palabras y expresiones de cuenca
TRANSCRIPT
LAS PALABRAS DE CUENCA
“Una lengua natural es el archivo adonde han ido a
parar las expectativas, saberes y creencias de una
comunidad. Pero este archivo no permanece inerte, sino
que está en permanente actividad, parte de la cual es
revisionista: los hablantes mudan el valor o la vigencia
de las palabras y de las expresiones.”
Fernando Lázaro Carreter.
Lo que van a leer después de esta introducción es una
recopilación, en orden alfabético, de una serie de palabras “raras” o
singulares que se utilizan en la A. de Cuenca; aunque, como se verá,
no son tan “raras” ya que la gran mayoría de ellas tienen una
fundamentación lingüística; pero sí son singulares por la forma que
tenemos de pronunciarlas o por su escasa utilización en otros lugares
de la geografía del castellano.
Es posible que el lector culto descubra en muchas de ellas
vulgarismos, pero no son tales cuando el pueblo las pronuncia así
por una inculpable falta de instrucción o por mantener una tradición
oral que le conecta con sus ancestros. Con esto no defiendo lo
vulgar. Defiendo lo elaborado que permite mayores posibilidades
expresivas ya que la utilización de muchas de estas palabras
“cuenqueñas” podría entrar en la categoría de lo culto y enriquecer el
vocabulario de gran cantidad de personas, sobre todo en estos
tiempos de empobrecimiento lingüístico y masivas entradas de
extranjerismos en nuestro idioma.
Este modesto trabajo tiene su origen en el deseo, muchas
veces expresado por diferentes personas, nativas o adoptadas, como
yo mismo, en Cuenca, de recoger, usar y divulgar estas palabras y
expresiones. Y así, el verano pasado, en nuestras diarias, nocturnas y
placenteras reuniones ante una copa, la Cheli de Salustianillo (dicho
así con todo el cariño del mundo) realizó el trabajo de campo y fue
recogiendo de nosotros y de todos cuantos pasaban o estaban a
nuestro alrededor, esa lista de palabras que nos llamaban la atención
y que se reflejan aquí, aunque, estoy seguro, habrá quien considere
que alguna no debería estar en este “diccionario” o conocerán otras
que no están recogidas.
Posteriormente, con la ayuda de mi mujer, mis amigos y
familiares, todos nativos de Cuenca, fui recogiendo los significados
de los diferentes vocablos; y para la fundamentación lingüística
acudí a dos fuentes de reconocida solvencia: el Diccionario de la
Real Academia de la Lengua Española (en adelante DRAE) y el
Diccionario de Uso del Español de María Moliner (en adelante
MM).
Para terminar quiero decir que para todos los que hemos
intervenido en la realización de este trabajo ha supuesto una
diversión hacerlo y nunca nos hemos planteado un excesivo rigor
científico y erudito.
Espero que les guste.
Manuel Álvarez Reyes. Sevilla 2001/2002
ACHIPERRES: esta palabra no está recogida en los diccionarios
consultados, pero Lázaro Carreter la menciona en su libro “El dardo
en la palabra” como de origen salmantino con el mismo significado
que para nosotros: el de conjunto de cosas que constituyen algo, el
equipamiento de algo. “Los achiperres de la matanza”
ALGOFIFA: deformación de ALJOFIFA, del ár. “al-yaffafa”, la
que enjuga. En Cuenca significa lo mismo que recogen los
diccionarios: bayeta de fregar el suelo. “Voy a fregar el suelo con la
algofifa.”
ANDERGUE: los diccionarios no lo recogen como tal. En Cuenca
se usa para nombrar algo mal hecho, con pocos preparos y
desastrado. “¡De que forma vive!¡Vaya andergue!”
ANDORGA: palabra de origen incierto que significa lo mismo para
nosotros que para el diccionario: vientre. “Come, que llenemos la
andorga”
AÑUGARSE: deformación de AÑUSGARSE del lat. “innodicare,
de innodare”, añudar, anudar. En Cuenca significa lo mismo que
recogen los diccionarios: contraerse la garganta impidiendo tragar;
por ejemplo, a consecuencia de una fuerte impresión. Atragantarse.
“Se añugó con la yema del huevo.”
ARBAÑÁ: deformación de ALBAÑAL, del ár. “al-balla„a”, la
cloaca: cauce o conducto por donde desaguan aguas sucias o
residuales. En Cuenca, el albañal era el conducto que comunicaba
los corrales de las casas y que permitía el desagüe de las aguas
residuales de la casa y las caídas de la lluvia.
ARRECÍO: del verbo ARRECIR del lat. “arrigescere, de arrigere”,
atiesarse. Para nosotros estar arrecío significa estar tieso de frío lo
mismo que para el DRAE: hacer que alguien se entumezca o
entorpezca por el frío.
ARRENGÁ: deformación de DERRENGADA del verbo
DERRENGAR del lat. “derenicare”, lastimar los riñones.
“Descaderar. Deslomar. Desriñonar. Lastimar gravemente el
espinazo de un animal o la columna vertebral de una persona por la
parte de los riñones. Baldar. Rendir. Cansar a alguien hasta el punto
de dejarle incapaz para moverse más. (Más usado, «dejar
derrengado».) Como se puede ver, los diccionarios (en este caso,
sobre todo el MM) recogen fielmente la utilización que se da en el
pueblo. “La mula iba tan cargá que se quedó arrengá”
ARRISCAO: deformación de ARRISCADO, del verbo
ARRISCAR formado con la palabra “risco” que es palabra hermana
de “riesgo”. En Cuenca se aplica a las personas que caen bien, son
simpáticas y bien parecidas. “¡Qué arriscá es esa muchacha!” El
MM lo aplica a personas diciendo que es arriesgado, atrevido y
particularmente aficionado a ir por sitios peligrosos o difíciles de
escalar. El DRAE también lo aplica a personas diciendo que es ágil,
gallardo, libre en la apostura o en la manera de presentarse o de
caminar. Para ambos diccionarios también se aplica a los terrenos
diciendo que son escabrosos, llenos de riscos.
AUNCOS: deformación de ADUNCO del lat. “aduncus”, que es un
adjetivo que significa encorvado, combado. En principio esta palabra
no parece tener relación con lo que para nosotros significa auncos:
agobios, estado de nervios y ansiedad repentinos. “Cuando vi la
hora que era y no llegaba me entraron unos auncos que me moría.”
Pero si vemos el primer significado que recoge el DRAE del verbo
agobiar quizás encontremos la relación ya que agobiar significa
inclinar o encorvar la parte superior del cuerpo hacia la tierra, lo
mismo que adunco.
AVENTÓ: del verbo AVENTAR formado con la palabra “viento”.
Esta palabra se utiliza principalmente en Cuenca cuando el Zújar se
desborda: “Ha aventao Sújar”. Aunque también se utiliza para
nombrar la acción de separar el grano de la paja. Los diccionarios
recogen aventar como echar al viento una cosa para que se la lleve o
disperse, particularmente, el grano y la paja para que al caer lo hagan
separados lo que avala la segunda utilización cuenqueña. Y para
avalar la utilización referida al río dicen que, de una forma familiar,
informal y figurada, aventar significa dispersar, huir escaparse.
Como curiosidad diremos que en algunas zonas de Extremadura
aventarse significa empezar a pudrirse la carne.
AZAFATE: del ár. “as-safat”, la cesta, el canastillo. El DRAE nos
indica la exacta utilización que en Cuenca hacemos de esta palabra:
canastillo, bandeja o fuente con borde de poca altura, tejidos de
mimbres o hechos de paja, oro, plata, latón, loza u otras materias.
BAIL: deformación de BADIL del lat. “batillum”. En Cuenca se
utiliza el mismo sentido en que lo recogen los diccionarios: paleta de
hierro o de otro metal, para mover y recoger la lumbre en las
chimeneas y braseros. (DRAE). «Cogedor». Paleta de metal que se
emplea para recoger la ceniza, la basura, etc.(MM).
BALEO: según los diccionarios esta palabra significa : 1.Ruedo de
estera o felpudo. 2. Soplillo o aventador de esparto y 3. En
Salamanca, nombre con el cual se designan diversas especies de
plantas recias y ásperas que se utilizan para hacer escobas y las
escobas mismas. Estos significados no coinciden con el uso que en
Cuenca le damos a la palabra baleo, ya que para nosotros dar un
baleo es dar una vuelta a la casa, por ejemplo, para limpiarla: “le di
un baleo a la habitación y se quedó nueva”; o también se utiliza esa
expresión para decirle a alguien que se vaya, que se de una vuelta,
que se aleje: “niño date un baleito y déjame en paz”. Pero si
miramos balear o abalear nos dicen que es separar del trigo,
cebada, etc., después de aventados, y con escoba adecuada para ello,
los granzones y la paja gruesa, y esta acepción avalaría nuestro uso
de baleo como limpieza e incluso como marcharse solo que nosotros
hemos transformado el objeto (escoba) por la acción (limpiar).
BARRIEJO/A: deformación de BARRIOBAJERO/A palabra
formada por “barrio” (del ár. “barri”, exterior) y “bajo” (del lat.
“bassus”, de poca altura.). El DRAE dice que se refiere al ineducado,
o escandaloso en el comportamiento o en su hablar. En Cuenca
hacemos la misma utilización: “¡Qué barriejo, vaya forma de
hablar!”
BOCHINCHE: en Cuenca nombramos con esta palabra a la persona
irritada, enfadada o que se irrita con facilidad. “Uy, que bochinche
está” El diccionario de MM dice que quizás provenga de “buche”,
sorbo, y significase primero “sorbo” después “taberna”, lugar donde
se bebe, de aquí “lugar donde se alborota”, y, por fin, “alboroto”;
escena en que la gente se excita y grita o riñe. El DRAE coincide
con esta definición. El uso que de esta palabra hacemos en Cuenca
coincide más con bochinchero que significa pendenciero,
alborotador, peleador, que busca bronca.
CALCAÑAL: de calcaño del lat. “calcaneum”, talón. Va asociada
con ZANCAJO que también significa talón. Zancajo también se
utiliza, según el diccionario, en sentido figurado y negativo para
nombrar a una persona baja y de mala figura. El diccionario dice que
estas palabras son poco usadas y de carácter popular. En Cuenca las
usamos tal cual.
CAPEO: acción de capear al toro, según los diccionarios. En
Cuenca “un capeo” es un niño caprichoso que se irrita y llora con
facilidad cuando no consigue lo que quiere, y también se aplica a
personas mayores que tienen un carácter agrio y se irritan fácil y
repentinamente. “¡Cómo se ha puesto!¡Menudo capeo está hecha!”
Una posible explicación de este uso pudiera ser que la persona que
se irrita se parece a un toro y, como tal, necesite algún que otro
capotazo (capeo) para calmarse.
CARAMBETA: esta palabra no está recogida como tal en los
diccionarios consultados pero podría haberse formado uniendo
algunos de los sonidos de columbeta, pirueta, cabriola o , incluso, de
carambola y pirueta, de las cuales es sinónima en su acepción de
“movimiento ágil y hábil hecho con el cuerpo”. En Cuenca se usa
más con el significado de quiebro, es decir, ademán que se hace con
el cuerpo, ladeándolo sin mover los pies del sitio donde están, para
evitar un golpe; como el que hacen los toreros al embestirles el toro.
“Menos mal que hice una carambeta, si no el cohete me da”.
CARDEO: deformación de caldeo del verbo CALDEAR Del lat.
“caldus”, caliente. Según el MM, acalorar, excitar. Provocar un
estado propicio a la riña en los ánimos, en el ambiente de una
reunión, etc. Según el DRAE, excitar, apasionar el ánimo de quien
estaba tranquilo e indiferente. La utilización que nosotros hacemos
está más próxima a esta segunda definición: “¡Qué sofocón traigo,
hay que ver el cardeo que me ha dado!”
CATERFA: deformación de CATERVA del lat. “caterva”,
multitud de personas o cosas consideradas en grupo, pero sin
concierto, o de poco valor e importancia. Esta palabra se usa en
sentido peyorativo o despectivo. En Cuenca utilizamos esta palabra
con el significado adecuado. “¡Qué caterfa de muchachos va por
ahí!”.
CENZO: deformación de CENSO del lat. “census”. Un cenzo en
Cuenca es una carga continua, una obligación, siempre económica,
que se hace interminable. “¡Qué cenzo! todos los días veinte duros
para el niño”. Esta es una palabra curiosa por dos motivos: uno, por
ser un caso de ceceo al cambiar la s por la z. El caso contrario es
Sújar, un caso de seseo al cambiar la z por la s. Que yo recuerde, son
pocos los casos en una zona donde se pronuncian correctamente las
eses y las zetas.Y otro, porque he tenido que llegar a la última
acepción de los múltiples y variados significados de la palabra censo
para encontrar en ambos diccionarios el significado coincidente con
nuestro uso: ser una cosa un censo (fig.): obligar a gastos continuos
(MM). Ocasionar gastos repetidos o continuos (DRAE).
COILE/A: seguramente podemos afirmar que esta palabra es
exclusiva de Cuenca o de su zona. Porque en ninguno de los
diccionarios consultados existe. Todos sabemos el uso pudoroso que
le damos a esta palabra; sustituye a la que sí recoge el diccionario:
coño.
COMPAÑÓN: del lat. “companio, -onis” compaña, compañero.
Dicen los diccionarios que esta palabra significa testículo, lo mismo
que para los cuenqueños, aunque está en desuso y era más usada en
plural. También significa compañero y es, además, un tipo de planta.
CUCHIFARRÁ: no existe como tal. Significa cuchillada.
CUCHITRIL: palabra que recogen los diccionarios tal cual y
además con el significado que tiene para nosotros, es decir,
cuartucho, habitación pequeña, estrecha y deaseada. El MM también
dice que un significado de esta palabra poco usado es el de pocilga,
cochinera y que de ahí proviene el término. “Tenía las cosas metidas
en un cuchitril”.
CHACHO: aféresis (supresión de sonidos al principio de un
vocablo) de MUCHACHO, nombre que dan los niños, y las
personas mayores cuando hablan para ellos, a algunas personas; dice
el diccionario que es palabra de cariño. Utilizamos esta palabra
correctamente y está aquí por derecho propio ya que es una de las
palabras emblemáticas , características y más usadas en Cuenca.
“¡Chascho, chascho, chascho!”. De la misma manera se usa cucha
por escucha.
CHARPA: del germ. “skerpa”, BANDA, a través del fr. “écharpe”.
Según los diccionarios consultados, la palabra charpa, según su
origen, es la banda o bandolera que hacia la cintura lleva unido un
pedazo de cuero con ganchos para colgar armas de fuego o la
espada. En Cuenca usamos la palabra charpa para designar a un
grupo de personas, la pandilla, y así decimos: “¡Vaya charpa que va
por ahí!”. Obsérvese que en nuestro uso hemos adoptado el
significado de charpa como banda, pero no la banda de colgar la
espada, que es su significado original, sino el de banda como grupo
de gente.
CHISMES: los dos diccionarios consultados dan como primera
acepción de chisme la de noticia verdadera o falsa, o comentario con
que generalmente se pretende indisponer a unas personas con otras o
se murmura de alguna. En Cuenca también se usa la palabra chismes
con este significado. Pero esta palabra está aquí en relación con la
segunda acepción recogida por los diccionarios, a saber, chisme: del
ár. “yizm”, parte de un todo que se ha roto o rajado. Baratija o trasto
pequeño. Utensilio o instrumento al que no se sabe cómo llamar o
que se nombra informalmente. Como se lee, en Cuenca hacemos un
uso correctísimo de este vocablo. “Quita todos esos chismes de
encima de la mesa”. Esta palabra es sinónima de TRUCOS que
también es usada por nosotros para nombrar, de una manera
informal, los elementos o cosas de una casa o de una actividad,
aunque no he podido encontrar en ningún diccionario (y he
consultado varios), esta palabra con ese significado. Mari Loli Ojeda
me dice que en francés coloquial existe trucs con el mismo
significado. Los que sí recogen los diccionarios son otro sinónimos
usados en Cuenca como bártulos, trastos...
CHORCHAZO: no existe como tal. Significa caída grande, un
porrazo grande.
DAO: deformación de DADO. Esta palabra no sólo se utiliza en
Cuenca como una forma del verbo dar o para designar esa pieza
cúbica con 6 caras que sirve para jugar, sino que también se utiliza
como un sustantivo sinónimo de “ataque, arrechuche, pataleta”.
“Cuando conoció su suspenso por poco le da un dao”.
DESANDAREAO: en Cuenca usamos esta palabra para indicar que
se está mareado, despistado, sin saber que hacer ni a donde ir, en una
palabra, desorientado. Los diccionarios no recogen esta palabra pero
si la analizamos someramente veremos que su uso es bastante
correcto, ya que el prefijo des- y el sufijo –ado combinados indican
la ausencia de algo, en este caso de andar, y andar es sinónimo de
encaminar y de orientar. Por lo tanto “desandareado” de
“desorientado”. “Tanto ir y venir me tiene desandareao”
DOBLAO: deformación de DOBLADO del lat. “duplare”, de
“duplus”, doble. Dice el diccionario que en Andalucía significa
desván. En Cuenca también se usa para nombrar esa cámara que está
entre el espacio habitado y el tejado y donde se guardan multitud de
cosas.
EN GARBITO: deformación de EN GARABITO palabra de
origen incierto que significa gancho, garabato. De aquí que
engarabitarse signifique ponerse algo en forma de gancho,
particularmente los dedos, por ejemplo por el frío. En Cuenca ir en
garbito es ir desabrigado para el frío que hace, lo que obliga a ir
encorvado, hecho un gancho para aguantar el frío. Está clara la
conexión entre la definición del diccionario y el uso que hacemos de
la palabra.
ENCENTAO: deformación de ENCENTADO del verbo
ENCENTAR, del lat. “inceptare”, empezar, comenzar. El DRAE en
su segunda acepción dice que encentar es ulcerar, llagar, herir y es
este segundo significado el que avala el uso que de esta palabra
hacemos en Cuenca ya que para nosotros encentao significa tener
una herida en el cuerpo, especialmente en los pies. “Tengo los pies
encentaos de la caminata”.
ENDILGAR: palabra de origen incierto que según los diccionarios
significa encajar, endosar a otro algo desagradable o impertinente,
dar o hacer aguantar a alguien una cosa molesta o pesada. Está claro
que hacemos un uso adecuado de esta palabra: “ Nos endilgó un
paquete que pesaba más que un muerto”
ENGONGAO: esta palabra no la recogen los diccionarios
consultados. En Cuenca se usa para nombrar ese estado en el que se
encuentra alguien que ha sido comprometido por alguien o por algo
en realizar cualquier cosa y no hace ni lo suyo ni lo comprometido,
con lo cual está perdiendo el tiempo. “Aquí estoy engongao
esperando que me llame por teléfono.”
ENGRIOLAR: en Cuenca usamos este verbo como sinónimo de
engañar, engatusar, y aunque los diccionarios (sobre todo el MM)
recogen decenas de sinónimos de estos verbos, no he podido
encontrar esta palabra tal como la pronunciamos nosotros. Lo más
parecido es engrillar que pudiera tener alguna relación ya que
significa sujetar, aprisionar y engriolar a alguien es, de alguna
manera, sujetarlo con el engaño.
ENTRILLAR: palabra formada por la unión de la preposición EN y
TRILLAR del lat. “tribulare” que significa quebrantar la mies
tendida en la era, y separar el grano de la paja y también dejar a
alguien maltrecho. Según los diccionarios entrillar es una palabra
que se usa familiarmente en Extremadura y significa coger,
aprisionar oprimiendo, sujetar[se] con fuerza. En Cuenca la usamos
atendiendo a esos significados. “Me entrillé la mano con la puerta y
no podía sacarla”
ESCULUMIOSO/A: no existe como tal. En Cuenca se usa con el
significado de escrupuloso con las comidas, bebidas y sus utensilios.
ESCURRIAJAS: deformación de ESCURRAJAS del lat.
“excurrere” escurrir, que significa, según el DRAE, escurridura,
desecho, desperdicio. El mismo uso que le damos en Cuenca. “¡No
me eches las escurriajas del vino!”
ESCHANGAR: deformación de CHANGAR que, según el DRAE,
es una voz onomatopéyica que significa romper, descomponer,
destrozar. En Cuenca, como se ve, se utiliza con el significado
correcto. “Se eschangó la máquina”.
ESGONZAO: deformación de DESGONZADO, del verbo
DESGONZAR “des- y gonce”: desgonzar, desencajar, desquiciar.
En Cuenca hacemos un uso correcto de este vocablo ya que para
nosotros estar “esgonzao” es estar destrozado, muy cansado, flojo y
con los huesos y músculos al borde del colapso por el cansancio.
“Fue a ayudarle a su padre al campo y vino esgonzaíto.”
ESLICIÓN: no existe como tal. Podría ser una deformación de
DESLIZÓN que tampoco existe y que podría haberse formado
añadiendo a desliz, que significa “acción y efecto de deslizar o
deslizarse”, el aumentativo on para aumentar las posibles
consecuencias de la caída ya que en Cuenca, como todos sabemos,
significa un resbalón muy grande. “¡Di un eslición que por poco me
mato!”
ESMARRÍO/A: deformación de DESMARRIDO/A formado con
el prefijo “des” y el germ. “marrjan”, molestar, afligir. Según los
diccionarios, desmarrido significa desfallecido, mustio, triste y sin
fuerzas, abatido física y moralmente. En Cuenca se usa con un
significado parecido pero refiriéndose a un gran vacío en el
estómago lo que va asociado a llevar mucho tiempo sin comer.
“Estoy esmarrío. ¿Cuándo vamos a comer?”
ESPELUCAO: deformación de DESPELUCADO del latín “pilus”
y el prefijo “des”, que significa, según las fuentes consultadas, en
Andalucía y Latinoamérica, despeluzar que a su vez significa
despeinar o revolver el pelo a alguien. En Cuenca se usa con el
mismo significado.
ESPERCOJAR: en Cuenca este verbo se usa para indicar que se
limpia algo o a alguien, que se le da o se le restituye su lustre y su
brillo. Aunque no está recogido en los diccionarios, pienso que es
una deformación de DESPERCOCHAR, (tampoco está recogido),
que se formaría con el prefijo negativo des- y el verbo percochar
que, según el DRAE, en Andalucía significa ensuciar, cubrir de
mugre. “¡Qué cara más espercojá tiene!”
ESPETÓ: del verbo ESPETAR del gót. “spitus”, asador, pincho,
estoque. En Cuenca hacemos un correctísimo uso de este verbo que
significa decir a alguien una cosa que causa fastidio, sorpresa,
molestia o decirla con brusquedad. “¡Nos espetó un discursito que
vaya con Dios!”. Esta palabra es sinónima de endilgar.
FARRAGA: deformación de FÁRRAGO, del lat. “fárrago”, que
significa: conjunto de cosas o ideas desordenadas, inconexas o
superfluas. En Cuenca ser un farraga es llevar los harapos fuera. Y
atendiendo a este uso, farraga podría provenir de FARRAPO que
significa harapo
FARRANCÓN: En Cuenca significa desconchón. No existe como
tal o yo no lo he encontrado. Pudiera ser una derivación aumentativa
del verbo ARRANCAR.
FOLILLAO: esta palabra la usamos en Cuenca para decir de algo
que está estropeado y si nos referimos a una persona es para decir
que está un poco locuela. Esta palabra no está recogida en las fuentes
consultadas y las palabras con un significado más cercano que he
encontrado han sido exfoliar que significa dividir algo en láminas o
escamas, y afollar que, aparte de soplar con fuelles, en albañilería
significa hacer mal la obra de fábrica, ahuecarse avejigarse las
paredes. “Tira eso que ya está folillao.”
FRANGOLLO: del lat. “frangere”, romper. Dice el DRAE, en su
segunda acepción, que un frangollo es una cosa hecha de prisa y
mal. Por lo tanto el que hace las cosas de prisa y mal es un
frangollón o frangollona (esta palabra en Cuenca tiene más sentido
peyorativo cuando se aplica a una mujer pues también puede indicar
que es guarra) y lo que hace es frangollar. No hace falta recalcar el
uso correctísimo que hacemos de este vocablo. “Anda, arregla eso
so frangollo.”
FUNES: en Cuenca esta palabra se aplica a la persona que está
irritada, furiosa, enfadada. Esta palabra no está recogida en los
diccionarios pero el MM dice que fune- es una raíz que proviene del
latín «funus, -eris», ceremonia fúnebre, y que llevan, entre otras,
funeral, funerario, funesto o funestar que significa deshonrar,
difamar o manchar. Podemos encontrar cierta relación sin mucho
esfuerzo.“¡Se puso hecho un funes!”
GALGO/A: del lat. vulg. “Gallicus [canis]”. El DRAE indica que se
refiere al perro galgo y que también significa goloso, laminero. El
MM, aparte de referirse al perro, especifica que en Colombia y
Salamanca se utiliza con el significado de goloso. Está claro que
también en Cuenca y su zona se utiliza con los dos significados. Esta
fue una de las primeras palabras que me llamaron la atención cuando
vine a Cuenca ya que no conocía el significado de goloso. “Deja los
caramelos, no seas galgo”.
GOLIMBRO/A: de la familia de GOLA que proviene del lat.
“gula”, garganta. Los dos diccionarios coinciden en localizar la
utilización o el origen de esta palabra en Badajoz con el significado
de goloso tal y como la usamos nosotros. Esta palabra y la anterior
son sinónimas en cuanto a uno de sus significados. “¡Qué golimbro
es, no come nada más que chucherías!”
GUAJARRAZO: deformación de GUARRAZO que en Andalucía
y Salamanca significa porrazo que se da o recibe al caer. Esta
palabra se oye de las dos formas en Cuenca con el mismo
significado.
GUASCA: del quechua “waskha” que significa ramal de cuero,
cuerda o soga, que sirve de rienda o de látigo y para otros usos. Que
esta palabra es curiosa e interesante nos lo indica su origen. Proviene
como ya se ha dicho de la lengua quechua que fue la lengua que se
impuso en el Imperio Inca precolombino a lo largo de los Andes en
la América del Sur (Perú, Bolivia, Chile...) y que todavía hoy se
habla. Está claro que aparte de los tomates y el tabaco, y otras cosas,
América nos dio palabras. En Cuenca utilizamos esta palabra en el
sentido de pegar: “¡te voy a dar una guasca que verás!”. La
utilización más correcta sería la de dar un guascazo con la guasca.
GURRUMÍA: esta palabra, que algunos pronuncian con el prefijo
es- delante, tampoco la recogen los diccionarios. Parece una
deformación de GURRUMINA en su acepción de pequeñez y
raquítico, ya que para los cuenqueños gurrumía, o esgurrumía,
significa, aplicado a personas, alguien de extrema delgadez, seca y
sin lustre, una esmirriada en definitiva.
JARBEGAR: deformación de ENJALBEGAR del lat. vulg.
“exalbicare”, blanquear: blanquear, enlucir las paredes con cal, yeso
o tierra blanca. En Cuenca se utiliza con el significado adecuado.
JANDOBA: deformación de ANDOBA del caló: persona
cualquiera que no se nombra. Se usa generalmente en sentido
despectivo. Esta palabra sólo la recoge el DRAE. En Cuenca la
utilizamos para designar a la persona tranquilona y de carácter y
apariencia un poco desastrado y desastroso.
JAMACUCO: ni el MM ni el DRAE recogen esta palabra, sin
embargo el diccionario LAROUSSE sí la recoge con el significado
de “indisposición fuerte y repentina”, que coincide con el uso que le
damos nosotros. “Le dio un jamacuco y se cayó al suelo”
JILIMOJE: deformación, por aféresis de la a, de AJILIMOJE, de
ajo y moje, especie de salsa para los guisados. Esta definición del
diccionario coincide exactamente con el significado que para
nosotros tiene este vocablo. “Lo mejor de la comida fue el jilimoje
que quedó al final”.
JITERA: deformación de AHITERA, hartera muy grande o de
mucha duración; del verbo AHITAR que, entre otras cosas, significa
comer hasta padecer indigestión o empacho. En Cuenca, como se ve,
empleamos esta palabra y sus distintas formas correctamente y no
sólo en situaciones relacionadas con la comida y la bebida- “estoy
ajitaíto, ya no puedo comer más”- sino también con todo aquello
que nos produce empacho y cansancio. “Qué jitera de matanza”.
JUMEANDO: deformación, por aspiración de la hache, de
HUMEANDO, gerundio de humear del lat. “fumus”, humo. “Lo
cogió y lo puso jumeando”. En Cuenca utilizamos esta palabra en
sentido despectivo para señalar que criticamos o, incluso, insultamos
a alguien. El DRAE recoge “hacer humo a uno” como frase
figurada y familiar que significa ponerle mala cara para que se vaya.
Esta expresión podría avalar nuestro uso.
JONDEAR: deformación, por aspiración de la hache, de
HONDEAR, que proviene de honda del lat. “funda”. Los
diccionarios recogen como significado de esta palabra el de disparar
la honda. En Cuenca usamos esta palabra con sentido despectivo
para indicar que tiramos algo con desprecio, algo que no nos gusta y
que nos provoca rechazo.
JUMENTO: del lat. “iumentum”, “pollino, asno, burro”. En Cuenca
esta palabra se utiliza con carácter despectivo para referirse a
personas que no nos resultan agradables. “¡Mire usted qué
jumento!”
JURGUILLA: deformación, por aspiración de la hache, de
HURGUILLAS que deriva de hurgar del lat. “furicare”. Los
diccionarios dicen de esta palabra que se refiere a la persona que es
bullidora, apremiante, inquieta y atropelladora, el que le dice a
alguien con insistencia cosas que le irritan o le disgustan.
Exactamente con el mismo significado que le damos nosotros.
“¡Hay que ver lo que molesta, vaya jurguilla que está hecho!”
LABERINTOSO: esta palabra no la recogen los diccionarios.
Proviene de laberinto pero en Cuenca se usa más con el significado
de lioso, o lo que es lo mismo, chismoso o enredador. Aficionado a
contar chismes o armar líos. Embrollador. Que trata de indisponer a
unas personas con otras. “¡Qué laberintosa es! Todo lo quiere
organizar ella.” La corrección en su uso está basada en que lío y
laberinto son sinónimas.
LAMBRUCIO: del lat. «lámbere», origen de «lamer»: goloso, que
le gustan los dulces. En Cuenca la usamos tal cual. “Siempre estás
comiendo, so lambrucio”
LECHUZO/A: dicen los diccionarios que lechuzo puede ser el que
se encarga de cobrar tributos y comisiones, un recaudador en
definitiva; y también se le llama lechuzo al mulo de menos de un
año. En Cuenca la utilizamos como sinónimo de alcahuete o
chismoso/a quizás por identificación con esa imagen que tenemos de
la lechuza con los ojos como platos, pendiente de todo en sus
correrías nocturnas.
LENGUARÓN: palabra que deriva de lengua, del lat. “lingua”.
Todos sabemos lo que en Cuenca significa esta palabra:
deslenguado, atrevido en el hablar; que habla mucho, con
impertinencia y necedad. Lo mismo que para los diccionarios que,
sin embargo, ninguno la recogen, aunque sí recogen varios
sinónimos como “lenguaraz”, “lenguatón”, “lenguaz”, “lengudo” y
“lengüilargo”. “Anda y cállate ya, lenguarón”.
MALAPORRA: en Cuenca esta palabra, que no recogen los
diccionarios, se utiliza con el significado de malasombra y se aplica
a la persona que es desagradable y que tiene un comportamiento
poco correcto, lo que en Andalucía es un “malaje”. “¡No tiene
malaporra el tío!”
MARGALLA: esta palabra no la he encontrado en los diccionarios
consultados, pero creo que pudiera provenir de una deformación de
MALHADADA que significa desgraciada, desdichada,
desventurada y que, aplicado a personas, indicamos que sufre una
desgracia o tiene mala suerte, pero que si la aplicamos a cosas
indicamos que son causas de desgracia, van acompañados de ellas o
la constituyen en sí misma. Esta última acepción podría avalar
nuestro uso ya que en Cuenca margalla es un insulto a una mujer. La
calidad e intensidad del insulto dependerá de la persona que lo
profiera y a la persona que se dirija.
MATURRANGA: para los diccionarios esta palabra significa
“treta, marrullería”, entre otras significados en América, lo que tiene
poca coincidencia –eso pienso yo- con lo que significa para los
cuenqueños: dar con la clave, con el detalle, con la miga, con el
intrígulis de algo. “Ya le dio con la maturranga y arregló la tele”.
NUO: deformación de NUDO. En Cuenca la palabra nuo tiene un
significado claro: torpe (también puede significar nulo, rudo) y,
aunque este significado no coincide exactamente con los más de
quince que de esta palabra ofrece el DRAE, está relacionado con
muchos de ellos, por ejemplo con el presenta el nudo como una
dificultad insoluble. “Anda trae eso so nuo, yo lo arreglaré”.
PEJIGUERA: del bajo latín «persicaria», de «pérsicum»,
melocotón; la acepción «fastidio» se explica por el sabor picante de
la planta: cosa que fastidia o resulta pesada o molesta de hacer o
aguantar sin traernos ningún provecho. Nosotros la usamos
adecuadamente. “¡No es pesado el tío, vaya pejiguera que está
hecho!”
PERCUDIR: del lat. “percutere”, penetrar la suciedad en alguna
cosa, maltratar o ajar la tez o el lustre de las cosas. Ensuciar hasta tal
punto una prenda o penetrar tanto la suciedad en ella que ya es
imposible ponerla del todo limpia. Como se ve los diccionarios
recogen exactamente el uso que le damos a este verbo y sus formas.
“No laves la ropa oscura con la blanca que la vas a percudir”
PERRENGUE: cascarrabias, rabietas. Se aplica a la persona que
coge rabietas con facilidad. El que con facilidad y vehemencia se
enoja, encoleriza o emperra. El DRAE dice que esta palabra está en
desuso. Nosotros la usamos adecuadamente pero referida,
principalmente a los niños. “¡Qué perrengue cogió el muchacho!”
PINDONGA: de PENDER, pendón, pingo. Mujer callejera o
amiga de ir de un sitio a otro en vez de estar haciendo las cosas de su
casa (Diccionario dixit). De aquí pindonguear, o ir de pingo, que
significa callejear; y también coger el pendingue que significa
marcharse. En Cuenca usamos esta palabra según la recogen los
diccionarios, de una forma no ofensiva. Y también la podemos usar
con un sentido peyorativo para referirnos a una mujer de mala vida o
a un hombre afeminado.
PINFORREAR: deformación de DESPILFARRAR, gastar dinero
u otra cosa sin necesidad, en mucha más cantidad de lo necesario o
prudente o en cosas innecesarias. Exactamente el mismo significado
que nosotros le damos. “No seas tan pinforreaora y ahorra algo”.
PINFORTA: no se encuentra recogido este vocablo en los
diccionarios consultados. Para nosotros su significado –mujer que le
gusta callejear y andar gamberreando y que, además, es un poco
ligera de cascos- es sinónimo del de pindonga.
PINGAJO: de PINGAR (colgar, pender, gotear, saltar) del lat.
“péndere”. Andrajo. Harapo. Trozo desgarrado que cuelga de una
cosa. En Cuenca la usamos con el mismo significado pero como esta
palabra está relacionada con pindonga, al igual que ella, la podemos
usar con un sentido despectivo para referirnos a una persona
andrajosa, harapienta, que se encuentra en muy mal estado.
PÍTIMA: del lat. “epithema”, y este del gr. “Epiqema”, apósito.
Cataplasma que se aplica sobre el corazón. Borrachera. En Cuenca
no usamos esta palabra con el significado que recogen los
diccionarios; para nosotros estar con la pítima es estar cavilando
sobre algún asunto que traemos entre manos. “No he podido dormir,
he estado toda la noche con la pítima del viaje.”
PUJIEDES: esta palabra no existe como tal en el diccionario pero
está claro su origen. Deriva de pujar, del lat. “pulsare” que, en según
la cuarta acepción del DRAE, significa hacer gestos o ademanes para
prorrumpir en llanto, o quedar haciéndolos después de haber llorado.
En Cuenca pujiedes es aquella persona que se queja continuamente
y por todo.
PURRIO: de PURRIA o PURRIELA, palabra de origen incierto
que significa cualquier cosa despreciable, de mala calidad, de poco
valor. Desperdicio, morralla. En Cuenca hacemos un uso correcto de
esta palabra. “¡Vete al purrio, hombre!”
REBINANDO: de REBINAR del lat. “binus”, de dos en dos, dar a
la tierra la tercera vuelta de arado. Cavar por tercera vez las viñas. Y
también en Andalucía, de una forma figurada, considerar de nuevo
una cosa; reflexionar sobre ella. En Cuenca usamos esta palabra con
este último significado; pero para nosotros rebinar sobre algo es
pensar sobre ello de una forma obsesiva. “No paro de rebinar sobre
lo que me dijo ayer.”
REBULLASCA: esta palabra no está recogida como tal en los
diccionarios consultados, su equivalente es rebullicio, pero su
construcción y los elementos utilizados son perfectamente
compatibles con el castellano, a saber, el prefijo re- de
intensificación, la palabra bulla, ruido confuso de gritos, voces y
risas provocado por una o varias personas, y el sufijo –sca que en los
sustantivos suele tener valor aumentativo. Lo que nos da una palabra
que utilizamos correctamente, en su dicción y en su significado:
jaleo, alboroto, barullo. “¡Qué rebullasca llevan los quintos!”
RECACHERÍO: en Cuenca significa restos de comida, sobre todo
del día o días anteriores. También significa restos de cosas
inservibles. “Hoy vamos a comer de recacheríos”. Los diccionarios
consultados no recogen esta palabra entre los muchos sinónimos de
“restos”, el más parecido que he encontrado es rescaño, pero bien
pudiera haberse formado con el prefijo re-, con el significado de
repetición, y la palabra cacho, que, como todos sabemos, significa
pedazo de una cosa.
RECUA: del ár. “rakuba”, caravana. Conjunto de animales de carga,
que sirve para trajinar. Fig. y fam. multitud de cosas que van o
siguen unas detrás de otras. En Cuenca también se aplica,
cariñosamente, a un grupo de niños revoltoso y escandoloso. “¡Vaya
recua que lleva detrás!”
REJERVIR: deformación, por aspiración de la hache, de
REHERVIR del lat. “refervere”, volver a hervir y también
fermentar y pasarse una conserva. En Cuenca usamos esta palabra,
única y exclusivamente, para referirnos a la operación de prelavado
de la ropa que consiste en frotar la ropa muy sucia con jabón y
exponerla al Sol. “Estoy rejirviendo la ropa del trabajo”.
REJORGUETE: no existe en el diccionario pero es (con el prefijo
re- de repetición o intensificación) palabra derivada de JUERGA,
JOLGORIO que a su vez provienen de HUELGA, no hacer nada.
Significan estar de fiesta con bullicio y acompañada de cante baile y
bebidas. Para los cuenqueños rejorguete significa exactamente eso:
diversión, fiesta.
REPIARSE: deformación de REPINARSE que se forma con re-,
prefijo de intensificación, y pino, de muy pendiente o muy derecho,
y que significa remontarse, elevarse. En Cuenca usamos repiarse,
casi exclusivamente, para referirnos a levantarse de la cama. “¡Vaya
horas de repiarse!”
RESENCIO: deformación de RECENCIO (también cencio) del lat.
“circius”, cierzo, en Salamanca viento frío, escarcha, niebla, frescor
húmedo de la ribera, relente. Como se ve en Cuenca hacemos un uso
correcto de este vocablo en cuanto a su significado y cometemos
un seseo . “Esta noche ha caído un resencio grandísimo”.
REVEZO: proviene del verbo REVEZAR, que, según los
diccionarios, significa relevar una cosa con otra. Particularmente, par
de mulas, caballos o bueyes que se tienen en reserva para relevar al
que está trabajando. También significa tercera parte de una obrada
en Córdoba. En Cuenca usamos revezo para indicar que reanudamos
algo que teníamos parado por cualquier circunstancia. “Vamos a dar
otro revezo”. Creo que nuestro uso está en consonancia con lo que
recogen las fuentes consultadas.
RIDERO: deformación de REIDERO, causante de risa o regocijo.
Creo que esta palabra no necesita más comentarios, si exceptuamos
decir que es una de las palabras que más se usan en Cuenca y
además con un significado preciso. “¡Ay, será ridero, anda so
rideeeeero!
SOLLAO: deformación de DESOLLADO que proviene de
DESOLLAR que significa despellejar, pelar, quitar la piel o un
trozo de ella a alguien. Nosotros la usamos con el mismo
significado. “Me he caido y me he sollao la rodilla.”
SOMANTA: en Cuenca la usamos tal como la recogen los
diccionarios: tunda de palos, de azotes, etc. Se forma con el prefijo
so-, bajo, y la palabra manta con su significado de paliza.
SOPONCIO: dice el DRAE que esta palabra es de origen incierto y
que significa desmayo, congoja. Tal y como la usamos en Cuenca.
Esta palabra es sinónima de jamacuco.
SUPI: probablemente sea una contracción de SUPINO que, según el
DRAE en su acepción nº 5, dice que se aplica ciertos estados de
ánimo, acciones o cualidades morales, y que también puede
significar necio, estólido (falto de razón y discurso) Como en
Cuenca la usamos para designar a la persona cursi y presumida no es
descabellado pensar que quizá derive de suponer en su significado
de presumir.
TÁRTAGO: planta euforbiácea anual; es común en España y tiene
propiedades purgantes y vomitivas. También significa infortunio,
suceso desgraciado, disgusto que sobreviene por algún grave suceso,
como la pérdida del caudal o de la salud. Broma o chasco pesado. En
Cuenca la usamos, exclusivamente, atendiendo al significado de
disgusto. “¡Hay que ver el tártago que tengo, qué disgusto!”
TENTEMOZO: puntal o arrimo que se aplica a una cosa expuesta a
caerse o que amenaza ruina. Cada uno de los palos que cuelgan de la
lanza del carro que, puestos de punta contra el suelo, impiden que el
carro se vuelque hacia delante. Los diccionarios consultados dicen
que para estos significados (entre otros muchos) también se puede
usar la palabra MOZO/A, que también significa, sobre todo en
Andalucía, pieza de las trébedes en forma de horquilla, en la que se
apoya el mango de la sartén. Para los cuenqueños la palabra
“tentemozo” designa no sólo a la horquilla sino al conjunto de
trébedes y horquilla.
TORTORUELO: no he podido encontrar esta palabra en los
diccionarios consultados, aunque podría provenir del lat. “tortus”,
retorcido. Sí aparece tortor, que significa palo corto o barra de
hierro con que se aprieta, dándole vueltas, una cuerda atada por sus
dos cabos, un tensor, pero no parece tener relación, ni poniéndole el
sufijo –uelo , con lo que significa para nosotros tortoruelo: tenerlo
todo desordenado, manga por hombro. “No encontré nada en la
habitación, lo tenía todo al tortoruelo”
VILORIO: deformación de VELORIO, de velar, del lat. “vigilare”,
reunión con bailes, cantos y cuentos que durante la noche se celebra
en las casas de los pueblos, por lo común con ocasión de alguna
faena doméstica, como hilar, matar el puerco, etc. En algunos sitios,
velatorio, especialmente cuando es de un niño. En Cuenca usamos
esta palabra con el primer significado y también se los aplicamos a
la persona que está un poco vilorta, un poco locuela. “¡Vaya vilorio
que tienen formado en el bar!”
VILORTA: Del lat. “bis”, dos veces, y “rotula”, rueda. En Cuenca
usamos esta palabra (también en masculino, vilorto) para calificar a
una persona que está alocada, que muchas veces actúa y se comporta
sin ton ni son. “¡Qué vilorta está! ¡Hay que ver lo que va diciendo!”
Sin embargo, los diccionarios no recogen este significado. Para ellos
una vilorta pude ser una vara flexible para hacer aros, una arandela,
un juego con una especie de raqueta (el vilorto) y una bola de
madera (la vilorta) que ha de pasar entre unas estacas, una planta y
también cada una de las abrazaderas de hierro, dos por lo común,
que sujetan al timón la cama del arado. Este último significado
pudiera ser el origen de nuestra vilorta ya que, al parecer, estas
abrazaderas siempre iban sueltas, como locas.
ZACHO: deformación de SACHO, del lat. “sarculum”.:
Instrumento de hierro pequeño y manejable, en figura de azadón,
que sirve para sachar. Otro caso de ceceo, aunque la usemos con el
significado adecuado.
ZURRIAGO: del ár. “surriyaqa”, correa para azotar: Látigo. Tira de
cuero, o cuerda, generalmente sujeta en una vara, que se emplea para
golpear; por ejemplo, a las caballerías para estimularlas. Como se
puede ver en Cuenca usamos la palabra con corrección.
ZURROMONTERO: un zurromontero en Cuenca es un mojón, un
majano, es decir, un poste, señal o montón de piedras que se ponen
en el campo para señalar límites, lindes o cualquier otra cosa. No he
podido, o no he sabido, encontrar ninguna referencia sobre esta
palabra, aunque la relación con montón está clara.
Manuel Álvarez Reyes
Para todos los cuenqueños, donde
quiera que estén, y, especialmente, para
todos los que, de una u otra manera,
han hecho posible este trabajo.