moctezuma y cortés i

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Moctezuma y Cortés: el encuentro (I) Nada fácil resultó a los españoles avanzar hacia Tenochtitlan. No obstante, llegaron a Cholula, en donde aún no queda claro si Cortés quiso causar pavor y llevó a cabo la matanza conocida o si, por el contrario, los aztecas, prepararon una emboscada en su contra. Sea como fuere, Cortés continuó su avance y arribó al Valle de México, a Iztapalapa. De ahí partió aquella mañana del 8 de noviembre de 1519 al encuentro con Moctezuma. Tanto Cortés en su segunda Carta de Relación como Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera... nos han dejado noticia del acontecimiento. Ambos coinciden en la impresión que les causó ver llegar a Moctezuma acompañado por nobles señores ricamente ataviados. En palabras del capitán español: Pasado este puente, nos salió a recibir aquel señor Muteczuma con hasta doscientos señores [...] y el dicho Muteczuma venía por medio de la calle con dos señores, el uno a la mano derecha y el otro a la izquierda [...] todos tres vestidos de una manera, excepto el Muteczuma , que iba calzado, y los otros dos señores, descalzos.

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Page 1: Moctezuma y cortés i

Moctezuma y Cortés: el encuentro (I)

Nada fácil resultó a los españoles avanzar hacia Tenochtitlan. No obstante, llegaron a Cholula, en donde aún no queda claro si Cortés quiso causar pavor y llevó a cabo la matanza conocida o si, por el contrario, los aztecas, prepararon una emboscada en su contra.

Sea como fuere, Cortés continuó su avance y arribó al Valle de México, a Iztapalapa. De ahí partió aquella mañana del 8 de noviembre de 1519 al encuentro con Moctezuma. Tanto Cortés en su segunda Carta de Relación como Bernal Díaz del Castillo en su Historia verdadera... nos han dejado noticia del acontecimiento. Ambos coinciden en la impresión que les causó ver llegar a Moctezuma acompañado por nobles señores ricamente ataviados. En palabras del capitán español:

Pasado este puente, nos salió a recibir aquel señor Muteczuma con hasta doscientos señores [...] y el dicho Muteczuma venía por medio de la calle con dos señores, el uno a la mano derecha y el otro a la izquierda [...] todos tres vestidos de una manera, excepto el Muteczuma , que iba calzado, y los otros dos señores, descalzos.