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NOVENA AL CURA BROCHERO

INTRODUCCIÓN

“La santidad: vocación de todo bautizado”

Los últimos Pontífices que Dios le ha regalado a la Iglesia y, a la humanidad entera –en especial San

Juan Pablo II- han trabajado y, lo hacen ahora también, por regalarnos la belleza de tanta ―santidad‖

presente en el silencio del mundo a lo largo y ancho de su geografía. Somos testigos de una santidad

que hemos podido ver y tocar, conversar y escuchar, admirar y desear imitar. Ahora están allí,

puestos como ―inspiradores‖ de una vida cristiana que no acepta ―mediocridades‖…quiere, necesita

que seamos santos.

Se escuchan a menudo expresiones, en tantos cristianos como: ¡Bueno…suficiente con que trabaje

por amar a Dios y servir…Pero santo ¡No!...eso es para otros‖. O bien, otros piensan que la santidad

es una realidad que se ―reduce a algunos consagrados en la Iglesia‖. Sin embargo, la santidad, es un

llamado de Dios impreso en lo más entrañable de nuestra existencia el día de nuestro bautismo.

Allí, el Padre –por mediación de Jesucristo- nos ha hecho hijos suyos. Por tanto, nos ha dado los

dones y gracias para que, a lo largo de la vida respondamos a ese llamado. Una santidad que se

construye poniendo lo mejor de nuestra vida en todo aquello que nos toca afrontar, vivir, trabajar,

alegrarnos y sufrir cada día. En palabras de Santa Teresita: ―hacer extraordinariamente bien las

cosas ordinarias de cada día‖. Esas cosas, realizadas por amor a Dios y a los hermanos, ofrecidas a

nuestro Dios, Él las transforma y eleva con su gracia para que den frutos abundantes: Ni más ni

menos….por ahí va el camino para ser santos.

La Iglesia en Argentina, los argentinos todos, estamos por vivir un momento ―único‖ en nuestra

historia. Un hijo de esta tierra, llega a los altares: José Gabriel del Rosario Brochero. Al iniciar esta

novena, agradeciendo a Dios y pidiendo la intercesión del Santo Cura, es bueno preguntarse y

dejarse iluminar sobre un tema que siempre ronda como una gran pregunta en muchos cristianos:

¿Por qué la Iglesia canoniza a algunos de sus hijos? ¿Para qué la Iglesia proclama públicamente la

santidad de algunos de sus miembros? Un experto en el tema nos dice:

“La canonización no es un premio a un cristiano que vivió heroicamente sus virtudes,

porque nada podrá ya aumentar la gloria de un beato o de un santo. Canonizar o beatificar

es un acto social ECLESIAL. El objetivo final no son los santos sino los fieles, que son los

destinatarios y beneficiarios de la misma. Por eso un santo es tanto más canonizable cuanto

más atractivo y estimulante sea su mensaje al mundo moderno y mayor su fama de santidad,

de modo que los fieles se sientan incitados a seguir sus ejemplos....el hecho de que existan

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beatificaciones y canonizaciones en nuestros días, contribuye a la visión de una IGLESIA

VITAL, que no sólo acumula recuerdos en su historia, sino que busca siempre nuevos

modelos para inspirarse y que los pone en práctica en medio de las dificultades presentes

en el mundo...”1

¡Qué hermosas palabras! ¡Qué iluminadoras para nuestra vida! Los santos son un regalo para los

fieles, para nosotros. Son, la expresión de una Iglesia que está viva, por la que corren fuertes aguas

de santidad y, además, ellos nos inspiran, nos alientan, nos animan con su ejemplo a afrontar todo lo

que nos depara la vida con las herramientas sencillas y profundas que son posibles por la fuerza de

la gracia de Dios.

Nada más claro y, a la vez oportuno para nuestra oración de súplica y alabanza por este gran don de

la santidad, que las palabras de San Pablo a los Efesios. Pidámosle a Brochero, mientras las

meditamos con profunda atención del corazón, que no deje nunca de interceder por todos los

cristianos, por la humanidad entera, para que estas palabras del Apóstol se hagan vida en todos:

“Yo…los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido. Con

mucha humildad, mansedumbre y paciencia, sopórtense mutuamente por amor. Traten de

conservar la unidad del Espíritu, mediante el vínculo de la paz. Hay un solo Cuerpo y un

solo Espíritu, así como hay una misma esperanza a la que ustedes han sido llamados, de

acuerdo a la vocación recibida…Él comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros

profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. Así, organizó a

los santos para la obra del ministerio en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta

que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado

perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud” (Ef. 4, 1-4. 11-13).

1Procesos administrativos de Canonización. Profesores de la Facultad de Derecho Canónico. ―La santidad canonizable‖

del Pbro. Dr. Ariel David Busso, pág.38. EDUCA,1995. Bs.As.

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DÍA PRIMERO

“Las raíces son la grandeza de una persona”

Meditación

José Gabriel del Rosario Brochero, conocido como el Cura Gaucho, ejemplar evangelizador

en las Sierras Grandes de Córdoba, modelo de sacerdote diocesano, nació en Santa Rosa del

Río Primero el 16 de marzo de 1840. Comenzó sus estudios en el Colegio Seminario Nuestra

Señora de Loreto, en la ciudad de Córdoba, el 5 de marzo de 1856. El retorno de los Jesuitas

a esa ciudad en 1859 le permitió conocer el que sería su principal método de evangelización:

los Ejercicios Ignacianos. Ocupó gran parte de su tiempo en conducir a las personas que

tenía confiadas a vivirlos, convencido de que la renovación de la parroquia y de su pueblo

estaría dada por la renovación del corazón de cada persona. Ordenado sacerdote el 4 de

noviembre de 1866, fue Capellán de Coro, Prefecto de estudios del Seminario Mayor y

obtuvo el grado de Maestro de Filosofía de la Universidad Nacional de Córdoba. Enviado a

Traslasierra, tomó posesión del Curato de San Alberto el 5 de diciembre de 1869.2

Saber de dónde se viene es la piedra angular para que todo ser humano logre ver un proyecto en su

vida. Cuando se habla de proyecto, se entiende como la respuesta a Dios a empeñar la vida a un

estado, profesión u ocupación en la que, además del bien y lo bueno que significan para cada uno,

sus progresos e ideales, tiene una dimensión meridiana de servicio a los demás. Es imposible pensar

a un médico que no sienta pasión por atender y curar a sus pacientes. Imposible pensar a un hombre

o a una mujer que desean entablar una relación para siempre, sin que en ese anhelo esté también el

profundo deseo de formar una familia, fecundar, criar, educar hijos. Si la cuestión no es así, ese

llamado proyecto no es más que un profundo deseo egoísta que termina degradando a esa persona

y a todos los que la rodean. El Cura Brochero, nuestro querido cura argentino y ahora santo de la

Iglesia Universal, consciente de ser parte de una tierra concreta y de un pueblo concreto, dijo sí a

Dios, en el llamado divino al Proyecto Sacerdotal con la profunda convicción interior y exterior de

ofrecer la vida para renovar el corazón de cada persona de su pueblo.

Él que conoció su ciudad, estudió en ella. Allí cultivó amistades y fue un joven atento a las

realidades sociales y políticas de su tiempo. Cuando la Iglesia le pide que asuma el Curato

traslasierra, allá va el Cura, con el mismo y profundo convencimiento de siempre: conocer a la

gente y ayudarla a renovar –desde el Encuentro con Cristo- su corazón.

El sueño del Cura Brochero, el anhelo más arraigado en su interior era: un Pueblo de corazón

renovado por la fe, para que sea capaz de no ser esclavo de nada ni de nadie, sino un pueblo libre

por saberse Pueblo de Dios.

2 Artículo de Mons. Santiago Olivera publicado en la Revista ―Criterio‖ en Abril 2009.

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Oración

Hermanos: pidamos a este santo varón que interceda por todos nosotros, por cada argentino, para

que, en medio de una cultura del bienestar, donde se tiende a pensar sólo en uno mismo, en los

propios gustos y deseos. Una cultura de lo provisional, donde se arman y desarman con demasiada

facilidad decisiones de vida, sin tener en cuenta consecuencias. En una Patria donde el poder y la

ambición desmedida, han llevado a dividir la belleza del sabernos hermanos de una Nación: él nos

alcance de Jesús la gracia de una profunda renovación de nuestros corazones. Que la fuerza de su

santidad nos mueva, como al Pueblo de Israel a cruzar “esas fronteras que nos distancian y nos

envejecen” y, caminemos –guiados por Dios- hacia una libertad verdadera donde la reconciliación

y la paz sean nuestro gran patrimonio; donde cada persona cultive con amor el proyecto de su vida.

Y que interceda para que nuestros jóvenes, animados por el deseo de construir un pueblo renovado

en lo más hondo de su corazón, sepan escuchar las constantes llamadas de Dios a hacer de sus

vidas una ofrenda válida y fecunda.

DÍA SEGUNDO

“El pueblo se renueva en la Eucaristía”

Meditación

“El Cura Brochero, en 1869 concluyó la obra de la “Iglesia de San Pedro” iniciada en

1867 por el presbítero Francisco Aguirre. Concluyó la antigua “Iglesia de Villa del

Tránsito” y la reconstruyó en 1902 luego de que un tornado la dejara sin techo en 1896.

Construyó la “Iglesia de San Vicente” en 1872. Construyó la antigua “Iglesia de Las

Rosas” en 1872. Construyó la “Iglesia de Ciénega de Allende”en 1882. Acondicionó la

antigua “Iglesia de Nono”. Construyó la “Casa de Ejercicios Espirituales de Villa del

Tránsito”, inicia las obras en 1875 y en 1877 se dieron las primeras clases”.

En menos de diez años, el celo pastoral de Brochero lo llevó a trabajar incansablemente para que

cada pueblo encomendado a su responsabilidad tuviese su templo, lugar privilegiado para

experimentar el Encuentro con Jesús en la Eucaristía y, que reunido en su nombre, va haciendo la

lenta y progresiva experiencia de saberse el Pueblo de Dios. Obras que, tienen su sueño anhelado

en la casa de Ejercicios Espirituales, donde pasaron más de cuarenta mil personas durante su

ministerio.

Hay fotografías de ese tiempo, que lo muestran al Cura, trabajando en las obras con toda la gente,

como un constructor más de esos ―santos lugares‖. Uno puede pensar que, quizás dejaba lo esencial

de su ministerio para dedicarse a ser un ―cura constructor de obras‖. Sin embargo, el pastor, sin

dejar lo esencial de su tarea sacerdotal, tenía la ―íntima y profunda convicción de que el Pueblo sólo

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es renovado en lo más hondo del corazón por el poder de gracia de Nuestro Señor. Para ello, el

Santo pastor, sabe que “el templo” se convierte como en el corazón geográfico de un pueblo que

busca vivir, celebrar y expresar su fe. Así pues, convocar a la gente para que “renueve su más

hondo sentido de la fe en la belleza de la liturgia, con el centro en la Eucaristía”, lo convierte en un

fiel custodio de la tradición de la Iglesia y, a la vez, en un profeta de las convicciones que se

plasmaron en el Concilio Vaticano II: La liturgia es centro de vida de la Iglesia y, la Eucaristía

centro vital de la liturgia”. Un escrito del mismo Brochero, en una de sus pláticas dice así:

“...Y este milagro fue instituir el sacramento de la Eucaristía. Porque la Hostia consagrada

es un milagro de amor, es un prodigio de amor, es una maravilla de amor, es un

complemento de amor, y es la prueba más acabada de su amor infinito hacia mí, hacia

ustedes, hacia el hombre”.3

Si se quiere debilitar y, hasta envejecer espiritualmente a una comunidad cristiana, sólo basta con

que le quites la posibilidad de celebrar los Santos Misterios. Si el Sacrificio de Cristo, entregado por

todos, la Sagrada Eucaristía, no ocupa ―el centro vital de una comunidad cristiana‖, seguramente

todo queda en una magnifica tarea puramente social. Buena, importante, solidaria…pero donde

Cristo deja de ser la ―fuente y plenitud‖ de la vida de de los hombres.

Oración

Pidamos a este celoso Pastor que, nos conceda a todos los cristianos renovar nuestra mirada sobre

el valor del templo, de nuestras Parroquias, de la obras que proyectamos‖. Que nos consiga del

Señor la gracia necesaria para que: pastores y fieles, re-descubramos que la vitalidad de la vida

cristiana no es perdurable ni fecunda cuando los hombre somos el centro de todo, sino cuando la fe y

su testimonio evangelizador, sólo encuentran su impulso perdurable en Cristo Eucaristía.

DÍA TERCERO

“Evangelizar es promover al hombre y, promoverlo es evangelizar”

Meditación

―¿Quién es Brochero? ¿De dónde saca la pasión apostólica que lo domina? Para

comprenderlo es preciso remontar el vuelo hacia los Apóstoles y entender el fervor

evangelizador que aparece en ellos. El Padre Brochero es un apóstol, de la estirpe de

aquellos, formados diligentemente por Jesús en la intimidad de su Colegio‖.

3PositioVol II Pág.30 Plática del SD sobre la última cena de Jesús.

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En ese sentido, advierte que ―se corre el riesgo de sindicarlo entre quienes se dedican a

resolver los graves problemas de los más pobres y excluidos‖, sin embargo, aunque ―también

lo logra, de manera eminente‖, aclara que ―la motivación principal de su generosa entrega es

el amor a Cristo. No es el cura agauchado, de armas tomar, más movilizador social que

siervo paciente. Es capaz de jugarlo todo al ideal misterioso que el Evangelio le propone.

Para él, el Evangelio es Cristo, y se interna con valiente y tierna devoción en su constante y

principal contemplación‖.4

Todo sensato pastor, mayor o joven, lleva en lo más profundo de sus ideales que, toda la comunidad

que le es encomendada, crezca en una pasión profunda por el servicio a todos los hombres pero, en

especial, a los más pobres, excluidos y sufrientes…al modo de Jesús y sus apóstoles.

Sin embargo, esa noble pasión, se va confrontando día a día con la dureza de la misma realidad. Esa

confrontación provoca múltiples reacciones. Detengámonos en dos de ellas:

1-El desánimo: provocado porque descubrimos –pastor y comunidad- que ―nuestro ímpetu por

cambiar las cosas de los que más lo necesitan se choca con dos resistencias implacables: la de la

misma dura realidad social y la de la dureza del corazón de muchos de esos hermanos a los que

deseamos servir”. ¿Entonces? Rápidamente nos abruma la decepción, la bronca, el dolor de la

impotencia. Discípulos misioneros, que de repente nos encontramos llenos de cuestionamientos que

nos llevan a la sutil pregunta de si en verdad ¿Todo esto vale la pena? ¿Es este el camino? ¿Hay

que seguir? ¿Cómo hacerlo? Sin contar con los que, en medio de las resistencias: “abandonan la

tarea o pegan la vuelta al refugio de sacristía”.

2-Avanzar sin discernir: Esta segunda reacción, que a tantas comunidades y pastores les ha

acarreado profundos problemas y divisiones, la provoca la tentación de que, a esa pasión no la va a

socavar nadie y, se decide avanzar sin percibir la peligrosa cuota de prepotencia que se nos

encarna en nuestros gestos y palabras. Precisamente allí, pierden su íntima relación Evangelio y

promoción humana. Sin dejar de ser intencionalmente muy noble, esa actitud nos desvirtúa como

discípulos y nos convierte en movilizadores sociales: logramos que los pobres reciban nuestra

ayuda material y social, pero, construyendo muros de resistencia que no promueven la convivencia,

el diálogo pacífico, la tolerancia.

Oración

Pidamos la intercesión del Santo Cura, que criticado de prepotente, mal hablado y movilizador

social, guardaba la meridiana claridad para volver a la Escuela del Maestro, a su contemplación y

escucha de su Palabra para discernir –con paciencia- los caminos y medios que debía utilizar; el

tiempo y el espacio en el cual realizarlo. “Convencido que la verdadera promoción del hombre

4AICA, Exposición de Monseñor Domingo Castagna (Obispo emérito de Corrientes) “En el año sacerdotal 2009-2010”.

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radica –en primer lugar- en su Encuentro con el Evangelio de Jesús”. Sumidos en una patria

fragmentada por tantas prepotencias, estamos llamados –pastores y comunidades cristianas- a

dejarnos purificar las intenciones y el corazón, los proyectos y sus posibilidades de realización, al

modo, como el santo cura lo hizo: ¿Qué me motiva a hacerlo? ¿Quién me motiva? Es el necesario

discernimiento para purificar nuestra propia corrupción interior y exterior para jugarlo todo en el

misterioso ideal que el Evangelio de Cristo propone.

DÍA CUARTO

“Anuncio y denuncia, claves de un profeta del Evangelio”

Meditación

―El Cura Brochero, con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias

iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades

y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal

ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a

sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran, ―abandonados de todos pero no por

Dios‖, como solía repetir‖.5

El momento histórico de la Argentina, en el que el cura gaucho ejerció su ministerio, no dista

demasiado del que atraviesa hoy la patria. Tiempo de gran transformación cultural, provocado por

el largo proceso de organización nacional. ¿En qué consistió ese movimiento? se

llama Organización Nacional, al período comprendido entre la derrota del régimen rosista en

la Batalla de Caseros, ocurrida en 1852, y el acceso al poder de la llamada Generación del 80,

alrededor del año 1880.

En este período se produjeron cambios profundos en la configuración del estado argentino: se

sancionó la Constitución Nacional de 1853, por la que se instalaban autoridades nacionales y se

reemplazaba la laxa Confederación precedente por una federación —aunque aún llevaba el nombre

de Confederación— y posteriormente por una República federal; tuvo lugar la sangrienta Guerra de

la Triple Alianza contra el Paraguay, las últimas guerras civiles argentinas y se incorporó gran parte

del sur del país como resultado de la llamada Conquista del Desierto; se organizó definitivamente

el Ejército Argentino a raíz de la Guerra de la Triple Alianza y la Armada Argentina a partir de la

formación de la Escuadra de Sarmiento; se solucionó la cuestión capital con la Federalización de

Buenos Aires; se modernizaron las comunicaciones internas –iniciándose el tendido de la red

ferroviaria argentina– y las externas, con la construcción de nuevas instalaciones portuarias; se

5SEMINARIO DE CÓRDOBA, “Reseña histórica del Cura Brochero”, 2010.

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extendió la educación primaria gratuita y se crearon gran cantidad de escuelas primarias y

secundarias.

En esta situación política y social, Brochero, amigo de varios políticos de ese proceso, entre ellos el

presidente Juárez Celman, escribe cartas a autoridades nacionales, congresistas, gobernadores, en las

que, con una expresión campechana, pero profundamente inteligente, lúcida y audaz les denuncia

su falta de presencia e interés por las gentes de las zonas más pobres e incomunicadas del país,

exigiéndoles su compromiso con la ayuda para el progreso de las mismas. Claro está, entre esas

zonas se encontraba su Curato, Traslasierra cordobesa.

No es cosa fácil para ningún cristiano, en cualquier situación, lograr una síntesis armónica, clara, sin

doblez de estas dos facetas de un discípulo del Evangelio: anunciarlo y denunciar desde él toda

injusticia, prepotencia o violencia que hiera al pueblo. ¡Cuánto más, en los momentos que vive hoy

nuestra querida Nación Argentina. Por momentos, todos exigimos de todos para tan ardua tarea, los

laicos de los curas, los curas de los obispos, los obispos del Papa. Pero la tarea que debe brotar de

una actitud común, eclesial. Somos todos, cada uno desde su vocación, los que estamos exigidos a

una santidad que implica el compromiso de trabajar y luchar –en el mejor sentido evangélico- por el

bienestar de todos, especialmente de los más pobres y sufrientes. No caben en esa síntesis ni el

silencio cobarde ni la ideología que reduce.

Oración

Que el Cura Brochero interceda por toda la Iglesia en Argentina, para que todos sus miembros

trabajemos con profundidad y libertad de espíritu por la dignidad y el desarrollo de los más

olvidados. Que nuestra alegría de ser discípulos-misioneros de Jesús y su Evangelio, esté

impregnada de esa pasión por dignificar a todo hombre, sin violencias, ni banderismos, sino con la

humilde actitud de el servidor que, sencillamente, cumple su labor, según el Maestro nos ha

enseñado.

DÍA QUINTO

“Los baños del alma”

Meditación

―Los baños del alma‖…Así le llamaba el santo cura a los Ejercicios Espirituales que predicaba.

Podemos afirmar que ellos ocuparon el centro de sus desvelos pastorales. Él mismo salía en su mula

a buscar en las extensas distancias de su Curato a todos: buenos, malos, sanos, enfermos y

pecadores, para invitarlos personalmente a esta experiencia, pues tenía la plena convicción que eran

una ocasión fundamental para la profunda renovación de los corazones. Así lo testifica el R.P. José

María Bustamante, Superior de la misión jesuítica de Córdoba:

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“El Señor Brochero, que sabe por experiencia cuán grande es la eficacia de los Santos

Ejercicios para comunicar la verdadera luz del Cielo a las inteligencias y hacer que la

gracia triunfe de los corazones más rebeldes, no vaciló un instante en adoptar esta arma

poderosa para la santificación de los fieles encomendados a su cuidado… Muchos, aunque

no tan pobres, pero a pretexto de pobreza u otras razones aparentes, se excusaban de ir a

los Santos Ejercicios. El, entonces, les daba cuanto necesitaban y les allanaba todas las

demás dificultades, deshaciendo así los ardides del Demonio y triunfando de los corazones

más obstinados. Débese notar, además, que a estos sacrificios unía también otros actos

heroicos de virtud de una constancia inquebrantable. ¡Cuántas veces se le vio de rodillas a

los pies de ciertos pecadores, que duros a sus paternales amonestaciones y lágrimas, se

resistían a recibir el bien que – en nombre del Santo Cristo que tenía en sus manos- les

ofrecía!” 6

Comenzó esta tarea en la casa de Ejercicios de los jesuitas en la ciudad de Córdoba. Allí, también,

dio inicio su titánica tarea para que sus paisanos tuviesen su propia casa de Ejercicios.

Arremangando su sotana, se unía a la gente para construir ese lugar ansiado por él, que, podemos

afirmar, se constituyó en la cumbre de todas las obras con las que soñó. Hasta que, en el año 1877,

allá, Traslasierra cordobesa, su pueblo tenía ese hogar donde poderse dar esos profundos baños del

alma –como llamaba el Cura a los Ejercicios espirituales- que transformaban sus corazones, sus

costumbres y su manera de vivir. Para llevar a cabo cada una de esas experiencias espirituales, el

Cura gaucho salía, personalmente, a buscar a todos para convencerlos de hacer el retiro. Aún a costa

de ser insultado y maltratado, él no cejaba en su celo. Tenía clara visión de una “Iglesia en salida",

que no se amedrenta ante las adversidades. El R.P. José María Bustamante, Superior de la misión

jesuítica de Córdoba, nos ha dejado un testimonio impactante:

“…Sin embargo, el fruto más notable e impactante – signo por otra parte del auténtico

encuentro con el Señor- fue la profunda reforma de vida de sus fieles11

. De tal forma la

práctica de los Ejercicios fue un verdadero fermento renovador de la vida cristiana de la

zona:

“Además era harto sabido que la gente que concurría a los Santos Ejercicios salían

totalmente transformados y reformados en sus costumbres y manera de vivir… la gente solía

comentar que la Casa de Ejercicios era un verdadero semillero de conversiones, plenamente

comprobado por todos. Jamás se oyó que todas estas conversiones las realizara el Siervo de

Dios buscando gloria humana o otros fines de halagar su vanidad, sólo le interesaba la

mayor gloria de Dios, como solía repetir con frecuencia.7

Oración

Pidamos en nuestra oración, que Brochero, desde el cielo nos consiga de Dios la inmensa luz y

gracia que necesitamos –pastores y fieles- de encontrar –en medio de las múltiples tareas que

tenemos- poner lo esencial en su lugar.

6.- Carta del Superior de la Residencia de Córdoba al Superior de la Misión argentino-chilena, 24.7.1881. 7Summarium: Zoraida Recalde de Recalde, 167.

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1-Convenciéndonos que, nada traen de bueno las agitadas correrías apostólicas que no se

sustentan en conducir –en primer lugar- a los hombres a una profunda experiencia de Dios.

Experiencia que implica: la prédica rezada en los tantos retiros espirituales que organizamos y

realizamos, la centralidad de la vida sacramental, en especial la Reconciliación y la Eucaristía.

Nuestros Retiros espirituales no pueden ser una oferta ―como siembra al boleo‖. Al contrario, se

deben convertir para los hombres en profundas experiencias de Dios y de la Iglesia, que nos dejen el

maravilloso fruto de ―cristianos adultos, es decir, gente que habiendo bañado el alma en los tesoros

de la gracia, descubran el Amor a la Iglesia y la necesidad de injertarse en ella para ser –

verdaderamente- discípulos y misioneros.

2-También, pidámosle que rece a Dios por nuestros pastores, para que les conceda la gracia y la

sabiduría de ser guías y formadores de cristianos con una sólida vida espiritual, con la dimensión de

compromiso social que la misión implica. Siempre se corre el riesgo de querer tener a los laicos

girando alrededor de las necesidades urgentes de las Parroquias y sus inmediatas necesidades.

Claramente la Iglesia nos enseña que la identidad laical se ubica justamente en la frontera entre la

Iglesia y el mundo. Estamos urgidos a formar y animar a los cristianos a un compromiso

convincente con la construcción de una sociedad donde los valores del Reino inunden sus

estructuras. Esa tarea, sólo la pueden realizar nuestros laicos, sostenidos por una sólida vida

espiritual y sacramental, iluminada con los claros criterios de la Doctrina Social de la Iglesia. No

somos formadores de sacristanes, sino de discípulos misioneros injertados en el mundo como

fermento de una nueva cultura social.

DÍA SEXTO

“La lepra hedionda se lava con la Caridad”

Meditación

Hay un episodio en la vida del Cura Brochero, que nos pone de manifiesto el modo como el

Evangelio había traspasado su vida. Visitaba por largo tiempo a leprosos abandonados en las

lejanías de Traslasierra y, hasta los abrazaba con ternura. Esa fue, luego, la misma enfermedad que

lo llevó a él a su muerte.

Un día, dispuesto a visitar a uno de ellos, un parroquiano lo afrontó para impedírselo. Allí se

produjo este diálogo:

“-Señor Cura: no se exponga tanto a enfermarse; mire que más vale su vida que la de ese

hombre. Ya lo ha confesado, déjelo que muera en paz.

11

- ¡Caray que habías sido bárbaro! ¡Si la lepra no vale nada! Si Dios quiere, ni el Diablo me

ha de contagiar. La lepra hedionda es la de adentro; y esa no se pega; esa se lava con la

caridad.8

Sólo las convicciones profundas logran convertir el corazón de los hombres. Queda aquí muy claro

que, la centralidad del Amor, como don sobrenatural de Dios a nuestras almas: la Caridad, es la

plenitud de la vida de un discípulo del Evangelio de Jesús.

¡Qué profundo y meridiano conocimiento del corazón humano que el Cura gaucho guardaba en su

interior! ¡Qué espontánea respuesta que brota del conocimiento masticado del Evangelio‖: ―No es lo

que viene de afuera lo que hace malo al hombre, sino lo que sale de su corazón”, nos dice Jesús en

el Evangelio de Mateo (Mt. 15, 16-20).

Este hermano nuestro, este peregrino de nuestras tierras argentinas que llega al honor de los altares,

nos invita a revisar nuestras grandes hipocresías actuales, en particular, aquellas que tienen que

ver directamente con la Caridad. En medio de una cultura de la fragmentación, la Nación necesita

del testimonio cristiano, de aquella luz que no se enciende para esconderla sino para que todo el que

entre, vea esa luz. ¡Tantas veces –en el hoy de nuestra patria- muchos cristianos formamos parte

activa de la ―cultura del desencuentro…podríamos decir: protagonistas de silencios temerosos, de

ideologías sectarias, de arengas violentas, disfrazadas con discursos de paz‖. La Caridad, sigue

siendo esa vía fundamental que aún no terminamos de recorrer adentro de nuestra Iglesia ¡tanto

menos la podremos expresar en el cuerpo de la sociedad!

¡Sí, la lepra hedionda es la que viene de adentro! –dice el Cura Brochero con grandísima sabiduría-

esa que se hace patente en: las constantes divisiones de nuestras comunidades, generadas por

egoísmos y búsqueda de protagonismo anti-evangélico, en los “clericales estilos” para juzgar

dogmáticamente la vida de nuestros hermanos, sin la grandeza de hablar rostro a rostro, ese

hediondo modo de andar “por las espaldas”, en las oscuras estrategias eclesiásticas para digitar la

vida de otros, sin tener en cuenta a la persona humana, en las hediondas expresiones de celos,

envidias, desestimación, que hacen de “la Comunión” un discurso vacío sin sustento en la realidad.

¡Realmente la gran lepra que carcome las fuerzas del discipulado! ¡Lepra que, sólo cura la belleza

de la Caridad!

Oración

Pidamos, en este día, al santo cura Brochero, que –desde el cielo- nos obtenga la gracia de tomarnos

en serio esta urgente apertura del corazón al Don de la Caridad que Dios infunde en nuestras

almas. Que el Amor de la Santa Trinidad nos permita –a pastores y fieles- ―evangelizar las periferias

8Anécdotas del Cura Brochero: Los Principios (Córdoba) 29 enero 1914, 3. Otra versión es recogida tiempo más tarde

de labios de una sobrina del Siervo de Dios por el incansable misionero jesuita de Traslasierra y primer biógrafo

contemporáneo del Cura Brochero: AZNAR A. En el cincuentenario de la muerte del Cura Brochero 26-I-1914 * 26-I-

1964: La Voz del Interior (Córdoba) 26 enero 1964, 10.

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hediondas de nuestro corazón y tantas actitudes nuestras‖. Sin temor, pidámosle que nos obtenga de

Dios la gracia de la curación en el Amor, porque sólo curados en la Caridad podremos ser testigos

y actores de una cultura del Encuentro y de la Reconciliación en nuestra Iglesia y en nuestra

Patria. Sólo en y desde la Caridad podremos ser el buen olor de Cristo para el mundo.

DÍA SÉPTIMO

“Misericordia con las periferias existenciales”

Meditación

Abundan en sus cartas y en los testimonios para su causa de beatificación, la constante ocupación

del Cura Brochero por los: enfermos, por quienes no tenían educación (especialmente los jóvenes),

por los que vivían en los ranchos más alejados del curato, con quienes compartía tardes enteras en

esa revolución de la ternura, con la concreta cercanía entre mate y evangelio.

Pero, entre tantos de estos gestos, resalta su apasionada tarea con los presos, con aquellos

privados de la libertad. Era asiduo visitante de la nueva Penitenciaría del Barrio San Martín, en

Córdoba, visitando y asistiendo espiritual y materialmente a los presos. Es así que, para el Año

Santo, convocado por el Papa con motivo del fin de siglo, en el que se centró una ―Gran Acción de

Gracias por la Redención realizada en Cristo‖, el cura ―predica lo Ejercicios espirituales en la

citada cárcel, en el que participaron más de doscientos presos”9. Iniciativa que le trajo no pocas

críticas, obstáculos y denuncias públicas de las mismas autoridades. Porque, no conforme con los

Ejercicios, teniendo en cuenta la gracia de un Año Santo movilizó todo contacto posible para que se

decretara “el indulto para aquellos presos que habían cumplido las dos terceras partes de su

condena”. Más allá de todo obstáculo y crítica, en el corazón del cura santo, la potencia de la

llamada: “Misericordiosos como el Padre”, le daban la fortaleza para afrontar el desafío. En esa

ocasión, Brochero les escribe una carta a los presos. Citamos algunos de sus párrafos:

“Ballesteros, 22 de diciembre del 1900 – A mis queridos hijos espirituales, los presos de la

Penitenciaría: – Mis queridos: deseo que Ésta los encuentre con salud, con paciencia y con

esperanza de conseguir alguna gracia por los tres acontecimientos del año entrante.

Ya les hice decir por mensaje, y luego les repetí por carta, que las Damas de Córdoba y el

presidente de San Vicente de Paul hicieron por Uds. petición de gracia ante el Gno., y que el

carro se encajó hasta las mazas, esto es, que muchas personas de valer de Córdoba hacían

resistencia a la solicitud, que se hizo por Udes. (no entran en los resistentes ni el

Gobernador, ni sus Ministros). Es preciso, pues, que Udes. se den todas las noches (hasta el

9En la cárcel Penitenciaría. Ejercicios espirituales: Los Principios (Córdoba) 14 noviembre 1900, 1; cf. Ejercicios

espirituales en la Penitenciaría: La Libertad (Córdoba) 14 noviembre 1900, 2

13

1° de Enero) una soba en las carnes limpias, para que se verifique aquel adagio A Dios

rogando y con el palo dando, y puedan obtener la gracia de que se les rebajen dos años en

sus condenas, y se les ponga término, a los que no la tengan: y puedan así salir de la

cárcel una docena de 110 penados que son Udes. entre hombres y mujeres. Una docena de

presos, que pueden ser agraciados en el 1° de Enero, es lo que asusta y escandaliza a ciertas

personas de la sociedad de Córdoba, y no se escandalizan que más de 10 docenas de presos

no se les ha concluido el sumario entre los tres meses que manda la ley! Si se consigue la

gracia, pedida para Udes. se verá que el número de los agraciados es insignificante con

relación al número de presos”.10

Después de leer estos párrafos, cualquier palabra estaría demás. Es un texto para leer una y otra vez,

sobre todo, por la hondura de la ternura del corazón de este pastor hacia los más desdichados,

aquellos que viven privados de la libertad. ¿Quién puede dudar que en ese menudo hombrecito,

actuaba Jesús mismo? El profeta ávido de Evangelio y sagaz para tratar con los poderes del mundo y

con una sociedad incapaz de revisar cuánta responsabilidad le tocaba en la situación de esos

hombres y mujeres.

Oración

Pidamos, a este hermano nuestro, santo y alentador de santidad, que nos obtenga del Señor la gracia

de un corazón que se deje imprimir en su centro la desnuda profundidad de ser Misericordiosos

como el Padre”.

Es este el momento para cuestionarnos sobre nuestro rol evangelizador, en un momento de la Patria,

donde la situación de inseguridad y delitos nos han destapado el rostro de: una justicia pobre,

inactiva y, hasta comercial con la indefección; de un manejo inhumano y despreciable de muchos

miembros de la seguridad carcelaria que usan a los presos para oscuros negocios; de un Estado y un

poder legislativo ocupados de debatir oportunismos políticos y, casi ausente la revisión del estado

de las cárceles y de la legislación penal. El Cura santo, con la audacia del Evangelio, logró con tino

y prudencia denunciar –en su tiempo- aquello que hoy se ha viralizado.

Pidamos, que esa gracia de la Misericordia, llegue también al corazón de cada habitante de nuestra

sociedad, porque –lamentablemente- como en los tiempos del Cura Brochero, para muchos sectores,

los presos y delincuentes siguen siendo una lacra que hay que extirpar. ¡Hemos llegado a la triste

experiencia de una sociedad que se atrevió a lo impensable: hacer justicia a golpes y patadas sobre el

prójimo! La sociedad, en la patria, ha cruzado las fronteras no imaginables y ha entrado en un

peligroso círculo del que estamos a tiempo de salir. Que la intercesión del Cura santo y la luz del

10

Del señor Brochero. Carta a los presos: Los Principios (Córdoba) 25 diciembre 1900, 2. La carta fue respondida con

agradecimiento por ?los penados? el 7.1.1901 (cf. Una carta al canónigo Brochero (de los presos): La Libertad

(Córdoba) 8 enero 1901, 1).

14

Evangelio nos ayuden a ser constructores de una sociedad renovada en la más básica solidaridad:

respetar al otro, la vida del otro.

DÍA OCTAVO

“La Pascua celebrada y la Pascua vivida”

Meditación

La Misa diaria fue el centro de toda la vida cristiana y sacerdotal de Brochero. A todas partes donde

iba, llevaba al lomo de su mula todo lo necesario para celebrar el Misterio de los Misterios: la Santa

Eucaristía. Tenía para ellos licencias (permisos) expresos de sus superiores para hacerlo.11

Ese amor

a Cristo entregado hasta el extremo por amor a los hombres, hacía vibrar el corazón del Cura, hasta

el punto de no dejar sin el viático a un enfermo que se lo había pedido, aún de noche y con

tormentas muy peligrosas.

Y ya en su lecho de enfermedad, leproso y ciego, celebraba la Santa Misa en su cuarto, utilizando

la Misa votiva de la Santísima Virgen María, que él se sabía de memoria. Siempre con alguien que

le ayudaba, según el testimonio del Obispo de Santiago del Estero en una carta escrita por él

mismo.12

Dentro de las charlas (pláticas) de los Ejercicios espirituales, aquella que versaba sobre la Eucaristía

era la fundamental para Brochero. Se transformaba en un poeta del fruto más hermoso de la Pascua

de Cristo. Vibraba su voz al hablar de la entrega, sin límites del Amor de Dios.

¡Qué admirable claridad sacerdotal! ¡Qué visión tan profunda la de este Santo Cura que,

seguramente enamorado de las estrofas del salmo 126 que rezaba en el Breviario, estaba convencido

de que: ―Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles. Si el Señor no guarda la

ciudad, en vano vigilan los centinelas” (Sal. 126, 1). El más grande servicio que un Pastor le puede

ofrecer al Pueblo del cual Dios mismo es su Dueño y Señor. La fuente y el culmen de toda la vida

cristiana, de todo apostolado, de todo sacrificio y esfuerzo, de todo trabajo por la dignidad del

hombre se encuentra en la Eucaristía. Esta profunda verdad, sin tener el Concilio Vaticano II ni

soñado, el Cura lo tenía muy claro. Meridianamente claro. Sólo con esa visión pascual de su

11

Tenía licencia de altar portátil para celebrar la Misa en las casas de familia: AAC. Libro de facultades ministeriales

1856-1932 f. 98: 2.3.1877; Archivo del Arzobispado de San Juan de Cuyo. Libro de licencias y facultades que concede

S.S. Ilma. el Rmo. Obispo Diocesano de Cuyo ?N? 1 f. 25: 24.9.1877; AAC. Libro de facultades ministeriales 1856-

1932 f. 147-148: 26.4.1881; Carta del SD al Obispo Zenón Bustos, 10.6.1905; Testamento del SD, cláusula 2 y 5. 12

―La Misa la digo de memoria y es aquella de la Virgen cuyo Evangelio es extollensquaedammulier de turba… Para

partir la Hostia consagrada y para poner en medio del corporal la hijuela cuadrada, llamo al ayudante para que me

indique que la Forma la he tomado bien para que se parta por donde la he señalado, y que la hijuela cuadrada está en el

centro del corporal para poderlo doblar. Me cuesta mucho incarme [= arrodillarme] y muchísimo más el levantarme, a

pesar de [tomarme de la] mesa del altar‖

15

vocación y misión, Brochero deja al descubierto que es un hombre de Iglesia, un hombre enamorado

de la Iglesia.

Ahora bien, dos dichos muy populares dicen: ―los principios son determinantes‖ o bien, ―como

andas en la vida así terminas esta vida‖. De este modo, ese Misterio de la Pascua, en el que Cristo se

deja, libremente triturar para ser alimento de su Pueblo, fue el mismo Misterio con el que vivió su

pascua existencial. Así afrontó la enfermedad y así se abandonó en las manos del Padre

Misericordioso, para el paso definitivo a la eternidad. ¡Cuánto le habrá inspirado en su vida esa

hostia en sus manos hecha Pan que da la vida, que no dudó en dejarse triturar por la enfermedad y el

dolor, para hacerse hostia viva, para vivir hasta el extremo la Pascua personal! Esto es, en simples

palabras, lo que nos preparamos a vivir, a celebrar y a disfrutar con la Canonización del Cura

gaucho: Su Pascua realizada en plenitud. Esa es la Santidad que la Iglesia confirma y proclama de

este Pastor enamorado e incansable: Ha celebrado la Pascua de Jesús en la tierra y ahora es fruto

maduro de esa Pascua vivida, en unión a Cristo, en su propia vida.

Nos hará mucho bien, repasar con espíritu orante las palabras de los Obispos argentinos, con ocasión

de la Beatificación del Cura Brochero, haciendo referencia a este aspecto:

―…(Otro aspecto de la vida de Brochero a destacar es)…su identificación con la pascua de

Jesucristo. La vida de todo bautizado y, de manera particular la de un sacerdote, encuentra su

sello de autenticidad en el sufrimiento que es necesario padecer por el Evangelio. Lo

sabemos muy bien por nuestra propia experiencia: la misión es fecunda si es transformada

por la Pascua. Así lo vivió Brochero, que no solo experimentó diversas contrariedades en su

ministerio, sino que, en la enfermedad y el retiro de los últimos años, llegó a participar

consciente y libremente en la pasión de Cristo. Son conocidas las palabras que dirige a su

condiscípulo, el obispo Yañiz Martín: «Pero es un grandísimo favor el que me ha hecho Dios

Nuestro Señor en desocuparme por completo de la vida activa y dejarme con la vida pasiva,

quiero decir que Dios me da la ocupación de buscar mi último fin y de orar por los hombres

pasados, por los presentes y por los que han de venir hasta el fin del mundo»‖13

Oración

Pidamos la oración ferviente del Cura Brochero por todos los cristianos, para que Dios nos conceda

la gracia de vivir una fe clara y sólida, es decir, una fe completa. ¿En qué consiste esa fe? Ante todo,

la conciencia profunda que ella es un don, un regalo de Dios. No es la Iglesia que por su propia

voluntad tiene fe ¡No! La Iglesia, los cristianos todos, creemos porque Dios se nos ha adelantado y

nos ha regalado el don con el cual creer en Él y en sus promesas.

13

CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTEINA, Mensaje: “Brochero: hombre de Dios para su pueblo” 105 Asamblea

Plenaria, 20-04- 2013. Nota: Carta al Obispo de Santiago del Estero Mons. Dr. Yañiz Martín: 28/10/1913.

16

Además, la fe completa es aquella que está animada, empujada, empapada de la Caridad. Una vida

de fe sin Amor, es una fe incompleta, pues le falta el motor que la empuja a ser verdaderamente

transformadora del propio corazón y del corazón de los demás. Es la fe, que se hace testimonio, sin

necesidad de muchas palabras.

Finalmente, la fe completa, es ese don que me permite creer en aquellas realidades que no veo, pero

que espero. Y la esperanza más profunda del cristiano es, llegar un día a contemplar cara a cara el

rostro de Dios. Si nuestra fe de cada día no tiene en cuenta su meta final, ―está totalmente

empobrecida‖. Si sólo creemos en un Dios que me va a salvar de todo, aún de enfermar y morir,

estamos totalmente perdidos y –como dice San Pablo- ―somos los seres más dignos de lástima‖.

El Cura santo nos enseña, desde su santidad, que la fe completa lleva guardada, como una semilla

que en un momento germinará y dará frutos: el paso final. El misterio de la propia pascua. De la

muerte para la vida. No hay fe completa, si ella no tiene sentido de cielo.

En un mundo donde, todo se vive para el hoy. Donde no hay horizonte definitivo, porque se lo ha

ausentado a Dios, los cristianos estamos llamados a cultivar vigorosamente la ―riqueza de nuestra

fe‖. Sabiendo que, sólo ese sentido final que es Encuentro cara a cara con Dios, es el que nos

empuja a comprometernos más con esta vida, a ser testigos y constructores de una sociedad más

justa y más fraterna. La visión de la propia pascua nos debe hacer constructores de comunión y de

paz.

DÍA NOVENO

“Sólido y tierno amor a la Purísima”

Meditación

―La devoción del cura Brochero a la Virgen María, con el profundo y cálido título de ―Mi

Purísima‖, nos abre a su amor hondo y concreto, muy atento a las necesidades de cada

persona. Como la Virgen en las Bodas de Canáa, también Brochero supo decir a Jesús: ―no

tienen agua‖, ―no tienen educación‖, ―no tienen caminos‖, ―no tienen medios acordes para

encontrarse como hermanos y comercializar sus productos...‖. Y él hizo lo que Jesús dijo:

ayudó a todos sus contemporáneos a escuchar esa misma voz que abre las cataratas del amor

de Dios y que se vuelca en el amor concreto al hermano‖.14

14

CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, “Mensaje de los obispos al santo pueblo de Dios con ocasión de la

beatificación del Cura Brochero”, 105 Asamblea Plenaria, 20 de abril de 2013.

17

Con estas palabras de los Obispos argentinos, se nos completa la semblanza de este profundo

hombre de Dios. Una semblanza, que como hemos podido captar a lo largo de estos días de la

novena, nos descubre a un ser humano, a un cristiano y a un pastor, que todo su ser estaba

abrasado de amor a Dios y a sus hermanos. Así, como la celebración de la Misa diaria era el centro

de su vida, también se los veía siempre con el Breviario (Liturgia de las Horas) y el Santo Rosario

en mano, afirman testigos que conocieron directamente al Cura.

En los documentos del proceso de canonización, se dice que el Cura Amaba profundamente a la

Virgen María, en su advocación de La Purísima y, que se pasaba muchas horas de su vida

“desgranando el Santo Rosario”, según sus propias palabras. El amor y abandono confiado en la

Virgen Madre, fue un aspecto central en la vida de Brochero. Los testigos de la causa declaran que,

tenía un amor sólido y tierno a la vez y que, les inculcaba a los fieles la devoción a la Purísima,

rezando siempre el Santo Rosario: Transcribimos algunas de sus palabras:

“…pidamos a María las gracias necesarias para persuadirnos, del amor infinito que Dios

nos ha tenido, y que nos tiene siempre, saludándola con las palabras del Ángel...”15

María, La Purísima, era el oasis donde este incansable pastor de la Viña del Señor, encontraba se

descanso y regocijo. ¿Quién puede negar que hay una incomparable ternura cuando uno se sumerge

en los brazos de la madre? ¡Cuánto más, cuando esa Madre es María, la Virgen fiel y atenta a las

necesidades de sus hijos! Brochero, no sólo descansaba en ella sino que le ponía en sus manos, con

total confianza aquello, que deseaba que le alcanzara de Dios a favor de su pueblo.

Pero, sus propias palabras –que acabamos de escuchar- llenan de asombro y luz el espíritu de todo

cristiano, pues Brochero reza y hace rezar el Rosario a la gente, pidiendo a la Purísima que los

persuada del Amor infinito que Dios nos ha tenido. Es decir que Brochero sabía por propia

experiencia que la Virgen es la mejor maestra para enseñarnos a entender, para llevarnos a la

profunda comprensión y experiencia del poderosos e infinito amor de Dios por nosotros. Sólo aquél

que llega a esa interior y honda comprensión, se deja quemar por el fuego de la Misericordia

divina. Y, ¿Quién mejor educadora que Aquella que es la Madre de Misericordia?

Cuánta sed de Dios en el santo cura, que buscaba en la Purísima, la que llevó en su seno al Señor, la

que estuvo al pie de la Cruz, la que lo contempló resucitado y que, ahora vive eternamente a su lado,

en ella buscaba a aquella que lo condujera cada vez más adentro de los sentimientos de su Hijo.

¡Haberse aprendido de memoria la Misa votiva de la Virgen, para poderla rezarla –todos los días- de

su enfermedad de lepra y ceguera!.

Oración

Pidamos, en este último día de nuestra Novena, que Brochero nos enseñe ese amor sólido y tierno a

María Santísima. Justamente en este mes que celebramos a Nuestra Patrona, la Virgen del Rosario,

la Señora de los Misterios que nos lleva, cuenta por cuenta del Rosario, a los abismos de Amor de

15

PositioVol II Relatio-Informatio-Summarium Pág.47-49

18

Dios a toda la humanidad. Que nos enseñe a poner en sus manos todo aquello que nos preocupa,

aquello que deseamos emprender y no es fácil, a aquellos que sufren en su cuerpo o en su espíritu,

para que Ella sea la que nos consiga de Dios las gracias que le suplicamos.

Pidámosle a él que interceda por nosotros para que María nos haga verdaderos discípulos y

misioneros con un amor ardiente por la Iglesia. Que ese amor nos haga testigos luminosos en medio

de un mundo que espera de nosotros, aún sin decirlo, esa luz que sólo trae Dios cuando entra en el

corazón y lo renueva desde adentro.