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Paisajes La lengua. Sus unidades La literatura. El género épico 1 1 EN ESTA UNIDAD TRABAJAREMOS Las relaciones de significado entre las palabras. Las frases hechas. Los símiles o comparaciones. Los prefijos y sufijos. La escritura de B/V y C/Z/QU, y la acentuación. REPASAREMOS La lengua, sus unidades y sus funciones; las categorías de palabras y la oración. La acentuación de diptongos e hiatos. La literatura: épocas y géneros. El género épico. LEEREMOS La descripción de un parque en la oscuridad, de una escritora española actual, Carmen Martín Gaite. El cuento ¡Adiós, «Cordera»!, de Leopoldo Alas, Clarín, un escritor del siglo XIX. 7

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PaisajesLa lengua. Sus unidadesLa literatura. El género épico

11

E N E S T A U N I D A D

TRABAJAREMOS

Las relaciones de significado

entre las palabras.

Las frases hechas.

Los símiles o comparaciones.

Los prefijos y sufijos.

La escritura de B/V y C/Z/QU,

y la acentuación.

REPASAREMOS

La lengua, sus unidades y sus

funciones; las categorías de

palabras y la oración.

La acentuación de diptongos e

hiatos.

La literatura: épocas y géneros.

El género épico.

LEEREMOS

La descripción de un parque en

la oscuridad, de una escritora

española actual, Carmen

Martín Gaite.

El cuento ¡Adiós, «Cordera»!,

de Leopoldo Alas, Clarín,

un escritor del siglo XIX.

7

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I Uso de la lengua Paisajes

1. Di la palabra de esta serie que no está relacio-nada con las demás por su significado: alegría, alborozo, contento, despreciable, tristeza, gozo, pesar, júbilo, pena, regocijo, congoja.

2. Une cada palabra con su imagen:

noche milagro de la primaveralibro velo negroestrella fugaz corredor incansablebolígrafo pozo de sabiduríaflor lágrima del cielo

3. Haz un dibujo de una de estas frases hechas:

Caerse con todo el equipo. Andarse por las ramas. Ahogar las penas.

4. Une cada palabra con su significado:

sinónimo inalterable y con sentido figuradoantónimo partícula antepuestafrase hecha de significado contrarioprefijo de igual significadosufijo comparación entre dos cosassímil partícula pospuesta

5. Copia ordenadamente los elementos de las tres columnas:

SENTIDO ACCIÓN SENSACIÓN

vista tocar olfativaoído oler táctilolfato oír gustativagusto ver auditivatacto gustar visual

El curso pasado trabajamos muchos aspectos de vocabulario: las

definiciones de palabras; sus agrupaciones (frases hechas y

refranes); las relaciones que, por su significado, mantienen entre sí

(sinónimos y antónimos); su formación mediante prefijos y sufijos, etc.

De igual manera, aprendimos las reglas de acentuación y de ortografía

(B/V, C/Z, C/Q, G/GU, G/J…) para aplicarlas en nuestros escritos.

En este primer tema repasaremos algunas de esas cuestiones, a

propósito de la descripción de un parque hecha por una escritora

española actual.

PARA ENTRAR EN MATERIA

8

COMENTARIO1

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Cuando salí al parque era de noche, una noche sin luna. Me apoyé en la puerta, desconcertada, y esperé a que mis ojos se fueran haciendo a la oscuridad para poder avanzar.

No se oía ningún ruido en torno. Venía un aire limpio y suave, y, a rachas, un perfume pequeño a canela, a pan con azúcar; debía de haber una mata de heliotropo allí cerca. Agucé el oído y me mantuve unos instantes en tensión; luego empecé a andar con cuidado, llevando las manos extendidas delante para no tropezar. Noté que a cada paso que daba tardaba más tiempo en llegar con los pies al sue-lo, como si fuera andando cuesta abajo o la tierra se hun-diese. Esto me producía mucha angustia, me daba una enorme sensación de inseguridad.

Poco a poco me fui acostumbrando a la tiniebla y em-pecé a distinguir sombras y contornos. El parque era es-trecho y alargado, limitado en cada extremo por una fila de árboles fantasmales tupidos y uniformes, como guar-dianes. Por el medio había macizos de flores gigantescas. A veces, el camino se interrum-pía y tenía que avanzar por entre estos maci-zos, rozando los gruesos tallos, y me parecía sentir la res piración de una persona o de un animal escondido allí junto. Las flores eran gordas y carnosas como cabezas y despe-dían un olor sofocante. Pasaba sin atrever-me a respirar.

Por la izquierda oí sonar el río. De detrás de los troncos de los árboles subía el mur-mullo apagado y hon do, como la voz la-mentosa de un prisionero. El molino debía estar ya cerca. Me dio miedo asomarme y casi no quería mirar para allí. ¡Qué terrible el molino en la noche!

Seguí andando hacia el fondo del parque y me hundía gradualmente. El suelo estaba liso, sin desnivel ninguno, y yo veía el bulto de mis pies posándose por lo llano; pero, a pesar de todo, me hundía sin remedio. De pronto, tuve una clarividencia. Por primera vez desde que llegamos al balneario se me cruzó la idea de que estábamos soñando.

Carmen MARTÍN GAITE, El balneario

Un parque

9 COMENTARIO

1

Carmen MARTÍN GAITE es una escri tora española de mitad del si-glo XX. En sus novelas suele evo-car el mundo de la infancia y la adolescencia, bien de una manera realista, bien rodeándolo de una atmósfera misteriosa y fantástica.

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¿Qué palabras buscarías en el dic-cionario para saber el significado de: era (1), apoyé (2), fuera (11), ha ciendo (3), agucé (7), mantuve (7), extendidas (8-9) y fui (14)?

LA ROSA MUDABLE

Cuando se abre en la mañana,roja como sangre está.El rocío no la tocaporque se teme quemar.Abierta en el mediodíaes dura como el coral.El sol se asoma a los vidriospara verla relumbrar.Cuando en las ramas empiezanlos pájaros a cantary se desmaya la tardeen las violetas del mar, se pone blanca, con blancode una mejilla de sal.Y cuando toca la nocheblanco cuerno de metaly las estrellas avanzanmientras los aires se van,en la raya de lo oscurose comienza a deshojar.

Federico GARCÍA LORCA

PÉTALOS(corola)

Rosa

Amapola

Jazmín

Gladiolo

Orquídea Clavel

Azucena

Lirio

Pensamiento Tulipán

Jacinto Geranio

Estigma

EstiloOvario

Antena

Filamento

Óvulos

SÉPALOS(cáliz)

{ }ESTAMBRE(androceo)

PISTILO(gineceo)

C O M P R E N S I Ó N

1 Explica si la relación que existe entre el significado de oscuridad (3), tinie-bla (14) y claridad es de semejanza o de oposición. Di palabras de signifi-cado semejante u opuesto a avanzar (3), cuidado (8) y gordas (24).

2 Recuerda qué es un símil o comparación y extrae algún ejemplo de los párrafos 3º y 4º.

3 Define la palabra pies (10) y copia del diccionario alguna frase hecha que contenga esa palabra.

4 Explica qué son prefijos y sufijos y sepáralos en las siguientes palabras:

extendidas (8-9) alargado (16) gigantescas (18-19)inseguridad (13) fantasmales (17) sofocante (25)

5 Indica qué describe la autora, en qué momento del día lo describe y los principales elementos que destaca.

6 Extrae de la descripción alguna sensación visual, auditiva, olfativa, táctil y anímica que haya recogido la autora.

7 Describe tres de estas flores, u otras que conozcas: forma, tamaño, co lor, olor, lugares donde se cultivan, etc.

COMENTARIO 101

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O R T O G R A F Í A

8 Recuerda las reglas ortográficas que afectan a la escritura de estas parejas de palabras.

daba (10), tardaba (10) mantuve (7), anduve haber (6), debía (6) izquierda (27), quería (32) empecé (8), macizos (18) llegar (10), llegué

9 Recuerda las reglas de la tilde que afectan a la escritura de estos gru-pos de palabras:

salí (1), llegar (10), ningún (4), detrás (27-28); azúcar (6), macizos (18), camino (19); árboles (17), mirábamos; debía (6), oído (7); de (1), sin (1), más (10), qué (32).

10 Pon las tildes que faltan en estos grupos de palabras:

azucar (6) azucarado azucaresarboles (17) arbol arboladocabezas (24) cabezon cabezoneriaexamen examenes examinarcaracter caracteres caracteristicofacil faciles facilita

11 Explica el significado de estas parejas de palabras:

basta / vasta baca / vaca tubo/ tuvo bienes / vienes cabo / cavo hecho / echo botar / votar rebelarse / revelar hierba / hierva

12 Dictado: Acentuación.

Se sentaba al borde de aquel barranco a la hora del crepusculo y esperaba a que las luces se encen-dieran. Su corazon latia con mas fuerza cuando las sombras de la noche invadian el caserio, cubrian las calles y hacian subir de la ciu-dad un rumor extraño. Antonio Balduino, que habia ido a la ciudad muy pocas veces, arrastrado por la tia, sentia a aquella hora toda la vida de la ciudad. Distinguia las risas, los gritos, las voces de los borrachos, las charlas de politica, el rechinar de los tranvias sobre-cargados…

Jorge AMADO

Errores tipográficos

¡Es corriente ver una mayúscula en-tremetida en la mitad de un nombre o verbo, unas letras por otras, etc. Co mo: ChocolaTería famosa.– Rial es tanquiyo de puros y sigaros.– El Bar bero de Cebilla.– La Horgullo-sa.– el Sebero Dictador, y otras im-propiedades de este tamaño.

¿Qué juicio formará un extranjero de nuestra ilustración cuando vea semejantes despilfarros escritos y consentidos públicamente?

José Joaquín FERNÁNDEZ DE LIZARDIPeriquillo Sarniento

• ¿Desde dónde y cuándo contem-pla la ciudad Antonio Balduino?

• ¿Qué percibe? ¿Qué siente?

• Un paseo por tu ciudad, de día y de noche.

• Tu ciudad contemplada desde lo alto.

En el columpio, Adelitase ríe y no sé de qué,ni qué me da o qué me quita,ni qué, qui, co, cu, ca, qué.

Gabriel CELAYA

COMENTARIO

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C R E A C I Ó N

O R A L

13 Alguna vez habréis estado solos en la oscuridad y habréis tenido miedo. Contad lo que sentíais.

14 Con los ojos cerrados, palpad un objeto (estuche, cartera, pared, pren-da de vestir) y describid lo que percibís al tacto.

15 Con ayuda de una enciclopedia, preparad una exposición sobre alguno de estos árboles. Completadla con muestras o fotografías de sus hojas, flores y frutos.

E S C R I T A

16 Describid un paseo nocturno por un jardín, una ciudad o el campo.

17 Escribid un relato que contenga estas frases:

Agucé el oído y me mantuve algunos instantes en tensión. Me parecía sentir la respiración de una persona. Me dio miedo asomarme y casi no quería mirar para allí.

18 Describid vuestras sensaciones en un momento especial: antes de un examen, en el despacho de dirección, en la playa…

• Ray Bradbury: «Diciembre de 2001: La mañana verde», en Cró -ni cas marcianas.

• Idem. «El ruido de un trueno», en Cuen tos del futuro.

• Kenneth Grahame: El viento en los sau ces, Cap. 1.

• Juana de Ibarbourou: Poemas: Abril y La higuera.

Descripción de un lugar

Describir es decir con palabras cómo es un objeto, un animal, una perso-na, un sentimiento… Para describir un lugar:• Obsérvalo atentamente a una hora

y desde un sitio determinados.• Apunta las impresiones que perci-

bas (luces, colores, sombras, soni-dos, olores, frescor…) y cómo son cada una de ellas.

• Selecciona sólo las más interesan-tes y ordénalas.

• Redacta la descripción: utiliza ad-jetivos precisos, alguna compara-ción y metáfora, y procura evitar los verbos ser, estar, haber…

Dibuja un árbol del patio del Centro y descríbelo después con palabras.

Raíces

Tronco

Ramas

Copa

Pino Peral Encina

Olivo Almendro Sauce Castaño

Palmera CiprésTejo

AcaciaSecuoya

COMENTARIO 121

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L A C O M U N I C A C I Ó N E N L A S O C I E D A D A C T U A L

19 Indica a qué preguntas responde la información contenida en estos titulares de prensa:

AL MENOS 237 PERSONAS PERDIERON LA VIDA EN ACCIDENTES DE TRÁFICO

Las muertes en carretera subieron en octubre por tercer mes consecutivo

Es el 5º peor mes después de marzo (242), julio (269) y septiembre (268).Ha sido más trágico que en 2006 pese a que el puente del Pilar ha durado

un día menos.(El Mundo)

LOS REPETIDORES SE MULTIPLICAN

El 42,3% de los chicos de 15 años ha repetido, una tendencia que crece sin cesar desde hace siete años y se sitúa en niveles

de 1987. ¿Claves?: la falta de inversión, la escolarización hasta los 16 años y la presión social

(El País)

20 Busca en periódicos de esta semana información sobre un tema que te interese. Recórtala, contrástala con la de tus compañeros y haz un resumen para exponerlo en clase.

21 Lee la misma información del ejercicio anterior en las páginas digitales de los diarios correspondientes. Observa las similitudes y diferencias en los siguientes aspectos:

La manera en que está explicada la noticia. (¿Responde a las seis preguntas? ¿En qué orden?) El tratamiento de las imágenes. Otros aspectos del diseño de la página.

22 Por grupos, preparad una exposición sobre el cambio climático: causas, consecuencias, soluciones individuales, sociales o políticas, etc. Podéis utilizar imágenes de prensa, vídeos, montajes realizados en el ordenador…

23 Con el material que hayáis obtenido, elaborad entre todos un periódico mural.

La noticia

Una noticia completa debe responder a seis preguntas, conocidas como las seis «w» porque sus voces inglesas comienzan por esa letra o la contie-nen:

1. El protagonista: ¿Quién? (Who?) 2. El suceso: ¿Qué? (What?)3. Las circunstancias:

a. El tiempo: ¿Cuándo? (When?) b. El lugar: ¿Dónde? (Where?)c. La causa: ¿Por qué? (Why?)d. El modo: ¿Cómo? (How?)

¿QUIÉN?¿QUÉ?

¿CUÁNDO?

¿DÓNDE?¿POR QUÉ?

¿CÓMO?

COMENTARIO

13 1

NOTICIA

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II Estudio de la lengua La lengua. Sus unidades

PARA ENTRAR EN MATERIA

1. Completa el Elogio de la lengua castellana de la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou, colo-cando en su lugar los versos del recuadro:

¡Lengua en que reza mi madre

una noche americanamillonaria de luceros!La más rica, la más bella,

la que acompaña mejor

¡Lengua toda de mi raza,

ardiente como una llama,viva cual un manantial!

habla de plata y cristal,la altanera, la bizarra,y en la que dije: ¡Te quiero!las quejas de la guitarra.

2. Completa las palabras que faltan:

SUSTANTIVO VERBO ADJETIVO

olor comilón cojear

desprecio enriquecer limpio

estudio

3. Relaciona las expresiones de las dos columnas y pon los signos de interrogación y exclama-ción en las de la segunda:

Mañana nos dan las vacaciones. TantoMe ha costado cincuenta euros. Qué penaSe me ha muerto el canario. OjaláCreo que aprobarás todas. Qué bienHemos reñido definitivamente. De quiénHe recibido una carta. Por qué

En esta primera unidad repasaremos los principales conocimientos que

adquirimos el curso pasado: qué es la lengua y las unidades de que se

compone; las categorías de palabras, en especial el sustantivo, el adjetivo y

el verbo; las partes de la oración y sus modalidades.

Al estudiar la sílaba recordaremos la acentuación de los diptongos e

hiatos. Los signos de interrogación y exclamación los trataremos cuando

repasemos las modalidades de oraciones.

LENGUA141

Lengua viva 2.indb 14Lengua viva 2.indb 14 20/5/08 12:43:2820/5/08 12:43:28

La lengua

La lengua es un conjunto de signos orales o escritos (pa la-bras, oraciones…) que, com-binados según ciertas normas, nos permite comunicarnos con nuestros semejantes, es decir, transmitirnos información y expresar lo que sentimos y pensamos.

Para que exista comunica-ción ha de haber alguien que transmita (emisor) una infor-mación (mensaje) a otra per-sona (receptor), mediante un con junto de signos sujetos a unas reglas (código).

La lengua es el conjunto de signos que utiliza un grupo de personas para comunicarse. Puede ser oral y escrita.

Para mantenernos informados de lo que ocurre en el mundo se han creado los medios de comunicación social: prensa, radio, televisión e internet.

Funciones de la lengua

La lengua podemos utilizarla para informar objetivamente de algún hecho (Ayer nevó en mi ciudad), para expresar nuestros sentimientos (¡Qué lástima que no pudiera jugar con la nieve!) o para influir sobre la conducta de los demás (Ven conmigo a hacer un muñeco de nieve). Cada una de esas funciones recibe un nombre diferente.

La lengua cumple tres funciones básicas:

Referencial, si informamos objetivamente de algo. Expresiva, si expresamos nuestras emociones. Persuasiva, si pedimos u ordenamos.

Además, la lengua puede utilizarse para hacer obras de arte, que transmitan ideas o emociones de una forma bella: novelas, comedias, poemas. Entonces cumple la función estética.

1 Indica quién es el emisor, el receptor, el mensaje y el código del texto Un parque (pág. 7).

2 Di qué función cumple la lengua en estas frases:

¡Qué amanecer más frío! Eran las siete cuando empezó a amanecer. Amanecía,

en el naranjel.

Abejitas de oro

buscaban la miel.

¿Te vienes a ver amanecer mañana?

3 Escribe cuatro frases que cumplan cada una una fun ción de la lengua.

Cancioncilla sevillana

Amanecía,en el naranjel.Abejitas de orobuscaban la miel.

¿Dónde estarála miel?

Está en la flor azul,Isabel.En la flordel romero aquel.

(Sillita de oropara el moro.Sillita de oropelpara su mujer.)

Amanecía,en el naranjel.

Federico GARCÍA LORCACanciones

Los chismosos, Norman Rockwell

LENGUA

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Unidades de la lengua

La lengua está formada por diversas piezas o unidades, que se com-binan entre sí para formar unidades mayores:

El fonema es la unidad más pequeña de la lengua sin significado. En castellano hay veinticuatro fonemas: cinco vocales (abiertas: /a/, /e/, /o/; cerradas: /i/, /u/) y diecinueve consonantes.

La palabra es la unidad más pequeña de la lengua, pero con significado.

La oración es una unidad de la lengua que transmite un pensa-miento con sentido completo.

El texto es la unidad total de comunicación que transmite un mensaje completo. Los hay de varias clases: narraciones, des-cripciones, diálogos…

La lengua está formada por cuatro clases de unidades: fonemas, palabras, oraciones y textos.

La sílaba

Llamamos sílaba al fonema o grupo de fonemas que emitimos en un solo golpe de voz. Las sílabas que pronunciamos con mayor fuer za se llaman tónicas; las que pronunciamos con menor fuerza, átonas.

Cuando una misma sílaba contiene dos vocales, se forma un dip-tongo. El diptongo puede estar formado por dos vocales cerradas (muy) o una abierta tónica y otra cerrada (o/fre/cien/do, eu/ros). Se forma un triptongo cuando una misma sílaba contiene tres vocales: dos cerradas y una abierta tónica en el centro (a/ve/ri/guáis, miau).

Se produce un hiato cuando coinciden dos vocales abiertas (ma/es/tra), o una abierta y una cerrada tónica (sa/bí/a). En ese caso, cada vocal pertenece a una sílaba distinta.

El diptongo está formado por dos vocales que se pronuncian en una sola sílaba. Si se pronuncian en sílabas diferentes, forman un hiato.

4 Recuerda los fonemas del castellano y las letras con que se representan.

5 Marca en esta frase los fonemas /b/, /z/, /g/, /i/ y /k/: Un niño pequeño vino a casa ofreciendo cere-zas, guisantes y garbanzos muy baratos: a cuatro euros el kilo.

6 Señala las sílabas tónicas de la oración del ejercicio anterior.

7 Separa las sílabas de estas palabras, distinguiendo los diptongos, triptongos e hiatos:

veinte salió situáistebeo abríais guautío puesto Raúlaéreo cuando amáis

8 Pon las tildes que faltan en las siguientes palabras:

dia oir paisbaul vivireis devuelvemelolimpieis actuas reunieronfui escribiais amabaispiensa piensatelo seisbien tambien habia

Acentuación de los diptongos y triptongos

• Se acentúan siguiendo las reglas generales de acentuación:

· Lección (aguda terminada en -n). · Suárez (llana acabada en conso-

nante que no es -n ni -s). · Pruébame (esdrújula).• La tilde se coloca siempre en las

vocales abiertas (a, e, o) y, si las dos son cerradas, en la última: améis, huésped, limpiáis, cuídate.

Acentuación de los hiatos

• Los formados por dos vocales abiertas se acentúan siguiendo las reglas generales:

· león (aguda terminada en -n). · Océano (esdrújula).

• Los formados por una vocal abier-ta y otra cerrada llevan tilde siem-pre sobre la cerrada: María, oído.

LENGUA161

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Categorías de palabras

Hay ocho categorías o clases de palabras: unas variables (nombre o sustantivo, verbo, adjetivo, determinante y pronombre) y otras inva-riables (adverbio, preposición y conjunción).

Con el sustantivo nombramos a los seres (caballo); con el adjeti-vo, sus cualidades (blanco) y con el verbo, las acciones que realizan (re lin cha).

El sustantivo y el adjetivo tienen dos clases de morfemas: género (mas culino / femenino) y número (singular / plural). El verbo tiene cin co: persona (1ª, 2ª y 3ª), número (singular / plural), tiempo (presen-te / pretérito / futuro), aspecto (perfecto / imperfecto) y modo (in di ca-ti vo / subjuntivo / imperativo).

Las tres categorías principales de palabras son: el sustantivo, que nombra a los seres; el verbo, que indica las acciones, y el adjetivo, que expresa cualidades.

La oración

Toda oración se compone de sujeto (la persona, animal o cosa de la que hablamos: Un pájaro de colores…) y predicado (lo que decimos del sujeto: …volaba alto por el cielo).

Hay diversas modalidades de oraciones, según la intención que ten gamos al pronunciarlas. Las principales son:

Enunciativas, si informamos de un hecho: Hace calor. Interrogativas, si preguntamos algo: ¿Hace calor? Exclamativas, si manifestamos sorpresa o emoción: ¡Qué calor hace!

Exhortativas, si pedimos o mandamos: Siéntate.

Cada modalidad de oración la entonamos de una forma diferente. En la escritura, las oraciones interrogativas y exclamativas van entre signos de interrogación y exclamación.

Las oraciones constan de sujeto y predicado. Hay diversas moda-lidades de oraciones: enunciativas, interrogativas, exclamativas y exhortativas.

9 Subraya en esta oración los sustantivos, adjetivos y verbos y analiza sus morfemas: Venía un aire limpio y suave, y, a rachas, un perfume pequeño a canela.

10 Distingue el sujeto y el predicado en estas oraciones:

Juana es muy simpática. ¡Qué simpática es Juana! Llegué pronto a casa. ¿Llegaste pronto a casa? Nos quedaremos en casa Miguel y yo. Quedaos en casa vosotros dos.

11 Clasifica las oraciones del ejercicio anterior según su modalidad.

12 Copia este diálogo poniendo los signos de interroga-ción y exclamación:

–Enhorabuena por la nota. Qué suerte. –Gracias. Sabes tú la tuya. –Todavía no. Cuándo te enteraste. –Ayer. –Ay. A mí me habrán suspendido. Sabes la de Jor ge. –Qué va. Se quedó dormido y no fue al examen.

Signos de interrogación y de exclamación

• Los signos de interrogación (¿?) se utilizan siempre que escribimos una pregunta directa. Puede ser:

· Una palabra: ¿Quién? ¿Dónde? · Un grupo de palabras: ¿Qué li-

bro? ¿Cuánto dinero? · Una oración: ¿Has visto a mi her-

mana?• Los signos de exclamación (¡ !) sir-

ven para reproducir las exclama-ciones causadas por la emoción, el dolor, la alegría, la admiración, etc. Pueden ser:

· Una interjección: ¡Oh! ¡Ay! · Una palabra: ¡Magnífico! · Un grupo de palabras: ¡Cuánto

sufrimiento! · Una oración: ¡Ha llegado Juan!

LENGUA

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PARA ENTRAR EN MATERIA

La literatura. El género épico

1. Relaciona cada cosa real con la imagen que mejor le corresponda:

Luna cinta con que se adorna el cielo.Estrellas caballo desbocado.Palmera abanico de la tarde de verano.Ciprés ojo abierto de la noche.Pensamiento mechón verde en cuello de jirafa.Arco iris lágrimas del amanecer.Rocío guiños del firmamento.

2. Completa los versos de este romance, tenien-do en cuenta el número de sílabas y la rima:

¡Por aquellos prados verdesqué galana va la [señorita, niña, joven]!Con su andar siega la hierba,con los zapatos la [trilla, chafa, marchita],con el vuelo de la faldaa ambos lados la [hacía, apartaba, tendía].El rocío de los camposle daba por la [rodilla, cintura, media].

3. Moviéndote como el caballo en el ajedrez, en contrarás el comienzo de un cuento popular.

4. Une cada personaje con la obra en que apa-rece:

Aquiles Poema de Mio CidUlises EneidaEneas OdiseaDante Las mil y una nochesEl Cid IlíadaAlí Babá El QuijoteLa lechera El Lazarillo de TormesLázaro Divina ComediaSancho Panza El conde Lucanor

En esta primera unidad repasaremos lo que aprendiste de literatura el

curso pasado: cuáles son los géneros literarios y cómo se clasifican

las obras literarias, según el movimiento o el género a que pertenezcan.

Recordaremos también las principales obras del género épico o narrativo,

tanto en verso como en prosa.

Habrá que hacer un pequeño esfuerzo de memoria para acordarse del

argumento y los protagonistas de algunas narraciones famosas y de los

fragmentos y libros que leíste en primer curso.

III Estudio de la literatura

u

ta#

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#Ha

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LITERATURA 181

Lengua viva 2.indb 18Lengua viva 2.indb 18 20/5/08 12:43:2820/5/08 12:43:28

La literatura

La literatura es un arte que utiliza como medio de expresión la palabra, no sólo para comunicar algo, sino con la finalidad de pro-ducir un placer estético. Para ello emplea ciertos recursos o figuras literarias como:

El epíteto. Es un adjetivo innecesario que, sin embargo, embelle-ce el lenguaje: verde hierba, fresco viento.

La comparación o el símil. Consiste en relacionar una cosa real con otra imaginaria, mediante un término comparativo: Tus ojos brillan como estrellas.

Metáfora. Se produce cuando identificamos una cosa real con otra imaginaria (Tus ojos son dos estrellas que iluminan mi vi-da) o cuando sustituimos aquélla por ésta (La tarde fue cayen-do poco a poco y un oscuro velo cubrió la ciudad).

Las obras de literatura pueden clasificarse de dos maneras: según la época y el movimiento a los que pertenezcan (Edad Antigua, Edad Media, Renacimiento…) y según el género literario en que estén com-puestas (épica, lírica y dramática).

La literatura es el arte que utiliza las palabras para crear obras bellas. Suele emplear ciertos recursos literarios: epítetos, compara-ciones, metáforas y repeticiones intencionadas.

1 Después de leer estos textos:

a) Resumid el contenido de cada uno de ellos.b) Distinguid los no literarios de los literarios y

explicad algunos recursos expresivos.c) Indicad los que están en prosa y el que está en

verso, y señalad en éste la medida de las síla-bas, la rima y la estrofa en que está compuesto.

I

Las aguas del mar tienen tres clases de movimien-tos: olas, mareas y corrientes. Se llaman olas las ondulaciones que el viento origina en la superficie de las aguas. Se llaman mareas las elevaciones y descensos del agua del mar, originadas por la atracción de la Luna especialmente. Las corrientes son una especie de ríos submarinos debidos al movimiento de rotación de la tierra, a la diferencia de temperatura entre dos puntos del mar y a otras causas.

II

Ilé salió de allí encaminándose a la playa. Las rocas eran allí de un color muy oscuro y la arena sua-ve como harina. Una fuerte brisa cargada de olores

intensos, extraños olores de cosas podridas, erizó su piel. El agua era siniestra y dulce allí. Lamía y chupaba, como una inmensa sanguijuela, absorbía y rechazaba, en un juego enorme y extraño, que no se entendía bien, pero que atraía, fascinaba.

Ana Mª MATUTE

III

Era un suspiro lánguido y sonorola voz del mar aquella tarde… El día,no queriendo morir, con garras de orode los acantilados se prendía.

Pero su seno el mar alzó potente,y el sol, al fin, como en soberbio lecho,hundió en las olas la dorada frente,en una brasa cárdena deshecho.

Para mi pobre cuerpo dolorido,para mi triste alma lacerada,para mi yerto corazón herido,

para mi amarga vida fatigada…¡el mar amado, el mar apetecido,el mar, el mar, y no pensar en nada!

Manuel MACHADO

Cómo se escribe un poema

Escribir es algo parecido a pasarse los días enteros en el escaparate del mun do y las palabras. Con lo que sientas y con lo que pienses, con lo que imagines y con lo que veas, ten-drás que elegir, rechazar un adjetivo y escoger otro, desechar unas imáge-nes y seleccionar otras, persiguiendo aquellos versos que más se ajusten a lo que necesitas decir. Las leyes de la poesía viven sólo en la conciencia del poeta. Su conciencia poética le sugiere lo que está bien o mal escrito; las palabras, las metáforas, las músi-cas que debe elegir.

Luis GARCÍA MONTEROLecciones de poesía para niños inquietos

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VIIIVIIVIVIVIIIIII

IIIIIIIVV

VIVIIVIIIIXX

XIXIIXIIIXIVXV

XVI

XVII

XVIII

XIX

XXXXI

EDAD ANTIGUA

ANTES DE CRISTO

DESPUÉS DE CRISTO

ALTA

BAJA

RENACIMIENTO

BARROCO

NEOCLASICISMO

ROMANTICISMO

REALISMO

LITERATURAACTUAL

EDAD MEDIA

EDAD MODERNA

EDAD CONTEM-PORÁNEA

Épocas y movimientos literarios

Las obras de literatura se clasifican de acuerdo con las épocas de la historia de la humanidad:

Edad Antigua: desde los comienzos de la escritura hasta la caída del Imperio romano (siglo V).

Edad Media: desde el siglo V hasta el descubrimiento de Amé-rica (siglo XV).

Edad Moderna: desde el siglo XVI hasta la Revolución francesa (si glo XVIII). Comprende tres movimientos: Renacimiento, Ba rro-co y Neo clasicismo.

Edad Contemporánea: desde el siglo XIX hasta nuestros días. Abar ca varios movimientos: Romanticismo, Realismo, Mo der-nismo, etc.

Los géneros literarios

Llamamos géneros literarios a los grandes grupos en que se clasifi-can las obras literarias según la finalidad que persigan.

Pertenecen a la épica o narrativa las obras que narran hechos, a la lírica las que expresan sentimientos y a la dramática las que recrean conflictos ante el espectador.

Las obras literarias pueden clasificarse según la época de su compo-si ción (Edades Antigua, Media, Moderna y Contemporánea) o el gé ne ro literario (lírica, épica y dramática).

2 Situad en el eje cronológico estas obras: Ilíada (s. VIII a.C.), Eneida (s. I a.C), Poe ma de Mio Cid (s. XIII), El Qui jote (1615), Los via jes de Gulliver (1726), Ma ria-nela (1878) y Cien años de soledad (1967).

3 Determinad el género literario de estos textos:

I

Concha enjugó una lágrima que hacía más bellos sus ojos de enferma:

–¿Vendrás mañana, Xavier?–Sí.–¿No te vas enojado conmigo?Sonriendo con ligera broma le respondí:–No me voy enojado contigo, Concha.Y nos besamos con el beso romántico de aque-

llos tiempos. […] Concha, tras los cristales del mi-rador, nos despedía agitando su mano blanca.

Ramón del VALLE-INCLÁN

II

(La dama se alza en la punta de los pies para al-

canzar los labios del Marqués de Bradomín.)EL MARQUÉS DE BRADOMÍN.–¡Mi vida!LA DAMA.–¿Vendrás mañana, Xavier?EL MARQUÉS DE BRADOMÍN.–SíLA DAMA.–¿Me lo juras?EL MARQUÉS DE BRADOMÍN.–Sí

(El Marqués se desprende blandamente de la da-ma y sale. La dama, apoyada en el ar co de la puer-ta, le despide agitando su mano blanca.)

Ramón del VALLE-INCLÁN

III

El clavel de tus labiosbrindaba miel de besos,y fue mi boca ardienteabeja de tus pétalos.

Me abrasaban tus ojos,me quemaba tu aliento.Y apagó las palabrasel rumor de los besos…

Enrique DE MESA

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El género épico en verso

Las obras épicas o narrativas pueden estar escritas en verso o en prosa. En verso se escribieron:

Las epopeyas:* cuentan el pasado fa bu-loso de los pueblos de la Edad An ti gua. Sus protagonistas son dioses y hé roes mi tológicos.* Tienen un autor co lec-tivo y se cantaban en pú blico: Ilía da* y Odi sea.*

Los poemas épicos cultos: tienen un autor individual y están destinadas a la lectura. La Eneida,* de tema he roico, fue compuesta por Virgilio, y la Di vina Comedia, de tema religioso, por Dante.

Los cantares de gesta:* relatan las hazañas de héroes de la Edad Media: Poema de Mio Cid.

Los romances: son poemas breves y con versos cortos que tratan temas variados (heroicos, amorosos, religiosos…) y que surgie-ron también en la Edad Media.

Al género épico en verso pertenecen las epopeyas, los poemas épi-cos cultos, los cantares de gesta y los romances.

4 Recordad las obras épicas que tratan estos temas:

El duelo entre Héctor y Aquiles. Las aventuras de Ulises. La fundación de Roma. Un viaje al más allá. El destierro de Rodrigo Díaz de Vivar.

5 Resumid el argumento de este romance medieval, titulado El enamorado y la muerte:

Un sueño soñaba anoche,soñito del alma míasoñaba con mis amores,que en mis brazos los tenía.Vi entrar señora tan blancamuy más que la nieve fría.–¿Por dónde has entrado, amor?¿Cómo has entrado, mi vida?Las puertas están cerradas,ventanas y celosías.–No soy el amor, amante,la Muerte que Dios te envía.–¡Ay, Muerte tan rigurosa,déjame vivir un día.–Un día no puede ser,

una hora tienes de vida.Muy de prisa se calzaba,más de prisa se vestía;ya se va para la calle,en donde su amor vivía.–¡Ábreme la puerta, blanca,ábreme la puerta, niña.–¡Cómo te podré yo abrirsi la ocasión no es venida?Mi padre no fue a palacio,mi madre no está dormida.–Si no me abres esta noche,ya no me abrirás, querida;la Muerte me está buscando,junto a ti vida sería.–Vete bajo la ventanadonde labraba y cosía,te echaré cordón de sedapara que subas arriba,y si el cordón no alcanzaremis trenzas añadiría.La fina seda se rompe;la Muerte que allí venía:–Vamos, el enamorado,que la hora ya es cumplida.

* epopeya: palabra que en griego signifi-caba «poema que canta las hazañas de un héroe».

* mitología: del gr. mythos (leyenda) y logos (relato). Historias fabulosas de dioses y héroes.

* Ilíada, Odisea: los griegos llamaban Ilión a Troya y Odiseo a Ulises.

* Eneida: por el héroe troyano Eneas, su protagonista.

* gesta: hazaña memorable de un perso-naje o un pueblo.

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6 Resume el argumento del cuento El príncipe sapo y explica si te parece popular o literario; de encanta-miento, de costumbres o de animales:

Érase una vez una hija de un rey que estaba jugan-do con una bola de oro, y al tirarla se le cayó a un pozo. Entonces empezó a llorar, y se le apareció un sapo, que le dijo:

–¿Por qué lloras, niña?Y ella contestó.–Porque se me ha caído una bola de oro al pozo.

Si me la sacas, te llevaré conmigo y comerás todos los días en mi plato.

Se la sacó el sapo del pozo, y una vez que la tuvo fuera, ella la cogió y se echó a correr. Por más que el sapo la llamaba, ella no le hacía caso. Llegó la niña a palacio, y la estaban esperando ya para comer.

Se pusieron a comer, cuando pasó una mucha-cha y dijo que en la puerta había un sapo que de-cía que tenía que pasar a comer con la niña. En-tonces el rey dijo que pasara. Y, al contar el sapo lo que había sucedido, le dijo el rey a la niña que lo que había ofrecido debía cumplirlo, y le mandó

que comiera con ella. Pero a ella le daba mucho asco, y apenas comió aquel día.

Luego, después de comer, se fue a echar, y el sapo dijo que él también tenía sueño. Entonces dijo el rey que se lo llevara con ella. Pero, como le daba asco, lo dejó en la alfombra y ella se subió corrien-do a la cama. Y el sapo no dejaba de decirle:

–Tengo sueño; tengo sueño. Súbeme contigo. Entonces ella, ya harta de oírle, se bajó de la

cama, lo cogió y le dio contra una pared. En ese momento se volvió en un caballero muy elegante y muy esbelto, que le dijo:

–Yo era un príncipe encantado, que me había encantado una hechicera, y dijo que me desencan-taría una princesa dándome un golpe.

Entonces ella se fue corriendo a decírselo a su padre. Y como el príncipe era muy guapo, pues enseguida dispusieron que se casara con la prin-cesa. Y ya se casaron, y vivieron felices, y comie-ron muchas perdices, y yo quedé con tres palmos de narices.

7 Di lo que recuerdes de don Juan Manuel y de los cuentos suyos que leíste el curso pasado.

El género épico en prosa

a) El cuento

Al género épico en prosa pertenecen dos tipos de narraciones: unas breves (cuentos) y otras extensas (novelas).

Los cuentos populares o tradicionales son muy antiguos, fueron escritos por autores desconocidos y se han transmitido de boca en boca. Así ocurre con los cuentos infantiles: de hadas (La Cenicienta), de costumbres (Caperucita Roja) y de animales (Los tres cerditos).

A la Edad Media pertenecen dos importantes colecciones de cuen-tos de corte tradicional: una árabe (Las mil y una noches) y otra espa-ñola (El conde Lucanor).

Los cuentos literarios son obra de autores individuales y se compo-nen para ser leídos. Nacen en el siglo XIX, con escritores como Edgar Allan Poe, norteamericano, que escribió cuentos de terror (El gato negro); y el ruso Antón Chejov y el español Leopoldo Alas, Clarín, que escribieron cuentos realistas y poéticos. A este último pertenece ¡Adiós, Cordera!

En el siglo XX destacan los argentinos Jorge Luis Borges, autor de cuentos filosóficos, y Julio Cortázar, que escribió cuentos fantásticos.

Al género épico en prosa pertenecen las novelas y los cuentos. Los cuentos populares son los más antiguos. A partir del siglo XIX se escriben cuentos literarios.

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Las bibliotecas

Una biblioteca es una sala o local donde se conservan numerosos li-bros, ordenados para su lectura.

En los países orientales las prime-ras bibliotecas surgieron en los tem-plos, para guardar los textos religiosos y jurídicos, necesarios para la comuni-dad. Todavía se conservan numerosas tablillas babilónicas de arcilla (4.000 a. de C.) y papiros egipcios del tiempo de los faraones. Uno de ellos hizo grabar en la puerta de la biblioteca de su pa-lacio la frase: «Tesoro de los remedios del alma». Hubo un emperador chino que llegó a juntar, 2000 años a. de C., 10.000 manuscritos en su biblioteca.

En Grecia las bibliotecas se dedica-ron a conservar la cultura, es decir, los textos filosóficos, científicos y literarios. Fue famosa la de Alejandría, que debió de contener unos 700.000 volúmenes. Julio César creó la primera biblioteca pública romana en el año 39 a. de C. Más tarde, llegó a haber en Roma unos treinta establecimientos de lectura.

En la Edad Media adquieren gran desarrollo las bibliotecas de los mo-nasterios y, más tarde, las de las ca-tedrales y universidades. Entre las numerosas creadas por los musulma-nes en España destaca la del califa al-Hakam en Córdoba (siglo X), que llegó a contar con 400.000 volúmenes.

Felipe V fundó en 1712 la Biblio-teca Nacional, la más importante de las que contamos en España. La Re-volución francesa (1789) proclamó la lectura como uno de los derechos del hombre y nacionalizó todas las bibliotecas, considerándolas un ser-vicio público y gratuito.

� 8 Recordad la época, el autor y el argumento de: El

Lazarillo de Tormes, Robinson Crusoe, Moby Dick, Drácula, La Regenta y Cien años de soledad.

9 Resumid el argumento de las novelas que leísteis el curso pasado: El Quijote, Marianela, El diablo de la botella, Los viajes de Gulliver, El Principito…

10 Visitad la biblioteca del centro para comprobar:

Cuántos volúmenes contiene, aproximadamente. Cómo están organizados. Qué géneros literarios están representados. Cómo puede localizarse un libro. Qué sistema de préstamos tiene. Etc.

b) La novela

Las novelas son relatos extensos en prosa que surgieron en el siglo XVI para sustituir a los cantares de gesta. Suelen tomar sus argumentos y personajes de la vida cotidiana.

Las primeras grandes novelas son El Lazarillo de Tormes, anónima, en el siglo XVI, y Don Quijote de la Mancha, en el siglo XVII. Al siglo XVIII pertenecen dos novelas de aventuras: Robinson Crusoe, de Daniel Defoe, y Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift.

Novela es un relato extenso escrito en prosa. La primera gran novela es Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes.

En el siglo XIX triunfan las novelas realistas, que tratan de repro-ducir hechos, personajes y ambientes contemporáneos. Así las escri-bieron Flaubert en Francia y Pérez Galdós y Clarín en España. Pero también aparecen nuevos géneros narrativos que siguen obteniendo gran éxito en la actualidad:

De aventuras: se desa-rrollan en el mar, la selva, países exóti-cos…

Fantásticos: cuentan hechos prodigiosos.

De terror: aparecen espíritus, monstruos, muertos vivientes…

Policiacos: relatan la investigación y descu-brimiento de un cri-men.

De ciencia ficción: se sitúan en un futuro imaginado.

El siglo XX cuenta con grandes novelistas, como el checo Franz Kafka (La metamorfosis), los españoles Pío Baroja (La busca) y Camilo José Cela (La colmena) y el colombiano Gabriel García Márquez (Cien años de soledad).

La novela adquirió gran importancia en el siglo XIX. Se cultivó la novela realista y se introdujeron nuevos géneros novelescos: rela-tos de aventuras, de terror, policíacos, etc.

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Leopoldo Alas, Clarín

LEOPOLDO ALAS fue un escritor del siglo XIX que firmó sus obras con el so-brenombre de Clarín. Nació en Zamora, donde su padre era gobernador,

pero a los siete años se trasladó a Oviedo y allí residió casi toda su vida. En su Universidad estudió la carrera de Derecho y ejerció luego como profesor, hasta que murió a los 49 años de edad. Dedicó su vida a la enseñanza y a la literatura, y fue una de las personas más cultas de su tiempo.

Escribió la que pasa por ser la mejor novela española después de El Quijote: La Regenta. La dureza con que critica en ella el comportamiento de algunos sacerdotes y de la alta sociedad de Oviedo le granjeó algunos enemigos y le acarreó problemas.

Escribió también numerosos artículos sobre diversos temas y cuen-tos. Abundan en éstos los personajes sencillos, humildes e inocentes, que Clarín retrata con gran ternura y simpatía. Como Pinín y Rosa en ¡Adiós, «Cordera»!, el más conocido de sus relatos. En él se percibe el amor por su tierra, su solidaridad con los débiles y su protesta contra la crueldad, la riqueza y el poder, que destruyen la vida y la felicidad.

¡Adiós, «Cordera»!IV Antología de lecturas

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¡Eran siempre los tres! Rosa, Pinín y la Cor dera.El prao Somonte era un recorte triangular de

terciopelo verde, tendido, como una colgadura, cuesta abajo por la loma. Uno de sus ángulos, el in ferior, lo despuntaba el camino de hierro de Oviedo a Gijón. Un palo del telégrafo, plantado allí, con sus jícaras blancas y sus alambres para-lelos, a derecha e izquierda, representaba para Ro sa y Pinín el ancho mundo desconocido, mis-te rioso, temible, eternamente ignorado. Pinín, después de pensarlo mucho, cuando, a fuerza de ver días y días el poste tranquilo, inofensivo, cam pechano, con ganas, sin duda, de aclimatar-se en la aldea y parecerse todo lo posible a un árbol seco, fue atreviéndose con él, llevó la con-fianza al extremo de abrazarse al leño y trepar hasta cerca de los alambres. Pero nunca llegaba a tocar la porcelana de arriba.

Rosa, menos audaz, pero más enamorada de lo desconocido, se contentaba con arrimar el oído al palo del telégrafo, y minutos, y hasta cuartos de hora, pasaba escuchando los formidables ru-mores metálicos que el viento arrancaba a las fi-

bras del pino seco en contacto con el alambre. Aquellas vibraciones eran para Rosa los papeles que pasaban, las cartas que se escribían por los hilos. Ella no tenía curiosidad por entender lo que los de allá, tan lejos, decían a los del otro extremo del mundo. ¿Qué le importaba? Su inte-rés estaba en el ruido por el ruido mismo, por su timbre y su misterio.

La Cordera, mucho más formal que sus com-pañeros, verdad es que de edad también mucho más madura, se abstenía de toda comunicación con el mundo civilizado, y miraba de lejos el palo del telégrafo, como lo que era para ella efec-tivamente: cosa muerta, inútil, que no le servía siquiera para rascarse. Era una vaca que había vivido mucho. Sentada horas y horas, pues, experta en pastos, sabía aprovechar el tiempo, meditaba más que comía, gozaba del placer de vivir en paz, bajo el cielo gris y tranquilo de su tierra.

Asistía a los juegos de los pastorcicos como una abuela. Si pudiera, se sonreiría al pensar que Rosa y Pinín tenían por misión, en el prado, cuidar de que ella, la Cordera, no se extralimi-tase, no se metiese por la vía del ferrocarril ni

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saltara a la heredad vecina. ¡Qué había de saltar! ¡Qué se había de meter!

Aquella paz sólo se había turbado en los días de prueba de la inauguración del ferrocarril. La primera vez que la Cordera vio pasar el tren, se volvió loca. Saltó la sebe [cerca] de lo más alto del Somonte, corrió por prados ajenos y el terror duró muchos días. Poco a poco se fue acostum-brando al estrépito inofensivo. Cuando llegó a convencerse de que era un peligro que pasaba, una catástrofe que amenazaba sin dar, redujo sus precauciones a ponerse en pie y a mirar de fren-te, con la cabeza erguida al formidable mons-truo; más adelante no hacía más que mirarle, sin levantarse, con antipatía y desconfianza; acabó por no mirar al tren siquiera.

2

Pero telégrafo, ferrocarril, todo eso era lo de me-nos; un accidente pasajero que se ahogaba en el mar de soledad que rodeaba el prao Somonte. Desde allí no se veía vivienda humana; allí no llegaban ruidos del mundo más que al pasar el tren. Mañanas sin fin, bajo los rayos del sol a veces, entre el zumbar de los insectos, la vaca y los niños esperaban la proximidad del medio-día para volver a casa. Y luego, tardes eternas, de dulce tristeza silenciosa, en el mismo prado, hasta venir la noche, con el lucero vespertino por testigo mudo en la altura. Rodaban las nubes allá arriba, caían las sombras de los árboles y de las peñas en la loma y en la cañada, se acostaban los pájaros, empezaban a brillar algunas estrellas en lo más oscuro del cielo azul, y Pinín y Rosa, los niños gemelos, los hijos de Antón de Chinta, callaban horas y horas, después de sus juegos, sentados cerca de la Cordera, que acompañaba el augusto silencio, de tarde en tarde, con un blan-do son de perezosa esquila.

En este silencio, en esta calma inactiva, había amores. Se amaban los dos hermanos como dos mitades de un fruto verde, unidos por la misma vida; amaban Pinín y Rosa a la Cordera, la vaca abuela, grande, amarillenta, cuyo testuz parecía una cuna. La Cordera, hasta donde es posible adivinar estas cosas, puede decirse que también quería a los gemelos encargados de apacentarla.

Era poco expresiva; pero la paciencia con que los toleraba cuando en sus juegos ella les servía de almohada, de escondite, de montura, y para

otras cosas que ideaba la fantasía de los pastores, demostraba tácitamente el afecto del animal pa-cífico y pensativo.

En tiempos difíciles, Pinín y Rosa habían he-cho por la Cordera los imposibles de solicitud y cuidado. No siempre Antón de Chinta había tenido el prado Somonte. Este regalo era cosa re-lativamente nueva. Años atrás, la Cordera tenía que salir a la gramática, esto es, a apacentarse como podía a la buena ventura de los caminos y callejas. Pinín y Rosa, en tales días de penuria, la guiaban a los mejores altozanos, a los parajes más tranquilos y menos esquilmados, y la libra-ban de las mil injurias a que están expuestas las pobres reses que tienen que buscar su alimento en los azares de un camino.

En los días de hambre, en el establo, cuando el heno escaseaba, a Rosa y Pinín debía la Cor-dera mil industrias que le hacían más suave la miseria.

Estos recuerdos, estos lazos son de los que no se olvidan.

3

Antón de Chinta comprendió que había naci-do para pobre cuando palpó la imposibilidad de cumplir aquel sueño dorado suyo de tener un corral propio con dos yuntas por lo menos. Llegó, gracias a mil ahorros y privaciones, a la primera vaca, la Cordera; y no pasó de ahí; antes de poder comprar la segunda, se vio obligado, para pagar atrasos al amo, el dueño de la casería que llevaba en renta, a llevar al mercado a aquel pedazo de sus entrañas, la Cordera, el amor de sus hijos. Chinta había muerto a los dos años de tener la Cordera en casa. El establo y la cama del matrimonio estaban pared por medio, llamando pared a un tejido de ramas de castaño y de ca-ñas de maíz. La Chinta, musa de la economía en aquel hogar miserable, había muerto mirando a la vaca por un boquete del destrozado tabique de ramaje, señalándola como salvación de la fa-milia.

«Cuidadla; es vuestro sustento», parecían de-cir los ojos de la pobre moribunda, que murió extenuada de hambre y de trabajo.

El amor de los gemelos se había concentrado en la Cordera. Todo esto lo comprendía Antón a su manera, confusamente. De la venta necesaria no había que decir palabra a los neños. Un sába-

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do de julio, al ser de día, de mal humor Antón echó a andar hacia Gijón, llevando la Cordera por delante, sin más atavío que el collar de es-quila. Pinín y Rosa dormían. Otros días había que despertarlos a azotes. El padre los dejó tran-quilos. Al levantarse se encontraron sin la Cor-dera. «Sin duda, mío pa la habrá llevado al xatu [toro].» Pinín y Rosa opinaban que la vaca iba de mala gana; creían ellos que no deseaba más hijos, pues todos acababa por perderlos pronto, sin saber cómo ni cuándo.

Al oscurecer, Antón y la Cordera entraban por la corrada [corral] mohínos, cansados y cu-biertos de polvo. El padre no dio explicaciones, pero los hijos adivinaron el peligro.

No había vendido, porque nadie había queri-do llegar al precio que a él se le había puesto en la cabeza. Era excesivo. Pedía mucho por la vaca para que nadie se atreviese a llevársela. «No se dirá, pensaba, que yo no quiero vender; son ellos, que no me pagan la Cordera en lo que vale.» Y por fin, suspirando, si no satisfecho, con cierto consuelo, volvió a emprender el camino por la carretera de Candás adelante, entre la confusión y el ruido de cerdos y novillos, bueyes y vacas, que los aldeanos de muchas parroquias del con-torno conducían con mayor o menor trabajo.

4

Desde aquel día en que adi-vinaron el peligro, Pinín y Rosa no sosegaron. A me-dia mañana se personó el mayordomo en el corral de Antón. Era otro aldeano de la misma parroquia, de malas pulgas, cruel con los caseros atrasados. Antón, que no admitía reprimen-das, se puso lívido ante las amenazas de desahucio.

El amo no esperaba más. Bueno, vendería la va ca a vil precio, por una merien-da. Había que pagar o que-darse en la calle.

El sábado inmediato acom pañó al Humedal Pi-nín a su padre. El niño mi-raba con horror a los contra-

tistas de carne, que eran los tiranos del mercado. La Cordera fue comprada en su justo precio por un rematante de Castilla. Se la hizo una señal en la piel y volvió a su establo de Puao, ya vendi-da, ajena, tañendo tristemente la esquila. Detrás caminaban Antón de Chinta, taciturno, y Pinín, con ojos como puños. Rosa, al saber la venta, se abrazó al testuz de la Cordera, que inclinaba la cabeza a las caricias como al yugo.

«¡Se iba la vieja!» –pensaba con el alma des-trozada Antón el huraño. «Era una bestia, pero sus hijos no tenían otra madre ni otra abuela.»

Aquellos días en el pasto, en la verdura del Somonte, el silencio era fúnebre. La Cordera, que ignoraba su suerte, descansaba y pacía como siempre; pero Rosa y Pinín yacían desolados, tendidos sobre la hierba, inútil en adelante. Mi-raban con rencor los trenes que pasaban y los alambres del telégrafo. Era aquel mundo desco-nocido, tan lejos de ellos por un lado y por otro, el que les llevaba su Cordera.

El viernes, al oscurecer, fue la despedida. Vi-no un encargado del rematante de Castilla por la res. Pagó; bebieron un trago Antón y el comisio-nado y se sacó a la quintana [explanada] la Cor-de ra. Antón había apurado la botella, estaba exal-tado; el peso del dinero en el bolsillo le animaba

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también. Quería aturdirse. Hablaba mucho, ala-baba las excelencias de la vaca. El otro son reía, porque las alabanzas de Antón eran impertinen-tes. ¿Que daba la res tantos y tantos xarros de leche? ¿Que era noble en el yugo, fuerte con la carga? ¿Y qué, si dentro de pocos días había de estar reducida a chuletas y otros bocados sucu-lentos? Antón no quería imaginar esto; se la figu-raba viva, trabajando, sirviendo a otro labrador, olvidada de él y de sus hijos, pero viva, feliz… Pinín y Rosa, sentados sobre el montón de cucho [estiércol], recuerdo para ellos sentimental de la Cordera y de los propios afanes, unidos por las manos, miraban al enemigo con ojos de espan-to. En el supremo instante se arrojaron sobre su amiga; besos, abrazos: hubo de todo. No podían separarse de ella. Antón, agotada de pron to la excitación del vino, cayó como en un ma rasmo; cruzó los brazos y entró en el corral oscuro. Los hijos siguieron un buen trecho por la calleja de altos setos al triste grupo del indiferente comi-sionado y la Cordera, que iba de mala gana con un desconocido y a tales horas.

Caía la noche; por la calleja oscura, que ha-cían casi negra los altos setos, formando casi bóveda, se perdió el bulto de la Cordera, que pa-recía negra de lejos. Después no quedó de ella más que el tin tan pausado de la esquila, desvanecido con la distancia, entre los chirridos melancólicos de ci-garras infinitas.

–¡Adiós, Cordera! –grita-ba Ro sa, deshecha en llanto–. ¡Adiós, Cordera de mío alma!

–¡Adiós, Cordera! –repetía Pinín, no más sereno.

–Adiós –contestó por último, a su modo, la esquila, perdién-dose su lamento triste, resigna-do, entre los demás sonidos de la noche de julio en la aldea…

5

Al día siguiente, muy tem-prano, a la hora de siempre, Pinín y Rosa fueron al prao Somonte. Aquella soledad no había sido para ellos nunca tan triste; aquel día el Somonte sin la Cordera parecía el desierto.

De repente, silbó la máquina, apareció el hu-mo, luego el tren. En un furgón cerrado, con unas estrechas ventanas altas, o respiraderos, vis lumbraron los hermanos gemelos cabezas de va cas que, pasmadas, miraban por aquellos tra-galuces.

–¡Adiós, Cordera! –gritó Rosa, adivinando allí a su amiga, a la vaca abuela.

–¡Adiós, Cordera! –vociferó Pinín con la mis-ma fe, enseñando los puños al tren, que volaba camino de Castilla.

Y, llorando, repetía el rapaz, más enterado que su hermana de las picardías del mundo:

–La llevan al matadero… Carne de vaca para comer los señores, los curas, los indianos.

–¡Adiós, Cordera!…–¡Adiós, Cordera!…Y Rosa y Pinín miraban con rencor la vía, el

telégrafo, los símbolos de aquel mundo enemigo, que les arrebataba, que les devoraba a su compa-ñera de tantas soledades, de tantas ternuras si-lenciosas, para sus apetitos, para convertirla en manjares de ricos glotones.

–¡Adiós, Cordera!…–¡Adiós, Cordera!…

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Pasaron muchos años. Pinín se hizo mozo y se lo llevó el rey. Ardía la guerra carlista. Antón de Chinta era casero de un cacique de los vencidos; no hubo influencia para declarar inútil a Pinín, que, por ser, era como un roble.

Y una tarde triste de octubre, Rosa, en el prao Somonte, sola, esperaba el paso del tren correo de Gijón, que le llevaba a sus únicos amores, su hermano. Silbó a lo lejos la máquina, apareció el tren en la trinchera, pasó como un relámpa-go. Rosa, casi metida por las ruedas, pudo ver un instante, en un coche de tercera, multitud de cabezas de pobres quintos que gritaban, gesti-culaban, saludando a los árboles, al suelo, a los campos, a toda la patria familiar, a la pequeña, que dejaban para ir a morir en las luchas fratrici-das de la patria grande, al servicio de un rey y de unas ideas que no conocían.

Pinín, con medio cuerpo fuera de una ven-tanilla, tendió los brazos a su hermana; casi se tocaron. Y Rosa pudo oír, entre el estrépito de las ruedas y la gritería de los reclutas, la voz dis-tinta de su hermano, que sollozaba, exclamando, como inspirado por un recuerdo de dolor leja-no:

–¡Adiós, Rosa!… ¡Adiós, Cordera!…

–¡Adiós, Pinín!… ¡Pinín de mío alma!…«Allá iba, como la otra, como la vaca abuela.

Se lo llevaba el mundo. Carne de vaca para los glotones, para los indianos; carne de su alma, carne de cañón para las locuras del mundo, para las ambiciones ajenas.»

Entre confusiones de dolor y de ideas, pensa-ba así la pobre hermana viendo el tren perderse a lo lejos, silbando triste, con silbido que reper-cutían los castaños, las vegas y los peñascos...

¡Qué sola se quedaba! Ahora sí, ahora sí que era un desierto el prao Somonte.

–¡Adiós, Pinín! ¡Adiós, Cordera!…Con qué odio miraba Rosa la vía manchada

de carbones apagados; con qué ira los alambres del telégrafo. ¡Oh!, bien hacía la Cordera en no acercarse. Aquello era el mundo, lo desconoci-do, que se lo llevaba todo. Y sin pensarlo, Rosa apoyó la cabeza sobre el palo clavado como un pendón en la punta del Somonte. El viento can-taba en las entrañas del pino seco su canción metálica. Ahora ya lo comprendía Rosa. Era can-ción de lágrimas, de abandono, de soledad, de muerte.

En las vibraciones rápidas, como quejidos, creía oír, muy lejana, la voz que sollozaba por la vía adelante:

–¡Adiós, Rosa! ¡Adiós, Cordera!…

LECTURAS281

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De la epopeya a la novela

En las Edades Antigua y Media a la gente le gustaba escuchar las his-torias de sus dioses y héroes; historias que se componían en verso

para que las memorizaran más fácilmente los rapsodas o juglares, que eran quienes las recitaban en público. Así nacieron las epopeyas y los cantares de gesta: Ilíada, Odisea, Poema de Mío Cid...

Al llegar la Edad Moderna, la imprenta contribuye al abaratamiento de los libros y la gente encuentra más cómodo leer las historias que esperar a que un juglar venga a recitarlas; historias que, como ya no necesitan memorizarse, se escriben en prosa. Es así como surge la novela.

Los primeros protagonistas de las novelas eran guerreros, reyes, caba-lleros de la corte, damas nobles, falsos pastores enamorados…, hasta que a Miguel de Cervantes se le ocurrió escribir la historia de un hombre corriente, ya viejo, que se cree un caballero andante y se lanza al mundo para acabar con todas las injusticias y conseguir la fama. La tituló El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Con ella nacía la novela moderna. La lectura de esta versión reducida te permitirá conocer a sus principales personajes y las aventuras que les suceden.

Don Quijote de La Mancha (1ª parte)

V Guía de lecturas

Capítulos 1-5

1. Presentación del personaje y su mundo El lugar, el tiempo y el protagonista: clase social, armas, familia,

edad… Su afición y sus consecuencias. Su transformación: las armas; su bautizo y el de su caballo; la señora

de sus pensamientos. El cumplimiento de su deseo: la primera salida.

2. Alojamiento en el «castillo» Efectos que don Quijote produce en las dos distraídas mozas. Solicitud de don Quijote al ventero: La seriedad de uno y la actitud burlona del otro. Disparidad de opiniones acerca de los dineros. La vela de las armas.

3. Ordenación de caballero Ordenación caballeresca de don Quijote: Incidentes con los arrieros en la vela de armas. La disparatada ceremonia que organiza el ventero. Aventura de Andresillo: actitud de don Quijote y de Juan Haldudo.

4. Aventura de los mercaderes Petición de don Quijote y respuesta de los comerciantes. La batalla y sus consecuencias. La vuelta de don Quijote a su pueblo.

5. La quema de los libros La biblioteca: lo que hacen con ella y la explicación que dan.

29GUÍA DE LECTURAS

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Sancho Panza: su retrato. Promesas que le hace don Quijote. Preparativos para la marcha y la segunda salida.

1 Sitúa en un mapa los lugares en donde transcurre la acción.

2 Explica cómo es don Quijote y la reacción de quienes lo tratan.

3 Decides cambiar radicalmente de vida: cuenta en quién te convertirías y qué preparativos harías para esa nueva existencia.

Capítulos 6-10

6. Aventura de los molinos Conversación de don Quijote y Sancho sobre la ínsula. Aventura de los molinos: doble visión de la realidad. El desenlace: actitudes opuestas ante el dolor y la comida.

7. Batalla con el vizcaíno Los frailes de San Benito: La interpretación que hace don Quijote de la situación. El triunfo de don Quijote y los problemas de Sancho. La batalla con el vizcaíno: La petición de don Quijote a la señora del coche. El desenlace: la petición de don Quijote al vizcaíno.

8. Conversación entre amo y escudero La ínsula. El estado de ánimo y los problemas físicos de don Quijote: El bálsamo de Fierabrás: sus propiedades mágicas. Comportamiento y opiniones de don Quijote ante la comida.

9. Encuentro con los cabreros Opiniones sobre las relaciones entre caballero y escudero. Discurso de la Edad de Oro: descripción de aquel tiempo feliz.

10. Aventura de los yangüeses Causas y consecuencias de esta desgraciada aventura. Opiniones sobre la participación del escudero en las batallas.

4 Comenta las aventuras en que interviene don Quijote: por qué actúa, qué actitud adopta Sancho y cuáles son los resultados.

5 Imagina cómo sería el mundo si volviera ahora la Edad de Oro.

6 Razona con qué «gigantes» se enfrentaría don Quijote en la actualidad.

Capítulos 11-16

11. Estancia en otra venta, que don Quijote cree castillo El retrato de Maritornes y su aventura con don Quijote: La confusión del caballero y el malentendido del arriero. Sancho Panza, blanco de todos golpes. El desenlace.

12. El bálsamo de Fierabrás La penosa situación de amo y escudero: Su interpretación de lo ocurrido El mágico remedio de don Quijote y sus consecuencias. La marcha de la venta y el manteamiento de Sancho Panza:

Los molinos

Tenía razón el Caballero: el miedo y sólo el miedo le hacía a Sancho y nos hace a los demás simples mortales ver molinos de viento en los desafo-rados gigantes que siembran mal por la tierra. Hoy no se nos aparecen ya como molinos, sino como locomoto-ras, dinamos, turbinas, buques de va-por, automóviles, telégrafos con hi-los o sin ellos, ametralladoras, pero conspiran al mismo daño. El miedo y sólo el miedo sanchopancesco nos hace caer de hinojos ante los desafo-rados gigantes de la mecánica y de la química implorando de ellos mi-sericordia.

Miguel de UNAMUNOVida de don Quijote y Sancho

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GUÍA DE LECTURAS1

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Actitud de don Quijote. Opiniones de ambos personajes sobre lo ocurrido.

13. Aventura de los rebaños El ataque de don Quijote y la defensa de sus «enemigos». Doble interpretación sobre lo ocurrido. El remedio para sus heridas y sus consecuencias. La graciosa conversación del final.

14. Aventura del cuerpo muerto El ambiente tenebroso e inquietante. El ataque de don Quijote, la explicación y el botín de Sancho. El nuevo apelativo caballeresco de don Quijote. Los inquietantes detalles que anuncian una nueva aventura.

15. Aventura de los batanes El miedo de Sancho: el cuento de nunca acabar. Los problemas intestinales de Sancho y la forma de contarlos. El desenlace de la aventura.

16. Aventura del yelmo de Mambrino Opiniones de los dos personajes sobre lo que ven. La conquista del supuesto yelmo y las burlas de Sancho. Conversación sobre el trato al vencido y los caballeros andantes.

7 Comenta cómo confunde don Quijote realidad y fantasía en estas aventuras y cómo se comporta Sancho.

8 Cuenta un cuento de miedo o de terror, como el del cuerpo muerto.

9 Pregunta a tus familiares si conocen un cuento de nunca acabar, como el que cuenta Sancho a don Quijote.

Capítulos 17-22

17. Encuentro con los galeotes Sus curiosas respuestas y su chocante vocabulario. La liberación. La petición de don Quijote y su respuesta.

18. Internamiento en Sierra Morena Pretensiones de don Quijote en la sierra. El hurto que sufre Sancho Panza. Los disparates de la penitencia de don Quijote. La Dulcinea de don Quijote y la de Sancho: repara en la última frase.

19. Carta a Dulcinea Locuras de enamorado de don Quijote. Viaje de Sancho al Toboso: encuentro con el barbero y el cura. La pérdida de la carta y la solución de Sancho. La estratagema de sus amigos para salvar al caballero.

20. La princesa Micomicona La trasformación de Dorotea en princesa Micomicona. Su petición a don Quijote y las expectativas de Sancho.

21. De camino hacia el reino de Micomicón El encuentro con el cura: noticias sobre los galeotes. El relato de la princesa Micomicona. Discrepancias de amo y criado sobre el futuro.

Leer el Quijote

Cuéntase de uno de los reyes ingle-ses del siglo XVII que preguntaba a uno de sus cortesanos si sabía cas-tellano, y al contestarle que no, le dijo: «¡Pues es lástima!». Creyendo el cortesano que había pensado en darle alguna embajada en España o cosa parecida, se aplicó a aprender castellano; y, cuando ya lo supo, se fue al rey a decírselo, y éste le dijo entonces: «Me alegro, porque así podréis leer el Quijote en su propia lengua».

Miguel de UNAMUNOLectura e interpretación del Quijote

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22. Conversación entre don Quijote y Sancho El reencuentro de Sancho

con su asno. Noticias de Sancho sobre

su visita al Toboso: Conjeturas de don

Quijote sobre las labores de Dul ci-nea.

Su reacción ante la carta y la recom-pensa a Sancho.

Conveniencia del casa-miento de don Quijote con Micomicona.

10 Resume oralmente las aventuras de estos capítulos.

11 Cuenta los disparates que has hecho o harías por un ser querido.

12 Escribe la carta de respuesta de Dulcinea a la de don Quijote.

Capítulos 23-26

23. Los cueros de vino Opiniones sobre los libros de caballerías. La batalla contra los cueros de vino: Información de Sancho sobre la actuación de don Quijote. Desenlace: cómo quedan los personajes.

24. Conversaciones en la venta El reencuentro de las parejas separadas. Comentarios de don Quijote y Sancho sobre las últimas aventuras y la

transformación de la princesa Micomicona.

25. El yelmo de Mambrino La demanda del barbero y las respuestas de los distintos personajes. El alboroto final y el desenlace.

26. El regreso a la aldea Estratagema de sus amigos para llevarse a don Quijote. La falsa profecía y el efecto que produce en él. La despedida de la venta. La llegada a la aldea. La discusión de Sancho con su mujer. Preocupación del ama y la sobrina por el estado de don Quijote.

13 Explica la confusión entre realidad y fantasía a propósito de los cueros de vino, Dorotea y el yelmo de Mambrino.

14 A propósito de la aventura de don Quijote con los cueros de vino, cuenta un sueño que hayas tenido últimamente.

15 Atrévete a dibujar los retratos de algunos personajes o a convertir un epi-sodio en una historieta gráfica.

El humor del Quijote

Felipe III divisó en cierta ocasión desde sus balcones a un estudiante que reía a carcajadas con un libro en-tre las manos. Y dijo el rey, volvién-dose hacia uno de sus vasallos:

–Aquel mozo o está fuera de sí o lee la historia de don Quijote…

Y ese humorismo, que hacía esta-llar la risa estruendosa de un estu-diante hace trescientos cuarenta y cinco años, continúa regocijando a la humanidad…

Miguel OTERO SILVAEl humorismo del Quijote

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GUÍA DE LECTURAS1

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En casa de los tíos

Cuando tenía doce o trece años, iba en el verano a pasar mis vacaciones a casa de los tíos. La propiedad no era demasiado grande, pero llegaba hasta el río. Y como entre la casa y el río había muchos y frondosos árboles, cuando me quedaba en la orilla nadie me veía desde la casa. Y aquella soledad me gustaba. Fue de las pocas veces que escuché, vi, olí, palpé y gusté la naturaleza. Los pájaros se acercaban y no se asustaban de mi presencia. Tal vez me confundieran con un arbolito o un matorral. Por lo general el viento era suave y quizá por eso los grandes árboles no discutían, sino simplemente intercambiaban comentarios, cabeceaban con buen humor. A veces me apoyaba en alguno de los más viejos y la corteza rugosa me transmitía una comprensión casi paternal. Repasar la corteza de un árbol experimentado es como acariciar la crin de un caballo que uno monta a diario. Yo no hacía nada. Simplemente observaba. No leía ni jugaba. La vida pasaba sobre mí. Y yo me sentía parte de esa vida y llegaba a la extraña conclusión de que no debía de ser aburrido ser pino o sauce o eucalipto.

U S O D E L A L E N G U A

1 Explica qué relación existe entre las palabras escuché, vi, olí, palpé y gusté (5); y entre pino, sauce y eucalipto (14).

2 Señala los prefijos en las palabras acercaban (5), intercambiaban (8) y repasar (10).

3 Indica en qué elementos del paisaje se fija el niño y qué sensaciones le producen.

4 Busca en el texto ejemplos de palabras agudas con tilde, esdrújulas, con diptongo y con hiato.

E S T U D I O D E L A L E N G U A

5 Di cuántos fonemas y letras tienen las palabras hasta (2), orilla (3), escuché (5), matorral (6) y experimentado (10).

6 Distingue los sustantivos, adjetivos y verbos en la oración A veces... paternal (8-10).

7 Señala el sujeto y predicado en estas oraciones:

La propiedad no era demasiado grande pero llegaba hasta el río (2).

Y aquella soledad me gustaba (4). Tal vez me confundieran con un arbolito o un matorral (6).

No leía ni jugaba (12).

8 Distingue, en las oraciones del ejercicio anterior, las simples de las compuestas.

9 Construye una oración de cada una de estas moda-lidades:

Enunciativa negativa. Enunciativa afirmativa. Interrogativa. Exclamativa. Exhortativa negativa.

E S T U D I O D E L A L I T E R A T U R A

10 Explica las figuras literarias que aparecen en estas expresiones:

Frondosos árboles (3), corteza rugosa (9). Los grandes árboles… intercambiaban comenta-rios, cabeceaban con buen humor (7-8).

Repasar la corteza de un árbol experimentado es como acariciar la crin de un caballo que uno monta a diario (10-11).

11 Recuerda los títulos y argumentos de:

Una epopeya. Un poema épico culto. Un cantar de gesta. Una colección de cuentos medievales. Una novela de la Edad Moderna. Una novela de la Edad Contemporánea.

12 Haz un redacción o exposición oral sobre tu visita a la biblioteca del instituto o a cualquier otra.

R E P A S O

Mar

io B

ened

etti

, Pri

mav

era

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un

a es

quin

a ro

ta

5

10

33REPASO

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REFUERZO1

R E F U E R Z O

USO DE LA LENGUA

1 Descubre en cada columna dos palabras relacionadas por su forma o significado con la subrayada:

verano árbol viento paternalverán arboleda veinte patentarveraneante árbitro ventilar padreveracidad sauce ventura pateraprimavera cauce brisa maternalvelamos abalorio prisa matinal

2 Subraya en diferente color los diptongos y los hiatos y acentúalos correctamente:

El huesped de la pension era maestro y poeta. Pasaba los dias que no iba al colegio en la sombria habita-cion. Componia poesias y tocaba el acordeon, ajeno al ruido de los transeuntes que paseaban por la calle. Los mediodias de invierno cogia su bastón, abria la puerta del zaguan y salia, sin que nadie supieramos dónde se dirigia.

3 Haz corresponder cada frase con la función que en ella realiza la lengua:

¡Qué bien lo pasamos aquel verano en tu casa de la playa! Referencial Tienes que ser educado con las personas mayores. Estética Ayer te llamé por teléfono, pero ya te habías ido. Expresiva El día se echó a andar lentamente por el valle. Persuasiva

4 Señala los fonemas que se repiten en estos grupos de palabras:

que/casa/kilo voy/ríe viene/balsa/wáter guerrero/gas gente/jirafa cereza/zurcir

5 Di a qué modalidad pertenecen las oraciones del ejercicio 3 y señala sus sujetos y predicados.

ESTUDIO DE LA LENGUA

ESTUDIO DE LA LITERATURA

6 Indica qué figuras literarias aparecen en estos fragmentos de Benito Pérez Galdós:

7 Copia ordenadamente y completa esta información:

Edad Moderna Es una epopeya griega cuyo protagonista es . Géneros literarios Es un de español que cuenta el destierro . Odisea Abarca los siglos XVI, XVII y . Poema de Mio Cid Es una del siglo XVI, cuyo protagonista es un niño. El Lazarillo de Tormes Son tres: lírica, y dramática. Don Quijote de la Mancha Es una novela del siglo escrita por .

En sus diagnósticos empleaba las más gallardas figuras. Según él, el corazón de Gloria era un caballo desbocado; su pensamiento, un pájaro que habiendo remontado mucho el vuelo se había cansado y no hallaba monte en que posar-se, y tenía que seguir volando o dejarse caer. Sus nervios eran una casa de fieras en la cual se hubieran abierto todas las jaulas.

Cara más áspera no se podía ver, comparable quizá, más que al alcornoque, a una esponja vieja y reseca, surcada de cortes y desgarraduras profundísimas. Era su frente cuarteada, como piel de cocodrilo; su pescuezo como un manojo de raíces; sus barbas crecían entre las grietas de la piel como el escaramujo en un casco que ha navegado largo tiempo sin entrar en dique.

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