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    Seminario:

    “NUEVOS DESAFÍOS PARA LA NUEVA IZQUIERDA EN AMÉRCA LATINA”

    Sao Paulo, 24 al 26 de noviembre de 2003

    Ponencia:

    LA IZQUIERDA ARGENTINA EN LA ENCRUCIJADA

    La construcción de una alternativa de transformación socialen tiempos de democracia neoliberal

     Elementos para la discusión

    Autora: Isabel Rauber

    ESQUEMA DEL CONTENIDO:

    0. I NTRODUCCIÓN ..............................................................................................1

    1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ..................................................................3

    2. HIPÓTESIS FUNDAMENTALES........................................................................10

    3. E NFOQUES, RESPUESTAS Y PROPUESTAS DE LA IZQUIERDA ..........................193.1. Antecedentes históricos cercanos ........................................................19 3.2. Antecedentes inmediatos ......................................................................21 3.3. El debate hoy, líneas fundamentales....................................................30 

    4. DESAFÍOS .....................................................................................................31

    5. TAREAS........................................................................................................42

    6. R EFLEXIONES FINALES .................................................................................46

    APÉNDICE ........................................................................................................501...................................................................................................................50  2...................................................................................................................54  3...................................................................................................................60  4...................................................................................................................61  

    BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA................................................................................63

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    0. INTRODUCCIÓN

    El presente estudio se realiza en condiciones inmejorables: coincidiendo con los ejesdel debate real que en el terreno político se lleva a cabo entre las filas de la izquierdaargentina en la actualidad, y en él tributan las reflexiones de larga data que vengo

    realizando sobre la evolución de la sociedad argentina desde mediados de los años 70.Tiene una utilidad práctica doble: una, por el contenido y sentido práctico de toda producción teórica, particularmente en este terreno, y otra, porque se inserta de modo activoen el debate planteado.

    Precisamente por ello, lo he elaborado exponiendo los argumentos que considerocentrales para fundamentar las hipótesis que planteo, hasta donde ha sido posible hoy parami como estudiosa de las transformaciones sociales.

    Considerando como integrantes de la izquierda a un espectro muy amplio1 de sectores políticos: partidarios y de movimientos sociales, a la hora de abordar los desafíos de laizquierda argentina, no me propongo hacer un detalle pormenorizado de ellos organización

     por organización (algo innecesario además para los propósitos de este estudio), sinoregirme por los planteamientos de aquellas organizaciones cuyas lógicas de pensamiento yacción resultan predominantes en relación con el grupo de que se trate y, en base a ello,exponer las tendencias fundamentales (de planteamientos y conductas políticas).

    Desde mi punto de vista, hay un problema transversal común a toda la izquierda,cualquiera sea su origen o posiciones políticas en la actualidad: la sobrevivencia de unacultura política y analítica que ya no se corresponde con la realidad, ni las necesidadesactuales, ni con las posibilidades actuales de pensamiento, propuestas y respuestas posibles.Es lo que yo llamo –parafraseando al conocido filósofo- el espíritu de la época pasada quese mantiene vivo en las cabezas (y en la actuación) de las generaciones actuales formadasen ellas, y en las de las venideras, que se forman a través nuestro, si no somos capaces de

    comenzar a transformar la vieja cultura, empezando por transformarnos a la vez a nosotrosmismos.

    El vanguardismo, el verticalismo y el autoritarismo, están tan encarnados en el modocultural de organizar, construir y protagonizar lo político y lo social en Argentina, que no sesuperará solo con expresiones verbales de rechazo. Es imprescindible librar una batallaconsciente y sistemática para contrarrestarlo, e ir eliminándolo en el proceso simultáneo deconstrucción de una nueva cultura, fundada sobre bases diferentes: democráticas,horizontales, plurales. Esto llama también a modificar el pensamiento de la transformación,de modo tal que sea capaz de pensar lo inesperado, lo no planificado ni planificable, adesarrollar la capacidad de considerar variables múltiples de situaciones y de respuestas posibles, concientes de que nunca se agotarán todas las posibilidades y de que la vida

    siempre puede sorprendernos, de hecho nos sorprende, y nos seguirá -por suerte-sorprendiendo. Es imprescindible pensar desde abajo, con el pueblo, con espíritu demayoría.

    Es necesario pensar un mundo diferente, desde lo imposible, para entender laimportancia y la trascendencia contenida en lo posible, ser capaces de reír y llorar cuando

    1. Ver definición en p. 11 del presente trabajo.

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    lo sentimos, gozar el proceso de transformación y apasionarnos por lo que queremos. Estorequiere de grandes dosis de imaginación, creatividad e inventiva con la convicción de quetodo lo racional puede ser un día real si lo hacemos realidad con nuestras acciones, a partirde nuestra vida diaria... .

    Cuando me refiero a la necesidad de superar la vieja cultura no es porque la considere

    un defecto, un error, algo causante de equivocaciones y males en el pasado; como todacreación humana ni siquiera en relación con su época ha sido perfecta, pero no es asunto deeste estudio entrar en esas reflexiones. Se trata de que hoy no se corresponde con lasenseñanzas de la época, con el desarrollo científico y tecnológico, con el cambio delsistema mundo y el funcionamiento del poder y las resistencias en el ámbito local y global,no se corresponde tampoco con el crecimiento cualitativo que los actores–sujetos hantenido en el decursar histórico, en su desarrollo hacia constituirse en sujetos.

    Quitarse las anteojeras culturales del pasado resulta imprescindible para ver bien elcamino de hoy en todas sus dimensiones, riquezas, peligros, dificultades, ventajas, atajos...Una parte de ello pasa por identificar (y asumir) las marcas  culturales presentes en el pensar y actuar actuales, propias de la herencia cultural de cada cual –según sea su

    experiencia: socialista, comunista, marxista revolucionario, izquierda peronista, izquierdacristiana, maoísta, trotskista, marxista leninista, etc... y según esta se haya desarrollado a partir de una militancia partidaria, social, universitaria, estudiantil, sindical... Los maticesson múltiples e imposibles de atrapar en un estudio o en varios, es necesario buscarlos eidentificarlos y criticarlos de modo constante, en las actitudes, en los modos de analizar yconstruir pensamiento, propuestas, organización, relaciones... .

    Esto resulta (al menos) doblemente importante: porque implica la posibilidad desuperar limitaciones, y porque el hacer conciente esta “carga” cultural abrirá las puertas auna riqueza inmensa para las prácticas actuales. En realidad, así enfocadas, las distintasculturas de la izquierda resultan más una riqueza que una impedimenta; y en este sentido, eldesafío mayor pasa por transformar el obstáculo en fortaleza, en nicho de riqueza colectiva,

     promoviendo –junto con el desarrollo de una nueva cultura-, el mestizaje cultural de laizquierda argentina, en primer lugar, entre los sectores sociales, en especial los sindicales,que han desarrollado las grandes habilidades políticas del arte de lo posible y entre lossectores partidarios, que han desarrollado proporcionales capacidades en su afán centradoen conquistar lo imposible. ¡Que mayor riqueza que la fusión de estas dos culturas!Aisladas, fragmentadas una de otra, muestran la debilidad de lo incompleto, las deficiencias por la ausencia del otro, mientras que articuladas, fusionadas, mestizadas, resultan un potencial de riqueza, creatividad y fuerza incalculable en dominio del pueblo.

    En este espíritu, en esta búsqueda, abordo el tema de la transformación cultural einscribo también el debate acerca de los desafíos actuales de la izquierda argentina –y meatrevería a decir, latinoamericana y mundial.

    Para exponerlos, me baso en las reflexiones de la lógicas fundamentales que marcantanto los pensamientos como las conductas políticas concretas de los actores político-sociales fundamentales. Es por ello que, en gran parte del texto, las referencias secentran en dos puntos de vista: el de aquellos que sostienen –en sus prácticas- laconstrucción del movimiento político-social desde parámetros político-culturales que buscan dar cuenta de lo nuevo, y aquellos que aunque sostengan quizá finalidadessimilares, lo hacen aprisionados por el corsé de la vieja cultura, lo cual se traduce como es

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    obvio, en fracasos que –por esa misma razón- resultan inexplicables para sus protagonistas.Es imprescindible superar esta segmentación cultural, abrir el diálogo como un primer paso.Pero esto requiere, a su vez, avanzar en el desarrollo de un pensamiento crítico-autocríticorevolucionario, capaz de remover y cambiar todo lo que deba ser cambiado en aras deavanzar en la transformación radical de la sociedad actual.

    Todo ello, sin dudas, cobra sentido, articulado a la tarea mayor de la hora actual: eldebate acerca de las alternativas, el proyecto, el poder, la estrategia, la relación entre lo político y lo social, el sujeto, el nuevo pensamiento. Para tratarlo, en el caso de la realidad político-social argentina y concretamente de la izquierda, he organizado el trabajo en seisepígrafes que recorren desde la definición de la problemática central, el planteamiento delas hipótesis que propongo sustentan los desafíos, pasando por un recuento de los últimoshechos significativos del país que inciden de modo directo en conductas actuales de lasizquierdas, sobre cuya base expongo sus desafíos fundamentales, de donde se derivan las principales tareas de la hora actual. Cierran el estudio las consideraciones finales que, amodo de conclusiones, responden las interrogantes guías: ¿Existen estrategias innovadoras?¿A partir de qué elementos se definen los objetivos estratégicos?, ¿y las tareas? ¿Cuáles son

    sus resultados?Para llevar a cabo esta investigación, me he apoyado, en primer lugar, en mis estudios

     previos y actuales –realizados en el lugar y con metodologías que incluyen la investigación participativa- acerca de los nuevos modos de existencia y organización de los trabajadoresocupados y desocupados, de los movimientos sociales surgidos al influjo de los sucesos delargentinazo  de diciembre de 2001, y también acerca de la izquierda partidaria y susestrategias en los años 60-70. Todo ello lo he combinado con la investigación bibliográficay el análisis de enfoques de otros autores. En segundo lugar, y de modo directo para esteestudio, he estado realizando en el terreno entrevistas y conversaciones con representantesde distintas posturas de la izquierda, y participado en encuentros sectoriales sociales, políticos y político-sociales que contribuyeron a que me formara una visión abarcadora de

    la diversidad de aspectos y dimensiones a tratar, lo cual confío haber logrado trasmitirfidedignamente en las apretadas páginas de esta ponencia.

    1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    El siglo XX argentino estuvo marcado por el combate entre dos proyectos de país quelucharon y todavía hoy luchan por imponerse definitivamente. Esto, para no remontarnoscomo mínimo al XIX, donde están las raíces más cercanas de esta confrontación. Los proyectos que responden a uno u otro sector se han ido desarrollando y diferenciándosetambién en su conformación interior en distintas fracciones (de intereses o posiciones político-ideológicas, según sea el caso). En el ámbito del poder, podrían identificarse dos

    grandes sectores: el regenteado por la oligarquía terrateniente y agroexportadora luegotransnacionalizada ella misma asociada al capital financiero transnacional, y el sector de las burguesías “nacionales” involucradas o interesadas en la industrialización, articuladas dealgún modo –en sus épocas de esplendor-, con los intereses de las clases trabajadoras y populares, cuyo máximo punto de encuentro tuvo lugar a mediados del XX. El otro, es elcampo del pueblo, constituido por los trabajadores rurales, industriales, de servicios, ysectores del campo popular en general, liderado históricamente por la clase obrera.Conformado en interrelación con el capital (según éste constituye su hegemonía al interiordel ámbito del poder), el “pueblo” ha ido sufriendo distintas modificaciones en su

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    constitución-conformación interior (y en sus identidades, y en sus distintas expresiones políticas).

    Las relaciones entre los polos: oligarquía y pueblo –como identificó Puiggrós a losdos grandes sectores en pugna-, han sido diversas –aunque siempre marcadas por laconfrontación-, según qué sector ocupara o disputara la hegemonía (desencadenando

    conflictos) al interior del bloque dominante; con el despegue industrial se abrió incluso un período de relativa (transitoria) convergencia: conformación y desarrollo de burguesíanacional-desarr ollo industrial del país-desarrollo de la clase, de sus derechos y susorganizaciones.2 De ahí también el alto costo en lo económico, social y político, y sobretodo en vidas humanas, que el pueblo ha pagado defendiendo sus derechos; lo ha hechoindependientemente de los conflictos intestinos del poder, es decir, sin orientar siempre susluchas (y su proyecto y organización) estrictamente en función de sus intereses, sin sometera ellos los conflictos del poder (con estrategia propia).

    A través del neoliberalismo, impuesto de la mano de reiteradas dictaduras militaresque se sucedieron en el país durante todo el siglo XX y más concretamente entre el 55 y el76 –la Dictadura Militar más sanguinaria de la historia nacional-, fue produciéndose un

    traslado –por extinción- de los sectores de la burguesía “nacional” hacia el grupooligárquico que –desde entonces- marca el rumbo socioeconómico y político de laArgentina. Fue en el 76, que los sectores oligárquicos-financieros con la complicidad de lascapas más altas de la llamada burguesía “nacional”, se valieron del genocidio y el terror para imponer el modelo neoliberal, en consonancia con el giro mundial hacia elneoliberalismo que poco a poco iba teniendo lugar en el escenario internacional.

    A sangre y fuego, así fue como se dirimió siempre el conflicto entre los dos proyectosde país, en cualquiera de sus modalidades, la más oligárquica, la democrático-nacional, o larevolucionaria-socialista. Pueblo y oligarquía han sido, en uno u otro caso, los protagonistas a través de los cuales las clases antagónicas han confrontado una y otra vez.

    El siglo XXI no se presenta diferente. En un mundo en creciente globalizaciónneoliberal, esta se anuda en nuestro país a los sectores más reaccionarios y antinacionales – oligarquía ganadera, agroexportadora, y financiera transnacionalizada- y profundiza ladependencia que, en las actuales condiciones, se tradujo en entrega desenfrenada del patrimonio nacional y la ruina del sector productivo.

    Dueños directos del gobierno en el período Menem,3  estos sectores continuaron laobra iniciada por la dictadura militar del 76, y se dieron a la tarea de terminar de acomodarel Estado a sus necesidades e intereses, labor que realizaron bajo la fachada de una supuesta“modernización”. Con esa excusa se redujeron los servicios públicos y obligacionessociales del Estado en salud y educación, con la consiguiente ola de privatizaciones. La

    2. Esto expresa sintéticamente la conformación-desarrollo de la contradicción capital-trabajo  en el ámbitolocal (nacional), tal y como ella era factible de existir y desarrollarse en convergencia con laconformación-desarrollo de esa contradicción en los centros del poder del capital . No es posible entenderesta contradicción solo a nivel local–nacional, ni tampoco los caminos para su superación-supresión. Ladependencia en la conformación del polo del capital  es genealógicamente constitutiva no solo del capital  (del grupo del poder) a nivel local, sino también de la existencia, conformación y desarrollo del polo deltrabajo, y las contradicciones que históricamente se han desarrollado entre ambos (y en el interior de cadauno de ellos).

    3. Para ello se deshicieron del gobierno de Alfonsín en el 89.

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    liberalización comercial trajo al poco tiempo la quiebra y reducción a una mínimaexpresión del aparato productivo industrial y agrario; la clase obrera fue debilitada y profusamente atomizada, los pequeños y medianos productores campesinos empobrecieron,la burguesía “nacional” (mediana producción industrial o agraria) –si es que alguna vezexistió realmente como tal- resultó prácticamente aniquilada y desaparecida, junto a lairrupción de una masa creciente de trabajadores temporales, precarizados y desempleados.El hambre –más inexplicable en un país exportador de alimentos- se apoderó de más del15% de la población de la mano del desempleo, el analbafabetismo y el regreso deenfermedades curables. Los derechos ciudadanos y laborales conquistados pasaron a serletra muerta en un papel que cada vez menos argentinos pueden leer... En esas condiciones,la década del 90 se caracterizó por el surgimiento de numerosos movimientos sociales conla aparición de nuevos actores sociales constituidos como tales en la lucha por la defensa desus derechos, que en corto tiempo se transformó en lucha por la sobrevivencia,evidenciando el estrechamiento de los márgenes al límite mínimo: la defensa de la vida. Ladécada cierra con la llegada de De La Rúa al gobierno nacional, que resumió los esfuerzos –y las esperanzas- de un sector de la población por cambiar el rumbo emprendido en la eraMenem. Pero no fue eso lo que ocurrió; el continuismo se apoderó del gobierno mientras la

     presión continuaba acumulándose en el campo del pueblo.La gota que colmó el vaso fue el abierto saqueo de los bancos, la incautación masiva

    de los ahorros de millones de argentinos, el corralito, y la incapacidad de actuaciónautónoma de un Presidente, que desnudado como una marioneta del poder, pretendióresolverlo todo a la vieja usanza de los dictadores decretando el Estado de Sitio, con lo quedesencadenó la gran revuelta popular conocida como argentinazo. Todo estalló los días 19y 20 de diciembre de 2001, mostrando la saturación del pueblo argentino ante tantasmentiras manipuladas en los últimos años; fue como si una venda se cayera de los ojos detodos a la vez y mostrara la realidad del sin país en que se había transformado el territorioargentino. Porque un país es algo más que un mapa y unas fronteras; es un proyecto, unanación, una identidad, un pueblo, una cultura. El rechazo popular se hizo presente en las

    calles de Buenos Aires y de la Argentina toda. En un abrir y cerrar de ojos, se repetían –enotra dimensión y significación obviamente-, las jornadas del 25 de mayo de 1810, y otravez, el pueblo movilizado que exigía decidir sus destinos y los de la patria, carecía –en esemomento- de capacidad4  para autorepresentarse y constituirse en gobierno, para disputarcon mayor fuerza –desde ahí- el poder a los poderosos y entregadores de la patria.

    La disputa del país y por el país está abierta; las elecciones presidenciales recientesfueron la única maniobra que se pudo realizar desde el poder, que, a su vez, está atravesada por las disputas de intereses y propuestas entre los dos sectores del poder en pugna por lahegemonía.5 En abril-mayo de este año, aunque la selección del presidente se produjo de unmodo casi intuitivo por parte de la población, triunfó el candidato que es parte de lossectores que responsabilizan al neoliberalismo feroz y sus representantes locales, por loocurrido en el país, y pretende que es posible salir de la crisis retomando laindustrialización. Para ello pretende contar con la concurrencia de los sectores oligárquicosagroexportadores, ganaderos, y financieros transnacionalizados, pero debe –primero-

    4. Proyecto, organización-articulación, y conducción propias.5. De ahí la fragmentación de candidatos del establishment , aparentemente de igual condición y proyectos.

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    subordinarlos.6  A ello corresponde también el replanteamiento de la crisis instalada alinterior del ámbito del poder y el carácter de los conflictos que en él se desarrollan. En esascondiciones, la llegada de Kirchner al gobierno significó, desde entonces y hasta ahora, lareapertura –con fuerza- de un debate largo acerca de lo nacional, que lejos de adormecer lasconciencias, vuelve a poner sobre la mesa la conocida contradicción: pueblo u oligarquía.

    Lo nacional –en dos dimensiones-: como “capitalismo autóctono serio”, o comocamino para la refundación del país por parte del pueblo, abriendo un período complejo detransición en la transformación de la sociedad en proceso creciente de radicalización haciael socialismo, un socialismo que deberá ser simultáneamente reinventado y recreadocolectivamente por el pueblo. Esto supone, por tanto, de entrada, un doble conflictosimultáneo y yuxtapuesto: por un lado nación-imperio, y por otro -y dentro de éste-: pueblo/clase-“burguesía nacional” y sectores asociados.

    La primera dimensión es inviable: hoy es imposible pretender una modificación delcapitalismo, prolija, diferente u opuesta al modelo neoliberal (capitalismo actual) sin plantearse la ruptura con el capitalismo y preparase -desde el inicio- para ello. En el marcodel capitalismo –serio o no- no hay salida, no hay alternativa posible. De ahí que lo

    nacional plantee una disputa dentro de la disputa, que aparentemente es por la conduccióndel proceso –que lo es-, pero que en realidad es por la dimensión estratégica detransformación social en la que se inscribe dicho proceso, cuestión que definen –entreotras- los actores sujetos capaces de elaborar el proyecto, llevarlo adelante y sostenerlo.

    Es en esta realidad en la que se desarrolla el debate en torno al proyecto alternativo popular, nacional, de clase y pueblo, re-articulados y constituidos sobre esa base (y todo el proceso colectivo de resistencia, lucha y construcción) en sujetos de su historia y de la patria, que, en sus manos, será –además de- suya, de todos los hombres y las mujeresdignos y justos que acuerden convivir, construirla y desarrollarla sobre principios deequidad y justicia.

    Hay que rescatar el país, y esto –en las actuales condiciones nacionales einternacionales-, significa refundarlo. Es la única forma de que los trabajadores de la ciudady el campo, los millones de excluidos y discriminados tengan un lugar en la sociedad:refundar la producción, el desarrollo agrícola-campesino, las economías regionales,replantearse el rol del Estado como sostén y defensor de estos intereses –habrá que definirde qué modo y a través de quiénes-, construir –mínimamente- un camino/modeloregional-continental de desarrollo, y democratizar sustantivamente la sociedad abriendo

    6. Contradicción y disputa interna del poder de resultados difíciles de predecir, cuyo desarrollo es importanteatender en todo momento; se pueden presentar, por ejemplo, situaciones de polarización que abran al

     pueblo posibilidades insospechadas ahora, para avanzar en sus posiciones, o no; es abierto el proceso, sonmúltiples los factores en disputa que intervienen y múltiples también los entrecruzamientos posibles y lasalternativas que abren o cierran en cada momento.Es muy importante estar atento tanto a las tendencias predominantes como a aquellas que podrían tornarseasí en determinadas circunstancias y con la concurrencia coincidente de ciertos elementos y factores. No eslo previsible y totalmente planificado lo que define necesariamente, sino la capacidad de los actoressociopolíticos para pensar, moverse y construir en medio de lo imprevisible –con todo lo que ello exige-abriendo caminos, en medio de esa situación (de “caos”), para imponerle, mediante su accionar, unadireccionalidad propia al proceso en curso, del cual son también una parte activa que disputa. (Estrategiaabierta).

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    instancias de participación directa de la población, vale decir, que los derechos ciudadanossean realmente válidos para todos en todas las esferas, todos los días.

    El pueblo no tiene el poder necesario y suficiente para ejercer su voluntad, pero la búsqueda de implementación del proyecto nacional planteado por el sector en el gobierno, puede generar áreas de coincidencias coyunturales significativas que posibilitan avanzar en

    determinados temas, e influir quizá en el rumbo de definiciones inmediatas de significaciónestratégica.7 Todo esto demanda, a su vez, de la clase y del campo popular, más que nuncaantes, avanzar (colectivamente) en la definición del proyecto propio, en la formación yorganización (articulación) de sus fuerzas a partir de propuestas propias, construidas a partir de su participación y decisión.

    Y para eso hay que hacer un nuevo movimiento político, social y cultural, que es elmandato más expreso que debemos afrontar para cambiar este sistema del “sálvese quien pueda”, de este capitalismo que hoy ofrece como alternativa a nivel internacional elsuicidio colectivo. Frente a eso, hay que construir la nueva sociedad y para eso hay queorganizar fuertemente nuestra central, consolidarla, y avanzar en el nuevo movimiento político, social y cultural.8 

    ...estoy convencido de que, si en diciembre del año pasado estábamos aprobando laconstrucción de un nuevo Movimiento Político Social y Cultural, es porque era necesarioy hoy es imprescindible. Hoy la Argentina tiene dos proyectos y está en disputa en todoslados.9 

    Se trata de disputar y construir a la vez hegemonía y poder (propio) a través de propuestas que -emanadas desde la clase y el pueblo articulado-, sean capaces de tensionarel proceso en dirección a intereses propios, ya sea conquistando respaldo de sectores

    7. Hay peligros, muchos, la cooptación a cambio de beneficios sectoriales para torcer voluntades es uno deellos, otro puede ser cometer errores, otro la derrota, pero nadie dijo nunca que la victoria estaba

    garantizada ni antes ni después de los logros por el hecho de tener la razón; la transformación social es unadisputa permanente, ni la razón ni la verdad se imponen siempre, pruebas de ello hay de sobra en lahistoria. Y en Argentina, muy recientes, pues más allá de cualquier debate acerca de los errores de lasluchas revolucionarias de los 70, lo que sí ha quedado claro, es que aquella generación, aquel pueblo enresistencia y lucha tenían razón cuando empeñaron todas sus fuerzas y sus capacidades para tratar de evitarque se impusiera en el país el neoliberalismo entreguista y retrógrado. No lo lograron, pero tuvieron elcoraje de atreverse a intentarlo y eso es fuente no solo de experiencias sino también de orgullo y fuerza enel presente. De ahí el empeño de los sectores más recalcitrantes del poder por empañar aquella época yevitar la comprensión cabal de los hechos. La conocida “teoría de los dos demonios” resume eso,

     precisamente, quitándole todo sentido real a aquellas luchas, pretende trasladar sus causas a unenfrentamiento-cruzada entre el bien y el mal. De ahí también, entre otras razones, la importancia de tomaren manos de la izquierda hoy, esa discusión y reconstrucción crítica-autocrítica de nuestra historia reciente.Grandes elementos estratégicos de hoy están contenidos en ella, y la tarea es nutrirse de ellos,enriquecernos y crecer a partir de todo lo que se ha acumulado, construido y aprendido, más aún habiendo

     pagado -como ocurre con todos los pueblos- un alto precio por ello.8. De Gennaro, Víctor, “El movimiento es ahora”, Periódico de la CTA, 19 de agosto de 2003, p.3.9. De Gennaro, Víctor, “Hay que construir otra integración”, entrevista para ACTA, CTA, 7 de octubre de

    2003, Tomado de www//cta.org.arLa creación del movimiento político social y cultural que cobra fuerza y sentido a partir de la convocatorialanzada por la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y como propuesta abierta a toda la izquierda ysectores populares en general, está concebida en esta dirección, mucho antes por cierto que la gran revuelta

     popular de diciembre de 2001. Hoy ésta renueva su vigencia y necesidad actualizando el sentido de suconstrucción acorde con la situación sociopolítica que vive la Argentina.

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    gubernamentales para ello –por ejemplo, en la lucha contra el ALCA-, o desenmascarandoen los hechos las ilusiones nacionalistas burguesas y sus limitaciones,10  avanzando en laacumulación de conciencia, poder, fuerza propia y proyecto, fortaleciendo la capacidadcolectiva del pueblo de protagonizar su historia en camino de su [auto]constitución ensujeto popular.

    Esto es así, en primer lugar, porque la situación política abierta en Argentina es unaresultante de los tironeos entre las contradicciones y conflictos al interior del bloque de poder, y las de éstos en relación con las luchas y movilizaciones del pueblo durante años,en especial las acontecidas entre el 2000 y 2002. Pero la contradicción entre los conflictosal interior del poder y las luchas sociales se mantiene, buscando ahora, cada sector quedisputa su hegemonía al interior del bloque de poder, imponerse so bre el rumbo y el ritmode las luchas sociales tornándolas funcionales a sus intereses.11  De ahí que resulte deimportancia fundamental estar atentos a no subordinar las luchas sociales a los conflictosdel poder, sino crecer y acumular fuerzas para llegar a ser capaces de obligar a losconflictos a subordinarse a las luchas (arte de la política y lo político).12 

    10. La propiedad es aquí una cuestión central; ya no es como antes que podría pensarse que la solución sedesprendería directamente de la expropiación y nacionalización. Habrá que ver como ocurre esto en laépoca actual. Pero lo que sí está claro es que ni ayer –ni hoy- fue suficiente con humillar a la oligarquía ysu entorno de poder.

    11. En primer lugar, y desde un sector debilitado, pero que –desde el gobierno- recupera su propuesta dedesarrollo (capitalista) nacional, se intenta de neutralizar-subordinar-aliar a los que se consideraresponsables de la catástrofe ocurrida; en segundo –y de la mano de lo anterior-, se buscan alternativas que,apoyadas en el empresariado local (residual), puedan impulsar nuevamente la construcción de un aparato

     productivo-industrial (capitalista) nacional. Y esto requiere –entre muchas cuestiones, en primer lugar derecursos-, de la formación de un sujeto (económico y político) capaz de impulsarlo y sostenerlo: una nueva“burguesía ¿nacional?”, que, en estas condiciones de achicamiento y casi extinción de la producción

    industrial y manufacturera en el país, se plantea –porque lo necesita- el irreal objetivo de incorporar comoasociado subordinado, al sector agro-exportador financiero transnacional local -e internacional- (parte delconflicto actual del poder). La otra propuesta en conflicto al interior de los sectores dominantes – 

     propugnada por los gestores directos de la crisis, y en disputa con el gobierno-, es la profundización de lamisma culminando el proceso de [reorganización nacional   y] entrega total del país a los intereses delhegemonismo geopolítico y económico del poder imperialista del Norte que, en esta realidad, tiene elrostro claro del gobierno de los EEUU. Y esto no es un “detalle” menor que pueda ser despreciado por elcampo del pueblo y sus organizaciones. De un lado, porque en esa apuesta, es colocado nuevamente – 

     particularmente aquellos sectores directamente interrelacionados con el funcionamiento del capital- como plaza apetecible (y necesaria) de ser seducida y conquistada como base social de sustento al “desarrollonacional”, lo cual -en las condiciones socioeconómicas actuales del país- trata de presentarse como unaopción “mutuamente ventajosa” para empresarios y trabajadores. Del otro, porque hay que tener presenteen todo momento, la actual situación mundial (continental y regional), de creciente agresividad del imperio

    y de sus ansias de rapiña y saqueo de nuestros pueblos, que está asociada en el país, con los sectores másreaccionarios del neoliberalismo salvaje que, a su vez, tiene contradicciones con el actual gobierno porquesu proyecto significa (o imagina) un capitalismo diferente al de los planes de expansión hegemonista. Nohacerle el juego a esos sectores; entender que es urgente y prioritario parar la ola destructiva de lahumanidad y defender la vida, es parte de los desafíos políticos a resolver, de las tareas políticas a enfrentar

     por el campo popular, articulándolas a un camino estratégico propio, de modo tal que lejos de quedarentrampados por los conflictos intestinos del poder, sea posible –apoyando todo lo que pueda ser apoyado,que permita defender la vida y avanzar-, acumular fuerzas, organización, conciencia.

    12. Y esto no es un asunto de “viveza” o inteligencia, la definición del proyecto y la estrategia, resultan, paraello, fundamentales.

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    Luchar es siempre importante, pero para quienes buscan encaminar procesos y definirsituaciones convergentes con objetivos propios, es imprescindible que estas luchas seanlas que marquen el rumbo y el ritmo de los acontecimientos y los conflictos entre lossectores del poder y no al revés, es decir, que no sean arrastradas e instrumentalizadas porlos conflictos de los sectores dominantes pues, en tal caso, quedarán encerradas dentro desu lógica y serán funcionales a sus requerimientos.13 

    En esta realidad, la situación no da para sentarse y esperar a “ver qué pasa” para luegoacomodarse a lo que ocurra o tener letra para las críticas... Se han abierto –conquistado- posibilidades de intervenir en el curso de los acontecimientos de un modo diferente a loacontecido hasta ahora: no se trata de ir a pedirle favores ni concesiones al Presidente, no setrata de acompañar su gestión dándole sustento de masas (modelo populista), eso puedehacerse -en todo caso no soy yo quien decide si será así o no-, pero es importante reconocerque el momento permite mucho más, fortalecerse y crecer más, articulando y organizandolas fuerzas propias de la clase y el pueblo, marcar el rumbo (no subordinarse a losconflictos intestinos del poder), correr las fronteras del horizonte y avanzar en la disputaradical por el proyecto de país, desde abajo, con toda la fuerza y potencialidad que esoimplica y otorga.

    En este sentido, puede afirmarse que es la hora de los movimientos sociales, en tantosociopolíticos, de crecer y madurar en ese su contenido integral mayor, y asumirse como protagonistas plenos que han demostrado ser -aunque hasta ahora de un modofragmentado-, capaces de pensar, organizarse y actuar con cabeza propia a partir de susintereses y convergentemente con ellos.

    Solo una alternativa pensada (y encabezada) por el pueblo constituido en sujeto popular con la articulación orgánica de fuerzas sociales vitales cohesionadas en un proyecto propio de nación, puede ser capaz de disputar el país a la voracidad transnacionalimperialista a punto de tragárselo, en lo inmediato con la firma del ALCA, o másindirectamente tras la postergación de las definiciones estratégicas que podría producirse,

     por ejemplo, tras la confusión de creer que es posible salvar el país, la soberanía, la producción, la equidad y las justicia sociales, volviendo a modelos nacionales de cortesimilar a los de los años 50. No hay sujeto económico capaz de embanderar proyectos deese tipo ni en el ámbito nacional ni en el internacional, ni existe, en consecuencia, la fuerza política capaz de sostenerlo y defenderlo, ni de enrolar tras sí a la clase obrera y al pueblo para que sean los defensores del tal modelo, entre otras razones, porque estos no se plantean mendigar sus derechos aceptando ser ciudadanos de segunda; hay decisión clarade no delegar ni derechos ni responsabilidades.

    Los destinos de la patria deshecha se han depositado definitivamente en manos de laclase y el pueblo y en su capacidad para pensar y diseñar un proyecto de nación a la alturade las exigencias del mundo de hoy, y organizarse para llevarlo adelante, hacerlo realidad

    defenderlo y desarrollarlo. (Problemática central)Se trata de un proyecto de nación, de la clase y el pueblo, en camino a

    transformaciones ulteriores tendencialmente orientadas –desde el inicio- al socialismocomo perspectiva estratégica mayor, que tome en sus manos la refundación del país en lascondiciones del mundo de hoy, en integración con Brasil, y demás países del Cono Sur en

    13. Rauber, Isabel, et al, Qué son las asambleas populares, Peña Lillo-Continente Editores, Buenos Aires,2002, p. 75.

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    una perspectiva continental, imprescindible para cualquier proyecto en este vasto territorioocupado por el poder del capital imperial. Sobre esa base será la inserción en el nuevomundo y la nueva globalización, la de los pueblos, que ya está en marcha.

     No es sino la clase en y con el pueblo –organizado, articulado y constituido (proyectomediante) en sujeto popular del cambio y de la nación misma-, quienes constituyen los

     pilares fundamentales de la soberanía, que –en nuestro medio- solo puede ser tal si searticula a un proceso liberador (respecto del imperialismo y de las cadenas enajenantes yenajenadas del capital).

    En las condiciones actuales, la clase solo podrá llevar adelante su propio proceso deliberación si convoca para ello –articulando sobre bases diferentes a las hasta ahoraensayadas- al pueblo todo, tanto a través de sus diversos actores como de modo directo (eldesafío es inventar nuevas formas y modalidades de participación y de protagonizar).14 

    El papel central nucleante-articulador corresponde a la clase -fragmentada aún-, y susorganizaciones “naturales”, disputando a cada paso a la propia clase y a todos losmarginados, los trabajadores del campo, los pueblos originarios, hasta las capas medias,intelectuales, etc., y no a los partidos de izquierda –al menos no tal como estos se conciben

    a sí mismos y en relación con la clase y la sociedad (se consideren vanguardiasautoproclamadas o no). El clasismo se expresa hoy en esta dimensión de centralidad político-social de la clase, y en Argentina esto se observa claramente en el papel socio-articulador que desde su nacimiento se planteó desarrollar la Central de TrabajadoresArgentinos, y que ahora le permite plantearse ir más allá, impulsando la construcción delmovimiento político, social y cultural –habiendo echado previamente las raíces-, paradisputarle el país a los poderosos, a los representantes del capital de adentro y de afuera queno reconocen otra patria que la de sus bolsillos.

    En esta realidad, ¿qué entender por izquierda hoy en Argentina? La respuesta sedesprende casi como conclusión: Son todos los sectores que militan a favor de laconcreción del desafío de transformación y refundación de la nación según lo anteriormente

    expuesto. Y esto permite reunir a un amplio espectro de fuerzas sociales y políticas, desdelos actores sociales populares aparentemente más alejados de la política –comedoresescolares, cooperativas de producción, organizaciones agrarias, organismos de DDHH,organizaciones sindicales, etc-, hasta  la izquierda (y centroizquierda) partidaria, sinsubordinaciones jerárquicas entre ellas.15 

    2. HIPÓTESIS FUNDAMENTALES

    ¿Reforma o revolución? El debate sobre las alternativas trae consigo el resurgimientode un viejo dilema, que anuncia su presencia en las propuestas actuales de movimientos

    14. Rauber, Isabel,  Movimientos sociales y representación política, Ediciones del CUP, Santo Domingo,Septiembre de 2003, p. 17.

    15 Hace más de 11 años escribí al respecto: “...presupone también que se modifique la composición de lossectores sociales y políticos que integran o integrarán las filas de la izquierda. Estas abarcan un espectro defuerzas de la vida política latinoamericana y caribeña que se amplía cada vez más al chocar con la brutal

     política de las clases dominantes, que pugna por construir una alternativa nacional a favor del desarrollo delos sectores populares en cada país, y por rescatar la cultura de nuestros pueblos y defender su derecho aelegir libremente el camino a seguir.” Ver,  Proyecto, sujeto y poder , Ediciones Debate Popular, SantoDomingo, 1992, p. 48.

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    sociales, políticos y sociopolíticos. Sin embargo, su enfoque no se reduce a reediciones de planteamientos del pasado. La realidad geopolítica mundial del poder en el siglo XXI y susmodalidades de producción y reproducción, indican la necesidad de nuevas miradas paradescubrir las aristas y posibilidades actuales que una u otra vía abren al proceso detransformación de la sociedad en busca de la perspectiva socialista, con la claridad de queel dilema fundamental de nuestra época se condensa cada vez más en la disyuntiva planteada por Rosa Luxemburgo: “Socialismo o barbarie”. Es en este caminar queencuadramos el debate acerca de los desafíos actuales de la izquierda argentina,latinoamericana y mundial.

    En Argentina, esta discusión adquiere una peculiar connotación pues el reformismocriollo es variopinto, abarca un amplio espectro que durante el siglo XX y hasta nuestrosdías, reunió en un mismo saco desde representantes del marxismo dogmático de laizquierda, hasta figuras de centro izquierda, centro, y centro derecha. Unos tras elargumento de la revolución por etapas (Partido Comunista hasta los 90), y otros marcados por el oportunismo que los llevó siempre a generar políticas para  flotar en todas las aguas con el argumento del “mal menor” y del falso realismo de “hacer lo posible”, postura que

    en el último período fue identificada como”posibilismo”.En épocas de predominio de la vía armada insurreccionalista, se consideraba

    reformista a cualquier sector de izquierda –sin tomar en cuenta sus argumentos-, que noaceptara tales métodos de lucha para transformar la sociedad, y que sostuviera –como erafrecuente- sus esperanzas en las transformaciones por vía electoral.

    Hoy las lecturas no parten de esa disyuntiva –ahora inexistente, además-; el debate seinscribe dentro de la aceptación generalizada por parte de los movimientos político-socialesy la izquierda partidaria, de la transformación en democracia, aún con los límites sabidos delas actuales democracias representativas latinoamericanas. La clave de la pertinencia o node la participación electoral radica en el sentido de la misma, en las posibilidades y perspectivas que abre (o cierra) a la acumulación de poder del pueblo; participar en

    elecciones no significa necesariamente la aceptación del camino de transformacionessupuestamente graduales mediante reformas. Es el proyecto, son las fuerzas acumuladas yorganizadas, y las posibilidades de crecer y avanzar en tales condiciones, lo que hace de la participación electoral una herramienta potenciadora del crecimiento colectivo y de laacumulación de fuerza y poder propios, o una vía de succión de cuadros de losmovimientos sociales y políticos por parte de partidos del sistema, un desgaste de figurasindividuales, aisladas en su función –por muy honestas que sean- por la maquinaria del poder, o devoradas por ella.

    Es con relación a la estrategia que la participación electoral cobra sentido, o no: si permite, por ejemplo, respaldar con representación institucional las construccioneslogradas, avanzar, acumular, crecer en distintos aspectos de significación estratégica. Pero

    nunca al revés: no es posible resolver las insuficiencias estratégicas y de construcciónmediante la participación electoral, porque entonces ocurre que lo estratégico se intentadefinir a partir de sus requerimientos y –por esa vía- termina ahogado en las urnas, y desdeantes, en la pelea por los cargos. Los que pretenden “dar el salto” hacia definicionesestratégicas por esta vía, terminan participando en las elecciones con programasmaximalistas, con lo cual no logran ni siquiera mantener sus votantes “duros”, y quedancomo testigos de la historia. Y los que subestiman la construcción cotidiana y sistemática y pretenden conquistar a las mayorías por el camino electoral, creciendo gradualmente en

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    cada contienda, caen en una caricatura de vía reformista, que como todo reformismotermina en fracaso irremediable. No hay camino de transformaciones y crecimientograduales, ni en lo económico, ni en lo político, ni en la conciencia. No hay un camino, sonvarios –quizá en un momento, todos-, articulados entre sí y con prioridades en diferentesmomentos, tal como ello resulte conveniente a la consolidación, acumulación y avanceestratégicos (acorde con la estrategia elaborada).

    Con relación a esto, en la izquierda argentina hoy se plantea con claridad:

    -Un agotamiento de la izquierda reformista en tanto búsqueda de la transformación por acumulación de mejoras, la revolución por etapas.

    -Un resurgimiento del debate acerca de un período de transición al socialismo, en vezdel paso directo al socialismo asumido como transición.16 

    Esto vuelve a poner en el tapete concretamente la posibilidad de que el proceso detransformación radical de la sociedad sea a la vez un proceso de preparación-tránsito alsocialismo (renovado, democrático y humano).17  Sería una transición caracterizada pormodificaciones constantes y articuladas en creciente radicalidad respecto de la

    transformación de la sociedad, parte del proceso de revolución permanente (local, regionaly mundial) hacia la superación del capitalismo, protagonizado por las mayorías popularesconstituidas (y organizadas) en sujeto popular.18 Por las tareas que debe realizar y por los

    16. Así lo reconoce, por ejemplo, el Secretario General del Partido Comunista: “Planteamos un período detransición para superar la crisis con la aplicación de un plan de emergencia basado en la recuperación del

     patrimonio entregado y privatizado, la reactivación del mercado interno y distribución equitativa de la producción nacional sobre la base del incremento de salarios y jubilaciones, una nueva política impositiva,el control del comercio exterior y del cambio; así como la nacionalización de la banca.” [Echegaray,Patricio, “El sentido de la unidad de las izquierdas”,  Nuestra propuesta, No. 646, Buenos Aires, 21 deagosto de 2003, p. 5]

    17. En realidad, la transición arranca con las resistencias, con las luchas, con la conciencia creciente y

    organizada de los sectores obreros y populares, pasa por aprender a gobernar (empoderarse) territorioslocales, municipios, provincias, regiones, construyendo contrapoder desde abajo, lo que ,a su vez significauna transformación radical del poder existente, que va mucho más allá de ser su “contracara” popular o deizquierda; la nueva sociedad está en todo ello, en el modo en cómo se construye quiénes y cómo. Los paraqué no pueden estar en antagonismo con las vías ni con los instrumentos. Mirado desde este punto de vista,el socialismo que se busca también empieza a construirse y existir desde la primera resistencia; una partedel futuro está contenido, como avance, en el proyecto alternativo, de ahí la trascendencia de que sean los

     propios sujetos protagonistas los que participen de su diseño y definiciones.18. No se trata de un sistema económico más (+) un sistema social más (+) un sistema político y cultural... El

    que sea un sistema, habla precisamente de la conjugación inter-articulada e interdependiente de sus aristasdiversas. Dentro del capitalismo no hay salida y por tanto, tampoco un reformismo posible de sostener,entre otras razones porque en este estadío de la globalización del poder capitalista, éste considera suenemigo a cualquier diferente o diferencia; no hay lugar a matices. En segundo, porque la transformación

    alternativa en la perspectiva que proponemos, se inscribe dentro del tránsito al socialismo que, comosistema social, reclama también ser replanteado y tratado de modo integral en lo social, económico políticoy cultural, es decir, asumiendo las transformaciones interarticuladamente unas con otras. Se trata deinventar y construir otro tipo de Poder (de relación estado-sociedad), y para ello, tan importantes como lastransformaciones económicas, lo son aquellas en el orden democrático-político. La fractura histórica entresociedad civil y política, que el estado burgués inscribió como “natural”, instituyendo un modo y unsistema de representación política como despojo de la condición política de la inmensa mayoría de laciudadanía, no puede continuar; sobre esa base es imposible construir una nueva sociedad ni transitar haciaella; las muestras recientes de ello están frescas en nuestras memorias. La enajenación política es tan gravecomo la económica y social porque produce y reproduce una cultura de seres humanos alienados. Poner fin

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    responsables de pensarlas y llevarlas adelante, podría denominarse este período como patriótico, democrático-popular. Mirado históricamente hacia sus perspectivas futuras,resulta un periodo de preparación y fortalecimiento económico-social, cultural y político delas mayorías como protagonistas concientes de sus destinos hacia transformaciones yresponsabilidades mayores, en proceso de creación y construcción del socialismo.(Hipótesis 1) Esto constituye una diferencia esencial respecto del reformismosocialdemócrata.19. La duración de este resulta también de su interrelación con el procesode lucha y transformación mundial, no depende solo del proceso en un país.

    Esta perspectiva supone una reconsideración –entre otras- acerca del sujeto social y político de las transformaciones, que va más allá del reconocimiento de la ampliación de sucomposición (clase, pueblo(s)); apunta claramente a resignificar el carácter pleno (político,social, económico, cultural, etc.), de cada uno de los actores sociales que lo integran, esdecir, a reconocerlos como actores sociopolíticos en proceso de [auto]constitución ensujetos, condición no individual, sino resultado de la articulación orgánica colectiva delconjunto de actores sociopolíticos constituyentes del sujeto popular. (Hipótesis 2).

    Esto supone reconocer la articulación interdependiente entre lo reivindicativo, lo

     político, y lo social-cultural, y por tanto también entre sus expresiones orgánicas. Laorganización político-social como síntesis de este presupuesto, se abre paso como unanecesidad para concretar estos enfoques y avanzar a partir de ella. (Hipótesis 3)

    Esta propuesta de re-articulación entre partido-clase-pueblo supone y se asienta enotra convergente, integrada y en interacción con ella: un nuevo tipo de re-articulación partido-clase-pueblo-sociedad que, a su vez, supone y condiciona la de partido-clase- pueblo-sociedad-estado en la perspectiva de la creación de un nuevo tipo de Estado oPoder, revalorizando y actualizando el sentido que Gramsci otorgaba a ambos conceptos.(Hipótesis 4) Veamos brevemente:

    Si el pueblo es el protagonista pleno de sus destinos sociales, políticos y económicos,

    el esquema actual de representación político-partidaria que excluye al ciudadano de a pie,resulta -de hecho- obsoleto; es necesario crear un nuevo tipo de representación sociopolíticay cultural que, enraizada en el modo de vida cotidiana de los seres humanos, construyadesde ahí un modo de vida diferente, cotidiano-privado y a la vez social-público, sinoposiciones esquizofrénicas entre ambos espacios, basado en la equidad y nodiscriminación de la mujeres, los niños, los ancianos, los discapacitados, las minorías

    a la alineación política es parte de las tareas democráticas fundamentales de la transformación, y estocomienza por reconocer el carácter burgués de la separación entre lo social y lo político, y sus modos derepresentación política, construyendo desde ahora a partir de bases radicalmente diferentes,democrático-participativas plenas, sociopolíticas, colectivas, horizontales, democratizando la formación y

    la información para que todos, con el mismo espíritu, tengan similares posibilidades (además de lasoportunidades) para intervenir en los debate sobre las definiciones del rumbo a seguir, y sobre otrasdecisiones que habrá que ir tomando, para ejercer formas colectivas de control, etc. (Al respecto, para másdetalles, puede consultarse mi libro: Claves para una nueva estrategia, Pasado y Presente XXI, SantoDomingo, 2000, Capítulo. IV)

    19. Analizado en sus posibilidades estratégicas, en sentido estricto, el reformismo hoy es imposible, entre otrasrazones, porque no es posible encontrar salida modificando algunos pedacitos –ni a pedacitos- elcapitalismo; estamos en un punto en que incluso los que se planteen el camino de las reformas, al tratar deimplementarlas consecuentemente, abrirán las puertas a la posibilidad de un proceso de transformacionesradicales de la sociedad, o claudicarán ante la “presión” de los poderosos.

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    étnicas o sexuales, etc. Esto supone una re-articulación entre sociedad civil y política queimplicará, en este caso, la disolución de las fronteras entre ambas, fronteras que en realidadno existieron más que para el derecho burgués que excluyó a las mayorías proletarias delderecho a expresarse y decidir los destinos del país, reduciendo a los proletarios a serciudadanos reivindicativos (no políticos) y dependientes de los partidos del sistema para lasatisfacción de sus necesidades (sustrato jurídico del clientelismo político). Y para ellocontó con la complicidad -conciente o no- de los partidos de izquierda que –descuidando el“detalle” de que el engranaje del sistema está concebido para garantizar el funcionamientoy reproducción ampliada de la hegemonía político-ideológica (económica y cultural) delcapital-, asumieron ser los representantes de la clase (consagrando la división entre lo político y lo reivindicativo), abriendo la época de los partidos “de la clase”, sin la clase, quequedaba relegada a la vida sindical como furgón de cola y/o correa de transmisión de las políticas de sus partidos en el seno de la propia clase y hacia las fuerzas sociales aliadas.Esto constituyó a su vez, uno de los pilares fundamentales de la enajenación política de laclase, de su sostén en las luchas contra el capital y más allá, después de las revoluciones,durante el establecimiento y desarrollo de los estados socialistas que predominaron en elsiglo XX.20 

    Poner fin a este modo de enajenación es una de las tareas democrático-revolucionariasfundamentales de la transformación social, y no puede quedar relegado para un supuestomañana mejor, o para después de la “toma del poder”; la lucha contra la enajenación entoda su magnitud y alcance empieza desde ahora, es parte, constructora y resultante del proceso y, en tal sentido, no tiene un momento de fin establecido. (Hipótesis 5) La búsqueda de plenitud es parte de la utopía humana que como un imán gigante resultamovilizadora de las más amplias voluntades transformándolas en fuerzas activas capaces demover las montañas de la injusticia, la desigualdad y la destrucción de mundo hastahacerlas desaparecer.

    Tales ansias, para buscar su realización, requieren de la reelaboración del proyecto

    transformador liberador, del socialismo como sistema social, y todo ello, de la re- 20. “Para tener éxito en esta tarea histórica, es necesario crear un nuevo modo de operar en el movimiento

    socialista radicalmente rearticulado, en el espíritu de la igualdad sustantiva de sus variados componentesen agudo contraste con las determinaciones más intimas del orden establecido. El modus operandi  delsistema capitalista desde su condición absoluta de existencia –aun con toda la habladuría sobre“democracia”, “libertad” e “igualdad”- no puede ser otro que la insuperable   subordinación estructural- jerárquica del trabajo al capital . Reproduciendo como en un espejo el modo jerárquico de operación deladversario en las confrontaciones políticas del trabajo con el capital, reflejando la práctica defensiva delmovimiento, ya totalmente anacrónica, aunque comprensible bajo determinadas circunstancias históricas.Pero por la misma razón ello no puede traer éxito duradero incluso en el plano político y menos aún en elestablecimiento de las bases de un nuevo orden metabólico de auto reproducción humana. El agente

    emancipador múltiple que ahora emerge puede prevalecer solo si se articula sobre las bases de los muydiferentes principios de intercambio humano y organización. Para decirlo con palabras de Isabel Rauber: //“Se trata de un nuevo movimiento político-social articulado desde abajo sin subordinaciones jerárquicasentre los distintos actores, sin vanguardias iluminadas ni sujetos de primera, de segunda o de tercera clases.La apuesta sería construir redes, nodos de articulación social (sociopolítica), basándose en la

     profundización de la democracia y la participación y en el despliegue de relaciones horizontales dearticulación.” // La reconstitución del movimiento socialista “desde abajo” sobre las bases de una igualdadsustantiva, inconcebible en el fundamento inalterablemente jerárquico del capital, es la precondiciónnecesaria para encarar el desafío histórico que confrontamos.” Mészáros, István, Prólogo al libro Movimiemtos sociales y representación política, Op. Cit.

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    elaboración de la estrategia. Muchos elementos intervienen en esta relación:ideales-proyecto-estrategia, pero hay uno que –además de lo dicho-, resulta fundamental enesta nueva mirada: no puede haber contradicción de principio (oposición) entre medios yfines; es imposible, por ejemplo, construir protagonismo y participación democrática plenade todos y cada uno de los actores sociopolíticos colectivos e individuales, sobre la base derelaciones autoritarias y jerárquico-subordinantes de capacidades, funciones y rolesindividuales, colectivos y sociales. (Hipótesis 6) Esto supone también un replanteo de larelación entre lo táctico y lo estratégico, entre lo inmediato y los fines consideradosúltimos, asumiendo que no hay más estrategia que las tácticas y viceversa, en el entendidode que

    Para nuestro tiempo –cuando el capital puede solamente ceder beneficios tácticos  altrabajo, con la perspectiva de recuperarlos de vuelta en la oportunidad más cercana posible y “con intereses compuestos”– la realización incluso de “objetivos inmediatos”más limitados llega a ser factible solamente como una parte integral de la alternativahegemónica del movimiento socialista al orden establecido. 

    De ese modo, lo inmediato puede ser propiamente perseguido solo si es concebido comolo inmediato estratégico, definido por su inseparabilidad de lo estratégico a largo plazo yorientado por la primacía total de esto último. En otras palabras, esos progresos parciales pueden ser adoptados solamente como objetivos inmediatos viables que no puedan serrevertidos, y por lo tanto son capaces de adquirir un carácter verdaderamente acumulativo.Aquellos que podrían objetar que eso es “maximalismo” deberían abrir los ojos ante elhecho de que el peor tipo de maximalismo es en realidad la vana persecución de las“demandas mínimas” irrealizables –solamente compatibles temporal y tácticamente dadoslos límites estructurales del capital.21 

     Nada más práctico que la teoría. En el entendido de que el concepto pensamientoresume esa dialéctica radical entre teoría y práctica, las hipótesis anteriores reclaman larecreación de un fundamento articulador teórico-metodológico y proyectivo de lo nuevo engestación. La necesidad de avanzar en el desarrollo de un nuevo pensamiento estratégico

    crítico y autocrítico, que –nutriéndose de todas las enseñanzas de la historia de las luchasanticapitalistas y de las experiencias socialistas, tal como ellas han existido-, profundice enla crítica al capitalismo actual y cumpla su función orientadora de los movimientosrevolucionarios de nuevo tipo que ya se enseñan a la entrada del siglo XXI, resulta, en estemomento, una de las primeras tareas estratégicas. (Hipótesis 7)

    Esto supone asumir la batalla cultural también hacia adentro de nosotros mismos,despojándonos no solo de dogmas y modos de “saber hacer” que ya no se corresponden nicon la época, ni con la experiencia acumulada, ni con las necesidades de los pueblos.Formar nuevas generaciones desde abajo y transformarnos los ya formados con los paradigmas de la “vieja” cultura, en proceso permanente y cotidiano, resultan por tantoentre las tareas (culturales) estratégicas articuladas a la construcción de nuevo pensamiento,

     junto al diseño del proyecto alternativo, y la construcción-acumulación de poder propio.(Hipótesis 8)

    El nuevo pensamiento estratégico no es tarea aislada de intelectuales individuales niemergerá de allí, está en la obra colectiva de los pueblos, donde cada actor sociopolítico

    21. Meszaros, István, prólogo al libro  Movimientos sociales y representación política, de Isabel Rauber, 2da.Edición, Buenos Aires, Noviembre 2003 (en imprenta).

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    colectivo e individual aporta y crea desde prácticas diversas cuyo contenido conceptual esnecesario rescatar –conceptualizando también creativamente-, e integrar en unaconstrucción teórica colectiva; esta resulta también entre las nuevas dimensiones deldesempeño de lo que hemos acostumbrado llamar “intelectual orgánico”. (Hipótesis 9)

    El pueblo es el protagonista fundamental, y la tarea política colectiva de primer orden

    es impulsar su participación –y la de sus organizaciones- cada vez más plena en lo quedeviene proceso práctico-pedagógico de transformación-constitución (autoconstitución) dela clase y el pueblo en sujeto popular.

    La disputa con el poder hegemónico en relación con la conciencia del pueblo es permanente, pues la ofensiva ideológica del enemigo, lejos de haber pasado está endesarrollo pleno. La pelea no es entre nosotros, es con ellos. El momento no es devanguardias ni de élites ilustradas, sino de formar y organizar-articulando mayoríasconcientes capaces de protagonizar su historia actual y futura. El momento es político y norevolucionario,22 la lucha y la transformación se dan ahora en condiciones de la democracia burguesa neoliberal con las fortalezas y fragilidades que ésta tiene, y que son bienconocidas por nosotros. (Hipótesis 10)

    La concepción acerca del sujeto resulta radicalmente interarticulada a la de poder y proyecto alternativo y viceversa.23 Esto habla de la coherencia entre las propuestas, mediosy fines en cada caso y se resume en la concepción estratégica. La unidad lógico-prácticaque es sustrato y a la vez resultante de esa interarticulación radical, es la base para laconstrucción de la unidad política entre los distintos actores sociopolíticos y no a la inversa.(Hipótesis 11)

    Estas son, apretadamente, las hipótesis centrales que guiarán las reflexiones acerca delos desafíos de la izquierda argentina. Estas buscarán medir capacidades y potencialidadesde las diversas propuestas y apuestas que hoy conviven en ella, concentrando la mirada enlos puntos claves de los avances en esta dirección, en las limitaciones presentes en uno u

    otro sector y en los desafíos que, a mi modo de ver, habrán de enfrentar en el presente yfuturo inmediato.

    Hoy conviven en Argentina, en lo fundamental, cuatro miradas (tres proyectos)estratégicas de izquierda:

    - Revolucionario-parlamentarista-vanguardista: Esta línea oscila, según losmomentos, entre posiciones que plantean la toma del poder y la instauración de un

    22. Significa que no es hora de transformaciones radicales ni de vías violentas. Lo revolucionario se expresahoy a través de la disputa política, que es la que hay que priorizar: acumular fuerzas, crecer en conciencia,en organización, en institucionalidad, lo que presupone disputar la hegemonía intelectual cultural del

     proceso y construir contrahegemonía y contrapoder. Que el momento sea político significa también que eslo político lo que predomina sobre lo ideológico (sin olvidar que siempre lo presupone e implica), valedecir, por ejemplo, que es vital comprender que la primera prioridad –política- es detener el avance de laagresividad imperialista del gobierno de EEUU; no es el capitalismo en general el que amenaza a los

     pueblos, sino la agresividad creciente de la voracidad imperialista del poder neoliberal capitaneado por esegobierno y su poderío militar. Igual ocurre en lo referente a las posibilidades de detener el hambre, lasenfermedades curables, el analfabetismo, etcétera.

    23. Cuando hablamos de sujeto, nos referimos a un sujeto pleno, es decir, hablamos de la liberación del sujeto,de la construcción de un nuevo Poder (sociedad (economía) –Estado), sobre la base –simultánea- de latransformación radical, desde abajo, del Poder existente, y del proyecto que la articulará estratégicamente.

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     poder obrero (y popular, para algunos), y otras que concentran los esfuerzos en elcamino electoral como vía central de acumulación y disputa. El vanguardismo es porsu posicionamiento ante la clase, el pueblo y la  sociedad, también jerárquico-subordinante a partir de las estructuras partidarias.24 

    - Insurreccionalista-vanguardista: encuadrada en la tradicional concepción de partido

    de cuadros y su relación de subordinación con los “frentes de masas”. Apuestan allevantamiento insurreccional como vía para llegar al poder.25 

    -Construcción de poder popular desde abajo: Reconoce el carácter político social delas luchas, sus actores y sus propuestas; con diferencias entre los actores partidarioso sociales, en general hay una coincidencia en la necesidad de construir poder (de laclase y el pueblo) transformando la sociedad desde abajo y, a la vez haciendo de este

    24. Se encuentran aquí: Izquierda Unida: Partido Comunista (PC), marxista-leninista, fundado en el 18 ysiempre referente oficial del MCI y en el MCI. Con una larga historia de vínculos con las luchas obreras,ha sido también protagonista de grandes desencuentros entre las posturas del comunismo y los sectores

     populares, precisamente por su orientación hacia la política exterior de la antes URSS y su prácticareformista. El “viraje”, producido en el XVI Congreso del Partido, se plantea la necesidad de un “replanteoestratégico de toda la izquierda” debido a la “idea” de que se había sufrido una derrota. (Ver Echegaray, P.,Sobre el Viraje del Partido Comunista, Op. Cit., p.9). Y el cambio se produjo, pero no llegó a las raícesmismas de la concepción partido-clase-pueblo-sociedad, por lo que el vanguardismo afloró al corto tiempolimitando el contenido revolucionario del viraje, y las políticas de dicha organización. Por otro lado está elMovimiento Socialista de los Trabajadores (MST)) y el Partido Obrero (PO), ambos de orientaciónmarxista-trotskista –aunque con diferencias entre ellos-, con una militancia comprometida con losmovimientos de lucha, pero con poca o ninguna exploración de las posibilidades que abre la combinaciónde lucha con la a una construcción-acumulación de contrapoder popular. Mantienen una concepciónvanguardista de la organización partidaria y su relación con las organizaciones sociales. Tienen en común,además de esto, el sentirse dueños de la verdad. Por otro lado, está la Corriente Patria Libre (PL), mantienela concepción de partido de vanguardia aunque sostiene posiciones políticas que colocan a esta

    organización, en algunos temas, en el grupo siguiente, el de la construcción desde abajo; esto es lo quelleva a considerarla como una organización en transición entre ambos grupos. Otros grupos y partidosmenores, pueden ubicarse en esta posición.

    25. Partido Comunista Revolucionario (PCR), y su organización de masas, la Corriente Clasista y Combativa(CCC). Vale hacer una salvedad en este caso, pues si bien es cierto que la línea de este partido no se apartaen lo fundamental del esquema vanguardista conocido, tiene una diferencia sustantiva que la ha convertido,de hecho, en la organización partidaria de izquierda con mayor arraigo (y organización) en la población.Esa diferencia está dada por lo que ellos definen como “línea de masas”, característica propia de laherencia maoísta. Pero no se trata solo de una declaración estatutaria; marca de hecho la política querealiza el partido y su organización de masas, la CCC, en pasos respetuosos del sentir-pensar de lasmayorías y sus identidades políticas (lo que no es un detalle menor en la historia de la izquierda partidariaargentina). Por ejemplo, al caracterizar la actitud y la política del partido ante la situación política actual, elSecretario General subraya: “...hay expectativas en la clase media y en los obreros ocupados y

    desocupados. Este es un hecho muy importante a tener en cuenta por un partido que tiene una línea demasas. // Hay certezas o cuestiones que pueden estar claras para nosotros, pero el problema es cómoexplicamos a las masas la situación para que estas se movilicen. Nosotros no somos un grupo deintelectuales de café al que les interesa esclarecerse entre ellos y a 3 o 4 parroquianos más.” [Otto Vargas,“Lo nuevo en la situación política (II)”, Periódico  Hoy, 20 de agosto de 2003, p.2.] Ser consecuentes conesta posición, lleva a la organización a realizar –de modo directo o a través de la CCC-, prácticas deacompañamiento a sectores populares más alejados de la práctica política, apoyándolos en sus luchas demodo diversos, buscando vías para influir mediante el ejemplo, la constancia, y también a poner unmarcado énfasis en tareas de organización y formación política de sus militantes y de los referentessociales más avanzados con los que trabajan, a partir de sus realidades y culturas.

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     proceso, un camino de (auto)constitución de sujetos, definición de proyecto (y decreación-construcción de las herramientas políticas necesarias para ello). 26 

    - La cuarta mirada  –que no llega a constituirse en proyecto- apuesta a lo noinstitucionalizado ni organizado; levantando algunos sectores la consigna deconstruir poder desde abajo, lo entienden en el sentido de transformar la sociedad sin

    cuestionar-tomar el poder.27

     El debate planteado tiene sentido si la explicitación estratégica colectiva permite

    articular-unificar orgánicamente criterios en torno a un proyecto (y su modo deinterarticulación radical con el sujeto y la concepción sobre el poder y el contrapoder), en elentendido de que en Argentina la lucha de clases se expresa a través de la contradicción pueblo-oligarquía, en tanto son sus intereses los que están en juego condensados a través dedos grandes proyectos, a su vez heterogéneos y con disputas en su interior, que a su vezmarcan la contradicción principal de la época actual: vida-muerte.

    26. Central de trabajadores Argentinos (CTA): Entre sus definiciones fundacionales de alcance estratégico secuenta: La determinación de no delegar la construcción del poder  de los trabajadores (poder propio) ni alEstado, ni a los partidos, ni a los gobiernos, ni a la patronal; la articulación de trabajadores ocupados ydesocupados  como principio básico para evitar el chantaje de pobres contra pobres, y como puenteindispensable en la articulación-reconstrucción del poder de la clase como poder de la sociedad. Estoreplantea tanto la conformación de la clase como su papel social al no considerarla el único sujeto delcambio, sino el actor central capaz de articular el conjunto de actores sociales fragmentados, sus

     problemáticas, aspiraciones, su conciencia, sus modos de organización y propuestas, en aras de reconstruiruna conciencia colectiva que -construyendo y acumulando poder-, sea a su vez camino constituyente del

    sujeto colectivo, capaz de dar forma a un proyecto común y expresarlo programáticamente, buscandoencauzar (y conducir) las acciones colectivas hacia la concreción de los objetivos de transformación social propuestos colectivamente. Todo ello hace a la definición de la CTA de practicar y construir un sindicalismo político, combinado con el reconocimiento mayoritario entre sus miembros de la unidad entrelo reivindicativo y lo político, aunque sea necesario para ello profundizar en el significado revolucionario

     profundo que ello implica y revertirlo en sus prácticas emancipatorias. (Ver más detalles en p. 41 de esteestudio). Esto se anuda en la definida vocación centrada en construir un movimiento políticosocial   enarticulación con otros actores políticos y sociopolíticos (aspecto que define expresamente el VI Congresode la organización). El Partido Socialista Auténtico (PSA), heredero del socialismo pionero en el país en elsiglo XIX, recoge del mejor modo posible el espíritu del partido fundado en 1896; sostiene con claridad lanecesidad de construir un movimiento político-social y se replantea la relación con el progresismo y lacentroizquierda; muy pequeño aunque con existencia nacional. (Existe también un Partido SocialistaDemocrático (PSD), resultado de una reciente fusión de varios fragmentos del socialismo, de orientación

     propiamente de centro izquierda o centro). El Partido Humanista (PH), de reciente fundación, tiene entresus características atender a la relación ser humano-naturaleza y la cuestión ética en la política. Participantambién de esta concepción (no estructurada orgánicamente) organismos de derechos humanos,organizaciones sociales diversas.

    27. Organizaciones piqueteras de desocupados integrantes de la Coordinadora “Aníbal Verón”, sectores deasambleístas, autoconvocados en general, Autodeterminación y Libertad (Zamora), etcétera.

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    3. ENFOQUES, RESPUESTAS Y PROPUESTAS DE LA IZQUIERDA

    3.1. Antecedentes históricos cercanos28

     

    Todo proceso en presente tiene nexos más o menos evidentes con el pasado y sobretodo, con el pasado reciente. En este caso, la mediación de la derrota sufrida en los años

    70, que significó también el fin de las estrategias de la llamada nueva izquierda o izquierdarevolucionaria en Argentina, está presente –como un fantasma29- en los debates y en la posibilidad real de la izquierda para pensar y elaborar las actuales alternativas para unasalida a la crisis provocada por la entrega y subordinación del país a las exigencias delcapital transnacional que detenta hoy el poder imperialista global.

    A ese fantasma se suma otro, el del peronismo, entendido no programáticamente, sinocomo identidad fundamental (sobreviviente y resquebrajada hoy) de los trabajadores/asargentinos y, en tal sentido, también como parte importante de la izquierda revolucionariade los años 60 y 70, en pensamiento y acción. La sobrevivencia de esa identidad entre lostrabajadores y el pueblo, sigue provocando una gran irritación y un disgusto profundo enlas filas de la izquierda partidaria de filiación marxista dogmática, que solo se muestracapaz de entender un tipo de peronismo: el que no existe.

    Esto incorpora un elemento muy peculiar al debate sobre las alternativas, lasestrategias, y el sujeto y sus formas de organización, que reclama abrir las miradas a lassubjetividades concretas existentes –no confundir con los clásicos factores subjetivos-, yconstruir a partir de allí. Es este uno de los aspectos más difíciles de comprender entre lossectores de la izquierda partidaria marxista tradicional y, por eso, uno de los escollosculturales a superar.

    A esto se suma la ofensiva ideológica desatada desde los sectores del poder durantelos períodos del alfonsinismo y el menemismo, que –como coronación de la derrota sufrida por el movimiento obrero, revolucionario y popular en la Argentina-, se valió de la

    cooptación de importantes intelectuales hasta entonces de izquierda, para reafirmar la ideade que la revolución o cualquier sociedad diferente es imposible, y que –en consecuencia-lo único que puede (y debe) hacerse es ser realista y montarse en el carro del poder paravivir la vida del único modo posible: el que predica el pensamiento único neoliberal, chatoy mediocre intelectualmente, y políticamente subordinado a los planes hegemonistas del poder mundial (imperialista) del capital. En este espectro se inscribe también lo que

    28. Para un conocimiento antropológico cultural de la izquierda argentina es necesario abordar la genealogíade sus diversas organizaciones, pensamientos, políticas, etc., dado que de todo ello existen huellas en laactualidad. Algunos intentos se hicieron, pero es necesaria una labor sistemática y articulada (de lasdistintas experiencias). Esto escapa a los objetivos y las posibilidades del presente estudio, de ahí que – 

    asentándolo como un elemento a tener en cuenta- me concentro en señalar los factores cuya presenciaconsidero más fuerte en el pensamiento y la actuación política de la izquierda argentina hoy.29. Está presente como un fantasma porque se afirma siempre como ausencia: de importantes testigos

    individuales y colectivos de entonces debido al genocidio, y de conocimiento-debate crítico y autocríticosobre lo ocurrido, sobre todo, acerca de las concepciones estratégicas que estuvieron en el centro de ladisputa. La izquierda partidaria que quedó orgánicamente en pie luego de aquellos años de grandesmovilizaciones y luchas sociales y políticas, constituye hoy una suerte de remanente de aquella época, contodas las características de los remanentes; y eso hace a su imposibilidad práctica (declamaciones teóricassí hay) de empeñarse –como es necesario- en abordar (construir) el debate sobre los 70, de un modomilitante, natural, para reflexionar -enriquecidos- acerca de la actual estrategia de transformación.

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    finalmente ocurrió con el FREPASO y su entrada a la Alianza que llevó al gobierno a DeLa Rúa, sepultando para la izquierda argentina las posibilidades de construir desde el centrocon la ilusión de correrse  luego a la izquierda. (El tema de en manos de quiénes está laconducción del proceso, al servicio de cuál proyecto y en virtud de qué intereses de clase,subyace obviamente como otro fantasma, en el debate actual, clausurando para la izquierda partidaria, principalmente, cualquier posibilidad de acumulación conjunta con el espectro político de centroizquierda.)30 

    Las reacciones a estos tres elementos apuntados, por parte de los sectores partidarios,sociales e intelectuales de la izquierda argentina, delimitan y condicionan en cierta medidasus miradas sobre la actualidad, sobre todo a la hora de ir sacando conclusiones acerca delas construcciones nuevas, de lo que son, de lo que pueden llegar a ser (potencialidad). Esaquí, precisamente, donde las aguas de lo cultural (entendido como conjugación integral de pensamiento y práctica cotidiana de vida, participación social, y militancia) hacen notar su presencia.

    Los distintos sectores de la izquierda coinciden en reconocer, por ejemplo, laampliación del sujeto social: abarca desde la clase hasta sectores sociales oprimidos y

    marginados, definiendo un conglomerado heterogéneo de intereses e identidades que esnecesario convocar, integrar, organizar; en ello le cabe –dicen- un papel central activo a laclase (centralidad de la clase). Sin embargo, estas coincidencias no se confirman a la horade la manifestación práctica de qué entender por sujeto, quiénes lo son, y hasta dónde. Unossostienen –de hecho- que existen diferencias entre lo que sería el sujeto político, el sujetosocial, y el sujeto histórico, y otros coinciden en que el sujeto es uno y múltiple a la vez, sin jerarquizaciones entre sus componentes.31 Correlativamente, estas diferencias se expresantambién en el modo de entender y asumir la relación entre los partidos de la izquierda y losmovimientos sociales (sociopolíticos): ¿subordinación jerarquizada, u horizontalidadarticulada de diferentes –identidades, aspiraciones, culturas-, de igual condición?

    El debate teórico práctico está abierto hace décadas y se renueva ahora con mayor

    fuerza, pues si es difícil construir la alternativa en tiempos de represión y oposición frontala los gobiernos de turno, más lo es –la vida lo demuestra una y otra vez- hacerlo en tiemposde corrientes favorables, con un gobierno que lleva la iniciativa política y resulta aceptado por el consenso de las mayorías, donde el simple estado de oposición [¿a qué?] no actúacomo levadura para el crecimiento. En tales momentos, como ocurre actualmente enArgentina, resulta fundamental construir y crecer con puntos de vistas y propuestas propias,impulsando con ello el proceso mismo hasta sus límites y reclamado ir más allá, preparandolas fuerzas y las voluntades colectivas para asumir mayores responsabilidades cuando seanecesario y posible.32 

    30. Así ocurrió, por ejemplo, con la política de IU hacia las demás fuerzas consideradas por ellos fuera delespectro de izquierda, hasta que –dejando a un lado sus predicaciones-realizó una alianza electoral con elsocialismo democrático, con vista a las elecciones en la Provincia de Buenos Aires.

    31. Ver,  Movimientos sociales y representación política, Op. Cit, donde trato este tema con mayordetenimiento.

    32. Me refiero a la responsabilidad real que significa hacerse cargo de los problemas de la sociedad yencontrarles solución, ya sea presionando desde abajo o desde la responsabilidad del gobierno y delEstado, lo cual sitúa el debate entonces en un punto central: Gobernar, ¿con quiénes y para qué?

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    Es por ello, precisamente, que cobra sentido práctico el debate al que invitan estasreflexiones. Vale entonces, desde los objetivos propuestos, detener la mirada en puntoscentrales de la historia reciente.

    3.2. Antecedentes inmediatos

    Cualquier análisis de la realidad sociopolítica de la Argentina de hoy, obliga a un breve recuento de lo ocurrido desde diciembre de 2001 hasta ahora, pues –a partir de laselecciones de abril de este año, y más concretamente después de mayo-, es notable el giroque comenzó a producirse en la política (y en la sociedad).

    El default social, económico, político y cultural del país que se hizo crudamenteevidente cuando saltó por los aires con las jornadas de luchas populares durante el 19 y el20 de diciembre de 2001; el grito-reclamo implacable que pedía: “Que se vayan todos”,anunciaban un quiebre importantísimo de la ciudadanía con el poder hegemónico y, particularmente, con el modelo neoliberal. La crisis institucional –instalada desde hacíatiempo en la sociedad-, tomó cuerpo dramáticamente con el incendio ocurrido en elParlamento Nacional, mientras que el descrédito del sistema se corporizaba en las golpizasy roturas diarias a bancos y cajeros automáticos.33 

    Entre enero y marzo del 2002, el país se mantuvo prácticamente a la deriva. Incapaz el poder de gobernar la sociedad, apeló a mantener el gobierno sin “hacer olas”, y “planear” lacrisis –que era más bien, un claro vacío (e incapacidad) de poder-, tratando de contener las protestas sociales que sabía legítimas y por tanto muy fuertes. Una muestra de ello laconstituyó sin dudas la confluencia del movimiento piquetero y asambleario en las jornadasde fines de enero de 2002.34 Ella indicaba la potencialidad de la articulación entre sectores populares y clases medias integrantes del campo popular, capaz de generar consenso ytraducirlo orgánica y proyectivamente en propuestas políticas como alternativa a la crisisdel país.

    Con mayor claridad que la izquierda, el poder vio la potencialidad política de dichomovimiento, si llegara a concretarse orgánicamente como tal, unificando al conjunto defuerzas populares de la oposición con conducción política propia, es decir, unificando un proyecto alternativo común y articulando una organización colectiva capaz de convertirseen órgano de conducción. Era la primera vez en la historia reciente que un movimientosocial de tanta envergadura no estaba promovido ni capitaneado desde el Estado, ni desdelos patrones, ni desde burocracias sindicales, ni desde partidos políticos del aparato del poder. Había representación político-partidaria de la izquierda pero no como conduccióndel resto de las fuerzas sociopolíticas, sino como un actor político social más, al lado de losdemás. Ellos no lo vieron así; confundiendo la realidad con sus deseos se autoproclamaron post festum como vanguardia de la revuelta, y simultáneamente comenzaron a luchar para

    imponerse (imponer su “verdad”) a las otras fuerzas sociopolíticas, en vez de aportar paraampliar y consolidar el espacio y la posibilidad inédita abierta.

    33. El 2002 fue un año en el que los políticos, los diputados y sindicalistas de la CGT, prácticamente no podíansalir a la calle, sentarse a un restaurante, ir a tomar un café o subir a un avión, sin ser abucheados –inclusohasta agredidos físicamente- por los presentes en el lugar.

    34 Participaron allí, la CTA, la FTV, la CCC, asambleas populares de la Capital, organismos de derechoshumanos, pequeños comerciantes, entre otros.

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