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Multiversidad Mundo Real Edgar Morin, A.C.
Maestría en Investigación Integrativa
EL ESTADO-NACIÓN COMO MACRO-CONCEPTO COMPLEJO
Tesina en opción al Título de Maestro en Investigación Integrativa
Por
Autor: Juan Carlos Castro Baños
México
2018
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Multiversidad Mundo Real Edgar Morin, A.C.
Maestría en Investigación Integrativa
EL ESTADO-NACIÓN COMO MACRO-CONCEPTO COMPLEJO
Tesina en opción al Título de Maestro en Investigación Integrativa
Por
Autor: Juan Carlos Castro Baños
Tutor: Dr. José Gustavo Casas Álvarez
México
2018
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Agradecimientos
A todo el equipo de trabajo de Multiversidad Mundo Real Edgar Morin por
permitirme trasegar por este camino de la Complejidad.
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Introducción
El Estado es un concepto complejo que ha suscitado múltiples interpretaciones
debido, también, a las circunstancias históricas en las que ha sido definido por
autores como Aristóteles, Blunstchli, Bobbio, Bodino, Bonnin, Calvino, Cicerón, De
la Cueva, Erasmo, Hobbes, Jellinek, Kelsen, Locke, Hegel, De La Boitie, Lutero,
Marx, Ulianov, Maquiavelo, Maravall, O’Donell, Platón, Polibio, Rousseau, San
Agustín, Santo Tomás, Socrates, Touchard, Von Justi, Weber, Oppenheimer, y
muchos otros. Incluso en convenciones multilaterales, como la de Derechos y
Deberes de los Estados, realizada en la ciudad de Montevideo (Uruguay) en el año
1933, en donde se han expresado al respecto.
Según Marquardt (2014), a través de la historia, el Estado, como sistema
político, ha tenido diferentes formas de manifestarse: “Estado conquistador, Estado
dinástico, Estado esclavista, Estado feudal, Estado legislador, Estado
administrativo, Estado de la paz interna, Estado absolutista, Estado constitucional,
Estado Nación, Estado social, Estado industrial, Estado de derecho, Estado criminal
y muchos más” (Marquardt, p. 1). No obstante, Álvaro D’ors, en la introducción a la
obra de Cicerón Sobre la República, plantea que no se puede hablar de Estado sino
solo hasta el siglo XVI, a partir de la teorización dada por Bodino (1576) sobre “la
soberanía como sumo poder organizado e institucionalizado” (Cicerón, 51 a. C., p.
19).
Para la definición de Estado se ha tenido en cuenta la existencia de elementos
constitutivos como gobierno, pueblo, territorio y, asimismo, abstracciones tales
como soberanía, poder, dominio. Esto motiva a conocer ¿Cómo se ha definido el
Estado en diferentes etapas de la historia? ¿Cómo se llegó a la denominación de
Estado-nación? ¿Cuáles serían sus componentes o elementos constitutivos?
¿Cómo se ha analizado la relación entre sus componentes? ¿De qué manera se
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puede considerar el Estado-nación como un macro-concepto1? ¿Y hoy, cuál podría
ser esa realidad compleja para el caso colombiano?
Las perspectivas con las cuales, diferentes autores, han analizado el Estado
en general, y el Estado-nación en particular, desde la antigüedad hasta la época
moderna, evidencian una separación entre los elementos constitutivos del Estado-
nación, la más común de ella es plantear la contradicción entre los términos o
entidades Sociedad y Estado, convirtiendo la misma en una dicotomía en
contraposición: .
Aplicando la óptica de la complejidad al concepto de Estado-nación, que en
términos de Morin (1981) es una “unidad compleja organizada” que debe concebirse
como un “macro-concepto trinitario” (p. 172), el cual se puede graficar así:
Figura 1. Estado-nación como macroconcepto trinitario
Fuente: (Morin, 1981, p. 172)
Este macro-concepto es “indisociable”, ya que “La organización de un sistema
y el sistema mismo están constituidos por interrelaciones. La noción de sistema
completa la noción de organización tanto como la noción de organización completa
la de sistema” (Morin, p. 172). Y en esta articulación entre estos dos conceptos,
Morin (1981) los concibe como que la “Organización es el rostro interiorizado del
sistema (interrelaciones, articulaciones, estructura) y el sistema es el rostro
exteriorizado de la organización (forma, globalización, emergencia)” (p. 173). Por lo
1 Parafraseando a Frade (2016) lo entenderíamos como la reorganización conceptual que une
lo que aparentemente está desunido o es contradictorio.
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que el Estado-nación poseería esta doble identidad, con una doble o triple entrada
(física, biológica, antropo-sociológica).
Para abordar esta reflexión se tendrán en cuenta, entre otros, dos conceptos
o términos clave: complejo, cuya etimología es complectere que significa <<trenzar,
enlazar>> (Morin, Ciurana, & Motta, 2003, p. 53), y que actualiza la idea del
trenzamiento o enlazamiento entre los elementos constitutivos del Estado-nación y
al interior de cada uno de ellos. Por otra parte, el concepto de sistema, que se puede
entender a partir de Moriello (2005) como:
Un conjunto de elementos o partes que interaccionan entre sí a fin de alcanzar
un objetivo concreto. De aquí se desprenden dos implicancias fundamentales.
Primero, que existe una influencia mutua entre sus elementos componentes,
es decir, que el cambio experimentado en uno de ellos repercute y afecta
inevitablemente al resto (p. 1).
Partiendo de la hipótesis de que los conceptos de Estado y Estado-nación se
han basado, a lo largo de la historia, en fundamentos lineales y reduccionistas, y no
en relacionales, que revelen las interacciones entre los elementos que se han
considerado constitutivos de su totalidad, pero también el reconocimiento de la
existencia, dentro de cada uno de esos componentes, de unos subcomponentes
que se relacionan entre sí; con lo cual se hace necesaria una reflexión desde la
complejidad para su conceptualización y comprensión llevando a considerar al
Estado-Nación, por ser un sistema de gran magnitud o dimensión, como uno macro-
concepto complejo.
Para desarrollar lo anterior, se definió como Objetivo General del trabajo,
proponer una mirada del Estado-nación colombiano como macro-concepto
complejo, intentando responder la pregunta: ¿Se puede comprender el Estado-
nación colombiano como un macro-concepto complejo? Si a este último se le
identifica con un entramado de sistemas articulados y en permanente interacción.
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Capítulo 1. Conceptos Clave de Estado y Estado-nación en la historia
Las denominaciones e interpretaciones que a través de la historia se les ha
dado al Estado en general y al Estado-nación en particular han sido variadas,
influenciadas por las diversas circunstancias que en cada etapa o fase han
trasegado las sociedades, haciendo que diversos autores los hayan
conceptualizado de maneras disímiles, intentando explicarse en donde nacieron y
de qué forma, bajo qué circunstancias, qué los caracteriza, cuál ha sido su
constitución, cómo se han organizado, cuáles han sido sus objetivos y qué formas
de gobierno han asumido para su conducción. Desde Platón y Cicerón, hacen más
de dos siglos, hasta Pizarro en el año 2016, se ha conceptuado la mayoría de las
veces al Estado y al Estado-nación como constructos sociales conformados por
unos elementos constitutivos a los cuales se les dió importancia diferenciada en
cada etapa histórica, por lo que se expone una serie de conceptos de Estado y
Estado-nación, en secuencia histórico temporal, desde la antigüedad hasta la época
contemporánea.
Uno de los primeros autores que se refirió a estos conceptos fue Platón (390
a. C.), para quien el Estado es producto de la necesidad de autoabastecimiento de
las personas dado que “Cuando un hombre se asocia con otro por una necesidad,
con otro por otra necesidad, habiendo necesidad de muchas cosas, llegan a
congregarse en una sola morada muchos hombres para asociarse y auxiliarse”;
denominando a ese proceso el “Estado”. En él deberán producirse “no solo los
bienes suficientes para la propia gente, sino también del tipo y cantidad requeridos
por aquellos con los cuales se necesita intercambiar bienes”. De esta forma, para
organizar el intercambio interno, se crea “La sociedad y fundamos el mismo Estado”
(pp. 121-125).
En este Estado perfecto, el bienestar será generalizado en tanto cada miembro
de este desarrolle sus propias habilidades y aporte, de manera colaborativa, su
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trabajo y producción. Pero este Estado ideal no es suficiente ante el crecimiento de
la población y los requerimientos del territorio, que obligan a preparar a un grupo de
pobladores en el arte de la guerra (pp. 128-129).
¿Qué papel debe jugar cada miembro de la sociedad en este Estado? A partir
de un texto de leyenda lo explica:
Vosotros, todos cuantos habitáis en el Estado, sois hermanos. Pero el dios
que os modeló puso oro en la mezcla con que se generaron cuantos de
vosotros son capaces de gobernar, por lo cual son los que más valen; plata,
en cambio, en la de los guardias, y hierro y bronce en las de los labradores
y demás artesanos (Platón, 390 a. C., p. 197).
De esta manera Platón muestra los elementos constitutivos del Estado, con la
característica de que es una decisión divina el rol que cada uno de los miembros de
la sociedad o población debía cumplir en el mismo.
En el cuarto siglo antes de nuestra era, Aristóteles (330 a. C.) analiza que “toda
ciudad es una especie de asociación”, y que esta última se da por la búsqueda un
beneficio, una ventaja, especial la política. Considera la ciudad el “origen y
desenvolvimiento de los seres” cuando al unirse lo hacen en principio para la
generación, por inspiración natural, como animales o plantas. Y por esa misma
naturaleza, hay siempre “un ser que manda y otro que obedece”, dado que hay unos
inteligentes, aptos para mandar, y otros con fuerza corporal, aptos para la ejecución
(pp. 1-2).
Define Aristóteles a la familia como “la doble reunión del hombre y mujer, del
amo y el esclavo”, que viene siendo “la asociación que se forma para las
necesidades diarias”; y explica que “la primera asociación de familias, por
conveniencia y utilidad común, es la aldea”, que hijos y nietos de esa primera familia
forman “un poblado o colonia de familias”, y que la “asociación de varias aldeas o
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poblados constituye, por lo tanto, una ciudad perfecta”, las cuales eran gobernadas
por reyes, como las naciones grandes por autoridad real, las casas por el más viejo
y las colonias de familias por el gobierno patriarcal (p. 3-4).
No obstante, expresa Aristóteles (330 a. C.) que el Estado “es antes que la
familia y antes que cada individuo, pues el todo debe ser antes que la parte”, y se
“halla dentro del orden natural y es antes que el individuo; porque si cada individuo
aislado no puede bastarse a sí mismo, lo propio sucede con las otras partes con
relación al todo”. Aunque, cuando analiza la economía doméstica concluye que el
“Estado se compone de familias”, y estas últimas para ser completas deben estar
constituidas por “esclavos y personas libres” y las descompone en trés órdenes: “el
amo y el esclavo, el esposo y la esposa, el padre y los hijos” (pp. 6-7).
En cuanto al territorio, manifiesta Aristóteles (330 a. C.) que “el suelo, cuando
menos, debe ser común a todos, pues la unidad de lugar constituye la unidad de
ciudad, y la ciudad pertenece en común a todos los ciudadanos” (pág. 38), pero
junto a este anexa a los niños y las mujeres.
Mostrando Aristóteles, a partir de su visión, los elementos constitutivos del
Estado en su época, basado en que es parte de la naturaleza este estado de las
cosas.
Siguiendo la doctrina aristotélica, Cicerón (51 a. C.), en su exposición sobre la
República, expresa que “la cosa pública (república) es lo que pertenece al pueblo;
pero pueblo no es todo conjunto de hombres reunido de cualquier manera, sino el
conjunto de una multitud asociada por el mismo derecho, que sirve a todos por igual”
(pp. 62-63). Para llegar a este nivel de organización se desarrolló un proceso en el
cual los primeros grupos dispersos:
Decidieron asentarse primeramente en un lugar determinado con el fin de
tener sus viviendas, y allí, una vez que lo defendieron con los accidentes
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naturales y la obra de sus propias manos, denominaron poblado o ciudad a
tal reunión de techos, dejando espacio para templos y otros lugares de uso
común (p. 63).
Se puede graficar el proceso de constitución de las Repúblicas, a partir de lo
planteado por Cicerón (51 a. C.), según el cual “todo pueblo, que es tal conjunción
de multitud, como he dicho, toda ciudad, que es el establecimiento de un pueblo,
toda república, que como he dicho, es lo que pertenece al pueblo” (p. 63), de la
siguiente manera: .
Y esa República, según lo planteado por Cicerón (51 a. C.), para poder
perdurar, debe regirse por un gobierno, el cual se le puede entregar a “una sola
persona o a unas pocas escogidas o puede dejarse a una muchedumbre de todos”
(pp. 63-64), estableciendo lo siguiente:
Cuando tiene uno solo el gobierno de todas las cosas, llamamos rey a esa
persona única y reino a la forma de la república; cuando lo tienen unos
pocos selectos, se dice que tal ciudad se rige por el arbitrio de los nobles;
y, por último, es ciudad popular -así la llaman- aquella en la que todo lo
puede el pueblo. (p. 64)
Para Cicerón (51 a. C.), estas formas de gobierno no son perfectas, más bien,
tolerables (p. 64) e identifica las falencias que se pueden presentar en cada una de
ellas:
En los reinos, quedan los otros ciudadanos demasiado apartados de toda
actividad en el derecho y gobierno; en el dominado de los mejores, la
muchedumbre difícilmente puede participar de la libertad, pues carece de
toda potestad para el gobierno de la comunidad; y cuando todo lo gobierna
el pueblo, aunque sea éste justo y moderado, la misma igualdad es injusta
pues no distingue grados de dignidad. (p. 64)
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La mejor forma de gobierno, para Cicerón, es aquella que está basada en la
combinación de las tres mencionadas. Siempre planteando la necesidad de un
gobernante único (Rey o monarca) como la mejor forma de gobierno. Y en cuanto
al territorio, realiza una exposición extensa sobre el proceso de formación de la
República y cómo, básicamente a través de la anexión a través de la guerra, se
consolidó ese territorio.
Por otra parte, el siglo XV es considerado el período de nacimiento del Estado
moderno, de acuerdo a Miguel Á. Granada, en la Introducción de la obra El Príncipe
de Maquiavelo (1532), como producto de la “unificación del cuerpo social en torno
al soberano, de la configuración de una administración centralizada y, sobre todo,
de la formación de un ejército directamente a las órdenes del monarca” (p. 12).
Para Maquiavelo (1532) “todos los Estados, todos los dominios que han tenido
y tienen soberanía sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados”, y
que estos últimos pueden ser heredados o nuevos (nuevos o añadidos) (p. 47), lo
cual muestra que los elementos del estado: gobierno, territorio y población, cambian
sustancialmente de acuerdo con la forma en que han sido constituidos (heredados
o por apropiación).
Para Bodin (1576), de otro lado, una República es el “Recto gobierno de varias
familias, y de lo que les es común, con poder soberano…” y, en oposición a
Aristóteles y Jenofonte, resalta el papel de la familia como “fuente y origen de la
República”, considerándola como “la parte principal del todo”. No importa el número
de familias que conformen la República, sino la existencia de un poder soberano
sobre las mismas, así como la existencia de “alguna cosa en común y de carácter
público” (pp. 9-17), como:
El patrimonio público, el tesoro público, el recinto de la ciudad, las calles, las
murallas, las plazas, los templos, los mercados, los usos, las leyes, las
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costumbres, la justicia, las recompensas, las penas y otras cosas semejantes,
que son comunes o públicas, o ambas a la vez (Bodin, p. 17).
Otro elemento de gran importancia considerado en el Estado por Bodin (1576)
es la tierra, la cual puede ser parte de las propiedades comunes y otra asignada o
de propiedad particular (p. 17). Plantea, además, quiénes son los que ejercen o
detentan la soberanía, y de acuerdo con ello, define modelos o tipos de República
o Estado: “Si la soberanía reside en un solo príncipe, la llamaremos monarquía; si
en ella participa todo el pueblo, democracia o estado popular, y si la parte menor
del pueblo, estado aristocrático”. Para Bodin (…) solo hay, entonces, “tres estados
o tres clases de república: la monarquía, la aristocracia y la democracia” (p. 87).
El Estado, fue definido por Hobbes (1651), en su obra Leviatán como:
Una persona de cuyos actos una gran multitud, por pactos mutuos, realizados
entre sí, ha sido instituida por cada uno como autor, al objeto de que pueda
utilizar la fortaleza y medios de todos, como lo juzgue oportuno, para asegurar
la paz y defensa común (p. 141).
Y en este Estado, según Hobbes (1651), quien posee representatividad y
poder de mando se le denomina SOBERANO porque “tiene poder soberano” y a
“cada uno de los que le rodean es SÚBDITO suyo” (p. 141). Pero ¿cómo adquiere
ese poder el Soberano? Fundamentalmente por tres conductos:
a. por la fuerza natural, “como cuando un hombre hace que sus hijos y los hijos
de sus hijos le estén sometidos, siendo capaz de destruirlos si se niegan a
hacerlo”;
b. por actos de guerra, como cuando “somete sus enemigos a su voluntad,
concediéndoles la vida a cambio de esa sumisión”; y
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c. “Cuando los hombres se ponen de acuerdo entre sí, para someterse a algún
hombre o asamblea de hombres voluntariamente, en la confianza de ser
protegidos por ellos contra todos los demás” (Hobbes, p. 141).
Hobbes (1651) consideró como Estado por adquisición, a las dos primeras
maneras de constituirse el poder de mando en el Estado, una en donde “los
hombres que escogen su soberano lo hacen por temor mutuo”, es decir, que “se
sujetan a aquel a quien temen” (p. 162), y la otra forma de constitución es el tipo de
Estado denominado político o por institución (p. 141), definiéndolo como aquel que:
Ha sido instituido cuando una multitud de hombres conviene y pactan, cada
uno con cada uno, que a cierto hombre o asamblea de hombres se le
otorgará, por mayoría, el derecho de representar a la persona de todos (es
decir, de ser su representante). (Hobbes, 1651, p. 142)
En los Estados instituidos, de acuerdo con Hobbes, solamente “pueden existir
tres clases de gobierno”:
Cuando el representante es un hombre, entonces el gobierno es una
MONARQUÍA; cuando lo es una asamblea de todos cuantos quieren
concurrir a ella, tenemos una DEMOCRACIA o gobierno popular; cuando la
asamblea es de una parte solamente, entonces se denomina
ARISTOCRACIA. (Hobbes, 1651, p. 151)
Para Hobbes (1651), no existen otras formas de gobierno diferentes a las
antes mencionadas, pero sí, otras denominaciones para las mismas,
considerándolas como, “las mismas formas mal interpretadas”, es así como,
a. “Quienes están descontentos con la monarquía la denominan tiranía;
b. “A quienes les desagrada la aristocracia la laman oligarquía;
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c. “Quienes se encuentran agraviados bajo una democracia la llaman
anarquía, que significa falta de gobierno” (p. 151).
También para Hobbes (1651) el Estado se constituye de elementos, como
sistemas similares a las “partes análogas o músculos de un cuerpo natural”, que
son “un número de hombres unidos por un interés o un negocio” (p. 183),
considerados unos como regulares y otros irregulares. Otro elemento lo conforman
los Ministros Públicos del poder soberano (Empleado del soberano) (p. 197), que
vendría siendo el gobierno; y el último elemento tiene que ver con la forma de
nutrición y preparación de un Estado, lo cual se hace a través de la distribución de
la tierra, que “se refiere a la división del país mismo: en ella el soberano asigna a
cada uno una porción, según lo que {el mismo, y no un súbdito cualquiera o un cierto
número de ello, juzgue conforme a la equidad y al bien común” (pp. 202-203).
Locke (1690), por su parte, identifica dos modelos de estado de las
sociedades: uno denominado estado de naturaleza, y el otro, estado de guerra.
El primero es “Un estado de paz, buena voluntad, asistencia mutua y
conservación” en el cual “los hombres viven juntos conforme a la razón, sin
un poder terrenal, común y superior a todos, con autoridad para juzgarlos”.
Mientras que el segundo es “Un estado de enemistad, malicia, violencia y
mutua destrucción”, y existe “una intención declarada de utilizar la fuerza
sobre la persona de otro individuo, allí donde no hay poder superior y común
al qué recurrir para encontrar en él alivio” (pág. 48).
Montesquieu (1748), analiza el nacimiento de los conflictos: “Desde el
momento en que los hombres se reúnen en sociedad, pierden el sentimiento de su
debilidad; la igualdad en que se encontraban antes deja de existir y comienza el
estado de guerra” y reflexiona sobre las consecuencias de tal fenómeno al
manifestar que “Cada sociedad particular se hace consciente de su fuerza, lo que
produce un estado de guerra de nación a nación” y que en cada sociedad, los
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particulares, al darse cuenta de “su fuerza” nación, tratan de “volver a su favor las
principales ventajas de la sociedad”, lo que genera la necesidad de “que se
establezcan las leyes entre los hombres” (pp. 45-46).
Y a las normas o leyes que regulan las relaciones entre los pueblos o naciones,
las denominó Montesquieu, derecho de gentes; las que relacionan a los
gobernantes y gobernados, derecho político; y las que regulan las relaciones entre
los ciudadanos, derecho civil. Asimismo, en cada nación existe un derecho político
(estado político), ya que la “sociedad no podrá subsistir sin Gobierno”, siendo este
clasificado de la siguiente manera: republicano, en donde “el pueblo entero, o parte
del pueblo, tiene el poder soberano”; monárquico, aquel “en que gobierna uno solo”;
y despótico, aquel en que gobierna “una sola persona sin ley y sin norma” (pp. 46-
48).
Von Justi (1756), por otro lado, analiza el concepto de Policía y refiere sus dos
acepciones: “las leyes y los reglamentos que conciernen al interior de un Estado” y
“todo lo que puede contribuir a la felicidad de los ciudadanos” (p. 22). Desarrolla una
exposición que inicia con el papel del territorio y su administración, referente a la
cultura de las Tierras; seguido por el desarrollo económico, aludiendo a las reglas
que se deben observar para hacer florecer la agricultura; y finaliza con el desarrollo
de la población y el gobierno, relacionado a las costumbres de los súbditos, del
orden y de la disciplina que debe establecerse entre ellos (pp. 27-143).
La propuesta de Rousseau (1762), parte de analizar que el “estado de
naturaleza” en que se encuentran los hombres genera “Obstáculos que perjudican
a su conservación”, y este estado lo logran “vencer, mediante su resistencia, a la
fuerza que cada individuo puede emplear para mantenerse en dicho estado”, esta
circunstancia le hace comprender que “El estado primitivo no puede subsistir, y el
género humano perecería si no cambiase de manera de ser”. Es entonces cuando,
la necesidad de subsistencia, la que obliga a los hombres a “Formar por agregación
una suma de fuerzas que pueda exceder a la resistencia, ponerlas en juego por un
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solo móvil y hacerlas obrar en armonía”; para esto se tiene que “Encontrar una forma
de asociación que defienda y proteja de toda fuerza común a la persona y a los
bienes de cada asociado, y por virtud de la cual cada uno, uniéndose a todos, no
obedezca sino a sí mismo, y quede libre como antes”, este ejercicio es denominado:
“Contrato Social” (p. 45).
Charles Jean Bonnin (1808), también aborda el tema, en el capítulo I, Del
Código Administrativo, de su obra Principes D’administration Publique, expresando
que
La idea principal que presenta la asociación política es la de pueblo, es decir,
una multitud de hombres dividida en familias, y reunida por las relaciones y
necesidades de todos, de la que se derivan las leyes que son la expresión y la
regla de esas relaciones y de esas necesidades (Bonnin, 1808, p. 211)
Y explica también Bonnin (1808), el concepto de pueblo como “reunión de
hombres, viviendo en un mismo país, y regido por las mismas leyes”, y el de Estado,
como “la organización política de un pueblo” (p. 211)
Hegel (1821), más adelante, manifiesta la necesaria división entre la sociedad
y el Estado en los siguientes términos:
Si se confunde al Estado con la Sociedad Civil y su determinación se pone en
la seguridad y la protección de la propiedad y libertad personal, se hace del
interés de los individuos como tales, el fin último en el cual se unifican; y en
ese caso, ser miembro del Estado cae dentro del capricho individual. Pero, el
Estado tiene una relación muy distinta con el individuo; el individuo mismo
tiene objetividad, verdad y ética sólo como miembro del Estado, pues el Estado
es Espíritu objetivo (Hegel, 1821, p. 212).
En definitiva, para Hegel (1821),
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La Idea del Estado tiene a) realidad inmediata, y es el Estado individual como
organismo que se refiere a sí: la Idea se expresa, entonces, en la Constitución
o Derecho político interno; b) La idea pasa a la relación de un Estado con los
demás Estados y resulta el Derecho político externo; c) La idea es universal,
como un género y poder absoluto respecto a los Estados individuales; es el
Espíritu que se da la propia realidad en el proceso de la Historia Universal (p.
215).
Engels (1884), por su parte, en su revisión histórica del proceso social que
conllevó a la constitución del Estado propiamente dicho, planteó que “El Estado
presupone un poder público particular, separado del conjunto de los respectivos
ciudadanos que lo componen” (p. 280). Toma como ejemplo a la antigua Atenas y
muestra la primera fase de evolución del Estado, “en parte transformando los
órganos de la constitución gentil, en parte desplazándolo mediante la intrusión de
nuevos órganos y, por último, remplazándolos por auténticos organismos de
administración del Estado” (p. 291).
Señala cómo se transforma la autodefensa de las gens, fratrias y tribus, en
una “Fuerza pública armada al servicio de esa administración del Estado” (pp. 291-
292), transformando “una organización de tribus para la libre regulación de sus
propios asuntos”, en una “organización para saquear y oprimir a los vecinos”, es
decir, se pasó de unos organismos como “instrumentos de la voluntad del pueblo”
a unos “organismos independientes para dominar y oprimir al propio pueblo” (p.
339).
Engels (1884), consideró entonces, que el Estado se constituyó a partir de las
gens2, de tres maneras: una, por medio de los antagonismos en el “seno de la
sociedad gentilicia”, como es el caso de Atenas; otra, consistió en la transformación
de la sociedad gentilicia en Aristocracia y plebe, llegando esta última a cambiar la
2 “Grupo que se jacta de constituir una descendencia común (…) y que está unido por ciertas
instituciones sociales y religiosas, formando una comunidad particular” (Marx & Engels, 1884, pág. 271)
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constitución hasta confundirse con la primera; y una última forma, que es producto
de la conquista de territorios extranjeros, como en el caso germano (pp. 343-344).
Clarifica, también, que “el Estado no es de ningún modo un poder impuesto
desde fuera de la sociedad” sino “un producto de la sociedad cuando llega a un
grado de desarrollo determinado: es la confesión de que esa sociedad se ha
enredado en una irremediable contradicción consigo misma y está dividida” (p. 344),
y para que esas contradicciones emergentes no devoren a la misma sociedad, se
requiere que aparezca
Un poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a
amortiguar el choque, a mantenerlo en los límites del "orden". Y ese poder,
nacido de la sociedad, pero que se pone por encima de ella y se divorcia de
ella más y más, es el Estado (Marx & Engels, 1884, p. 344).
Por lo anterior, Engels (1884), consideró que el “Estado no ha existido
eternamente”, y hubo sociedades que no lo tuvieron, y que este se convirtió en una
necesidad al “llegar a cierta fase del desarrollo económico”, juntamente con una
“división de la sociedad en clases”. (p. 347)
Así pues, el Estado tiene características que lo determinan: divisiones
territoriales, fuerza pública, impuestos, y cuando no son suficientes la deuda pública,
haciendo que “los funcionarios” aparezcan por encima de la misma sociedad
(Engels, 1884, pp. 344-345).
Tiempo después, al final del siglo XIX, Blunstchli (1895), en el Capítulo I de su
obra The theory of the State, plantea la importancia de la Ciencia Política (Political
Sciencie), y con relación al Estado manifiesta:
(…) consideramos al Estado como un todo sin distinguir todavía sus dos
aspectos (Derecho y Política). La concepción del Estado, su base, sus
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elementos principales (El pueblo, el país), Su ascenso, su fin o su objetivo, las
formas principales de su constitución, la definición y la división de la soberanía
(Statsgewalt) Forman los temas de la Teoría del Estado en general, y ésta a
su vez está en la base de las dos ciencias políticas especiales, Derecho
Público y Política (p. 12).3
En el texto Teoría general del Estado, Jellinek (1911), entregó una explicación
del nombre del Estado, planteando que
Los griegos llamaron al Estado, (…) que era idéntico a ciudad, razón
fundamental por la cual la ciencia del Estado entre los griegos hubo de
construirse sobre el Estado ciudad o sobre la ciudad Estado, y nunca pudo
llegar a comprender el Estado como dotado de una gran extensión territorial.
Cuando se habla de tales Estados, se les describe como un conjunto de
habitantes (p. 153).
Diferente el caso de los romanos, para los cuales “El Estado es la civitas, la
comunidad de los ciudadanos o la res publica, esto es, la cosa común al pueblo
todo”, teniendo a “Italia y las provincias (…) países aliados, dependientes de la gran
ciudad”, y con el “Pleno derecho de ciudadanía [concedido] sólo (…) a aquellos que
habían sido admitidos para formar parte de la comunidad de la ciudad” (Jellinek,
1911, pág. 153).
En efecto es el territorio un componente robustecido, ya que “Sobre la ciudad
de Roma levántase el más poderoso Estado territorial de la Antigüedad”, haciendo
de este componente el “Más esencial del Estado”, debido a que “Pasa a ser el poder
3. In this we consider the State as a whole without as yet distinguishing its two aspects (Law
and Politics). The conception of the State, its basis, its principal elements (The people, the country), its rise, its end or aim, the chief forms of its constitution, the definition and the division of sovereignty (Statsgewalt) form the subjects of the Theory of the State in general, and this in turn is at the base of the two special political sciences, Public Law and Politics.
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del mismo y no los ciudadanos; esto es, la res populi se convierte en res imperantis”
(pp. 153-154).
Jellinek (1911) identifica en la Edad Media un cambio radical de la “Concepción
del Estado y la manera de ser designado el mismo (…), que le da usualmente los
nombres de Land, terra terrae. Al hacer consistir lo fundamental del Estado en su
elemento territorial”. Este se expresará en “el poder político de la propiedad del
suelo”, cuya denominación italiana Stato “(…) va unida al nombre de una ciudad:
Stato de Firenze, etc. (…) un término incoloro aplicable a todos los Estados”.
Citando a J. Burckhardt: “(…) lo que se designa con la expresión lo stato, es
juntamente el gobierno y su corte, y (…) esta expresión ha podido usurpar la
significación de la existencia total del territorio” (pp. 154-156).
Refiere Jellinek (1911), entonces, que
Con la aparición de la idea moderna del Estado nace igualmente la voz que
le corresponde. Así lo enseña de una manera evidente la frase con que
comienza Maquiavelo Il Principe: “Tutti li stati, tutti e’ domini che hanno
avuto ed hanno imperio sopra li uomini, sono stati e sono o reppubliche o
principati” 4 (p. 156).
Y con relación a la naturaleza del Estado, Jellinek (1911) plantea que “El
estado, en primer lugar, forma parte del mundo de los hechos, y por consiguiente,
está encajado dentro del mundo de lo real en el sentido objetivo, esto es, que tiene
existencia fuera de nosotros” (p. 159). Así mismo, define al Estado como “Toda
forma de organización soberana, que no tiene sobre sí otra superior” (p. 264).
Lenin (1917) en su obra El Estado y la Revolución, expone planteamientos que
asumen la visión, que en el siglo anterior plantearon Marx y Engels, y en momentos
4 Maquiavelo al príncipe: "Todos estaban allí, todos los dominios' que han tenido y tienen
dominio sobre ellos, los hombres han sido y son bien republicas o principados”.
18
de gran tensión mundial (II Guerra Mundial y Revolución Rusa); intentando salirle al
paso a las posiciones que algunos miembros de organizaciones revolucionarias
estaban manifestando, sustentando que “El Estado es producto y manifestación del
carácter irreconciliable de las contradicciones de clase. El Estado surge en el lugar,
en el momento y en la medida en que las contradicciones de clase “no pueden”,
objetivamente, conciliarse” (pp. 33-34).
Weber (1919), por su parte, planteó que se puede considerar el Estado como
“Aquella comunidad humana que, dentro de un determinado territorio -el
<<territorio>> es un elemento distintivo-, reclama para sí (con éxito) el monopolio
de la violencia física legítima” (pág. 87) y reconoció que la construcción de Estado
“es, así como las asociaciones políticas que lo han precedido históricamente, una
relación de dominación de hombres sobre hombres, basada en el medio de la
violencia legítima (es decir, de la violencia considerada como legítima)” (pp. 88-89).
¿Y hoy, quienes detentan el poder estatal administrativo?, Weber (1919)
considera ante esta pregunta que
El Estado moderno es una asociación de dominación de carácter
institucional, que ha intentado, con éxito, monopolizar la violencia física
legítima dentro de un territorio como medio de dominación y que, para este
fin ha reunido todos los medios materiales de funcionamiento en manos de
sus dirigentes, pero expropiando a todos los funcionarios estamentales que
antes disponían de esos medios por derecho propio y poniendo a sus
propios dirigentes en la cúspide en vez de aquellos. (p. 94)
Respecto a la nación, Weber (1922), expresa que
“Es un concepto que, si se considera como unívoco, no puede nunca ser
definido de acuerdo con las cualidades empíricas que le son atribuidas.
Quienes lo utilizan le dan, por lo pronto, el siguiente significado indudable:
19
la posesión de expectativa de reciprocidad por ciertos grupos humanos de
un sentimiento específico de solidaridad frente a otros” (pp. 1109-1110).
En este sentido, manifiesta que “En la terminología habitual, la “nación” no es
idéntica al “pueblo de un Estado” (Staatssvolk), es decir, al hecho de la pertenencia
a una comunidad política (...) La “nación” no es tampoco idéntica a la comunidad
lingüística, pues ésta no es siempre en modo alguno suficiente” (p. 1110).
Carré de Malberg (1922), por su lado, analiza que en las diferentes etapas de
las “formaciones políticas” denominadas “Estado”, han sido recurrentes tres
“elementos constitutivos”: el primero, “un número de hombres”, es decir, una
“comunidad humana”, que establece una “forma de agrupación social”; el segundo,
para que “la nación realice la unidad”, es el elemento del “territorio” ; y el tercero,
la configuración de una “potestad pública”, que ejerce autoritariamente sobre todos
los individuos que forman parte del grupo nacional (pp. 21-26).
Por lo anterior, Carré conceptúa que el Estado es “una comunidad de
hombres fijada sobre un territorio propio, y que posee una organización de la que
resulta para el grupo, considerado en sus relaciones con sus miembros, una
potestad superior de acción, de mando y de coerción” (p. 26).
Para Hitler (1925), lo que se denomina Estado es una monstruosidad, y
distingue tres grupos de personas con diferentes criterios para entenderlo: por un
lado “los que ven en el Estado simplemente una asociación espontánea de genes
sometidas al poder de un gobierno”, para quienes, basados en el principio de
legitimidad, el Estado “no sirve para servir a los hombres, sino que éstos están
destinados para adorar la autoridad del Estado, que se personaliza en cualquier
funcionario público”; por otro lado, un grupo que “No admite que la autoridad del
Estado represente la única y exclusiva razón de ser de éste, sino que, al mismo
tiempo, la condicionan a una de tantas exigencias”, deseando no solo un gobierno
único sino, en lo posible, una lengua única; y finalmente, un conjunto de personas
20
que “cree ver en el Estado un medio para la realización de tendencias imperialistas,
a menudo vagamente formuladas dentro de un Estado con un pueblo homogéneo y
del mismo idioma” (p. 286).
Hitler (1925) consideró que:
Todos esos puntos de vista no poseen sus raíces más profundas en la
convicción de que las fuerzas culturales y creadoras de un pueblo reposan
en los elementos raciales, y que el Estado debe tener como su objetivo más
elevado la conservación y el perfeccionamiento de la raza, base de todos
los progresos culturales de la Humanidad (p. 288).
Enfatiza en su idea de lo que debería ser el Estado, considerándolo un medio
y no un fin, base de una elevada cultura humana, dependiente de una raza superior
civilizatoria, aria, la cual, al desaparecer, haría desaparecer la civilización, por lo
que “Es la raza y no el Estado lo que constituye la condición previa de la existencia
de una sociedad humana superior”, en últimas, el Estado no es otra cosa que el
“Organismo viviente de un pueblo que no solo garantizará la conservación de éste,
sino que lo conduce al goce de una máxima libertad, impulsando el desarrollo de
sus facultades morales e intelectuales ” (pp. 288-290)
Pero una de las grandes definiciones sobre la existencia y sobre todo el
reconocimiento de los Estados entre sí, se dio en la primera mitad del siglo XX, en
el marco de la Séptima Conferencia Internacional Americana, realizada el 26 de
diciembre del año 1933 en la ciudad de Montevideo (Uruguay), en donde se firmó
por parte de los delegados plenipotenciarios de veinte países, el convenio sobre los
Derechos y Deberes de los Estados, el cual en su artículo 1 establece que los
requisitos para reconocer cualquier Estado, como persona de Derecho
Internacional, son los siguientes: “I. —Población permanente; II. —Territorio
determinado; III. —Gobierno; y, IV. —Capacidad de entrar en relaciones con los
demás Estados” (p. 4).
21
Ya para mediados del siglo XX, Kelsen (1949), planteó la dificultad de analizar
el concepto de Estado, debido a la “multiplicidad de los objetos que el término
designa”, algunas veces se entiende como “sociedad”, como “una forma especial
de sociedad”, o como “un determinado órgano de la sociedad” (el gobierno, los
sometidos a éste, la “nación”, el territorio), y decide definirlo entonces en el sentido
de “fenómeno jurídico, como sujeto de derecho, es decir, como persona colectiva”.
En definitiva, “Es la comunidad creada por un orden jurídico nacional (en oposición
al internacional)” (p. 215).
Kelsen (1949), comprende el Estado como una “Organización política, porque
es un orden que regula, monopolizándolo, el uso de la fuerza” (p. 226), y señala que
posee elementos constitutivos tales como el Territorio del Estado, el Tiempo, el
Pueblo, la Competencia del Estado, el Conflicto de Leyes, los derechos y Deberes
fundamentales de los Estados y el Poder del Estado (pp. 246-317).
Para Porrúa (1954), en cambio, el Estado no es otra cosa que “Una sociedad
humana establecida en el territorio que le corresponde, estructurada y regida por un
orden jurídico, que es creado, definido y aplicado por un poder soberano, para
obtener el bien público temporal, formando una institución con personalidad moral
y jurídica” (pp. 26-27) y para su comprensión plantea cinco preguntas que permitan:
- determinar la naturaleza: ¿Qué es?;
- la organización y funcionamiento, ¿Cómo es?;
- fines, ¿Para qué existe?;
- función social, ¿Por qué existe?;
- justificación, ¿Por qué debe existir?, el Estado. (pp. 27-28)
Además, Porrúa (1954) señala, en cuanto a los componentes constitutivos del
Estado, que:
22
El territorio es un factor necesario para la existencia del Estado (…). Pero
además del elemento material del Estado que es la población o sociedad
humana que lo constituye, y del territorio que necesariamente ha de existir
para que surja -el Estado (…), en el Estado existen otros supuestos: el
orden jurídico, el poder soberano y la finalidad o teleología de la actividad
política (Porrúa, 1954, p. 33).
El autor colombiano Hugo Palacios (1965), en su obra Introducción a la Teoría
del Estado realizó un análisis en donde manifiesta que ha sido una apreciación
generalizada el considerar al Estado como un “fenómeno típico de la moderna
cultura occidental”, y que, a través de la historia, “las diferentes culturas dieron a
sus respectivas organizaciones politicas”, variadas denominaciones o nombres. Es
así como, en Grecia y Roma, tomando a Fustel de Coulanges, “las primeras
organizaciones políticas tenían origen en un sentimiento religioso” y no “tomaban
en cuenta, como elemento esencial, ni el territorio, ni el poder, ni el fin común, sino
el hecho de participar en el mismo culto” (pp. 17-18).
Los pueblos alemanes, dice Palacios (1965), trasladan palabras latinas de
manera inadecuada, como Reich y Empire (Estado e Imperio) como
“degeneraciones de regnum e imperium”. Mientras que, en la edad media, la
organización política se centra “alrededor del territorio, que junto con el puelo, es el
único elemento que se reconoce como esencial, y por ello toma el nombre de land
o terrae” (p. 19)
Apareciendo, según Palacios, una clase nueva en Italia entre los siglos XV y
XVI, diferente a la nobleza, que “revoluciona la economía monetaria”, y de hecho
los “factores reales de poder”, haciendo necesario una nueva denominación para
esta organización política, utilizándose el término Estado, a partir de las
denominaciones de ciudades italianas como statos, y oficializándose con la obra d
23
Maquiavelo al iniciar su obra con la frase “Tutti li stati, tutti e’domini che banno avuto
ed banno imperio sopra li nomini, sono stati e sono republiche e principati”5.
Exponiendo Palacios un concepto de Estado como “Una sociedad humana,
constituida sobre un territorio permanente, en el que un poder soberano asume la
creación, definición y aplicación de normas jurídicas, que garantizan su adecuada
existencia como sociedad y facilitan el bienestar de sus miembros” (p. 22).
Poulantzas (1969), por otra parte, refiriéndose a la concepción marxista del
Estado, lo entiende como el “factor de cohesión de los niveles de una formación
social”, es decir, como el “factor de <orden>, como <principio de organización>, de
una formación”, pero no en el sentido de orden político, sino de “la cohesión del
conjunto de los niveles de una unidad compleja, y como factor de regulación de su
equilibrio global, en cuanto sistema” (pp. 43-44).
De hecho, Poulantzas, retomando a Engels (1884) reflexiona sobre la
existencia del Estado, y dice que se da porque hay unas clases en contradicción,
antagonistas por sus intereses económicos, y para que “No se consuman, ellas y la
sociedad, se impone la necesidad de un poder que, situado en apariencia por
encima de la sociedad, debe amortiguar el conflicto, mantenerlo en los límites del
‘orden’: ese poder, salido de la sociedad, pero que se sitúa por encima de ella y le
es cada vez más extraño, es el Estado” (p. 49).
Asimismo, Tivey (1981), considera que el Estado es como “Un tipo específico
de formación política”, que se distingue de “Una clase cualquiera de sistema político
o de gobierno”. Además de identificar las estructuras básicas que han definido a los
Estados desde la antigüedad: la ciudad-Estado, los imperios-Estados, y el que fue
la “Estructura de la Europa occidental de la Edad Media”: el “Sacro Imperio Romano
5 Todos los estados, todos los cuales han tenido y tienen dominio sobre los hombres, han sido y son repúblicas o principados
24
Germánico, fundado por Carlomagno alrededor del 800”, dirigido por “Una autoridad
personal, jefe, rey o emperador” (pp. 9-11).
Según Tivey, a partir del Renacimiento se usó el término Estado, retomando a
Quentin Skinner, para quien la idea de soberanía, que consiste en “-Una autoridad
única tanto para producir las leyes como para hacerlas cumplir- junto con un
territorio rigurosamente definido y consolidado”, expresa la “idea típicamente
moderna de Estado como forma de poder público separado tanto de gobernantes
como de gobernados y de suprema autoridad política dentro de los límites de un
territorio determinado”, pudiéndose asumir entonces que el Estado es una especie
de entidad construida por tipo dioses, reyes, emperadores, aristocracia, etc. (pp. 11-
12)
A su vez Tivey (1981) define el término nación a partir de su etimología, “(…)
de la raíz latina nasci, nacer, y, por lo tanto, (…) la idea que un pueblo tiene de
ascendencia o lugar de origen común”. Explica que ni la “apelación a la etnia” ni el
“vínculo social de una lengua común”, permiten resolver “cuestiones relativas a
invasiones, migraciones y mezclas raciales en la misma comunidad”, de ahí que lo
“Más destacable sea que el Estado no se limit[e] meramente a reflejar las cualidades
de las naciones, sino que les [dé] forma” (p. 13).
Anderson (1983), por su parte, propone que la nación6 es “una comunidad
política imaginada como inherentemente limitada y soberana”. Es imaginada, ya
que, aunque los miembros de las naciones, aun los de las más pequeñas, “no
conocerán a la mayoría de sus compatriotas”, “en la mente de cada uno vive la
imagen de su comunión”. Limitada, porque toda nación, por muchas personas que
albergue, “tiene fronteras finitas, aunque elásticas, más allá de las cuales se
encuentran otras naciones. Soberana, “porque el concepto nació en una época en
6 1. f. Conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo Gobierno. 2. f. Territorio de
una nación. 3. f. Conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común. (Real Academia Española de la Lengua - RAE, s.f.) http://dle.rae.es/?id=QBmDD68
25
que la Ilustración y la Revolución estaban destruyendo la legitimidad del reino
dinástico jerárquico, divinamente ordenado”. Y, por último, se considera comunidad,
“porque independientemente de la desigualdad y la explotación que en efecto
puedan prevalecer en cada caso, la nación se concibe siempre como un
compañerismo profundo, horizontal”, lo que ha permitido que “tantos millones de
personas maten y, sobre todo, estén dispuestas a morir por imaginaciones tan
limitadas” (pp. 23-25).
De igual forma, Cornelia Navari (1987), considera que aunque se ha definido
el Estado-nación como “Una organización política de población homogénea que
comparte la cultura y la lengua, gobernada por individuos que pertenecen a dicha
población y que sirve a los intereses de ésta”, en la realidad se observa solo la
aproximación a este concepto ideal (p. 25).
De aquí, que uno de los debates sea concebirlo como órgano de producción
jurídica y como una forma de organización social, como lo manifiesta Bobbio (1989)
en su obra Estado, Gobierno y Sociedad distinción establecida por Jellinek y
apoyada por Weber, pero negada por Kelsen, para quien el “Estado se resuelve
totalmente en el ordenamiento jurídico”. No obstante, debido al cambio de Estado
de derecho a Estado social, “han tomado fuerza los estudios de sociología política
que tienen por objeto el Estado como forma compleja de organización social (de los
cuales el derecho sólo es uno de los elementos constitutivos)” (pp. 72-74).
De otro lado, Smith (1991) compara los modelos de nación asumidos por los
nacionalistas y expone las características compartidas:
Unidades de población demarcadas territorialmente y que deben tener sus
propias patrias; que sus miembros comparten una cultura de masas común y
diversos mitos y recuerdos históricos colectivos; que sus miembros tienen
derechos y deberes legales recíprocos regidos por un sistema legal común, y
que la nación tiene una división colectiva del trabajo y un sistema de
26
producción que permite a sus miembros la movilidad por todo el territorio
(Smith, 1991, p. 12)
Es de la misma forma significativo agregar la definición de Estado que asume
un organismo internacional como el Banco Mundial (1997):
Un conjunto de instituciones que poseen los medios para ejercer coerción
legítima sobre un territorio definido y su población, a la que se le denomina
sociedad. El Estado monopoliza la elaboración de reglas dentro de su territorio
por medio de un gobierno organizado. (Banco Mundial, 1997, p. 22)
Este, igualmente, identifica el Gobierno como el “Conjunto de personas que
ocupan puestos de autoridad en un Estado”, y reduce el Estado a los poderes
(legislativo, ejecutivo y judicial) (p. 22), dejando a un lado los otros componentes
constitutivos del Estado, como el territorio y la población.
Señalando la importancia de estudiar el nacimiento del Estado-nación,
Francais (2000), advierte que “El crepúsculo del Estado-nación no constituye
solamente un tema de importancia científica para todos los que se interesen por la
función del Estado en el mundo contemporáneo, sino también es una cuestión
fundamental para la gobernabilidad del mundo de mañana” (p. 7). Agrega de igual
modo a la conceptualización el anclaje histórico:
El Estado-nación constituye un modo de organización de la sociedad
relativamente reciente en la historia de la humanidad. El surgimiento del
Estado moderno puede situarse a raíz del Renacimiento, mientras que la
conformación del concepto de nación, a pesar de formarse paulatinamente
a lo largo de la época contemporánea, sólo se consolida a fínales del siglo
XVIII. El Estado-nación, propiamente dicho, surgió a principios del siglo XIX
y alcanzó su apogeo en el curso del siglo XX (p. 9).
27
Por la misma línea, María Palacios (2003) entiende, de un lado, el Estado
moderno, como “Una forma de organización del poder históricamente determinada
y en cuanto tal, caracterizada por una filiación que la hace particular y diferente de
otras formas”, marcada cada vez más por la centralización del poder; y de otro lado,
a la nación, en su especificidad, como un “grupo humano consciente de formar una
comunidad que comparte una cultura común y un proyecto colectivo claramente
delimitado” De esta forma, el constructo Estado-nación, estaría caracterizado por la
posesión del monopolio del “uso legítimo de la fuerza dentro de un territorio
delimitado (…) que busca conseguir la unidad de la población sujeta a su gobierno,
mediante la homogeneización”. Además, agrega el criterio de la construcción de
cultura, símbolos, valores comunes, tradiciones y mitos por parte del Estado-nación
(p. 16-17).
O’Donnel (2008), hace énfasis en que el Estado es “Una entidad que demarca
un territorio frente al de otras entidades semejantes, proclama autoridad sobre la
población de ese territorio y es reconocido como tal Estado por diversos actores en
el sistema internacional” (p. 27) y que, por lo tanto, viven constantes “procesos de
construcción, de reconstrucción y, a veces, de destrucción, y [están] sujetos a
complejas influencias de las sociedades doméstica e internacional” (p. 28). Desde
este punto de vista, define el Estado como:
Un conjunto de instituciones y de relaciones sociales (la mayor parte de éstas
sancionadas y respaldadas por el sistema legal de ese Estado) que
normalmente penetra y controla el territorio y los habitantes que ese conjunto
pretende delimitar geográficamente. Esas instituciones tienen como último
recurso, para efectivizar las decisiones que toman, la supremacía en el control
de medios de coerción física que algunas agencias especializadas del mismo
Estado normalmente ejercen sobre aquel territorio. (O'Donell, 2008, p. 28)
Resalta en ellos por lo menos cuatro dimensiones: un conjunto de burocracias,
un sistema legal, un foco de identidad colectiva y un filtro. Todas estas, bien
28
articuladas, para garantizar que el “Estado cumple su crucial papel de articulador y
ordenador de la diversidad y pluralidad de las relaciones sociales en el territorio”
(pp. 28-29).
Desde otra óptica, Marín (2011) afirma que la nación nace como:
“Una construcción puramente ideológica y expresa la cristalización de una
voluntad por consolidar un sentimiento de existencia y de reconocimiento en
tanto identidad colectiva. Es a través de una construcción imaginaria que la
conciencia (nacional) crea la nación”; y que “la repetición y la difusión de sus
mitos fundadores, promovidos por una lengua determinada, en un espacio
históricamente dado, permitieron finalmente la construcción de un Estado que
la representa” (p. 73).
Reflexionando sobre la Edad Moderna (específicamente en Europa), Acuña
(2011) identifica que es en ella de donde emana el concepto de Estado, el cual
consiste en “Un territorio con fronteras determinadas, la existencia de gobierno
común y un sentimiento de identificación cultural y nacional de sus habitantes” (p.
80).
Para terminar, D’uria (2012), por su parte, enfatiza en el Estado “Como forma
de orden político, característica de las sociedades modernas, fundada en el
monopolio de la coacción sobre determinado territorio por parte de una jerarquía
burocrática, policial-militar, jurídica e impositiva”. (p. 47)
En resumen, se puede concluir que las diferentes concepciones que a lo largo
de la historia se han referido a lo que desde la época moderna se denominan Estado
y Estado-nación propiamente dichos, los han definido en la mayoría de los casos,
como aquellas formas de organización de una población, con características
comunes y/o diferenciadas, dentro de un territorio; en donde la función de
conducción, dirección o mando (gobierno) ha estado en cabeza de un patriarca, rey,
29
un monarca, un emperador, un tirano, un jeque, un presidente, una asamblea o
congreso, conjuntamente con una parte o sector de esa población.
Y esa subordinación a esos gobernantes, se ha dado por aceptación voluntaria
o por que ha sido impuesta a través de la guerra o el temor, incluso en épocas
anteriores a estas nuevas o modernas formas de organización, cuando no se había
experimentado la existencia de esa entelequia7 llamada Estado.
En síntesis, es evidente una trazabilidad común en un número significativo de
las definiciones planteadas, en cuanto a la presencia de un conjunto de elementos
constitutivos como consustanciales a cualquier Estado, que para Pizarro (2016), en
el curso de la Escuela virtual del Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), son los siguientes:
1. Pueblo: se entenderá al compuesto social de los procesos de asociación
en el emplazamiento cultural y superficial, o el factor básico de la sociedad,
o una constante universal en el mundo que se caracteriza por las variables
históricas. El principal valor del pueblo está en su universalidad. No habrá
estado si no existe el pueblo y viceversa.
2. Poder: lo entendemos como la capacidad o autoridad de dominio, freno y
control a los seres humanos, con objeto de limitar su libertad y reglamentar
su actividad. Toda sociedad no puede existir sin un poder absolutamente
necesario para alcanzar todos sus fines prepuestos.8
3. Territorio: es el elemento físico de primer orden para que surja y se
conserve el Estado, la formación estatal misma supone un territorio sin la
existencia de ésta no puede haber Estado. (p. 3)
7 En tanto que designa "el hecho de poseer perfección", el término 'entelequia' significa la
actualidad o perfección resultante de una actualización. La entelequia es entonces el acto en tanto que cumplido. En este sentido entelequia se distingue de actividad o actualización. En tanto que constituye la perfección del proceso de actualización, la entelequia es el cumplimiento de un proceso cuyo fin se halla en la misma entidad. Por eso puede haber entelequia de la actualización, pero no del simple movimiento. (Ferrater, 1964, pág. 531)
8 Este elemento es ejercido por el Gobierno.
30
Esperando entonces confirmar de qué manera, en el proceso de consolidación
de la República de Colombia, esas definiciones y reflexiones que se presentaron en
este capítulo, se asumieron y aplicaron a la realidad nacional y territorial.
31
Capítulo 4. El Estado-nación colombiano como macro-concepto complejo
Los elementos conceptuales aportados en los capítulos anteriores señalan que
las definiciones sobre el Estado y el Estado-nación, han sido basadas en que los
mismos son en sí una construcción integral (social, política, filosófica, económica,
etc.) que arrastra toda una serie de circunstancias históricas complejas en tanto la
cantidad de factores o elementos que han intervenido en cada momento de la
história por los que ha transitado la sociedad. Esto trae consigo las siguientes
preguntas: ¿Por qué es importante considerar el Estado-nación como macro-
concepto complejo? Y, ¿Cuál sería el caso de Colombia?
La primera pregunta conlleva la necesidad de estudiar los fenómenos de
manera sistémica e integralmente, observando todos y cada uno de los
componentes constitutivos, con sus mutuas influencias e interacciones, abriendo la
posibilidad de dimensionarlos adecuadamente, ya que es posible que la mirada
llegue solamente a partes o secciones de estos, asumiendo que ellas son la
totalidad del fenómeno. Caso de los Estado-nación es muy significativo por su
tamaño, importancia histórica y complejidad, que conlleva a darle una mirada
amplia, ya que sus partes o elementos, interacciones entre ellos y al interior de
estos, su organización, sistemas y subsistemas, hacen que se configure como un
macro sistema, al que hay que pensarse como un macro-concepto complejo.
En definitiva, porque se debería entender como la integración de una
multiplicidad de elementos o componentes, constituidos a su vez por sub elementos
en constante interacción, pero ha primado el considerar al Estado y al Estado-
nación, como una construcción donde si bien intervienen diferentes elementos o
32
componentes, que se ha convertido en un ente estático, inamovible, por lo general
con una formación di o tricotómico, inalterables y separadas. Pareciera que no
hubiese otras maneras de analizarlo y entenderlo.
Basado en lo anterior, la respuesta a la segunda pregunta conlleva a observar
que el Estado-nación colombiano como los demás Estados, está constituido por un
territorio, en donde vive o se asienta una población, quien elige a un gobierno, como
lo muestra la figura 2.
Figura 2. Elementos Constitutivos del Estado-nación
Fuente: Elaboración Propia
Y a esta relación de mutua influencia entre los elementos constitutivos del
Estado-nación, que a través de la historia se han tenido como presentes en él (unos
más que otros dependiendo de la época) se pueden observar recursividades,
interacciones o procesos auto-organizacionales, al interior de cada uno de los
mismos, que al mismo tiempo ejercen influencias o tienen efectos en los otros
elementos del macrosistema Estado-nación, que para Colombia en la construcción
gráfica propuesta se intenta mostrar cómo existe esa sistematicidad compleja al
interior de cada uno de los elementos constitutivos del Estado-nación colombiano,
así como entre los mismos elementos.
Es así como, al realizar una descripción de cada uno de sus componentes de
se encuentra el primero el denominado Territorio, el cual está conformado por una
conjunción de sub elementos, a saber:
- Mar territorial,
- Plataforma Continental,
Territorio
Gobierno Población
33
- Espacio aéreo,
- Espectro electromagnético,
- Órbita Geoestacionaria,
- Zona económica exclusiva,
- Zona contigua,
- Embajadas,
- Subsuelo,
- Archipiélago de San Andrés, Andrés y Providencia, Santa Catalina y
Malpelo y las islas, islotes, cayos morros y bancos
Los mismos se pueden mostrar gráficamente, en un círculo, como se muestra
en la Figura 3.
Figura 3. El Territorio en el Estado-nación colombiano
Fuente. Elaboración propia
La relación entre estos sub elementos, o sub sistemas, está caracterizada por
que una acción o situación que ocurra en uno de ellos puede afectar a los demás,
como se muestra en la Figura 4.
34
Figura 4. Relaciones entre los sub elementos constitutivos del Territorio en el Estado-nación colombiano
Fuente. Elaboración propia
Para continuar, en ese Territorio constitutivo del Sistema estatal perteneciente
a la República colombiana se asienta o establece una Población, la cual tiene
diferentes maneras de actuación en dicha organización, individual o colectivamente,
entre las que se pueden mencionar:
- Como ejercedores de la ciudadanía (Participantes en cada uno de los
niveles de Gobierno)
- En organizaciones sociales y comunitarias
- En Partidos y grupos Político-electorales
- En empresas y gremios
- En ONG’s
- Extranjeros
- Personas y organizaciones dedicadas a la delincuencia o actividades
ilícitas
- Habitantes
- Otras
35
Ese conjunto de pobladores, se puede visualizar en la Figura 5.
Figura 5. La Población en el Estado-nación colombiano
Fuente. Elaboración propia
Desarrollando esta población desarrolla una serie de relaciones
(Interacciones-retroacciones) entre sí, en su diario vivir, como se puede observar en
la Figura 6.
Figura 6. Relaciones entre los sub elementos de la Población en el Estado-nación colombiano
Fuente. Elaboración propia
36
Por último, de entre los miembros de la población, se elige a un grupo que
asumen la labor de gobernantes, de acuerdo a lo expresado en el artículo tres de la
última constitución (1991) en el cual se establece que “La soberanía reside
exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público”, es decir, que los
pobladores entregan la soberanía a los que ejercen el Gobierno. Y estos cumplen
unas funciones o acciones que deben conducir al logro del bienestar de toda la
población9, incluyéndose ellos mismos. Y esa labor de autoridad la ejercen por
niveles de gobierno en todo el territorio nacional, así como sobre las embajadas y
consulados en otros países. Estructurándose este componente del Estado en
Ramas y Órganos del poder gubernamental de la siguiente forma:
- Rama Legislativa
- Rama Ejecutiva
- Rama Judicial
- Los Órganos de Control, y
- La Organización Electoral
El esquema de este componente del Estado-nación colombiano se puede
configurar como se presenta en la Figura 7:
9 Para el caso colombiano, se puede inferir en lo expresado en el artículo 2 de la constitución
de 1991
37
Figura 7. El Gobierno en el Estado-nación colombiano
Fuente. Elaboración propia
Para el logro de ese objetivo central de búsqueda del bienestar general, estas
entidades u organizaciones gubernamentales, en cada uno de los niveles de
Gobierno y territorial, se integran en un entramado de inter relaciones entre cada
una de ellas, como se puede observar en la Figura 8:
Legi
slat
ivo
Órganos de
Control
Organización electoral
Judicial
Ejecutivo
38
Figura 8 Las relaciones entre los Sub elementos del Gobierno en el Estado-nación colombiano
Fuente. Elaboración propia
Al realizar un proceso de visualización de cada uno de los componentes
constitutivos del Estado-nación colombiano, con sus propias relaciones internas,
pero de manera aislada o separada, se pueden realizar procesos de estudios e
investigación a partir de diversas ciencias disciplinares o especializadas, pero
también si se observan estos componentes en un proceso de integración la
complejización del análisis se verá de manera inmediata. Es así que si se visualizan
de forma superpuesta, es decir, uno encima del otro, como se puede observar en la
Figura 9, ya la idea de entrelazamiento e interacción comienzan a tener otra
perspectiva.
Legi
slat
ivo
Órganos de
Control
Organización electoral
Judicial
Ejecutivo
39
Figura 9 Los elementos del Estado superpuestos
Fuente. Elaboración propia
Parece un gran entramado, pero aún falta observar a este Estado-nación, en
su máxima dimensión compleja, como un macro-concepto, al entrelazar no solo las
relaciones al interior de cada elemento constitutivo o sub sistema (Territorio,
Población y Gobierno), sino en función de las relaciones (interacciones-
retroacciones) entre los sub elementos de cada componente con los sub elementos
de los otros, ofreciendo así un entramado de relaciones que hacen del Estado-
nación un sistema vivo y en constante evolución, como se puede observar en la
Figura 10.
40
Figura 10 Las relaciones entre todos los subcomponentes de cada elemento del Estado-nación colombiano
Fuente. Elaboración propia
En síntesis, comprender el Estado-nación como macroconcepto complejo, es
de gran importancia, ya que a lo largo de la historia se ha conceptualizado al
respecto, casi con un sentido mítico y sobrenatural, cuando en realidad el Estado-
nación es una construcción social, dentro de un territorio, en donde una población
define unos objetivos y la manera de materializarlos, teniendo en cuenta que existen
intereses individuales y/o grupales, de gremios, etnias, etc., que inciden en la
conducción de los mismos. Y esto se identifica de manera clara en la estructura y
configuración del Estado-nación colombiano.
41
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