monolog mujer adultera

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La mujer adultera Yo también caminé con Jesús… lo conocí en Jerusalén. Él llegó a mi vida cuando yo menos lo esperaba. Había sido condenada por la sociedad a morir, como castigo por el pecado que había cometido…. Todos me querían matar, me habían encontrado en el pecado del adulterio. Me iban a apedrear, así lo dice la ley cuando encuentras a una mujer en adulterio. La vergüenza no me dejaba, todos me señalaban, todos me juzgaban, ya tenían las piedras listas en sus manos para tirármelas, me iban a matar. Los escribas y los fariseos, me llevaron ante Jesús para que él emitiera juicio y me apedreara. Entre los gritos, la multitud, los insultos y la humillación, escuché una voz compasiva que dijo: “El que de vosotros esté libre de pecado, que tire la primera piedra” Yo cerré mis ojos, esperé lo peor, no sabía que iba a pasar, me iban a matar y yo no quería morir. La vergüenza no me dejaba, pero el tiempo pasaba, y yo no sentía nada y en el desespero, abrí mis ojos y allí estaba el sentado, Jesús. Él estaba dibujando sobre la tierra, pero el alzó su mirada y me dijo con una voz tierna, tan dulce, y con perdón me dijo: “Mujer…. Yo no te condeno”.

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Monologo mujer adultera ( Biblia)

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La mujer adultera

Yo tambin camin con Jess lo conoc en Jerusaln. l lleg a mi vida cuando yo menos lo esperaba.

Haba sido condenada por la sociedad a morir, como castigo por el pecado que haba cometido. Todos me queran matar, me haban encontrado en el pecado del adulterio.

Me iban a apedrear, as lo dice la ley cuando encuentras a una mujer en adulterio. La vergenza no me dejaba, todos me sealaban, todos me juzgaban, ya tenan las piedras listas en sus manos para tirrmelas, me iban a matar.

Los escribas y los fariseos, me llevaron ante Jess para que l emitiera juicio y me apedreara.

Entre los gritos, la multitud, los insultos y la humillacin, escuch una voz compasiva que dijo:El que de vosotros est libre de pecado, que tire la primera piedra

Yo cerr mis ojos, esper lo peor, no saba que iba a pasar, me iban a matar y yo no quera morir.

La vergenza no me dejaba, pero el tiempo pasaba, y yo no senta nada y en el desespero, abr mis ojos y all estaba el sentado, Jess. l estaba dibujando sobre la tierra, pero el alz su mirada y me dijo con una voz tierna, tan dulce, y con perdn me dijo: Mujer. Yo no te condeno.

l no me conden, yo estaba viva, l perdon mis pecados.Mi Jess me libr de la mano de los que me queran hacer dao , de los que me queran matar.. El me libr, me dio libertad. Limpio mis pecados, san mi alma.Como no le voy a servir?... A mi salvador. Mi dios me dio libertad, me dio amor, me perdono y gracias a el ahora soy una mujer nueva y vivo para servirle a mi seor.l se convirti en mi salvador. Yo tambin camin, camino y caminare con Jess mi salvador.