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1
NATURALEZA VIVA
2
Naturaleza viva
A Frida Kahlo
En el barrio del Zócalo, estaba tu escuela
en el mero ojo de la ciudad.
Eras la novia maldita que se espantaba
de ver la vida ojerosa y abierta.
La volátil novia que llevó al amante gordo de divinas mañas
a algún restaurante italiano.
Y las mesas tenían manteles blancos, y le echaban azúcar
para dibujar el rostro de Dios o el de aquella mendiga.
Algo añadía Diego, quizás un beso
o un poco de vino o pimienta.
Algo de Diego, algo de Dios.
El paisaje del amor no tenía precio ni horario.
Bajo el arcoíris de Tenochtitlán
el auténtico paisaje nacía de tus manos azules
y el silencio.
Tardes de primavera en el D.F.
y las fotos sepias de mis padres aúllan en algún rincón.
3
Violeta
Cambió el color café de su ojo felino
La fina piel de su rostro ha oscurecido
y su cabellera de Medusa está oculta
Cierto que pasó los 84 mayos
como los heroicos sobrevivientes
o los perseguidos o los exiliados
Muy pronto caerá el granizo azul
y padre la aguardará en el limbo de su anhelo remoto
En el pasado tan intenso aparecen
Lima y el Distrito Federal como parte de un sueño
Un crepúsculo sigiloso arrastra las sombras
y callo.
4
Luciérnaga
Anduve cósmica y de pie
entre fontanas y caracolas
mis largos años
fueron lentos e intensos
al borde de un violín
esa letra de tus manos
que me pulsa
ese árbol del tordo
que regresa
bajo un paisaje demencial
el silbo lejano del colibrí
a mi senda se cierne
(a mis hijas)
5
Parque Güell
En Barcelona
Lucía sueña rondas escarlatas
Centauro lujurioso contempla
Los pechos de la Madona
Bellos gitanos tocan violín y clarinete
Los domingos
En el parque Güell
Hechizadas alondras
Pican la yerba de oro
Y, como el cuadro de Rafael,
La niña abre los ojos
asombrada
(a Luana)
6
EXTRAVÍO A 2,750 m. DE ALTURA
7
Extravío a 2,750 m. de altura
Descendíamos al vasto valle
sobre la margen derecha del río Mashcón
bajo ese alucinante cielo despejado
jugando a hurtadillas entre zorros
te sentí y, a todo trance,
evité cruzar
las cuencas diáfanas del agua
y probar la manzana prohibida,
aunque el olor me turbaba
bajo las ondas de una
música ligera.
Pero ese fruto escarlata sonroja,
Charles, roe y nos desvía,
y vanos son los pasos de humo
cuando quieres inútilmente
liberarte
de una imagen silvestre
y callada como tú:
la tibia ropa en la orilla
tirada sobre las piedras lisas.
8
Postal
Un blues compuse sobre la cama
y me sonríes a lo lejos
mientras lees a Elías Canetti
Es lunes y el aroma de las rosas
asciende a la habitación
Pleno día de otoño
El libro está abierto en ese estante
tiene el grabado de una guitarra
tu casaca verde / tu olor a yerba
Los amores desaparecen en el cielo
la luz sobre tu rostro retrocede
Barcelona está vacía.
9
Cine azul
HUBIESE QUERIDO SER DE QUIEN ME RESPIRE
ANTONIO CLAROS
tu mirada no tiene límites
a veces te enamoras del actor principal
y en público no puedes aceptarlo
el rubor se te pega a la piel
el humo de sus cigarrillos
y bajo las sábanas
no es fácil fingir
que no lo amas
pero desde el balcón él te exige
más y más centímetros
de tu cuerpo deshojado
esta es la primicia
de una noche por estrenar
no tienes pies ni cabeza
no eres Cleopatra
bajo el ojo postrero del juglar
10
La nube de Gilberto Owen
Mi arpa –escúchala viajar- se cansó hace tiempo
¿Quién sabe adónde partió?
Entre las manos oscuras de un barco lejano
Te he contado antes, Eliseo, de los cometas y la nube
Contempla el ocaso y mi espectro celeste
La revolución inconclusa
El cántico de otra vida que no llega
Y el manantial de ese riachuelo
A punto de secarse
Como la fuente del Parque de la Reserva
O este poema pálido en tus manos, Eliseo.
11
Caravanas
El mancebo de los ojos brunos ya no está en el parque
donde leímos los versos del Cantar de Salomón
como quien bebe toda la luz a hurtadillas.
Más tarde en El Olivar con los ojos cerrados
Amadís me enseñó las caravanas del río,
el lenguaje subterráneo de las flores desiertas.
Esta mañana sólo florecen huellas ocultas
cerca al vientre fatigado de mi ombligo.
La belleza es misterio y convulsión,
anuncia catástrofes y odiseas.
Yo no me llamo Celia
no tengo familia ni soy de aquí
soy la sombra prófuga de una calé.
Los habitantes se fueron de casa Yo evoco el Neva
majestuoso en primavera, en mi Leningrado,
y alcanzo a Darío envuelto en guijarros
Pero es demasiado tarde.
Mañana se levanta un patíbulo
Dejo agonizar mis manos de azufre sobre esa ciudad.
12
Mi poeta
Mi poeta con ojos de jaguar dormido
ya no aguarda más mi llegada,
la dicha se esfumó
y una leyenda
espera el color mítico.
¿Hemos extraviado la lámpara del Amor?
(a J.N.)
13
Ciprés dorado
Fue una odisea por la orilla del Pacífico
Una travesía turquesa alrededor de nosotros
Sin el ceño fruncido bajo el viento de agosto
Éramos jóvenes, perseguidos e inmortales
La luna multicolor guió nuestro embrujo
Y cinceló nuestro corazón sobre un ciprés dorado
A pesar de las décadas, amado, me resisto a creer
En la edad de la razón
Esa oscura senda
De flores de piedra que aún nos espera
(a J.D.)
14
Celebración del sueño
Palabrita, sentí tu mano en mi espalda
percibí tu perfil morisco
vi tus manos sobre el timón de un camión
mi cabeza dormía sobre tus piernas tibias
Sólo supe que tú manejabas
hacia un lugar remoto
y decidías mis horas junto al río
Yo era una simple criatura asombrada,
un atoj encogido
Tu cuerpo difuso y el fuego
nos conducían al Valle del Mantaro
donde pedir posada, pan y aguardiente
era cosa de ángeles o demonios
Quizá podíamos descansar
y estar muy cerca calladitos
como quien bebe una tacita de café
después de una locura o un polvo,
sin silbos ni versos
la celebración del sueño
y el rito de la muerte
15
Dile que se vaya
DILE QUE SE VAYA PRONTO A CASA, ESTOY DEMASIADO CANSADO
ALLEN GINSBERG
Salí a cumplir una tarea más
Como si no fuera suficiente
Sobrevivir rota bajo el cementerio de Lima
Dile que se vaya, Dios mío
No hemos nacido para rogar
Ni un pasaje al viejo continente
No dejes Padre que sucumba
A la tentación ni a la palabra
El amor se gasta entre timbales
Sentí su corazón frío
Como una lagartija
Dile que se vaya
Para enterrar al diablo
Embustero
16
Divina melodía
¿Recuerdas, amigo mío, la ebria torre de marfil
y las ahumadas paredes de San Marcos?
Qué resplandor, qué palidez miserable.
La tarde abre su puerta
mientras tocas saxofón sin calcular una palabra.
Hoy no es temprano.
Se nos va la vida como aquel marinero
que se marcha del puerto.
Se nos va la vida como una dulce melodía.
Sólo amarte mientras se mueven el mar y tus sueños.
(a Sandro)
17
Desnudo
Cuerpo desnudo en la tierra densa
Árbol, respiras junto a mí
que huyo del impropio
aquel viejo cuerpo de obsidiana
Indemne la nave elige
la rosa que evoca la Medusa
la visión de sierpe y astro en medio del mar
Entre la playa y el cuerpo de arena
detenido navío irradias, Pirata
Vibra en mis pechos el viento
y tu animal se disipa
El anzuelo sobre la orilla
hila una doble artimaña
Sola una mujer
Derrumbada
18
El silbo de Dios
Bajo el frío leve de julio
No hay golondrinas ni carcajadas
Solo esta carta
que busca inútilmente
tus labios
O el silbo de Dios
19
La puerta
Entre el caos de papeles
leo y rezo
a veces, escribo
Pero tu casa está lejos, Poeta
y mis ojos suspiran
(a Cavafis)
20
No tiene edad la existencia
¿Viste que se ve bacán?
El libro progresivo es lúdico
Y Juan se lo merece
No tiene edad la existencia
ni nuestro afecto
Mi propio cuerpo prohibido
mi propio cuerpo pálido
Extraviados en el crepúsculo
nos hemos buscado
Pobres cuerpos sin tierra firme
En la calle los pasos húmedos del tiempo
Rastros de chacra arribando a la urbe
Bellas adolescencias interrumpidas
Basta de presiones y ausencias
El muro está callado
La puerta no podrá
leer la señal en tu frente
Así te reconocí maldito y puro
Lima se abre como una alcachofa
Y no está mi cuerpo en tu lecho
21
Encuentro trunco
Unos muchachos libres bebían aguardiente
nos miraron en plena avenida Pardo
eran hijos de obreros de construcción civil
nos echaron su ojo zahorí / y siguieron en lo suyo
Mientras tú hablabas de la prensa y otros menesteres
mis pasos se evadían de tu voz
como si tu voz fuese la de un sacerdote
enterrado
Unas alondras esta tarde me han dicho
que tu poesía ya no es mía
ni tus manos pálidas / ni ese lunar pequeñito
que tantas veces dibujé tomando mate cedrón
Como muchas epístolas te envío esta botella al mar
para que celebres / con la otra
vida
tu niebla
tu
sol
que me llegan cadenciosos
con el trotar del caballo de la muerte.
22
Aramis
Aquí, mi Mosquetero, en el siglo XXI
Por doquier se ven también iglesias y conventos
Tallados por anónimos y pobres
Distintos Reyes y jerarcas
Lujosamente vestidos
Mientras usted sigiloso cruza a caballo
Entre las sombras como buen jinete
El arpa de la noche estira una mano de ángel
Y no aburre la película vespertina
Puede ser que surja un milagro
Pues a esta altura de la vida
Qué papel nos queda
Bajo el único sol que nos alumbra
Brindemos, pues
O huyamos por la ventana, Aramis
23
Voy navegando el Océano
Voy navegando el Océano Pacífico
Los sueños del pasado a la deriva
La armonía de tus ojos me corea
Con ella existiré
Hasta aprender a caminar
Sobre las aguas azulosas
Ante el ojo de mayo
Y el imán de sus espinas
24
A la sombra del árbol de la acacia
Entre ritmos cálidos y olor a caña dulce
Mientras cabalgas río arriba
Sentada a la sombra del árbol de la acacia
En el umbral de tu lejano jardín
Una parte de mi vientre cuida tus sueños
25
El cielo me visita El cielo me visita
Silba llameante
La mañana está a punto de desbordarse
Eres tú, pequeño, amor en la ventana
Atado al bosque
Fluyendo bajo mis ojos abiertos
Sólo tu mirada furtiva
Me quita el frío invisible
Y algo de tu calor se queda conmigo
26
Tango en vertical
Y esta noche qué hacer si se detiene la arena del reloj
Y tu mano soñada toma mi cintura en vertical
Y se desplaza vibrando
Y la voluntad se disipa
Y tus ojos se acercan hasta mi cuello
Y mis pies bailan
Y se confunden con el azul
Y tus labios pintados de moras se entregan al cielo
Y me dices No te muevas
27
No hemos hablado
Esa tibia sensación
El aliento termina
El breve camino de la vida
Ese muchacho reclama su candor
Flores, niños y mujeres
¿Acaso son similares?
La alegría lejana ignora los días viernes
Y deja huir esta mariposa irisada
No hemos hablado, Aramis
Solo somos una pompa de jabón
Una daga que me ahoga
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CUADRO ABSTRACTO
29
Cuadro abstracto
Husmeando su materia minúscula
un hombre renegado arriba a un patio
donde las esquinas suyas se vuelven extrañas
y, para vivir es necesario tener alas,
no caer y ser auténticamente rojo.
Él, que en otra edad tuvo tal suerte,
la vejez lo aísla y baja los ojos
atrapado en la red.
Obvio que se cuestiona,
mas de este modo no podrá sobrevivir.
Tener la posibilidad de ser rojo ¡caramba!
pero aquello de estar amarrado a ella como un animal
hoy le resulta atroz.
(a Henri Michaux)
30
Paul Mauriat silba
No soy diferente de aquellas mujeres
que tratan de escribir la línea perfecta
la oración redonda entre serpientes y rosas
la mujer que no aguanta el bullicio
la señal oscura de sus pasiones
esos brazos desnudos que cuelgan indóciles
Heme aquí escuchando tu voz a lo lejos
mis manos se arrastran
por temor a perderte
Qué es más difícil vivir o morir
Balbuceo como una oruga,
mientras imagino que duermes
con tus ojos circulando sobre un espejo
y tus zapatos inmóviles al margen de tu sueño
Amigo mío,
tus pasos de humo me confunden
tus letras clandestinas en la sombra
me ahogan y ofuscan
Busco una canción
Paul Mauriat me arrulla en la oscuridad
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Noviembre
En noviembre te salvé la vida con mi caballo
Pero mi ojo cautivo se cerró La estación de las cartas
Llega a todos los rincones Y no puedo
Escribirte un poema Ni armar la arquitectura de un puente
Que nos lleve a los museos de Europa
Que te permita orar ante cuadros de Picasso y Van Gogh
De mi cabeza nacen monólogos tardíos Espectros Vampiros
Piedras Pájaros Presos Olivos Una comuna clandestina
Pascana de transeúntes Y presagios que se escapan
De tu cabeza brotan lienzos alucinados Zafiros
Lluvia carmesí Vendavales silbando en pleno incendio
Contra la soledad y la muerte, amor
Crea espacios siderales Columpios Bosques
Y pinta con prisa la palabra Libertad
(A Carlos)
32
Dos mujeres
Dos mujeres morenas se cuidan
Dos mujeres claras se entregan
La fatiga de sus cuerpos solo es un murmullo
El fuego en sus alas
De sus manos lila
Volaba una oración eterna
(a Cristina)
33
Pequeña ilusionista Pequeña ilusionista / aún parece que te veo bajo la bruma
Danzar la noche entre olas marinas
Por qué serpenteas / gata azul de obsidiana
Te escucho lejos del viento del Sur
Lejos las estrellas / el rubí y el lamento del hipocampo
Por qué fui la barca y tú los ojos de la golondrina
Entre el aroma de caña y la arboleda de plata
Por un instante mi corazón se detuvo, doncella
No te hundiste bajo la espada de las heroínas
Caíste sobre el espejismo del jade y las amatistas
Al amanecer cuando el eco del gallo reinaba la ciudad
Destruiste las ramas de las moras que sembramos
Al mediodía cuando la flor dorada abrió su mano
Te quitaste el traje y descubrí tus espinas
¿Dónde estás pálida amiga?
Tu perfil camina cual un indicio vano
En la tarde de Barranco
(a May)
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¿Hacia dónde giran tus ojos?
Cuerpo de viento
Amigo, me encadenas a los arrecifes
El mar pinta tus párpados cansados
Y mis manos fugaces se apoderan
Del instante
De tu sonrisa
Y me refugio en el verde pálido
De tu hierba crecida
Nuestro labio de ciruela irradia
Manantial que me ahoga de noche
La calle La existencia
Qué rostro lacerado
Me tomas del brazo y me llevas
Al interior de una inmensa biblioteca
Y no pierde color mi piel
Y no pierde color tu propio ojo
(para Óscar)
35
Una muchacha ojos naranjas
una muchacha de ojos naranjas está esperando
una muchacha de faldas largas y pies desnudos
una muchacha lee los pallares y las cartas
una muchacha inmóvil una muchacha de manos finas
una mujer de cabellera café
una mujer pálida que escribe cánticos al mar
una mujer cansada que sueña arcoíris y ríos
una mujer roja que baila sobre las mesas
una gitana de pies ligeros y ojos negros permanece
una gitana rebelde de falda blanca y manos veloces
una gitana que sabe leer el movimiento de tus ojos
una gitana loca que junta las palabras te aguarda
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METAMORFOSIS
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Metamorfosis
Construía castillos en el aire como cometas
Sus ojos bordaban versos negros
Sus palabras abstractas no atraían
Hace frío y es jueves
una noche inmóvil
olor a frutas frescas
Mi cabeza no está en su lugar
soy un sauce / un silbido
Tengo el fin de semana
para cortarme las venas
la lluvia tibia posee las manos pardas
y el corazón desnudo es una navaja
todo se desvanece
la chispa
la mirada
el fondo del laberinto
el eco de la risa
38
Otoño
Cae
El otoño
Las últimas hojas
Piadoso el árbol me mira
Gotas de relámpagos
Me arrastran hasta la Estación
de los huérfanos
donde estás, cansado, bajo la lluvia
como el Dios de la guerra
que sólo aspira alcanzar la Venus del espejo
39
Blanca
el silencio del país nos acosa
un tanto derrotado
todo el día he recorrido tus versos
se inclinaron sobre mí
tus ojos púrpuras
hoy están más cerca
es bello tu nombre
como la rosa de Barranco
en medio de esta ciudad muerta
40
¿Quién duerme ahora?
LA JAURÍA ANDA ALLÍ , AFUERA, SE SIENTE SU PRESENCIA MALÉVOLA, TRAS EL TRISTE CANTAR DE LOS GRULLOS
ÓSCAR AMAYA ARMIJO
Cierto, no nos apocan la miseria ni la ceniza del desierto Mascamos la vigilia, nuestros
ideales, el runrún de las parejas y el gruñir de las señales en el teclado Cómo negar la
conspiración Hoy coreamos algo similar con este ayuno Sí, en este lado de la capital,
arrullados entre libros y olas marinas somos fragmentos de generaciones de
conspiradores insomnes, apremiados de claveles, amor, libertad y revolución Qué
sentido tiene dormir Si al margen de la orilla el país es un pálido animal decapitado
¿Puedes dormir? No. Anhelo pensar, escribir y cuidar el aura de las mujeres, hombres y
jóvenes que dedicaron la existencia a custodiar sus mitos Como nosotros, esta
medianoche, los compañeros y hermanas están velando otros amados rebeldes,
desaparecidos, torturados, presos, muertos. Esta noche ya tiene siglos de haber
principiado y nos punzan los ojos y perciben fatiga estos pálidos cuerpos. Sin embargo,
ajados y enfermos aquí estamos Quién sueña hoy, quién podrá dormir Las hierbas secas
musitan ¿Los traidores? Si dormitan es pueril su sueño Nuestro insomnio, es real, mas
no vano Solo velamos la patria alegre que deseamos como herencia para los infantes
anónimos de aldeas y pueblos remotos, para los niños que pasan y sonríen, para los que
transitan y están mudos, para nuestros hijos y su prole. Nuestro insomnio, entonces, es
utópico La cámara no miente Nuestro desvelo infringe Contra los que tienen la visión
perversa Contra los que están cavando su propia tumba extendemos el eco de nuestra
guitarra al hombro.
(a Gloria )
41
Quena fabril
La pobreza de los abuelos Su destino final
Tejiendo sombreros Curando a campesinos
Al son de la quena fabril que evocamos
Esa que bebe, vuela y calma bajo la lluvia
Esa visión de armonía y simple nostalgia
No me rodeen las sombras
El corazón remoto llega a exhibirse
Con la dualidad de las chozas
Con el día que riegas a tramos
Y tus señales radiantes
Son una senda que se halla en otro pueblo
Quién tempranito nos arrebató el hogar
(a Bernardo Millones)
42
La tarde azafrán
La ciudad se desmorona
Niños extraviados corren
El discípulo supera al maestro
El amigo excava el pasado
El mar arrastra un cuerpo de mujer
El amor considerado crimen
Sol coral ojo hechicero
La tarde azafrán y no gris
43
Bombardean Palestina
leyendo a Nélida Martinelli
Lima, 6 de enero de 2009. Bombardean Palestina mientras un poeta moribundo recuerda
el Corán bajo las rocas y un pintor dibuja flores y mujeres Las embajadas de Israel en el
mundo están teñidas de sangre de hijos de Gaza Los juglares callan y los músicos silban
sobre un carrusel herido Estamos de luto y vestimos de blanco El mapa y sus grandes
ojos de azafrán están divididos una vez más Llanto oscuro de las madres extenuadas
entre escombros gimen la agonía de las infantas Su fulgor y pureza Su luz y coraje Sus
manos verdes y rojas Ira e impotencia Desconcierto y estrellas en la frente de nuestros
niños asesinados Silencio en Argentina Silencio en Perú Silencio en la tierra Una ronda
se escucha a lo lejos Una voz canta Isla Negra renace Gaza juega a la escuelita.
44
Mis amigos con ojos de pez espada
Mis amigos con ojos de pez espada No perdieron su color a pesar del tiempo
Mis amigas con talle de árbol bajo la sombra del cielo
No perdieron la poesía de dátil ni el verso de fuego
Mis amigos con garganta sedienta y ojos escarlata
No perdieron la ternura bajo el invierno
Mis amigas con espalda tibia y sueños de opio
No perdieron el humor ni las manos abiertas
Bajo la lluvia de relámpagos
Yace nuestro corazón desnudo
Purificando la tierra
(a Lalo Justo Caballero)