olvido novela

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1 NO ME OLVIDES Capitulo 1 Voy caminando ausente, entre callejones oscuro. No me importa que pueda pasar en ello. Mi dolor es mayor que mi miedo. ¿ Como pudo Alex hacerme eso, como después de todo lo que hemos compartido?. Cuando esta mañana decidí salir antes del trabajo, no pensaba más que en darle una sorpresa. Quería llegar a casa lo antes posible, para prepararle una cena romántica. Alex llegaría sobre las ocho, así me lo comunico en su mensaje. Había sido una semana agotadora para los dos y casi no habíamos tenido tiempo de estar juntos. Esta noche era especial, era nuestro aniversario, hacia un año que nos habíamos conocido -Un año, parece que fue ayer cuando nos vimos en aquel bar. Mis amigas me habían llevado casi a rastras para tomar algo. Yo apenas si veía lo que me rodeaba, lo único que quería era estar lejos de allí. El estaba en una mesa, rodeados de amigos. Tenía unos ojos grandes y castaños y miraba con el mismo hastío que yo el alboroto que se había formado, de repente nos miramos, sin palabras nos entendimos y sonreímos. Al rato, volví con disimulo mi mirada a ver qué estaba haciendo aquel chico de ojos increíble que me había hecho sentir mariposas en el estomago y estaba mirándome. Desvió la mirada pero no sé porque extraña razón, yo no, así que cuando el volvió a girar la cabeza me encontró de frente mirándole. Pareció sorprenderle mi descaro, porque de repente se levanto y se acerco a mi mesa. Hola. Te he estado observando y creo que tienes las mismas ganas que yo de estar aquí. -Vaya y eso solo con mirarme, ¿que harás cuando te diga mi nombre?, me dirás mi pasado o mi futuro? Buuf, ¿siempre eres así de borde con los que se acercan a ti o solo conmigo? -¿Estoy siendo borde? Vaya y yo que pensé que era encantadora. ¿Y si empezamos de nuevo? -Por qué no Hola me llamo Alex, tengo 30 años, soy comercial de una empresa al por mayor, y estoy harto de estar aquí -Hola me llamo Nikky, mi edad no es necesaria, soy secretaria de un despacho de abogados y también estoy harta de estar aquí.

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Page 1: Olvido novela

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NO ME OLVIDES

Capitulo 1

Voy caminando ausente, entre callejones oscuro. No me importa que pueda pasar en ello.

Mi dolor es mayor que mi miedo.

¿ Como pudo Alex hacerme eso, como después de todo lo que hemos compartido?.

Cuando esta mañana decidí salir antes del trabajo, no pensaba más que en darle una

sorpresa. Quería llegar a casa lo antes posible, para prepararle una cena romántica. Alex

llegaría sobre las ocho, así me lo comunico en su mensaje. Había sido una semana agotadora

para los dos y casi no habíamos tenido tiempo de estar juntos.

Esta noche era especial, era nuestro aniversario, hacia un año que nos habíamos conocido

-Un año, parece que fue ayer cuando nos vimos en aquel bar. Mis amigas me habían llevado

casi a rastras para tomar algo. Yo apenas si veía lo que me rodeaba, lo único que quería era

estar lejos de allí.

El estaba en una mesa, rodeados de amigos. Tenía unos ojos grandes y castaños y miraba

con el mismo hastío que yo el alboroto que se había formado, de repente nos miramos, sin

palabras nos entendimos y sonreímos. Al rato, volví con disimulo mi mirada a ver qué estaba

haciendo aquel chico de ojos increíble que me había hecho sentir mariposas en el estomago y

estaba mirándome. Desvió la mirada pero no sé porque extraña razón, yo no, así que cuando

el volvió a girar la cabeza me encontró de frente mirándole.

Pareció sorprenderle mi descaro, porque de repente se levanto y se acerco a mi mesa.

Hola. Te he estado observando y creo que tienes las mismas ganas que yo de estar aquí.

-Vaya y eso solo con mirarme, ¿que harás cuando te diga mi nombre?, me dirás mi

pasado o mi futuro?

Buuf, ¿siempre eres así de borde con los que se acercan a ti o solo conmigo?

-¿Estoy siendo borde? Vaya y yo que pensé que era encantadora.

¿Y si empezamos de nuevo?

-Por qué no

Hola me llamo Alex, tengo 30 años, soy comercial de una empresa al por mayor, y estoy

harto de estar aquí

-Hola me llamo Nikky, mi edad no es necesaria, soy secretaria de un despacho de

abogados y también estoy harta de estar aquí.

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Creo que coincidimos y si nos escapamos, ni se darán cuenta. Prometo ser un caballero

No sé porque, pero me fie de él y sin pensar en la posibles consecuencia deje que me

sacara de allí entre risas. Nadie se dio cuenta de nuestra partida.

Paseamos por las calles y paramos en un café medio escondido. Todo era antiguo en el.

Las mesas estaban cubiertas con manteles a cuadros. Las sillas habían visto tiempos mejores,

pero seguían siendo muy cómodas. Encima de la mesa un ramillete de flores secas de colores.

El camarero que se presento como Juan, era un hombre apuesto, de unos 28 o 30 años,

Ojos azules casi grises, con una sonrisa angelical, no parecía ir con el ambiente, pero su sonrisa

te invitaba a sonreír también. Nos acompañó hasta una mesa cerca de la ventana, desde allí se

veía la playa. No podía apartar la mirada. El se dio cuenta, inclino la cabeza y se fue a buscar la

carta.

Alex me pregunto si me gustaba el mar. Volví del lugar donde mi mente se había ido y le

sonreí.

-Me encanta el mar.

Si quieres cuando terminemos de cenar damos un paseo por la playa. ¿Te atreves? Me

reto con la mirada

En ese momento llego nuestro pedido así que evite contestar su pulla.

Estuvimos hablando toda la cena, parecíamos amigos desde hacía años, con el era fácil. Me

conto de su familia, de su trabajo, de sus amigos. Yo le escuchaba embobada, hasta que se dio

cuenta y me dijo que era hora de que le contara algo de mí.

Por un momento no supe que decirle, no sabía por dónde empezar, que le contaba, que no

tenía ni idea de quién era mi padre, que mi madre trabajo hasta que reventó para sacarnos

adelante a mi hermano y a mí. Pero por suerte el camarero debió sentir mi malestar porque

apareció como por arte de magia con la cuenta, se giro me sonrió y me guiño un ojo.

Cuando nos íbamos el camarero se despidió de nosotros y me dio una flor, un

pensamiento amarillo. Me sonrió y me dijo para que nunca olvide este sitio. Sonreí sin pensar,

cada vez que lo miraba me sentía atraída por sus ojos, pero no me dio tiempo a agradecérselo

bien, porque Alex parecía molesto y se despidió muy rápido.

Salimos del pequeño restaurante y fuimos a pasear por la playa, nos descalzamos y

sentimos la humedad de la arena en nuestros pies.

Me cogió de la mano como si no fuera la primera vez que lo hacíamos, parecía todo tan

normal.

Me acompaño hasta la casa, en la puerta nos quedamos mirándonos, parecíamos dos

adolescentes en su primera cita. Nos reímos al darnos cuenta de lo tonto de la situación, así

que nos despedimos con un beso y quedamos de vernos para otro día.

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Capitulo 2

Llegue a casa corriendo, tenía prisa, tantas cosas por hacer. Había que hacer la cena,

ponerme guapa y la lencería italiana que había comprado en la nueva tienda de la esquina,

incluso había comprado velas, tenía intención de dejar la casa casi a oscura, alumbrarla solo

con velas. Música romántica….. Todo tenía que estar preparado para cuando Alex llegara.

Necesitaba cambiar la rutina, el hastio que sentíamos desde hace tiempo y esta era una buena

oportunidad

Abrí la puerta, ni siquiera me fije en la pequeña maleta de viaje que estaba en la entrada,

fui directa a la cocina y empecé a soltar las bolsas. De repente oí risas, pensé, algún vecino

debe de estar de fiesta, ¡vaya! esperaba ser yo la siguiente. Pero algo me alerto, el sonido no

era desde la ventana, era dentro de casa. Deje todo y me acerque a la sala, entonces la vi, la

maleta. Alex había venido antes de tiempo, pero…. y las risas.

Empecé a buscarlo y llegue al dormitorio, abrí la puerta y todo mi mundo se vino abajo,

¿como pudo?

.…Sigo caminando sin rumbo, que extraño ahora empieza a llover, disimulan mis lagrimas,

ya casi ni las sentías. De repente me veo enfrente de un viejo bar, el mismo en el que nos

vimos por primera vez. No soy capaz de entrar, solo lo miro, mientras la lluvia sigue

empapándome. Es tarde, deben estar a punto de cerrar, ¿cuantas horas llevare caminando?.

No me muevo, solo miro las ventanas de madera y sus cortinas de flores. Estoy en la calle

de enfrente, no hay nadie en los alrededores, solo la luz de las farolas me acompañan.

Miro sin mirar, el mundo se ha detenido.

Siento que alguien habla, pero no salgo de mi silencio, alguien me zarandea pero sigo sin

verlo, me da igual todo. Siento que me empujan, me arrastran hacia el bar. Dentro se siente

calor pero no dejo de temblar, entonces unos ojos azules me miran, parecen asustados, me

habla pero no le respondo. Me da a beber algo asqueroso, entonces empiezo a reaccionar. Es

Juan, el dueño del bar.

Mi rostro empieza a tomar color y veo como el sube corriendo unas escalera, las veces

que he estado aquí no me había fijado, están pegadas a la puerta de la cocina. Cuando baja,

trae unas toallas en las manos, se acerca a mí y empieza a secarme el pelo, la cara sin dejar de

mirarme. Me aparto bruscamente, parece entenderlo porque me da la toalla para que yo siga.

Se mantuvo mirándome hasta que vio que comencé a hacerlo yo.

No volvió a tocarme, pero cogió una silla, se sentó frente a mí y me pregunto:

¿Por qué estabas en medio de la noche, bajo la lluvia llorando?

No pude contestarle, porque me derrumbe y empecé a llorar, no podía parar, el se acerco

me abrazo y yo me deje. Estuvimos así durante mucho tiempo, hasta que me quedé

adormilada, el cansancio y los acontecimientos del día pudieron conmigo.

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Sentí como me levantaba del sillón pero no tenía fuerzas para negarme, sentía el calor de

su pecho en mi cara y me reconfortaban sus brazos rodeándome, era lo único que me

importaba en esos momentos, la sensación de protección que me daba.

Desperté sobresaltada, una línea blanca de luz entraba por la ventana y me daba en la cara.

Me moví para poder ver bien. No reconocía el lugar.

¿Dónde estaba?, Tenia un dolor insoportable de cabeza y no conseguía descubrir que sitio

era. Miro hacia los lados, es una habitación bastante ordenada, tenía unas cortinas a rallas

entre azul y gris, y las paredes blancas, pero ¿que estoy haciendo?

Vuelvo a oír movimiento fuera, así que consigo levantarme, no sin marearme y agarrarme

como puedo a la cama. Estoy en sujetador y bragas, no recordaba haberme desnudado. Así

que veo una camisa sobre la silla, la cojo y me la pongo, si no me doliera tanto la cabeza hasta

me reiría. Me llega por los muslos y me sobra por todos lados.

Logro llegar a la puerta, Salí despacio, había una sala acogedora, con colores alegres y

cojines por todos lados. Me acerque un poco mas y pude verle. Estaba sin camisa, descalzo y

con vaqueros, de espaldas a mí. Estaba distraído preparando algo en la cocina, debí hacer

algún movimiento porque se giro rápidamente con una enorme sonrisa y entonces recordé

todo lo de la noche, era Juan.

Hola, buenos días . ¿Como te encuentras?

Balbucee que bien y debió notar mi confusión. Se acerco a mí y me llevo hasta una silla,

parecía que iba a desmayarme

¿Estas bien?

-Me duele la cabeza

Espera, te daré algo para el dolor. Abrió los cajones y me trajo un calmante y un vaso

de agua.

Pronto te sentirás mejor. ¿Quieres café?

-Si, por favor. Esto…. Yo….

No tienes que decirme nada si no quieres,

-No, espera, déjame terminar… Siento mucho el espectáculo de ayer. La verdad es que

no sé como llegue aquí.

No pasa nada, lo único que importa es en el estado en que te encontrabas. ¿Quieres

hablar de ello?

-No te enfades, de verdad que te agradezco que me recogieras, pero no me apetece

hablar ahora

Está bien, no voy a presionarte, pero si necesitas hacerlo, puedes contar conmigo,

Además, prometo no reírme de tu pelo escurridizo, dijo guiñándome un ojo.

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Me hizo sonreir,

Bien, te has reído.

-Gracias. He debido ser toda una comedia esta noche.

No te hagas esto a ti misma. Vale que no quieras contármelo, pero no te rías de ti de

esa forma. Aun con el pelo escurridizo y los ojos hinchados sigues tan bella como

siempre.

-Pero si solo me has visto cuando he venido al restaurante y siempre lleno de gente, no

puedes opinar

Estas segura de eso….

-¿Qué quieres decir?

Nada, no te inquietes. No he dormido mucho y no sé lo que digo

Terminamos de desayunar. Me dirigía a la habitación a recoger mis cosas.

-Puedo utilizar tu baño

Claro, te dejare las cosas en él para que puedas darte una ducha

Cuando salí el ya estaba vestido y tenía otra taza de café en la mano.

¿Café?

-No, gracias. Creo que es hora de irme

Niccole, si…. Quiero decir. Oye si necesitas algo, que puedes venir aquí. Que si me

necesitas…

-Gracias. Como sabes que me llamo Nicole? Nadie me llama así.

Ejem… ¿como? Aaah, eso, debiste decírmelo anoche sin darte cuenta.

-Es extraño, no suelo presentarme como Nicole. Estaría demasiado cansada.

Bajamos junto la escalera, su casa está encima del bar, anoche no me di cuenta.

Me despido de él y le doy las gracias. Le tiendo mi mano, la verdad es que es un poco

ridículo después de la pasada noche, pero no sé cómo comportarme con él, hay algo que me

resulta tan reconfortante, me dan ganas de que vuelva a abrazarme.

De repente me dice que espere, sale por la puerta de la cocina, al regresar trae en la mano

una rosa de color rosa y me lo da.

Me quedo mirándole y luego a la flor, no sé qué decir.

Algo vino a mi memoria como un flash, algo de mi pasado, flores en una taquilla.

Regrese al presente.

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Lo mire, sonreí y me acerque a él.

Le di un beso en la mejilla

Cuando iba saliendo me volví y le dije:

-Volveré.

Quizás porque estaba sensible, pero le note triste, aun así me sonrió.

Fui a casa, tenía que enfrentarme a mi presente.

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Capitulo 3

Abría la cerradura cuando la puerta se abrió de golpe, era Alex, parecía no haber dormido

en toda la noche, para lo que me importaba.

¿Donde has estado? Me has tenido preocupado toda la noche, no sabía dónde

buscarte.

-Por lo que veo no lo hiciste, así que, qué más da

Escucha Nikki, tenemos que hablar, no sé lo que me paso, fue algo que ocurrió sin más,

no lo pensé.

-¿De verdad vas a ofrecerme esa excusa trillada? Venga, puedes hacerlo mejor seguro

Nikky, no sé qué decirte, es la primera vez que pasaba te lo juro,

-No jures, seguro que te quemas

Vamos escucha, que te pasa, antes no eras así, cuando te enfadabas dejaba que me

explicara.

-Antes no encontraba a mi novio en mi cama en nuestro aniversario con otra que no

era yo.

Ya te he dicho que fue algo puntual que no lo pensé, ocurrió sin más

-Me da igual lo que fuera, ni cuantas veces lo has hecho, que por cierto, no me tengas

por idiota, no se lo cree nadie. Lo único que sé, es que quiero que cojas tus cosas y

desaparezcas de mi vista ahora mismo.

-Es más, me marcho en diez minutos, cuando regrese procura no estar aquí o llamare a

la policía. Tú decides de qué forma quieres salir

Nikky por favor, déjame explicarte,

-No quiero tus explicaciones, quiero que te marches.

Está bien, me ire, no eres más que una aburrida y sosa que lo único que entiende por

diversión es cenar en casa y luego a la cama, pues entérate de una vez estúpida, me

gusta el sexo duro, y muchas más cosas que tu no creo que seas capaz de entender en

tu vida de mojigata.

Sentí como que algo se rompía dentro de mí

- Si soy tan aburrida, porque has estado a mi lado perdiendo el tiempo.

-Si eres tan bueno en el sexo porque no lo mejorabas en nuestra cama

Porque me aburrías y ya no me pones, por eso. Porque no vales más que para un polvo

rápido y ya ni eso

-Eres…. Lárgate de mi casa ahora, manda a buscar a alguien por tus cosas.

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Salió dando un portazo, mientras yo caía de rodilla en el suelo abrazándome a mi misma y

lloraba.

Como pude estar tan ciega, como pude permitirme no darme cuenta de las excusas, de

los días largo de trabajo, de los viajes. Ahora todo está en su sitio, ahora comprendo porque

casi no pasaba tiempo en casa y las excusas.

Seguía en el suelo, ni siquiera sabía el tiempo que había pasado en esa posición.

Me levante como pude. Fui hasta el baño y vomite. Me sentía asqueada, dolida,

traicionada y humillada.

Cuando salía del baño, vi mi bolso tirado en el suelo, me agache a recogerlo y entonces la

vi, la rosa, y pensé en Juan, en sus brazos rodeándome y dándome consuelo, como me gustaría

que estuviera aquí en este momento y me abrazara para dejar de sentir el dolor que ahora

mismo me estaba desgarrando por dentro.

Llegue hasta mi habitación, me tumbe en la cama con la flor en mis manos y debí

dormirme, porque cuando desperté era de noche. Mire mi mano, vi la flor de nuevo, no la

había soltado en todo el tiempo.

Fui a la sala, pero no tenía ganas de ponerme a recoger así que me tumbe en el sofá.

Recordé cosas a las que no le había dado importancia a lo largo de este último año. Como

se burlaba en ocasiones, cuando estábamos con amigos de mi ingenuidad. Como se guiñaba el

ojo con sus amigos cuando hacían mención a juegos amorosos o viajes.

Empecé a darme cuenta que durante este año, el amor había ido disminuyendo, lo

achacaba a que siempre estábamos trabajando, que nos veíamos poco, que casi no

hablábamos. Me llegue a sentir culpable por ello, por no sentir esas mariposas en el estomago,

ni cuando llevaba varios días fuera. Siempre intentaba alegrarme cuando regresaba, hacer

cosas distintas, pero él me decía que estaba muy cansado del viaje que la próxima vez. Ahora

lo comprendía todo.

Cuando entre en la habitación y lo encontré en la cama desnudo con su compañera de

trabajo, fue un shock para mi, ella estaba amarrada a mi cama mientras que el tenia algo en las

manos. La cara de satisfacción de ellos antes de encararse en mí, fue superior a mis fuerzas, así

que salí corriendo de allí. No sabía dónde iba solo que quería huir.

Ahora comprendo que este año, ha sido una farsa, un polvo rápido que se le complico.

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Capitulo 4

He debido dormir en el sillón, porque me he despertado con la misma ropa de ayer.

Consigo llegar al baño y ducharme. Me visto. Parezco un robot al que le han dado al botón

de encendido.

Me dirijo al trabajo, mi vida tiene que continuar. Recogeré los pedazos y los guardare para

mi, nadie tiene que darse cuenta de mi dolor.

Entro y doy los buenos días a Paco, el Conserje, va a decirme algo, pero sigo mi camino,

me cuesta sonreir. Noto como Paco se queda mirándome, siempre le pregunto por su familia y

hablamos unos minutos pero hoy no puedo.

Entro en mi despacho, un buffet de abogados reconocidos. Mi mesa siempre esta llena de

papeles pero muy ordenada. Los muebles son modernos, pero calidos.

Me sumerjo en el trabajo, todos saben que cuando estoy agobiada no quiero que me

molesten así que meto la cabeza entre papeles, realmente no avanzo nada, pero de esa forma

no habrá muchos merodeando por aquí.

Llega mi jefe, D. Pedro y me pide una documentación, se la llevo, veo que me mira pero

no dice nada. Al poco llega un cliente y mi jefe me pide que si puedo preparar un café, lo hago

y vuelvo a entrar en el despacho.

Cuando el cliente se va, vuelve a salir y me pide que entre de nuevo. Se queda mirándome

y me dice que si me encuentro bien, le digo que si, que debo estar incubando algo, parece

relajarse y me dice que me tome la tarde libre, que si mañana me encuentro igual que no vaya

a trabajar, iba a decirle que no, que prefería trabajar, pero no pude. Le di las gracias y me fui.

Baje y me encontré con Paco, salió de la recepción, parecía que me estuviera esperando.

Se acerco a mí y me paró.

¿Te encuentras bien Nikky? ¿Puedo ayudarte en algo?.

-Si Paco, no te preocupes, debo estar incubando algo.

¿Estas segura? Sabes que si necesitas algo pueden contar conmigo

-Estoy bien Paco, será una gripe.

Me miro, me sonrió y antes de irme me dijo:

Nikky tengo una hija de tu edad y otra menor, y he visto esa cara más veces de las que

quiero recordar. Cuídate y si me necesitas tienes mi teléfono.

Se humedecieron mis ojos, Paco siempre había sido muy cariñoso conmigo y yo con él.

Teníamos muchas cosas en común, y hablábamos a menudo sobre películas antiguas, libros..

-Gracias Paco, lo sé. No te preocupes, todo irá bien. Solo necesito descanso.

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Me marche de allí llorando, la gente me miraba con caras rara, pero yo seguí sin

importarme quien me viera. Me fui calmando poco a poco.

Llegue hasta la playa que estaba al lado del pequeño restaurante de Juan. Me descalcé y

empecé a pasear por la arena mientras la brisa marina secaba mis lagrimas. Recordé cuando

mi hermano, en una ocasión en que nos escapamos, me llevo a la playa. Fue un día muy

especial, era mi cumpleaños y mi madre, como siempre, tenía que trabajar, así que Carlos me

cuidaba durante el día. No había dinero para regalos, por eso mi hermano decidió llevarme allí.

Jugamos durante horas, corrimos, hicimos castillos, nos bañamos, era como algo mágico, era

algo inolvidable.

Llegamos a casa tarde, mi madre estaba allí esperándonos y se enfado con nosotros, pero

Carlos le explico que lo había hecho porque era mi cumpleaños, entonces mi madre me miro,

se sentó y se puso a llorar. Se había olvidado de mi cumpleaños. Estaba tan cansada y

trabajaba tanto, que no se acordó. Al principio nos asustamos, pero luego nos acercamos a ella

y la abrazamos. Hice que me mirara y le dije que no importaba, que había tenido el mejor

cumpleaños del mundo. Y era verdad. Ella sonrió entre sus lágrimas y nos volvió a abrazar. Esa

noche nos hizo una cena especial. Fue uno de mis mejores recuerdos.

Cuando estaba terminando mi paseo me vi ante el restaurante, quería entrar, pero a la

vez no sabía que decirle a Juan, me avergonzaba mi comportamiento del día anterior, pero

también tenía que agradecerle lo que había hecho por mí.

Entre tímidamente, mire alrededor, pero Juan no estaba a la vista. Había algunas mesas

ocupadas. Me asegure de tener mi bolso para pagar la cena, no iba a ir otra vez de cara dura.

Lo tenía, así que entre y me senté en la mesa de la ventana. Me puse a mirar el mar.

Juan debió regresar de la cocina sin que me percatase, porque de repente lo vi a mi lado

mirándome sonriendo.

Hola Nikky, ¿Cómo estás?

-Mejor, Gracias.

Quieres tomar algo

-Puedo hablar contigo

Estoy un poco liado ahora pero si quieres en cuanto afloje un poco podemos hacerlo.

-Si claro.

Te sirvo algo mientras tanto.

-Si, por favor, ¿puede ser un café?. No me apetece nada

Deberías comer algo. ¿Lo has hecho desde el desayuno?

-Bueno yo..

Ya lo suponía. Te traeré el café y algo más y no admito discusión alguna.

-Sonreí, su sincera preocupación me hizo inclinar la cabeza y decirle, si.

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Continúe mirando por la ventana. Me acorde de mi hermano, nos llevamos bien, no es

que no hubiéramos discutido nunca, pero teníamos ese cariño de personas que han crecido

protegiéndose unos a otros. Pensé en llamarlo, incluso en irme unos días a su casa, pero

desistí. El ya tiene su propia vida, y aparecer por allí hundida y humillada no es lo mejor en

estos momentos, se que querría coger a Alex y machacarlo, así que preferí mantenerlo al

margen, al menos hasta que me hubiera recuperado un poco.

Juan volvió con el café y unas tostadas. Me miro seriamente y me dijo que mas valía que

me las comiera si no quería verlo enfadado, entonces sonrió. Debía tener más apetito de lo

que pensaba porque lo termine todo sin pensar.

Cuando estaba terminando mi café volvió Juan y se sentó en la mesa conmigo.

Tengo un ratito, podemos hablar si quieres ahora

-No quiero molestarte, se que estas ocupado

Nikky, tu no molestas, así que no te preocupes y dime que pasa

-Solo quería darte las gracias, no todo el mundo mete a una desconocida en su casa, le da cobijo, la cuida

Tú no eres todo el mundo Niccole.

-¿Porque me llamas así?

Es que siempre me gusto ese nombre.

-A veces tengo la sensación….

¿De qué?

-Como si me conocieras de antes. No sé. Estando contigo me siento como en casa.

Quizás has vuelto a casa.

-¿Que quieres decir?

Nada no te angusties, he tenido un día de mucho trabajo, eso es todo, ya no sé lo que digo.

Alguien lo llamo en ese momento y tuvo que ir. Me quede observándolo, cuanto más lo

miraba, mas sentía que le conocía, pero era imposible. Solo lo he visto las veces que he venido

con Alex al restaurante, me estoy volviendo loca.

Me levante con intención de irme, así que me acerque para que me diera la cuenta.

Esperé que terminara con el cliente que estaba.

¿Ya te vas?

-Si. Ya es hora. Además aquí solo te estorbo.

Por eso no lo hagas. Si quieres te pongo aquí a ayudarme. No me vendría mal.

-Si me necesitas puedo echarte una mano

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Lo dije en broma, no es que no me haga falta, el negocio está empezando a despegar

pero aun no puedo permitirme pagar a más empleados. Pero jamás te pediría eso.

-A mi no me importaría ayudarte

Lo dices en serio. No quiero que te sientas obligada.

-¿Te sentiste obligado ayer conmigo?

No. Claro que no.

-Pues yo tampoco.

Está bien. Cuando tengas ganas de despejarte te vienes y me echas una mano. Siempre

serás bien recibida aquí vengas o no a ayudar.

-Lo haré. Y ahora deberías darme la cuenta para que puedas seguir trabajando.

¿La cuenta?. No hay cuenta.

-De esta forma nunca va a subir tu negocio.

Bueno, no me importa si es a ti a quien no le paso la cuenta

-Venga, la broma ya está bien. Dime cuanto te debo.

Se quedo mirándome, me dijo que lo esperara y se fue a la cocina. Volvió con un

pensamiento amarillo (Este hombre tiene que tener un almacén de flores por Dios). Me lo dio

y me dijo, cuenta saldada.

-¿Porque siempre me regalas pensamientos amarillos?

Para que no lo olvides.

-¿Qué no debo olvidar? ¿Este lugar o a ti?

Me sonrió, me guiño un ojo y solo me dijo: Piensa Niccole.

Salí del restaurante, iba muy confusa. No entendía, parecía estar viviendo la vida de otra.

Que habrá querido decir Juan con lo de que piense. Porque siempre me siento bien a su lado.

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Capitulo 5

Llegue a casa. Cuando entre me encontré con Alex. Estaba recogiendo sus cosas.

Iba a llamarte pero…..

-Recógelo cuanto antes y vete

Nikky, siento mucho todo lo que te dije. Estaba enfadado y…

-Ahórrate las excusas por favor. Ha quedado muy claro todo. No quiero oírte ninguna

explicación, de hecho, no quiero oírte. Termina cuanto antes y vete.

Me fui al cuarto de baño y me encerré allí durante casi una hora. Sentí que se acerco

hasta la puerta, pero se volvió y se marcho.

Al fin pude salir de allí. Sé que es de cobarde, pero verle me da nauseas.

Me estoy tomando un chocolate caliente antes de irme a dormir, necesito pensar en todo

lo que me ha sucedido estos días.

Debí dormirme porque de repente me sobresalté, algo me ha despertado, ¿una

pesadilla?, no, un recuerdo. Flores en una taquilla. Flores a diario hasta que me fui del

instituto.

En aquella época mi madre enfermo, todo fue un caos. Mi hermano acababa de cumplir

los dieciocho años, así que tuvo que dejar los estudios y buscar un empleo. Yo iba del instituto

a casa corriendo para ver como estaba. Deje de tener amigas, nadie quiere a alguien que se

pasa el día cuidando a enfermos, pero a mí no me importaba. En la escuela empezaron a

decaer mis notas, todo se me hacia cuesta arriba. Ver como mi madre se consumía, como mi

hermano llegaba tarde del trabajo y con la mirada sin brillo. Solo podía pensar en

preocuparme de que estuviera cómoda, de que comiera, era demasiado para una cría de 15

años, pero tenía que hacerlo.

Un día el profesor me echo de clase por llegar tarde, y me mando al pasillo. Me senté en

el suelo y me puse a llorar, porque tenían que pasarme tantas cosas.

Cuando pude volver a entrar, continué con la clase. Al final fui a dejar cosas en mi taquilla

y me encontré la primera flor. Se sucedieron durante muchos días y siempre había una nota

junto a ella, “no llores Niccole”, “sonríe Niccole”. Cada días esperaba con expectación que

terminara las clases para ir a la taquilla. Nunca faltaba. Intentaba averiguar mirándolos a todos

quien era, pero nunca me entere quien fue. Juan me recuerda tanto aquellos momentos.

Mi madre murió un mes después de recibir mi primera flor. Fue muy duro para mi

hermano y para mí. Las flores continuaron, esta vez diciéndome, “estuve contigo Niccole”. Un

día me atreví y le deje una nota le preguntaba que quien era? Que porque no se dejaba ver?

Que quería conocerlo. La siguiente vez tenía la flor y una carta que decía: “Te sigo los pasos

desde hace tiempo Niccole, pero no quiero asustarte, cuando sea el momento me conocerás.

Siempre estoy a tu lado, no te sientas sola, no llores y no me olvides”.

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-¡No!, no puede ser.

Es ridículo pensar que Juan……

Debo estar volviéndome loca para pensar si quiera en que Juan pueda ser aquel chico.

Tengo que quitármelo de la cabeza.

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Capitulo 6

Los días han ido pasando. Hace más de dos semanas que Alex se fue. No he vuelto a ver a

Juan, no me sentía con fuerzas. Sigo dándole vueltas a la cabeza lo de las flores de la taquilla.

Sé que no puede ser, pero…..

Quiero ir a verlo, pero… ¿que decirle?. Es viernes, se que estará muy liado con su negocio,

pero no puedo dejar de pensar en el. Solo hace dos semanas que el hombre que llevaba

viviendo conmigo durante un año me la jugo y estoy pensando en otro hombre. Que me está

pasando.

Entro en el restaurante. Hay mucha gente, parece que el negocio va mejorando. No veo a

Juan. Me espero cerca de la recepción.

Al poco aparece cargado con bandejas. Me ve y se le ilumina la cara. Se le nota cansado,

pero su sonrisa hace que me sienta bien. Cuando reparte el pedido se acerca.

Hola Nikki, pensé que no ibas a volver.

-Pues ya ves que no. ¿Necesitas ayuda?

¿Estas segura?

-Claro. ¿En qué puedo ayudarte?

¿Que tal se te dan los números? Crees que podrías encargarte de recepción y cobrar.

Te lo explico rápido, es muy sencillo.

-Esta bien. Vamos a ello.

La noche fue interminable, tuve que llamar varias veces a Juan cuando me atascaba con

alguna cuenta, pero no fue del todo mal.

Cuando se fue el último cliente, nos sentamos en mi mesa preferida. El cocinero y el

ayudante ya se habían ido.

Quieres tomar algo, creo que nos lo hemos ganado.

-Si. ¿Por qué no?

¿Vino? - Si, gracia

-Juan, puedo hacerte una pregunta

Claro. Dispara

-Sonreí. ¿Porque siempre me regalas una flor?. No he visto que lo hayas hecho con

más clientes hoy.

¿Estas segura? Vaya. Me habré despistado.

Page 16: Olvido novela

16

Algo me llamo la tensión, por un momento desvió su mirada. Es como si escondiera algo.

Pero no insistí

Me levante y fui a por mi abrigo para irme,

¿Te vas ya?

Si. Es tarde, pero mañana volveré a ayudarte.

¿Está segura? No estás obligada, aunque es verdad que me vendrías muy bien. Hoy

me has ayudado mucho

-Pues entonces, no hablemos mas. Mañana volveré. Me alegro de haberte servido de

ayuda

¿Nikky? -Si

¿Todo bien? ¿necesitas ….? - Estoy mejor Juan, todo es cuestión de tiempo.

Si me necesitas yo….. – Lo sé, pero aun no estoy preparada para contártelo.

Aquí estaré cuando me necesites.

– Gracias

Fui hasta la puerta y Juan me ayudo a colocarme el abrigo. Mientras los hacía, sentí sus

manos rozar mi cuello, me estremecí. Noté como bajaba por mis brazos, era una sensación tan

agradable, no quería que parara, pero bruscamente lo hizo. Me abrió la puerta y me acompaño

fuera, volvió a darme las gracias y me beso en la mejilla. Sentí una desazón dentro de mí. ¿Qué

me esta pasando? Quería que Juan siguiese tocándome, que me abrazara.

Camine hasta mi casa pero mientras lo hacía, pensaba en Juan. ¡Debo estar loca!.

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Capitulo 7

Hace rato que he llegado al restaurante, llevo una hora en caja y no han parado de entrar

clientes. Solo he visto a Juan unos instantes cuando llegue.

Miro hacia todos lados, me encanta estar allí. Algunos clientes se ponen a hablar conmigo

mientras esperan mesa. Uno me dijo que era cliente de Juan desde que abrió el restaurante

hacia dos años. Dice que viene muy a menudo con su mujer, porque es un chico encantador,

familiar y la comida está muy buena.

Cada vez que alguien decía algo de Juan solo eran cosas buenas, su sonrisa, su trato, su

humildad. Sentí que algo en mí se alegraba por ello.

Llego la hora del cierre y como el día anterior, se acerco a mí.

¿Una copa? - Si, por favor

Vaya día que hemos tenido, pero es estupendo ver como empieza a despegar el negocio.

-Me ha dicho un cliente que hace dos años que abriste esto. ¿Por qué un restaurante?

Tuve que vender la floristería de mi madre cuando murió para pagar los gastos de su

enfermedad. Con lo que quedo decidí que tenía que empezar algo nuevo, necesitaba un

cambio.

-Siento mucho lo de tu madre. ¿Estuvo muy enferma?

Fue rápido, Sintió un dolor en un costado, fue al médico porque no se le quitaba y le

descubrieron un cáncer, en unos meses todo había acabado. Pero mejor hablamos de otra

cosa.

-Si. Claro. Ahora entiendo porque te gustan tanto las flores.

Trabaje con ella muchos años ayudándola, no es que no me gustara, pero me va mas el

trato con la gente que viene a diario, la cocina. Un día vi este local con el cartel de: “se

vende” y no me lo pensé. Aquí estoy después de dos años, recogiendo el fruto de mucho

trabajo.

-Tienes derecho te lo has ganado. Y hay muchos clientes que te tienen en gran estima.

Si, los habituales como les digo yo. Los que nunca fallan. No sé qué haría sin ellos.

Decidí levantarme. Juan se veía muy cansado. Me acerque hasta el perchero para recoger

mi abrigo. No podía dejar de mirarlo mientras recogía las copas, solo tenía ganas de acercarme

a él y fundirme en su mirada. Verme en sus ojos era como volver a casa.

Se acerco a mi cuando me ponía el abrigo, esta vez mantuvo sus manos más tiempo entre

mis brazos. Me gire hacia él y le mire sin apartar los ojos de el. Su mano subió por mi brazo. Se

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poso en mi mejilla y me acaricio suavemente, continuaba mirándome. Lentamente bajó su

cabeza y sus labios se posaron en los míos. Fue un beso suave pero a la vez intenso. No quería

que terminara, quería más.

Bruscamente se retiro y me miro, había un halo de tristeza en sus ojos.

Lo siento Nikky, perdóname

-Porque tengo que perdonarte

No debí hacerlo. Lo has pasado muy mal y no quiero confundirte.

-Yo…. Lo siento.

No te disculpes por favor. Ha sido culpa mía. Esperaré hasta que estés preparada.

-Gracias

Me marche del restaurante, quede en volver pronto. Dentro de mí había una desazón, no

quería que acabara aquel beso, no quería que me dejara marchar. No sé qué pensar.

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Capitulo 8

Ha pasado cuatro semanas yendo casi a diario al restaurante. Cada día que pasa siento

más la necesidad de tocarlo, de que me toque, pero es como si se hubiera propuesto alejarse

de mí. Cuando creo que está a punto de decirme algo que pueda cambiar nuestra situación, su

mirada se vuelve triste y se marcha. No sé qué hacer. He pensado en dejar de ir al restaurante,

pero es como una droga necesito tenerlo cerca.

Estos días me he acordado de Alex, nuestro año juntos. Nunca me sentí con él como con

Juan. Ya ni siquiera me hace daño pensar en lo que hizo. Es extraño, como puedo haberlo

dejado de querer tan fácilmente. ¿Creo que en el fondo, mi relación se convirtió en

comodidad, en cariño, pero no hubo ese amor intenso que te hace desear alcanzar la luna. Nos

acostumbramos los dos a estar junto, nos acomodamos, solo eso.

Pero luego me vienen las dudas ¿Y si me vuelvo a equivocar? ¿Y si Juan no siente por mi lo

mismo que creo estar sintiendo por él? A veces pienso que si, cuando lo descubro mirándome

mientras atiendo a algún cliente y cree que no me doy cuenta, otras la desvia cuando le miro

de frente.

Hoy tengo que hablar con él, no voy a permitir que me vuelva a apartar. Necesitamos

aclarar que está pasando entre nosotros. Ya hace casi dos meses que ocurrió todo, que me

besó, pero él sigue alejado de mí.

Todos se han marchado ya, estamos recogiendo las últimas copas de una de las mesas.

Cuando terminamos no voy hacia la puerta. Juan me mira extrañado.

-¿Podemos hablar?

Si claro, ¿Ocurre algo?. Si es porque estas cansada de venir ya te dije que no tenias

ningún compromiso. Ofrecí pagarte, si quieres puedes….

-No es eso.

Tú dirás

-¿Juan, ocurre algo conmigo? Desde que me besaste te has apartado de mí como si

tuviera alguna enfermedad. ¿Te molesta mi presencia aquí? puedo dejar de venir si

tu…..

¡Noo¡. No me molesta. No tiene nada que ver con eso. Esto es diferente cuando tu

estas.

-¿Entonces qué ocurre?

No es fácil Niccole. Tú acabas de salir de una relación. Te han herido y humillado. No

quiero aprovecharme de tus heridas, de tu dolor.

-Temes que confundas lo que siento.

Algo así.

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Me acerque despacio hacia él. Noté como se ponía nervioso y desviaba la mirada. No

estaba dispuesta a dar marcha atrás. Tengo que enfrentarme con mis sentimientos.

Estoy frente a él, a escasos centímetros de su pecho, le miro a los ojos , levanto mi mano y

le acaricio su mejilla. Siento como se estremece. Cierra los ojos y se deja hacer. Apoyo mi otra

mano en su cara, me pongo de puntilla y le beso en los labios. Primero suavemente, intento

hacerle reaccionar. Al principio parece que no va a ceder, pero de repente oigo un gemido,

abre los ojos me agarra y me besa, con un beso lleno de pasión, de frustración, de deseo.

Cuando fue cediendo me separó suavemente y nos miramos. No quiero que me suelte, así que

vuelvo a besarlo.

¿Estas segura de esto?

-Lo único que se, es que no quiero que se acabe.

Suspira profundamente, me agarra de la mano, apaga las luces y subimos las escaleras

hasta su dormitorio. Fue a encender la luz, pero le pido que no lo haga, que deje solo el reflejo

de la luna alumbre el cuarto. Estoy tan nerviosa. Pero quiero que siga.

Lentamente baja su cabeza y vuelve a besarme. Su mano baja por mis brazos. Siento

como va desabrochando los botones de mi blusa lentamente, mientras va besándome en el

cuello y cada hueco libre que va dejando la camisa abierta. Me desabrocha el sujetador y

siento como su lengua baja hasta mi pezon y como se endurece, con su mano acaricia mi otro

pecho. No deja de tocarme, de besarme. No puedo seguir quieta, así que empiezo a quitarle su

camisa. En medio de la desesperación en la que me tiene rompo algunos botones. De pronto

siento su mano en la cinturilla de mi pantalón. Al momento está también en el suelo junto con

la blusa. Me dejo llevar y cuando estoy a punto de quitarle los pantalones, me levanta del

suelo y me desliza en la cama. Se separa de mí por unos instante y noto como se desnuda del

todo.

Me besa y siento sus manos por todo mi cuerpo. Me deleito. Se tumba en la cama y

me siento pequeña. Sus manos recorre cada rincón de mi cuerpo, intento tocarlo, darle el

mismo placer que el me esta dando, pero me para, si me tocas no podre parar y quiero

que esto sea perfecto para ti pequeña. Sigue recorriendo mi cuerpo, ahora con su lengua.

Me besa la cara interna de los muslos mientras con delicadeza me acaricia las piernas.

Tiemblo. Siento como sus dedos se acercan a mi vagina y van introduciéndolos en ella,

mientras que posa su caliente boca donde se encuentran sus dedos, me sobresalto, pero

comienza a mover su lengua sobre mi clítoris. Lo estimula hasta que noto como se hincha,

lo coge con los labios y tira de él. No puedo soportarlo y escucho mis gemidos. Le ruego

que entre dentro de mí. Lo toco suavemente, y noto su pene duro y erecto, está

preparado para mi, el respira y me pide que pare o acabara antes de lo previsto. Veo que

abre un cajón y coge un preservativo, lo rasga con los dientes. Se lo coloca con celeridad y

se tumba sobre mí. Sin dejar de mirarme a los ojos me penetra lentamente hasta el fondo.

Su pene duro me enloquece y lo siento dentro de mí con desesperación. Me entra hasta el

fondo. Deseo más, agarro su trasero y lo lanzo hacia mí. Me arqueo de placer. Comienza

unas rápidas envestida, me pide que lo mire, lo hago pero no tardo en correrme de placer,

segundos después noto como él se deja ir también y cae exhausto junto a mí, sin dejar de

abrazarme. Me mantiene así, sin separarse, como si no quisiera que acabase.

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¿Estas bien?

-Si

Me mira a los ojos como si quisiera atravesarme con su mirada, buscando una culpa, un

arrepentimiento. Pero no lo hay. Le sonrío y parece tranquilizarse. Me besa en los labios

suavemente. Me derrite su dulzura.

Intento levantarme, para marcharme pero me sujeta.

¿Dónde vas?

-A casa.

Quédate. –No creo que…… Por favor, no te vayas

-Deberia volver a casa. Mañana trabajo.

Tengo la necesidad de irme a casa y pensar, pero… por otro lado me apetece quedarme

en sus brazos. Así que vence mi necesidad de sus caricias.

Nos besamos. Volvemos a hacer el amor, esta vez más despacio, saboreando cada caricia,

cada mirada, cada suspiro. Debí quedarme dormida el resto de la noche.

Siento como algo suave en mi mejilla, abro los ojos despacio. Es Juan, parece que llevar

despierto mucho tiempo. Me observa y me acaricia. Le sonrio y parece sobresaltarse.

Buenos días

-Buenos días. ¿Qué ocurre?

¿Por qué?

-Es como si estuvieras triste y a la vez alegre. Como si tuvieses miedo de algo.

Quizás lo tenga. Miedo de que esto sea un sueño. Que te levantes de mi cama y no

vuelva a verte. Miedo de que lo pienses mejor y no quieras regresar

-¿Por qué dices esos? Yo no quiero dejar de verte.

Tengo miedo a que sea demasiado pronto y un día descubras que no soy yo lo que

quieres.

-Juan, ¿porque hablas así?. Estoy aquí contigo y no tengo intención de irme.

No me hagas caso, es que todo ha sido maravilloso y me he asustado. Me gustaría

contarte algo….. Pero no ahora. Hablamos luego a la noche. ¿Te parece? ¿Vendrás?

-Si, claro que vendré. Oh, es tardísimo y aun tengo que pasar por casa. Voy a llegar

tarde al trabajo. ¿De verdad estas bien Juan?

Si. No te preocupes, esta noche te lo explicare todo.

-Bien. Juan….

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Dime.

-No me arrepiento de nada de estos últimos meses a tu lado, no lo olvides.

Me sonríe, esta vez ilumina sus ojos. Me siento mejor al verlo como siempre. Me besa y

me empuja hacia el baño.

Será mejor que te duches tu sola, o creo que hoy no llegas al trabajo y no abro el

restaurante.

Me rio y salgo corriendo al baño. Me siento extrañamente feliz. En el año que estuve con

Alex, nunca sentí nada parecido. Se lo que siento por Juan, pero me da miedo decirlo en voz

alta, miedo de que él se asuste o no lo crea pero a la vez quisiera que el sintiera lo mismo por

mí. Tengo que darme prisa o no llego.

Juan me ha preparado algo de comer, pero casi no me da tiempo, así que me bebo el café,

le doy un beso y salgo disparada.

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Capitulo 9

He estado todo el día con una sonrisa en los labios, como en un sueño. En el trabajo todos

me miran extrañado, incluso Paco

Hola Nikky ¿Todo bien?

-Si Paco, gracias. ¿Y tu como estas?

Muy bien. Sabes que voy a ser abuelo.

-¡Es estupendo¡, Felicidades.

Gracias mi niña.

-Tengo que irme Paco pero dale mi enhorabuena a tu hija

¿Nikky?

-Dime,

Me alegro de volver a ver esa sonrisa en tus ojos

-Gracias por siempre estar pendiente de mi.

Me guiña un ojo y se va.

Estoy deseando llegar a casa para ir al restaurante.

Conforme voy acercándome empiezo a sentir una desazón dentro de mí, como si fuera a

ocurrir algo, pero no quiero pensar en ello, no quiero enturbiar lo que he sentido hoy.

Entro en el portal de mi casa, alguien me habla.

Hola Nikky

-Me vuelvo sorprendida. No esperaba volver a verlo ni oír su voz.

No te asustes. Solo quiero hablar contigo por favor.

-¿Qué haces aquí Alex?. Todo quedo claro entre nosotros y te pedí que no volvieras

nunca más

Espera Nikky, necesito hablar contigo, luego si quieres me voy pero antes quiero

explicarte.

Abrí la puerta y entróo. Solté el bolso y me fui al sillón mas alejado de la sala. Le pedí que

se sentara y que fuera rápido, que no tenía mucho tiempo.

¿Como estas Nikky?

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-Creo que después de dos meses no has venido a preguntarme como estoy. ¿Qué

quieres Alex?

Quiero que me perdones. Que me dejes volver contigo

-Te has vuelto loco o que. ¿Crees que he olvidado algo de lo que me dijiste? Pues vas

fino.

Escucha Nikky, sé que no hice bien trayendo a esa chica casa y mucho menos

insultarte, me sentí tan mal, me enfade tanto que al final no pude controlarme.

-¿Y pretendes que con esas palabritas yo te perdone? ¿Es que te estás medicando o

qué?

Tu sentido irónico del humor, fue lo primero que me conquisto en aquel bar.

-Mira Alex, puedes decirme lo que quieras, recordar lo que te apetezca pero eso no va

a cambiar lo que dijiste y lo que hiciste.

Sé que no cariño, pero entiéndeme. Estábamos estancados y……

-y en vez de arreglar nuestra relación, te follaste a otra en mi cama. Bravo, una

solución fantástica

Nikky por favor, intenta entenderme, dime que quieres que haga para que me

perdones.

-¿Qué quiero que hagas? De verdad quieres saberlo

Si, claro. Hare lo que me pidas

-Pues devuélveme el año que me robaste, las noches que no me diste, los días que me

abandonaste, la humillación que me ofreciste, el desprecio que me hiciste sentir y

puede que entonces comience a perdonarte.

Nikky, te prometo que nunca más te hare pasar por eso.

-No lo entiendes verdad. Lo nuestro se acabo. No hay vuelta atrás

-Mira, he quedado, así que me voy a duchar para irme. Marchate, tengo prisa.

Esperare a que termines.

Me fui al baño, cerré la puerta con fechillo, no tenía ganas de intrusos, no a Alex. Sentí el

teléfono pero pensé que era mejor que saltara el contestador.

Cuando Salí, Alex seguía en la sala.

-Aun estas aquí.

Nikky……

-Escúchame bien Alex. Te agradezco que me abrieras los ojos, que me humillaras, que

me traicionaras, que me hicieras ver que este año junto a ti, era solo un

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25

entrenamiento, ¿porque sabes qué? He conocido a alguien, que vale la pena quererlo,

amarlo, sentirlo. Con el vale la pena hasta sufrir por amor. Tú ya estas fuera de mi vida.

Creí durante un tiempo que te amaba, pero hacía mucho tiempo que sentía que lo

nuestro no iba a ningún lado y por más que lo intentaba no había forma de

recuperarlo, así que ahora quiero que te marches, que te alejes de mi vida para

siempre, porque quiero que entiendas algo,

Nunca, ni aunque vuelva a estar sola, volveré contigo. Cuanto antes lo entiendas, antes

podrás rehacer tu vida.

Está bien Nikky, me voy, está claro que aun sigues dolida.

-Te equivocas, estuve herida y dolida, pero ya no. Ahora estoy ilusionada y no es por ti.

- Vete Alex. No vuelvas a cruzarte en mi camino.

Adiós Nikky. –Adiós Alex.

Capitulo 10

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26

Entro corriendo al restaurante. Juan esta en recepción atendiendo a un cliente. Me acerco

a él, por detrás rozo su cintura sin que el cliente se de cuenta, pero noto como se aparta de mi.

Le miro sorprendida. Espero encontrar su sonrisa pero en vez de eso, su mirada esta oscura,

tensa, casi rabiosa. ¿Qué esta pasando? Nunca, en el tiempo que lo conozco lo he visto así.

Es viernes por la noche así que es un caos y no puedo hablar con él en toda la noche. Cada

vez que lo miro, desvia la mirada, pero ni una sola vez me sonrie. Estoy asustada. ¿Se habrá

arrepentido de lo que pasó?.

La noche termina y yo ya no cabía en mí. Estoy triste y asustada.

Cuando se van todos me acerco a Juan.

-¿Podemos hablar?

Preferiría que te fuera, y si es posible no vuelvas más.

-¿Pero qué es lo que ocurre?. ¿Qué te pasa conmigo?. Esta mañana estaba todo bien,

creí que había significado algo para ti y ahora me encuentro con que no me hablas y

me hechas de tu lado. ¿Es que también me equivoque contigo?

Mira no quiero hablar del tema. Tú ya elegiste, pero no estoy dispuesto a ser segundo

plato de nadie.

-¿De qué estás hablando? Explicate. Comienzo a levantar la voz. Es que tengo que

pensar que eres igual que Alex, que solo querías follar conmigo. Que pasa soy tan

aburrida que ahora me echas

Noto su furia, su autocontrol, pero no entiendoa nada. Quería que me dijera que pasaba

pero….

No me compares con él, yo nunca seré igual. Pero parece que a ti si te gusta que te

traten como una mierda, ya que has decidido volver con él.

-¿De qué estás hablando? Yo no he vuelto con Alex.

Pues eso no fue lo que él me dijo esta tarde.

Recordé la llamada de teléfono. No puedo creer que Alex me la haya vuelto a jugar otra

vez. Por favor…. No quiero perder a Juan

-¿Llamaste a casa esta tarde?

Si. Veo que empiezas a recuperar la memoria

De repente me entra la risa. No puedo parar. Juan me mira como si estuviera loca. Tengo

que sentarme, lloro y río, no sé si de felicidad, rabia o que.

No veo la gracia a este asunto. No soy tu bufón

-No. No lo eres, pero en este momento no se si pegarte un palo o besarte. ¡Estas

celoso!.

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Me parece bien que te divierta tanto, pero a mí no me hace ninguna gracia.

-Lo siento. No me rio de ti sino de la situación. Déjame que te explique antes de que

saques conclusiones precipitadas, mejor dicho, déjame aclararte tus conclusiones

precipitadas.

Adelante, explícate.

Le miro enfadada, pero a la vez comprendo que lo esta pasando mal y decido hablar…

-Esta tarde cuando llegue del trabajo, Alex estaba esperándome. Entro porque quería

hablar conmigo. Quería pedirme perdón y volver conmigo. Le dije que no había forma

humana de que eso sucediera.

Sigo sin entender. ¿Donde estabas y porque cogió el teléfono él?

-Le dije que se fuera porque tenía una cita, contigo por cierto, y me fui a la ducha. El

debió coger el teléfono porque cuando salí aun estaba allí. ¿Qué fue lo que te dijo?

Pues que quien era, y al preguntarle que quien era él, me dijo que tu novio. Así que me

disculpe y colgué.

-¿Y ya está? No sé si reírme o enfadarme y salir por esa puerta. Empecé a gritarle.

¿Como has podido creer que salía de tu cama y me metía en la de el?

Y que quieres que piense, estaba preocupado porque no llegabas y solo quería oír tu

voz, saber que estabas bien y sale ese impresentable y me dice que es tu novio. No sé

lo que paso por mi cabeza, pero desde luego oírlo a él en vez de a ti fue….

-¿Qué?

Nikky, ¿ no lo entiendes verdad?

-Maldita sea Juan. Dime que es lo que no entiendo

Una vez te escapaste de mis manos porque no era el lugar ni el momento, no me dio

tiempo ni a intentarlo, pero esta vez…… Estaba vez estaba dispuesto a todo y estaba

asustado, de perderte, de que desaparecieras de nuevo de mi vida.

-¿De qué estás hablando? ¿Cuándo me escape de ti?

-¡Dios mío! Empiezo a atar cabos. ¿Tú eres el que ponía flores en mi taquilla? ¿Eres tú,

dime? No te calles, ¡háblame!.

Nikky….

-Dime por favor ¿Eres tu verdad?

Si. -¿Por qué no me dijiste nada? ¿Porque no diste la cara?

No podía. Quería hacerlo, pero estabas demasiado perdida, quería que sonrieras. Cada

mañana cuando recogías la flor de la taquilla, era tu única sonrisa del día. Me

conformaba con eso. Estaba a punto de tener el valor para acercarme a ti cuando

murió tu madre. Estuve en el cementerio. Te acompañe desde lejos. Decidí esperar

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hasta que volvieras al instituto pero no lo hiciste, desapareciste. Durante un tiempo

me desespere. Estaba loco por ti Niccole. Te busqué, pregunté por todas partes pero

nadie sabía nada de ti. Durante mucho tiempo deje de sonreír.

Todo empezó la vez que te vi llorando en medio del pasillo del instituto, yo estaba un

curso por encima y había salido para ir al cuarto de baño. Ya te había visto antes, y

siempre me quedaba mirando embobado cuando pasabas a mi lado. Tú no te dabas

cuenta de mi existencia. Pero aquel día cuando te vi tan triste, iba a acercarme cuando

de repente te levantaste y te fuiste……

Como pude me hice con la llave de tu taquilla, créeme que no fue fácil, pero me

prometí que te haría sonreír todos los días hasta que fuera capaz de decirte quien era.

Por eso te dejaba un flor cada dia.

Paso mucho tiempo hasta que acepte que habías desaparecido de mi vida. Cuando mi

madre enfermo me pasaba muchas horas hablando del pasado con ella, del instituto,

de los amores. Un día salió a relucir tu nombre. Ella te conocía por todo lo que le

contaba en su momento de ti. Ella siempre supo lo que sentí por ti y lo que me afecto,

por eso me hizo prometer algo antes de morir.

-¿Qué te hizo prometer? Mis lagrimas corren por mi cara ya no intento disimularlas

No llores Niccole, por favor, no llores.

-Dímelo

Me dijo, que si un día te encontraba de nuevo en mi camino o conocía a una chica que

me hiciera sentir como tú lo habías hecho que no la dejara escapar, que me aferrara a

ella y no tuviese miedo de decirle lo que sentía, que si se apartaba de mi, que fuera

porque no pudo ser pero por mi cobardia.

-¿Ibas a hacerlo?

Si. Quería hablar contigo esta noche, para contártelo todo.

-Niccole….

-¿Solo ibas a contarme que me conocías del instituto?

No. Hay algo más.

-Necesito pensar y entender. Hoy vine aquí dispuesta a decirte lo que siento, lo que mi

voz no quiere decir por miedo, pero ahora tengo que… perdóname Juan pero necesito

estar sola…

Lo sé.

Niccole, sabes lo que significa la flor que te daba siempre que venias aquí, significa No

me olvides, deseo lleno de poesía. Estaré esperándote. Cuando estés segura, estaré

aquí y te diré lo que no te dije entonces, lo que quería hoy decirte.

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Asentí con la cabeza. Se que volveré pero tengo que aclararme, tengo que estar sola y

pensar.

Cojo mi abrigo y me voy.

Capitulo 11

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30

No me voy muy lejos. Camino por la playa. Aquí puedo pensar con claridad. Estoy tan

confusa, no en cuanto a lo que siento por Juan sino a toda la situación.

Por una parte esta Alex, alguien que formo parte de mi vida durante más de un año y del

que creí estar enamorada. Al final resulto ser alguien a quien no conocía, que me demostró

que no sentía nada por mí y que ni siquiera lo intentó.

También esta Juan, se enamoro de mi cuando casi era una niña. Guardo su amor en

silencio con tal de que yo fuera feliz. A pesar de los años en que dejo de verme, jamás me

olvido. Cuando vuelve a verme estoy con otra persona y de nuevo se hizo a un lado por mí.

Paso un año en la que fui varias veces a su restaurante acompañada de Alex, nunca dijo nada.

La noche que encontré a Alex con aquella chica y aparecí en su restaurante me recogió, me

cuido, me dio calor, sin pedir nada a cambio. En todo este tiempo que llevo junto a él, solo me

ha dado lo mejor de sí, sin esperar nada.

Todo esto ha hecho que me enamore como jamas lo había hecho. Lo que siento por Juan

esta mas allá del miedo, del dolor, del tiempo, pero ¿y él?. ¿Seguirá manteniendo ese amor

que sintió alguna vez por mí, querrá algo más que un noche de pasión?

¿Y si Juan, decide que no soy lo que esperaba?

Debo hablar con él pero tengo miedo….. No quiero perderlo.

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Capitulo 12

Veo luz en la parte alta del restaurante. Aun está despierto. Debería irme a casa, pero sé

que cuanto antes hable con él, antes podre tomar una decisión.

Me acerco a la puerta y toco, al principio débilmente, pero luego más fuerte, con

desesperación, como si se fuera a marchar de allí.

Abre la puerta, no parece estar bien. Tiene los ojos rojos y una expresión en su rostro

extraña.

Se queda mirando pero no me dice que pase, así que lo hago yo.

¿Que haces aquí? Creo que dijiste que tenías que pensar y de eso solo han pasado dos

horas. Vienes a reírte o a decirme que soy un imbécil.

-¿Has bebido?

Y que si lo he hecho. Hay algo que me lo impida.

-Preparare café, lo vas a necesitar

Porque, piensas darme el golpe de gracia

-Estas bastante borracho por lo que veo, el Juan que conozco no habla así

Que sabrás tú como soy. ¿Te has molestado alguna vez en averiguarlo?

-¿Pero qué dices?. Sé cómo eres.

Ah sí. ¿Dime como soy?

Dejo el café en la mesa y le pido que beba. Espero, me incita a que hable pero no estoy

dispuesta a hacerlo, empiezo a enfadarme, no creo que quiera verme así.

-Bebe el café

¿Y si no que?

-O te bebes el café o te juro que hago que te lo tragues.

Muy bien, me beberé el café, pero dime como soy. Demuéstrame que soy algo más que tu

colchón de lágrimas y necesidad.

-En primer lugar, no eres mi colchón de lágrimas y necesidad y empiezo a creer que sería

mejor que dejáramos esta conversación para mañana cuando estés sobrio.

O hablas ahora o no vengas más.

-No me lo estas poniendo fácil

Tú no lo has hecho nunca conmigo

-No lo sabía, maldita sea

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Pues ahora lo sabes y no voy a esperar más, ¿me oyes?

-Alto y claro.

-Muy bien. Te diré lo que quieres saber, aunque te estés comportando como un imbécil

en este momento.

Siempre lo he sido

-Eres un hombre que se ha hecho así mismo. Que ha podido salir adelante en la

adversidad, que tiene un corazón increíble, sensible, capaz de hacer que una mujer se

sienta la reina de su mundo.

-Eres esa persona que todos deseamos tener en nuestras vida. Tu sonrisa hace que salga

el sol en medio de la tempestad.

-Eres dulce, cariñoso, amable, un hombre de los pies a la cabeza. Probablemente mañana

no te acordaras de todo esto, pero sabes que, me has cabreado tanto que no te lo volveré

a repetir por imbécil. ¿Te ha quedado claro?

¿Me quieres?

Quiero a mi Juan, el que me regala flores, el que me sonríe, el que me toca la cara como si

fuera porcelana, el que me hace sentir mariposas en el estomago, a ti en este momento

me asaltan las dudas…

Yo te quiero, sabes. Nunca lo olvide, nunca deje de quererte.

-Bueno, levántate, será mejor que te acuestes.

Quédate conmigo.

-Vamos, levantate.

Como puedo lo llevo arriba. Logro que se acueste e instantes después esta dormido. Casi

no me ha dado tiempo de quitarle los zapatos. Sonrio al verlo, parece un jovencito al que han

pillado en su primera borrachera. Tengo ganas de abrazarlo y a la vez protegerlo de todos los

demonios que esta noche le han hecho sentirse así.

Voy hasta el salón, No puedo dormir así que me pongo a recoger lo que ha tirado en el

salón. Empiezo a mirar las fotos que hay, los trofeos, los libros que le gustan. Tiene razón en

una cosa, se como es como persona, pero no sus gustos. Aunque eso se aprende con el tiempo

y no me preocupa tanto.

Me recuesto en el sofá, y el cansancio puede conmigo, porque cuando sonó el

despertador estoy en la misma posición que cuando me senté. Me duele el cuello, pero me

levanto sin hacer ruido. Quiero que descanse un poco mas, así que me voy al baño me arreglo

un poco y bajo a abrir el bar. El tiempo que llevo ayudándole he aprendido a hacer algunas

cosas, así que espero que no pidan mucho más allá de tostadas, café.

Pongo en marcha la cafetera, las maquinas y empiezan a entrar los habituales. Llega el

ayudante de cocina de Juan, ¡salvada!, con el aquí, no tengo miedo de lo que puedan pedir.

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Transcurre casi dos horas, tenemos todo controlado cuando aparece por las escaleras. Su

cara lo dice todo, así que me acerco a la cafetera y le sirvo un café. Lo coge, pero parece

avergonzado. Por un momento tengo la tentación de suavizar el momento, pero decido darle

una lección, así que no digo nada y sigo sirviendo.

Veo que entra en la cocina a preguntarle al chico como va todo. Debió gustarle lo que dijo

porque sale con mejor cara, se acerca a mí y me da las gracias. Siento ganas de tirarle la

bandeja en la cabeza, y debe haberlo intuido porque me mira y sale disparado. Darme las

gracias como si fuera una desconocida que le ha hecho un favor, será imbécil.

Capitulo 13

Page 34: Olvido novela

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Cuando acabó el desayuno, decido irme a casa, quiero cambiarme y darle tiempo a que

piense, me acerco por detrás, esta ensimismado mirando algo, pero no puedo verlo, lo

esconde en cuanto me siente.

-Venía a decirte que me iba a casa a cambiarme.

Nikky, yo…. Quería pedirte disculpas. Ayer….

-¿Bebiste más de la cuenta? ¿Por qué?

Me desbordo todo, creí que te perdería, que no ibas a volver. No sé. Paso todo por mi

cabeza. No me emborrachaba desde que era un adolescente y descubrí que…..

-¿Qué?

Nada, no tiene importancia

-Me gustaría que acabaras las frases alguna vez, sabes.

La única vez que me emborrache, fue cuando me di cuenta que no volverías al

instituto. Estaba tan mal que no sabia lo que hacia. Cuando logré llegar a casa mi

madre tuvo que acostarme, no me tenia en pie. Como tú anoche.

-No sé si besarte o…..

¿pegarme un palo?

-¿Recuerdas lo que hablamos?

Si.

Lo dice tímidamente y al momento pregunta:

¿Volverás?

-A menos que no quieras,

Sabes que si, solo quiero estar seguro que mi comportamiento no te ha echado de mi

lado

-¡Que voy a hacer contigo!

Le beso en los labios y me voy.

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Capitulo 14

Cuanto ha cambiado mi vida en estos meses. Nunca pensé que pudiera llegar a querer

tanto y menos a alguien de mi pasado del que no sabía nada. Mi vida ya no tiene sentido sin

él.

Decidí salir de compras un rato antes de volver al restaurante. Sé que los sábados entra

mucha gente pero casi toda para cenar así que pueden pasar sin mí unas horas.

Recorro todas las tiendas, pero no encuentro lo que busco. Necesito algo especial para él.

¡Lo encontré!. Entro y pregunto al dueño si pueden hacerme un encargo especial. Le

explico lo que quiero, creo que piensa que estoy loca, pero me mira con una sonrisa y me dice

que es un regalo muy original y romántico. Nunca lo había hecho pero que sí, no parece

complicado. Así que vuelvo a la relojería y compro el reloj que he visto antes. La esfera y la

correa son plateadas y su interior es negro. Es un reloj muy elegante. Estoy muy ilusionada.

El hombre lo mira y me dice que en unas horas lo tendrá terminado. Me daré una vuelta

hasta que pueda pasar a recogerlo.

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Capitulo 15

¡Lo tengo!. Ha quedado muy bien. El Sr. de la tienda se ha portado muy bien. Me lo ha

envuelto con mucho esmero y ha dicho que si al caballero no le gusta el regalo es que no se

merece mi amor. Me ha hecho sonreír porque es lo que espero. Que entienda que es mi forma

de decirle que lo amo.

Me dirijo al restaurante. Juan esta en recepción aun no hay mucha gente. Me mira, tiene

una cara triste. Me acerco hasta él, le sonrío y le beso en los labio. Se sorprende, pensará que

me voy a marchar así sin más, sin luchar.

-¿Te ocurre algo?

Pensé que no vendrías.

-Te dije que iba a cambiarme, pero he aprovechado para hacer algunas compras.

Si, pero creí que…..

-¿Que creíste? ¿Que porque te emborracharas o desconfiaras de mi iba a salir

corriendo?. Es verdad que me enfadó tu desconfianza, que creyeras lo que te dijo Alex

sin más, sin preguntar, pero si cada vez que tengamos problemas y discutamos salgo

corriendo mejor no vuelvo ¿no crees?. A veces necesito mi espacio Juan, para pensar,

pero eso no quiere decir que desaparezca de tu lado sin más. El día que lo haga, lo

sabrás.

-Y ahora ponte las pilas, que hay clientes esperando

A sus ordenes jefa.

Le tire el paño que había dejado en el mostrador, lo esquivó sonriendo y se fue, pero se giro

de repente, volvió donde estaba y me beso profundamente. Tal como vino se fue, silbando.

Durante la noche, cada vez que tenia oportunidad, me daba besos, me abrazaba, me rozaba

la espalda.

Ya casi es la hora de cerrar cuando suena la campanilla de la puerta. Levanto la cabeza con

una sonrisa, pienso que es un cliente, solo que se me congela cuando veo quien es. ¿Qué hace

aquí? ¿Creí que había quedado todo claro?

Hola Nikky, así que es aquí donde estas últimamente. ¿Qué pasa no ganas suficiente

dinero en tu otro trabajo? O es que te pagan en especies.

-Alex, que haces aquí, baja la voz por favor

Porque he de bajarla. Que pasa, no quieres que se enteren que te estás follando al

camarero de este antro de mierda

Miré a los lados, vi como algunos clientes se volvían a ver lo que ocurría, estoy pensando

que hacer, no quiero que Juan se vea involucrado en esto, que perjudique su negocio.

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-Cállate Alex. En primer lugar esto no es un antro, y la única mierda que veo aquí eres

tu, asi que lárgate si no quieres que llame a la policía.

Venga, ¿y que le diras? No pueden hacerme nada ya que lo único que quiero es

recuperar a mi novia.

-Yo ya no soy tu novia, que te quede clarito imbécil. Perdiste ese derecho hace ya

tiempo

Vaya, así que la gata saca las uñas, que ocurre gatita, folla mejor que yo el de ojos

azules. Lo dudo

-Sal de aquí antes de que venga, no quiero que le busques problemas

Así que protegiéndolo, que pasa es una nenaza a la que tienes que defender.

Estoy a punto de tirarme a su cuello, ya no se qué hacer. Salgo de detrás de la recepción e

intento empujarlo para que se vaya.

-Escúchame bien, gusano, a Juan no hace falta que le defienda nadie, pero si puedo

evitarle este desagradable encuentro créeme que lo hare.

Me empujo para soltarse de mi mano y me doy contra el mostrador, vi como alguien iba a

la cocina a buscar a Juan. No puedo permitirlo así que me vuelvo a acercar a Alex.

-Maldito seas Alex. Vete de aquí ahora

No pienso marcharme hasta que tu nenaza salga y le cuente como te gusta hacerlo en

la cama.

Levante la mano y lo abofetee

Juan llego en ese momento y se puso delante de mí.

-¿Estas bien?

Si. Juan, el ya se iba

De eso nada nena. Así que tú eres el que se está follando a mi novia eh.

Ella ya no es tu novia, perdiste ese derecho cuando te encontró en la cama con otra y

la humillaste.

Así que la mosquita muerta te lo conto. Y te dijo como nos lo montábamos y lo

aburrida que se volvio

Sera mejor que te calles y te largues o hare que te arrepientas

Tú no eres más que un mierdecilla de camarero grasiento, ella te abandonara en

cuanto se canse del olor a grasa.

Juan fue a golpearlo pero me adelante a él.

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-Puede que Juan sea un camarero, puede que huela a grasa, pero todo eso tiene

remedio una ducha y solucionado. Y aunque no tengo por qué darte explicaciones te

voy a decir algo, tu nunca podrás ser como él, porque Juan es un hombre de los pies a

la cabeza, capaz de dar la vida por aquellos que quiere, un hombre con un corazón más

grande que él, alguien por el que los que lo conocen estarían dispuesto a dar su vida, y

sabes que, folla mejor que tu. Pero lo mejor de todo, es que lo quiero y lo amo como

nunca lo he hecho con nadie, porque daría la vida por él en este mismo instante, cosa

que tu nunca llegaras a saber lo que es, porque eres incapaz de querer, de sentir, de

amar, porque eres un ser vacio.

Con Juan no necesito nada porque con solo su sonrisa, es capaz de hacerme sentir que

tengo la luna y las estrellas en mis manos. Así que ahora vete de aquí y no vuelvas

porque la próxima vez te aseguro que no te iras de rositas.

Juan estaba tan sorprendido que no vio venir el puño de Alex, pero yo sí, así que sin pensar

me fui hacia Alex para impedirlo, pero de repente sentí un intenso dolor y todo se volvió

negro.

Empiezo a recuperarme, siento como alguien me abrazaba y me pone algo en el ojo. Hay

gente a mí alrededor, estoy en el banco que está en la recepción. ¿Qué pasa?. De repente

recuerdo, intento incorporarme pero oigo a alguien hablarme.

Tranquila amor, no te muevas. ¿Te duele algo?

-¿Juan?

Si nena, todo está bien, no te preocupes…

-Lo siento cariño, de verdad que lo siento. Yo no sabía que iba a venir. Yo…

Calla. No te preocupes, no te va a volver a tocar, eso te lo prometo. ¿Te duele el ojo?

-Un poco. ¿Qué paso con Alex?

En esos momentos Tony el ayudante de Juan en la cocina, contesta.

No te preocupes niña, tu hombre ya se encargo de darle lo que se merecía. Se lo

pensara dos veces antes de volver acercarse por aquí.

Miro a Juan sin entender, hasta que veo rabia y dolor en sus ojos.

-¿Estas bien? ¿Te hizo algo?

Que si le hizo algo, jajajaj….., ni siquiera pudo tocarlo, no le dio tiempo….. Si no lo

separamos mata al bichejo. Vaya puñetazos pegas hijo, nunca te había visto así

Déjalo Tony.

-¿Qué hiciste?

Nada, solo le explique que no se pega a una mujer y mucho menos a ti.

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Levanto la mano y acaricio su mejilla. Intento sonreir pero me duele mucho la cara. Juan

besa mi mano. Me levanta en sus brazos y me lleva arriba.

Enseguida vuelvo, voy a cerrar el bar, quédate aquí y no te muevas.

-Juan, solo ha sido el ojo, no las piernas.

Te has desmayado, haz lo que te digo, no te levantes.

-¿Siempre eres tan mandón?

Solo cuando me hacen enfadar y a mi chica le pegan un puñetazo en el ojo.

Al final sonrió. Por fin, creía que no iba a ver su sonrisa esta noche. Se acerca a mí y me

besa en los labios dulcemente, con cuidado de hacerme daño.

-¿Soy tu chica?

Ahora vuelvo. Despido a Tony. Tenía que haberse ido ya, su jornada término hace rato,

pero ha querido esperar hasta ver que despertabas.

-¡Juan!, no has contestado

Cuando vuelva.

Esta bien, dale las gracias de mi parte. Mañana hablare con él.

Lo hare, pero no te muevas de ahí. Estoy hablando en serio

-¡A sus ordenes jefe!

Cuando suba te diré quien es el jefe

-Que miedo.

Se marcha riéndose por lo bajo.

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Capitulo 16

Miro la sala, cuando me subio Juan me dejo en el sofá recostada.

Siento que subes las escaleras y lo veo aparecer en la habitación.

-¿Has terminado?

Si. Por fin. Ha sido un día muy largo e intenso.

-¿Estas bien?

Si. Solo cansado. ¿Y tú? ¿Te duele mucho? ¿Quieres que te traiga mas hielo?

-Para. Estoy bien. Va a dolerme unos días, pero pasara.

-¿Qué ocurre?

Es que…. cuando vi como te pegaba y caías al suelo, algo se nublo dentro de mí, toda la

rabia salió y si no es por Tony, creo que lo hubiera matado. Solo pensar que ese hijo de

puta pudo haberte tocado o haberte lastimado yo…

-Cálmate, el nunca me pegó.

Hasta hoy.

-Si, pero sabes que era a ti a quien quería pegar.

Porque te metiste en medio, yo puedo defenderme

-Vaya gracias. Que pasa se te ha ido lo de hombre porque una mujer haya querido

defenderte.

Espera, no te enfades, no es eso lo que quise decir. Me siento tan impotente al verte

así, que me cabrea no haberlo visto venir. Cuando te vi allí tirada, solo quería acabar

con él y ¿sabes que es en lo único en que pensaba?

-¿En qué?

Aparte de cargarme a ese mamarracho. Sonrió. De mi madre. Lo que me dijo, sobre no

dejar escapar mi oportunidad de amar. Pensé que no podía seguir esperando sin

decirte todo lo que sentía.

-¿y qué es?

Lo que le dijiste a Alex, ¿era verdad?

-Lo que dije de ti

Si. ¿Sientes eso de veras?

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-Siento mucho más Juan.

Espera, déjame explicarte algo antes

Nikky, no sé si me amas, ni si quieres pasar el resto de tu vida conmigo, pero esta vez,

no quiero separación sin que sepas todo lo que te amo.

Desde que te vi aquella vez, en el pasillo me enamore de ti. Los años dejaron ese amor

en un rincón de mi corazón, pero nunca conseguí sentir por nadie lo que sentí por ti.

Cuando volví a verte, fue como ver entrar la luz de nuevo en mi corazón, solo que no

estabas sola, pero no me importo, porque me di cuenta, que lo que le había faltado a

mi vida a lo largo de todos estos años, eras tú. Con el paso de los meses cada vez que

te veía, sentía tristeza al verte con él, pero a la vez, era como calor en mi alma el verte.

En ocasiones subia y me asomaba a la terraza, allí te veía en tu camino al trabajo, o

cuando ibas al parque a comerte el almuerzo. Cuando aquella noche apareciste

llorando ante el restaurante, fue muy duro pero a la vez, di gracias porque acudieras a

mí.

Nikky, desde entonces vivía en un infierno porque no me podía acercar a ti, no quería

ser un capullo que se aprovechaba de la situación. Estaba intentando darte tiempo

para que sanaras y pudieras tomar la decisión correcta.

Cuando empezaste a ayudarme en el restaurante, pensé que por fin la suerte me

sonreía y que tendría una oportunidad contigo, y así fue, solo que mi idiotez y

desconfianza casi hace que te pierda y encima hoy….

Nikky te amo más que a mi vida. Te quiero tanto que me duele, no quiero que te vayas,

que me dejes….

No dices nada. Yo…..

No podía hablar, solo sé que de repente estaba en sus brazos besándolo con rabia, con

dolor, con pasión. Cuando al fin pude dejar de besarlo, sin soltarle las manos de su cuello, le

mire a los ojos…

-Mi amor, no sabes cuánto te amo. Desde la primera vez que te vi, sentí algo especial

pero no sabía porque, tu sonrisa me hacia tanta ilusión. Aquella flor que me diste ese

día, aun la tengo.

-Cada vez que veníamos al restaurante, yo me sentía culpable por esperar tus sonrisas,

tu flor. Estaba con Alex, y aunque no era la mejor relación, intentaba que todo

estuviera bien.

-Aun no sé porque aquella noche llegue hasta aquí, pero lo que sí puedo decirte es que

cada día que he pasado cerca de ti es como ver la luz de la mañana entrar por la

ventana. Sentir como el sol anida dentro de mi corazón, cada vez que venía al

restaurante era como regresar a casa. Estar aquí es como estar en mi hogar

-Llegue a creer que no sentías lo mismo por mí, y cada día me costaba más estar cerca

de ti sin tocarte.

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Pero si era yo el que tenia que reprimirme para no llevarte arriba y no dejarte salir de

mi cama.

Mi amor, me parece todo tan increíble, ¿de verdad me amas? ¿Dime que nunca me

abandonaras?

-Nunca lo hare pero me gustaría preguntarte algo

Dime

-¿Qué era lo que escondiste esta mañana cuando me acerque a ti? Parecía una foto.

¿Es algo por lo que deba preocuparme?

Me sonríe y se levanta. Saca su cartera del bolsillo y se sienta a mi lado. La abre y saca dos

fotos.

Esta es mi madre.

-Era muy guapa. Te pareces mucho a ella.

Y la foto que tenia esta mañana en mis manos era esta.

-Pero si soy yo. ¿Es en mi taquilla del colegio cogiendo la flor?. ¿Sacaste tu esta foto?

Si. Uno de los días lleve la cámara, quería tener una foto tuya

-Estoy sonriendo.

Cada vez que abrias la taquilla y la veias sonreías.

-Siento haber pensado que era la foto de alguien.

Y lo es Nicole, la foto de las dos personas que mas he amada en este mundo. Solo que

ahora ya no eres esa niña, ahora eres una mujer, la mujer que amo con toda mi alma.

Me besa, pero aunque quiero que siga, tengo que pararlo

-Espera

Creo que hemos esperado demasiado. ¿Qué ocurre?

-Antes quiero darte algo

¿El qué?

-Espera… fui hasta mi bolso y traje el regalo que había comprado para Juan. Se lo doy y

espero que lo abra.

¿Qué es? ¿Por qué me regalas esto?

-Dentro esta lo que quiero que hagas por mi siempre.

Abre el regalo con delicadeza. Cuando lo ve, sus ojos se humedecen.

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Le había comprado un reloj plateado, pero lo importante estaba dentro, era una flor tallada

en plateada.

-Es un pensamiento, la primera flor que me diste cuando me volviste a encontrar, la

flor que quiero que mires siempre, para que nunca me olvides.

Nunca podría olvidarte

-Yo tampoco Juan. Te quiero mi dulce amor

Te quiero mi amor eterno.

FIN