no todos los_bits
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Los bits son bits, pero no todos los bits fueron creados iguales. Todo el
modelo económico de las telecomunicaciones basado en cobrar por minuto, por milla o por bit está a punto de caer. Al fin y al cabo los bits
son bits. En un primer momento, la aparición del espacio de
comunicación digital no tardó en generar unas reglas de ética en la red de forma espontánea, constituyendo círculos concéntricos y secantes de afiliación voluntaria a comunidades
de la más distinta índole.
En la red se navega exclusivamente por sitios dictados por la afinidad. El cruce de itinerarios personales configura el
territorio virtual y variable de comunidades, ideales en tanto que están exclusivamente pobladas por
buenos vecinos...No se puede experimentar un bit. Para que los seres humanos lo disfruten, debe convertirse de nuevo en átomos. Mientras que el
proceso de convertir bits en átomos se ha hecho rico para los sentidos, la
dirección inversa convertir átomos en bits es casi desoladora
Creo realmente que ser digital es positivo. Puede aplastar organizaciones,
mundializar la sociedad, descentralizar el control. La nación-estado puede
desaparecer. Y los beneficios mundiales de que la gente pueda competir con la imaginación harán algo más que subir.
Una base de datos debe describir imagenes textuales, visuales y
auditivas; aparte de representaciones de contenidos, un multimedia cambia el
estilo en el que presentamos y organizamos el conocimiento.
Gracias a la digitalización y las pantallas interactivas, la expresión
visual del pensamiento pasa del estado de deseo al de necesidad. La
Ideografía Dinámica (ID) no es un lenguaje de programación sino un nuevo tipo de Interfaz - superior
incluso a las realidades virtuales - un lenguaje de imágenes animadas que
busca mejorar la comunicación humana. A diferencia del alfabeto, que reduplica el lenguaje fonético sobre el plano visual, la ideografía
supone una representación figurada y animada de los modelos mentales.
A la humanidad le ha costado 300.000 años producir 12 exabytes de
información. Es mucha, pero pronto será nada. Peter Lyman y Hal R.
Varian, de la Universidad de Berkeley, responsables del cálculo, también han
predicho que en los dos próximos años vamos a generar tanta
información como en toda la historia de los homínidos sobre el planeta. Hablar de big bang, entonces, no
tiene nada de exagerado, porque las masas de datos seguirán creciendo y multiplicandose monstruosamente.
¿Qué es un exabyte? ¿De qué estamos hablando? Para describir una simple letra en el lenguaje digital necesitamos un byte (b). Un cuento breve tiene 1.000 bytes, es decir un kilobyte. Este libro sube hasta el millón de bytes, un megabyte (Mb). Una canción, sin embargo, tiene tres o cuatro Mb. Un exabyte (Eb) equivale a 50.000
bibliotecas como la US Library of Congress (Washington), con 18 millones de libros situados en unos 1.000 kilómetros de
anaqueles.
Para imprimir los 18 terabytes (un Tb es un millón de Mb) que ocupan todos esos
libros, se necesita convertir en papel cerca de un millón de árboles. Si almacenáramos
toda la información producida el año pasado, ocuparía tanto espacio como el
que necesitamos para grabar todo lo hablado por la población mundial desde el
comienzo de los tiempos. Y si archiváramos esa información en
disquetes convencionales necesitaríamos una estantería cuya altura sería 50 veces mayor que la distancia que hay entre la
Tierra y la Luna.
Se calcula que, al principio de la historia humana, costaba de 10.000 a 100.000 años doblar el conocimiento
humano. Mientras la población mundial se ha incrementado poco
más de 55 veces desde los tiempos de la Antigua Grecia a la fecha, la
cantidad de información disponible lo hizo cerca de 100 millones de veces, lo cual significa que el conocimiento
universal se duplica aproximadamente cada 12 meses.
Si la escritura y la rueda constituyeron el núcleo
informacionalcomplementario de la revolución
agraria, como el telégrafo y el ferrocarrillo fueron de la
revolución industrial, Internet y las telecomunicaciones lo van a ser de la auténtica revolución
que va a marcar el nuevo milenio: la de la biotecnología.
El circuito eléctrico de la información se convierte en extensión del sistema nervioso central y, al
hacerlo, modifica nuestra manera de percibir el mundo y nos regresa
a la etapa de la sensibilidad pre alfabética y de la recreación de los
mitos., es así que la era contemporánea es la era del mito, de los ambientes muy envolventes
que requieren una nueva dimensión mítica del saber.
Los medios manipulan a los receptores, lo mueven y
conforman su personalidad y su conciencia, todo ello incluso por
encima de los contenidos que puedan transmitir. Los cambios se producen tan rápidamente que el espejo retrovisor ya no funciona. La humanidad ya no puede gastar tanta energía en traducir todo lo
nuevo a algo viejo.
El mundo de la mecánica cuántica, de la nueva física, representa un mundo en
el cual no hay conexiones sino sólo intervalos resonantes, como en el tacto. Cuando se toca algo no se
hacen conexiones, sino que se crea resonancia. El mundo actual, donde
los cambios tienen lugar a la velocidad de la luz, es "el mundo del intervalo resonante", del tacto, de la
actitud mágica hacia el lenguaje, producida delicadamente por el oído.
Atravesar el ciberespacio, es uno de los procesos más duros del alma humana. El paso por el mundo digital suscita el temor a la no existencia. La experiencia del vacío
llega a vulnerar el propio instinto de supervivencia, es algo inconcebible para el pensamiento y sin embargo se produce. Es un proceso en el que no hay referencias, estamos como flotando y no tenemos ni
idea de lo que vendrá después.
En la era de las maquinas espirituales nosotros sumamos la inteligencia
total que existe en la Tierra, por un lado la inteligencia proporcionada por los humanos y por otro la inteligencia proporcionada por las computadoras.
Hoy, la proporción de inteligencia suministrada por las computadoras es
de 60 por ciento. La proporción a la inteligencia total suministrada por las computadoras será del 99 por ciento
para finales de siglo.
En este milenio que estrenamos, los chips compiten con los genes e incluso acaban sustituyendo o mejorando sus cometidos
biológicos. Quizás nos convirtamos en una quimera, en una civilización cuyo hábitat esté en el ciberespacio. Las mentes más abiertas vaticinan que el hombre es la
primera especie que, antes de extinguirse, construye el organismo inteligente
que le va a sustituir.