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ZULO miguel pueyo

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Individual Horno. Ciudadela Ayuntamiento de Pamplona Del 11 de marzo al 11 de abril de 2004

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11 de marzo al 11 de abril de 2004Horno de la Ciudadela de Pamplona

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ExposiciónOrganizaInstituto Navarro de Deporte y JuventudGobierno de NavarraColaboraAyuntamiento de PamplonaGalería Moisés Pérez de AlbénizComisariadoAlicia EzkerEncuentros 2003JuradoXabier MorrásMoisés Pérez de AlbénizJuan ZapaterOrganizaInstituto Navarro de Deporte y JuventudGobierno de NavarraGestiónIntro ComunicaciónPatrocinaDiario de NavarraCaja NavarraCadena 100

CatálogoEditaInstituto Navarro de Deporte y JuventudGobierno de NavarraDiseñoMiguel PueyoFotografíasGalería Moisés Pérez de AlbénizMiguel PueyoTextosAlicia EzkerNacho RuizÍñigo ZabalzaMiguel PueyoAgradecimientosAlicia Ezker. Nacho Ruiz, Moisés Pérez de Albéniz y Javier Manzanos. Patxi López, Pedro María Martín de Andrés, Javier Pueyo e Iñigo Zabalza. Adolfo, Luis, Jesús, Fernando, Santi, Raúl e Igor. Y Adriana.ImpresiónLinegrafic S. A.D. L: NA.481-2004

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Al otro lado del túnelAlicia Ezker Calvo

Las obras de arte son instrumentos especialmente adecuados para llamar la atenciónsobre la violencia radical escondida en la mirada y suscitan un análisis del lenguaje en

cuanto eventual vehículo de violencia. Valeriano Bozal

Creo que hay que creer en el arte social. En el artista que mira más allá de lasparedes de su estudio para integrar su mirada individual en la necesaria miradacolectiva. En el arte sin fronteras, en el arte libre, en el arte que provoca sin pre-tender la provocación gratuita, que comparte la necesidad de remover las con-ciencias demasiado asentadas, en el arte que trasgrede y que se atreve, quearriesga y trata de que el espectador arriesgue con él. Arte inconformista, queavanza y está, por tanto, vivo. Creo que hay que creer en todo aquello quecomo espectadora me haga pensar y sentir por encima o por debajo de su apa-riencia estética y de sus planteamientos plásticos (siempre necesarios comopunto de partida). Pero no creo que el artista sea quien para dar consejos ni paraplantear soluciones y mucho menos ante los grandes conflictos. El arte es y hasido siempre una ficción, mire hacia donde mire, una mera representación dealgo creado por alguien. Algo que, en definitiva, uno no puede tomar muy enserio. El pasado mes de enero, el embajador de Israel en Suecia, Zvi Mazel, acu-dió a una exposición en el Museo Histórico de Estocolmo sobre el genocidio,enmarcada en una Conferencia Internacional sobre ese mismo tema. Uno de losartistas, Dror Feiler, israelí como el embajador, creó una instalación tituladaBlancanieves, la locura de la verdad, que consistía en una fuente rectangularllena de agua roja -símil de la sangre- en la que flotaba un barco que portaba unretrato de la suicida Hanadi Yaradat, que mató a 21 personas el año pasado alinmolarse en la ciudad de Haifa. El embajador destruyó la obra al considerarla"una distorsión obscena de la realidad". El artista sólo había querido con ello "lla-mar la atención de cómo la gente débil y solitaria es capaz de hacer cosas horri-

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bles". Sin duda un lamentable incidente que pone de manifiesto la compleja rela-ción entre el arte y determinadas cuestiones sociales como el terrorismo y la vio-lencia y, lo que es más grave, la falta real de libertad de creación a la que seenfrentan hoy en día muchos artistas. Ejemplos como el ocurrido en Estocolmosaltan cada día a las páginas de los periódicos, dejando constancia de quecorren tiempos difíciles para determinados planteamientos artísticos.Vivimos rodeados de violencia y, por tanto, la violencia condiciona nuestra viday, en tanto que el artista adquiere en su obra de arte un compromiso social y vital,es normal que el arte represente la violencia, con la libertad individual de cadacreador. Porque representar no es legitimar, ni escandalizar, ni provocar, sino inci-dir desde el arte en un aspecto de la vida a veces maquillado y ocultado por lospoderes. Lo que el arte casi siempre propone cuando se adentra en este terrenomovedizo, no es otra cosa que plasmar la brutalidad de la violencia para que seael espectador quien reflexione y, en definitiva, juzgue por sí mismo. La realidad que el arte representa nunca es la realidad. El reto del artista es conseguir emocionar al espectador, sea cual sea la direcciónde esa emoción -que puede ser también de rechazo o negación- ante repre-sentaciones que sabemos ficticias.De realidad, ficción, terrorismo y violencia habla el último proyecto artístico deMiguel Pueyo (Pamplona, 1974), quien da un giro importante en su trayectoria aladentrarse en un ambicioso y complejo trabajo en el que plantea múltiples cues-tiones y reflexiones en torno al terrorismo y a la violencia que éste lleva implícita.Aquellos túneles de luz de sus primeros años de trabajo, aquellas fantásticas y fan-tasiosas ventanas hacia el infinito, sus "gusanos" inquietantes que le servían paraplantear el papel de los medios de comunicación en la realidad -en un guiñopostmoderno que siempre le ha acompañado-, las cajas de luz... eran todo obrasluminosas y claras, artilugios indefinibles, a veces rudamente acabados. La luz erala puerta de entrada y de salida. Ahora de pronto esa luz se ha oscurecido. Eltúnel, antes esperanzador, se presenta inquietante, lúgubre y angustioso porque,

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aún a oscuras, es necesario avanzar por él. En ese viaje tenebroso no renuncia alhumor y la ironía con los que trata de abordar un proyecto con el que se sumer-ge más que nunca en lo que él mismo llama "la conciencia social".La violencia, como el terrorismo, son herramientas del mal y el mal siempre haestado presente en el arte, sobre todo en la pintura, porque desde la represen-tación de algo incomprensible y oscuro el hombre trata de arrojar alguna luz. Enel momento actual, la masiva difusión de la violencia por parte de los medios decomunicación, sobre todo audiovisuales, ha hecho del terror algo familiar y coti-diano, a pesar de su rechazo. Violencia de género, terrorismo, abusos a menores,genocidios, matanzas étnicas, guerras... Como escribía Valeriano Bozal en unseminario sobre la violencia en el arte, "La familiaridad, tolerancia o legitimaciónde la violencia debilita la conciencia colectiva e individual del daño, que tieneen ella su instrumento preferido, y contribuye a un fenómeno característico delmundo contemporáneo: la acomodación a la barbarie. Las obras de arte inci-den sobre estos procesos y lo hacen de modo determinante cuando producenintensos efectos emocionales". Todas estas reflexiones son válidas a la hora de mirar el nuevo trabajo de MiguelPueyo. En estas nuevas obras y en otras que tiene en su estudio, esa especie degran taller en el que almacena los cientos de materiales y objetos con los que vadando forma a sus ideas, Miguel Pueyo ha llevado el terrorismo al terreno del arte.Cualquiera puede identificar su postura con el entorno en el que vive, Navarra yel País Vasco, pero su pretensión ha sido separase de cualquier lugar para plan-tear su argumento de una manera objetiva y casi amoral, sin posicionarse, paraque las piezas se puedan entender en cualquier entorno, exista o no la amenazadel terrorismo. Como artista, reflexiona y da forma a su reflexión sin posiciona-mientos. Lo que sí hace Pueyo es apropiarse de los roles que tiene el terror:Amenazados, escoltas, políticos, secuestrados, zulos, bombas, terroristas... para,utilizándolos como objetos artísticos, plantearlo todo sin mostrar nada. No obs-tante, a pesar de esa universalidad con la que envuelve su trabajo, ha creadouna pieza, una gran Línea roja a modo de frontera, para que cada cuál la colo-que allí donde crea que debe estar el límite. Cualquier límite.

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En esta idea, Miguel Pueyo se apoya más que nunca en la fotografía. Si hastaahora era sobre todo un escultor y un creador de instalaciones, ahora tambiénutiliza este soporte, en algunos casos como fotografía pura y en otros con proce-sos de tratamiento digital, montaje y retoque.Nada en este proyecto es real pero todo lo parece. Lo único real es aquello enlo que se inspira para crearlo, la existencia de una amenaza. Una realidad oscu-ra que le ha obligado a apagar la luz, el elemento que hasta ahora definía su tra-bajo. El camino está iniciado. De todo este conjunto de obras, las que más relación guardan con su trabajoanterior son aquellas que él denomina Artefactos. Piezas creadas con luz, cablesy otros materiales que alertan al espectador de que se encuentra ante un peli-gro, en algunos casos virtual y en otros real, ya que si toca o se acerca demasia-do a la pieza, puede dañarse con ella. Arte que agrede.La serie Secuestrado se compone de tres fotografías, una del rostro del supuestosecuestrado y dos fotomontajes a partir de esa misma imagen. En ellas se ve auna persona privada de libertad desde diferentes puntos de vista, como en unreconocimiento policial o una secuencia de identificación. Esta serie se comple-ta con otra similar dedicada a los Escoltas, que en este caso más parecen losBlues Brothers y una tercera titulada Presidente, una ácida mirada hacia elNacionalismo vasco. Todas son inquietantes y divertidas al mismo tiempo porquePueyo descansa en la ironía y el humor para alejarse intencionadamente del dra-matismo. A partir de múltiples fotografías de escoltas (dos sujetos casi clónicos que se colo-can en las más diversas situaciones), trata temas que van desde la homosexuali-dad, la intimidad o la violencia hasta llegar al mundo del arte, algo que siempreestá presente en sus creaciones. Con estas fotos, todas del mismo tamaño, haconstruido unos Edificios, en el que habitan sus personajes. La apariencia es unacomposición de ventanas en cada una de las cuales "ocurre algo, ya ha ocurri-do o está a punto de ocurrir". Con este proceso constructivo Pueyo vuelve así alterreno de la escultura, el medio en el que mejor da forma a sus ideas.

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Miguel Pueyo cierra esta primera fase de su viaje por las entrañas del terrorismocon una instalación rotunda y, sin duda, lo mejor de todo su planteamiento.¿Quién se ha sentido alguna vez realmente sin libertad? ¿Quién se ha visto en unasituación límite? ¿Serías capaz de entrar a un lugar en el que quieren retenertecontra tu voluntad? Para ello, construye un zulo real para secuestrados ficticiospero aparentemente reales. Quizás muchos piensen, al ver algunas de estas piezas de manera aislada, queMiguel Pueyo es demasiado frívolo porque se ríe de un tema muy serio. Otros, encambio, agradecerán que alguien les haga reflexionar sobre una realidad con laque todos convivimos y que demasiadas veces la percibimos distorsionada enfunción de nuestros propios intereses ideológicos o partidistas, o filtrada interesa-damente a través de medios de comunicación mucho más frívolos que cualquiermirada artística. En casi toda la obra de Miguel Pueyo se mantiene la frontera entre arte y reali-dad aunque finalmente la rompe en la instalación del zulo. Rompe también la dis-tancia entre el espectador y la obra, adquiriendo un cierto aire de teatralidad. Ensu instalación hay protagonistas y espectadores, una opción que cada uno eligelibremente en el momento en que se sitúa ante el proyecto. La idea no es nuevay otros muchos artistas la han utilizado en los últimos años. Basta recordar la ins-talación de Santiago Sierra en la bienal de Venecia en el Pabellón de España, enla que sólo los ciudadanos españoles con DNI o pasaporte legal podían accedera su interior. Se trata de renunciar al espectador pasivo. En el arte y en la vida. El reto está enla mirada.

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1 Martín González, J.J., Historia del Arte. Madrid, 1994. pag. 515. Este tema es recurrente enla obra de Edwin Panofsky como en la de Gombrich, y constituye la piedra angular delpensamiento panofskiano en la trascendencia del arte sobre el formalismo wolffliniano.2 Plinio. Textos de Historia del Arte. Madrid, 1987. pag. 78.

Luz al final del túnelNacho Ruiz

Cuando concebía Saint Denís en el siglo XIII, el Abad Sugger - muy en contra delo que postulaba San Bernardo 1 - abrió las paredes de su templo a la luz, que per-mitía valorar los tesoros de la Ciudad de Dios, no pensó solamente en los ele-mentos arquitectónicos convencionales. La luz era, en sí misma y gracias a susconnotaciones, su baza, la que hacía girar todas las columnas y muros (o laausencia de ellos ) en torno al camino divino que ésta marcaba. La aurora pene-traba por los vitrales alumbrando las bóvedas, acompañando los maitines, des-cribiendo el camino celestial, en una concepción panteísta que tiene muchoque ver con la esencia pagana de los ritos cristianos. Sugger creó una esceno-grafía minimalista para la materialización de la función suprema, de la obra dearte divina de la creación; la luz.No se ha escrito la historia de la luz. De la luz como elemento cultural central a lolargo de la Historia, la Filosofía y el Arte, tanto como para la Ciencia. La luz queha contaminado la mitología, que ha su vez constituye una de las bases del artehasta hace poco más de un siglo: El arte nació de la luz. Plinio nos cuenta comolos egipcios inventaron, seis años antes de pasar a Grecia, la pintura, al circuns-cribir en la pared la sombra de una persona iluminada por una vela 2. La luz nece-saria para reconocer los contornos de lo que se va a retratar, luz que proyectasombras también en la caverna platónica. Luz como camino a la santidad, en losrompimientos de gloria, para los pintores del siglo XVII, luz como elemento cientí-fico sobre el que apoyar una nueva percepción del arte, en los impresionistas, luzen la fotografía (literalmente escribir con luz), luz en el arte póvera, la luz de NamJune Paik… historia del arte como historia de la luz.

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Conceptos de belleza asociados a la luz, a la mística y a la ciencia, referentes dela Historia del Arte, como en el caso recurrente de Mario Merz y su utilización delas teorías de Fibonacci, matemático del siglo XIII, que creó una secuencia en lacual cada número es la suma de los 2 anteriores, es decir, 1,1,2,3,5,8,13… y asíhasta el infinito. Esta secuencia, utilizada por Mario Merz en la instalación lumino-sa de la Mole Antoneliana, en Turín, define un infinito doble, es decir, a través dela creciente secuencia numérica y a través de la infinita proyección de la luz uti-lizada en los neones de cada número. Todo ello planteado sobre la base esoté-rica que Turín, la capital mundial de lo paranormal, y el propio edificio plantean.Infinito sobre infinito, sobre infinito: luz, sobre luz, sobre luz.Hoy la televisión describe en la penumbra de nuestros hogares un camino de luzque no pretende llevar al paraíso, más bien directamente al último círculo delinfierno de Dante. Paradójicamente somos conscientes de ello y lo seguimos, fas-cinados.En el trabajo de Miguel Pueyo la luz participa de diversos aspectos. El místico, laluz que transita del azul al rojo, del cielo al infierno: el metafísico del reflejo infini-to, el reflejo de la ya citada caverna de Platón, con uno mismo reflejado, la ilu-sión como base de un trabajo materialmente voluminoso y formalmente com-plejo; finalmente, la imagen en una pantalla de televisión, el arte como acciónnecesariamente política, el arte como campo de reflexión en una sociedad, laactual, en la que el terror es una constante en nuestras vidas. Estamos frente auna obra que ha basculado en los últimos años desde la experimentación a lamadurez, marcada esta última por el compromiso social.En el debate forma-fondo, Miguel llega a una conclusión: el fondo, dentro de for-mas de expresión codificadas, requiere concesiones. Todos los que han escritosobre su trabajo han recalcado el paso de un procedimiento formal riguroso al

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aparente desprecio por este, lo que se detecta en la presencia de los cables,maderas etc.. Sin embargo estos son parte de un concepto estético nada ajenoa Kabakov. En la obra de Pueyo es patente una evolución que va de la ya alu-dida investigación formal a una necesidad de contar cosas. La belleza ya no esel único elemento; belleza, por otra parte, inherente a las piezas aunque el artis-ta se plantee cuestiones fundamentalmente sociales y filosóficas, cada vez demayor calado. En la ecuación enunciada por Beuys: Arte = vida, la obra de artese debate desde hace casi un siglo entre el objeto de decoración de casas bur-guesas y otra cosa. Si nos situamos en el terreno de esta otra cosa, estamos inten-tando ir más allá del tópico del arte, que, más que arte, corre el peligro de con-vertirse en artesanía. Cuidado, artesanos, la historia no os llamará artistas.Esto va, volviendo al trabajo actual de Miguel Pueyo, más allá que la evolucióndel minimalismo hacia la reconstrucción posmoderna, desde mi punto de vista.La pregunta es más que lógica ¿Por qué un artista prescinde -aparentemente-del rigor formal, concienzudamente ensartado en el proceso de formación, seacual sea la academia?. Quizá esto sucede al llegar el artista al convencimientode la necesidad de una implicación moral del arte. Quizá al llegar a la conclu-sión de su valor dentro de la sociedad actual. El artista se siente dueño de uncódigo difícilmente accesible, y reivindica este valor de su trabajo más allá delprimer paso de la cultura de salón. El artista mira directamente al espectador, alos ojos, y le dice "todo está frente a ti, sólo tienes que mirarlo, aunque para llegara comprenderlo tendrás que seguir un camino inevitable". Se acabaron las con-cesiones.La claridad es fundamental en lo que uno hace y lo que uno dice. Resulta sor-prendente que un artista renuncie a la máscara y hable con total franqueza, másallá de esa herencia malvada de los enciclopedistas de la Ilustración, que inten-taron hacer del arte algo casi ingenuo, didáctico, demasiado gratuito. No, el

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artista, generosamente, pone la mitad, el espectador, para ser tal, ha de educarsu mirada.Corremos el peligro de interpretar la obra de Miguel Pueyo en torno a la luz y losdistintos aspectos tratados en este texto. Esto sería incompleto, y a la vista está laincursión multidisciplinar 3 del artista y su implicación dentro del sistema del artecomo gestor cultural. Podríamos considerar que trabaja a todos los niveles den-tro de este sistema inevitable que, en palabras de Juan Antonio Ramírez, aunqueno es perfecto, es el menos malo que tenemos. El interés de Miguel Pueyo por lafilosofía, que se desprende no sólo de su obra, también de sus textos 4 hace su tra-bajo aún más singular, y permite una metáfora con sus piezas especulares, el filó-sofo mira al artista, el artista refleja al filósofo. Desde Danto, los filósofos se adue-ñan del arte, creando las directrices. ¿qué ocurre cuando el artista se adueña dela Filosofía?

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3 En este sentido resulta importante revistar su trabajo Wer ist noch an politischen parteieninteressiert y su vinculación al Land Art.4 Pueyo, Miguel. Texto en La ciudad Recreada, Pamplona 2003, pag. 110.

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ZuloIñigo Zabalza

Proyecto ZuloMiguel Pueyo

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ZULOIñigo Zabalza. Abogado

ZULO. el término.Tomando un diccionario de lengua vasca; zulo, sufijo que unido a sustantivo esapegado o unido a algo o alguien (amazulo, etxezulo). Como sustantivo equiva-le a agujero o cavidad.Zulo, según un diccionario de lengua castellana, es un sustantivo masculino quesignifica, y cito literal:“Agujero excavado en tierra para esconder algo que se oculta a la policía. A.Lumbreras Abc 5.4.86, 23: María Jesús Muro Aguirre, detenida en la localidad deVillar de Álava, a unos diez kilómetros de Logroño, donde también se ha descu-bierto un zulo se encuentra en la actualidad en la Comandancia de la GuardiaCivil de Pamplona y se le ha aplicado la legislación viegente en materia de ban-das armadas. Ya 15.2.86 El botín del robo al Hispano esta enterrado en un zulo deItalia. Ya 13.12.86 Zulo de heroína en el camposanto”.Me resulta difícil expresar la reacción de sentimientos, contradicciones, e inclusoideas de rechazo que me suscita el planteamiento que nos realiza miguel pueyoa todos y cada uno de nosotros.Vaya por delante que navarro y vasco soy y, como tal, vivo y actuo en una socie-dad que tiene ante si el ineludible reto de dar una salida a un conflicto en el que,necesariamente, hemos de hablar entre todos y de todo. Tenemos contraído uncompromiso como sociedad y Pueblo que somos, para decidir acerca de nues-tro propio futuro, sin zulos que, tanto desde dentro como desde fuera, quierancondicionar esta decisión.La propuesta artística que se nos presenta, repleta de simbología y circunstanciasde la realidad vasconavarra, está plagada de sugerencias, desde una toma deposicionamiento bien definida, que provocarán, a buen seguro, dispares y nutri-das opiniones. En primer lugar, por la temática elegida por el autor y, en segun-do lugar, por la forma y los elementos que integran la propia obra.

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Intencionadamente, nadie quedará indiferente.Quizás la anulación de la indiferencia es la vocación primordial de este proyec-to denominado "zulo".Ninguno de los símbolos y personajes y vehículos de expresión que se empleanpara dar forma a la obra, agotan, de por si, la realidad vasconavarra.

ZULO. miguel pueyo."Zulo" es el desafío incontrolado que plantea miguel pueyo, tanto en la elecciónde la temática como en la configuración y concepción de la obra frente alespectador quien, en última instancia, con la sinceridad subjetiva que suponetoda manifestación artística, toda ella radicalmente válida y necesaria, experi-mentará la reacción que le provoque.Ideas y sentimientos pueden confundirse en ininteligibles planos, sin guardarorden y mesura. Comprensión y recelo. Lucidez de ideas y ofuscación de mentes.Compromiso o lejana indeferencia. La verdad de un Pueblo o el precipicio de lasverdades que en él conviven. Es en definitiva, el sincretismo de pareceres y sen-timientos de una realidad.Puede entenderse también como una invitación, aderezada por descaradasprovocaciones, a una toma de posición respecto a un conflicto que, bajo mipunto de vista, miguel pueyo plantea con una decidida parcialidad, a la quetodo artista está habilitado en su expresión.Podrían haberse creado otros "zulos", en otros escenarios, con otros personajes,con otros mensajes e incluso con otras provocaciones. Este es el "zulo" del autor,y sólo suyo. Otros, entre los que me incluyo, habríamos creado o imaginado otros"zulos", con o sin éstos actores. Faltan otros muchos. Imagínelos o creélos el pro-pio espectador.Mientras..., disfruten este.Enero 2004

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Proyecto ZULOMiguel Pueyo

Proyecto ZULO es la recreación de un espacio de angustia y dolor. El Horno de la Ciudadela de Pamplona es el espacio elegido en el que realizar,por sus condiciones de humedad, oscuridad y frío, la construcción del proyecto;un pequeño habitáculo de dos metros de largo, uno y medio de ancho y unmetro setenta de alto, iluminado únicamente por una tenue bombilla de 40 vatiosy equipado con un catre, un cajón de madera y una lata roñosa para los orinesAl zulo se accede por un angosto túnel que, poco a poco, se va estrechandohasta llegar a la mínima puerta que nos da acceso al espacio.El exterior del zulo está formado por las estructuras necesarias que conforman suconstrucción: bastidores para los tabiques de madera con sus soportes laterales,el cableado necesario para la iluminación interior y cuatro altavoces conectadosa un equipo de audio e integrados en la estructura de madera.Existen dos entradas para acceder al Horno de la Ciudadela. Dependiendo delas características de la instalación que en cada momento haya, se opta por uti-lizar una u otra. En este caso será el espectador el que decida por cuál de las dosquiere entrar. Si opta por la puerta principal, accederá al interior del zulo, pero antes deberáaceptar una condición: ser realmente secuestrado. Será despojado de aquellaspertenencias que le permitan comunicarse con el exterior y será encerrado en elinterior del zulo por un tiempo no inferior a 10 minutos ni superior a tres días. Antes de entrar en el zulo habrá de dar su consentimiento por escrito y asumir lasconsecuencias de su encierro, sean éstas cuáles sean. La persona al cargo de suencierro tiene órdenes expresas de ignorar las protestas, súplicas o gritos del

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secuestrado una vez que éste accede al interior de la instalación. El valienteespectador, ávido de sensaciones, habrá optado por ser el protagonista de laobra.Por contra, si el espectador no se atreve a participar de la experiencia directa-mente, podrá optar por penetrar al interior del Horno a través de la entrada late-ral, cuyo acceso será libre y sin condiciones. Podrá ver, entonces, el artificio de laconstrucción y contemplar los tablones, listones, paneles y engranajes que con-forman la pieza, contemplar el lado teatral y ficticio de la obra. Accederá entrebastidores a la función y podrá escuchar los sonidos, gritos, gemidos, de la per-sona que en esos momentos esté encerrada en el zulo. Será el telespectador que,cómodamente sentado en su sillón y sin riesgo alguno, contempla los desastres ylas desgracias ajenas. Habrá optado, por lo tanto, por ser el espectador de lafunción.Las dos posibilidades de acceder al interior del zulo son excluyentes. Un visitanteno puede ser, al mismo tiempo, actor y espectador, de modo que aquellas per-sonas que no hayan osado participar del cautiverio y, por lo tanto, hayan visto elesqueleto y los secretos de la construcción, tendrán vedada la entrada a su inte-rior. Así mismo, aquellas personas que se hayan atrevido a ser secuestradas nopodrán contemplar la parafernalia que ha rodeado su cautiverio y podrán seguirdisfrutando de una experiencia real

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Zulo (boceto del exterior)Medidas variables

Instalación

proyecto ZULO escala 1 : 30 aproxautor MIGUEL PUEYO fecha proyecto NOVIEMBRE 2003vista EXTERIOR DE ESTRUCTURA Y BASTIDORES realización del proyecto MARZO 2004

BASTIDORES

ESTRUCTURAS DE MADERA

EQUIPOS DEAUDIO

ACCESO ALZULOZULO

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OBRAS EN CATÁLOGO

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Sin Título (Artefacto 01) (detalle del interior)90 x 200 cm.

Acero, material eléctrico, espejos26

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Sin Título (Artefacto 01)90 x 200 cm.

Acero, material eléctrico, espejos 27

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Sin Título (Artefacto 02)Medidas variables

Acero, material eléctrico, espejos28

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Sin Título (Artefacto 02)Medidas variables

Acero, material eléctrico, espejos 29

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Sin Título (Artefacto 03) (detalles)Medidas variables

Acero, material eléctrico, madera, espejos30

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Sin Título (Artefacto 03)Medidas variables

Acero, material eléctrico, madera, espejos 31

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Sin Tít

ulo (E

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.Fot

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35Sin Título (Edificio 01) (detalles)

200 x 100 cm.Fotografía digital sobre aluminio

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3737Sin Título (Edificio 01) (detalles)

200 x 100 cm.Fotografía digital sobre aluminio

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Sin Tít

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Sin Título (Edificio 02) (detalles)200 x 100 cm.

Fotografía digital sobre aluminio 41

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Sin Título (Edificio 02) (detalles)200 x 100 cm.

Fotografía digital sobre aluminio 43

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Sin Título (Escolta 01)295 x 51 cm.

Fotografía digital sobre aluminio 45

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100 escoltas 01100 x 100 cm.

Fotografía digital sobre aluminio 47

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Sin Título (Presidente 01)195 x 72 cm.

Fotografía digital sobre aluminio 49

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Sin Título (Secuestrado 01)450 x 50 cm.

Fotografía digital sobre aluminio 51

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Sin Título (Línea roja)(Detalles)1080 x 300 cm. (Escala 1: 6.500 cm.)

Instalación52

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53Sin Título (Línea roja)(Detalles)

1080 x 300 cm. (Escala 1: 6.500 cm.)Instalación

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Miguel PueyoPamplona, 19742002 Estudios de Filosofía. Universidad de Educación a Distancia UNED. Pamplona. En el ori-gen, miradas. Taller de fotografía con Blas Campos. Museo de Navarra. Pamplona1998/00 Cursos de Doctorado. UPV-EHU. Vizcaya1993/98 Licenciado en Bellas Artes. UPV-EHU. VizcayaExposiciones Individuales (selección)2004 Zulo. Horno. Ciudadela. Pamplona. Individual. Galería Casaborne. Antequera2003 ST. Museu d´Art Modern. Tarragona2001 Jóvenes Artistas. Premios 2000. Armas. Pamplona. Navarra. Ayudas a la Creación.Museo Gustavo de Maeztu. Estella. Navarra. Bon appétit. Ayuntamiento de Aoiz. NavarraExposiciones colectivas (selección)2004 ARCO´04. Stand Galería Moisés Pérez de Albéniz. Premio Joven UCM. UniversidadComplutense. Madrid. Transversales. Ayuntamiento de Pamplona2003 I Certamen de Arte tecnológico Beep Art. Les Cotxeres del Palau Robert. Barcelona.70´s. Setentas. Galería Moisés Pérez de Albéniz. Pamplona. V Convocatoria Internacionalde Jóvenes Artistas. Galería Luis Adelantado. Valencia. II Concurso de Artes Plásticas.Universidad de Zaragoza. Encuentros 2003. INDJ. Galería Arteclío. Pamplona. La CiudadRecreada. Sala de Exposiciones de Conde Rodezno. Pamplona. 2002 V Certamen Premio Joven de Pintura UCM. Universidad Complutense de Madrid.Certamen Jóvenes Creadores Madrid 2002. Museo de la Ciudad. Madrid. Europa. Mixtos.Pamplona. Navarra. Biennal d´Art 2002. Museo de Arte Moderno. Tarragona. A JoaquínPascal. Zapatería, 40. Pamplona. Navarra. IV Curso de Arte. Zuloaga Etxea. Hondarribia.Guipúzcoa

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CURRICULUM

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2001 VIII Bienal de Artes Plásticas del Ayuntamiento de Pamplona. Amas. Pamplona.Navarra. Interactive Key Ligth Art. Galería Pilar Parra. Kapital. Madrid. Arte NavarroContemporáneo. Colecciones de Gobierno de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona.1975-2000. Armas. Pamplona. Navarra. XV Premio Navarra de Pintura. Museo de Navarra.Pamplona. Navarra. Generación 2001. Premios y Becas de Arte Caja Madrid. Itinerante:Madrid, Sevilla, Valladolid, Barcelona, Bilbao, Valencia. Oinez´00. Mixtos. Pamplona.Navarra2000 Pamplona Jóvenes Artistas 2000. Mixtos. Pamplona. Navarra. Biennal d´Art 2000.Museo de Arte Moderno. Tarragona. II Premio Navarra de Escultura. Museo de Navarra.Pamplona. Navarra. Colección de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona.Últimas adquisiciones. Zapatería, 40. Pamplona. NavarraInstalaciones y proyectos2002-04 Wer ist noch an politischen parteien interesiert. Homenaje a Joaquín Pascal.Intervención al aire libre. Unzué. Navarra2002 Sin título. Intervención en espacio público. Campus de la Universidad Pública de Navarra Menciones, Becas y Premios2003 V Convocatoria Internacional de Jóvenes Artistas. Galería Luis Adelantado. Valencia.Segundo Premio II Concurso de Artes Plásticas. Universidad de Zaragoza. Primer Premio deartes plásticas. Encuentros 2003. Instituto Navarro de Deporte y Juventud2002 Beca para exposición individual. Museu d´Art Modern de Tarragona. Mención deHonor V Certamen Premio Joven de Pintura. Universidad Complutense de Madrid.Mención de Honor Certamen Jóvenes Creadores Madrid. Ayuntamiento de Madrid.Segundo Premio de escultura Biennal d´art 2002. Museu d´Art Modern. Tarragona2001 Beca V Concurso de Formación y Promoción de las Artes Visuales. Fundación Arte yDerecho. Vegap. Madrid. Beca del Círculo de Bellas Artes de Madrid. IV Curso de Arte.Ayuntamiento de Hondarribia, Adquisición de obra2000 Segundo Premio Pamplona Jóvenes Artistas 2000. Ayuntamiento de Pamplona.Adquisición de obra. Mención de Honor. Pamplona Jóvenes Artistas 2000. Ayuntamiento

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de Pamplona. Beca de Ayudas a la Creación en Artes Plásticas y Fotografía.Gobierno de Navarra1999 Mención de Honor II Premio Navarra de Escultura. Museo de Navarra. Adquisición deobra. Adquisición de obra Colección de Arte Contemporáneo. Ayuntamiento de Pamplona. Obra en coleccionesGalería Moisés Pérez de Albéniz. PamplonaGalería Luis Adelantado. ValenciaUniversidad de ZaragozaMuseu d´Art Modern de TarragonaInstituto Navarro de Deporte y Juventud. Gobierno de NavarraAyuntamiento de Hondarribia. GuipúzcoaMuseo de NavarraAyuntamiento de PamplonaBibliografíaROSÉS, Assumpta. El cel i l´infern, una il-lusió des del purgatori

El Punt. 27 de julio de 2003SALCEDO, Antonio. Metáforas del mundo actual

Ed. Diputació de Tarragona. ISBN: 84-95835-20-XMANZANOS, Javier. Instalación en el Campus de la UPNA

Ed. Universidad Pública de Navarra. 2001OLIVER, Conxita. Biennal d´Art Modern

Ed. Diputació de Tarragona. ISBN: 84-95835-13-4SALABERRI, Pedro. Ayudas a la Creación 2000

Ed. Museo Gustavo de Maeztu. Estella. 2001GUTIÉRREZ, Salvador. Bon appétit

Ed. Grupo Bilaketa. 2001BRIHUEGA, Jaime. XV Premio Navarra de Pintura

Ed. Museo de Navarra. D.L: NA-195-2001ZUBIARUR, Javier. Nafarroa Oinez´00

Ed. Ayuntamiento de Pamplona. D.L: NA-2491-2000AZPEITIA, Angel. II Premio Navarra de Escultura

Ed. Museo de Navarra. D.L: NA-1199-2000

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