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Obras del Místico Doctor San Juan de la Cruz. DOCUMENTOS VARIOS.

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  • Obras del Místico DoctorSan Juan de la Cruz.

    DOCUMENTOS VARIOS.

  • Obras del Místico Doctor

    San Juan de la CruzEDICIÓN CRITICA

    y la más correcta y completa de las publicadashasta hoy con introducciones y notas del

    Padre Gerardo de San Juan de la Cruz,

    Carmelita Descalzo,

    y un epílogo delExorno. Sr. D. Juan Vazquez de Mella.

    Fray Juan de la Cruz… esmuy espiritual y de grandes experienciasy letras.(SANTA TERESA, CARTA CCXIX.)

    TOMO TERCEROpp. 110-133

    DOCUMENTOS VARIOS

    TOLEDO – 1914IMPRENTA, LIBRERÍA Y ENCUADERNACIÓN DE VIUDA É

    HIJOS DE J. PELÁEZCOMERCIO, 55, Y LUCIO, 8, TELÉFONOS 31 Y 32.

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  • DOCUMENTOS VARIOSCensura y parecer que dio el Beato Padre sobre el

    espíritu y modo de proceder en la oración de una religiosade su Orden, y es como sigue.1

    En este modo afectivo que lleva este alma,parece que hay cinco defectos para juzgarle porverdadero espíritu. Lo primero, que parece llevaen él mucha golosina de propiedad; y el espírituverdadero lleva siempre gran desnudez en elapetito. Lo segundo, que tiene demasiadaseguridad y poco recelo de errar interiormente,sin el cual nunca anda el espíritu de Dios paraguardar al alma de mal, como dice el Sabio (Prov.13). Lo tercero, parece que tiene gana depersuadir que crean que esto que tiene es bueno,y mucho; lo cual no tiene el verdadero espíritu,sino por el contrario, gana que lo tengan en pocoy se lo desprecien, y él mismo lo hace. Lo cuartoy principal, que en este modo que lleva no

    1 El motivo de haber dado el Santo esta Censura lo refiere el Padre José deJesús María, en la Historia que de él escribió (libro I, cap. 35). Había unaMonja Carmelita Descalza (cuyo convento no se nombra) queexperimentaba en la oración efectos extraordinarios. Examinaron suespíritu algunos letrados de diferentes Órdenes y lo aprobaron por bueno.La habló también el Padre Nicolás de Jesús María (Doria), Vicario Generalde la Descalcez, y no satisfaciéndose de su espíritu (Fray Jerónimo, Historiadel Venerable Padre Fray Juan de la Cruz, lib. VI, capítulo 7.°), quiso que elMístico Doctor (entonces Definidor primero de la Orden), por el dónreconocido que tenía de discernir los espíritus, diera su dictamen sobre elparticular. Para esto mandó a la religiosa que escribiese lo que por ellapasaba y los sentimientos que aquellas cosas dejaban en su alma, cuyopapel remitió al Santo, al pie del cual escribió esta célebre Censura, la quepor si sola basta para acreditarle de gran Maestro de espíritu. (Véasetambién Fray Jerónimo de San José, obra y lugar arriba citados.)

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  • parecen efectos de humildad, los cuales, cuandolas mercedes son, como ella aquí dice, verdaderas,nunca se comunican de ordinario al alma sindeshacerla y [111] aniquilarla primero enabatimiento interior de humildad: y si este efectole hicieran, no dejara ella de escribir aquí algo, yaun mucho de ello: porque lo primero que ocurreal alma para decirlo y estimarlo son efectos dehumildad, que cierto son de tanta operación queno los puede disimular. Que aunque no en todaslas aprehensiones de Dios acaezcan tan notables;pero éstas, que ella aquí llama unión, nunca andansin ellos. Quoniam antequam exaltetur animahumiliatur (Prov. XVIII, 12), et: Bonum mihi, quiahumiliasti me (Psal. CXVIII, 71). Lo quinto, que elestilo y lenguaje que aquí lleva no parece delespíritu que ella aquí significa; porque el mismoespíritu enseña estilo más sencillo y sinafectaciones ni encarecimientos, como este lleva:y todo esto que dice dijo ella a Dios y Dios a ella,parece disparate.

    Lo que yo diría es que no le manden ni dejenescribir nada de esto, ni le dé muestra el confesorde oírselo de buena gana, sino para desestimarlo ydeshacerlo; y pruébenla en el ejercicio de lasvirtudes a secas, mayormente en el desprecio,humildad y obediencia, y en el sonido del toquesaldrá la blandura del alma, en que han causadotantas mercedes: y las pruebas han de ser buenas,

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  • porque no hay demonio que por su honra nosufra algo.

    Fundación de las Carmelitas Descalzas de Málaga.2

    Jesús María. A honra y gloria de la SantísimaTrinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, trespersonas y un solo Dios verdadero, y de lagloriosa Virgen Santa María del Monte Carmelo.

    Fundóse este monasterio del Señor San Joséde Málaga, de [112] Carmelitas Descalzas, adiecisiete de Febrero del año de mil y quinientos yochenta y cinco años. Fundóse con el favor de laSra. D.a Ana Pacheco y del Sr. Pedro Verdugo, sumarido, proveedor de las galeras de Su Majestad.Alquiláronse para el efecto las casas de DoñaConstanza de Ávila. Vinieron a la fundación lasmonjas siguientes: Primeramente la Madre Maríade Cristo, natural de la ciudad de Ávila, hija deFrancisco de Ávila y de D.a María del Águila, sumujer, la cual en el siglo se llamaba D.a María de2 Esta Relación es inédita; se halla al principio del libro de las Profesiones.El Padre Fray Andrés, que hizo sacar una copia auténtica, existente hoy enel manuscrito 6.296 de la Biblioteca Nacional, no nos dice claramente siestá escrita de mano del Santo. Sus palabras son éstas: «También exhibió laya referida Madre Priora Luisa de la Concepción un cuaderno en folio,donde se hallan las profesiones originales de las religiosas de dichoconvento, y a su principio una Relación original firmada de la misma mano del yaglorioso nombrado Padre San Juan de la Cruz y su socio el Padre Fray Diego dela Concepción...» La actual Priora del referido convento (que me ha hechogracia de otra copia antigua) dice que la Relación es toda de letra del Sociodel Santo. Aunque sea así, yo no dudo que por lo menos la redactó elmístico Doctor, como lo evidencia la sentencia que va al fin, en la que seve retratado su espíritu y se nota que todas las frases son de las suyas muycaracterísticas. Además, habiendo hecho el Santo Padre esta fundación, esmuy natural que escribiera una reseña de su principio.

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  • Ávila; y la Madre María de Jesús por Subpriora,natural de la villa de Beas, hija de SanchoRodríguez de Sandoval Negrete y de D.a CatalinaGodínez, su mujer, la cual se llamaba en el sigloD.a María de Sandoval. Trajeron consigo a lahermana Lucía de San José y a la hermanaCatalina Evangelista y a la hermana Catalina deJesús, todas monjas profesas de el coro.

    Fundóse en pobreza, sin ningún arrimo temporal. SeaDios servido de conservarle en ella hasta la consumacióndel siglo, para que se goce en las riquezas eternas parasiempre con Dios, amén.–Fecha en el dicho conventode Señor San José, primero de Julio del año demil quinientos ochenta y seis, y lo firmamos denuestros nombres.–FRAY JUAN DE LA CRUZ,Vicario Provincial.–FRAY DIEGO DE LACONCEPCIÓN, Socio. [113]

    Oración a la Santísima Virgen.3

    Jesús, María, José.Santísima María, Virgen de Vírgenes, Sagrario

    de la Santísima Trinidad, Espejo de los Ángeles,Refugio seguro de los pecadores, apiádate denuestros trabajos, recibe con clemencia nuestrossuspiros y aplaca la ira de tu Hijo santísimo.

    Carta sobre la vida regular.4

    3 Hállase el original de letra del Santo en el Libro de las Profesiones de lasCarmelitas Descalzas de Beas. La publicó por vez primera Muñoz yGarnica (Ensayo histórico sobre San Juan de la Cruz, pág. 408).4 Siguiendo la indicación del Padre Fray Andrés doy cabida a este escritoentre las Obras de San Juan de la Cruz. Aunque no sea obra propiamente

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  • Fray Nicolás de Jesús María, Vicario Generalde la Congregación de Carmelitas Descalzos, FrayAntonio de Jesús, Fray Juan de la Cruz, Fray Luisde San Jerónimo, Fray Juan Bautista, FrayGregorio de San Ángelo, Consiliarios de laConsulta de dicha Congregación. A los religiososy religiosas de ella, salud en el Señor.

    La obligación de nuestro oficio, y el deseo delbien espiritual de Vuestras Reverencias, comocontinuo despertador, nos incita y despierta a queavisemos algunas veces lo que para ello conviene,y que pues es continua la miseria del hombre,haya siquiera alguna ayuda que nos acuerde lo queel Apóstol tanto nos ruega y encarece: Quedignamente vivamos según nuestra vocación, paraque se animen los fuertes a la perfección, seesfuercen los flacos a la virtud, se refrenen entodos los afectos y pasiones y queden sin disculpalos que erraren. Y como en las religiones el mayornúmero es de los que siguen por donde los guíanobligación y amor, con éstos particularmente nosmueve para avisallos y animallos que en suvocación [114] tomen el camino de la perfección,a que el estado del religioso obliga a caminar; ycon el Apóstol rogamos al Señor les dé espíritu desapiencia y luz clara, para que sepan la excelenciade la esperanza de su vocación, y la gran corona

    suya, no cabe duda que tomaría en ella bastante parte. Se publicó por vezprimera en la Instrucción de novicios Descalzos de la Virgen María del MonteCarmelo, impresa en Madrid año de 1591.

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  • que por ella se les apareja, y la poderosa mano delSeñor para con ellos, que los ayudará y esforzaráen todo. Supla el mismo Señor, por intercesióndel Santo Apóstol y de la Virgen Nuestra Señora,nuestro defecto, para que se consiga el fin que sepretende, que es el conocimiento de nuestravocación (Tit. I, 1) y estado de religiosos y bienespiritual de sus almas, a gloria de Dios.

    El fin con que Vuestras Reverencias semovieron a entrar en religión, sin duda fué undeseo grande de servir al Señor con penitencia yejercicios santos, que los ayudasen a caminar a laperfección, que esto suele obrar en nuestras almasla vocación de Dios (Ephe. IV, 1); y para elloescogieron el modo de vivir de nuestra religión,por ser conforme a esos santos deseos de Dios; ycon este intento profesaron la vida religiosa denuestra Orden, y se obligaron a caminar pormedio de ella a la perfección cristiana, deseada ypretendida tanto en sus almas, que por esodejaron el mundo, sus haciendas y su mismalibertad, y con mucha razón, para llegar máspresto (siendo tan descargados) al dichoso estadode esta perfección cristiana; y así entendemos seráde su consuelo saber en qué consista y con quémedios la han de alcanzar.

    La perfección cristiana consiste en laperfección de la caridad, que es el fin de toda laley, y de la Iglesia y estados de ella; Finis præcepticharitas, dice el Apóstol (1.a Tim. I, 5); y como este

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  • fin sea universal para todos los santos ejercicios yestados que en la Iglesia hay, por inspiración delSeñor, la misma Iglesia ordenó que hubiesereligiones, en las cuales se caminase a laperfección con particulares ejercicios escogidospara ello, que encierran en sí los preceptos deDios y de su Iglesia, y más nuestrasConstituciones y manera de vivir; y se escogieronpara este fin las tres virtudes de obediencia,pobreza y castidad, en que está el ser religioso. Yasí se profesa como camino cierto y seguro, yentre todos escogido por la Iglesia, para alcanzarla perfección de la caridad, que es su fin. [115]

    Y para alcanzar esas virtudes religiosas, señalóla Iglesia un medio muy conveniente y eficaz paraeso, al que le observare, y este es la vida regularde cada Religión.

    Y así en nuestra Religión se profesanobediencia, pobreza y castidad según la Reglaprimitiva del Carmen, que es decir que tomamospor medio la observancia de nuestra Regla, que laIglesia nos ha señalado, para alcanzar laperfección de esas tres virtudes que profesamos.

    De manera que hay aquí unas como escalerasdivinas (si es lícito decir así), que la una llama a laotra, y la postrera nos junta con Dios. La primera,es la observancia regular de nuestra Regla yConstituciones y modo de vivir. Y de allí se llegaa la segunda escalera, que es al ser y excelenciareligiosa (que en la perfección de las tres virtudes

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  • consiste), que profesamos. Desde donde sealcanza a subir la tercera escalera, que es laperfección de la caridad, y de allí no resta más quellegar a Dios Nuestro Señor, que está, como vióJacob, arrimado a lo alto de esta divina escalera(Gen. XXVIII, 13). Y cierto, divina se puedellamar toda ella, inspirada de Dios, ordenada porla Santa Iglesia, escogida y profesada por cadauno de nosotros, para ir con estos grados a ladicha perfección de la caridad.

    No les parezca que la primera escalera devida regular es de poco momento (y por esotrataremos algo de ella), que aunque se llama ansípara más fácil inteligencia, es ella en sí virtudexcelentísima de justicia legal, que da a las leyes laobservancia que se les debe, y tiene por objeto elbien común (que es lo que con esta observanciase pretende) y en ella está encerrado. Y despuésde la prudencia, es esta virtud la mayor de lasvirtudes morales, y tan celebrada, no sólo entreTeólogos, sino entre Filósofos, que la llamanpreclarísima virtud, que ni el lucero de la noche,ni el de la mañana, es tan resplandeciente comoella, con otras mil alabanzas que le dan: y por esoun Filósofo no quiso salir de la cárcel, dondeestaba sentenciado a muerte, pudiendo y teniendocausa justa para ello, y escogió morir por noquebrantar las leyes de su tierra, que prohibíaneso. Y por lo contrario, reprenden mucho eldefecto de injusticia en la poca observancia de sus

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  • leyes, por ser contrario a tanto bien. LosTeólogos asimismo [116] dicen de esta virtudmaravillas, sólo considerándola en cuanto esobservancia de ley, debajo la cual se vive: que sise juntan con ella las otras virtudes que traeconsigo esta vida regular y observancia de susleyes, es cada acto de ella un ramillete de floresolorosas de diversas virtudes: y por eso dicen lossantos, que más agrada a Dios Nuestro Señor loque el religioso hace por obediencia, aunque seamenos, que no lo que hace por otras virtudes sinobediencia, aunque sean mayores. Y estaobediencia se debe al Prelado en lo que es de suoficio, y mucho más a la ley en que vivimos yprofesamos, que es superior al mismo Prelado.

    La razón de lo susodicho es bien clara,porque los actos de otras virtudes son solamenteactos de aquella virtud que se ejercita, y tienen lavoluntad del Señor en universal. Pero el acto de lavida regular, por mínimo que sea, trae consigo unramillete de muchas y excelentísimas virtudesolorosísimas para Dios, y tiene la voluntad deDios particular en sí. Porque cuanto a laprofesión religiosa, el acto regular es acto deaquella virtud que se ejercita, y es también virtudde justicia por la ley que se guarda, y deobediencia y de religión por el voto que se hizo.Cuanto a Dios Nuestro Señor, es resignación ensu santísima voluntad, que en aquello enparticular me está declarada, y gozo de Dios en

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  • que se cumpla. Cuanto al religioso mismo, esmortificación de deseos en el apetito, de elecciónen la voluntad, y de discurso en el entendimiento:que el que por ley y por voluntad ajena vive, si aello se rinde, todo esto hace y mortifica; y en cadaacto de vida regular y obediencia, todas estasvirtudes ejercita, y gana corona por ellas; y ensuma, esta es la cuenta que ha de dar a DiosNuestro Señor el religioso; y (como se dice) elque esto guardare, le pueden canonizar, ¡tanta essu excelencia! Por eso sepan Vuestras Reverenciasconocer y estimar la dignidad de su estado yvocación, y dar gracias al Señor por ello, que amesa tan opulenta y rica los ha convidado, ysepan estimar también cada cosa de esta vidaregular que profesan, y esmerarse en ella.

    De lo dicho claramente se entiende, queaunque cuando se hacen las leyes, se debe mirarmucho que con suavidad en la comunidad [117]se puedan llevar por todos (que en fin somoshombres flacos); pero después de hechas vanosmucho en ser observantes en la guarda de ellas.Pues que encierran tanto bien en sí, como estádicho, y lo contrario trae consigo los malescontrarios a esos bienes.

    El demonio, como tan sagaz en procurarnuestro mal, pone todas sus fuerzas siempre enestorbar nuestro bien en su principio, y en quitarla fruta de nuestras almas, en la flor; y así como lavida regular es la primera escalera para el

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  • religioso, y principio y puerta para las otras, enella pone todas sus artes para estorbar que novayan por ella, que como es puerta para lasdemás, y como es flor del árbol que ha de darfruta de perfección, estorbado esto, y cerrada esapuerta, no se subirá a lo alto de la escalera, y si sehiela esta flor, no dará la fruta de perfección quese deseaba, y con impedir eso dispone al religiosoa mil caídas y relaja toda la Religión. Esto nosavisa el Espíritu Santo, mandando que tomemoslas zorrillas que destruyen la viña cuando florece(Cant. II, 15). Porque como se comen lospámpanos, cuando son ternecicos (que son elmedio por donde la viña da uvas), destruyen coneso todo el fruto venidero. Así el demonio, conrazóncillas aparentes y conformes a nuestroapetito, con malicia a fuero de zorrilla, destruye elprincipio de todo aprovechamiento del religioso,cuando en su vida regular le afloja, y con esto lequita toda la fruta venidera y relaja la Religión, yesto hace no con una caída u otra, por miseria oignorancia (que eso, si duele, no hace muchodaño); pero hácelo, y sale con ello, cuando ponepoca estima en el alma de esta vida regular queprofesó, y con quitarle el sentido y dolor, cuandocae en culpas contra ella; y por aquí llévale a quede propósito y sin dársele nada caiga, porque nola estima. Con esto se destruiría (si sucediese)todo lo que es vida regular y observancia religiosa.De aquí nacería no estimar la clausura, la

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  • penitencia y aspereza en el victo, vestido y cama,y lo demás de nuestra Religión: la cual con esto seiría deshaciendo, por estar fundada en sólo la vidaregular que la Iglesia nos ha dado, y con la cual sedistingue de las otras religiones; y, en suma, sedestruye el alcanzar el fin que a la religión lostrujo de la perfección, pues que destruye el medioque [118] Dios y su Iglesia le tienen para elloseñalado, y oféndese mucho el Señor en ello, y enseñal de esto. En caso semejante mató el Señorcon muerte súbita a Ananías y Zafira (Act, V, 5 y10), porque sólo impedían ese principio y fervorde la primitiva Iglesia, por encubrir lo que pasabaen el dar todo en común, como los demás.

    Entendida, pues, la excelencia de nuestraprofesión y estima que se debe tener al vivirsegún ella, claro está que no se deben dejar losejercicios que son propios nuestros por otros,cuando con ellos no se compadece la observanciaque profesamos y se rompe algo de ella; pues quelos ejercicios de los religiosos están dados yescogidos por la Santa Iglesia por los mejores detodos, para alcanzar la perfección de la caridad, ytraen consigo tantas virtudes y bienes como estádicho. Cada uno (dice el Apóstol) permanezca ensu vocación (1.a Cor. VII, 20), según Dios, elsiervo y el que no lo es, etc. Y persuade a cadauno que según su estado se ejercite. A nosotrosnos da Dios, y su Iglesia, y nuestra profesión,

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  • estos ejercicios de nuestra vida regular, y ansí enellos estamos obligados a ejercitarnos.

    Y dejando aparte un acto de caridad deextrema necesidad que obligue (que esto rarasveces sucede, y nuestras Constituciones ordenanlo que en esto se ha de hacer); dejando tambiénaparte que el olvidar los ejercicios de su vocacióny estado, por seguir otros de su voluntad, suelenacer de huir la mortificación de vida religiosa, ybuscar libertades y regalos y estimas de sí mismo,y guiarse por su voluntad, pues que todo acto devirtud se puede en su religión y conventoejercitar.

    Dejando todo esto aparte, y hablando en rigorde las virtudes en sí, aunque una virtud sea mayorque otra, todavía para el religioso, el acto virtuosode su obligación y estado que profesó, es mayor ymejor, aunque sea de virtud inferior, que no elacto de otra virtud mayor que no le obliga.Porque lo que es de obligación se debe siemprepreferir a lo que es voluntario, y no obligatorio. Ysi por lo que es voluntario, rompe con lo queprofesó y con su obediencia, aunque el acto yobra que hace sea en materia de virtud y parezcaque es caridad, ni es virtud, ni caridad para elreligioso; porque no [119] puede haber virtud condesobediencia, y Saúl fué castigado de Dios (l.°Reg. XV, 22) porque le sacrificó, no por elsacrificar (que de suyo era santo), sino por ladesobediencia, porque sacrificó los animales que

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  • le había Dios mandado que matase, y ansi le dijoel Profeta que era pecado de ariolo y de idolatríano obedecer; porque la obediencia debeacompañar toda virtud, y señaladamente en elreligioso.

    Y siendo los ejercicios religiosos escogidospor los mejores para nuestro bien, dejar esos porotros (aunque parezca que se pretende bien delprójimo), es contra el orden de la caridad, queobliga a que mire primero por sí y por laobligación de su estado que por otros: Atended avosotros (dice el Apóstol) y al ganado sobre elcual el Señor os ha puesto Obispos (Act. XX, 28):donde primero pone a si, que al ganado; y elorden de la caridad obliga a eso. Desto nace ladoctrina universal de Iglesia, que así lo manda quese prefiera, lo que es de obligación de su estado, alo que es de propia voluntad sin obligación: que sipor seguir ejercicios de virtudes mayores,voluntarias, que no son de obligación, sehubiesen de dejar las obligaciones de su estado yvocación, cada religioso iría por donde lepareciese, y todo se confundiría y destruiría.

    Y así como el que dijese mal de estos santosejercicios de las religiones (demás de que seríamal caso) lo destruiría todo cuanto es en sí; así ensu tanto (si bien se mira) el que persuadiese adejarlos por otros ejercicios de su propiavoluntad, los destruye con título más honesto, ydeshace toda obediencia con ello, dando libertad

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  • a cada religioso, que deje lo que profesó porseguir su voluntad.

    No se tomen, pues, ejercicios contrarios anuestra profesión que no se compadezcan conella. Y los que no le son contrarios se estimen enmenos que los que son propios nuestros, queéstos traen consigo un ramillete de tantasvirtudes, tan olorosas para Dios como está dicho.

    Avisados ya de este inconveniente, resta queadvirtamos dos cosas, que en general nos ayudenpara no caer en semejantes barrancos.

    La primera es de la relajación. Relajación, noes otra cosa sino ley o modo de vivir de un estadoque no se observa, y en aquello hay [120]relajación en su tanto. Midan, pues, cualquierobra y ejercicio que se les ofreciere con esta regla,y si hallaren que con ello se rompe con algo desus Constituciones y vida regular, ténganla sinduda por relajación.

    La otra es, que viviendo el religioso encomunidad y como parte de ella, se ha deacomodar con los demás, en orden a sucomunidad, como miembros de un cuerpo.Miren, pues, si aquel modo de vivir u obra que seles ofrece, es tal que si toda la comunidad de losque son en aquel igual grado, viviese de aquellamanera, si la observancia se relajaría. Y cuando lohallaren ser así, tengan por cierto que aquel modode vivir y obra que se ofrece, hará daño a lacomunidad y la relajará. Y de aquí se sigue, que si

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  • toda la comunidad no lo puede hacer sin daño dela observancia, que tampoco lo podrá hacer unreligioso particular, sin daño de la comunidad,que (cuanto es en sí) con obra y mal ejemplo lerelaja la observancia. Y con esto, aunque se lespinten las cosas con títulos y nombres excelentes,de suavidad de vida espiritual, de gobiernopaternal y otros nombres semejantes y conformesa nuestro deseo, las entenderán y verán luego aqué parte caen, y podrán con esto guardarse delos barrancos que pueden en esta vida suceder, yes bien que tengamos luz contra ellos, paraconocer la miseria del hombre, y como se busca así mismo en todo, y abezado a su propiavoluntad, desecha la observancia, en la cual está lavoluntad de Dios y la mortificación propia, y escausa de todos estos tropiezos y barrancos contítulos justos mascarados.

    Resultará de lo susodicho una armoníaadmirable en la vida del religioso. Lo primeroresultará sobre todo estima de los ejercicios de suprofesión. Lo segundo resultará que seguirá esosejercicios con grande ánimo, y hecho hábito eneso con ayuda del Señor, hallará gran gusto ysuavidad en ello, con el cual vivirá toda su vida. Yesta es la verdadera suavidad de la vida religiosa,obrar por hábito de virtud, que hace gustosostodos los actos de ella: y de aquí nace que el almaque tuviere deseo de hacer la voluntad de Dios ytuviere esta excelentísima virtud, tendrá

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  • inclinación y deseo de la observancia de susconstituciones, y de obedecer, y con gusto lohará, pues es de Fe ser eso voluntad de Dios; ypor lo contrario, quien no ama [121] esaobediencia y observancia, no tiene el hábito deesa virtud en su alma, aunque la tenga en laspalabras; y lo mismo pueden VuestrasReverencias discurrir de las demás virtudes. Lotercero sucederá que se guardará el orden de lacaridad, que obliga a mirar primero por si y porsu perfección, y después por su religión ycomunidad, y últimamente (con obediencia)ayudará a los de fuera, sin perjuicio propio ni desu religión. Y lo cuarto, de esta maneraacomodará su vida con la comunidad dondeestuviere viviendo, no a sí solo, sino en orden asu comunidad, sin hacer cosa que la ofenda: que ala verdad esta ha de ser la vida del religioso: viviren orden a su comunidad, para que sean todos loque el nombre suena, y como unidad, que esdecir, como si todos fueran uno: y que elprudente se acomode con el imprudente y le sufrael fuerte con el flaco; y el viejo con el mozo; y asílos demás de naturales contrarios y diversos seacomoden como si fueran uno, ayudándose, y sinhacer daño ni escandalizar los unos a los otros;que es grande excelencia de las religiones, y es loque dice el Profeta que había de obrar CristoNuestro Señor en la Iglesia. Habitará (dice) ellobo con el cordero, y el león con el becerro, etc.,

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  • y un niño pequeñuelo los guiará (Isai, XI, 6); queson las virtudes naturales que se conformarán enuno con su gracia, y un niño simple podrá ser supastor y Prelado, y con esto vivirán en mucha pazy no se hará lo que no se debe, ni se dará tropiezoni escándalo a los flacos.

    De haber abierto los ojos a esto ha nacido lavigilancia de algunos religiosos, que viendo tantaexcelencia en la vida regular y obediencia, seesmeran en su observancia: y no sólo no hacencosa contra ella, ni sin ella; pero ni aun curanmucho (sino es cosa de necesidad) de pedir cosaalguna, y esto lo piden, y con sólo proponer alPrelado lo que pasa, se contentan; y en todo vivenpor obediencia, aguardando que ella, como vozde Dios, les diga lo que han de hacer, que eso esser guiados por voluntad de Dios en todo, y teneresa santísima voluntad por regla de su vida: ycausará esto mil virtudes y mucha perfección ensu alma. Considérenlo en su oración y procurenimitarlos en las obras: y no por esto dejen dedecir sus necesidades [122] al Prelado, porque esnecesario que las sepa para remediarlas, y quevaya todo con suavidad. Y guárdense de traer elPrelado a que les conceda su petición y deseos,con ruegos o favores o con mostrar muchaflaqueza espiritual o con otros semejantes medios:porque eso es guiarse a si mismo y traer elPrelado, y la obediencia a su voluntad, y perder laexcelencia de ser guiado por la santísima voluntad

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  • de Dios, que es la cosa mejor que las religionestienen y el más excelente estado y vida que lacriatura puede vivir, teniendo por su regla lamisma regla que Dios Nuestro Señor tiene parasus obras, que es esa santísima voluntad suya.

    Y porque entendemos que VuestrasReverencias, con oración y consideración suplirána lo que aquí se falta, no nos alargamos más. ElSeñor les dé luz y abundancia de dones en susalmas, para que en todo acierten con su santísimavoluntad, y lleguen a la perfección deseada ypretendida5.

    Acta de elección de priora y demás oficios enCaravaca.

    Jesús, María.6Fray Juan de la Cruz y las Hermanas de San

    José de Caravaca, de la Orden de Nuestra Señoradel Monte Carmelo de la primera [123] regla. Anuestro muy Reverendo Padre Fray Jerónimo de5 Otra Carta circular escribió la Consulta, de la cual se halla copia en elEspicilegio historial del Padre Manuel de Santa María. Es mucho más breveque ésta, y el asunto es relativo a la misma Consulta, por lo que no tienegran interés para el público. Por esta razón no se publica aquí.6 El original de este documento se halla en las Carmelitas Descalzas deCara- vaca. Parte de él se publicó en el tomo IV de las Cartas de la SantaMadre (Notas al Fragmento XXXIII). Las Carmelitas de París le hanpublicado íntegro en francés en su nueva traducción de las Obras de SantaTeresa de Jesús (tomo IV, pág. 431). Yo me valgo para su publicación deuna copia que me ha remitido la Priora del convento en donde su halla.El motivo de insertar tanto este documento, como los siguientes en estacolección de escritos de San Juan de la Cruz, es por el interés que puedentener, ya para aclarar algún hecho de su vida, ya para precisar alguna fechade la historia carmelitana. A ser en mayor número hubiera preferidopublicarlos en los Apéndices.

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  • la Madre de Dios, Provincial de la dicha Orden,salud y gracia del Espíritu Santo.

    Sabrá Vuestra Reverencia que habiéndosejuntado a 28 de Junio de 1581 las dichasHermanas del sobredicho convento en su comúnlugar, tañida la campanilla, según es de orden,para elegir Priora para el dicho convento,presidiendo yo Fray Juan de la Cruz, pormandado de Vuestra Reverencia, con mi socioFray Gaspar de San Pedro, procediendo a la dichaelección jurídicamente, fueron halladas trecevocales, ninguna admitida ni tampoco excluidacontra derecho y nuestras sagradasconstituciones, y mostrando ser absueltas por elsufragio apostólico para poder elegir y ser electas.

    Recibieron trece cédulas, cada una la suya, yescribieron secretamente sus votos, cada una elsuyo, y plegándolas las pusieron en el vaso queestaba ya para el efecto preparado por la red,según la forma del Santo Concilio Tridentino, yvaciando el dicho vaso hallamos el mismonúmero de cédulas, trece, yen ellas escritos trecevotos, en cada una el suyo, de los cuales uno tuvola Madre Teresa de Jesús; otro tuvo la HermanaMaría de Jesús, conventual que al presente es delconvento de Beas; todos los demás, que sononce, tuvo la Madre Ana de San Alberto, Vicariaque al presente es de este convento de San Joséde Caravaca; y así fué canónicamente electa de laprimera vez. Por tanto suplican a Vuestra

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  • Reverencia quiera dársela y confirmársela enMadre espiritual y guía de sus almas.

    Luego por la misma forma, en el mismo día yhora, se procedió a la elección de Subpriora parael dicho convento, y quedó reelecta, prima vice, lahermana Bárbara del Espíritu Santo, Subprioradel trienio pasado; porque tuvo todos los votos,excepto uno que tuvo la Hermana Francisca deSan José, conventual del mismo convento.Suplican a Vuestra Reverencia tenga por bienejercite el dicho oficio.

    Y consiguientemente se hizo elección deClavarías, y escribió cada una en su cédula tresnombres, y de la primera vez quedaron electas laHermana Bárbara del Espíritu Santo por primeraClavaría, porque tuvo nueve votos; y la HermanaJuana de San Jerónimo, [124] porque tuvo otrosnueve votos, fué segunda Clavaría, porque esmenos antigua; y la Hermana Ana de laEncarnación, porque tuvo otros nueve votos, estercera Clavaría, porque es menos antigua que lasdos.

    En fe de lo cual, yo el dicho Fray Juan de laCruz, y el compañero, y las sobredichasHermanas, lo firmamos de nuestros nombres ysellamos con el sello común en Caravaca a 28 deJunio de 1581.–FRAY JUAN DE LA CRUZ.–FRAYGASPAR DE SAN PEDRO.–ANA DE SANALBERTO.–BÁRBARA DEL ESPÍRITU SANTO.–JUANA DE SAN JERÓNIMO.–FRANCISCA DE LA

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  • CRUZ.–ANA DE LA ENCARNACIÓN.–INÉS DEJESÚS.–MARÍA DEL SACRAMENTO.–URSULA DESAN ÁNGELO.– FLORENCIA DE LOS ÁNGELES.–MARÍA DE SAN PABLO.–FRANCISCA DE SANJOSÉ.–INÉS DE SAN ALBERTO.–FRANCISCA DELA MADRE DE Dios.

    (Lugar del sello.)Licencia para la profesión a la Hermana Isabel de

    Santa Febronia7.

    Yo Fray Juan de la Cruz, Vicario Provincialde los frailes y monjas Carmelitas Descalzas eneste distrito de Andalucía. Por la presente doylicencia a la Madre Isabel de San Francisco, Priorade las Descalzas Carmelitas de Sevilla, para quepueda dar la profesión a la hija del Señor EnriqueFreyle8, guardando en ello el tenor de nuestrasconstituciones.

    Fecha en Granada, firmada de mi nombre ysellada con el sello de mi oficio a 29 de Marzo de1586.–FRAY JUAN DE LA †, Vicario Provincial.[125]

    Licencia al Reverendo Padre Fray Francisco de laAscensión y al Reverendo Padre Fray Diego de laResurrección9.

    7 El original se venera en las Carmelitas Descalzas de Sevilla.8 Enrique Freyle tuvo tres hijas Carmelitas Descalzas en el convento deSevilla, llamadas Blanca de Jesús María, María de San José e Isabel de SantaFebronia. Por la fecha creo que la licencia del Santo es para la profesión deesta última.9 Se halla copia antigua de este documento en el Ms. Pp. 79 de laBiblioteca Nacional.

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  • Yo Fray Juan de la Cruz, Vicario Provincialde los Carmelitas Descalzos en el distrito deAndalucía. Por la presente doy licencia alReverendo Padre Fray Francisco de la Ascensión,Rector de nuestro colegio de Nuestra Señora delCarmen de Baeza, para que se pueda presentarante el Reverendísimo Ordinario de la Diócesisde Jaén, para licencia para confesar y predicar,por cuanto me consta que para ello es hábil ysuficiente, según la humana fragilidad pide. Y nimás ni menos doy licencia al Reverendo PadreFray Diego de la Resurrección, conventual ymaestro de estudiantes del dicho colegio para quese pueda presentar también para predicar yconfesar, ante el dicho Reverendísimo Ordinario.

    Fecha en Granada, firmada de mi nombre ysellada con el sello de mi oficio a 21 de10 de 1586años.–FRAY JUAN DE LA †, Vicario Provincial.

    Licencia a las Carmelitas Descalzas de Málaga parapoder comprar unas casas11.

    Fray Juan de la †, Vicario Provincial de losCarmelitas Descalzos, así de monjas como de

    10 Falta el mes.11 «Esta patente, guarnecida de oro y aforrada en seda, envió nuestro PadreGeneral Fray Juan del Espíritu Santo á París al Padre Fray Domingo deJesús, Definidor en aquella provincia de Francia, para que esta reliquia ladé y ponga con decencia en el convento de aquella ciudad; con la cualreliquia envió otras de... (no se puede leer una palabra del Manuscrito) hueso delSanto, del velo de Nuestra Santa Madre y vestidura del VenerableHermano Fray Francisco del Niño Jesús. Envióse desde Madrid por el mesde Noviembre de 1628.»(Tomado del Ms. Pp. 79 de la Biblioteca Nacional.)

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  • frailes, en el distrito de Andalucía, por [126] lapresente doy a la Madre Priora y monjas denuestro convento de San José y de San Pedro dela ciudad de Málaga para que puedan comprar lascasas que están en poder de D.a Ursula déGuzmán, como tutora que es de su hijo elMayorazgo, y otorgar cualquier escritura oescrituras sobre la venta de las dichas casas, ysean firmes y valederas en juicio y fuera de él. Ypor la presente doy por buena la tal compra, y encuanto es de mi parte saneo el precio que porellas se diere y cualquier otro contrato que sobrela dicha compra se hiciere.

    Fecha en Málaga. Firmada de mi nombre ysellada con él sello de mi oficio a 23 deNoviembre de 1586 años.

    Hasta aquí estaba en el original de letra delSecretario. Luego añadía el Santo de su puño:

    Iten doy licencia a la dicha Madre Priora ymonjas para que habiendo las dichas casas sepuedan pasar a ellas cuando y como mejorconviniere. Fecha ut supra. – FRAY JUAN DE LA †,Vicario Provincial.

    Elección de Priora en las Carmelitas de Granada12.

    A 28 del mes de Noviembre de 1586 años sehizo elección de Priora, Subpriora y Clavarías eneste convento de San José de Granada estandoyo, Fray Juan de la f, Vicario Provincial, presente

    12 El autógrafo se halla en el convento de las mismas religiosas.

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  • a la dicha elección; y así doy fe que salió porPriora canónicamente, la Madre Beatriz de SanMiguel, y por Subpriora la Madre Ana de laEncarnación, y por Clavarías la Hermana Marianade Jesús y la Hermana María de Jesús, y la MadreSubpriora. Y por la verdad lo firmé de minombre, día, mes y año ut supra. – FRAY JUAN DELA †, Vicario Provincial. [127]PROFESIONES13

    Profesión de la Hermana María de la Cruz.

    A 19 de Octubre de 1586 años, en tiempo delReverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba Fray JuanBautista Cafardo, y del muy Reverendo PadreFray Nicolás de Jesús Maria, Provincial de losDescalzos, hizo profesión la Hermana María de laCruz, que se llamaba D.a María de Machuca,natural de Granada, y profesó para el coro.

    Era hija del Licenciado Francisco Machuca yde D.a Isabel de Luque Alfaro. Dió de limosnaquinientos ducados, y su profesión fué del tenorsiguiente: (No renunció.)

    Yo, María de la Cruz, hago mi profesión yprometo obediencia, castidad y pobreza a DiosNuestro Señor y a la Gloriosa Virgen Maria delMonte Carmelo, y al Reverendísimo Fray JuanBautista Cafardo, General de la dicha Orden, y a13 Estas profesiones se hallan originales de letra del Santo en el libro deProfesiones de las Carmelitas Descalzas de Granada.

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  • sus sucesores, según la regla primitiva de la dichaOrden, que es sin mitigación hasta la muerte.MARÍA DE LA †.–BEATRIZ DE SAN MIGUEL,Priora.–ANA DE LA ENCARNACIÓN, Subpriora.–MARÍA DE JESÚS, Clavaría.

    Profesión de la Hermana María de la Asunción14

    A 19 de Octubre de 1586 años, en tiempo delReverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba Fray JuanBautista Cafardo, y del muy Reverendo PadreFray Nicolás [128] de Jesús María, Provincial delos Descalzos, hizo profesión la Hermana Maríade la Asunción, que se llamaba en el siglo D.aMaria de Machuca, hija de Luis Machuca y de D.aMaría de Herrera, vecinos de Granada. Profesópara el coro, dió de limosna quinientos ducados, ysu profesión fué del tenor siguiente: (Norenunció.)

    Yo, María de la Asunción, hago mi profesióny prometo obediencia, castidad y pobreza a DiosNuestro Señor y a la Gloriosa Virgen María delMonte Carmelo, y al Reverendísimo Padre FrayJuan Bautista Cafardo, Prior General de la dichaOrden, y a sus sucesores, según la regla primitivade la dicha Orden, que es sin mitigación hasta lamuerte.–MARÍA DE LA ASUNCIÓN.–BEATRIZ DESAN MIGUEL, Priora.–ANA DE LA

    14 Esta religiosa era sin duda prima hermana de la anterior.

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  • ENCARNACIÓN, Subpriora.–MARÍA DE JESÚS,Clavaría.

    Profesión de la Hermana Catalina de laEncarnación15.

    En l.° de Abril de 1587 años, en tiempo delReverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba Fray JuanBautista Cafardo, y del muy Reverendo PadreFray Nicolás de Jesús Maria, Provincial de losDescalzos, hizo profesión la Hermana Catalina dela Encarnación, que se llamaba en el siglo D.aCatalina de Machuca, hija de Luis Machuca y deD.a María de Herrera, vecinos de la ciudad deGranada. Profesó para el coro, dió de limosnaquinientos ducados, no renunció, y su profesiónfué del tenor siguiente:

    Yo, Catalina de la Encarnación, hago miprofesión y prometo obediencia, castidad ypobreza a Dios Nuestro Señor y a labienaventurada Virgen Maria del Monte Carmelo,y al Reverendísimo Padre Fray Juan BautistaCafardo, Prior General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, y a sus sucesores, según laregla primitiva de la dicha Orden, que es sinmitigación hasta la muerte.–CATALINA DE [129]LA ENCARNACIÓN.–FRAY AGUSTÍN DE LOSREYES, Vicario Provincial16. –BEATRIZ DE SAN

    15 Esta religiosa era hermana de la anterior.16 Se debe advertir que en la fecha en que se hizo esta profesión y lasiguiente aún no era Vicario el Padre Agustín, pues fué electo el 19 del

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  • MIGUEL, Priora.–ANA DE LA ENCARNACIÓN,Subpriora.–MARIANA DE JESÚS, Clavaría.

    Profesión de la Hermana María Evangelista de Jesús.

    En 1.° de Abril de 1587 años, en tiempo delReverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba Fray JuanBautista Cafardo, y del muy Reverendo PadreFray Nicolás de Jesús María, Provincial de losDescalzos, hizo profesión la Hermana MaríaEvangelista de Jesús, que se llamaba en el sigloD.a María de Herrera, hija de Gonzalo de Herreray de D.a Ana de la Torre, vecinos de Granada.

    Profesó para el coro y dió de limosna dos milducados. Renunció sus legítimas, y la profesiónfué del tenor siguiente:

    Yo, María Evangelista de Jesús, hago miprofesión y prometo obediencia, castidad ypobreza a Dios Nuestro Señor y a laBienaventurada Virgen María del Monte Carmelo,y al Reverendísimo Padre Fray Juan BautistaCafardo, Prior General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, y a sus sucesores, según laregla primitiva de la dicha Orden, que es sinmitigación hasta la muerte.–MARÍAEVANGELISTA DE JESÚS.–FRAY AGUSTÍN DE LOSREYES, Vicario Provincial.–BEATRIZ DE SAN

    mismo mes y año; mas esto no obsta, pues la firmaría después, según escostumbre.

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  • MIGUEL, Priora.–ANA DE LA ENCARNACIÓN,Subpriora.–MARÍA DE JESÚS, Clavaría.

    Profesión de la Hermana Luisa de la †.

    En 29 de Abril de 1587 años, en tiempo delReverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba [130] FrayJuan Bautista Cafardo, y del muy ReverendoPadre Fray Nicolás de Jesús María, Provincial delos Descalzos, hizo profesión la Hermana Luisade la Cruz, que se llamaba en el siglo D.a Luisa dela Torre, hija de Francisco Ruiz de Salazar y deD.a Francisca de la Torre, vecinos de esta ciudadde Granada. Profesó para el coro, dió de limosnamil y cien ducados; renunció, y su profesión fuédel tenor siguiente:

    Yo, Luisa de la †, hago mi profesión yprometo obediencia, castidad y pobreza a DiosNuestro Señor ya la bienaventurada Virgen Maríadel Atonte Carmelo, y al Reverendísimo PadreFray Juan Bautista Cafardo, Prior General de laOrden de Nuestra Señora del Carmen, y a sussucesores, según la regla primitiva de la dichaOrden, que es sin mitigación hasta la muerte. –LUISA DE LA †.–FRAY AGUSTÍN DE LOS REVES,Vicaiio Provinciai–BEATRIZ DE SAN MIGUEL,Priora.–ANA DE LA ENCARNACIÓN, Subpriora.–MARIANA DE JESÚS, Clavaría.

    Profesión de la Hermana Agustina de San José.

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  • A 17 de Mayo de 1588 años, en tiempo delReverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba Fray JuanBautista Cafardo, y del muy Reverendo PadreFray Nicolás de Jesús María, Provincial de losDescalzos, hizo profesión la Hermana Agustinade San José, que se llamaba en el siglo D.aAgustina de Puebla, hija del Licenciado Hernandode Puebla y de doña Leonor Méndez, vecinos deesta ciudad de Granada. Profesó para el coro, yno renunció, y dió limosna...

    Yo, Agustina de San José, hago mi profesióny prometo obediencia, castidad y pobreza a DiosNuestro Señor, y a la Bienaventurada VirgenMaria del Monte Carmelo, y al ReverendísimoPadre Fray Juan Bautista Cafardo, Prior Generalde la Orden de Nuestra Señora del Carmen, y asus sucesores, según la regla primitiva de la dichaOrden, que es sin mitigación hasta la muerte.–AGUSTINA DE SAN JOSÉ.–FRAY AGUSTÍN DELOS REYES, Vicario Provincial. – BEATRIZ [131] DESAN MIGUEL, Priora.–ANA DE LAENCARNACIÓN, Subpriora.– MARIANA DE JESÚS,Clavaría.

    Profesión de la Hermana Gregoria de San Jerónimo.

    A 29 de Mayo de 1588 años, en tiempo delReverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba Fray JuanBautista Cafardo, y del muy Reverendo Padre

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  • Fray Nicolás de Jesús María, Provincial de losDescalzos, hizo profesión la Hermana Gregoriade San Jerónimo, que se llamaba en el siglo D.aGregoria de Herrera, hija del Licenciado RodrigoYáñez y de D.a Marina de Aguilar, vecinos de estaciudad de Granada. Profesó para el coro.

    Yo, Gregoria de San Jerónimo, hago miprofesión y prometo obediencia, castidad ypobreza a Dios Nuestro Señor y a laBienaventurada Virgen Maria del Monte Carmelo,y al Reverendísimo Padre Fray Juan BautistaCafardo, Prior General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, y a sus sucesores, según laregla primitiva de la dicha Orden, que es sinmitigación hasta la muerte.–GREGORIA DE SANJERÓNIMO.–FRAY AGUSTÍN DE LOS REYES,Vicario Provincial.– BEATRIZ DE SAN MIGUEL,Priora.–ANA DE LA ENCARNACIÓN, Subpriora.–MARIANA DE JESÚS, Clavaría.

    Profesión de la Hermana María de la Madre de Dios.

    A 23 de Junio de 1588, en tiempo delReverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba Fray JuanBautista Cafardo, y del muy Reverendo PadreFray Nicolás de Jesús Maria, Provincial de losDescalzos, hizo profesión la hermana Maria de laMadre de Dios, que se llamaba en el siglo D.aMaría de Peña- losa, hija de Luis de Peñalosa y de

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  • D.a Juana de Ávila, vecinos de esta ciudad deGranada. Profesó para el coro. [132]

    Yo, María de la Madre de Dios, hago miprofesión y prometo obediencia, castidad ypobreza a Dios Nuestro Señor, y a laBienaventurada Virgen Maria del Monte Carmelo,y al Reverendísimo Padre Fray Juan BautistaCafardo, Prior General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, y a sus sucesores, según laregla primitiva de la dicha Orden, que es sinmitigación hasta la muerte.–MARÍA DE LAMADRE DE DIOS.–FRAY AGUSTÍN DE LOSREYES, Vicario Provincial.– BEATRIZ DE SANMIGUEL, Priora.–AXA DE LA ENCARNACIÓN,Subpriora.– MARIANA DE JESÚS, Clavaría.

    Profesión de la Hermana María de San José.A 5 de Junio de 1588 años, en tiempo del

    Reverendísimo General de la Orden de NuestraSeñora del Carmen, que se llamaba Fray JuanBautista Cafardo, y de nuestro Padre Fray Nicolásde Jesús Maria, Provincial de los Descalzos, hizoprofesión la Hermana Maria de San José, que enel siglo se llamaba Maria de Monte Mayor, hija deBenito Sánchez de Monte Mayor y de MariaSánchez, vecinos de la Mancha de Jaén. ^Profesópara Freila.

    Yo, Maria de San José, hago mi profesión yprometo obediencia, castidad y pobreza a DiosNuestro Señor y a la Bienaventurada VirgenMaria del Monte Carmelo, y al Reverendísimo

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  • Padre General de la Orden de Nuestra Señora delCarmen, y sus sucesores, según la regla primitivade la dicha Orden, que es sin mitigación hasta lamuerte. –MARÍA DE SAN JOSÉ.–FRAY AGUSTÍNDE LOS REYES, Vicario Provincial. – BEATRIZ DESAN MIGUEL, Priora.–AXA DE LAENCARNACIÓN, Subpriora.– MARIANA DE JESÚS,Clavaria17. [133]

    Confirmación de la Madre María de los Mártires enPriora de las Carmelitas Descalzas de San José deValencia18.

    ... Y ESPÍRITU SANTO, AMÉN.Dándole, como por el presente le damos, la

    cura y administración del dicho convento ynuestras religiosas de él; y mando, en virtud delEspíritu Santo, santa obediencia y debajo deprecepto, a todas las religiosas del dicho conventoque por tal Priora la obedezcan. En fe de lo cualdi esta, firmada de mi nombre y del Secretario dela Congregación, y sellada con el sello de nuestra

    17 Las dos primeras de estas nueve profesiones se hicieron en tiempo queel Santo era Vicario Provincial de Andalucía. Estiban firmadas de su mano;mas se ha cortado la firma, la cual, por un descuido, no se ha impreso. Lasotras siete son también de su letra, y el motivo de escribirlas debió serporque le comisionaría para recibirlas el Padre Fray Agustín, o porque enestas ocasiones le sirviera de Secretario.18 El original de este escrito es de letra del Padre Gregorio de San Ángelo yfirmado por el Santo. Le veneran las Carmelitas Descalzas de San José deValencia. Se halla incompleto.El motivo de haber hecho el Santo Padre esta Confirmación es porhallarse en aquel tiempo de Presidente de la Consulta, a causa de laausencia del Padre Doria. (Véáse la nota segunda de la Carta que va paraeste sujeto.)

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  • Consulta en este nuestro convento de Segovia a 4de Noviembre de 1588 años.–FRAY JUAN DE LAf, Definidor Mayor–FRAY GREGORIO DE SANÁNGELO, Secretario.

    NOTA.–Por la razón manifestada en otraparte se deja de publicar la Licencia que dió elSanto, siendo Vicario Provincial, para un pleito, lacual está firmada de su puño y sellada con el sellode su oficio.

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    Obras del Místico DoctorObras del Místico DoctorPadre Gerardo de San Juan de la Cruz,

    DOCUMENTOS VARIOSJesús, María.PROFESIONESProfesión de la Hermana María de San José.