oralidad para la salvaguardia del patrimonio inmaterial en américa

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  • ORALIDAD | 3

    s un gran placer poder dirigirme a los lectores de esta nueva entrega de ORALIDAD, publicada por la Oficina Regional de Cultura para Amrica Latina y el Caribe de la

    UNESCO desde 1988, y dedicada al rescate, proteccin, reconocimiento y promocin de la tradicin oral, las lenguas en peligro y el estudio del patrimonio inmaterial de las diversas comunidades de esta regin. Su lectura permite adentrarnos en estas realidades y conocer los proyectos implementados por las oficinas de la UNESCO en Amrica Latina y el Caribe.

    Las lenguas maternas, como fuentes de creatividad y vehculos de expresin cultural, son primordiales para la salud de las sociedades. La instruccin en las lenguas maternas es, adems, un medio poderoso para luchar contra todo tipo de discriminaciones. Como manantiales de conocimiento, las lenguas son puntos de partida para el logro de un desarrollo ms sostenible y el establecimiento de una relacin ms armoniosa con el medio ambiente y el cambio.

    La salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial es un elemento clave en el reconocimiento y valoracin de nuestra rica diversidad cultural al definirse como aquellas manifestaciones y expresiones que dan un sentido de identidad y de continuidad a las comunidades y grupos portadores de este patrimonio. Su salvaguardia contribuye al desarrollo local gracias a su capacidad cohesionadora y gracias a la continua transmisin y recreacin del conocimiento dentro de esas sociedades.

    Durante el presente Ao Internacional de los Afrodescendientes (2011), la UNESCO ha venido desarrollando diferentes proyectos con el fin de reconstruir la historia de la Ruta del Esclavo y promover para todos los individuos el goce pleno de los derechos econmicos, culturales, sociales, civiles y polticos, la participacin e integracin en todos los aspectos de la sociedad, y la promocin de un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de su herencia y su cultura.

    Desde mi nombramiento, he declarado que un nuevo humanismo debe regir las polticas internacionales en las que se reconozca la cultura como un elemento clave en el desarrollo. Me refiero a la cultura entendida no slo como un producto de mercado sino sobre todo como el marco fundamental de actuacin de cualquier sociedad humana. La cultura es un componente esencial del desarrollo humano y constituye una fuente de identidad, innovacin y creatividad para las personas y comunidades, as como un instrumento de reconciliacin y cohesin social.

    Tengo un especial inters en que el programa de la UNESCO refleje con mayor nfasis, si cabe, los principios rectores de nuestra Organizacin. Esos principios que buscan contribuir al bienestar de las personas a travs de un mejor entendimiento entre las sociedades, el reconocimiento de nuestra rica diversidad cultural y la promocin del dilogo intercultural. Estoy convencida de que los artculos propuestos en esta edicin n 17 de Oralidad son una excelente muestra de cmo los ideales de nuestra Organizacin se traducen en la cotidianeidad prctica de las comunidades que forman la rica diversidad cultural de Amrica Latina y el Caribe.

    Saludo de la Directora General

    www.unesco.org

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    s un gran placer poder dirigirme a los lectores de esta nueva entrega de ORALIDAD, publicada por la Oficina Regional de Cultura para Amrica Latina y el Caribe de la

    UNESCO desde 1988, y dedicada al rescate, proteccin, reconocimiento y promocin de la tradicin oral, las lenguas en peligro y el estudio del patrimonio inmaterial de las diversas comunidades de esta regin. Su lectura permite adentrarnos en estas realidades y conocer los proyectos implementados por las oficinas de la UNESCO en Amrica Latina y el Caribe.

    Las lenguas maternas, como fuentes de creatividad y vehculos de expresin cultural, son primordiales para la salud de las sociedades. La instruccin en las lenguas maternas es, adems, un medio poderoso para luchar contra todo tipo de discriminaciones. Como manantiales de conocimiento, las lenguas son puntos de partida para el logro de un desarrollo ms sostenible y el establecimiento de una relacin ms armoniosa con el medio ambiente y el cambio.

    La salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial es un elemento clave en el reconocimiento y valoracin de nuestra rica diversidad cultural al definirse como aquellas manifestaciones y expresiones que dan un sentido de identidad y de continuidad a las comunidades y grupos portadores de este patrimonio. Su salvaguardia contribuye al desarrollo local gracias a su capacidad cohesionadora y gracias a la continua transmisin y recreacin del conocimiento dentro de esas sociedades.

    Durante el presente Ao Internacional de los Afrodescendientes (2011), la UNESCO ha venido desarrollando diferentes proyectos con el fin de reconstruir la historia de la Ruta del Esclavo y promover para todos los individuos el goce pleno de los derechos econmicos, culturales, sociales, civiles y polticos, la participacin e integracin en todos los aspectos de la sociedad, y la promocin de un mayor conocimiento y respeto de la diversidad de su herencia y su cultura.

    Desde mi nombramiento, he declarado que un nuevo humanismo debe regir las polticas internacionales en las que se reconozca la cultura como un elemento clave en el desarrollo. Me refiero a la cultura entendida no slo como un producto de mercado sino sobre todo como el marco fundamental de actuacin de cualquier sociedad humana. La cultura es un componente esencial del desarrollo humano y constituye una fuente de identidad, innovacin y creatividad para las personas y comunidades, as como un instrumento de reconciliacin y cohesin social.

    Tengo un especial inters en que el programa de la UNESCO refleje con mayor nfasis, si cabe, los principios rectores de nuestra Organizacin. Esos principios que buscan contribuir al bienestar de las personas a travs de un mejor entendimiento entre las sociedades, el reconocimiento de nuestra rica diversidad cultural y la promocin del dilogo intercultural. Estoy convencida de que los artculos propuestos en esta edicin n 17 de Oralidad son una excelente muestra de cmo los ideales de nuestra Organizacin se traducen en la cotidianeidad prctica de las comunidades que forman la rica diversidad cultural de Amrica Latina y el Caribe.

    Saludo de la Directora General

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    22 El Palabrero como restaurador de paz MIgUELNgEL LPEz-HERNNDEz

    26 Tuksik chuspi runa el hombre avispa: Tradicin oral kichwa amaznica, ecoturismo y la conservacin del patrimonio natural y cultural del Yasun PHILIP gONDECkI y MIgUEL ANDy

    34 Fuego de AK-LLE 13: oralidad en rfagas de msica LAyDA FERRANDO LEDO y CARMEN SOUTO ANIDO

    40 2011: Ao Internacional de los Afrodescendientes MIgUEL BARNET

    42 Ruta de poblados y sitios de afrodescendientes en Repblica Dominicana CARLOS HERNNDEz SOTO

    VOCES DEL SUR48 Sitios de memoria de la Ruta del Esclavo en Argentina,

    Paraguay y UruguayMARTA gOLDBERg, DINA PICOTTI, MNICA LACARRIEU, MNICA gORgAS y MARIA REBECA MEDINA; IgNACIO TELESCA; ANA FREgA, kARLA CHAgAS, ALEx BORUCkI y NATALIA STALLA

    56 La diosa de las aguasRENzO PI HUgARTE

    Para la salvaguardia del Patrimonio Inmaterial en Amrica Latina y el Caribe

    18 PerioLibros: Literatura, Pintura y Periodismo en Amrica Latina y el CaribeBLANCA PATALLO

    20 El Kit de Patrimonio Inmaterial en aimara y guaran

    gILDA BETANCOURT

    18

    3 Saludo de la Directora General

    7 Editorial

    8 La tradicin oral y su relevancia para la transmisin del patrimonio inmaterialCCILE DUVELLE

    14 El Programa de Lenguas de la UNESCO y la promocin de la diversidad lingstica en Amrica Latina MARA JOS MIANA

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    Anuario 17/2011

    Fotos de portada y contraportada:El candombe y su espacio sociocultural: una prctica comunitaria, Uruguay. 2008, Sellanes.

    FOTOgRAFA TOMADA DURANTE LA REALIzACIN DEL SPOT DE PROMOCIN DE LA CONVENCIN 2005.ESCUELA INTERNACIONAL DE CINE y TELEVISIN DE SAN ANTONIO DE LOS BAOS (CUBA). NICOLS ORDOEz, 2011.

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    26 Tuksik chuspi runa el hombre avispa: Tradicin oral kichwa amaznica, ecoturismo y la conservacin del patrimonio natural y cultural del Yasun PHILIP gONDECkI y MIgUEL ANDy

    34 Fuego de AK-LLE 13: oralidad en rfagas de msica LAyDA FERRANDO LEDO y CARMEN SOUTO ANIDO

    40 2011: Ao Internacional de los Afrodescendientes MIgUEL BARNET

    42 Ruta de poblados y sitios de afrodescendientes en Repblica Dominicana CARLOS HERNNDEz SOTO

    VOCES DEL SUR48 Sitios de memoria de la Ruta del Esclavo en Argentina,

    Paraguay y UruguayMARTA gOLDBERg, DINA PICOTTI, MNICA LACARRIEU, MNICA gORgAS y MARIA REBECA MEDINA; IgNACIO TELESCA; ANA FREgA, kARLA CHAgAS, ALEx BORUCkI y NATALIA STALLA

    56 La diosa de las aguasRENzO PI HUgARTE

    Para la salvaguardia del Patrimonio Inmaterial en Amrica Latina y el Caribe

    18 PerioLibros: Literatura, Pintura y Periodismo en Amrica Latina y el CaribeBLANCA PATALLO

    20 El Kit de Patrimonio Inmaterial en aimara y guaran

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    3 Saludo de la Directora General

    7 Editorial

    8 La tradicin oral y su relevancia para la transmisin del patrimonio inmaterialCCILE DUVELLE

    14 El Programa de Lenguas de la UNESCO y la promocin de la diversidad lingstica en Amrica Latina MARA JOS MIANA

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    Anuario 17/2011

    Fotos de portada y contraportada:El candombe y su espacio sociocultural: una prctica comunitaria, Uruguay. 2008, Sellanes.

    FOTOgRAFA TOMADA DURANTE LA REALIzACIN DEL SPOT DE PROMOCIN DE LA CONVENCIN 2005.ESCUELA INTERNACIONAL DE CINE y TELEVISIN DE SAN ANTONIO DE LOS BAOS (CUBA). NICOLS ORDOEz, 2011.

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    Oralidad es una revista peridica que la Oficina Regional de Cultura de la UNESCO para Amrica Latina y el Caribe publica desde 1988. Su objetivo es difundir las actividades en la regin que contribuyen a implementar el programa de la UNESCO en el campo de la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial y la promocin de la diversidad lingstica. Este nmero 17 cuenta adems con la colaboracin de las oficinas de la UNESCO en Brasilia, Montevideo y Quito, as como de la Seccin de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.

    Oficina RegiOnal de cultuRa de la uneScO paRa amRica latina y el caRibe, la Habana, cubawww.unesco.org.cu www.lacult.orgHerman van Hooff, Fernando Brugman, Vctor Marn, Gilda Betancourt, Elsa Martin, Begoa Guzmn, Blanca Patallo, Leire Fernndez, Olga Valerino.

    Oficina de la uneScO en bRaSilia, bRaSilwww.unesco.org/new/pt/brasilia/home/Vincent Defourny, Jurema Machado, Patrcia Reis Da Silva.

    Oficina RegiOnal de cienciaS de la uneScO paRa amRica latina y el caRibe, mOntevideO, uRuguaywww.unesco.org/montevideo Jorge Grandi, Frdric Vacheron, Gabriela Pacheco.

    Oficina de la uneScO en QuitO, ecuadORwww.unesco.org/quito Firmin Matoko, Alcira Sandoval, Enrico Dongiovanni.

    Seccin de patRimOniO cultuRal inmateRial, uneScO, paRS, fRanciawww.unesco.org/culture/ich/Ccile Duvelle, Berta de Sancristbal, Edmond Moukala, Hugues Sicard.

    cOntactOuneScO la [email protected] Calle Calzada No. 551, Esquina a Calle D, Vedado, La Habana. CP 10400.Telef.: +537 833 3438, 832 2840, 832 7741, 832 7638. Fax: +537 833 3144Para consultas o envo de propuestas de artculos a Oralidad, puede dirigirse a [email protected]

    Produccin: Grupo Excelencias www.excelencias.com Correccin editorial: Mara Emilia Soteras

    [email protected]: Miguel Guerrero [email protected]

    agRadecimientOSEmbajada de Francia, Casa de las Amricas y Fundacin Fernando Ortiz.

    Los artculos firmados expresan el criterio de sus autores y no comprometen en modo alguno a la UNESCO. Las imgenes, excepto cuando se indican, son proporcionadas por los propios autores quienes son responsables de las mismas. Las opiniones que se expresan no reflejan necesariamente las de la UNESCO y no implican en modo alguno a la Organizacin.

    74 Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de Amrica LatinaJAIME URRUTIA

    76 Centro Regional para el Fomento del Libro en Amrica Latina y el CaribeFERNANDO zAPATA

    78 Publicacin de la UNESCO: Historia General de frica en portugus

    79 Audiovisual de la UNESCO: 2011, Ao Internacional de los Afrodescendientes

    80 Concierto por el Da Mundial de la Diversidad Cultural

    ESMERALDAS NEgRAS58 Oralidad y cultura en las comunidades negras

    de Esmeraldas, EcuadorPABLO MINDA BATALLAS

    62 Apaa, apaa: sobre lo que se dice que somosJUAN gARCA SALAzAR

    64 Agua, ro y memoria: una lectura desde la tradicin oralJUAN gARCA SALAzAR

    66 El Mentidero (paso - piragua de la oralidad)JAVIER MIgUEL VALENCIA ALARCN

    68 La visin emancipadora de Frantz FanonSONIA DAyAN-HERzBRUN

    70 Afroamrica en la literatura y la poesaNANCy MOREJN

    58

    veinticinco aos de la primera reunin con expertos en tradiciones orales, convocada por esta Oficina Regional de Cultura, en La Habana del 14

    al 16 de julio de 1986, el anuario Oralidad, en su edicin 17, contina mante-niendo su convencimiento de que la tradicin oral de los pueblos constituye un componente fundamental de nuestro acervo cultural y es propsito de la UNESCO contribuir a la preservacin de esta importante fuente de informacin y medio de comunicacin.

    Al celebrarse en 2011 el Ao Internacional de los Afrodescendientes, en una regin como Amrica Latina y el Caribe, donde las races africanas nutren la conciencia comn y cobran vida en la msica, la literatura, la danza, las artes plsticas, en el imaginario popular, en fin, en todas las manifestaciones de la cultura, Oralidad desea contribuir a divulgar las acciones nacionales y fomentar la cooperacin regional e internacional en beneficio de las personas de ascen-dencia africana.

    Nos complace abrir esta edicin con un mensaje especial enviado por la Directora general de la UNESCO que enfatiza el papel clave de la cultura en el desarrollo, y en el nuevo humanismo que debera regir las polticas interna-cionales, esto es, un paradigma de desarrollo verdaderamente centrado en las personas. Adems, presenta otros temas que contribuyen al conocimiento e intercambio de los procesos culturales, promoviendo comunidades abiertas que propician el dilogo como fuente de conocimiento y medio de resolucin de conflictos.

    Deseo agradecer la contribucin de todos los colaboradores de este nmero por acercarnos a ejemplos de la rica diversidad de la regin, as como a nuestros colegas de las oficinas de la UNESCO en la Regin y a los centros bajo los auspi-cios de la UNESCO por compartir su trabajo con todos nosotros.

    Herman van HooffDIrector

    [email protected] www.unesco.org.cu

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    Oralidad es una revista peridica que la Oficina Regional de Cultura de la UNESCO para Amrica Latina y el Caribe publica desde 1988. Su objetivo es difundir las actividades en la regin que contribuyen a implementar el programa de la UNESCO en el campo de la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial y la promocin de la diversidad lingstica. Este nmero 17 cuenta adems con la colaboracin de las oficinas de la UNESCO en Brasilia, Montevideo y Quito, as como de la Seccin de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.

    Oficina RegiOnal de cultuRa de la uneScO paRa amRica latina y el caRibe, la Habana, cubawww.unesco.org.cu www.lacult.orgHerman van Hooff, Fernando Brugman, Vctor Marn, Gilda Betancourt, Elsa Martin, Begoa Guzmn, Blanca Patallo, Leire Fernndez, Olga Valerino.

    Oficina de la uneScO en bRaSilia, bRaSilwww.unesco.org/new/pt/brasilia/home/Vincent Defourny, Jurema Machado, Patrcia Reis Da Silva.

    Oficina RegiOnal de cienciaS de la uneScO paRa amRica latina y el caRibe, mOntevideO, uRuguaywww.unesco.org/montevideo Jorge Grandi, Frdric Vacheron, Gabriela Pacheco.

    Oficina de la uneScO en QuitO, ecuadORwww.unesco.org/quito Firmin Matoko, Alcira Sandoval, Enrico Dongiovanni.

    Seccin de patRimOniO cultuRal inmateRial, uneScO, paRS, fRanciawww.unesco.org/culture/ich/Ccile Duvelle, Berta de Sancristbal, Edmond Moukala, Hugues Sicard.

    cOntactOuneScO la [email protected] Calle Calzada No. 551, Esquina a Calle D, Vedado, La Habana. CP 10400.Telef.: +537 833 3438, 832 2840, 832 7741, 832 7638. Fax: +537 833 3144Para consultas o envo de propuestas de artculos a Oralidad, puede dirigirse a [email protected]

    Produccin: Grupo Excelencias www.excelencias.com Correccin editorial: Mara Emilia Soteras

    [email protected]: Miguel Guerrero [email protected]

    agRadecimientOSEmbajada de Francia, Casa de las Amricas y Fundacin Fernando Ortiz.

    Los artculos firmados expresan el criterio de sus autores y no comprometen en modo alguno a la UNESCO. Las imgenes, excepto cuando se indican, son proporcionadas por los propios autores quienes son responsables de las mismas. Las opiniones que se expresan no reflejan necesariamente las de la UNESCO y no implican en modo alguno a la Organizacin.

    74 Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de Amrica LatinaJAIME URRUTIA

    76 Centro Regional para el Fomento del Libro en Amrica Latina y el CaribeFERNANDO zAPATA

    78 Publicacin de la UNESCO: Historia General de frica en portugus

    79 Audiovisual de la UNESCO: 2011, Ao Internacional de los Afrodescendientes

    80 Concierto por el Da Mundial de la Diversidad Cultural

    ESMERALDAS NEgRAS58 Oralidad y cultura en las comunidades negras

    de Esmeraldas, EcuadorPABLO MINDA BATALLAS

    62 Apaa, apaa: sobre lo que se dice que somosJUAN gARCA SALAzAR

    64 Agua, ro y memoria: una lectura desde la tradicin oralJUAN gARCA SALAzAR

    66 El Mentidero (paso - piragua de la oralidad)JAVIER MIgUEL VALENCIA ALARCN

    68 La visin emancipadora de Frantz FanonSONIA DAyAN-HERzBRUN

    70 Afroamrica en la literatura y la poesaNANCy MOREJN

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    veinticinco aos de la primera reunin con expertos en tradiciones orales, convocada por esta Oficina Regional de Cultura, en La Habana del 14

    al 16 de julio de 1986, el anuario Oralidad, en su edicin 17, contina mante-niendo su convencimiento de que la tradicin oral de los pueblos constituye un componente fundamental de nuestro acervo cultural y es propsito de la UNESCO contribuir a la preservacin de esta importante fuente de informacin y medio de comunicacin.

    Al celebrarse en 2011 el Ao Internacional de los Afrodescendientes, en una regin como Amrica Latina y el Caribe, donde las races africanas nutren la conciencia comn y cobran vida en la msica, la literatura, la danza, las artes plsticas, en el imaginario popular, en fin, en todas las manifestaciones de la cultura, Oralidad desea contribuir a divulgar las acciones nacionales y fomentar la cooperacin regional e internacional en beneficio de las personas de ascen-dencia africana.

    Nos complace abrir esta edicin con un mensaje especial enviado por la Directora general de la UNESCO que enfatiza el papel clave de la cultura en el desarrollo, y en el nuevo humanismo que debera regir las polticas interna-cionales, esto es, un paradigma de desarrollo verdaderamente centrado en las personas. Adems, presenta otros temas que contribuyen al conocimiento e intercambio de los procesos culturales, promoviendo comunidades abiertas que propician el dilogo como fuente de conocimiento y medio de resolucin de conflictos.

    Deseo agradecer la contribucin de todos los colaboradores de este nmero por acercarnos a ejemplos de la rica diversidad de la regin, as como a nuestros colegas de las oficinas de la UNESCO en la Regin y a los centros bajo los auspi-cios de la UNESCO por compartir su trabajo con todos nosotros.

    Herman van HooffDIrector

    [email protected] www.unesco.org.cu

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    Tradicin oral y transmisin del Patrimonio Cultural Inmaterial

    las tradiciones y expresiones orales constituyen uno de los distintos mbitos en los que se manifiesta el patrimonio cultural inmaterial

    Ccile DUVELLE

    LA TRADICIN ORAL ES EL CONJUNTO DE

    TODOS LOS TIPOS DE TESTIMONIOS SOBRE

    EL PASADO qUE SON TRANSMITIDOS

    VERBALMENTE POR UN PUEBLO1.

    LOS PROVERBIOS, ADIVINANzAS,

    CUENTOS, CANCIONES INFANTILES,

    LEyENDAS, MITOS, CANTARES y

    POEMAS PICOS, CONJUROS, CANTOS

    O REPRESENTACIONES DRAMTICAS,

    SE TRANSMITEN DE BOCA EN BOCA,

    POR IMITACIN O POR INMERSIN EN

    UNA PRCTICA, DE gENERACIN EN

    gENERACIN. AL SER EL VECTOR ESENCIAL

    DE TRASMISIN DE CONOCIMIENTOS,

    DE VALORES CULTURALES y SOCIALES,

    y DE LA MEMORIA COLECTIVA, LA

    TRADICIN ORAL CONSTITUyE UNA DE

    LAS PRINCIPALES FORMAS DE EDUCACIN

    DE LAS SOCIEDADES HUMANAS, y

    DESEMPEA UN PAPEL PRIMORDIAL EN LA

    VITALIDAD DE LAS CULTURAS.

    esde su creacin, la UNESCO trabaja en la promocin de la diversidad cultural e intenta defender la tradicin oral de las amenazas

    provenientes de la globalizacin y las transforma-ciones sociales. Desde 1982, y como resultado de la Conferencia Mundial sobre Polticas Culturales (Mondiacult) que tuvo lugar en Mxico, se inst a la UNESCO a desarrollar su programa de actividades en pos de la salvaguardia y el estudio del patrimonio cultural inmaterial, en particular, de las tradiciones orales. Esta preocupacin a favor de las tradiciones orales fue nuevamente expuesta en 1997 durante una reunin organizada en Marruecos, donde se defini el concepto de patrimonio oral de la humanidad. Asimismo, se decidi establecer una distincin para la preservacin y valoracin de las obras maestras de este patrimonio. Un ao ms tarde se cre el progra-ma Proclamacin de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, confirmando as la importancia de este patrimonio y la necesidad de su salvaguardia. La Convencin de 2003 para la Salva-guardia del Patrimonio Cultural Inmaterial constituye la ltima etapa decisiva en este proceso, otorgndole un marco jurdico a la accin de promocin y salva-guardia del patrimonio cultural inmaterial.

    Como lo ilustra el artculo 2.1 de la Convencin, las tradiciones y expresiones orales constituyen uno de los distintos mbitos en los que se manifiesta el patri-monio cultural inmaterial, junto a las artes del espec-tculo, los usos sociales, rituales y actos festivos, los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, o las tcnicas artesanales tradicionales.

    La Convencin para la salvaguardia del patrimo-nio cultural inmaterial, aprobada en 2003, cuenta ya con 134 Estados Partes a menos de ocho aos de su adopcin. Es un ritmo de ratificacin que puede con-siderase muy rpido si se le compara con el de la muy conocida Convencin del Patrimonio Mundial, que necesit 20 aos para obtener, aproximadamente, el mismo nmero de ratificaciones.

    Sus cuatro objetivos, afianzados en su primer artculo, se complementan y refuerzan mutuamente: 1. La salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial; 2. El respeto al patrimonio cultural inmaterial de las comunidades, grupos e individuos de que se trate; 3. La sensibilizacin en el plano local, nacional e inter-

    nacional a la importancia del patrimonio cultural inmaterial y de su reconocimiento recproco; 4. La cooperacin y asistencia internacionales.

    Las acciones que pueden o deben de ser tomadas a nivel nacional y las previstas a nivel internacional se complementan y permiten alcanzar estos cuatro grandes objetivos. Los Estados Partes deben, sobre todo, tomar las medidas necesarias para identificar y salvaguardar el patrimonio cul-tural inmaterial presente en sus territorios, con la participacin plena de las comu-nidades concernidas y las organizaciones no gubernamentales pertinentes. Se trata de una de las pocas obligaciones previstas por la Convencin, que es la elaboracin de uno o varios inventarios, y su peridica actualizacin (artculo 12). La Convencin solicita adems al Estado que adopte una poltica general de salvaguardia del patri-monio inmaterial, establezca uno o varios organismos competentes en materia de salvaguardia, y fomente la investigacin cientfica, la educacin y la sensibilizacin en la importancia del patrimonio inmaterial y su salvaguardia. Los Estados, cada seis aos, estn obligados a rendir cuenta al Comit Intergubernamental de Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, acerca de las medidas que han tomado para salvaguardar el patri-monio inmaterial presente en su territorio.

    A escala internacional, los Estados Partes pueden proponer elementos del patrimonio inmaterial presentes en sus territorios para proceder a su inscripcin en las dos listas de la Convencin: la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia, y la Lista Repre-sentativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (artculos 17 y 16, res-pectivamente). Las Directrices operativas de aplicacin de la Convencin recomiendan la preparacin de candidaturas multinaciona-les cuando un elemento se encuentra en el territorio de varios Estados Partes.

    Los Estados Partes pueden adems pro-poner los programas, actividades y proyec-tos nacionales, subregionales o regionales de salvaguardia del patrimonio inmaterial que mejor reflejen los objetivos de la Con-vencin, los cuales, una vez seleccionados, son inscritos en el Registro de Mejores Prc-ticas, y ampliamente difundidos para que la experiencia adquirida beneficie a todos los Estados Partes (artculo 18).

    y como la cooperacin internacional est en el centro de la Convencin, una de las formas ms tangibles que cobra es la ayuda financiera internacional, a disposicin de los Estados Partes, especialmente de los pases en desarrollo, para sufragar sus esfuerzos de salvaguardia.

    Pasados los tres primeros ciclos de la aplicacin operativa de la Convencin, podemos sacar algunas conclusiones.

    La Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es la que ms atrae. A parte del provechoso inconveniente de 90 elementos heredados del programa de las Obras Maestras del

    P A T R I M O N I O I N M A T E R I A L P A T R I M O N I O I N M A T E R I A L

    PARACHICOS EN LA FIESTA TRADICIONAL DE ENERO EN CHIAPA DE CORzO, MxICO.

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    Tradicin oral y transmisin del Patrimonio Cultural Inmaterial

    las tradiciones y expresiones orales constituyen uno de los distintos mbitos en los que se manifiesta el patrimonio cultural inmaterial

    Ccile DUVELLE

    LA TRADICIN ORAL ES EL CONJUNTO DE

    TODOS LOS TIPOS DE TESTIMONIOS SOBRE

    EL PASADO qUE SON TRANSMITIDOS

    VERBALMENTE POR UN PUEBLO1.

    LOS PROVERBIOS, ADIVINANzAS,

    CUENTOS, CANCIONES INFANTILES,

    LEyENDAS, MITOS, CANTARES y

    POEMAS PICOS, CONJUROS, CANTOS

    O REPRESENTACIONES DRAMTICAS,

    SE TRANSMITEN DE BOCA EN BOCA,

    POR IMITACIN O POR INMERSIN EN

    UNA PRCTICA, DE gENERACIN EN

    gENERACIN. AL SER EL VECTOR ESENCIAL

    DE TRASMISIN DE CONOCIMIENTOS,

    DE VALORES CULTURALES y SOCIALES,

    y DE LA MEMORIA COLECTIVA, LA

    TRADICIN ORAL CONSTITUyE UNA DE

    LAS PRINCIPALES FORMAS DE EDUCACIN

    DE LAS SOCIEDADES HUMANAS, y

    DESEMPEA UN PAPEL PRIMORDIAL EN LA

    VITALIDAD DE LAS CULTURAS.

    esde su creacin, la UNESCO trabaja en la promocin de la diversidad cultural e intenta defender la tradicin oral de las amenazas

    provenientes de la globalizacin y las transforma-ciones sociales. Desde 1982, y como resultado de la Conferencia Mundial sobre Polticas Culturales (Mondiacult) que tuvo lugar en Mxico, se inst a la UNESCO a desarrollar su programa de actividades en pos de la salvaguardia y el estudio del patrimonio cultural inmaterial, en particular, de las tradiciones orales. Esta preocupacin a favor de las tradiciones orales fue nuevamente expuesta en 1997 durante una reunin organizada en Marruecos, donde se defini el concepto de patrimonio oral de la humanidad. Asimismo, se decidi establecer una distincin para la preservacin y valoracin de las obras maestras de este patrimonio. Un ao ms tarde se cre el progra-ma Proclamacin de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad, confirmando as la importancia de este patrimonio y la necesidad de su salvaguardia. La Convencin de 2003 para la Salva-guardia del Patrimonio Cultural Inmaterial constituye la ltima etapa decisiva en este proceso, otorgndole un marco jurdico a la accin de promocin y salva-guardia del patrimonio cultural inmaterial.

    Como lo ilustra el artculo 2.1 de la Convencin, las tradiciones y expresiones orales constituyen uno de los distintos mbitos en los que se manifiesta el patri-monio cultural inmaterial, junto a las artes del espec-tculo, los usos sociales, rituales y actos festivos, los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo, o las tcnicas artesanales tradicionales.

    La Convencin para la salvaguardia del patrimo-nio cultural inmaterial, aprobada en 2003, cuenta ya con 134 Estados Partes a menos de ocho aos de su adopcin. Es un ritmo de ratificacin que puede con-siderase muy rpido si se le compara con el de la muy conocida Convencin del Patrimonio Mundial, que necesit 20 aos para obtener, aproximadamente, el mismo nmero de ratificaciones.

    Sus cuatro objetivos, afianzados en su primer artculo, se complementan y refuerzan mutuamente: 1. La salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial; 2. El respeto al patrimonio cultural inmaterial de las comunidades, grupos e individuos de que se trate; 3. La sensibilizacin en el plano local, nacional e inter-

    nacional a la importancia del patrimonio cultural inmaterial y de su reconocimiento recproco; 4. La cooperacin y asistencia internacionales.

    Las acciones que pueden o deben de ser tomadas a nivel nacional y las previstas a nivel internacional se complementan y permiten alcanzar estos cuatro grandes objetivos. Los Estados Partes deben, sobre todo, tomar las medidas necesarias para identificar y salvaguardar el patrimonio cul-tural inmaterial presente en sus territorios, con la participacin plena de las comu-nidades concernidas y las organizaciones no gubernamentales pertinentes. Se trata de una de las pocas obligaciones previstas por la Convencin, que es la elaboracin de uno o varios inventarios, y su peridica actualizacin (artculo 12). La Convencin solicita adems al Estado que adopte una poltica general de salvaguardia del patri-monio inmaterial, establezca uno o varios organismos competentes en materia de salvaguardia, y fomente la investigacin cientfica, la educacin y la sensibilizacin en la importancia del patrimonio inmaterial y su salvaguardia. Los Estados, cada seis aos, estn obligados a rendir cuenta al Comit Intergubernamental de Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, acerca de las medidas que han tomado para salvaguardar el patri-monio inmaterial presente en su territorio.

    A escala internacional, los Estados Partes pueden proponer elementos del patrimonio inmaterial presentes en sus territorios para proceder a su inscripcin en las dos listas de la Convencin: la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia, y la Lista Repre-sentativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (artculos 17 y 16, res-pectivamente). Las Directrices operativas de aplicacin de la Convencin recomiendan la preparacin de candidaturas multinaciona-les cuando un elemento se encuentra en el territorio de varios Estados Partes.

    Los Estados Partes pueden adems pro-poner los programas, actividades y proyec-tos nacionales, subregionales o regionales de salvaguardia del patrimonio inmaterial que mejor reflejen los objetivos de la Con-vencin, los cuales, una vez seleccionados, son inscritos en el Registro de Mejores Prc-ticas, y ampliamente difundidos para que la experiencia adquirida beneficie a todos los Estados Partes (artculo 18).

    y como la cooperacin internacional est en el centro de la Convencin, una de las formas ms tangibles que cobra es la ayuda financiera internacional, a disposicin de los Estados Partes, especialmente de los pases en desarrollo, para sufragar sus esfuerzos de salvaguardia.

    Pasados los tres primeros ciclos de la aplicacin operativa de la Convencin, podemos sacar algunas conclusiones.

    La Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es la que ms atrae. A parte del provechoso inconveniente de 90 elementos heredados del programa de las Obras Maestras del

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    PARACHICOS EN LA FIESTA TRADICIONAL DE ENERO EN CHIAPA DE CORzO, MxICO.

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    Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humani-dad, los cuales han sido incluidos autom-ticamente en la Lista Representativa, se han inscrito 123 nuevos elementos en esta lista en dos ciclos de inscripcin, que actualmen-te cuenta con un total de 213 elementos inscritos. Comprese con los 16 elementos inscritos en la Lista de Salvaguardia Urgente en el mismo periodo de tiempo, y con los 3 programas seleccionados en el Registro de las mejores prcticas de salvaguardia.

    El artculo 16 de la Convencin estipula que el objetivo de la Lista Representati-va es asegurar una mejor visibilidad del Patrimonio Cultural Inmaterial, aumentar la conciencia de su importancia, y fomen-tar el dilogo en el respeto a la diversidad cultural. El impacto positivo que han tenido las inscripciones en esta lista para las co-munidades portadoras nos sugieren que la necesidad de reconocimiento y de respeto ha sido, hasta ahora, lo ms importante. El prembulo de la Convencin, que reconoce que "los procesos de mundializacin y de transformacin social por un lado crean las condiciones propicias para un dilogo renovado entre las comunidades pero por el otro tambin traen consigo, al igual que los fenmenos de intolerancia, graves riesgos de deterioro, desaparicin y destruccin del patrimonio cultural inmaterial ", alerta, sin embargo, sobre el peligro inminente de extincin, degradacin y destruccin del patrimonio inmaterial.

    Pero la sed de reconocimiento se im-pone, y an falta mucho para ser saciada. y podemos todava esperar una avalancha de propuestas de inscripcin en la Lista Representativa durante mucho tiempo. La necesidad de apoyar la diversidad cultural y su impacto en el desarrollo sostenible cobra todo su sentido, y es de agradecer que sean muy numerosas las comunidades deseosas de que sus prcticas se inscriban entre los elementos que se reconocen como repre-sentativos del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad".

    Los animados debates que trataron de resolver los desafos logsticos provocados por el nmero elevado de inscripciones en la Lista Representativa, en especial durante la ltima reunin del Comit en Nairobi, kenya, en noviembre de 2010, han enfatizado repetidamente la importan-cia y prioridad de la Lista de Salvaguardia Urgente y del Registro de mejores prcti-cas con relacin al objetivo principal de la Convencin, tal y como enuncia su artculo primero: la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.

    El Registro de buenas prcticas, por ejemplo, es una disposicin original de la Convencin, que materializa la cooperacin internacional y la plataforma que puede

    ofrecer la UNESCO en este sentido. Su ob-jetivo es poner a disposicin de los Estados, y tambin de la sociedad civil y de todos los interesados en la salvaguardia del patrimo-nio inmaterial, ejemplos de buenas prcticas de salvaguardia, explicitando los retos que enfrentan, los mtodos utilizados, las difi-cultades encontradas. Sin embargo, pocas propuestas de inscripcin en este registro se han presentado hasta ahora, y las nuevas propuestas, cuyo nmero va en aumento, vienen de un grupo reducido de Estados.

    Adems, curiosamente, el Fondo del Patrimonio Inmaterial, a disposicin de los Estados en apoyo a sus medidas de salva-guardia, y sustentado por las contribuciones obligatorias de los Estados Partes, al igual que el Fondo del Patrimonio Mundial, ha sido relativamente poco solicitado, como si, incluso antes de querer participar en una accin de salvaguardia o antes de solicitar financiamiento, lo importante fuera obtener primero el reconocimiento y respeto. Sin embargo, no quedan dudas de que este reconocimiento ha generado, en s mismo, un fuerte movimiento de revalorizacin de determinadas prcticas culturales a los ojos de la opinin pblica, con claros efectos positivos en la transmisin, y por tanto en la viabilidad, de estas prcticas dentro de las comunidades portadoras mismas.

    Los mecanismos de examen de las candidaturas tambin han sido diseados para establecer una diferencia entre la Lista Representativa y los otros mecanismos, como la Lista de Salvaguardia Urgente. Estos ltimos reciben ptimos servicios de asesoramiento, como los de la Convencin del Patrimonio Mundial; es decir, utilizando expertos independientes que recomien-dan al Comit la inscripcin, o no, en esta lista. Estos servicios de asesoramiento los presta un rgano consultivo formado por

    invitacin a hacerlo, aunque sea facultativa. Desde el punto de vista de la lgica de la salvaguardia, la pertinencia de una candida-tura multinacional es evidente, en especial porque el plan de salvaguardia concierne una comunidad especfica, independiente-mente de su ubicacin geogrfica, y porque la viabilidad del elemento podr asegurarse mejor si dicho plan concierne la totalidad de esa comunidad. La cooperacin entre los diferentes Estados tambin puede mejorar con este tipo de iniciativas multinacionales, ya que permiten el dilogo en torno a un pa-trimonio cultural comn, incluso en los casos en que el dilogo poltico es ms difcil.

    Se han presentado pocas candidatu-ras multinacionales en comparacin a las nacionales; 14 en total, y todas para la Lista representativa. La ms innovadora es, sin duda, la candidatura de la Cetrera, que fue presentada por once pases sin conti-gidad geogrfica y que se unieron en esta candidatura: los Emiratos rabes Unidos, que asumieron la coordinacin, Blgica, la Repblica Checa, Francia, la Repblica de Corea, Mongolia, Marruecos, qatar, Arabia Saudita, Espaa y la Repblica rabe Siria.

    Sin embargo, cierto nmero de candida-turas nacionales hubiesen podido inscri-birse como candidaturas multinacionales, ya que los elementos en cuestin se practican en otros territorios, adems del pas solici-tante. Algunas inscripciones han provocado incluso tensiones diplomticas cuando ciertos pases han descubierto, con asom-bro, que un elemento considerado muy representativo en su propio territorio fue presentado por otro pas, donde, incluso, su prctica es ms reducida. La experiencia ha demostrado que este asunto es, a menudo, el escenario de importantes intereses por los que algunos Estados tratan de desarro-llar, a travs del proceso de inscripcin, la idea de una "fuente original" de una u otra

    PIREkUA, CANCIN TRADICIONAL DE LOS PURHPECHA, MxICO.

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    Pudiramos preguntarnos, debido al gran nmero de elementos inscritos en la Lista Representativa, y del inters que esta Lista seguir suscitando probablemente en el futuro, si este tratamiento puede ser factible a largo plazo, ya que, de hecho, los seis miembros del rgano subsidiario asumen en buena medida la responsabi-lidad de las inscripciones en nombre de la Convencin. En efecto, durante las dos jornadas dedicadas a estas candidaturas en su reunin anual, el Comit mismo no tiene tiempo para debatir las conclusiones a las que el rgano subsidiario lleg tras varios meses de estudio.

    El patrimonio compartido, una nocin an difcil de admitir

    La Convencin y las directrices opera-tivas alientan las candidaturas multinacio-nales y las iniciativas para salvaguardar el patrimonio comn que una determinada comunidad identifica como propio. De he-cho, las comunidades constituyen la esencia de la Convencin, cuyo objeto es salva-guardar el patrimonio que ellas reconocen como suyo. Las comunidades estn sujetas a movimiento, dispersin, migracin. y, a diferencia de los bienes inmuebles obli-gatoriamente asentados en un territorio dado que las comunidades se resignan a abandonar cuando emigran, su patrimonio inmaterial se traslada con ellas, e incluso en ocasiones se acenta debido al alejamiento de su lugar de origen, convirtindose este patrimonio inmaterial en el ltimo baluarte de la afirmacin de su identidad cultural. Las expresiones de un patrimonio inmaterial pueden, por tanto, encontrarse bajo formas similares, o con un mnimo de diferencia, en varios pases, aunque no sean contiguos territorialmente.

    Las directrices operativas no exigen que los Estados deban comprobar si el elemento que desean proponer para su inscripcin tambin se practica en otro territorio. No existe la obligacin de proponer candida-turas multinacionales, sino solo una clara

    MSICA DE MARIMBA y CNTICOS TRADICIONALES DE LA REgIN DEL PACFICO SUR DE COLOMBIA.

    seis organizaciones no gubernamentales acreditadas y seis expertos independientes designados por el Comit de acuerdo con una distribucin geogrfica equitativa.

    A diferencia de la Lista de Salvaguardia Urgente, el Comit decide directamente la inscipcin o no de elementos en la Lista Representativa, apoyndose en las reco-mendaciones realizadas, durante un primer examen, por un rgano subisidario del Comit formado por 6 miembros, uno por cada regin del mundo.

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    Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humani-dad, los cuales han sido incluidos autom-ticamente en la Lista Representativa, se han inscrito 123 nuevos elementos en esta lista en dos ciclos de inscripcin, que actualmen-te cuenta con un total de 213 elementos inscritos. Comprese con los 16 elementos inscritos en la Lista de Salvaguardia Urgente en el mismo periodo de tiempo, y con los 3 programas seleccionados en el Registro de las mejores prcticas de salvaguardia.

    El artculo 16 de la Convencin estipula que el objetivo de la Lista Representati-va es asegurar una mejor visibilidad del Patrimonio Cultural Inmaterial, aumentar la conciencia de su importancia, y fomen-tar el dilogo en el respeto a la diversidad cultural. El impacto positivo que han tenido las inscripciones en esta lista para las co-munidades portadoras nos sugieren que la necesidad de reconocimiento y de respeto ha sido, hasta ahora, lo ms importante. El prembulo de la Convencin, que reconoce que "los procesos de mundializacin y de transformacin social por un lado crean las condiciones propicias para un dilogo renovado entre las comunidades pero por el otro tambin traen consigo, al igual que los fenmenos de intolerancia, graves riesgos de deterioro, desaparicin y destruccin del patrimonio cultural inmaterial ", alerta, sin embargo, sobre el peligro inminente de extincin, degradacin y destruccin del patrimonio inmaterial.

    Pero la sed de reconocimiento se im-pone, y an falta mucho para ser saciada. y podemos todava esperar una avalancha de propuestas de inscripcin en la Lista Representativa durante mucho tiempo. La necesidad de apoyar la diversidad cultural y su impacto en el desarrollo sostenible cobra todo su sentido, y es de agradecer que sean muy numerosas las comunidades deseosas de que sus prcticas se inscriban entre los elementos que se reconocen como repre-sentativos del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad".

    Los animados debates que trataron de resolver los desafos logsticos provocados por el nmero elevado de inscripciones en la Lista Representativa, en especial durante la ltima reunin del Comit en Nairobi, kenya, en noviembre de 2010, han enfatizado repetidamente la importan-cia y prioridad de la Lista de Salvaguardia Urgente y del Registro de mejores prcti-cas con relacin al objetivo principal de la Convencin, tal y como enuncia su artculo primero: la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial.

    El Registro de buenas prcticas, por ejemplo, es una disposicin original de la Convencin, que materializa la cooperacin internacional y la plataforma que puede

    ofrecer la UNESCO en este sentido. Su ob-jetivo es poner a disposicin de los Estados, y tambin de la sociedad civil y de todos los interesados en la salvaguardia del patrimo-nio inmaterial, ejemplos de buenas prcticas de salvaguardia, explicitando los retos que enfrentan, los mtodos utilizados, las difi-cultades encontradas. Sin embargo, pocas propuestas de inscripcin en este registro se han presentado hasta ahora, y las nuevas propuestas, cuyo nmero va en aumento, vienen de un grupo reducido de Estados.

    Adems, curiosamente, el Fondo del Patrimonio Inmaterial, a disposicin de los Estados en apoyo a sus medidas de salva-guardia, y sustentado por las contribuciones obligatorias de los Estados Partes, al igual que el Fondo del Patrimonio Mundial, ha sido relativamente poco solicitado, como si, incluso antes de querer participar en una accin de salvaguardia o antes de solicitar financiamiento, lo importante fuera obtener primero el reconocimiento y respeto. Sin embargo, no quedan dudas de que este reconocimiento ha generado, en s mismo, un fuerte movimiento de revalorizacin de determinadas prcticas culturales a los ojos de la opinin pblica, con claros efectos positivos en la transmisin, y por tanto en la viabilidad, de estas prcticas dentro de las comunidades portadoras mismas.

    Los mecanismos de examen de las candidaturas tambin han sido diseados para establecer una diferencia entre la Lista Representativa y los otros mecanismos, como la Lista de Salvaguardia Urgente. Estos ltimos reciben ptimos servicios de asesoramiento, como los de la Convencin del Patrimonio Mundial; es decir, utilizando expertos independientes que recomien-dan al Comit la inscripcin, o no, en esta lista. Estos servicios de asesoramiento los presta un rgano consultivo formado por

    invitacin a hacerlo, aunque sea facultativa. Desde el punto de vista de la lgica de la salvaguardia, la pertinencia de una candida-tura multinacional es evidente, en especial porque el plan de salvaguardia concierne una comunidad especfica, independiente-mente de su ubicacin geogrfica, y porque la viabilidad del elemento podr asegurarse mejor si dicho plan concierne la totalidad de esa comunidad. La cooperacin entre los diferentes Estados tambin puede mejorar con este tipo de iniciativas multinacionales, ya que permiten el dilogo en torno a un pa-trimonio cultural comn, incluso en los casos en que el dilogo poltico es ms difcil.

    Se han presentado pocas candidatu-ras multinacionales en comparacin a las nacionales; 14 en total, y todas para la Lista representativa. La ms innovadora es, sin duda, la candidatura de la Cetrera, que fue presentada por once pases sin conti-gidad geogrfica y que se unieron en esta candidatura: los Emiratos rabes Unidos, que asumieron la coordinacin, Blgica, la Repblica Checa, Francia, la Repblica de Corea, Mongolia, Marruecos, qatar, Arabia Saudita, Espaa y la Repblica rabe Siria.

    Sin embargo, cierto nmero de candida-turas nacionales hubiesen podido inscri-birse como candidaturas multinacionales, ya que los elementos en cuestin se practican en otros territorios, adems del pas solici-tante. Algunas inscripciones han provocado incluso tensiones diplomticas cuando ciertos pases han descubierto, con asom-bro, que un elemento considerado muy representativo en su propio territorio fue presentado por otro pas, donde, incluso, su prctica es ms reducida. La experiencia ha demostrado que este asunto es, a menudo, el escenario de importantes intereses por los que algunos Estados tratan de desarro-llar, a travs del proceso de inscripcin, la idea de una "fuente original" de una u otra

    PIREkUA, CANCIN TRADICIONAL DE LOS PURHPECHA, MxICO.

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    Pudiramos preguntarnos, debido al gran nmero de elementos inscritos en la Lista Representativa, y del inters que esta Lista seguir suscitando probablemente en el futuro, si este tratamiento puede ser factible a largo plazo, ya que, de hecho, los seis miembros del rgano subsidiario asumen en buena medida la responsabi-lidad de las inscripciones en nombre de la Convencin. En efecto, durante las dos jornadas dedicadas a estas candidaturas en su reunin anual, el Comit mismo no tiene tiempo para debatir las conclusiones a las que el rgano subsidiario lleg tras varios meses de estudio.

    El patrimonio compartido, una nocin an difcil de admitir

    La Convencin y las directrices opera-tivas alientan las candidaturas multinacio-nales y las iniciativas para salvaguardar el patrimonio comn que una determinada comunidad identifica como propio. De he-cho, las comunidades constituyen la esencia de la Convencin, cuyo objeto es salva-guardar el patrimonio que ellas reconocen como suyo. Las comunidades estn sujetas a movimiento, dispersin, migracin. y, a diferencia de los bienes inmuebles obli-gatoriamente asentados en un territorio dado que las comunidades se resignan a abandonar cuando emigran, su patrimonio inmaterial se traslada con ellas, e incluso en ocasiones se acenta debido al alejamiento de su lugar de origen, convirtindose este patrimonio inmaterial en el ltimo baluarte de la afirmacin de su identidad cultural. Las expresiones de un patrimonio inmaterial pueden, por tanto, encontrarse bajo formas similares, o con un mnimo de diferencia, en varios pases, aunque no sean contiguos territorialmente.

    Las directrices operativas no exigen que los Estados deban comprobar si el elemento que desean proponer para su inscripcin tambin se practica en otro territorio. No existe la obligacin de proponer candida-turas multinacionales, sino solo una clara

    MSICA DE MARIMBA y CNTICOS TRADICIONALES DE LA REgIN DEL PACFICO SUR DE COLOMBIA.

    seis organizaciones no gubernamentales acreditadas y seis expertos independientes designados por el Comit de acuerdo con una distribucin geogrfica equitativa.

    A diferencia de la Lista de Salvaguardia Urgente, el Comit decide directamente la inscipcin o no de elementos en la Lista Representativa, apoyndose en las reco-mendaciones realizadas, durante un primer examen, por un rgano subisidario del Comit formado por 6 miembros, uno por cada regin del mundo.

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    expresin o prctica, o una especie de de-recho de autor comunitario (o nacional), o para destacar una prctica o expresin como marcador de una "identidad na-cional" que no respetara la composicin multicultural objetiva de estos Estados-Nacin. Estas nociones son sin embargo ajenas, incluso contrarias, al espritu de la Convencin, cuyo objetivo es reconocer y salvaguardar la diversidad de las expresio-nes culturales presentes en el territorio de los Estados Partes, independientemente del orden de precedencia que tengan en uno u otro territorio, y reconociendo as, a travs de la diversidad de estas expresiones, la diversidad de las comunidades que las detentan. Aqu convergen, en un punto importante, la Convencin de 2003 y la Convencin para la Proteccin y Promocin de la Diversidad de las Expresiones Cultu-rales adoptada en 2005, en tanto ambas tienen como objetivo reconocer y apoyar la diversidad de las expresiones culturales, ya sean expresiones de la tradicin o resultan-tes de una creacin contempornea.

    En vista de ello, el Comit ha pedido que, durante su prxima reunin en no-viembre 2011, sea propuesto un mecanis-mo de informacin previa a la presentacin de las solicitudes, con el propsito de estimular la cooperacin entre los Estados y permitir un mayor nmero de candidaturas multinacionales. Este mecanismo podra, en parte, inspirarse en el de la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial.

    Es hora de analizar los resultados Los pocos aos que lleva aplicndose

    la Convencin permiten llegar ya a algunas conclusiones: la Convencin despierta un enorme inters, pero pocos Estados se en-cuentran hoy verdaderamente preparados para garantizar que cumpla con sus obje-tivos. Con frecuencia, los Estados se han lanzado a preparar candidaturas sin tener todava una comprensin general de lo que es el Patrimonio Cultural Inmaterial, de lo que son las comunidades, o los inventarios realizados con su plena participacin. Las respuestas divergentes contenidas en los formularios de inscripcin entre los Estados y dentro de un mismo Estado (en los casos donde un Estado ha presentado varias can-didaturas), es un ejemplo de la diversidad de concepciones del patrimonio inmaterial y de las nociones de participacin, co-munidad, inventario. Falta mucho por recorrer para lograr aunar estos conceptos.

    Otra conclusin evidente: los Estados se han preocupado ms por preparar candida-turas que por implementar, a nivel nacional, una poltica general de salvaguardia que comprenda la designacin de uno o varios

    organismos competentes, fomentando la investigacin, y adoptando medidas jurdi-cas, tcnicas, administrativas y financieras que permitan asegurar la promocin y la salvaguardia del patrimonio inmaterial pre-sente en su territorio con una perspectiva a largo plazo. Podemos observar que una de las pocas obligaciones de los Estados en virtud de la Convencin, la de elaborar uno o varios inventarios del Patrimonio Cultural Inmaterial presente en su territorio y de actualizarlos peridicamente, ha sido realizada casi siempre al iniciar el trabajo de inventario con elementos que los Estados han propuesto para inscribir en una u otra lista, siendo la inscripcin en el inventario uno de los criterios obligatorios para obte-ner la inscripcin.

    No obstante, las inscripciones ayudaron sin lugar a dudas a educar y sensibilizar sobre la importancia de la salvaguardia de este patrimonio, como se expresa en el artculo 14 de la Convencin, an cuando la visibilidad otorgada no haya ayudado mucho en la toma de conciencia de los peligros que amenazan la viabilidad del patrimonio inmaterial en general.

    Adems, el tema de la participacin de las comunidades y de su implicacin en la gestin de su patrimonio, como se mencio-na en el artculo 15 de la Convencin, sigue abierto, y parece ser uno de los ms difciles de tratar por lo imprecisa que es la defini-cin de comunidad y variables las formas que las representan.

    En la prxima reunin del Comit, a celebrarse en noviembre de 2011 en Bali, Indonesia, el Comit examinar los primeros informes peridicos que los Estados Partes deben presentar seis aos despus de la fecha de la ratificacin de la Convencin, y que servirn, sin duda, de informacin sobre lo que los Estados han implementado o no.

    Sin demora, la Secretara ha puesto en funcionamiento un importante programa de fortalecimiento de capacidades, contan-do para su desarrollo con el apoyo de la Asamblea general de Estados Partes y del Comit. Se ha elaborado una serie de m-dulos de formacin en diferentes temticas para permitir a los Estados desarrollar una slida base sobre los conceptos esenciales de la Convencin, proporcionndoles un conocimiento profundo de sus obligacio-nes en el mbito nacional, as como los mecanismos de cooperacin internacional establecidos por la Convencin. Adems de la ratificacin de la Convencin, los temas de esos mdulos cubren la implementa-cin de la Convencin a nivel nacional, la elaboracin de inventarios del patrimonio cultural inmaterial con la participacin de sus correspondientes comunidades, y la

    preparacin de candidaturas a la Lista de Salvaguardia Urgente. Se prev elaborar otras temticas, como la preparacin de so-licitudes de asistencia internacional, el papel de las organizaciones no gubernamentales en la implementacin de la Convencin, as como la preparacin de candidaturas a la Lista representativa.

    Se ha creado una red mundial de sesenta expertos capacitados para utilizar estos mdulos y mtodos de formacin que debern permitir, en los prximos aos, im-plementar actividades de fortalecimiento de capacidades financiadas con los presupues-tos nacionales, el programa ordinario de la UNESCO, y los recursos extrapresupuesta-rios de la Organizacin. Este es un aspecto crucial en estos primeros aos de vida de la Convencin, para no correr el riesgo de que se transforme en mecanismo de puro y simple reconocimiento internacional, lo que sera, de hecho, bien alejado de sus objetivos.

    La cantidad y di-versidad de candidaturas presentadas durante estos primeros aos evidencian el inmen-so inters que suscita la proteccin del Patrimonio Cultural Inmaterial. Es normal que en los inicios de la implementa-cin de una Convencin haya dudas sobre su implementacin por tratarse de contenido tan reciente y relativamente poco explorado. Tenemos por delante retos a enfrentar a nivel internacional: reequilibrar los diversos mecanismos para ubicar la Lista de Salva-guardia Urgente (y la asistencia internacional que la apoya) en el centro de la atencin; otorgarle al Registro de buenas prcticas su verdadero lugar de soporte de la coopera-cin internacional; preocuparse por asegurar la coherencia, complemento y factibilidad de los diversos mecanismos establecidos.

    Pero el mayor desafo es, sin duda, el que se le impone a cada Estado Parte, inclu-so a cada Estado no parte, a nivel nacional: la aplicacin de una poltica nacional de salvaguardia del patrimonio inmaterial.

    Una salvaguardia que transita por la transmisin. Se trata entonces de salvaguar-dar las condiciones de constante creacin y recreacin del Patrimonio Cultural Inma-terial, pero tambin su recepcin por las jvenes generaciones que son su principal beneficiario. Ahora bien, la mayor amenaza que debe enfrentar el patrimonio inmaterial es justamente el desinters que a menu-do los jvenes muestran. Atrados por lo

    1 Laya, Diould, La tradition orale: problmatique et mthodologie des sources de lhistoire africaine (La tradi-cin oral: problemtica y metodologa de las fuentes de la historia africana). Paris, UNESCO, (Culturas africanas; 1), 1972, p. 100.

    moderno y las nuevas tecnologas, a veces se considera al patrimonio inmaterial como anticuado, chapado a la antigua, sin comprender que representa la clave de su identidad y su futuro, una riqueza y una in-negable fuente de felicidad y de desarrollo personal. El reto de su salvaguarda radica por tanto sobre todo en nuestra capacidad de sensibilizar a las jvenes generaciones a que se interesen en este patrimonio.

    Este problema es ms que una cues-tin cultural; es una cuestin de desarrollo sostenible. El antiguo conocimiento y la sabidura tradicional, transmitidos esencial-mente por tradicin oral, pueden ser valio-sos aliados en reas tan diversas como la seguridad alimentaria, la salud, manejo de recursos naturales, o la igualdad de gnero. Contribuyen, igualmente, a la cohesin social y a la convivencia pacfica. Asegurar su trasmisin no es, por tanto, un lujo, sino ms bien una necesidad.

    PASES qUE HAN RATIFICADO LA

    CONVENCIN 2003.

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    expresin o prctica, o una especie de de-recho de autor comunitario (o nacional), o para destacar una prctica o expresin como marcador de una "identidad na-cional" que no respetara la composicin multicultural objetiva de estos Estados-Nacin. Estas nociones son sin embargo ajenas, incluso contrarias, al espritu de la Convencin, cuyo objetivo es reconocer y salvaguardar la diversidad de las expresio-nes culturales presentes en el territorio de los Estados Partes, independientemente del orden de precedencia que tengan en uno u otro territorio, y reconociendo as, a travs de la diversidad de estas expresiones, la diversidad de las comunidades que las detentan. Aqu convergen, en un punto importante, la Convencin de 2003 y la Convencin para la Proteccin y Promocin de la Diversidad de las Expresiones Cultu-rales adoptada en 2005, en tanto ambas tienen como objetivo reconocer y apoyar la diversidad de las expresiones culturales, ya sean expresiones de la tradicin o resultan-tes de una creacin contempornea.

    En vista de ello, el Comit ha pedido que, durante su prxima reunin en no-viembre 2011, sea propuesto un mecanis-mo de informacin previa a la presentacin de las solicitudes, con el propsito de estimular la cooperacin entre los Estados y permitir un mayor nmero de candidaturas multinacionales. Este mecanismo podra, en parte, inspirarse en el de la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial.

    Es hora de analizar los resultados Los pocos aos que lleva aplicndose

    la Convencin permiten llegar ya a algunas conclusiones: la Convencin despierta un enorme inters, pero pocos Estados se en-cuentran hoy verdaderamente preparados para garantizar que cumpla con sus obje-tivos. Con frecuencia, los Estados se han lanzado a preparar candidaturas sin tener todava una comprensin general de lo que es el Patrimonio Cultural Inmaterial, de lo que son las comunidades, o los inventarios realizados con su plena participacin. Las respuestas divergentes contenidas en los formularios de inscripcin entre los Estados y dentro de un mismo Estado (en los casos donde un Estado ha presentado varias can-didaturas), es un ejemplo de la diversidad de concepciones del patrimonio inmaterial y de las nociones de participacin, co-munidad, inventario. Falta mucho por recorrer para lograr aunar estos conceptos.

    Otra conclusin evidente: los Estados se han preocupado ms por preparar candida-turas que por implementar, a nivel nacional, una poltica general de salvaguardia que comprenda la designacin de uno o varios

    organismos competentes, fomentando la investigacin, y adoptando medidas jurdi-cas, tcnicas, administrativas y financieras que permitan asegurar la promocin y la salvaguardia del patrimonio inmaterial pre-sente en su territorio con una perspectiva a largo plazo. Podemos observar que una de las pocas obligaciones de los Estados en virtud de la Convencin, la de elaborar uno o varios inventarios del Patrimonio Cultural Inmaterial presente en su territorio y de actualizarlos peridicamente, ha sido realizada casi siempre al iniciar el trabajo de inventario con elementos que los Estados han propuesto para inscribir en una u otra lista, siendo la inscripcin en el inventario uno de los criterios obligatorios para obte-ner la inscripcin.

    No obstante, las inscripciones ayudaron sin lugar a dudas a educar y sensibilizar sobre la importancia de la salvaguardia de este patrimonio, como se expresa en el artculo 14 de la Convencin, an cuando la visibilidad otorgada no haya ayudado mucho en la toma de conciencia de los peligros que amenazan la viabilidad del patrimonio inmaterial en general.

    Adems, el tema de la participacin de las comunidades y de su implicacin en la gestin de su patrimonio, como se mencio-na en el artculo 15 de la Convencin, sigue abierto, y parece ser uno de los ms difciles de tratar por lo imprecisa que es la defini-cin de comunidad y variables las formas que las representan.

    En la prxima reunin del Comit, a celebrarse en noviembre de 2011 en Bali, Indonesia, el Comit examinar los primeros informes peridicos que los Estados Partes deben presentar seis aos despus de la fecha de la ratificacin de la Convencin, y que servirn, sin duda, de informacin sobre lo que los Estados han implementado o no.

    Sin demora, la Secretara ha puesto en funcionamiento un importante programa de fortalecimiento de capacidades, contan-do para su desarrollo con el apoyo de la Asamblea general de Estados Partes y del Comit. Se ha elaborado una serie de m-dulos de formacin en diferentes temticas para permitir a los Estados desarrollar una slida base sobre los conceptos esenciales de la Convencin, proporcionndoles un conocimiento profundo de sus obligacio-nes en el mbito nacional, as como los mecanismos de cooperacin internacional establecidos por la Convencin. Adems de la ratificacin de la Convencin, los temas de esos mdulos cubren la implementa-cin de la Convencin a nivel nacional, la elaboracin de inventarios del patrimonio cultural inmaterial con la participacin de sus correspondientes comunidades, y la

    preparacin de candidaturas a la Lista de Salvaguardia Urgente. Se prev elaborar otras temticas, como la preparacin de so-licitudes de asistencia internacional, el papel de las organizaciones no gubernamentales en la implementacin de la Convencin, as como la preparacin de candidaturas a la Lista representativa.

    Se ha creado una red mundial de sesenta expertos capacitados para utilizar estos mdulos y mtodos de formacin que debern permitir, en los prximos aos, im-plementar actividades de fortalecimiento de capacidades financiadas con los presupues-tos nacionales, el programa ordinario de la UNESCO, y los recursos extrapresupuesta-rios de la Organizacin. Este es un aspecto crucial en estos primeros aos de vida de la Convencin, para no correr el riesgo de que se transforme en mecanismo de puro y simple reconocimiento internacional, lo que sera, de hecho, bien alejado de sus objetivos.

    La cantidad y di-versidad de candidaturas presentadas durante estos primeros aos evidencian el inmen-so inters que suscita la proteccin del Patrimonio Cultural Inmaterial. Es normal que en los inicios de la implementa-cin de una Convencin haya dudas sobre su implementacin por tratarse de contenido tan reciente y relativamente poco explorado. Tenemos por delante retos a enfrentar a nivel internacional: reequilibrar los diversos mecanismos para ubicar la Lista de Salva-guardia Urgente (y la asistencia internacional que la apoya) en el centro de la atencin; otorgarle al Registro de buenas prcticas su verdadero lugar de soporte de la coopera-cin internacional; preocuparse por asegurar la coherencia, complemento y factibilidad de los diversos mecanismos establecidos.

    Pero el mayor desafo es, sin duda, el que se le impone a cada Estado Parte, inclu-so a cada Estado no parte, a nivel nacional: la aplicacin de una poltica nacional de salvaguardia del patrimonio inmaterial.

    Una salvaguardia que transita por la transmisin. Se trata entonces de salvaguar-dar las condiciones de constante creacin y recreacin del Patrimonio Cultural Inma-terial, pero tambin su recepcin por las jvenes generaciones que son su principal beneficiario. Ahora bien, la mayor amenaza que debe enfrentar el patrimonio inmaterial es justamente el desinters que a menu-do los jvenes muestran. Atrados por lo

    1 Laya, Diould, La tradition orale: problmatique et mthodologie des sources de lhistoire africaine (La tradi-cin oral: problemtica y metodologa de las fuentes de la historia africana). Paris, UNESCO, (Culturas africanas; 1), 1972, p. 100.

    moderno y las nuevas tecnologas, a veces se considera al patrimonio inmaterial como anticuado, chapado a la antigua, sin comprender que representa la clave de su identidad y su futuro, una riqueza y una in-negable fuente de felicidad y de desarrollo personal. El reto de su salvaguarda radica por tanto sobre todo en nuestra capacidad de sensibilizar a las jvenes generaciones a que se interesen en este patrimonio.

    Este problema es ms que una cues-tin cultural; es una cuestin de desarrollo sostenible. El antiguo conocimiento y la sabidura tradicional, transmitidos esencial-mente por tradicin oral, pueden ser valio-sos aliados en reas tan diversas como la seguridad alimentaria, la salud, manejo de recursos naturales, o la igualdad de gnero. Contribuyen, igualmente, a la cohesin social y a la convivencia pacfica. Asegurar su trasmisin no es, por tanto, un lujo, sino ms bien una necesidad.

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    TRAVS de la lengua las personas expresan emo-ciones, intenciones y valores, se conforman relacio-nes sociales y se transmiten prcticas culturales y sociales. La lengua constituye, asimismo, un factor determinante de la identidad de los grupos. La diversidad lingstica es, de hecho, una garanta de la diversidad cultural.

    El fomento de la diversidad lingstica es un tema central del mandato de la UNESCO. Median-te un enfoque multidisciplinario, la organizacin ofrece diversas iniciativas a fin de promocionar el multilingismo y la proteccin de las lenguas mino-ritarias, concienciar al pblico sobre la importancia de preservar la lengua materna y sobre el peligro que supone la creciente desaparicin de lenguas en el mundo.

    El desarrollo de polticas lingsticas es condi-cin indispensable para la paz y el desarrollo soste-nible que promueve la UNESCO, as como para el desarrollo de una sociedad del conocimiento plural. Como fuente de recursos al servicio del desarrollo de polticas lingsticas, la UNESCO promociona el multilingismo de muy distintos modos y en los campos de especializacin de sus diversos sectores. Desde el ao 2000, la UNESCO celebra cada 21 de febrero el Da Internacional de la Lengua Materna, dedicado a la promocin de las lenguas del mundo y al debate sobre la actual situacin de la diversi-dad lingstica.

    El Sector de Educacin contribuye a la elabo-racin de polticas lingsticas orientadas funda-mentalmente a la educacin bilinge y multilinge, la inclusin de la lengua materna en sistemas de educacin formal y no formal, y al fomento de programas de alfabetizacin que vinculan cultura y educacin. El Sector de Ciencias promueve el reconocimiento de las lenguas como transmisoras de conocimiento local e indgena y agentes funda-mentales en la gestin sostenible del ecosistema. El Sector de Comunicacin e Informacin, por su parte, promueve la presencia de lenguas nuevas en el ciberespacio y la difusin de contenidos locales, el acceso universal a las tecnologas de la informa-cin y la comunicacin, mediante la traduccin

    de contenidos al mayor nmero de lenguas, por ejemplo, y el pluralismo cultural en los medios de comunicacin y las redes de informacin.

    Por otro lado, el Sector de Cultura de la UNESCO ha desarrollado, en aos recientes, una serie de proyectos para concienciar a la poblacin sobre la progresiva desaparicin de las lenguas en el mundo, y familiarizarla con los medios que existen para promocionar su uso y salvaguardia. En particular, el Atlas de Lenguas del Mundo en Peligro de Desaparicin trata de sensibilizar a los responsables de las polticas lingsticas, las comunidades de hablantes y el pblico en general, recalcando el peligro que entraa la desaparicin de lenguas y la necesidad de salvaguardar la diver-sidad lingstica mundial.

    El Atlas, a travs de sus diferentes ediciones (la primera edicin data de 1996; en 2001 se public la segunda versin, y en 2009 se edit la ltima), es un instrumento muy til para efectuar el seguimiento de las lenguas amenazadas y de las tendencias que se observan en la diversidad lings-tica a nivel mundial.

    En la ltima edicin del Atlas figura una lista de 2 500 lenguas, de las cuales 220 se han extin-guido desde 1950. El Atlas seala el nombre de cada lengua y el grado de peligro de desaparicin que corre, as como el pas, o los pases, donde se habla. La edicin interactiva1, adems, suministra informacin adicional sobre aspectos como el n-mero de hablantes, polticas y proyectos pertinen-tes para promocionar y salvaguardar la lengua en cuestin, fuentes, cdigos ISO y datos geogrficos.

    Para determinar el grado de peligro de des-aparicin de una lengua, el Atlas se basa en la metodologa del documento Vitalidad y peligro de desaparicin de las lenguas, desarrollado en 2002 y 2003 por un grupo de lingistas seleccionados por la UNESCO. En este documento se establecie-ron diferentes grados de peligro:

    A salvo: todas las generaciones hablan la lengua y su transmisin de una generacin a otra es continua (esta categora no aparece en el Atlas).

    Estable, pero amenazada: todas las gene-raciones, sin que haya ruptura en la trans-misin de generaciones, hablan el idioma en la mayor parte de los contextos, pero en algunos contextos de comunicacin impor-tantes se ha impuesto el plurilingismo.

    Vulnerable: la mayora de los nios hablan la lengua, pero su uso puede estar res-tringido a determinados mbitos (el hogar familiar, por ejemplo).

    En peligro: los nios ya no la aprenden en sus familias como lengua materna.

    Seriamente en peligro: slo los abuelos y las personas de las viejas generaciones ha-blan la lengua. Los miembros de la genera-cin parental, si bien pueden comprenderla, no la hablan entre s, ni tampoco con sus hijos.

    En situacin crtica: los nicos hablantes son los abuelos y las personas de las viejas generaciones, pero slo usan la lengua par-cialmente y con escasa frecuencia.

    Extinta: no quedan hablantes.

    As, como la clasificacin del Atlas se basa, en gran medida, en el grado de transmisin interge-neracional de la lengua, la UNESCO lleva desarro-llando desde 2005 un indicador sobre el grado de vitalidad y diversidad lingstica en el mundo, que se nutre, principalmente, de informacin recopi-lada sobre el nmero de hablantes de las lenguas en todo el planeta. Este indicador fue encargado por el Secretariado del Convenio sobre Diversidad Biolgica en el contexto del llamado "Objetivo 2010 de la Diversidad Biolgica", cuya meta es lograr una reduccin significativa de la prdida en biodiversidad como contribucin a la erradicacin de la pobreza en la Tierra.

    Existe un estrecho vnculo entre la cultura, la lengua y la cosmovisin de los pueblos indgenas, y la gestin sostenible de los territorios que habitan, as como una correlacin entre la desaparicin de una lengua y el deterioro del conocimiento y las prcticas tradicionales de la comunidad que la habla. La desaparicin de las lenguas indgenas pone en peligro la transmisin del conocimiento tradicional sobre el uso de los ecosistemas locales. Para el desarrollo de este indicador, la UNESCO ha recogido datos de hablantes de lenguas indgenas a nivel mundial para poder hacer un seguimiento de la vitalidad de las mismas, basndose funda-mentalmente en estadsticas oficiales proporciona-das por los distintos pases. As, se ha creado una

    base de datos que recoge informacin diacrnica sobre el nmero de hablantes de lenguas habladas en 115 pases.

    La UNESCO tambin reconoce el importante papel de la traduccin como una herramienta es-tratgica para toda comunidad lingstica. Por ello, la UNESCO lleva desarrollando desde 1932, tom el relevo de la Sociedad de Naciones, el Index Translationum, una bibliografa internacional de traducciones. La base de datos del Index contiene informacin bibliogrfica acumulativa sobre las obras traducidas y publicadas en un centenar de Estados Miembros de la UNESCO a partir de 1979. Los datos anteriores a esta fecha pueden ser con-sultados en la versin impresa, que se encuentra en las bibliotecas depositarias y en la de la UNESCO.

    El Index se nutre con los datos aportados por el organismo competente de cada pas (Biblioteca Nacional, Centro Bibliogrfico Nacional o Sociedad de autores o editores), que enva la informacin a la UNESCO. Con sus ms de 1.900.000 referencias de todas las disciplinas (literatura, ciencias sociales y humanas, ciencias exactas y naturales, arte, historia, etc.), es un instrumento de informacin que permite inventariar las traducciones publicadas a nivel mun-dial. Siendo as, constituye una herramienta muy til al servicio de los bibliotecarios, de profesionales de la comunicacin, autores, traductores y expertos en traduccin. Permite observar y evaluar las corrientes del mercado internacional del libro y, siendo as, constituye una base insustituible para la formulacin de polticas culturales relativas al libro.

    el Programa de lenguas de la uNeSCo y la promocin de la diversidad lingstica en amrica latinaMara Jos MIANA

    A

    1 Moseley, Christopher (ed.), Atlas de las lenguas del mundo en peligro, 3 edicin, Ediciones UNESCO, Pars, 2010. Versin en lnea: http://www.unesco.org/culture/languages-atlas/

    MSICA TSACHILA.

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    TRAVS de la lengua las personas expresan emo-ciones, intenciones y valores, se conforman relacio-nes sociales y se transmiten prcticas culturales y sociales. La lengua constituye, asimismo, un factor determinante de la identidad de los grupos. La diversidad lingstica es, de hecho, una garanta de la diversidad cultural.

    El fomento de la diversidad lingstica es un tema central del mandato de la UNESCO. Median-te un enfoque multidisciplinario, la organizacin ofrece diversas iniciativas a fin de promocionar el multilingismo y la proteccin de las lenguas mino-ritarias, concienciar al pblico sobre la importancia de preservar la lengua materna y sobre el peligro que supone la creciente desaparicin de lenguas en el mundo.

    El desarrollo de polticas lingsticas es condi-cin indispensable para la paz y el desarrollo soste-nible que promueve la UNESCO, as como para el desarrollo de una sociedad del conocimiento plural. Como fuente de recursos al servicio del desarrollo de polticas lingsticas, la UNESCO promociona el multilingismo de muy distintos modos y en los campos de especializacin de sus diversos sectores. Desde el ao 2000, la UNESCO celebra cada 21 de febrero el Da Internacional de la Lengua Materna, dedicado a la promocin de las lenguas del mundo y al debate sobre la actual situacin de la diversi-dad lingstica.

    El Sector de Educacin contribuye a la elabo-racin de polticas lingsticas orientadas funda-mentalmente a la educacin bilinge y multilinge, la inclusin de la lengua materna en sistemas de educacin formal y no formal, y al fomento de programas de alfabetizacin que vinculan cultura y educacin. El Sector de Ciencias promueve el reconocimiento de las lenguas como transmisoras de conocimiento local e indgena y agentes funda-mentales en la gestin sostenible del ecosistema. El Sector de Comunicacin e Informacin, por su parte, promueve la presencia de lenguas nuevas en el ciberespacio y la difusin de contenidos locales, el acceso universal a las tecnologas de la informa-cin y la comunicacin, mediante la traduccin

    de contenidos al mayor nmero de lenguas, por ejemplo, y el pluralismo cultural en los medios de comunicacin y las redes de informacin.

    Por otro lado, el Sector de Cultura de la UNESCO ha desarrollado, en aos recientes, una serie de proyectos para concienciar a la poblacin sobre la progresiva desaparicin de las lenguas en el mundo, y familiarizarla con los medios que existen para promocionar su uso y salvaguardia. En particular, el Atlas de Lenguas del Mundo en Peligro de Desaparicin trata de sensibilizar a los responsables de las polticas lingsticas, las comunidades de hablantes y el pblico en general, recalcando el peligro que entraa la desaparicin de lenguas y la necesidad de salvaguardar la diver-sidad lingstica mundial.

    El Atlas, a travs de sus diferentes ediciones (la primera edicin data de 1996; en 2001 se public la segunda versin, y en 2009 se edit la ltima), es un instrumento muy til para efectuar el seguimiento de las lenguas amenazadas y de las tendencias que se observan en la diversidad lings-tica a nivel mundial.

    En la ltima edicin del Atlas figura una lista de 2 500 lenguas, de las cuales 220 se han extin-guido desde 1950. El Atlas seala el nombre de cada lengua y el grado de peligro de desaparicin que corre, as como el pas, o los pases, donde se habla. La edicin interactiva1, adems, suministra informacin adicional sobre aspectos como el n-mero de hablantes, polticas y proyectos pertinen-tes para promocionar y salvaguardar la lengua en cuestin, fuentes, cdigos ISO y datos geogrficos.

    Para determinar el grado de peligro de des-aparicin de una lengua, el Atlas se basa en la metodologa del documento Vitalidad y peligro de desaparicin de las lenguas, desarrollado en 2002 y 2003 por un grupo de lingistas seleccionados por la UNESCO. En este documento se establecie-ron diferentes grados de peligro:

    A salvo: todas las generaciones hablan la lengua y su transmisin de una generacin a otra es continua (esta categora no aparece en el Atlas).

    Estable, pero amenazada: todas las gene-raciones, sin que haya ruptura en la trans-misin de generaciones, hablan el idioma en la mayor parte de los contextos, pero en algunos contextos de comunicacin impor-tantes se ha impuesto el plurilingismo.

    Vulnerable: la mayora de los nios hablan la lengua, pero su uso puede estar res-tringido a determinados mbitos (el hogar familiar, por ejemplo).

    En peligro: los nios ya no la aprenden en sus familias como lengua materna.

    Seriamente en peligro: slo los abuelos y las personas de las viejas generaciones ha-blan la lengua. Los miembros de la genera-cin parental, si bien pueden comprenderla, no la hablan entre s, ni tampoco con sus hijos.

    En situacin crtica: los nicos hablantes son los abuelos y las personas de las viejas generaciones, pero slo usan la lengua par-cialmente y con escasa frecuencia.

    Extinta: no quedan hablantes.

    As, como la clasificacin del Atlas se basa, en gran medida, en el grado de transmisin interge-neracional de la lengua, la UNESCO lleva desarro-llando desde 2005 un indicador sobre el grado de vitalidad y diversidad lingstica en el mundo, que se nutre, principalmente, de informacin recopi-lada sobre el nmero de hablantes de las lenguas en todo el planeta. Este indicador fue encargado por el Secretariado del Convenio sobre Diversidad Biolgica en el contexto del llamado "Objetivo 2010 de la Diversidad Biolgica", cuya meta es lograr una reduccin significativa de la prdida en biodiversidad como contribucin a la erradicacin de la pobreza en la Tierra.

    Existe un estrecho vnculo entre la cultura, la lengua y la cosmovisin de los pueblos indgenas, y la gestin sostenible de los territorios que habitan, as como una correlacin entre la desaparicin de una lengua y el deterioro del conocimiento y las prcticas tradicionales de la comunidad que la habla. La desaparicin de las lenguas indgenas pone en peligro la transmisin del conocimiento tradicional sobre el uso de los ecosistemas locales. Para el desarrollo de este indicador, la UNESCO ha recogido datos de hablantes de lenguas indgenas a nivel mundial para poder hacer un seguimiento de la vitalidad de las mismas, basndose funda-mentalmente en estadsticas oficiales proporciona-das por los distintos pases. As, se ha creado una

    base de datos que recoge informacin diacrnica sobre el nmero de hablantes de lenguas hab