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Abrigos de Legunova y Valcervera en Biel: campaña de 2004

Article · January 2005

Source: OAI

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Lourdes Montes

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NOTICIARIO Y EXCAVACIONES

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SALDVIE n.º 5 2005pp. 257-269

ABRIGOS DE LEGUNOVA Y VALCERVERA EN BIEL:CAMPAÑA DE 2004

M.ª LOURDES MONTES1

Yacimientos: Abrigos de Legunova y Valcervera (Biel, Zaragoza).

Adscripción cultural: Magdaleniense y Epipaleolítico.

Año y campaña: 2004, 3ª campaña.

Dirección: M.ª Lourdes Montes.

Organismo financiador: Diputación General de Aragón.

Introducción

La tercera campaña de excavaciones arque-ológicas en el abrigo de Legunova ha confir-mado las estimaciones de años anteriores: setrata de un magnífico asentamiento, posible-mente de uso estacional, visitado recurrente-mente por gentes magdalenienses y epipa-leolíticas. Los trabajos de 2004 se han centradoexclusivamente en los niveles magdalenienses.El material recuperado, esencialmente lítico,muestra una industria de base laminar, con pro-fusión de buriles, hojitas de dorso, menos ras-padores y algunas piezas dobles (raspa-dor-buril). Además, han aparecido algunos ele-mentos de industria ósea: una pequeña azagayade base monobisealada, un punzón sobremetapodio de caballo y el extremo recortado deun pitón de ciervo. Las tres fechas obtenidas,todas ellas del XII milenio BP se suman a lasprocedentes de años anteriores, corroborando lacronología magdaleniense del lugar.

Por su posible relación con el asentamientode Legunova, se presenta en este artículo elresultado de una sondeo practicado en un nuevoyacimiento del término de Biel, el abrigo deValcervera, situado a unos 3 Km. al sur, tambiénen la orilla derecha del Arba.

Desarrollo de la campaña en Legunova

La excavación de este año 2004 se desarrollóentre los días 12 (lunes) y el 30 (viernes) de julio,contando con una subvención de 6.500 conce-dida por la Dirección General de PatrimonioCultural de la Diputación General de Aragón,entidad que autorizó la actuación. Bajo la direc-ción de M.ª Lourdes Montes participaron losalumnos de la Universidad de Zaragoza AbelBerdejo, Susana Lafarga y Raúl Ruiz de la Torrede primer ciclo y María Orduna y Daniel Justelde segundo ciclo de la licenciatura de Historiaimpartida en Zaragoza; Silvia Fuentes del

1 Área de Prehistoria. Fac. CC. Humanas y de la Educación. PlazaUniversidad 3.22002, Huesca. Imontes@unizar.es

segundo ciclo de Humanidades, impartida enHuesca; Manuel Martínez Bea, becario deinvestigación del Departamento de Ciencias dela Antigüedad; la licenciada Idoia Abad y eldoctor Rafael Domingo.

Una vez recolocada la cuadrícula y los toldosy limpiado el sitio, que se mantiene en exce-lentes condiciones de año en año, comenzamoslos trabajos de excavación propiamente dichosmediante semitallas de 5 cm. de potencia, queafectaban a cada uno de los sectores de 33 cm.de lado en los que previamente se había divididocada metro cuadrado, según el esquema habitual.Se mantuvo también la denominación de losniveles arqueológicos: niveles 1 y 2 para lascapas que aparecían por debajo de la visera yque ocupan el talud del yacimiento (niveles epi-paleolíticos), y niveles l, m, p, q y r para lascapas que iban apareciendo en la base, bajo elenorme desprendimiento del techo, de crono-

logía magdaleniense los fértiles. Mantuvimos ladualidad de nomenclatura (números y letras)planteada en las primeras campañas cuandodesconocíamos la relación exacta entre el tramosuperior (números) y el inferior (letras) de laestratigrafía. Los trabajos afectaron a loscuadros abiertos en el suelo en años anteriores(10/12/14/16/18B y 14/16C) a los que seañadieron 10/12/18C (figura 1).

Es decir, nos mantuvimos en los nivelesmagdalenienses. En esta superficie de 10 metroscuadrados, la excavación nos confirmó lasecuencia estratigráfica observada las campañasanteriores. Bajo el nivel revuelto o superficial,de tierra vegetal, aparece una capa de limosamarillentos, estériles, a la que hemos denomi-nado nivel l (de limos), que se conserva sólo enla banda pegada al talud (cuadros B), acuñán-dose hacia el exterior hasta desaparecer porcompleto ya en la banda C, debido a la erosión

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Figura 1. El yacimiento de Legunova al inicio de la campaña de 2004. En primer término, a la izquierda, loscuadros exteriores 14C/16C. Inmediatamente a su derecha, la banda de cuadros B, al pie del talud.

del sitio al perder progresivamente el voladizo dela cubierta. Por debajo de estos limos (o directa-mente bajo el nivel superficial en la zona exte-rior) aparecen ya los niveles magdalenienses (my q) entre los que en ocasiones se intercala unafina capa estéril (nivel p) que los separa. La basedel nivel q reposa directamente sobre una capa delimos arcillosos estériles, el nivel r, en cuyasuperficie reposan una serie de placas y cantosque parecen pavimentar el lugar. La evidente dis-posición artificial de estos elementos indican unaactividad humana de acondicionamiento, quizásbuscando un aislamiento de la humedad e inclusoencharcamiento de los limos del nivel r, que en elmomento de iniciarse la ocupación del abrigo (entorno al 12500 BP), estaría prácticamente al nivelde las aguas del Arba.

La condición pantanosa de estos limos expli-caría la relativa abundancia de restos aparecidosen los centímetros superiores del nivel r, pese a

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ser una capa estéril en su formación: los objetosrecuperados debieron caer y hundirse en elbarro, perdiéndose de forma accidental, cuandono fueran voluntariamente desechados. El pro-pio nivel q, también limoso y masivo en suestructura debía sufrir frecuentes inundaciones,debido a la proximidad del río que en esa épocapresentaría una cota de cauce superior a laactual, hasta el punto de poder sugerir que haceunos 12.500 años, en el momento en que se ini-cia la ocupación de este nivel, el terreno al piedel roquedo que corresponde al yacimientodebía ser una playa de ribera del río Arba. Dehecho, las muestras para análisis palinológicostomadas en años anteriores, se han mostradosistemáticamente estériles entre los niveles l y r,conservándose los palinomorfos sólo en lascotas correspondientes a los niveles epipale-olíticos 1 y 2, en el talud actual del abrigo. Lasinundaciones y aumentos de humedad por

Figura 2. El sondeo en profundidad de 18B: el corte 18B/18A durante la extracción de muestras para estudiar lasedimentología del abrigo de Legunova.

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Para el estudio de la sedimentología delyacimiento se tomaron diversas muestras en elcorte 18A/18B, el más completo, desde la base(margas del nivel t) hasta las capas epipaleolíti-cas del talud del abrigo (figura 2). Además, sehizo otro muestreo relacionado con un pozo-basurero aparecido en el cuadro 18B, en el inte-rior del mismo y en el colindante nivel r en elque fue excavado en su momento. Las muestrasfueron tomadas al final de la campaña por el Dr.J.A. Cuchí, responsable del estudio geomor-fológico del entorno y del análisis sedimen-tológico del abrigo, a quien debemos (yagradecemos) la información que sigue. Losanálisis fueron efectuados en los laboratorios dela Escuela Politécnica Superior de Huesca (pH,carbonatos, color en seco y húmedo) y enLaboratorio Agroambiental de la DiputaciónGeneral de Aragón (texturas y materiaorgánica).

Los resultados que se presentan en la tabla 1,ponen de manifiesto la naturaleza evidente-mente carbonatada del conjunto de materiales, ynos permiten hablar de dos unidades diferenci-adas en la columna 18A/18B:

- Unidad I: compuesta por las margas estruc-turales de base (nivel t) y su alteración(nivel s), prácticamente idénticas en susanalíticas, con una composición bastanteequilibrada en sus fracciones de finos.

- Unidad II: formada por el resto de los nive-les, de aparente origen fluvial (niveles r, q,p, m, l, 2 y 1), que presentan siempre una

impregnación debidos a crecidas del río yascensos del nivel freático han debido ser con-tinuos y constantes en el tiempo, alterando porcompleto el sedimento.

Para conocer la continuidad de la estrati-grafía y su composición sedimentológica unavez alcanzado el nivel r, este año decidimosacometer un gran sondeo en profundidad en18B, que desde -260 cm (base alcanzada tam-bién en el resto de los cuadros, una vez extraí-dos los primeros centímetros del nivel r) llegóhasta -380 cm. (figura 2). Nos detuvimos a esacota al alcanzar las margas del Mioceno, clara-mente inalteradas, con planos de rotura tipo"slickenside" y presencia de depósitos superfi-ciales tipo manganeso. La presencia de estosmateriales geológicos descarta la aparición, amayor profundidad, de la terraza fluvial delArba cuya existencia habíamos supuesto enaños anteriores. Bajo los potentes limos masivosdel nivel r, apareció un gran bloque de arenisca(de unos 60 cm. de espesor), posiblemente origi-nado en un derrumbe anterior de la visera, quereposaba sobre una capa, de unos 40 cm., delimos con micelios de carbonatos (nivel s) yfinalmente, las mencionadas margas (nivel t),que sondeamos en 20 cm. abandonando laexcavación a la cota indicada. Esta actuación haconfirmado que la primera ocupación humanadel lugar corresponde al nivel q, tal comointuíamos en 2003, en el sondeo efectuado en20B hasta -240.

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Tabla 1. Legunova: resultado de la analítica sedimentológica. Muestras 1 a 7, columna en el corte 18A/18B.Debajo, datos de la muestra tomada en el fondo del pozo basurero (cuadro 18B, sector 1) y en el vecino

y estéril nivel r (cuadro 18B, sector 4).

proporción de arenas superior al 50%. Enesta unidad se aprecian algunos cambios ensu evolución a partir de la ocupaciónhumana: en su coloración (en seco) y en elincremento de la materia orgánica, aunquela muestra del nivel q, tomada en la base delmismo y en su periferia es todavía pobre.Pero en conjunto, se trata de un depósitomuy homogéneo en su estructura natural,sin laminaciones que reflejen ritmos en sugénesis.

Un tema interesante es la presencia/ausenciade materia orgánica. Ausente en la primeraunidad, aparece en los niveles habitados de lasegunda y aumenta en superficie, quizás debidoa procesos edafológicos. En esta segunda unidadse evidencia un enriquecimiento en caliza de losniveles mas altos, y por tanto más endurecidos,que puede relacionarse con cambios climáticos.El pico de la proporción de arena del nivel mpuede estar relacionado con una arroyada local,o con un desplome parcial de la visera (la mues-tra se tomó bajo un potente bloque de arenisca).Este importante episodio de depósito fluvial(queda sin datar el nivel r) se fecha aproximada-mente entre hace 125000 y 8000 años, es deciren las postrimerías del Pleistoceno e inicios delHoloceno.

El registro sedimentológico detectado en elsondeo pone de manifiesto que el relleno delabrigo de Legunova, corresponde esencialmentea aportes de origen fluvial procedentes delbarranco de Legunova. Este afluente del ríoArba, por su orilla derecha, drena una cuencacompuesta fundamentalmente por areniscas yarci-llas. Por el contrario, el lecho actual del ríoprincipal, y sus terrazas, presentan abundantescantos rodados, reheredados de los conglomera-dos oligocenos de Biel, situados inmediatamenteaguas arriba de esta localidad. Muchos de estosconglomerados son de tipo cuarcítico y tienen unevidente origen pirenaico, más alejado que loscantos calizos de la cercana sierra de SantoDomingo.

Por tanto, la génesis del depósito delabrigo, al margen de las actividades humanas,está relacionado con el barranco de Legunova.Al llegar al cauce del Arba (probablementeantes de la incisión de su actual lecho mayor),la diferencia de pendientes, mayor en el aflu-ente que en el Arba, produjo un típico depósito

aluvial de materiales finos, hoy aún visible,aunque parcialmente erosionado por el Arba.Hay que señalar que en esta zona, los aflu-entes de la margen derecha tienen mayorcuenca que los de la margen izquierda, dondeestá muy próxima la divisoria de aguas con elbarranco de San Andrés. Esta disimetría oca-siona que los depósitos de la orilla derechadesvíen el flujo de agua del Arba hacia la zonaopuesta.

El barranco de Legunova en su tramo finalpresenta un relleno de materiales finos, tipo val,de edad desconocida, que podrían relacionarsecon el yacimiento arqueológico de LegunovaEstos rellenos son comunes en otros barrancosde la zona, como en barrancos de Santolaria deGalligo o el barranco de San Julián, en Ayerbe.En la actualidad todos se encuentran reincididosen mayor o menor grado. La existencia de esterelleno favorece la infiltración de agua y la pre-sencia de un pequeño acuífero que surge actual-mente en la zona de rotura de pendiente yproduce la formación de unas tobas, que no seobservan en la zona del yacimiento arqueo-lógico. El Arba también tiene un acuífero en lagrava del cauce. Dado el espesor de ésta, esposible que no aflore agua en el cauce principaldurante el verano.

En lo relativo a los análisis palinológicos,puesto que en esta campaña los trabajos se hanceñido a los niveles magdalenienses que resul-taron estériles al respecto en las tomas de mues-tras de 2002 y 2003, este año no se han tomadomuestras adicionales para polen. Pero la Dra.Penélope González-Sampériz continúa traba-jando la palinología del lugar, al menos en loreferente a las etapas epipaleolíticas, cuyasmuestras resultaron positivas en palinomorfos

Encuadre crono-cultural de Legunova

A lo largo de esta campaña, que ha afectadoesencialmente al nivel q, el más antiguo de losmagdalenienses, hemos confirmado la extraor-dinaria riqueza y excelente factura de sus mate-riales: la continua aparición de dorsos, ras-padores y sobre todo buriles corrobora la asig-nación cultural propuesta en años anteriores,que se apoya a su vez en un importante cortejode fechaciones absolutas. Pero además, este año

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(niveles 1 y 2). Por ello, no hay cambios conrespecto a la secuencia reconocida en años ante-riores: unas industrias caracterizadas porgrandes muescas y denticulaciones, a menudoinversas, sobre soportes poco depurados que seencuadran el IX milenio BP. Estos conjuntosindustriales de reciente constatación en lacuenca del Ebro, pero que se están generali-zando en este contexto territorial así como en ellitoral mediterráneo, se relacionan con unaetapa intermedia del epipaleolítico entre susfases antigua (o microlaminar) y reciente (ogeométrica). A falta de una denominación másadecuada, se le viene llamando Epipaleolítico oMesolítico "de muescas y denticulados", o"macrolítico" y parece anteceder inmediata-mente a la instalación del geometrismo lítico.En Legunova, como sucede también en elvecino asentamiento de Peña 14 y en la mayoríade los yacimientos en que se conoce esta fase(los Baños de Ariño, Ángel en Ladruñán, Forcasen Graus, Mendandia en Treviño por no citarsino algunos ejemplos), esta ocupación aparecetras una época de abandono del sitio que en

hemos localizado por primera vez evidencias deindustria ósea: un fragmento de azagaya (debase monobiselada), un posible punzón reali-zado sobre peroné de caballo y un pitón deciervo recortado (figura 3).

Cabe destacar también de entre los materia-les de esta campaña, la aparición de un cantorodado utilizado como machacador de ocre, queconservaba todavía una buena capa de este mi-neral al ser descubierto y que teñía el sedimentosobre el que reposaba, o la de un núcleo de lámi-nas hendido longitudinalmente, cuyas mitadesaparecieron exactamente superpuestas (figura4). Ambos hallazgos contribuyen a refrendar elcarácter intacto de la capa arqueológica que loscontenía (en este caso el nivel q), al menos enlas áreas y cotas en que aparecieron (cuadros12B y 16B respectivamente), frente a lostemores que habíamos expresado en años ante-riores de posibles incidencias negativas en laconservación del depósito por las actividadeshumanas (cultivo de la terraza y labores de can-tería), que evidentemente afectaron otras zonas.

En cuanto a estructuras, no hemos localizadobuenos hogares (reiteramos que este año se haexcavado lo poco que quedaba de nivel q en lamayoría de los cuadros y el inicio del estérilpara recuperar los materiales supuestamentecolados en el barro) pero sí un interesante"pozo", en la intersección16/18-B/C, cuyo con-tenido negruzco destacaba netamente sobre loslimos amarillentos del nivel r en que fueexcavado (figura 5). De su interior se hantomado distintas muestras: una de ellas, un car-bón aparecido en su base, a -262 cm. ha sidouno de los tres seleccionados y enviado a datar:creemos que su fechación marcar el momentoinicial de uso del "pozo" en cuestión. Unasegunda muestra, parte del propio sedimentoextraído entre -250 y -260 cm. ha sido analizadaen el estudio sedimentológico: parece tratarsede algún basurero o quizás de un depósito quecontuvo materia orgánica en elevadas propor-ciones, evidente en el resultado del análisis(tabla 1) y en la oscura coloración del con-tenido.

Ante la extensión y riqueza de los nivelesmagdalenienses, de momento hemos decididono continuar la excavación de la franja decuadros A, los abiertos en el talud del abrigo, yque corresponden a la ocupación epipaleolítica

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Figura 3. Elementos de industria ósea del nivel q deLegunova: extremo de asta de ciervo, recortado;azagaya de base monobiselada y posible punzón

sobre peroné de caballo.

nuestro yacimiento se refleja en la presencia deun importante nivel estéril (nivel l, de limosamarillos) desarrollado a lo largo de X milenio.

Al laboratorio de Groningen hemos enviadoeste año tres carbones (uno de ellos el del pozoarriba mencionado) para confirmar datos deaños anteriores y solucionar algunos interro-gantes. Los resultados de estas fechaciones, asícomo de las obtenidas anteriormente, se ofrecenen la tabla 2, ordenadas por niveles y profundi-dades. Las muestras de los niveles magdale-nienses se presentan por pares correspondientesa unos cuadros concretos (10B, 14B y 16B),puesto que cada año hemos seleccionado doscarbones de un mismo cuadro, preferiblementeen la misma vertical pero a distintas cotas, paracomprobar la coherencia de las datacionesobtenidas. Ello, ante la sospecha creciente deque en realidad las dos ocupaciones magdale-nienses (niveles m y q) no son exactamente eso,sino una sucesión de varias ocupaciones que sesolapan en la vertical pero también en su dis-tribución horizontal lo cual explica la dificultadde aislar el estéril nivel p intermedio en algunasáreas y la imposibilidad de seguirlo en planta.Creemos que los lentejones amarillos traducenabandonos entre las sucesivas y espaciadas ocu-paciones magdalenienses, de tonalidad másoscura, cuyo ritmo no podemos aislar certera-mente en el proceso de excavación debido a lasalteraciones postdeposicionales del yacimiento,al ser un abrigo poco resguardado con los pro-blemas añadidos de inundaciones.

Es evidente la coherencia general de lasfechas obtenidas, todas ellas AMS sobre un solocarbón. Sólo el par correspondiente al cuadro14B (destacadas con un asterisco) muestra unamínima inversión, asumible en su desviación yen su calibración, cuando ambas datacionesprácticamente se solapan. La fecha de la partesuperior del nivel l, limos estériles, fue obtenidaen la base del primer sondeo practicado en elyacimiento, y la atribuimos en un principio alcomplejo "macrolítico" que se registraba en lacata (Montes, Cuchí y Domingo, 2003: 328), sibien ya entonces su antigüedad se nos antojabaexcesiva. Creemos que el carbón datado en esemomento podría relacionarse con un incendionatural de la zona, mientras que la datación delnivel 2 en el 8800 se ajusta adecuadamente alinicio esta ocupación (Montes, 2004: 398).

En lo que respecta a las fechas de las ocupa-ciones magdalenienses, las primeras se obtu-vieron en 2002 en el cuadro 10B, corres-pondientes a lo que habíamos distinguido comodos ocupaciones diferentes que entoncesdenominamos m y q, entre las que se intercalabaun delgado lentejón amarillento estéril. Lascampañas de años posteriores nos han evidenci-ado que el esquema no es tan sencillo, sino quecomo decíamos antes, parece que nos hallamosante una sucesión de ocupaciones y abandonos,cuyo número no hemos podido determinar en laexcavación. Por ello, la atribución que en sumomento hicimos al nivel m de la fecha 11980,hoy queda en duda entre el nivel m y el q, puesto

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Figura 4. Legunova: a la izquierda el canto usado para machacar ocre y a la derecha, los dos fragmentos delmismo núcleo, que remontan de forma exacta, en el momento de su aparición.

Figura 5. Legunova: en tonos oscuros, base del pozo que contenía materia orgánica (¿nivel q?), excavado en elestéril y amarillento nivel r.

2 El abrigo de Valcervera nos fue mostrado al término de la cam-paña de 2004 en Legunova por D.ª Cristina Mínguez, quien noscomentó la existencia de un abrigo en un paraje propiedad de sufamilia, a quienes queremos mostrar nuestro agradecimiento porla información y el permiso de acceso. En una primera visita allugar comprobamos la existencia de un gran abrigo en arenisca,

que parecía parcialmente vaciado de su depósito original y conevidencias claras de ocupaciones recientes (hogares). Pero en laladera que desciende hasta la carretera, se conservaba una granmancha de tierras cenicientas a cuyo pie recogimos, entre algunosfragmentos amorfos, una lámina de sílex.

M.ª L. MONTES

El sondeo del abrigo de Valcervera

El yacimiento de Valcervera2 se localiza tam-bién en la margen derecha del Arba de Biel,sobre la carretera que une las localidades deBiel y El Frago. Situado a unos 3 km. al sur delasentamiento de Legunova y a 6 de Peña 14,este nuevo abrigo se abre en la orilla izquierdade un pequeño barranco, próximo a su desem-bocadura en el Arba de Biel. Con el nombre deValcervera se conoce a este paraje en general,nombre que hemos decidido mantener para el

que se acerca mucho mas al conjunto de fechasde esta última capa (11640, 11780, 12060,incluso 12500 en el mismo cuadro), que a laobtenida para la parte alta de la ocupación mag-daleniense (supuesto nivel m) en 16B: 10760.Por último, la fecha 11240 obtenida en elfondo del "pozo basurero", que lógicamentedebe corresponder a los primeros momentos desu ocupación, queda en una posición interme-dia, ligeramente más próxima a la fecha másreciente del nivel q (11640) al que asociamosesta estructura, que a la del nivel m (10760).

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Tabla 2. Dataciones absolutas obtenidas hasta el momento en Legunova.

yacimiento al no conocer otro mas preciso, deacuerdo con la información suministrada por lospropietarios.

El sitio en cuestión es un abrigo rocoso col-gado en la actualidad sobre la carretera (figura6). En la zona resguardada por la visera se cons-tata un importante proceso de vaciado de su re-lleno, para facilitar su uso como refugio entiempos recientes (¿carboneros, pastores,obreros de la carretera abierta en los años 60?) ajuzgar por el ennegrecimiento de las paredes ylas claras evidencias de acondicionamiento delespacio: piedras calzadas y distribuidas paraservir de asientos, restos de hogueras… En elborde de dicha depresión aparecen una serie debloques areniscos que podrían conformar unmurete de cierre con el fin de impedir el desliza-miento de la ladera hacia el interior, pero quequizás reflejen simplemente un proceso depequeños derrumbes a partir de la roca matriz.

El permiso de excavación para este año 2004nos fue concedido con fecha 8 de octubre,respondiendo a una petición en la que seexponía la pretensión de sondear este posibleyacimiento para reconocer su existencia yaquilatar su cronología. Desde ese momento, laclimatología fue bastante adversa, con unasucesión importante de días lluviosos, queimpedían trabajar. Finalmente, decidimos efec-

tuar una corta campaña los días 25, 26, 30 y 31de octubre (la lluvia nos obligó a suspender lostrabajos en más de una ocasión). En la campaña,efectuada bajo la dirección de M.ª LourdesMontes, colaboraron las licenciadas Idoia Abad,Julia Justes y M.ª Ángeles Tilo y el doctorRafael Domingo.

Se plantearon tres catas diferentes: un primersondeo en el interior del abrigo, en el talud delvaciado, que resultó positivo, y otros dos en elexterior, en la ladera inferior, donde habíamoslocalizado la lámina de sílex en verano, queresultaron bastante frustrantes: no parece un re-lleno arqueológico in situ, sino un depósito deladera, arrastrado en parte, que contiene algunossílex procedentes de arriba.

Pero el sondeo 1 resultó muy interesante(figura 7): tras casi un metro de tierra vegetalsuelta con muchísimas raíces y sin nada dematerial, que incluye un importante derrumbede areniscas no muy grandes (¿algunas formanun muro?), apareció un relleno (nivel a) muchomas oscuro, prácticamente negro, también conraíces y por ello muy suelto, de entre 20/30 cm.de espesor, con sílex (45 restos) y huesos, delque tomamos una muestra de hueso para datar.El material aparecido no era nada significativo,pero puesto que no había cerámica, en esemomento nos inclinamos a pensar que fuera

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negro, podría corresponder bien a una fase másreciente de ese mismo complejo, o al inmedi-atamente posterior epipaleolítico geométrico.Tras bajar hasta -232 cm. abandonamos el son-deo para realizar los dos exteriores. Terminadala campaña, el sondeo se protegió mediante lacolocación de varios bloques de piedra sobre labase alcanzada.

Los sondeos exteriores, números 2 y 3, comoya hemos comentado, dieron un resultado muypobre, que nos impide precisar su carácter. Pesea haber entregado algo de material (unas pocasmicrolascas de sílex y algunas esquirlas óseas)no podemos precisar su situación in situ odesplazada. El oscuro color negruzco de la tierrapodría deberse a la concentración de carbones,pero también podría resultar un mero suelo ve-getal muy rico en materia orgánica. Lo cierto esque el nivel de humedad del relleno dificultabasobremanera la identificación de característicassedimentológicas durante el sondeo, así como el

epipaleolítico. Inmediatamente por debajoapareció una nueva capa totalmente diferente(nivel b): tierra gris, con muchísimos miceliosde carbonatos, totalmente apelmazada. Llega-mos a pensar al principio que era una costra,dada su dureza. Contenía también sílex (no muyabundantes pero a lo largo de los 40 cm. excava-dos), entre ellos varias laminitas, una con undorso inverso y una gran cantidad de huesos deherbívoros, muy fragmentados, entre los quepudimos identificar la presencia de algunoscérvidos y de jabalí. Recuperamos también uncarbón para la datación de esta capa.

El sedimento grisáceo del nivel b recuerdapor su composición y dureza a los niveles supe-riores de Legunova, los que se conservan en eltalud, por cuanto creímos que podríamos estarde nuevo ante un epipaleolítico macrolítico queen Legunova y Peña 14 tenemos datado entre8800 y 8000 BP. El escaso material no desen-tonaría. En ese caso, el nivel suprayacente, el

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Figura 6. Vista del roquedo que alberga el abrigo de Valcervera y su situación sobre la carretera, visto desde el Sur.

establecimiento de diferentes capas de relleno.Por eso, y pese a no haber resuelto las dudas ini-ciales, decidimos detener pronto ambas catas. Siel nivel negruzco fuera un nivel intacto que aso-mara en la ladera, su arranque a -240 cm. en elsondeo 2 y -290 cm. en el 3, situaría a esta capapor debajo del nivel gris carbonatado del sondeo1, y por consiguiente, anterior en el tiempo aéste.

Las muestras obtenidas para datar en el son-deo 1, el hueso quemado y el carbón, fueronenviadas como es nuestra costumbre alLaboratorio de la Universidad de Groningen,Holanda. Los resultados obtenidos, que nocasan con nuestras presunciones iniciales y sepresentan en la tabla 3, merecen algún comen-tario.

Es evidente que las dataciones obtenidas noencajan con las estimaciones culturales quehabíamos propuesto, puesto que nos llevan acronologías mucho más recientes. No sería éticodesechar estos resultados por su divergencia,

pero en nuestra opinión, las fechas obtenidasdesentonan con los escasos materiales apareci-dos. En las fichas descriptivas enviadas aGroningen junto con las muestras se indicabaexpresamente la poca relevancia del materialrecuperado en la excavación, y basándonos en laausencia de cerámica y en los registros vecinosde Legunova y Peña 14, propusimos al labora-torio una cronología mesolítica, sin mayor pre-cisión. En la respuesta del laboratorio, se nosindicaba que la muestra de hueso quemado con-tenía una cantidad mínima de carbono orgánico,por lo que el material no se consideraba ade-cuado para su datación. Es decir, que la fechaobtenida para el nivel a no parece ser fiable.Pese a ello, podemos recordar la similitud de lacifra con el vecino yacimiento de Rambla deLegunova, que ha entregado un 4545±45 BPpara su ocupación funeraria, ésta sí que conpresencia de cerámicas.

Caso aparte supone la fecha del nivel b(6815±45 BP). Se trata de un guarismo que nos

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Figura 7. Vista de la pared del abrigo y del talud del vaciado donde se planteó el sondeo 1 de Valcervera. Lamira muestra la zona escogida. A la derecha, detalle de la estratigrafía observada: bajo la tierra marrón vegetal

asoma una capa oscura (nivel a) y por debajo, el depósito carbonatado de color gris claro (nivel b).

M.ª L. MONTES

que en otros sitios acompañan al inicio de laproducción agrícola.

Previsión de futuro

Ante los resultados expuestos, y vista lasituación del yacimiento de Legunova (figura8), es nuestra intención continuar, y a ser posi-ble concluir la excavación de este sitio el próxi-mo año 2005. En estos momentos es mínimo elesfuerzo que hay que emplear para recuperar losvestigios en los niveles de base del abrigo, losmagdalenienses, sean éstos dos o más, que pre-sentan una relativa riqueza material. En lo querespecta a las capas epipaleolíticas, la situaciónes diferente. El carácter cementado del sedi-mento dificulta su excavación hasta volverlapenosa. Pero al mismo tiempo, este hechofacilita su conservación, a la que contribuye lapresencia del techo original. Por otro lado, elvaciado del suelo inmediato por la excavaciónde los niveles magdalenienses hace necesarioplantear un sistema de andamios para acceder altalud de la pared que queda a unas cotas fueradel alcance directo. De momento pues, hemosdecidido paralizar la excavación de estos nive-les, que serán objeto de una acción específica enaños futuros.

En el caso de Valcervera, es evidente lanecesidad de ampliar el sondeo con una cam-paña de mayor duración. No sólo hay que con-firmar el registro estratigráfico observado, sinotambién recuperar materiales que tengan unmayor valor diagnóstico y efectuar nuevas data-ciones que nos permitan encajar, con seguridad,este sitio entre el resto de los yacimientos deBiel. Este trabajo, cuyo calendario no podemosconcretar ahora, se acometerá tras haber conclu-ido la excavación de Legunova, y quizás deotros enclaves.

remite al Neolítico antiguo y que cubre unimportante hueco en las dataciones que hemosobtenido estos años en los distintos yacimientosexcavados o sondeados en Biel. Así, se inter-calaría entre el nivel a de Peña 14, epipaleolíticogeométrico datado en 7660±90 BP y elNeolítico avanzado del nivel 2 de Paco Pons,fechado en 6045 y 6010±45 BP. Y esta fase esla que llevamos buscando todos estos años: latransición entre los últimos cazadores-recolec-tores y los primeros agricultores, base delproyecto de prospecciones y sondeos en lasSierras Prepirenaicas que venimos desarro-llando ininterrumpidamente desde 1998. En eltérmino de Biel, han sido cuatro los sitios loca-lizados además de Valcervera: Peña 14 yLegunova que recorren las fases finales delmagdaleniense y el periodo epipaleolítico; PacoPons que presenta un asentamiento neolítico yun posterior uso funerario en el Calcolítico yRambla de Legunova que muestra una ocu-pación también funeraria, de finales delNeolítico. Es decir, que salvo el mesolíticogeométrico de la capa más reciente de Peña 14,el resto de los registros escapa a nuestro interésinicial.

Pese a ello, y al hecho de que potencialmentela fecha obtenida para el nivel b de Valcerveranos gustaría sobremanera por las razonesexpuestas, creemos que no encaja con el escasoregistro material recuperado: no casa con el dor-sito inverso, y desde luego es muy llamativa lafalta de cerámicas, aunque seamos conscientesde que pudieran estar presentes en elyacimiento, y simplemente no las hubiéramoslocalizado en el sondeo. En esta interpretación,cuando manejamos el concepto Neolíticoantiguo no estamos pensando en sociedades ple-namente agrícolas, sino más bien en unos gru-pos que manteniendo todavía prácticaspredatorias, comienzan a incorporar innova-ciones técnicas -cerámicas, útiles pulimentados-

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Tabla 3. Fechas absolutas obtenidas en el sondeo de Valcervera.

Nuestro objetivo final sería establecer unarelación diacrónica pero también territorialentre todos los yacimientos del entorno, parareconocer en la medida de lo posible el devenirde estas poblaciones que ocuparon el valle delArba de Biel desde finales del Pleistoceno hastael advenimiento y consolidación de las nuevasprácticas económicas productivas.

BIBLIOGRAFÍA

MONTES, L. (2004) El abrigo de Legunova en Biel:campaña de 2003. Saldvie, 4, p. 395-406.

MONTES, L; CUCHÍ, J.A. y DOMINGO, R. (2003)Prospecciones y sondeos en las SierrasExteriores de Aragón. V Campaña, 2002.Saldvie, 3, p. 313-329.

ABRIGOS DE LEGUNOVA Y VALCERVERA EN BIEL: CAMPAÑA DE 2004

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Figura 8. Vista frontal del yacimiento de Legunova al terminar la campaña de 2004. En el talud, sobre elderrumbe de la visera, los niveles epipaleolíticos. En la base, los magdalenienses. Compárese con su aspecto al

principio de la campaña.

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