narraciones históricas locales

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Proyecto de recuperación cultural Municipio de Ventaquemada Boyacá

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Inventario del Patrimonio Cultural Inmaterial de Mongua.

Convenio Alcaldía de Mongua – Corporación Santa Clara la Real.

Cofinanciado por el Ministerio de Cultura de Colombia a través de Gobernación de Boyacá.

Convenio Alcaldía Municipal de Ventaquemada

Proyecto cofinanciado por el Ministerio de Cultura a través del Programa Nacional de Concertación 2014

VENTAQUEMADA

Narraciones históricas locales

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INTRODUCCIÓN“…Según dicen porque yo todavía no nacía. Dice que iban a hacer el pueblo era en Supatá,

pero como que llevaban a San Antonia allá, y había echo algo no sé, que se llevaban el San Antonio pa allá paSupatá y el San Antonio no se amaño, él lo dejaban allá en la noche y en

la mañana amanecía allá en parroquia vieja, por eso le hicieron la capillita ahí, porque en ese entoncis el pueblo tampoco no era Ventaquemada, sino era Padua, para poner el nombre de Ventaquemada fue porque habían una personas que tenían un negocito que se llamaba la

venta donde pasaban los arrieros que iban para Bogotá y que venía de Nemocón, de un lado y de otro y disque llevaban todas esas cosas y ellos entraban a descansar ahí en ese tienda y tomaban guarapo en ese entoncis, ¡no! Y dicen que un día no sé que sucedió, y se prendió, la

tal venta por eso desde ese entoncis ya no quedo Padua sino Ventaquemada...”

El LUGAR es el único espacio posible para reconocerse como HABITANTE.

El lugar solo existe para el HOMBRE en la medida que este lo RECORRE, lo APROPIA y lo TRANSFORMA.

En este sentido, el territorio de Ventaquemada, pensado como LUGAR, es el espacio donde se ha posibilitado el devenir de un proceso histórico polivalente y múltiple, en el cual confluyen una serie de acontecimientos, fenómenos y situaciones, cuya conjunción ha configurado el paisaje sociocultural de hoy.

El interés del presente proyecto de investigación es generar la inquietud de los jóvenes y niños del municipio por sentirse parte activa de este rico espacio, a partir del reconocimiento y valoración de su HISTORIA, una historia plural y abierta, una historia narrada por sus padres y abuelos, una historia local que obedece a las lógicas y referentes cercanos, es decir aquellos que se viven todos los días, una historia particular que no

(Grupo de danzas del adulto mayor, archivo particular)

busca homogenizar, sino por el contrario, enfatiza en la riqueza y poética de los diversos rincones de este interesante TERRITORIO.

El método utilizado fue de carácter PARTICIPATIVO, donde la población estudiantil, teniendo como punto de partida su biblioteca municipal, generó espacios de diálogo con los “antiguos”, con aquellas personas guardadoras y cuidadoras del conocimiento local, custodias de la memoria a través de narraciones que deambulan entre lo real, el mito y la leyenda.

El resultado de esta investigación, de este RECORRIDO dialogado a través del territorio, no debe abordarse como un asunto terminado y cerrado, por el contrario, esta publicación lo que busca es incentivar la curiosidad de quien la lee para continuar indagando, para continuar preguntando para continuar aportando a la construcción de la MEMORIA LOCAL, en procura de configurar una narración histórica cada vez más incluyente y cercana a las realidades y particularidades del MUNICIPIO.

(Abuela con su nieto, vereda Supatá, Carlos Carreño, 2014)

ALCALDÍA MUNICIPAL DE VENTAQUEMADA: Virgilio Farfán RojasAlcalde MunicipalOscar Javier Buitrago UmbarilaDirector Instituto de Cultura y Turismo.

INVESTIGACIÓN: Carlos Andrés Carreño Hernández

(Fundación Piedra Alta). Investigador.

Esperanza Martínez. Asistente de investigación.

Adriana Carolina Rojas Asistente de investigación.

Grupo de estudiantes colegio ¿????????Fotografía:

Archivos particulares. Carlos Andrés Carreño Hernández.

Diseño y diagramación: William Arciniegas.

Contacto: www.ventaquemada-boyaca.gov.co

[email protected]

© 2014 Esta cartilla se realizó para la consulta y transmisión del conocimiento en la comunidad educativa y población general del municipio de Ventaquemada, Boyacá, por esta razón se

permite su reproducción y transmisión, siempre y cuando se presenten los créditos.

MINISTERIO DE CULTURA:Mariana Garcés

Ministra de Cultura de la República de Colombia. María Claudia López

Viceministra de Cultura de la República de Colombia.Programa Nacional de Concertación Cultural 2014.

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LAS VEREDAS

(Don José de la Cruz Aldana, Carlos Carreño, 2014)

La VEREDA es el lugar cercano, es el núcleo alrededor del cual gravitan los recuerdos más íntimos y personales, pues es allí donde se han

emplazado las familias Y de esta manera han convertido a las lomas, páramos, cañadas, quebradas y demás en rincones del hogar, de ese terruño que es motivo de orgullo, el espacio posible donde habitar. Cada una de estas veredas entendida como producto de un proceso de construcción colectiva, que con el paso del tiempo ha venido configurando un paisaje particular y propio.

“La vereda esta de frutillo, porque una parte que daba fruta bonita, entos a consecuencia de eso

la pusieron así. Esto de parroquia vieja era por el motivo de que iba a ser el pueblo ahí, entonces no

y a lo último dijeron que quede parroquia vieja, por la parroquia que costruyeron ahí y como

no la utilizaron quedo vieja ahí. El hato porque había una parte donde abundaba el pasto y

cuidaban hartos animales, las vaquitas y daban la lechecita. La mesa porque había una parte

plana bonita, que todavía hay unas partes allí. Y sota porque ahí se azotaron los de aquí y los de Turmequé, para dividir el pueblo. Choquira

porque se prepararon los de aquí y se chocaron contra los de allá y se dieron. Capellanía porque quedaba vistoso para mirar a la parte de abajo y

que formaba como forma de una capilla esa loma y todavía existe la loma esa de aquí pa allá…”

(Isidoro Muñoz Bautista, 89 años). (Detalle Puente de Piedra, Carlos Carreño, 2014)

La ESCUELA es uno de los ejes más importantes de la memoria de los abuelos. Pensar en ella es recordar los senderos antiguos llenos de lodo,

piedras y juegos, es traer a la memoria a la profesora, a las lecciones, a los útiles escolares. La escuela es algo más que un elemento arquitectónico, es un referente importante para la memoria, es el punto de contacto y articulación entre las veredas, pues no todas tuvieron su propia escuela, razón por la cual debían desplazarse, tejiendo de esta manera relaciones de sentido que entrelazan los elementos del territorio.

“…esa construcción antigua, pero anterior a eso, como escuela funcionaba en casas de familia, sí. Una familia prestaba, por esa época, por allá se cree que en 1920 más o menos, se calcula, que

en 1920 comenzaron la escuela, en esa situación. En ranchitos, porque, en ese tiempo no habían casas sino ranchos, ranchos de bareque y por ahí se decía que un año se ubicaba el maestro

o maestro en una casa, el otro año en otra o así. Hasta que a 1932, parece, más o menos,

construyeron la primera escuelita. Aquí se educó gente importante, pues que ya han muerto…”

(José de la Cruz Aldana).

LA ESCUELA

“Que ya recuerde mis profesoras fueron Rosa Romero y Carmelina Romero y un

señor, sobrino de ellas que se llamaba Luis. Por cierto que no llegue a saber de donde

eran. Aquí estuvieron bastante tiempo, pero antes de ellos estuvieron por ahí una profesora de apellido Calducha, que hasta raro ese apellido. ¡Ha! y una profesora de apellido Ovalle, que con ella estudio mi

mamá, que ella estudio alrededor de 1932, 33, por ahí así más o menos, por esos

tiempos…”

(José de la Cruz Aldana).

A la escuela de la vereda se sumaba la posibilidad de acceder al estudio a través de Radio Sutatenza, cuyos cursos permitieron que muchas generaciones de campesinos comprendieran la importancia de su trabajo, valoraran sus costumbres y optimizaran sus recursos.

(Estudiantes de la escuela, Archivo particular)

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“…lo que yo más recuerdo o mejor para yo haber aprendido a leer y a escribir, jue por la escuelas radiofónicas la de Sutatenza…En ese entoncis la escuela radiofónicas, estaba Don Parmenio

González, la señorita Rosa Rivera, ellos eran los lideres, había un señor Iván, me acuerdo tanto,

que él era el que venía casa por casa, como líder como a fomentar toda esa experiencia, porque ellos estudiaban allá en Sutatenza y nos enseñaban y eso era bonito porque nos

enseñaban culinaria. La señorita Rosa iba a las casas y nos enseñaba a hacer cosa de cosas,

o las huertas caseras, en ese entonces se hacían las huertas caseras por parte de radio

Sutatenza…”

(María Oliva Castro).

“…en ese tiempo sí, en la radio Sutatenza que era la más potente, que todo el mundo estimábamos.

Yo tengo un radio Sutatenza, allá abajo en la finca, que lo saque a crédito en la caja agraria,

sino que lo mande cambiar y ya me toco ponerle música de las emisoras nacionales…”

(Samuel Torres).

(Antigua escuela rural en la Vereda Puente de Piedra, Carlos Carreño, 2014)

(Grado de bachilleres, Archivo particular)

En suelo de Vantaquemada sucedieron varios de los eventos más importantes de la gesta de la independencia. No en vano su última vereda

hacia el norte, limitando con Tunja, se llama Puente de Boyacá, a propósito de la batalla de ese mismo nombre que condujo a Simón Bolívar y al ejército Libertador hacia la victoria. En este sentido se encuentran importantes sitios como la mitad del campo histórico, las Piedras de Barreiro y la denominada Casa Histórica, lugares que han sido apropiados por la comunidad a través de narraciones muy particulares que los enfatizan como referentes de la memoria local, regional y nacional, impregnándolos de una narración menos oficial, más directa y sentida.

“…pues de todas maneras el monumento del Puente de Boyacá que es el especial…pero ese ese monumento o ese sitio no era como está hoy en

día,… porque en esa época me acuerdo cuando yo fui a las batallas de.. Cuando hacíamos simulacros que una vez tuvi con mi papa..que siempre iba con el y de todas manera la estatua estaba era abajo

la torre esa que esta al lado allá ..Que se llama como es ?...” (Pablo Aldana).

VERSIONES Y APROPIACIONES DE LA HISTORIA PATRIA

“…igual como esta en la historia y eso allá llegaban y si encontraban Barreiro se escondiatueso

hicieron bien SimonBolivar asomo por abajo y toa esa vaina y empezó la plomacina inclusive

póngale cuidado que había una mata de de cereza ahí onde el simon Bolívar está ahí en esa loma

en medio de esa casa grande que orita ahí hay , una mata e´cereza pero imensa grande uy eso era y se subiotuesos jóvenes y hasta adultos a mirar desde arriba y esa mata se quebró y calleron al suelo toa esa gente.. peroenton no les paso nada porque cada uno se venia, pero como era grande

y coposo eso antes se reían la genti y al momento de la batalla por por subir a mirar el simulacro

de la batalla y yo desde ahí paca no he visto un simulacro igual que esti…”. (Pablo Aldana).

(Mural en la plaza de mercado, Carlos Carreño, 2014)

(Paseo al campo histórico del Puente de Boyacá, Archivo particular),

(Sede de la emisora comunitaria, Carlos Carreño, 2014)

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Las creencias religiosas son otro de los referentes importantes del cual se derivan gran parte de los acontecimientos, hechos y situaciones

que han demarcado la memoria local. A través de los rituales, celebraciones y la figura de los santos se han configurado una serie de narraciones que con el tiempo han permitido la consolidación de la historia de Ventaquemada como testimonio de fe y respeto a Dios y sus mandamientos. De allí se deriva la importancia del templo parroquial dentro de la cartografía cultural del municipio, junto con los diversos actos devocionales tales como las celebraciones a San Isidro Labrador, San Pedro y al patrono San Antonio de Padua, las peregrinaciones y romerías, los sacramentos, entre otros.

“…En san pedro hacíamos la escabezason de gallos, ponían una vara altísima, ponían dos palos y la vara la tendían atravesada y allá prendían los gallos colgando y ahí se ajuntaba mucha gente y el que alcanzara hasta allá escabezaba el gallo…

Eso era harta gente…”

(Agustín Ropero).

“…a Chinavita, eso hacían unas jaulas que todavía las… Hora no las he visto de caña brava, y lleve en esas jaulas sus arepas, sus gallinas, queso, toeso y vámonos a pie paChinavita… Aquí se iban poray a la una o dos de la mañana y taban llegando por

VIDA RELIGIOSA

(Procesión santa Antonio 1975, Archivo particular)

allá eso de las tres, cinco de la tarde a Chinavita… Eso salían por Turmequé a salir, por un sitio que llamaban poso-negro y bajaban a Umbita, y bajaban y cogían y atravesaban el rio ese que

llaman las juntas… Anualmente en año nuevo. Eso cuando hacían sus

romerías así eso era sus promesas y todo era en año nuevo…”

(Angelino Muñóz).

“…Pues las tradiciones, las fiestas patronales, en febrero y la fiesta del 8 de diciembre que en ese tiempo, si

eran como muy sonadas, hoy se acabó todas esas cosas, el 13 de junio que es la fiesta de San Antonio, el patrono, en

ese tiempo era todo como tan serio, con ese respeto, y se reunía la gente con espíritu, con fe y ahora ya no...”

(María Oliva Castro).

(Recuerdo de Romería, Archivo particular)(Familia Avendaño, 1950, Archivo particular)

(Procesión, Archivo particular)

(Priostos Fiesta de San Antonio, 1975, Archivo particular)

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La memoria del territorio y las narraciones que de esta se derivan demuestran que durante la transformación de los lugares tuvieron gran

relevancia las construcciones civiles, las cuales no solo fueron estrategias para mejorar la movilidad, sino también se constituyeron en espacios de participación comunitaria en pro del bien común, que es tal vez una de las características más relevantes de algunos de los sucesos más importantes de esas historias veredales. La apertura de caminos y la construcción de puentes fueron la posibilidad de encontrarse en convites, donde el “brazo prestado”, el esfuerzo y las ollas comunales fueron elementos cohesionadores sociales.

PUENTES Y VÍAS

(Carretera vereda Mata Negra, Carlos Carreño, 2014).

“A sí claro, la carretera antigua esa jue construida en el gobierno del general Rafael Reyes, los primeros carros circularon por aquí, los que

llegaron a Colombia. Eso era algo raro ver un carro, solo se trasportaban en carros de atracción

animal, disque habían unos coches que los arrastraban con bueyes, otros con bestias… “Los bueyes les ponían un calzado especial

disque de fique, no sé cómo les harían eso para que resistieran en viaje, por ejemplo de Tunja a Bogotá o des de más allá seguramente desde Sogamoso, como esta era la ruta obligada por

aquí…”

(José de la Cruz Aldana).

“…En Estancia Grande, en Estancia Grande eran malos los caminos aquí por el lado del cementerio

había uno en esa época que se llamaba las manita, por el lado de las manita pero eso era tan delicadisisimo para cruzar porque eso era unos barriales terribles pero terribles terribles eso nos

tocaba la cascada por el lado del camino que llamaban los Ocalitos, los Ocalitos… y por ahí era solo a pie, entonces había menos barro y por ahí

no veníamos, andábamos un poco por la carretera y en la cascada bajaba uno por un camino que

había…”

(Alfonso López).

(Carretera vereda Puente de Piedra, Carlos Carreño, 2014)

(Puente carretera antigua hacia Bogotá, Carlos Carreño, 2014)

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La llegada de las luz eléctrica a las veredas fue uno de los hechos más importantes del siglo pasado, no solo porque trajo consigo la comodidad

de poder contar con electrodomésticos básicos que mejoraron la calidad de vida de los pobladores, sino también porque produjo una serie de cambios importantes en la vida diaria, de los cuales el más relevante es la extensión de la vida nocturna al interior de los hogares, teniendo en cuenta que antiguamente las familias iban a dormir según se oscurecía el cielo. Además, la llegada de las redes eléctricas con sus postes y cableado cambió radicalmente el paisaje veredal, trayendo nuevos elementos compositivos que ante la vista del observador se constituyen en líneas de tensión que demarcan claramente otro de los niveles de intervención del hombre en el territorio.

LUZ ELECTRICA

“No, compraron un dinamo en Tunja y entonces ya después compraron un equipo más grande,

porque eso no daba nada de luz, más luz daba un tizón que se sacaba dentro del jogon, mejor daba luz que no un bombillo, eso no daba nada de luz,

apenitas se daba allá esos alambres que lleva ahí y se apagaba y se encendía y era movido

por agua, allá abajo había una casa a la parte de abajo y había una canal de cemento de aquí del

sagrado corazón por lao de debajo de la carretera de pa allá, había la canal y bajaba el agua abajo

y había unas cucharas así, y todas esas tales cucharas y todo ese equipo que había allá, pa

hacer mover eso pa que diera la luz aquí al pueblo, ¡pero eso no daba luz! Habían días que no había luz ni de día, ni de noche, entonces ya a lo que pusieron la planta debajo de Paipa, entonces ya echaron a estender esas corriente a la parte de acá y echaron la luz a los pueblos y existe esa luz

de allá”.

(Isidoro Muñoz Bautista).

(Paisaje, Carlos Carreño, 2014)

(Doña Ana Tulia, Carlos Carreño, 2014)

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La figura del tren en el país trajo consigo un aire de “progreso”, era la posibilidad de contar con un nuevo medio de transporte que acortaría las

distancias, tanto para mercancías como para pasajeros, además de ser un medio para unir a un territorio cuya geografía siempre había sido un reto para la apertura de nuevas rutas. Para el caso de Ventaquemada, la llegada de los ingenieros extranjeros al territorio trajo consigo un nuevo componente al tejido social y cultural, desde las relaciones interpersonales hasta el intercambio de costumbres y lenguas. Las estaciones y vías férreas no solo fueron una oportunidad laboral para los habitantes, sino también fueron un elemento de cambio que transformó para siempre las lógicas de uso de algunos espacios. Los recuerdos alrededor de las estaciones del tren enriquecen la memoria local y llaman la atención sobre la importancia de rescatar estos referentes materiales que hacen parte del patrimonio cultural del municipio.

“El tren ese lo principiaron a costruir como en 1905 pa acá, eso tolo más el trabajo lo hicieron a sola pica y pala y carretilla y unas máquinas que

traían y rieles delgadonsones y las vagonetas, que en eso cargaban la tierra de las lomas a

llenar las partes vacías donde había que rellenar pa hacer el tranque pa poder poner los rieles

sobre esa parte, para conectar de parte y parte a

TREN:

los rellenos y eso jue lo primero que hubo, porque en ese tiempo no habían carros…”

(Isidoro Muñoz Bautista).

“En ese tiempo si ya echo a haber cemento, entos ya los jerrocariles, donde habían enterradas

grandes, hacían puentes de piedra, los trenes eran movidos por medio de carbón y agua, entos el gas que producía el agua hacia mover todo el

aparato y andar, llevaba ya los frenos y todo para hacer mover total las maquinas, todo movido con carbón y agua, ahí llevaba sus tambores

especiales y los vagones, las casillas, todas muy bonitas, esas muy cómodo pa montar en eso,

llevaban las sillas, comedor, llevaban sanitario…”

(Isidoro Muñoz Bautista).

“Mi papá alcanzo a trabajar, en el año 32, porque eso fue en el gobierno de Olaya Herrera, fue la apertura de ese ferrocarril, pues que vinieron

ingenieros italianos y alcanzaron a aprender la gente que trabajaron con ellos, algo del idioma

italiano, todo eso de groserías, porque el italiano, disque es muy grosero, dicen y que conseguían

por ahí sus mujercitas y que fueron engendrando, porque parece que venían de la primer guerra mundial y algunos se vinieron para acá y se

radicaron por acá…”

(José de la Cruz Aldana).

(Vagón en el páramo, Carlos Carreño, 2014)

(Estación del tren, Carlos Carreño, 2014)

(Vía del ferrocarril, Albarracín, Carlos Carreño 2014)

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El quehacer de la gente y el aprovechamiento de las materias primas han facilitado que las manos de

las diversas generaciones de Ventaquemenses elaboren parte de su identidad y memoria colectiva. En este sentido, los artesanos que vivieron y viven en las diversas veredas han sido parte importante de la historia local. Sus nombres, productos y sistemas de intercambio también han aportado a la configuración del territorio, supliendo las necesidades básicas de la población y transmitiendo estos conocimientos a sus descendientes, quienes son portadores de esos saberes que dan sentido a los oficios como “documento histórico”.

OFICIOS:

“---el fique lo trabajaron mucho. Hacían costales, lazos, la gente cuando no había nada de trabajo se ponían a

arreglar fique, blanquearlo y hacer lazos y llevar al pueblo a vender, para de ahí comprar la sal o la panelita, porque no había otro ingreso. Y algunas señoras o familias también

trabajaban mucho el chusque, haciendo canastos. Canastos de diferentes clases, canastos grandes, canastos pequeños,

los famosos manijeros para llevar los huevitos a vender, y para traer de allá para acá el pan. Entonces como no se utilizaba ningún empaque de bolsas como hoy en día, la gente llevaba en que traer eso, para traer el mercadito. Y

los costalitos, ¡Sí! Algunos los hacían aquí, otros venían del lado de Guateque, costales especiales y mochilas, unas

mochilas que ahora le llaman tulas, pero antes le llamaban capoteras, eso… más bien en los tejidos sí, pero no recuerdo

exactamente el nombre de quienes eran así fuertes para hacer esos empaques, algo de la cestería de los canastos,

sí. Había unas viejitas de por allí quelado que tenían mucha fama de hacer canastos, bien hechos, una se llamaba

Florentina y la otra Carmen Gómez y allá toda la gente de esta región iba a encargarles “Que me tengan, o que si me

venden un canastico o le encargo un canastico para tal tiempo…”

(José de la Cruz Aldana).

“…Si la señora Evangelina Ruiz, que era de aquí de Ventaquemada, que ella empezaba a recibir los niños pero

con mucha serenidad, eso ella sabía a quienes les recibía los nenes y a quienes no, “La partera si le decían” Una finada

Encarnación también era partera que era tía de mi esposo…”

(María Antonia Montaña).

“…Si por la pólvora, si señora, ellos llevaban y llamaban por gruesas, llevaban las docenas, las encarraban todas y eso

llevaban unos bultos grandorrotototes, eso en ese entoncis eran unas lonas especiales para llevar toda esa pólvora. Nosotros también con mi papacito nos llevaban también

hasta abajo hasta supatá, a traer caña brava para hacer, para hacer los truenos. Nosotros íbamos y traíamos por bultos de tercios de caña brava y llegábamos a la casa y la pelábamos con un cuchillo y entoncis mi papacito ya empezaba a hacer

los truenos poalla con cabuya, ¡Ha pues en ese tiempo había mucho fique!... Entos esa cabuya la sacaban el fique con unas maquinitas, así con unos jierros, lo sacaban y ya quedaba limpio el fique y en después lo hilaban, lo torcían y con eso era que hacían los truenos y las bombas esas grandes que siempre se ha oído. En ese tiempo a yo me

llevaba siempre mi papacito, yo era como la consentida por decir porque yo era la mayor, con mi abuelito…”

(María Oliva Castro).

(hilandera, Carlos Carreño, 2014)

(Detalle construcción en bareque, Carlos carreño, 2014)

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Las narraciones históricas hacen uso de los personajes como un elemento activo que dinamiza las situaciones, como generador de

los hechos y transformaciones. En Ventaquemada es importante reconocer a aquellos personajes y familias que de alguna manera u otras han contribuido a construir el municipio de hoy. Familias que como lo Cadenas, Pinedas, Mancipes, Bohorquez, Morenos, Riaños, entre otras han quedado grabadas en las mentes de los “antiguos” y que hoy en día hacen parte de la memoria.

PERSONAJES:

(Casa de Clímaco Hernández, carlos Carreño, 2014)

“…Y es que este jinao Joaquín también jue

tremendo, apenas murió él se terminó esta cosa

aquí y ya no hay nadie quen haga la agencia

de decir vamos a hacer sacar la vereda…En ese

tiempo el jinao Jesús Espitia. También harto

echaba paja y ayudaba, tenía pensado trazar la

carretera pero aquí por debajo de la peña a salir al

otro lado. También otras personas en ese tiempo,

el jinao Isidoro Buitrago, el jinao Manuel Forero,

el jinao Isidro Ruiz que jue de los de antis que

ayudaron aquí por la vereda…”

(Samuel Torres)

“…Me acuerdo cuando el jinao Clímaco juntaba 10 yuntas

de bueyes y mi papá allá al diario haciendo araos. Esos

bueyes eran en buen pasto y unos animalones, y en un

troncal el ¡Hijuemadre! Y en ese tiempo no se hacían arao

de tornillo, sino era del mismo palo, una telera de palo.

Llegaban en un tronco y eso se iba la telera y otro arao y

los yugos. Ya en después sacaron la idea de hacer arao de

tornillo y ese aguantaba más…”

(Agustín Ropero)

(Avelino Farfán 1942, Archivo particular)

(Domingo Bohorquez, Archivo particular)

(Esposos Farfán Avendaño, 1952, Archivo particular)

(Personalidades de Ventaquemada 1950, Archivo particular)

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Dentro de las tradiciones y costumbres se pueden identificar en Ventaquemada varios elementos que podrían ser heredados de

los antiguos muiscas que habitaron este importante territorio. Para algunos estudiosos el lugar que actualmente ocupa el municipio fue un punto de encuentro de caminos entre la sabana de Bogotá y los templos ubicados en Hunza y Sogamoso. Vestigios materiales de esa presencia se encuentran en varios lugares en forma de pintura rupestre y material arqueológico. A los lugares en que se han encontrado estos vestigios los habitantes les han dado varias interpretaciones y atribuciones que los convierten en lugares de encantamiento, piedras del diablo, piedras de las luces y lugares cargados de una magia que el imaginario colectivo se ha encargado de transmitir de generación en generación y que actualmente son importantes dentro de las narrativas locales.

UNIVERSO INDÍGENA

(Pintura rupestre, Carlos Carreño, 2014)

(Pintura Rupestre, Carlos Carreño, 2014)

“…hay vestigios es de la cultura muisca eso si los hay, hay jeroglíficos en algunas partes, en la

parte baja hay una piedra…”

(José de la Cruz Aldana)

“…Las piedras son “el pilón de piedras”, que están marcadas por los indígenas, los indios. Ahí están, ¡No es que son mentiras!,

sino que no se entiende que es lo que dice…”

(Juan de la Cruz Ruíz)

“Pues los indígenas, los indios. Porque es que en el santuario hay una iglesia y es comprobado que ahí había una

iglesia, dentro del santuario, dentro de la loma. En el puro copete. ¡Mejor dicho en el santuario! Y la estrada es por este lado del santuario, por lado arribita de la cascajera. De donde sacaba el cascajo el

doctor Tobón. Hay una mata de tuno y hay una piedra. Quién sabe si la romperían

cuando paso la carretera. Había una piedra y al tocarla así, hacia: “tlin, tlin” Ni que una campana y ahí los indígenas… “Esa era la entrada, porque ahí venían

unos promeseros de Raquira, con ollas de barro cargadas… -Dos de aquí del hato-

Esa gente, venían de Raquira y les cogió la noche ahí. Y de un momento a otro asomando a la cordillera del santuario, de pa este lado se vinieron y llegando

ahí se oscureció. -“Ese páramo tiene una costumbre, que está claro y aclara y parece

ya las dos de la tarde y de un momento a otro, ¡Pa! Se oscureció, pero oscuro…”-

Entonces se oscureció y la gente al pie de una matica de tuno y una piedrita ahí. Hay

descargaron y ahí se acostaron- Dicen, contaban: “Que como a las nueve de la

noche, sintieron las campanas, “Tlin, tlin” Las campanas de una iglesia y ellos se levantaron y entraron a la iglesia. –Allá comprobado que allá entraron- Y en la

iglesia allá habían curas, habían animales, había mercado de ganao, de ovejas, de

cabros, de perros, de todo. Había comida, había auyama, comida que da la tierra y habían hornos de hacer pan, allá… -¡Hay

porque eso no lo han sacado!- Por eso los indígenas hicieron un túnel y ese túnel no sé sabe por dónde este, si sea por tras del

santuario, si sea por el lado de las juntas, o sea por el lado del doctor Tobón o sea aquí del santuario pa arriba. Pero que allá hay una iglesia. Porque los indígenas iban a

esa iglesia a dejar el oro y trabajaron y se les tapo el túnel y no pudieron… “Allá ahí

carretillas, hay picos, hay garlanchas, hay herramienta que dejaron los indígenas…”

(Juan de la Cruz Aldana).

“Por ejemplo Cicua ya es muy pocos los que quedan, Fique, Fagua, Bojon y otros apellidos

tan raros y tan propios de aquí…”

(José de la Cruz Aldana)

(Piezas precolombinas, Carlos Carreño, 2014)

(El Santuario, Carlos Carreño, 2014)

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Dentro de los referentes alrededor de los cuales gravita la memoria histórica local de Ventaquemada se encuentra la agricultura,

entendida como una actividad importante dentro del sector productivo del municipio y espacio a través del cual se construye también la identidad cultural de sus habitantes. Por su parte, la gastronomía tradicional es un detonante, portador de una serie de saberes y conocimientos que han venido acumulándose a lo largo del tiempo y que hoy en día se constituyen en espacio de diálogo intergeneracional, através del cual se narra la historia de la cultura alimenticia.

“Y no era sino ir y sacar la matica donde la había y saque la matica pa comer. Y horita si no se le

echan líquidos, y que si no se le echan hartos no da...”

AGRICULTURA Y COCINA TRADICIONAL:

(Agustín Ropero).

“No se sembraba papa, poaypa comer la papá se había era tois entre el maíz, como decir aquí pa abajo entre el maíz, daba un toiladon y daba mejor que hoy en corte, sí. No se fumigaba pal gusano, nada, ni para la gota y eso daba una

belleza de comida, que daba hasta sabor. En ese tiempo esa papa era muy sabrosa, en cambio hoy la papa sabe a solo jungisida y eso es la enfermedad de uno. Por eso se les dice a los

muchachos: “Mire no comer mucha papa, así, coman lo que es la arracacha, la ruba, los nabos,

la calabaza, esa comida nunca se jumiga para nada y es la buena comida”. Y los muchachos de

hoy en día, no la comen, no les gusta. Les dije: “Verracos ustedes no van a durar, porque duren,

duran unos 50, 60 años…”

(Agustín Ropero)

FOTOS:

CEMENTERIO:

La gramática compositiva de la historia local del municipio contempla al cementerio como

uno de los espacios de recuerdo más importantes. En este lugar, que fue trasladado a finales del siglo XIX y principios del XX, se encuentran las tumbas de todos y cada uno de los personajes que de una manera u otra hicieron parte de la historia de Ventaquemada, nombres que han quedado grabados en el imaginario colectivo como referentes para entender algunas de las transformaciones que ha tenido el lugar. Volver al cementerio es para los ventaquemenses un espacio reflexivo a través de sus ancestros.

(Entrada al cementerio, Carlos Carreño, 2014),

(tumba antigua, Carlos Carreño, 2014),

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“Pues no sé lo que pasa es que los que sabían un poco de cosas ya murieron y ya es difícil que alguien, cuente cosas…

Por ejemplo, disque el cementerio antiguo era ahí de la escuela Fátima, que usted sabe, de para acá. Ahí todo eso disque era el cementerio antiguo.

Posiblemente ahí sepultaron a Vignony y quien sabe quiénes más, porque

contaba alguien que una vez con una yunta de bueyes iban arando y un buey, se desfondo una pata y se les hizo raro ahí un hueco, se pusieron a escarbar y

encontraron una espada y encontraron, el cuello de un traje de los militares de

esa época, entonces no se sabe de algún militar o quien enterraron ahí, porque eso

si se supo que ahí era tal vez el primer cementerio…”

(José de la Cruz Aldana).

“…Eso se llevaba en guando. Se compraba el cajón y se conseguían

dos varas, como el yudo de un par de bueyes, se amarraba el cajón a esta

vara y otra vara atrás y era entre cuatro personas y lo echaban al hombro y más

aparte iba a la pata para cambiar por allí al alto, otra pareja, llegaba uno a la bomba antigua donde el jinao Manuel,

ahí abajito de donde es la bomba horita. Ahí era el retén que había, en la carretera

vieja, para bajar al chuscal ahí y ahí cambiaba otro. Eran tres parejas de a cuatro, tres por cuatro doce hombres tenían que ir a la pata del jinao para

cambiar de aquí al pueblo… Sí señor…”

(Agustín Ropero).

(Cementerio, Carlos Carreño, 2014)

(Cruz, Carlos Carreño, 2014).

IGLESIA Y PARQUE PRINCIPAL:

Uno de los ejes centrales de las narraciones históricas locales, como punto de referencia, es el conjunto compuesto por el templo y el

parque, dos elementos que no solo organizan las lógicas espaciales del casco urbano, sino también son lugares de memoria, construidos a través del recuerdo de situaciones y transformaciones a lo largo del tiempo. En estos lugares continúa hilándose la historia local, siguen siendo recorridos.

(Templo parroquial, Archivo particular)

“La iglesia que yo conocí anteriormente era de teja de barro, por encima y madera. Y ahorita

la hicieron así de ese estilo. Era colonial, ya en después tumbaron esa iglesia y ya la hicieron

como esta…”

(Juan de la Cruz Ruíz).

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“La iglesia la conocí con bareque, con teja de barro, eso sí la conocí porque

nosotros ayudamos pa alcanzar material cuando la costruyeron,

cuando jue renovada nuevamente. Esa vez cuanta zona bajaron allá

para costruir la iglesia y sale la teja de barro encima y después todo

eso quedo pa leña y ya después jue solo en ladrillo y cemento pacostruir

la nueva iglesia ya la que quedo renovada, eso sí recuerdo tanto…”

(Samuel Torres).

“…Nos conocimos

principalmente jue en esos

basares, ¡Ha cosa terrible! En

esas pachangas, ya cuando

para levantar la iglesia ¡Cierto!

que es que bregaron hartísimo

para renovar la iglesia, el

padre Ramón Briceño, jue el

primero que inicio y después

el padre Alfonso Rico, jue el

que nos puso a camellar, a

hacer basares, y hacer fiestas

todos los domingos, ¡Eso ya no

teníamos vida!...”

(Samuel Torres).

(Recuerdo, Archivo particular)

(Parque principal, Archivo particular)

(Parque actual, Carlos Carreño, 2014)

LUGARES:

El territorio, espacio de diálogo entre el habitante y su entorno, se configura también a través de aquellos lugares que de una manera u otra han

entrado en el imaginario colectivo como detonantes de sentido, como referentes a través de los cuales se construyen narraciones propias del lugar.

“…los que pasaban decían: “Que allá en puente de piedra, porque era una posada casi obligatoria

ahí, esa casa si existe…Aquí de para allá del coronel, la de Primitivo Lara. Esa casa fue de un santandereano que vino huyendo de la

violencia, creo que era de Oiba, la cosa que era santandereano, un señor Aureliano Rueda, el que no sé a quién le compraría y en que época, yo lo alcance a conocer, ¡sí! Y él era liberal y lo habían

sacado de una violencia por allá en el pueblo de él y vino a parar ahí, era una posada obligada antes

de ser dueño ese señor ahí, mucho antes”.

(José de la Cruz Aldana). (El Santuario, Carlos Carreño, 2014)

(Antigua Posada, Carlos Carreño, 2014)

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“Hay donde el Plinio Reina en el “lambedero chiquito”

Desde ahí prencipia el santuario. Hay una cordillera

que empieza a subir, a subir hasta que llega allá y

baja donde el doctor Tobón, la misma cordillera, pero

ya sigue bajando así…Porque ahí se ajuntan dos ríos,

el que viene de tras del santuario de la quebrada el

chuscal y el que nace del monte del santuario y del

pilón de piedras, ese rio nace de ahí. Y ahí por eso

llaman las juntas, porque se ajuntan los dos ríos,

(Repite la versión) Y lleva harta agua y ahí nace la

agüita…”

(Juan de la Cruz Ruíz).

“La piedra respondona queda allá donde el jinao

Ignacio Briceño, a este lado de la Yerbabuena, queda la

piedra respondona. Quién sabe si todavía responderá

esa piedra. De ahí la encontró el doctor Miranda,

saco un huevo así de grande, una vaina blanca que

relumbraba, blanca. Llevo un pico y pico la piedra y de

ahí lo saco y ni más mirada poaquí, no volvió más.”

(Juan de la Cruz Ruíz).

“La laguna verde cuentan los antiguos,

los Pinedas mismos, que esa laguna

era brava. Allá salían promeseros, salía

ganao, salían ovejas en menguante y los

veían…”

(Juan de la Cruz Ruíz).

“Aquí en Montoya hay la piedra

resbalosa que es arriba allá en la

cuchilla, la llaman la piedra resbalosa

porque es laderuda y como el camino era

por ahí, antis de la carretera y un pasaba

por ahí y tocaba como en escaloncitos y

allá subía uno arriba, la piedra liza que

llaman. Y otro sitio es la piedra de la

guala y así no más…”

(María Oliva Castro).

LA FAMILIA

La familia continúa siendo el núcleo del cual se genera la mayor cantidad de recuerdos locales. Las narraciones de los casorios, las celebraciones,

el nacimiento de los hijos, etc., son para muchos, el punto de partida para sus historias de vida.

“Entoncis pues quedamos únicamente al cuidado de mi papacito, él era una persona de lo último,

muy responsable de todo y él nunca se casó más sino él se quedó con nosotros, hasta que murió

con mis dos hermanas.”

(María Oliva Castro).

“En ese tiempo según decían los abuelos, según contaban, ellos no se conseguían como hoy en

día la pareja como juera, ¡no! En ese entoncis eran los padres los que componían el matrimonio, ellos primero se hablaban los papas del muchacho con los papas de la muchacha y luego bueno llegaban “que usted se tiene que casar con julano de tal…”

(María Oliva Castro)

(Laguna Verde, Carlos Carreño, 2014)

(Niña, Archivo particular)

(Madre e hijas, Archivo particular)(Familia, Archivo particular)

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“¡Y yo que culpa! Después ya conseguí otras muchachas pero todo muy sagradamente, porque mis padres me enseñaron bien, pues tenía que ser bien. Ya jue cuando conocí a ella, que tenía la hermana religiosa, que era simpática ella, y yo no sabía y dije: “Que me parara bolas una de las dos”… Entos ya me

valí de un amigo, le escribí una carta y se la mande con un amigo allá en el pueblo, yo no sé si se la entregaría. Entos ya a última hora leería una carta y nos pusimos cita, entos ya yo baje por allá y nos encontramos y charlamos…

Dicen: Que después que se enamori la genti, puede acabase el mundo”

(Samuel Torres y Bárbara Porras).

(Boda de Samuel Torres y Bárbara Porras, Archivo particular)(Familia, Archivo particular)

(Matrimonio, Carlos Carreño, 2014)

Las tradiciones son la huella del trasegar histórico como cohesionador social y elemento expresivo de las gentes.

“…Eso comenzaron cuando ya la esposa del dijunto Bernardo Arévalo, ella era la que decían:

“La priosta” Entos ella era la que hasta onde yo me recuerdo ella era la que disfrazaba sus matachines. Hacia sus cinco o diez parejas de

matachines… Eso hacían sus trajes, unos trajes largos, o se vestían con plumas de animalitos,

con papel, o así con carbón. Antes de las máscaras ellos invertían la cara todo en carbón, todos negros, molían el carbón y les pintaban la cara con ese carbón y ese era el matachín que

presentaban y a bailar…”

(Angelino Muñoz).

“…Entos esa vereda, hacían unos vagones disimulando el tren, entoncis a ese motivo entos

jue bajando la vereda, ya la pasaron pal 22, después pal 20 y así. Ya comenzaron las otras

veredas a vestir mejor, entos ellas iban subiendo a quedar pal 24…” (a propósito de la comparsa de

aguinaldos).

(Angelino Muñóz).

LAS TRADICIONES:

(Carroza de Supatá 1977, Archivo particular)

(Celebración de primera comunión 1978, Archivo particular)

(Ferias y fiestas con el tradicional Pedro Palo 1975, Archivo particular)

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María Helena Torres de Mesa.

Pedro Antonio Reina.

Pablo Antonio Moreno.

Agustín Romero y Florentina Farfán.

Angelino Muñoz.

Isidoro Muñoz Bautista.

José de la Cruz Aldana.

Juan de la Cruz Ruíz.

Jubal Antonio Gómez Ríos.

María Antonia Montaña.

María Oliva Castro.

AGRADECIMIENTOS A LOS ENTREVISTADOS:

“…de la antigüedad, por lo menos de mi edad, seguimos nosotros como de corte, nosotros ya somos los que vamos pa la

vejez, porque el resto todos ya se jueron…”

“Si eso yo me acuerdo de la vida de mis años que yo tengo…”

(Agustín Ropero).

“Yo nunca he ambiciado la riqueza, jamás. Yo tengo 72 años y todavía tengo mi salud,

puedo brincar, puedo bailar, jugar…”

(Samuel Torres).

Samuel Torres y Bárbara Porras.

Alfonso López.

Álvaro Duarte.

Ana Mercedes Hernández.

Pablo Aldana.

Mardoqueo Martínez.

Ana Tulia Briceño

Dora Montaña.

Israel Aldana.

Ana Mercedes Hernández.

Pablo Moreno.

Marco Mesa.

Viviano Sosa.

Jubal Gómez.

Pedro Reina.

Agapito Coronado.

María del Carmen Bohorquez.

Evaristo Porras.

Helena Torres.

Odilio Rodríguez.

Rubén Rincón.

Florentina Farfán

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