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No. 60
Destellos desprendidos (fragmentos: “Las cosas, las criaturas y los días)
Por David Aleph Chavero
Dirección General:
Mario Eduardo Ángeles.
Textos: David Aleph Chavero.
Fotografía: Thomas Briulant.
Consejo Editorial: Bardo Garma, David Morales, Miguel Escamilla, Cristian Martín Padilla, Salvador Huerta, Mo.
Eduardo Ángeles, Jesús Reyes y Enrique Ibarra.
Agradecimientos especiales a Roxana Jaramillo, Diana
Isabel Enríquez, Flor de Liz, Tzolkin Montiel.
Contacto:
latestadural i terar ia@gmai l .com
México, Febrero 2014.
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Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus auto-
res. Cuida el planeta, no desperdicies papel.
DESTELLOS DESPRENDIDOS
(fragmentos: “Las cosas, las
criaturas y los días)
Por David Aleph Chavero
La Testadura 5
Hasta el más valiente de nosotros,
pocas veces tiene el valor de enfrentarse
con lo que realmente sabe.
F. Nietzsche
La main à plume vaut la main à charrue1
A. Rimbaud
1 La mano en la pluma es como la mano en el arado.
CONTENIDO
Ecos
Destellos desprendidos
Empíreo
Eventualidades perennes
Instante
Patética absolución edípica
1.800.000 años luz
Exceso de vida
Experimento fallido
Arresto
La Testadura 7
Ecos
Afinando cuerdas en las neuronas.
Obstáculo. Definitiva ausencia burda.
El silencio brinca entre nenúfares
abriendo las piernas a la música
evaporándose en el charco purpura
inerme ante la vastedad del crepúsculo.
Cada instante rompe con la armonía
la faceta ciega de la noche seca
se derrite en cada sueño que pasa
musitando a través de la ventana.
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Ese ruido, espectro aullando, estridular
[diáfano,
retumba en el cerebro como eco
[profundo:
son los latidos del corazón anhelando
[galaxias.
La Testadura 9
Destellos desprendidos
Verde, oscuridad, horizonte líquido,
bosquejo indefinido desde el risco más
[alto
de una montaña errante sobre una isla
[desierta
el panorama irrumpe en azaroso destino
movimiento áureo de las horas
[derramándose
cubriendo el abismo de crúor purpura
La Testadura 10
ineludible, infranqueable, antes de la
[potencia
soplo bermejo liberado por la luna etílica
el océano se abre mostrándome su perla
[madre
¡Hace tiempo que naufragué! A la deriva.
En ocasiones toco tierra, pero el viento
[me arrebata,
a veces vuelo pero, tarde o temprano,
[vuelvo a caer
he tocado el tiempo en el mar, cráneo
[uránico,
La Testadura 11
agonizante,
a veces, siento destellos que se
[desprenden.
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Empíreo
Ese día quiso extraer luz de la oscuridad,
se esforzó por hacer gritar al silencio,
le bastó con aprender a callar.
En la sombra que proyectaba su cuerpo
brillaban galaxias y diáfanas nebulosas,
el sol procuraba mantenerlo frío.
No le eran suficientes las palabras,
los actos resultaban igual que las
[imágenes
carentes de realidad, fantasmagóricos,
La Testadura 13
[efímeros.
– Todo pasa – recordaba de vez en
[cuando
– no existen símbolos eternos, todo es
[finito –
Indulgente, abandonó los prejuicios,
continuó hasta alcanzar el crepúsculo,
disolvió emociones burdas y patéticas.
Dejó de quejarse, eso parecía debilitarlo,
dejó de observar por observar y, enhiesto,
atravesó el himen de la oscura realidad.
No había más sueños, más planes, más
[urgencia,
no había por qué ir más rápido, por qué
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[opinar,
se había transformado en luz.
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Eventualidades perennes
Estalla en las neuronas el azul del cielo,
el canto absurdo de los gorriones
[enhiestos
disuelve la luz entre las hojas púrpura
de los eucaliptos vibrantes que musitan.
Esto, lo que sea, es la vida,
el sudor de la tierra evaporándose,
nubes acumulando suspiros y gases,
las ciudades zumban expuestas al vacío.
Llanto, orgasmos, degluciones,
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rimas, gestos, explosiones, muertos,
ritmos disueltos en la velocidad del
sonido,
las sombras retumban en la oscuridad
[del silencio.
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Instante
El vértigo acechando mientras deslizo la
pupila sobre palimpsestos abruma al
mismo tiempo las heridas de viejos fraca-
sos, de eximios olvidos. La tarde no será
descrita esta vez a causa del pudor sen-
tencioso de las nubes grises que inundan
el cielo, el viento nace en el ombligo de la
noche, durmiente en mi abdomen. Las
antiguas fórmulas para protegerse del
destino o de la muerte emergen vapu-
leándose entre sueños marchitos y soles
La Testadura 18
amargos, la espera constante, los instan-
tes acaeciendo brutales en cada sinap-
sis, el canto de sirena en la conciencia
ahíta de urracas y guacamayas, la selva
del trópico vibrando en las venas, la luna
me llama desde el sudor de las bestias y
apenas exhalo un tenue hilo de su aroma
se derrumba el mundo, la vida se abre.
***
Primero aclaremos la atmosfera:
Es un día diáfano, el último del segun-
do mes del treceavo año del siglo XXI,
según los datos de la realidad fehaciente.
El sol abrasa inclemente la ciudad que
La Testadura 19
resguarda mis entrañas y mis pensamien-
tos, en el horizonte oscilan las mismas
cumbres solitarias que me llaman desde
hace más de diez años. Un mustio grupo
de cirrus se difumina en el brillante azul
del empíreo, contemplando el bullicio
que emana debajo de sus pies desnudos,
cerca algunos perros intentan hablar, el
canto de las aves inunda el ambiente en
el que, entre eucaliptos, jacarandas y
mezquites; se disuelve el tenue aroma
que expelen las flores.
De nuevo la vida, otro día insoporta-
ble.
La Testadura 20
***
Ahora bosquejemos la situación:
En algún ínfimo rincón de la mácula
urbana, sobre alguna azotea, debajo de
una techumbre improvisada con restos de
láminas rotas y tablas de madera pútrida,
un poetastro intentaba escribir sobre la
trayectoria de un trilobite que se desliza-
ba entre los ladrillos bermellón de un
muro. El artrópodo movía tan rápido sus
diminutas patas que parecían invisibles,
el poetastro se percató de que es imposi-
ble describir cuando el lenguaje resulta
insuficiente, dejó caer la pluma, observó
el día claro, suspiró. Pensamientos fuga-
La Testadura 21
ces arrasaban con su conciencia – una
cerveza, un amor, un motivo. No, mejor
vino rojo, whisky, sería más prudente co-
mer, da igual un par de piernas que cual-
quier licor barato – sin percatarse su
mente se difuminó en el viento, una fuer-
za irresistible desintegraba sus neuronas
en cada sinapsis. Vio fragmentarse el
tiempo, como arruinaba su vida, escuchó
plegarias ininteligibles pero armoniosas,
había perdido la razón. Abandonado al
devenir para él significaba ser como la
luz, a esa velocidad viajaba su mente.
Serie fotográfica
Materia estéril
Enero 2013
Por Thomas Briulant
Inserción promiscua
Obscena ingenuidad
Servilismo erótico
Espasmo gatuno
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Patética absolución edípica
Resuelto – el eco de la respuesta brilló
[ante mí –
ahora comprendo el murmullo de la
[cascada,
entiendo el trino de las aves ebrias,
interpreto la claridad del silencio,
las sombras proyectan galaxias,
los astros formulan sinapsis irreversibles,
a pesar del cuerpo destruido, vuelo.
En ese instante, apenas vislumbrado,
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se encuentra la solución a mis tormentos,
pues me lamento del absurdo, de nada,
entonces creo que soy libre y peco,
olvido la dosis recomendada y me
[excedo.
Hace meses que el esqueleto no crujía
[tanto
¡Lo logré! ¡soy libre! ¡un idiota!
Por fin comprendí el origen de la muerte,
he resuelto el enigma de la esfinge,
ahora, quizás, me arranque los ojos.
***
Perdí la conciencia, las manos me suda-
ban dilapidando deseos, no sabía que de-
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cir, me parecía prudente callar, suspirar
en ecos intermitentes. Me había captura-
do mientras dormía al costado de una
carretera, sin percatarme deslizó su len-
gua sobre mi abdomen, cuando desperté
estaba atrapado sobre la cima de un alfi-
ler. Desnudo, mis poros brillaban cuando
emergían luciérnagas de mis venas, las
nubes besaban mis pies, había crecido
césped en mi rostro.
La Testadura 30
1.800.000 años luz
Dramaturgia modernidad hermenéutica
Piernas desnudas danzan impertinentes
[dentro de ojos desorbitados
Agustín de Hipona didáctica Platón
Cráneos hierven bajo las jacarandas que
[emergen de una ciudad en ruinas
Ciencia tecnología problemas filosóficos
Vapulean senos rígidos féminas
[impúdicas ultrajadas por la cruz
Óleos secos lienzos petrificados ausencia
La Testadura 31
[de ensueño
La Madre despierta azotada por el nuevo
[sol que se fragmenta a carcajadas
Tabaco hierbabuena café té de tila
Monstruos mutaciones Pater Omnipotens
[Aeterna Deus castrado por Edipo ciego
Grecia mnemotecnia invasión bárbara
[Roma
Pupilas dilatadas recorren los pasillos
[gélidos de la Filosofía
Glande prepucio balbuceante pápulas
[perladas galaxias
Rincón exacto para fornicar atentando
[contra las buenas costumbres
La Testadura 32
Memoria universalidad dialéctica
Vulvas metafísicas retozan sobre pistilos
[purpura en un campo minado
Eidos juego Sapere Aude
Sudor desprendiéndose estado líquido de
[las neuronas fulminadas
Orgía altares semen verde
La mente descompuesta olvidada en un
[cajón de la nebulosa M-31
La Testadura 33
Exceso de vida
Silencio en la inmensidad que me
[conduce a un páramo extenso
ignoto alejado sobre cumbres aliento de
[vida desde las estrellas
triste deambular a través de senderos
[inmutables oscuros
en tinieblas el corazón desolado ausencia
[implacable ojos de luna
por si acaso regreso a la cálida realidad
[de cópulas insaciables
La Testadura 34
bajo noches campestres felaciones
[incontenibles eyaculaciones que
[[inundan cada rincón del universo
entre nalgas metanfetamina senos
[alabando extáticos la configuración de la
[[galaxia
pronto estaré junto a ella esperando
[sismos sístoles catastróficas
volveré al hogar destrozado sin alma sin
[cuerpo profanado por dioses paganos
[[febriles
que masticarán el último grano de
[esperanza vomitarán en mi boca
los despojos de mi magnífica
La Testadura 35
[insignificancia magma emergerá de
[[cada uno de los poros
por fin estaré en paz no me atormentará
[más el silencio
por fin conquistaré la vida fundiéndome
[con el sol
estaré en los océanos seré huracán
[tornado vórtice
en un agujero de gusano eco intermitente
[en el subsuelo
por fin me alejaré de los hombres de las
[máquinas de los gobiernos
estaré en el veneno diario en la cópula de
[los amantes
La Testadura 36
[sodomizaré policías políticos
por fin conoceré límite y lo romperé
[carcajeándome
no habrá más demoras más decepción
[más prisa más tiempo
estaré en las grutas destilando brisas
[alucinógenas
seré desierto bosque selva tundra valle
[lago montaña cielo
dejaré de ser náufrago ermitaño
[vagabundo paria apátrida
resolveré todas las fórmulas descifraré
[todos los enigmas
tendré el infinito a mis pies vibraré con la
La Testadura 37
[luz cósmica
el mundo es muy pequeño y hay en él
[exceso de vida
no es suficiente reconocer el futuro
[presente intacto en un instante
no es suficiente interpretar movimientos
[potenciales en un espacio de extensión
[desconocida
no es suficiente amar despertar con los
[nervios tensos
las piernas heridas el cerebro molido el
[hígado congestionado
articulaciones oxidadas deprimido pobre
[sin alcohol sin drogas
La Testadura 38
cansado pero no derrotado tal vez sin
[poder volar pero arrastrándome
lo importante es seguir adelante no
[detenerme
respirar al ritmo de la eternidad prever
[destellos
avanzar continuar morir en el intento
[confiando en que algún día llegaré.
La Testadura 39
Experimento fallido
Cansado de experimentos fallidos de
administrar silencios de acudir al eco en
momentos críticos adelante cualquier
imagen conduce el trayecto zigzagueante
de una marabunta de gitanos poetas tra-
moyistas y apátridas de toda clase de
oficio profesión y malos hábitos esa no-
che arrojé la pluma contra un colchón
sucio espinoso manojo de sórdidos ins-
tantes hilvané odas con vellos púbicos
dorados oscilantes vaivén rítmico sobre
La Testadura 40
cimas de hormigueros en la arena de los
desiertos marcianos como siempre el
hastío la justificación de los errores des-
arreglo permitido sí y sólo sí recordamos
que el clítoris es la clave de la gran explo-
sión que iluminó el universo que se ex-
pande en mundos parlantes vagabundos
a través de un espacio ignoto como ex-
tenso tal vez por eso requiero medicinas
más potentes donaré mi hígado a los
especialistas en catástrofes naturales no
huiré más de los escorpiones por fin lo-
graré hacerme entender sin verme en la
necesidad apremiante de discurrir
ahogándome en palabras tiesas tensas
La Testadura 41
tersas cómo las costillas de una virgen
excitada por espasmos que destruyen su
vientre su vagina hirviendo con la brisa
oceánica en la lengua de las nubes que
preludian la tormenta otra vez lo mismo
lo otro la vista cansada el valor abando-
nado sobre el campo de batalla sin dine-
ro para irrumpir en cantinas vacío incluso
del corazón cansado de los mismos cami-
nos ahora siento asco por la humanidad
no más compasión encontraré la fórmula.
La Testadura 42
Arresto
Alto, lo que argumentas es falso,
[paradójico, inefable,
retrocede coloca las manos donde
[puedan verse, suelta la pluma,
arrodíllate, junta los brazos con las
[costillas, mimetízate,
cierra los ojos cielo resplandeciente
[amatistas mándalas luz negra
no tienes parpados guíate a través de la
[inmensidad con los oídos
La Testadura 43
con los pies dislocados tobillos
[cascarones rotos por élitros emergentes
desayuna bilis platica con tus vecinos
[sobre los precios exorbitantes
que cobran usureros proveedores del pan
[diario mohoso seco
permite al esfínter blasfemar mascar
[alfileres hablar francés
camina hacia donde no veas señales no
[busques jamás te perderás
recuerda los momentos felices entre sus
[piernas tersas
en sus labios cascadas lumbre sobre sus
[marmóreos pezones creados para matar
La Testadura 44
no le des vueltas al asunto los amigos
[traerán botellas contenidas
en vientres fecundos de quimeras
[andróginas portentosas bestias
manjares callejeros bautizados con
[semen de perro hidrófobo
moronga acidulada con vello púbico de
[eunuco sifilítico pútrido
esclavo ultrajado en mazmorras
[tenebrosas arrebatado por dioses
lujuriosos que añoran el brebaje que se
[fermenta en tu sangre
danza extático antes del amanecer
[morirás con el mundo en llamas
La Testadura 45
hierve, hierve, evapórate, arde, clama,
[ruge, revuélcate sobre los desperdicios
[[de tus contemporáneos,
ama, destrúyete, colapsa, expande los
[fragmentos de la mente
más allá de la dinamo estrellada erecta el
[corazón, hincha las alas,
perdona a tu verdugo, blasfema contra el
[sol, no le debes respeto a la vida, no
[[agradezcas,
jamás será suficiente, retrocede coloca
[las manos donde puedan verse, suelta la
[[pluma.
Verano – Invierno 2013
David “Aleph” Chavero (Querétaro,
1985), estudiante de Filosofía, pintor
y escritor independiente; autor de La
Testadura, una literatura de paso no.
21 y de la no. 40
De mano en mano,
de pantalla en pantalla
¡Que la voz corra!.
La Testadura, una literatura de paso, hecha para olvidarse en salas
de espera y/o lugares públicos.