naciones unidas asamblea sesion plenaria general

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Jueves 21 de enero de 1965, a las 15 horas 9. No es admisible que nos pasemos la vida pre- gonando las excelencias de una coexistencia pacrfica, y sea aquí, precisamente aquí, en el recinto creado para disponer y preservar esa coexistencia, donde, por servir ya sea intereses personales o intereses de facción, vengamos a escarnecernos ya devorarnos los unos a los otros, en nombre de cualquiera de los fanatismos que andan sueltos sobre el mundo actual. A/PV.1318 8. Si una de las finalidades capitales de las Naciones Unidas es la de crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obli- gaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del Derecho Internacional, y si para ello han de unirse todos los pueblos en servicio de la paz, evitando abusos y agresiones, buscando lanegociaci6n, la mediación, el arbitraje, el arreglo judicial, la conciliaci6n, todo menos el bélico frenesí, necesi- tamos que esta tribuna se conserve siempre libre de desenfrenos. Todo aquello que, en nombre de una política determinada, tienda a ofender oa degradar la personalidad nacional de. cualquiera de los Estados Miembros, mediante enjuiciamientos o resoluciones de carácter discriminatorio, tanto si se producen en el seno de la Asamblea como si se dan en cual- quiera de los organismos especializados, engendrará' riesgos graves cuyas consecuencias acabarían afec- tando necesariamente los cimientos mismos de las Naciones Unidas. 7. No estará mal que en los críticos días que es- tamos viviendo se presente en el ánimo del Presidente de las Naciones Unidas el recuerdo de aquel filósofo que, acongojado por los dolores de sus semejantes, soñaba con una ancha fraternidad entre los hombres, iguales todos ante las exigencias del espíritu y de la norma moral, hermanos en el sufrimiento y llamados, por ello mismo, a ayudarse mutuamente, a servirse los unos a los otros; porque "vida en común es nues tra existencia - decía Séneca en una de las epístolas a Lucilo - y para el pr6jimo hemos de vivir, si deseamos vivir para nosotros ll Inspírenos a todos la· memoria del egregio moralista, y cuidemos así de no traer a esta tribuna ni pasiones sin nobleza, ni malicias cargadas de resentimiento, ni palabras sin verdad; porque uno de los peligros que nuestra Orgánización va corriendo es el de verse convertida en plaza de revueltas políticas y en es- cenario de recíprocos agravios. a Lucio Anneo Séneca, y que a tan alto guía se confíe, sólo cabe esperar virtud y bien. 6. Séneca, como el señor Presidente sabe muy bien, por buen latinista, era español;. hijo de Séneca el Viejo, nacidos ambos en Córdoba, ciudad patricia de Andalucía, cuna y cátedra de sabidurías romanas, árabes, hebraicas y cristianas. NUEVA YORK 1318a. SESION PLENARIA 1 Página SUMARIO TEMA 9 DEL PROGRAMA PROVISIONAL Debate general (continuación) 1. Sr. AZNAR (España): Por decisión aclamatoria de la Asamblea nos preside el representante de la República de Ghana, Excmo. Sr. AlexQuaison-Sackey. Llega el Presidente de la Asamblea General a puesto de tan alta responsabilidad' asistido de una fuerte preparación política, y de una cultura que no sólo se ha distinguido en el estudio de los problemas relacionados con nuestro tiempo, sino que alcanza también al mundo de la antigüedad griega y romana. Frente a las dificultades ya las complej as inquie- tudes que han salido al paso de esta Asamblea, la personalidad del señor Quaison-Sackey nos parece un;:\. garantía de acierto en los métodos y de eficacia '3n los resultados. Su predecesor, el representante de Venezuela y eminente amigo, Excmo. Sr. Carlos Sosa Rodríguez, deja una huella imborrable de su tránsito por la prf!sidencia; y una lección de buen sentido, inteligen- vigoroso albedrío, cortesía y dignidad. 3. Para los dos Presidentes, el que llega y el que se retira, nuestro saludo respetuoso y cordial. 4. y para los tres nuevos países que han venido a sentarse entre nosotros como soberanos e indepen- dientes, Malta, Zambia y Malawi, nuestra bienvenida. 5. En la hora inaugural de esta Asamblea se evocó la figura de Séneca: "Séneca morale", como de él escribió hace siglos el gran florentino; uno de los primeros moralistas de todos los tiempos; fil6sofo de la ética; ejemplo imperecedero de sosiego del alma, de lúcido pensamiento y de serena voluntad. Yo agradecí de manera muy especial la insigne evo- cación. No s6lo me vi presidido, desde aquel mo- mento, por una personalidad cuyas excelencias co- nocramos todos, sino que vine a entender que iÍlcor- parábamos al cuadro de nuestros inspiradores uno de los magisterios más venerables que la historia registra. De todo hombre que tenga como mentor Unidq . . l!II !-. 15 DECIMONOVENO PERIODO DE SESIONES Documentos Oficiales Presidente: Sr. Alex QUAISON-SACKEY <G hana). Naciones Unidas ASAMBLEA GENERAL Tema 9 del programa provisional: Debate general (continuación) Discurso del Sr. Aznar (España) .•• .... 1 Discurso del Sr. Luns (PaIses Bajos) .... 8 Discursv del Sr. Benhima (Marruecos) •.. 12 Intervenc.ión del representante del Reino

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Page 1: Naciones Unidas ASAMBLEA SESION PLENARIA GENERAL

Jueves 21 de enero de 1965,a las 15 horas

9. No es admisible que nos pasemos la vida pre­gonando las excelencias de una coexistencia pacrfica,y sea aquí, precisamente aquí, en el recinto creadopara disponer y preservar esa coexistencia, donde,por servir ya sea intereses personales o interesesde facción, vengamos a escarnecernos y a devorarnoslos unos a los otros, en nombre de cualquiera de losfanatismos que andan sueltos sobre el mundo actual.

A/PV.1318

8. Si una de las finalidades capitales de las NacionesUnidas es la de crear condiciones bajo las cualespuedan mantenerse la justicia y el respeto a las obli­gaciones emanadas de los tratados y de otras fuentesdel Derecho Internacional, y si para ello han deunirse todos los pueblos en servicio de la paz,evitando abusos y agresiones, buscando lanegociaci6n,la mediación, el arbitraje, el arreglo judicial, laconciliaci6n, todo menos el bélico frenesí, necesi­tamos que esta tribuna se conserve siempre librede desenfrenos. Todo aquello que, en nombre de unapolítica determinada, tienda a ofender o a degradarla personalidad nacional de. cualquiera de los EstadosMiembros, mediante enjuiciamientos o resolucionesde carácter discriminatorio, tanto si se producenen el seno de la Asamblea como si se dan en cual­quiera de los organismos especializados, engendrará'riesgos graves cuyas consecuencias acabarían afec­tando necesariamente los cimientos mismos de lasNaciones Unidas.

7. No estará mal que en los críticos días que es­tamos viviendo se :~cLÍle presente en el ánimo delPresidente de las Naciones Unidas el recuerdo deaquel filósofo que, acongojado por los dolores desus semejantes, soñaba con una ancha fraternidadentre los hombres, iguales todos ante las exigenciasdel espíritu y de la norma moral, hermanos en elsufrimiento y llamados, por ello mismo, a ayudarsemutuamente, a servirse los unos a los otros; porque"vida en común es nuestra existencia - decía Sénecaen una de las epístolas a Lucilo - y para el pr6jimohemos de vivir, si deseamos vivir para nosotrosll •

Inspírenos a todos la·memoria del egregio moralista,y cuidemos así de no traer a esta tribuna ni pasionessin nobleza, ni malicias cargadas de resentimiento,ni palabras sin verdad; porque uno de los peligrosque nuestra Orgánización va corriendo es el de verseconvertida en plaza de revueltas políticas y en es­cenario de recíprocos agravios.

a Lucio Anneo Séneca, y que a tan alto guía se confíe,sólo cabe esperar virtud y bien.

6. Séneca, como el señor Presidente sabe muy bien,por buen latinista, era español;. hijo de Séneca elViejo, nacidos ambos en Córdoba, ciudad patricia deAndalucía, cuna y cátedra de sabidurías romanas,árabes, hebraicas y cristianas.

NUEVA YORK

1318a.SESION PLENARIA

1

Página

SUMARIO

TEMA 9 DEL PROGRAMA PROVISIONAL

Debate general (continuación)

1. Sr. AZNAR (España): Por decisión aclamatoriade la Asamblea nos preside el representante de laRepública de Ghana, Excmo. Sr. AlexQuaison-Sackey.Llega el Presidente de la Asamblea General a puestode tan alta responsabilidad' asistido de una fuertepreparación política, y de una cultura que no sólose ha distinguido en el estudio de los problemasrelacionados con nuestro tiempo, sino que alcanzatambién al mundo de la antigüedad griega y romana.Frente a las dificultades y a las complejas inquie­tudes que han salido al paso de esta Asamblea, lapersonalidad del señor Quaison-Sackey nos pareceun;:\. garantía de acierto en los métodos y de eficacia'3n los resultados.

~. Su predecesor, el representante de Venezuela yeminente amigo, Excmo. Sr. Carlos Sosa Rodríguez,deja una huella imborrable de su tránsito por laprf!sidencia; y una lección de buen sentido, inteligen­c~a, vigoroso albedrío, cortesía y dignidad.

3. Para los dos Presidentes, el que llega y el quese retira, nuestro saludo respetuoso y cordial.

4. y para los tres nuevos países que han venido asentarse entre nosotros como soberanos e indepen­dientes, Malta, Zambia y Malawi, nuestra bienvenida.

5. En la hora inaugural de esta Asamblea se evocóla figura de Séneca: "Séneca morale", como de élescribió hace siglos el gran florentino; uno de losprimeros moralistas de todos los tiempos; fil6sofode la ética; ejemplo imperecedero de sosiego delalma, de lúcido pensamiento y de serena voluntad.Yo agradecí de manera muy especial la insigne evo­cación. No s6lo me vi presidido, desde aquel mo­mento, por una personalidad cuyas excelencias co­nocramos todos, sino que vine a entender que iÍlcor­parábamos al cuadro de nuestros inspiradores unode los magisterios más venerables que la historiaregistra. De todo hombre que tenga como mentor

Unidq . . l!II • • • • • • • • • • • • !-. • • • • • • • 15

DECIMONOVENO PERIODO DE SESIONES

Documentos Oficiales

Presidente: Sr. Alex QUAISON-SACKEY<G hana).

Naciones Unidas

ASAMBLEAGENERAL

Tema 9 del programa provisional:Debate general (continuación)

Discurso del Sr. Aznar (España) .••.... 1Discurso del Sr. Luns (PaIses Bajos) .... 8Discursv del Sr. Benhima (Marruecos) •.. 12Intervenc.ión del representante del Reino

Page 2: Naciones Unidas ASAMBLEA SESION PLENARIA GENERAL

2 Asamblea General - Decimonoveno período de sesiones - Sesiones Plenarias

10. Con palabras que suenan como una voz de alerta,el Seoretario General acaba de declarar que lasNaciones Unidas tienen que afrontar una crisis deconfianza en su crecimiento, en su utilidad y en sueficacia; que habrá que introducir cambios en sufuncionamiento; pero que antes será necesario quecambien los pensamientos de los hombres; y queel_espíritu de tolerancia, el deseo de conciliación, lavoluntad de armonía, principios básicos de la Carta,han de ser invocados constantemente.11. Nunca tal dictamen pudo acomodarse mejor a lascircunstancias. Hemos atravesado o, mejór dicho,estamos a~ravesando, en efecto, una cris}s de con­fianza de Ras Naciones Unidas en sí mismas. EstaAsamblea tiene, por el momento, cierto aire del unareuni6n de inválidos. Los mecanismos esenciales denuestros debates han dejado de funcionar, como losmiembros de un paralítico. En rigor jurídico podría­mos decir que se hallan suspendidas algu.'1as dispo­siciones importantes de la Carta. Sabemos, queremoscreer, que es afortunadamente un episodio transitoriode parálisis. Pero, entre tanto, las leyes de la de­mocracia parlamentaria, proclamadas como almay vida de la Asamblea, no se aplican; diríase quese han sentido atacadas de impotencia. No es, cier­tamente, la primera vez que se produce un conflictode esta naturaleza entre las posibilidades de Ullademocracia rigurosamente parlamentaria y las vi­tales, realidades políticas, o sociales, o econ6micas,del mundo en que vivimos.

12. Los dos derechos sustanciales que la Carta delas Naciones Unidas y el Reglamento de la AsambleaGeneral nos otorgan son el de discusi6n y el devoto; por el momento y desde hace tiempo, ni dis­cutimos ni votamos. Sencillamente p hablamos. Eldesfile por esta tribuna de oradores elocuentes, alos que rindo tributo de admiraci6n, recibe- el nom­bre de "debate general", pero todos estamos en elsecreto de que no hay tal debate. Y es casi conmo­vedor ver el cuidado que ponemos todos en no tur­bar de algún modo el diálogo secreto en que por lovisto se están esclareciendo, y espero que sustan­ciando, ciertos asuntos te6ricamente reservados ala Asamblea, pero prácticamente apartados en estosmomentos de nuestra consideraci6n. Si a la saludde las Naciones Unidas convenía dejar así en sus­penso los principios y las técnicas de su constituci6ndemocrática, bien venida sea la suspensión. Será,sin embargo, oportuno reflexionar sobre hecho tanseñalado como el de que un organismo concebido yordenado constitucionalmente en calidad de Asambleadebatidora, argumentadora, razonadora, examinadoray sentenciadora, no pueda, en un trance dado, debatir,ni argumentar, ni razonar, ni examinar, ni muchomenos sentenciar. Parece como si hubiera tenidomiedo de sí mism?-. Le ha faltado la indispensableconfianza en sus fuerzas. La musa del miedo hasido siempre muy mala consejera.

13. y no nos hagamos ilusiones. Esta clase de huidasrespecto de "nuestro deber, estas señales de incapa­cidad para cumplir nuestra esencial funci6n, sepagan siempre con caudales de prestigio y de auto­ridad; y si s610 una vez se dan, si únicamente obe­decen a ocasional malaventura, no llegan a producirdaño mortal; pero las crisis serían irresistibles sipermitiéramos su reiteraci6n.

14. Esta que ahora se tramita ha nacido de unproblema financiero. Los conflictos pecuniarios tie­nen fama de ser especialmente destructores cuandoS<3 producen en las familias mal avenidas. Pudopensarse, y aun temerse, que en el seno de estaOrganizaci6n, integrada por pueblos de tan distintosigno religioso, político, social, cultural y económico t

sobrevendrían borrascas tempestuosas como conse­cuencia de dramáticos choques de ideales; pero esel dinero el que principalmente ha venido a contur­barnos, hasta el punto de que apenas nos permitecoexistir en este universal campamento. Aunque biense entiende que, como dijo en su espléndido discursoel Embajador Velázquez, representante del Uruguay,hay también en la hondura de la situaci6n actualuna crisis de desarrollo, de crecimiento, relacio­nada con los distintos modos de entender y de servirlos llamamientos de la paz.

15. La delegación de España confía y desea viva­mente que, en los cónclaves donde se está procurandoalguna luz para disipar las sombras, se dé prontocon la f6rmula salvadora. Todos la saludaremoscon ánimo alborozado. Liquidaremos así, mal quebien, a trancas y barrancas un pasado incierto;pero si sólo esto hiciéramos, no habríamos hechootra cosa que asegurar el pan para hoy y el hambrepara mañana. Tenemos que afrontar, por tanto, todoel problema de la financiación venidera, y hallarun sistema que no se vea expuesto a tantos enredosy a tantos pleitos como los que ahora 110S agobian.Representantes eminentes han apuntado aquí caminosposibles. Quiero recordar, a título de ejemplo, lareforma estructural de la Carta qu.e nos insinuó haceunos día el ilustre Canciller del Brasil [1289a. sesión}.Sea por ese medio, o por otro que mejor convengaal propósito, decidamos de una vez lo que la saludde la Organización demanda, pues no será tolerableque, dentro de algún tiempo, yuelvan esta clase deinquietudes a dividirnos y amena~en con dispersarnos.

16. Mi delegaci6n acepta el principio de la obliga­toriedad de las contribuciones destinadas a costearlas operaciones de mantenimiento de la paz, perono negamos que nos parece digna de consideracióny de análisis la tesis de la vohIntariedad, sostenidapor alguna/s, delegaciones ilustres. Ahora bien; juntoal principio de la contribuci6n obligatoria nosotrosdeclaramos e inscribimos una discrepancia funda­mental respecto del criterio vigente en cuanto a ladistribuci6n del gasto. El sistema actual nos pareceinjusto. Dentro de las Naciones Unidas se da, comoun hecho de extraordinario alcance, la existencia depaíses privilegiados; y creemos que al privilegiodeben corresponder, en todo caso, obligaciones eco­n6micas también extraordinarias, algo así como lacontrapartida de una extremada posición de ventajaque esos parses se han reservado para sí.

17. Compartimos también la idea, expuesta en másde una ocasi6n por diversos delegados, de que en laentraña, y aun en la circunstancia de todo conflictoamenazador para la paz y para la seguridad inter­nacional, hay países directa y especialmente intere­sados a los que alcanza, en una u otra forma, par­ticular responsabilidad, y que, al fin y al cabo, re­ciben provecho directo de la intervención de lasNaciones Unidl:..o. Es decir: determinados parses,además del universal beneficio de la paz, que les

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Page 3: Naciones Unidas ASAMBLEA SESION PLENARIA GENERAL

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alcanza en la misma medida que nos alcanza a todoslos demás Estados Miembros, extraen del apacigua­miento de un conflicto c:lertas sumas de beneficiosmuy especiales. ¿No seria equitativo imputarles al­guna contribuci6n también especial?

18. No quiero ilustrar con ejemplos concretos estasconsideraciones generales. Pero me permito diri­girme a todas aquellas representaciones que, igualque la de España, consideran injusto lo que ahorase v.'. ne haciendo en esta materia, para que, resueltoel epIsodio actual o paralelamente a su liquidación, .iniciemos ya el estudio de nuevos modos de finan­ciación extraordinaria, siempre según criterios demayor justicia distributiva.

19. Voy declarando todo 10 anterior con el mejorespíritu de servicio a las Naciones Unidas. La polí­tica exterior de España y toda nuestra actividadinternacional, fundamentadas en principios y entradiciones que han hecho con éxito pruebas secu­lares, están perfectamente concertadas con los idea­les de una justa convivencia entre los pueblos. Nossentimos miembros activos de esa comunidad inter­nacional cuyo perfil jurídico e histórico trazó ma­gistralmente el representante del ,Uruguay en su yaaludida intervención [13ü2a. sesiónJ. Lo universaly 10 ecuménico ha sido siempre meta del derechohispánico. Por eso no nos cuesta ningún esfuerzointerpretar y servir lealmente los fines de estaOrganización, que fue creada como punto de referen­cia, puerto de refugio y horizonte de esperanzas dela humanidad.

20. Las tierras españolas están situadas en un lugardel planeta donde se dan cita y se entrecruzan rum­bos esenciales de la geografía y de la historia. Noserá inoportuno recordar a ese propósito que durantealgún tiempo, durante bastante tiempo, queriendoagraviarnos - porque había en ello intenci6n agra­viante - se dijo y se repitió que Africa empie.zaen los Pirineos. Esto no es cierto; pero debo decla­rar que la clasificación africana tampoco fue jamáspara nosotros motiva de humillación.

'1 España - decía el año pasado en esta mismatribuna el Excmo. señor Ministro de Asuntos Ex­~eriores, Sr. Castiella - es un país hondamenteeuropeo que, por serlo, por sentirse proa espiri­tual del continente, alienta al mismo tiempo unavocaci6n universaL" [1213a. sesión, párr. 46.J

21. Somos. en efecto, europeos desde las raícesmismas de nuef3tras ideas esenciales sobre el hombrey sobre la sociedad.

"A esta Europa, fiel a sí misma - añadía elMinistro Castiella en el discurso antes citado­es a la que deseamos servir los españoles sinprejuicios politicos, sin definiciones dogmáticasy exclusivistas, sin hacer de nuestra idea deEuropa algo así como un club con arbitrariasreservas del derecho de admisión, pues sabemosque las f6rmulas polfticas de nuestro tiempo estánen evolución, que nadie tiene el monopolio deEuropa, y que lo que verdaderamente permaneceen pie es la solidaridad en unas creencias funda­mentales y en un patrimonio espiritual del queEspaña se siente tan legítima heredera como cual­quier otra nación europea." [Ibid., párr.49.J

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22. Esta europeidad española se enriqueció prodi­giosamente a través de dos procesos de grandezatal que ninguna otra les aventaja. Uno es el descu­brimiento y colonización de este continente' ameri­cano, acontecimiento o sucesión de acontecimientosen que el nombre de España se coronó de inmorta­lidad. De aquella epopeya, por encima de todas lasflaquezas y de todos los errores propios de la hu­mana condición, salió revestido nuestro pueblo conuna nueva personalidad imperecedera ente todos loshombres de todos los tiempos presentes y venideros.

23. El otro proceso está representado por ochosiglos de convivencia hispana con árabes del OrienteMedio y con africanos, presentes y pugnaces comoestuvieron en nuestro suelo; ocho siglos, ochocientosaños, señores representantef" \l,ue son una magníficahistoria de fundaciones, heroismos, triunfos y do­lores, filosofías, maravillas del arte, poesía, pro­greso científico y convivencia social. Ese pasadoengendra y alienta una de las constantes de nuestrapolítica exterior; la amistad, más duradera que elbronc~ y que el oro, entre los pueblos árabes yEspaña.

24. Como europeos creemos en un magnífico por­venir del viejo y noble continente, donde las nuevasgeneraciones preparan importantes consechas defrutos ciertos. Asistimos hoy a una revitalizaciónde las tierras y de los hombres de Europa; a unrenacimiento que va a servir al mundo de mañanacomo los siglos de oro de Grecia, de Italia, de In­glaterra, de Francia, de Portugal, de España, delos pueblos nórdicos, de la casta imperial germánicay de la poderosa cultura eslava sirvieron en elpasado a los destinos del hombre. Para que esamisión se cumpla con plenitud será necesario contarcon una Alemania en si misma rescatada, reunidaen todo su ser e incorporada así, sin mutilaciones,a la gran comunidad de los pueblos europeos.

25. España quiere ser siempre proa y vanguardia deesa Europa, pueblo adelantado, brazo y alma exten­didos, en primer término, hacia América, en favory en amor de una estirpe y de unas naciones con lasque no hay empresa que no deseáramos compartir,ni esfuerzo posible que hubiéramos de regatear.Quisiéramos que no quedara en todo el paisajehispanoamericano ni un solo palmo de tierra hutadoa los bienes de la libertad ni ensombrecido por elcoloniaje; que en ninguno de sus hogares falte lacongrua porción de felicidad, y en ninguno de esospueblos deje de ser realidad el ensueño de su gran­deza..26. De una Europa entendida como antes he dichoaspira también España a ser puente hacia los pueblosde Africa y vínculo con ellos. Desde las sierrasque se alzan al sur de la ciudad en donde Sénecavino a este mundo, y a poco que sobre ellas nosempinemos, se alcanza a ver tierras africanas:pero sobre todo se logra interpretar con claridadlos mensajes que el viento trae desde los horizontesabiertos más allá y más acá del Atlas gigantesco.

27. España no ha buscado jamás en Africa provechosmateriales; jamás. Nunca nos llevó allí la menorambición de gangas económicas; antes bien, podemospresentar una historia de sacrificios que, en ocasio­nes, exigieron esfuerzos graves. En las ciudades y

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4 Asamblea General - Deoimonoveno per.fodo de sesione, - Sesiones Plenarias

en los pueblos que en Afriea fundamos o que ayudamosa crecer y a de:~;arrollar, hemos ido dejando testi­monio de una sincera fraternidad respecto de lasociedad nativa; y no hay expresión de la existencia,desde la hospitalidad del hogar hasta la educaci6nde las criaturas, en que no estuviesen constantementemezclados los afanes de protectores y protegidos,de administrados y de administradores, de españolesy de africanos. Así fue en todos los tiempos y asíes hoy. Con monarquías o con repúblicas, nuncafaltamos a esta regla de oro de la convivencia: ypor eso, cuando aseguramos que se cumplir{m singénero Cíe dudas, sin asomo de mixtificaoi6n, losideales que albergan aquellos trozos de la tierra deAfrica en donde España estti presente, no decimospalabras vanas, ni fingimos escapatorias: expresamossencillamente un modo de ser, un modo de sentir yde comprender nuestras relaciones con los pueblosde Ah'ica. Cualquier maliciosa e injuriosa acusaciónque trate de presentarnos como artífices de algúnengaño merece nuestra mtis enérgica repulsa. Españano sabe engañar. No ha aprendido; a través de tantossiglos, a engañar. En el enredoso laberinto de lapoIrtica del mundo, nuestra incapacidad de hipocresranos ha traído no pocos quebrantos, porque los hom­bres deparan muchas veces a la sinceridad y a lahonestidad bromas pesadas; pero somos asr, y cree­mos que vale la pena.

28. Al llegar a este punto de mi intervenci6n, enque trato del sentido de nuestra europeidad, no puedomenos de referirme especialmente a un pars con elque nos sentimos ligados por lazos de hermanclad.Se trata de Portugal. Todos conocéis las líneasgenerales y las básicas estructuras de la políticaexterior de España. No tengo necesidad de acentuarel interés que para la paz de lma crítica parte delmundo ofrecen los compromisos bilaterales firmadospor España. Pero sin restar importancia a todos losdemás, antes bien, con el tinimo de encarecer sualcance, me place subrayar, siquiera sea brevemente,los vrnculos que a Portugal nos unen.

29. En el sudoeste de Europa, libre y soberana cadauna de las dos naciones, Portugal y España guardanfidelidad a su historia respectiva y a los deberes quesu pasado les impone. Al través de un pacto ":le honorpara defender la civilizaci6n cristiana en las tierraspeninsulares de ese sudoeste de Europa, las dos na­ciones son salvaguardia de occidente entre el Medi­terráneo y el Atlántico. Las injusticias que conPortugal se cometen nos duelen como si contranosotros mismos vinieran disparadas. Nos pareceincreIble que un pueblo como el portugués, protago­nista de tantas glorias, africano como ningún otroen su vocación hist6rica, anti-racista por tradici6n,y lo que es más, multi-racial por sus conviccionesy por sus devociones sociales, maestro de descubri~

mientas, no sea tratado según lo exigen sus eminentestrtulos. Aún más que la injusticia misma, suele sergrave en polftica el error; y error es a nuestrojuicio no haber buscado, dentro o fuera de las Nacio­nes Unidas, caminos mejores para dar con el almaportuguesa, con el ánimo portugués, que es dialogadory negociador por naturaleza. Queda aqur declaradonuestro fiel sentimiento de vecinos y de hermanoshacia uno de los parses mtis señores en la historiade la civilizaci6n.

30. Para los pueblos de independencia recientedeseamos una pacífica consolidación de sus institu­ciones libres y un desarrollo ordenado de sus posi­bilidades. Subrayo estas últimas palabras: desarrolloordenado. Pienso ahora mismo en el orden fecundoy en la paz creadora que inspiran el desarrollo po­lítico, social y econ6mico de la Guinea Ecuatorial.Aunque en otros momentos de este perfodo de sesio­nes espero poder tratar con mayor amplitud de lapoUtica de España en materia de descolonizaci6n,quiero anticipar hoy algunas reflexiones.

31. Los habitantes de Fernado Poo y Río Muni sondueños de su propio futuro; disponen del principiode autodeterminaci6n. Y nos llena de legítimo orgullover cómo esttin dando muestras señaladas de capa­cidad para el gobierno. Avanznn aquellas poblaciones,de etapa en etapa, por el rumbo de sus destinos,sin perder en ningún momento el sentido de la rea­lidad, sin poner en peligro posiciones muy bien lo­gradas de un bienestar creciente, sin jugarse a laca ~ta de violencias inútiles la calma de su organi­zación familiar, o la sosegada explotaci6n de losrecursos del país, cuyas riquezas desembocan sobrelos hogares indígenas en proporciones abrumadoras.La voz del Ministro de Asuntos Exteriores de Gabón[130la. sesi6n] ha resonado aqur diciendo la verdadsobre las realidades guineano-ecuatoriales de hoy.Su testimonio es el de un pars vecino que, por en­cima de la frontera, mira, analiza y juzga. La dele­gación de España le expresa públicamente su gra­titud. Tened la seguridad, señores representantes,de que España cuidarll celosamente, en la GuineaEcuatorial y en cualquier otro lugar donde le alcanceresponsabilidad, áe no dar ocasi6n ni abrir paso aquimeras sangrientas, ni a crueles holocaustos.Nuestros hermanos de Africa llegartin a donde ellosquieran llegar por caminos de paz. La descolonizacióny sus exigencias no nos conturban; las anarqufasdestructoras, sr; los desórdenes y los atropellos queproduce una demagogia sin freno, también. Vivo ecolevantan entre nosotros Wlas palabras que hace pocosdras escuchllbamos de labios del representante deSomalia: "No estamos defendiendo la anarquía - decfaél -, sino un principio práctico y racional." [1290a.sesi6n, párr. 78.] Nos adherimos igualmente conentusiasmo a este magnífico juicio del representantede Dahomey: "••. el abandono - decía - de los prin­cipios morales generalmente aceptados ha de serfatal para la paz de los pueblos." [Ibid., párr. 108.]

32. El Comité encargado de estudiar las tareasdescolonizadoras aprobó el dril. 16 del pasado mesde octubre unas resoluciones relativas a nuestrosterritorios de la Guinea continental, de !fni y delSahara. Mi Gobierno ha tomado muy buena nota deesas resoluciones.

33. Dentro del Comité de los Veinticuatro, asr comoen los demás timbitos de las Naciones Unidas, sonconocidas ya nuestras tesis y nadie debe dudar denuestros prop6sitos. No nos gusta - y me importamucho que escuchen estas palabras todos aquellospueblos con quienes tenemos problemas que discutiry resolver o aquellos con quienes podemos tenerlosen su dra -- añadir pleitos a las tareas de esta Or­ganización, ni traer aqur una y otra vez problemasque pueden hallar solución adeouada en otras ins-

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Page 5: Naciones Unidas ASAMBLEA SESION PLENARIA GENERAL

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36. Por carta de 22 de octubre de 1964, el Presi­dente del Comité Especial, Sr. Sori Coulibaly, mecomunicaba - para conocimiento de mi Gobierno­el consenso en cuesti6n, y me recordaba la necesi­dad de informar al Comité Especial o a la AsambleaGeneral del resultado de las negociaciones hispano­británicas que en dicho consenso se recomienda.

37. El Gobierno español que, como es natural, aco­gi6 con satisfacci6n dichas recomendaciones de lasNaciones Unidas, manifest6 al Gobierno de Su Majes­tad Britá.nica que estaba en condiciones de iniciarlo antes posible las negociaciom~s del caso. Estacomunicaci6n de mi Gobierno fue hecha por una notade 18 de noviembre de 1964, que leo a continuaci6n:

"Sir George Labouchene, K.C.M.G.Embajador Extraordinario y Plenipotenciario deS. M. Británica. Madrid.

"Señor Embajador:

"El Presidente del Comité Especial encargadode estudiar la situaci6n con respecto a la aplicaci6nde la Declaraci6n sobre la concesi6n de la indepen­dencia a los países y pueblos coloniales, EmbajadorSori Coulibaly, ha hecho llegar al Gobierno español,al través del Representante Permanente de Españaen las Naciones Unidas, la carta con la que seremite el consenso sobre Gibraltar adoptado pordicho Comité en su 291a. sesi6n, de 16 de octubrede 1964, documentos de los que acompaño copia.

"Según los términos de dicho consenso. el men­cionado Comité, despu~s de "comprobar la existen­cia de un desacuerdo, incluso de una disputa, entreel Reino Unido y España, en lo que se refiere alstatus y a la situaci6n del Territorio de Gibraltar",estima que debe ser resuelta sin demora mediantenegociaciones entre los Gobiernos de España yde Su Majestad Britá.nica.

"El Gobierno español está en disposici6n deiniciar con el Gobierno de Su Majestad Británicalas negociaciones a que se refiere el citado con­senso, que conviene sean comenzadas a la mayorbrevedad para poder dar cuenta del resultado delas mismas al decimonoveno período de sesionesde la Asamblea General y, ademá.s, por imponerloasí la especial delicadeza del problema de Gibraltar,que ha sido agudizado por algunas medidas unila­terales adoptadas por el Gobierno de Su MajestadBritá.nica, respecto a las cuales España formu16las oportunas reservas.

"En aras del mantenimiento e intensificaoi6n deunas firmes y prometedoras relaciones entre nues­tros dos países, a las que el Gobierno de Su Majes­tad Britá.nica en los últimos años ha venido mos­trAndose propicio, el Gobierno de España se haabstenido hasta ahora de adoptar las contramedidasadecuadas. Al actuar así ha estimado que el pro­blema de Gibraltar pod~f1. y debía ser resueltoamistosamente por la víá bilateral, en la que cabeencontrar una soluci6n satisfactoria para ambaspartes.

"En defecto de esta soluci6n negociada, que pre­coniza el consenso del "Comité Especial", el Go­bierno español, por no tener otra alternativa, severía en la necesidad de revisar, en defensa de susintereses, su poUtica en relaci6n con Gibraltar.

131Sa. sesi6n - 21 de enero de 1965

35. Saben los señores representantes - y seríagrave contradicci6n y aun más grave injusticia ol­vidarlo - que España es el único país europeo quesufre en su territorio metropolitano la presenciade una colonia extranjera: esa colonia se llamaGibraltar. Como colonia de la Corona Britá.nica hasido obj~to de examen en el Comité Especial encar­gado de estudiar la situaci6n con respecto a la apli­caci6n de la Declaraci6n sobre la concesi6n de laindependencia a los paíse!? y pueblos coloniales, queexamin6 el problema de Gibraltar en sus sesiones20Sa. a 215a., de 11 a 20 de septiembre de 1963;y 80a. a 291a., de 22 de septiembre a 16 de octubrede 1964. En esta última sesi6n qued6 ultimado elestudio de Gibraltar y el Comité Especial lleg6 ala decisi6n reflejada en el siguiente consenso:

~ El Comité Especial, tras haber examinado lasituaci6n en el Territorio no aut6nomo de Gibraltar,y oído las declaraciones hechas por el represen­tante de la Potencia administradora y por el re­presentante de España, asr como las de los peti­cionarios procedentes del Territorio y de España,afirma que las disposiciones de la Declaraci6nsobre la concesi6n de la independencia a los paísesy pueblos coloniales se aplican integralmente alTerritorio de Gibraltar.

"Dentro del marco del mandato que le confiarala resoluci6n 1654 (XVI), el Comité Especial pideal Reino Unido y a España que informen al ComitéEspecial y a la Asamblea General del resultadode sus negociaciones." (AlAC.109íSR.29l.)

"El examen de dichas declaraciones permiti6al Comité Especial comprobar la existencia deun desacuerdo, de una disputa entre el Reino Unidoy España en 10 que se refiere al status y a la si­t~aci6n del Territorio de Gibraltar. En estas con­diciones, el Comité Especial invita al Reino Unidoy a España a entablar sin demora conversacionescon el fin de hallar, de conformidad con los prin­cipios de la Carta de las Naciones Unidas, unasoluci6n negociada, con arreglo a las disposicionesde la resoluci6n 1514 (XV), teniendo debidamenteen cuenta las opiniones expresadas por los miem­bros del Comité, y telliendo también presentes losintereses de la poblaci6n del Territorio.

34. Fiel a la letra y al espíritu de la Carta de lasNaciones Unidas, España seguirá adelante en suaoci6n política; y en esa acci6n será.n elemento de­cisivo las aspiraciones que declaren los pobladoresde los ''territorios aludidos. Principio inmutable denuestra política es el de la amistad leal con nues­tros parses vecinos. Así nos conducimos en Europay as! nos comportaremos también siempre connuestros veoinos africanos.

tancias, siempre, naturalmente, dentro de la obedien­oia a la Carta. Las resoluciones aludidas del Co­mité reciben y recibirá.n del Gobierno de España lamáxima atenci6n. Estamos trabajando sin alborotos,pero también sin descanso, en favor de la creaci6nde aquellas condiciones mínimas que la naturalezade las cosas exige para alcanzar soluciones eficaces.De ello tendr{m el Comité y la Asamblea noticiacierta en su día.

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Page 6: Naciones Unidas ASAMBLEA SESION PLENARIA GENERAL

· Asamblea General - Decimonoveno período de sesiones - Sesiones Plenarias---------

"Reciba, señor Embajador, con mis mejores votospersonales, el testimonio de mi más alta y distin­guida consideraci6n.

(Firmado) Fernando Ma. Castiella."

38. Como acabo de decir, es obligaci6n de mi país,recordada por el Presidente del Comité de los Vein­ticuatro, informar a la Asamblea General, en sudecimonoveno período de sesiones, del resultado delas negociaciones que imponía el antes mencionadoconsenso.

39. En situaci6n normal yo hubiera dejado quizásalgo de esto que voy leyendo para unaocasi6n ulterior,cuando pudiera discutirse este asunto en el Comitécorrespondiente o en e~ plenario de la Asamblea,pero esto es en situaci6n normal; la que estamosviviendo actualmente anda muy alejada de la norma­lidad y nos exponemos todos a enterarnos un día deque, por aclamaci6n, hemos resuelto aplazar lassesiones hasta las calendas griegas o hasta el díadel juicio final, y para no exponerme a esa posibilidadtengo que reclama.r la benevolencia de los señoresrepresentantes y continuar leyendo lo que sigue.

40. En cumplimiento de este deber que el consensodel Comité de los Veinticuatro nos imponía y elEmbajador Coulibaly, Presidente del Comité, merecordaba, creo interesante leer en su totalidad lanotaverbal.!:I que la Embajada Británica en Madridentreg6 al Ministerio Español de Asuntos Exterioresen 11 de enero de 196.5. La nota en cuestión dice así:

·t ...

"La Embajada de Su Majestad Brita:tíica saludaatentamente al Ministerio Español de Asuntos Ex­teriores y tiene el honor de señalar a su atenci6nla grave situaci6n que se está produciendo en lafrontera entre España y Gibraltar.

"Los retrasos y restricciones del tránsito porla frontera en ambas direcciones empezaron el17 de octubre de 1964 y su existencia fue porprimera vez señalada a ese Ministerio el 6 denoviembre. El 9 de noviembre el Embajador deSu Majestad recibi6 seguridades de que los retrasosaduaneros impuestos en la Línea no eran el resul­tado de una poUtica deliberadamente adoptada porparte del Gobierno español. Sin embargo, desdeentonces. las restricciones en ,la frontera no s610l,1an continuado, sino .9,ue· se han intensificado, y elEmbajador de Su Majestad en Madrid volvi6 a hacerpeticiones, para que cesasen, en los meses denóviembre y diciembre.

"A pesar de estas peticiones la situaci6n no hamejorado. Las autoridades fronterizas españolashan impuesto retrasos deliberados, innecesariosy descorteses al despachar los vehículos que atra­viesan la frontera, lo que ha dado lugar en algúncaso a que algunos de ellos hayan tenido que espe­rar hasta diez horas antes de ser despachados.Las dilaciones ocasionadas de esta forma a losautobuses de turistas han producido serios incon­venientes a viajeros de diversas nacionalidadesy han dado lugar a consiguientes retrasos en lasalida de Gibraltar de vuelos regulares de compa­ñías aéreas. La decisi6n, anunciada sin consultaprevia, de que a partir del 23 de noviembre la

11 Qistribuida ulteri(JI'ffiente como documento A/5860.

frontera de La Línea se cerrara más tempranode lo que había sido la. hora acostumbrada, hacausado molestias importantes. Todas estas me­didas han tenido por consecuencia el crear moles­tias a un gran número de residentes en Gibraltary a personas en tránsito. En el curso de la con­versaci6n que sostuvieron ellO de diciembre, SuExcelencia el Ministro de Asuntos ExterioresEspañol indic6 al Embajador de Su Majestad queestas restricciones estaban motivadas por el deseode reprimir el supuesto contrabando a tra.vés de .la frontera. Pero el Gobierno de Su MajestadBritánica no puede admitir que el control delcontra'bando requiera los retrasos y molestiasque han sido impuestos y, ademál";, siempre hademostrado estar dispuesto a cooperar con lasautoridades españolas para reprimir cualquiercontra:bando que pudiera producirse. Si el Gobiernode España consideraba' que quizás un interés le­gítimo español podía resultar perjudicado por cir­cunstancias provenientes de la situaci6n en Gi­braltar, el Gobierno de Su Majestadhabríaesperadoque estos perjuicios fuesen especificados y exami­nados con él por los conductos diplomáticos queestablece la práctica internacional normal. No seha dado ningún paso en esa direcci6n y las auto­ridades españolas han considerado convenienteadoptar las medidas arriba descritas. El Gobiernode Su· Majestad lamenta que los procedimientosimpuestos en la frontera de Gibraltar sean total­mente diferentes de los que rigen 'en las otrasfronteras inter~acionales españolas, así como delas normas vigentes en la práctica internacional,con lo cual se actúa en contra de la tendencia hoyimperante en Europa de reducir al mínimo lasrestricciones y formalidades fronterizas.

"De acuerdo con instrucciones recibidas del Se­cretario Principal de Estado de Su Majestad paralas Relaciones Exteriores, la Embajada tiene elhonor de protestar contra las rElstricciones impues­tas por las autoridades españolas en La Línea ypide que el Gobierno español las haga levantarinmediatamente.

"Al mismo tiempo la Embajada tiene instruccionesde informar al Ministerio, con referencia al con­senso del Comité de los Veinticuatro de 16 deoctubre de 1964, acerca de Gibraltar, que aunqueel Gobierno de Su Majestad no puede considerarel problema de la soberanía como asunto negocia­ble, estaría sin embargo dispuesto normalmentea considerar propuestas del Gobierno español paradiscutir maneras de mantener las· buenas relacionesy eliminar cua~quier causa de rozamiento. El Go­bierno de Su Majestad no puede, sin embargo,recibir ningún género de propuesta para talesconversaciones mientras persista la presente si­tuaci6n anormal en la frontera." [A/5860.]

41. Dejo a los señores delegados en libertad paraana~izar la respuesta británica. m, primer pensa­miento' que a mi mente acude al leerla es que elGobie'rno de Londres ofrece ahora a España cosasque hace unos años, cuando las negaba, hubieran sidotal vez dignas de tener en consideraci6n, pero queen estos momentos han quedado rebasadas. En efecto,después del consenso del Comité de los Veinticuatrode 16 de octubre de 1964, el problema de Gibraltar

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1318a. sesi6n - 21 de enero de 1965 7

46. Por todo cuanto voy ofreciendo a vuestra con­sideraci6n comprenderéis c6mo nos interesa quelas Naciones Unidas se mantengan :vigorosas y dueñasde sí mismas, dotadas de los medios esencialespara llevar a término la misi6n que el mundo enteroanhela ver cumplida.

47. Esta Organización no puede ser un campo deguerra fría. Nadie puede resignarse aquí al pasivopapel de espectador que asiste a un choque entre dospoderes gigantescos; y mucho menos a la. tristecondición de comparsa en una coreografía universal.Ni siquiera en los tremendos problemas del desarmese reduce todo a la decisión de aquellos países queposeen arsenales de armas nucleares.

48. Quizá avanzando demasiado velozmente porlos caminos de la imaginación cabe suponer quellegará un día, acaso no tan lejano como hoy creemos,en que los adelantos de la técnica y los descubri­mientos de los investigadores permitan la producciónd~ ingenios nucleares en condiciones económicastales que puedan aspirar a ellos muchos países hoyalejadísimos de semejante posibilidad. Pero auncuando así no fuera, y la posesi6n de armamentosmonstruosos continúe siendo, por siempre, privilegioterrible de muy pocos, el empleo, preparación, dis­posici6n, despliegue, asentamiento y servicio de esasarmas son actividades que tendrán que proyectarse,como es natural, sobre campos, montes, playas ymesetas en donde viven pueblos con personalidadpropia, dispuestos a sobrevivir, cueste 10 que cueste.Me parece quimérico que una Potencia nuclear puedaaspirar, por sr misma, al total predominio frente aotra Potencia también nuclear, si no cuenta con lacolaboraci6n o con la alianza de importantes zonasdel planeta, desprovistas, ciertamente, de megatonespero habitadas y defendidas por el elemento decisiv~en cualquier género de batalla: el hombre. No creo lJ

pues, que sea ociosa ni indiscreta la intervenci6nde los países sin armas atómicas en los debatessobre el desarme. Precisamente esa condici6n de

la larga para Inglaterra, para España y para loshabitantes de Gibraltar..

45. Desde cuando, el 16 de octubre de 1964, el Co­mité se pronunci6 sobre Gibraltar, s6lo una cosanos conturba y nos preocupa. No es que el ReinoUnido tarde en contestar o aduzca pretextos variospara negarse a la negociaci6n que las Naciones Unidaspreconizan. Lo que nos preocupa es que mientrastanto se advierten signos claros de que la polfticadel fait accompli británica que trajo el problema deGibraltar a esta Organizaci6n sigue su curso; quelas instituciones políticas gibraltareñas se mantienene incluso se refuerzan; que el Ministro de Coloniasinglés hable en los Comunes de un "Chief Minister"del "Gobierno de Gibraltar", dando por sentado quela población acampada en torno a una base militaren suelo extranjero tiene derecho a disponer de esaparcela de suelo en que la base se encuentra. Antesdel consenso del 16 de octubre esta política era unaofensa a España. Después de pronunciado dichoconsenso, es una ofensa a las Nacione~ Unidas,cuyas recomendaciones desconoce. Y es precisa­mente ahí donde radica la fuente de todo conflictoy de toda perturbación futura.

se plantea en términos muy diferentes. Sería unaverdadera ofensa a esta Organizaci6n, que Españani quiere ni puede cometer, el que después de haberdebatido aurante tanto tiempo este problema en elComité descolonizador - donde las dificultades crea­das a España por el contrabando y las medidas uni­laterales británicas fueron examinadas en toda suextensi6n· - mi país e Inglaterra iniciaran ahorauna negociaci6n destinada exclusivamente, por ejem­plo, a yer cuántos coches atraviesan al dra la puertade la verja de hierro, primer muro erigido en Europa,que los ingleses construyeron en 1906 para separarfísicamente a Gibraltar del resto del territorioespañol.

42. Consciente del alcance del mandato que contieneel consenso del Comité de los Veinticuatro, Españaha respondido a la nota británica con la siguiente:

"El Ministerio de Asuntos Exteriores saludaatentamente a la Embajada de Su Majestad Britá­nica en Madrid y, en rélaci6n con la nota verbalde la Embajada, No. 5, de 11 de enero de 1965,relativa a unas supuestas medidas restrictivasen el puesto de policía y control de La Línea dela Concepci6n, tiene la honra de. comunicarle queel Gobierno español, continuando su política cons­tructiva y de amistad para con Gran Bretaña, es­tima, em cuanto a Gibraltar se refiere, que despuésdel consenso de 16 de octubre de 1964, del Comit@de los Veinticuatro, es inútil toda consideraci6nparcial de los problemas que se derivan de laexistencia en España de una base militar británicay en consecuencia reitera· al Gobierno de Su Ma­jestad Británica el contenido de la nota de 18 denoviembre de 1964 del señor Ministro de AsuntosExteriores español al Excmo. señor Embajadorde Su Majestad Británica en Madrid, en cuya notase decía:

"El Gobierno español \ está en disposici6n deiniciar con el Gobierno de Su Majestad Británicalas negociaciones a que se refiere el citado con­senso, qué conviene sean comenzadas a la mayorbrevedad para poder dar cuenta del resultado delas mismas al decimonoveno período de sesionesde la Asamblea general y, además, por imponerlola especial delicadeza del problema de Gibraltar,que ha sido agudizado por algunas medidas unila­terales adoptadas por el Gobierno de Su MajestadBritánica, respecto a las cuales España formu16las oportunas reservas.

"El Ministerio de Asuntos Exteriores, al esperarla contestaci6n a su citada nota de 18 de noviembrede 1964, aprovecha la oportunidad para reiterara la Embajada de Su Majestad Británica el testimo­nio de, su más alta consideración. Madrid, 15 deenero de 1965."

43. Queremos negociar con la Gran Bretaña sobreGibraltar ni más ni menos que en los términos delCOnsenso del Comité de los Veinticuatro y teniendomuy en cuenta los intereses de los que habitan elPeñ6n.

44. y esperamos confiadamente que Gran Bretañacomprenda al fin que nuestra posici6n no es s6lo lacorrecta dentro del espíritu de la Carta y del procesodescolonizador, sino también la más beneficiosa a

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bros de la Junta de Comercio y Desarrollo por lospaí~es occidentales, en calidad de país no suficien­temente desarrollado dentro del área geográficaeuropea, aunque con relaciones especiales respectode .otras zonas, nos invita a suponer que podemosser útiles en el diálogo que va a abrirse muy prontodentro de esta Organización. Las naciones en vfasde desarrollo pueden contar enteramente con nosotros.55. Llego al término de mi intervención, por la queos ruego otra vez perdón. He abusado de vuestra bene­volencia.

56. En un discurso por muchos motivos notable, elseñor Ministro de Asuntos Exteriores de la RepúblicaPopular de Polonia, Sr. Rapacki, nos dijo hace unosdías lo siguiente:

"Actualmente la paz y el progreso van indisolu­blemente unidos ...

"La eliminación definitiva de la dependencia co­lonial en todas sus formas, el respeto de la sobe­ranfa de los pueblos y de su derecho a elegir laforma de desarrollo y el modo dé vida que másles convengan, el reparto equitativo del trabajo yde sus frutos entre las naciones, la cooperacióny la emulación pacífica' dentro del marco de estosprincipios, el arreglo de las controversias inter­nacionales mediante la negociación, el desarme, lapaz duradera, he aquí los medios, no solamentepara protegernos todos contra un desastre nuclear,sino también para poner al servicio de la humanidadlas ideas más progresistas y los recursos máspoderosos de'la ciencia y la técnica modernas.

"La coexistencia pacífica así entendida constituyeuno de los principios fundamentales de la política~xt~rior de ?olonia .•• " [1301a. sesión, párrs. 38,39, 40.,]

57. Yo puedo afirmar, sin g-énero de dudas, queesos principios están inspirando también, constan­temente, la política exterior de España. Una coinci­dencia de esta naturaleza parece que debería deter- .minar proyecciones mucho más eficaces y prove­chosas de las Naciones Unidas sobre el mundo. Sinembargo, la realidad es bien distinta. Y es .que,según nos dice el Secretario General, hay que cam­biar muchos pensamientos; hay que servir másprofundamente el espíritu de tolerancia y la voluntadde armonía.58. Ortega y Gasset, el pensador español de quientodos tenéis amplia noticia, escribió: "El enormeesfuerzo que es la. guerra s6lo puede evitarse sise entiende por paz un esfuerzo todavía mayor, unsistema de esfuerzos complicadísimos." Y añadía:"La paz no está ahí, sencillamente, presta sin másni más -pár~ que· el hombre la goce•. La paz noes fruto espontáneo de ningú~ árbol ••• Es preciso- terminaba - que la palabra pacifismo deje desigrlificar una buena intención, y represente todo unsistema de nuevos medios de trato entre los hombres.uO para repetir las palabras de Séneca que al prin­cipio cité: los prop6sitos de paz han de tener comocimiento "un modo de existencia en común, un vivirpara los demás, si queremos vivir para nosotrosmismos" .

59. Sr. lJDNS (Países Bajos) (traducido del ingléS):Sr. Presidente, permrtame ante todo aprovechar esta

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inermes nucleares o termonucleares, bien ordenadahacia fines supremos de salvamento de la humanidad,les otorga una extraordinaria fuerza moral. Todonos será permitido, en este orden de cosas, menos

. asistir cruzados de brazos, triste la mirada y aba­tido el corazón, a. la lid megatónica de los grandes.Todo nos será tolerado menos la resignación previay la capitulaci6n sin condiciones ante el desafío quetenemos delante de nosotros. Pero, leso sí!, para que·las naciones sin armas nucleares tengan algo quedecir, y lo digan eficazmente, tendrán que actuarunidas, formando un haz; y mientras esa unidad nose produzca, vivirá cada pueblo asido, en serviciode sus sagrados intereses, a los medios que creamás eficaces para defenderse; y creará sistemasde alianzas o se adherirá a los grupos armados quele den fundadas esperanzas de supervivencia. Anadie se ha de pedir que 'aguarde embobado y desnudo,envuelto en ilusiones pueriles, la hora de la heca­tombe. Del desarme se podría decir lo mismo quede la descolonización; venga en buena hora, pero acondición de que sea para todos, que no haya trampani burla de la buena fe para ningún pueblo y quetodos sepamos a qué atenernos.

49. Si deseamos que las perspectivas de las NacionesUnidas no se ensombrezcan, y sinceramente unidostrabajamos para que no se frustren las posibilidadesque se nos ofrecen, podemos confiar en el porvenirde una humanidad pacífica.

50. Lo que mi delegación pieilsa acerca del papelde los Estados no nucleares respecto del problemadel desarme, se puede afirmar, con mayor seguridadtodavía, acerca de todo cuanto atañe al progresoeconómico de los pueblos.

51. Mi Gobierno ha venido siguiendo con vivo in­terés los problemas que se plantearon en la Confe­rencia de las Naciones Unidas sobre Com~rcio yDesarrollo,.. reunida en Ginebra .de marzo a juniode 1964. No se halla España suficientemente indus­trializada todavía. Estamos recorriendo las víashacia el desarrollo. Por ello mismo nos hemosidentificado plenamente con las preocupaciones dela Conferencia que trata de abrir nuevos horizontespara el comercio internacional y busca la elevacióndel nivel de vida en todas partes.

52. Durante los últimos años, mi país ha progresadosustancialmente en su desenvolvimiento económicoy ha logrado aumentos notables en la renta y en lacontribución al comercio internacional.

53. Por consiguiente, tenemos, de un lado, una ex~

per1encia vital acerca de los probleniás que debenresolver los países subdesarrollados; y de otro,nos vamos adentrando más y más en las realidadesde un.progreso enérgico.

54. Esta especial posición, española permitirá anii delegaciÓn apreciar eón espíritu muy realista ymuy abierto los problemas de los pueblos que todavíaestán como estábamos nosotros hace pocos años;como nosotros mismos seguimos estando en diversosplanos del desarrollo económico y comercial. Con­tribuiremos con el mejor espíritu de colaboracióna las soluciones que la Segunda Comisión de laAsamblea General examine en su día. El hecho deque España haya sido elegida como uno de los miem-

Page 9: Naciones Unidas ASAMBLEA SESION PLENARIA GENERAL

131Sa. sesión -.21 de enero de 1965-Dr losicien­ráfica;pectolemos)ronto1 víasotros.La quebene-

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lnglés):ar esta

oportunidad, la primera que se me presenta, de ex-,presarle las felicitaciones de la delegaci6n de lo~

Países Bajos por su elecci6n para el alto cargo queahora ocupa. Como ya lo han señalado varios or~~o­

res, esto no es sólo un homenaje a usted personal­mente, sino también el reconocimiento del importantepapel que Africa y los africanos desempeñan - ytienen derecho a desempeñar - en los asuntos mun­diales en la actualidad. Desde que hablé por vezprimera en esta Asamblea General, hac~ r:nás dedoce años, no se ha producido en las Naciones Unidasningún cambio tan importante como este rápido sur­gimiento de un continente, que tan a menudo perocon tanto desacierto se llamó el "Continente oscuro",en los asuntos mundiales. Además, el ingreso detantos Estados africanos .en las Naciones Unidasrepresenta una gran contribuci6n a la univer~alidad

de las mismas.

60. Esta última raz6n es también la causa de quenos alegremos de un segu..11.do acontecimiento porel q~e de.seo expresar la complacencia de mi dele­gación: me refiero a la admisión de Zambia, Malawi,y Malta, como nuevos Miembros de las NacionesUnidas.

61. Damos a Malta una bienvenida especialmentecordial, no sólo como nuevo l\'Iiembro de la familiaeuropea de naciones, sino también como trampol1'nentre Africa y Europa, que a lo largo de la historiasiempre ha reportado mu..tuas ventajas para amboscontin~ntes y que hoyes más nec~sario que nunca.

62. Con la admisi6n de Zarhbia y Malawi, el númerode Miembros africanos de las Naciones Unidas ha

:pasado de tres, en el momento de crearse la Organi­'zación en 1945, a 36' en la actualidad. ¡Qué enormeevolución,! !Casi 40 Estados africanos 'en menos dé,20 !lños!

63. Esto me lleva a tratar de la situación actual delas Naciones Uni.das. Hemos de verla con realismo,sin pasar por alto la seriedad de sus problemas.Una organizaci6n como las Naciones Unidas, lomismo que un ser humano u otro organismo cual­quiera, tiene por fuerza sus altibajos, que a vecesse suceden con rapidez. Las Naciones Unidas - ad­mitámoslo - se hallan este año en un punto bajo.Mirando hacia atrás, advertimos ahora que el añopasado el decimoctavo período de sesiones de laAsamblea General se celebr6 en uno de los momentosmás favorables de .la Organizaci6n, en un ambienteihternacional mejorado gracias al Tratado de prohi­bici6n de los ensayos nucleares firmado en MoscÚY.Hoy la Asamblea General se mueve entre las sombrasde dos enormes problemas: por un lado, una crisisfinanciera que en la actualidad parece insoluble; porotro, el problema igualmente formidable de la cre­ciente desigualdad del nivel de prosperidad en lospaíses desarrollados y los menos desarrollados.Hace 20 años, nuestra Organizaci6n era una esplen­dorosa realización nacida del flagelo de la guerra.Al cabo de casi dos decenios de expansión muy su-

JJ Tratado por el que se Jilrohíben los ensayo~ con armas atómicasen la atmósfera, en el espacio ultraterrestrey~ebajodel agua, firmado_en Moscú' el 5 de agosto de 1964.

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perior a las esperanzas, los.. elementos de crisis pa­recen ahora más grandes que la certidumbre de,ulteriores progresos.

64. Hoy las Naciones Unidas viven la angustia deuna controversia que amenaza extenderse más alláde todo 1fmite ra,¿,,0nabl,e y paralizar todas las acti­vidades de la Organizaci6n. Mi delegaci6n abriga lasincera esperanza de que todavía pueda hallarse unasolución de última hora sin desmedro de las disposi­ciones de la Carta. Si esto resultase imposible, midelegación cree que sería mejor' llegar ahora a unadecisión inequívoca, antes que dejar que esta Asam­blea siga arrastrándose como un gigante semiinválido.Si este problema puede finalmente resolverse, y, sila decisi6n es lealmente respetada por todas laspartes interesadas, confiamos en que la Asambleapueda volver a dedicar su energía a actividades másfructíferas.

65. Mí' país considera un honor haber sido elegidomiembro del Consejo de Seguridad pOr dos años.Agradecemos la confianza que se ha depositado ennosotros. Huelga decir que los Países Bajos, juntocon los otros diez miembros del Consejo de Seguridad,cumplirán con esta gran responsabilidad en la formamás provechosa para la paz y la seguridad interna­cionales. Al hacerlo así, se basarán en los principiosde la Carta y, sobre todo, en el principio de quejamás debe usarse la fuerza militar como medio deresolver una controversia internacional; éste esun principio caro para mi país desde los tiemposde Grocio, y es evidente que en nuestra época ha deser respetado más que nunca.

66. Esperamos que dentro del período de nuestromandato entren en vigor las reformas de la Cartareferentes a la ampliación del Consejo de Seguridady del Consejo Econ6mico. y Social. Con ello se lograrápor fin una mejor representación de los muchosnuevos Miembros que se han incorporado a las Nacio­nes Unidas desde 1945, representaci6n que dichosnuevos Miembros han reclamado tan enérgicamentey con tanto derecho. Como es bien sabido, mi dele­gación siempre ha sido partidaria de tal ampliaci6n,y por ello fue grato para mi país, una vez logradala aprobaci6n parlamentaria, ratificar las reformaspertinentes de la Carta, hace unas semanas.

67. Una representación más adecuada de los nuevosMiembros eliminaría también las objeciones que sehan formulado 'en estos últimos años respecto delpapel más activo que viene desempeñando el Consejo,de Seguridad. Esta tendencia se hizo más patenteen 1964, fecha en que el número de reuniones cele­bradas por el Consejo de Seguridad fue casi el doblede la cifra correspondiente a 1963. Parecería, pues,que se está restituyendo lentamente al Consejo deSeguridad el papel que le asignaron en un principiolos autores de la Carta, a saber, el ejercicio de laresponsabilidad primordial de mantener la paz y laseguridad internacionales. Aunque por desgracia noha cesado el abuso del veto, mi Gobierno cree que elpapel más activo del Consejo de Seguridad constituyehasta cierto punto una evolución saludable. En efecto,el imprevisto aumento del número de Miembros dela·Asamblea General - que la convierte en un 6rganode funcionamiento un tanto engorroso - reduce sufacultad ejecutiva. Dicho esto, debo añadir inmedia-

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tamente que, a nuestro juicio, la Asamblea Generaldebería: seguir siendo el supremo órgano represen­tativo de la Organización, y que mi Gobierno nopodría llegar a aceptar ningún arreglo que otorgueal Consejo de Seguridad jurisdicción exclusiva sobrela paz y la seguridad.

68. Estos últimos principios se aplican sobre todoa una esfera que, según mi Gobierno, ha de adquirirforzosamente una importancia cada vez mayor comomedio de preservar la paz: me refiero a las opera­ciones de mantenimiento de la misma. Tales opera­ciones se han efectuado durante años sobre la basede las necesidades prácticas, y algunas figuran entrelos mejores éxitos de las Naciones Unidas. Algunasoperaciones tuvieron sus deficiencias y otras hansido acerbamente criticadas por uno u otro motivo;pero no debemos olvidar que la mayoría de ellasayudaron a impedir que situaciones muy peligrosasse convirtieran en una guerra en gran escala. Porello es tanto más lamentable que la financiación dedos de estas operaciones haya suscitado una contro­versia que, como acabo de decir, amenaza con para­lizar a esta Asamblea. Y por ello también es tantomás importante que intentemos llegar a una basemás sólida para futuras operaciones, en lo que atañea su iniciación, su organización técnica y su finan­ciacién. En verdad, mi delegación tendrá el mayoragrado en cooperar con las delegaciones interesadasen todo el mundo para alcanzar este objetivo.

69. Es desalentador que durante el pasado año nose haya llegado a ningún nuevo acuerdo sobre me­didas de desarme, terreno este en el que ya se habíalogrado algún progreso. Sin embargo, abrigo ciertasesperanzas para lo porvenir, en vista de que lasprincipales Potencias militares comprenden cada vezmás que redunda en el común interés de todas con­gelar y, si es posible, reducir los efectivos de susfuerzas armadas.

70. En el Comité de Desarme de Dieciocho Naciones- al que mi Gobierno sigue atribuyendo. gran impor­tancia - se presentaron muchas propuestas. Espe­ramos que, cuando se reanuden estas discusionesen Ginebra, conduzcan a una mayor comprensi6ny por último a la concertación de acuerdos. MiGobierno sugiere que se otorgue gran prioridad aun acuerdo para impedir la proliferación de lasarmas nucleares. La reciente explosi6n at6mica enChina, que lamentamos profundamente, confiere nuevaurgencia a este problema. Nos preocupa hondamentela comprobación de que bien podríamos estar encamino hacia un mundo multinuclear peligrosísimo.Este acontecimiento hace urgentemente necesariollegar a rápidos acuerdos para que no siga aumen­tando el número de Potencias nucleares.

71. Como tan a menudo se ha dicho, la paz y laprosperidad son inseparables. Por importante quesea mantener la paz mediante la eliminación de losconflictos, no menos importante es dar a la pazcimientos sólidos y un contenido más profundo, me­diante la elevación del nivel de vida.

72. Después de haber tratado del aspecto de la paz,quisiera ahora decir algunas palabras acerca delproblema igualmente importante del desarrollo eco­nómico y social de los países menos desarrollados.

Si recapitulamos estos últimos quince años, no po­dremos dejar de sentirnos impresionados por laenorme actividad realizada en ese campo. Al mismotiempo, todo el mundo comprende que esa gran ac­tividad y las enormes sumas gastadas sólo hanproducido hasta ahora resultados modestos. Estaparadoja se hace cada vez más visible y debierainducirnos a tratar de modificar el orden de priori­dades. Si siguiéramos por el mismo camino que enaños anteriores, se necesitarían varias generacionespara conseguir un nivel de vida más elevado paratodos. Esto realmente no basta; es indispensable quetomemos un camino más corto que nos conduzca aresultados más concretos en menos tiempo.

73. La Conferencia de las Naciones Unidas sobreComercio y Desarrollo, celebrada en Ginebra elaño pasado, puede proporcionar el impulso que senecesita para iniciar la tendencia ascendente. Ellodependerá de la nueva Junta de Comercio y Desarrolloy de sus órganos auxiliares, así como de las confe­rencias periódicas. Si tienen éxito, estos nuevosórganos podrían resultar instrumentos de importanciahistórica para mejorar la suerte de centenares demillones de seres. Una condición para que su acti­vidad sea provechosa será que se les otorgue ellugar debido dentro del sistema de las NacionesUnidas. Para mi país, los Capítulos IX y X de laCarta relativos a la cooperación internacional eco­n6mica y social no han perdido nada de su fundamen­tal importancia. Las nuevas tareas de las .NacionesUnidas en la .,esfera del comercio y del desarrollose ajustan a estas normas.

74. Hoy día se oyen voces que piden que todas lasactividades de las Naciones Unidas en la esfera so­cial y económica se trasladen de Nueva York aGinebra, o a algún otro sitio, a fin de estableceruna separación de las actividades políticas y las

. actividades económicas de las Naciones Unidas. Con­sidero oportuno formular una advertencia sobre elpeligro que entraña separar esas dos actividades,que están tan estrechamente entrelazadas. Serra,en verdad. triste que olvidásemos la lección que seextrajo en 1945 de la experiencia de la antigua So­ciedad de las Naciones; a saber, que ninguna organi­zaci6n de Estados puede limitarse a realizar activi­dades políticas, so pena de poner en peligro su propiaexistencia.75. Me complace que el Secretario General, en suinforme sobre los requisitos administrativos para laConferencia de las Naciones Unidas sobre Comercioy Desarrollo, haya otorgado la debida importanciaa la necesidad fundamental de mantener unido en unsistema integrado el esfuerzo total de las NacionesUnidas e~ la esfera económica y social. A esterespecto, el proyectado examen del papel del ConsejoEconómico y Social sobre la base de las disposicionesde la Carta parece un asunto urgente. También eneste caso, como en el del Consejo de Seguridad enla esfera política, cabe mejorar la labor del Consejocomo órgano ejecutivo. Bajo la autoridad de laAsam­blea General, pero con sus propios poderes clara­mente definidos, el Consejo Económico y Social puedeayudar a orientar la ejecución de la política de lasNaciones Unidas a través de los diversos organismosespecializados. Además, debería desarrollarse elConsejo Económico y Social como principal órganO

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Mi país, por su situación geográfica, su historia ysu estructura económica, siempre tuvo importantesintereses en el comercio con los demás continentesy seguirá esforzándose en aumentar las relacioneseconómicas entre el Mercado Común y el resto delmundo.

80. He mencionado algunos aspectos de la situaci6npolítica y econ6mica que brindan esperanzas para loporvenir. Considero mi deber, en interés de lasNaciones Unidas y de la promoci6n de la prosperidaden el mundo, decir algo acerca de algunos aspectosque preocupan a mi Gobierno. Ya señalé que lasNaciones Unidas, después de muchos meses de rápidocrecimiento, muestran los síntomas de una crisis.Esto obedece en parte a que la gran mayoría de lospaíses nuevos, menos desarrollados, tienen quecooperar Con la pequeña minoría de países másantiguos y más adelantados. La cooperación fructí­fera entre estos dos grupos es esencial para elbienestar de todos los Miembros, así como paraelevar los niveles de vida en el mundo. Esa coope­raci6n s610 es posible si cada grupo, al decidir supropia actitud, tiene en cuenta las opiniones, losintereses y las responsabilidades del otro grupo.La mera aplicaci6n automática de un régimen devotaci6n es en verdad una grave amenaza para elporvenir, si no se la atempera con el reconocimientode las contribuciones de los demás. Permrtasememencionar algunos ejemplos.

81. Las contribuciones obligatorias de los EstadosMiembros a las Naciones Unidas y a sus organismosespecializados se fij an con arreglo a presupuestosaprobados por mayoría de dos tercios de los votos,como es bien sabido. Sin embargo, menos del 20%de los Estados Miembros pagan más del 80% de lascontribuciones; o, dicho de otro modo, una mayoríadel 80% paga menos del 20% de las contribuciones.

82. Para evitar malas interpretaciones, deseo acla­rar que los principales contribuyentes están perfec­tamente dispuestos a mantener, e incluso aumentar,sus contribuciones. Sin embargo, tal situaci6n sólopuede continuar si el grupo que cuenta con la mayoríade votos tiene la debida moderaci6n al hacer uso dela fuerza de sus votos; de lo contrario, es de temerque esta situación tan desequilibrada acabe porresultar inaceptable a la larga.

83. Ei mismo problema influye en la cuesti6n dela equitativa representaci6n geográfica en los dis­tintos 6rganos de las Naciones Unidas. Hasta ahora,la composición de algunos de los 6rganos ejecutivosde las Naciones Unidas se ha basado en una situaci6nque existía en 1945, y mi delegación ha apoyadodesde hace años la idea de que dicha representaci6ndebe revisarse a la luz de las actuales condicionesenteramente diferentes. Sin embargo, debemos cuidarde no caer en el otro extremo, y adoptar métodospara llenar las vacantes basados s610 en el númerode votos, sin tener debidamente en cuenta una dis­tribuci6n equitativa, fundada a la vez en la geografíay en la responsabilidad.

84. A este respecto citaré, como ejemplo típico, elFondo Especial. Los excelentes resultados obtenidospor el Fondo se deben, en parte, a juicio de muchospaíses, a la estructura de su 6rgano directivo, que

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ejecutivo de la Asamblea General para la coordina­ci6n de las actividades de todas las organizacionesmundiales conexas en la esfera del adelanto econ6­mico y social. Ello es tanto más necesario, en vistadel número cada vez mayor de nuevos 6rganos dentroy fuera de las Naciones Unidas.

76. En las Naciones Unidas, estudiaremos dentrode pocos meses las nuevas normas para el ProgramaMundial de Alimentos. Mi Gobierno estima que esteexperimento, que se viene realizando desde hacetres años, constituye un éxito. Su continuaci6n enuna forma más organizada puede representar unaimportante contribución al modo actual de coopera­ci6n entre los países desarrollados y los menosdesarrollados. Por lo tanto, abrigamos la esperanzade que la pr6xima Conferencia de Roma acerca deeste nuevo modo de utilizar los excedentes de ali­mentos abra también nuevas perspectivas.

77. Fuera de las Naciones Unidas se ha agregadoun nuevo capítulo, con gran satisfacción por nuestraparte, al Acuerdo General sobre Aranceles Aduanerosy Comercio (AGAAC). Dicho capítulo, que habrá defirmarse dentro de pocas semanas, se dedica alprincipio de que los países menos desarrolladostienen derecho a trato especial por hallarse en unaposici6n más débil, así como en una fase de desa­rrollo acelerado. Los Países Bajos apoyan sin re­servas este principio.

78. Al respecto, debo subrayar la importancia delas consultas celebradas por una serie de paísesdonantes en el Comité de .Asistencia y Desarrollode la Organizaci6n de Cooperación y DesarrolloEcon6micos. Dicho Comité permite un amplio inter­cambio de opiniones acerca de diferentes aspectosde las relaciones entre los países donantes y lospaíses beneficiarios. Mantiene relaciones cada vezmayores con otros órganos internacionales, talescomo las Naciones Unidas y sus organizacionesregionales, así como los organismos especializados,

. como el Banco Mundial. Análogamente, están aumen­tando los contactos de dicho grupo de países donantescon los países menos desarrollados. Mi Gobiernoacoge con beneplácito estas nuevas tendencias.

79. En un ámbito más limitado, mi país, comomiembro del Mercado Común Europeo, contribuye ala creciente prosperidad del mundo. Como es biensabido, la Comunidad Europea está experimentandoun rápido y enorme florecimiento econ6mico. Quizásno sea superfluo repetir que su creciente prosperidadtiene efectos saludables también en el resto delmundo. De un modo directo, esto se traduce en laayuda que se presta a los 18 países asociados, ayudaque en el quinquenio que comenz6 en 1963 asciendea un total de 735.000.000 de d61ares. Del total de81. 000 técnicos enviados a los países en desarrollo,por lo menos 55.000 proceden de países del MercadoComún. Indirectamente, los saludables efectos delprogreso del Mercado Común se advierten en sucreciente comercio, que no se limita por cierto aintercambios entre sus miembros. Así lo demuestra,por ejemplo, el hecho de que entre 1958 y 1964 eltotal de las importaciones procedentes de paísesajenos a la Comtmidad Europea aument6 en no menosdel 66%, ,mientras que las e~ortacionesdel MercadoComún a esos países. s610 aumentaron en el 51%.

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12 ' Asamblea General - Decimonoveno período de sesiones - Sesiones Plenarias

prevé la paridad de representaci6n de los paísesdesarrollados y los menos desarrollados, y lafunci6nde asesoramiento de los organismos especializados.Por este motivo, los principales países donantesconsideran muy importante que se mantenga estabien probada estructura cuando se realice la pro­yectada fusi6n del Fondo Especial y del ProgramaAmpliado d~ Asistencia Técnica en un nuevo Progra­ma para el Desarrollo. Por razones de prudenciay equidad debe mantenerse este equilibrio; puestemo seriamente que, si la futura estructura se ba­sase exclusivamente en la cantidad de votos, elloconduciría, por lo que respecta a mi país, a unareevaluaci6n del volumen de nuestras contribuciones.Fundamentalmente, esto es una cuesti6n de menta­lidad más que de textos escritos. Ninguna cláusulaacerca de la ponderación del voto, ningún procedi­miento de conciliación, ninguna seguridad de mode­ración por parte de la Asamblea General tendrágr~m efecto en el porvenir de la Conferencia sobreComercio y Desarrollo, a menos que la mayoríade los Miembros tengan conciencia de las opiniones,los intereses y las responsabilidades de la minoría.

85. En un debate que se realizó en este mismoedificio hace unas semanas, se habló con acritudde la acción humanitaria de Bélgica y de los EstadosUnidos de América, mediante la cual se salvó acentenares de seres humanos de muchas nacionali­dades y razas. Mi delegación, que se ha opuestodesde hace años a todas las formas de disc¡·imina··ción raciai, se siente obligada a señalRr que elracismo a la inversa sería igualmente injusto ypeligroso.

86. Sería trágico, en verdad, que el conflicto entreel Este y el Oeste, que por fortuna ha dado signosde atenuarse en los últimos dos años, fuese susti­tuido por una nueva controversia entre el Norte yel Sur. El problemu de la elevación del nivel de vidaen los países menoS desarrollados continúa siendouna de las principales tareas de nuestra O~ganizaci6n,

y mi país sigue .decidido a realizar sus mayoresesfuerzos para contribuir a esa tarea, pero ello hade hacerse de modo que tenga en cuenta los interesesy las obligaciones de ambas partes. De lo contrario,

.podría ocurrir,' tanto en mi país como en otros, qu~aumente la tendencia a proporcionar la ayuda en otras'formas y a través de otros órganos. Mi Gobiernolamentaría que así ocurriese, y confía en que conla cooperación de todos los interesados ello puedaevitarse y que las Naciones Unidas salgan robuste­cidas de las sombras en que s.e encuentran sumidasen este momento.87. En este aspecto comparto la fe en el carácterexcepcional de las Naciones Unidas, que el SecretarioGeneral expresÓ en la Introducción a su MemoriaAnual, donde dijo que la solución de los problemasmundiales por las NacioneFl Unidas'

" ... dependerá en gran parte de que mi fe en elvalor excepcional de las Naciones Unidas comoinstrumento para conciliar diferencias de opiniÓn,y no tan s6lo como lugar en el que pueden mani­festarse dichas diferencias, demuestre estar bienfundada." [A/5801/Add.l, secc. IV.]. '

88. Las Naciones Unidas siguen siendo una organi­zaci6n mundial única en su género para resolver

conflictos y para elevar el nivel de vida de los cen­tenares de millones de personas que viven todavíaen la necesidad y en la pobreza. Mi país está deci­dido a seguir aportando su contribución a esta dobletarea. El Todopoderoso nos conceda prudencia yperseverancia para realizarla con éxito.

89. Sr. BENHIMA (Marruecos) (traducido del fran­cés): Este período de sesiones de la Asamblea Ge­neral había despertado esperanzas muy particulares.El vigésimo aniversario de las Naciones Unidas debíademostrar de algún modo la capacidad de supervi­vencia de la Organización, de la que desde hacecierto tiempo algunos dudaban. Esas esperanzasparecían justificarse tanto más cuanto que este añonuestros trabajos se iban a cumplir bajo el signode la cooperación internacional, concepto que nece­sariaII?-ente supone la superación de enfrentamien­tos estériles y responde a la finalidad de nuestraOrganización.

90. Por desgracia, no ha sido así. Gravísimosproblemas, directamente ligados a la vitalidad y ala propia existencia de la Organización, no hanencontrado hasta hoy ninguna solución y han creadodificultades que han consumido el enb'.siasmo dealgunos y la paciencia de otros. Acontecimientosinternacionales que han repercutido peligrosamentesohre las actividades de la Organización, han dete­riorado seriamente el equilibrio de las relacionesque garantizabljl. la armonía dentro de la misma.

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91. No es I;Ilenos cierto que por todas partes semanifiesta la conciencia del riesgo, que esta sumade dificultades hace correr a nuestra Organización,y la opinión internacional ha medido la profundidaddel a.bismo en que se encontraría la comunidadmundial si ciertos cálculos o segundas intencionespredominasen sobre los dictados de una auténticaresponsabilidad.

92. Señor Presidente: usted ya tradujo esta concien­cia y expresó estas preocupaciones en su alocuci6nante la Asamblea General [1286a. sesión]. Lo hizo,por otra parte, con esa pertinencia que ha caracte­rizado siempre su modo de abordar y analizar losproblemas complejos, con un profundo conocimientode las realidades aparentes y. ocultas de la Organi­zaci6n y, en fin, con la autoridad que deriva de suexperiencia. y que sus colegas, que son también susamigos, han reconocido al elegirle, con estima yconfianza, para desempeñar la presidencia de nuestraAsamblea General.

93. Al darme en cierta ocasión la bienvenida cuandoocupé la presidencia del Consejo de Seguridad, enmomentos en que éste debía examinar una situaci6npenosa para Africa, usted tuvo a bien observar, congran indulgencia, que el destino había escogido alrepresentante de Marruecos para dirigir el debatesobre este problema. La Asamblea comprenderápor qué destaco con emoci6n que el destino ha es­cogido hoy a un africano eminente para dirigir lostrabajos de este período de sesiones, del que sinduda alguna dependen el porvenir de la Organizaci6ny la armoniosa coexistencia de sus Miembros. Alos sinceros votos que mi país formula por su éxito,añado personalmente una fervorosa plegaria para quesu acción elimine los últimos obstáculos y oriente

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I1318a. sesi6n - 21 de enero de 1965 13

102. Sin embargo. el problema del Congo sigueintacto y la magnitud de su complejidad se ha reve­lado en las últimas veinte reuniones del Consejo deSeguridad dedicadas a dicho problema. La interven­ción extranjera, que en 1960 se procuró evitar alprecio de una crisis cuyo desenlace aún no hemosvisto, ha reaparecido en· el Congo, de manera másdirecta, sin que se pueda justüicarla recurriendoa eufemismos. La. lucha de las facciones internasha reabierto el camino a la competencia de los in­tereses y al choque de las influencias ide916gicas.La propia Africa no ha conservado la lucidez' y lasangre fría de que dio pruebas en 1960 y se ha in­corporado al cuadro de las intervenciones, a riesgode acentuar ciertas formas de penetraci6n, queriendoevitar otras.

103. La posici6n de Marruecos sobre este problemasigue basándose en el respeto a:.la soberanía y laiI..~egridad territorial del Congo y la no intervenci6n

3/ Grupo de trabajo encargado de examinar los procedimientosadministrativos y presupuestarios de las Naciones Unidas.

contrajeron en el primer momento y el mantenimientode la paz en el Congo ha costado muertos a sus ho­gares, recursos preciosos y su tesoro y angustiasy preocupaciones a su conciencia.

98. El privilegio de ser una gran Potencia. deberíaexcluir para el país respectivo la libertad de consi­derarse el (mico juez del valor de determinada inter­pretaci6n en ciertas circunstancias o de una nuevainterpretación en circunstancias diferentes. En elplano internacional, como en el plano individual, elprimer deber del mayor sigue siendo el de dar elejemplo.

99. Ante las dificultades nacidas de estas contra­dicciones, las pequeñas Potencias han sabido ser lobastante realistas para no aferrarse a deducciones16gicas extraídas del análisis riguroso de una situa­ci6n que no ha permanecido estática. Han tomado encuenta los factores políticos de los que no es posibleprescindir en el enfoque actual delproblema. Mediantecontactos bilaterales, en el seno del Grupo de losVeintiunoY o del Grupo de los Doce, han realizadosin amargura sus esfuerzos, y cualquiera sea elfruto de su labor, habrán contribuido a aclarar unasituaci6n en la que la confusi6n se mantuvo a vecesdeliberamente.

100. Señor Presidente: la declaraci6n que hizo ustedel 18 de enero ante la Asamblea General sobre esteproblema [1315a. sesi6n] demuestra, piénsese 10 quese quiera, que su acci6n, unida a los esfuerzos quemencioné, ha reducido muchas de las divergenciasy que, sin exagerado optimismo, podría permitir lareanudaci6n del diálogo sea directamente o porintermedio del Secretario General, entre las Poten­cias cuyas tesis parecen no haberse acercado todavía.

101. Tal vez este último recurso, echando manódel capital de buena fe acumulado por una y otraparte, permita registrar el más meritorio impulsointernacional y constituya ia más valiosa pruebade confianza en la Organízación que sus Miembrosle hayan dado en este año de la cooperaci6n inter­nacional.

'el curso de los acontecimientos en el sentido denuestra común esperanza.

94. Esta esperanza se refiere ante todo, en lo in­mediato, a la soluci6n de la crisis financiera de laOrganizaci~n. Se ha observado con justicia que eratal vez más fácil encontrar los fondos para cancelarlas d~udas y los dé~icit de l_as Naciones Unidas,. quelograr un acuerdo entre las diferentes posicionesde principio. A nadie escapa, aquí o fuera de aquí,que las obligaciones estrictamente financieras delos Miembros aun pendientes no rebasan los mediosni las posibilidades de los mismos. La· flexibilidadde sus tradiciones jurídicas nacionales y a menudotambién su papel en el establecimiento de la juris­prudencia internacional les hubieran permitido su­perar las razones legales de su actitud aun cuandoésta estuviera, en ciertos aspectos, rigurosamentefundada. Lo que está en juego en semejante confron­taci6n sobrepasa las exigencias doctrinarias, quepueden tener validez intelectual en otras circunstan­cias p peró.que resultan sumamente peligrosas cuandosu rigor entraña el riesgo de desquiciar el ú..l1icoinstrumento de cooperaci6n que la comunidad mundialha logrado jamás poner en marcha..95. A las consideraciones de prestigio se añadieronlas de principio, lo que agrav6 el problema y com­plic6 la búsqueda de soluciones. Podemos comprenderque las grandes Potencias tengan un orden de prio­ridades en que el rigor jurídico y las razones deamor propio excluyan toda conciliaci6n. Admitimostambi61 que esas Potencias puedan defender su in­dependencia, su seguridad'y sus intereses con suspropios medios y su poderío individual, sin recurriral exterior. Pero los Estados menos ricos y menosfuertes no pueden comprender que el apego de unjurista a su tesis pueda privarles del único orga­nismo capaz de garantizar su soberanía y de protegerlos intereses de todos orden que acaban de recon­quistar con tanta dificultad y que legítimamentequieren salvag;uardar.

96. Al intervenir en el Congo en 1960, las NacionesUnidas actuaron de conformidad con la Carta, y suacci6n, en sus diversos aspectos, correspondi6 fiel­mente a la funci6n y la finalidad de la Organizaci6n.Sin ánimo de reanudar una penosa polémica, esindudable que los acontecimientos del Congo en 1960no fueron' obra de los Estados secundarios. Las,grandes Potencias repetían con una, sinceridad q,ue!ealméhte admiti~os, que .la paz y, la segurid~ddelmundo estaban en ese momento directamente amena­zadas. Una gran mayoría de los países miembros,algunos a costa de los mayores sacrüicios, contri­buyeron de un modo u otro a esta acción. que uná­nimemente se reconoció como imperiosa, útil y co­rrecta..

97. Las vicisitudes por que pas6 durante dióha"acc~6n pudieron conducir a tal o cual gran Potenciaa rectificar sus apreciaciones políticas, pero nopodían hacer caducar la responsabilidad moral porlas qeci.siones anteriores ni, menos aún, las con~e­

cuencias da todo orden que derivaban de tal responsa­bÜidad. Los países africanos, en prim.er término,son y siguen siendo las víctimas directas ce esasdecepciones. La mayoría "de ellos, sin embargo?siguen cumpliendo fielmente los compromisos que

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14 Asamblea General - Decimonoveno período de sesiones - Sesiones Plenarias

en sus asuntos internos. Como miembro del Consejodt~ Seguridad, Marruecos se ha colocado a la alturade la responsabilidad internacional que le imponíael pertenecer a dicho 6rgano. Se ha negado a cedera la demagogia fácil porque su concepci6n de laresponsabilidad internacional y la que se ha formadode la solidaridad africana le impiden ser fiel a laprimera o dar pruebas de la segunda mediante ac­titudes inspiradas por las circunstancias. Nuestravisi6n de la proyecci6n del destino africano nos hahecho elegir el camino estrecho. Y no hemos tardadoen experimentar la satisfacci6n de estar en 10 cierto,como 10 testimonian los homenajes tributados anuestra delegaci6n, tanto por parte de los defensoresde las diversas tendencias dentro del Consejo deSeguridad como de los portavoces de Afric::\ y losrepresentantes de las distintas corrientes de opini6nen el seno de la Organizaci6n.

104. La tradici6n que determina la conducta de mipaís respecto de esta Organizaci6n desde que tieneel honor de ser Miembro de ella, comporta la mismapreocupaci6n por mantenerse fiel a sus amigos ya las virtudes de la propia Organizaci6n. Esta tra­dici6n es la que nos lleva hoy a deplorar la decisi6nde Indonesia de abandonar las Naciones UnidaR,interrumpiendo así una cooperaci6n cuyos resultadosno es necesario recordar.

105. Desde 1948, muchos países que lucharon o luchanaún por su liberaci6n deben en gran medida aIndonesia la evoluci6n espiritual en el seno de lasNaciones Unidas, a favor del aceleramiento de ladescolonizaci6n y del apoyo eficaz a la causa de lalibertad y de la independencia. Mi país expresa su

. gratitud al pueblo y .al Gobierno de Indonesia por laacci6n ··cumplida en Nueva York y en todo el mundoen "apoyo de nuestra lucha y de nuestro Rey deste­rrado. Una amistad inquebrantáble une, desde nuestra-independencia, a nuestros dos países, ,gue han com­partido casi siempre la misma posici6n frente aciertas situaciones internacionales. Quisiera decir,con esa franqueza mutua que caracteriza"a la verda­dera aÍn.istad, cuánto lamentamos estadecisión, cuyasconsecuencias inmediatas y lejanas no escapan ni alos amigos ni a los adversarios de Indonesia. Eltercer mundo, cuya profesi6n de fe se articula esen­cialmente en torno a la confianza en las NacionesUnidas, le resulta difícil dominar su pesar ante elretiro d~ un país cuyo papel en Asia y en Africasigue siendo preponderante.

106. En momentos en que los esfuerzos realizadosdesde hace años en favor de la admisi6n de la Re­pública Popular de China encuentran mejor acogidaen medios antes totalmente reacios, el alejamientode otro gran país asiático, cuyos t;n6viles tratamossinceramente de comprender, no dejará de plantearal mundo afro-asiático problemas de un orden nuevo,en lo relativo al peri6dico reajuste de su políticainternacional.

107. A pocos meses de la segunda ConferenciaAfro-asiática, que se celebrará en suelo africano,es imposible no reflexionar, desde ahora, sobre esehecho de particular importancia que constituye, poruna parte, la confianza general de los países de Asiay Africa en las Naciones Unidas y su permanentevoluntad de colaborar con ellas, y por otra, la si-

tuaci6n en que se encontrarían los dos mayorespaíses asiáticos participantes en dicha conferencia.Si la firme amistad que une a mi país con Indonesiame autoriza a exponer en esta tribuna las preocupa­ciones que inspira semejante decisi6n, creo tambiénque la Organizaci6n no considerará carentes de todofundamento los sentimientos de decepci6n de unpueblo altivo y valiente.

108. Al principio de mi intervención recordé loque podrían denominarse las "crisis agudas" queamenazan a nuestra Organizaci6n. Se admite gene­ralmente que tales crisis provocan reacciones lobastante fuertes y rápidas para evitar un peligroinminente, pero existen otras crisis cuyo caráctercr6nico podrían inducir a pensar que la Organizaci6nno corre peligro de morir. Sin embargo, estas crisisson de tal naturaleza que el destino de muchos paísesy de muchos pueblos depende directamente de suevoluci6n.

109. Sudáfrica parece instalarse c6modamente, enmedio de la indiferencia, en su política de apartheid.La prensa 'econ6mica divulga su prosperidad y lasrevistas militares dan peri6dicamente seguridadessobre su capacidad defensiva. Portugal refuerza supotencial militar, continúa su política colonialistaen Angola, en la llamada Guinea Portuguesa y enMozambique, y considera que el estado de guerraen que se encuentra es un estado conforme con sudestino y con la naturaleza de su régimen. Estosdos países parecen considerar que la lucha contrael racismo o la lucha de liberaci6n no son sino epi­fen6menos sin consecuencias sobre el itinerariopolítico que han elegido, pero las poblaciones afri­canas de Sudáfrica y los pueblos de Angola y deMozambique, que soportan una lucha desigual, nopueden seguir dependiendo indefinidamente de supropio valor y sus propios sacrificios únicamentepara hacer cambiar la política de sus agresores.

110. Si bien la lucha de estos pueblos ha de dar lamedida de su voluntad de liberarse y debe constituirun. factor determinante eri su voluntad de forjarseun nuevo destino, es menester que la comunidad in­ternacional no se desinterese y que la Organizaci6nno se contente con una acci6n marginal de simpatíao de apoyo moral.

111. La liberaci6n de los pueblos es el objetivoprimordial de las Naciones Unidas, y la cooperaci6ninternacional, que constituye su finalidad, no puederealizarse sino en un mundo donde todos los pueblO¡ssean soberanos y todos los Estados sean" indepen-dientes. . -

112. La Organizaci6n de la Unidad Africana, cuyacreaci6n fue esencialmente inspirada por la voluntadunánime de Africa de emprender por sí misma y enforma directa esta misi6n de apoyo y ayuda en todaslas formas posibles a las luchas liberadoras en elcontinente, no puede, ni por otra parte intenta, debidoa sus medios todavía limitados, seguir siendo elúnico instrumento de lucha contra el colonialismo;su existencia y su acci6n no p~~_eq, justificar eldesinterés de las Naciones Unidas o de sus Miembroscon respecto a la dominaci6n colonial.

113. La Organizaci6n de la Unidad Africana extraede la fe de sus miembros y de los principios de sU

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1318a. sesión - 21 de enero de 1965 15

118. Por otra parte, los países del Magreb, queya han iniciado en ciertos terrenos una cooperaciónalentadora, se ocupan con igual sinceridad de refor­zar los factores de armonía con miras a la realiza­ción de una unión regional cada vez más estrecha,homogénea dentro de sus límites, y sólida frente alos conjuntos competidores u hostiles. Nuestro paíssabe - y también lo saben sus amigos - que sola­mente la eliminación de ciertas secuelas que lascircunstancias han vuelto anacrónicas y que sonincompatibles con una profesión de amistad, puedeconstituir un medio apropiado para alcanzar un ob­jetivo que lleve a la unanimidad de nuestros pueblos,y que las circunstancias históricas del pasado y lasperspectivas del porvenir tornan cada vez más in­dispensable.

119. Deliberadamente he pasado por alto ciertosproblemas que por lo común son objeto de la atenciónde nuestra delegación durante el debate general.Esperamos así ayudar un poco a la suerte y deseamosque los esfuerzos del Presidente y de los Miembrosde la Asamblea que tratan de resolver las dificulta­des actuales nos permitan, a partir de la semanapróxima, abordar directamente el estudio de estasúltimas en las' reuniones de comisión. Termino, se­ñor Presidente, con este voto.

120. 'El PRESIDENTE (traducido del inglés): Con­cedo la palabra al Ministro de Estado de RelacionesExteriores del Reino Unido para que ejerza su de­recho a contestar.

122. Hablo en ejercicio de mi derecho a contestara las referencias a Gibraltar contenidas en la de­claración que formuló hoy el representante de España.Durante más de 250 años el Gobierno del Reino Unidoha ejercido su soberanía sobre Gibraltar, una sobe­ranía establecida y reafirmada por tratado; mi 00-

121. Lord CARADON (Reino Unido) (traducido delinglés): El representante de España ha mencionadoel hecho de que debido a acontecimientos infortunadospodríamos vernos privados de la posibilidad de for­mular nuevas declaraciones. Me uno sin reserva'sa él para expresar que confío muy sinceramente enque no se produzcan tales acontecimientos. Peropor la misma razón que le llevó a él a plantear lacuestión no puedo ahora dejar pasar la oportunidadde formular una respuesta quq ya es familiar a e~ta

Asamblea, podría decir, por una vieja tradición. '

restantes divergencias por las mismas vías de ne­gociación y de comprensión recíprocas.

117. No siempre ha sido ésa la actitud de nuestrosinterlocutores, que a veces intentaron desconocernuestros derechos y a v~ces respondieron con pro­mesas en las cuales nunca dejamos de depositarnuestra fe. Esta confianza todavía se mantiene intactaentre las autoridades marroquíes. Pero la evolucióndel mundo en lo relativo a la solución de tales pro­blemas sigue un ritmo que ~bliga a las autoridadesa no hacer caso omiso de la impaciencia db sus pue­blos. La verdadera cooperación.no puede áescuidarel valor de tales factores y la solución de esto~

litigios es 1[1 condición de una colaboración leal enlas diferentes esferas donde los intereses superiores,en una región dada, se unen o se complementan.

115. La tragedia de Palestina no es únicamente unproblema árabe: es un problema de ocupación ydominación extranjeras. Reviste 'incluso un carácterparticularmente odioso debido a la expulsión de suhogar de las auténticas poblaciones de ese pafs enbeneficio de una inmigración heteróclita que no tienelazo alguno con Palestina. La Organización de laUnidad Africana, firme ante el colonialismo .y elracismo no debería permitir, para seguir fiel a suideal, que se altere la inspiración de su impulsoliberador, y por tanto .debería denunciar con elmismo ardor y la misma indignación el racismo deSudáfrica y el racismo de Israel. En momentos enque los pafses árabes estudian las posibilidades deuna legítima explotación de todos sus recursos na­turales en beneficio de sus pueblos, los sofismas dela tesis de Israel deberían tropezar con un frentecomún en el que la conciencia africana tendría suparte y desempeñaría el papel que corresponde a suresponsabilidad.

116. Es en verdad penoso para el representante deMarruecos tener que recordar en cada períGldo desesiones ciertos problemas que están ligados alprincipio de la integridad territorial de nuestro paísy al ejercicio de su soberanía sobre la totalidad desu territorio. Dada nuestra fe en la virtud de lassoluciones negociadas, en el momento en que se re­conoció nuestra independencia creímos sinceramenteque la desaparición de la presencia extranjera en laforma de bases militares o de ocupación pro\ti.sionalde ciertas regiones de nuestro país se lograríamediante negociaciones, cuya fecha quizás no sefijó pero cuyo principio y objetivo fueron claramentereconocidos. Hemos pasado por muchas dificultadesque nuestro pueblo supo vencer con valor y en lasque triunfó merced a su perseverancia y a su pa­ciencia. Los colonizadores del pasado evacuaron lasbases militares y -retiraron sus tropas. Aquf y alláháH entregado porciones de territorios que perma-

~ n~cía.r aún bajo su autoridad o que ocupaban en virtudde una situación de hecho ligada a su presenciacolonial en otros países de Africa. Por nuestraparte no hemos dejado desde entonces de reiterarnuestra buena disposición para resolver nuestras

Carta la fuerza y los medios de acción que le hacenasumir, en el continente africano primero y en elplano mundial luego, una responsabilidad cada vezmayor en los asuntos internacionales. Una vez queesta Organización haya vencido las dificultades de­bidas a su reciente creación y que haya logrado lacompleta homogeneidad entre todos sus miembrosmediante la aceptación de un denominador común deequilibrio entre las diferentes tendencias africanasanteriores a su constitución, las Naciones Unidasencontrarán en ella un precioso instrumento de accióncomplementaria para la realización de todos sus ob­jetivos y para una mayor cooperación entre las an­ti~as Potencias y los nuevos Estados.

114. Es igualmente indispensable para el porveniry la autoridad moral y política de la Organizaciónde la Unidad Africana que evite desinteresarse delos problemas que no son estrictamente africanos.El colonialismo existe todavfa en otras regiones delmundo, aunque asuma formas distintas de las delcolonialismo clásico.

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Asamblea General - Decimonoveno período de s~siones - Sesiones Plenarias

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bierno -no tiene ninguna duda en cuanto a esa sobe­ranfa y reservo formalmente su posición.

123. El representante de España también aludió arecientes dificultades en la frontera entre Gibraltary España y al intercambio de notas entre mi Gobierno

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y el Gobierno de España sobre esta cuestión. Midelegación desea reservar formalmente su derechoa contestar a esas observaciones en una ocasiónfutura.

Se levanta la sesi6n a las 17.35 horas.

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