palabras gestoras ccvi

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Humanidad Relaciones Presencia Compasión Sacramento Eucaristía Contemplación Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado

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Palabras Gestoras CCVI, una expresión de nuestra espiritualidad

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  • HumanidadRelacionesPresenciaCompasinSacramentoEucaristaContemplacin

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado

  • INTRODUCcIN 1

    HUMANIdad 2

    RELAcIONes 4

    PRESENCia 6

    COMPASIN 8

    SACRAMENTo 10

    EUCARISTa 12

    CONTEMPLAcIN 14

    reflexinpersonal 16

    ndice

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado4503 Broadway, San Antonio, Texas 78209 www.amormeus.org 2006 Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, San Antonio, Texas.

    AN

    D

    y

    y el verbos e h i z ocArNe hAbiteNtre Nosotros

  • 1IntroduccIn El Equipo Congregacional de Formacin tiene el agrado de compartirles el fruto de su oracin-refle-xin en torno a nuestra Espiritualidad de la Encarnacin. Desde hace varios aos, venimos trabajando juntas el proceso de la formacin continua en la Congregacin. Esta experiencia nos abri a la necesi-dad de profundizar en el significado de la espiritualidad en formacin.

    Fruto de este proceso surgieron siete rasgos caractersticos: Humanidad, Relacin, Presencia, Compa-sin, Sacramento, Eucarista y Contemplacin. Estas palabras constituyen el marco de la espirituali-dad de la Encarnacion CCVI.

    Les ofrecemos este documento para orar y reflexionar, e invitamos a todas las formas de compromiso de la Congregacin, a reflexionar y compartir su contenido. Los invitamos a caminar juntos y permirir que el Verbo Encarnado se renueve en nosotros.

    El Verbo se hace HUMANIDAD y nos llama a acoger la fragilidad humana. El Verbo se hace RELACIN y nos llama a ser comunin. El Verbo se hace PRESENCIA y nos llama a acogerlo en la otra persona. El Verbo se hace COMPASIN y nos llama a sentir el dolor de la otra persona. El Verbo se hace SACRAMENTO y nos llama a ser signos profticos de Su amor. El Verbo se hace EUCARISTA y nos llama a SER PAN DE VIDA para la otra persona. El Verbo se hace CONTEMPLACIN y nos llama a ver nuestro mundo con ojos nuevos.

    lassietepalabras

  • HumanidadEl VErBo se hace HuMAno y nos llama a acoger la fragilidad humana.La humanidad creada a imagen y semejanza de Dios es llamada a vivir la armona en relacin con Dios, la tierra y consigo misma; rompe la relacin al permitir que el pecado entre a su vida, volvindola frgil, necesitada de ser salvada. Llegada la Plenitud de los tiempos el Verbo de Dios, asume lo humano y lo creado para restablecer la comunin entre su Padre y las personas (Puebla, No. 188).

    Al iniciar el tercer milenio y al contemplar la realidad que nos rodea, nos damos cuenta que la humanidad ha sido claramente probada por gue-rras, conflictos internacionales, genocidios, limpiezas tnicas que estn causando sufrimientos indescriptibles; en donde familias y pases han sido destruidos, multitudes de refugiados, miseria, hambre, enfermedad, perdida de recursos... (Juan Pablo II Discurso del 1 de enero 2000)

    Toda esta realidad tan cuestionada niega la sacramentalidad de la dignidad humana al mismo tiempo que la fe en el Dios Encarnado que se hizo uno de nosotros para salvarnos a todos. Pues la inaudita novedad del Evangelio consiste en que Dios mismo ha querido formar parte de esta nuestra humanidad doliente y relacionarse con ella para siempre. Pero contrariamente al proyecto de Dios sobre la humanidad nuestra historia no ha sido de salvacin sino muchas veces de condenacin de violencia y de muerte.

    El LlamadoDesde nuestras races congregacionales la preocupacin por lo humano nos marca como congregacin. En la misma Carta Fundacional, nuestro fundador, el Obispo Claudio Mara Dubuis, escribi a la Madre Marie An-gelique diciendo: ...os suplica aceptis la misin de las obras de misericordia corporales, enviando hermanas para el cuidado de nuestros enfermos y de nuestros hurfanos en los hospitales y orfanatorios. (21 de Septiembre 1866)

    Fuertemente formando en la espiritualidad de la Encarnacin y profundamente marcado por el dolor y la angustia del pueblo tejano de aquel momento histrico, Mons. Dubuis reconoci la presencia de Jess en los rostros sufrientes de indgenas, inmigrantes europeos, mexicanos, soldados irlandeses, enfermos, nios hur-fanos...: Nuestro Seor Jesucristo, sufriendo en una multitud de enfermos y desvalidos de todas clases, espera alivio a vuestras manos. (21 Septiembre, 1866).

    Nuestras Constituciones nos llama a vivir plenamente nuestra humanidad: nos interesamos por los dems, perdonamos nuestras ofensas mutuas, maduramos nuestra capacidad de interrelacin, cultivamos amistades ver-daderas y la conciencia de nuestra misin, dando as pleno sentido a nuestro celibato consagrado (Const. Art. 9).En el amor que el Verbo Encarnado nos manifiesta, las Hermanas fundamentamos la fortaleza indispensable para aceptar las limitaciones de las dems para perdonarnos unas a otras y ser, ante la iglesia y el mundo, un signo de reconciliacin (Const. Art. 28.4).

    Hoy ms que nunca somos llamadas a contemplar al Verbo Encarnado y

    como cristianas y consagradas,honrar, honorar y valorar lo humano.

    Quin camina en ste descubrimiento del Dios Encarnado abre el corazn

    ante el despojado, comparte sus dones y bienes y practica la justicia.

    Aquellos que se desprenden de su propia vida como Jess y dan su vida

    como Jesus lo hizo. (Cfr. l Jn 1-5)

    2

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

  • 3En nuestro Captulo General 2002 nos comprometimos a seguir: Reconociendo la necesidad de conversin, reconciliacin y sanacin asumiendo nuestra responsabilidad personal para reconciliarnos con las heridas del pasado y llegar a la raz de nuestros temores y defensas personales; ...con un corazn abierto, a desarrollar actitudes de no-violencia en nuestras relaciones (Actas, p. 15).

    La Sagrada Escritura, nos habla de la humanidad de Dios:Jess creca en Sabidura, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres (Lc. 2,52).

    Siendo de condicin divina,... se despoj de s mismo tomando condicin de siervo hacindose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hom-bre (Fil. 2, 6-7).Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros (2 Cor 4, 7).

    Reflexin:

    Oracin:Oh Mara, aurora del mundo nuevo,madre de los vivientes, a t confiamos la causa de la vida:Mira, madre, el nmero inmensode nios a quienes se les impide nacer,de pobres a quienes se hace difcil vivir,de hombres y mujeres vctimas de violencia inhumana,de ancianos y enfermos muertos a causa de la indiferenciao de una presunta piedad.

    Haz que quienes creen en tu Hijosepan anunciar con firmeza y amora las personas de nuestro tiempoel evangelio de La vida.

    Alcnzales la gracia de acogerlocomo un don siempre nuevo,la alegra de celebrarlo con gratituddurante toda su existenciay la valenta de ser testigo,con f, para construir,junto con todas las personas de buena voluntad,la civilizacin de la Verdad y del Amor,para alabanza y gloria de Dios Creadory amante de la vida. Amen. (Juan Pablo II. Evangelium Vitae).

    Bibliografa-Bajar al encuentro de Dios, Captulo VIII, el escndalo de la carne mortal. Benjamn Gonzlez Buelta, S.J. El seguimiento de Cristo, Captulo II El rostro de Jess. Segundo Galilea.Plenamente humano, plenamente vivo, Captulo 1, Un retrato del ser humano plenamente vivo. John Powell, S.J.

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

  • 4RelacionesEl VErBo se hace rELAcIn y nos llama a ser comunin. Relacionarnos es abrirnos al Ministerio Trinitario, que est presente en todo lo que existe: con toda la Creacin y en cada persona. Es ver que en la relacin yo-t, somos transformadas y entramos en la dinmica del Misterio Pascual. Nuestras relaciones se recrean en cuatro dimensiones: conmigo misma, con el prjimo, con Dios y con la creacin. Las relaciones asumidas, expresadas y recreadas, han de ser fuente, impulso de Vida Nueva, en la vivencia de la Encarnacin a la que somos llamadas:

    Todo ser humano llega a ser consciente de su dignidad y toma conciencia de su propio valor como ser humano slo a travs de la relacin con otros, y lo hace de modo especial cuando otro ser humano toma hacia l la actitud que corresponde al valor de las personas, es decir, el amor. (Botitiglione, R). Yo a semejanza de la Trinidad, participo de la vida misma de Dios en la medida que se mantenga en relacin con el tu del prjimo. (Juan Villegas, J.S Espiritualidad de las RR.HH).

    Nuestras relaciones se ven rotas en el mundo en que vivimos por la desintegracin de las familias, la falta de trabajo, la falta de comunicacin, la falta de tolerancia, las guerras, la deshumanizacin de las personas y la destruccin de la naturaleza, entre otras causas. Algunas realidades que constatamos en nuestras relaciones son:

    En la relacin con nosotras mismas nos cuesta trabajo encontrarnos con nuestro YO a travs del silencio y la soledad. Aunque somos conscientes que en la relacin YO T nos descubrimos a nosotras/os mismas/os y descubrimos la diferencia del otro/a que nos amenaza y a la vez nos abre a la riqueza de ser diferentes. La vivencia de las relaciones, desde una dimensin Trinitaria donde la Trinidad es unidad, inter-relacin y comunicacin, son aspectos a trabajar en nuestras relaciones.

    Historia de la Congregacin y Documentos Am y se hizo amar y lo mismo pedir a los miembros de la congregacin: tengan hacia todos una grande afabilidad de corazn y una gran serenidad en el rostro, en lugar de parecerse a esas tierras secas.. (Const. 1874) Con su familia y amigos, con sus feligreses, en sus celebraciones y con los que expresaban sus necesidades humanas se comunicaba fraternalmente. l al captar las necesidades de su pueblo, va a seminarios y conventos solicitando ayuda. Los indios lo llamaron Gran Jefe de los Espritus. ( Apstol de Texas Pg. 55,81 y 85).

    El Seor Obispo Dubuisy sus relaciones

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

  • 5Comunicados de la Madre St. PierreMadre St. Pierre mantuvo sus mltiples relaciones, con Obispos, con hermanas y con otros, en las que se comunicaba en lo personal y por escrito (Cartas de la Madre St. Pierre, Tomo I, II, III).

    Por otra parte nuestros sufrimientos ms ntimos y ms profundos se relacionan con personas a quienes con nuestro corazn y nuestro deber nos han movido siempre a amar y respetar (Tomo I, pg. 6). Sin embargo, tengan cuidado de no ser dbiles queriendo ser buenas (Tomo I. Pg. 14). Algunas pginas de referencia: Tomo I: Pg. 3, 6, 14, 55, 22.

    Las relaciones en las Constituciones: ...maduramos nuestra capacidad de interrelacin, cultivamos amistades verda-deras y la conciencia de nuestra misin, dando as pleno sentido a nuestro celibato consagrado Art. 9. ... entregando con generosidad y desinters nuestras cualidades personales, ta-lentos y bienes personales... Art. 13 Reconociendo que todo los bienes de la creacin son dones de Dios... Art. 16 En Espritu de obediencia promovemos la unidad entre nosotras... Art. 23 En nuestras comunidades tratamos de vivir plena y conscientemente la unidad de corazones, al mismo tiempo que respetamos la pluralidad de las personas y las diferencias individuales. Art. 26Artculos adicionales: No. 28, 28.1, 39.1, 42.1

    Captulo 2002Afirmamos la declaracin sobre Relaciones hecha en el Captulo 2002 (cfr. Relaciones pg. 15 16)

    * Transformacin personal* Profundizar nuestras relaciones entre* Entusiasmo por la Misin provincias, regin y formas de compromiso

    La Palabra de Dios:La Palabra de Dios ilumina nuestra bsqueda de las relaciones entre las personas, a semejan-za de la Trinidad, es lo que nos hace descubrir a Dios y su Reino presente entre nosotras:

    donde dos o tres se renen en mi nombre.. (.Mt. 18, 20) ... para que estn unidos como tu y Yo... (Jn 17, 11) ... vive en intima comunin con el Padre... (Jn. 1,18)

    Ejemplos de Jess y su relacin con las mujeres, los nios y marginados:

    Samaritana (Jn. 4,1-38);Martha y Mara (Lc 10, 38-42 );Dejar que los nios se acerquen a m... (Mc 10, 13-16);El ciego de nacimiento... ( Jn 9, 1-41 );Paraltico... ( Mc. 2, 1-18 ).

    Celebra el don de las Relaciones

    OracinDios lleno de gracia, comunidad de amor, tres en uno: rene a tus hijas-os de cada raza, nacin, edad, gnero y haznos una familia relacionada por el amor y que unidas a ti y con tu creacin entremos en tu dinmica de vida abundante para todos-as. Amen

    Reflexin:

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

  • 6PresenciaEl VErBo se hace PrESEncIA y nos llama a acogerlo en la otra personaLas palabras presencia y persona estn ntimamente conectadas. La palabra persona viene de per-sonare- que significa sonido firme, es decir: hacerse presente. Nuestra vocacin en la vida es ser y cada vez ms convertirnos en personas que se hacen presentes unos a otros como una realidad ms grande de la que nosotros conocemos completamente. Como personas estamos llamadas a ser transparentes unas a otras.Presencia conecta todo nuestro ser: el ser profundo con los sentidos: estar, mirar al otro, tocar al otro, impulsar la vida. Es un gran reto el estar conectada en lo que se piensa, lo que se hace y en donde se est. Presencia implica poner atencin, entrar en la vida del otro, en su ritmo. Es dejar fluir nuestra humanidad y divinidad. Es estar atenta y flexible para responder a las necesidades del otro. Requiere que dejemos nuestros esquemas. Implica caminar con e/la otro/a en actitud de atencin, empata y solidaridad, desde su orilla descubriendo la presencia del totalmente OTRO y dejndose transformar por l. Es necesario estar presente ante Dios para poder estar presente al hermano. Tenemos que aprender a contemplar a Dios en el hermano y el hermano en Dios.Nuestra presencia es sacramental; Jess es una PRESENCIA para ser captada y actuada. Estamos presentes en el mundo por medio de los senti-dos. Dios se nos hace presente por medio de nuestros sentidos. El misterio de la encarnacin es Dios que se hace presente a los seres humanos de una manera visible y tangible. Vivir el seguimiento de Jess es una experiencia de proximidad, de participacin y de comunin.

    Jeanne llena del espritu de la Palabra-hecha-carne lleg a ser pan de compasin, sencillez, amor, justicia, misericordia y pazla PRESENCIA de Dios. (Sor Nancy Lee Smith, IHM). El Obispo Dubuis recurri su enorme dicesis para ser la PRESENCIA del Verbo Encarnado en medio de un pueblo que sufra los estragos de una guerra civil y los problemas de salud, orfandad y viudez que ella cau-saba, como vemos a continuacin: Una tarde que recorra slo, segn su costumbre, las vastas soledades de su dicesis para ANIMAR o FORTIFICAR a sus valientes Mexicanos (Perrichn, p. 216).su PRSENCIA DE ESPRITU, su audacia y su confianza en Diosun da cuando iba a Campo Danis para CONSOLAR E INS-TRUIR a los pobres soldados irlandeses (Perrichn, p. 218). La presencia en la vida de la Madre St. Pierre est resumida en sus propias palabras:Mi mente y mi corazn solo tienen dos estaciones: el Tabernculo y nuestro convento en San Antonio. (Carta de Qubec, Canad, 10 de Oct. De 1889).

    Orgenes en la CongregacinAl volver a nuestros orgenes

    congregacionales descubrimos la profundidad de presencia

    en nuestra Madre Espiritual Jeanne Chezard,

    nuestro fundador el Obispo Claudio Mara Dubuis y

    nuestras primeras hermanas:

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

  • 7Ser la PRESENCIA del Verbo Encarnado en el mundo es la esencia de nuestro carisma congregacional como se expresa en nuestras Constituciones:

    Nuestro Seor Jesucristo sufriendo en una multitud de enfermos y desvalidos de todas clases, espera el alivio de vuestras manos. (Art. 1).

    El carisma de nuestra Congregacin es el ser llamadas para que el amor de Dios, como se manifiesta en la Encarnacin, sea PRESENCIA real y tangible en el mundo de hoy (Art. 2)

    Las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado somos llamadas por Dios para ser en el mundo PRESENCIA de su amor compasivo y misericordioso (Art. 37).

    Presencia en el EvangelioLos evangelios dan testimonio de la presencia cercano de Jess para con su pueblo:

    ...se conmovi hasta el alma...Y Jess llor. Los Judos decan: `!Miren cunto lo quera` (Jn. 11, 33-36).

    Haba gente que presentaba a sus nios a Jess para que los tocara...`Dejen que a los nios vengan a mi...`Jess los abrazaba y luego pona sus manos sobre ellos para bendecidlos. (Mc.10, 14-16).

    Jess, el Verbo Encarnado, nos invita a permanecer en su PRESENCIA y nos asegura su pres-encia con nosotras a lo largo de la historia: permanezcan en mi y yo permanecer en ustedes. Jn. 15,4 Yo estoy con ustedes todos los das hasta que se termine este mundo. Mt. 28,20A travs de los sentidos podemos recrear la experiencia de los primeros discpulos:

    Lo que exista desde el principio, lo que hemos odo, lo que hemos visto con nuestro ojos. Lo que hemos mirado y nuestras manos han palpado acerca del Verbo que es Vida. La Vida se dio a conocer, lo hemos visto y somos testigos, y les anunciamos la Vida Eterna. (1 Jn. 1, 1-2)

    Por su Palabra Jess nos llama a ser su PRESENCIA transformadora en el mundo:El Espritu del Seor est sobre m, por el que me consagr. Me envi a traer la Buena Nueva a los pobres, a anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el ao de la gracia del Seor. Lc. 4, 18

    Reflexin:

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

    OracinLa presencia de Dios por Alfonso AlbinoT no fuerzas una flor a que abra, la flor la abre Dios; t la plantas, la riegas, la resguardas, lo dems lo hace Dios.

    T no obligas a un amigo a que te ame, el amor lo da Dios; t le sirves, le ayudas, en ti la amistad arde, lo dems lo hace Dios.

    T no obligas a un alma a que crea.

  • 8CompasinY el Verbo de hace coMPASIn y nos llama a sentir el dolor de la otra persona.

    Compasin quiere decir con - pasin y deriva del latn: Pati y cum que es padecer o sufrir con. Es una palabra que surge de las entraas mismas de Dios, quien tanto am nuestra humanidad, que al mirar su sufrimiento, su fragilidad, su condicin nos dio a Su Hijo quien se hizo uno con nosotras / os (Fil. 2). La compasin es vivir la Encarnacin desde esta dimensin del abrazo, acogida, y amor de ese Dios con nosotros, y que nos impulsa a vibrar desde nuestras entraas mismas con el sufrimiento y dolor, con la miseria de nuestros / as hermanos / as experimentndolos en nuestra propia carne, sintindonos movidas profundamente a la compasin a la manera de Jess.

    En un mundo tan sediento de Dios frente al aumento de la violencia, enajenacin, relaciones fragmentadas e injusticias crecientes, reflejando en nuestras diferentes formas de compromiso, el amor y compasin de Dios, especialmente entre los ms vulnerables, implica una actitud solidaria y tiene que ver con la Knosis de Jess en la Encarnacin: Siendo de condicin divina tom la condicin de esclavo(Fil. 2)

    Estar en contacto con la realidad nos impulsa a actuar desde el Carisma que gratuitamente se nos dio de ser signos visibles del amor compasivo y misericordioso:

    La misin de nuestra Congregacin asumi nuestro existir humano e hizo propios los sufrimientos y las esperanzas de su pueblo. (const. Art. 3). Ver, escuchar, tocar y experimentar el sufrimiento de los/as dems nos reta a descubrir a ese Dios vivo, pre-sente y actuante, inmerso en la miseria humana. Al alejarnos de este llamado a la compasin destruimos nuestra propia carne (Prov. 11,17) y nos alejamos del Dios de la vida y por lo mismo del proyecto mismo de Dios.

    Si nos acercamos a la experiencia compasiva de Jeanne Chezard de Matel, del Obispo Claudio Ma. Dubuis, Madre St. Pierre y las primeras hermanas, encontramos un vivo testimonio en mltiples actitudes, experiencias, respuestas concretas de vida que nos animan e invitan a continuarrespondiendo en el aqu y el ahora, a la manera de Jess. Encontramos en ellos el implcito mensaje

    Continen la Misin CCVI Sigan siendo en el mundo presencia del amor compasivo y misericordioso del Verbo hecho carne Nosotros hemos dado los pasos que correspondan a nuestro tiempo, ahora la ocasin es suya!

    Nuestra Historia y Carisma

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

  • 9Nuestra misin es realizada con compasinEl carisma de nuestra Congregacin est impregnado de este espritu compasivo que nos impulse a contemplar el misterio de Dios en el mundo, a escuchar y ver con los ojos del corazn, que es donde radica la ternura y la compasin, la misericordia y el perdn, los cuales nos lanzan a ir mas all de nosotras mismas para acoger, restaurar, acompaar, ha-cernos pequeas con los pequeos y desde nuestra propia humildad y miseria anunciar con nuestra vida la Buena Nueva de un Dios que salva, restaura, rescata y libera.

    Nuestra Historia y Carisma

    Compasin en la Sagrada Escritura La Sagrada Escritura fundamenta de manera dinmica e impulsa la vivencia de nuestra espiri-tualidad y compromiso, a la vez que nos cuestiona y reta fuertemente a dar una respuesta a la manera de Dios y desde su corazn, lo cual nos invita a vivir en una constante contemplacin de Su Misterio.

    En el libro de Job 6,14 dice que quien retira su compasin hacia el prjimo, aban-dona el temor de Yahv y por lo mismo deja de mirar el Rostro de Dios en aquellos que sufren y quien deja de ver Su Rostro, muere.

    OracinSeor, dador de vida, cambia nuestros corazones hechos de piedra por corazones de carne...

    Dnos la gracia de amar a nuestros hermanosy hermanas con tu corazn,lleno de piedad y compasin para que,como t, podamos hacer nuestroslos sufrimientos de tu gente,para que podamos abrazaloscon infinita ternura en tu compasiny asi, inspirar esperanza en los dems.

    Tu eres Padre y Madre, compasin que abrazatodo aquello que has creado, el gozo y el dolor,el sufrimiento y la calma, las tristezas y las alegrias.

    Renovemos en cada una de nosotros el carismapara que seamos como tu hijo: Una presencia real y tangible de tu compasin y piadoso amor. Amen.

    Reflexin

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

    Nuestra Misin se fundamenta en la compasin, esto mismo vena expresndose ya desde nuestra carta fundacional:

    Nuestro Seor Jesucristo, sufriendo en una multitud de enfermos y desvalidos de todas clases, espera El alivio de vuestras manos.(Const. Art. 1).Este alivio expresamos haciendo propios los sentimientos y las esperanzas del pueblo (Const. Art. 3), buscando elevar la dignidad de las personas y ser un motivo de esperanza (Const. Art. 39) con especial preferencia hacia las necesidades de los pobres (Const. Art. 41). Este llamado no tiene nicamente una dimensin individual, sino comunitaria pues se precisa encontrar en comunidad caminos de respuesta que sean una fuerza corpo-rativa y proftica (Captulo General 2002. Pg.7).

    En Jess apareci la bondad de Dios (Lc. 1, 7-8; Tito. 3, 4-7); en El se revelo el Padre de la Misericordia, de la Compasin ( 2 Co. 1,3). Desde el corazn compasivo de Jess, ternura de Dios, se derrama su amor en el corazn que sufre, del hambri-ento, del que llora, etc.; es desde el ejemplo del Verbo hecho carne desde donde el cristiano es llamado a vivir la compasin afectiva y efectiva como el Buen Samaritano (Lc. 10, 33).

  • 10

    SacramentoEl VErBo se hace SAcrAMEnto y nos llama a ser signos profticos de su amor.

    Por el misterio de la encarnacin todo se vuelve sacramento. Somos sacramento cuando hacemos transparente el actuar de Dios en la historia por medio de nuestro testimonio proftico como personas que viven intensamente su consagracin a Dios en el pueblo. El sacramento hace presente la totalidad del misterio de Cristo y une en s mismo el pasado-presente-futuro.En nuestra realidad palpamos una falta de apreciacin por lo sagrado debido a la prdida de valores, las amenazas contra la vida hu-mana, como la prctica de la pornografa, la prostitucin, la tortura, el aborto, y la destruccin del medio ambiente. Tambin el mal uso de la tecnologa, el abuso del poder, la gratificacin inmediata y el consumismo deshumanizan a la persona humana, creada en la imagen y la semejanza de Dios. A veces nuestras celebraciones litrgicas no logran comunicar toda la profundidad y riqueza del signo sacramental por la falta de la inculturacin de los ritos, la rutina, la monotona, la falta de inclusividad y la incongruencia entre la que se celebramos y lo que practicamos. Por la vida sacramental descubrimos el actuar del Espritu en la profundidad de nuestro ser, que nos permite desarrollar el discernimiento del actuar de Dios y nos abre a nuevo horizontes para responder a la realidad.

    Nuestras Constituciones sealan la centralidad de nuestra participacin en los sacramentos:Participamos en la vida sacramental de la Iglesia, penetrando as el misterio pascual y celebrando con la Iglesia Universal, la vida en Jesucristo resucitado (Art. 34).Encontramos a Cristo sacramentalmente en la comunidad que ora y que le rinde culto (Art. 35).

    Tambin constatamos la vivencia de la sacramentalidad en nuestra herencia Congregacional:As como Jess fue la imagen de Dios-hecha-carne, de la misma manera Jeanne (Chezard De Ma-tel) experiment la llamada en su vida a ser un icono del Verbo Encarnado. Ella nos recuerda que cada una de nosotras / os estamos llamadas/os a ser un vaso de Dios, una imagen visible de Dios habitando en el mundo. (Sr. Nancy Lee Smith, IHM)

    Nuestra Constitucinestablece la importanciade nuestra participacion

    en los sacramentos:

    Nuestras Constituciones e Historia

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

  • 11

    En su primer viaje misionero el Obispo Dubuis, nuestro fundador, descubri los signos de la presencia de Dios en todo lo que le rode en alto mar:

    Quin pudiera describir las ceremonias religiosas celebradas en plena mar; cmo despiertan un verdadero cortejo de nobles pensamientos y suaves consuelos, todos estos grandes espectculos llegan al alma; la inmensidad del cielodel ocano, la brisa ligeralas pequeas olastodo est lleno de dulces vocestodo celebra la eterna armona del Todopoderoso, la voz de Dios sobre las aguas, la elocuencia de Dios mismo que habla al corazn humano? (Perrichn, p. 35).

    Hablando en el funeral de nuestra co-fundadora, Madre Madeleine, el Obispo Nicols Gallagher deca de ella:

    Ella trabajaba con entusiasmo y celo por el honor de Dios y el bien de las almas, y ha sido transformada a la imagen del Verbo Encarnado por sus sufrimientos en unin con l.

    Jess es SacramentoJess, el Verbo Encarnado, es el SACRAMENTO de Dios en el mundo:

    Felipe le dijo: Seor mustranos al Padre y eso nos basta. Jess respondi: Hace tanto tiempo que estoy con ustedes y todava no me conoces, Felipe? El que me ha visto a m ha visto al Padre. ( Jn. 14, 8-10).Eres t el que debe venir, o debemos esperar a otro? En ese momento, Jess sanaba a varias personas afligidas de enfermedades Jess pues, contest a los mensajeros: Vayan a contarle a Juan lo que han visto y odo: los ciegos ven,los cojos andan, los leprosos son purificados, los sordos oyen, los muer-tos resucitan, se anuncia la Buena Nueva a los pobres y felices aquellos que no dudan de m despus de haberme visto! (Lc. 7, 20-25).

    OracinSeor, por la vida sacramental haznos sensiblesa tu presencia en toda la creacin.

    Que seamos iconos de tu Verbo Encarnado,profetas capaces de transparentar tu presenciapor medio de la vivencia de nuestra consagracinal servicio de tu pueblo.Amen. Reflexin:

    Congregacin de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnadolassietepalabras

  • 12

    EucaristaEl VErBo se hace EucArIStA y nos llama a SEr PAn dE VIdA para la otra persona.

    La Eucaristia es: La PRESENCIA de Jess, el Verbo Encarnado, que mediante su Espritu nos llama, nos transforma y nos une alrededor de su Mesa. En su Mesa todos somos iguales y estamos en solidaridad, en comunin con el Padre-Madre con el Hijo y el Espritu y en comunin unas con otras para formar un solo cuerpo, el Cuerpo del Seor, la extensin de su Encarnacin. La Eucarista es la presencia tangible de Dios que nos rene y nos transforma, para responder a la Misin de Jess que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. (Jn. 10,10).ALIMENTO que nos nutre cuando participamos en la Mesa del Seor. Somos alimentados/as con el Pan de la Vida, que nos hace crecer hasta la plenitud de Cristo. Recibimos la gracia de ser testigos de su Pascua y llegamos a ser pan de vida, pan que se parte y comparte en fraternidad y comunin. El Verbo se hace pan que se rompe y se entrega en servicio de los/as dems. Participando en la Eucarista, nosotras venimos tambin a ser pan que se rompe, hostia viva que se hace con Cristo ofrenda agradable a Dios.ACCIN DE GRACIAS por todas las bendiciones recibidas, especialmente por el don de nuestras vidas. Es un signo de la fidelidad de Dios para con nosotros/as.SIGNO DE COMUNIN Como alimento que nos nutre, la Eucarista es a la vez un signo de que somos recibidos en la co-munidad y de que recibimos a los/las dems.MEMORIAL de su obra redentora en el mundo. Como CCVIs hemos de prolongar el Misterio Eucarstico con una presencia viva y activa en el mundo, una presencia oblativa y sacrificial, incorporada a la oblacin misma de Jess en la cruz, que dio su vida por sembrar entre nosotras el Reino de Dios. Podemos celebrar juntos/as nuestra historia y los acontecimientos diarios de nuestra vida, expresando en forma simblica nuestras ms profundas experiencias en Cristo Jess.

    La Eucarista nos fortalece, nos libera para responder a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas en las realidades del mundo de hoy. Toda la humanidad, en este mundo globalizado, tiene un gran anhelo de unidad, porque se encuentra fragmentada por la pobreza, el hambre, la injusticia, la violencia, la guerra y hasta por la destruccin de nuestro planeta. A la Eucarista llevamos esta realidad y de la Eucarista prolongamos la presencia de Jess que ilumina toda nuestra condicin humana.

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  • Cuando volvemos a nuestros documentos fundacionales descubrimos el lugar central que ocupa la espiritualidad eucarstica en las races de nuestra Con-

    gregacin, como prolongacin del misterio de la Encarnacin:

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    Nuestra Historia y Misin

    La Madre Jeanne De Matel nos deca:La Palabra se hizo carne. Vivamos el sacrificio del Cuerpo y Sangre de Cristo como prolongacin de su Encarnacin: en este Sacrificio alabamos y adoramos el misterio de la Encarnacin.

    La Madre St. Pierre nos invita a participar en la Eucarista cada da para nutrirnos de la savia de la vid en la que estamos injertas. Ella dice:

    La Eucarista es el centro de nuestra fe y nuestra adoracin, renueva nuestra alianza bautismal y nuestra profesin de entrega total.

    Hoy, si realmente hacemos de la Eucarista la experiencia cumbre de nuestra vida, ten-dremos en muy alta estima el privilegio de participar diariamente en ella:

    ...penetrando as en el Misterio Pascual y celebrando con la Iglesia Universal, la vida en Jesucristo resucitado. (Const. Art. 34).Nuestras primeras hermanas encontraron en la Eucarista la fuerza para con-templar y abrazar la realidad con los ojos y la ternura de Dios. Respondieron al clamor del pueblo expresado en las palabras del Obispo Claudio Ma. Dubuis:Nuestro Seor Jesucristo sufriendo en una multitud de enfermos y desvalidos de todas clases, espera el alivio de sus manos (Const. Art. 1).

    Si releemos nuestro carisma en las realidades de hoy y experimentamos la fuerza del Espritu que movi a nuestro fundador, podremos, en fidelidad creativa, responder a su llamada siempre nueva, en forma personal, comunitaria y congregacional.El Captulo 2002 nos anima a avanzar en el proceso de Refundacin, poniendo un nfasis en nuestra dimensin contemplativa y en la revitalizacin de nuestro espritu misionero en solidaridad con la gente, inculturndonos especialmente entre los pobres y marginados.

    Sagrada EscrituraJess Eucarista es el Dios-con-nosotros/as como afirma la Sagrada Escritura:

    Tom pan y, despus de dar gracias, lo parti y dijo; Esto es mi cuerpo entregado por ustedes, hagan esto en memoria ma. (1 Co 11, 24)....Cmo le reconocieron en la fraccin del pan. (Lc. 24, 35.)Entrar en su casa y cenar con l y l conmigo.(Ap. 3, 20).

    OracinEstamos aqu, Seor, como los granos de trigo y las uvas del racimo.

    Convirtenos, transfrmanos,consgranos al servicio de tu pueblo,para vivir en el amor como miembroslas unas de las otras, como un mismo pan,como tu cuerpo mstico.Gracias, Seor, por tu entrega plena, por ser. Amen.

    Reflexin:

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    ContemplacinEl VErBo se hace contEMPLAcIon y nos llama a ver nuestro mundo con ojos nuevos.Contemplar significa mirar profundamente, entrar en armona con Dios, conmigo misma y con los dems, bajar a mi centro, a lo mas profundo de mi ser y desde ah soltarme a Dios y a la relacin con las dems personas. Ser contemplacin es recuperar la dimensin fundamental de nuestra Espiritualidad, el Verbo se hizo Contemplacin. Como Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado estamos llamadas a contemplar, a examinar las realidades del mundo y discernir las necesidades del pueblo de Dios (Const. Art. 31).

    La contemplacin es una disciplina por medio de la cual empezamos a ver a Dios en nuestro propio corazn. Es una atencin hacia Aquel que mora en el centro de nuestro ser. Es estar despiertas a ese Dios en nosotras/os, al que podemos ver en el mundo que nos rodea. Contemplar al mundo, a nuestra comunidad y a la sociedad descubrimos:

    Frente a las guerras, pobreza extrema, violacin de los DD.HH: la deshumanizacin Frente a la drogadiccin y alcoholismo: actitudes de desesperanza, miedo sin sentido Frente a los medios de comunicacin que atrofian nuestros sentidos: desorientacin, falta de valores Frente a la vida consagrada: a veces la mediocridad, el acomodo, la desesperanza

    Ante esta realidad estamos llamadas a revitalizar el ser de consagradas desde la contemplacin, a escuchar la voz de Dios He visto la humillacin de mi pueblo (Ex. 3,7), a abrirnos a descubrir la presencia salvifica de Dios, quien nos llama a responder en compasin y solidaridad.

    Este deseo de abrirnos a la contemplacin nos vuelve a la utopa que se viva en las primeras comunidades, impulsndonos al deseo de vivir el proyecto de Dios con las actitudes de Jess en donde su interioridad se funda en la presencia del Padre que ve en lo secreto (Mc 6,6). La oracin de Jess es el secreto que atrae a sus ms allegados y en el que les hace penetrar cada vez ms (Mc 9, 18). Con su ejemplo, lo mismo que con su doctrina, Jess ensea a sus discpulos, el modo de orar: oracin humilde del corazn, confiada en la bondad y el amor del Padre. La naturaleza nos invita a la contemplacin cuando miramos con reverencia la creacin. La naturaleza es un don para recibirse con gratitud y admiracin. No es para usarse y destruirse para nuestro beneficio y ganancias materiales. Solamente cuando nos detenemos delante de la naturaleza con reverencia, contemplando el misterio de la creacin y del Creador, sta puede volverse transparente y revelarnos su verdadero significado. La actitud de contemplacin est tambin en el corazn de las relaciones inter-personales, porque nos permite ver los dones en las personas, afirmarlos y celebrarlos. El ministerio y la contemplacin se enriquecen recprocamente. Dios sigue revelndose continuamente en las personas con quienes nos encontramos.

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    Como lo encontramos en la espiritualidad de Jeanne Chezard De Matel quien contempla constantemente el misterio de Dios en el Verbo Encarnado, lo que conduce a unirse a l en su Misterio Pascual:Hija ma, en esta fundacin Yo que soy el Verbo Encarnado, har extensin de mi Encarnacin. (Autobiografa)Claudio Mara Dubuis vivi la contemplacin en la accin, cimentando su actuar en la intimidad con el Verbo Encarnado. Para Claudio, encontrarse con el prjimo, era encontrarse con Dios. l tuvo una confianza absoluta en Dios y se dej guiar por la Providencia: La providencia no slo rodea... a la cuna de este joven sacerdote de Cristo, sino todava ms, dirige todos sus pasos.

    La contemplacinrequiere sencillez

    y obedienciapara escuchar

    a Dios

    Nuestra Historia y Misin

    La Contemplacin nos lleva a la accin: para ser presencia de Dios y descubrirlo en el mundo. Como Mara nos preguntamos: Cmo nacer Cristo en el mun-do? Nos sentimos llamadas a nutrir nuestra dimensin contemplativa y a revitali-zar el espritu misionero en solidaridad con la gente, especialmente las personas pobres y marginadas. Como Congregacin estamos llamadas a ser una voz de paz en medio de la violencia, un instrumento de justicia en medio de la opresin, y un corazn compasivo ante el abuso y el sufrimiento.

    Reflexin:

    Oracin: Dios amoroso, estamos delante de Ti, abiertasa tu revelacin a travs del misterio de nuestra vida diaria.

    Abre nuestros ojos para ver tu presenciadando vida a todo el mundo.

    Abre nuestros odos para escuchar tu voz en el clamor de tu pueblo que sufre.

    Abre nuestros corazones para amar la tierray toda la creacin.

    Abre nuestras manos para que sean tu toque compasivoque sana las heridas del cuerpo y del espritu.

    Reencarna tu Palabra en nosotras, para que como Jess, podamos reconocer tu presencia en todas las personas y revelarles tu amor salvador. Amn.

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    Reflexiones Personales

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