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Page 1: PALILLO

LUNES 21 DE AGOSTO DE 2006 15 Cultu ar

“Yo fui pesimista, el profeta del desastre, me decían. En alguna ocasión me atreví a decir que lle-garía el día en que el Presidente, durante su informe, iba a decir: ‘Honorable Congreso de la Un-ión… ¡sálvese el que pueda!’”.

La anterior es una de las miles de frases con tintes políticos que el jalisciense Jesús Martínez Pal-illo pronunció a lo largo de su trayectoria de más de 50 años en el teatro frívolo, donde se atrevió a decir lo que muchos callaban y que le valió ser encarcelado dece-nas de veces, situación que no lo amedrentó y siempre mantuvo su postura que lo identificaba como un portavoz del sentir popular.

El cómico, nacido en 1913 en el barrio El Santuario, de la ciudad de Guadalajara, siendo niño fue acólito, más tarde trabajó como agente de tránsito, fotógrafo, torero y sochantre (maestro de ceremonias litúrgicas) y primer soprano del coro en la Catedral.

Después de una breve etapa como corista de zarzuela, ingresó a una carpa local y la fama que adquirió le valió su incorporación a los teatros de la capital del país, destacando durante siete años en el Teatro Colonial. En 1944 ingresó al legendario Fol-lies Bergere, donde con su espe-ctáculo llenó el teatro por 11 años consecutivos, algo insólito a nivel mundial para un solista.

El destacado cómico jalis-ciense dedicó su vida a la activi-dad teatral en las carpas, haciendo uso de los sketches para criticar la corrupción y las injusticias que el gobierno en turno cometía. Al señalar la labor de los políti-cos prepotentes e indolentes, se ganó la enemistad de la mayoría, aunque algunos lo buscaban para, al estar cerca de él, ganarse el aprecio de la voluntad popular.

“Nombre de arcángel, de apel-lido teutón, nombrado presidente y de oficio: ¡ladrón!”, así se refería Palillo a Miguel Alemán Valdés, con quien, a pesar de las inevita-bles críticas a su sexenio, mantuvo una relación de respeto.

Mientras estuvo al frente del Follies, Palillo alternó con prác-ticamente todo el mundo artís-tico y de la farándula: Yolanda Montes Tongolele, Los Panchos, Agustín Lara, María Antonieta Pons y por supuesto Tin Tan y Marcelo, con quienes compartió escena por cinco años y hacían sátira política, en la que daban

rienda suelta a una rivalidad amis-tosa. Además, apoyó la formación de artistas como: Pedro Infante, la Sonora Santanera, Carmen Sali-nas, Alberto Vázquez, Los Her-manos Carrión, César Costa, Tania Libertad, entre otros.

También, por un tiempo es-cribió la columna Astillas de Pal-illo en el semanario El Redondel, del que se transcribe un fragmento: “Como ustedes comprenderán, al público le hace mucha gracia oír hablar de inmoralidad precisa-mente a estos señores [políticos], es como si le oyéramos decir a Diego Rivera ‘Padre nuestro que estás en los cielos…’”.

Este personaje trascendió los límites de la comedia pues, en-tre otras cosas, con la intención de crear un circuito de teatros populares, promovió en los años 60 la construcción de un teatro en Guadalajara, que más tarde se convertiría en el Blanquita.

Como buen jalisciense, fue Chiva de corazón, defendía a capa

y espada al Rebaño sagrado y man-tuvo encono con El Loco Valdés, americanista de hueso colorado, y aún estando grave de salud, cercana la hora de su muerte pidió un televisor para ver el clásico del futbol mexicano; además, formó parte de la porra oficial de la Se-lección Mexicana.

Asimismo, fue testigo de cómo los ídolos de deportes como el boxeo, al poco tiempo, una vez destrozada su carrera y sus fac-ultades, eran ignorados y vivían de la caridad, para remediar esa situación fundó en 1951 la Mutu-alidad Deportiva Nacional, en la que se hacía cargo de gran parte de los gastos administrativos y de pensiones a atletas y fue apoyado por el trabajo de médicos especial-istas que donaban su trabajo.

Otra de las grandes obras so-ciales por la que Palillo será recor-dado es la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhiuca, inaugurada en 1958 a iniciativa suya y donde invirtió gran parte de sus ganancias

en el teatro. A base de insistencia, logró que las autoridades expropi-aran 256 hectáreas ejidales y se construyeran 48 campos de futbol, 25 de beisbol, entre otras instala-ciones, para que la juventud prac-ticara el deporte gratuitamente.

Lamentablemente, el terreno original quedó en poco más de 90 al cederse los espacios de lo que es el Palacio de los De-portes, el Autódromo Hermanos Rodríguez (que originalmente se había proyectado como una pista de canotaje, algo más popular), la Escuela Superior de Educación Física, el Velódromo Olímpico, oficinas de la Codeme, destaca-mento de la policía del Distrito Federal, transmisoras y repetido-ras de radio, Escuela Nacional de Entrenadores Deportivos, entre otros.

En 1986, la Asociación Na-cional de Actores (ANDA) le otorgó la medalla “Eduardo Aro-zamena” a Palillo, uno de sus miembros fundadores, por 50 años

de actividad profesional.En la obra titulada Agarren a

López por pillo, puesta en escena durante el sexenio del que de-fendería el peso como un perro, el comediante mencionaba: “ojalá descubrieran al autor de tanto fraude y tanta corrupción”, y su acompañante le contestaba: “eso está pelón”; “no te pregunté quién era”, replicaba Palillo.

“Malditos políticos abusivos, méndigos, rateros lacras, pulpos chupeteadores, pocalucha, debía darles vergüenza robarles a los in-felices, qué escasa madre tienen, nacieron en incubadora, descas-tados…”, son los epítetos que Palillo seguiría adjudicando a los políticos que dominan la escena actualmente. El ilustre comedi-ante falleció el 11 de noviembre de 1994.

Para recordar la vida del cómico o conocer un poco más su trayectoria y más incisivas fra-ses, circula en los puestos de per-iódicos ¡Hijos de su politiquera!, las andanzas de Jesús Martínez Palillo, se trata de un pequeño ejemplar muy recomendable, edi-tado por la Fundación Cultural Trabajadores de Pascual y del Arte, con una investigación de Sebastián Armando González en la que destaca su labor hemero-gráfica para rescatar muchas fo-tografías de su quehacer teatral.

Aunque practicó el chiste político, Palillo siempre fue apar-tidista y cuando en alguna ocasión le preguntaron si era comunista re-spondió: “sí, pero guadalupano”.

■ Dedicó su vida al teatro frívolo, criticando la corrupción y las injusticias del gobierno

Jesús Martínez Palillo, ¿cómico o profeta de la verdad política?■ Al jalisciense se le recuerda por haber sido el impulsor de la Ciudad Deportiva del Distrito Federal

Cantinflas y Palillo –en primer plano– al momento de abrir plaza, en sus andanzas como novilleros ■ foto: imagen tomada del libro ¡Hijos de su politiquera!

ERLAND DIETER SCHMIDT LOPEZ