NÉSTOR KIRCHNER

Y

JOSÉ PABLO FEINMANN

CONVERSACIONES FILOSÓFICAS

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INTRODUCCIÓN

INFORMADOR GENERAL DEL MANDALA DE MAESTROS

Filósofo, novelista, autor teatral, periodista, ensayista, y podrían agre-

garse otros ítems emulando el modelo sartreano (de Jean-Paul Sartre), José

Pablo Feinman, el portador de todas estas virtudes intelectuales, despegó del

elitista núcleo de sus lectores para saltar al conocimiento público cuando Nés-

tor Kirchner lo invitó a tomar un café y charlar un rato, en la mismísima Casa

Rosada.

Kirchner y su esposa Cristina estaban entusiasmados y hasta conmovi-

dos por una columna que Feinmann había publicado en un matutino de Bue-

nos Aires, donde hacía apreciaciones bastante originales sobre el entonces

flamante Presidente.

Luego se sucedieron otras dos entrevistas y la promesa de continuar los

encuentros, y fue tal la sorpresa que esto produjo, que un medio periodístico,

quizás por lo inusual que un Presidente, en la Argentina o en cualquier parte

del mundo, busque consejo en un pensador, lo señaló a Feinmann como “el

filósofo de Kirchner”.

Hasta aquí la historia oficial.

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Ahora hablaremos de la otra historia, la de los maestros, pero para que

ésta pueda ser entendida por los lectores no habituados a estas experiencias es

conveniente hacer algunas precisiones.

Esta es una historia que ocurre en otro plano, el astral para los entendi-

dos, donde las almas que se relacionan en el plano físico, continúan su víncu-

lo pero con características, podríamos decir, mucho más interesantes. De to-

das maneras, salvo algunos detalles como los escenarios y juegos de imáge-

nes en que interactúan, los discursos de la mente son reconocibles, porque los

contenidos son siempre los mismos en un plano o en el otro.

Claro, hay un detalle a tener en cuenta, en este plano astral no caben

los enmascaramientos, todo es más directo, y nadie puede ocultar un pensa-

miento, y si trata de hacerlo muy pronto es descubierto.

Los maestros consideraron oportuno juntar mediante una serie de con-

vocatorias en la dimensión astral a Néstor Kirchner y José Pablo Feinmann.

¿Con qué propósito? Para que confronten sus visiones del mundo y pueda el

lector interesado en los problemas de la filosofía tener una perspectiva más

clara de lo que se está disputando en el campo del pensamiento, en este mo-

mento crucial de la historia de la humanidad.

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I

UNA CONVERSACIÓN EN LA CORDILLERA

La imagen muestra la panorámica de la Cordillera de los Andes. A medida que la visión se acerca se observan dos picos cercanos, tan cercanos que los sonidos emi-tidos en uno pueden ser escuchados en el otro. En un pico está Kirchner y en el otro Feinmann. Pero hay una diferencia entre los picos, mientras que el del Presidente está cubierto por una vegetación protectora y tiene un clima cálido, el del filósofo es frío y árido. Detrás de Kirchner se encuentra el maestro Yukteswar transmitiéndole la energía del discernimiento. Los dos hombres están dialogando.

FEINMANN Ten en cuenta que siempre está latente la posibilidad de la caída, y la altura

es demasiado elevada como para no tener en cuenta ese riesgo.

KIRCHNER

Sí, la altura es elevada, siempre las alturas son elevadas, pero el vértigo está en la mente y no en la montaña.

El Presidente da un saltito y llega al piso. Ves, no era tan alto como creías.

Necesito que, para que puedas colaborar conmigo, te quites ese temor infun-dado. Siempre se está en riesgo de caer, pero no por eso puedes detener tu tarea.

El Presidente le tiende la mano al filósofo y lo ayuda a bajar. Cuando Feinmann pi-sa tierra, se queda pensando en lo que le dijo Kirchner, y mientras piensa traza una línea sobre el piso y camina sobre esta haciendo equilibrio, es un entrenamiento para ir liberándose de su temor oculto. Ya llegó a la mitad de la línea cuando vuel-ve a escuchar la voz del Presidente que le dice:

Solo desde ahí me vas a poder ayudar.

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II

CUESTIONES DE MÉTODO

Kirchner y Feinmann están sentados frente a una pantalla esférica que está en el in-terior de un espacio celeste de grandes dimensiones. La imagen los muestra de es-paldas.

KIRCHNER

¿En cuánto tiempo?

FEINMANN

El tiempo no cuenta, lo que importa es el esfuerzo, la potencia que se impri-ma al acto a realizar.

Este acto sincroniza el tiempo necesario para su concreción de acuerdo a la fuerza aplicada.

KIRCHNER Parece muy simple, ¿pero cómo saber cuál es la fuerza que en cada situación

corresponde aplicar?

FEINMANN No hay acceso a un catálogo que prescriba momento, lugar y cantidad.

Esto surge de coordenadas muy complejas que dan como resultado el cum-plimiento del propósito que se quiere llevar a cabo.

KIRCHNER ¿Entonces hay una relación de situación y espontaneidad?

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FEINMANN

Así es, la situación que se presenta gatilla una actitud y ésta, si es espontá-nea, generará automáticamente la energía necesaria para lograr el resultado.

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YUKTESWAR

Esta explicación sirve tanto para empezar un camino espiritual como para

uno destructivo dentro del plano binario. Los componentes son exactamente los mismos, lo que difiere es la meta. Estos pueden ser usados para salvar el alma o para su destrucción por parte

de los demonios. Todo depende con qué finalidad se los utilice.

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III

LA PALABRA VACÍA

Feinmann está sentado frente al maestro Yukteswar, juega con las patillas de los anteojos en actitud profesoral y comienza a hablar.

FEINMANN

Nada podemos decir sobre el diálogo, la comunicación, porque en realidad nadie habla, ni dice nada.

Solo se emiten palabras carentes de contenido alguno, mientras que el otro recibe y repite solo lo que puede oír.

En ese ir y venir de la palabra que nosotros llamamos comunicación, se pro-duce una pérdida de energía importante, ya que todo aquello que se emite a través de la palabra cae en una fosa sin fondo, que no permite tener ninguna clase de co-municación.

YUKTESWAR

Tus palabras son dignas de tu conocimiento, muy profundas a nivel energéti-co, pero te hago dos preguntas.

¿En realidad has comprendido algo de lo que has dicho? Y una pregunta más, ¿Sabes acaso quién fue el que habló?

FEINMANN

Las palabras vienen a mi mente, ellas la representan y se encargan de trans-mitir sus contenidos a través de mi voz.

Tal vez no haya sido yo quien habló, quizás haya sido mi mente.

YUKTESWAR

Entonces es hora de que empieces a observar a tu mente, analizar las pala-bras que te transmite, cerrar la boca y tratar de ver su contenido.

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FEINMANN

Eso no es lo que hace un filósofo.

Un filósofo expresa.

YUKTESWAR

Puede ser que haya llegado el momento de dejar al filósofo para que puedas quedarte solo con tu mente y sus contenidos.

El filósofo queda perplejo y el maestro se retira.

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IV

LA EXPERIENCIA DEL FILÓSOFO

El filósofo está más distendido cuando se acerca el maestro Yukteswar.

FEINMANN

Me descubriste.

YUKTESWAR

No te equivoques, vos te descubriste a vos mismo.

FEINMANN

Es verdad, me descubrí, fue como olvidar todo el sufrimiento, como perder los temores, como encontrar Quien Soy.

Ya no creo en la palabra, habla por mí.

YUKTESWAR

Lamentablemente no es tan sencillo, no puedo hablar a través de un canal poco purificado, y tu mente todavía conserva reservas tortuosas.

Pero puedo hablarle a ese canal para que exprese mis palabras. Concéntrate en mi energía, recuérdame y estaré siempre a tu lado.

El maestro le entrega una llave.

Con esta llave cierra tu mente para que puedas escucharme. Te hablaré y después le hablarás al resto. Aquello que transmitirás no tendrá la misma vibración energética con que te

lo envíe, pero a medida que te vayas purificando se perderá cada vez menos energía. Esa será tu misión y el poder aceptarte será tu recompensa. Ya no tendrás necesidad de perseguirte, de escaparte, ni de hacerte daño.

El filósofo con el rostro resplandeciente de alegría se interna por propia voluntad en el mar de la purificación.

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V

DIÁLOGO EN EL INTERIOR DE UNA LAMPARITA

En el interior de una lamparita de 75 voltios se encuentran Kirchner y Feinmann. La situación es tensa, el filamento de la lámpara se enciende cuando habla Kirch-ner y se apaga cuando habla Feinmann. La figura de Kirchner se proyecta por la superficie del vidrio de la lamparita, irrandiando una buena cantidad de luz. Feinmann consigue por breves momentos opacar la luz, pero a medida que Kirchner va cubriendo un mayor espacio de la lámpara con su figura, se hacen menos frecuentes las interrupciones.

KIRCHNER

La acidez del diálogo representa la poca o mala información que se tiene del entrevistado.

Esto lleva a una recepción dudosa porque el transmisor utiliza un medio de difusión masiva para proyectar situaciones personales que no aportan beneficio al-guno a quien supuestamente se pretende objetivamente informar.

FEINMANN

Colocar las cosas en un plano particular y personal me obliga a tener que in-dagar más de particularidades que de generalidades.

KIRCHNER

Esas son tus limitaciones, por lo cual considero que la fuente de información a la cual accedes no tiene los parámetros de seriedad y profundidad que el diálogo merece.

Por lo tanto te agradecería que referente a lo económico y político cambies tus fuentes de información, y como persona y profesional, eleves tus puntos de ob-servación hacia un horizonte más rico en deducciones y comentarios, porque ese es el punto donde considero se manifiesta tu mayor debilidad.

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FEINMANN

Te agradezco tus puntos de observación respecto a mi persona y a mi pro-grama, pero insisto en que detrás de tu imagen de efectividad hay varias fisuras que pretendo descubrir.

KIRCHNER

Si tu investigación apunta hacia esos aspectos de mi función con mucho gus-to voy a facilitarte todos los elementos para que puedas llegara a una conclusión que nos sirva a todos.

No dudo que tu aporte me ayudará a dar más claridad y transparencia a mi tarea.

FEINMANN

La conclusión a la que he llegado, me da la certeza de que tu gestión está en graves peligros de fracasar.

KIRCHNER

Es la tuya una afirmación muy pretenciosa, pero bueno, tu misión es infor-mar esos puntos que aparentemente los tienes tan claros y firmes.

FEINMANN

Bien señor Presidente, esto da para otro encuentro donde mis preguntas y cuestionamientos irán hacia ese punto.

No te preocupes, pienso informarte con toda honestidad de las conclusiones que vaya elaborando a medida que ocurran los acontecimientos.

KIRCHNER

No dudo de la sinceridad de tus palabras, sino de los contenidos de tu inves-tigación y de las fuentes de donde obtenes la información.

Pero me comprometo a realizar una próxima reunión, y poder aclarar las in-certidumbres que de algún modo siembras en tus lectores.

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VI

LA JUSTICIA ES EL TEMA

En el despacho presidencial, distendidos y sin protocolo, conversan Kirchner y Feinmann.

KIRCHNER ¿Qué piensas de la justicia?

FEINMANN

Debería repensarse todo el sistema de premios y castigos.

KIRCHNER

¿Crees que en este mundo, sin entrar en discusiones religiosas, se puede ha-blar de justicia?

FEINMANN

Por algún lado hay que empezar, teniendo en cuenta que todo lo que se ha visto hasta ahora no ha servido.

El impartir justicia desde el poder inevitablemente es arbitrario. Los amigos del poder siempre terminan zafando.

No podemos dejar las cosas libradas a una mano blanda y sutil.

KIRCHNER

Habría que enseñar a la gente a producir en sí un cambio de conciencia. Aprender a reflexionar sobre la justicia más allá de la justicia. Entender que los logros no pasan por cortar cabezas, ni someterse a otros pa-

ra conseguir dinero y poder. Es necesario comprender que cada uno tiene que ser juez de sus propios ac-

tos, y no vivir juzgando y criticando a los demás.

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Hasta que todos entiendan que la justicia tiene que ser aplicada por uno a

uno mismo, y no desde afuera, no habrá equilibrio posible.

FEINMANN

No me resulta muy claro adonde querés llegar, pero pensaré en lo que dijiste.

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VII

MIRANDO EL FLUIR DEL RÍO

Kirchner y Feinmann están sentados a la orilla de un río.

KIRCHNER

Observa como fluye el agua de este río, sin cuestionamientos va sorteando

cada obstáculo que se le interpone. ¿Por qué ha de diferir la naturaleza del hombre, si somos de la misma esen-

cia del río?

FEINMANN

El río es lo que es gracias al hombre. Fue el hombre quien redireccionó su curso y es el hombre quien le otorga su

utilidad. Entonces esa masa de agua se convierte en una poderosa herramienta al ser-

vicio de la humanidad.

KIRCHNER

¿Por qué el río no puede ser solo lo que es? Estás reinterpretando su esencia según la idea de utilidad que no es más que

una creación del hombre. Por lo tanto no podés ver en el río más que tu propia representación de río,

aquello que tu mente crea como río.

FEINMANN

¿Acaso ha de importarme esa masa de agua más allá de la utilidad que pueda

brindarme? ¿En qué habrá de servirme indagar más allá?

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KIRCHNER

Tu observación me llama a la reflexión. ¿No será el hombre acaso una herramienta útil? ¿Y no es ese mero significado el que nuestras mentes han asimilado, despla-

zándonos de la esencia? ¿No es esta la causa que nos impide ver las cosas en su verdadera naturale-

za? ¿No será que solo reconociéndonos en nuestra verdadera identidad podemos

descubrir la esencia de todas las cosas?

FEINMANN

Lo que acabas de enunciar es más que interesante. ¿Pero para qué hemos de

indagar en algo que no solo es desconocido sino imposible de conocer en nuestro campo de existencia?

¿No es más sensato usar el conocimiento para utilizar y mejorar lo conocido?

KIRCHNER

¿No será ese pensamiento el que nos arrastra a repetir una y otra vez el mis-

mo error, impidiéndonos salir de nuestras propias proyecciones?

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VIII

EL OCASO DEL FILÓSOFO

Kirchner y Feinmann van caminando por un paisaje solitario rodeado de árboles muy grandes que juntan sus copas no dejando pasar la luz del sol. Hay un absoluto silencio humano, solo se escucha el armónico canto de los pájaros.

KIRCHNER

¿Qué sentimientos te trae este paisaje?

FEINMANN

No demasiados, me aburro un poco, me dan ganas de dormir. ¿Qué te puedo decir? Tengo necesidad de pensar otras cosas más interesantes. Por momentos esta calma me incomoda.

KIRCHNER

¿Por qué? Si justamente para poder relajarnos de la rutina tendemos a aislar-nos, a abrirnos al contacto con la naturaleza para tratar que la mente se aquiete.

FEINMANN

Para mí ese método es demasiado elemental. ¿De qué te sirve creer que porque estás en un lugar con estas condiciones

podrás llegar a resolver los conflictos guardados en la mente?

KIRCHNER

No me refería a eso, no se trata de esconder los conflictos, ni de guardarlos por un rato. Simplemente se trata de resolverlos y considero que desde la calma es mucho más fácil la solución, o por lo menos hacer un intento de buscar un camino más claro y directo.

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Feinmann se queda un rato en silencio y después le dice.

Pareces saberlo todo ¿Para qué entonces me buscaste?

KIRCHNER

Solo quiero tener tu apreciación, ver las cosas desde otro punto de vista. Ustedes los filósofos siempre tienen algo para aportar y quería corroborar si

realmente estoy en lo cierto.

FEINMANN

Más parece que estuvieses tomándome un exámen. ¿Qué es lo que verdaderamente quieres saber de mí?

KIRCHNER Ya te dije, solo quiero tener tu apreciación, saber como comprendes la reali-

dad, y luego poder reflexionar sobre lo que me dices.

FEINMANN

Sospecho que has dialogado con otros pensadores que están, por decirlo de algún modo, fuera de la racionalidad de la época.

Tu versión me suena muy trascendental para los tiempos que se viven. Es extraño, no pareces estar contaminado por el mundo.

KIRCHNER ¿Cómo puedes medir si mi opinión es o no trascendental? Feinmann se siente como acorralado y atina a responder: No me preguntes por qué, tengo la sensación de estar siendo aplastado.

No sé que más puedo decirte, porque de seguir exponiendo mi punto de vista siempre vas a tener una palabra que va a vencer a la mía.

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KIRCHNER

Esa no es mi intención, pero te voy a decir algo, cuando creas tener la certeza de que lo que estás diciendo es la verdad, recién ahí tendrás la confianza que te hace falta.

El hombre actual está tan sumergido en la densidad del mundo que le cuesta mucho ver los salvavidas que suelen caer sobre su cabeza para poder salir, y así de-ja pasar mil y una oportunidades, hundiéndose en lo más profundo.

Esa profundidad es la ignorancia. Pero te puedo asegurar que hasta de ese fondo se puede salir, siempre y

cuando tengas una decisión cierta de salir. Preguntarás, ¿salir adónde? Hacia tu verdadera libertad.

Feinmann se queda más que callado, profundamente abatido. Una enorme pesa-dumbre se deposita sobre sus hombros. Siente haber librado una batalla intelectual, donde siempre estuvo seguro de vencer y venció, pero esta vez no tuvo recursos pa-ra defenderse, estuvo vapuleado todo el tiempo. ¿Por qué? Por la fortaleza de su contrincante, y lo desconcertante es que en ningún momento apareció como amenazante y mucho menos violento. Los dos siguen caminando en silencio, en ese silencioso paisaje de árboles enormes que tapan los rayos del sol, y quizás escuchando el canto de los pájaros.

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IX

CONOCIMIENTO Y SABIDURÍA

YUKTESWAR

El sentido de esta experiencia, fue mostrar un personaje con apariencia de sabio conocedor de todas las reglas con las cuales funciona el sistema, y confrontar-lo con otro personaje que ya ha tenido contacto con la sabiduría de los maestros (Cf. en este sitio INFORME NÉSTOR KIRCHNER I a V)

Hay un punto donde todo ese mundo intelectual de “profundidad y experien-cia” se desmorona ante la simpleza de alguien que representa otro modo de ver el mundo, sin vueltas ni rodeos.

¿Quién puede enseñar a nadie si no ha obtenido ese conocimiento de un con-tacto interno con la Energía del Padre?

Todo lo demás es solo palabrería, con sustantivos y adjetivos que no condu-cen a nada.

Al final siempre se sabe quien gana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

EL CONVOCANTE

¿Están concluidas las convocatorias?

YUKTESWAR

La única que falta es para llevar a Feinmann a una purificación. Es una persona inteligente, solo que tiene que limpiar su mente de los mons-

truos que le “pasan letra”, para conectarse con su verdadera realidad interior y expe-rimentar la libertad y el discernimiento.

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EPÍLOGO

RESCATANDO A FEINMANN

Feinmann con el gesto del vencido cae de rodillas y extiende sus manos como

en señal de estar entregado a la derrota.

Baja la cabeza y confiesa:

Me han vencido.

Creí que era un virtuoso del conocimiento, y me demostraron que en

verdad no sabía nada, que solo era parte del sistema, y que mi personaje se

encuentra en esa delgada línea en la cual debo elegir.

Se dirige al maestro Yukteswar que está frente a él.

Acéptame maestro.

Todo el conocimiento que creí tener, ahora sospecho que me lo otorga-

ron para manipular mi alma.

YUKTESWAR

Entonces estás preparado.

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El proceso que vas a experimentar es necesario si no quieres que tu

alma quede clausurada para siempre.

Acepta acompañarme al mar de la purificación donde empezarás la ta-

rea de una limpieza profunda, vaciándote de todos los conceptos y teorías que

atormentan tu mente.

Feinmann se levanta y acompaña al maestro al mar de la purificación.