ortí(1999)

11
.........- CAPÍTULO 3 LA CONFRONTACIÓN DE MODELOS Y NIVELES EPISTEMOLÓGICOS EN LA GÉNESIS E HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL Alfonso Ortí En cuanto proyecto pragmático, la ciencia social fue concebida en sus orígenes como parte y consecuencia del proyecto ilustrado de reconstitución, reforma o transformación ("racional" en todos los casos) del orden social europeo moderno, tras la revolución bur- guesa de fines del siglo xVIII/principios del XIX.De este modo, la ciencia social (en su do- ble y antitética fundación: como "sociología del orden" positivista o comtiana versus al "materialismo histórico" revolucionario marxista) surge como un proyecto integral de co- nocimiento, previsión e intervención en el proceso de rápido y turbulento cambio de las relaciones sociales fundamentales. Este proyecto integral, articulando teoría y práctica, en tomo a la idealizada "razón" en el programa de la Ilustración como principio civilizatorio de la humanidad, presupone la visión del orden social como totalidad en marcha (la per- fección organizativa de la división del trabajo industrial en la sociología comtiana, o -con- trariamente- la transformación revolucionaria del modo capitalista de producción en la utópica "sociedad comunista" final en el proyecto marxiano, etc.). Pero muy pronto el cre- ciente enfrentamiento en el seno de la establecida sociedad burguesa -socialmente radica- lizada por los desequilibrio s del desarrollo capitalista- conduce en ambos frentes ideológi- cos contradictorios a la disociación reificante entre teoría y práctica. En el campo marxista tal disociación aparece como una consecuencia de la forzada politización de la teoría del marxismo institucionalizado y degradado en colectivismo burocrático (stalinismo, etc.), en las condiciones adversas del profundo subdesarrollo de la periferia de Occidente (en la que el modelo de desarrollo capitalista liberal tiende a quebrar por sí mismo e impone una ruptura prerrevolucionaria prematura, como única vía posible de salida del subdesarrollo, etc.). Adversidad histórica -acentuada por la reacción fascista en la semiperiferia capita- lista- que a su vez degrada la teoría en doctrinarismo y consagra su primado sobre la prác- tica real de la investigación social empírica. Por el contrario, en el campo conservador del positivismo burgués (en la línea que conduce de Comte a Durkheim en el siglo XIXy fi-

Upload: api-26486615

Post on 07-Jun-2015

623 views

Category:

Documents


2 download

DESCRIPTION

Ortí, A. (1999) La confrontación de modelos y niveles epistemológicos en la génesis e historia de la investigación social. En J.M. Delgado y J. Gutierrez (eds.). Métodos y técnicas de investigación en ciencias sociales (pp. 85-95). Madrid: Síntesis.

TRANSCRIPT

Page 1: Ortí(1999)

.........-

CAPÍTULO 3

LA CONFRONTACIÓN DE MODELOSY NIVELES EPISTEMOLÓGICOS EN LA GÉNESIS

E HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL

Alfonso Ortí

En cuanto proyecto pragmático, la ciencia social fue concebida en sus orígenes comoparte y consecuencia del proyecto ilustrado de reconstitución, reforma o transformación("racional" en todos los casos) del orden social europeo moderno, tras la revolución bur-guesa de fines del siglo xVIII/principios del XIX.De este modo, la ciencia social (en su do-ble y antitética fundación: como "sociología del orden" positivista o comtiana versus al"materialismo histórico" revolucionario marxista) surge como un proyecto integral de co-nocimiento, previsión e intervención en el proceso de rápido y turbulento cambio de lasrelaciones sociales fundamentales. Este proyecto integral, articulando teoría y práctica, entomo a la idealizada "razón" en el programa de la Ilustración como principio civilizatoriode la humanidad, presupone la visión del orden social como totalidad en marcha (la per-fección organizativa de la división del trabajo industrial en la sociología comtiana, o -con-trariamente- la transformación revolucionaria del modo capitalista de producción en lautópica "sociedad comunista" final en el proyecto marxiano, etc.). Pero muy pronto el cre-ciente enfrentamiento en el seno de la establecida sociedad burguesa -socialmente radica-lizada por los desequilibrio s del desarrollo capitalista- conduce en ambos frentes ideológi-cos contradictorios a la disociación reificante entre teoría y práctica. En el campo marxistatal disociación aparece como una consecuencia de la forzada politización de la teoría delmarxismo institucionalizado y degradado en colectivismo burocrático (stalinismo, etc.), enlas condiciones adversas del profundo subdesarrollo de la periferia de Occidente (en laque el modelo de desarrollo capitalista liberal tiende a quebrar por sí mismo e impone unaruptura prerrevolucionaria prematura, como única vía posible de salida del subdesarrollo,etc.). Adversidad histórica -acentuada por la reacción fascista en la semiperiferia capita-lista- que a su vez degrada la teoría en doctrinarismo y consagra su primado sobre la prác-tica real de la investigación social empírica. Por el contrario, en el campo conservador delpositivismo burgués (en la línea que conduce de Comte a Durkheim en el siglo XIXy fi-

Page 2: Ortí(1999)

-86 Parte 1:La construcción del contexto teórico cualitativo

nalmente al funcionalismo norteamericano en el xx), la defensa del amenazado orden bur-gués-capitalista burocratiza también a la teoría hasta su degradación en un modelo de con-trol social (Parsons) para la integración de la conducta desviante en el cada vez más insti-tucionalizado orden capitalista. Y en ambos casos (positivismo funcionalista y marxismostalinista), la razón ilustrada deviene ahora instituida racionalización para la integraciónrepresiva (burocrática o mercantilizada).

En el caso, para nosotros hegemónico (en la Europa occidental) del positivismo bur-gués, estrechamente asociado al corporativismo academicista y sus reglas de reproducciónjerárquica en la Universidad, la burocratizada racionalización de la cuestión social concluyedesembocando en una (reificada) operativización metodológica que tiende a sustituir los he-chos por los datos y el análisis concreto de la situación concreta (fundamentalmente: históri-co, crítico, y totalizador) por el descontextualizado enfoque del denominado empirismo abs-tracto (véase Wright MilIs, 1961). Enfoque del empirismo abstracto que aplicando la meto-dología desconstructivista del "vacío" o del Caeteris Paribus -tal y como había sido elaboradaen las ciencias naturales, según expone Fernando Conde en el primer capítulo- desembocaen la descomposición analítica de lo social en una serie de factores particulares de naturalezaabstracta. Pretendiendo equipararse al status epistemológico (y de respetabilidad académica)de la triunfante ciencia natural, e identificando los problemas metodológicos de la (supuesta)medición de los problemas/fenómenos sociales con la medición de aquellos fenómenos na-turales a los que resulta aplicable el modelo mecanicista newtoniano, el empirismo abstractopositivista culmina así con un programa de cuantificación absoluta de la investigación social(según advierte y critica Andrés Davila en el capítulo anterior) como ideal de progreso de laciencia social. Lo que entraña la tendencia a la reducción/trivialización de todos los aspectosno directamente cuantificables en la investigación sociaL., que quedan así convertidos en elcaótico "cajón de sastre" de "lo cualitativo" (como lo todavía no cuantificable, o que aún seresiste a la cuantificación, en cuanto expresión de los aspectos no racionales de lo social, oaún no suficientemente "racionalizados"... para su integración en el orden normativo burguésdominante).

Sin embargo, paradójicamente, en el proceso real del desarrollo de la investigación social(estudios de estratificación y actitudes, estudios de opiniones y de mercado, estudios de co-municación social y publicitarios, etc.), la propia aplicación abusiva de la encuesta estadísticaprecodificada representativa por muestreo conduce, fmalmente (desde una perspectiva praxeo-lógica), al reconocimiento de sus límites. Lo que va a suponer -no sin un conflicto metodoló-gico permanente- la recuperación de la reprimida dimensión cualitativa de la investigaciónsocial. Recuperación a la que, entre otros esfuerzos y aportaciones, contribuye en España enlos años 1960 -tras la primera fase de constitución de la sociedad de consumo- la obra pione-ra y fundamental de Jesús Ibáñez -véanse sus referencias bibliográficas en esta misma obra-,y la posterior formación, entre otros núcleos, de la que podemos denominar Escuela deCualitativistas de Madrid, en su sentido más amplio -y dentro de su carácter de movimientomodesto y académicamente marginal-, cada vez más extensa e internamente diversificada.

Semejante recuperación de la dimensión cualitativa no tuvo lugar en los años 1960,además (como se podría hoy creer), a través de un proceso de renovación/importación me-todológica de los nuevos modelos y protocolos de análisis (como p. ej. los del estructura-lismo cultural o la semiótica), sino básicamente como una reacción crítica (enraizada en elespíritu "contestatario" original de la Escuela de Frankfurt) frente a las implicaciones yconsecuencias de la absolutización metodológica cuantitativista:

Page 3: Ortí(1999)

~

Capítulo 3: La confrontación de Modelos y Niveles epistemológicos 87

1. Desde un punto de vista teórico: reacción crítica frente a la denegación cuantitati-vista del universo social en cuanto universo simbólico, y frente a la creciente caren-cia de sentido de la producción masiva de datos cada vez más precisos y menos re-levantes para la comprensión de la situación y de los problemas sociales históricosy concretos.

2. Desde el punto de vista ideológico: reacción crítica frente a la conservadurizaciónde las representaciones sociales inherentes al proceso de comunicación de la en-cuesta precodificada, en cuanto canal selectivo por el que sólo circulaban con facili-dad los estereotipos convencionales y los valores ideológicos dominantes.

3. Desde el punto de vista sustantivo: reacción crítica frente al desconocimiento de laespecificidad, riqueza y profundidad del orden simbólico y de sus formaciones (ane-xactas/no cuantificables), empezando por las formaciones lingüísticas y los discursossociales.

En su aspecto positivo, esta reacción crítica tiene como consecuencia la recuperaciónde las verdaderas formas primitivas y directas de la encuesta social originaria: las entrevis-tas personales abiertas (no precodificadas) y los grupos de discusión (si bien estos últimosconstituyen, en parte, un fruto más complejo de la propia evolución de las prácticas vivifi-cadoras de la investigación social). En principio, estas primitivas/renovadoras prácticashistóricas cualitativas de investigación social entrañan una recuperación de la subjetividadreal de las relaciones sociales, devolviendo (de forma relativa) el protagonismo y la voz alos propios sujetos/objeto (entrevistados/grupos de referencia) de la investigación social.Pero a su vez, la renovación de estas prácticas de investigación supone el intento de susti-tución del artificioso (y represivo) lenguaje informático (reductivo) de la encuesta precodi-ficada (lenguaje del poder encuestador) por la riqueza viva del proceso de comunicaciónreal del intercambio simbólico entre sujetos totales, capaces no sólo de reformular las pre-guntas, sino incluso de cambiar el código del intercambio. Y de tal modo, los sujetos/obje-to de la investigación social dejan de ser considerados/metodológicamente tratados comomasa pasiva e indiferenciada de individuos/autómatas "señalizadores" para poder expresar(supuestamente) sus propios valores, deseos y creencias, etc., (véase Alfonso Ortí, 1986).Porlo que, en definitiva, la apertura del enfoque cualitativo o estructural (como lo denomi-na Jesús Ibáñez, 1986), reconociendo la complejidad de la realidad social, y la existenciaen la misma de diversos niveles (fáctico o distributivo, significativo o estructural-cualitati-vo: códigos, motivacional o simbólico intencional: deseos, valores, creencias, intenciones,etc.), tiende a recuperar el proyecto integral de conocimiento originario de la ciencia social,como articulación de teoría y práctica para la transformación social (de acuerdo con lafilo-sofíade la praxis de las Tesis sobre Feuerbach de Marx).

3.1 La complementariedad de los enfoques cualitativo-cuantitativo en el análisis dela realidad social: una complementariedad por deficiencia

Atreverse a postular la existencia misma de una dimensión cualitativa en toda investiga-ciónsocial, y aún más, la pertinencia, especificidad y (relativa) consistencia de unas prácticasconcretasde análisis cualitativo, reabre, de forma inmediata, un debate metodológico apasio-nadoe interminable. Frente a ambos extremos contrapuestos y radicales de este debate (abso-lutizaciónde cuantitativismo objetivista/versus absolutización del cualitativismo formalista),

Page 4: Ortí(1999)

...

88 Parte 1: La construcción del contexto teórico cualitativo

pensamos que enriquecidos por su evolución histórica, los términos antagónicos de la con-frontación cuantitativismo/cualitativismo están condenados a reproducirse una y otra vez.

Por una parte, porque las (evidentemente enojosas) cuestiones que "lo cualitativo" evocaen el proceso real de toda investigación social concreta nunca conseguirán ser evacuadas.Aunque el cientifismo abstracto inherente al imperialismo cuantitativista (véase el capítuloprecedente de Andrés Davila), no obstante, persiste en considerar lo cualitativo como el agu-jero negro de lo no cuantitativo, en cuanto fruto silvestre de la confusión (subjetivista) ideo-lógica y precientífica originaria de una "ciencia social" siempre en trance de alcanzar su ma-durez definitiva, hasta conseguir equipararse, fmalmente, -se postula- al (envidiado) estatutoepistemológico de las ciencias naturales. Una meta inalcanzable -<:reemos- pero que estimu-la el desarrollo de las investigaciones sociales de naturaleza cuantitativa.

Ahora bien, por otra parte, en el extremo opuesto metodológico, correspondiente de for-ma contradictoria e igualmente excluyente al absolutismo cualitativista (al que hemos carac-terizado ya -<:on Andrés Davila- como triunfalismo cualitativista en el capítulo anterior), lacrítica de las limitaciones de la perspectiva cuantitativista tiende a desembocar en una dene-gación dogmática e igualmente excluyente de la dimensión cuantitativa de los fenómenos yde la investigación. Si bien el postulado de una supuesta autosuficiencia del enfoque cualita-tivo contribuye igualmente al desarrollo de modelos teóricos cada vez más comprensivos.

Pero en todo caso, la realidad concreta de la investigación social nos informa una yotra vez de la insuficiencia abstracta de ambos enfoques tomados por separado. Pues losprocesos de la interacción social y del comportamiento personal implican tanto aspectossimbólicos como elementos medible s (número de actores intervinientes, tamaño de los gru-pos, características o tipos objetivos, etc.). Mientras que el enfoque cualitativo de esos mis-mos fenómenos (significaciones de los discursos/sentidos de su proceso motivacional, etc.)ni es suficiente -en cuanto se supera el nivel de las observaciones localizadas- para deter-minar el marco "objetivado" de su extensión o frecuencia..., ni tampoco su estatuto y proto-colo metodológico como modelo de análisis social llegarán nunca a satisfacer las exigen-cias de un modelo epistemológico autosuficiente y comparable al modelo científico-natural.Más aún, la deriva del triunfalismo o absolutismo cualitativista hacia modelos de formaliza-ción perfectamente cerrada y (supuestamente) autosuficiente, como garantía de una preten-dida cientificidad, concluye traicionando -pensamos algunos- la característica específica delenfoque cualitativo en cuanto apertura a la multidimensionalidad (inagotable) de lo socialreal. Y comparte también con el absolutismo cuantitativista un mismo estéril simulacro del ri-gor metodológico científico-natural sin conseguir producir, a su vez, más que abstracciones va-cías, sin relevancia ninguna para la praxis de la intervención social.

Así pues, la dicotomización radical de ambos enfoques, en cuanto pretenden una abso-lutización excluyente, en lugar de reconocer sus respectivas limitaciones y mutua comple-mentariedad (por deficiencia), tiende a concluir -por ambas partes- en el refugio en un me-todologismo estéril, tanto más irrelevante para la praxis de la intervención social cuanto másriguroso -en un plano abstracto- se pretende. Y en este sentido, inspirado en un modesto rea-lismo metodológico, y en la investigación social realmente existente, lejos de toda preten-sión imperialista, la adecuada comprensión de las posibilidades y límites, tanto de la pers-pectiva epistemológica y de las técnicas cuantitativas, como de la propia perspectiva epistemo-lógica y de las prácticas cualitativasde investigación social, pasa por el honesto reconocimientode su radical deficiencia en la representación y análisis de la realidad social.

Mediante la crítica de sus pretensiones de absolutización de su forma específica deconocimiento, ambas perspectivas deben ser definidas así, de modo consecuente, por sus

Page 5: Ortí(1999)

........-

Capítulo 3: La confrontación de Modelos y Niveles epistemológicos 89

límites epistemológicos, que circunscriben su nivel de adecuación, pertinencia, validez yrelevancia. Por lo que, como ya hemos advertido, su complementariedad meto dológicapuede y debe concebirse como una complementariedad por deficiencia, que se centra pre-cisamente a través de la demarcación, exploración y análisis del territorio que queda másallá de los límites, posibilidades y características del enfoque opuesto. Una modesta y au-tocrítica relativización de su propio nivel y del campo específico de conocimiento -im-puesta por la estructura misma de la realidad social- que es, de forma paradójica, la condi-ción epistemológica de su propia fecundidad creativa y relevancia.

Desde el punto de vista de esta confrontación metodológica permanente, la especifica-ción de la dimensión cualitativa de la investigación social entraña, ante todo, el reconoci-miento del papel estructurante en la interacción personal/grupal de las mediaciones simbó-licas de la vida social, en cuanto estructuras significantes con una autonomía relativa. Loque igualmente supone el paso del campo abstracto de la lógica analítica cuantitativa de laproductividad (hay/no hay-más/menos) a la lógica (integradora) cualitativa de lo simbólico.Ya que en contraposición de la lógica analítica cuantitativa de la productividad (que con-vierte y reduce a los fenómenos sociales a factores unidimensionales mensurables mediantela ficción analítica de una escala homogénea infinitesimalmente continua), la lógica cuali-tativa de lo simbólico es una lógica de la diferencia en un universo estructurado por un sis-tema de valores singulares y concretos, irreductibles a medida por su propia naturaleza rela-cional. Si la lógica del cuantitativismo estadístico en las ciencias sociales tiende a reducir losocial a series distributivas de elementos, la lógica simbólica del cualitativismo reintegra-en cambio- la unidad concreta real de lo social en cuanto estructuración diferencial de lasrelaciones entre elementos (véase Jesús Ibáñez, 1986).

En fin, para concluir este breve apartado, dedicado a la dimensión metodológica y epis-temológica de la confrontación cuantitativismo-cualitativismo hay que referirse igualmentea las condiciones reales de su articulación tecnológica en la experiencia cotidiana de la in-vestigación social en nuestro país. Desde este punto de vista, que podríamos denominarconvencional, casi al margen de toda discusión teórica sobre su legitimidad y límites, la ra-dical división metodológica entre el análisis cuantitativo y el análisis cualitativo de los pro-cesos sociales constituye una diferenciación de facto en las prácticas establecidas de inves-tigación social (sea sociológica general sobre valores o ideologías, psicosociológica o degrupos, educativa, laboral, electoral, de consumo o de salud pública, etc.). Diferenciaciónpráctica o institucional encarnada, desde hace tiempo, por una parte, en técnicas de investi-gación cuantitativa tales como el "registro de casos" o la "encuesta estadística", en contra-posición, por otra, a las prácticas cualitativas de investigación más tópicas, como los "gru-pos de discusión", las "entrevistas en profundidad" o las "historias de vida". Por su carácterfáctico, en cuanto contraposición institucional (no exenta de malentendidos y desenfoquesmetodológicos), esta simplificadora diferenciación tecnológica se comprende y articula confrecuencia en la existencia incluso de dos tipos de investigadores sociales ("cuantitativis-tas" versus "cualitativistas"). Una dicotomía profesional que a su vez supondría dos tiposde formaciones "técnicas" más o menos particularizadas o contradictorias. Pero este mismoénfasis en la contraposición tecnológica entre métodos cuantitativos y métodos cualitativosde análisis de la realidad social tiende, en definitiva, (ignorando la complejidad de un plan-teamiento metodológico integral), a reducir la cuestión a una acrítica división instrumentaldel trabajo entre técnicas cuantitativas y prácticas cualitativas como enfoques o tratamien-tos alternativos para el estudio de cualquier proceso o problema social.

Page 6: Ortí(1999)

-90 Parte 1:La construcción del contexto teórico cualitativo

Cuando un planteamiento metodológico integral del proceso de investigación socioló-gica de la conducta y de la interacción supone una pluralidad de contextos concretos, a losque corresponden, por su distinta naturaleza epistemológica, una pluralidad de métodos ytécnicas de observación, análisis e interpretación. Y en este sentido, la formación de un in-vestigador social debe ser, ante todo, la de un metodólogo que sepa y decida qué enfoque ytécnica debe ser críticamente aplicada para cada aspecto y dimensión específica de los pro-cesos sociales. De modo concreto, al enfoque etic o "extemalista" -y por tanto susceptiblede cuantificación- responden (en nuestro modelo de organización de la complementarie-dad) la técnica del "registro de casos" (para comportamientos/acontecimientos singulares),así como la técnica "encuesta estadística representativa por muestreo precodificada" (paralos valores y normas cristalizados y dominantes: estereotipos, etc., su asociación con com-portamientos y su localización "topológica", etc. sobre el mapa social; jóvenes/viejos degrandes ciudades o de pequeñas aldeas, etc.). Mientas que al enfoque emic o "intemalista"(orientado a la comprensión e interpretación cualitativa de la significación de los discursosy de la dimensión simbólica de la conducta), responden las prácticas "grupos de discusiónsocializados" (para la definición de las claves de codificación de los paradigmas del con-senso ideológico), de "análisis de los mensajes de los medios de comunicación", de los"grupos de discusión personalizados o triangulares" (para intentar la descodificación ideo-lógica de los discursos) y "entrevistas abiertas o en profundidad" (para el estudio dramato-lógico de las estructuras simbólicas de la personalización). En fin, las prácticas metodológi-cas integrales como "observación participante" e "historias de vida" representarían a su vezel lugar de encuentro entre los enfoques etic (cuantificable) y emic (cualitativo) como con-textos para el análisis concreto de la situación concreta. Pero ante el carácter parcial (y portanto, deficiente y metodológicamente complementario) de todas y cada una de las técnicasy prácticas, la síntesis dialéctica totalizadora final de una investigación social correspondesiempre al sujeto investigador que, como Jesús Ibáñez advierte, es un "sujeto en proceso"abierto a la multidimensionalidad de lo real (Ibáñez, 1986).

3.2. Las técnicas de investigación cualitativa como prácticas estratégicasde investigación social concreta

En los modelos alta (pero abstractamente formalizados) de la metodología de las técni-cas cuantitativa, el protocolo básico ex-ante de la investigación (tal y como lo ha defmido,en comunicación personal, Angel de Lucas) implica un programa analítico de operacionessucesivas y encadenadas sistemáticamente, que se encuentran desde un principio absoluta ydefinitivamente predeterminadas. Tal proceso empírico es un proceso empírico con formatotecnológico y rigorosamente analítico, pero abstracto. Por el contrario, el proceso empíricode producción de las prácticas cualitativas (pues nada más directamente empírico que unencuentro personal real) constituye un proceso concreto, socialmente condicionado, multi-dimensional, abierto y contingente (y en este sentido, nunca controlable de forma absoluta).Por lo que la totalización ex post del sentido real del proceso (y la valoración ad hoc de susincidencias y elementos concretos) debe ser igualmente asumida y definida por la subjetivi-dad en situación del propio sujeto (personal o colectivo) investigador. De aquí que si por suestructura metodológica, los estudios cuantitativos (básicamente; la encuesta estadísticaprecodificada representativa por muestreo) pueden y deben ser caracterizados y denomina-

Page 7: Ortí(1999)

...........-

w

Capítulo 3: La confrontación de Modelos y Niveles epistemológicos 91

dos como "técnicas" de investigación social (lo que implica tanto su eficacia operativa, co-mo sus limitaciones epistemológicas) la estructura metodológica específica de los estudioscualitativos no rebasa el nivel técnico de simples "prácticas" de investigación social (tanabiertas y desarmadas en su reglamentación técnica-operativa, como potencialmente enri-quecedoras por su implicación directa en la realidad social).

Por una parte, las prácticas cualitativas lo son porque constituyen una forma más omenos simulada y controlada, o ensayo tentativo de reproducir, o al menos evocar, las for-mas del intercambio simbólico de la praxis social real. Responden así a la lógica del senti-do concreto, característica de la lógica situacional de la práctica social misma.

Pero fundamentalmente, por otra parte, las prácticas cualitativas de la investigaciónsocial son prácticas en cuanto responden a "estrategias explícitamente orientadas por refe-rencias a fines explícitos marcados por un proyecto libre" (como describe Bourdieu lasprácticas sociales a partir de las concepciones de la filosofía de la acción en Jean PaulSartre). Pues frente a las técnicas cuantitativas, definidas por su operativización en funciónde la medida distributiva de los fenómenos sociales, las prácticas cualitativas entrañan unproyecto estratégico libre de comprensión totalizadora de los procesos sociales para la in-tervención institucional/reafirmadora, modificativa o transformadora de los mismos, comocriterio y eje central pragmático de la propia investigación, al que deben subordinarse tác-ticamente todos sus momentos e intervenciones.

y en este sentido, la perspectiva cualitativa (a través de la descodificación simbólica,pero sin absolutizarla ni reducirse a la misma) tiende a coincidir, en última instancia, conla propia perspectiva dialéctica. Convergencia, en definitiva, de la perspectiva cualitativacon la dialéctica que entraña tanto una actitud crítica de lo instituido en cuanto cristaliza-do/reificado (previa e inspiradora de la labor de descodificación ideológica), como una in-tencionalidad instituyen te (al menos en el plano de lo simbólico) transformadora de lo real(concebido así en términos históricos de cambio y conflicto entre fuerzas o tendencias).

3.3. El criterio de la adecuación metodológica en los modelos y nivelesepistemológicos empleados en el análisis de la realidad social

Frente a las pretensiones imperialistas de cualquier modelo metodológico general uni-dimensional, igualmente válido para todos los niveles y fases de un proceso de investiga-ción social concreta, la complejidad multidimensional de la realidad social determina, porel contrario, la configuración de modelos de análisis (en principio) parciales y diferencia-dos en correspondencia con los distintos niveles estructurales específicos de la propia rea-lidad social. Pluralismo cognitivo de lo social que entraña consecuentemente un pluralis-mo metodológico y tecnológico (Beltrán, 1985).

Esta concepción pluralista plantea, además, la cuestión de la demarcación teórica y dela pertinencia metodológica de cualquier modelo concreto de análisis social como unacuestión, ante todo, de especificación del nivel estructural de la realidad social al que co-rresponde. Una especificación del nivel de la realidad a analizar metodológicamente perti-nente, que el psiquiatra Carlos Castilla del Pino -de forma para nosotros ilustrativa- con-sidera como el enfoque básico y constituyente, por ejemplo, para el caso de la psiquiatría(y por extensión de la propia psicología). "Pues la psiquiatría no habrá de ser más cien-cia..., porque sea neurológica, en última instancia, fisicalista, sino porque sitúe exactamen-

Page 8: Ortí(1999)

..........

92 Parte 1: La construcción del contexto teórico cualitativo

te -observa Castilla- el nivel de realidad en que tiene lugar lo psico(pato )lógico, porqueplantee correctamente su relación con el nivel biológico por abajo, y el nivel sociológicopor arriba, y porque en momento alguno renuncie a la peculiaridad de lo psicológico" (enJorge L. Tizón, 1978: p. VIII). Planteamiento metodológico que una vez más alude a labásica contraposición -que atraviesa todas las ciencias sociales, o si se quiere, las cienciashumanas- entre la supuesta objetividad fáctica (fisicalismo neurológico) de la que pode-mos caracterizar como "infraestructura" de la personalidad y de la acción humana, frentea la manifiesta significación subjetiva (en cuanto peculiaridad específica y sustantiva de"lo psicológico") de la conducta personal en situación (que de forma analógica podríamosconsiderar como su "superestructura", en cuanto entraña la cuestión de su sentido). Plan-teamiento metodológico elemental, pero básico, que por su parte formula precisamente, entérminos claros y sencillos, el psiquiatra Jorge L. Tizón -en la misma obra prologada porCastilla del Pino- al afirmar que "el análisis de la conducta... ha de comprender: 1) el aná-lisis de los componentes 'físicos', 'energéticos' de la conducta (más fácilmente verifica-bles, cuantificables, mensurables, etc.); 2) el análisis de los componentes informacionalesdel sentido, el significado de dicha conducta" (J. L. Tizón, 1978: 31). Y en fin, plantea-miento metodológico elemental y clásico que podemos generalizar -en cuanto dualidadestructural y epistemológica básica- al conjunto de los procesos sociales para delimitarlos ámbitos, dimensiones, objetos y estructuras cognitivas específicas del enfoque cualita-tivo frente al enfoque cuantitativo en el análisis de la realidad social.

Pues la diferenciación tecnológica o instrumental en los procesos de investigación so-cial concreta entre el enfoque cualitativo versus al cuantitativo no es más que la conse-cuencia de una previa y más fundamental diferenciación metodológica, determinada por laexistencia y exigencias específicas de dimensiones y problemas epistemológicos de natu-raleza heterogénea. Una heterogeneidad epistemológica radical que, en principio, se en-cuentra conformada por la contraposición entre la dimensión simbólica de los procesos so-ciales (como ámbito o universo de la significatividad y el sentido fundantes de lo cualitati-vo), frente a una dimensiónfáctica (como campo de los objetos mensurables propio de locuantitativo). Y que, por ello mismo, exige e impone necesariamente (también en princi-pio) la existencia y desarrollo metodológico en peimanente proceso autocrítico de mode-los de representación y análisis de la realidad social conformados por criterios epistemoló-gicos de pertinencia, validación e inferencia radicalmente diferentes.

En suma, puede decirse que hacemos investigaciones sociales para lograr un saberpragmático, que debe atender a todos los niveles de la realidad social, los cuales tienendistinta naturaleza epistemológica. En este sentido, podemos distinguir -según la figuraadjunta- tres niveles al menos en la realidad social:

1. Nivelo campo de los hechos, conformado por las relaciones de indicación o desig-nación de la proposición (Deleuze, 1989), en cuanto puesta en evidencia de cuantoacontece o se hace. Los hechos (así configurados) como estados individuados apa-recen como evidentes en el nivel de lo manifiesto o consciente. En fin, de este mo-do, los hechos tienden a ser concebidos como procesos fácticos, constituidos porcargas de energía, y por tanto, como una res extensa cuantificable (correspondienteal nivel teórico de lo instituido según la filosofía presentada por Andrés Davila).

2. Frente al simple campo de los hechos, la significación de la proposición (Deleuze,1989) entra la existencia del universo de los discursos, donde las significaciones nose establecen por extensión, sino referidas a sí mismas en el cuadro de un sistema de

Page 9: Ortí(1999)

,"I'J

I0;;. [A] [B] [C] [D] [E]¡::'"'

NIVELES Y PROCESOS NIVELES DE LA ELEMENTOS O TIPOS O MODELOS ENFOQUESpov;¡

CONSTITUYENTES CONCIENCIA PERSONAL UNIDADES BÁSICAS TEÓRICOS Y MODELOS......

Z DE LA DE LOS PROCESOS EPISTEMOLÓGICOS METODOLÓGICOS:t REALIDAD SOCIAL (Según P tópica de Freud) DEL ANÁLISIS SOCIAL DE INFERENCIA PERTINENTES(t>(Deno..

R, "HECHOS"(t>¡;; - "LO MANIFIESTO" EXPLICACIÓN MODELO'"'

r CP" do1" ti"ti"

O REGISTRODE DATOS(t>

Y ANÁLISIS CAUSAL ESTADÍSTICO <Jpo

§ 5: lo queacontece "CONSCIENTE" {5e::po y sehace

DE SERIES, (post hoc ergo (Tratamiento de datos::;.,

_. o.. CORRESPONDENCIAS¡;:

enproptes hoc, para la reconstrucción

O--.enen o y FACTORES

f..Nen n PROCESOS atribución de causas) de procesos fácticos)o _. c--n

FÁCTICOS['<

¡::,'"'

o.. <::>,-.. (t>tJ......

R2 "DISCURSOS"e;;. po<::>

(t>-. COMPREHENSIÓNMODELO ;:

:::. ::: - - LINGüíSTICO¡:;

o

tniverso de los discursos:

'"'9: CORPUSDE TEXTOS SIGNIFICATIVA (5;

L loqoo'" di"'. '"

;:o.. n y ANÁLISIS DE (Sistematizaciónpo,_. (Competencia cultural:n o' expresa o significa de significacionesp. ::: SISTEMAS DE evocación de vivencias8"0 SIGNIFICACIONES culturales y.. (t>

FORMACIONES Yarticulación de>;;) comprehensión "crítica". o CULTURALES E significados)

O-

OS; de su orientaciónideológica)'"'

IDEOLÓGICAS'<

:4- <:0'<

(t> :;.:::

R3"MOTIVACIONES"

'"

O' MODELOS '"'.g

- -HEURÍSTICOS(t>

{ReinO do 1" motiv.;",,,,

CONFIGURACIÓN DE INTERPRETACIÓNen

El "porqué"delainterac-

.

3 SÍNTOMASY HERMENÉUTICA'"

(t> ciónsocial:susentido,{Modelos

;;¡... DESCIFRAMIENTO Intereses R. I

<::>

o

t"ciO.id'" o fimolid"'.

(DefiniciónproyectivaaClOnaes (3:o..

o DE LAS<>o

o: consciente y no conscIente de sentidos

Pulsiones {MOdelos

¡:;.

SIMBOLIZACIONES<::>

(JC¡profundos.. .) Deseos Psicoanalíticos

'"'ñ. PROYECTOSo

PROYECTIVOSeno..

I I Ig. I 11 \OVJ

Page 10: Ortí(1999)

S ::!1(1)(JQ::1 ¡::

....~ ~~. VJ(1) .0..10~ .o.. m'2';-O ....

"O Oo.. ()

~'(1) (1):? ::: iJ~. ()() ~. o..~ (1) (1)en ::1 ~.

g D. ~~~(1)

::;" o.. :=..;:;'(1)(JQ:t -~~ ~ ~.en en O,~""::Io.. (1),~. () enen ::1 O() ~. ()¡:: () ~.~. B; 2-O O,::I()(JQ(1) ¡:: ~.

en § 8~g.~~ ~.5J"-8 ¡;¡ ()O en O(p~::I::1 (1) o..

::1 ¡::() ()

~. ~ ;en en ()""""0

B; ~ S~ (1) Ocr"en~.; "O(1) o.. ....:4 ~, O~ en ()en ¡;:. (1). () en. ~ O

'--/ 8' ~:~ (1)en(JQ. ..... ~'--/ ..

'< ()0..0(1) S

"O5J"(P"en ,

INFORME FINAL

¡

MODELO ESTRUCTURAL

REPRESENTATIVO DE LOS

PROCESOS SOCIALES EN UN

CICLO Y DE LOS RITMOS

¡

y CONCLUSIONES

¡

ESTRATEGIAS PARA LA

INCONVENCIÓN SOCIOLÓGICA

A') PERSPECTIVA RE-INTERPRETA TIV AFINAL: NUEVA SERIE OPCIONAL

(ORIENTADO ESPECÍFICAMENTE)

DE GRUPOS DE DISCUSIÓN

Y ENTREVISTAS ABIERTAS..

~ ~

~

DETERMINACIÓN DE DATOS

(PRECISIONES E INTERRELACIONES

MÉTRICAS)

CD ~NTIFICACIÓN: TABULACIONE~

.......

CATEGORÍAS

ESTRUCTURALES

(VARIABLESINDEPENDIENTES

EX-ANTE)

DETERMINACIÓN

DE FRECUENCIAS DE

LAS VARIABLES

DEPENDIENTES

. TOPOLOGIZAC¡ÓN:(LOCALIZACIÓN EN EL CAMPO SOCIAL

PRE-ESTRUCTURADO DE LAS FRECUENCIAS

DE LAS VARIABLES EX-ANTE, CONFIGURADASMEDIANTE SIGNIFICANTES E INDICADORES

PRECODIFICADOS... )

ANÁLISIS

MEDIANTE

MODELOS

ESTADÍSTICOS

(DE LASESTRUCTURAS

MANIFIESTAS

y LATENTES

DE LAS FRECUENCIAS

E IN TER RELACIONES

DE LOS DATOS)

""""uO

,§ i5o::>""f-f-'"",","'z""'00<-f-u","""''''::>'";::;:°p..

o

°"'o<

",,¡;;u"'¡::::>

,;:2;::;:

00<""°f-p.."'"""'>""-f-f-"'''''",f-::>zu"'z'""'"'o<

p.."'o<

"""">ueñGz,O""

~~~"'O""""f-f->"'¡::¡::~~i;J¡:::>B;uu0<::>>-UJO<~¡;;"'"'

A) PERSPECTIVA CUALITATIVA:

INTENSIVA y ESTRUCTURAL-SEMÁNTICA

--SERIE INICIAL DE GRUPOS DE

c=DISCUSIÓN/ENTREVISTAS

ABIERTAS

CONTEXTO ABIERTO (Y CA TEGO-

RIZACION EX-POST...)

(PRIMACIA DE LA OSUBJETIVIDAD

TOTALIZADORA DEL

SUJETO INVESTIGADOR)

CAPTURA DE DISCURSOS

E INTERPRETACIÓN Y ANÁLISIS

HERMENÉUTICO DE LOS PROCESOS

DE SIGNIFICACIÓN MULTIDIMENSIONAL

(LIBRE DEFINICIÓN POR LOS SUJETOS

DESU SENTIDO...). PRE-INFORME: CONFIGURACIÓN

DE MODELOS. ESTRUCTURA (LATENTE)

DE IMÁGENES. REPRESENTACIONES,

ACTITUDES. MOTIVACIONES YCOMPORTAMIENTOS PREVISIBLES..

DEFINICIÓN DE UN SISTEMA DE

CAMPOS SEMÁNTICOS..

..

\O~

~:;:,"~:-:-t-<:;:,

"();:,'"

:::¡¡;:""c:;;;:,

:;:",

~"();:,

~a....

'"

(),

"¡::;.()"¡;:

~

§:::;.()

4

> 1miIIón ... ... < 100Hab.

A) EDAD @

B) SEXO H M - -

@

C) EDAD >65AÑOS ... ... < 15AÑOS

@

D) CLASE ALTA ... ... BAJA

OTRAS @

GD DISEÑO DEL CUESTIONARIO

PRECODIFICADO:

CODIFICACIÓN: ELABORACIÓN

DE UN SISTEMA

lIlA) FORMALIZACIÓN: DE SIGNIFICA-

SISTEMA DE DOS O

SIGNIFICANTES PARADIGMAS

(ITEMS VERBALES) (ESTEREOTIPOSFORMALIZA-

IIIB) ESCALAZIÓN: DOS PARA SU

SISTEMA DE CONTRASTA-

INDICADORES CIÓN" VERIFI-

(VARIABLESCACIÓN"! FAL-

INTENSIVAS PARA SACIÓN) POR

MEDIA DE HECHOS Y SUJE-

FRECUENCIAS TOS ENTREVIS-

TADOS)

Page 11: Ortí(1999)

...

Capítulo 3: La confrontación de Modelos y Niveles epistemológicos 95

signos. Se trata de proposiciones comunicativas coherentes por su articulación signifi-cativa, porque están defInidas por una cierta relación codifIcada entre signifIcante ysignifIcado. En principio, los discursos estarían articulados por "lo que se dice", en elcontexto de formaciones culturales e ideológicas concretas. Pero la institucionaliza-ción de las cosas (segundo nivel en la Figura 2.2 de Davila) no les confIere la mismasignificación concreta en una cultura u otra (pues cada cultura impone un sistema decódigos). Junto a los culturemas (unidad signifIcativa de una cultura), los discursos su-ponen, en fm, también orientaciones de valor, o sea, proposiciones ideológicas (ideo-logemas). Nivel en el que confluyen el enfoque cuantitativo (para los culturemas pre-codifIcados) con el enfoque cualitativo (para su signifIcación ideológica y proceso deproducción simbólica).

3. En un tercer nivel nos encontramos con el reino de las motivaciones. Serían las fuerzasmotoras, pulsiones, deseos, que responden al porqué de la interacción social; es decirla intencionalidad y sentido, consciente o no, que confIguran los procesos proyectivos.Procesos, en fm, correspondientes al nivel estratégico de lo instituyente consciente yno consciente (véase el capítulo de Davila en esta misma obra), y sólo interpretablecon sentido a partir de enfoques cualitativos hermenéuticos.

La distinción de estos tres niveles de la realidad social cumple ante todo con una fun-ción metodológica, pues se trata de comprender que en el análisis de la realidad social nosencontramos con tres tipos de estructuras y tres tipos de lógicas diferentes y con reglas pro-pias:fácticas, significativas y motivacionales. La cuestión de cómo se articulan estos tresniveles en la interacción social es todavía muchísimo más compleja, y merecería un trata-miento con mayor extensión. El lector podrá encontrarlo, parcialmente, en el siguiente ca-pítulo de Fernando Conde, quien lo ilustra con el ejemplo del paso del grupo de discusión ala encuesta estadística, en cuanto técnicas/prácticas históricamente emblemáticas de las dosperspectivas. El cuadro (Figura 3.2) nos sirve como punto de partida para visualizar los pro-blemas que plantea este ejemplo de transformación de la cualidad en cantidad.