miguel de unamuno: di tÚ que he sido (antología completa)

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XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos Antología en homenaje a Miguel de Unamuno Di tú que he sido

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Antología de Miguel de Unamuno

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  • XV Encuentrode Poetas Iberoamericanos

    Antologa en homenaje a Miguel de Unamuno

    Di t que he sido

    Di t

    que h

    e sido

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  • DI T QUE HE SIDO

    XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos(Antologa en homenaje a Miguel de Unamuno)

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  • DI T QUE HE SIDOXV Encuentro de Poetas Iberoamericanos

    (Antologa en homenaje a Miguel de Unamuno)

    Antlogo y coordinadorALFREDO PREZ ALENCART

    IlustracionesMIGUEL ELAS

    Di t que he sido Libro_Maquetacin 1 11/09/12 07:31 Pgina 5 (Negro plancha)

  • Fundacin Salamanca Ciudad de Cultura, autores

    y herederos de Miguel de Unamuno

    Seleccin, prlogo y notas:Alfredo Prez Alencart

    Ilustraciones:Miguel Elas

    Comit asesor del XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos Carlos Aganzo

    Jos Mara Muoz QuirsHugo Milhanas Machado

    Juan Antonio Gonzlez IglesiasEva Guerrero

    Javier Burguillo

    Ilustracin portada:Di t que he sido

    (Pintura de Miguel Elas)

    Correccin de textos:Jacqueline Alencar Polanco

    ISBN: 978-84-96603-89-9Depsito Legal: S. 521-2012

    Impreso en Salamanca,en los talleres de Graficas Lope

    Pedidos: Fundacin Salamanca Ciudad de CulturaTelf.: +34 923 281716 Fax: +34 923 272 331

    E-mail: [email protected]

    Ninguna parte de esta publicacin puede ser reproducidatotal o parcialmente, almacenada o transmitida en manera alguna

    ni por ningn medio sin permiso previo de los editores.

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  • Escribe Alfredo Prez Alencart, poeta y hacedor de voluntades, enCorazn de cinco esquinas, un libro sobre las idas y venidas de laemigracin, que para bien de las relaciones culturales entre Salamanca eIberoamrica la figura de Miguel de Unamuno resulta el mejor eslabn posible,toda vez que su castellano resiste cualquier temperatura del olvido.

    Acierta, mi querido Alfredo, ya tan salmantino al menos como peruanoe incansable coordinador de este XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos,que se suma al bien nombrado ao Unamuno por la misma ciudad donde elinsigne pensador pase, vivi y no tard en universalizar a travs de sus obras.

    La Historia es una suma de idas y venidas, una rueda cclica que serepite. Unamuno vio como la Castilla de la que hizo su hogar se despoblporque hombres, mujeres y nios embarcaron a millares hacia esa Amrica depromisin e ilusiones. Tambin vivi en carnes propias cmo alcanz primeroen las pginas de El Sol de Buenos Aires o La Nacin el reconocimiento que sele resisti en la convulsa Espaa que sufri en primera persona.

    Ahora, con el vnculo de la palabra y unidos en torno a su verbo, lospoetas iberoamericanos retornan a esta ciudad de las letras donde la cultura escosa vivida. Vienen para alumbrarnos y, de entrada, nos dejan esta tarjeta devisita, ya huella impresa, que les avala.

    El verbo es suyo y este alcalde no hace sino darte la bienvenida, queridolector. Antes de que las palabras de los poetas te lleven, permteme unareflexin: Cuando desde el Ayuntamiento de Salamanca anunciamos que2012 sera el Ao Unamuno, quisimos que la celebracin fuera, sobre todo,participativa. Un ao sentido y vivido por todos los pblicos y por cuantospensadores se unieran cortsmente a la llamada. sa es la gran aportacin delAo Unamuno: No slo ha invitado a salmantinos y visitantes a disfrutar deun plural programa cultural, tambin ha incitado a los artistas a crear, como lehubiera gustado a Don Miguel.

    Lo dicho, suya es la palabra, la de todos los poetas reunidos en estaantologa, y tuya, querido lector, la feliz lectura.

    ALFONSO FERNNDEZ MAUECOAlcalde de Salamanca

    7

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  • 9Cuando en la inauguracin del pasado Encuentro, Alfonso FernndezMaueco, Alcalde de Salamanca, me pregunt si este XV Encuentro de PoetasIberoamericanos podra dedicrsele a Miguel de Unamuno, casi como colofn alAo de Unamuno que para 2012 el Ayuntamiento pensaba dedicar a modo derecordatorio del 75 aniversario de su muerte, lo cierto es que acept de inmediato.

    Y es que hasta no hace mucho se vena mezquinado reconocimientos a lamagnfica poesa del viejo rector. Hay acuerdo en que su nombrada comointelectual, escritor total, filsofo, narrador, articulista, dramaturgo, hatrascendido todas las fronteras, pero Unamuno es un poeta esencial, como podrapreciarse en la nada convencional muestra antolgica preparada.

    Iberoamrica siente y piensa a Unamuno pero no slo hoy, sino desde elprincipio. Debe recordarse que fue el gran Rubn Daro quien primero elogi unaadmiracin con reservas, la mejor de las admiraciones su poesa en la prensa. Debequedar bien claro que esta cita potica es iberoamericana, porque en justicia nopodra haber sido de otra forma, pues la poesa de Unamuno siempre fue mejorvalorada en las otras riberas del castellano, como bien lo reconoca l.

    As, a modo de ejemplo, debe bastar esta confesin hecha al poeta chilenoErnesto A. Guzmn, en carta de 14 de octubre de 1909: Y tiene para m unaespecialsima significacin el hecho de que la primera voz de hermandad potica quehaya respondido a la ma, la primera voz hermana que haya roto el silencio de laselva sin caminos, por debajo del gorjeo de los pajarillos canoros, haya sido la de unhispanoamericano, cuando mi grito grito ms que canto podra parecer unaprotesta contra los gorgoritos que por esas tierras priscaban, y de ella se nos habanvenido ac. Pero ha sido usted, un chileno, y esto tiene para m mayor sentido delque usted se figura. Un sentido como el de la hermandad del espritu que lleg aunirme con aquel hombre que se llam Luis Ross. Se refera al escritor chileno LuisRoss Mjica, por quien llor su prematura muerte y por cuya amistad tuvo elinvaluable gesto de acompaar a su viuda Matilde Brandau hasta Lisboa, dondetom el barco que la regres a su pas natal.

    Por ello, en la antologa, encontrarn textos de poetas nacidos en Venezuela,Repblica Dominicana, Bolivia, Per, Cuba, Mxico, Portugal, Ecuador, Mxico, Chile,Uruguay o Brasil, sin descuidar a los poetas de su Espaa y de su querido Portugal.

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  • Todos, iberoamericanos, diremos en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo, queUnamuno HA SIDO y ser un patrimonio salmantino y americano.Espiritualmente don Miguel estar con nosotros, de fiesta, porque estamos haciendolo que l mismo pidi quera hacerse en vida: Hacerme, al fin, el que so, poeta.

    Gratitudes

    El agradecimiento primero es, debe serlo, para los poetas invitados. Han dadosu tiempo, su poesa y sus medios para estar presentes en este encuentro. Lasdificultades presupuestarias hacan peligrar un homenaje digo al notable Unamuno;pero la respuesta de ellos, a travs de sus gestiones en los Ministerios de Cultura,universidades, instituciones o amistades de sus respectivos pases, han hecho posiblesu presencia en Salamanca. S que Iberoamrica se lo deba a Unamuno, peroGracias, para siempre.

    Lo mismo, y ms, al pintor Miguel Elas, por su amor al Arte y a la Poesa.

    Y cmo no agradecer la confianza plena del alcalde Alfonso FernndezMaueco, del concejal de cultura Julio Lpez Revuelta, y de Jos Luis Barba,director gerente de la Fundacin Salamanca. Carmen Cardona ha hecho unmagnfico trabajo de maquetacin y Almudena Jimnez sigue la senda de MaraJess Rodrguez.

    Criterios de la edicin

    No suelo indicar la procedencia de los poemas, salvo la condicin de inditos deuno o ms textos. La poesa no debe estar dcilmente estabulada: todos los tiemposde su escritura confluyen, sin repudio, en los frutos cosechados.

    ALFREDO PREZ ALENCARTUniversidad de Salamanca

    Academia Castellana y Leonesa de la Poesa

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  • MIGUEL DE UNAMUNO(Espaa)

    DI T QUE HE SIDO(Antologa esencial)

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  • Es, mi ciudad dorada, tu regazocomo el regazo amado en que resideel corazn que por el nuestro late;regazo de sosiegopreado de inquietudes

    M. de U.

    Del corazn en las honduras guardotu alma robusta; cuando yo me mueraguarda, dorada Salamanca ma,t mi recuerdo.

    Y cuando el sol al acostarse enciendael oro secular que te recama,con tu lenguaje, de lo eterno heraldo,di t que he sido.

    M. de U.

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  • ME DESTIERRO A LA MEMORIA

    Me destierro a la memoria, voy a vivir del recuerdo. Buscadme, si me os pierdo, en el yermo de la historia,

    que es enfermedad la vida y muero viviendo enfermo. Me voy, pues, me voy al yermo donde la muerte me olvida.

    Y os llevo conmigo, hermanos, para poblar mi desierto. Cuando me creis ms muerto retemblar en vuestras manos.

    Aqu os dejo mi alma-libro, hombre-mundo verdadero. Cuando vibres todo entero, soy yo, lector, que en ti vibro.

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  • MONSIEUR UNAMUNO,HOMME DE LETTRES

    Hombre de letras? No, que no soy tablani humanista, ni literato;hombre de humanidad;

    soy soplo en barro, soy hombre de habla;no escribo por pasar el ratosino la eternidad.

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  • AL SOL DE LA VERDAD

    Mat. XXV 14.30

    Al sol de la verdad pongo desnuda mi alma; la verdad es la justicia que a la postre a la historia siempre enjuicia y ante la cual pura la fe no muda.

    l me ense a cantar con mi voz ruda lo que otros callan y al perverso enjuicia y me ense a escapar de la avaricia de dones del Espritu; l me escuda.

    Doy lo que Dios me dio, pues mi talento moral no entierro por temor al amo; mal le sirve el cobarde, el avariento;

    voy a su ley de amor como a reclamo, echo mi entera mies al libre viento que deja el grano y que se lleva el tamo.

    15

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  • 16

    T, MAR QUE OCULTAS

    T, mar que ocultas a mis vivos ojos la tierra envilecida por la envidia, en cuyo coso el pordiosero lidia para matar el hambre con rebojos

    y disputa al hermano los despojos del mezquino botn con sorda insidia, tu henchido pecho con su espuma anidia de esa castiza lepra los rastrojos.

    Nace en ti el sol y con rosado dedo toca mi frente por tu amor curtida, vuelve a surcar su luminoso ruedo,

    buscando siempre su primer partida, y yo, curado de la noche el miedo despierto al sueo que es mi noble vida.

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  • 17

    PARA DESPUS DE MI MUERTE

    Vientos abismales, tormentas de lo eterno han sacudidode mi alma el poso,y su haz se enturbi con la tristeza del sedimento.Turbias van mis ideas, mi conciencia enlojada,empaado el cristal en que desfilan de la vida las formas,y todo triste,porque esas heces lo entristecen todo.Oye t que lees esto despus de estar yo en tierra,cuando yo que lo he escritono puedo ya al espejo contemplarme;oye y medita!Medita, es decir: suea!l, aquella mazorcade ideas, sentimientos, emociones,sensaciones, deseos, repugnancias,voces y gestos,instintos, raciocinios,esperanzas, recuerdos,y goces y dolores,l, que se dijo yo, sombra de vida,lanz al tiempo esta quejay hoy no la oye:es ma ya, no suya!S, lector solitario, que as atiendes la voz de un muerto,tuyas sern estas palabras masque sonarn acasodesde otra boca,sobre mi polvo sin que las oiga yo que soy su fuente.Cuando yo ya no sea, sers t, canto mo!T, voz atada a tinta,

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  • 18

    aire encarnado en tierra,doble milagro,portento sin igual de la palabra,portento de la letra,t nos abrumas!Y que vivas t ms que yo, mi canto!Oh, mis obras, mis obras, hijas del alma!Por qu no habis de darme vuestra vida?Por qu a vuestros pechosperpetuidad no ha de beber mi boca?Acaso resonis, dulces palabras, en el aire en que flotenen polvo estos odos,que ahora estn midindoos el paso!Oh, tremendo misterio!En el mar larga estela reluciente de un buque sumergido;huellas de un muerto!Oye la voz que sale de la tumbay te dice al odoeste secreto:Yo ya no soy, hermano!Vuelve otra vez, repite: Yo ya no soy, hermano!Yo ya no soy; mi canto sobrevvemey lleva sobre el mundola sombra de mi sombra,mi triste nada!Me oyes t, lector?, yo no me oigo,y esta verdad trivial, y que por serlola dejamos caer como la lluvia,es lluvia de tristeza,es gota del ocanode la amargura.Dnde irs a pudrirte, canto mo?en qu rincn ocultodars tu ltimo aliento?T tambin morirs, morir todo,y en silencio infinitodormir para siempre la esperanza!

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  • 19

    LA SANGRE DE MI ESPRITU

    La sangre de mi espritu es mi lenguay mi patria es all donde resuenesoberano su verbo, que no amenguasu voz por mucho que ambos mundos llene.

    Ya Sneca la preludi aun no naciday en su austero latn ella se encierra.Alfonso en Europa dio con ella vida.Coln con ella redobl la tierra.

    Y esta mi lengua flota como el arcade cien Pueblos contrarios y distantes,que las flores en ella hallaron brote.

    De Jurez y Rizal pues ella abarcala legin: lengua en que CervantesDios le dio el Evangelio del Quijote.

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  • 20

    NI MRTIR NI VERDUGO

    Busco guerra en la paz, paz en la guerra,el sosiego en la accin y en el sosiegola accin que labra el soterrao fuegoque en sus entraas bajo nieve encierra

    nuestro pecho. Rodando por la tierraal azar claro del destino ciegovida en el juego y en la vida juegobuscando voy. Pues nada ms me aterra

    que tener que ser guila o tortuga,condenado a volar o bajo el yugodel broquel propio a que no cabe fuga,

    y pues a Dios entre una y otra plugodar a escoger a quien sudor enjugani mrtir quiero ser ni ser verdugo.

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  • 21

    A MI BUITRE

    Este buitre voraz de ceo torvoque me devora las entraas fieroy es mi nico constante compaerolabra mis penas con su pico corvo.

    El da en que le toque el postrer sorboapurar de mi negra sangre quieroque me dejis con l solo y seeroun momento, sin nadie como estorbo.

    Pues quiero, triunfo haciendo mi agona,mientras l mi ltimo despojo traga,sorprender en sus ojos la sombra

    mirada al ver la suerte que le amagasin esta presa en que satisfacael hambre atroz que nunca se le apaga.

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  • 22

    FRATERNIDAD

    Tindele tu mirada, blanda manode salvacin, y as tal vez su pechosollozando alzar del duro lechode su vergenza y su dolor insano.

    Ms de uno a quien pecar le puso cano,rodando por el polvo, ya maltrecho,sinti de pronto el corazn rehechoal tocar la sonrisa de un hermano.

    Del yermo que su triste planta pisahaz que una flor tan slo el suelo alfombre,flor a que meza la celeste brisa

    de la humana hermandad, que no se asombrede que le miren sin hostil requisay que en s mismo se descubra al hombre.

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  • 23

    SALMO III

    Oh, Seor, T que sufres del mundosujeto a tu obra,

    es tu mal nuestro mal ms profundoy nuestra zozobra!

    Necesitas uncirte al infinitosi quieres hablarme,

    y si quieres te llegue mi gritote es fuerza escucharme.

    Es tu amor el que tanto te obligabajarte hasta el hombre,

    y a tu Esencia mi boca le digacul sea tu nombre.

    Te es forzoso rasgarte el abismosi mo ser quieres,

    y si quieres vivir en ti mismoya mo no eres.

    Al crearnos para tu serviciobuscas libertad,

    sacudirte del recio supliciode la eternidad.

    Si he de ser, como quieres, figuray flor de tu gloria,

    hazte, oh, T Creador, criaturarendido a la historia!

    Libre ya de tu cerco divinopor nosotros ests,

    sin nosotros sera tu sinoo siempre o jams.

    Por gustar, oh, Impasible!, la penaquisiste penar,

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  • 24

    te faltaba el dolor que enajenapara ms gozar.

    Y probaste el sufrir y sufristevil muerte en la cruz,

    y al espejo del hombre te vistebajo nueva luz.

    Y al sentirte anhelar bajo el yugodel eterno Amor,

    nos da al Padre y nos mata al verdugoel comn Dolor.

    Si has de ser, oh, mi Dios!, un Dios vivoy no idea pura,

    en tu obra te rinde cautivode tu criatura.

    Al crear, Creador, quedas presode tu creacin,

    mas as te libertas del pesode tu corazn.

    Son tu pan los humanos anhelos,es tu agua la fe;

    yo te mando, Seor, a los cieloscon mi amor, mi sed.

    Es la sed insaciable y ardientede slo verdad;

    dame, oh, Dios!, a beber en la fuentede tu eternidad.

    Mteme, Padre eterno, en tu pecho,misterioso hogar,

    dormir all, pues vengo deshechodel duro bregar.

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  • 25

    SIENTO EL SUEO DE LOS SIGLOS

    Siento el sueo de los siglosy no me puedo dormir

    cunto me pesa la historia!ms me pesa el porvenir!

    EL CUERPO CANTA

    El cuerpo canta;la sangre alla;la tierra charla;

    la mar murmura;el cielo calla

    y el hombre escucha.

    SOAR, QUE SUEAS EL CIELO

    Soar, que sueas el cielo;cuanto ms tienes, ms quieres;cuanto ms goce, ms duelos;cuanto ms vives, ms mueres.

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  • 26

    MI TERESA ES ESPAOLA

    Mi Teresa es espaolay mi Espaa es teresiana;vive mi alma siempre sola;mi patria es la de maana.

    Aldonza hecha Dulcinea,vuelve a Quijano Quijote;vivir mientras se creaque este mundo es un islote.

    Y por querer creer vivo,sabiendo que vivo en sueo,y en mi sueo no conciboque uno despierte en su empeo.

    Soy de mi Teresa loco,soy cuerdo de mi locura;todo me parece pocosi es que esta vida no dura.

    Viendo a mi Teresa en carnes que la carne es idea,ni temo que la descarneel mismo amor que la crea.

    S que el fuego nos da lumbre,s que la lumbre da brasa,s que el amor es costumbre,que la costumbre no pasa.

    Que es el maana continuoen que vivimos soando,que es la cama del destinoen la que vamos pasando.

    Dulce y regalado engaode no dejarse engaar,en la vida el mayor daono es dar fin, es empezar!

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  • 27

    SED DE TUS OJOS EN LA MAR ME GANA

    Sed de tus ojos en la mar me gana;hay en ellos tambin olas de espuma;rayo de cielo que se anega en brumaal romprsele el sueo, de maana.

    Dulce contento de la vida manadel lago de tus ojos; si me abrumami sino de luchar, de ellos rezumalumbre que al cielo con la tierra hermana.

    Voy al destierro del desierto oscuro,lejos de tu mirada redentora,que es hogar de mi hogar sereno y puro.

    Voy a esperar de mi destino la hora;voy acaso a morir al pie del muroque cie al campo que mi patria implora.

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  • 28

    ES UNA ANTORCHA

    Es una antorcha al aire esta palmera,verde llama que busca al sol desnudopara beberle sangre; en cada nudode su tronco cuaj una primavera.

    Sin bretes ni eslabones, altaneray erguida, pisa el yermo seco y rudo;para la miel del cielo es un embudola copa de sus venas, sin madera.

    No se retuerce ni se quiebra al cuelo;no hay sombra en su follaje, es luz cuajadaque en ofrenda de amor se alarga al cielo,

    la sangre de un volcn que enamoradadel padre Sol, se revisti de anheloy se ofrece, columna, a su morada.

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  • 29

    SALAMANCA

    Alto soto de torres que al ponersetras las encinas que el celaje esmaltandora a los rayos de su lumbre el padre

    Sol de Castilla;

    bosque de piedras que arranc la historiaa las entraas de la tierra madre,remanso de quietud, yo te bendigo,

    mi Salamanca!

    Miras a un lado, allende el Tormes lento,de las encinas el follaje pardocual el follaje de tu piedra, inmoble,

    denso y perenne.

    Y de otro lado, por la calva Armua,ondea el trigo, cual tu piedra, de oro,y entre los surcos al morir la tarde

    duerme el sosiego.

    Duerme el sosiego, la esperanza duermede otras cosechas y otras dulces tardes,las horas al correr sobre la tierra

    dejan su rastro.

    Al pie de tus sillares, Salamanca,de las cosechas del pensar tranquiloque ao tras ao madur en tus aulas,

    duerme el recuerdo.

    Duerme el recuerdo, la esperanza duermey es el tranquilo curso de la vidacomo el crecer de las encinas, lento,

    lento y seguro.

    De entre tus piedras seculares, tumbade remembranzas del ayer glorioso,

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  • 30

    de entre tus piedras recogi mi espritufe, paz y fuerza.

    En este patio que se cierra al mundoy con ruinosa crestera bordalimpio celaje, al pie de la fachada

    que de plateros

    ostenta filigranas en la piedra,en este austero patio, cuando cede el vocero estudiantil, susurra

    voz de recuerdos.

    En silencio fray Luis qudase solomeditando de Job los infortunios,o paladeando en oracin los dulces

    nombres de Cristo.

    Nombres de paz y amor con que en la luchabusc conforte, y arrogante luegoa la brega volvise amor cantando,

    paz y reposo.

    La apacibilidad de tu viviendagust, andariego soador, Cervantes,la voluntad le enhechizaste y quiso

    volver a verte.

    Volver a verte en el reposo quieta,soar contigo el sueo de la vida,soar la vida que perdura siempre

    sin morir nunca.

    Sueo de no morir es el que infundesa los que beben de tu dulce calma,sueo de no morir ese que dicen

    culto a la muerte.

    En m florezcan cual en ti, robustas,en flor perduradora las entraas

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  • 31

    y en ellas talle con seguro toquevisin del pueblo.

    Levntense cual torres clamorosasmis pensamientos en robusta fbricay asintese en mi patria para siempre

    la mi quimera.

    Pedernoso cual t sea mi nombrede los tiempos la roa resistiendo,y por encima al trfago del mundo

    resuene limpio.

    Pregona eternidad tu alma de piedray amor de vida en tu regazo arraiga,amor de vida eterna, y a su sombra

    amor de amores.

    En tus callejas que del sol nos guardany son cual surcos de tu campo urbano,en tus callejas duermen los amores

    ms fugitivos.

    Amores que nacieron como naceen los trigales amapola ardientepara morir antes de la hoz, dejando

    fruto de sueo.

    El dejo amargo del Digesto hastiosojunto a las rejas se enjugaron muchos,volviendo luego, corazn alegre,

    a nuevo estudio.

    De doctos labios recibieron cienciamas de otros labios palpitantes, frescos,bebieron del Amor, fuente sin fondo,

    sabidura.

    Luego en las tristes aulas del Estudio,fras y oscuras, en sus duros bancos,

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  • 32

    aquietaron sus pechos encendidosen sed de vida.

    Como en los troncos vivos de los rbolesde las aulas as en los muertos troncosgrab el Amor por manos juveniles

    su eterna empresa.

    Sentencias no hallaris del Triboniano,del Peripato no veris doctrina,ni aforismos de Hipcrates sutiles,

    jugo de libros.

    All Teresa, Soledad, Mercedes,Carmen, Olalla, Concha, Blanca o Pura,nombres que fueron miel para los labios,

    brasa en el pecho.

    As bajo los ojos la divisadel amor, redentora del estudio,y cuando el maestro calla, aquellos bancos

    dicen amores.

    Oh, Salamanca, entre tus piedras de oroaprendieron a amar los estudiantesmientras los campos que te cien daban

    jugosos frutos.

    Del corazn en las honduras guardotu alma robusta; cuando yo me mueraguarda, dorada Salamanca ma,

    t mi recuerdo.

    Y cuando el sol al acostarse enciendael oro secular que te recama,con tu lenguaje, de lo eterno heraldo,

    di t que he sido.

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  • 33

    ORHOIT GUTAZ

    Pasasteis como pasan por el roble las hojas que arrebata en primavera pedrisco intempestivo; pasasteis, hijos de mi raza noble, vestida el alma de infantil eusquera, pasasteis al archivo de mrmol funeral de una iglesia que en el regazo recogido y verde el Pirineo vasco al tibio sol del monte se acurruca. Abajo, el Bidasoa va y se pierde en la mar; un peasco recoge de sus olas el gemido, que pasan, tal las hojas rumorosas, tal vosotros, oscuros hijos sumisos del hogar henchido de silenciosa tradicin. Las fosas que a vuestros huesos, puros, blancos, les dan de ltima cuna lecho, fosas que abri el can en sorda guerra, no escucharn el canto de la materna lluvia que el helecho deja caer en vuestra patria tierra como celeste llanto... No escucharn la esquila de la vaca que en la ladera, al pie del casero, dobla su cuello al suelo, ni a lo lejos la voz de la resaca de la mar que amamanta a vuestro ro y es canto de consuelo. Fuisteis como corderos, en los ojos guardando la sonrisa dolorida lgrimas del ocaso,de vuestras madres el alma de hinojosy en la agona de la paz la vida rendisteis al acasoPor qu? Por qu? Jams esta pregunta

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  • 34

    terrible tortur vuestra inocencia; nacisteis... nadie sabe por qu ni para qu... ara la yunta, y el campo que ara es toda su conciencia, y canta y vuela el ave... Orhoit Gutaz! Peds nuestro recuerdo y una leccin nos dais de mansedumbre; calle el porqu..., vivamos como habis muerto, sin porqu, es lo cuerdo...;los ros a la mar..., es la costumbre y con ella pasamos...

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  • 35

    LA ORACIN DEL ATEO

    Oye mi ruego T, Dios que no existes,y en tu nada recoge estas mis quejas,T que a los pobres hombres nunca dejassin consuelo de engao. No resistes

    a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.Cuando T de mi mente ms te alejas,ms recuerdo las plcidas consejascon que mi ama endulzme noches tristes.

    Qu grande eres, mi Dios! Eres tan grandeque no eres sino Idea; es muy angostala realidad por mucho que se expande

    para abarcarte. Sufro yo a tu costa,Dios no existente, pues si T existierasexistira yo tambin de veras.

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  • 36

    QU ES TU VIDA...?

    Qu es tu vida, alma ma?, cul tu pago?,lluvia en el lago!Qu es tu vida, alma ma, tu costumbre?,viento en la cumbre!Cmo tu vida, mi alma, se renueva?,sombra en la cueva!,lluvia en el lago!,viento en la cumbre!,sombra en la cueva!Lgrimas es la lluvia desde el cielo,y es el viento sollozo sin partida,pesar, la sombra sin ningn consuelo,y lluvia y viento y sombra hacen la vida.

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  • 37

    CASTILLA

    T me levantas, tierra de Castilla,en la rugosa palma de tu mano,

    al cielo que te enciende y te refresca,al cielo, tu amo.

    Tierra nervuda, enjuta, despejada,madre de corazones y de brazos,

    toma el presente en ti viejos coloresdel noble antao.

    Con la pradera cncava del cielolindan en torno tus desnudos campos,tiene en ti cuna el sol y en ti sepulcro

    y en ti santuario.

    Es todo cima tu extensin redonday en ti me siento al cielo levantado,aire de cumbre es el que se respira

    aqu, en tus pramos.

    Ara gigante, tierra castellana,a ese tu aire soltar mis cantos,

    si te son dignos bajarn al mundodesde lo alto!

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  • 38

    VENDR DE NOCHE

    Vendr de noche cuando todo duerma,vendr de noche cuando el alma enferma

    se emboce en vida,vendr de noche con su paso quedo,

    vendr de noche y posar su dedosobre la herida.

    Vendr de noche y su fugaz vislumbrevolver lumbre la fatal quejumbre

    vendr de nochecon su rosario, soltar las perlas

    del negro sol que da ceguera verlas,todo un derroche!

    Vendr de noche, noche nuestra madre,cuando a lo lejos el recuerdo ladre

    perdido agero;vendr de noche; apagar su pasomortal ladrido y dejar al ocaso

    largo agujeroVendr una noche recogida y vasta?Vendr una noche maternal y casta

    de luna llena?Vendr viniendo con venir eterno.

    Vendr una noche del postrer inviernonoche serena

    Vendr como se fue, como se ha idosuena a lo lejos el fatal ladrido,

    vendr a la cita;ser de noche mas que sea aurora,

    vendr a su hora, cuando el aire llora,llora y medita

    Vendr de noche, en una noche clara,noche de luna que al dolor ampara

    noche desnuda,vendr venir es porvenir pasado

    que pasa y queda y que se queda al ladoy nunca muda

    Vendr de noche, cuando al tiempo aguarda,

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  • 39

    cuando la tarde en las tinieblas tarday espera al da,

    vendr de noche, en una noche pura,cuando del sol la sangre se depura,

    del medioda.

    Noche ha de hacerse en cuanto venga y llegue,y el corazn rendido se le entregue,

    noche serena,de noche ha de venir l, ella o ello?De noche ha de sellar su negro sello,

    noche sin pena.Vendr la noche, la que da la vida,

    y en que la noche al fin el alma olvida,traer la cura;

    vendr la noche que lo cubre todoy espeja al cielo en el luciente lodo

    que lo depura.Vendr de noche, s, vendr de noche,

    su negro sello servir de brocheque cierre al alma;

    Vendr de noche sin hacer ruido,se apagar a lo lejos el ladrido,

    vendr la calmavendr la noche

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  • 40

    DENSO, DENSO

    Mira, amigo: cuando libres al mundo tu pensamiento, cuida que sea, ante todo, denso, denso.

    Y cuando sueltes la espita que cierra tu sentimiento, que en tus cantos ste mane denso, denso.

    Y el vaso en que vino escancies de tu sentir los anhelos, de tu pensar los cuidados, denso, denso.

    Mira que es largo el camino y corto, muy corto, el tiempo: parar en cada posada no podemos.

    Dinos en pocas palabras, y sin dejar el sendero, lo ms que decir se pueda, denso, denso.

    Con hebra recia de ritmo, hebrosos queden tus versos, sin grasa, con carne prieta, densos, densos.

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  • 41

    PORTUGAL

    Del atlntico mar en las orillasdesgreada y descalza una matronase sienta al pie de sierras que coronatriste pinar. Apoya en las rodillas

    los codos y en las manos las mejillasy clava ansiosos ojos de leonaen la puesta del sol; el mar entonasu trgico cantar de maravillas.

    Dice de luengas tierras y de azaresmientras ella, sus pies en las espumasbaando, suea en el fatal imperio

    que se le hundi en los tenebrosos mares,y mira cmo entre agoreras brumasse alza Don Sebastin, rey del misterio.

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  • 42

    LA MAR CIE

    La mar cie a la noche en su regazoy la noche a la mar; la luna, ausente;se besan en los ojos y en la frente;los besos dejan misterioso trazo.

    Derrtense despus en un abrazo,tiritan las estrellas con ardientepasin de mero amor y el alma sienteque noche y mar se enredan en su lazo.

    Y se baa en la obscura lejanade su germen eterno, de su origen,cuando con ella Dios amaneca,

    y aunque los necios sabios leyes fijen,ve la piedad del alma la anarquay que leyes no son las que nos rigen.

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  • 43

    DE VUELTA A CASA

    Desde mi cielo a despedirme llegasfino orvallo que lentamente baaslos robledos que visten las montaasde mi tierra, y los maces de sus vegas.

    Compadeciendo mi secura, riegasmontes y valles, los de mis entraas,y con tu bruma el horizonte empaasde mi sino, y as en la fe me anegas.

    Madre Vizcaya, voy desde tus brazosverdes, jugosos, a Castilla enjuta,donde fieles me aguardan los abrazos

    de costumbre, que el hombre no disfrutade libertad si no es preso en los lazosde amor, compaero de la ruta.

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  • 44

    CREDO POTICO

    Piensa el sentimiento, siente el pensamiento;que tus cantos tengan nidos en la tierra,y que cuando en vuelo a los cielos suban

    tras las nubes no se pierdan.

    Peso necesitan, en las alas peso,la columna de humo se disipa entera,algo que no es msica es la poesa,

    la pensada slo queda.

    Lo pensado es, no lo dudes, lo sentido.Sentimiento puro? Quien ello crea,de la fuente del sentir nunca ha llegado

    a la viva y honda vena.

    No te cuides en exceso del ropaje,de escultor no de sastre es tu tarea,no te olvides de que nunca ms hermosa

    que desnuda est la idea.

    No el que un alma encarna en carne, tenpresente,

    no el que forma da a la idea es el poeta,sino que es el que alma encuentra tras la carne,

    tras la forma encuentra idea.

    De las frmulas la broza es lo que haceque nos vele la verdad, torpe, la ciencia;la desnudas con tus manos y tus ojos

    gozarn de su belleza.

    Busca lneas de desnudo, que aunque tratesde envolvernos en lo vago de la niebla,an la niebla tiene lneas y se esculpe;

    ten, pues, ojo, no las pierdas.

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  • 45

    Que tus cantos sean cantos esculpidos,ancla en tierra mientras tanto que se elevan,el lenguaje es ante todo pensamiento,

    y es pensada su belleza.

    Sujetemos en verdades del espritu,las entraas de las formas pasajeras,que la Idea reine en todo soberana;

    esculpamos, pues, la niebla.

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  • 46

    LA VIDA DE LA MUERTE

    Or llover no ms, sentirme vivo;el universo convertido en brumay encima mi conciencia como espumaen que el pausado gotear recibo.

    Muerto en m todo lo que sea activo,mientras toda visin la lluvia esfuma,y all abajo la sima en que se sumade la clepsidra el agua; y el archivo

    de mi memoria, de recuerdos mudo;el nimo saciado en puro inerte;sin lanza, y por lo tanto sin escudo,

    a merced de los vientos de la suerte;este vivir, que es el vivir desnudo,no es acaso la vida de la muerte?

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  • 47

    Y PASAN LOS DAS SIN QUE NADA PASE

    Y pasan das sin que pase naday todo queda pues que pasa todoque el paso es queda de distinto modoy el ayer va al maana, que es su rada.

    Me pesa de lo que hice; en la estacadase queda del pasado, en un recodo;el polvo cuando posa se hace lodoy luego piedra que sirve de arcada.

    No hay corte alguno que deshaga el nudo;inmudable es el mundo cuando muda;cuantas veces se quiso no se pudo;

    vive el punto que pasa, y en la duda;que el acto es muerte, y en el paso agudodel ltimo acto nada nos escuda.

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  • 48

    AL TORMES

    Desde Gredos, espalda de Castilla,rodando, Tormes, sobre tu dehesapasas brezando el sueo de Teresajunto a Alba la ducal dormida villa.

    De la Flecha gozndote en la orillaun punto te detienes en la presaque el soto de Fray Luis cantando besay con tu canto animas al que trilla.

    De Salamanca cristalino espejoretratas luego sus doradas torres,pasas solemne bajo el puente viejo

    de los romanos y el hortal recorresque Melndez cantara. Tu consejono de mi pecho, Tormes mo, borres.

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  • 49

    LA PARRA DE MI BALCN

    El sol de otoo ciernes de mi alcobaen el ancho balcn, rectoral parraque de zarcillos con la tierna garraprendes su hierro. Y rimo alguna trova

    en ratos que el oficio no me robaa tu susurro, de esta tierra charraviejo eco de cancin. No irn a jarracual las que sufren del lagar la soba,

    parra de mi balcn, tus verdes uvas;para mi mesa guardo los opimosfrutos del sol de otoo bien repletos;

    no quiero que prensados en las cubasde vino se confundan mis racimosy con ellos se pierdan mis sonetos.

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  • 50

    LA PALABRA

    Juan I 1. Mat. VI 9

    Llave del ser, fue en un principio el verbopor el que se hizo todo cuanto muday el verbo es la cadena con que anudaDios los dispersos granos de su acervo.

    Por l el hombre deja de ser siervo,se vale de l en la batalla ruday en l la apaga cuando su alma sudacomo en la fuente tras de acoso el ciervo.

    Sea de Dios santificado el nombreque es Dios tambin, pues fue con la palabracomo creara el mundo en un principio.

    Con la palabra, como Dios, el hombresu realidad de ideas forja y labra:nunca la profanis a huero ripio.

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  • 51

    EL CORAZN DEL MUNDO

    Reposa, corazn, que harto lidiastey reposando espralo al reposopostrero que no acaba; que te bastelo ya vencido en este tormentoso

    combatir, y curado del desgasteen el descanso prgate del posode aquella mala sangre que cobrasteen las arenas del ardiente coso.

    Limpio has de ir a Dios, hoy pobre esclavode la lucha, y pues sta es la que manchalmpiate de la paz en el profundo

    recogimiento; gozars al caboel increado aire que te ensanchahasta fundirte al Corazn del Mundo.

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  • 52

    EN UN CEMENTERIO DE LUGAR CASTELLANO

    Corral de muertos, entre pobres tapias, hechas tambin de barro,

    pobre corral donde la hoz no siega, slo una cruz, en el desierto campo

    seala tu destino. Junto a esas tapias buscan el amparo

    del hostigo del cierzo las ovejas al pasar trashumantes en rebao, y en ellas rompen de la vana historia, como las olas, los rumores vanos.

    Como un islote en junio, te cie el mar dorado

    de las espigas que a la brisa ondean, y canta sobre ti la alondra el canto

    de la cosecha. Cuando baja en la lluvia el cielo al campo baja tambin sobre la santa hierba

    donde la hoz no corta, de tu rincn, pobre corral de muertos!, y sienten en sus huesos el reclamo

    del riego de la vida. Salvan tus cercas de mampuesto y barro

    las aladas semillas, o te las llevan con piedad los pjaros, y crecen escondidas amapolas, clavelinas, magarzas, brezos, cardos, entre arrumbadas cruces, no ms que de las aves libres pasto. Cavan tan slo en tu maleza brava,

    corral sagrado, para de un alma que sufri en el mundo

    sembrar el grano; luego sobre esa siembra barbecho largo!

    Cerca de ti el camino de los vivos, no como t, con tapias, no cercado,

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  • 53

    por donde van y vienen, ya riendo o llorando,

    rompiendo con sus risas o sus lloros el silencio inmortal de tu cercado! Despus que lento el sol tom ya tierra, y sube al cielo el pramo a la hora del recuerdo, al toque de oraciones y descanso,

    la tosca cruz de piedra de tus tapias de barro

    queda, como un guardin que nunca duerme, de la campia el sueo vigilando.

    No hay cruz sobre la iglesia de los vivos, en torno de la cual duerme el poblado; la cruz, cual perro fiel, ampara el sueo de los muertos al cielo acorralados. Y desde el cielo de la noche, Cristo,

    el Pastor Soberano, con infinitos ojos centelleantes, recuenta las ovejas del rebao! Pobre corral de muertos entre tapias

    hechas del mismo barro, slo una cruz distingue tu destino en la desierta soledad del campo!

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  • 54

    TRANQUILOS ECOS DEL LUGAR LEJANO

    Tranquilos ecos del hogar lejano,grises recuerdos del fugaz sosiego,suaves rescoldos de apacible fuego,cansada, ante ellos, timblame la mano.

    Olas que sois ensueos del Oceano,y en cuya vista mi morria anego,lavad meciendo mi pasin, os ruego,mas sin abrirme el misterioso arcano.

    Cundo, Dios de mi Espaa, pondrs tasaal baldn de tu pueblo envilecido?No pueblo, no, sino cobarde masa

    Y cundo hars, Seor, compadecido,que en el silencio vivo de mi casame d en sus brazos al ms santo olvido?

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  • 55

    A NIETZCHE

    Al no poder ser Cristo maldijistede Cristo, el sobrehombre en arquetipo,hambre de eternidad fue todo el hipode tu pobre alma hasta la muerte triste.

    A tu aquejado corazn le distela vuelta eterna, as queriendo el cipode ultratumba romper, oh nuevo Edipo,vctima de la Esfinge a que creste

    vencer. Sintindote por dentro esclavodominacin cantaste y fue lamentolo que a risa son de len bravo;

    luchaste con el hado en turbulentoquerer durar para morir al cabolibre de la razn, nuestro tormento.

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  • 56

    HAN VUELTO LOS VENCEJOS

    Han vuelto los vencejos(las cosas naturales vuelven siempre);

    las hojas a los rboles,a las cumbres las nieves.Han vuelto los vencejos;lo que no es arte vuelve;

    vuelta constante es la naturalezapor cima de las leyes.

    Han vuelto los vencejos;ves cmo todo vuelve?

    todo lo que ha brotado al sol desnudode la inexhausta fuente;

    todo lo que no fue de algn propsitoproducto endeble.

    Han vuelto los vencejos,augusto ritmo, nica ley perenne!

    El ao es un estrofadel canto permanente!

    Todo vuelve, no dudes, todo vuelve,vuelve la vida,

    vuelve la muerte!Cuanto tiene races en la tierra

    al fin y al cabo vuelve!Han vuelto los vencejos,

    y al pecho aquellas mismas ansias vuelven!...Ahora comprenders lo que en la vida

    quiere decirnos: siempre!Siempre quiere decir la vuelta, el ritmo,la cancin de la mar en la rompiente;

    si la ola se retiraha de volver, pues es de lo que vuelve.

    Vuelve todo lo que es naturaleza,y tan slo se pierde

    lo que es remedo vano de los hombres;sus artificios, invenciones, leyes

    Han vuelto los vencejos,como ellos vuelven siempre!

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  • 57

    con su alegre chillar al aire agitan,y el cielo con su raudo ir y volverse

    al caer de la tardecobrar vida parece.

    No se posan, ni paran, incansables;sus pies, para qu los quieren?

    Les basta con las alas,criaturas celestes.

    Con ritmo de saeta, ritmo ymbico,los versos vivos de su vuelto tejen,

    chillando la alegrade sentirse vivientes

    Han vuelto los vencejos;los del ao pasado, los de siempre;

    los mismos de hace siglos,los del ao que viene,

    los que vieron volar nuestros abuelosencima de sus frentes,

    y encima de las suyas nuestros nietosvern tambin volar negros y leves.

    Han vuelto los vencejos,criaturas del aire que no muerenquin muertos los ha visto?,

    heraldos de la vida, amantes fielesdel largo da de la mies dorada;

    han vuelto los de siempre!...Vencejos inmortales,

    alados hijos de natura fuerte,heraldos de cosechas y vendimias,

    mensajeros celestes,bienvenidos seis a nuestro cielo,

    vosotros los de siempre!

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  • 58

    ATARDECER DE ESTO EN SALAMANCA

    Del color de la espiga trigueraya madura,son las piedras que tu alma revisten,Salamanca;y en las tardes doradas de juniosemejan tus torres,de sol a la puesta,gigantescas columnas de miesesorgullo del campo.Desde lo alto derrama su sangre,lluvia de oro,sobre ti el regio sol de Castilla,pelcano ardiente:y en tus piedras anidan palomasque arrullan en ellaseternos amoresal acorde de bronces sagradosque lanzan al aireseculares quejasde los siglos.Los vencejos tu cielo repasanpoblando su calmacon hosannas de vida ligera,jubilosa,las tardes de esto;y este cielo, tu prez y tu dicha,Salamanca,es el cielo que esmalta tus piedrascon oro de siglos.Como poso del cielo en la tierraresplende tu pompa,Salamanca,del cielo platnicoque en la tarde del Renacimiento,cabe el Tormes, Fray Luis meditandosoara.

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  • 59

    Sobre ti se detienen las horasde reveza,soltando su jugo,su savia de eterno;y en tus aguas se miran los siglosdejando a la historiacolmar tu regazocon frutos de otoo.Cuando puesto ya el Sol, de tu senorebotan tus piedrasel toque de queda,me parecen los siglos mejerse,que el tiempo se anega,y vivir una vida celestequietud y visiones!Salamanca!

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  • 60

    SEOR, NO ME DESPRECIES

    Seor, no me desprecies y conmigolucha; que sienta, al quebrantar tu manola ma, que me tratas como a hermano,Padre, pues beligerancia consigo

    de tu parte; esa lucha es la testigodel origen divino de lo humano.Luchando as comprendo que el arcanode tu poder es de mi fe el abrigo.

    Dime, Seor, tu nombre, pues la bregatoda esta noche de la vida duray del albor la hora luego llega;

    me has desarmado ya de mi armadura,y el alma, as vencida, no sosiegahasta que salga de esta senda oscura.

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  • 61

    MORIR SOANDO

    Au fait, se disait-il a lui-mme, il parait quemon destin est de mourir en rvant.(Stendhal, Le Rouge et le Noir, LXX,La tranquillit)

    Morir soando, s, mas si se sueamorir, la muerte es sueo; una ventanahacia el vaco; no soar; nirvana;del tiempo al fin la eternidad se aduea.

    Vivir el da de hoy bajo la enseadel ayer deshacindose en maana;vivir encadenado a la desganaes acaso vivir? Y esto qu ensea?

    Soar la muerte no es matar el sueo?Vivir el sueo no es matar la vida?A qu poner en ello tanto empeo?:

    aprender lo que al punto al fin se olvidaescudriando el implacable ceocielo desierto del eterno Dueo?

    28 da de Inocentes de diciembre, 1936.

    (ltimo poema escrito por Unamuno)

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  • 62

    EL CRISTO DE VELZQUEZ

    Primera Parte

    IV

    Mi amado es blanco...Cantares, V, 10

    Questo occhio vede in quella bianchezza tucto Dioel tucto Homo, la natura divina unita

    con la natura umana.Santa Caterina da Siena.

    Libro della Divina Dottrina,captulo CXI

    En qu piensas T, muerto, Cristo mo?Por qu ese velo de cerrada nochede tu abundosa cabellera negrade nazareno cae sobre tu frente?Miras dentro de Ti, donde est el reinode Dios; dentro de Ti, donde alboreael sol eterno de las almas vivas.Blanco tu cuerpo est como el espejodel padre de la luz, del sol vivfico;blanco tu cuerpo al modo de la lunaque muerta ronda en torno de su madrenuestra cansada vagabunda tierra;blanco tu cuerpo est como la hostiadel cielo de la noche soberana,de ese cielo tan negro como el velode tu abundosa cabellera negrade nazareno.Que eres, Cristo, el nicoHombre que sucumbi de pleno grado,triunfador de la muerte, que a la vidapor Ti qued encumbrada. Desde entoncespor Ti nos vivifica esa tu muerte,

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  • 63

    por Ti la muerte se ha hecho nuestra madre,por Ti la muerte es el amparo dulceque azucara amargores de la vida;por Ti, el Hombre muerto que no muereblanco cual luna de la noche. Es sueo,Cristo, la vida y es la muerte vela.Mientras la tierra suea solitaria,vela la blanca luna; vela el Hombredesde su cruz, mientras los hombres suean;vela el Hombre sin sangre, el Hombre blancocomo la luna de la noche negra;vela el Hombre que dio toda su sangreporque las gentes sepan que son hombres.T salvaste a la muerte. Abres tus brazosa la noche, que es negra y muy hermosa,porque el sol de la vida la ha miradocon sus ojos de fuego: que a la nochemorena la hizo el sol y tan hermosa.Y es hermosa la luna solitaria,la blanca luna en la estrellada nochenegra cual la abundosa cabelleranegra del nazareno. Blanca lunacomo el cuerpo del Hombre en cruz, espejodel sol de vida, del que nunca muere.Los rayos, Maestro, de tu suave lumbrenos guan en la noche de este mundoungindonos con la esperanza reciade un da eterno. Noche cariosa,oh noche, madre de los blandos sueos,madre de la esperanza, dulce Noche,noche oscura del alma, eres nodrizade la esperanza en Cristo salvador!

    VI

    ECCE HOMO

    Tu cuerpo de hombre con blancura de hostiapara los hombres es el evangelio.

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  • 64

    Dieron sus cuerpos los helenos diosesde la rosada niebla del Olimpopara la vista en pasto de hermosura,regocijo de vida que se escurre;mas slo T, la carne que padece,la carne de dolor que se desangra,a las entraas nos la diste en pbulo,pan de inmortalidad a los mortales.T eres el Hombre-Dios, Hijo del hombre!La humanidad en doloroso partode ltima muerte que salv a la vidate dio a luz como Luz de nuestra noche,que es todo un hombre el Dios de nuestra nochey hombra es su humanidad divina. T eres el Hombre, la Razn, la Norma,tu cruz es nuestra vara, la medidadel dolor que sublima, y es la escuadra de nuestra derechura: ella enderezacuando cado al corazn del hombre.T has humanado al universo, Cristo,que por Ti es obra humana! Vedlo todo!He aqu el Hombre! por quien Dios es algo.No tengo Hombre!, decimos en los trancesde la vida mortal; mas T contestas:Yo soy el Hombre, la Verdad, la Vida!

    Tal es el Hombre, Rey de las nacionesde desterrados, de la Iglesia santa,del pueblo sin hogar que va cruzandoel desierto mortal tras de la enseay cifra de lo eterno, que es la cruz!...

    IX

    SANGRE

    Blanco Cristo que diste por nosotrostoda tu sangre, Cristo desangradoque el jugo de tus venas todo distepor nuestra rancia sangre emponzoada;

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  • 65

    lago en seco, esclarece tus blancurasese ro de sangre que a tus plantasriega el valle de lgrimas. La sangreque esparciste en perdn es la que enciende,donde su planta fue, tu eterna lumbre;la sangre que nos diste es la que deja,pan candeal, tu cuerpo blanco. Sangre;roja tu sangre como luz cernidapor panes ptalos del oro dulce,nunca soada flor de los redaosde la tierra en un tiempo incandescente.Sangre! Sangre! Por ti, Cristo, es la sangrevino en que ante la sed fiera del almase estruja el universo. Los racimosde estrellas temblorosas que colgandode la celeste bveda la parraque del eterno sol a nuestra tierraguarda que no la escalde esos racimos,de estrellas qu destilan sino sangre?Qu es su luz sino sangre que se enciendecon el amor? La sangre en que la vidade la carne nos guarda, nos redime;ni da fruto el amor sin sangre. Blancoquedaste al agotarla a fondo, entera;como el pan candeal blanco tu cuerpo,blanco como la luna desangradaque blanca y fra en torno de la tierralleva la antorcha del amor constantepor la noche del mundo. Toda sangrese hizo la luna. T, Hijo del hombre,fuiste de nuestra sangre, y por nosotrosvertiste toda y con el mar cubristede tu sangre a los hombres. T, corderode la sangre de amor siempre sin merma,restaaste con esa sangre rojala mancha del pecado la concienciadel mal obrar, que hace remordimientoy nos dejas marchar quitos del pesoque al corazn nuestra cabeza abruma.Oh, Cristo del perdn! T nos perdonas

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    aun antes de pecar, y as vivimoslibres del torbellino que a la simade perdicin conduce. T perdonasal hombre que no sabe lo que se hace:perdn es tu lechosa luz lunar!

    X

    LA VIDA ES SUEO

    Ests muerto, Maestro, o bien tranquilodurmiendo ests el sueo de los justos?Tu muerte de tres das fue un desmayo,sueo ms largo que los otros tuyos;pues t dormas, Cristo, sueos de Hombre,mientras velaba el corazn. Posbase, ngel, sobre tu sien esa primicia del descanso mortal, ese pregustodel sosiego final de aqueste trfago;cual pabelln las blandas alas negrasdel ngel del silencio y del olvidosobre tus prpados; lecho de sbanapardo la tierra nuestra madre; al borde,con los brazos cruzados, meditandosobre s mismo el Verbo. Y di, soabas?Soaste, Hermano, el reino de tu Padre? Tu vida acaso fue, como la nuestra,sueo? De tu alma fue en el alma quietafiel trasunto del sueo de la vidade nuestro Padre? Di, de qu vivimossino del sueo de tu vida, Hermano? No es la sustancia de lo que esperamos,nuestra fe, nada ms que de tus obrasel sueo, Cristo! Nos pusiste el cielo,ramillete de estrellas de venturas;hicstenos la noche para el almacual manto regio de ilusin eterna!Por Ti los brazos del Seor nos brizanal vaivn de los cielos y al arrullo

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  • 67

    del silencio que tupe por las nochesla bveda de luces tachonada.Y tu sueo es la paz que da la guerra,y es tu vida la guerra que da la paz!

    XI

    PAZ EN LA GUERRA

    Ya ests en paz, la de la muerte, amiga!T que a traernos guerra descendistea nuestro mundo, guerra creadora,manantial de deseos desmedidos,huracn de las almas que levantancomo olas sus ahncos con la temade anegar las estrellas en su seno;guerra con Dios, como Jacob cuando ibaen busca de su hermano, pues padecefuerza la gloria; guerra que es la basedel que ansa la paz; guerra que es gloria.Slo en tu guerra espiritual nos cabe tomar la paz, tu beso de saludo;slo luchando por el cielo, Cristo,vivir la paz podremos los mortales.Pero tu paz, Hermano, y no el embusteque como tal da el mundo, hasta aquel da en que el len con paja se apaciente,y anide el gaviln con la paloma;porque guerra de paz fue tu pasin.

    XIV

    ARROYO-FUENTE

    Como un arroyo al sol tu cuerpo brilla,vena de plata viva en la negrurade las rocas que cien su encaada;las aguas corren y el caudal es uno

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  • 68

    sobre el alma del cauce duradero.Nos baamos en Ti, Jordn de carne,

    y en Ti de agua y de espritu nacimos.De tu haz en el cristal ondas de platade la paloma el blanco vuelo vemos:sus alas se confunden con las ondas,pareciendo volar en lo profundodel lecho de tus aguas. T bautizascon Espritu Santo, nos sumergesen la mar increada, que es luz pura.La visin del espritu en tu pechose espeja, y a nosotros su paloma,blanca lengua de fuego, como copovemos que nieva desde tu regazo.

    Eres, Jess, cual una fuente vivaque canta en la espesura de la selvacantares vrgenes de eterno amor.

    XVI

    CORDERO

    Cordero blanco del Seor, que quitaslos pecados del mundo y que restaasla sangre de Can con la que correde tu hendido costado, es mansedumbredivina la blancura de tu cuerpo,resignacin la luz del foco ardientede tu fiel corazn: que eres hogueraque a la ciudad toda de Dios alumbra.Sobre tu cuerpo, ya arrecido, lgrimasde tu madre la tierra han escarchado,como el roco que en vellones cndidosdel cordero arrecido en noche helada,como el roco en velln que puso Geden en la era, a Dios pidindoleseales en la lucha por su pueblo.

    El vellocino tras el cual surcaron

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  • 69

    los argonautas los remotos maresms tenebrosos nos lo dan tus manosempapado en la sangre de tus venas,y es vellocino de oro verdaderoque ni se gasta ni ladrn algunonos le puede robar; del oro puro de tu sangre sin mancha, de que se hizo con el fuego de amor la luz del sol!

    XXVII

    ESPADA

    Como una espada al sol luce tu cuerpo, espada del Seor, llena de sangre, como el cuchillo aquel con que desgarra del Leviatn el escamoso cuero; como una espada de vencer combates espada de dos filos tu palabra!, con la que hay que cortar de nuestra vida el cordn terrenal. Pues T viniste en tu diestra a traer paz con la guerra:por Ti rien los hijos con los padres entre s; los hermanos, los esposos: eres la espada de la paz, que hiere para acabar la guerra con la guerra; eres acero que divide y junta, pues slo junta aquello que divide; y eres la espada que arde, brasa pura, cual aquella querbica que veda el camino del rbol de la vida del paraso. Y eres la blanca llama de la hoguera, crisol de nuestras almas, que liquida el dolor y lo trasmuda en ro que va al sol, que es mar de fuego. Blanca llama, relmpago que es sangre de las tinieblas, cual aquel que hiriera en el sendero de Damasco a Saulo dicindole: Por qu me persigues?

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  • 70

    Yo soy Jess, a quien persigues, Saulo! Blanca llama de fuego que devora, hoguera del amor: como a la enjuta yesca mi corazn entero abrasa; mi carne de pecado se consuma, y hgale pavesas su restregn!

    XXXVII

    LOS CLAVOS - EL ARTE

    Tus clavos son las llaves que nos abrende la muerte vida los cerrojos. Son los cuatro colmillos de la Muerte que forj Tubalcain el cainita con el arte inventado en la mazorca primitiva de hogares estadizos que alz en tierra, empastndolo con sangre cimiento el hijo de hombre que primero cort a hermano el respiro y fue la guerra!de que el arte surgi que con tus manos santificaste, Maestro carpintero! Callosas ellas en tus mocedades de oscuro trance manejaron clavos cuando sudaste sobre la madera de esa tu cruz, cama de boda, ageroa diario ganndote el mendrugo del pan que nos enseas a ganrnoslo cada da pidindolo a tu Padre. El arte que del rbol de la ciencia del bien y el mal, tomndolo entregara de Can a la diestra Adn, su padre, tus manos rescataron. Y esas manos, abiertas siempre, al fin la industria humana clav a la cruz, al trabajado leo con el sudor del hombre consagrado. Porque es tu cruz tambin obra del arte que sobrepuja a la naturaleza. Can, el labrador, a su linaje

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  • leg el ingenio, hermano del arrojo de criminal envidia es arte el crimen civil, y T, Seor, lo sublimaste, T, con tus manos levantando al cielo el fruto desastrado del saber!

    XXXIII

    CIERVO

    Herido por nosotros como ciervoque a morir corre al matorral nativo, Te escapaste a la cima del calvario moribundo de sed por la sangra, cruzando por las calles de amargura, de tu amor al celeste abrevadero, y Tengo sed!, gemas. Y nosotros, tus hermanos y crueles cazadores, muertos de sed, tambin, tras de la fuente de tu vino marchamos por las huellas de sangre de esta vida de amargura. Que si en las bodas de Can cambiaste en vino el agua, en el martirio cruento de tu pasin volviste al rojo vino en agua viva de Sicar, que apaga para siempre la sed. Diste tu sangre de amoroso talante, a trueque mstico, a nuestras almas, las samaritanas de seis maridos, locas concubinas del saber que nos hincha y no conforta. Y el corazn asendereado a tuertas por los senderos del mundano siglo, topa, por fin, con el brocal del pozo de tus entraas, su cobijo, y tindese de tu boca al amparo a revivir!

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  • XXXIX

    SILENCIO

    Luce en la majestad de tu tormento la luz del abandono sin reserva;resignacin, que es libert absoluta,y el Hgase tu voluntad!, revistecon velo esplendoroso tu martirio.Silencio, desnudez, quietud y nochete revisten, Jess, como los ngelesde tu muerte; se calla Dios desnudo y quieto en su tiniebla. De tu Padredentro el silencio fiel tan slo se oye;de tu amor el arrullo que nos llamacon brizador susurro a nuestro nido,puesto en tus brazos sobre las tinieblaspor las que rompe de la vida el sol!

    Segunda Parte

    X

    TORMENTA

    Negro est el cielo, negro tormentosopuso el abismo Dios sobre la tierra;y el corazn, como la tierra, seco,de sed transido, algrase husmeandodiluvios que te calen; no le arredraque arrasen chaparrones los follajes,que en mangas de agua se desplome el cielo;que estalladas las fuentes del abismo,y abiertas las ventanas de la altura,se hinchen las aguas sobre las montaas;que torrentes de fango repentinosarrasen pobres reses agarradas,o descuajados rboles; a barro,

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  • no a polvo, quiere el corazn se huela,y que el Seor resida en el diluvio.Las cascadas del negro cielo barrentu cuerpo y nos le limpian de su sangre,y el corazn se empapa con el agualustral de la galerna de tu muerte.

    Cuando de sed morimos, danos, Cristo,vendaval de aguas negras que nos calenel tutano del alma: cataratasque el rostro nos azoten; mas no muerade sed el corazn aunque lo arrasela tormenta: le ha de arrancar a trdigasla costra de la podre del pecado,dejndole desnudo, en roca viva.Tal es su sed, anhelo de encontrarsedesnudo, en viva roca, cara a caradel sol desnudo, y por el agua penaque del manto de tierra le despoje.Y estn tus sendas en las muchas aguas,Padre de Cristo; el mar es tu camino.Roca de mar el corazn nos vuelve,desnuda roca que las olas batan,y escaldes y deslumbres desde el cielocon tus desenvainados rayos, Sol!

    XIII

    REY

    Cuando despus de haberles aumentadolos peces y los panes te queranproclamar rey las turbas, te esquivastea la montaa, solo, pues tu reinono estaba en este mundo; mas la Muertete hizo rey de la Vida. Tu anatemacon triple lengua: Jess Nazareno,de los judos rey, sobre tu solio,de pasin dcenos. De soledadesblanco rey solitario, rey desnudo,

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  • por la gracia de Dios y de la muerte:que es tu trono la cruz, y tu coronacerco de espinas es que te recogela negra cabellera y a tu frentele arranca sangre de sellar tus prpados.De la zarza que arda en el desiertode Horeb, monte de Dios, sin consumirse,se teji esa corona de realezaque irradia en torno de tu tenebrosacabellera de noche como un nimbode las centellas, hija de la sombrade tu dolor, que es pensamiento vivo.

    Doblas tu frente al peso de la sombradel humano destino; tu diademade espinas son profticas visionesde cmo han de vestirse tus doctrinas,por las que te han de hacer rey de este mundo.Esas gotas de sangre de tu frenteson gotas del sudor del pensamiento que se ve de antemano trastrocado,gotas de la ms ntima pasin.

    Tercera Parte

    XII

    CUERPO

    Es tu cuerpo el remanso en que se estancan las luces de los siglos, y en que posaneternidad! las fugitivas horas. Tu corazn, clepsidra de la vida, dando su sangre se par, y hoy cuenta la eternidad, que es del amor el rato. El tiempo vuelve sobre Ti en tu seno, el ayer y el maana en uno cujanse, y el principio y el fin fndense en uno. Tu cuerpo, la corona del tejido

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  • regio del Universo, es su modelo; coto de inmensidad, donde los hombres la tmida esperanza cobijamos de no morir del todo. Eres el tronco del humano linaje; eres la cepa de que sarmientos son sobre la tierra los pueblos que trabajan y combaten sin saberlo buscndote. T, el Hombre, del Universo rey! Bajo del manto blanco, desnudo y regio, de tus carnes el armazn de tu osamenta vemos, del mundo fbrica; de lo creado, sustento y molde y proporcin. La muerte tus huesos no desvencij; sillaresde la torre, cimiento en que se apoya la morada de Dios, la Creacin! No es tu esqueleto el rojo ese encendido vasto rosario de constelaciones?

    XVII

    Con esos brazos a la cruz clavadoshas hecho, Maestro carpintero, casade Dios a nuestra pobre tierra, dndolemorada en nuestro suelo. Cuatro clavos,hijos del arte humano, te enclavijanal rbol de tu muerte y vida nuestra,formndole a tu Padre en nuestro suelosolar de amor. Y aqu suea y descansasu celeste cabeza, en la que el Verbomora increado, como en almohadarecostado en tu pecho, y a tu toquesintese hombre, que es del todo fin.

    75

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  • XX

    MANOS

    Tus manos, las que abrieron a los ciegoslos ojos, los odos a los sordos;las que a la hija de Jairo levantaron;las que en toque de amor como una brisade los nios las sueltas cabellerasacariciaron; las que repartieronen tu cena nupcial al despedirtetu pan que era tu cuerpo, hoy son dos fuentesque manan sangre. Cae sobre los ojosde los que ven; cae sobre los odosde los que oyen; sobre los cabellos de los nios tambin. Y llueve sangrede las manos de Cristo taladradasa tierra que fue manos pedigeasantao y an a Dios se alzan pidiendoque les devuelva pordiosera vida.Y con ellas apuas sendos clavosmanejando los remos de tu cruz!

    XXI

    DEDO NDICE DE LA TIERRA

    El dedo acusador de tu derecha desde el guin del leo nos adviertelo que hay escrito en el eterno librode la vida. Slo una vez y en tierraescribiste, Jess, T, la Palabra,sobre el polvo que pisan los de barro,y sin tinta ni caa, con tu dedodesnudo, el que toc suave los prpadosdel ciego y le san. Fue una maana,y al hacerlo humillndote hasta tierrate encorvaste. Y el dedo que escribafue aquel dedo de Dios con que arrojaste a los demonios.

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  • Que en el polvo leveleamos la leccin de la conciencia,la que traz tu dedo al doblegartesobre la tierra, que es tu libro abiertoy vivo y santo! Al escribir en ellamostraste la humildad del ministeriodel escritor arengndote.

    La adltera, sobre el polvo su vista, a que velabanlgrimas de dolor, base solacon los brazos cruzados sobre el seno,guardando en l de tu perdn la prenda,como una madre apechugando al hijorecin nacido.

    Que mi nueva plumasobre la tierra de mi patria escribadel perdn que nos dejas la leccin!

    XXII

    LA LLAGA DEL COSTADO

    Aqu la boca que te abri la lanzapara que hablase tu pasin con sangre,candada la otra. Ciego era Longinosque nunca nada vio: diote en el pecho,donde salt su sangre y resbalandopor el astil abajo, hubo de untarsecon ella ambas sus manos, levantlas,se las llev a la cara y abri los ojos,mir en su torno, en Ti crey, y es salvo.

    Veta de fuego ese rub que al mbarde tu pecho encandece; de la hogueraque acendr tu pasin, respiradero;surtidor donde el alma que en el pramova perdida, su sed de Dios apaga;del Dios viviente y del Amor goteraque horada hasta el ms duro corazn.

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  • Cuarta Parte

    I

    MUERTE

    Eres T de los muertos primognito,T el fruto, por la muerte ya maduro,del rbol de la vida que no acaba,del que hemos de comer si es que quisiremosde la segunda muerte vernos libres.Pues T a la muerte, que es el fin, has hechoprincipio y soberana de la vida,la Muerte blanca envuelta en negro mantoy en caballo amarillo caballera;la Muerte, emperadora de la Historia,que segados los hombres nos encillacon avaricia de conquistadora.

    Hijo el Hombre es de Dios, y Dios del hombreHijo; T, Cristo, con tu muerte has dadofinalidad humana al Universoy fuiste Muerte de la muerte al fin!

    III

    PALABRA

    No ella a Ti, sino tienes a la Muertebrezndola en tus brazos. Le entregaste,como cebo, tu carne, y a tu astuciarendida, fue tu presa. Te pusistea la puerta del reino de la Muerte,y al tocar tu cadver, Eliseo,vuelven a vida los que ya vivieron:que es de final resurreccin la cunatu leo, antao de la Muerte fretro.T con tu muerte afirmas nuestra vida;tu silencio es un s que llena el cielo;

    78

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  • 79

    T eres siempre el mismo, inalterable, porque los otros todos en Ti encierras,T, el Hombre, idea viva. La Palabraque se hizo carne, T; que la sustanciadel hombre es la palabra, y nuestro triunfohacer la palabra nuestra carne, hacindonosngeles del Seor. Verbo ya carnemoraste, Jess nuestro, con nosotrospara hacer nuestras carnes pecadorasverbos que el cielo para siempre habiten,y tu muerte en el leo fue la prendade la resurreccin de nuestros cuerpos.

    V

    VERDAD

    Eres T la Verdad que con su muerte,resurreccin al fin, nos vivifica.Qu es la verdad?, lavndose las manosPilatos preguntaba al entregarte,siendo T la verdad, cuando tu sangrenos lava del error del nacimiento.Eres T la verdad, la que consuelade la muerte; el raudal del agua puraque nos quita la sed, no del ocanola que la vista llena. Slo embuste y error no ms Naturaleza; engaodel sentido, mentira lo que vemos;una aagaza urdida por la Muerte,que muerta de hambre sin cesar nos rondapara tragarnos. Curas el hastoque nos meten al tutano del nimolos halagos del mundo lagoteroque nos envuelve en sempiterno error!

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  • 80

    VI

    REINO DE DIOS

    Caudillo de la patria sin linderosde la infinita Humanidad, nos llevas,mesnada de cruzados, a la tomade la Jerusaln celeste, encierrode la gastada ley y seorodel porvenir eterno; asiento el nicode libertad de que eres el dechado, ciudad de Dios, lugar final del Hombre;cristianado Universo que a tu graciase ha forjado en el hombre, el hombre mismo.No es dijiste mi reino de este mundo!;tu reino es de la historia la creciente,no progresiva, eternidad; tu reinola Humanidad sin lindes, y sin hitos,conquista del Espritu en sazn!

    ORACIN FINAL

    T que callas, oh Cristo!, para ornos,oye de nuestros pechos los sollozos;acoge nuestras quejas, los gemidosde este valle de lgrimas. Clamamosa Ti, Cristo Jess, desde la simade nuestro abismo de miseria humana,y T, de humanidad la blanca cumbre,danos las aguas de tus nieves. guilablanca que abarcas al volar el cielo,te pedimos tu sangre; a Ti, la via,el vino que consuela al embriagarnos;a Ti, Luna de Dios, la dulce lumbreque en la noche nos dice que el Sol vivey nos espera; a Ti, columna fuerte,sostn en que posar; a Ti, Hostia Santa,te pedimos el pan de nuestro viaje

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  • 81

    por Dios, como limosna; te pedimosaa Ti, Cordero del Seor que lavaslos pecados del mundo, el vellocinodel oro de tu sangre; te pedimosa Ti, la rosa del zarzal bravo,la luz que no se gasta, la que enseacmo Dios es quien es; a Ti, que el nforadel divino licor, que el nctar pongasde eternidad en nuestros corazones.Te pedimos, Seor, que nuestras vidastejas de Dios en la celeste tnica,sobre el telar de la vida eterna. Djanosnuestra sudada fe, que es frgil nidode aladas esperanzas que gorjeancantos de vida eterna, entre tus brazos,las alas del Espritu que flotasobre el haz de las aguas tenebrosas,guarecer a la sombra de tu frente.

    Ven y ve, mi Seor: mi seno hiede;ve cmo yo, a quien quieres, adolezco;T eres resurreccin y luego vida:llmame a Ti, tu amigo, como a Lzaro!Llvanos T, el espejo, a que veamosfrente a frente tu Sol y a conocerletal como l por su parte nos conoce;con nuestros ojos-tierra a ver su lumbrey cual un compaero cara a caracomo a Moiss nos hable, y boca a boca.Trenos el reino de tu Padre, Cristo,que es el reino de Dios reino del Hombre!Danos vida, Jess, que es llamaradaque calienta y alumbra y que al pbiloen vasija encerrado se sujeta;vida que es llama, que en el tiempo vivey en ondas, como el ro, se sucede.

    Los hombres con justicia nos morimos;mas T sin merecerlo te moristede puro amor, Cordero sin mancilla,y estando ya en tu reino, de nosotrosacurdate. Que no como en los aires

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  • 82

    el humo de la lea, nos perdamossin asiento, de paso; mas recgenosy con tus manos lleva nuestra almasal silo de tu Padre, y all aguardenel da en que haga pan del Universo,yeldado por tu cuerpo, y alimentecon l sus ltimas eternidades!Avanzamos, Seor, menesterosos,

    las almas en guiapos harapientos,cual blago en las eras remolinocuando sopla sobre l la ventolera,apiados por tromba tempestuosade arrecidas negruras; haz que brilletu blancura, jalbegue de la bvedade la infinita casa de tu Padrehogar de eternidad, sobre el senderode nuestra marcha y esperanza slidasobre nosotros mientras haya Dios!De pie y con los brazos bien abiertosy extendida la diestra a no secarse,haznos cruzar la vida pedregosarepecho de Calvario sostenidosdel deber por los clavos, y muramosde pie, cual T, y abiertos bien de brazos,y como T, subamos a la gloriade pie, para que Dios de pie nos habley con los brazos extendidos. Dame,Seor, que cuando al fin vaya perdidoa salir de esta noche tenebrosaen que soando el corazn se acorcha,me entre en el claro da que no acaba,fijos mis ojos de tu blanco cuerpo,Hijo del Hombre, Humanidad completa,en la increada luz que nunca muere;mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,mi mirada anegada en Ti, Seor!

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  • 83

    ID CON DIOS!

    Aqu os entrego, a contratiempo acaso, flores de otoo, cantos de secreto. Cuntos murieron sin haber nacido, dejando, como embrin, un solo verso! Cuntos sobre mi frente y so las nubes brillando un punto al sol, entre mis sueos, desfilaron como aves peregrinas, de su canto al comps llevando el vuelo y al querer enjaularlas yo en palabras del olvido a los montes se me fueron! Por cada uno de estos pobres cantos, hijos del alma, que con ella os dejo, cuntos en el primer vagido endeble faltos de aire de ritmo se murieron! Estos que os doy logr sacar a vida, y a luchar por la eterna aqu os los dejo; quieren vivir, cantar en vuestras mentes, y les confo el logro de su intento. Les pongo en el camino de la gloria o del olvido, hice ya por ellos lo que deba hacer, que por m hagan ellos lo que me deban, justicieros. Y al salir del abrigo de mi casa con alegra y con pesar los veo, y ms que no por m, su pobre padre, por ellos, pobres hijos mos, tiemblo. Hijos del alma, pobres cantos mos, que calent al arrimo de mi pecho, cuando al nacer mis penas balbucais hacais de ellas mi mejor consuelo!os con Dios, pues que con l vinisteisen m a tomar, cual carne viva, verbo,responderis por m ante l, que sabeque no es lo malo que hago, aunque no quiero,sino vosotros sois de mi alma el fruto;vosotros revelis mi sentimiento,hijos de libertad! y no mis obras

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  • 84

    en las que soy de extrao sino siervo;no son mis hechos mos, sois vosotros,y as no de ellos soy, sino soy vuestro.Vosotros apuris mis obras todas;sois mis actos de fe, mis valederos.Del tiempo en la corriente fugitivaflotan sueltas las races de mis hechos,mientras las de mis cantos prenden firmesen la rocosa entraa de lo eterno.os con Dios, corred de Dios el mundo,desparramad por l vuestro misterio,y que al morir, en mi postrer jornadame formis, cual calzada, mi sendero,el de ir y no volver, el que me llevea perderme por fin, en aquel senode que a mi alma vinieron vuestras almas,a anegarme en el fondo del silencio.Id con Dios, cantos mos, y Dios quieraque el calor que sacasteis de mi pecho,si el fro de la noche os lo robara,lo recobris en corazn abiertodonde podis posar al dulce abrigopara otra vez alzar, de da, el vuelo.os con Dios, heraldos de esperanzasvestidas del verdor de mis recuerdos,os con Dios y que su soplo os llevea tomar en lo eterno, por fin, puerto.

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  • 85

    RESURRECCIN POTICA DEL UNAMUNO ESENCIAL

    Hacerme, al fin, el que so, poetaM. de U.

    Dedico esta Antologa a Pilar Fernndez Labrador y a Alfonso Ortega Carmona, tan queridos para m.

    En cuanto a los poemarios de Unamuno, creo que les haca falta unsacudn o una cernida a fondo. Y todo ello en beneficio de su mximodeseo, ser el poeta que so, y que en verdad es. Tras esa decantacin, elresultado es lo que primero debe ofrecerse a los nuevos lectores, perotambin a quienes juzgan su poesa valindose de tpicos ajenos o delecturas propias hechas al espesor de sus pginas, muchas de ellasagotadoras. De esta criba general se salva, claro est, El Cristo de Velzquez,obra magna de la poesa en lengua espaola, Evangelio laico troqueladocon lrico lenguaje a la luz de lo divino.

    Por ello no hay que abundar. Los clsicos latinos saban que bastabacon que las generaciones futuras recordaran solo un verso o fragmento,para que el poeta haya cumplido con su misin o destino: alumbrar looscuro, al menos con una palabra-chispa que traspase las centurias y seinstale en la memoria de los que, en su momento, estaban por llegar.

    Los poemas aqu acopiados los muestro sin ordenacin cronolgica, niseales de los poemarios procedentes. Faltaba mezclarlos, mestizarlos,desor al poeta que primero deca: A m la rima me estorba, para luegoescribir algunos de los sonetos ms memorables del ltimo siglo. Haba quepresentar sus criaturas para una sinfona de resurreccin.

    II

    Un simple ejercicio de bsqueda del propio sentir de Unamunorespecto a su creacin potica, nos lleva, invariablemente a la Amricahispana. En su epistolario, el grueso de manifestaciones ms profundas en

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    torno a sus poemarios y a su propia forma de entender la poesa y deescribirla, se encuentra en las cartas que escribiera a sus amigos ycorresponsales americanos.

    Veamos solo algunos ejemplos. Al escritor boliviano Alcides Arguedas,le dice en 1911: Mi poesa entra ms lentamente que mi prosa, peroentrar, vaya si entrar!, comentndole tambin que todava no habapodido cubrir el gasto que le supuso publicarse sus dos primeros poemarios(Poesas y Rosario de sonetos lricos). Parece increble, cuando ya entoncesUnamuno era urgido por los impresores para publicarle lo que sea, pero enprosa. Pero todo poeta sabe que no importa el desdn o el desvalor que dena sus textos, y sigue con su escritura, y costea su edicin si es necesario,aunque no logre recuperar la inversin material, como el vasco deSalamanca confiesa a Arguedas, y eso que son mis obras favoritas.

    Pensar el sentimiento y sentir el pensamiento? Pues claro, y para laparte del sentir tuvo cierto asidero en la obra del cubano Jos Mart,especialmente con su libro Versos sencillos, como le reconoce en 1928 alescritor puertorriqueo Artemio Precioso: Y cuando pienso en Mart, quetanto me ha enseado a sentir.

    Antes, en octubre de 1909, le escribe al poeta chileno Ernesto A.Guzmn, la primera voz de hermandad potica que escribi sobre suspoemas (luego sera Daro, con un texto publicado en La Nacin deBuenos Aires, y que el poeta pondra de prlogo a su libro Teresa): Yde eso otro de que sea la nuestra poesa cerebral y no cardial, de ideasy no de sentimientos, de eso he de escribir de largo. Hay pobres gentesque no sienten las ideas. Ignoran, adems, que el sentimiento escerebral. Para ellos pasin se reduce a pasin de carne, pasin animal.No comprenden que en una sentencia de Spinoza hay ms sentimiento,ms pasin, ms poesa que en cientos de inspidos madrigales a lanovia. La sensualidad es con la artificiosidad otra plaga de la verdaderapoesa.

    III

    Hablando del nicaragense Rubn Daro, de un linaje potico diferenteal de Unamuno, verdad es que fue uno de los principales introductores delrector en la prensa argentina y del resto del continente. En un lejano 1899escribe don Miguel: Usted sabe bien, amigo Daro, cunto ensancha elpecho del alma el sentirse escuchado y comprendido y el recibir el eco denuestra voz, enriquecida y transformada al sernos devuelto por otroespritu.

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    Ahora bien, y a pesar de las diferencias, lo importante es que Daro fueel primero que supo entender que Unamuno fue, es y ser esencialmentePoeta, aunque escriba en prosa. Y lo hizo en crculos donde, entonces comohasta hoy, poco se ha valorado su obra potica; personas especialmentedesdeosas ante un intelectual que, a los 43 aos, tambin quera serpoeta. Extraigo del citado artculo: Y cuando manifest delante de algunosque, a mi entender, Miguel de Unamuno es ante todo un poeta, y quizslo eso, se me mir con extraeza y creyeron encontrar en mi parecer unairona Si poeta es asomarse a las puertas del misterio y volver con, en losojos, un vislumbre de lo desconocido. Y pocos como ese vasco mete sualma en lo ms hondo del corazn de la vida y de la muerte. Su mstica estllena de poesa, como la de Novalis. Su pegaso, gima o relinche, no andaentre lo miserable cotidiano, sino que anda siempre en vuelo detrascendencia. Sed de principios supremos, exaltacin de lo absoluto,hambre de Dios, desmelenamiento del espritu sobre lo insondable, tenisrazn si me decs que todo eso est muy lejos de las mandolinas. Pero lasmandolinas no son toda la poesa.

    IV

    Poeta de lo trascendente, poeta del paisaje del alma, poeta agnico conDios hasta en el hueso Poeta que ha sido y que ser. Extraa que algncompilador actual de su obra potica completa no mencione, entre latemtica de su poesa, esa bsqueda y entrega a Dios. Suena a chiste, si esque no fuera esperpntico. Tanta erudiccin para obviar lo ms evidentede la obra del poeta. Los eruditos de hoy ni siquiera llegan a los talones deesos eruditos con los que no congeniaba Unamuno: Nunca acabo dehacerme a estos eruditos por buenos que ellos sean. Parece como que losgrandes escritores no han nacido sino para que aquellos investiguen su viday les saquen todos los trapitos a relucir. Y hay mucho de infantil en elahnco que ponen en atrapar verdaderas minucias, le dice a su amigoErnesto A. Guzmn, en 1913.

    Volvamos a Daro, quien ahond de forma inmejorable sobre el anclajefinal de la poesa del vasco de Salamanca: Unamuno sabe bien que elverso, por la virtud demirgica, tiene algo de nuestra alma al salir de ella,que es uno de los grandes misterios del espritu, que un rito mortal para lacual la iniciacin viene de una voluntad divina El canto quiz duro deUnamuno me place tras tanta meliflua lira que acabo de escuchar, quetodava no acabo de escuchar. Y ciertos versos que suenan a martillazos, mehacen pensar en el buen obrero del pensamiento que, con la fraguaencendida, el pecho desnudo y transparente el alma, lanza su himno, o suplegaria, a buscar a Dios en lo infinito.

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    No hay ms que decir, salvo dejar que el propio poeta se nos despida.En carta de 1906, dirigida al escritor uruguayo Juan Zorrilla de San Martn,aclaraba Unamuno: Yo no siento la poesa sino poticamente ni la poesasino filosficamente. Y ante todo y sobre todo religiosamente Lo quesobre todo gusto es de la filosofa potica o de la poesa filosfica, no de lamezcla de la poesa y filosofa, no de versos conceptuales en que elesqueleto lgico su apfisis y costillas por entre la flaca carne potica, no,sino de aquellos otros en que poesa y filosofa se funden en uno como encompuesto qumico.

    V

    Cada encuentro pergeo algn texto para dedicrselo al poetahomenajeado. El hecho de no participar como poeta invitado me abre esteresquicio. As queda una expresin de mis afectos.

    UNAMUNO

    Oh seor de Libreros, seor de Unamuno, el mo corazn comparece ante su creenciasin estatuas, quijotesca teologa del ejemplodinamitando religiones Evangelceme, hgalo sin estampitas ni mentecatadas! Qu habr excomunin? Gracias a Dios, gracias al aletazo de las cigeas sobre la calva del obispo,gracias a Lzaro de Tejares, por donde duermo. Ahora le atiendo, profesor sin pginas en blanco, seor del rectorado para travesas lejos del griego. Anote el nmero del mvil que me niego a tener. Llmeme con su voz que despierta Espaas! Persevere, seor de Jugo! Vine de la otra orilla pero qudome donde se cobijan sus Palabras.

    (para Miguel Elas)

    A. P. A.

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  • PAULO DE TARSO CORREIA DE MELO(Brasil)

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  • El poema viene de lejos y de cerca, llegade mil pocas y lugares:por cursos de agua y por mares griegosel poema navega

    El poema est donde yo siempre estuve:al alcance de la mano;sobre todos los actos,el poema vive.

    P. T. C. M.

    Paulo de Tarso Correia de Melo (Natal, 1944). Poeta y pedagogo. Profesor de laUniversidad Federal de Ro Grande del Norte, Miembro de la Academia de Letras yPresidente del Consejo Estatal de Cultura de dicho Estado. Entre sus 16 libros de poesadestacan: Talhe Rupestre (1993), Moedas Antigas (2001), Rio dos Homens (2002), O Sobradodas Palavras (2005), Auto de Natal (2007), Sabor de Amar (2010), Livro de Linhages (2011) yMisto Cdice/Cdice Mestizo (2012). Todos los poemas son inditos al castellano y hansido traducidos por A. P. Alencart.

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    ENVIDIA

    Cuando Casimiro Silva era apenas un nioy sala a correr por los campos,las mariposas azules corran tras de l.

    Cuando era adolescente, las chicasya escriban, con leche de pepa de maran,sus iniciales en los muslos.

    Siempre se pona un pequeo parche en el rostro,slo para realzar la figura y para que las jvenesle preguntasen qu le pas, y le tuvieran pena.

    Su cuerpo pareca una estatua, decan las novias,cuando muri a los 29 aos, de un dolorigualito al de Rodolfo Valentino.

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    PORTO: SOMBRA PERENNE DE RICARDO REIS

    Yo quiero la flor que sueas y no tienes,todava imaginndola y an sin germinar,suspendida en la urdiembre, en el telar,en la vasija, antes que gire el alfarero.

    Flor nacida al borde de los alvolospara embarcarse en corrientes nerviosasdonde logra circunvalar con dichahasta llegar a una mirada misteriosa.

    Flor que no pueden deshojar los vientos,flor esplendorosa que se cosechaantes que las palabras la describan.

    Trasplantada al libro desde el pensamiento,la flor no pronunciada slo queda escrita,ya eternamente viva, y tambin regada.

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    JERUSALEN, IX ESTACIN

    Siendo un hombre y bajando la laderaen la tarde de la ciudad turbulenta,pude encontrar moneda, compaera,gusano, belleza, desastre, dolor violento.

    Todo puede suceder en el paso ligeropor la calle equivocada: escarnio y asombroy el resbalar de una piedra traicionera,y caer otra vez, con la cruz al hombro.

    Siendo un hombre, slo, dentro del espaciorestringido a la piel y a la neblina,pude pensar: Es hoy que tengo

    el encuentro misterioso, ms all de la rutina,la muerte al prximo paso,el amor al doblar la esquina?

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  • CELEBRA LA CARNE, VIEJO PNDARO

    Celebra la carne, viejo Pndaro,antes que vengala estra, la pstulau otro miserable portento.El brazo que se yergue como el soles necesario adorarlo,antes que la noche, vergenza!,venga a derribarlo.Ca