, las pachamamadasson, como ya se dijo, un cuento,una mamada disfrazada de algopropio que busca esterilizar la lu-cha de los “indios” entreteniéndo-los en recuperar algo que nuncahubo; así quienes tienen el poderestán tranquilos, sin sufrir las mo-lestias de “cuidar la naturaleza”.Puede decirse que las pachama-das son un Caballo de Troya queimpresiona y logra ingresar ennuestro campo, pero que contieneuna trampa que por nuestro des-cuido termina por anular nuestrasfuerzas de lucha. Pero además,cabe hacer mención que la pacha-mamada se contienen en el pacha-mamismo, el posmodernismo conponcho y aguayo, y que esexplotado por los pachamamonespara “vivir bien” y estafar a lospachamamistas.

    Si uno es parte de una familiaen la que, a pesar de todo el amorque pueda haber, hay problemas(violencia, alcoholismo, etc.) nopuede enfrentar esa situaciónengañándose y pintándose unafamilia buena y angelical. Lopertinente no es negar lo que pasasino asumir la situación para en-frentarla. Con las pachamamadasno nos pensamos con seriedad yterminamos negando lo que debe-mos enfrentar. Deberíamos sermuy cuidadosos con aquello quetiene “pinta” de ser nuestro, peroque en el fondo nos niega y anula.Las pachamamadas no tiene quever con nuestra identidad sino conuna falsificación que esterilizanuestros potenciales de lucha.

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    Ideología:

    Interpretación sobre elKatarismo/IndianismoJuan Luís Gutiérrez Dalence

    Los principales líderes delkatarismo y del indianismodesarrollan sus trabajos comodirigentes y teóricos ubicadosentre las condiciones históricasque fomentaron el nacimientodel nacionalismo y el socialismoen Bolivia —como corrientesideológicas—, y al mismo tiem-po éstas se nutrieron de losplanteamientos indianistas ykataristas para de alguna ma-nera actualizarse a las determi-naciones de la “bolivianidad” yacceder al poder. En el surgi-miento de los lideres katarista /indianistas, un pasado no re-suelto en cuanto a la condiciónde lo nacional y la posibilidad deemergencia de un nuevo ordenal mando de los sectoresexplotados se habrían encon-trado, como si las determi-naciones tambaleantes delpasado se saludaran por un ins-tante con los promisoriosalbores del futuro. Así, la historiadel katarismo y del indianismohabla de un nacimiento ideo-lógico entre dos bloques histó-ricos al mando de dos elites.

    Esto no significa que el kata-rismo y el indianismo no se hayanutrido con su propia historia ypor tanto, no sean una expre-sión genuina de reflexión polí-tica. Por el contrario, hoy sepuede afirmar que lo que po-dríamos llamar “katarismo y/oindianismo” se han constituidoen una constelación de ideas quegiran en torno a problemas es-pecíficos, posiblemente proble-mas relacionados al ambiguocontexto que los acompañó.Entre la problemática de lanación y de las condiciones parauna vida mejor que explora elkatarismo/indianismo y que elnacionalismo y el socialismocompartirán, los primerosreplantearan el problema haciaun nivel superior: el poder.

    Las preocupaciones compar-tidas por la identidad o la po-breza, fundamentalmente políti-cas, y capital simbólico de laselites bolivianas nacionalista ysocialistas, serán llevadas a su

    extremo en el conjunto deexpresiones kataristas/ india-nistas hacia una preocupaciónanterior, un espacio más allá dela política diaria, hacia una pro-blemática metapolitica: ¿Quiéndetenta el poder y cómo lo ma-neja? El katarismo / indianismoproblematizará al poder en sucondición óntica encaminandoun tipo de reflexión radical sobrela política. El katarismo-india-nismo problematizará las condi-ciones ontologico-politicas de lacultura boliviana y sus institu-ciones y apuntará a visibilizaralgo pasado por obvio: el poderse ha constituido en cuerpos devalores. Así problematizará elracismo y el clasismo de lasformaciones sociales bolivianas,pero sin resolver éstas por noconstituir, por el momento, encampo de su preocupaciónfundamental.

    Las expresiones más emotivasde los representantes del kata-rismo o el indianismo seránconsiderados como un memorialde agravios y la historia políticadel movimiento será una sumade traiciones y manipulacionespor parte de sus aliados circuns-tanciales: las elites, y hoy tienela historia de sus propias elitestambién. Por esto, la producciónteórica e intelectual de la ver-tiente política denominada kata-rismo/indianismo explora ciertosproblemas político-sociales anivel cultural. En la mayoría desus exponentes se nota unacapacidad crítica hacia lo que sepodría denominar el imaginariocolonial, es decir, el conjunto deideas, relaciones, símbolos,actitudes y hasta emocionesque Bolivia habría mantenido ensu historia por parte de las elitesgobernantes y habría replicadopara el ascenso y la obtencióndel poder. En términos mássencillos, planteo que el kata-rismo/indianismo podría serconsiderado como una corrientepolítica enfocada a la crítica delas elites bolivianas, creo queeste es su principal valor.Posdata a manerakatarista/Indianista sobre

    el referendo 2016 La casta señorial habla de

    democracia, del pueblo, de liber-tad de expresión, de pueblosindígenas, de medio ambiente,de feminismo, de revolución,pero no soporta el carácter dela sociedad donde vive, susformas de expresión, sus pul-siones históricas, su formaciónsocial: no le gusta cómo seescucha el pueblo hablando. Nole gusta reconocer que mientrasestán en la comodidad de sus

    sillones debatiendo entre ellosy por Facebook sobre la libertadde expresión, sobre la ciuda-danía y la democracia, “susindígenas” mueren de enferme-dades curables por no tener uncamino al hospital más próximoo atención digna en un centrode salud.

    La casta señorial se regodeaen la expresión de ilustres,aunque estos sean desco-nocidos para el trabajo diario delos que mantienen los mercados

    El indianismo y el katarismo son antecedentes políticos vigentespartidariamente hasta mediados de los 80, cuyo cabal conocimiento esindispensable para proyectar el futuro político de Bolivia. En la ilustración elNº 6 de Wiñaymarca, que fue el órgano oficial del MITKA.Fuente: Archivos Chitakolla

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    llenos y la fabricas funcionando.Para la casta señorial hay una

    teoría y un método revolucio-nario, que detesta sean puestosen duda por la “ignorancia desu pueblo”. Para la casta tambiénhay una teoría de la democraciay de la opinión pública sobre lopolíticamente correcto o revo-lucionariamente implacable.

    Seguramente, la casta señorialpodrá hacer un partido denotables que debata con lamayoría de la población, y enalgo convenza con sus ideasmodernizantes, “limpias ycultas”. O también la castaseñorial podría hacer un partidode masas y agotarlo en sumanejo simbólico hasta que unavez más fracase el proyecto deuna reivindicación de carácterhistórico.

    Ni a la derecha ni a la izquierda,es la advertencia del katarismo/indianismo; para hablar desdearriba y señalar lo que es buenoy malo para la sociedad hay quesaber primero que significaestar abajo. Ese día la castaseñorial entenderá que lasociedad de la que es partetiene un carácter, un subcons-ciente colectivo, tiene su propiahistoria a ser superada por ellamisma, y aprenderá que no estásola.

    Ojala un día la casta señorialse baje del atril de la elocuenciay escuche cómo suena abajo,que entienda por qué ahí abajosuena un eco de violencia. Ojaláentienda que esa violencia conla que a veces se expresa elpueblo es el resultado de sumojigata posición de castaacurrucada en sus barrios y enla burbuja de su imaginario.Ojalá un día la casta compartasus privilegios de cientos deaños y junto a la gente secomporte como gente, y vea alos ojos el estoicismo con la quese las soporta ante susmezquindades.

    Como élite, la casta señorialdebe tener algo bueno quecompartir, algo que enseñar, yojala mucho que criticar a símisma, y así dé el ejemplo de loque significa ser una eliteresponsable, deje de ser unacasta, y entienda que es sudeber tolerar el avance de lo queno quiso ver ni escuchar durantemucho tiempo.

    a un dios creador, el Hombre occidental se declara irresponsable. Mientras, buena parte de las sociedadesindígenas filosofan al revés, cogitando que el Mundo siempre ha existido y, más aún, que fue sensible yrealmente humano hasta que la Humanidad empezó a disfrazarse de Naturaleza. De ahí que el panteísmo —una creencia agazapada en las entrañas del ambientalismo— pueda ser entendido como un vestigio traducidoa la occidental de aquella concepción del mundo que entien-de al Hombre como entidad responsable de susactos.

    En sentido contrario, las mafias de las ‘derechas civilizadas’ y las derechas reales, idolatran la repeticióny juegan a la lotería de que ésta le será favorable, manifestando así, cínicamente, que el extractivismo noes pecado. Por otra parte, reconocemos que las izquierdas, gobierneras o en la oposición, son relativamenteconscientes de que el extractivismo es “pan para hoy y hambre para mañana”. Lo aceptan, excusándoseen las urgencias con las que ven el mundo desde las posiciones del Poder. No tengo interés en averiguar siesas prisas son electoreras, producto de la ignorancia o, taxativamente, de mala fe. Pero estoy seguro deque los indígenas no reciben ni siquiera ese “pan para hoy” sino todo lo contrario: al igual que sabíanpescar antes de que los bienpensantes les ofrecieran enseñárselo, tenían pan… hasta que los extractivistasse lo quitaron de la boca. Porque, si bien los proletarios caídos en las añagazas del extractivismo quedan“baldados, quebrados, cascados, azogados, engarzados, o engafados”, la suerte de los indígenas extraídoses aún peor: quedan desunidos y desvanecidos o sobreviviendo en un territorio ponzoñoso.

    1 Puesto que, en estos meses, el fallecimiento de Umberto Eco nos recuerda su obra de juventud Apocalípticos eintegrados, conviene señalar que los indígenas no son más apocalípticos que los demás pueblos, aunque tengan motivospara serlo. Es más, a riesgo de que me crucifiquen antropólogos y lógicos, me atrevería a rumiar con absoluta arbitrariedadque la Escatología está menos presente en el mundo indígena que en los otros mundos.

    2 So pretexto de estudiar las migraciones humanas, Genographic pide la colaboración altruista de todo el mundo paraque le envíen muestras susceptibles de análisis genético. El donante paga unos 120 dólares y recibe su mapa genético –y lasatisfacción de haber contribuido a la Ciencia-. Hasta la fecha, han participado casi 750.000 donantes de unos 140 países.No sabemos cuánto le costará al National Geographic la elaboración de esos mapas genéticos individualizados pero damospor supuesto que serán mapas de baja definición -también llamados low cost- por lo que el beneficio monetario conseguidopor el Genograhic debe ser muy considerable.

    3 Para un panorama mundial del extractivismo –no solo contra los indígenas-, con cierto énfasis en el extractivismo delo tangible, debe consultarse el Environmental Justice Atlas (ejatlas.org), un formidable recuento que alcanzaba los 1706casos detallados en fecha 19.III.2016. En él colabora el equipo catalán encabezado por Joan Martínez Alier. Este equipo haseñalado que, en el 12% de los casos registrados, existen fallecimientos de defensores y defensoras de la naturaleza. Yque, en el 20% de los conflictos, los proyectos se paralizaron –señal de esperanza-.

    4 Ver PÉREZ, Antonio. 2006-2007. “¿Tradicionalismo o nacionalismo? Indígenas y empresas mineras en Bougainville(Papúa Nueva Guinea)”, pp. 263-272, en Tradiciones y nuevas realidades en Asia y el Pacífico. Actas del VII Con