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Espíritu Carne 5 EL MÉTODO SARKINO-PNEUMÁTICO PARA LA INTERPRETACIÓN BÍBLICA ·La Biblia y ‘el Método’. Dios, el Responsable intelectual de las Escrituras, es descrito como un Dios de Orden (Jeremías 10.10-12; 1Corintios 14.33, 40). A este importantísimo hecho se suma el que este Orden de Dios se Revela en Su Creación, la cual atestigua sobre Él (Romanos 1.20). Y ya que el Orden en el Universo consiste básicamente en que todos los elementos que lo conforman se exhiben obedeciendo a alguna causa explicable, es de esperarse en las Escrituras alguna especie de Orden afín al de la Creación; siendo así que para el Creador la Manera de

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metodo de interpretacion biblica sarkino pneumatico

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El Mtodo Sarquino-Pneumtico

Espritu Carne5

Biblia MtodoEl Mtodo Sarquino-Pneumtico

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Espritu Carne

11EL MTODO SARKINO-PNEUMTICO PARA LA INTERPRETACIN BBLICA

La Biblia y el Mtodo.

Dios, el Responsable intelectual de las Escrituras, es descrito como un Dios de Orden (Jeremas 10.10-12; 1Corintios 14.33, 40). A este importantsimo hecho se suma el que este Orden de Dios se Revela en Su Creacin, la cual atestigua sobre l (Romanos 1.20). Y ya que el Orden en el Universo consiste bsicamente en que todos los elementos que lo conforman se exhiben obedeciendo a alguna causa explicable, es de esperarse en las Escrituras alguna especie de Orden afn al de la Creacin; siendo as que para el Creador la Manera de entender la Biblia deba ser definida por algn tipo de Mtodo.En dicho caso, Dios debi haber guiado por igual a los escritores bblicos a emplear ese mismo Orden; al punto que lo que se pueda afirmar de la produccin literaria de uno de ellos, sea permisible aplicarlo a la de los otros tambin. Entonces as, ya que Juan registra las palabras de Jess dirigidas a Dios: Tu Palabra es Verdad, (Juan 17.17b) resulta natural el hallar un paralelo avenido con las expresiones del Salmista hacia el mismo Destino: la Suma de Tu Palabra es Verdad (Salmo 119.160a). Del mismo modo, pues, se dispone de total licencia bblica para calificar al conjunto de las Escrituras como La Verdad, de carcter Genuino y Confiable. Ese es el Orden de Dios aguardado para Su Libro.Por lo tanto, no resultara en vano el que los usuarios de la Palabra Veraz de Dios hubieran sido animados a usarla bien (2Timoteo 2.15); ms an, se les reta a leerla rectamente (Lucas 10.25-28), y tienen el encargo de entender lo que leen de Ella (Mateo 24.15; Hechos 8.30, 31). Y al advertir lo que el Predicador afirma acerca de las Palabras de Verdad que plasma rectamente en su documento, de cun selectas fueron Sus agradables Expresiones (Eclesiasts 12.9, 10), cabe reiterar lo mismo acerca del resto de las Escrituras (2Pedro 3.16), redactadas por hombres que afrontaron la existencia de un modo similar (pese a la diferencia de situaciones que hayan experimentado), y estando Ellas respaldadas slidamente por la Inspiracin del Espritu Santo (2Pedro 1.21), siendo escritas premeditadamente como resultado, y evidenciando Esta Inspiracin de forma espontnea conforme al Orden de Dios.La necesidad del Mtodo.

En estas condiciones, consecuentemente, surge la necesidad de un Mtodo que monitoree y recopile ese Orden Escritural, dada su disponibilidad. Ahora bien, para lograr satisfactoriamente la empresa de definir dicho Mtodo, primero hay que resumir, sintetizar y agrupar el contenido Bblico, a fin de identificar el patrn o caracterstica constante que sobresale en todas las Paginas de las Sagradas Escrituras. Y, a grandes rasgos, puede expresarse as:Dios origina un Universo Bueno en gran manera (Gnesis 1.1, 31), y establece al Hombre en Su Creacin, a la vez que lo dota de privilegios (Salmo 8.4-8). Ms tarde, el Hombre viola la Paz que permea la existencia, y se constituye en enemigo de su Creador (Oseas 6.7); por lo que su descendencia hereda el mismo conflicto, al cual se ve confrontado el Hombre en su vida, cuando se le presente su turno de escoger entre agradar a Dios o rebelrsele (Can escoge perpetuar la oposicin hacia Dios, y muchos descendientes suyos imitaran su ejemplo: Gnesis 4.7-12). Dios, en respuesta, decide poner fin a la disputa Humana en Su contra, por medio de la muerte de los hombres antagonistas de Su Justicia y Paz caractersticas , mientras que rescata del castigo a quienes se agreguen a Su causa, estando adscritos al Bien (el Diluvio cobra la vida de los inicuos, pero excluye a No: Gnesis 6.5-8; 2Pedro 2.5). No obstante, con el paso del tiempo, las nuevas generaciones Humanas continan confrontando al Bien instituido por su Creador, y ste se encamina a traer una justa y definitiva solucin a la rivalidad declarada del Hombre, valindose de los pocos individuos que estn del lado Suyo (tal como fue el caso de Abraham y algunos de sus descendientes: Gnesis 12.1-4). As, la tarea de Dios durante todos los aos siguientes ser la de privilegiar a sus seguidores, y castigar a los dems hombres. Y lo mismo se puede afirmar de los israelitas en el desierto con Moiss (a quien obedecieron en ocasiones excepcionales, pero con quien, casi siempre, se portaron rebeldemente: xodo 12.28; Salmo 95.10), Josu (Josu 24.31), adems de los jueces por quienes fueron liderados en Canan (mostrndose obedientes a la Justicia Divina mientras el Juez de turno estaba al mando, pero cayendo en olvido a su compromiso con el Bien cuando el Juez falleca, y acarreando psimas consecuencias por ello: Jueces 2.18, 19). Un patrn similar se registra sobre el comportamiento de los Hebreos durante la prolongada lnea de reyes en Israel, hasta el Cautiverio Asirio y Babilnico (Daniel 9.5-15): dando evidencia de la generalizada tendencia de esta nacin a compartir el altercado milenario que la vasta mayora de los Hombres en territorio extranjero se empeaba por perpetuar; distancindose del agrado de Dios, como resultado. Luego, la Proclamacin de Cristo aparece como recordatorio a hacer las paces con Dios, por medio de la aceptacin del estado miserable por el que todos los hombres eran responsables. La respuesta a Su mensaje fue, y ha sido, favorable por unos y negativa por aquellos que rehsan llegar a algn acuerdo con l. Finalmente, Dios promete regresar para intervenir en los asuntos humanos, y acabar de una vez por todas hasta con el ltimo desacuerdo que pueda quedar pendiente, luego de haber ofrecido al Hombre suficiente oportunidad de salir bien librado de este pleito histrico (Marcos 1.14, 15; 2Corintios 2.14-16; Romanos 2.5-10; 2Pedro 3.9-12).Vemos que el mensaje generalizado de la Biblia gira en torno a resolver un dilema, el cual consiste bsicamente en la relacin del Hombre con Dios, de su conducta retrospectiva hacia su Creador; de cmo es que el Hombre se separa de la armona Divina y sufre las consecuencias. Pero que Dios propone una solucin al conflicto que finalmente vuelve solventado a la normalidad primigenia.En esa Historia se presentan Dos Elementos en conflicto, que son Dios y el Hombre. As, mientras que Dios representa la parte demandante y ofendida en este litigio, el Hombre es quien juega el rol de acusado, desafortunadamente.Gnesis 6.3 Ilustra claramente este pleito:

Y dijo Jehov: No contender mi espritu con el hombre para siempre, porque ciertamente l es carne; mas sern sus das ciento veinte aos.

En vista que este conflicto concluy en la extincin de la mayor parte de la Humanidad y Fauna, el lector puede ver en el incidente del Diluvio (Gnesis 7.23, 24) un perenne retrato de la oposicin sin cuartel entre Dios el Espritu (Juan 4.24; 2Corintios 3.1) con el Hombre la Carne, el cual es resumidamente el foco del conflicto que aborda la Biblia; de modo que estas declaraciones Divinas aqu, con el anexo de la irresponsable conducta humana referida, son la constante formulada por las Escrituras mismas.Dios despliega una CONTIENDA contra el Hombre para instarlo a que cambie de pensar y actuar esto es, su arrepentimiento y conversin (Hechos 3.19) respectivamente por medio de aceptarlo, por la Fe, como Verdadero (2 Tesalonicenses 2.12), y de este modo rescatar al Hombre de la muerte (con Su salvacin: 2Corintios 1.10; 2Timoteo 1.10): Lase especialmente el Salmo 90.3 y Oseas 11.4; y en este ltimo verso, advirtase cmo Dios procede a asemejarse al Hombre (quien es Carne) con tal de entrar en contacto con l (Glatas 5.17; Hebreos 1.1, 2).

Salmos 90:3 [T, Dios,] Vuelves al hombre hasta ser quebrantado [dando evidencia de un conflicto sostenido con l], Y dices: Convertos, hijos de los hombres [siendo el inters Divino el que el Hombre est a paz y salvo con l].

Oseas 11:4 Con cuerdas humanas los atraje [Dios a Sus creyentes], con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.

Glatas 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espritu, y el del Espritu es contra la carne; y stos se oponen entre s, para que no hagis lo que quisiereis.

Hebreos 1:1, 2 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros das nos ha hablado por el Hijo, a quien constituy heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; [Jess es el medio final por el que Dios monta Su plan para acabar el conflicto sostenido con el Hombre].

Ahora que tenemos certeza acerca del enfoque global de las Escrituras, podemos asegurar que Ella ha sido escrita, reflejando el Orden de Dios, emancipado de un enrgico conflicto con el Hombre, quien se opone a Su Voluntad. Es sobre esta AMBIVALENCIA, sobre tal base racional, en donde debe asentarse el Mtodo interpretativo de la Escritura. No puede pasarse por alto ni por un momento este hecho conflictivo que permea todas las Escrituras, cuando nos propongamos a leer, meditar, comprender y poner en prctica la Palabra Ordenada e inerrante de Dios nuestro Salvador; a fin de evitar el peligro de malinterpretar el Consejo Divino, sea dado Segn Su Soberano punto de vista, o sea pretensiosamente objetado por el punto de vista Humano.

El Mtodo y el contraste ms notorio en la Biblia.

Uno de los iconos de la interpretacin Bblica a lo largo de los siglos ha resultado ser la discriminacin entre la Ley y la Gracia, como un modo seguro para abordar a la Biblia cuando se le estudia. Y un pasaje que se cita para cifrar esta concepcin es:

Juan 1:17 Pues la ley por medio de Moiss fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

De ser acertada esta manera de comprender las Escrituras, entonces no sera conveniente dejar de adoptarla en un Mtodo Escritural de Interpretacin.Por ello, antes de tomar una decisin tan importante, de la cual se desprenden numerosas implicaciones teolgicas en cuanto al modus operandi Divino, as como las expectativas pasadas, presentes y futuras de Sus seguidores, es imperativo hacer un escrutinio a fondo sobre el asunto. Qu tan categrica resulta ser dicha declaracin, solo es seguro saberlo, cuando se pone a prueba con la Biblia Misma.

La Gracia en la Ley.

Nmeros 14:11 y Jehov dijo a Moiss: Hasta cundo me ha de irritar este pueblo? Hasta cundo no me creern, con todas las seales que he hecho en medio de ellos?

Nmeros 14:22 todos los que vieron mi gloria y mis seales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han odo mi voz,

En estos versos se resalta el que Dios tena razones de peso para castigar al rebelde pueblo israelita (verso 9); pero en su lugar opta por perdonarles la vida:Nmeros 14:12 Yo [Jehov] los herir de mortandad y los destruir, y a ti [Moiss] te pondr sobre gente ms grande y ms fuerte que ellos.

Nmeros 14:19, 20 [Ruega Moiss a Dios:] Perdona ahora la iniquidad de este pueblo segn la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aqu. Entonces Jehov dijo: Yo lo he perdonado [una vez ms] conforme a tu dicho.

El libro de los Nmeros, en la Biblia Hebrea, representa el ncleo de la Ley, siendo un documento perteneciente a la pentateuca seccin de las Escrituras, redactada por el Legislador, Moiss. Resulta evidente que el concepto del Perdn Divino no era ajeno a la Ley, como para atribuirlo exclusivamente a la Gracia, en calidad de uno de sus rasgos caractersticos. Sin duda que el Dios que le entreg la Ley a Moiss es el Mismo que manifest la Gracia y la Verdad por medio de Jesucristo. Por lo tanto, Jehov no era un Dios estrictamente vengativo y despiadado. Ms bien, siempre se ha mostrado indignado con la injusticia, por la cual no dejar impune al que la practique; pero siempre ha sido paciente y justo para dar Sus fallos judiciales (Nmeros 14.18b). El Mismo Dios de Gracia que obr en Cristo y sus seguidores, fue el mismo Dios que concedi Su Gracia desde mucho tiempo atrs: a No (Gnesis 6.8), a Abraham (Gnesis 18.3-5, 17), a Moiss (xodo 33.17), a Aarn (Ex 28.38), a David (2Samuel 15.25; 19.3, 4), y a todos los que andan en integridad aun antes de la llegada de Jess (Salmo 84.11).

La caducidad del Pecado Hereditario: al entrar la Gracia, o durante la Ley?

Antes de llegar a una conclusin precipitada al respecto, conviene primero dedicar el espacio suficiente para que las Escrituras presenten su defensa y testimonio respecto a nuestra pesquisa. Los versos que se acaban de citar poseen un contexto intrigante para la causa que se viene trabajando, y es apropiado entonces traerlo a colacin:

Nmeros 14:18 Jehov, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelin, aunque de ningn modo tendr por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos.

Este marcado contraste que compendia la personalidad de Dios tiene una contraparte que pareciera no encuadrar con lo que Moiss declara aqu, segn lee un reconocido profeta de la Ley:

Ezequiel 18:2-4 Qu pensis vosotros, los que usis este refrn sobre la tierra de Israel, que dice: Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos tienen la dentera? [Es decir, a consecuencia de las malas obras de los padres, sus hijos estaban destinados a compartir el castigo]. Vivo yo, dice Jehov el Seor, que nunca ms tendris por qu usar este refrn en Israel. He aqu que todas las almas son mas; como el alma del padre, as el alma del hijo es ma; el alma que pecare, esa morir. [De modo que, segn el criterio de Dios, los hijos no seran responsables por las fechoras de sus padres].

Ezequiel 18:13, 14 [El Hombre malvado que, entre otras cosas mencionadas] prestare a inters y tomare usura; vivir ste? No vivir. Todas estas abominaciones hizo; de cierto morir, su sangre ser sobre l. Pero si ste engendrare hijo, el cual viere todos los pecados que su padre hizo, y vindolos no hiciere segn ellos;

Ezequiel 18:17-20 apartare su mano del pobre, inters y usura no recibiere; guardare mis decretos y anduviere en mis ordenanzas; ste no morir por la maldad de su padre; de cierto vivir. Su padre, por cuanto hizo agravio, despoj violentamente al hermano, e hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aqu que l morir por su maldad. Y si dijereis: Por qu el hijo no llevar el pecado de su padre? Porque el hijo hizo segn el derecho y la justicia, guard todos mis estatutos y los cumpli, de cierto vivir. El alma que pecare, esa morir; el hijo no llevar el pecado del padre, ni el padre llevar el pecado del hijo; la justicia del justo ser sobre l, y la impiedad del impo ser sobre l.

Explcitamente se declara que el procedimiento Divino en contra de los delitos de un individuo no ira a perjudicar a sus descendientes quienes se privaran de repetir el ejemplo de impunidad. En esos trminos es como se puntualiza la Justicia Divina para la Humanidad. Sin embargo, puede que la sugerencia ms segura al respecto sea atribuir el cumplimiento de estos textos para el tiempo de la Gracia dada por medio de Jesucristo, la cual dara inicio varios cientos de aos despus.No obstante, las Escrituras de la Biblia Hebrea sugieren que esta regla enunciada por Ezequiel ya era aplicable a personas anteriores a la llegada de la Gracia. Tenemos, por ejemplo, el caso de Josas, hijo de Amn, ambos reyes de Jud en sus respectivos turnos (2Reyes 21.19-22; 22.1, 2; 23.25). El Registro Bblico afirma que Amn hizo lo malo ante los ojos de Jehov, mientras que Josas por su parte hizo lo recto delante de Jehov, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda. E incluso se dice de l que no hubo otro rey antes de l, que se convirtiese a Jehov de todo corazn, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moiss; ni despus de l no naci otro igual.Adems, Ezequiel 20.10-18-21 remite al lector al Pentateuco

Deuteronomio 24:16 Los padres no morirn por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morir por su [propio] pecado.

Est confirmado. La Justicia Divina no ha sufrido cambio al atravesar la lnea que separa a la Ley de la Gracia. El Creador siempre ha estado inclinado a penalizar a cada individuo de la Humanidad, solo por sus propios delitos, sin atribuirle responsabilidad por aquellos cometidos por su ascendencia. Es el Hombre de la Ley y el de la Gracia quien indistintamente acarrea con la responsabilidad de hacerse cmplice o desentendido de los malos pasos de sus ancestros culpables ante Dios; y no es Dios quien bajo concepto alguno haya obrado injustamente, segn como Lo acusaban los rebeldes de Israel. As es; resulta ser un hecho resonante el que, so pena de la misma Justicia con que l no tendr por inocente al que rehsa renunciar a la conducta delictiva, la Gracia del Creador no haya discriminado a los hombres ntegros que vivieron durante el tiempo de la Ley Mosaica, de los que hubieran de vivir despus.

El Amor: Ley o Gracia?

Juan 13:34 Un mandamiento nuevo [de la Ley] os doy: Que os amis unos a otros; como yo os he amado, que tambin os amis unos a otros.

1 Juan 2:7, 8 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habis odo desde el principio. Sin embargo, [S] os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en l y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.

El mensaje predicado por Cristo y sus apstoles sugiere que existe una Ley, un Mandamiento por cumplir durante la Gracia, el cual es tanto nuevo como viejo a la vez. Dicha afirmacin tiene sentido, solo cuando se asuma la posibilidad en la que la Ley haya dictaminado de antemano amar al prjimo, y de tal manera la Gracia se empeara por relevar el legado y perpetuar la empresa fijada por esta Ley, tal como se puede verificar en los cimientos mismos de la Ley:

xodo 20:16, 17 No hablars contra tu prjimo falso testimonio. No codiciars [] cosa alguna de tu prjimo.

Levtico 19:13a No oprimirs a tu prjimo, ni le robars.

Levtico 25:17 Y no engae ninguno a su prjimo, sino temed a vuestro Dios; porque yo soy Jehov vuestro Dios.

Levtico 19:16b-18 No atentars contra la vida de [es decir, no matars a] tu prjimo. Yo Jehov. No aborrecers a tu hermano en tu corazn; razonars con tu prjimo, para que no participes de su pecado. No te vengars, ni guardars rencor a los hijos de tu pueblo, sino amars a tu prjimo como a ti mismo. Yo Jehov.

La savia que sustenta a la Ley, emanada directamente de los Diez Mandamientos (xodo 20; Deuteronomio 5), es la materia prima esencial de la Gracia. No hay una propuesta innovadora dentro de la Gracia pstica que pretenda contraponerse a la Ley: es la confirmacin de la Ley (Romanos 3.31); con la diferencia cuantitativa que caracteriza a la Gracia como la repotenciacin de la Ley. La Gracia no es otra cosa que la Ley en su mximo desarrollo de Fertilidad Amorosa, y la exposicin total de la Luz Divina, la cual, es cierto, brillaba poco a causa de las tinieblas que pretendan enturbiar la Verdad en tiempos de la Ley. Por eso fue que el Mensaje de Jesucristo ha eliminado toda oscuridad que entorpeca a la Gracia de la Ley (remtase al artculo Muestra Metodolgica #4, para ms detalles respecto al tema).As que, por el modo en que resultan los hechos, no est de ms subrayar la conclusin obligada al respecto, con decir que la lnea que separa a la Ley de la Gracia es bastante tenue, siendo que los ideales de ambas sean esencialmente los mismos. Por lo tanto, no resulta razonable tratar por separado una instancia de la otra, haciendo prescindible la Ley de la Gracia, y atentando contra la unanimidad de propsito en las Escrituras, como resultado.

La Ley en la Gracia.

Habindose rastreado la presencia de la Gracia dentro de la Ley, resta verificar o desmentir la relacin ntegramente recproca de ambas instancias escriturales. Si concluimos en este anlisis que la Ley tambin viene contenida por defecto en la Gracia, entonces no queda otro remedio ms que consagrar de veras la suma de los resultados conformes que han arrojado las pruebas hasta el momento; al tiempo que se debe rechazar lo que se considera una incompatibilidad de la Ley con la Gracia, junto con todas de las disociaciones propuestas que se hallen subordinadas a tal hiptesis exegtica.

Una inspeccin preliminar en la seccin de las Escrituras asignada a la Gracia nos otorga alguna idea sobre la reputacin que gozaba la Ley all:

1 Corintios 9:21 a los que estn sin ley, [yo, Pablo, me hago] como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que estn sin ley.

Santiago 2:12 As hablad, y as haced, como los que habis de ser juzgados por la ley de la libertad.

Romanos 13:8-10 No debis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prjimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterars, no matars, no hurtars, no dirs falso testimonio, no codiciars, y cualquier otro mandamiento, [adems de los Diez Mandamientos a los que est aludindose] en esta sentencia se resume: Amars a tu prjimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prjimo; as que el cumplimiento de la ley es el amor.

Las voces autorizadas de la Gracia, emitidas por sus usuarios legtimos, dan buena fe del concepto en que los Cristianos tienen a la Ley. Ellos se consideran partidarios de y sujetos a la Ley, la misma Ley que ensea a amar al prjimo, y advierte sobre el juicio que acarrearn los infractores. Las expectativas originales de la Ley no se han desvanecido en la Gracia, sino que claramente se han consolidado.Cuando se depende de la Gracia Legal de Dios por medio de la Fe en Jesucristo, entonces Su Justificacin puede aplicar en todos los seres humanos indiferentemente. La Gracia brinda al Hombre la oportunidad de la Salvacin en la medida que le transmite la responsabilidad de Amar a su prjimo de corazn, segn lo estipula la Ley:

Romanos 4:16 Por tanto, [la Justificacin Divina] es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino tambin para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.

La aplicacin de la Ley en la instancia de la Gracia tiene una condicin teolgica: no debe ser considerada desde el punto vista del Hombre, incrdulo y culpable ante Dios; sino desde el punto de vista opuesto, desde Quien provino la Ley y todas las cosas: Segn el Espritu de Dios. Pero esta ptica interpretativa no es exclusiva en cuanto a la Ley, sino tambin una advertencia a interpretar la Gracia siempre como nos ha sido dada: Segn el Espritu, y no Segn la Carne (Ver ms adelante):

1 Timoteo 1:8-10 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legtimamente; conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, [entonces, por contraste, se sobreentiende que el uso legtimo de la Ley depende de usarse Segn el Espritu, pese a que est redactada Segn la Carne].

1 Tesalonicenses 2:13 Por lo cual tambin nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que osteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres [Segn la Carne] sino segn es en verdad, la palabra de Dios [Segn el Espritu], la cual acta en vosotros los creyentes.

Glatas 1:11, 12 Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por m, no es segn hombre [Segn la Carne: Gnesis 6.3]; pues yo ni lo recib ni lo aprend de hombre alguno, sino por revelacin de Jesucristo [al no serlo Segn la Carne, entonces debi serlo Segn el Espritu].

El Espritu de Cristo que gua a los Creyentes (Juan 15.16, 16.13) es el mismo que inspir a los profetas de la Biblia Hebrea (1Pedro 1.11-13). Los escritos de los Cristianos citaron constantemente las Escrituras previamente registradas, para sustentar sus convicciones sobre la Fe (Hebreos 11), la sujecin a Dios (Mateo 4.4: Escrito est), el ejemplo y la amonestacin a la manera de vivir aprobada por Dios (1Corintios 10.11a: Y estas cosas les acontecieron [a los protagonistas de los hechos registrados en la Biblia Hebrea] como ejemplo, y estn escritas para amonestarnos a nosotros; Romanos 15.4: Porque las cosas que se escribieron antes [en las Escrituras Hebreas], para nuestra enseanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolacin de las Escrituras [Hebreas] tengamos esperanza)Todo medio de Reconciliacin provisto por Dios antes de Cristo, era prefiguracin un retrato y antecedente del Redentor hecho carne. A su persona no le era ajeno ninguno de los artilugios salvficos previos a su manifestacin; ms bien, el mismo Jesucristo se hizo presente a travs de ellos en su espritu (1Corintios 10.1-4: Cristo era la Roca espiritual de los Israelitas). Jess trasciende las fronteras del tiempo y del espacio, al igual que lo hace el inmutable Dios que obra en l (Juan 14.10).Por tanto, es incoherente e inaceptable desde el punto de vista estrictamente Bblico el discriminar una voluminosa seccin de las Escrituras la conocida Biblia Hebrea, tildndola de desactualizada e incomprensible, cuando Dios, el mismo Dios que no cambia (Malaquas 3.6), instruy a Jess, sus Apstoles y sus ayudantes (2Timoteo 4.11) a depender confiadamente de los Escritos Sagrados disponibles en el momento (mas aquellos que se fueron anexando: desde Gnesis hasta Malaquas: Mateo 23.35; Lucas 24.44, 46; 2Timoteo 3.15; 2Pedro 3.16). Todos ellos, Cristianos hasta la medula, fueron obedientes al encargo del Seor, y tuvieron por Libro de texto y de enseanza a las Escrituras de la Biblia Hebrea, aun siendo su versin Griega (conocida como la Septuaginta). No es fiable ni necesario el alterar dicha actitud Cristiana primitiva hacia estas Antiguas Escrituras. Mejor es no causar la impresin de vergonzosa desaprobacin e incompetencia para usar bien la Palabra de Verdad (2Timoteo 2.15). En su lugar, debemos tratar a la Biblia Toda como la Unidad que su Autor ha designado que sea, Provechosa en cada parte que la compone (2Timoteo 3.15, 16); y debemos realizar esto en la medida que pongamos en prctica, sobre la totalidad de su contenido, el mismo Mtodo Bblico para interpretarla.

El Hombre, el Creyente y el Mtodo.

Romanos 7:15-25 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en m. Y yo s que en m, esto es, en mi carne [advirtase la importante distincin], no mora el bien; porque el querer el bien est en m [mi mente, mi espritu], pero no el hacerlo [en la carne]. Porque no hago [en la carne] el bien que quiero [en el espritu], sino el mal que no quiero [en el espritu], eso hago [en la carne]. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en m [en mi carne; no en mi espritu]. As que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal est en m [en mi carne]. Porque segn el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que est en mis miembros. Miserable de m! Quin me librar de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Seor nuestro. As que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

En el pasaje citado, el Apstol describe el conflicto en el que un Creyente como l se halla involucrado en los trminos de su propia naturaleza. Habiendo aceptado cooperar con Dios y Su Bien caracterstico, el Creyente tpico internaliza la disputa que su Salvador tiene declarada a la Carne. La mente/el Hombre interior de este Creyente est del bando Divino, consiente su deseo voluntario por realizar los intereses de Su Ley; mientras que su cuerpo/sus miembros (u Hombre exterior: 2Corintios 4.16), en oposicin a su voluntad, influye perniciosamente en su vida para reaccionar de manera automtica, y por defecto instintivo, hacia el Mal.Al describirse las modificaciones de la nueva naturaleza adquirida por el Creyente, a su vez, se evidencia con suficiente claridad cul es la naturaleza Humana a la que opta por renunciar en todo lo posible. El recipiente de la carne y el recipiente del espritu. Ambos recipientes, constituyentes de la naturaleza Humana; salvo que el espritu del Creyente ha sido modificado para dejar de asistir a los intereses de la Carne (2Corintios 10.3. Ver ms adelante).A grandes rasgos, se pueden definir como sinnimos intercambiables por el espritu, trminos como: mente, pensamientos, corazn, hombre interior y viejo hombre (segn sea el caso), etc.; es decir, toda expresin que ilustre la actividad inmaterial e intelectiva del Hombre. Mientras que la carne se describe con equivalentes tales como: miembros (pies, manos, etc.), cuerpo, vaso, etc., o sea, cualquier descripcin sobre la actividad fsica del Hombre.De lo analizado se destaca otro hecho: que el espritu, adems de la carne, forma parte de la naturaleza humana. Claro est, siendo distinguidos el Espritu de Dios al espritu del Hombre (1Corintios 2.11), gracias a un artilugio ortogrfico en la mayora de las traducciones de la Biblia: el Espritu y el espritu (escritos con mayscula y minscula para referirse a Dios y al Hombre, respectivamente). La diferencia radical entre el espritu del Hombre no creyente y el del Creyente, es que el espritu ha sido renovado en este ltimo, en conformidad al agrado de Dios. Ya no ms es un espritu que desea, faculta y se complace en lo malo que la carne impulsa a hacer (Romanos 1.32; Efesios 2.3), sino que ha sido creado segn Dios, en la justicia y santidad de la verdad (Efesios 4.24b).

Romanos 1:32 quienes [hombres enemigos de Dios] habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no slo las hacen [visiblemente, en su carne], sino que tambin se complacen [en el asiento de sus emociones, en su espritu] con los que las practican.

Efesios 2:3 entre los cuales tambin todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne [esta es la Carne, segn se contina], haciendo la voluntad [el Griego lee las voluntades] de la carne y de los pensamientos [la voluntad consciente del espritu concediendo la voluntad instintiva de la carne],y ramos por naturaleza [por defecto o por instinto, etc.] hijos de ira, lo mismo que los dems [seres humanos no creyentes].

Efesios 4:23, 24 y renovaos en el espritu de vuestra mente, y vestos del nuevo hombre, creado segn Dios [esto es, en el espritu Segn el Espritu] en la justicia y santidad de la verdad.

As es. Aunque el Hombre es Carne, no obstante, tambin est provisto de un espritu: Comprese Gnesis 6.3 con el Salmo 51.10. A fin de distinguirlos, puede afirmarse (en analoga directa al caso del Espritu de Dios y el espritu del Hombre) que el cuerpo del Hombre es la carne (escrita en minscula), mientras que la Orquestacin de la carne con su espritu es denominada la Carne. Entonces se hace evidente el que el espritu del Incrdulo obre segn la Carne; mientras que el del Creyente, segn el Espritu.

Gnesis 6:3 Y dijo Jehov [Dios]: No contender [M]i [E]spritu con el [H]ombre para siempre, porque ciertamente l es [C]arne; mas sern sus das ciento veinte aos.

Salmo 51:10 Crea en m, oh Dios, un corazn limpio, Y renueva un espritu recto dentro de m. [Al gusto Suyo, Dios adecua el corazn del Creyente es decir, el espritu de su interior para que se torne limpio y recto].

Del texto principal de Romanos 7, se desprende el hecho que el espritu sea la voluntad consciente del Hombre, adems que la carne constituya la actividad involuntaria, o inconsciente, en el ser Humano. Adicionalmente, ha podido confirmarse que cuando el espritu del Hombre est consintiendo la actividad instintiva y automtica de su carne, entonces en el Texto Sagrado se hace alusin a la Carne.Adems, resulta evidente para el Apstol que el asiento de la Maldad en el Hombre, su base de operaciones, reside en la carne aun la carne del Creyente. Y de forma anloga, lo mismo permite aseverarse de su contraparte (el Espritu en el espritu del Creyente). Por lo tanto, debe tomarse nota clara de la realidad dilemtica que se ubica en el Creyente: un recipiente de carne, que es a su vez el control operativo de la Carne; ms un recipiente de espritu, el cual ha sido cortesa del Espritu de Dios que ahora mora en l, orientando la voluntad consciente del Creyente.

Distinguiendo a Segn la Carne de en la carne.

2 Corintios 10:2, 3 ruego, pues, que cuando est presente, no tenga que usar de aquella osada con que estoy dispuesto a proceder resueltamente contra algunos que nos tienen como si anduvisemos segn la carne. Pues aunque andamos en la carne, no militamos segn la carne;

Glatas 5:25 Si vivimos por el Espritu, andemos tambin por el Espritu.

Presentando defensa a su ministerio, el Apstol Pablo puntualiza una marcada diferencia entre comportarse Segn la Carne de hacerlo en la carne. Esta distincin era vital para validar su argumento. Y dicha distincin se ha inferido en los textos estudiados hasta el momento, de una manera positiva al reflexionar paulino; dndose por sentado el hecho que la carne es el asiento de la Influencia perniciosa de la Carne (impulsando a pensar y obrar Segn la Carne, desde la carne), pero que los creyentes como Pablo pueden hacer de su carne, del cuerpo de cada uno de ellos, un instrumento de justicia dedicado a Dios, como consta en la carta a los Romanos:

Romanos 6:12-13 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcis en sus concupiscencias [el cuerpo aqu, presentado como la fuente del influjo maligno en el Creyente: por motivo del asiento de la Carne en l]; ni tampoco presentis vuestros miembros [o sea, los cuerpos o, la carne] al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios [obrando en la carne, pero ya no mas Segn la Carne, sino Segn el Espritu] como instrumentos de justicia.

Romanos 6:19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad [el texto Griego lee: a causa de la debilidad de la carne vuestra]; que as como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad [es decir, las obras de la Carne, segn Glatas 5.19 en otras palabras, obrar en la carne Segn la Carne], as ahora para santificacin presentad vuestros miembros para servir a la justicia [obrando en la carne, pero Segn el Espritu].

Anlogamente, y con una buena base lgica (por ejemplo, de acuerdo al marcado contraste de la Carne y el Espritu que se presenta en Glatas 5.16-25), es de esperarse una distincin entre Segn el Espritu y en el espritu; aunque claro est, siendo el espritu del Creyente el mbito de la naturaleza del Converso en donde el Espritu mora, y desde donde se proyecta a habitar la carne adyacente. Esa es la propuesta en la Escritura con relacin al plan habitacional del Espritu de Dios en la naturaleza del Hombre:

1 Corintios 3:16, 17 No sabis que sois templo de Dios, y que el Espritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruir a l; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

1 Corintios 6:19 O ignoris que vuestro cuerpo es templo del Espritu Santo, el cual est en vosotros, el cual tenis de Dios, y que no sois vuestros?

1 Corintios 6:13 Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero tanto al uno como a las otras destruir Dios. Pero el cuerpo no es para la fornicacin, sino para el Seor, y el Seor para el cuerpo.

El Creyente debe ceder terreno al Espritu que mora en su nuevo espritu para que tome el control de su cuerpo de su carne, y en definitiva pase a habitar en la carne, alcanzando a tener as dominio completo de l. Por fin as l andar en la carne, mas no militar Segn la Carne, como lo asegura el Apstol.

Carnal y espiritual.

Estando fuertemente advertidos de la oposicin de la Carne hacia el Espritu, conviene considerar toda expresin de la Carne como una negacin franca del Espritu. De este modo es fiable atribuir a la ausencia del influjo del Espritu (el No Espritu, por decirlo de otro modo) el sentido alternativo de lo que convencionalmente se define en las Escrituras por Carne. Tener en cuenta esta equivalencia ayudar notablemente a descifrar gran parte del contenido del Texto Sagrado. Lo mismo se puede asumir con respecto a expresiones de tipo (lo) carnal y (el recipiente de) la carne (es decir, entendindose respectivamente por lo no espiritual y el recipiente no del espritu); porque la orientacin polar a esta contienda avisada por la Biblia es el Espritu, el Espritu de Dios, por Quien Todas las cosas proceden, subsisten, y retornan (Romanos 11.36).El calificativo de Espiritual es empleado recprocamente con sustantivos como Sabio, Fuerte, Maduro y Perfecto (siendo estas ltimas dos, traducciones de un mismo vocablo Griego , teleios: 1Corintios 2.6; 14.20. Vase tambin la Muestra Metodolgica #8). Pablo se considera a s mismo como perfecto (Filipenses 3.15, tambin), pero al mismo tiempo, como encaminado a la perfeccin hacia una perfeccin superior a la que posee actualmente (Filipenses 3.12; Hebreos 6.1). O sea que el desarrollo espiritual se extiende como un progreso, compuesto por varias etapas, las cuales, comparadas entre s como mayores o menores unas de otras, se califican de carnales una vez superadas, para ayudar a entender el estadio inferior al que dicha perfeccin espiritual se encuentra en un presente, requiriendo de al menos otro relevo ms a un status espiritual superior.Entonces el progreso espiritual (hacia Dios) se describe Escrituralmente as:Carnal con mayor influjo de la Carne (=Segn la Carne), o con menor influjo del Espritu (=segn el Espritu)'.Espiritual con menor influjo de la Carne (=Segn la Carne), o con mayor influjo del Espritu (=Segn el Espritu).Estos valores aplican a la perspectiva dominante del Espritu, cuando se toma al Espritu de Dios como punto de referencia. Pero cuando es el caso contrario, apuntando a los logros de la Carne, entonces el progreso espiritual va encaminado hacia el Hombre; y agravando as su oposicin, irreconciliable, con Dios. En tal caso, resulta:Carnal con menor influjo de la Carne (=Segn la Carne), o con mayor influjo del Espritu (=segn el Espritu)'.Espiritual con mayor influjo de la Carne (=Segn la Carne), o con menor influjo del Espritu (=Segn el Espritu).Ejemplos de uso de esta segunda clasificacin se encuentran, (p. ej.), en Efesios 2.1, 2, donde se habla de la influencia de la Carne con el calificativo de el [E]spritu que ahora opera en los hijos de desobediencia (ntese que es acertado usar la mayscula en este caso, debido a que se est hablando aqu de una influencia colectiva sobre la Humanidad, y por eso debe distinguirse del espritu individual de cada Hombre desobediente a Dios). Otro caso se perfila en Apocalipsis 11.8; cuando el autor hace alusin al sitio en donde Jess fue cruci- ficado (el cual debe ser Jerusaln: Mateo 20. 17-19), pero evita referirse a esa localidad literal (carnal), y en su lugar, asevera que tal lugar se llama, en sentido espiritual, Sodoma y Egipto. Evidentemente, y segn atestigua el desfavorable contexto, dichas referencias espirituales solo retratan un perfil siniestro de la naturaleza Humana, de la Carne: en beneficio de la cual milita la expresin susodicha. Adems, tenindose en cuenta lo ya analizado sobre los dos recipientes de la naturaleza humana, cabe aadir que la Influencia de la Carne se opera desde la carne del Hombre (sea Creyente o Incrdulo), al tiempo que la Influencia del Espritu comienza en el espritu del Incrdulo voluntario, y pasa a tomar asiento desde este espritu renovado, para influir desde all la consiguiente naturaleza del nuevo Creyente. As que cuando en el Creyente aumenta el Influjo del Espritu desde su espritu, transmitindose positivamente hacia su carne, entonces este individuo guiado por Dios est progresando en su nivel espiritual (esto es, Segn el Espritu): convirtindose en espiritual. Pero en el caso contrario, si el Influjo de la Carne es el que lleva la delantera en el Converso, su carne se tornar en el centro de la atencin de su vida, y el espritu nuevo que Dios ha implantado en l se estrechar, impidindosele tomar control de sus hechos en la carne, y peligrando conservar la impecabilidad con que Dios lo ha dotado (2Corintios 7.1; Hebreos 10.22): alcanzando un estatus espiritual inferior (esto es, Segn el Espritu), en resultado, ejercido por un Creyente carnal:

2 Corintios 7:1 As que, amados [esta amonestacin va dirigida a individuos que poseen un nuevo espritu provisto por Dios], puesto que tenemos tales promesas, limpimonos de toda contaminacin de carne y de espritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

Hebreos 10:22 [Hermanos (verso 19),] acerqumonos con corazn sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. [La exhortacin a los Creyentes es a acercarse a Dios tras haber quitado la mala conciencia de sus corazones, sus espritus nuevos, los cuales, evidentemente, continan vulnerables a la corrosin malvada que provoca la carne].

El Mtodo en funcin CCLICA.

Un patrn constante en las Escrituras es un indicio de periodicidad de una frmula que cifra la concepcin acertada del contenido Bblico. Tal continuidad, segn se acord al principio del estudio, es heredada de la Naturaleza visible que Dios ha producido. Y a tal particularidad de la Existencia es a la que el Predicador llama la atencin desde el comienzo de su documento:

Eclesiasts 1:4-7 Generacin va, y generacin viene; mas la tierra siempre permanece. Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ros todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ros vinieron, all vuelven para correr de nuevo.

Eclesiasts 1:9-10 Qu es lo que fue? Lo mismo que ser. Qu es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se har; y nada hay nuevo debajo del sol. Hay algo de que se puede decir: He aqu esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.

Eclesiasts 3:15 Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pas.

Todos los fenmenos naturales aludidos comparten un mismo principio de proyeccin a manera de movimiento circular. Aun la referencia a las diversas generaciones que han ido y venido en su existencia sobre la tierra, sugiere un juego de palabras intencional con la etimologa de la vocablo Hebreo dor, el cual tiene un sentido de revolucin de tiempo, a la manera del girar circular de una rueda (, pronunciado dur). Ms interesante aun es que de dicho modo el autor nos induzca a razonar generalizadamente con respecto de todos los acontecimientos en la realidad. Por lo tanto, no es posible separar esta consecuencia cclica provista por los propios criterios Escriturales, de un Mtodo que pretenda lidiar con la problemtica global en la Palabra de Cristo. En lugar de eso, podemos constatar las conclusiones de Salomn, al meditar en los altibajos de la vida de protagonistas picos de las Escrituras tales como Jos y David, por ejemplo. En lnea cronolgica, amado por su padre Jacob, Jos disfruta de su filiacin (Gnesis 37.3). Ms adelante, sin embargo, sus hermanos son provocados a envidiarlo (37.11) al punto que intentan matarlo (versos 18 al 20). No obstante, es librado de morir (21, 26), aunque es vendido como esclavo (27, 28, 36). Sin embargo, Dios estaba con l, y fue varn prspero a tal extremo, que fue ascendido de simple siervo a mayordomo de su amo (Gnesis 39. 1-6). Ahora bien, pese a estos privilegios, Jos cae en prisin (Gen 39.20); mas Dios le dio gracia en los ojos del jefe de la crcel, de modo que le confi el cuidado de todos los presos (versos 21 al 23). Aos ms tarde, Jos sale de la prisin para ser gobernador de Egipto (Gnesis 41.39-41), y reconciliarse con sus hermanos finalmente (Gnesis 50.15-21). De estos textos no queda duda acerca de las tribulaciones que padeci Jos, y de las que fue librado posteriormente, segn lo declara Esteban (Hechos 7.10). Pero debe aclararse el hecho que el orden de estas tribulaciones especficas en su existencia, con relacin a su desahogos respectivos, no pueden encasillarse en dos montonos eventos de su vivir (como afirmar que Jos sufri una cantidad de tribulaciones en cierto momento de la vida, para despus pasar a disfrutar de todas las satisfacciones merecidas, en una segunda etapa posterior de su existencia); sino ms bien, el hijo favorito de Jacob experiment progresiva y alternativamente un numero de tribulaciones y sus consiguientes sosiegos. Su carrera inici en paz, y termin en paz; pero fue un proceso atropellado continuamente por un constante vaivn de dificultades: encarnando as la dialctica de la existencia segn puntualiza Salomn con sus curvas descripciones sobre el mecanismo de la realidad, y convirtindose en un paradigma de la experiencia a vivir por la humanidad. Adicionalmente podemos citar el caso de David, un Escritor Inspirado de la Biblia, como del ponderado Salmo 23. El contenido de este Salmo es dedicado a retratar poticamente las experiencias ambivalentes de la vida del propio David. Sin embargo, con el paso del tiempo, su mensaje ha sido redirigido a cantar las circunstancias colectivas de sus lectores identificados con Dios. Este Salmo, del mismo modo en que lo hacen otros, vaticina particularmente las penalidades y triunfos que Cristo haba de protagonizar tiempo despus; pero al igual que el resto de las Escrituras su aplicacin ha sido extendida a un marco universal. Una aplicacin acreditada por los mismos Escritores Inspirados, quienes se apoyan de ese mismo espritu de Fe, comn a los involucrados en la creacin de las Escrituras, para concordar en que todo lo Escrito All, aun lo cumplido en el Mesas, fue escrito para [la] enseanza de los Creyentes (2Corintios 4.13; Romanos 15.2-4). Por este motivo al principio del estudio sugiri que los Escritores de la Palabra de Dios debieran poseer en comn un mecanismo unnime y reconocible para interpretar la Voluntad Divina, la cual asimismo estaban registrando una sola verdad compartida colectivamente; pues resulta inaceptable el que, con el uso y el paso del tiempo, tan siquiera una declaracin inspirada por Dios y contenida en la Biblia, una sola de sus Palabras Imperecederas, se vuelva impotente en algn momento, para dejar de ser Provechosa y til una vez ms (Mateo 5.18; 24.35; 2Timoteo 3.16). En base a lo analizado, vemos lo imperativo que se hace el incorporar esta caracterstica de Aplicabilidad Cclica en el Mtodo que pretendemos, asintiendo por factible la explotacin indefinida de las funciones que le competen, hasta que se alcancen las metas propuestas por el Espritu, las cuales vislumbran un Retorno de la Creacin a Su Creador.Jess y el Mtodo: Su naturaleza dual.

El Seor Jesucristo desempea un referencial papel en nuestro esfuerzo por entender las Escrituras, siendo l mismo la Imagen del Dios Invisible (Colosenses 1.15) y quien ha dado a conocer a Dios (Juan 1.18). Jess se arm de nuestra naturaleza Humana, compuesta de carne y de espritu (vase el artculo: El Hombre, el Creyente y el Mtodo) para afrontar la existencia en igualdad de condiciones a nosotros, y vencer toda dificultad de la Carne:

Hebreos 2:14 As que, por cuanto los hijos [de Dios] participaron de carne y sangre, l [Jess] tambin particip de lo mismo [de las mismas cosas (es decir, de la carne con la sangre), (Griego)], para destruir por medio de la muerte al que tena el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

Hebreos 2:17 Por lo cual [Jess] deba ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

Por tal motivo, es sumamente interesante analizar cmo fue que Jess lidi con el conflicto Sarkino-Pneumtico. As que una situacin elegida para la causa es la comprensin que tuvieron los hombres acerca de Jess:Juan 7:27, 28 Pero ste [Jess], sabemos de dnde es; mas cuando venga el Cristo, nadie sabr de dnde sea. Jess entonces, enseando en el templo, alz la voz y dijo: A m me conocis, y sabis de dnde soy; y no he venido de m mismo, pero el que me envi es verdadero, a quien vosotros no conocis.

Por este lado, las personas conocen a Jess, o saben de dnde es l. Es importante resaltar que es el mismo Jess quien acredita las aseveraciones que se dan sobre l aqu. No obstante, por otro lado,

Juan 8:19 Ellos le dijeron: Dnde est tu Padre? Respondi Jess: Ni a m me conocis, ni a mi Padre; si a m me conocieseis, tambin a mi Padre conocerais.

Juan 9:29 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moiss; pero respecto a se, no sabemos de dnde sea.

Tanto Jess como la gente estn de acuerdo en el desconocimiento de su persona y procedencia. Esta situacin es dilemtica, evidentemente; y se vuelve a hacer patente en el Bautismo:

Mateo 3:13, 14 Entonces Jess vino de Galilea a Juan [el Bautista] al [rio] Jordn, para ser bautizado [con agua] por l. Mas Juan se le opona, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti [esto es, con el Espritu Santo], y t vienes a m?

Mateo 3:16 Y Jess, despus que fue bautizado, subi luego del agua; y he aqu cielos le fueron abiertos, y vio [Juan el Bautista] al Espritu de Dios que descenda como paloma, y vena sobre l. [De manera que el Bautista ya conoca a Jess como el Mesas, aun antes que viniera a su Bautismo].

Pero segn otro Evangelista

Juan 1:33 Y yo [Juan el Bautista] no le conoca [a Jess]; pero el que me envi a bautizar con agua, aqul me dijo: Sobre quien veas descender el Espritu y que permanece sobre l, se es el que bautiza con el Espritu Santo.

Juan el Bautista conoca al Cristo, identificndolo en su primo Jess, desde antes que fuera bautizado: no queda la menor duda al respecto. Y, sin embargo, al mismo tiempo lo desconoca, si a Jess como el Cristo. Es ms, Jess mismo da un paso adicional en el asunto, y hace pica esta contrariedad en su persona (por el registro unnime de los Evangelistas Sinpticos), en la tinta del mismo Mateo (22.41-46) que apunt el previo conocimiento Mesinico del Bautista:

Marcos 12:37 David mismo le llama [en el Espritu Santo] Seor [al Cristo, verso 35]; cmo, pues, es su hijo? Y gran multitud del pueblo le oa de buena gana.

Cmo podra responderse Bblicamente a la interrogante de Jess? Era acaso un hijo obediente de David, o el ntimo Seor del Salmista? La Palabra pregunta, y ella misma responde:

Romanos 1:3, 4 acerca de su Hijo [Hijo de Dios], nuestro Seor Jesucristo, que era del linaje de David segn la carne, que fue declarado Hijo de Dios con poder, segn el Espritu de santidad, por la resurreccin de entre los muertos,Entonces todo el panorama de dudas se despeja: las personas tenan acceso a un conocimiento sobre Jess, limitadamente Segn la Carne, acerca de su residencia, su ascendencia fsica y su humanidad en general. De dicho modo lo conoca Juan el Bautista, como el individuo calificado Segn la Carne para ser el Cristo; ya que Jess cumpla con todos esos requisitos, entre los cuales se destacaba ser hijo de David, por linaje. Jess aprovecha la oportunidad para reprender a los lderes religiosos de su tiempo por malinterpretar las Escrituras. l no est ofrecindoles escoger una verdad de la Palabra Divina y rechazar otra. Ellos han estado poniendo en vilo la mitad de la Verdad acerca del Cristo, del mismo modo en que lo hacan con el resto de las Escrituras. Jess est pues, invitando a entrar en razn; ya que crudamente se est ignorando y quebrantando la Escritura (Mateo 22.19; Juan 10.35). Hasta que no se admita que la Palabra de Dios est escrita Segn la Carne, y Segn el Espritu adems, no se podr explicar ni mucho menos, replicar (Lucas 14.6) ninguna de sus interrogantes; como aquellas que Ella misma acaba de descifrar: que Jess es hijo de David Segn la Carne, y por lo tanto, aun los hombres impos tienen acceso a conocerlo en ese mbito. Pero a su vez, Jess es Hijo de Dios Segn el Espritu, y solo sus seguidores pueden llegar a conocerlo de ese modo (Lucas 9.18-21), indescifrable por sus detractores avenidos con estos fariseos. Tal es la sensibilidad del Mtodo que precisamente estamos recopilando de las Escrituras.Jess aporta todo su esfuerzo durante su Ministerio terreno para hacer prevalecer la Verdad de Dios frente a las tergiversaciones a las que pueda verse amenazada por la Carne. As lo deja retratado en la escena de su Tentacin en el desierto. Su lucha contra Satans se centra en el correcto uso de Escrituras: Mientras que su Adversario le propone valerse de las prestaciones con que Dios privilegia (Lucas 4.9-11), Jess no se le opone frontalmente con desautorizar la Palabra que estaba escrita sin lugar a dudas; ms bien, balancea su cita imprudente con otra, tras la apertura: Escrito est TAMBIN [otra vez (Griego)] (Mateo 4.7). De modo que Jess no niega el hecho que la Escritura lo diga, sino que acota con qu otra Escritura se sintetiza, para dar exgesis adecuada a una declaracin pronunciada originalmente Segn el Espritu, pero que posiblemente peligra siendo interpretada hoy Segn la Carne. Jess en definitiva, usa bien la Escritura (2Timoteo 2.15), usa el Mtodo; y de ese modo la Verdad queda fuera de peligro, salvaguardada en su sentido Genuino.Finalmente, Jess sufre la contradiccin (del Griego , antilogua, uso de expresiones opositoras) de los pecadores contra s mismo (Hebreos 12.3); arguyndose de este singular hecho el que los rendimientos perjudiciales del Mtodo son provocados por la falta de cooperacin Humana hacia la Verdad de Dios. Por lo tanto, los Cristianos tienen una tarea seria por realizar, la cual consiste en defender la misma causa por la que Jess muri, cuando denuncia el desuso, mal uso y abuso perpetrado en contra de la Palabra de Dios.

El Mtodo y la Salvacin.

La Salvacin es un tpico de las Escrituras que se encuentra relacionado intrnsecamente con el Mtodo Bblico de su interpretacin. Como se pudo analizar al final del segundo punto abordado en este estudio, la Escritura ilustra cmo es que Dios se esfuerza por romper el, denominmoslo as, nexo sarkinal que la carne del Hombre despliega en su espritu. El Divino Salvador comienza dirigiendo la voluntad del Hombre arrepentido (esto es, su espritu) hacia la Verdad, y luego, por iniciativa de este nuevo Hombre (Efesios 4.24), lo respalda para cambiar su actividad en la carne: Dios salva el espritu del Creyente, pero ste tiene que cooperar con l, posteriormente, para salvarse en su carne ilustrndose con este evento las etapas de la Salvacin en el espritu y en la carne:

Deuteronomio 5:28, 29 [Dice Moiss al Pueblo de Israel:] Y oy Jehov la voz de vuestras palabras cuando me hablabais, y me dijo Jehov: He odo la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado [sobre el temor que les inspiraba Dios, por lo cual pedan que Moiss fuera intermediario entre Dios y ellos (versos 25 y 27)]; bien est todo lo que han dicho. Quin diera que tuviesen tal corazn, que me temiesen y guardasen todos los das todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre! [Jehov Dios manifiesta Su anhelo de un acercamiento sincero hacia l, motivado por un respeto genuino, de corazn].

Mateo 23:26 Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que tambin lo de fuera sea limpio. [El Seor Jesucristo est instando a una conversin aceptable para Dios, la cual debe comenzar con el interior de la persona, con su espritu; y no simplemente cambiar la apariencia exterior de sus hechos, de su carne, los cuales pueden estar perpetrando una mera farsa una hipocresa].

Ezequiel 36:26, 27 [Dice Dios a sus adeptos:] Os dar corazn nuevo, y pondr espritu nuevo dentro de vosotros; y quitar de vuestra carne el corazn de piedra, y os dar un corazn de carne. Y pondr dentro de vosotros mi Espritu, y har que andis en mis estatutos, y guardis mis preceptos, y los pongis por obra.

Tito 3:4-7 Pero cuando se manifest la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salv, no por obras de justicia que nosotros hubiramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneracin y por la renovacin en el Espritu Santo, el cual derram en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, vinisemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. [Tmese un momento, por favor, para releer este texto, y percatarse del enfoque unificador con que el Apstol inspirado se empea en describir ese singular evento que toma lugar en la vida del Creyente. Todos estos trminos soteriolgicos, tan comunes a lo largo de las Escrituras que abordan tal fenmeno, se yuxtaponen aqu para garantizar qu es todo aquello que el Salvador obra de un solo acto para beneficio del Creyente afortunado].

La salvacin provista por Dios a travs de Jess, recibida por la Fe, es la justificacin del espritu, caracterizndose por ser incondicional y eterna: Romanos 3:21, 22 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en l. Porque no hay diferencia,

Romanos 3:28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley.

Romanos 8:24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, a qu esperarlo?

Romanos 11:6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.

Romanos 11:29 Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios.

Apocalipsis 21:6 Y me dijo: Hecho est. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le dar gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

Esta salvacin que se acaba de aducir, es la salvacin del espritu. No obstante, acerca del rescate de la carne, precisa el Registro Sagrado Jesucristo no la conserva irredenta a los ojos de la Justicia Divina. Es imperativo pues, segn coment el escritor a Tito (3.8), que los Creyentes Justificados en el espritu procuren tiles y buenas obras en la carne. Y el mvil para esta encomienda apostlica se explaya en el Registro: Colosenses 1:21 Y a vosotros tambin, que erais en otro tiempo extraos y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado [Evidentemente, la discriminacin entre la mente y la carne sugieren que la enemistad con Dios en la carne del Creyente qued aun sin solventarse tras la reconciliacin que se obtuvo en el espritu].

Romanos 8:10 Pero si Cristo est en vosotros [en la carne o en el espritu? El texto mismo ofrece la respuesta], el cuerpo en verdad est muerto a causa del pecado, mas el espritu vive a causa de la justicia. [Para un examen especial a este estado mortal que se aduce aqu, remtase al apartado de las Muestras Metodolgicas, #1].

Romanos 5:9, 10 Pues mucho ms, estando ya justificados [salvos en tiempo pasado] en su sangre, por l seremos salvos [en tiempo futuro] de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados [en el pasado, cuando ocurri la Salvacin del espritu] con Dios por la muerte de su Hijo, mucho ms, estando reconciliados [como un hecho presente], seremos salvos [en un futuro, ciertamente] por su vida.

Romanos 13:11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueo; porque ahora est ms cerca de nosotros nuestra salvacin que cuando cremos. [La Salvacin se divisa como un hecho bastante futuro a la Fe desempeada por los cristianos en un principio].

Mateo 24:13 Mas el que persevere hasta el fin, ste ser salvo.

Hebreos 9:28 as tambin Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecer por segunda vez, sin relacin con el pecado, para salvar a los que le esperan. [Estar en espera perseverante de Jess es un requisito excluyente para obtener la Salvacin].

De todo lo observado en este aspecto puede abreviarse que el Creyente debe salvarse en la carne, cooperando con su Salvador Celestial (Santiago 4.8), por medio del estudio de la Biblia (2Timoteo 3.15), la Predicacin (1Timoteo 4.13, 15, 16; Romanos 10.8, 9) y la suma de todas las buenas obras que proclama el Evangelio (1Corintios 15.1, 2).Santiago 4:8 Acercaos a Dios, y l se acercar a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble nimo, purificad vuestros corazones.

2 Timoteo 3:15 y que desde la niez has sabido [Timoteo] las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvacin por la fe que es en Cristo Jess.

1 Timoteo 4:13 Entre tanto que voy, ocpate en la lectura, la exhortacin y la enseanza.

1 Timoteo 4:15, 16 Ocpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvars a ti mismo y a los que te oyeren.

Romanos 10:8, 9 Mas qu dice? Cerca de ti est la palabra, en tu boca y en tu corazn. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jess es el Seor [relacionndose esto con la predicacin], y creyeres en tu corazn que Dios le levant de los muertos, sers salvo [salvo en la carne y en el espritu, respectivamente].

1 Corintios 15:1, 2 Adems os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual tambin recibisteis, en el cual tambin perseveris; por el cual asimismo, si retenis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no cresteis en vano.

Salvacin: en la carne o en el espritu.

Ante las respuestas que hemos venido recopilando, surgen nuevas inquietudes. Porque cuando nos enteramos de la doble actividad de la Salvacin en la naturaleza humana, cabe considerar la posibilidad por la que un individuo pueda ser salvo en la carne pero no en el espritu, y viceversa. De ser factible Bblicamente, entonces deberan existir casos documentados en ese respecto. Efectivamente, se vislumbran ejemplos; siendo los ms conocidos aquellos que retratan Israel saliendo de Egipto, Sal el ungido de Jehov (1Samuel 24.10), y Cam transportado en el Arca:

Judas 5 Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habis sabido, que el Seor, habiendo salvado al pueblo sacndolo de Egipto, despus destruy a los que no creyeron. [No cabe la menor duda que Dios salv a Israel fsicamente, en la carne, del sufrimiento, la esclavitud y la muerte a la que estuvieron prximos a afrontar con los egipcios. Pero es igual de cierto que dicha Salvacin no bast para concederles un espritu libre de condenacin a su rebelda e incredulidad (Hebreos 3.16-19)].

1 Samuel 11:6 Al or Sal estas palabras, el Espritu de Dios vino sobre l con poder; y l se encendi en ira en gran manera.

1 Samuel 11:13 Y Sal dijo: No morir hoy ninguno, porque hoy Jehov ha dado salvacin en Israel. [La salvacin espordica que provena del Espritu de Dios para ejecutarse en Israel, valindose de Sal, no le garantiz al rey su aceptacin permanente delante de Jehov, ni se advierte que haya cobrado algn cambio duradero en su personalidad (en su espritu). Aos ms tarde Sal ser reprobado por Dios irreparablemente: 1Samuel 15.22-28].

1 Pedro 3:20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los das de No, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho [entre las cuales se encontraba Cam], fueron salvadas por agua. [El Registro Bblico tambin asegura que No era el nico individuo perfecto en sus generaciones que hubo alcanzado gracia para ser rescatado del Diluvio en aquel tiempo (Gnesis 6.8, 9); confirmndose esa exclusividad atribuida al Patriarca con la mencin de la perversidad de su hijo Cam: Gnesis 9.22, 24, 25].

Lo siguiente es un hecho bblico palpable: Mientras que la obra de la salvacin Divina operada en el espritu del Creyente no quita inmundicias de la carne (1Pedro 3.21), el cuerpo a la verdad permanece muerto (Romanos 8.10. Ver arriba). Traigamos a colacin lo que ya hemos concluido; que cuando el espritu del Creyente es renovado por Dios, su orquestacin con la carne queda interrumpida, siendo l incapaz de aprobar voluntariamente lo malo que pudiera hacer en su carne. Es el Creyente quien tiene que mostrarse fiel en la carne hacia su Salvador, para as transferir la salvacin que han recibido en su espritu, por medio de la fe en espritu pues cabe aclarar que Fe y Fidelidad son traducciones de una misma palabra griega, solo que aplicada en el uno o en el otro estadio de la naturaleza del Hombre, y del Hombre Creyente, especialmente.

Diez muestras Metodolgicas.

Tal como se acaba de advertir en el caso de la Fe y la Fidelidad que el Creyente desarrolla en su espritu y en su carne (las cuales, podra decirse, se aplican respectivamente, a pesar de ser un mismo vocablo griego en cuestin), conviene extender el anlisis sobre la aplicacin metodolgica en cuanto a las palabras de la Escritura; pudindose concluir confiadamente que el significado per se de los vocablos obedece a los matices que Dios les asigna, metodolgicamente hablando, sea para un sentido positivo (Espritu) o negativo (Carne), y de acuerdo a la necesidad implcita de cada una de estas dos esferas de la existencia.

Muestra #1: Los Muertos que entierran a sus muertos.

Comenzamos con una clara muestra metodolgica de las Escrituras. Es muy bien conocida la mxima que Jess pronuncia a uno de sus potenciales seguidores, registrada en los Evangelios:Mateo 8:21, 22 Otro de sus discpulos le dijo: Seor, permteme que vaya primero y entierre a mi padre. Jess le dijo: Sgueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Declaraciones como esta encuentran paralelo a lo largo de las Escrituras, como en Romanos 8.10, en donde se asegura que el cuerpo de los Creyentes est muerto a causa del pecado; o en

1 Pedro 4:6 Porque por esto tambin ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne segn los hombres, pero vivan en espritu segn Dios.

un texto que expone, con el tono general de esta carta petrina, la conversin del Creyente al Cristianismo seguida de un padecimiento intermitente a manos de la Humanidad Incrdula. En todos estos pasajes sin embargo, hay un hecho que no podra entenderse literalmente, y es el de la inactividad fsica, la Muerte, que imposibilita en tomar parte de las labores Humanas (Eclesiasts 9.5, 6); ya que un muerto no puede enterrar a otro muerto, y es preciso que un Ser Humano activo, aun si es Creyente de Jesucristo, cuente con un cuerpo no muerto (pues en muchos textos se asume que posea uno en estado activo todava: 1Corintios 6.13, 20 por ejemplo). Adems, un Hombre muerto es incapaz de or el Evangelio, a causa de la disfuncionalidad espontanea de su sentido del odo, as como del resto de su cuerpo.

Entonces, una razonable explicacin al primer texto es aseverar que el discpulo de Jess, quien peda permiso para enterrar a su padre fallecido literalmente, fue amonestado por el Maestro a dejar dicha labor fsica a individuos que, aunque no fsicamente hablando, compartan la misma condicin del difunto. Evidentemente, aquellos que se oponen a seguir a Jess estn siendo tildados de muertos en dicho pasaje. No son muertos Segn los Hombres, de acuerdo al lenguaje de Pedro, sino Segn Dios. Es la inactividad fsica la que se tiene en mira en estos pasajes, sea bajo la orientacin del Espritu (como sugiere Jess) o bajo la orientacin de la Carne (es decir, desde el punto de vista literal de los Hombres; al cual nos vemos avocados por naturaleza).Adems, los textos citados sugieren que la inactividad fsica que plantean tiene distintas aplicaciones a la Naturaleza Humana. As en el caso paulino, el cuerpo de los nuevos cristianos se encuentra muerto a causa del pecado, dando a entender una todava irresuelta incompatibilidad con la Voluntad Divina. Por lo tanto, es Segn El Espritu que ellos continan muertos, inactivos, en sus cuerpos en la carne. Por otro lado, el ltimo verso que vimos expone detalladamente los mecanismos del Mtodo que estamos sintetizando a partir de un proceso que emula a la Ingeniera Inversa, cuando investigamos las Escrituras.

La Muerte previa de un Creyente del Evangelio quien, al presente, se halle Vivo Segn Dios [Segn el Espritu], es aquella muerte en delitos y pecados (Efesios 1.13; 2.1) en la que se encontraba, visto desde la Perspectiva Divina (Segn el Espritu). Durante el referido presente, este Cristiano disfruta de la vida en el espritu, Segn el Espritu, mientras sufre un contrastante juicio una calificacin de Muerto en la carne, Segn los Hombres/La Carne.

La suma de estos textos sugiere que los individuos de la Humanidad se encuentran muertos por defecto ante Dios, tanto en la carne, como en el espritu (vase tambin el artculo: El Mtodo y la Salvacin), y eso es lo que ilustra Jess en la cita. Pablo puntualiza el estado inicial del Creyente recin convertido, con el espritu creado en l por Dios, pero con el problema por resolver de su cuerpo de carne. Finalmente, es Pedro quien hace saber cul es el progreso apropiado en un Creyente que se esfuerza por estar tan muerto en su carne para los Hombres inactivo fsicamente para las actividades Segn la Carne: 1Pedro 4.4, etc. as como se encuentra vivo todava en el espritu que le fue creado Segn Dios (Efesios 4.23, 24).

Con suficiente destreza en el uso del Mtodo objeto de este estudio, podemos escudriar las Escrituras adecuadamente:

Mateo 8:21, 22 Otro de sus discpulos le dijo: Seor, permteme que vaya primero y entierre a mi padre. Jess le dijo: Sgueme; deja que los muertos [Segn El Espritu, en carne y en espritu invariablemente] entierren a sus muertos [Segn la Carne].

Romanos 8:10 Pero si Cristo est en vosotros, el cuerpo [es decir, la carne] en verdad est muerto [Segn el Espritu] a causa del pecado, ms el espritu [esto es, el nuevo espritu] vive [Segn el Espritu] a causa de la justicia.

1 Pedro 4:6 Porque por esto tambin ha sido predicado el evangelio a los muertos [Segn el Espritu, tanto en la carne como en el espritu], para que sean juzgados [en calidad de muertos] en carne [o en el cuerpo] segn los hombres [Segn la Carne], pero vivan en espritu segn Dios [Segn el Espritu. Desde su carne ellos ya no planean lo malo, y desde su espritu se proyectan hacia el bien].

Muestra #2: Pobres y Ricos.

Un tema que se trata repetidamente en las Escrituras es el de la diferencia entre los cristianos y el resto de los Hombres. Se asegura que los seguidores de Jess pueden dejarlo todo en esta vida, dejar todas sus posesiones y riquezas por amor a Dios y pese a esto, llegarn a ser recompensados en el Reino de Dios (Marcos 10.21, 29, 30). Ellos alcanzan a sufrir la pobreza para hacer tesoros en el cielo (Lucas 12.32-34). Sin embargo, sucede que otros pasajes de la Escritura califican de ricos a los creyentes de Cristo (1Timoteo 4.17, por ejemplo). Entonces surge la duda sobre cmo pudieran conciliarse ambas concepciones Bblicas, aparentemente contradictorias, en cuanto a la solvencia econmica de los cristianos. Ahora bien, cuando se observan los textos relativos al asunto, puede asegurarse que la riqueza y la pobreza de un creyente pueden coexistir, siempre y cuando se asuma que hay un tipo de riqueza calificada desde el punto de vista del Hombre, pero que la misma no sea vista as por Dios (observe Lucas 12.21 y Apocalipsis 3.17, 18). De modo inverso, el Apstol inspirado asevera que Dios escogi a los pobres del Mundo (esto es, Segn la Carne) para que sean ricos en fe (Santiago 2.5). Evidentemente, la fe es, incipientemente, es un ejercicio del espritu. De modo que hay una clara riqueza que es Segn la Carne, la cual es la ms fcil de advertir en el Mundo, por naturaleza. Sin embargo, existe tambin una riqueza Segn el Espritu de Dios, y los cristianos gozan de ella en sus espritus. Pero las Escrituras adems vaticinan que pueden poseer en la carne: eso s, Segn el mismo Espritu. 1Timoteo 6.17, 18 garantiza la riqueza de los creyentes, los ricos de este siglo; aquellos que no tienen puestas sus esperanzas en las inciertas riqueza, sino que confiando en Dios (Segn el Espritu) son dadivosos y ricos en buenas obras (y esto los hace ver pobres Segn la Carne, en el espritu, por no compartir esa altivez y expectativa Mundana en las riquezas para los propsitos egostas de la Carne). Resuelto todo as pues, anotamos que cada advertencia Bblica contra los ricos avarientos (como la de Marcos 10.25, tocante la imposibilidad de los ricos en entrar al Reino de Dios), queda estipulada selectivamente para los ricos Segn la Carne, pero no para quienes Cristo enriqueci con su empobrecimiento (2Corintios 8.9).

Muestra #3: El arrepentimiento de Dios.

Nmeros 23:19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. l dijo, y no har? Habl, y no lo ejecutar?

Gnesis 6:6 Y se arrepinti Jehov de haber hecho hombre en la tierra, y le doli en su corazn.

Incluso nos encontramos con un caso en donde las Escrituras aseguran que Dios se arrepiente y, tambin, que no se puede arrepentir En el mismo CAPTULO Bblico!:1 Samuel 15:29 Adems, [Dios,] el que es la Gloria de Israel no mentir, ni se arrepentir, porque no es hombre para que se arrepienta.

1 Samuel 15:35 Y nunca despus vio Samuel a Sal en toda su vida; y Samuel lloraba a Sal; y Jehov se arrepenta de haber puesto a Sal por rey sobre Israel.

Ahora es cuando debe afrontarse la realidad de fondo. No existen palabras mal traducidas o dos vocablos distintos que se viertan a nuestro idioma en la manera arrepentirse (el vocablo hebreo , nakham, se repite en las cuatro ocasiones aludidas aqu al arrepentimiento Divino). La respuesta se encuentra en la aplicacin especial de tal palabra en forma tan notablemente contrastante.Cuando se dice que Dios no puede arrepentirse, es hecha alusin comparativa al Hombre. Es un distintivo del Hombre el que proceda as. Entonces, desde el punto de vista del Hombre (Segn la Carne), y no segn la perspectiva Divina (Segn el Espritu), se puede detallar el arrepentimiento. Sencillamente se est hablando en trminos humanos, como Hombre (Glatas 3.15; Romanos 3.5). Entonces la hipottica contradiccin se sortea; siendo Dios un Ser que no se arrepiente, pero que parezca arrepentirse en ciertas ocasiones, de acuerdo al criterio Humano al respecto (que no es definitivamente fiable):

Dios no puede arrepentirse Segn el Espritu. Dios se arrepiente Segn la Carne.

Muestra #4: Matar o no matar.

Uno de los dilemas ms dramticos en las Escrituras es la aparente doble moral que se maneja en torno a la legislatura Divina del Homicidio. Es raro encontrar un texto que lo prohba tan categricamente,xodo 20:13 No matars.

y en otro, sin embargo, que lo ordene:1 Samuel 15:2, 3 As ha dicho Jehov de los ejrcitos: Yo castigar lo que hizo Amalec a Israel al oponrsele en el camino cuando suba de Egipto. Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de l; mata a hombres, mujeres, nios, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.

No puede quedar la menor duda que quien habla en ambos casos citados es el mismo Dios que no hace acepcin de personas (Deuteronomio 10.17) ni cambia (Malaquas 3.6). Es prudente que la Palabra de Dios justifique estas acciones.

Los enemigos intelectuales de Jess en su tiempo plantearon esta misma interrogante, cuando ponan en duda la congruencia de las enseanzas de este nuevo Rab acerca del Divorcio. En sntesis, la cuestin era que si Dios ordena algo que l mismo prohbe, entonces debera haber un conflicto con la forma de interpretar las Escrituras, y Jess estara equivocado al concluir de su conocimiento en la Palabra de su Padre que Lo que Dios junt, no lo separe el Hombre (Mateo 19.6b); es decir, que el Hombre no estara autorizado por Dios para efectuar un Divorcio, ni ninguna otra cosa que concertara la Providencia: tal como el Mandamiento que prohbe Matar!

Jess advierte en este caso particular una Verdad universal de la Palabra Divina. No obstante, los fariseos inconformes lo asaltan con una pregunta que amenaza la integridad exegtica del Mesas: [Si no] es lcito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa [,] por qu, pues, mand Moiss dar carta de Divorcio y repudiarla? (Mateo 19.3, 7). A lo cual Jess responde, asintiendo al hecho que Moiss efectivamente haya mandado a optar por esa decisin (Marcos 10.3), que el motor de dicho mandato no fue Dios, sino el corazn endurecido del Hombre (Marcos 10.5).

Jess no pone en duda que Dios haya ordenado a Moiss a que escribiera este mandamiento a los Israelitas (como se puede verificar en Nmeros 34.1, 2; Deuteronomio 12.1, 32; 26.16; 27.1, etc.), sino que concuerda con los fariseos en que este mandato fue UN PERMISO otorgado por el Creador (Mateo 19.8; Marcos 10.4); permiso el cual contravena al decreto que se haba estipulado al principio de la Humanidad (Gnesis 5.2; 1.27).

Por lo tanto, este mandamiento, junto a como otros que Dios haba decretado y hubieran entrado en conflicto con mandatos anteriores relacionados, eran mandamientos permitidos a causa de la exigencia del desarrollo Malvado del Hombre en su corazn; solo que dichos permisos tenan fecha de caducidad para el momento en que Dios, por medio de Su Cristo, diera inicio a la reforma Legislativa de reinstaurar los Primeros Mandatos en la medida que se revocaran los Mandatos Permisivos de Su Ley.

De dicho modo, Jess advierte en la Escritura, de acuerdo a su muy peculiar modo de interpretarla, que hay mandamientos escritos Segn el Espritu, y mandamientos escritos Segn la Carne; en muestra del ingente esfuerzo Divino por acercar al Hombre hacia S con cuerdas Humanas (vase el segundo apartado de esta obra) al ceder temporalmente a las demandas de la Carne.

Nosotros podemos utilizar este principio enseado por Jess a los fariseos, y ver resuelta nuestra duda respecto a la aparente doble moral con que Dios trata el tema del Homicidio; pues es predicado que Dios no quiere la muerte ningn ser humano, ni siquiera del impo (Ezequiel 18.23; 33.11). En cambio, las Escrituras denuncian la potencial inclinacin al homicidio como propiedad de la naturaleza Humana de la Carne (manifiestas son las obras de la Carne, que son [, entre muchas otras, los] HOMICIDIOS. Glatas 5.19, 21a).Al principio de la Creacin no fue as. Dios puso al Hombre en el Huerto del Edn, junto con los animales. Y fue tan precavido en evitar la muerte en este Paraso, que ordena a todos los seres vivos terrestres y alados, animales y hombres, a comer nicamente de toda planta verde que est sobre la tierra (Gnesis 1.29, 30).

Si Dios primero hubiera ordenado o permitido matar y tiempo despus se hubiera retractado, entonces habra una contradiccin irresoluble en torno a un Desptico Dios Genocida, ciertamente. Pero antes que el corazn del Hombre hubiera empezado a inclinarse endurecidamente hacia el Mal, desde su juventud (Gnesis 6.5; 8.21), s, antes que el Hombre hubiera podido influir perjudicialmente en la Legislacin Divina, instigando a su Creador a hacerla ms permisiva con la debilidad de Su Criatura, Dios estableci Su genuina e indisputada conciencia por el respeto a la Vida. De no haber sido as, entonces habra incitado a Can a que cometiera el homicidio que planeaba. Por el contrario, desde este Principio Ednico no fue Dios el Homicida, sino el Hombre (Juan 8.44; 1Juan 3.8, 11, 12).

Ahora bien, dado que Dios es Luz, y no hay ningunas tinieblas en l (1Juan 1.5b), y sumando el hecho que Cristo nos est introduciendo a una Nueva Legislatura Nueva, en el sentido que en un presente no est siendo aplicada (tngase por referencia el artculo titulado El Amor: Ley o Gracia?), de modo tal como decir que Las Tinieblas van pasando en tanto que La Luz Verdadera ya alumbra (1Juan 2.7, 8); todo esto implica inequvocamente que la Legislatura Divina en las Escrituras est siendo depurada de las permisiones de orden Humano que la enturbiaba desde bastante tiempo atrs, adems que esta Luz exija una revocacin permanente al permiso de matar:

1 Juan 2:9 El que dice que est en la luz, y aborrece a su hermano, est todava en tinieblas.

1 Juan 3:15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabis que ningn homicida tiene vida eterna permanente en l. [De modo que ser homicida significa permanecer en las tinieblas de la Ley. Por ello, una Reforma principal de la Ley es revocar el permiso para matar].

El Hombre ha sido el responsable por las Tinieblas que imperaban durante la Ley, cegando las Vidas de personas inocentes, privndoles de una oportunidad para hacer las paces con su Creador. Pero Dios no lo pudo soportar ms, al punto que ha enviado a Cristo a liberarnos de esa Ley del Pecado y de la Muerte, de esa Ley que era Buena, es cierto, pero que se haca dbil e ineficaz a causa de la Permisibilidad con que complaca a la Carne:

Romanos 8:2, 3 Porque la ley del Espritu de vida en Cristo Jess me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto [ella] era dbil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, conden al pecado en la carne;

Hebreos 7:18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia.

As es. La Ley no perdi su contenido en ningn momento, salvo su apariencia que fue opacada por la Carne. Y ya que la Ley es Espiritual (Romanos 7.14), y quienes la invalidan con su debilidad son los Hombres, entonces cabe concluirse con un corte Metodolgico en este polmico tpico, que:

Dios ordena Matar Segn la Carne; pero

Dios prohbe Matar Segn el Espritu.

Muestra #5: El Len de Jud vs el Len Rugiente.

A lo largo de la Biblia, los animales son utilizados para representar distintas virtudes y circunstancias de la Existencia, as como las caractersticas de las realidades planificadas por Dios. El siguiente ejemplo es un uso bastante ilustrativo al respecto:

Apocalipsis 22:16 Yo Jess he enviado mi ngel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la maana.

Apocalipsis 5:5 Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aqu que el Len de la tribu de Jud, la raz de David [Jesucristo, sin duda], ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.

El Len es un animal que se identifica con la autoridad exhibida por Jesucristo en algunos pasajes de las Escrituras. Sin embargo, encontramos otras referencias hacia el felino, con una notable distincin:

1 Pedro 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como len rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;El paradigma de la constante representacin del Len al podero de Cristo se ve vulnerado por textos como el anterior, en donde claramente se relaciona la rapacidad del animal con un atributo perjudicial a los propsitos Divinos. El smbolo del Len, pues, tambin se utiliza en las Escrituras para representar la Maldad de los opositores de Dios:

Salmo 22:13 Abrieron sobre m su boca Como len rapaz y rugiente.

El Salmo citado expone las aflicciones de Cristo previas a su muerte. Los fariseos, soldados, malhechores y judos que en el momento de su crucifixin se declararon enemigos de la causa de Jess, todos ellos fueron representados por el Salmista con un Rapaz Len Rugiente.

Un caso similar es el que se centra en la prudencia y la astucia de la Serpiente (virtudes ambas vertidas de un mismo vocablo en el Griego: En Gnesis 3.1 [segn la Septuaginta: , fronimtatos'] y en Mateo 10.16 [, frnimoi]).

No obstante, para un lector de la Biblia la identificacin de un animal con una virtud positiva o negativa podra hacerle perder el sentido real de la Escritura. Resultara imposible para este hipottico lector concebir el hecho que la Serpiente se identifique con el Mal (Apocalipsis 20.2), y con el Bien, simultneamente en la Palabra de Dios. Este intento por satanizar a la Naturaleza que Dios cre con Bien (Gnesis 1.31) resulta en un esfuerzo frontal contra la integridad de la Escritura, y su correcta interpretacin. Por lo tanto, es apropiado incluir esta advertencia en el Mtodo que estamos sintetizando exclusivamente a partir de la Palabra de Dios.

En definitiva:

El Len se identifica con lo Malo, siendo considerado Segn la Carne, y

El Len tiene relacin con el Bien, cuando se enfoca Segn el Espritu.

Y el mismo principio aplica oportunamente a otros animales simblicos, sin duda.

Muestra #6: Isaac e Ismael.

De acuerdo a las Escrituras, el primognito de una familia gozaba de privilegios entre sus hermanos. A lo largo de Sus pginas, la Biblia ofrece varios ejemplos de primogenitura, entre los cuales se destaca el de Ismael. l fue el primer hijo de Abraham (Gnesis 15.3; 16.1-4, 15, 16), mientras que el segundo hijo del patriarca fuera Isaac (Gnesis 21.1-5). No obstante a esta realidad, la Palabra de Dios se pronuncia enigmticamente sobre la posicin filial de Isaac:Gnesis 22:2 Y dijo [Dios a Abraham]: Toma ahora tu hijo, tu nico [hijo], Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrcelo all en holocausto sobre uno de los montes que yo te dir

Diera la impresin que Dios ignore, no solo el hecho que Ismael es el primer hijo de Abraham, su primognito, sino tambin que haya sido un hijo del Patriarca: como sugiriendo que Isaac haya sido un hijo Unignito (Hebreos 11.17).No obstante, la incgnita se esclarece con la explicacin paulina:Glatas 4:28, 29 As que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que haba nacido segn la carne persegua [esta es una alusin a Ismael, quien se burlaba de Isaac (Gnesis 21.9)] al que haba nacido segn el Espritu, as tambin ahora.

La diferenciacin aqu es categrica. El hijo de Agar, Ismael, haciendo las veces de instrumento de su menosprecio hacia Sara y su familia (Gnesis 16.4, 5), a causa del favor que le conceda la primogenitura de su hijo para usurpar la posicin de su ama, se propone a burlarse de Isaac, en muestra de la soberbia con que su madre estaba montando persecucin desde tiempo atrs contra de la esposa de Abraham. Por este mismo motivo es que Agar vuelve a quejarse con Abraham por el asunto, y a consecuencia de esto Agar tendr que marcharse nuevamente.

Gnesis 21:12 Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te ser llamada descendencia.

Romanos 9:7-9 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te ser llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos [de Abraham] segn la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos segn la promesa son contados como descendientes. Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendr, y Sara tendr un hijo.

Dado que el Registro Antiguo aseveraba, desde el punto de vista de Dios (o sea, Segn el Espritu), que Isaac se considerara descendiente legtimo y nico del Patriarca, entonces fue fcil de entender para los cristianos el que Segn la Carne, Ismael haba sido el Hijo Primognito de Abraham; pero que Segn el Espritu, Isaac era su hijo primognito y aun, unignito, planificado, no segn la voluntad del Hombre (comprese con Juan 1.13), como fue el caso de su hermano mayor.

Muestra #7: Gozo y Tristeza.

La actitud cristiana debe estar regida por el designio y agrado de Dios. Por tanto, naturalmente se puede esperar que la Escritura determine una recomendable actitud a seguir, tal como es el estado de nimo. La Biblia asegura por una parte, 2 Corintios 7:10 Porque la tristeza que es segn Dios produce arrepentimiento para salvacin, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.

que la tristeza es un estado emocional caracterstico y no indeseable de los cristianos. No obstante, otros pasajes como el siguiente,

Glatas 5:22 Mas el fruto del Esp