morir sin razón

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Page 1: Morir sin razón

Morir sin razón.

Fue un profesor bastante común, común en el sentido de no hacer nada extraordinario másallá de preocuparse por hacer bien su trabajo. Ser justo en la evaluación de sus estudiantes,buscar maneras de lograr que aprendieran, pero fundamentalmente, que fueran mejorespersonas.

No trabajaba por el dinero, entendía que tenía un buen trabajo, el de formar personas, lodel dinero era un accidente, aunque no lo despreciaba. Vivía bien, él pensaba que tenía unsueldo digno y buscaba compensar ese sueldo haciendo bien su trabajo.

Algunas veces imaginaba influir de tal manera en sus estudiantes que pensaba en ser algunaespecie de héroe por hacer lo que le correspondía, en medio de una sociedad dondeempezaba a proliferar la negligencia, la mentira, la simulación, ganar más haciendo menos,ganar más aprendiendo a llenar formatos y manipular las evaluaciones que los estudianteshacían del maestro. Pensaba que podía actuar de una forma distinta. Cada que podíaexhortaba, daba ejemplos, proponía retos a los estudiantes, los movía a pensar en elentorno en que vivían y lo que podían hacer por cambiarlo.

Siempre intentó ser de una pieza, transparente en sus intenciones, en sus palabras yacciones.

Pensó que algo estaba logrando, de alguna manera. Que quizá de 50 estudiantes, tal vez 2le harían caso. Para él, eso era una ganancia.

Una vez una exalumna lo vio en el trabajo y le dijo:

Page 2: Morir sin razón

-Maestro, maestro, ¿le puedo dar un abrazo? Es que ayer soñé que usted moría y algunosde sus alumnos y exalumnos estaban en su entierro.

Al maestro le causó un poco de gracia escucharla, y le dijo:

-Pues me gusta su sueño. Si algunos de mis exalumnos estarían en mi entierro significa quede alguna manera lo que hice fue importante.

Días después, como solía hacerlo de vez en cuando, un sábado por la mañana quiso dar lavuelta por el centro de la ciudad. Compró algunas cosas, comió en algún restaurant ymientras comía pensaba que podía utilizar algunas estrategias distintas para lograr que másestudiantes entendieran la forma de resolver ecuaciones cuadráticas.

Salió del restaurante considerando los posibles reactivos para un examen de recuperación.Caminaba por una calle que servía de atajo para llegar al estacionamiento cuando vio quevenían en sentido opuesto cuatro o cinco muchachos, platicando entre sí. No les prestómás atención. Al pasar ellos junto a él, uno de los jóvenes, uno que estaba medioescondido atrás de los más altos, le asestó un golpe en el rostro que lo mandó al piso.

Antes de caer, ya había perdido el conocimiento.

Los jóvenes se alejaron, felicitando al que había golpeado al maestro. Ni siquiera voltearon.Sabían que el golpe había sido certero.

El maestro estaba en el piso, sin vida. Todo se había terminado en un segundo. No fue unamuerte heroica, ni lenta, sin agonía.

Hay de muertes a muertes.

La muerte es inevitable, sin embargo, está la muerte cuando se da la vida por otra persona.Está la muerte por enfermedad. Está la muerte por un accidente.

Sin embargo, la peor de las muertes, posiblemente es aquella que es fruto de la estupidez,de la sinrazón.

Page 3: Morir sin razón

La muerte de este maestro fue sin sentido, una cobardía. Simplemente, por que unmuchachito, jugando con sus compañeros pensó que era divertido arrebartarle la vida aotra persona con un puñetazo.