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CAPÍTULO VII. CONSIDERACIONES SOBRE EL MUESTREO DE NEMATODOS EN
CULTIVOS AGRÍCOLAS
Tirzo Paúl Godoy-Angulo, Roberto Gastélum-Luque, Moisés Gilberto Yáñez-Juárez,
Telésforo Joel Almodovar-Pérez, Miguel López-Meza y Jacobo Enrique Cruz-Ortega.
El muestreo de nematodos fitoparásitos ha sido la base para el desarrollo de estrategias de
control durante muchos años, y es el resultado de trabajos de investigación que han
mostraron su factibilidad y confiabilidad. Los métodos para determinar las poblaciones de
nematodos en el suelo son varios, e indican que la cantidad de estos organismos cambia a
través del tiempo, determinándose que el mayor número se presenta poco antes de que los
cultivos anuales finalicen su ciclo. Los patrones de distribución espacial de los nematodos
en el suelo muestran que se encuentran en forma de “agregados”, mismos que se tornan
evidentes en los cultivos agrícolas por la presencia de manchones de plantas cloróticas y de
menor tamaño
La mayoría de los experimentos que se han realizado para tal efecto, se han basado en la
colección de muestras compuestas; estas muestras permiten la detección de nematodos aún
en bajas poblaciones, cuando se hacen a partir del suelo que está en contacto con el sistema
radical y de raíces.
7.1. Objetivos del muestreo
El propósito de los muestreos es estimar poblaciones de nematodos con fines de
investigación, programas de predicción, inspecciones generales y diagnóstico, entre otros.
En programas de manejo integrado de plagas, el objetivo fundamental es relacionar el
número y la clase de nematodos con los daños al cultivo, así como evaluar y seleccionar las
estrategias de manejo. En programas de investigación, el propósito puede ser caracterizar y
entender la dinámica de la población de nematodos.
El muestreo de detección (antes de la siembra o el planteo) permite conocer la población
inicial de nematodos y su distribución geográfica; aspectos que son determinantes en la
prevención de daños en los cultivos, y más aún, cuando los nematodos interactúan con
otros patógenos. De igual manera, es muy importante realizar muestreos periódicos
durante el desarrollo del cultivo, para conocer los nematodos que están presentes y cómo se
van reproduciendo a través del tiempo.
7.2 Patrones espaciales y temporales
Los patrones de distribución espacial y temporal de los nematodos deben considerarse en
forma cuidadosa, independientemente del propósito que se tenga. El patrón espacial
horizontal de los nematodos fitoparásitos en el suelo es típicamente en forma de
“agregados”. Esta forma de distribución induce muchos problemas en la detección y
cuantificación de los nematodos, cuando no se toma el número de muestras apropiado. La
agregación de los nematodos origina manchones de plantas con menor tamaño, amarillentas
o con ambos síntomas. El patrón espacial vertical varía dependiendo del cultivo, tipo de
suelo, especies de nematodos involucradas, entre otros aspectos.
La información sobre el patrón espacial vertical de los nematodos, es esencial para un
muestreo confiable. Los nematodos fitoparásitos generalmente están muy relacionados con
la distribución del sistema radical de los cultivos, es por ello que en los cultivos anuales, la
mayor densidad de la población ocurre en la capa arable del suelo; el género Meloidogyne
no está exento de la consideración anterior, aunque también se ha encontrado a una
profundidad de 120 cm. La distribución vertical de Meloidogyne y otros nematodos puede
cambiar con el tiempo; así durante la primavera la población aumenta en la profundidad
comprendida entre 30-45 cm. El muestreo de nematodos debe basarse en el conocimiento
de la dinámica poblacional estacional de los géneros o especies de interés. La distribución
de los nematodos debe estar representada finalmente en mapas, elaborados en forma
manual o en programas computarizados.
7.3 Importancia de la biología del nematodo y el manejo del cultivo
Los hábitos parasíticos de los nematodos, tipo y número de huevecillos depositados por la
hembra, son aspectos importantes en el muestreo. Los huevecillos pueden ser ovipositados
individualmente, en masas y algunos conservan sus huevecillos enquistes. Los huevecillos
de la mayoría de los nematodos fitoparásitos son difíciles de identificar, en tanto, los
estados juveniles permiten su identificación a nivel de género.
La decisión de colectar raíces y suelo durante el muestreo, depende de la relación
parásito-hospedante del nematodo de interés; en comunidades donde hay endoparásitos y
ectoparásitos es necesario tomar muestras de suelo y raíces, especialmente cuando existe
cierto desarrollo del sistema radical.
La fenología del cultivo y el manejo del mismo inciden en las poblaciones de nematodos,
las densidades más altas se presentan a la mitad del ciclo del cultivo o poco antes de la
cosecha en plantas anuales. Cuando las poblaciones al inicio del cultivo son altas, la mayor
densidad de nematodos puede observarse antes de que la planta cumpla la mitad de su ciclo,
posteriormente empiezan a declinar como resultado de severos daños en el hospedante.
Frecuentemente, las prácticas de manejo afectan las poblaciones de nematodos y, por lo
tanto, deben ser consideradas en la colección de muestras; la labranza de la tierra después
de la cosecha dispersa los nematodos, aunque también induce su muerte, cuando esta
actividad se hace en los meses más calientes del año y que todavía no llueve (Figura 36).
Figura 36. La labranza del terreno contribuye en la disminución de poblaciones de
nematodos fitoparásitos.
7.4 Recomendaciones prácticas para el muestreo de nematodos
Con base en las consideraciones antes mencionadas, a continuación se indican una serie de
recomendaciones prácticas para el muestreo de nematodos fitoparásitos.
7.4.1. Planeación del muestreo
Antes de empezar a muestrear, debe determinarse qué diseño será utilizado en la colección
de las muestras, que cantidad y su tamaño.
7.5. Estratificación del campo
Antes de colectar las muestras, el campo debe ser subdividido de acuerdo a la variación
existente en la textura del suelo, patrones de humedad y cultivos previos, entre otros; a cada
subdivisión se le denomina estrato, y las muestras en cada uno de los estratos se toman por
separado. Finalmente, los datos obtenidos quedan representados en el plano de la
superficie muestreada, facilitando así la identificación de las zonas problemáticas a
consecuencia de nematodos.
7.6 Número de muestras
Cada estrato debe estar representado al menos por una muestra. La cantidad de muestras
a tomar varía considerablemente, en función de la superficie por muestrear, la uniformidad
de las características del suelo, cultivos previos, etc. Para detectar al género Meloidogyne se
recomienda colectar una muestra compuesta por cada dos hectáreas, aunque en campos
muy grandes donde el suelo y los antecedentes del cultivo son similares, una muestra puede
abarcar más superficie. En algunos países el 1 % de los costos de producción del cultivo, es
utilizado en el muestreo de nematodos para proteger la inversión.
7.7. Momento en que debe efectuarse el muestreo
Los muestreos de suelo deben hacerse antes de establecer el cultivo. Esto permite la toma
decisiones oportunas en la prevención de daños por nematodos. Desafortunadamente,
muchos agricultores no lo hacen, y cuando se dan cuenta del problema es por la presencia
de los síntomas. En este momento ya existen daños en el cultivo y las medidas aplicadas
nunca se compararán con las efectuadas antes o al inicio del cultivo. También es
recomendable realizar muestreos periódicos durante el cultivo para identificar qué
nematodos existentes y en qué cantidad. De igual manera, para evaluar el efecto de un
fumigante en el suelo, se deben colectar muestras antes y después de la fumigación;
además, debe darse seguimiento a las poblaciones de nematodos durante el desarrollo del
cultivo. Si se pretende observar la respuesta de diferentes variedades, es necesario tomar
muestras durante el desarrollo del cultivo, y finalmente correlacionar la población de
nematodos con las variables de mayor interés en el cultivo.
7.8 Patrones de muestreo
Existen varios patrones de muestreo. Estos pueden ser al azar o sistemáticos; los últimos
son los más recomendados por su confiabilidad. A continuación aparecen dos esquemas;
uno para cultivos anuales o terrenos preparados y el otro para plantas perennes (Figuras 37
y 38).
Figura 37. Patrón recomendado para colectar muestras de suelo en árboles frutales.
Figura 38. Patrón apropiado para colectar muestras de suelo en ausencia o presencia de
cultivo.
7.9. Datos que debe poseer la muestra
Las muestras deben etiquetarse con los siguientes datos: nombre y dirección del productor,
localización de la superficie muestreada, cultivo establecido o cultivo previo, fecha de
muestreo, tipo de suelo y nombre del colector.
7.10. Procedimiento de muestreo
El procedimiento varía y depende del cultivo. El muestreo en plantas anuales se realiza
colectando suelo y raíces en el área adyacente a la zona radical (a una profundidad de 20-35
cm). La obtención de las muestras debe efectuarse a mayor profundidad después del
barbecho.
7.11. Cuidado y manejo de las muestras de suelo y raíces
Las muestras deben manejarse con cuidado, dado que en éstas se encuentran los
nematodos vivos y es necesario mantenerlos así para facilitar su extracción. Se sugiere que
las muestras no se expongan directamente al sol, ni se compacten, para ello se recomienda
introducirlas en una hielera. En caso de no procesarse inmediatamente se deben conservar
a una temperatura de 10-15°C.
7.12. Detección de Meloidogyne.
El nematodo agallador (Meloidogyne spp.) es el más estudiado en el mundo, porque infecta
una gran cantidad de plantas cultivadas y por los cuantiosos daños que origina en la
producción. El síntoma típico en el sistema radical consiste un engrosamiento y
deformación de las raíces, al cual se le denomina "agallamiento radical" (Figura 39).
Figura 39. Agallamiento radical inducido por el nematodo del género Meloidogyne.
En cambio, la parte aérea de las plantas infectadas por el nematodo antes referido,
manifiestan un menor crecimiento, amarillamiento y menor cantidad y calidad de frutos en
las hortalizas.
Debido a que los problemas del nematodo agallador se han incrementado a consecuencia
de nuevos sistemas de producción, resulta importante señalar las características que
permiten su identificación en estado juvenil y adulto. El nematodo agallador logra
sobrevivir en el suelo como huevecillo o en su segundo estado juvenil, este último permite
su detección en el suelo cuando hay ausencia de plantas hospedantes. Sin embargo,
frecuentemente lo confunden con otros o simplemente no lo detectan, por lo tanto, es
importante precisar sus características para que haya un diagnóstico confiable; la larva es
vermiforme con una longitud de 280-500μ, su cutícula es anillada, la región cefálica no se
presenta separada del resto del cuerpo, el tamaño del estilete varía de 10-20μ de longitud,
asimismo, es delgado y con nódulos basales bien definidos; el esófago es típicamente
tylenchoide, la glándula esofágica está sobrepuesta ventralmente y la cola es conoide
(Figura 40).
Figura 40. Imagen completa del segundo estado juvenil del nematodo agallador.
El género Meloidogyne se caracteríza por tener un marcado dimorfismo sexual,
dado que los machos adultos son filiformes y las hembras adultas poseen forma de pera
(Figura 41). Indudablemente, las características de estos últimos estados permiten su
identificación con mayor precisión; las hembras tienen un tamaño que oscila entre 440-
1300μ, su color a simple vista es blanco y no presentan cola; en la parte posterior del
cuerpo, la cutícula presenta estriaciones ligeras que junto con la vulva y el ano, forman
patrones característicos que permiten diferenciar a las especies, de acuerdo al modelo
perineal que presenten (Figura 41).
Figura 41. La imagen de la izquierda es una hembra del género Meloidogyne, la de la
derecha corresponde al modelo perineal.
Los machos son alargados y presentan una longitud de 1000-1500μ, carecen de bursa o
ala caudal y su cola es redonda y corta.
7.13. literatura citada.
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