nuevo identidades 9 paginas 58-68

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Lm mus&furm mgt &mm ffimmr$mms mm w[ w$Wfrw ffiHffi Lsüfle$ {ognitívu (oroclerizor el romonti(ismo Y el posilivismo. Fr*eeqÍi¡ns**cl (ompcror los expresiones tulturoles lolin00mef k0n0s y n0deomerlt0n0s en elsiglo XlX. &c{iÍ$dinEf lvobor el conocimienio sobre lo lite- roturo lolinoomericnno delsigloXlX. l¿lontesqu¡eu. Volta ire. Rousseau. Las ¿e¿s¿e esto5 pen5adores infLuyeron en el \ pensar¡iento ¿meric¿no de lo5 5igos XVll y XIX L.rt r*úr,.mf A, f\t r,f i ,úitfui/¿.t, L.kn"ifi.ttíJrir:tt¿íit:iJr.l.t En la cultura, restringida a pensamiento' artesy ciencias, América Latina presentÓ una ciertaunidad que,necesariamente, se expresÓ mediante rasgos es pecíficos en cada uno de los paísesDurante la gesta- ciónde las independencias, las ideas de la llustración propias del siglo XVlll (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu, etc.) fueron el cemento intelectual' poli- ticoe ideológico que cohesionÓ e impulsÓ a loscriollos; y, también, deellas sederivaron lasiustificaciones mo rales y conceptuales paraelaborar el inventario de la geografía, las formas culturales y los recursos natura- les queéstos reivindicaban como suyos. A esta primera influencia se sumaron otrasdos, ya más hacia el siglo XIX.Por medio de estas últimas se pueden establecer dosgrandes periodos que'a su vez' corresponden a dos tipos de procesos sociopoliticos que secumplieron casi entodos los países de coloniza- ción hispánica: el romanticismo y el positivismo. l? jtTt':'i,l,i:Írnal';:t;,:1 t t:Jr'1't;J11i:|t.:t :tt t t:') El romanticismo fue el movimiento cultural, artistico y literafio de origen europeo' que naciÓ en el siglo XVIII y se extendió en la primera mitad delXIX a las fe- ciénindependizadas naciones americanas Estemovj miento se caracterizÓ, entre otros, por el predomin¡o de la sensibilidad, la emociÓn y la intuiciÓn sobfeel pensamiento racional. También por el individualismo y el afán de libeftad, y por lasmanifestaciones de senti- m¡entos de insatisfacciÓn anteel entorno, por lo que exaltó la rebeldia. En América, este primer perÍodo va desde lasinde- pendencias hasta 1850, y corresponde, en lo sociopo- lítico, a los esfuerzos de las elites latinoamericanas por sacudirse las estructuras coloniales de dominaciÓn y por encontrar formas propias de expresiÓn y desa- fro o. @ N'""" de, ¡ d o c r es { i i I

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Libro de Texto de Sociales

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Page 1: NUEVO IDENTIDADES 9 PAGINAS 58-68

Lm mus&furm mgt &mm ffimmr$mms mm w[ w$Wfrw ffiHffiLsü f le$

{ognitívu(oroclerizor el romonti(ismo Y elposilivismo.

Fr*eeqÍi¡ns**cl(ompcror los expresiones tulturoleslolin00mef k0n0s y n0deomerlt0n0sen elsiglo XlX.

&c{iÍ$dinEflvobor el conocimienio sobre lo lite-roturo lolinoomericnno delsigloXlX.

l¿lontesqu¡eu.

Volta ire.

Rousseau.

Las ¿e¿s ¿e esto5 pen5adores infLuyeron en el

\ pensar¡iento ¿meric¿no de lo5 5ig os XV ll y XIX

L.rt r*úr,.mf A, f\t r,f i ,úitfui/¿.t, L.kn"ifi.ttíJrir:tt¿íit:iJr.l.txr)

En la cultura, restringida a pensamiento' artes y

ciencias, América Latina presentÓ una cierta unidadque, necesariamente, se expresÓ mediante rasgos es

pecíficos en cada uno de los países Durante la gesta-

ción de las independencias, las ideas de la llustraciónpropias del siglo XVlll (Locke, Rousseau, Voltaire,

Montesquieu, etc.) fueron el cemento intelectual' poli-

tico e ideológico que cohesionÓ e impulsÓ a los criollos;y, también, de ellas se derivaron lasiustificaciones mo

rales y conceptuales para elaborar el inventario de la

geografía, las formas culturales y los recursos natura-

les que éstos reivindicaban como suyos.

A esta primera influencia se sumaron otras dos, ya

más hacia el siglo XIX. Por medio de estas últimas sepueden establecer dos grandes periodos que' a su vez'

corresponden a dos tipos de procesos sociopoliticosque se cumplieron casi en todos los países de coloniza-

ción hispánica: el romanticismo y el positivismo.

l? jtTt':'i,l,i:Írnal';:t;,:1 t t:Jr'1't;J11i:|t.:t :tt t t:')

El romanticismo fue el movimiento cultural, artisticoy literafio de origen europeo' que naciÓ en el siglo

XVIII y se extendió en la primera mitad del XIX a las fe-

cién independizadas naciones americanas Este movj

miento se caracterizÓ, entre otros, por el predomin¡o

de la sensibilidad, la emociÓn y la intuiciÓn sobfe elpensamiento racional. También por el individualismo y

el afán de libeftad, y por las manifestaciones de senti-

m¡entos de insatisfacciÓn ante el entorno, por lo que

exaltó la rebeldia.

En América, este primer perÍodo va desde las inde-pendencias hasta 1850, y corresponde, en lo sociopo-lítico, a los esfuerzos de las elites latinoamericanaspor sacudirse las estructuras coloniales de dominaciÓny por encontrar formas propias de expresiÓn y desa-

fro o.

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I

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El romantÍcismo echó raíces desde el mismo momentode la independencia. Precisamente a este proceso de independencia y a las figuras de los libertadores están dedica-das algunas de las primeras expresiones del romanticismo,como La v¡ctaria de Junín o Canto a Bolívar (1825) delecuatoriano José JoaquÍn Olmedo (1780-1847). Dentrode los escritores románticos más destacados pueden registrarse el brasileño José Martiniano de Alencar (1836-1896) con su famosa obra O Cuarani, el ecuatoriano JuanLeón l\,4era (1832 1894) con Cumandá y el colomb¡anoJorge Isaacs ( | 837- 1895) con M¿n¿.

t t ¿ . , . . i : t . . . " . : : . i : . - , . : i i . . a " . '

El segundo período va desde 1850 hasta comienzos delsiglo XX. Tuvo la marca del positivismo y corfesponde, enlo sociopolÍtico, a la definición de grupos de burguesíasnacjonales, que se plantearon la creacjón de países conuna democracia liberal y una base industrial moderna. Pe-se a logros parc¡ales en países con fuertes tradiciones in-dígenas, como N/léxico y Perú. y en los paises con unapresencia significativa de inmigrantes europeos, como elcaso de Argentina, Chile, Uruguay y en algunas zonas delBrasil, los dos primeros decenios el siglo XX presenciaronla quiebra relativa de estas aspiraciones.

A diferencia del romanticismo, el positivismo dio impor-tancia especialmente a la ciencia y a la indusbia, por locual fue adoptado por políticos, escritores, científicos ymédicos, entre otros. Ellos pensaban que a la independen-cia polÍtica debía seguir el proceso de creación de repúblicas modernas dotadas de economías industriales yapoyadas en la ciencia moderna, tal como lo estaba ha,ciendo Estados Unidos.

Los positivistas latinoamericanos se dedicaron a promo-ver la ciencia y sus aplicac¡ones productivas, fundando yreformando universidades, creando academias de cien-cias, especialmente de ciencias naturales y medicina: periódicos y revistas, y difundiendo las ideas del' 'catecismo positivista'. En la literatura y en otras ar-tes, el pcsitivismo impulsó el realismo y el naturalismoque pretendían representar la realidad y la vida "tal comoson", es decit con la objetividad pfopia de la ciencia. ,Al-gunos escritores llegaron a hablar de una "novela experi-mental" y de un "arte cientÍfico'.

tr positi'isí';i.!i';:t::ii'1':::ü'i:ii'5e expresó de formo emblemútko en el médiro y iurisronsuho mexicqnoGabino Bonedo (1818-188ll, osí como en los escritores y pensodoresque se 0grupoÍ0n en lq llqmodo "[sruelo Pol iro (ienlífka de México",que fue lo bose del lorgo gobierno reformhtc y dktotoriol de PorfirioDíaz {187ó-1880 v 1884-19ll). Tombién en Brosil eslq doclrino tuvouno cmplio difusión, lo que se conaetó, por eiemplo, en lo inxripcién de

ffiunarrnltln'rsr,f ' .r ! .r t I .r . . ,- 'a.r d-- : l i ,dl d,- 3 rtc¡ B¡iyirt

\ , i l , - : i i tL-r l tr ,o,.r: fatsl la: t i --mat i tat! t At i ,-fr 'ars, ara zir i r fof: f l ararfra a: 'o.t ! ,r , f -r lr t-¡l r i Lr l , ió ef SLr a,-¡S!tt l at ai y i j t :11 a,- l j i i ]l -r ,- ' la 'al

E:l l r ' i r Lr l lLr i l t l r i t l r l rrpcTirf r .r¡ ,a¡ ¡¡¡ ¡ ,farf faf aSffr i) y e i :-ra, '¡ tr , : t |a

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l. j| i j¡ rat. |t.,. 11,,t ti.1.ti.i\i i)t!\j:j

Delemino l0 influeiaio del rom0rlidsmo enlotulturo loÍnoomeriono.Comp0ro el rom0nlidsmo aon el posilivismo.

\ - luan León f' lera,\ a q - r r ^ .

\::-'i1-':::: :

. losé Jo¿quín Olme¿o, esqrtor románt co del s glo XIX

un Iemo positivislo en su bondero norionol: "Orden y Progreso". Re(onoz(o los (0r0derísli(05 del nolurolisr¡0. I

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\ Rubén Darío, poeta

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\ Domingo Faust no 5atm ento,

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i.,;1 1'N't,¡:a. i:)tinr;tt t:ít1'11t.:i í.:jt Ji,l.t., ¡it:' i ¡:,1¡t,¡ i::';,¡.:.¡:l

La literatura fue una de las artes más cultivadas en la Latinoaméricadel siglo XIX. Su proceso puede enmarcarse entre dos polos represen-t¿dos cada uno por dos grandes escritores. El primero' constjtuido por

el venezolano Andrés Bello (1781-1865) y el argentino Faustino Sarmiento (181 1-1888), y el segundo por el cubano José Martí (1853-

1895) y el nicaragüense Rubén Darío (1867-1916)

Los cuatro, muy comprometidos con la suerte de Ias nuevas repÚblicas. han sido llamados "los afquitectos de Améfica". Bello y Sarmientoinlrodqjeron en l¿ lileraLura V er el pensamiento Lem¿s como la naruraleza americana (S¡lvas amer¡c¿nas y A l¿ ¿gr¡cútura en la nna torr¡da, de Bello), la tensión entre lo europeo y lo originalmente amerlcano(Facundo '--_el conflicto entre civilizaciÓn y barbarie- y Recuerdos deprov¡nc¡a, en donde Sarmiento imaginaba al argentino ideal como ungaucho cabalgando sobre un potro y dominando la cultura europea)

Por su parte, los poetas José MartÍ (lsmael¡Io' Versos senc¡llos, cartas y manifiestos políticos) y Darío (Azul, obra que inaugura el modernismot capüron l¿ incomunicacion y l¿ incerLidumbre l¿Ll10¿meTicanascomo oroducidas por las condiciones derivadas del pasado colonial' deuna incomplet¿ independencia y de una muy parcial realizaciÓn de losideales modernos (democracia, industria, etc.).

Sin desdeñar su calidad literafia, gran parte de Io escrito en Améri-ca Latina durante el XIX se moviÓ entre la literatura y la sociologÍa. Sedescribian Lipos humanos. cosLumbres y se proponla Ln acercamienLosociológico a ia realidad descrit¿, pero de manera más descriptiva que

analitica. Llama la atención la escasa presencia de lo indígena y de l0

afroameTicano en esLa proouccion. pues aunque ¿somaba en las temá

ticas e incluso a nivel prot¿gónico, siempre fue vista desde ]a perspec-

tiva paternalista tÍpica de los hacendados que dominaron gran parte delslglo.

Algunos califican esta perspectiva como "indianista", para diferenciarla del "indjgenismo". Este último, propio de flnales del XIX y co-mienzos del XX, pfesentó a los descendientes de los americanos comouna fuerza viva y con reivindicaciones cultur¿les, sociales y políticaspropias. Se dio especialmente en México, Perú, Ecuador y Bolivia.

La pintura y el dibLlo del siglo XIX expresó con mayor fuerza el le-gado indÍgena, con sus grandezas pasadas y sus miserias 'republica'

nas . e incluyo ¿ los descendientes de a[ricaros y meslizos. lambos y

cuarterones.

A finales del XlX, tanto Martí como Darío expresaron iuicios negati-vos sobre la literatura de esa centuria. Ei primero creía que era necesario un cabal proceso de independencia y de unidad cultural de laAmérica Hispánica para que pudiera darse una literatura originaly pro'pia: "No hay letras hasta que np haya esencia que expresar en ellas. Nohabrá literatura hispanoamericana hasta que no haya Hispanoaméri-ca". Por su parte, DarÍo, más preocupado por la novela y teniendo co-mo punto de vista a un gran escritor español' escribió: "Nuestro

organismo mental no está constituido todavía, y si en lÍrica podemospresentar dos o tres nombres al mundo, toda la novela americana pro

ducida desde la independencia de España hasta nuestros días no valeeste solo nombre, por otra parte poco simpático para mí: Benito Pé-rez Caldós".

@ N , " " " l c l e n r i d o d . - - s

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i t l I 1 , ' . i ; 1 : t , . t 1 : , 1 12 ' l ) 1 " t ' i t i

Como escritores latinoamericanos destacadosdel siglo que nos ocup¿ pueden ciLarse los argen-tinos José Hernández (Martín Fierra) y José Már-mol (Amalia); los brasileños Antonio GonEalvesDías (Leonor de Mendanca) y el ya nombrado Jo-sé de Alencar; Ios colombianos Oregorio Cutié-trcz Conzález (Memar¡a sobrc el culüvo del maízen Antioqu¡a) y Jorge Isaacs: el cubano José Ma-rÍa Heredia (Niágara): los mexicanos Manuel pay-na (El f¡stol del d¡ablo) e tgnacio Attamirano(Clemenc¡a)i el peruano Ricardo palma (Trad¡c¡o-nes peruanas)i el guatemalteco Antonio José deltisarri (El ff¡stiano erranfe) y muchos más. Algu-nos de los escritores esperaban que la novela, lalircr¿tura y el arre en general sirvieran ¿ los pLe-blos latinoamericanos para reconocer su historiay creyeron que la litefatura debía sef "la expre-sión auténtica de nuestra nacionalidad", según elchileno José Victorino Lastarria ( 1 81 7- 1 888).

La h¡storiografía fue durante el siglo XIX uno0e tos campos m¿s productivos en los p¿lses dela America Larina. Los procesos de independen-cia estjmularon la producción de obras históricastendientes a justificar estos procesos, de unaparte, y a contribuir en Ia formación de Ias iden-tdades n¿cionales, de la o ¿. Estas obr¿s pueden agruparse en tres tendencias culturales ypolít¡cas básicas: la primera, signada por un an,tihispanismo radical, fue característica de los li-berales; la segunda, que reivindicó la herenciahispánica, fue una constante de los sectores con-seTvadores. Una tercera, minoritaria pero máscomprensiva. presenro la nación ;nregraoa pornegros, indÍgenas y blancos, y esta ejempliflcadapor la obra Cómo se debe escñbir la h¡stor¡a de!Brasi!, de Carl Friedriech von Martius.

En este terreno también pueden citarse obrasy nombres destac¿dos. por patses: (ver cuadroabqjo).

\ Jorge lsaacs, escritor

\:o "n,.!l1!"i!to,gglelt

ii t:';ut i alt r: iu:t u,unprlt:,,nr"i:ti;R,oca.:a o ¡iarr¡oa óf sacre e esaTiof f.o¡cé: \ricror

rg. (b.grct-n. ollfcr, de.s estét.cs, deo: po if ccs).!.r e¡ elera C L-rra Omp c li ler: C e.l A.néf acr Lal .ta.laLrc¡te e s E o XIX Expó¡ +Ls ao|.a JS ones scb.e os'alc¡es 3e s.] ¡tLelco e|' [tJ3s1fo aal-lfe¡fefieo zo !n sandeo (ascea e de ef r.tLes o n3 esTrLraTJ:ado) aof adL tcs (p'afesares. cod.es, .cl¡¡ ¡res, cr!las) saaie e ca¡oa m e¡ro qlte sc efte aa ,-saf lafasy aa 'c r : ó+raar ¡erao¡cs ae sgo XX :abofc J , t repa.la scllre e iesL cita ie sa¡clec ! pie:,--ta IJSaar-ta |: or-tas

oesroro to imporronrio de ri'irireiil,l;;1i'lel;||.,rrr,r, oe Lolnoomérko.

José 11ármo , escrttofargent¡no autor de Amal¡a.

Ilistorio de la Repúhlko Aryentínt, su otígen, su rcsolwión y su duonollo polítko hwto I g52 llgg3-lg93lHístorío general do Erasil (1854.1 8y)

El utracisno del generol Bunudo l'Higgins (1860l

Hbtorío de Io revolucíón de l0 nepúblkl de hlomhíl|1B5BI

Hístorio geneml de lo Repúblka del kuldü ll190-lt93lHistoria de lúéxko 11849-lt52l

Lo hktorío del Perú índependien¡e 11868l

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'' 1.¡l t:.ti"Lr,llt¡:¡.:t v7t27'6,2;1ryt;xvit::tltrtí.t

Como era de esperarse, en razÓn de sus excepcionales procesos, Estados Unidos desarrolló las artes, las ciencias y el pensamiento de una manera autónoma, acorde con las tradiciones europeas.

Un momento de cambio para la maduraciÓn de la capacidad expresivay feflexiva estadounidense lo constituyó la guerra de SecesiÓn (18611865). Ésta significó la abolición de la esclavitud y el compromiso a fon-do en la conquista de todo el territorio. También la explotaciÓn de lasriquezas del país sobfe Ia base del desarrollo de la ciencia experimentaleuropea, que se aplicaría también a la industrialización. Reducidas las minorías indígenas a su mínima expresiÓn y declarados "libres , aunque segregados, a los afronorteamericanos, se afirmó una cultufa original ypropia, con dominio "blanco" y occidental.

En el campo del pensamiento se gestó el pragmatismo, movjmjentoauténticamente norteamericano, elaborado por Charles Sanders Peirce(1839 1914), a su vez fundador de la semiologia o semiÓtica moderna;William James (1842 1910), psicÓlogo de primera línea; y John Dewey(1859-1 952), importante pedagogo.

En un terreno cultural, más allá de la filosofía propiamente dicha' elpragmatismo se arraigó en lo que podria llamarse la mentalidad norteamericana, especialmente con algunos de sus postulados como: la impor-tancia de Ia aplicación práctica de las ideas y de las teorías: la aceptacionde que las verdades" cambian al ritmo de los hechos de la vida (economía, negocios, técnica, etc.), y la asunciÓn del "yo" como máxima reali-dad empírjca, activa y creadora.

Otro tanto puede decirse de las artes y en particular de su ljteratura,que desde muy temprano mostró destreza técnica y capacidad pafa entretener y sugerir ideas y valores. Resaltan dos gfandes obras: Ei ú1¡¡,flode los mah¡canos, 1826, de James Fenimore Cooper (1789 1851), y ¿¿cabaña det tío Tom, 1851 52, de Harriet Beecher Stowe (181 1 1896).

Luego de estas obras aparecieron otTas creadas por escritores de tallauniversal, como Edgard Allan Poe ( 1 809- 1 849) can Las aventuras de Art-hur Cordon Pyn, 1838, y las Narrac¡ones extraard¡nar¡as, 1840-l845;Walt Whitman (1819-1892), con el Can¡o a mí m¡sma, una obra relacio-

nada con ei individualismo y la celebfación de ia naturaleza y la libeft¿d.

Especial mención merece Mark Twain (1835-1910) por obras como l¿s

aventuras de Tom Sawyer, 1876, y Las aventuras de Hucklebeffy F¡nn,

1884.

iii::,auiillii lu:tli,l|:íilijf i';"1tJl1

F arirafar r ' r -a'- -- ¡r . fr l le r l ¡

i ] i r [r¡ t : : ' i l j : ;¡ : ' l -- a] a' lTL,faal i : tai r f¡ ,- l a) l l ¡ai ' r ' l lal f l - 'al l ' l (r f. . i tUa . , - . 1 . t ! q i _ ¡ i ) .

( l l j l r¡¡ rr r , ' -r q.t ,¡ a!- i l t : i j al ' -

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: 1 . 1 : : : : : . ) " . t . i . ) r , ) : , . , : , .

(omporo f ormos rullurohs.(onsullo sobre el progmolismo.

Portada de ibro La c¿b¿ña del tía Tam,novela e5crita por fldrriet Beecher.

VocobulorioCotecismo positivislo ilr ll"i) 'lr¡ille: {r| ilLr': ll! '.i '.r'. ir r:' i r r r l - 1

a r : i a l : i i r a t i , ! i : ' r l l r , a s d a a f L l ¡ i l l ( r ) , - l l ( l T l a a l - l ' l : i l

, i ¡ : ót r l t ¡s¡ i j i t a¡ a l , )a) f r i ta i , a acl r l i i f i l , ' . '_ a i l i - ra i ¡ : ' l i - i l

El i tes ( i . 58) ¡a ) r p , -? t r , - ) t .a : a : f , l l . ' a i .1 " . ¡a " l r " ra a f - ) ' l ' .

| . , aJ , - r , r 'a aa ' r lL l f l i l aa l . i l a l \ i i J t la . f r la l ia l : ( l l l

Historiogrofío ([r ó ,' li-'rrr nr., q, ]a '-f ral .rllal ir rlrLll I llira i r':' r , , , : : : r r l ¡ | - -ó¡ Ia l ¡Ó.: ! .1" i l l l ' fp- ' r l ! - rs I I : iT.) f a la la) ' ' - i i , \ / i : ia

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@ N , " " " d e ¡ l . l o d e 5

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{ogmitivaldentificsr los corocterislicas de Iclileroluro y del orte en (olombio, enel siglo XlX.

Ar{if$dir¡$l

íii¿u:ry¡ r...ul,ury¿fu1r¿nu rfi nL'tth|trr. rittr

En el terreno cultural, durante la época del dominio es-pañ01 sobre América, Ia Nueva Cranada ocupó un lugar desegundo orden después de los virreinatos de la Nueva Es-paña (México), del Perú y del Río de la Plata (Argentina,Uruguay). Mientras en estas tres últimas posesiones sefundaron universidades, se crearon bibliotecas y publicacio-nes, y sus territorios y culturas originales fueron objeto deimportantes descripciones desde el siglo XVI, la Nueva Cranada debió esperar hasta el siglo XVII para que se produ-jefan hechos similares. Una de las razones de esta situacióndesigual parece ser la mayof cantidad de metales preciosos(0ro y plata) que, en comparación con la Nueva Cranada,poseían esos "reinos", pues tales metales era Io que funda-mentalmente les interesaba a los colonizadores.

Las artes de Colombia en el XIX recogieron algunas tra-diciones provenientes de Ia Colonia, las cuales se entron-caron con las expresiones de Ia época republicana en unadinámica que Ilegó hasta el decenio de los años veinte delsiglo pasado. Es en este decenio, cuando en el país se de-sarrollan vías de comunicación, se crea una infraestructu-'¿ par¿ il comercio y oara la incipienre induslria. seconstruyen edificios civiles públicos y pfivados, se erige unsistema bancario. En otras palabras, se inicia el proceso demodernización y urbanización que va dejando atrás al "vie-j0 país patriarcal", sin que se rompan radicalmente los la-zos con el mlsmo.

Dentro de este marco temporal (desde finales de la Co-lonia hasta el segundo decenio del siglo XX) se ubican enColombia las dos influencias culturales ya señaladas parala Améfica Latina del XIX: el romanticismo y el positivis-mo, expresado este último estéticamente en el realismo,el naturalismo y el costumbrismo. También, 1850 marca€n Colombia un punto de quiebre más evidente, debido aque en ese año ocurren una serie de cambios histórico so-ciales que, en su codunto, constituyen una revolución an-ticolonial.

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f';1p l ;

ü-$tmrm$txrm W ffiffiffi swx ffim$wxxxM$m, s&g$m N$ffi[ * s ¡ s ¡r , { y q r v ¡

: Peccedimentel, (omporor el reolismo, el rostumbris-

mo y el noturolismo.r Voloror el oporie de lo literoluro

poro le interpreloción del pok.

Durante esta revolución, cuya base económica se encuentra en el incremento de la producción nacional y la co-mercialización internacional del tabaco, se adoptarondiversas reformas administrativas, jurídicas y politico-eco-nómicas. Estas reformas quebraron algunas estructurascoloniales que sobrevivían a la caída del dominio españoly que constituían un impedimento para el desarrollo delpaís, sobre todo del sector social criollo que pugnaba porel control del poder en todos los terrenos.

Pintura que represent¿ el seca-¡^ ,4a l r ¡Á>.^ éñ é q 'd ^ X X

Page 7: NUEVO IDENTIDADES 9 PAGINAS 58-68

\ José,.Eu5ebio Caro. Poeta y po Ít ico co omb ano.

l t , : ' , , ' , : , , ,1; : , . , : ' , ; ;1: ,1 : , i ¡ , ; i L1' , . ;1, . t7: : ,

Co¡sL ar ataefao d,. "eal s'ra-., e ¡otJ'c sm.r y e cos Jírbr sf ra a- ao a'rrLl a de s

l l c XX Destoao sus caro . le rs aos Ypf ¡o pr es rep.ese¡ c.rtes

aar¡!! ta .rs L,o.altai-trrs cl-- u s Vo'g¡l léi¡i ia, José EL!,oc a aarro y.Ir aA'ba'odo .¡p ac que a:ir,.a as d'-s oatc:ío: de aaracJ f t { l

ld€nfilko los prindpoles rosgos del reoli¡mo, elnotu¡olismo y el (oñmbrismo.[onsulb fuenles p0r0 oblener informolió¡.

Los cambios de mediados del siglo XIX fuefon lideradospof dos gfupos sociales que tenían intereses difefentes yconvergentes, al mismo tiempo. El primer grupo era el delos hacendados terratenientes, herederos del sistema de laencomienda y de sus formas econÓmicas y de dominaciÓnsocial e ideológjca: ademas. en algunas regiones mlneTasestratégicas, eran propietarios de grandes contingentes deesclavos. El segundo gfupo, directamente interesado enquebrar la estructura colonial que aÚn perduraba, estabaintegrado básicamente por los comerciantes ligados almercado, especialmente al externo, dadas las condicionesinternacionales de la época.

La mezcla de estos dos grupos sociales hizo peculiaf elcaso de Colombia, por cuanto las elites colombianas noadoptaron las posiciones avanzadas en politica, pensa-miento y arte que sí fueron asumidas por otros países, enlos cuales se cumplió más claramente el tránsito del ro-manticismo al realismo y al modernismo. En ellos, estetránsito se expresó en creaciones y manifestaciones cultu-rales y políticas que dieron cabida al coqjunto de la nación,es decir, a los diversos componentes sociales y etnicocul-turales que existían en su interiot Tal situaciÓn no se evi-denció en el caso colombiano.

Puede afirmarse que, con excepciones muy puntuales, in-cluso hasta el romanticismo que cultivaron los escritorescolombianos del XlX, correspondió más a la versión reac-c¡onaria del mismo que miraba hacia el pasado-, a dife-rencia del romanticismo libertario, social y populaf, cuyoprofeta fue Víctor Hugo, y que fue asumido en otros paÍ-ses latinoamericanos por algunos escritores y poetas.lgualmente, el aporte colombiano al modernismo continen-tal fue débil y poco orgánico, como también fueron débileslas influencias positivistas y sus expresiones en el arte.

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En el campo literario, la Colonia no deió un legado pro-piamente dicho para las letras de la época republicana,aunque algún rastro puede detectarse en escritores que vi-vieron entre las dos épocas, como el caso del médico JoséFernández Madrid (1789-1830), poeta y autor de trage-dias como Atala y Guat¡moc, o el caso de Luis Vargas Te-jada (1802-1829) , más in teresante como f iguraintelectual, que pfodqjo varias obras, que todavía hoy tie-nen atractivo por su frescura y el sentido crítico, entreellas Las convuls¡ones. ,

De los nacidos ya en Ia época independiente, sobresale Jo-sé Eusebio Caro (1817-1853), poeta de impfonta romántr-ca que expresa la versión nacional del romanticismo: de unlado, angustia y dudas ante Ia vida y el destino del ser huma-no, y, del otro, refugio en la tradición católica hispánica. Po-dría añadirse el nombre de un gran propietario de esclavosy de ganado, Julio Afboleda (1817-1861), que dejó un dis-cutible poema épico inconcluso: Ganzalo de OyÓn.

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EI año de 1850 se ha tomado como el punto de clÍmax del predominio del romanticismo en la cultura latinoamericana y puede, a la vez, tomarse como elmomento de los inicios de su desplazamiento por el positivismo. En Colombiatambién puede tomarse esta fecha como referencia, en la medida en que en laRevolución del l\,4edio Siglo esta influida por las llamadas revoluciones demo-cráticas" europeas de 1848, en las cuales se expresó el movimiento románticoen lodas sus gamas sociaies, políticas y estéticas.

AsÍ, por estos años de mediados del siglo XIX, el positivismo hace su entradaa lo que todavía se llamaba la Nueva Cranada, aunque con mayor timidez queen otros países del continente. Desde esta fecha y dentro del período que va de1850 al decenio de 1920, pueden ubicarse dos etapas en la literatura nac¡onal:en Ia primera, desde 1850 hasta 1880, el romanticismo sigue dominando, fun-diéndose en el costumbrismo e, incluso, matizándose con manifestaciones dera¡gambre realista. En la segunda, desde 1880 hasta ya entrado el siglo XX, elrealismo se hace presente al lado de los modelos modernjstas, especialmente enpoesía.

Cada una de esas etapas cuenta con escritores represent¿tivos. para la primefa merecen mencjonarse dos escritores: Eugenio Díaz (1804-j865) y Jorgelsaacs (]837 1895). DÍaz escribió la mayor parte de su obra entre 1gS5 y1865, destacándose una novela, Manuela,la cual para algunos es corTrparaole,por su carácter social, con La Cabaña del Tio Ton de Harriet Beecher Stowe, yun relato menor, El rejo de enlazar. Las dos obras pueden catalogarse como costumbristas, en la medida que explotan Io típico de la vida local, pero mantenien-do la atmósfera romántica en la exaltación del paisae y de los sentimientos.También presentan una facet¿ realista, pues en ellas se capta la sociedad de laépoca e, incluso, se la critica. La publicación en 1858 de Manuelafue parroctna-da por José l\,4arÍa Vergara y Vergara (1831-1872), autor de ¿as tres tazas eH¡stor¡a de la literatura en la Nueva Granada, y por Ia más ¡mportante revistaliteraria de la época: El Masa¡co.

Manuela describe las relaciones sociales entre terratenientes y arrendatariosen una hacienda panelera de la región del Sumapaz (Cundinamarca) y presentaLos desgarramientos políticos y las discusiones ideológicas que se vivían al calorde la Revolución del Medio Siglo. Por otra parte, en El rejo de enlazar se perfil¿ la realidad de las haciendas de la sabana de Boqotií, una realidad iqualmentedu'a para los "de abajo . aunqLe me-nos brutal que la que se vivía en lases.r ibac io res de l¿ cord i l lera 0r ienta l .

Jorge lsaacs fue el más importanteescr¡1or di l¿ primera de l¿s dos elapas señaladas, con su novela Mari'a.Es-¿ ob-¿ rom¿ntic¿ por excelencia,tiene un sabor latinoamericano y, enespe( i¿1. ur auLenr ico sel lo co lombi¿-r0 por el lenguaje. el pais¿je vallecaLcano y el contexto histórico social enque se inscr.be la trama. En ella tafr'-bier se presenü la influencia del re¿smo, aunque los conflictos sociales

más profundos que atravesaban esecontexto histórico son encubiertosrnediante las exaltadas peripeciassentimentales de sus personqjes, querenen como e5cenario Ia hacienda ElParaíso .

Deta le del fti5a Es.r¡tores calom-bi¿nas, ¿e Lui5 Alberto Acuña. En

aqué se observa d Eugenio DÍaz yJorge 5aacs.

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En la segunda etapa aparecen escritores más influidospor el realismo, aunque con visos costumtlristas y contendencia al modernismo. Aqui sobresale Tomás Carras'quilla (1858-1940), un "antioqueño universal . Su épo'ca más productiva fue postefior a 1885, y abarcÓ losprimeros decenios del siglo XX. Y aunque en su obra seencuentran elementos románticos y costumbr¡st¿s, lossintetiz¿ y los supera en lo que podrÍa llamafse un rea-lismo crítico con fuerte sabor rural, Iocal y naturalista,trasciende las fronteras nacionales, lo que difícilmentelogró otra obra decimonónica, con excepción de Mara.Carfasquilla fue un narrador por excelencia que llevó lanovela colombiana (y el cuento) a un nivel tal que influyó en los desarrollos más significativos del siglo XX.

Sus novelas se titulan Fru¿os de m¡ t¡erra, Grundeza,Salve Reg¡na, Hace t¡empos y La marquesa de Yolombó,la más ambiciosa de todas. Dentro de sus cuentos, algu-nas pequeñas obras maestTas, se destaca A la d¡estra deDios Padre, una versión local del mito de Fausto. ConCarrasquilla, engañosamente folclórico y localista, se leabre paso al realismo y al modernismo en la narrativacolombiana del siglo XX.

Pero el más caracterizado introductor del modernis-mo fue el poeta José Asunción Silva (1865 1896), cuyoaporte va más allá de esta tendencia estética por cuantorepresenta "lo moderno" en el sentido más amplio.

Su poesía está penetrada de simbolismo, de ambientesmisteriosos e irracionales, de delicadas imágenes musicales y espaciales y hasta de obsesiones neurÓticas, todo elloimpensable en la pesada y retórica poesía colombiana delsiglo XIX (Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, por eiemplo).

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La obra poética de José Asunción Silva fue reducida ypublicada después de su suicidio, cuando tenÍa 31 años.También escribió la que puede considerarse la primera novela urbana colombiana. tilulada De sobremesa.

Dentro de los muchos coiombianos que "cometieronversos" por esta época, merecen nombrarse, como veTdaderos poetas, a Bafael Pombo (1833-1912), que recorriótodos los géneros, desde la fábula infantil hasta la poesíametafísica, y a Cuillermo Valencia (1873 1943), quien conla caracteristica actitud de las elites colombianas, combinóel modernismo con un extremo conservadurismo.

La siguiente afirmación del historiador Jaime JaramilloUribe, en su libro La personal¡dad h¡stór¡ca de Colambia y)trcs ensayas, puede tomarse como un balance de la literctura y la cultura colombianas del siglo XIX: "Colombiabjen puede ser llamada el país americano del término me-dio, de la aurea mediocr¡tas . Claro que hubo mucha pro-ducción en diversos campos de la cultura y en diversosgéneros Iiterarios, y, además, obras muy destacadas, co-mo las de Isaacs, Carrasquilla y Silva.

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Durante la Colonia, las artes plásticas neogranadinas noalcanzaron una definición que Ias hiciera comparables, porejemplo, con la llamada 'Escuela quiteña en el sur, o conla pintura mestiza de N,4éxico. No obstante, de esa épocapuede fescatarse una tradición que proviene de la actividad científica, especialmente de la botánica, a partir de laExped¡ción Bolánica de Mutis (1783 1808). lvutis, quienno pintó una sola de las láminas que se elaboraron paradescribir la flora de Bogolá, impulsó la creación de una escuel¿ de dibqjo que terminó dirigiendo el mestizo SalvadorRza (1762 1816), botánico y pintor al igu¿l que Francis-co Javier N4atiz (1763 1851), 'el mejor pintor de floresdel mundo , según Humboldt.

Por la Expedición Botánica pasaron unos 38 pintores.entre ellos un¿ decena de quiteños, los que dejafon más de5.000 láminas de plantas, de las cuales cerc¿ de 2.500 están maravillosamente coloreadas. Este material, más elcorrespondiente a otros campos de la ¿ctividad investiga-tiva de la Expedición, fue trasladado a España en 1816dufante la Reconquista de Morillo. Pero, según algunos,quedó una tradición en la Nueva Cranada que fue recogi-da por los pintores posteriores.

La actividad pictórica de los años que median entre la lndependencia y 1850 estuvo centrad¿ básicamente en laminiatura y el retrato. En ella se destacó una dinastia fa-miliar de pintores, la de los Figueroa: el fundador fue Pedfo José y los continuadores, sus hljos. Sin embargo. laligura más notable de est¿ época fue José N/laría Espinosa(1796-1883), retratista y miniaturista muy prolÍfico quedejó v¿rios retratos del LÍbeftador, célebres en todo elcontinente.

R¿f¿e Pornbo, poeta colombianoautor de numerosas fábu as.

P nlura real zada dur¿nte d Expedic ón tsotán ca

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Por los mismos años em-pezó su trabqjo Ramón Torres Méndez (1809- 1885)'para algunos el pintor másimportante de todo el siglo.Torres Méndez, qulen sehabía iniciado como acuarelista, practicÓ también la

miniatura sobre marfil, eltemple y el Óleo, mostran-do un gran dominio del re-trato, los cuadros religiososy el paisaie. Tradicional-mente se le ha catalogadocomo costumbrista, por larepresentación de temas ca-racterísticamente naclonales" (fiestas, celebraciones,comidas Y trqjes tiPlcos'etc.), pero iguaimente se lepodría ubicar como román-tico por su sentida visiÓndel paisaje. También Por la

, Teledoras de Bucafamang¿, pln¡l l ra\ ^. ( : .me o Teaa.rndel.\ " .

deticada expfesión que alcanzÓ en la acuarela' técnica muy apreclada

por los arTisLas plaslicos pertenecienres a ese mov¡m¡ento'

,Al desarrollo de la acuarela contribuyeron los pintores-vl4ieros que

Dasaron por la Nueva cranada durante estas épocas' como los lngle-

!.r eJ*ito Marck y Joseph Brown, y el médico francés Francois De-

sifé Roulin, entre otros.

En 1850 affanca la Comisión Corográfica (1850-1859)' dirigida

por et geógrafo, caftÓgfafo e ingeniero AgustÍn Codazzi La Comi

iiJn ruñcio"no nueve años, tiempo en el que realizÓ 10 salidas fuera

de Bogota, c¡udad donde tenía su centro, que cubrieron una gran

parte del PaÍs.

En el curso de estas salidas, además del trabaJo propiamente clen

tÍficc, se realizó un importante trabqjo gráfico (bocetos' dibujos.a Iá-

oir. r.ru'alrt. erc.) po'parre de pintores que' segu'r el conrrato

iirmado. deblan represenLar los tipos caracLerisLicos de l¿ poDlaclon

de cada provincia", "los monumentos que se encuentren y oercrmF

nen, los pais4ies notables, curios¡dades naturales y vistas y cortes

geológicos qué les pidan los comisionados"' las plantas y mapas' etc'

Así lo hicieron los pintores de esta empresa: el venezolano ^C"rme-to.pe.n¿noez (1810-1887) ' e l ing lés Henry Pr ice (1819 1.863) y e l

colombiano Manuel MarÍa ?az (1820 1902)' quienes deJaron una

obra grafica muy destacada en su (orljunto V qu."' tgbl! 199-o; -^t"prarañ* un elemento lmporünre en la (onstTuccion de la identloao

del nuevo país.

Ya a finales del siglo XIX pueden cjtarse nombres de pintores co-

mo-Ai¡erto Urdaneia (1845-1887), más importante como djfusor

de ideas e imágenes en sr Papel Per¡ód¡co llustrado y como tunoa-

Já. á. fu Et.r.fu de Crabado: Alfredo Oreñas (1859-1947)' tam-

bién célebre como caricaturista; Epifanio Caray (1849-1903);

Ricardo Acevedo Bernal (1867 1935): y especialmente' franclsco

Antonio Caro (1865-1935), tamb¡én destacado escultor

VocubulorioArrendotorios ( i ' ' ' i5) i l ' l rr i l ! : f r r- i ' i ' r ' i le

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