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Síntesis de la obra Olegario Santana (personaje principal) al despertarse y fumarse su segundo yolanda del día parte rumbo a su trabajo junto a los jotes que siempre lo siguen, en el camino se encuentra con uno de sus compañeros de trabajo que pocas veces lo había visto y este le informa sobre la huelga que realizaran los obreros, su amigo Domingo Domínguez y José Pintor lo convencen para que se haga parte de la huelga, este acepta sin mayor entusiasmo, al pasar los días de tenso ambiente se unen mas obreros de las salitreras con un solo fin que es mejorar sus condiciones laborales, tener un mejor sueldo, educación para sus hijos y una vida más digna, cuando ya son varios los obreros decididos a valer sus derechos comienza la marcha hacia Iquique desde la oficina San Lorenzo, llenos de ilusiones y esperanzas caminan por el desierto junto a mujeres, niños, ancianos, mujeres embarazadas para dar apoyo a sus hombres y hacer presencia, en el transcurso de la caminata ya cansados y con sed, José Pintor se encuentra con una vecina llamada Gregoria Becerra, esta le presenta a sus hijos, uno de ellos se llama Juan de Dios y tiene 12 años y la otra es una muchacha llamada Liria María y tiene 16 años de edad, Liria era una jovencita realmente hermosa que con su mirada enamora perdidamente a Idilio Montaño (un joven amigo y conocido de los personajes ya nombrados que va junto con ellos caminando por el desierto). Gregoria le cuenta a José Pintor q su marido falleció a causa de un accidente en la salitrera por lo cual nadie le pago la indemnización y esta enfada por la injusticia decide unirse a la huelga. En el camino por pleno desierto con un calor sofocante, todos los huelguistas se encuentran ya en malas condiciones de salud, con sus pies destruidos y deshidratados, pero es aquí donde surgieron amistades, un compañerismo que nadie pensó que tendrían el uno por el otro, tuvieron mujeres que parieron a sus hijos en pleno desierto, se produjeron muertes a bebes recién nacidos, pero también nació el amor entre Liria e Idilio, ellos tienen una historia de amor sana e inocente los cuales se enamoran profundamente. Los huelguistas llegan a su destino pero nunca imaginaron que algo tan aterrador los esperaba, los intentes les ofrecieron ciertos lugares donde se podían alojar pero solo aceptaron la propuesta de quedarse en la escuela Santa María, en el transcurso de los días Olegario siente atracción por Gregoria ya que esta era una mujer matrona, luchadora y con una fuerza interior grandísima pero entre ellos solo existen miradas y conversaciones de darle luces que sienten lo mismo. Los huelguistas y los intendentes no logran llegar a ni un acuerdo por lo que las tensiones se ponen más desalentadoras para los huelguistas q pese a todo y pase lo que pase no echaran pie atrás con esto, para mala suerte de los obreros el comandante en jefe, general de brigada Roberto Silva Renard, llevaba el decreto firmado por el intendente dándole el si a los militares para que usaran sus armas en contra de los obreros, al enterarse de esto la viuda Gregoria le dice a Idilio que se lleve a su hija a laPLAYA para que no sufra ni un tipo de peligro en la escuela, en cambio ella se quedaría con su hijo Juan de Dios.

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Síntesis de la obraOlegario Santana (personaje principal) al despertarse y fumarse su segundo yolanda del día parte rumbo a su trabajo junto a los jotes que siempre lo siguen, en el camino se encuentra con uno de sus compañeros de trabajo que pocas veces lo había visto y este le informa sobre la huelga que realizaran los obreros, su amigo Domingo Domínguez y José Pintor lo convencen para que se haga parte de la huelga, este acepta sin mayor entusiasmo, al pasar los días de tenso ambiente se unen mas obreros de las salitreras con un solo fin que es mejorar sus condiciones laborales, tener un mejor sueldo, educación para sus hijos y una vida más digna, cuando ya son varios los obreros decididos a valer sus derechos comienza la marcha hacia Iquique desde la oficina San Lorenzo, llenos de ilusiones y esperanzas caminan por el desierto junto a mujeres, niños, ancianos, mujeres embarazadas para dar apoyo a sus hombres y hacer presencia, en el transcurso de la caminata ya cansados y con sed, José Pintor se encuentra con una vecina llamada Gregoria Becerra, esta le presenta a sus hijos, uno de ellos se llama Juan de Dios y tiene 12 años y la otra es una muchacha llamada Liria María y tiene 16 años de edad, Liria era una jovencita realmente hermosa que con su mirada enamora perdidamente a Idilio Montaño (un joven amigo y conocido de los personajes ya nombrados que va junto con ellos caminando por el desierto). Gregoria le cuenta a José Pintor q su marido falleció a causa de un accidente en la salitrera por lo cual nadie le pago la indemnización y esta enfada por la injusticia decide unirse a la huelga. En el camino por pleno desierto con un calor sofocante, todos los huelguistas se encuentran ya en malas condiciones de salud, con sus pies destruidos y deshidratados, pero es aquí donde surgieron amistades, un compañerismo que nadie pensó que tendrían el uno por el otro, tuvieron mujeres que parieron a sus hijos en pleno desierto, se produjeron muertes a bebes recién nacidos, pero también nació el amor entre Liria e Idilio, ellos tienen una historia de amor sana e inocente los cuales se enamoran profundamente. Los huelguistas llegan a su destino pero nunca imaginaron que algo tan aterrador los esperaba, los intentes les ofrecieron ciertos lugares donde se podían alojar pero solo aceptaron la propuesta de quedarse en la escuela Santa María, en el transcurso de los días Olegario siente atracción por Gregoria ya que esta era una mujer matrona, luchadora y con una fuerza interior grandísima pero entre ellos solo existen miradas y conversaciones de darle luces que sienten lo mismo. Los huelguistas y los intendentes no logran llegar a ni un acuerdo por lo que las tensiones se ponen más desalentadoras para los huelguistas q pese a todo y pase lo que pase no echaran pie atrás con esto, para mala suerte de los obreros el comandante en jefe, general de brigada Roberto Silva Renard, llevaba el decreto firmado por el intendente dándole el si a los militares para que usaran sus armas en contra de los obreros, al enterarse de esto la viuda Gregoria le dice a Idilio que se lleve a su hija a laPLAYA  para que no sufra ni un tipo de peligro en la escuela, en cambio ella se quedaría con su hijo Juan de Dios.Todos nerviosos por lo que sucedería se encuentran refugiados en la escuela, cuando ya eran casi las cuatro de la tarde los militares se presentan rodeando la escuela con ametralladoras, y dan inicio a la matanza, comienzan a caer los primeros muertos, ensangrentados y gritando de dolor, los militares no se apiadan de tal sufrimiento y siguen ametrallando a los huelguistas, dándole muerte a miles de hombre, mujeres, y niños, entre ellos muere su amigo José Pintor, Olegrio logra sobrevivir contra un balazo que le propino el hombro, tratando de escapar y buscar entre la gente a su querida Gregria la encuentra corriendo tratando de salvar su vida y la de su pequeño hijo, Olegario le grita para que ella lo escuche y corran juntos y poder prestarle auxilio, pero esta la momento de voltear su cabeza y mirar a Olegario le llega las ultimas balas de la ametralladora dándole muerte a ella y a Juan de Dios frente a sus ojos, con un dolor inexplicable Olegario se acerca al cuerpo de ella y le acarea su mejilla. A pocos minutos de esta matanza Olegario busca a Idilio y a Liria para darles la noticia de la muerte de su madre y hermano, caminando entre miles de

cuerpos muertos se encuentra con Idilio y se dan un abrazo muy fuerte, y le pregunta donde esta Liria , el responde que en casa de una familia que solían prestarle el baño a ella y a su madre, los dos juntos se dirigen hacia aquella casa, en cuanto Olegario ve a Liria la abraza y llama a Idilio para darles dinero ya que quedaron solos y se irían a Talca a vivir y casarse. Olegario vuelve junto con mas obreros sobrevivientes entre ellos su amigo Domingo Domínguez a su trabajo. Por la lucha de obreros que su única intención era ser escuchados, quedara en el recuerdo y contada por el mundo entero que esta matanza perpetrada un 21 de diciembre de 1907,en los recintos de la escuela santa María de la ciudad de Iquique, fue la más infame atrocidad que recuerde la historia del proletariado universal.AmbienteEspacio Físico: el relato surge en gran cantidad en la caminata por el desierto donde el calor es abundante, también tiene gran importancia la escuela donde se encuentranALOJADOS  los huelguitas , es una escuela sencilla y es ahí donde son asesinados los trabajadores.Espacio social: es un espacio humilde, donde todos buscan lo mismo sin diferencias entre los trabajadores, los huelguistas no tienen muchos recursos ya que son de clase baja. Los que marcan la diferencia con los huelguistas son los militares e intendentes por el hecho de tener el poder sobre los obreros.Tiempo referencial histórico: El relato surge en el año 1907 donde en este año el hecho mas relevante es la matanza de la escuela Santa María.Tiempo del relato: la historia del relato sigue en 11dias.Personaje Principal.- Olegario Santana: es un hombre de 57 años de edad, soltero, al comienzo es un hombre catalogado de huraño y de pocas palabras, no muy sociable y de pocos amigos, cabe destacar que es muy bueno para la nicotina. Con el transcurso de la historia tiene un cambio de manera positiva ya que se convierte en un hombre confiable de buenas intenciones, se considera un hombre entero por sus experiencias vividas, por el hecho de haber conocido a una mujer como el soñaba y solidario con quienes más lo necesitan.Personajes Secundarios.- Domingo Domínguez: es un hombre de 52 años de edad, de aspecto delgado y pálido, tiene bigotes canosos y es soltero. Es uno de los pocos amigos de Olegario Santana, es un hombre que le gusta sonreír. Junto con Olegario viven la caminata por el desierto y la cruel matanza de la escuela.-José Pintor: es amigo de los personajes ya nombrados, se destaca por siempre masticar un palito de fósforo, a lo largo de la historia siente atracción por Gregoria Becerra, al final de la obra muere ametrallado por los militares.Gregoria Becerra: vecina de José Pintor, es una mujer viuda, muy luchadora, matrona y con una fuerza interior muy grande, Olegario y José gustan de ella, al final de la obra también muere por las balas.Juan de Dios: es un niño de 12 años, hijo de Gregoria,le gustaba alejarse del resto de los huelguistas por lo que solía perderse, este niño muere junto a su madre.Liria María: es una jovencita de 16 años, hija de Gregoria, es hermosa de ojos claros y piel blanca algo que es raro en la pampa, tiene una historia de amor con Idilio, es una de los personajes que logra sobrevivir.Idilio Montaño: es un joven herrametero de rostro aindiado y aspecto lánguido, es volantiniro profesional y tiene una historia de amor con Liria y sobrevive a la matanza.

Acontecimientos más relevantes.

Un acontecimiento importante es el amor inmenso que nace entre Liria e Idilio que finalmente sobreviven y deciden irse a vivir a Talca y casarse..Acontecimientos más relevantes son por sobre todas las cosas la fuerza con que los huelguistas decidieron luchar por sus derechos ya que querían tener una mejor calidad de vida para ellos pero en especial para sus familias, donde solo deseaban ser escuchados y se sacrificaron caminando por el desierto para llegar a la escuela Santa María fue allí donde el destino les jugo una mala pasada dándoles muerte a miles de personas en manos de un asesinato completamente injusto entre ellos José Pintor, Gregoria Becerra, Juan de Dios.

Tipo de narrador: narrador omnisciente.Publicado por Santa María de las Flores Negrasen 4:34

Santa María de las Flores Negras

Dividido en tres partes, la acción comienza en una oficina calichera del norte chileno.

Surgen los protagonistas que van a sostener el relato: el romance de Idilio Montaño y

Liria María, el personaje central Olegario Santana y sus dos jotes en el techo de su

miserable cabaña, Domingo Domínguez y José Pintor, cada uno con su acabada

caracterización, las nobles prostitutas, la valiente y fuerte Gregoria Becerra y su hijo

Juan de Dios, además de un extenso friso que dibuja a los pampinos, el Iquique de

entonces, la vida sufriente de los hombres que trabajan el salitre y por supuesto, el

reverso de la medalla: los administradores sin conciencia, las autoridades ineficaces y

temerosas del gran capital, y, arriba, en la pirámide, los gringos dueños de las minas:

duros, lejanos e inescrupulosos.

La acción se desenvuelve en tres partes, siendo la última la más terrible y honda.

Incuestionablemente el alma cristiana, especialmente los de espíritu sensible, debiera

estremecerse frente a tanta bajeza y crueldad. Es inevitable. No imagina que pueda

haber existido. Se rehúsa a aceptarlo. Pero la realidad es más dura y al final los

acontecimientos caen por su propio peso. Poco a poco la historiografía de este país

ha ido develando sus secretos mejor guardados y todo aquello que se nos presentaba

como verdades absolutas, hoy están seriamente cuestionadas.

Este libro descorre la cortina sobre un hecho luctuoso que ennegrece nuestro

pretérito.

II. NOVELA E HISTORIA

La obra de Rivera Letelier, que se puede incluir en la serie "Nueva novela histórica hispanoamericana", pues se nutre y crece paralela, en un diálogo intelectual polémico, a la aún historia oficial pero que, evidentemente, se instala en la multiplicidad, elabora la traición, propone la esperanza y acepta el requiebro del sur como espacio del sueño.

De este modo, Santa María de las flores negras participa de los rasgos que Fernando Aínsa (1986) ha establecido para la nueva novela histórica hispanoamericana: Efectúa una relectura de la historia basada en un historicis-mo crítico: impugna de la legitimidad de las visiones oficiales de la historia de la que hace una relectura ficcional histórica, es decir, propone acercarse a la verdad de la historia a través de la ficción. Propone, así, la multiplicidad de perspectivas que permite múltiples variaciones históricas y elimina la distancia épica adoptando una postura desmitificadora, estableciendo un distanciamiento deliberado de la historiografía oficial. (Señoras y señores, venimos a contar aquello que la historia no quiere recordar). En este mismo aspecto, superpone una variedad de tiempos históricos al tiempo que trabaja con una historicidad textual documentada para producir una lectura distanciada, "pesadillesca" o acrónica reflejada en una escritura paródica donde la historia oficial es replicada por una pluralidad de voces y formas del lenguaje: poemas, dichos, arengas, discursos, arcaísmos5.

Ahora bien, la hipérbole de la muerte ha sido expuesta por la historia concebida como relato objetivo de unos hechos que concluyen con la muerte de la mayoría de los obreros, mujeres, ancianos y niños que en cantidad de cinco mil ocupaban la escuela, la carpa de un circo y la Plaza Montt en Iquique. Pero, ¿qué historias fueron frustradas?, ¿qué sobrevivió?, ¿qué relatan las almas de estos muertos tan presentes en nuestra memoria colectiva?, ¿qué se les cruzaría por la mente a ellos, pero también al intendente de Tarapacá, al general Silva Renard para que tomara la decisión de disparar?; ¿qué pensaba José Brigg para negarse a claudicar o Arturo del Río, primer alcalde de Iquique y director del diario La Patria, que envía a su familia a mejor resguardo de los buques de guerra (...)?

¿Qué pensarían en su instante clave los salitreros de la Asociación Salitrera de Propaganda? ¿Qué les vendría a la mente a los soldados del O'Higgins, del Carampangue, del Granaderos, de la artillería de la costa, del Zenteno y de la Esmeralda? Pero, principalmente, ¿cuáles serían los sentimientos de los obreros que en una cantidad de cinco mil ocupaban la escuela, la carpa del circo Zobarán y la Plaza Montt en esos segundos previos y antes del viaje? (VV.AA., 1998: 9).

De eso nos habla y a ello responde, con imaginación posibilitadora, la verdad novelesca de Santa María de las flores negras que, al dar vida y voz a las otras historias a través de las cuales se va componiendo un tejido, permite imaginar y comprender por qué lo ocurrido es fracaso y triunfo a un mismo tiempo y por qué todo(s) está(n) aún tan vivo(s). Santa María de las flores negras diseña, así, un espacio dominado por la muerte, pero seducido por la vida, trabaja con el principio de laMOVILIDAD , que replantea uno de los problemas de la novela contemporánea y su idea de una realidad en esencia inaprensible con los códigos convencionales del relato.

III. PANÓPTICO, DESEO Y TRAICIÓN EN SANTA MARÍA DE LAS FLORES NEGRAS

En su artículo "Novela y poder. El panóptico. La ciudad apestada. El lugar de la confesión" (2004: 47), Mario Rodríguez observa cómo la novela realista, específicamente la de aprendizaje, equivale en el plano ficticio a un dispositivo disciplinario semejante al panóptico descrito por Bentham (1979). Si arquitectónicamente el panóptico da cuenta de la estructura del narrador, "cartográficamente" ella -la novela realista- se acerca a la forma a la que habría que añadir (médicamente) el calificativo de ciudad enferma. El poder retícula a la ciudad-novela como si estuviera apestada, toda ella atravesada por la jerarquía, la diferencia, la vigilancia, la escritura6.

La relación con la peste, la ficción del carnaval, la fiesta perturban al narrador panóptico, quien se siente atraído por ese deseo transgresor y, discursivamente, deviene un "animal de confesión". En consecuencia, la novela ha sido una instancia más del orden disciplinario, aquel en que los sujetos deben ser vigilados, castigados y corregidos. En ella los roles están claramente definidos: el gran vigilante es el narrador, ente omnisciente que se oculta en las sombras y dispone de una visión panorámica de lo que está iluminado por el foco lumínico de la omnisciencia que sólo él posee y con el que ejerce un poder regulador, esquemático e inamovible. Esta concepción del orden literario es rota por la novela posvanguardista que se erige como el "espacio de la desintegración en el ámbito de la ficción literaria del orden panóptico". Para entenderlo hay que huir de las "buenas lecturas" y es necesario encontrarse con la multiplicidad de voces, límites y resistencias ofrecidas por las "malas lecturas", aquellas que no respetan los sentidos convencionales. Escapar de las trampas del panoptismo y realizar otras aproximaciones nos permite observar la incompatibilidad entre el antiguo orden narrativo y los nuevos esquemas novelescos, que realizan una progresiva subversión de los mecanismos disciplinarios, confesionales y cerrados.

Lo anterior resulta evidente en la novela de Rivera Letelier, en la que se reescribe, amplifica y da espesor al relato de lo ocurrido en Iquique. Santa María de las flores negras forma parte y completa un ciclo novelesco que crea el imaginario del salitre "y que, aquí, reconstruye, con notable maestría, uno de los hechos más traumáticos de la historia chilena".

En una primera aproximación, la novela muestra una exacerbación de la muerte: la sangre, los cadáveres llenan el espacio: hay jotes, suicidas, zonas desiertas y ominosas, matanzas. La violencia inunda el texto y la dama negra está en todos lados y nada parece escapársele. El relato resulta casi la escenificación de un ritual mortuorio en el cual los protagonistas, que recorren un tortuoso camino para reclamar sus derechos, acuden a sus propias exequias, después de velar y ser velados en una escuela que debió, como su nombre lo dice, ser protectora y maternal. Sin embargo, entre las abundantes reclamaciones y figuraciones de la muerte que se incluyen, quizá la más intensiva sea la personificación de ella en Olegario Santana, "El Jote". Este personaje y narrador protagónico de especiales características, fronterizo y anomal, es la imagen viva de la muerte y su corte de jotes el augurio constante de la misma: "Sobre el techo de la casa, recortados contra la luz del amanecer, los jotes semejan un par de viejitos acurrucados, vestidos de frac y con las manos en los bolsillos". Los jotes, en contigüidad con su "amo", estáticos como figuras de veletas, y nimbados por un vaho de podredumbre parecen dormir hondamente uno junto al otro (...) "Olegario Santana tenía ropa negra y nariz ganchuda, por eso le llamaban 'El Jote'" (Rivera Letelier, 2005: 9-13). No obstante, otros signos van evidenciando que la novela no es sólo un instrumento del proyecto disciplinario, ni un relato de pura muerte, sino asimismo un espacio de subversión de ese mismo intento y en el cual también resplandece la vida.

Estamos hablando de la aparición de un relato fantástico/utópico o poético que libera estéticamente aquello que es reprimido por la zona realista o historia tradicional. Hablamos de la creación de "ciudades ausentes" en las que, sin reprimir lo múltiple, se escribe por el "pueblo que falta"; se consigue la invención de un héroe traidor, de la contraciudad y se exhibe la presencia del amor en tiempos de ira. Centrándonos en el nivel narrativo, observamos que cuando se inicia el discurso, quien narra conoce cada uno de los aspectos del universo literario en el cual participa, se trata de un ente que anticipa el destino del relato y los sucesos, situándose en un lugar privilegiado para "vigilar" y relatar, tanto desde arriba como desde el interior de las acciones. Es un pequeño dios que todo lo sabe; pero, casi, al mismo tiempo, se incluye un plural afectivo cuando utiliza el "nosotros" para referirse a los huelguistas. El narrador

omnisciente-actor vigilante no se muestra, permanece en la oscuridad, pero proyecta luz hacia cada espacio al que dirige su mirada: atraviesa los cuerpos hasta llegar a lo más íntimo de los individuos que observa para reconocer, anticipar y visar sus deseos y actos; parece, asimismo, mártir de su propio saber, según el cual todo será muerte y sepultura. Sin embargo, al cumplirse el desenlace de los acontecimientos, ese que había custodiado, con la distancia del saber, se muestra como uno más de los sacrificados y sabemos que habla desde un lugar imposible, ya abierto por Juan Rulfo, desde la tumba. Ha estado en la sombra; pero clamando por reivindicación y quiere que su voz salga a la luz como uno de los protagonistas de los hechos, traicionando su rol, su equidistancia y su voyeurismo para subvertir el orden panóptico del cual es el centro. Ha ocurrido la empatía, el amor, la "conversión" y la compasión de la que también Rivera Letelier tiene ejemplos en su tradición literaria.

El narrador, devenido traidor de su orden, ha dado pistas de su ubicación, ha dejado entrever que su espacio es el de la muerte y desde ella empieza su relato. El primer fragmento de la novela muestra la soledad de la pampa y del hombre acompañado por un par de jotes que ha criado y alimentado. Esta rara figura de la muerte parece ser quien dirige la mirada del narrador, puesto que el "vigilante" sólo muestra aquello que es enfocado por la mirada del "Jote", que lo fascina y a quien sigue, apartándose sólo en aquellos momentos en que irrumpe la vida para finalmente situarse en el mismo espacio de la muerte. Es en este lugar en donde de verdad parece ocurrir la narración cuyo origen se ha enmascarado: el narrador está muerto y es la muerte misma la que lo guía y le ha permitido todo saber... incluso el que habla por la vida. No es simple coincidencia que, de manera similar al del narrador panóptico, el Jote siempre estuviese bajo la sombra de su negro sombrero y oculto en la oscuridad de su paletó negro del que, por una parte, saca el dinero, que permite la huida de la ciudad apestada, panóptica y mortífera y, por otra, ocurre la fuga narrativa:

- Esto es para que se embarquen hacia el sur -les dice. Los jóvenes lo miran incrédulos. -Son los ahorros de todos mis años en la pampa. Creo que con esto les alcanza también para comprarse una parcelita. Al ver las lágrimas en los ojos de los jóvenes y sentir la propia emoción atragantándolo por dentro, el calichero se refugia en una de sus escasas salidas de humor. -Ahora ya saben por qué no me quitaba el palo ni para dormir -dice mostrando sus dientes nicotinosos. -Pero ese dinero significa el esfuerzo de toda su vida -le reprocha sollozando Liria María.-Ustedes lo necesitan más que yo -dice Olegario Santana-. En realidad no sé para qué diantres estaba ahorrando tanto, si ya me quedan pocas vueltas en la carretilla. Además, como diría seguramente la abuela sabionda del jovencito aquí presente, "La mortaja no lleva bolsillos" (Rivera Letelier, 2005: 251).

El narrador vigilante que circula en la novela no es la única figura del poder que intenta silenciar lo que para el orden del poder es indecible. Esta función también se evidencia en las instituciones que al interior del relato se encarga de mantener y resguardar el esquema social disciplinario: el Estado de Chile, el ejército, los patrones y empresarios, los dirigentes gremiales, los periódicos. Ellos instauran y sostienen el orden que gravita sobre los cuerpos y almas del proletariado. "Los vigilados" se ven traicionados por aquellos que creían sus protectores. El Estado y el ejército se han tornado traidores en la conciencia de la gente; sin embargo, la traición cometida en contra de su propio pueblo representa, según la ideología propia, sólo una parte más de sus funciones, es su obligación. Con la matanza se busca (castigar) eliminar el germen de la rebelión y

de la expansión de la peste. Al abrir fuego en contra de los suyos, los soldados simplemente están (disciplinando) castigando a aquellos cuyos cuerpos han dejado de ser "dóciles" y que de observados han devenido observadores y transgresores de la zona de sombra.

Es entonces cuando la figura del "traidor", a través de múltiples facetas, se erige como un tópico fundamental de esta novela, en protagonista del juego de traiciones que se evidencia al interior de la obra y que "contagia" cada estrato de la narración, alcanzando su máxima expresión en la imagen del "traidor" devenido héroe novelesco. Ese ser que, desoyendo su propia naturaleza, rechaza el cumplimiento de su misión, alterando y destruyendo el normal funcionamiento de los mecanismos disciplinarios que componen el texto en su nivel narrativo.

Otra muestra de la fractura del papel tradicional del narrador se evidencia en la progresiva fascinación que producen en él aquellos que deben ser vigilados. Así se hace cómplice de sus actividades, pronto no sólo las observa, sino que parece compartirlas y disfrutar con ellas. De pronosticar sólo desastre y muerte, de formular advertencias, pasa a liberarlos; deja que Olegario se inunde de amor y vida y, poco a poco, su mirada no esquiva las ventanas utópicas, sino que colabora para que se mantengan por más tiempo abiertas, dedicándoles un espacio cada vez mayor en su narración. El "Jote" se deja seducir por la esperanza y su presencia en esta zona es cada vez más notoria. Del mismo modo, la mirada del narrador se va extraviando, la causa del traidor lo fascina y consigue apartarlo de su rol de vigilante omnisciente. Sus imágenes ahora se entrecortan y debe hacer grandes esfuerzos por volver a su objetivo (los vigilados). Es que Olegario gobierna su visión y la traición del Jote se ha vuelto también la suya. El narrador reniega (al igual que su héroe) de la muerte y, entonces, la única instancia de castigo posible se ve así traicionada y el ordenamiento panóptico, superado. Esta transgresión también queda expuesta en el esfuerzo del narrador por preservar la naturaleza del lenguaje típico del obrero salitrero, la jerga del pueblo, transformándose en una instancia de fuga pues contiene la identidad del proletariado y representa un espacio libre en el que la mirada inquisidora del amo aún no ha penetrado. El cronista no reprime la mezcla de voces, más bien la alienta, confundiendo su lenguaje con el de los vigilados, con el habla de la pampa, de la bohemia popular, de los extranjeros, de lo reprimido que busca la liberación

El relato deja abiertas diversas "zonas de fuga", que se acrecientan a medida que se avanza en la narración. El lenguaje del pueblo, cada más representado, es apenas un ejemplo de ello; los deseos y saberes vigilados se abren paso aprovechando los continuos, y cada vez mayores, extravíos del narrador. Otro ejemplo de esta liberación es el lugar predominante que ocupan los "espacios de placer" en esta novela, en la que el prostíbulo ayuda a desatar los saberes ocultos y en la que se explícita que el placer sexual engendra vida, y saber. El narrador se sirve del espacio del prostíbulo para hablar de eso otro que la sociedad disciplinaria prohíbe abiertamente: el sexo. Mediante el estudio y la exposición del erotismo de los cuerpos (no) disciplinados se pretende buscar la verdad. Por otra parte, el hecho de que "lo indecible" sea liberado por el relato novelesco es resultado de la aplicación del propio orden panóptico, dado que éste trabaja con los detalles más íntimos de la vida cotidiana de los individuos vigilados, provocando así una paradoja, en el sentido de que la obra se vuelve al mismo tiempo un dispositivo de aplicación y una instancia de resistencia al poder disciplinario. En un nivel se explicita la intimidad de la vida de los obreros y sus familias, mediante la exposición del contenido de los libros de "registro" y en otro se propicia la liberación estética de lo reprimido, dando cabida a aquello que no debe mostrarse. En su afán por exponer los detalles registrados, el narrador se ve envuelto en las trampas de la exposición panóptica que lo lleva a observar y exponer aspectos prohibidos por su propio esquema: Por ejemplo, la ficción de la fiesta y el carnaval, al

representar explosiones de vida, resisten a la muerte y la bohemia de los bares, el circo, los prostíbulos, representan espacios de liberación para el pueblo para el que sólo existen el orden del trabajo y la obediencia.

Se hace presente además un espacio que no existe, un lugar que no está: la "ciudad ausente", el lugar de la utopía, territorio creado por y para los trabajadores de la pampa. Ellos, los vigilados, constituyen un pueblo lleno de ausencias, compuesto por exiliados y raptados, inmigrantes, gente de ilusiones rotas que busca el abrigo de una quimera que estaría en el anhelado sur, la verde tierra de sus sueños. En el universo ficticio del cine y sus paisajes idílicos existe el verde valle donde la felicidad es posible. Es el país multiétnico, es el sueño en el que bolivianos, peruanos y chilenos viven ajenos al rencor de la reciente guerra fratricida que envolvió a sus nacionales donde sus voces se mezclan, originando un relato multiforme, ajeno a toda represión.

También, desde otra perspectiva, esta novela puede considerarse como un muestrario vivo del funcionamiento del poder disciplinario al exponer cartográficamente que, tanto en la "ciudad apestada" como en los campamentos salitreros de la pampa, rigen las reglas explicadas por Foucault para vigilar y castigar. Estos poblados, fundados por las empresas como aldeas mineras, se organizan en torno al (libro de) registro, el archivo y la anotación; los 'apestados' pueden ocupar sólo el espacio designado y sus vidas eran custodiadas mediante el más estricto sistema de vigilancia. De la misma forma, las autoridades políticas quieren que se aprecie a la ciudad de Iquique, contagiada por la masa de trabajadores enfermos, venidos desde el interior del desierto. Los huelguistas son tratados como entes repulsivos, infectos, con los que no se debe mantener contacto pues representan una amenaza letal para la población sana de la ciudad. El recinto de la escuela también se organiza mediante esta configuración. Se trata siempre de instituir forzosamente un orden donde cada individuo ocupa un lugar susceptible de ser vigilado, de controlar su "ruin" deseo de justicia. El efecto de este dispositivo de control es el amontonamiento de los cuerpos infectados con el fin de evitar, a toda costa, el contagio de la peste maléfica a la población sana.

El traidor, como ya señalamos, es una figura esencial de esta novela y, fundamentalmente, se trata del sujeto que ha rechazado su propia condición disciplinaria para ceder espacios a otros. Olegario Santana, ser lúgubre, casi siniestro, representa para el universo del autor la personificación misma de la muerte, pues cada detalle lo asemeja al encapuchado cuyos dedos descarnados manejan la guadaña; es la parca, el Caronte, que acompaña a los caídos hasta su última morada y el encargado, en fin, de llevar a los huelguistas al lugar del sacrificio, para asegurar así el alimento de los jotes del averno. Sin embargo, finalmente es él quien se sacrifica, traicionando su rol, su deber de parca, para instalarse al lado de la vida. Esta traición es motivada, entre otras cosas, por el influjo del amor por Gregoria Becerra. Este sentimiento provocado por la mujer y nuevo para su frío corazón, lo lleva a atentar contra su propia identidad. Así resulta que sin su sacrificio, su traición y su devenir no podrían llegar a romperse las murallas del orden panóptico imperante que considera la muerte como la instancia suprema de la disciplina. La traición del Jote viene a demostrar que en la muerte también es posible encontrar la victoria y que la oscuridad de la tumba es un abrigo seguro a la mirada del gran vigilante. Desde allí las voces no pueden ser acalladas. Olegario Santana debe, por lo tanto, traicionarse a sí mismo, sacrificarse ante la vida, para ceder su lugar al narrador devenido traidor, quien se ha hecho cómplice de la vida para lograr sus objetivos.

Gestualmente, el "Jote Olegario" demuestra que se ha entregado al otro bando al ceder su sombrero para cubrir y proteger al líder de la huelga que ha quedado descubierto ante la luz y el peligro. Después, se quita su "paletó negro" y, como hemos recordado,

entrega todo el dinero que en él escondía a la joven pareja que representa la esperanza y que acaba de conocer el amor en medio del sufrimiento y la pérdida.

El sacrificio de Olegario, "El Jote", representa el tópico de la muerte fecunda del héroe, pero de maneraINVERTIDA . De un lado están los trabajadores que sucumben para reivindicar y salvar al proletariado universal; del otro, Olegario, cuya muerte simbólica es irse hacia el lugar de la vida. El sabe que para ganar la lucha es necesario morir, pero su sacrificio consiste en elegir la vida, hecho paradójico y profundamente simbólico y que lo lleva a devenir anti-héroe o héroe-traidor en todos los sentidos. Nunca será considerado mártir, máxima figura heroica en nuestra cultura, sino un traidor, un ausente. Este es elREGALO  que entrega a los inmolados de Santa María. Esa es su traición, su sacrificio por la reivindicación del pueblo oprimido.

Los personajes de la novela parecen estar en todo momento presos del panoptismo: el desierto, las distintas oficinas salitreras, la ciudad de Iquique y, finalmente, la escuela articulan desde afuera hacia adentro la serie de anillos superpuestos que constituyen una arquitectura disciplinaria. Frente a este ominoso dispositivo de vigilancia y castigo existen contrafiguras tales como "la ciudad ausente", el mundo ficticio y anhelado del cine mexicano, la bohemia de las ciudades fantasmas del norte desértico, quizás la propia oficina salitrera con sus arrebatos carnavalescos, en algún momento incluso lo ha sido Iquique, mediante sus lugares de placer (el circo, los prostíbulos). Estos espacios son verdaderas zonas de resistencia, espacios de libre flujo del "deseo" de rebelión y reivindicación en los que proliferan lo que Gilberto Triviños (2006), lector de Baudrillard, llama testimonios de la indestructibilidad del deseo. El deseo perturbador de justicia o libertad es, por una parte, lo que siempre está reprimido, pero, por otra, lo que es indestructible y puede ser actualizado siempre.

Existe otro aspecto de la novela en el que se puede ver con nitidez cómo van quedando abiertas ciertas ventanas utópicas a través de las cuales la muerte no es vista como una figura nefasta. Así, por ejemplo, el cariño que nace entre Gregoria Becerra y Olegario Santana revela que hasta en la muerte existe amor y que, aun después de muertos, los amantes continúan entregándolo: utopía o cursilería folletinesca, según se lo quiera, y la muerte es el sacrificio extremo que se realiza por amor. Gregoria Becerra: "Siente con Olegario Santana lo que sentía cuando su marido estaba vivo". Por otro lado, en la escena en que Idilio Montaño y Liria María -quienes en medio del conflicto inician un romance- consuman su sentimiento amoroso, el narrador dice: "Ella llora de amor. Él parece morir de felicidad" (Rivera Letelier, 2005: 228). Nuevamente vida, muerte y amor no son instancias opuestas en la novela de Rivera Letelier: unas y otras constituyen la misma fuerza generadora de triunfo, el espacio de los anhelos, la esperanza de una vida justa. Los huelguistas que aguardan la muerte "con el ánimo exaltado y dispuestos al sacrificio más extremo" (Rivera Letelier, 2005: 209) declaran por ello que están dispuestos a morir en la lucha si es necesario.

El sacrificio de la niña Pastoriza del Carmen, narrado desde las palabras de Idilio Montaño, es relevante en este sentido:

murió la niña pastoriza [...] ella fue una de las personas que murieron aquí... simplemente dejó de respirar y se murió [...] yo creo que no quiso vivir nomás [... ] hoy en la mañana la acabamos de sepultar, envuelta en su capita de virgen y con su corona de cartón dorado (Rivera Letelier, 2005: 250).

Esta muerte representa el sacrificio de la inocente. La pequeña criatura no sólo acepta morir, sino que ella misma se ofrece en sacrificio, sin necesitar de expiación. Pero su

voz no será escuchada, sus reclamos no existen, porque Cristo no murió para conseguir reivindicación, él se elevó de entre los muertos, afirmando que en medio de la muerte existe la vida. La muerte de los obreros masacrados por su clamor de justicia, los hace indestructibles. Sus voces ya no son ecos remotos, inaudibles, sino gritos de esperanza convertidos en memoria imborrable de un pueblo que sólo parece muerto.

[...] sabemos que nuestra muerte no será del todo inútil [...] el mundo entero sabrá que esta matanza perpetrada un 21 de diciembre de 1907, en los recintos de la escuela Santa María de la ciudad de Iquique, fue la más infame atrocidad que recuerde la historia del proletariado universal (Rivera Letelier, 2005: 254).

La misteriosa figura de "el buitre", sobrenombre tomado del ave que siempre ha estado cargada de un aura siniestra, al tratarse de criaturas devoradoras de cadáveres, evoca una muerte grotesca, sórdida y representa fatalidad; sin embargo, se sabe que estas aves no siempre son consideradas mensajeras de mortandad. En los albores de la humanidad civilizaciones tan influyentes como la egipcia veneraban a los buitres, considerándolos símbolos de fertilidad; en el antiguo Egipto son identificados con la diosa Mut, madre del dios Joshu, a la vez que del rey (Faraón) y de la tierra, la esposa de Amón. Asimismo, durante el período de la reunificación, se le identificó con la diosa Nejbet, patrona del Alto Egipto (la de la corona blanca, deidad de la vida y la fertilidad).

La identificación del buitre o Jote con la naturaleza femenina y los principios generadores de vida parecen no escapar al entendimiento del autor quien, en obras anteriores, evoca la presencia de la "Diosa Madre" y su representante en la Tierra, "la Prostituta Sagrada". Son las meretrices del desierto, cuya función es brindar el "ánima" (vida) al mundo. Se elimina así la noción de "prostituta profana", elevando a la categoría de divinidad sostenedora y primordial a cada una de las meretrices. La prostituta sagrada, encarnada ejemplarmente por Yolanda, representa el "pueblo que ríe" que resiste en Santa María de las flores negras. Ella es la que otorga vida a un espacio infernalmente muerto. Es María Magdalena, la diosa madre, la diosa que ríe, el espíritu del pueblo, la encarnación de la diosa creadora.

La reivindicación del erotismo femenino, que limpia la sexualidad de su aura negativa y sucia (la prostituta profana), tiene así una importancia fundamental en la lectura de la novela de Rivera Letelier como texto que emancipa del dispositivo panóptico y represor implacable de la "ruin imaginación" del deseo de justicia de los vigilados, de su exigencia de vida en un espacio de superabundancia de muerte.

Existe además un rasgo que potencia el aspecto sagrado que adquiere la prostitución en esta obra. Nos referimos al tópico de la "hierogamia". La unión sagrada entre seres divinos, en el caso de Santa María de las flores negras, es la relación, más espiritual que corporal, entre Olegario Santana, personificación de la Muerte, y Yolanda, la Prostituta Sagrada.

En relación a la imagen femenina de la divinidad elaborada novelescamente, cabe mencionar que Yolanda es el ingrediente esencial para el triunfo de la reivindicación. Ella es, junto a Gregoria, la figura de la madre, esa que lleva a Olegario a traicionar su rol. Yolanda y Gregoria son entonces la misma diosa creadora, figuras de la fertilidad, que hacen posible la vida aun en medio de la muerte. Su misión es mantener vivo el espíritu del pueblo, a través de su erotismo y sensualidad, de sus consejos y cuidados. "Flores negras para / la vida y el ánima" (Qualls-Corbet, 1990: 25).

Es preciso mencionar, asimismo, que el elemento sublime como el grotesco conviven de manera armónica en esta dimensión planteada por la novela. De un lado están los mineros, verdaderos nibelungos que acrecientan y custodian el tesoro de los patrones, viviendo en situaciones infrahumanas, habitando en lugares menos aptos para la vida. El campamento minero y luego la escuela Santa María en su totalidad forman parte de esta realidad distorsionada por el elemento grotesco que todo lo impregna: casas, ropas, calles, rostros, e incluso el aire, que no pueda ser respirado. Pero, por su parte, está lo "sublime". Es el elemento divino que acompaña al pueblo, que aparece en la imagen de las casas de los patrones, a las cuales "ni el polvo se atreve a tocar", pero que también se hace palpable en las noches eternas, en las parrandas épicas en las que el proletariado moribundo busca aferrarse a la vida: Escuela y Santa María.

Santa María de las flores negras es, entonces, una novela histórica que recrea una historia de superabundancia de muerte, pero que, a la vez, devuelve el "ánima" a los muertos aún sin sepulturas de la matanza de Santa María.

Rivera Letelier, a través de su arte, de su literatura, abre su narrativa a lo borrado por la historiografía oficial chilena: las voces de las víctimas, el sueño de los inmolados y su esperanza indestructible.

Así leída, la novela se inscribe, finalmente, en una doble tradición literaria: la del imaginario de la pampa salitrera, que recrea y reivindica, desmantelando para ello la estructura panóptica, fundado en el miedo a los deseos perturbadores, de la literatura realista y la serie literaria canónica de la literatura latinoamericana

Santa María de las flores negras, del escritor chileno Hernán Rivera Letelier

1. Caracterice a Olegario Santana y explique por qué él no creía en la huelga

2. Explique el ambiente psicológico en que se desarrolla la novela

3. Caracterice a otros tres personajes y clasifíquelos como principales, secundarios, terciarios, episódicos.

Explique su imporrancia en la obra.

4. Explique las razones por las cuales los obreros fueron a la guerra.

5. ¿Quién es y qué importancia tiene en el desarrollo de la historia don Roberto SilvaRenard?

6. ¿Cuál es el episodio o momento de la novela que más le llamó la atención y por qué?

7. Comente críticamente esta obra.

Santa María de las Flores Negras

Hernán Rivera Letelier

ANALISIS

Escogimos este autor debido a que sus novelas las consideramos muy entretenidas, diferentes y atractivas. De entre sus obras nuestra elección fue Santa María de las flores negras, ya que

siempre nos ha impresionado de manera considerable la realización de un hecho tan lamentable como la matanza de obreros del salitre en la ciudad de Iquique.

DATOS BIOGRÁFICOS

Hernán Rivera Letelier nació en Talca en 1950. Sus padres se trasladaron a la zona norte en busca de trabajo, vivió allí, en una oficina salitrera en medio de la pampa, hasta los 11 años. Su madre murió cuando tenía 9 años de edad, desde entonces debió trabajar en múltiples oficios: vendedor de diarios, mensajero, electricista. A los 18 años salió del país, recorrió Bolivia, Perú, Ecuador y Argentina. Se casó a los 24 años y en la actualidad vive en Antofagasta y tiene 4 hijos. Estudió en una escuela nocturna para completar su enseñanza básica y media. Ha obtenido en dos oportunidades elPREMIO Consejo Nacional del Libro, en 1994 y 1996. Comenzó publicando poemas y cuentos cortos. Hernán Rivera es un hombre de raíces humildes, sencillo, sincero, de conversación entretenida y chispeante, con la picardía propia del hombre de la pampa; es considerado el principal representante de la cultura pampina y salitrera. Vivió en la oficina salitrera de Algorta y trabajó en la oficina de María Elena y Pedro de Valdivia. Se considera autodidacto y formado en la lectura de cuentos populares argentinos, dice ser un “poeta que escribe historias.” Sus libros han sido traducidos a diferentes idiomas, llevados al teatro y hay planes de llevarlos al cine. En el año 2001 fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de Francia. Hernán Rivera Letelier es un escritor diferente por su formación y su estilo; leerlo produce una cierta cercanía, con todo ese ambiente que nos describe es como escuchar la voz de sus propios protagonistas.

OBRAS

Cuentos breves (1988)

Cuentos breves y cuentos de brevas (1990)

La reina Isabel cantaba rancheras (1994)PREMIO Consejo Nacional del Libro y la Lectura. Esta, su primera novela, recibió innumerables elogios de la crítica. La historia se desarrolla en los prostíbulos de la pampa salitrera, rodeada de un ambiente festivo, alegre, con un lenguaje más bien vulgar, pero rico en expresiones nuevas y otras recogidas de la jerga popular, en que las rancheras mexicanas ponen una cuota de alegría y entretención. Novela de gran contenido emocional e histórico en que se rescata un lugar y un estilo de vida ya olvidado.

Himno del ángel parado en una pata (1996)PREMIO Consejo Nacional del Libro y la Lectura. Esta parece ser la obra más autobiográfica de Hernán Rivera. En ella nos narra sus aventuras de adolescente que lucha por sobrevivir en un mundo que no le ha dado muchas oportunidades. Sus recuerdos familiares, su inicio en el mundo del trabajo, sus primeras aventuras amorosas, su pobreza, picardía, sus sueños y esperanzas hacen de esta novela una obra conmovedora.

Fatamorgana de amor con banda de música (1998) En ChilePREMIO Municipal; en España Premio a la mejor novela en lengua española. Esta novela nos muestra una hermosa historia de amor que se desarrolla en un pueblo devorado por el desierto llamado Pampa Uniòn que un día deciden formar una banda de música para esperar la llegada del Presidente de la Republica. Personajes

como un trompetista, una pianista y profesora de declamación, y un barbero hacen de esta novela una novela llena de amor y poesía.

Donde mueren los valientes (1999) Relatos breves o microcuentos. Son relatos variados, llenos de ironía, marginalidad, humor y ternura.

Los trenes se van al purgatorio (2000). Es la historia de un tren que cruza la pampa salitrera y pasa por las abandonadas estaciones del Desierto de Atacama. El trayecto dura cuatro días y cuatro noches. En este viaje conviven viajeros de todo tipo: un acordeonista, una quiromántica, un ciego que vende peinetas y canta canciones, una mujer de luto que busca a su hijo muerto, un predicador, un grupo de gitanos, una niña de 12 años, una pareja de enamorados, un enano charlatán y otros tantos personajes que hacen un recorrido por la historia de la pampa salitrera.

Santa María de las flores negras (2002). Obra basada en uno de los hechos históricos más criminales de todos los tiempos: la matanza de la Escuela Santa María de Iquique, ocurrida en el 21 de diciembre de 1907. Es la novela más importante de este autor, en ella reconstruye una parte de la historia de nuestro país de la que muchos no quieren hablar. En una mezcla de ficción y realidad esta novela logra conmover hasta lo más profundo.

IMPORTANCIA DE SU NARRATIVA

Su primera novela La reina Isabel cantaba rancheras y todas las que ha publicado posteriormente tienen algo en común. Tratan de la vida dura, esforzada y sacrificada de las personas que trabajaban en las oficinas salitreras, retrato vivo del alma popular encarnada en cada uno de sus personajes, donde hay alcohol, juegos, borracheras, prostitutas y mucha pobreza. También se repiten algunas ideas y símbolos como el camino y los jotes. Sus novelas se caracterizan por la descripción de ambientes, un lenguaje poco formal, alegre y festivo, y una trama simple, pero tremendamente humana, en la que hay reiteradas reflexiones acerca del sentido de la vida y el futuro.

Hernán Rivera Letelier es un escritor que representa a una generación y a un sector muy específico: el norte chileno, la pampa y el salitre, el sol caliente sobre el desierto, la pobreza y las injusticias sociales. Nos muestra al hombre trabajador y abnegado, al hombre que exige dignidad y mejor trato, que busca en los prostíbulos y cantinas saciar su sed de justicia y olvidar su marginalidad. Su novela está llena de anécdotas, muchas de ellas debe haberlas vivido en el tiempo que estuvo en la pampa. Utiliza un lenguaje claro, directo, rico en expresiones populares, con gran cantidad de palabras inventadas por él, pero bien utilizadas, las que resultan ser entendibles y graciosas. Se le considera uno de los narradores más importantes de la literatura contemporánea de habla española. Tal vez una de las características más destacadas de sus obras es la capacidad que tiene de entretener, en cada una de sus páginas encontramos un poco de humor, incluso en aquellas en que narra hechos bastante tristes; él llama a su estilo realismo estético, la forma de contar cosas comunes y corrientes se transforman en algo mágico a través del lenguaje. La forma en que describe a sus personajes, en que muchas veces hay una especie de burla de sus condiciones físicas, resultan simpáticas y oportunas. En sus narraciones está encerrada la historia de una época gloriosa de nuestro país, pero también su decadencia. Los viajes por la pampa colmados de sacrificios y aventuras, tienen también una chispa de alegría y de esperanza. La poesía está presente en todas sus obras, incluso en algunas de ellas hay fragmentos

de poemas, es como si no pudiera apartar este género de sus historias. Sus novelas han trascendido por su valor histórico al tratar de resucitar en la memoria de sus lectores una parte importante de una zona del país que se encuentra abandonada por el tiempo. Sus salitreras polvorientas y despedazadas cobran vida como ambiente en el que se desenvuelven sus personajes; a través de sus relatos nos ha permitido a los más jóvenes conocer parte de la historia de nuestro país. En Santa María de las flores negras nos muestra un mundo desconocido del que muy poco nos hablan los textos de historia: la lucha por mejores condiciones laborales, los abusos del sector empresarial y la fuerza de estos hombres y mujeres para emprender una búsqueda incansable de mejores condiciones de vida. Su obra constituye un enorme aporte en el aspecto histórico y social y además una forma de resucitar dichos y tradiciones perdidas de nuestra identidad nacional.

¿HEROE O ANTIHÉROE?

En esta novela no logramos identificar ningún héroe. El comentarista Juan Cameron dice: El “héroe de la jornada, el General de Brigada Roberto Silva Renard, cumple al pie de la letra la orden emanada desde Santiago. El numeroso contingente militar a sus órdenes, con elementos del Ejército y la Armada, barre con los huelguistas encerrados en la escuela y sus alrededores, ametrallándolos durante casi cinco minutos” No podemos considerar un héroe a este señor que tiene una actitud tan brutal y tan descontrolada frente a un grupo de personas que reclaman pacíficamente sus derechos, y que su única rebeldía es no querer trasladarse al Club de Sports. El protagonista Olegario Santana tampoco tiene características de héroe. Si hubiera que, necesariamente, identificar alguno diríamos que es todo el pueblo minero que participó en la huelga.

ACONTECIMIENTOS MAS REPRESENTATIVOS DE LA NOVELA

La lucha social manifestada en una huelga.

La matanza de los trabajadores en la Escuela Santa María.

Las dos historias de amor que surgen en este ambiente de tensión e incertidumbre.

Por ser un tema que ha existido y seguirá existiendo nos parece relevante detenernos en la lucha social.

El protagonista de esta historia es Olegario Santana, un viejo que vive junto a dos jotes en una casa muy pobre en medio del desierto. Es un hombre desconfiado y pesimista, no cree que para ellos las cosas cambien y de nada servirá una huelga. Cuando le llega la noticia que se ha iniciado la protesta, se suma al resto de la gente pero sin convencerse de que pueda ser provechoso. Con el transcurso de los días aumenta el entusiasmo, se siguen sumando cada vez más trabajadores a la huelga e inician una marcha hacia la ciudad de Iquique donde esperan ser escuchados. Lo que piden es razonable: mejores sueldos, que en las tiendas existan pesas y varas para medir la mercadería, escuelas para sus hijos y prevención de accidentes. Junto a ellos caminan también mujeres y niños aunque muchos mueren en el camino deshidratados por el calor quemante y las

crueles condiciones del desierto. Con los pies destruidos y sus cuerpos sudorosos llegan a la ciudad de Iquique dispuestos a luchar hasta las últimas consecuencias. Ellos están convencidos que cualquier sacrificio vale la pena, que las condiciones en que trabajan son inhumanas y que no habrá algo peor de lo que ya han soportado. El autor cuenta esta historia como un obrero más que camina junto a los mineros, como un testigo anónimo que ha sido puesto allí para que no deje de observar ningún detalle y pueda contarlo a las futuras generaciones. Santa María de las flores negras es una novela que no se puede leer sin recurrir a los libros de historia y buscar en ellos documentos que acrediten parte de estos hechos, aunque a los historiadores parece no importarles mucho relatar este tipo de acontecimientos tan comprometedores. La historia nos cuenta que la época en que ocurre la matanza de Santa María los trabajadores no estaban organizados como lo están hoy, no existían los sindicatos ni leyes laborales que los favorecieran. Los obreros estaban agrupados en las llamadas mancomunales A comienzos del Siglo XX hubo una ola de protestas y huelgas que culmina con el terrible acontecimiento en la Escuela Santa María de Iquique. Este hecho lamentable hizo que las autoridades de la época tomaran conciencia del problema social y varios años después se dictaron leyes de accidentes del trabajo y de previsión social. De estas manifestaciones nació años más tarde, la Federación Obrera de Chile (FOCH) y el Partido Obrero Socialista (POS), que tiempo después dieron origen al Partido Comunista. La novela fue escrita después de una larga investigación documentada y a través de grabaciones realizadas por un anciano que fue testigo de la masacre cuando era un niño. En la novela encontramos algunos símbolos como los jotes, que para algunos significan la muerte, pero de acuerdo a lo que el autor cuenta en una entrevista dice que los jotes son el símbolo de los explotadores. La historia nos demuestra que hubo algunos avances en materia laboral y sindical, pero esta lucha no es solo un tema del pasado, es un tema que puede estar vigente hoy. Los grandes empresarios, en general, cuentan con el apoyo de las autoridades y en algunas ocasiones no se respetan los derechos de los trabajadores.

ALGUNOS TEMAS RECURRENTES Y LA REALIDAD HISPANOAMERICANA

El amor, la amistad y la valentía, como única esperanza de un mundo mejor.

La solidaridad y la humanidad entre sus personajes

La prostitución, el juego y el alcohol como vía de escape ante tanta adversidad.

La lucha por la sobrevivencia.

La explotación y la miseria.

Los temas en los cuales se inspira este autor en sus novelas son propios de un escritor que ha vivido experiencias similares. Cuando él habla de las inclemencias de la pampa nortina sabe de qué está hablando porque lo vivió en su niñez, igualmente cuando nos cuenta acerca de la vida de los trabajadores lo hace con mucho conocimiento del tema porque lo experimentó en muchas ocasiones, aunque mucho tiempo después de ocurridos los hechos de la Escuela Santa María. La chispa y la picardía del pampino parece estar personificada, es el propio autor que la encarna. Sus obras en sí tienen muchos rasgos autobiográficos. La bondad y la solidaridad de sus personajes se repiten en sus obras, lo mismo ocurre con los prostíbulos y otros lugares de diversión. En cada una

de sus historias se entremezclan historias de amor en un ambiente de pobreza, explotación y miseria

Ninguno de estos temas es ajeno a nuestra realidad como continente formado por países subdesarrollados. La colonización española dejó sus huellas en toda Latinoamérica. El poder y el dinero representado en las grandes empresas ha recaído en manos de extranjeros, que viniendo de países más desarrollados e industrializados han explotado a la clase trabajadora. La lucha por la sobrevivencia está marcada por el sueño de mejores condiciones de vida e igualdad de oportunidades. La mayoría de los países de Latinoamérica son ricos en materias primas, en suelos y en minerales, pero han sido explotados por empresas extranjeras. Las multinacionales que invierten en el continente buscan encontrar un máximo de ganancias a costa de mano de obra barata. La pobreza y la marginalidad es un problema difícil de erradicar. Es un círculo vicioso: el niño pobre y marginado no puede estudiar, por lo tanto, continuará siendo pobre y sus hijos también. Los países latinoamericanos también somos pobres intelectualmente, nuestros niveles de educación son inferiores a los de países desarrollados, nos conformamos con aprender lo mínimo y con el menor esfuerzo. Hay muchas personas que logran salir de esta condición por su propio esfuerzo, como lo hizo el autor de la novela que elegimos. Estudió en una escuela nocturna, trabajó en varios oficios y nunca se ha avergonzado de contar su verdadero origen, por el contrario, se siente orgulloso de su pasado. Con esfuerzo, sacrificio y mucho talento logró llegar al lugar que hoy ocupa dentro de la literatura chilena y mundial.

¿POR QUÉ SOBRESALE ESTA NOVELA?

Esta novela sobresale por su profundo sentido social y humano y por rescatar una parte importante de la historia de nuestro país. Por mostrarnos desde otra perspectiva la lucha de los trabajadores del salitre para llegar a lograr mejores condiciones de trabajo. Por el sentido de unidad entre ellos para enfrentar a los capitalistas extranjeros que han sobrepasado los límites de los atropellos, pisoteando a todo un pueblo, burlándose de sus peticiones laborales. Es una novela marcada por el fatalismo desde el comienzo, pero alberga una esperanza de ser escuchados, donde la felicidad pueda lograrse sin tanto dolor y tanta tragedia. A pesar de tanto infortunio sobrevive el amor expresado en el viejo Olegario Santana y en la pareja que simboliza el futuro soñado de Idilio Montaño y Liria María. En esta novela el autor nos envía un mensaje de esperanza, en que, a pesar de todo el atropello, salvajismo y la bestialidad de los dueños de las empresas salitreras, de las autoridades de la época y de los militares, hay siempre una posibilidad de un mundo mejor, que el sacrificio de quienes inocentemente murieron en la Escuela Santa María de Iquique en 1907 no fue en vano. Años más tarde se crearon importantes leyes laborales y nacieron algunas organizaciones obreras como una forma de dignificar y proteger a los trabajadores.

RELACION ENTRE LA NOVELA Y NUESTRA PROPIA EXPERIENCIA EXISTENCIAL

Por estar basada y documentada en un hecho histórico real, esta novela conmueve y hace brotar desde lo más profundo una cierta rebeldía e impotencia por lo acontecido. El trabajo hoy es considerado un derecho y la lucha por mejores condiciones de vida es totalmente legítima, más

aún considerando las condiciones inhumanas en que trabajaban los obreros del salitre. Es admirable la capacidad de lucha y subsistencia de toda esa gente. Creo que todos los seres humanos nacen con un cierto espíritu de lucha y demandas por estar mejor, por ser tomados en cuenta, cualquiera sea nuestra condición social, cultural, política o religiosa. Luchamos contantemente por hacer valer nuestros derechos y aspiramos a una cierta igualdad de oportunidades. Los obreros del salitre eran, en su mayoría analfabetos, no existían los contratos de trabajo ni leyes que los favorecieran, era la fuerza del más fuerte contra el más débil y creemos que eso todos lo hemos experimentado alguna vez, en diferentes formas, en diferentes situaciones. A medida que crecemos la vida nos va mostrando cuanta injusticia existe en este mundo, cuantas barbaridades se cometen con los más débiles y desposeídos. La pobreza que existe en nuestro país y en el mundo es el resultado de tanta injusticia social.

Santa maria de las flores negras27 DE JUNIO DE 2007 - 22:23

PARTE INTERNA SINTESIS:La novela comienza cuando a Olegario Santana le avisan sus amigos José Pintor y Domingo Domínguez que en la oficina salitrera de San Lorenzo hay una huelga, la cual rápidamente crece cuando se unen otras oficinas de la pampa. Cansados de los abusos, los trabajadores deciden marchar hacia Iquique. Una vez allá, estando en el hipódromo se elije un comité central para las reuniones con las autoridades. Deciden todos quedarse en la escuela Santa Maria de Iquique, en donde incómodamente se agrupan. Pasaban los días y llegaban más trabajadores en huelga, y a la vez venían soldados de distintos regimientos del país. Como las negociaciones no llegaron a un acuerdo, los soldados que estaban reunidos en la escuela, impulsados por la orden del general, empezaron a expulsar a los huelguistas haciendo uso de sus metralletas y escopetas, dando muerte a muchas personas y dejando mas heridos. Los que se salvaron fueron nuevamente llevados a la pampa para seguir con su vida miserable. ACCION INICIAL:José Pintor y Domingo Domínguez le  avisan a Olegario Santana que en la oficina salitrera San Lorenzo se realizaría una huelga. Juntos van animando a los trabajadores de otras oficinas salitreras a que se unan a la huelga. Ya reunidos un buen grupo, deciden juntarse para planear todo. Idilio Montaño (amigo de los hombres) también se encuentra allí. Deciden  marchar hacia Iquique para buscar alguna solución porque no es posible que sean

tan abusados en su trabajo, ya que a veces no se les pagaba como corresponde y no se les daba dinero a las esposas si el trabajador se moría. Cuando llegan a Estación Central se encuentran con Gregoria Becerra (amiga de José Pintor), quien estaba acompañada de sus hijos: una niña de 16 años llamada Liria Maria y un niño de12 años llamado Juan de Dios. En ese momento Idilio Montaño se enamora de Liria Maria. Estando en la casa Gregoria Becerra, Idilio y Liria Maria escucharon que al día siguiente marcharían todos a Iquique. Ya en la marcha, el joven Idilio le confecciona un volantín a Liria Maria, y ella juega como una niña. A Gregoria Becerra no le gusta que el joven ande detrás de su niña. Ya en el desierto, con sed, hambre, todos hediondos y sucios, los trabajadores no se dan por vencidos. Ya agotados todos llegan por fin al puerto, y como lo hacen ya de noche, los soldados que vigilaban no los dejaron entrar hasta la mañana. DESARROLLO:Cuando amaneció, los huelguistas pudieron entrar dirigiéndose al hipódromo. Allí eligieron un comité central para las reuniones. En ese momento Juan de Dios se había perdido y todos lo empezaron a buscar. Idilio Montaño se ofreció para ir a buscarlo a la playa. Mientras tanto los trabajadores decidieron usar la escuela Santa Maria como albergue. Idilio Montaño que estaba buscando a Juan de Dios regresa y no sabe a donde se han ido todos, en ese momento se entera de que fueron hacia la escuela Santa Maria. Encuentra a sus amigos en el circo Sobatan y después se van juntos a la escuela (Juan de Dios ya había regresado junto al presidente José Bringg). Al otro día, mientras Idilio Montaño y Liria María ya habían regresado de elevar sus volantines, Domingo Domínguez invita a sus amigos a tomarse un trago. Todos a escondidas, deciden ir y convencen a Idilio Montaño para que fuera. Ya estando en el boliche, ven a una mujer muy parecida a la de las cajetillas de cigarros Yolanda que Olegario fuma mucho. La niña estaba siendo insultada por un hombre, y en ese momento Idilio trata de defender a la mujer pero el tipo le da un golpe, es ahí cuando Olegario abre su paleto y el tipo observa un corvo que lo aterroriza y se termina la discusión. Todos llegan borrachos a la escuela. Al otro día se enteran que unos cruceros empezaron a llegar con soldados de muchos regimientos, y así mismo empiezan a llegar también más Pampinos. Liria que no le dirige la palabra a Idilio está muy triste pero todo cambia cuando el joven le pide perdón. Todos esperaban al crucero Zenteno que traía al intendente y al general Roberto Silva Renard. Venían y venían trenes con gente de la pampa y había que venir a recibirlos. En la escuela Olegario y José Pintor pelean a golpes por la señora Gregoria Becerra quien al separarlos se enoja con los dos. Al final estos se dan la mano y un abrazo de reconciliación. FIN:Los pampinos proponían a las autoridades irse a sus casas y dejar el puerto solo si los industriales les subían el sueldo del mes a un 60%, pero estos no quisieron aceptar la propuesta. Los dueños de las salitreras querían que los trabajadores abandonaran la ciudad de inmediato. Era una situación de máxima tensión porque se decía que  los militares iban a echar a la fuerza a los huelguistas de la escuela Santa Maria. Gregoria Becerra le da permiso a su hija para que fuera con Idilio Montaño a la playa, y le dice al joven que cuidara a su hija y que no regresaran hasta que todo haya terminado. Los soldados se dirigen a la escuela. En ese momento Olegario que había pasado la noche en el prostíbulo de Yolanda, se entera de que los soldados tienen rodeada la escuela. Se viste rápido y acude

a la escuela. El general Roberto Silva Renard manda a negociar a su coronel con el comité central. Este vuelve diciendo que no habían aceptado. Después de varios intentos, el general decide ir el mismo a conversar con el comité. Les dice que deben abandonar el recinto de inmediato ya que si no lo hacían los soldados tendrían que hacer uso de sus armas. Nuevamente no hay respuesta, y el coronel se devuelve a su tropa. Olegario que llega en ese momento a la escuela pasa ningún problema, ahí se junta con sus amigos. El general que no puede contener su ira levanta el puño para dar la orden. Idilio Montaño y Liria Maria que se divertían en la playa, juegan, se ríen, conversan y se bañan, pero de repente escuchan las ametralladoras. En ese momento el general da la orden y los soldados comienzan a disparar a la cabina del comité, cayendo estos muertos sobre la gente. Los soldados también empiezan a disparar  a la gente. Domingo Domínguez  recibe un balazo y cae en un charco de sangre. Olegario que no lo cree, se levanta y también recibe un balazo en el hombro y cae de rodillas. La batalla seguía, y un lancero le atraviesa la cara   a José Pintor que cae junto a otros cadáveres. Los soldados que se acercaban más y más alcanzan y barren a Gregoria Becerra junto con su hijo Juan de Dios. Olegario no le puede creer. Un cura logra que el coronel detenga la matanza. Los sobrevivientes son llevados a la  estación. Como era de noche Olegario logra escapar y desconcertado se dirige al boliche de Yolanda. Allí es curado de su herida y ve  a Domingo Domínguez que se encuentra con vida. Al salir un rato se encuentra con Idilio Montaño quien ya sabe todo lo ocurrido. El joven le dice que se va a Talca con Liria Maria. Dos días después los sobrevivientes son trasportados a sus casas. Ya en su hogar, Olegario se levanta temprano al trabajo y sus fieles jotes lo siguen dando círculos en el cielo.   MOTIVOS: El narrador tuvo un motivo especial. Él vivió y trabajo en la pampa y conocía los abusos de los administradores de las oficinas salitreras. Ejemplo de esto es que los trabajadores realizan un huelga cansados de las malas condiciones de trabajo. VALORES_ El Amor se presenta cuando el joven Idilio Montaño se enamora de Liria Maria, un amor especial y sincero_ La Amistad se presenta entre un peruano y un boliviano (confederación Perú-Boliviana). Cuando cae uno de un balazo, el otro va a ayudarlo._ La Perseverancia se presenta en Gregoria Becerra, quien después de haber quedado viuda, decide trabajar y luchar por sus hijos. ANTIVALORES:_ El Odio se presenta en los dueños y administradores salitreros. También en el general Roberto Silva, quien odiaba tanto a los pampinos que dio la orden de disparar._ Los Celos se presenta por parte de Jose Pintor, quien pelea con su amigo Olegario por doña Gregoria Becerra._ La Discriminación se presenta por parte de las autoridades hacia los pampinos. ESTERIOTIPOS CLASIFICADOS:

_ El esteriotipo sexista ocurre porque los hombres son los que mandan y trabajan, y las mujeres pampinas se quedan en casa haciendo sus quehaceres._ El esteriotipo etareo también porque a los hombres los tratan de viejos pampinos._ El esteriotipo social también porque los trabajadores de la pampa son los más pobres y los dueños son los ricos. TIPOS HUMANOS. El único tipo humano que aparece en la novela es el del Quijote, que en total son todos los trabajadores huelguistas, que no se daban por vencidos y luchaban por lo que querían. NARRADOR: El narrador es como un especie de espectador. Él es uno más de los trabajadores de la huelga, pero a veces conoce todo, hasta la vida de las personas. En fin, es un narrador testigo. TECNICAS NARRATIVAS:Flash Back: Liria Maria cuenta que ella había conocido a un joven que la ayudó a cargar un saco de carbón en la pulpería. Desde esa vez el joven no dejaba de pasar por la casa de la niña, le dejaba papelitos en la ventana citándola en diferentes lugares, pero ella nunca fue. Hasta que un día el joven apareció en su casa con un cartucho de dinamita al cuello. La llamó por la ventana y cuando ella se asomo, se hizo volar en pedazos frente a sus ojos. Reconto: No existe un reconto, ya que en la novela no aparece ningún recuerdo grande, solo hay recuerdos pequeños. PERSONAJES:_ Olegario Santana: Era un hombre trabajador (era calichero), muy bueno para fumar, de pocas palabras, viudo y siempre negativo. Solo una mujer lo había hecho feliz. Lo llamaban jote Santana. Tenia solo 2 amigos. Conocer a Gregoria Becerra lo hizo cambiar. _ Domingo Domínguez: Era barretero. Es un hombre delgado, pálido como pantruca y bigotes canosos. Tiene 52 años de edad y es uno de los personajes mas populares de San Lorenzo. Usa un sombrero Panamá echado hacia atrás y un anillo de oro. Tiene muy buen ánimo. Es bueno para tomar alcohol pero no es borracho. Después de la matanza su ánimo se fue al suelo. _ José Pintor: Era carretero. Es amigo de Olegario Santana. Siempre mascando un palito de fósforos. Al igual que los demás también le gusta tomarse sus buenos tragos. Es amigo de Gregoria Becerra, por la cual pelea con Olegario. Al final, muere en la matanza. 

_ Idilio Montaño: Joven herramentero amigo de los hombres ya nombrados. Es un experto confeccionador de volantines, de sentimientos sinceros. Se enamora de Liria Maria, con quien se va a vivir a Talca. _ Gregoria Becerra: Mujer viuda que marcha a Iquique con sus hijos, esforsada y trabajadora. Logra enamorar a Olegario Santana. Sus hijos son Liria Maria y Juan de Dios. Al final muere en la matanza junto con su hijo. _ Liria Maria: Niña joven muy hermosa, de piel muy muy blanca y de cabellos dorados. Se enamora de Idilio Montaño, con quien se va a Talca. Es una niña muy inocente. AMBIENTE.Físico: La novela se desarrolla en la provincia de Tarapacá, en la pampa salitrera de Chile. Es un ambiente árido y de mucho calor. Psicológico: En ningun caso los trabajadores son locos, ni tontos ni nada. Tienen un claro pensamiento. Los soldados, especialmente el general Roberto Silva Renard son los locos.

Santa María de las flores negrasSanta María de las flores negras

de Hernán Rivera Letelier

Género Realismo

Idioma Español

Editorial Seix Barral

País Chile

Fecha de publicación 2002

Páginas 286

ISBN 950-731-347-8

OCLC 253398536

Serie

Los trenes se van al

purgatorio

Santa María de las

flores negras

Canción para caminar

sobre las aguas

Santa María de las flores negras es la quinta novela del escritorchileno Hernán Rivera Letelier, publicada el año 2002, y que cuenta los hechos acontecidos en diciembre de 1907 en la ciudad de Iquique, donde miles de obreros del salitre se apostaron en la Escuela Domingo Santa María, llegados desde las oficinas salitreras del Desierto de Atacama para protestar por mejorar sus precarias condiciones de vida. Esta huelga terminó con una de las matanzas más crueles y sanguinarias de la historia del Chile del siglo XX: la Matanza de la Escuela Santa María de Iquique, donde murieron más de tres mil hombres, mujeres y niños.

Esta novela fue finalista del Premio Altazor de las Artes Nacionales en el año 2003.1

Estructura y argumento.

Trabajadores del salitre a inicios del siglo XX.

La novela entremezcla personajes reales y ficticios, reproduciendo las experiencias de los huelguistas desde que comienzan a organizarse en la pampa nortina y deciden marchar a pie

a través del desierto, hasta que llegan a Iquique y se sitúan pacíficamente en la Escuela y sus alrededores, donde son finalmente acribillados, a manos del General Roberto Silva Renard.

La historia está narrada desde el punto de vista de un obrero del salitre espectador, que describe las distintas vivencias cotidianas, amores y desamores, conflictos morales, políticos y sociales de un grupo de amigos salitreros: Olegario Santana, Domingo Domínguez y José Pintor, tres amigos inseparables veteranos; Gregoria Becerra, Idilio Montaño, Liria María, entre otros muchos personajes, cuyas expectativas de vida no son muy diferentes.

Casi al final del libro, se menciona al personaje real de Manuel Vaca, moribundo luego de la masacre, pidiendo a gritos venganza. En la vida real, su medio-hermano, Antonio Ramón Ramón, atentará contra el General varios años más tarde.