mito edad de oro
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Ovidio, Góngora, CervantesTRANSCRIPT
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Metamorfosis1, LIBRO I VV. 88-108
urea, la edad primera se cre, que sin garante ninguno,
espontneamente, sin ley, la fe y lo recto cuidaba. 90
Pena y miedo2 distaban; ni minaces palabras en fijo
bronce se lean3, ni suplicante la turba tema
las caras4 de su juez; mas estaban, sin garante, seguros.
An no, para que viera peregrino orbe, cortado
de sus montes el pino5 descenda a las lquidas ondas, 95
y aparte sus costas, ningunas conocan los mortales6.
An no las profundas fosas a las ciudades cean;
no tuba de recto bronce, no cuernos de bronce encorvado,
no yelmos, no espada haba; sin empleo de mlite7,
muelles ociosos las despreocupadas gentes cumplan. 100
Tambin inmune del rastro e intacta, y no herida de rejas8
algunas, la misma tierra, por s, daba todas las cosas;
contentos ninguno obligndola- con comidas creadas,
frutos de madroo y montanas fresas cogan,
y cornejos y moras adheridas en duros zarzales, 105
y bellotas que del extendido rbol de Jove9 cayeran.
Primavera era eterna, y plcidos, con auras templadas,
tocaban los cfiros flores sin semilla nacidas.
Ovidio
1 Traduccin y notas de Rubn Bonifaz Nuo. 2 Pena y miedo Posiblemente sea una endadis para significar miedo a la pena. 3 Palabras en fijo bronce Las leyes, en Roma, se grababan en tablas de bronce, y stas e fijaban en los muros de edificios pblicos. 4 Las caras Es plural potico. 5 Cortadoel pino Es decir, convertido en nave. 6 Los mortales Es decir, los hombres. 7 Mlite Es singular de colectivo. 8 Rejas Sin duda, de arados. 9 Del rbol de Jove Es decir, de la encina, consagrada a Jpiter.
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Soledades (I VV. 90-142)
Lleg, pues, el mancebo, y saludando 90
sin ambicin, sin pompa de palabras,
de los conducidores fue de cabras
que a Vulcano tenan coronado
Oh bienaventurado
albergue, a cualquier hora! 95
[]
No, pues, de aquella sierra, engendradora
ms de fierezas que de cortesa,
la gente pareca
que hosped al forastero
con pecho igual de aquel candor primero 140
que, en las selvas contento,
tienda el fresno le dio, el roble alimento
Luis de Gngora
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a nadie le era necesario para alcanzar su ordinario sustento tomar otro trabajo que alzar
la mano y alcanzarle de las robustas encinas, que liberalmente les estaban convidando con su
dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ros, en magnfica abundancia,
sabrosas y transparentes aguas les ofrecan. En las quiebras de las peas y en lo hueco de los
rboles formaban su repblica las solcitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquiera mano,
sin inters alguno, la frtil cosecha de su dulcsimo trabajo. Los valientes alcornoques
despedan de s, sin otro artificio que el de su cortesa, sus anchas y livianas cortezas, con
que se comenzaron a cubrir las casas, sobre rsticas estacas sustentadas, no ms que para
defensa de las inclemencias del cielo. Todo era paz entonces, todo amistad, todo concordia
[] se decoraban los concetos amorosos del alma simple y sencillamente, del mismo modo
y manera que ella los conceba, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos.
No haba la fraude, el engao ni la malicia mezcldose con la verdad y llaneza. La justicia se
estaba en sus propios trminos, sin que la osasen turbar ni ofender los del favor []