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Con la participación de los asociados de Consejo de Redacción Hugo Mario Cárdenas, Edilma Prada, Ferney Meneses, Tatiana Velázques Archibold y Ángela Hurtado.

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VI Encuentro de Periodismo de Investigación Consejo de Redacción

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HUGO MARIO CÁRDENAS

“Se hicieron ‘agua’ los dineros de la ola invernal”

Este es un trabajo que hice con Consejo de Redacción y el Pnud, que a su vez contó

con el respaldo de otros organismos en el marco del proyecto Tras la Pista de los

Dineros Públicos1. “Se hicieron ‘agua’ los dineros de la ola invernal”2 es el resultado

de las semanas de capacitación y del respaldo que le hicimos a cada uno de los temas.

Infortunadamente, el Valle del Cauca es una de las regiones en las que el

problema de la corrupción sigue afectando. A esto se suma que los organismos de

control no han logrado poner una especie de límite para que algunos dirigentes del

departamento dejen de hacer lo que están haciendo; muchos de los responsables de

los hechos de corrupción y del despilfarro de recursos públicos en el Valle del Cauca

siguen haciendo política o siguen sin problemas en la calle.

En el trabajo final, publicado en el diario El País de Cali, hay un

planteamiento general de qué es lo que está ocurriendo en los departamentos con los

dineros de la ola invernal. Por supuesto, unos casos nos parecieron más dramáticos

que otros, no solo por la ocurrencia, sino por lo que nos entregó Colombia

Humanitaria, entidad que estaba manejando la subcuenta, cuando solicitamos su

colaboración. Pues bien, encontramos obras que ya estaban terminadas y cuyas

condiciones no eran las mejores, sin contar con que en algunas circunstancias ni

siquiera había obras. A este respecto, es bueno aclarar que la gran mayoría de

proyectos que se hicieron por la ola invernal 2010-2011 debían terminarse en cuatro

meses; sin embargo, en este momento hay más de cuarenta obras en ejecución en el

Valle del Cauca. Es decir, que van a pasar casi tres años de obras que eran urgentes y

que se contrataron a dedo.

El trabajo que nosotros hicimos se basó en las doce semanas que estuvimos

aprendiendo a manejar, con asesoría de las personas de Consejo de Redacción y de La

Silla Vacía, las bases de datos, el funcionamiento del Sistema General de Regalías, el

manejo de las participaciones, entre otras cosas. En este proceso, fue fundamental

aprender el funcionamiento de la página de Colombia Humanitaria y de la base de

datos ZoomOnline3, esta última para empezar a mirar quiénes eran los contratistas y

qué había detrás de ellos.

Ahora bien, hay una cosa que no sé si es general en el periodismo, pero

normalmente en las regiones, y me imagino que también en los medios nacionales,

uno habla de muchas cosas de las que no tiene conocimiento. Lo vi personalmente en

esta investigación, y lo digo sin vergüenza, porque en el periódico hablábamos de

regalías y de elementos relacionados con estas y después, cuando tuvimos las

asesorías, encontramos una cantidad de cosas que ignorábamos del tema. Entonces,

si uno ignora aquello en lo que trabaja es muy difícil comunicarle a la gente qué es lo

que está pasando y qué es lo que hay detrás de los procesos. Por eso me parece que

fue fundamental la etapa de los talleres, sobre todo, lo concerniente a regalías y ola

invernal. Adicionalmente, fue clave todo lo que encontramos de las interventorías y

1 Tras la Pista de los Dineros Públicos 2 “Se hicieron ‘agua’ los dineros de la ola invernal” 3 ZoomOnline

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aquello que Consejo de Redacción obtuvo sobre los contratistas —quiénes eran los

contratistas en todo el país, cuántas obras estaban realizando y en qué tiempo tenían

que hacer las obras—.

Después de haber terminado los talleres empezamos a ver, en cada una de

nuestras regiones, qué era lo que había de extraño, para establecer en dónde pudo

haber corrupción o en dónde pudo haber algún acto ilegal. Hablamos de esto porque,

desafortunadamente, cuando se presentaron las emergencias de la ola invernal

Colombia estaba en un proceso de elecciones de alcaldes y gobernadores, y cuando

apenas estaba empezando encontraron en Cartago, en la casa de un alcalde, muchos

de los recursos que eran para obras y ayudas humanitarias. Estos iban a ser

destinados al partido político de dicho alcalde, lo que generó muchas dudas respecto

al tema.

En esta etapa del planteamiento de la investigación tuve varias hipótesis:

1. Los municipios que se fueron en ceros: en este punto empezamos a

hacer visitas previas —no oficiales—. En Buenaventura, por ejemplo,

ni siquiera había documentación de las obras. En Bugalagrande, a

mediados del 2012, todas las obras estaban por arrancar, cuando

debían estar terminadas a mediados del 2011. En municipios como

Ginebra, según los contratistas, la guerrilla molestaba mucho camino

arriba y, por ello, no se pudo subir la maquinaria. El análisis de estos y

otros casos similares nos permitieron saber si la hipótesis era válida o

no.

2. El papel de las interventorías: lógicamente estas obras fueron

contratadas por los alcaldes a dedo. Ellos consiguieron a los

ingenieros que iban a hacer las obras y, a su vez, a los interventores,

lo que representaba un paquete muy favorable. Imagino que jamás

pensaron que iba a haber una revisión general de lo que estaba

sucediendo con los dineros de las obras. De otro lado, fuimos

comprobando que los interventores de una región mandaban a sus

ingenieros para otra, y que de otros municipios mandaban a sus

ingenieros. Entonces, entre ellos fueron formando un carrusel en el

que “si usted no me vigila, yo no lo vigilo y todos quedamos

contentos”, menos las víctimas de la ola invernal.

3. Doblemente financiadas: en algunas obras del departamento, sobre

todo las relacionadas con el tema de los acueductos y alcantarillados,

se perdieron muchísimos recursos de las regalías. Por ejemplo,

encontramos un caso en el que una obra que había sido financiada con

regalías, nuevamente, iba a ser financiada con dineros de la ola

invernal.

Además de estas hipótesis tuve otras que, de pronto, eran un poquitico más

descabelladas y la idea con los talleres, y con el seguimiento que íbamos haciendo de

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la investigación era establecer cuáles íbamos descartando y cuáles íbamos a dejar.

Pues bien, en uno de los tres talleres de los que hice parte se me cayeron todas las

hipótesis o, más bien, me encontré con una cosa muy curiosa. Mientras aprendíamos

sobre el funcionamiento de la base de datos de ZoomOnline me di cuenta de que

muchos casos aparecían “con observaciones”. Revisando por municipios encontramos

un caso que dio la iniciativa para mi trabajo. Era sobre una construcción que estaban

haciendo en el municipio de Caicedonia. La obra estaba muy bonita, se cumplió a

cabalidad, pero cuando miramos la observación resultó que la hicieron en el lugar

equivocado. A partir de ahí me interesé por revisar las observaciones de las demás

obras. Cabe señalar que algunas se encontraban en estado crítico, es decir, un grado

mayor al de una observación.

Cuando empezamos la investigación del avance del Valle del Cauca nos

encontramos con que había un 93 % de ejecución, es decir, que todo estaba

prácticamente terminado en este departamento para Colombia Humanitaria. En ese

momento, pensamos que era muy difícil que nos entregaran la información de cuáles

eran las observaciones que tenía cada una de las obras, lo que nos llevó a enviarle

derechos de petición a la Contraloría, pues nos parecía extraño que esta no le hubiese

hecho ningún pronunciamiento sobre el tema de las obras ni a la Gobernación del

Valle, que estaba encargada de las obras mayores, ni a las alcaldías de los municipios,

que estaban encargadas de las obras menores.

Eran alrededor de tres obras por cada municipio, a excepción de Jamundí que

tuvo diez obras, de las cuales siete no sirvieron. Recibimos los contratos de las obras

tanto de la Contraloría como de Colombia Humanitaria, a quienes también les

pedimos información. Colombia Humanitaria nos mandó, muy amablemente, un

documento de respuesta en el que nos decían que un 93 % ya estaba ejecutado y que

si teníamos inquietudes con alguna obra en específico les dijéramos cuál era para que

nos dieran respuestas puntuales. Ante esto, tomé las obras que tenían un avance

inferior al 50 %, según la base de datos ZoomOnline, y le respondí a Colombia

Humanitaria que quería obtener información sobre ellas. Fue en ese momento en el

que se empezó a definir el tema de la investigación.

De la respuesta de Colombia Humanitaria nos llamaron la atención,

inicialmente, 37 obras del Valle del Cauca, porque eran las más atrasadas. De otro

lado, y contrastando con lo que nos entregó la Contraloría, no solo había problemas

de avance de ejecución, sino que había materiales que se estaban utilizando y no

cumplían con los requerimientos mínimos de calidad. También, encontramos obras

en las cuales existía el riesgo de que sin haberse terminado se fueran a perder

definitivamente, porque estaba lloviendo nuevamente en muchos sitios y la banca

había empezado a irse.

Finalizados los talleres, tuve que pedir en el periódico mis días

compensatorios y descansos, para así iniciar el recorrido por las regiones y por cada

uno de los municipios. Lo anterior debido a que la investigación no era financiada

por El País, sino por Consejo de Redacción y el Pnud. Empezamos el recorrido

revisando las obras más críticas, que para nosotros eran 37 y para Colombia

Humanitaria solo diez. Cabe señalar que el 93 %, según nuestros cálculos, no llegaba

ni al 60 %.

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Quiero hablarles, por ejemplo, de una obra en el municipio de Jamundí que

aparecía ejecutada en un 100 %4, esto es, que fue entregada, recibida y pagada en su

totalidad. Lo curioso fue que nos encontramos con que el departamento del Valle del

Cauca estaba demandado por dicha obra, pues el ingeniero, al abrir vía, le quitó

doscientos metros lineales a una finca. Entonces, el dueño del terreno no solo

encontró vía, sino que, además, se encontró con que le habían quitado la parte de

adelante de su finca sin su consentimiento. Como mencionaba anteriormente, la obra

fue entregada a satisfacción de acuerdo con las estadísticas de Colombia

Humanitaria.

Otro caso, que salió publicado en El País el 8 de febrero, es el de una obra en

la parte alta de Ginebra5. En este momento las condiciones de la obra son

lamentables; sin embargo, el avance de esta es del 82 %, cosa que no nos pudieron

explicar porque, evidentemente, el estado de la obra no corresponde con ese

porcentaje, de hecho, muchas de las herramientas y del material están abandonados

en ese mismo lugar. Aquí el primer problema fue con el interventor, pues era el

interventor de 16 obras más que estaban en las mismas condiciones. Este señor

forma parte de la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Tuluá y cuando lo

llamamos nos dijo que las obras estaban prácticamente terminadas y me entregó el

balance de Colombia Humanitaria. Luego, al preguntarle por las obras con

problemas en San Pedro y en otros municipios, me contestó que lo que había eran

problemas menores, que se podían solucionar y resolver.

Del caso de Ginebra me dijo que la guerrilla no había dejado subir la

maquinaria, que al ingeniero lo iba a extorsionar las FARC y que este prefirió bajar y

dejar la obra detenida a cometer un peculado por entregarle el dinero de la obra al

grupo ilegal. Un día antes de publicar el informe volvimos a llamar al interventor y

me dijo que fuera a su oficina para que me entregara las fotos de la obra, pues había

quedado muy bonita, era de las mejores obras que tenían, era “la de mostrar”. Acto

seguido, llamamos a una persona de la comunidad para que nos comentara qué había

pasado con la obra. El señor nos dijo que todo estaba igual y me sugirió que subiera

y me diera cuenta de ello por mis propios ojos, ya que yo le había contado la versión

del interventor.

Antes de publicar el informe subimos para ver el estado de la obra.

Casualmente, a los alcaldes de los municipios donde se encontraban los problemas se

les ocurrió hacer las obras en los sitios más altos de la montaña, a donde ellos se

imaginaron nadie iba a ir, ni siquiera a hacer una veeduría, porque supimos de muy

buena fuente que el interventor no fue, que se limitaba a llenar los informes y a

firmarlos. Pues bien, cuando llegamos nos encontramos con el avance físico real de la

obra y, además, con la queja de los campesinos de la zona, quienes fueron contratados

para trabajar y nunca se les pagó por sus servicios.

Otro de los casos es el de uno de los puentes que hicieron en el municipio de

Vijes. Esta es una situación bien curiosa porque la banca iba plana y el río que pasa

por allí, al parecer, se inundaba, aunque la gente de la zona dice no recordar que eso

4 “En Jamundí, Valle, las obras invernales van como los cangrejos”. 5 “La vía El Jardín-Flautas, en zona rural de Ginebra, permanece abandonada por el contratista, pese a que el interventor indicó que se superaron los problemas y la obra fue reiniciada”.

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sucediera, porque la mayor parte del año el caño está seco. El punto es que los

encargados dijeron que tenían que elevar el puente porque si no lo hacían las

inundaciones iban a ser impresionantes. Resulta que elevaron el puente, pero de

forma lineal y no soportaron bien las bases de los lados. En consecuencia, la banca se

vino completamente y tuvieron que soportarla con unas tablas de madera. En este

momento la construcción de este y de otro puente en el mismo municipio está siendo

investigada por la Fiscalía.

Otro caso es el del municipio de Roldanillo en el que tumbaron tres puentes

para rehacerlos de la misma manera, con la única diferencia de que les agregaron

unas barandas amarillas a los lados. Por supuesto, la comunidad se enojó y declaró

que prefería que Colombia Humanitaria no hiciera nada y dejara el hueco como

estaba. Valga la pena aclarar que esta obra está entregada en un 70 % según

Colombia Humanitaria; sin embargo, el puente no ha empezado y en este momento

lo poco que hay está cubierto por la maleza.

Hay muchos casos como estos de obras abandonadas y con diferentes clases

de problemas, uno de ellos el famoso “ya colapsaron”. Al consultarle a Colombia

Humanitaria por las obras colapsadas nos contestaron que la obra pudo haber

colapsado, pero que el recurso se ejecutó. De manera que hoy el Valle del Cauca es 96

% ejecución, aun cuando obras que estaban recibidas en un 60 % ya no existan,

porque ellos no tienen responsabilidad alguna en ello. A casos como estos se suman

aquellos en los que hicieron las bermas más arriba que la carretera y otros en los que

la herramienta que se compró para las obras está desaparecida.

Un elemento muy importante en este proceso fue que los alcaldes se taparon

con la misma cobija. Si eran del mismo grupo político había un silencio

administrativo, que es otra investigación que estamos realizando, porque no han

obedecido ni han respondido los derechos que les han enviado los organismos de

control para saber qué pasó con determinadas obras. Ahora bien, cuando el alcalde

anterior era de un grupo político diferente al del alcalde vigente este comenzaba a

contarnos a dónde debíamos ir y qué debíamos ver.

El primer informe que hice lo publicó La Silla Vacía6. Tiene un mapa

interactivo en el que aparece quién es el contratista, qué pasó con la obra y el estado

de los procesos. Cuando estábamos terminando el informe la Fiscalía nos comunicó

que ya tenía tres procesos penales por los casos de Buenaventura, porque eran obras

de emergencia que tenían que haberse entregado en cuatro meses, y era claro que los

ingenieros que tenían hasta cinco y seis obras no iban a cumplir.

Después este informe se publicó, un poco más completo, en el diario El País7.

Añadimos fotografías, se realizó una ampliación de los casos y se abrió el informe

especial8, en el que hay videos y muchas fotografías de los casos que visitamos, y en

el que, además, le pedimos a la gente que nos dijera sin tenía problemas con las obras

en sus comunidades. Más adelante, volvimos a hacer una visita y nos encontramos

con que las obras que estaban en estado normal hace dos meses, ahora aparecían en

6 “Volvieron agua los dineros de la ola invernal en el Valle”. 7 “Se hicieron ‘agua’ los dineros de ola invernal en el Valle del Cauca”. 8 “Obras damnificadas en el Valle”.

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estado crítico. En muchos casos el ingeniero sencillamente se retiró y dejó las obras

abandonadas.

Este informe tuvo muy buena acogida. Fue condecorado, junto con el diario

El País, por la Cámara Colombiana de Infraestructura, pues ellos querían desde hace

un tiempo hacer algo parecido, pero no tenían ni el personal ni los recursos.

Tomaron como muestra el trabajo del diario El País para que las cámaras regionales

a nivel nacional empezaran a hacerle un seguimiento similar a las obras en estado

crítico.

EDILMA PRADA Y FERNEY MENESES

“Cauca, pulsos críticos del conflicto”

EDILMA PRADA

Este proyecto nació en agendapropia.com, un medio digital del departamento del

Cauca que surgió en un proceso de formación en emprendimientos digitales para

periodistas, que orientó la organización Consejo de Redacción hace algunos años.

Fuimos un grupo de treinta periodistas que venían de varias regiones del país,

algunos llevaban sus portales en la web y otros llevábamos las ideas en papel. En ese

proceso de formación logramos darle la identidad al portal, pero también le dimos el

enfoque de carácter investigativo, pues en aquella época descubrimos que los medios

de comunicación digitales existentes se dedicaban al cubrimiento de las noticias del

día y en Agenda Propia queríamos, además de hacer este registro de la noticia

permanente, hacer un trabajo de seguimiento y de investigación.

Teniendo en cuenta la región, a lo largo de estos años nos hemos enfocado

en tres áreas. Una tiene que ver con la recuperación de la memoria del conflicto

armado, otra con la identificación o visibilización de la problemática indígena y

afrocolombiana en el departamento, y, la última, está relacionada con el

fortalecimiento de las herramientas digitales, especialmente, el rastreo de

información. Allí buscamos hacer un proceso formativo relacionado con el

periodismo asistido por computador, proceso en el que hemos recibido capacitación

desde Consejo de Redacción.

FERNEY MENESES

“Cauca: pulsos críticos del conflicto”9 es un proyecto que nació luego de cuatro meses

de trabajo, entre junio y septiembre del año 2012. El departamento del Cauca está

ubicado al suroccidente del país, su capital es Popayán y tiene una superficie que

llega, aproximadamente, a los 30.000 kilómetros cuadrados. Cuenta con 1.400.000

habitantes y tiene como particularidad que el 19 % de la población sea indígena. El

departamento es en su mayoría agrícola, hay poco desarrollo industrial, aunque en la

9 “Cauca: pulsos críticos del conflicto”.

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zona norte hay bastante cultivo de caña de azúcar. En el sur se encuentra la zona

cafetera y, desafortunadamente, también hay grandes cultivos de marihuana y coca,

lo que ha generado distintos sucesos relacionados con el conflicto armado y las rutas

del narcotráfico.

Lo que nos motivó a realizar el cubrimiento y lo que nos permitió concretar

el trabajo multimedia fue la agudización del conflicto armado en el departamento.

Allí hay fuerzas de izquierda y fuerzas de derecha; están las FARC, el ELN y las

Bacrim, que de alguna forma se pelean el territorio, las rutas del narcotráfico,

fenómenos como la minería ilegal, el tráfico de armas, la marihuana y la coca.

Justamente, fue el reconocimiento de ese conflicto armado el que generó una reacción

de la sociedad civil, encabezada por la comunidad indígena, que se cansó de ese

flagelo y comenzó a solicitarle tanto a los grupos armados legales como a los grupos

ilegales que salieran de sus territorios.

En el cubrimiento diario del proceso de agudización del conflicto

identificamos unas fechas clave que, por decirlo de algún modo, colmaron la

paciencia de la comunidad indígena. El 6, 7 y 8 de julio del 2012 hubo una escalada

de atentados terribles en los municipios de Toribio, Miranda, Jambaló y Corinto.

Uno de los casos más dolorosos fue el de un tatuco10 de la guerrilla que cayó en una

IPS indígena, hiriendo gravemente a una enfermera de la comunidad a la que le

tuvieron que amputar una de sus piernas. Luego, una semana después, un niño que

estaba en el patio de su casa fue víctima de una mina antipersonal. Estos sucesos más

los enfrentamientos al nororiente del departamento ocasionaron que más de 3.000

personas se desplazaran, de estas el 90 % eran indígenas y el 10 % campesinos. Ellos

se asentaron en unos sitios de asamblea permanente, lo que se dio en medio de

nuevos ataques de las FARC. Valga la pena aclarar que no se trataba solamente de

un terrorismo físico —con las armas y las bombas—, sino también de un terrorismo

psicológico —con grafitis y panfletos que anunciaban otros atentados—.

Como señalé anteriormente, esta situación agotó la paciencia de los

indígenas, pues el ejército se atrincheraba detrás de sus casas y la guerrilla, por

atacarlo, atacaba a los indígenas por medio de armas no convencionales como los

tatucos y las minas, que convierten a los animales, a los niños y a la población en

general en víctimas. Así pues la comunidad indígena inició un proceso de resistencia

civil no violento en el que le pidió al ejército y a la guerrilla que salieran de sus

territorios.

El 9 de julio los indígenas realizaron un acto simbólico en el que

desmontaron las trincheras de los pueblos y comenzaron a tirar los bultos a los ríos

más cercanos, y a pedirle a la policía que, por favor, se fuera. Simultáneamente, otro

grupo de indígenas salió hacia las montañas a buscar a las FARC para pedirles que

abandonaran los territorios. Al día siguiente, el 10 de julio, los indígenas

destruyeron una base móvil del ejército en el municipio de Miranda11 y hablaron con

el sexto y el octavo frente de las FARC para que se fueran.

En medio de esa tensión y de los hostigamientos el presidente Juan Manuel

Santos llegó a Toribío. La particularidad de la visita fue que a un kilómetro de donde

10 Tatuco: cohete artesanal. 11 “Guardia indígena de Miranda, Cauca, destruye base móvil del Ejército”.

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se encontraba el presidente en su consejo de ministros había un retén de la guerrilla.

Adicional a esto, la visita generó malestar porque el presidente se encerró en la casa

cural y no le dio la cara a la comunidad, negándole a esta la posibilidad de contarle

directamente lo que estaba sucediendo y lo que estaba sintiendo. Ese día, mientras se

hacía la avanzada del presidente en helicóptero, veinte kilómetros al sur de Toribío,

derribaron un avión Súper Tucano de la Fuerza Aérea Colombiana. Según versiones

de las FARC y de la Fuerza Aérea, hubo un accidente y el avión se precipitó a tierra.

Eso generó una investigación que luego sirvió de insumo para el especial12.

El 13 de julio los indígenas dieron el ultimátum para el desalojo del ejército.

Sin embargo, para el 16 de julio, fecha en la que se vencía el plazo, las tropas seguían

allí, continuaban los operativos militares y la guerrilla en su retirada dejaba carros

bomba. En ese momento los indígenas decidieron subir al cerro Berlín y expulsar a

los militares a empujones13. Ese fue el día de la famosa foto mundial en la que lloró el

sargento García y que generó una reacción viral en los medios en contra de los

indígenas, pues estaban deslegitimando la defensa a la soberanía del Estado.

Como pueden ver se voltearon los papeles: los indígenas de ser víctimas

pasaron a ser victimarios. De hecho, en Popayán se generó un movimiento que

muchos consideraron de ultraderecha porque comenzaron a polarizar la situación y a

generar odio hacia los indígenas. Obviamente, el Estado se defendía bajo el

argumento de que el ejército estaba defendiendo el territorio colombiano y no podía

ser vedado. Jurídicamente tenía la razón, pero los indígenas, de acuerdo a su plan de

vida, exigían que salieran de sus territorios porque estaban cansados de que sus hijos

murieran en medio de la guerra o de que se vieran obligados a salir de sus casas a las

6:00 p. m. y pasar la noche en donde vecinos o en salones comunales.

Ante el odio generalizado que se dio en contra de la comunidad indígena el

Estado procedió a la represión. Enviaron al escuadrón móvil antidisturbios de la

Policía y en el primer día de desalojo del cerro de Berlín hubo 24 indígenas heridos.

En ese momento, el presidente Santos tuvo que viajar a Popayán a organizar un

consejo extraordinario de seguridad y, en medio de la coyuntura, decidió crear el

Comando Conjunto del Suroccidente, que fue como cambiarle el nombre a toda la

estructura que cubre el ejército y las fuerzas de aire, mar y tierra. Reunió todo con el

fin de darle un golpe a la opinión pública y decirle que el ejército sí estaba en la zona

y sí se iba a mantener allí.

En medio de ese clima iniciaron las reuniones, porque la dirigencia indígena

de Santander de Quilichao pidió que interviniera el Estado e incluso se cruzaron

muchos temas sobre el dominio de tierras, las zonas de reservas campesinas y las

zonas de reserva indígena. Este diálogo se detuvo con el proceso de paz en La

Habana. Entre tanto, otros sectores del Cauca continúan sufriendo por las

confrontaciones, los ataques armados y los hostigamientos. Un caso específico es el

de la población de El Mango (Argelia) en donde continúan los hostigamientos y en

donde, en ese periodo de tiempo, murieron cuatro policías y alrededor de ocho

resultaron heridos. Cabe señalar que esta era una población en donde no había

resistencia civil de los campesinos y no había intervención del Estado.

12 “Súper Tucano: ¿derribo o accidente?”. 13 “La guardia indígena desalojó a los militares del cerro de Berlín”.

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EDILMA PRADA

Nosotros teníamos bastante información como resultado de los registros que se

hacían en el portal con los hechos que se generaban cada día. Ante la pregunta de

qué íbamos a hacer con todo eso, decidimos armar una recopilación y clasificación de

toda la información disponible en audios, fotos y videos de campo. Después, llegó el

proceso de planeación del multimedia. Realizamos una reunión con el diseñador José

David Bustos con quien decidimos cómo presentar la información y cómo lograr que

todos los hechos que se presentaron quedaran en un solo documento que sirviera

como un producto de memoria del conflicto armado en el Cauca, pero también como

un punto de referencia para quienes quisieran averiguar posteriormente la realidad

del departamento. De este proceso llegamos a las siete secciones del especial:

Desmonte de trincheras: en donde se analizó desde la perspectiva indígena

por qué esta comunidad quería sacar las trincheras.

Ataques recientes: una cronología en la que está detallado el contexto del

conflicto en el Cauca.

Súper Tucano. ¿Derribo o accidente?: en esta sección se abordó el suceso

de la caída del avión y las versiones que se manejaron al respecto.

Relatos de guerra: allí se encuentran las historias de vida de personas que

vivieron el conflicto armado.

Territorios de guerra: a través de entrevistas a profundidad con expertos,

realizamos un análisis de la ubicación estratégica de los territorios y de los

grupos armados ubicados en el Cauca.

Argelia pueblo sin ley: aquí hicimos un esfuerzo económico por ir a la zona

y mostrar la problemática y dinámica de un municipio que no es visitado por

los medios de comunicación y que se ve afectado por la presencia de grupos

como el ELN y las FARC, que agreden tanto a la población como a la fuerza

pública.

Desplazamiento de ayudas humanitarias: esta sección se hizo dos meses

después de lo sucedido, cuando nos dimos cuenta de que gran parte de la

comunidad seguía siendo desplazada y no había recibido ayuda.

En cuanto a los aprendizajes que nos dejó la realización del multimedia, lo primero

es no limitarse al simple registro de la noticia del día. Eso nos permitió hacer un

multimedia muy estructurado, con recursos de video y de galerías fotográficas. De

otro lado, creemos que es indispensable cuestionarlo todo, por simple que parezca.

Por ejemplo, en el caso del Súper Tucano bien pudimos quedarnos con la versión

oficial del accidente, pero nos cuestionamos y tratamos de indagar al respecto.

Adicional a esto, fue muy importante el trabajo colaborativo, pues cuando se trabaja

en una región como el Cauca es difícil llegar a todas las zonas por transporte y por

seguridad, así que la red de colegas que trabajan en otros medios fue clave para el

envío de fotos, datos, fuentes, etc. Además, es también importante la red de apoyo

con la comunidad, pues, en nuestro caso, ellos nos enviaron varias fotos de las que

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VI Encuentro de Periodismo de Investigación Consejo de Redacción

10

aparecen en el multimedia. También, fue importante explorar nuevos formatos para

presentar la información, en este caso el producto multimedial que nos permitió

reconstruir la memoria colectiva de una región visiblemente afectada por el conflicto

como el Cauca, en donde muchas veces no hay medios contando de manera

permanentemente la realidad del departamento.

TATIANA VELÁZQUEZ ARCHIBOLD

“Sur del Atlántico: La espera por un mejor mañana sigue”14

Este especial se hizo como parte del curso Tras la Pista de los Dineros Públicos, que

realizamos con un grupo de compañeros del periódico para hacerle seguimiento a los

manejos de los dineros de la ola invernal y las regalías. Se hizo con una herramienta

gratuita llamada WIX15 y buscaba hacer una recopilación de toda la información que

habíamos venido cubriendo desde el 2010, año en el que se dio la inundación del sur

del Atlántico. Estos son los módulos en los que fue dividido:

Lo que el agua se llevó: allí se contó cómo llegó el agua, cómo se rompió

el Canal del Dique y cuáles habían sido las alertas que la gente le había

enviado al entonces gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, quien se

hizo célebre por decir que el Atlántico estaba blindado ante cualquier

emergencia invernal; dos semanas después el departamento se inundó y

permaneció así durante cinco o seis meses.

El cierre del boquete: una vez se abrió el boquete llegó a tener 240

metros, estamos hablando de una vía dique que protege el sur del

Atlántico del río. Se llegaron a romper 240 metros de longitud, pues todo

el río Magdalena se volcó al sur del Atlántico. Para detener la inundación

tenía que cerrarse el boquete y ese fue un segundo proceso tortuoso

porque fueron dos meses continuos en los que el agua seguía entrando y

la gente continuaba a la espera del cierre en los albergues.

La evacuación de las aguas: ya cerrado el boquete le dan a la gente la

tranquilidad de que no iba a entrar más agua; sin embargo, el problema

que seguía era cómo sacarla. Ese fue otro proceso bien complejo, tanto

que aún hoy hay unas zonas inundadas y que definitivamente no se van a

poder recuperar como zonas de cosecha.

Los albergues: básicamente, en esta sección se contó cómo había vivido

la gente durante todo ese tiempo. A este respecto, me permito señalar que

a la fecha hay 1.100 familias viviendo en albergues.

La reconstrucción: aquí nos dedicamos a indagar por qué había sido tan

lento el proceso de reconstrucción, en qué tanto se había fallado y qué

tanto se demoró y se ha demorado la Nación y la gobernación en ayudar a

esas 1.100 familias.

14 “Sur del Atlántico: La espera por un mejor mañana sigue” 15 WIX

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El 30 de noviembre de 2010 el sur del Atlántico se inundó porque el Canal del Dique

se rompió, lo que ocasionó una de las emergencias más visibles de lo que fue la ola

invernal de ese periodo en Colombia. Fue una de las noticias que más llamó la

atención en todo el país y en los medios locales, especialmente en Barranquilla, desde

donde se empezó a hacer cubrimiento.

En ADN realizamos la cobertura del 30 de noviembre al 7 de diciembre del

2010, dos semanas bastante críticas debido a que el río inundó todo y ocasionó un

éxodo masivo en el sur del Atlántico, uno en el que tuvimos que ver cómo la gente,

en medio de lo que pudo, sacó sus cosas y animales, y se vio obligada a buscar

albergues. Estos fueron improvisados justo en frente de la zona que divide al

Atlántico de Bolívar, un terreno que no estaba en condiciones de ser habitado, pero

en el que lograron sobrevivir los habitantes las primeras semanas. En los días

siguientes el agua siguió subiendo y al llegar la Navidad estaba a una altura de 10

metros (aprox.) en pueblos como Ponedera, Campo de la Cruz y Santa Lucía. Cabe

señalar que hoy, tres años después de lo sucedido, los albergues continúan en la zona

y la gente sigue viviendo en esas condiciones, esperando una reacción del Gobierno y

a que se cumplan las promesas que se les han hecho.

Recuerdo mucho que en el curso nos decían que teníamos que partir de un

dato disparador o que teníamos que tener un argumento para empezar a realizar la

investigación. Pues bien, en mi caso la indignación fue lo que me motivó a hacer el

trabajo. Me parecía, y me sigue pareciendo absurdo, que años después de la tragedia

aún haya gente viviendo en malas condiciones. En la costa, en el Atlántico, hay

noches en las que se llega a los 34 o 35 grados centígrados y en el día el nivel es

mucho más alto, ¿pueden imaginar lo que es vivir en casas de plástico en medio de

esas condiciones climáticas? A esto se sumó el hecho de que, al parecer, la situación

de estas personas se convirtió en una cotidianidad, es como si hubiéramos olvidado

que en el pasado tenían casas normales, como las que ustedes y yo seguramente

tenemos.

Comenzar no fue fácil. Primero porque debía armar la información de

contexto a través de todas las notas cortas que había hecho durante el cubrimiento y,

segundo, porque me parecía que no tenía sentido que en Barranquilla, la capital del

Atlántico, los medios no tuvieran un especial que explicara qué era lo que había

pasado al sur del departamento, teniendo en cuenta que había sido una de las grandes

tragedias de la emergencia invernal del 2010. Pues bien, la sorpresa fue que los

medios locales no lo tenían y como no quería limitarme a hacer un pedazo de la

historia, a contar simplemente por qué no nos había ido bien con la reconstrucción,

terminé elaborando un dosier documental, de tal forma que quien ingresara pudiese

ver qué pasó, cómo vivieron durante ese proceso los damnificados y en qué va el

proceso.

Por supuesto, la recopilación y actualización de la información no fue el único

de los obstáculos. La imprecisión fue otro gran inconveniente, justamente, por la

manera en la que se manejan las cosas, pues hay muchos datos sueltos o no están

organizados de manera ideal. Lo mismo sucedió con las declaraciones, ya que un día

el gobernador me decía una cosa, al otro día al preguntarle del mismo tema me lo

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decía con otros datos y si luego contrastaba con el alcalde me decía lo mismo pero

con otras cifras. De manera que al final tenía muchos datos y no sabía a quién creerle.

La parte de diseño fue otro gran reto, dado que yo soy periodista, no

diseñadora; sin embargo, quería publicar el trabajo como un especial multimedia y si

bien no soy experta logré hacer lo que pude a través de WIX. Cabe señalar que esto

fue un piloto con la gente de diario ADN de Barranquilla, y todo fue hecho por medio

de herramientas gratuitas, que una vez diseñas y personalizas con tu propio sello,

con o sin la ayuda de un diseñador, te permiten sacar buenos productos.

En cuanto a los hallazgos, una de las cosas que responde el especial es que ha

habido una descoordinación total entre la dupla Nación-departamento; esencialmente

por intereses políticos, pero más allá de eso por falta de gestión. Algo que vi muy

claramente fue que el exgobernador Eduardo Verano, quien ahora intenta llegar a

ser candidato a la presidencia, no hizo nada durante su mandato. Luego de la llegada

de la inundación, el 2011 era un año para pasar proyectos y para reaccionar ante la

emergencia; sin embargo, los documentos y la evidencia fotográfica muestran que fue

un año perdido. Más adelante, con la llegada del gobernador José Antonio Segebre

en el 2012 se empezaron a mejorar las condiciones de estas personas, aunque hay

quienes lo critican porque a pesar de intentar solucionar el problema nada ha pasado.

El trabajo también evidencia el centralismo y la burocracia colombiana que

por manejarse en su mayoría desde Bogotá termina generando trancones al

momento de ayudar a las regiones. En este caso ha habido toda una pelea pública

entre la representante del Fondo Nacional de Adaptación, Carmen Arévalo, y el

representante del departamento, que es el gobernador, lo que deja en evidencia que si

públicamente están discutiendo quién tiene o no la culpa para reconstruir el sur del

Atlántico, de esa misma manera trastocada se ha manejado la problemática que

durante estos años ha enfrentado el departamento. Por su puesto, se han dado

mejoras en cuanto el alcantarillado, las escuelas y los hospitales, pero en lo que más

lento va el proceso es en la reconstrucción de viviendas, pues deben construirse

7.000 que estaban proyectadas para el año pasado y aún hoy se están dando los

primeros pasos en cuanto a la parte de contratación y asignación de viviendas y

obras para iniciar las edificaciones. Valga la pena aclarar que quienes volvieron a sus

casas tuvieron que arreglarlas por cuenta propia, porque si seguían esperando a que

el Gobierno Nacional o el departamental hicieran algo por ellos habrían más de

1.100 personas en los albergues.

Asimismo, este especial evidencia que falta mucho por hacer en el tema de las

viviendas y que falta mucho por hacer en cuanto a la asistencia humanitaria, ya que

la zona está muy deprimida económicamente. Si antes los habitantes se quejaban de

que eran la zona agrícola y ganadera del Atlántico y no tenían nada, pues ahora se

quejan mucho más después de que el agua arrasó con todo, pues con dificultad la

mayor parte de esas zonas seguirá siendo cultivable.

En cuanto a las enseñanzas, debo decir que una de ellas fue el uso de la

jornada extra, es decir, trabajar de las 9:00 p. m. a las 2:00 a. m., porque en el día hay

que hacer las notas que te dan para comer. Además, hay algo que para mí fue muy

importante y es que no es necesario, como te enseñan en la facultad, tumbar al

alcalde o al gobernador para hacer periodismo de investigación, lo importante es

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evidenciar las problemáticas de un proceso como este, en el que desde el mismo

momento de la atención humanitaria hasta hoy también hay investigación.

Finalmente, considero que fue imposible hacer este trabajo sola. Un compañero clave

fue el que me ayudó con los mapas, con los croquis y con toda la parte de diseño, lo

que denota que los periodistas tenemos muy poco entrenamiento en el tema.

Quisiera terminar mi intervención con una anécdota. Esta investigación la

movimos mucho en redes sociales y nos tomó dos meses que generara quinientos

clics. En cambio, una nota que tuve que hacer sobre un Harlem Shake que se hizo en

las instalaciones de un colegio cristiano sin el permiso de las directivas generó 1.700

clics en menos de dos horas. Entonces, algo que me tomó entre tres y cuatro meses

de realización generó solo quinientos clics, mientras que aquello que no me tomó

más de diez minutos generó 1.700 en un tiempo record.

ÁNGELA HURTADO

15 alcaldes de Caldas enfrentan casos penales y disciplinarios

El diario La Patria se ha propuesto desde las pasadas elecciones seguir a los

políticos, a los candidatos, para contar quiénes son como ciudadanos y no limitarse a

hablar de ellos desde el discurso político antes o después de elecciones. Ese es el

centro de nuestro periodismo de bases de datos y de lo que aprendimos con Consejo

de Redacción, con la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) y con el Centro

Knight.

Basados en esto empezamos el proceso con el trabajo “Tras las huellas de los

candidatos de Caldas”16, que buscaba averiguar quiénes eran, qué le debían al Estado

y qué multas, antecedentes o sanciones tenían. Encontramos que muchos candidatos

habían sido empleados del Estado y que en dichos empleos habían tenido

señalamientos por negocios o contratos. Ya elegidos en el 2011 nos fuimos a la base

de datos de Cuentas Claras17 y realizamos el primer trabajo. En este aparecía el

alcalde de Manizales, Jorge Eduardo Rojas, y el gobernador de Caldas, Guido

Echeverri, a quienes indagamos sobre sus financiadores de campaña. Además,

hicimos una labor de doble vía con la ciudadanía, en la que le contábamos a esta que

la ley para los políticos había cambiado y que ahora quienes financiaban una campaña

y tenían cierto monto de dinero no podían contratar con el Estado. Lo anterior, con

el fin de que la gente participara y se pusiera en la veeduría con los contratos18. Un

primer hallazgo fue que un concejal que había participado en la comisión para

liquidar el transporte integrado de Manizales había sido financiado en su campaña

por la empresa de buses más influyente de la ciudad. Él se retiró después de que

sacamos la nota en el periódico, porque no era un gran informe periodístico, y entre

16 Ganador del Premio Nacional de Periodismo Semana Petrobras en la categoría Mejor Cubrimiento de Proceso Electoral. Presentado por: Ángela María Hurtado Grueso y Fernando Alonso Ramírez. 1. "41 candidatos al concejo, enredados con el Estado”. 2. "Mancera, el abogado insistente, y Jorge Eduardo Rojas, el ingeniero ansioso”. 17 Cuentas Claras 18 "Candidatos en 'plata blanca'”.

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sus declaraciones dijo que si bien había registrado los 4.000.000 millones de pesos,

nunca recibió el dinero.

Después de ese trabajo empezamos a hablar de los funcionarios que se habían

ido y nos encontramos con que muchos de los alcaldes salientes tenían

investigaciones en la Fiscalía. En ese momento quisimos hacer uso del derecho de

petición, una herramienta democrática y constitucional, muy flexible y muy amplia a

la que como ciudadanos tenemos derecho y que es muy útil para el periodismo de

investigación. A través de este documento podríamos saber qué investigaciones

tenían pendientes. Pues bien, interpusimos el derecho de petición ante la Fiscalía y

después de muchas vueltas y de tres meses de espera salió una información que

debían entregarnos en diez días hábiles. De ahí resultó que de los 27 exalcaldes 17 ya

tenían investigaciones. Mario Aristizábal, el exgobernador de Caldas que terminó

destituido por un enredo de intereses de conflicto con los que ganaron el contrato del

chance, también tenía su investigación.

En este caso notamos, por ejemplo, que la Procuraduría fue más rápida que la

Fiscalía; sin embargo, en muchos otros casos notamos lo contrario, pues la Fiscalía

por lo menos enjuicia a los acusados, mientras que la Procuraduría los deja libres o la

Contraloría nunca reclama el dinero que supuestamente se perdió o que la Fiscalía

afirma se perdió. De manera que en Caldas tenemos un indicador muy triste de ese

periodo, en donde cuatro municipios tuvieron más de un alcalde y el departamento,

entre septiembre y diciembre, tuvo cuatro gobernadores encargados, debido a la

destitución de Mario Aristizábal.

De ahí obtuvimos unos indicadores que nos envió la Secretaría de

Transparencia y Anticorrupción de la Presidencia de la República donde Caldas

ocupa el 4to lugar de sanciones penales para funcionarios públicos, entre los cuales la

mayoría son alcaldes. Eso nos dio un reto a nosotros como periodistas, pues

podíamos seguir contando el discurso mientras los funcionarios iban gobernado, tal

como dice nuestra inspiradora Giannina Segnini “llegar cuando el cadáver está ahí”,

o contar cómo es el proceso del cadáver. Y para enfrentar ese reto teníamos que estar

con los ojos bien abiertos, recibir las denuncias y ver qué traían los candidatos o

mandatarios de atrás. La herramienta ideal para eso era el derecho de petición,

porque la Fiscalía solamente entrega esa información por medio de ese documento.

En este proceso el aliado estratégico ha sido la Flip, que con sus abogados nos han

ayudado a pelear los derechos de petición, porque uno los hace y no los responden.

En el primer informe publicamos un indicador muy triste. Caldas, un

departamento pequeño del centro del país y que tiene 27 alcaldes, tenía para ese

momento quince alcaldes investigados uno en la cárcel. Cabe señalar, que este último

había sido alcalde cinco veces y de esas cinco veces traía una investigación y una

inhabilidad de casi diez años para ejercer cargos públicos; sin embargo, la

Procuraduría provincial empezó a tener errores, le devolvieron tres veces el caso y lo

ganó. De todos modos, a la semana de haber ganado, la Fiscalía lo enjuició y lo tiene

en la cárcel por parapolítica.

Para este informe nos asesoramos de un experto en vigilancia administrativa

de la Universidad Nacional de Bogotá, quien nos explicaba la importancia de hacer

veeduría y no exclusivamente desde el periodismo como profesión, sino desde

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nuestro derecho como ciudadanos. De esta manera, no tenemos por qué decir que la

información la pide La Patria, sino cualquier colombiano que tiene cédula y al que le

tienen que dar la información.

Con el acompañamiento del experto nos dimos a la tarea de buscar a los

quince alcaldes, quienes después de elegidos no pasan al teléfono y de todo culpan a

la oposición: “eso es la oposición”, “la oposición nos denunció”, “la oposición nos

demandó”, etc. Ante esto, el experto nos dijo que, justamente, para eso está la

oposición y que si esta no hace veeduría la pueden hacer los ciudadanos, así que no

pueden justificarse desde ningún punto de vista. A partir de ahí hemos tenido un

proceso muy bonito con el asesor, las fuentes y los ciudadanos, quienes se han metido

en ese proceso de seguimiento de los políticos. Por ejemplo, el asesor nos recomendó

que solicitáramos la contratación, los presupuestos del 2012 y del 2013, y la nómina.

Pues bien, pusimos los derechos de petición y no les gustó. Los alcaldes se reunieron

en una oficina de la gobernación asustadísimos, declarando que nosotros éramos La

Patria y no la Contraloría. Fueron hasta el periódico, me arrinconaron y me

reclamaron por la investigación. Claro, ellos no estaban acostumbrados a que les

pidieran información, no personas del común, no para que fuera publicada en un

medio; era muy distinto si un ente de control la solicitaba por rutina.

Ahora bien, los entes descentralizados son los más cerrados con la

información, así que se hicieron muchas preguntas cuando les solicitábamos las

nóminas y demás. De manera que nos han respondido que hacer un informe

periodístico no es razón suficiente para enfocar un derecho de petición, que la nómina

es privada, que si deseamos ver la contratación lo hagamos a través de la página de

Internet en donde está disponible, entre otras cosas. Aquí nos ha estado ayudando la

Flip con los recursos de insistencia, pues después de presentar este documento,

digamos, se rinden en la pelea, aunque siempre he pensando que no es sino un

obstáculo para la información, porque ellos saben que al final tienen que entregarla.

En lo que vamos del proceso hemos recibido un montón de bases de datos que ya se

me salen del escritorio.

En esta etapa de recolección sacamos un chismecito chiquitito en el que

decíamos que a los alcaldes no les había gustado que les pidiéramos la información

sobre la contratación y al otro día llegaron un montón de contrataciones y de

reclamos; que ellos no estaban violando el derecho a la información, que les

rectificáramos eso, etc. Este pedacito que se publicó en una sección de chismes

generó no solo la reacción de los alcaldes, sino de la ciudadanía, pues la gente

comenzó a poner denuncias por la red y a decirnos a dónde debíamos dirigir la

investigación. Así que sin haber arrancando la segunda parte del informe ya tenemos

denuncias.

A modo de conclusión reitero que el derecho de petición, que no ha sido muy

utilizado en el periodismo de investigación, es una herramienta muy útil e

importante, que además va acostumbrando a las instituciones. En nuestro caso, la

alcaldía y la gobernación ya están acostumbradas a que se los enviemos, así que nos

responden sin problema. Y en la medida en que se vuelva una política de los

periodistas, no mía o de Fernando Alonso Ramírez (editor de noticias de La Patria),

los demás organismos se irán acostumbrando.

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De otro lado, me parece importante señalar que sigue siendo muy difícil para

las regiones acceder a la información que está concentrada en Bogotá. Por ejemplo,

para que el procurador regional de Caldas nos dé información tenemos que llamar a

la oficina de Bogotá, para que la jefatura de prensa se comunique con alguien del

departamento y que esta persona le dé permiso al procurador de mostrarnos el papel.

Esto nos sucede con la Policía, con la Fiscalía y con la Contraloría.

Asimismo, creemos que poner esto en la agenda del departamento logra que

la ciudad y la gente se involucre, que participe, que se sienta ciudadana y que sienta

que el periódico está haciendo labor de veeduría y que está haciendo algo distinto. De

hecho, es muy chistoso porque para la gente aún no es suficiente; nosotros nos

demoramos alrededor de tres meses investigando a los candidatos a las alcaldías,

asambleas y concejos, y la gente nos decía: “¡investiguen más!”.

Finalmente, toda esta información se ha vuelto un insumo importante para el

periódico, pues se vuelve una fuente de primera mano. Entonces, cuando la

Procuraduría abre un caso que se nos escapó o la Fiscalía abre otro caso podemos

volver a esa base de datos y tener de primera mano el contrato, las cédulas y otros

datos que nos ahorran muchísimo tiempo.