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ADMINISTRACIÓN: MERCEDES 11.2 Redacción: Saranrii <ss Ageoie en Buenos Aires: E m i l i a n o Estrada CALLE CANGALLO N.« 411 GUSCKICLOS Bestia^n*!© el COMITÉ <GUE P U B L I C A "CUBA MB1E", EL PRODUCT© ILE LA suscricion, al SOSTENIMIENTO FIE LA ILE- ROLUCIÓN, 110 ESTABLECE CUOTA FIJA PARA los SHSCRITORES, SIENDO ELICI Á VOLUNTAD, DENTRO DEL LIMITE DE TREINTA CENTÉSI- mos como MÍNIMUM, Y DIEZ PESOS COMO MÁXIMUM. CUBA. LIBRE APARECERÁ TODOS !<S DOMINGOS BHÍL BE AREPU3I PRESIDENTE SALVADOR CI SUEROS HENTANCOUR : . VICE ...... BARTOLOMÉ..MASSÓ SECRETARIO DE GUERRA CÁRLOS BOLOFF : DE HACIENDA . SEVERO PINA DEL INTERIOR SANTIAGO GARCÍA CALILLARES DE R. EXTERIORES RAFAEL PORLUONDO SUB-SECRETARLO DE GUERRA MARIO MENOCAL DE HACIENDA JOAQUÍN CASTILLO DEL INTERIOR Carlos !MI!>OIS DE RELACIONES EXTERIORES FERMÍN BALDÉS DOMÍNGUEZ GENERAL. EN GEFE . MÁXIMO GÓMEZ LUGAR TENIENTE ANTONIO MACEO DELEGADO PLENIPOTENCIARIO Y AGENTE GENERAL DE LA REPÚBLICA EN EL EXTERIOR TOMÁS ESTRADA PALMA Orbano de propaganda y deîerçsa de la Irçdeperçdepa de Cuba en el de la flaía DIRECTOR: RAMON V A LOÉS GARCIA A n o I Montevideo, Abril 19 de 1896 M W E VIDEO. A B R I L 19 B E ] 896 Gasíelar y la ¡wH de Suba RÉPLICA A LA EPÍSTOLA A LOS AMERICIOS -i ' Reflé romos la historia sagrada, que, en los remotos tiempos,- la soberbia de los hombres cególos hasta el punto qué osa- ron escalar el cielo. - . Dios castigó su vanidad introduciendo . entre ellos la confusión de las lenguas. D. Emilio Castelar". el egregio orador español, es ejemplo vivo de que los tiem- " pos pueden cambiar, pero, no las pasio-es de los hombres. Niño mimado de la r ortuna, enorme ce- rebro regado abundantemente por sangre meridional, dotado de inflexiones de voz Inimitables* verdadero artista de la pala* bra, arrastrado por el éxito hasta la cum- bre de la popularidad en alas de lá Demo- cracia llegó un día que creyó, en su sober- bia, que podía atontar al ideal que Le habla servido de peldaño para escalarla meta; y, desde ese instante, como en la leyenda bí- blica, la confusión se estableció en su lengua, su voz perdió aquellas inflexiones que producían el delirio en las muche- dumbres, y aquel cerebro, Júpiter en po- tencia, que forjaba el rayo que abatía la altivez de los déspotas y fulminaba las iras déla humanidad sedienta de justicia con- tra los tronos seculares símbolos de absor- ciones irritantes,—-¿ya solo pudo producir frases ininteligibles, amalgamamonstruosa de perlas y cieno, mezclas informes de grandes ideales, extrañas .teorías exhuma- das del panteón de los crueles tiranos del Escorial y retrogadando siempre, siempre descendiendo del pináculo de libertad en que la luz-.brulaba, al abismo oscuro de la mentira yételos privilegios de raza, bajó, tal vez sin f -darse cuenta, los últimos pel- daños de la gloria, y en la horrenda ¿i- ma, cual otro Luzbel apostató iracundo de la religión de libertad en que había otrora comulgado, apostrofó á los libres, y cie- go é insensato, llamó salvación á la Monarquía, y facciosos á los que derraman su sangre por conquistar los sacrosantos derechos de ciudadanos. II Nacido á la vida pública en el momento histórico en que España principiaba á vislumbrar libertades mucho más comple- tas que las predicadas por el evangelio del partido progresista, y el pueblo derechos más.saneados que los que le ofrecía la Constitución de la Monarquía, fué Caste- lar por su pico de oro, ya *t ue no por su importancia en el entonces partido denio- cráticv, el ante 1 portam latinam de las nuevas ideas, que sustentadas por hombres de -firme voluntad y superior inteligencia, habían de producir, andando el tiempo, una revolución completa en el criterio político de los españoles. En la misma Corte, en donde por utópi- cas y soñadoras, no se consideraban por enloncespeligrosas lasdoctrinas predicadas por el que llamaron ruiseñor de la Dema- cre cia, cautivó el acento y el lenguaje del joven orador, y cuando electo diputado ocu- pó una banca en el Congreso, las damas de Madrid se disputaban los sitios de las tri- bunasformando coro de serafines con las esclamaciones escapadas á su entusiasmo, al arcángel q' en el vasto salón derramaba á torrentes la armonía de su voz pronun- ciando frases de fuego hasta entonces no oidas, y conceptos sobre el derecho huma- no y la libertad de los pueblos, que aun- que no bien comprendidas por la incohe- rencia con que eran expuestos, hacían traslucir un nuevo mundo de ideas, y lan- zando una poderosa corriente de misterio- so fluido al corazón de los oyentes, les ha- cía estallar en demostraciones del más delirante entusiasmo. Creció la figura política de Castelar á medida que los trabajos del partido á que estaba afiliado obtenían éxito en la opi- nión, y cuando la Revolución de Setiem- bre barrió de España el-trono que la en- vilecía, era'va con Figüeras, Salmerón, y Pí y Margall uno de los jefes del Partido Republicano Federal, y el ídolo del pue- blo que creia ver en él la encarnación de su regeneración. Defraudada España en sus aspiraciones por los hombres del Gobierno Provisorio y por las Cortes Constituyentes, vio á sus políticos arrastrar su nombre por Europa mendigando de Corte en Corte, como las ranas de la fábula, un rey que los goberna- se, encenderse vio por su causa una de las 1 guerras más desastrosas, de nuestro siglo que dio lugar por el derecho de conquista, en plena Europa y en pleno siglo XIX, á la desmembración de la Francia; y vio sentar- se en el trono de San Fernando á un mo- oarca.que. si por prudente é ilustrado y ca- ballero se captó el respeto del pueblo, por extranjero-quedó condenado"desde el primer día á abandonar el elevado puesto qu i en mal hora habla aceptado. La generosa renuncia de Amadeo de Saboya, trajo e! nuevo gobierno proviso- rio de D. Estanislao Pignoras, antesala de la República. Convocadas las Cortes Constituyentes la proclamaron solemnemente el 8 de Junio de 1873 poniendo á su frente al honrado Pi y Margall. Había llegado el dia de. hacer prácticas las doctrinas inculcadas al pueblo du- rante más de quince años. Reconozcamos con lealtad que la Repú- blica llegaba á recojer la herencia de todos los herrores de la Monarquía, de todo el periodo tormentoso de los interinatos y del reinado do Amadeo; que amedrenta- das las clases productoras y pudientes en armas el partido Carlista, desmoralizada la Administración, é impaciente y receloso el pueblo, siempre víctima de la perfidia — la tarea de los hombres, encargados de im- plantar la nueva forma de gobierno, era ardua y laboriosa. Pero, la República, aún votada por las Cortes, era una revolución social, y como tal, debió haber sido radi- cal en sus procederes.3"sopena de suicidarse y arrastrar en su. ruina al pueblo, debió no claudicar en su credo, ni desnaturali- zar en la altura las doctrinas que como dogmáticas babian predicado en el llano. La escisión en las ideas y en los me- dios de hacerlas prácticas se produjo en el seno de los prohombres de la República auxiliada por la multitud de republicanos de ocasión que ingresaron en sus filas. Va- cilaron, y vacilando perdieron el rumbo, y , alentaron las esperanzas de los monár- quicos, que no poi haber sido vencidos estaban sometidos. No se hacen revoluciones á medias. No se destierran los hábitos serviles y los intereses creados por una Monarquía secular," con resoluciones libias, y con-tran- sacciones con las añejas preocupaciones. La Re ubi ica" sucumbió en España por que le faltó el hombre capaz de dominar la situación. Salmerón confundió la rec- titud de sus principios con una tolerancia mortal. A Figueras le faltó carácter en los momentos más supremos. Pi y Margall creyó que la fuerza délas ideas era sufi- ciente para triunfar de la perversidad de los partidarios de la Restauración. A Cas- telar le sobró soberbia y le faltó tino y,. o- bre todo, consecuencia. La imposibilidad en que se encontró el gobierno de Pi y Margall para conciliar los intereses de los diversos partidos y fracciones le hizo ceder el cargo á Sal- merón que viéndose'en la alternativa de falsear sus principios ó hacer un gobierno infructuoso, el 5 de Setiembre traspasó el mando á Castelar,que exijió de la Asam- blea las facultades de un Dictador. El solemne momento histórico había verdaderamente llegado. El ruiseñor de la Be moer acia, se habia convenido en águila caudal. El ardiente tribuno del Congreso y del Jurado iba á hablar desde la Presidencia de la República. EL caudillo de la libertad se hallaba en el poder supremo. i 1 apóstol de la redención iba á ofi- ciar de gran Pontífice de la religión de los derechos del hombre. El ídolo del pueblo estaba en el pedes- tal de la Patria. Europa y América quedan en ansiosa espectativa Pero, el águila no tenia de la reina del espacio más que la soberbia, El tribuno - HABÍA olvidado la palabra apocalíptica. El caudillo de la libertad solo encontró inspiración para sus actos en los gastados expedientes de la tiranía. El apóstol de la redención olvidó por completo sus prédicas y sus dogmas. Y el ídolo del pueblo, solo supo ser el verdugo de sus hermanos, el asesino desús discípulos, el déspota ensoberbecido, y el politice ramplón ó perverso, que después de confiar el mando de las fuerzas de la República á generales traidores y de filia- ción genuinamente monárquica, exige á la Asamblea un voto de confianza ilimitada y su receso durante ocho meses, y no- transigiendo el Congreso con esta imposi- ción violenta- y atentatoria, rescinde en ella el mando eí 2 de Enero de lUli. dando N ú m e r o lt> lugar á qne aprovechándose el Capitán ge neral de Madrid, Pavia, de acuerdo con Martínez Campos, de la confusión, realiza- cen uno de esos vergonzosos pronuncia- mientos de que está plagada la historia mi - litar de España, y presentándose con sus tropas en el salón del Congreso hace des- pejar á culatazos las bancas de la l&epresh; sentación Nacional. r , No se diga que somos injustos con Emi- lio Castelar, El hombre es hijo de sus hechos, y ahi están todavía palpitantes los hechos casi incomprensibles del ex-Presidente de la República española. Castelar que habia llamado mil veces asesinato jurídico al derecho que la so- ciedad se abroga de matar á uno de sus semejantes, sucedió á Salmerón para fir- mar la sentencia de muerte de unos sar- gentos sublevados. Castelar que habia enseñado al pueblo, que con su arrebatadora elocuencia le habia convencido de que la contribución de sangre que se le imponía era la más ignominiosa, la más cruel y la más inhu- mana. Que con su ardiente propaganda se la habia hecho odiar y escarnecer, una vez en el poder hizo ametrallar á ese mismo pueblo en la sangrienta revolución llama- da de las quintas porque se sublevaba contra esa forma odiosa del reemplazo del ejército. Castelar que había dicho á sus herma- nos que la República federal era la única que podia hacer Ja felicidad de la Patria, y evitar la entronización de un poder des- pótico; que le había hecho intransigente con toda otra forma de Gobierno, Caste- lar en la Presidencia fusila á los que se batieron por ese ideal, y bombardea sin misericordia á los que en Cartájena, defen- diendo una causa justa, ó cegados por la pasión y las enseñanzas del tribuno, morían defendiendo el gobierno que él les enseñó á amar. Nuevo Saturno devoró á sus hijos y su propia gloria. Este es el hombre tal como sus propias obras Jo presentan en la política espa- ñola- No se trate de exigir contemplaciones al juicio político en mérito á la brillantez de sus frases, ni á sus idealismos de oro- pel, porque ese sería un lirismo injustifica- do y una complacencia criminal por la ponzoñosa semilla que dejaría implantada, tanto más cuanto su actitud en la época de la restauración solo le presenta como un apóstata empedernido, ... - - Y si como hombre público en su patria Castelar ha sido un doloroso desencanto, en la cuestión antillana, Castelar,-ha sido un monstruo de deformidades morales, y de insensatas extravagancias, v-. III ¿Cualha sido la actitud de Castelar en la cuestión de Cuba? Las ideas que ha ensalzado sobre Ja li- bertad,, sobre ios derechos del hombre, so- bre la independencia de los pueblos, so- bre la justicia, ¿las ha aplicado al juzgar aun pueblo que sufre? Lejos de eso: no puede decirse de Cas- telar que haya sido con los cubanos tan siquiera adversario leal ni' crítico verda- dero. Por el contrario, ha sido para Cuba, como para España, falso apóstol, y ene- migo de la verdad. Ha creído cohonestada su aviesa con- ducta, declarando que antes que republi- cano era español. ¿Fe ¡ o, cómo entende Castelar la Repú- blica, que ve aategonismos entre su credo y la ciudadanía de su patria? Castelar enrostra á tos cubanos su negra ingratitud para con ia M-ulre Patria; se eleva en sus discursos al quinto cielo pa- ra ensalzar las glorias de España én la conquista,y su derecho á la posesión de la tierrra Americana. Hace derroches de elo- cuencia para tratar de probar "Ja felicidad de aquel pueblo ingrato bajo la bandera de la Monarquía. Á él que tan*-amante de América se finje ¿qué le debe Cuba? Sentado en los escaños del Congreso ha sida testigo ¡>as¡vo5. año tras año f ¿e !a,|

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ADMINISTRACIÓN:

M E R C E D E S 1 1 . 2 R e d a c c i ó n : S a r a n r i i <ss

Ageoie en Buenos Aires: Emil iano Es t rada

C A L L E C A N G A L L O N.« 411

GUSCKICLOS

B e s t i a ^ n * ! © e l C O M I T É <GUE P U B L I C A " C U B A M B 1 E " , EL PRODUCT© ILE LA s u s c r i c i o n , a l S O S T E N I M I E N T O FIE LA I L E -ROLUCIÓN, 110 ESTABLECE CUOTA FIJA P A R A l o s SHSCRITORES, S I E N D O ELICI Á VOLUNTAD, DENTRO DEL L I M I T E DE TREINTA C E N T É S I -m o s c o m o M Í N I M U M , Y D I E Z P E S O S C O M O M Á X I M U M .

C U B A . L I B R E APARECERÁ TODOS !<S DOMINGOS

BHÍL BE AREPU3II PRESIDENTE

SALVADOR C I S U E R O S H E N T A N C O U R :

• . VICE ...... B A R T O L O M É . . M A S S Ó

S E C R E T A R I O DE G U E R R A

CÁRLOS B O L O F F :

DE HACIENDA . S E V E R O P I N A

DEL INTERIOR S A N T I A G O G A R C Í A CALILLARES

DE R. EXTERIORES R A F A E L P O R L U O N D O

SUB-SECRETARLO DE GUERRA M A R I O MENOCAL

DE HACIENDA J O A Q U Í N CASTILLO

DEL INTERIOR C a r l o s !MI!>OIS

DE RELACIONES EXTERIORES F E R M Í N B A L D É S D O M Í N G U E Z

GENERAL. EN GEFE . M Á X I M O G Ó M E Z

LUGAR TENIENTE A N T O N I O M A C E O

DELEGADO PLENIPOTENCIARIO Y AGENTE G E N E R A L DE LA REPÚBLICA

EN EL E X T E R I O R T O M Á S E S T R A D A P A L M A

Orbano de propaganda y deîerçsa de la Irçdeperçdepa de Cuba en el de la flaía DIRECTOR: RAMON VALOÉS GARCIA

A n o I M o n t e v i d e o , A b r i l 19 d e 1 8 9 6

M W E V I D E O . A B R I L 19 B E ] 896

Gasíelar y la ¡wH de Suba

RÉPLICA A LA EPÍSTOLA

A L O S A M E R I C I O S • - i '

Reflé romos la historia sagrada, que, en los remotos tiempos,- la soberbia de los hombres cególos hasta el punto qué osa­ron escalar el cielo. - .

Dios castigó su vanidad introduciendo . e n t r e ellos la confusión de las lenguas.

D. Emilio Castelar". el egreg io orador español, es ejemplo vivo de que los tiem- " pos pueden cambiar , pero, no las pasio-es de los hombres .

Niño mimado de la r or tuna , enorme ce­r eb ro regado abundantemente por sangre meridional , dotado de inflexiones de voz Inimitables* ve rdade ro ar t i s ta de la pala*

bra , a r r a s t r ado por el éxito hasta la cum­bre de la popularidad en alas de lá Demo­cracia llegó un día que creyó, en su sober­bia, que podía a ton ta r al ideal que Le habla servido de peldaño para e sca l a r l a meta; y , desde ese instante , como en la leyenda bí­blica, la confusión se estableció en su lengua, su voz perdió aquellas inflexiones que producían el delir io en las muche­dumbres , y aquel cerebro , Júp i te r en po­tencia , que forjaba el rayo que abatía la altivez de los déspotas y fulminaba las i ras d é l a humanidad sedienta de just icia con­t r a los t ronos seculares símbolos de absor­ciones irritantes,—-¿ya solo pudo p roduc i r frases ininteligibles, amalgamamons t ruosa de perlas y cieno, mezclas informes de g randes ideales, ext rañas .teorías e x h u m a ­das del panteón de los crueles t i ranos del Escorial y r e t rogadando s iempre , s iempre descendiendo del pináculo de l ibertad en que la luz-.brulaba, al abismo oscuro de la ment i ra y é t e l o s privilegios de raza, bajó, tal vez sin f -darse cuenta , los úl t imos pel­daños de la gloria, y en la h o r r e n d a ¿ i -ma, cual otro Luzbel apostató i racundo de la religión de l ibertad en que había o t ro ra comulgado, apostrofó á los l ibres, y cie­go é insensato, llamó salvación á la Monarquía, y facciosos á los que d e r r a m a n su sangre por conquistar los sacrosantos derechos de ciudadanos.

II

Nacido á la vida pública en el momento histórico en que España principiaba á v is lumbrar l iber tades mucho más comple­tas que las predicadas por el evangelio del par t ido progresis ta , y el pueblo derechos más .saneados que los que le ofrecía la Constitución de la Monarquía, fué Caste­lar por su pico de oro, ya * tue no por su impor tancia en el entonces part ido denio-crát icv, el ante1 portam latinam de las nuevas ideas, que sustentadas por hombres de -firme voluntad y super ior in te l igencia , habían de producir , andando el t iempo, una revolución completa en el cr i ter io político de los españoles.

En la misma Corte, en donde por utópi­cas y soñadoras, no se consideraban por enloncespel igrosas lasdoctr inas predicadas por el que l lamaron ruiseñor de la Dema­cre cia, cautivó el acento y el lenguaje del joven orador , y cuando electo diputado ocu­pó una banca en el Congreso, las damas de Madrid se disputaban los sitios de las t r i -bunas fo rmando coro de serafines con las esclamaciones escapadas á su entusiasmo, al arcángel q' en el vasto salón de r r amaba á to r ren tes la armonía de su voz p r o n u n ­ciando frases de fuego hasta entonces no oidas, y conceptos sobre el derecho huma­no y la l ibertad de los pueblos, que a u n ­que no bien comprendidas por la incohe­renc ia con que e ran expuestos, hacían t ras luc i r un nuevo mundo de ideas, y lan­zando una poderosa cor r i en te de mis ter io­so fluido al corazón de los oyentes, les ha­cía estal lar en demostraciones del más de l i rante entusiasmo.

Creció la figura política de Castelar á medida que los trabajos del par t ido á que estaba afiliado obtenían éxito en la opi­nión, y cuando la Revolución de Set iem­bre barr ió de España e l - t rono que la en­vilecía, e r a ' va con Figüeras , Salmerón, y Pí y Margall uno de los jefes del Pa r t ido Republicano Federa l , y el ídolo del pue­blo que cre ia ver en él la encarnac ión de su regenerac ión .

Defraudada España en sus aspiraciones por los hombres del Gobierno Provisor io y por las Cortes Consti tuyentes, vio á sus políticos a r r a s t r a r su n o m b r e por Europa mendigando de Corte en Corte, como las ranas de la fábula, un rey que los gobe rna ­se, encenderse vio por su causa una de l a s 1

g u e r r a s más desastrosas, de nuest ro siglo que dio lugar por el de recho de conquista, en plena Europa y en pleno siglo XIX, á la desmembración de la Francia ; y vio sen ta r ­se en el t rono de San Fernando á un mo-oarca.que. si por prudente é i lustrado y ca­bal lero se captó el respeto del pueblo, por extranjero-quedó condenado"desde el p r imer día á abandonar el elevado puesto qu i en mal hora habla aceptado.

La generosa renuncia de Amadeo de

Saboya, trajo e! nuevo gobierno proviso­rio de D . Estanislao Pignoras, antesala de la República.

Convocadas las Cortes Consti tuyentes la proclamaron so lemnemente el 8 de Junio de 1873 poniendo á su frente al honrado Pi y Margall .

Había llegado el dia de. hacer práct icas las doct r inas inculcadas al pueblo du­ran te más de quince años.

Reconozcamos con lealtad que la Repú­blica l legaba á recojer la herenc ia de todos los he r ro r e s de la Monarquía, de todo el periodo tormentoso de los inter inatos y del re inado do Amadeo; que amedren ta ­das las clases productoras y pudientes en a rmas el part ido Carlista, desmoralizada la Administración, é impaciente y receloso el pueblo, s iempre víctima de la perfidia — la t a r ea de los hombres, encargados de im­plantar la nueva forma de gobierno, e r a a rdua y laboriosa. Pe ro , la República, aún votada por las Cortes, e ra una revolución social, y como tal, debió habe r sido r a d i ­cal en sus procederes.3"sopena de suicidarse y a r r a s t r a r en su. ru ina al pueblo, debió no claudicar en su credo, ni desnatura l i ­zar en la a l tura las doctr inas que como dogmáticas babian predicado en el llano.

La escisión en las ideas y en los me­dios de hacer las práct icas se produjo en el seno de los prohombres de la Repúbl ica auxiliada por la multi tud de republicanos de ocasión que ingresaron en sus filas. Va ­cilaron, y vacilando perdieron el rumbo, y

, a len ta ron las esperanzas de los monár ­quicos, que no poi haber sido vencidos estaban sometidos.

No se hacen revoluciones á medias. No se des t ier ran los hábitos serviles

y los in tereses creados por una Monarquía secular," con resoluciones libias, y con-tran­sacciones con las añejas preocupaciones.

La Re ubi ica" sucumbió en España por que le faltó el hombre capaz de dominar la situación. Salmerón confundió la rec­t i tud de sus principios con una tolerancia mor ta l . A F igueras le faltó carác te r en los momentos más supremos. Pi y Margall creyó que la fuerza d é l a s ideas e ra sufi­ciente para t r iunfar de la pervers idad de los par t idar ios de la Restauración. A Cas-te lar le sobró soberbia y le faltó tino y, . o-bre todo, consecuencia.

La imposibilidad en que se encontró el gobierno de Pi y Margall pa ra conciliar los in tereses de los diversos part idos y fracciones le hizo ceder el cargo á Sal­merón que v i éndose ' en la a l t e rna t iva de falsear sus principios ó hacer un gobierno infructuoso, el 5 de Set iembre t raspasó el mando á Cas t e l a r , que exijió de la Asam­blea las facultades de un Dictador.

El solemne momento histórico había v e r d a d e r a m e n t e l legado.

El ruiseñor de la Be moer acia, se habia conven ido en águila caudal.

E l a rd ien te t r ibuno del Congreso y del Jurado iba á hablar desde la Pres idenc ia de la República.

EL caudillo de la l iber tad se hallaba en el poder supremo.

i 1 apóstol de la r edenc ión iba á ofi­ciar de gran Pontífice de la religión de los derechos del hombre .

El ídolo del pueblo estaba en el pedes­tal de la Pa t r i a .

Europa y A m é r i c a quedan en ansiosa espectat iva

P e r o , el águila no tenia de la re ina del espacio más que la soberbia,

El t r ibuno - HABÍA olvidado la palabra apocalíptica.

El caudillo de la l ibertad solo encontró inspiración para sus actos en los gastados expedientes de la t iranía.

El apóstol de la redención olvidó por completo sus prédicas y sus dogmas.

Y el ídolo del pueblo, solo supo ser el ve rdugo de sus hermanos , el asesino d e s ú s discípulos, el déspota ensoberbecido, y el politice ramplón ó perverso , que después de confiar el mando de l a s fuerzas de la República á genera les t ra idores y de filia­ción genuinamente monárquica, exige á la Asamblea un voto de confianza il imitada y su receso duran te ocho meses, y no-t rans ig iendo el Congreso con esta imposi­ción violenta- y a tenta tor ia , rescinde en ella el mando eí 2 de Ene ro de lUli. dando

N ú m e r o lt>

lugar á qne aprovechándose el Capitán ge nera l de Madrid, Pavia, de acuerdo con Martínez Campos, de la confusión, realiza-cen uno de esos vergonzosos pronuncia­mientos de que está plagada la historia mi -l i tar de España, y presentándose con sus tropas en el salón del Congreso hace des ­pejar á culatazos las bancas de la l&epresh; sentación Nacional. r ,

No se diga que somos injustos con Emi ­lio Castelar,

El hombre es hijo de sus hechos, y ahi están todavía palpi tantes los hechos casi incomprensibles del ex -P re s iden te de la República española.

Castelar que habia l lamado mil veces asesinato jurídico al derecho que la so ­ciedad se abroga de m a t a r á uno de sus semejantes, sucedió á Salmerón pa ra fir­m a r la sentencia de m u e r t e de unos sar­gentos sublevados.

Castelar que habia enseñado al pueblo, que con su a r r eba tadora elocuencia le habia convencido de que la contr ibución de sangre que se le imponía e ra la más ignominiosa, la más cruel y la más inhu­mana. Que con su ard iente propaganda se la habia hecho odiar y escarnecer , una vez en el poder hizo amet ra l la r á ese mismo pueblo en la sangr ienta revolución llama­da de las quintas porque se sublevaba cont ra esa forma odiosa del reemplazo del e jérc i to .

Castelar que había dicho á sus he rma-nos que la República federal e ra la única que podia hacer Ja felicidad de la Pa t r ia , y ev i ta r la entronización de un poder des­pótico; que le había hecho int ransigente con toda o t ra forma de Gobierno, Caste­lar en la Pres idencia fusila á los que se bat ieron por ese ideal, y bombardea sin miser icordia á los que en Cartájena, defen­diendo una causa jus ta , ó cegados por la pasión y las enseñanzas del t r ibuno, morían defendiendo el gobierno que él les enseñó á amar .

Nuevo Saturno devoró á sus hijos y su propia gloria .

Es te es el hombre tal como sus propias obras Jo p resen tan en la política espa­ñola-

No se t ra te de exigi r contemplaciones al juicio político en mér i to á la brillantez de sus frases, ni á sus idealismos de oro­pel, porque ese sería un lirismo injustifica­do y una complacencia cr iminal por la ponzoñosa semilla que dejaría implantada, t a n t o más cuanto su acti tud en la época de la res taurac ión solo le p resen ta como un apóstata empedernido, . . . - -

Y si como hombre público en su pa t r ia Caste lar ha sido un doloroso desencanto , en la cuestión antil lana, Castelar,-ha sido un monst ruo de deformidades morales , y de insensatas ext ravagancias , v - .

III

¿ C u a l h a sido la acti tud de Castelar en la cuestión de Cuba?

Las ideas que ha ensalzado sobre Ja li­bertad,, sobre ios derechos del hombre , so­bre la independencia de los pueblos, so­b r e la justicia, ¿las ha aplicado al juzgar a u n pueblo que sufre?

Lejos de eso: no puede decirse de Cas­te la r que h a y a sido con los cubanos tan siquiera adversar io leal ni' crítico verda­dero.

P o r el cont rar io , ha sido para Cuba, como p a r a España, falso apóstol, y ene­migo de la verdad.

Ha creído cohonestada su aviesa con­ducta, declarando que antes que republi­cano era español.

¿Fe ¡ o, cómo e n t e n d e Castelar la Repú­blica, que ve aategonismos e n t r e su credo y la ciudadanía de s u patria?

Castelar enros t ra á tos cubanos su neg ra ingra t i tud pa ra con ia M-ulre Pat r ia ; se eleva en sus discursos al quinto cielo pa­ra ensalzar las glorias de España én la conquista,y s u derecho á la posesión de la t i e r r r a Americana . Hace der roches de elo­cuencia pa ra t r a t a r de probar "Ja felicidad de aquel pueblo ingra to bajo la bandera de la Monarquía. Á él que tan*-amante de Amér ica se finje ¿qué le debe Cuba?

Sentado en los escaños del Congreso ha sida testigo ¡>as¡vo5. año t r a s año f ¿e !a,|

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C U B A L I B R E

pacificas reclamaciones fie los na tu­rales de la Isla.'-Ha nido á los más emi ­nentes hombres públicos de España, y á MIS más notables generales , denunciar abu­sos incalificables y fraudes inauditos en su administración. Su trato con cubanos distinguidos, lo han impuesto c i rcunstan­ciadamente de las tropelías cometidas con­t r a el derecho, yhas t a l a vida y la hacienda de sus habitantes Su conocimiento de aque­lla agrupación social le ha dado á conocer los e lementos de vida propia con que cuen­ta, y ias inteligencias de que puede dispo­n e r para-su propio gobierno .

¿Porque como español celoso del deco­ro de su patr ia , ó como demócra ta s incero y consecuente , ó como filósofo que dice vis lumbrar e! bri l lante porveuir de la Amér ica , no ha levantado nunca su voz para fustigar á los que deshonraban á Es­paña convir t iendo la administración ce Cuba en cueva de ladrones, á los que veja­ban á aquel sufrido pueblo, á los que le usurpaban sus derechos?

Y producida la lucha á q u e a r r a s t r a r o n á los 'cubanos sus derechos de hombres violados, y el afán de conquis tar para su patr ia un lugar digno en t re las a g r u p a d o - " nes humanas , tanto en 1868 como en 1895, ¿porqué como hombre hon rado , como in­teligencia privilegiada, como republ icano , como demócrata, como cr is t iano, como hombre de principios, no ana temat izó el lujo de barbar ie con que hacían la gue­r r a los que t remolaban la b a n d e r a de las Navas de To.losa, de Baylen y de Lepanto? El que con las más sublimes frases, en to das las modalidades del pensamiento, en la cátedra, en los comicios, en el 'jwi. había condenado el patíbulo como una vergüenza social y una af renta á la civili­zación ¿cómo no tuvo una palabra de pro­testa pa ra las infames ejecuciones practi c^das en millares d^ inocentes víctimas por Valmaceda, por W e y l e r y por los fe-roces voluntarios de la Habana?

Castelar que de r r ama copiosas lágrimas en la tumba de los már t i r e s de Polonia ¿•orno no encuen t ra ni una sola frase de humanidad ante las tumbas de Céspedes, de Varona , de Martí, y de los infinitos m á r ­tires de la independencia Cubana?

¿Es que su españolismo ha muer to los sentimientos de honradez y humanidad yha • atrofiado su conciencia? ¿O es que esa hon­radez de principios y esa conciencia no han existido nunca?

Durante su presidencia se perpe t ró en Cuba á la sombra de la bandera republ ica­na, uno de los cr ímenes más horrendos que regis t ran los anales de la g u e r r a an t i ­llana. El Virginias, una nave con la ban­dera estrel lada de los Estados Unidos, fué apresada por el c rucero español El Tor­unda conduciendo una expedición de 180 hombres . No era , según las prescripciones del derecho internacional , ni un pirata , ni un corsario, e r a s implemente una expedi­ción de guerra ; sus t r ipulantes , en t r e los que se encontraban Pedro Céspedes O 'Ry-an, Varona y Jesús del Sol, son bajados á t i e r r a en Santiago de Cuba en t re el e s ­carnio y ios insultos do los voluntarios qme más parecían un pueblo de cafres que de lensores de los supuestos derechos de un pueblo civilizado. Encerrados en i nmun­dos calabozos sen a r ras t rados poco después al banquillo sin formación de causa y mue­ren con ejemplar en tereza á pesar de la ya que se les hace hasta en sus últimos • momentos.

Pues bien, esa hecatombe de 180 prisio­neros de guer ra ; ese agravio á la civiliza­ción; ese crimen de lesa humanidad; ese bárbaro a tentado que conmovió al mundo, fué 'Viameníe autorizado desde Madrid por :

el Pres idente Emilio Castelar, con la mis­ma insensibilidad con que el hilo te legrá­fico trasmitió la sentencia á los verdugos de Cuba!...

Consumado el crimen; anatematizado por todo rl orbe, Castelar s iampre tartufo hizo propalar por la prensa que l e e r á adic­ta mil invenciones que atr ibuían al mal estado de la linea telegráfica la mala com­prensión de sus órdenes ; pero, aunque fuera doloroso creer lo , el inundo tuvo que convencerse de la t r is te y vergonzosa rea­lidad, y el que también había sido ídolo de América vio eclipsarse la aureola de since­ro entusiasmo que en el mundo de Colón se le profesaba.

Hé aquí lo que sobre este suceso le es­c r ib ía desde Caracas su intimo amigo y admirador Héctor .1. Várela. «¿Yno t é t e m ­e l o la mano? «¿Y no se aprimió tu cora-«zón? «¿Y no te sentiste descender al «nivel de los mismos que tu habías com-«batido, cuando no eras más que un hijo «del pueblo?

¿Y no sentistes, allá en el fondo miste­r i o s o de tu conciencia, algo como el Re-tmoidim lento7.

«¡Oh! si tal monstruosidad fuera cierta, -«hermano de mi alma! si fuese ciert") que « l a sangre de G'Ryan, do Céspedes, de Va-«roña ,y domas compañeros ¡labia sido «der ramada por tu orden!

«¡Cuan t remenda sería lu responsabili-«dad ante la historia, ante la opinión, ante «laRepúbl ica y a n t e la posteridad!!

«La América, que halda enlazado á la «corona que ciñe tu inspirada frente, sus «más bellas y perfumadas flores, las a r r a n -«caria una á una con dolor, y al a r ro ja r «las a! viento con desprecio, te d e r r u m b a ­ría del pedestal de grandeza en que su «amor y su admiración te habian colocado!

Castelar conocedor del problema anti l la­no, fi l ia á la verdad á sabiendas, y calum­nia á los cubanos con refinada perfidia.

Llama á la fuerzas de los patr iotas hor­das desenfrenadas, y gavillas de facciosos sin disciplina y sin ley. ¿Es posible que á sus oidos no hayan llegado las palabras de Martínez Campos, reconociendo la regula­ridad de la organización de aquel ejérci to, su perfecta disciplina, y la corrección y humanidad de sus actos?

Si son facciosos y bandoleros los soldados cubanos que por redimir la Pa t r i a han abandonado tranquil idad, fortuna ó medios de subsistencia, posición, hogar y cuanto más querido hay en la vida; que al des­p renderse de los brazos de la madre que­rida, de la esposa y de los hijos idolatrados dejándoles por todo consuelo el nombre bre sacrosanto de Cuba iib^e; si son sal­vajes ó cr iminales esos sublimes tabaque­ros cubanos de Cayo-Hueso, de Florida, de Tampa y de Nueva Y o r k que quitan á la boca d e s ú s hijos el p a n d é varios dias en el mes. ganado con el duro y honrado t ra ­bajo de sus manos, para ofrecerlo á los combatientes de la esclava antil lana, ¿Por ­qué él que se titula apóstol de la Democra­cia llama heroicos soldados á los c r imi­nales queEspaña ha sacado de sus presidios para di trazarlos con él honroso uniformo-del ejérci to, y lanzarlos como fieras ham­brientas á los campos de Cuba? ¿Cree Cas-te lar que Lolo Benitos valia más que José Mart í ó que el último de los soldados de la revolución?

Califica de escoria y resaca do la socie­dad cubana á los patr iotas que luchan por la Independencia. ¿Y Betancour , Agüero , Varona , Céspedes, Sangüi l i , Va l des L)o-_ mingue/ , Zaya, y toda esa pléyade de abo gados, médicos, escr i tores , poetas, h a c e n ­dados y hombres notables del pueblo cu­bano, Castelar no los conoce? ¿Y si los conoce porque ios injuria?

Titula cabecillas insubordinados , á Máxi­mo Gómez y Maceo, á Serafín Sánchez y Cas te lio, á Calixto García y KolofT, ¿pero si tales son, si tan poco va len j o r q u é á España no le bastan cíe ito sesenta mil hombres y 47 genera les pa ra vencerlos, y tiene que pasar el bochorno de recibir de manos de esos jefes de tribus sus PRISIO­neros ilesos y cons iderados en noble r ep re ­salia de la furia española?

»?e opone á que los cubanos sean t ra ta­dos con human idad en la gue r ra ; prefiere verlos t ra tados como alimañas; exige se les m a n t e n g a fuera de la ley para que puedan r epe t i r s e las bacanales sangr ien-ias del - Virginm»; los cree indignos del de recho de beliqei antes, y-se dirije á los a m e r i c a n o s con frases za l ameras , suposi­ciones insidiosas, y ridiculas amenazas , in­ci tándolos á ser cómplices del sacrificio de Cuba..

Pers is te sobre la ingrat i tud de la hija rebelde en el preciso momento en que la madre cruel y a v a r i e n t a de cua t ro siglos iba á t o r r a r s e dulce y cariñosa acordándole l ibertades y cier to g rada de autonomía y de justicia comerc ia l . Basta ya de indigna supercher ía! Bien sabe Castelar á qué a te ­nerse respecto á la farsa de concesiones en la administración de la isla que el Go­bierno y las ( 'ortos de España aparen ta -

.ban.concoder á la Antilla, para lograr la suscripción de un emprést i to monstruo, con el voto aparen te de ios cubanos.

Profet ice cuanto quiera que Amér ica no reconecerá la beligerancia, que ya al p ro ­feta le falta la inspiración divina y sus vaticinios s iempre resul tan contrar ios ; pe ro , no invoque para apoyar sus augur ios temas que á España le conviene mas no recor ­dar.

¡Qué menguados apareen algunos hom­bres dir igentes de ¡apolítica española, fren­te á los hombres de la Revolución!

¡Qué pequeño aparece el ex-pres idente de la República, el en un tiempo i lustre catedrát ico de Historia de la Universidad de Madrid , al combatir la sagrada causa de la independencia amer icana y á sus caudillos!

¡Que contras te en t re su figura de ver­dugo d i la ido i d..*. emancipación, y la no­ble y espar tana del mulato Antonio Ma­ceo!

Y sin embargo , colocándose soberbio y vanidoso frente por frente á Amér ica se queja de que los americanos no lo es­cuchan .

¿Y con que títulos p re tende er ig i rse eu monto r de América?

Los del Norte , e m i n e n t e m e n t e prác t i ­cos y perspicaces están á cub aeot los cantos d é l a engañosa s i r e n a .

Los del Sur, s ienten que Cas te la r lan­zando su ana tema á la Revolución de Cuba y, disfamando á sus héroes , es so. lo el eco de los QU3 , hace ochenta años , apostrofaban con los mas duros epí te tos á San Martin, à Bolívar, á O ' H o g i n s , á Ar t i ­gas, á Sucre y á cuantos luchaban cont ra -el poder despótico de la -Metropoli.

Los americanos del Sur que aun s ienten v ibrar en el espacio las victorias de Aya-cucho y de Junio , de Carabobo y de las Piedras ; en cuyo cielo aun resplandacen .'os a r r e b >tes de aquella g lo r io s i y ho­mér ica epopeya; en cuya sangre todavía circulan hirvientes glóvulos de los que cir ­cularon en el plasma de los hé roes de Mayo, esos, los que aun pres tan culto s incero en el a l tar de la patr ia y veneran el a rca sagrada de sus t radiciones y del nombre de los funda lores de su naciona­lidad, solo pueden oír las imprecaciones de Castelar como un insulto lanzado á las cañizas de sus abuelos, y solo pueden con­testarlas . . c o n el desprecio .

R. Váleles García.

P O S I B L E

E l h a r t i d o R e v o l u c i o n a r i o

cubano se c o r s t i t u y e p a r a l o ­

g r a r con los e3Í 'uerzosreunido s

de todos los h o m b r e s de b u e n a

vo lun tad , / / Independencia absolvíÍ7 de la I la de Cuba? y fomen ta r y aux i l i a r la de

P u e r t o Rico .

Base L.a del Partido Reeolueionario. Está acredi tado por la historia de los

diversos levantamientos que se han suce ­

dido en ¡a Isla de Cuba con t ra el poder

español , que el c r i t e r io que cons tan t emen-

te ha presidido á su represión, ha tenido

por fundamento inquebrantable , el desco­

nocimiento por pa r t e de E s p a ñ a de todo

motivo ó consideración lejítima que pu­

diera, en su concepto,justif icar la ac t i tud

de sus autores , y, por lo tan to , su razón de

ser

Proclamando sus soberanos derechos pa­

ra consti tuir una nacionalidad l ibre , ha­

ciendo valJR sus facultades na tu ra l e s d o

hombres de pensamiento, los patr iotas le­

vantados en a rmas se presen taban an te el

mundo en la actitud del g u e r r e r o - c i u d a d a ­

no que va consciente á combat i r por la

reivindicación de sus derechos sagra­

dos.

El mundo independiente , el mundo de

la l ibertad ha mirado en todas las épocas

con profunda simpatía esas explosiones del

patr iot ismo contenido por la fuerza bru­

tal del dominador . E l mundo del pensa­

miento y la justicia, reconociendo la ra­

zón que asistía á un pueblo desgrac iado

que lucha por lo que es propio, lia recibi­

do s iempre con los brazos estendidos á ese

pueblo heroico que prefería r e g a r con su

s a n g r e el suelo de sus antepasados, antes

de renunc ia r á una protes ta tan viril y

enérgica , como la pureza de los principios

que la daban origen.

Solo la España consecuente con su poli-

tica tradicional que hace del subdito un

paria den t ro del organismo de una na­

ción, sin influencia ni valor a lguno en el

orden de la sociedad, j a m á s ha debido r e ­

conocer los derechos na tura les de sus

colonos, y la proclamación de esos d e r e ­

chos por los órganos eficientes de los go ­

biernos patr ios, no teniendo para ella m a ­

yor importancia que la de un acto marca ­

d a m e n t e sedicioso, ha debido s iempre des­

t ru i r el ge rmen de la insurrección,

desbara ta r los planes leoantiújos de los

amer icanos , pa ra m a n t e n e r eu toda su efi­

cacia sus derechos incuestionables de so­

beran ía heredi tar ia .

Pe ro , si este hecho, que reviste un ca­

rác te r geuera l , no puede ser motivo de

his tor ia de la revolución de cada uno de

los Es tados de la América , siendo igual

men te una faz carac te r í s t ica de la acción

política desenvue l ta por la España en sus

dominios, es también innegable--que esta

nación en sus luchas con t r a las pre tenc io-

n e s na tura les de sus colonos, de const i tuir

por si mismo n a c i o n e s independ ien tes y

soberanas , ha pron uncíado en de te rmina­

das c i rcunstancias una pa labra , que si bien

muy poco usada en la t e rmino log ía polí­

tica de la metrópol i ; se ha hecho serv i r -

no obstante , como de una esperanza á los

deseos j amás satisfechos de sus subditos,

ansiosos de l iber tad.

La AUTONOMÍA: he ahí la palabra que Es­

paña en los momentos crí t icos porque pasan

sus a r m a s combat ien tes , lanza á los pa­

tr iotas victoriosos, bien sea desga r rando

su corazón absolutista: y autonomía no es

ot ra la p i l a b r a fatídica para los patr iotas

de Cuba que c r eye ron aperc ib i r la muy cer ­

ca con el pacto de Zanjón, que chor rea

s a n g r e ac tua lmen te .

El pueb¡o cubano, como todo pueblo que

t iene conciencia de sus derechos está in ­

capacitado s iquiera pa ra oir semejante pa­

labra . Al gobie rno de la Repúbl ica de Cuba,

como r ep re sen t an t e genuino de una socie­

dad de hombres que aspiran á la vida in-

de pendiente , y depositarios de sus da pe­

d ios conten idos en las Bases del Par t ido

de la Revolución, su deber his tórico le in­

dica cons idera r á esa pa labra como un em­

blema de la tradidicíón á los destinos de

una nacionalidad por const i tuirse procla­

mados en un documento solemne, y su in­

sinuación por cualquiera , como una base

política de a r r eg lo , algo asi como un a ten­

tado inaudito contra la l ibertad de la na­

ción con t r a sus p r inc ip ios absolutos, de

procedimiento en la me t rópo l i .

E n cues t iones de d e r e c h o n a t u r a l no

hay t r a n s a c i o n e s posibles.

.. ¿Tiene ó nó Cuba, de recho á la libertad?

¿La hemos tenido nosotros p a r a consti­

tu i rnos en un Estado libre?

Si nadie se hal lar ía suficientemente osa­

do á desconocer las leyes del p rogreso del

mundo, p á r a l o s cuales todo h o m b r e es

una entidad l ibre por naturaleza y toda reu­

nión de hombres , una sociedad natural que

debe real izar su dest ino en la vida, no

siendo este sino el propio destino moral,

de cada una de las personal idades que la

forman, nadie tampoco, podr ía sostener el

absurdo de que p o r lo menos a lgún vín­

culo debe m a n t e n e r á esos hombres libres,

sujetos á un dominador in t ruso .

Si se t iene entonces de recho á la liber­

tad, n inguna razón de justicia ni de d e r e ­

cho histórico puede a m p a r a r la acción do­

minadora de un e x t r a n g e r o , y si en razuii

y este derecho no exis ten, no podemos

c r e a r un lazo de u n o n e n t r e uno y otro

q u e s e r í a una c reac ión mons t ruosa d é l a

se rv idumbre , vergonzosa pa ra el pueblo que

aceptar ía de aquel la m a n e r a una l ibertad

res t r inj ida .

Asi lo han comprendido Cuba y sus re.,

p re sen tan te s en el gobie rno . La base p r i ­

m e r a del Par t ido Revoluc ionar io prescribe

t e r m i n a n t e m e n t e la-separación absoluta de

la España en el gobierno de la isla. Nin­

gún vivendo político e n t r e ambas nacio­

nalidades, dueño cada una de sus; destinos;

y no solo engañoso, pa ra conseguir una

pacificación imposible por las a rmas , que

Cuba no la aceptar ía , pe ro tampoco s i r ­

viéndole de ga ran t í a la fuerza moral y

m a t e r i a ! del mundo e n t e r o , porque la li­

b e r t a d es una y á ésta j amás la veremos

suje ta por el vínculo de la autonomía á

un gobierno e x t r a n g e r o y mucho menos

monárquico , porque su solo hecho lo des­

na tura l izar ía .

El Gobierno de la Revolución tendrá

aquí mismo un mér i to , que no le será me­

nos reconocido por la his tor ia que el que

pudie ra significar cualquier o t ro de sus

trabajos pa t r ió t icos . Un ca r ác t e r á toda

p r u e b a y una ene rg ía indescriptible para

sos tener aquella base do grandís ima t ras­

cendencia p a r a los dest inos futuros de su

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C U B A LIBILE país en estos solemnes momen tos en que

se oyen voces e s t r a n g e r a s p re tendiendo

garant izar una au tonomía imposible, es

quizá por ahora el mayorsacrif ic ioque á s u s

miembros puede exij i r les la futura Repú­

blica, si sacrificio podemos l l amar ^ ¿ p r á c ­

tica de u n a convicción profunda como la

que aquel principio orgánico t raduc i rá

seguramen te pa ra hombres públicos tan

distinguidos.

Es depr imente también á la Revolución

prestar oídos á esa palabra, porque el la es

la voz de la soberbia impoten te , opuesta

como un que al t o r r e n t e ya inconteni ­

ble de las a rmas de la l iber tad. No es esa,

palabra española en las horas de sus

triunfos. España no la reconoce. Es p a r a

ella, hija de los acontec imientos desgra ­

ciados de su incapacidad con t r a los- pue­

blos levantados en masa, de su imppten-

cia contra las leyes na tura les de p rog re ­

so l ibre.

Si España se hubiera cre ído rebajada

en su honor y en su dignidad, reconoc ían

doles á los revolucionar ios sus derechos

naturales , si proclamaba en todos los mo­

mentos que nunca podría t r a t a r con los

insurrectos conservando éstos las a rmas

en la manó, ¿no se c ree r ía de shon rada

ahora si ofreciera una autonomía que na­

die le pide, á esos insur rec tos que no han

pensado deponer su actitud rebelde? ¿Es

posible que esa misma nación c o n s i d e r e ¡

que si antes esos insurgentes la hub ie ran v^-s

manchado en su honor , son ellos aho ra 9

dignos de que se les concedan, por lo

menos la autonomía, que no la solicitan?

Ninguna razón hay para c ree r lo asi.

España m su fuero in terno pensa rá s iem­

p r e que al proceder de este modo, lo ha­

r ia violentada-por la fuerza de las cosas;

los revolucionar ios nunca serán pa ra ella

sino facciosos favorecidos por la sue r t e

d é l a s a rmas , y como el triunfo ó la d e ­

r ro t a de los ejérci tos no puede da r d e r e ­

chos á quien no los t iene en justicia, E s ­

paña se deshonrar ía como an tes t r a tando

ahora con los revolucionarios, facciosos

de ayer , y Cuba por esto mismo debe

pensar que no podría e n t r a r en negocia­

ciones de n ingún géne ro con un poder que

solo procede por el imper io de la fuerza

j amás por el reconocimiento y la pu r idad

de los principios.

Cuba no puede oir proposiciones de se­

mejante poder porque como nacional idad

dueña de sus destinos, su dignidad de

pueblo l ibre eu e! futuro, quedar ía m e ­

noscabada por los ofrecí miemos de un Es ­

tado que en todo tiempo le lia desconoci­

do sus derechos de soberanía; y la a u t o ,

mía jamás const i tuirá para aquel país una .',

proposición aceptable de convenio por­

que repugna ala l ibertad, es rechazada ...

por las bases consti tucionales d é l a R e p ú -

y es un vínculo de se rv idumbre tendido

por la España, nunca convencida, pero

debil i tada y vencida por e! esfuerzo de l a s

a rmas l iber tadoras .

Hoy más quo "nunca, el pueblo cubano

está incapacitado para pensar siquiera en

la posible exis tencia de semejante vinculo

autonómico, porque esa política de c i r cuns ­

tancias inspirada por el gobierno español

como la única salvación del desastre , se­

ría fulminada por el solo recuerdo de los ,

mil lares de patriotas raidos desde hace un.

año por r ecupe ra r sus l iber tades na tu ra ­

les sirviéndoles de bandera las bases que

so las consignaban, l ibradis en su esencia

ai azar de sus combates, pero jamás á

convenio que se los res t r ingi r ían , á t r an ­

sacciones ó pactos vergonzosos.

La Independencia, ó la Rccolución

hasta conseguirla, no es o t ra la politica

ve rdade ra p i r a los que piensan en la

practicabil idad de los principios orgánicos

del par t ido en armas , consecuentes con

los derechos del hombre y los. an teceden­

tes his tór icos y políticos de la metrópol i .

Ángel Gordldo. ,...¡

Buenos A i r e s , Abril 7 de i89o .

I I S l M A i i Allá vá indignad > sanador, me'an ;ilieo

Allá vá con el en jambre de sus sueños

con la tempestad de sus cóleras; con sus

tr istezas de vencido; con el r um or de sus

estrofas, con el himno t r iu i fa l de su pala­

bra .

¿Soñador? Así le l laman. ¡Sueño subli­

me! ¡Oh, la l ibertad, hermoso sueño. Con

ella soñaba Bolívar en Jamaica mirando

la m a r tui bia, la m a r negra , escapado al

puñal y t r is te y s o l o . . . .Con ella soñaba

Mazzini ,perseguido, hambr ien to , saliendo á

los caminos de Suiza, desgreñada la blan­

ca cabel lera , para rogar á los t r anseún tes

sobre la agonía de su I ta l ia bajo los cas­

cos de los Croatas. Con ella soñaba Ko-

cíusko. Con ella soñaba Palackoff, dando

al viento como mariposas del dolor sus es­

trofas a ladas , allá sobre las playas de Si-

ber ia , bajo el cielo sin luz, cerca á las

olas negras , á la estepa inc lemen te , v ien­

do levanta rse en el cielo t r i s te una es­

t re l la blanca, que él l lamaba el alma de

Polonia ¡Oh sueños con la l ibertad y

la patr ia ; sueños gene radores del hero ís ­

mo y de la gloria; columna de fuego que

lleváis los pueblos al combate; ¡oh bellos y

pálido heraldos que lleváis las g randes a l ­

mas al mar t i r io , benditos seáis!

. L a l iber tad es el sueño de las a r m a 8

grandes .

La patr ia esclava es el to rmento de las

almas fuertes .

¡Oh sueño tempestuoso y bravio de los

oprimido?! Pasad, soñadores , con la fren­

te alta, s in t iendo como os pers igue la car­

cajada estólida del vulgo. Mañana, si vues­

t ro ensueño es real idad, vues t ra es la g lo ­

r ia ; si él es quimera , vues t ra es la glo­

r ia .

Los sueños nobles ennoblecen.

Al soplo de un s u é ñ e s e alzó la A m é r i c a

del fondo de los mares solitarios; en las

alas;flamígeras de otro sueño subió la l i­

ber tad á la cima de los Andes. Si la vida

es sueño, ¡beneitos sean los que sueñan

con lo g rande y con lo noble!

Mart í es el verbo de C u b a luchadora .

Su acento pasa sobre las mult i tudes co­

mo.un g rande y generoso soplo, venido

del océano inmenso , del campo libre-

lleno de a r o m a s , respi rando vida. Él m u r ­

m u r a al oído del emigrado , del vencido,

del en fe rmo , la mágica palabra: esperanza!

El vá á todas las a lmi s m u r m u r á n d o l e no

sé qué t ierno acento de cariño; no sé qué

ex t raño y asordador himno de grandeza.

Marti es el acento melancólico del a lma

cubana, que vá gimiendo a v e c e s solitaria)

á vecesdol iente , y en ot ras se alza v ibra lo-

r a y ter r ib le ; que her ida se recoge para l lo­

r a r en sus montescomo una paloma azul e n ­

t r e su nido, é indignada se alza, o t ras , co"

mu un cóndor bravio lanzando gr i to si-

n i e s t r o . . .

La elocuencia de Martí es la del cora­

zón.

Su t rase , obscura á veces, coloreada,

rad ian te e n otras , sale de sus labios im­

pregnada de sent imiento, ya sea vaga co­

mo la t r i s tezaque agobia su alma, ya tem­

pestuosa y soberbia como la indignación

que lo posee.

Oyéndole, se piensa en la patr ia , en la

just ic ia , en la l ibertad, en el bien; se al­

zan en las lontananzas del recuerdo los

mira jes de los bosques patr ios; se oye co­

mo el r u m o r de Y e r g n ' a u d en el salón

de los Roland, y pasan por la memor ia los

pálidos héroes del cadalso y de la gue­

r r a . . .

Así como él; asi debió ser Yergn iaud .

Su misma juven tud ; su mismo aspecto pen­

sador y triste; su misma frase pulida como,

a r m a d u r a de antiguo caba ' lero en día de

jus ta ; el mismo culto á la pureza de s e n t i ­

miento y á la castidad de la frase; e*

amor desbordante por el .pueblo; el mismo

corazón sereno y t ie rno; la misma basta

erudición clásica; la misma estoica res ig­

nación al m a r t i r i o . . .Todo lo mismo; pero

más fuerza, más real idad, más lucha en

Marti .

Cuando principia á hablar con la frente

inclinada, como si pesaran sobre ella t o -

dos los dolores de su patria, se ve allí al

vencido doloroso; más cuando echa a t r á s

su cabeza poderosa, sacude su ca'beilera

y lanza súfrase indignada, se vé de pié ai

apóstol, aquel cuyo verbo condensado

puede ser luego una t o r m e n t a .

Tr is teza infinita de !a patr ia; entusias­

mo de lucha y de batalla, eso inspira el

acento dé Martí. Su elocuencia no asorda,

no ciega, impone con imponencia mágica.

Como en una tempestad en el polo no se

escucha vibrar el t rueno y solo se ven

bri l lar los relámpagos rojizos en la en t r a ­

ña de la nube obscura, allá donde van las

olas en tropel, el mar espumea furioso y

sobre el abismo negro brilla el cielo in­

c e n d i a d o . , . .

Cuba t iene muchas representac iones

egreg ias de sus energías , pero el pensa­

miento de su independencia tiene en

Marti la más pura, la más e locuente y l a

más s incera de sus voces.

Tal es el . t r ibuno. -

Como jefe de part ido, jñzguen lo allá los

suyos, por lo suyo .

Después de todo, Mart í quedará en pié

cerno una g r ande a l m a . . . .

Pasa rá acaso el ruido de su talento,

pero no pasará el recuerda de sus luchas

y el resplandor de su vir tud.

Solo el bien perdura .

J . M. VARGAS YILA.

La BEilGEhlICIA CDBiNA Los americanos del nor te han dado e[

ejemplo más sublime de patriotismo, que

se puede dar á las naciones Sud-America­

nas reconociendo la bel igerancia cubana.

La l iber tad: esa diosa tan adorada del

mundo encero, y conocida en to l a s las

naciones civilizadas, pronto será la que

vaya á colocar la es t re l la solitaria, en la

bandera de la per la de las Ant ' l las, en la

hero ica Cuba.

La gloria de las naciones consiste en

ser Ubi'es, pues sin i a libertad no puede

haber adelantos morales ni mal'eriales:

la autocracia, es la llaga social que co­

rrompe las naciones, y las lleva d la de­

pravación y al vicio; por eso Cuba lucha

por su independencia , porque no quiere

ser la m a n c h a ignominiosa de la Amér i ­

ca, de esa América donde nacieron W a s ­

hington, F rank l in , Monroe , Juárez, Bolí­

var , San Mar t in , Sucre , Art igas y o t r o s

mil. L a sangre de r r amada por sus hijos

en a ras de la l iber tad, forman to r ren te s

que ahogan los gri tos de victoria dados

por la t i rania .

¡Cayó Marti! y cayeron muchos otros,

hé roes dé l a l i be r t adcubana .pe ro l a sangre

de r r amada en holocausto de la patr ia; sir­

ve de ga la rdón y estimulo á las g e n e r a ­

ciones venideras . ¡Loor! á los patr iotas cu­

banos que con su ejemplo han conmovido

las fibras del patriotismo y que saben mo­

rir por ser libres.

La gran República de Nor te-América ,

puede es tar orgullosa en ser la p r imera

en r e c o n o c e r l a bel igerancia cubana, co­

mo también fué la pr imera en romper la

infames cadenas de la t i raeia.

\Americanoidel Sudl desde el Niágara al

cabo de Hornos las frases del gran pa t r io­

ta Monroe será un hecho.

América para los ameriemos.

Reconozcamos pues, todas las r e p ú b l i ­

cas americanas la l ibertad de la he ro ica

Cuba y ayudaremos á hacer efectiva esa

frase,

Y i va Cuba Libre .

Vivar, los Estados Unidos.

Zqpican.

Uno de los muchachos amer i canos .

Montevideo, Abril 11 de IS9&

LECHUZA P o r todas las vias se confirma que el

combate de Lechuza á más de ser el más

sangr iento de todos lo que han tenido lu~

g a r en la actual campaña de Cuba, ha si -

do una ve rdade ra catástrofe pa ra las fuer­

zas españolas solo comparable aunque en

menores proporciones, con la sufrida con

las t ropas italianas en África.

Según las más exactas vers : ones , Anto­

nio Maceo disponía, de cerca de 8.000hom­

bres y el genera l Suarez rucian de solo

P o r es ta vez, l a desproporc ión numér i ­

ca en favor de los pat r io tas , que s iempre

mencionan los pa r t e s oficiales del gobier­

no de España, ha sido c ie r ta .

La columna española luchó con valor

heroico, y esto prec isamente dio lugar

que la acción fuera t an sangr ienta . Los

españoles tuvieron 450 muertos y cerca de

500 heridos y las fuerzas de la República

200 muer tos y más de 300 heridos, que

están en asistencia en Lechuza, que quedó

en poder de Maceo, y sus a l rededores , con­

jun t amen te con muchos de los heridos es"

pañoles. • ' H?

A la Habana han principiado á l legar

numerosos her idos, que cuentan h o r r o r e s

de esa acción en que el a rma blanca tu­

vo más preferencia .

¡Cuanta sangre de r r amada por valerosos

combat ientes , á causa de los que gozando

de todas las delicias del s ibari t ismo en

Madrid, se obcecan en m a n t e n e r en Cuba

la t i ranía!

España es vict ima á la par de Cuba del

mons t ruo de la monarquía.

Y al r econoce r CUBA LIBRE el valor de

las fuerzas del genera l Suarez Inclan, no

puede dejar en olvido al bravo Maceo y

sus denodados soldados, que luchando dia

á diay sin descanso, encuent ran s iempre

en la es t re l la de libertod que los guía, las

fuerzas necesarias para vencer el po rven i r

d é l a patr ia .

¡Yiva Antonio Maceo! ¡Vivan los solda­

dos americanos de la l iber tad .

REPRESALIAS

E r a n inev i tab les ; se veían ven i r La fu­

r ia española las han estado provocando dia

á dia,y h o r a a h o r a durante ca to rce meses.

Parec ía que avergonzados el Go b ie rno

de Alfonso XIII y los niños mimados de

Emilio Castelar, d e la magnanimidad de

los patr iotas , ex t r emaban su barbar ie p a ­

ra obligarlos ú r enunc ia r á ella.

A la generosidad constante de los r e ­

publicanos con los veuicidos, el Gobierno

español ha contestado con sus ominiosos

bandos y sus diarios fusilamientos.

A su caridad con los enemigos he r idos ,

con el presidio y las ne -aciones á mujeres

y ancianos,

Al respeto á la humanidad de los pa­

tr io tas , con el asesinato de los niños.

E l vaso ha rebazado, la paciencia se ha

agotado, y á las tropelías comet idas en

Sugua la Grande por las tropas de W e y ­

ler y los voluntar ios , , la Revolución ha

puesto por c o n ectivo 22 cadáveres pen­

dientes de otras tantas pa lmeras

¡Que la sangre de r r amada caiga sobre la

monarquía y sobre sus miserables s ica­

rios?

BELIGERANCIA

Siguen los Estados Unidos los trabajos

para reconocer al Ejército de Cuba la beli­gerancia. El Pres idente , Cleveland ha

remit ido al Congreso en ca rác te r reserv a

do todo el exped ien te de informaciones in­

coado por el Gobierno. .••-.:;.-.'r.- -'

Es voz cor r i en te qiie Méjico; el Brasi l ,

otras repúblicas se «d'ésii an ' al reconocí"

miento de Estados Unidos,

Page 4: Orbano de propaganda y deîerçsa de la Irçdeperçdepa de ...anaforas.fic.edu.uy/jspui/bitstream/123456789/3842/... · cracia llegó un día que creyó, en su sober bia, que podía

C U B A L T B B E

B A S E S

D e l P a r t i d o R e v o l u c i o n a r i o C u ­b a n o , p r o p u e s t a s p o r e n c a r g o d e l a e m i g r a c i ó n d e C a y o H u e s o y a p r o b a d a s p o r l a s d e m á s e m i ­g r a c i o n e s . -

Ar t l.° El Par t ido Revolucionario Cuba­no se conti tuye para lograr , con los es* fuei'zos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absolli­tad de la Isla Je Cuba, y fomentar y au­xi l iar la de P u e r t o Rico.

Ar t . 2.° El Pa r t i do Relucionario Cubano no fiené por objeto pricipi tar inconside­r adamen te la g u e r r a en Cuba, ni lanzar á toda costa al país á un movimiento mal dispuesto y discorde, sino ordenar , de a-cuerdo con cuantos e lementos vivos y hon* rados se le unan una g u e r r a generosa y breve encaminada, á asegura r en la paz el trabajo, y la felicidad de los habi tantes de isla.

Ar t . 3, El Part ido Revolucionario Cuba­no r e u n i r á les elementos de revolución hoy exis tentes y al legara á sin compromi­sos inmorales con pueblo ú hombre alguno, cuantos elementos nuevos pueda, afin de fundar en Cuba por una g u e r r a deespí r i tu y método republicanos,una Nación capaz de asegura r la dicha durable de sus hijos y de cumplir en la vida histórica del con­t inen te , los deberes difíciles que su s i tua ­ción geográfica le señalan.

Ar t . 4. El Pa r t ido Revolucionario Cu­bano no se propone pe rpe tua r en la R e ­pública OubanaY con formas nuevas ó con al teraciones más aparen tes que esenciales el espíri tu au tor i ta r io y la composición burocrát ica de la colonia, sino fundar en el ejercicio franco y cordial de las capaci­dades legítimas del hombre , un pueblo nuevo y de s incera democracia, capaz de vencer , por el orden del trabajo real y el equilibrio de las fuerzas sociales, los pel i ­gros de la l iber tad repen t ina en una socie­dad compuesta por la esclavitud.

Ar t . 5. El Par t ido Revolucionario Cu­bano no tiene-por objeto l levar á Cuba u n a agrupación victoriosa que considere la Isla como su presa y dominio, sino p r e ­para r , con cuantos medios eficaces le per ­mita la l ibertad del ex t ran je ro , la g u e r r a que se ha de hacer para el decoro y bien de todos los cubanos, y e n t r e g a r á todo el país la patr ia libre.

Ar t . 6. El Par t ido Revolucionar io Cubano se establese para fundar la patria, una cor dial y sagaz, que desde sus trabajos de p i e par-ación, y en cada uno de ellos, vaya dis poniéndose para salvarse de los peligros n te rnos y externos que la amenacen, y sust i tuir al desorden económico en que a-goniza, un sistema de Hacienda pública que abra el país inmedia tamente a l a ac­tividad diversa de sus habitantes .

\rt¡ 7. El Par t ido Revolucionrio Cubano cuidará de no a t r ae r se , con hecho ó des-claración alguna indiscre ta d u r a n t e su propaganda, Ja malevolencia ¿suspicacia de los pueblos con quienes la prudencia ó el afecto aconseja ó impone el m a n t e n i ­miento de relaciones cordiales .

Ar t 8. El Par t ido Revolucionario Cuba­no tiene por propósitos concretos los si­guientes:

[. Unir en un esfuerzos continuo y co­mún la acción de todos los cubanos res i ­dentes en el ex t r an j e ro .

ÍI. F o m e n t a r relaciones s inceras en t r e los factores históricos y políticos de den t ro -y fuera de ' a Isla que puedan cont r ibu i r al triunfo rápido de la g u e r r a y á la mayor fuerza y eficacia de las int i tuciones que después de ella se funden, y deben ir en g e r m e n en ella.

II I . P r o p a g a r en Cuba el conocimiento del espíritu y ios móviles de la revolución y congrega r á los habitantes de la Isla en un ánimo favorable á su victoria, por medio que no ponga innecesar iamente en riesgo las vidas cubanas.

IV. Alegar fondos de acción para la rea­lización de su programa, á la vez que r e ­cursos p a r a l a gue r r a .

V. Establecer d i sc re tamente con los pue­blo amigos relaciones que t iendan á acelar, con la menor sangre y sacrificios posibles, el éxito de la guer ra y la nueva Repúbl ica indispensable al equilibrio amer icano .

Ar t . 9. El Par t ido Revolucionario Cuba­no se r e g i r á conforma á los Es ta tu tos se­cretos que acuerdan las - organizaciones que lo fundan.

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